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TEMA 2

ANTÍGENOS
Definición de antígenos y sus propiedades:
Un antígeno es cualquier sustancia capaz de unirse a los productos de la respuesta inmunitaria (como los
anticuerpos) y/o al receptor de células linfoides. Dichas sustancias pueden ser de diferente naturaleza
tales como azúcares, lípidos, hormonas, metabolitos intermediarios e incluso pueden ser
macromoléculas como glúcidos, proteínas, fosfolípidos y ácidos nucleicos.

Aunque todos los antígenos se unen a los receptores de los linfocitos o a anticuerpos específicos, no
todos son capaces de activar a las células linfoides e inducir una respuesta inmunitaria. Las sustancias
capaces de estimular o provocar una respuesta inmunitaria son conocidas como inmunógenos.

De lo anterior puede afirmarse que los antígenos tienen dos propiedades: la antigenicidad y la
inmunogenicidad. El primer término se refiere a la capacidad que tienen los antígenos de unirse de
manera específica a los productos de la respuesta inmunitaria (Ej. anticuerpos) y a los receptores de los
linfocitos, mientras que el segundo se refiere a la capacidad de los antígenos de provocar dicha
respuesta. La mayoría de los antígenos tienen ambas propiedades (es decir son capaces de inducir una
respuesta inmunitaria y también son capaces de unirse a los receptores de los linfocitos y a los productos
de la respuesta inmunitaria). Esto es particularmente cierto para antígenos de alto peso molecular como
la mayoría de las macromoléculas; sin embargo, existen antígenos que carecen de inmunogenicidad (no
son capaces de inducir una respuesta inmunitaria), este tipo de antígenos se conocen como haptenos
(Figura 2-1).

Los haptenos son sustancias de bajo peso molecular (como la penicilina) que pueden unirse a los
anticuerpos, y por lo tanto poseen antigenicidad pero no pueden activar a los linfocitos B por sí mismos
(es decir no son inmunógenos). Para que se produzca una respuesta inmunitaria frente a este tipo de
antígenos es necesario unir varias copias del hapteno a una proteína o a un polisacárido; la sustancia de
alto peso molecular (la proteína o el polisacárico) se llama transportador. El complejo hapteno-
transportador, a diferencia del hapteno libre, actúa como inmunógeno

Figura 2-1. Los haptenos carecen de inmunogenicidad. Por ello si se inmuniza un animal con un hapteno como
la penicilina no se genera respuesta inmune. Solo cuando el hapteno se une a un transportador (proteína o
polisacárido) el animal inmunizado generará una respuesta inmunitaria

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Antígenos

Antígenos según su origen


Michael Sela propuso una clasificación de los antígenos según su origen. De acuerdo con este
investigador un antígeno puede ser de origen natural, artificial o sintético. Los antígenos naturales son
aquellos que se encuentra en la naturaleza; de manera que este término se refiere a aquellos antígenos
presentes en microorganismos (bacterias, virus, protozoarios, hongos, helmintos), células de otros
organismos, alimentos, artrópodos, polen o sustancias inorgánicas como el zinc y el níquel. Los
antígenos naturales modificados son considerados antígenos artificiales. Por ejemplo algunos
medicamentos como la penicilina pueden actuar como antígenos cuando se unen a proteínas de los
individuos tratados con este antibiótico e inducir una respuesta inmunitaria. Los antígenos artificiales se
elaboran en el laboratorio, los avances en genómica y proteómica hacen posible disponer de péptidos
que pueden ser utilizados en la elaboración de vacunas, evitando así el uso de microorganismos
atenuados o toxoides. Aunque el uso de péptidos sintéticos como vacunas no ha sido aprobado para su
uso en humanos representan una alternativa en la elaboración de vacunas que está siendo evaluada por
muchos investigadores.

Determinante antigénico o epítope


La mayoría de los antígenos son macromoléculas y por lo tanto poseen una estructura compleja y por
ende son moléculas de alto peso molecular. Por otro lado, la respuesta inmunitaria depende del
reconocimiento de los antígenos y para ello es necesario que el antígeno interactúe con receptores para
antígenos presentes en la membrana de las células linfoides. Debido a que las macromoléculas como las
proteínas, los polisacáridos e incluso los ácido nucleicos suelen ser de mayor tamaño que la región del
anticuerpo o del receptor de los linfocitos que se une al antígeno, cualquier anticuerpo o receptor de la
los linfocitos se une sólo a una pequeña región del antígeno y no a la molécula completa. El término
determinante antigénico o epítope hace referencia a porciones restringidas de la molécula antigénica,
reconocidas por los receptores de los linfocitos y que interactúan con los anticuerpos.

Las macromoléculas suelen tener muchos determinantes antigénicos o epítopes, algunos de ellos pueden
estar repetidos y cada uno de ellos puede interactuar con un anticuerpo o el receptor de un linfocito. Los
antígenos que poseen múltiples determinantes antigénicos idénticos (dos o más) se conocen como
antígenos multivalentes o polivalentes; este tipo de antígenos puede inducir el agrupamiento de los
receptores de las células linfoides e iniciar el proceso de activación de los linfocitos por sí solos; en
cambio para que un antígeno monovalente (que posee solo una copia de cada epítope) induzca la
activación de una célula linfoide se requiere de estímulos adicionales, que generalmente dependen de los
linfocitos T, como se describirá en el tema 17. Un ejemplo de antígeno monovalente lo representan las
proteínas globulares que poseen una copia única de cada epítope mientras que los polisacáridos y los
ácidos nucleicos, por ser polímeros, poseen muchas copias del mismo epítope.

Debido a que en la mayoría de los antígenos existen varios determinantes antigénicos diferentes, cuando
éstos son inyectados a un animal o a un individuo inmunocompetente inducirá la activación de varios
clones de linfocitos; es decir son capaces de inducir la activación policlonal del sistema inmunitario y en
consecuencia dará origen a una respuesta heterogénea caracterizada por la presencia, en su suero de
varios anticuerpos, cada uno capaz de reconocer solo a un determinante antigénico. El suero del animal
o del individuo inmunizado contendrá todos los anticuerpos producidos por el sistema inmunitario
después de la administración de un inmunógeno y este suero se conoce como antisuero (Figura 2-2). El

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Antígenos

estudio in vitro de los anticuerpos y de sus reacciones con los antígenos se llama serología. Existen
diferentes métodos de laboratorio que permiten estudiar los anticuerpos producidos por un individuo
después de la inmunización con un antígeno.

Figura 2-2. Los antígenos inducen una respuesta inmunitaria heterogénea. Debido a la naturaleza compleja
de los antígenos, cuando se inyecta un antígeno que posee varios determinantes antigénicos (al menos dos
epítopes diferentes) éste inducirá la activación de varios clones de linfocitos induciendo la formación de varios
anticuerpos, los cuales pueden detectarse en el suero del individuo inyectado

Un determinante antigénico o epítope puede estar presente en cualquier tipo de compuesto incluyendo
proteínas, glúcidos, lípidos y ácidos nucleicos. En las proteínas la presencia de un determinante
antigénico puede depender de la estructura primaria de la proteína es decir de la secuencia de
aminoácidos; en otros casos la presencia de un determinante antigénico depende de la conformación o
disposición espacial de la proteína; es decir, depende de la estructura terciaria de la proteína. Cuando un
determinante antigénico está formado por varios aminoácidos adyacentes se llama determinante lineal o
continuo (Figura 2-3A), por lo general, este tipo de determinante es poco accesible en la proteína nativa
y se pone de manifiesto cuando la proteína es procesada o desnaturalizada. Al contrario, los
determinantes tridimensionales, conformacionales o discontinuos están formados por aminoácidos
situados en zonas distantes de la estructura primaria pero que se yuxtaponen en el espacio cuando la
proteína se encuentra plegada (Figura 2-3B). Además una proteína puede sufrir modificaciones gracias a
diferentes reacciones bioquímicas (fosforilación, glucosilación, acetilación, proteólisis); dichas
modificaciones pueden generar nuevos epítopes, este tipo de epítopes se denominan determinantes
neoantigénicos (Figura 2-3C).

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Antígenos

Figura 2-3. Naturaleza de los determinantes antigénicos. En una proteína los determinantes antigénicos pueden
depender de la secuencia de aminoácidos o de su estructura primaria de una proteína (A) o del plegamiento de la
proteína o de su estructura terciaria (B) así mismo, los epítopes pueden generarse después que la proteína sufre
alguna modificación (C)

Antígenos timoindependientes y timodependiente


A fin de comprender los mecanismos celulares que originan una respuesta inmunitaria es necesario
discriminar entre los antígenos que son capaces de inducir la producción de anticuerpos en ausencia de
linfocitos T de aquellos que requieren de la presencia de los linfocitos T a fin de que los linfocitos B
produzcan anticuerpos. Es decir, existen antígenos que no inducen la producción de anticuerpos en
ausencia de linfocitos T; en este caso las células T generan señales que son fundamentales para la
activación, proliferación y diferenciación de los linfocitos B, sin las cuales es imposible que se produzca
una respuesta de anticuerpos. Los antígenos que estimulan tanto a los linfocitos B como a los linfocitos
T durante una respuesta inmunitaria humoral se conocen como antígenos timodependientes; por el
contrario, los antígenos que inducen la producción de anticuerpos sin la participación de los linfocitos T
se denominan antígenos timoindependientes (Figura 2.4). Las características de la respuesta inmune
humoral varia, según el antígeno que la induzca pertenezca a un grupo u otro. Los antígenos de
naturaleza proteica son timodependientes, estos antígenos inducen respuestas caracterizadas por
anticuerpos de todos los isotipos y además inducen memoria inmunológica. Por el contrario, los
antígenos timoindependientes; generalmente polisacáridos o lipopolisacáridos no inducen memoria
inmunológica e inducen la producción de anticuerpos que pertenecen, únicamente a la clase IgM.

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Antígenos

Figura 2-4. Antígenos timoindependientes y timodependientes. A diferencia de los antígenos


timoindependientes (A) la producción de anticuerpos frente a antígenos timodependientes (B) únicamente es
posible con la participación de los linfocitos T

Se ha demostrado que los antígenos timodependientes cuentan, al menos, con dos determinantes
antigénicos diferentes, uno capaz de interactuar y estimular a los linfocitos T denominado determinante
inmunogénico y otro capaz de estimular a los linfocito B y reaccionar con los anticuerpos formados,
llamado determinante hapténico.

Antígeno heterófilo o heterogenético


Se trata de un antígeno que se encuentra presente en organismos que pertenecen a especies diferentes; en
otras palabras, se trata de un antígeno “compartido” por individuos no relacionados filogenéticamente.
Un ejemplo de este tipo de antígenos lo representa el antígeno de Forssman, el cual se encuentra
ampliamente distribuido en la naturaleza y se detecta en los glóbulos rojos de diferentes especies
animales, tales como carneros u ovejas, cobayos, caballos, pollos e incluso en humanos de los grupos
sanguíneos A y B; también está presente en muchos vegetales y en determinadas bacterias; por ejemplo
en salmonellas, shigellas y neumococos. El antígeno de Forssman induce la producción de anticuerpos,
denominados anticuerpos heterófilos en individuos antígeno de Forssman negativo (que no poseen el
antígeno); estos anticuerpos son de clase IgM.

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Antígenos

Reacciones cruzadas
Cuando dos o más antígenos comparten uno o más determinantes antigénicos o poseen epítopes de
estructura similar, algunos anticuerpos producidos contra uno de los dos antígenos pueden reaccionan
con el (los) otro(s) antígeno(s) que ocasionó la producción de dichos anticuerpos dando lugar a una
reacción cruzada. En este caso, la reacción antígeno-anticuerpo ocurre entre un antígeno y los
anticuerpos inducidos por otro antígeno. En otras palabras, en una reacción cruzada un anticuerpo
reacciona con un antígeno diferente al que indujo su formación y secreción, siempre y cuando ese
antígeno posea uno o más epítopes idénticos o similares. En la reacción cruzada intervienen dos tipos de
antígeno: antígeno homólogo y el antígeno heterólogo (Figura 2-5).

Figura 2-5. Una reacción cruzada ocurre entre dos o más antígenos que comparten al menos, un epítope o
determinante antígeno. Suponga dos antígenos diferentes que comparte uno o más epitopes (A). Si se inyecta el
Ag1 a un animal inmunocompetente, este responderá inmunológicamente produciendo anticuerpos que pueden
detectarse en su suero (antisuero); como el Ag1 induce una respuesta inmunitaria en el conejo, el Ag1 es el
antígeno homólogo de la reacción cruzada (B). Si el Ag2 (que posee determinantes antigénicos similares o iguales
al Ag1) se pone en contacto con el antisuero procedente del animal inmunizado, éste reaccionará con el antisuero
a pesar de no haber inducido la respuesta inmunitaria; por ello el Ag2 es el antígeno heterólogo de la reacción
cruzada (C)

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Antígenos

El antígeno homólogo de una reacción cruzada es el antígeno que induce la producción de los
anticuerpos en el individuo inmunizado, por lo que reacciona específicamente con ellos mientras que el
antígeno heterólogo es el antígeno que en una reacción cruzada reacciona con los anticuerpos sin inducir
la producción de dichos anticuerpos.

Importancia clínica de las reacciones cruzadas


En el laboratorio se aprovechan las reacciones cruzadas para algunas pruebas diagnósticas. Por ejemplo:
Proteus OX19 posee antigenicidad cruzada con Rickettsia prowazeki y R. rickettsi (agentes etiológicos
del tifus y de la fiebre manchada de la Montañas Rocosas, respectivamente). Esta reacción cruzada
permite el diagnóstico de infecciones causadas por R. prowazeki y R. rickettsi utilizando Proteus OX19
que es una bacteria de fácil cultivo al contrario de las rickettsias que son difíciles de cultivar in vitro.
Treponema pallidum (agente etiológico de la sífilis) posee un hapteno lipídico llamado antígeno de
Wasserman o cardiolipina que también está presente en el músculo cardiaco bovino. Debido a que
Treponema pallidum no se puede cultivar in vitro, en el laboratorio se utiliza como antígeno la
cardiolipina obtenida de corazón bovino para el diagnóstico de sífilis.

Las reacciones cruzadas permiten explicar la patogenia de varias enfermedades; por ejemplo, se admite
que la lesión del tejido cardiaco de pacientes con fiebre reumática (una enfermedad posestreptocócica de
carácter inflamatorio) depende de la reacción cruzada entre los anticuerpos producidos frente a
Streptococcus pyogenes y los antígenos heterólogos presentes en el tejido cardiaco del individuo.
Algunas cepas de estreptococos del grupo A contienen antígenos de membrana que tienen reacción
cruzada con antígenos de tejido cardiaco humano; por ello los anticuerpos producidos contra la bacteria
también reaccionan con ciertos antígenos propios presentes en el tejido cardiaco, generando lesión
tisular que estimula el proceso inflamatorio.

En un futuro se podrá emplear el fenómeno de inmunidad cruzada con el fin de inducir una inmunidad
específica contra determinado germen. Existen seis tipos de bacilos Haemophilus influenzae, uno de los
cuales, el tipo B es responsable de infecciones que ocasionan meningitis y epiglotitis en los niños,
afecciones que tienen un alto porcentaje de mortalidad. Epidemiológicamente, se sabe que estas
enfermedades no se presentan en el recién nacido ni en los adultos. En los primeros porque reciben de la
madre anticuerpos contra este germen y en adultos porque el 95 % presentan anticuerpos contra el
Haemophilus sin que ellos hayan padecido la infección. Este curioso fenómeno de tener anticuerpos
contra un microorganismo con el cual no se ha tenido contacto se explica por la presencia de
determinantes antigénicos similares entre Haemophilus y otros gérmenes no patógenos. Staphylococcus
aureus y algunas cepas de Escherichia coli poseen en su membrana derivados del ácido teicoico,
sustancia presente igualmente en Haemophilus influenzae. Una infección con algunos de los gérmenes
mencionados que tienen poca o ninguna patogenicidad, es suficiente para inducir la producción de
anticuerpos que pueden reaccionar cruzadamente contra Haemophilus y en consecuencia defendernos de
la infección por este germen.

Factores que determinan la inmunogenicidad de un antígeno:


La capacidad de un antígeno de inducir una respuesta inmunitaria, es decir la inmunogenicidad de un
antígeno depende de la interacción del inmunógeno con el organismo; por ello el estudio de la

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Antígenos

inmunogenicidad debe incluir los factores relativos a la sustancia, factores relativos al anfitrión e incluso
factores relacionados con la forma en que se administra el antígeno.

a) Factores relativos a la sustancia


Carácter extraño: los mejores inmunógenos son aquellas sustancias cuya composición y estructura son
diferentes a las sustancias presentes en el anfitrión ya que el sistema inmunitario es capaz de responder
frente a aquellas sustancias que reconoce como extrañas (o ajenas). La constitución química y antigénica
de los seres vivos depende de la información genética contenida en su patrimonio genético. Dos
individuos con el mismo genotipo (gemelos) tienen el mismo grupo de antígenos en sus células y
líquidos corporales y por ende los antígenos de uno no son inmunogénicos para el otro; sin embargo,
individuos de la misma especie pero que difieren genéticamente pueden presentar sustancias no
idénticas y con más razón individuos de especies diferentes. Cuanto mayor sea la disparidad genética
entre la procedencia de la sustancia y el anfitrión que la recibe, mayor será la inmunogenicidad de la
sustancia.

Por ello el carácter extraño depende de la procedencia del antígeno. El término xenoantígeno hace
referencia a aquellos antígenos que proceden de especies diferentes al anfitrión como las proteínas
pertenecientes a los microorganismos que causan enfermedades en los humanos. Los aloantígenos son
antígenos que proceden de individuos que pertenecen a la misma especie que el anfitrión pero que
difieren desde el punto de vista genético como por ejemplo los antígenos de grupo sanguíneo. Los
autoantígenos, son antígenos que proceden del anfitrión y que en circunstancias excepcionales induce
una respuesta inmunitaria. De los tres (xenoantígenos, aloantígenos y autoantígenos) los inmunogénicos
más potentes son los xenoantígenos gracias a su carácter extraño.

Peso molecular: hay una correlación directa entre el peso molecular y la inmunogenicidad de una
sustancia; cuanto mayor sea el peso molecular (tamaño) de una sustancia mayor será su
inmunogenicidad.

Naturaleza química y composición: los mejores inmunógenos son las sustancias de naturaleza proteica.
Los carbohidratos y lípidos tienen una inmunogenicidad variable que depende en gran medida de su
tamaño y composición. Los polímeros compuestos de un solo azúcar o de un solo aminoácido
(homopolímeros) inducen una respuesta inmunitaria débil mientras que los copolímeros son buenos
inmunogénos. Por otra parte, las proteínas con aminoácidos aromáticos como la fenilalanina y el
triptófano son más inmunógenas que aquellas que no poseen en su estructura este tipo de aminoácidos.

b) Factores relativos al anfitrión


Constitución genética: cada individuo tiene un conjunto de genes que hace posible el reconocimiento del
antígeno y en consecuencia la respuesta inmunitaria inducida frente a el antígeno; los genes “de
reconocimiento” para el antígeno que existen en cada individuo hacen que algunos individuos y no
otros, respondan mejor frente a ciertos antígenos. Cuando ocurre una epidemia algunos de los individuos
infectados enferman y desarrollan una pobre respuesta inmune mientras que otros presentan pocos o
ningún síntoma asociado a la infección, estos últimos no enferman porque fueron capaces de desarrollar
una respuesta inmunitaria frente a los antígenos derivados del microorganismo causante de la epidemia.

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Antígenos

A nivel de las especies también puede observarse esto, los polisacáridos generan respuestas inmunes
muy potentes en humanos y ratones pero no en conejos.

Edad, estado nutritivo y las inmunodeficiencias: un individuo con un sistema inmunitario inmaduro,
envejecido o deprimido responde débilmente o no responde frente a un antígeno mientras que ese mismo
antígeno es capaz de generar una respuesta inmunitaria satisfactoria en individuos con edades
intermedias, bien nutridos y libres de inmunodeficiencias.

c) Factores relativos a la forma de administración


Vía de administración: los antígenos pueden administrarse por vía intravenosa, intradérmica,
subcutánea, intramuscular e intraperitoneal ya que estas vías permiten colocar el antígeno en contacto
con el sistema inmune sin alteración y facilita la interacción entre las células que participan en la
respuesta inmune. Así mismo, la vía de administración determina el tipo de respuesta; por ejemplo, la
administración intravenosa de un antígeno provoca respuestas inmunitarias de tipo humoral ya que los
antígenos administrados por esta vía son llevados al bazo, el principal órgano productor de anticuerpos.
Si el antígeno se administra vía subcutánea o intradérmica pasan primero a los ganglios linfáticos locales
lo que favorece el desarrollo de una respuesta inmunitaria celular. La clase o el isotipo de anticuerpo
producido en la respuesta generada después de la administración de un inmunógeno también depende de
la vía de administración; las vías antes mencionadas inducen la producción de anticuerpos de clase IgG
mientras que si el antígeno se administra por vía oral (vacuna contra la polio) o por vía respiratoria
(vacunas contra rinovirus) se producen anticuerpos de clase IgA.

Dosis: la cantidad administrada de un inmunógeno determina el desarrollo de la respuesta inmunitaria y


varía según el antígeno a administrar y la especie receptora. Dosis muy baja del inmunógeno puede no
estimular suficientes linfocitos para generar una respuesta satisfactoria; por otra parte, dosis muy
elevadas pueden inducir anergia de las células linfoides y con ello generar tolerancia.

Número e intervalo entre las dosis: después de la primera administración de un antígeno los anticuerpos
son de clase IgM y se encuentran en concentraciones bajas, después de la segunda administración los
anticuerpos que predominan son de clase IgG y su concentración es más elevada. Con cada
administración del antígeno la concentración de anticuerpos y la memoria inmunológica aumenta hasta
alcanzar un nivel adecuado que protege al individuo. Para cada sistema antígeno/anfitrión debe
determinarse las condiciones más adecuadas que induzcan el nivel de protección requerido.

Uso de adyuvantes: los adyuvantes son productos de origen biológico que incrementan la
inmunogenicidad de un antígeno. Los adyuvantes evitan la degradación de los antígenos y dan origen a
un depósito desde el cual se libera lentamente el antígeno y con ello prolongan el estímulo antigénico,
además inducen la formación de granulomas donde se reúnen las células que participan en las reacciones
inmunitarias. Pueden incrementar las señales que necesitan las células linfoides favoreciendo el
desarrollo de la respuesta frente a los antígenos. Debido a que los adyuvantes incrementan el poder
inmunógeno de un antígeno frecuentemente son añadidos a las vacunas; entre los adyuvantes más
comúnmente usados para estimular la respuesta inmune en humanos se mencionan las sales de sulfato de
aluminio y potasio (o alumbre) y preparaciones que contienen bacterias tales como Bordetella pertusis y
Mycobacterium spp (Cuadro 2-1).

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Antígenos

Cuadro 2-1. Adyuvantes de uso común y sus mecanismos de acción

Adyuvante Composición Mecanismo de acción


Induce la precipitación del antígeno lo que permite que
el antígeno se libere más lentamente.
Sales insolubles de sulfato
Alumina El antígeno precipitado es captado con más facilidad
de aluminio y potasio
por los macrófagos.
Induce la formación de granulomas
El antígeno se libera lentamente, incrementando el
Adyuvante estímulo antigénico
Emulsión de aceite en
incompleto de Incrementa las señales estimuladoras emitidas por los
agua
Freud macrófagos
Induce la formación de granulomas
El antígeno se libera lentamente, incrementando el
Adyuvante Emulsión de aceite en estímulo antigénico
completo de agua con micobacterias Incrementa en forma muy potente, las señales
Freud muertas estimuladoras emitidas por los macrófagos
Muy potente en la formación de granulomas
Alumbre y Gel de hidróxido de Liberación lenta del antígeno
Bordetella aluminio y B. pertussis Incrementa las señales estimuladoras de los macrófagos
pertussis muerta Induce la activación no especifica de los linfocitos
Polinucleótidos
sintéticos y
Induce la activación no especifica de los linfocitos
lipopolisacáridos
bacterianos
Complejos
Micelas de detergente en
estimuladores de Se fusiona con la célula presentadora de antígeno,
las que se incluyen
inmunidad llevando el antígeno al citosol de la célula
proteínas virales
(ISCOM)

Antígeno inmunodominante y antígeno que induce protección:


Son aquellos que poseen una inmunogenicidad elevada y por ende son los que inducen una respuesta
inmunitaria. Es importante destacar que el hecho de que un antígeno sea inmunodominante no significa
que la respuesta inducida por ellos sea capaz de proteger frente a una determinada enfermedad. Durante
la producción de una vacuna es necesario seleccionar antígenos que sean inmunodominantes y además
que induzca una respuesta inmunitaria protectora.

Los superantígenos
Son proteínas de origen bacteriano o viral que se unen a las moléculas del complejo mayor de
histocompatibilidad y al receptor para antígeno del linfocito T de una manera muy distinta a la que lo
hacen los antígenos convencionales (Figura 2-6). La interacción entre el recetor del linfocito T, la
molécula del complejo mayor de histocompatibilidad y el superantígeno genera una señal de activación

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Antígenos

tan potente que provoca la activación y proliferación de hasta el 30% de los linfocitos T. Estos linfocitos
T activados secretan gran cantidad de citocinas lo que explica la fisiopatología de las enfermedades
causadas por microorganismos que expresan superantígenos.

Antígenos como toxinas producidas por Staphylococcus aureus (una bacteria que causa intoxicación
alimentaria) y S. pyogenes (causa más frecuente de faringitis bacteriana), inducen la activación de
numerosos clones de linfocitos T, con la consiguiente producción de grandes cantidades de citocinas que
inducen fiebre, diarrea e hipotensión lo que conduce al desarrollo de choque (schock) tóxico que
compromete seriamente la vida del paciente.

Figura 2-6. Superantígenos, los inmunoestimulantes más potentes. Durante el reconocimiento antigénico los
linfocitos T interactúan con complejos formados por péptidos y moléculas del complejo mayor de
histocompatibilidad expresados en la membrana plasmática de las células presentadoras de antígeno. Sin embargo
existen algunos antígenos de origen bacteriano o viral que son reconocidos por el receptor de las células T de un
modo diferente; tales antígeno no forman complejos con moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad
sino más bien se unen “con el exterior” de las proteínas del CPH. CPA= célula presentadora de antígeno. CPH=
complejo mayor de histocompatibilidad. RCT= receptor de las células T

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Antígenos

Antígenos secuestrados
Este término hace referencia a antígenos propios que por su ubicación anatómica no son accesibles al
sistema inmunitario en el período durante el cual se induce tolerancia a los antígenos propios. A manera
de ejemplo puede mencionarse las proteínas del cristalino, del sistema nervioso central, los testículos o
la tiroides. Estos antígenos, normalmente “atrapados” son inaccesibles al sistema inmunitario; no
obstante, durante ciertas circunstancias como traumatismo o procesos inflamatorios intensos pueden
„liberarse” y dar origen a una respuesta inmunitaria que comprometería la salud del individuo.

Antígeno recombinante
Un antígeno recombinante es aquel producido gracias a la tecnología del ADN recombinante. Para ello
la secuencia del gen que codifica el antígeno se inserta en un plásmido y este se utiliza para transformar
a una bacteria; posteriormente, el microorganismo produce in vitro el antígeno de interés. Algunas
pruebas de laboratorio para la detección de anticuerpos anti-Trypanosoma cruzi (protozoario, agente
etiológico de la tripanosomiasis americana o enfermedad de Chagas) usan este tipo de antígenos.
También, gracias a la tecnología del ADN recombinante ha sido posible preparar la vacuna contra la
hepatitis usando el antígeno de superficie del virus de la hepatistis B.

Glosario: fatales y puede reaparecer en aquellas personas


que sobreviven
Citocinas: proteínas de bajo peso molecular
Anergia: condición en la que el sistema inmunitario
secretadas por diversas células que participan en
falla en el desarrollo de una respuesta frente a un
la respuesta inmunitaria. Regulan las respuestas
antígeno
inmunitarias innatas y adaptativas, así como
Anfitrión: organismo que recibe al parásito
también la hematopoyesis
(bacteria, hongo, virus, protozoario, etc); el
Complejo mayor de histocompatibilidad (CPH):
anfitrión ofrece los medios para que el parásito
locus genético muy polimórfico que determina
viva, se alimente y se multiplique
la expresión de los antígenos (o moléculas) de
Anticuerpo: glucoproteína que se une
histocompatibilidad los cuales participan en las
específicamente a una sustancia, también
interacciones celulares durante la respuesta
llamada inmunoglobulina, producida en
inmunitaria. Sus productos son los principales
respuesta a la activación del sistema inmunitario.
causantes del rechazo de los injertos entre
En los humanos los anticuerpos puede ser de
individuos genéticamente diferentes y de la
clase IgG, IgM, IgA, IgD e IgG
transmisión de señales entre los linfocitos y las
Bacteria: microorganismo procariota, rodeado por
células que expresan antígenos
paredes celulares rígidas responsable de la forma
Desnaturalización: alteración drástica de la
de la célula; aunque poseen ribosomas carecen
conformación de una proteína o ácido nucleico
de otras organelas citoplasmáticas como
como consecuencia de la ruptura de enlaces no
mitocondrias, cloroplastos o citoesqueleto y se
covalentes por exposición al calor o a sustancias
multiplican por división binaria. Pueden formar
químicas
agrupaciones características (cadenas, racimos,
Epidemia: ocurrencia de un número mayor al
etc)
esperado de casos de una enfermedad en un área
Choque: colapso circulatorio en potencia mortal,
geográfica y tiempo determinado
ocasionado por diferentes causas. Se caracteriza
Estructura primaria: en las proteínas se refiere a la
por una disminución significativa de la presión
disposición lineal (secuencia) de aminoácidos
arterial.
dentro de una cadena polipéptidica
Choque tóxico: trastorno poco frecuente provocado
por una toxina bacteriana. Posee consecuencias

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Antígenos

Estructura terciaria: en las proteínas se refiere a la Polisacárido: polímero lineal o ramificado de


forma tridimensional de una cadena monosacáridos conectados por enlaces
polipéptidica estabilizada por interacciones entre glucosídicos (Ej., glucógeno, celulosa)
las cadenas laterales Proteína: polímero lineal de aminoácidos
Filogenética: parte de la biología evolutiva que se conectados por enlaces peptídicos, plegados en
ocupa de determinar la filogenia, y estudia las forma tridimensional (conformación); las
relaciones evolutivas entre diferentes grupos de proteínas son elementos estructurales y
organismos funcionales de la célula
Filogenia: relación de parentesco entre especies. Protozoario: microorganismo eucariota unicelular.
Granuloma: nódulos de tejido inflamatorio Algunos son patógenos del hombre y los
conformados por macrófagos activados que a animales (Ej., Leishmania chagasi,
menudo rodean a las partículas antigénicas. La Trypanosoma cruzi, Toxoplasma gondii, etc)
presencia de una masa rica y densa de Suero: porción clara de un líquido orgánico (sangre,
macrófagos mejora el procesamiento y leche, linfa) libre de células, obtenido después
presentación del antígeno de la coagulación. El suero sanguíneo no
In vitro: dentro de un recipiente (tubo de ensayo, contiene fibrinógeno ni ninguna de las proteínas
cápsula de Petri, frasco de cultivo, etc) de la coagulación
In vivo: dentro de un organismo vivo Tolerancia: falta de respuesta del sistema
Isotipo o clases de anticuerpos: determinado por la inmunitario frente a un antígeno como resultado
secuencia de aminoácidos de la región constante de la inactivación o muerte de los linfocitos. La
de las cadenas pesadas de las inmunoglobulinas. tolerancia frente a autoantígenos es una
En los humanos se han descrito cinco isotipos de característica del sistema inmunitario
inmunoglobulinas: IgG, IgM, IgA, IgD, IgE Vacuna: preparación de un antígeno microbiano
cada una con características estructurales y obtenida de diversas formas y que administrado
funcionales diferentes de manera adecuada, induce una respuesta
Lipopolisacárido: complejo molecular constituido inmunitaria adaptativa y memoria inmunológica;
por lípidos y carbohidratos. Endotoxina de las protege de las infecciones causadas por el
bacterias Gram negativas. Actúa como activador microorganismo a quien la recibe. A menudo se
policlonal de células B al inducir la proliferación combinan con adyuvantes a fin de incrementar el
y diferenciación de estas células poder inmunógeno de la preparación
Parásito: organismo que vive sobre otro o dentro de Virus: parásito intracelular estricto compuesto por
él y a sus expensas. Puede ser bacteria, hongo, ácido nucleico (ARN o ADN, nunca ambos) el
virus, protozoario, etc cual se encuentra encerrado en una cubierta
proteica. Incapaz de replicar por si mismo pues
carece de la maquinaría necesaria para ello

Ud puede profundizar sus conocimientos en:


Abbas A, Lichtman A & Pillai S. 2012. Inmunología celular y molecular. Séptima edición. Elsevier Saunders.
Capitulo 5 pp 101-103
Abbas A, Lichtman A & Pillai S. 2008. Inmunología celular y molecular. Sexta edición. Elsevier Saunders.
Capìtulo 4 pp 89-92
Kindt T, Goldsby R, Osborne B. 2007. Inmunología de Kuby. Sexta edición. McGraw-Hill Interamenricana.
Capítulo 4 pp76-81
Mora de Orta S & Corado J. 2003. Inmunología actual. Universidad de Carabobo, Dirección de medios y
publicaciones. Sección IV pp 61-70
Parslow T, Stites D, Terr A, Imbodem J. 2002. Inmunología básica y clínica. Décima edición. Manual moderno.
Capítulo 5 pp 81-84

Elaborado por Agrela IF y Gutiérrez CN 13


Antígenos

Pumarola A, Rodríguez-Torres A, García-Rodríguez JA & Piedrola-Angulo G. 1987. Microbiología y


parasitología médica. Segunda edición. Editorial Salvat. Capitulo 18 pp 205-213
Salinas M. 2010. La inmunología en la salud y la enfermedad. Editorial Panamericana. Capitulo 7 pp. 69-79

Elaborado por Agrela IF y Gutiérrez CN 14

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