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PARCIAL DE HISTORIA DEL ARTE

TEMAS:

 Patrimonio: Identidad y cultura


 Culturas Precolombinas: América (olmeca, Tenochtitlan, mayas, aztecas e incas) Argentina (condorhuasi, tafi, la
candelaria, la aguada, la ciénaga)
 Renacimiento y manierismo (generalidades, nombre, definición, donde, quienes son los referentes, características
perfección y técnicas)
 Barroco

Patrimonio Cultural:

El patrimonio cultural es la herencia cultural propia del pasado de una comunidad, mantenida hasta la actualidad y
transmitida a las generaciones presentes y futuras.

Las entidades que identifican y clasifican determinados bienes como relevantes para la cultura de un pueblo, de una
región o de toda la humanidad, velan también por la salvaguarda y la protección de esos bienes, de forma tal que sean
preservados debidamente para las generaciones futuras y que puedan ser objeto de estudio y fuente de experiencias
emocionales para todos aquellos que los usen, disfruten o visiten.

Patrimonio artístico es la parte del patrimonio cultural y del patrimonio histórico que se manifiesta en las obras de
arte.

Considerando que "todos los pueblos contribuyen a la diversidad y riqueza de las civilizaciones y culturas, que
constituyen el patrimonio común de la humanidad" y que "el respeto de los conocimientos, las culturas y las prácticas
tradicionales indígenas contribuyen al desarrollo sostenible y equitativo y a la ordenación de lo que sea si es adecuada
del medio ambiente", el 13 de septiembre de 2007 se adopta la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos
de los pueblos indígenas, que establece que "los pueblos indígenas tienen derecho a mantener, controlar, proteger y
desarrollar su patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales"; "a practicar y revitalizar sus tradiciones y
costumbres culturales"; a practicar y enseñar sus propios idiomas y sus ceremonias espirituales; a mantener y proteger
sus lugares religiosos y culturales y a acceder a ellos; a mantener su integridad como pueblos distintos, sus valores
culturales e identidad étnica, así como a la restitución de los bienes culturales y espirituales de los cuales hayan sido
despojados.

Culturas Precolombinas:

América precolombina es el nombre que se da a la etapa histórica del continente americano que comprende desde la
llegada de los primeros seres humanos hasta el establecimiento del dominio político y cultural de los europeos sobre
los pueblos indígenas americanos. Esta época comprende miles de años, y sucesos tan relevantes como las primeras
migraciones humanas desde Asia a través de Beringia y la revolución neolítica.

El concepto refiere a la época anterior al arribo de Colón a América en 1492. Sin embargo, se emplea usualmente para
englobar la historia de todas aquellas sociedades nativas antes de que se hiciera notable la influencia europea, a pesar
de que esto ocurrió décadas o siglos después del primer desembarco de Colón. En español suele usarse como
sinónimo de América prehispánica.

En la América precolombina se desarrollaron cientos de culturas y decenas de civilizaciones originales a lo largo de


todo el continente. Las consideradas altas culturas precolombinas surgieron en Mesoamérica y los Andes. De norte a
sur podemos nombrar las culturas Anasazi, Misisipiana, Mexica, Tolteca, Teotihuacana, Zapoteca, Olmeca, Maya,
Muisca, Cañaris, Moche, Nazca, Chimú, Inca y Tiahuanaco entre otras. Todas ellas elaboraron complejos sistemas de
organización política y social y son notables por sus tradiciones artísticas y sus religiones.

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Las civilizaciones americanas descubrieron e inventaron elementos culturales muy avanzados como calendarios,
complejos sistemas de mejoramiento genético como el que generó el maíz y la papa, sistemas de construcción
antisísmicos, así como un dominio en el trabajo de la piedra, sistemas de gestión ambiental de amplias zonas
geográficas, sistemas de riego, nuevos sistemas de escritura, nuevos sistemas políticos y sociales, una avanzada
metalurgia y producción textil.

Las civilizaciones precolombinas también descubrieron la rueda, que no resultó de utilidad productiva debido en parte
a las cordilleras y selvas donde se encontraban, pero fue utilizada para la fabricación de juguetes.

 Teotihuacán o Teotihuacan (en náhuatl:‘‘lugar donde los hombres se convierten en dioses ’; ‘lugar donde se
hicieron los dioses ’; ‘ciudad de los dioses’’) es el nombre que se da a la que fue una de las mayores ciudades
prehispánicas de Mesoamérica. El topónimo es de origen náhuatl y fue empleado por los mexicas para identificar a
esta ciudad construida por una civilización anterior a ellos y que ya se encontraba en ruinas cuando los mexicas la
vieron por primera vez.
Los orígenes de Teotihuacán son todavía objeto de investigación entre los especialistas. Alrededor del inicio de la
era cristiana, Teotihuacán era una aldea que cobraba importancia como centro de culto en la cuenca del Anáhuac.
Las primeras construcciones de envergadura proceden de esa época, como muestran las excavaciones en la
Pirámide de la Luna. El apogeo de la ciudad tuvo lugar durante el Periodo Clásico (ss. III-VII d. C.). En esa etapa, la
ciudad fue un importante nodo comercial y político. El declive de la ciudad ocurrió en el siglo VII, en un contexto
marcado por inestabilidad política, rebeliones internas y cambios climatológicos que causaron un colapso en el
Norte de Mesoamérica. La mayor parte de la población de la ciudad se dispersó por diversas localidades en la
cuenca de México.
Sus ruinas han sido exploradas desde la época prehispánica, entre otros, por los toltecas y los mexicas. El
descubrimiento de objetos teotihuacanos en los yacimientos arqueológicos de Tula y el Templo Mayor de México-
Tenochtitlan. Actualmente, los restos de Teotihuacán constituyen la zona de monumentos arqueológicos con
mayor afluencia de turistas en México, por encima de Chichén Itzá, El Tajín y Monte Albán. Las excavaciones
arqueológicas en Teotihuacán continúan hasta nuestros días, y han dado como resultado un paulatino incremento
en la calidad y cantidad del conocimiento que se tiene sobre esta ciudad.
o La pirámide del Sol es el mayor edificio de Teotihuacán y el segundo en toda Mesoamérica, sólo detrás de la
Gran Pirámide de Cholula. Por sus considerables dimensiones se puede observar a varios kilómetros de
distancia. Tiene una altura de 63 metros, con una planta casi cuadrada de aproximadamente 225 metros por
lado.
o La pirámide de la Luna es uno de los edificios más antiguos de Teotihuacán. Durante el siglo XIX también se
conoció como Meztli Iztácual, nombre que Manuel Orozco y Berra recoge en su obra, donde sostiene la
hipótesis decimonónica de que Teotihuacán fue una ciudad tolteca.69 Su forma final la adquirió después de
siete etapas constructivas. Tiene una planta aproximadamente cuadrada de 45 metros por lado. Es de tamaño
menor que la Pirámide del Sol, pero se encuentra a la misma altura por estar edificada sobre un terreno más
elevado. Su altura es de 45 m. Junto a esta pirámide se encontró una estatua llamada Diosa de la Agricultura
que los arqueólogos sitúan en época tolteca primitiva.
Esta pirámide se encuentra situada muy cerca de la del Sol, cerrando por el norte el recinto de la ciudad. Desde
su explanada se inicia el recorrido del eje principal conocido como Vía o Calzada de los Muertos.
o El palacio de Quetzalpapálotl se localiza en el ángulo suroeste de la plaza de la Luna, detrás de la estructura 5 de
este conjunto. Se ha propuesto que fue la residencia de los principales sacerdotes de Teotihuacán. Para acceder
a su interior hay que subir una escalinata custodiada por unos jaguares. Desde la plataforma sobre la que se
encuentra el edificio es posible descender al patio central del palacio. Este espacio está rodeado por pórticos
que enmarcan los accesos a las cámaras interiores del palacio. Las columnas de piedra están talladas
profusamente con representaciones de mariposas y plumas de quetzal, de ahí el nombre del palacio.

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 La cultura tolteca es una de las culturas precolombinas de Mesoamérica. Se trata de la expresión de un pueblo
náhuatl que dominó en el norte del altiplano mexicano entre los siglos X y XII. Algunos de sus principales centros
fueron Huapalcalco en Tulancingo y la ciudad de Tollan-Xicocotitlan, localizada en lo que actualmente se conoce
como Tula de Allende (estado de Hidalgo, México). Esta ciudad es célebre por sus singulares estatuas de piedra
llamadas atlantes.
Los toltecas alcanzaron su apogeo entre los años 900 y 1200 d. C. Fueron el grupo dominante de un estado cuya
influencia se extendía hasta el actual estado de Zacatecas, y al sureste en la península de Yucatán. La relación entre
los toltecas y los mayas del período posclásico ha sido objeto de controversias. Mucho tiempo después de la caída
de Teotihuacan, hacia el año 700, hubo en Mesoamérica varios siglos de tinieblas y confusión, cambió la índole de
su civilización, las ciudades sin fortificaciones y gobernadas por élites religiosas se desmoronaron, y dieron lugar a
ciudades guerreras y a religiones más belicosas.
Su arte, plasmado en estatuas y relieves murales, está muy ligado a la arquitectura. Representaban a sus dioses y
personajes en esculturas de piedra, murales, cerámicas, pinturas y en trabajos de artesanía.
 La civilización maya fue una civilización mesoamericana desarrollada por los pueblos mayas, que destacó en
América por su escritura glífica, uno de los pocos sistemas de escritura plenamente desarrollados del continente
americano precolombino, así como por su arte, arquitectura y sistemas de matemática, astronomía y ecología.
Las primeras ciudades mayas se desarrollaron en torno a 750 a. C. Alrededor de 500 a. C. estas ciudades poseían
una arquitectura monumental, incluyendo grandes templos con fachadas de estuco. Durante el periodo formativo,
antes de 2000 a. C., se inició el desarrollo de la agricultura y la población se hizo sedentaria estableciéndose en las
primeras aldeas.
El arte maya es en esencia el arte de la corte real. Trata casi exclusivamente de la élite maya y su mundo. El arte
maya, elaborado a partir de materiales perecederos y no perecederos, sirvió para conectar los mayas con sus
antepasados. Aunque el arte maya sobreviviente solo constituye una pequeña porción de lo que los mayas crearon,
trata de una variedad más amplia de temas que cualquier otra tradición de arte en América. Tiene muchos estilos
regionales, y es único en la América antigua por contar con texto narrativo. El arte maya más elaborado data del
Clásico Tardío.

 La cultura olmeca es el nombre de la civilización que se desarrolló durante el Período Preclásico Medio. Se han
encontrado vestigios de su presencia en amplias zonas de Mesoamérica.
Durante mucho tiempo se consideró que la olmeca era la cultura madre de la civilización mesoamericana. Sin embargo,
no está claro el proceso que dio origen al estilo artístico identificado con esta sociedad, ni hasta qué punto los rasgos
culturales que se revelan en la evidencia arqueológica son creación de los olmecas del área nuclear. Sea cual haya sido el
origen de la cultura olmeca, la red de intercambios comerciales entre distintas zonas de Mesoamérica contribuyó a la
difusión de muchos elementos culturales que son identificados con la cultura olmeca, incluidos el culto a las montañas y
a las cuevas; el culto a la Serpiente Emplumada, como deidad asociada a la agricultura, el simbolismo religioso del jade e,
incluso, el propio estilo artístico, que fue reelaborado intensamente en los siglos posteriores a la declinación de los
principales centros de esta sociedad.
Se estima que los indicios más antiguos de la cultura olmeca son de alrededor de 1200 a. C., y los más recientes son
aproximadamente del año 400 a. C. La civilización olmeca se constituyó principalmente alrededor de 3 centros
ceremoniales: San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes, además de manifestarse en otros sitios como Laguna de los Cerros.
-El centro olmeca más antiguo registrado es el de San Lorenzo (1150 a. C. aprox.), municipio de Texistepec, situado en la
cuenca del río Coatzacoalcos, en el estado de Veracruz. El inicio del florecimiento de la cultura olmeca en este sitio
comenzó alrededor del año 1150 a. C., época de la que datan la mayor parte de las esculturas y elementos
arquitectónicos que caracterizan a la cultura olmeca, muchos de los cuales se conservan en el sitio. San Lorenzo fue
saqueado en el año 900 a. C., y las esculturas monumentales sufrieron un intento de destrucción; algunas se enterraron,
y otras fueron trasladadas al centro ceremonial La Venta.
-La venta: Fue el centro ceremonial más importante de los olmecas. Esta antigua ciudad se distingue por representar el
primer trazo arquitectónico planificado en el México antiguo, su arquitectura monumental de tierra, su gran acervo
escultórico y sus ofrendas de jade, al igual que por sus ofrendas masivas, únicas en el mundo prehispánico. En los

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alrededores de La Venta se han encontrado vestigios culturales que datan de 1750 antes de Cristo, aunque la ocupación
principal se concentra entre el 1200 y el 400 antes de Cristo. Cuenta con la pirámide más antigua de Mesoamérica y
también se han encontrado cabezas colosales y tronos, que merecen especial reconocimiento por el hecho de que para
construirlas, tuvieron que ser transportados los enormes bloques de basalto desde la Sierra de los Tuxtlas, a decenas de
kilómetros de ahí, ya que por ser una zona pantanosa y arenosa, no había piedras. Se cree que pudo llegar a albergar
hasta a 18.000 habitantes.
-El centro ceremonial de Tres Zapotes fue el último en desarrollarse. Es el más conocido porque fue el que sobrevivió
hasta una época más cercana, pero la civilización olmeca que se desarrolló aquí fue una cultura ya en decadencia, no el
esplendor que vivió en los centros ceremoniales anteriores.

Estos centros ceremoniales tenían función de ciudades, y en ellos se construyeron edificaciones de tierra y adobe, por lo
cual han perdurado pocos restos. Se construyeron montículos con templos en la parte superior, lo que se podía
considerar como un precursor de las pirámides mesoamericanas. También construyeron edificaciones en torno a patios
centrales, característicos de las civilizaciones posteriores en la zona. Desde el 900 a. C. existen pruebas de bruscos
cambios políticos; como muestra, el intento de destrucción de algunas de las cabezas olmecas.

Si para la mayoría de los especialistas como Michael D. Coe o Richard Diehl, la cultura olmeca es originaria de la costa del
Golfo (ZMO: Zona Metropolitana Olmeca), para la escuela francesa promovida por Christine Niederberger y desarrollada
en particular por Caterina Magni, la cultura olmeca aparece como un conjunto multiétnico y plurilingüístico que se
extiende sobre la mayor parte de Mesoamérica desde 1200 hasta 500 a. C.

La presencia olmeca se certifica en México (costa del Golfo, costa del Pacífico y altiplano central), principalmente en la
zona costera del Golfo de México entre los ríos Papaloapan y Grijalva, pero también en lugares como Chalcatzingo
(Morelos), Teopantecuanitlán (Guerrero).

o El arte olmeca era muy complejo y se poseen muchos objetos que aún se están investigando. Los más importantes y
conocidos son las Cabezas colosales olmecas que son un ejemplo de escultura monumental y una de sus mejores
representaciones artísticas.1 Se cree que pueden representar a guerreros o a jefes. Se conocen 17 ejemplares, la
mayoría de ellos repartidos entre el Museo de Antropología de Xalapa y el Parque Museo La Venta. Cabeza olmeca
exhibida en el museo municipal de San Andrés Tuxtla.
Una característica llamativa de estas cabezas colosales es la marcada apariencia negroide, lo que ha llevado a
diferentes conjeturas. Se han lanzado hipótesis, después rechazadas, que sugieren algunos contactos
interoceánicos en tiempos antiguos. Las nueve primeras cabezas que se encontraron, estaban en San Lorenzo, pero
se trasladaron a La Venta, donde fueron enterradas. Se cree que podrían representar cabezas de sus dioses —de ahí
el enterramiento— o de jefes, que se enterraron cuando éstos murieron. Se cree que podrían tener rasgos
idealizados, felinos, y de ahí ese aspecto. También se cree que son guerreros, y no dioses, por los cascos que llevan.
Fueron esculpidas en basalto traído desde lejanos lugares. Pesan varias toneladas y algunas miden hasta cuatro
metros de altura.
Entre los animales que les servían para alimento estaban los tlacuaches, monos, guajolotes, venados, tapires, pavos
silvestres, peces, mariscos y aves acuáticas. Es probable que también criaran abejas para obtener miel.

 Inca fue el soberano del Imperio incaico, entidad que existió en el occidente de América del Sur desde el siglo XIII hasta
el siglo XVI. También, eran usados los términos Cápac Inca (‘el Poderoso Inca’) y Sapa Inca (´el único’) cuyo dominio se
extendió inicialmente al curacazgo del Cuzco y luego al Tahuantinsuyo. El primer sinchi cuzqueño en utilizar el título de
inca fue Inca Roca, fundador de la dinastía Hanan Cuzco. El último inca en el gobierno fue Atahualpa. Posteriormente el
título fue empleado por los jefes de la resistencia a la conquista del Perú, como Manco Inca o Túpac Amaru I, conocidos
como incas de Vilcabamba.

La residencia de los incas se encontraba en Cuzco. Los miembros de la sociedad incaica consideraban que sus
gobernantes eran descendientes y sucesores de Manco Cápac, héroe cultural que introdujo la vida civilizada y en el cual
se apoyaba la legitimidad del régimen político incaico. De acuerdo con los cronistas de Indias y los testimonios de

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algunos conquistadores como Francisco Pizarro, el poder del inca era absoluto; por ello era poseedor no sólo de las
tierras del Tahuantinsuyo sino de todo aquello que se encontraba dentro de él, incluyendo las vidas de sus súbditos.

El Inca acumulaba en su persona la dirección política, social, militar y económica del Estado. Ellos ordenaban y dirigían la
construcción de las grandes obras de ingeniería, como Sacsayhuamán, fortaleza que tomó 50 años en terminarse; o cuál
era el plan urbanístico de las ciudades. Pero su obra más importante fue la red de caminos que surcaba todo el imperio y
permitía un rápido viaje para administradores, mensajeros y ejércitos provistos de puentes colgantes y tambos. Debían
siempre estar abastecidos y bien cuidados. Fundaban colonias militares para expandir su cultura y control y asegurar el
mantenimiento de dicha red. En Cuzco eran también curacas, a cargo de los caminos y limpieza de canales de regadío.

A nivel religioso, promovieron el culto a Inti, considerado su padre, u organizaban el calendario, señalando los días de
fiestas y sacrificios. A nivel político, enviaban inspectores para fiscalizar la lealtad y eficiencia de los funcionarios. Los
monarcas promovieron un gobierno unificado y descentralizado donde el Cuzco actuaba como eje articulador de las
distintas regiones suyos. Nombraban gobernadores de suma confianza. En el plano económico, decidían cuánto debía
tributar cada provincia según sus recursos. Sabían ganarse a los curacas para asegurar el control de las comunidades.
Estos eran los intermediarios mediante los que recolectaban tributos.

 Los mexicas—llamados en la historiografía tradicional aztecas— fueron un pueblo mesoamericano de filiación nahua que
fundó México-Tenochtitlan y hacia el siglo XV en el periodo posclásico tardío se convirtió en el centro de uno de
los Estados más extensos que se conoció en Mesoamérica. Aliados con otros pueblos de la cuenca lacustre del valle de
México —Tlacopan y Texcoco—, los mexicas sometieron a varias poblaciones indígenas que se asentaron en el centro y
sur del territorio actual de México agrupados territorialmente en altépetl.
Los mexicas se caracterizaban por la explotación de cultivos altamente simbióticos (dependencia a la manipulación
humana, como maíz, chile, calabaza, frijol, etc.), el uso extensivo de plumas para la confección de vestimentas, el uso de
calendarios astronómicos (uno ritual de 260 días y un civil de 365), una sofisticada metalurgia prehispánica ornamental y
militar basada principalmente en el bronce, oro y plata; una escritura en forma de pictogramas el cual era usado para la
documentación de hechos y el cálculo de obras arquitectónicas el cual estaba basado en un sistema métrico propio, que
para mediciones de terrenos es comparable con otros sistemas de medida de la Edad Moderna, el uso extensivo de
productos derivados de las cactáceas y agaves, y el uso de cerámico ígneo (Obsidiana) para fines quirúrgicos y bélicos.
o Los mexicas fueron el último pueblo mesoamericano que condensó una rica y compleja tradición religiosa, política,
cosmológica, astronómica, filosófica y artística aprendida y desarrollada por los pueblos de Mesoamérica a lo largo de
muchos siglos.
o El período mexica o azteca fue una fase más de otras culturas y períodos arqueológicos, entre los que destacan:
o OLMECAS (2 500 a.C-200 d.C): constructores de pirámides, los jefes eran los reyes-sacerdotes;
o TEOTIHUACAN (400 a.C-800 d.C): se encuentran el templo de la luna y la pirámide del sol; su dios principal fue
Quetzalcóatl;
o TOLTECAS (900 d.C-1168 d.C): tuvo como capital Tula (Tollan-Xicocotitlan).
o El pueblo mexica fue un buen pueblo escultor ya que podían realizar esculturas de todos los tamaños en las que
plasmaban temas religiosos o de la naturaleza. Captaban la esencia de lo que querían representar y luego realizaban
sus obras con todo detalle. En las esculturas más grandes solían representar dioses y reyes. Las más pequeñas las
utilizaban para representaciones de animales y objetos comunes. Los mexicas utilizaron la piedra y la madera y a veces
decoraban las esculturas con pintura de colores o incrustaciones de piedras preciosas.

La música, canto y danza acompañaba a todas las ceremonias de carácter religioso, los matrimonios, los funerales, los
sacrificios, las de carácter político como la ascensión de un nuevo dirigente, las de carácter guerrero e incluso las
festividades relacionadas con los ciclos calendáricos. Los bailes religiosos se realizaban en los patios de los templos.
Algunos instrumentos musicales usados son Teponaztli, Tecomapiloa, Omichicahuaztli, Huehuetl, Coyolli, Chililitli,
Chicahuaztli, Cacalachtli, Ayotl, Ayacahtli, Tetzilacatl, Ayoyotes.

 México-Tenochtitlan fue la capital del Imperio mexica. La fundación de la ciudad fue un acontecimiento cuya historia se
mezcla con la leyenda. No hay consenso científico sobre la fecha de la fundación de la ciudad pero pudo ocurrir a inicios

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del siglo XIV. Fuentes del siglo XVI que hicieron correlaciones de los antiguos calendarios con los occidentales la situaron
en 1325 o en 1345, en un islote al centro de la zona lacustre, de acuerdo con la información registrada en varios
documentos coloniales. La leyenda de la fundación cuenta que México-Tenochtitlan fue poblada por un grupo de
tribus nahuas migrantes desde Aztlán, lugar cuya ubicación precisa se desconoce. Tras merodear por las inmediaciones
del lago de Texcoco, los futuros mexicas se asentaron en diversos puntos de la cuenca de México que estaban sujetos al
señorío de Azcapotzalco. La migración concluyó cuando fundaron su ciudad en un islote cercano a la ribera occidental del
lago. Las excavaciones arqueológicas apuntan a que el islote de México estuvo habitado desde antes del siglo XIV y que
la fundación de Tenochtitlán pudo ser posterior a la de México-Tlatelolco, su "gemela" del norte. México-Tenochtitlan se
convirtió en un altépetl independiente tras el establecimiento de una alianza con Texcoco y Tlacopan que derrotó a
Azcapotzalco.

La capital de los mexicas se convirtió en una de las mayores ciudades de su época en todo el mundo y fue la cabeza de un
poderoso Estado que dominó una gran parte de Mesoamérica. El florecimiento de la ciudad se realizó a costa del tributo
pagado por los pueblos sometidos a su poder. Por ello, cuando los españoles llegaron a Mesoamérica, numerosas
naciones indígenas se aliaron con ellos con el objetivo de poner fin a la dominación tenochca. Cuauhtémoc —
último tlatoani de México-Tenochtitlan— encabezó la resistencia de la ciudad, que cayó el 13 de agosto de 1521 a manos
de los españoles y sus aliados indígenas, todos bajo el mando de Hernán Cortés.

México Tenochtitlán (lugar de tunas sobre piedra/las tunas son las frutas que da el nopal), se fundó en una pequeña isla
en medio de un lago donde en 1325 los antepasados de los mexica vieron un águila sobre un nopal, escena que vemos
representada en el escudo de la bandera mexicana.

Etimológicamente Tenochtitlán significa literalmente 'lugar de tunas sobre piedra', las tunas son las frutas que da
el nopal.

La economía azteca estaba basada en los tributos que los pueblos dominados estaban obligados a pagar. Otro punto
importante de la economía radicaba en el comercio, actividad que los mexicas realizaron con base en el trueque, y en la
que utilizaron como moneda, el grano de cacao y las habichuelas. Esta clase de comercio favorecía el intercambio de
productos.

Los mexicas introdujeron en su legislación el concepto de propiedad comunal, que era un pedazo de terreno entregado a
cada uno de los miembros del calpulli,26 llamados macehuales quienes, a diferencia de los nobles, poseían sólo las
tierras indispensables para sobrevivir.

Culturas Prehispánicas de Argentina

Abarca un período entre el 9.000 a.C. al 1.516 aproximadamente.

Entre ellas podemos encontrar:

PERÍODO TEMPRANO: Comprende las culturas que abarcan desde los primeros poblamientos hasta el año 650 de nuestra
era, son las siguientes:

Cultura Condorhuasi: hacia el 200 a.C. aparece la cultura Condorhuasi, en la actual Catamarca. Fue una sociedad de
pastores de llamas en la que la agricultura era solo complementaria. Tuvieron un culto violento, en el que utilizaban de
modo chamanista alucinógenos como el cebil y realizaban sacrificios humanos. Estuvieron entre los primeros en realizar
aleaciones metálicas. En la actualidad llaman poderosamente la atención sus esculturas antropomorfas de piedras
denominadas hoy Suplicantes, bellas y abstractas esculturas en las que se representan figuras humanas en una
conmovedora posición de súplica. Desaparecieron entre el 200 d.C. y el 500.

Cultura de Tafí: (Siglo III – Siglo IX). Contemporáneamente con la Cultura de la Ciénaga aparece la zona del Tafi del Valle, en
el actual territorio de Tucumán. Eran agricultores que cultivaban, entre otras cosas, maíz. Lo hacían en sencillas terrazas y
andenes y domesticaban llamas.

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Cultura de la Ciénaga: (1-600 d.C.) En el siglo I aparece esta primera sociedad plenamente agrícola que se desarrolló en
actual territorio argentino, también donde hoy está Catamarca. Tenían plantaciones de maíz y sistemas de irrigación por
canales. Tenían ganados de llamas y las utilizaban en caravanas para realizar intercambios entre aldeas. Construyeron
pequeñas aldeas. Construyeron pequeñas aldeas de no más de 30 viviendas. Fueron un antecedente directo para la Cultura
de la Aguada.

Cultura de la Candelaria: se desarrolló entre el año 200 y 1.000 de nuestra era en el área centro-sur andina de la provincia
de Salta y centro y norte de la de Tucumán en las llamadas selvas occidentales. Toma el nombre del departamento salteño
de La Candelaria, donde fue descubierta. La cerámica que produjeron es generalmente de color gris con trazos simples y
figuras geométricas como rectángulos y triángulos que representan figuras humanas y de animales. Fabricaban también
instrumentos musicales de viento con forma de animales.

Cultura de Alamito: se desarrolló entre el 400 a.C. y el 650 d.C. en la zona de Campo de Pucará (en la provincia de
Catamarca). Muy influenciada por la cultura Condorhuasi. Trabajaron admirablemente la piedra, creando las obras llamadas
Suplicantes tomando como modelo la figura humana, de absoluta originalidad.

Cultura Las Mercedes: se desarrolló entre el 400 a. C. y el 700 d. C en la sierras de Sumampa y GUasayán, en la provincia de
Santiago del Estero.

Cultura de San Francisco: es la más antigua manifestación de asentamientos de grupos agro alfareros del Noroeste
argentino. Se desarrolló desde el año 600 a. C. hasta el comienzo de nuestra era en los valles orientales jujeños.

PERÍODO MEDIO: Comprende las culturas desde el año 650 hasta el 850, son las siguientes:

Cultura de la Aguada: Entre los siglos IV y X se desarrolla la cultura de La Aguada en el territorio de las actuales provincias
de Catamarca y La Rioja, identificada por el arqueólogo argentino Rex González, quien la define como “la más andina de las
culturas del NOA”, vinculada al horizonte cultural Tiwanaku. La aguada se caracterizó por desarrollar un extraordinario arte
alrededor de la figura del yaguar.

Producían maíz, porotos, calabazas y maní. Su economía estaba apoyada en una extensiva agricultura en terrazas regadas
por complejos sistemas hidráulicos. Intercambiaban productos con lugares muy distantes: San Pedro de Atacama o el Valle
de Copiapó, usando un sistema transporte basado en las llamas. La metalurgia era muy avanzada y descubrieron el bronce
antes de la llegada de los españoles. Hacia el 900 d. C., La Aguada desaparece. Su herencia va a encontrarse en las Cultura
Belén y Santa María.

PERIODO TARDÍO: Comprende las cullturas desde el año 850 hasta a llegada de los incas en el 1450; son las siguientes:

Cultura Santa María (1200-1470): la existencia de terrazas de cultivo y sistemas de riego muy complejos permitió a Santa
María tener una gran población y acumular excedentes que eran almacenados en silos subterráneos. Cultivaron el maíz, la
papa, el poroto, la quínoa y el zapallo y recolectaron intensivamente algarroba y chañar. Fueron expertos ganaderos y
utilizaron el forraje. Realizaron un amplio intercambio de producto con otros pueblos distantes usando sus caravanas de
llamas. Alcanzaron un notable desarrollo de la metalurgia del cobre, el oro y la plata y fueron conocidos en toda la región
por sus bronces de excelente calidad. Santa María alcanzó una gran complejidad sociopolítica: un señor, cuyo poder era
hereditario; guerreros y sacerdotes, la cultura santamariana coincide en gran medida con la etnia diaguita.

Cultura Belén: se desarrolló en los departamentos de Belén y Tinogasta en la provincia de Catamarca, a lo largo del río
Hualfín. Su desarrollo se produce entre el año 1000 y el 1450 en los valles de Abaucán y Hualfín, donde estaba su centro
principal, y en el bolsón de Pipanaco.

Cultura de Humahuaca: correspondió al pueblo omaguaca, que habitaba la Quebrada de Humahuaca y zonas aledañas.

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RENACIMIENTO

Renacimiento es el nombre dado a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental durante los siglos
xv y xvi. Fue un período de transición entre la Edad Media y los inicios de la Edad Moderna. Sus principales exponentes se
hallan en el campo de las artes, aunque también se produjo una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas.
La ciudad de Florencia, en Italia, fue el lugar de nacimiento y desarrollo de este movimiento, que se extendió después por
toda Europa. El Renacimiento fue fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción
del hombre y del mundo. El término «renacimiento» se utilizó reivindicando ciertos elementos de la cultura clásica griega y
romana, y se aplicó originariamente como una vuelta a los valores de la cultura grecolatina y a la contemplación libre de la
naturaleza tras siglos de predominio de un tipo de mentalidad más rígida y dogmática establecida en la Europa medieval. En
esta nueva etapa se planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, con nuevos enfoques en los campos de las
artes, la política, la filosofía y las ciencias, sustituyendo el teocentrismo medieval por el antropocentrismo.

El Renacimiento marca el inicio de la Edad Moderna, un período histórico que por lo general se suele establecer entre
el descubrimiento de América en 1492 y la Revolución francesa en 1789, y que, en el terreno cultural, se divide en el
Renacimiento (siglos XV y XVI) y el Barroco (siglos XVII y XVIII), con subdivisiones como el manierismo, el rococó y el
neoclasicismo.

Características

De forma genérica se pueden establecer las características del Renacimiento en:

 La «vuelta a la antigüedad»: resurgieron tanto las antiguas formas arquitectónicas como el orden clásico y la
utilización de motivos formales y plásticos antiguos. Asimismo, se tomaron como motivos temáticos la mitología
clásica y la historia, así como la adopción de antiguos elementos simbólicos. Con ello el objetivo no era efectuar una
copia servil, sino la penetración y el conocimiento de las leyes que sustentan el arte clásico. Buena parte de esta
revalorización del arte clásico vino por los hallazgos arqueológicos de piezas como monedas, camafeos o esculturas
romanas, así como la recuperación de tratados clásicos como los de Vitruvio, esenciales en la renovación de la
arquitectura.
 Surgimiento de una nueva «relación con la naturaleza», que iba unida a una concepción ideal y realista de la ciencia.
La matemática se va a convertir en la principal ayuda de un arte que se preocupa incesantemente en fundamentar
racionalmente su ideal de belleza. La aspiración de acceder a la verdad de la naturaleza, como en la antigüedad, no
se orienta hacia el conocimiento de fenómeno casual, sino hacia la penetración de la idea.
 El Renacimiento hace al «hombre» medida de todas las cosas. Presupone en el artista una formación científica, que
le hace liberarse de las actitudes gremiales y mecanicistas más propias del medievo y elevarse en la escala social.
Esto supone revestir al artista de una nueva consideración, la de «creador». La figura humana es el nuevo centro de
interés del artista, que estudia con detenimiento la anatomía para hacer una representación fidedigna, al tiempo que
valora aspectos como el movimiento y la expresión.
 El «mecenazgo»: las clases altas patrocinaban y encargaban obras constantemente, ya que el arte era visto como un
instrumento de prestigio y refinamiento, lo que condujo a un momento de gran brillantez en todas las disciplinas
artísticas. Los principales centros de mecenazgo fueron la Florencia de los Médicis en el Quattrocento y la Roma
papal en el Cinquecento.

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Momentos

 El Quattrocento tuvo su centro neurálgico en Florencia y la Toscana. La sencillez y claridad estructural y decorativa
fue el rasgo fundamental de la arquitectura de este momento. Los modelos clásicos se someten a un proceso de
estilización y se adaptan al templo cristiano. Fue frecuente recurrir a los órdenes clásicos, con columnas y pilastras
adosadas, capiteles (con preferencia el corintio, aunque sustituyendo los caulículos por figuras fantásticas o de
animales), fustes lisos y casi omnipresencia del arco de medio punto. Se usa también la bóveda de cañón y de arista,
y cubiertas de madera con casetones. Lo que fundamentalmente distingue a la arquitectura del Quattrocento de la
del Alto Renacimiento es la decoración menuda (putti, guirnaldas de flores o frutos, grutescos, etc.), las cúpulas con
nervios, con ciertos resabios góticos (catedral de Florencia, de Filippo Brunelleschi) y las fachadas simétricas de pisos
superpuestos (palacio Medici−Riccardi, de Michelozzo) o con sillares almohadillados (palacio Rucellai, de Bernardo
Rossellino, proyecto de Alberti, palacio Pitti). En general, la arquitectura cuatrocentista da la impresión de orden,
sencillez, ligereza y simetría, predominando en el interior de los edificios la luminosidad y la desnudez. Los
arquitectos más destacados de este período fueron Brunelleschi (Basílica de San Lorenzo, 1420; Basílica del Santo
Spirito, 1436) y Leon Battista Alberti (San Andrés de Mantua, 1460); y la principal obra fue la catedral de Santa María
del Fiore de Florencia y su famosa cúpula, obra de Brunelleschi. Del resto de Italia destacan: la Cartuja de Pavía, de
Giovanni Antonio Amadeo (1475); la iglesia de San Zacarías de Venecia, de Mario Codussi (1470); y el Castel Nuovo
de Nápoles, de Francesco Laurana (1453).
 El Cinquecento tuvo como centro Roma: en 1506 Donato Bramante terminaba su célebre proyecto para la Basílica de
San Pedro en el Vaticano, que sería el edificio que marcaría la pauta en lo restante del siglo xvi. En esta etapa, los
edificios tienden más a la monumentalidad y la grandiosidad. Miguel Ángel introdujo el «orden gigante» en su
proyecto para la basílica vaticana, lo que rompió con el concepto de «arquitectura hecha a la medida del hombre».
Los palacios se adornaban con elaborados bajorrelieves (palacio Grimani de Venecia, 1549, obra de Michele
Sanmicheli) o de esculturas exentas (Biblioteca de San Marcos, 1537–1550, Venecia, obra de Jacopo Sansovino).
Predominaría de este modo la idea de riqueza, monumentalidad y lujo en las construcciones. A medida que avanza el
siglo, el manierismo se introdujo en la arquitectura, con edificios cada vez más suntuosos, rebuscadas decoraciones y
elementos que pretenden captar la atención del espectador por su originalidad o extravagancia (palacio del Té, en
Mantua, de Giulio Romano). Podemos distinguir, de este modo, como en las demás disciplinas artísticas, dos
periodos: el «clasicismo» de principios de siglo, con autores como Bramante, Miguel Ángel, Antonio da Sangallo el
Viejo, o Jacopo Sansovino; y el «manierismo», que se da a partir de 1530, siendo sus principales autores Andrea
Palladio, Giorgio Vasari, Giulio Romano, Jacopo Vignola y Vincenzo Scamozzi. Hay que apuntar que la ruptura del
manierismo no fue radical puesto que ya en la obra de Miguel Ángel aparecen elementos que la preludian.

Pintura Renacentista

En pintura, las novedades del Renacimiento se introdujeron de forma paulatina pero irreversible a partir del siglo xv.
Un antecedente de las mismas fue Giotto, pintor aún dentro de la órbita del gótico, pero que desarrolló en sus
pinturas conceptos como volumen tridimensional, perspectiva y naturalismo, que alejaban su obra de los rígidos
modos de la tradición bizantina y gótica y preludiaban el Renacimiento pictórico.

En el Quattrocento (siglo xv) se recogieron todas estas novedades y se adaptaron a la nueva mentalidad humanista y
burguesa que se expandía por las ciudades-estado italianas. Los pintores, aun tratando temas religiosos la mayoría de
ellos, introdujeron también en sus obras la mitología, la alegoría y el retrato, que se desarrollarían a partir de ahora
enormemente. Una búsqueda constante de los pintores de esta época sería la perspectiva, objeto de estudio y
reflexión para muchos artistas: se trató de llegar a la ilusión de espacio tridimensional de una forma científica y
reglada. La pintura cuatrocentista es una época de experimentación; las pinturas abandonan lenta y progresivamente
la rigidez gótica y se aproximan cada vez más a la realidad. Aparece la naturaleza retratada en los fondos de las
composiciones, y se introducen los desnudos en las figuras.

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Los pintores más destacados de esta época fueron: Fra Angélico, Masaccio, Benozzo Gozzoli, Piero della Francesca,
Filippo Lippi, Paolo Uccello. Por encima de todos ellos destaca Sandro Botticelli, autor de alegorías, delicadas
madonnas y asuntos mitológicos. Su estilo dulce, muy atento a la belleza y sensibilidad femeninas, y
predominantemente dibujístico, caracterizan la escuela florentina de pintura y toda esta época.

El Cinquecento (siglo xvi) fue la etapa culminante de la pintura renacentista, y denominada por ello a veces como
«clasicismo». Los pintores asimilan las novedades y la experimentación cuatrocentistas y las llevan a nuevas cimas
creativas. En este momento aparecen grandes maestros, cuyo trabajo servirá de modelo a los artistas durante siglos. El
primero de ellos fue Leonardo da Vinci, uno de los grandes genios de todos los tiempos. Fue el ejemplo más acabado
de artista multidisciplinar, intelectual y obsesionado con la perfección, que le llevó a dejar muchas obras inconclusas o
en proyecto. Poco prolífico en su faceta pictórica, aportó sin embargo muchas innovaciones que condujeron a la
historia de la pintura hacia nuevos rumbos. Quizá su principal aportación fue el sfumato o claroscuro, delicada
gradación de la luz que otorga a sus pinturas una gran naturalidad, a la vez que ayuda a crear espacio. Estudiaba
cuidadosamente la composición de sus obras, como en la Última Cena, donde las figuras se ajustan a un esquema
geométrico. Supo unir en sus trabajos la perfección formal a ciertas dosis de misterio, presente, por ejemplo, en la
celebérrima Gioconda, La Virgen de las Rocas o el San Juan Bautista.

Miguel Ángel es, cronológicamente, la segunda gran figura. Fundamentalmente escultor, se dedicó a la pintura de
forma esporádica, a petición de algunos admiradores de su obra, sobre todo el papa Julio II. Los frescos de la Capilla
Sixtina muestran el atormentado mundo interior de este artista, poblado de figuras monumentales, sólidas y
tridimensionales como si fueran esculturas, y de llamativa presencia física. En su obra cobra mucha importancia el
desnudo, aun cuando la casi totalidad de la misma fue hecha para decorar iglesias.

Rafael Sanzio completa la tríada de genios del clasicismo. Su estilo tuvo un enorme éxito y se puso de moda entre los
poderosos. La pintura de Rafael buscaba ante todo la grazia, o belleza equilibrada y serena. Sus madonnas recogen las
novedades de Leonardo en lo que se refiere a composición y claroscuro, añadiendo una característica dulzura. Anticipa
claramente la pintura manierista en sus últimas obras, cuyo estilo agitado y dramático copiarán y difundirán sus
discípulos.

Con la aparición de estos tres grandes maestros, los artistas contemporáneos asumen que el arte ha llegado a su
culmen y se afanarán por tanto en incorporar estos logros, por un lado, y en la búsqueda de un estilo propio y original
como forma de superarlos. Ambas cosas, junto con el ambiente pesimista que se respiraba en la Cristiandad en la
década de 1520, hizo surgir con fuerza a partir de los años 1530 una nueva corriente, el Manierismo. Se buscaría a
partir de entonces lo extravagante, lo extraño, lo exagerado y lo irreal. Pertenecen a esta corriente pictórica Jacopo
Pontormo, Bronzino, Parmigianino, Rosso Fiorentino o Francesco Salviati. Otros autores tomarían algunas novedades
manieristas pero siguiendo una línea más personal y clasicista. Entre ellos podemos citar a Sebastiano del Piombo,
Correggio, Andrea del Sarto o Federico Barocci.

MANIERISMO

Manierismo es la denominación historiográfica del periodo y estilo artístico que se sitúa convencionalmente en las
décadas centrales y finales del siglo XVI, como parte última del Renacimiento. Su caracterización es problemática, pues
aunque inicialmente se definió como la imitación de la maniera de los grandes maestros del Alto Renacimiento (por
ejemplo, el propio Tintoretto pretendía dibujar como Miguel Ángel y colorear como Tiziano), posteriormente se
entendió como una reacción contra el ideal de belleza clasicista y una complicación laberíntica, tanto en lo formal
(línea serpentinata, anamorfosis, exageración de los movimientos, los escorzos, las texturas, los almohadillados,
alteración del orden en los elementos arquitectónicos) como en lo conceptual, que prefigura el "exceso" característico
del Barroco. Por otro lado, también se identifica el Manierismo con un arte intelectualizado y elitista, opuesto al
Barroco, que será un arte sensorial y popular. Considerado como una mera prolongación del genio creativo de los
grandes genios del Alto Renacimiento (Leonardo, Rafael, Miguel Ángel, Tiziano) por sus epígonos (como los
leonardeschi), el Manierismo fue generalmente minusvalorado por la crítica y la historiografía del arte como un estilo
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extravagante, decadente y degenerativo; un refinamiento erótico y una "afectación artificiosa" cuya elegancia y grazia
no fue apreciada plenamente hasta su revalorización en el siglo XX, que comenzó a ver de forma positiva incluso su
condición de auto-referencia del arte en sí mismo.

El manierismo se preocupaba por solucionar problemas artísticos intrincados tanto en el contenido (alegorías y
simbolismos) como en la forma. El cuerpo humano, tanto vestido como desnudo se representa en toda clase de
complicadas posturas, difíciles y artificiosas, de una extraña gracia y elegancia. Las extremidades son raramente
alargadas, las cabezas aparecen pequeñas y el semblante estilizado. Los colores no remiten a la naturaleza, sino que
son extraños, fríos, artificiales, violentamente enfrentados entre sí, en vez de apoyarse en gamas. El propio Miguel
Ángel o el académico Rafael experimentaron en sus últimas obras el placer de la transgresión, desdibujando sus
figuras o dejando inacabadas sus obras. La escultura manierista busca "la multiplicidad de las vistas", superando no
sólo las concepciones altorenacentistas (Leonardo reducía la estatuaria a la "combinación de dos relieves"), sino
también la "vista principal ... completa y definitiva" que caracteriza la obra escultórica de Miguel Ángel. Para Cellini "la
escultura se empieza todavía con una sola vista, después se empieza a desarrollar poco a poco ... y así se va haciendo
esta grandísima fatiga con cien vistas o más, a las que he debido despojar de aquel bellísimo aspecto que tenía la
primera vista".

Entre los artistas de esta época y estilo sigue habiendo artistas completos ("humanistas" que destacan en múltiples
ámbitos del arte), como los citados Benvenuto Cellini o Giorgio Vasari; pintores como Andrea del Sarto, Beccafumi,
Correggio, Rosso Fiorentino, Pontormo, Bronzino, Parmigianino, Bassano, Tintoretto, Arcimboldo, Veronés, Federico
Zuccaro o los Carracci; escultores como Jacopo Sansovino, Baccio Bandinelli, Juan de Bolonia.

BARROCO

El Barroco fue un período de la historia en la cultura occidental originado por una nueva forma de concebir el arte (el
«estilo barroco») y que, partiendo desde diferentes contextos histórico-culturales, produjo obras en numerosos
campos artísticos: literatura, arquitectura, escultura, pintura, música, ópera, danza, teatro, etc.

Se manifestó principalmente en la Europa occidental, aunque debido al colonialismo también se dio en numerosas
colonias de las potencias europeas, principalmente en Latinoamérica. Cronológicamente, abarcó todo el siglo XVII y
principios del XVIII, con mayor o menor prolongación en el tiempo dependiendo de cada país. Se suele situar entre el
Manierismo y el Rococó, en una época caracterizada por fuertes disputas religiosas entre países católicos y
protestantes, así como marcadas diferencias políticas entre los Estados absolutistas y los parlamentarios, donde una
incipiente burguesía empezaba a poner los cimientos del capitalismo.

Como estilo artístico, el Barroco surgió a principios del siglo XVII (según otros autores a finales del XVI) en Italia —
período también conocido en este país como Seicento—, desde donde se extendió hacia la mayor parte de Europa.
Durante mucho tiempo (siglos XVIII y XIX) el término «barroco» tuvo un sentido peyorativo, con el significado de
recargado, engañoso, caprichoso, hasta que fue posteriormente revalorizado a finales del siglo XIX por Jacob
Burckhardt y, en el XX, por Benedetto Croce y Eugeni d'Ors. Algunos historiadores dividen el Barroco en tres períodos:
«primitivo» (1580-1630), «maduro» o «pleno» (1630-1680) y «tardío» (1680-1750).

Aunque se suele entender como un período artístico específico, estéticamente el término «barroco» también indica
cualquier estilo artístico contrapuesto al clasicismo, concepto introducido por Heinrich Wölfflin en 1915. Así pues, el
término «barroco» se puede emplear tanto como sustantivo como adjetivo. Según este planteamiento, cualquier
estilo artístico atraviesa por tres fases: arcaica, clásica y barroca. Ejemplos de fases barrocas serían el arte helenístico,
el arte gótico, el romanticismo o el modernismo.

El arte se volvió más refinado y ornamentado, con pervivencia de un cierto racionalismo clasicista pero adoptando
formas más dinámicas y efectistas y un gusto por lo sorprendente y anecdótico, por las ilusiones ópticas y los golpes
de efecto. Se observa una preponderancia de la representación realista: en una época de penuria económica, el
hombre se enfrenta de forma más cruda a la realidad. Por otro lado, a menudo esta cruda realidad se somete a la
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mentalidad de una época turbada y desengañada, lo que se manifiesta en una cierta distorsión de las formas, en
efectos forzados y violentos, fuertes contrastes de luces y sombras y cierta tendencia al desequilibrio y la exageración.

Se conoce también con el nombre de barroquismo el abuso de lo ornamental, el recargamiento en el arte.

El término «barroco» fue usado a partir del siglo XVIII con un sentido despectivo, para subrayar el exceso de énfasis y
abundancia de ornamentación, a diferencia de la racionalidad más clara y sobria de la Ilustración. En ese tiempo,
barroco era sinónimo de otros adjetivos como «absurdo» o «grotesco».

Entre sus artistas más conocidos se encuentran: Caravaggio (con las obras Santo Entierro y Cabeza de Medusa), Pedro
Pablo Rubens, Rembrandt (La Ronda de Noche), Gian Lorenzo Bernini, Diego Velázquez (con la obra de Las Meninas),
Johannes Vermeer, Aleijadinho, Anton Van Dyck, Aremisia Gentieschi, Nicolas Poussin, Annibale Carracci, Bartolomé
Esteban murillo, entre muchos otros.

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