Septiembre-Octubre de 2000

R E V I S T A D E C O M P R E N S I Ó N B Í B L I C A

¿Qué es el
Milenio?

El camino a la paz • ¿Cómo se define el matrimonio?

El arresto, juicio y crucifixión de Jesús
 C o n t e n i d o
Artículo especial
¿Qué es realmente el Milenio? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
Cuando usted oye la palabra milenio, ¿qué le viene a la mente? Mucha
gente ha oído decir que la Biblia habla acerca de un tiempo de paz mun-
dial conocido como “el Milenio”, pero no están seguros de qué significa
eso. ¿Qué es lo que en la Biblia se describe como el Milenio? ¿Es sola-
mente una fantasía, un bonito ideal etéreo, o es un tiempo del que la
Biblia habla realmente? ¿Cómo y dónde se presentará el Milenio? Las res-
puestas a estas preguntas se encuentran en la inspirada Palabra de Dios.

El camino a la paz
¿Por qué el mundo no conoce la paz prometida por Jesucristo y los profetas que vinieron antes que él?
¿Podrá alguna vez la humanidad entera disfrutar de esa paz? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
¿Qué nos dice la profecía bíblica acerca del Milenio?
Numerosos pasajes de la Palabra de Dios nos hablan acerca de cómo será la vida en nuestro planeta
cuando Jesucristo empiece su reinado como el Rey de reyes y Señor de señores. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Detrás de los titulares—
La visita del papa pone de manifiesto los problemas del Cercano Oriente
La mayor parte de la historia del Estado de Israel es una historia de guerra y de conflictos con sus vecinos
árabes. La reciente visita del papa puso de manifiesto algunas de esas animosidades latentes, dándonos
un indicio de lo que le espera a esta turbulenta región. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
La familia contemporánea—
¿Cómo se define el matrimonio?
¿Qué es el matrimonio? ¿Cuándo y cómo se originó, y cuáles son las normas que lo rigen? . . . . . . . . . . . . . . 8
La Biblia y la arqueología—
El arresto, juicio y crucifixión de Jesús
Ningún período de la vida de Jesús está narrado más detalladamente en los cuatro evangelios que el
de su arresto, juicio y crucifixión. ¿Qué han encontrado los arqueólogos en los últimos años que
confirma y aclara varios aspectos importantes de los últimos días de Jesús? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
Héroes de la fe—
Mateo: Dejó de servir al dinero, para servir a Dios
Mateo disfrutaba de una posición lucrativa e influyente, respaldada por el poder del gobierno romano.
Pero en la Escritura vemos que Mateo estaba dispuesto a dejarlo todo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

Septiembre-Octubre de 2000 • Volumen 5, Número 5
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 El camino a la paz
¿Por qué el mundo no conoce la paz prometida por Jesucristo y los profetas que vinieron
antes que él? ¿Podrá alguna vez la humanidad entera disfrutar de esa paz?
P o r G e r h a rd M a r x

C
uando el profeta Isaías habló de un benefactor futuro camino de paz, ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son
del mundo, ni siquiera se imaginaba que 2.500 años torcidas; cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz” (Isa-
más tarde y a unos 4.000 kilómetros de distancia un ías 59:8). Otro de los profetas de Dios hace eco de esta triste rea-
compositor nacido en Alemania, Georg Friedrich lidad: “El hombre no es señor de su camino, ni del hombre que
Händel, resaltaría este acontecimiento profético en camina es el ordenar sus pasos” (Jeremías 10:23).
su oratorio El Mesías. Estas dos apreciaciones de la conducta del hombre, que fue-
Cuando a las palabras proféticas de Isaías se les puso música ron inspiradas por Dios, han sido confirmadas a lo largo de la
y fueron presentadas por primera vez en una función de caridad historia. Los hombres, por nosotros mismos, somos totalmente
en Dublín, en 1742, El Mesías fue de inmediato un rotundo éxi- incapaces de mantener la paz. El siglo 20 ha sido testigo de in-
to. Desde entonces la obra maestra de Händel ha inspirado gran- contables episodios sangrientos de luchas y guerras. El hecho es
des públicos en todo el mundo. que el mundo ha rechazado la paz
A diferencia de lo que dicen mu- que Dios le ofreció gratuitamente.
chos futurólogos conocidos, las pa-
La promesa de paz
labras de Isaías hablan de la venida
de un Mesías como un grandioso ¿Cómo han rechazado la paz los
acontecimiento que beneficiará a seres humanos? La han rechazado al
toda la humanidad. Una de las negarse a aceptar las enseñanzas y el
grandes bendiciones de la venida de mensaje de Jesucristo, no dándole
este Mesías será una paz genuina y importancia al camino de la reconci-
duradera, a la cual aluden las alen- liación, el respeto y la colaboración
tadoras palabras del profeta tan fre- que él enseñó y del cual fue ejemplo
cuentemente cantadas en El Me- vivo. Sin embargo, Dios cumplirá su
sías: “Porque un niño nos es naci- promesa de enviar al Príncipe de
do, hijo nos es dado, y el principado Paz a la tierra por segunda vez (He-
sobre su hombro; y se llamará su breos 9:28), para establecer la paz
nombre Admirable, Consejero, que ha sido tan esquiva al hombre
Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe desde que Caín mató a su hermano
de paz” (Isaías 9:6). Abel (Génesis 4).
Cuando el Mesías estuvo aquí en La mayor parte de la humanidad
la tierra, enseñó y practicó el cami- tendrá que esperar un poco más
no a la paz como nadie más lo ha he- para poder disfrutar de verdadera
cho. Sin embargo, la primera venida En un mundo caótico, sumido en el paz, mas no todos tienen que per-
de Jesucristo no le dejó a este mun-
do un legado de paz genuina y dura-
desorden y los conflictos, encontrar el manecer en lista de espera. Algunos
están siendo llamados para seguir el
dera. “En la tierra paz, buena volun- camino hacia la paz exige habilidad camino a la paz ahora, como repre-
tad para con los hombres” exclama- e iniciativa, y tenemos que buscarlo sentantes del modo de vida que
ron los ángeles cuando nació Jesús Dios enseña, mucho antes que el
(Lucas 2:14). Pero ahora, dos mile- con humildad. resto de la humanidad.
nios después, ¿dónde está la paz universal que proclamaron Isa- A quienes acepten este llamamiento especial, Jesús les pro-
ías y las huestes celestiales? ¿Qué fue lo que falló? mete: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el
mundo la da” (Juan 14:27). La paz que él nos ofrece es verda-
¿Sólo un sueño?
deramente auténtica y “sobrepasa todo entendimiento” (Fili-
Aun donde el nombre de Cristo es venerado, la gente ha co- penses 4:7). ¡Y está disponible para quien se la pida!
nocido muy poca paz. La realidad es que en gran parte del mun- Por medio de Jesús, Dios ofrece individualmente la oportu-
do la paz no es más que un sueño imposible; sin embargo, el nidad de abrazar la paz ahora en lugar de tener que esperar
Mesías es el que podrá hacer realidad ese sueño. La Biblia de- hasta que vengan la calma y armonía mundiales, las cuales no
clara los resultados de la conducta del hombre: “No conocieron Ver PAZ en la página 17

Septiembre-Octubre de 2000 1
 ¿Q u é e s r e a l m e n t e
EL MILENIO?
C
Por Donald Henson onforme se aproximaba el
año 2000, la palabra mile-
nio se usó tanto que casi
no pasaba un día sin que la
leyéramos u oyéramos.
Cuando usted oye la pa-
labra milenio, ¿qué le vie-
ne a la mente? ¿Cuadros de
novelas futuristas? ¿Profe-
cías acerca de una horripilante destruc-
ción? ¿Un mundo utópico, repleto de una
tecnología deslumbrante?
¿Qué es un milenio? La palabra pro-
viene de dos vocablos del latín: mille,
que significa “mil”, y annus, que signifi-
ca “año”. Milenio sencillamente quiere
decir 1.000 años.
Confusión acerca del Milenio
¿Qué es lo que Mucha gente ha oído decir que la Bi-
blia habla acerca de un tiempo de paz
hace tan especial mundial conocido como “el Milenio”,
pero no están seguros de qué significa
un nuevo milenio, eso. Los diferentes puntos de vista que
tienen todas las iglesias sólo agravan la
confusión.
y qué es lo que ¿Qué es lo que en la Biblia se describe
como el Milenio? ¿Es solamente una fan-
éste debe significar tasía, un bonito ideal etéreo, o es un tiem-
po del que la Biblia habla realmente?
¿Cómo y dónde se presentará el Milenio?
para nosotros? ¿Podemos saber cuándo ocurrirá? Bus-
quemos las respuestas directamente en la
inspirada Palabra de Dios, la Biblia.
Aunque en la Biblia no se menciona la
palabra Milenio en ninguna parte, sí se
habla clara y concretamente acerca de un
período de mil años en el cual habrá un
cambio radical en la actitud y el compor-
tamiento del hombre. Nos revela que du-
rante ese tiempo la humanidad finalmen-
te podrá encontrar la paz, prosperidad y
propósito que siempre ha buscado. Se
nos asegura que esto no es sólo un sueño,
deseo o quimera; la promesa del Milenio
2 Las Buenas Noticias
ofrece una esperanza segura para toda la
humanidad.
Para entender el Milenio profetizado
(que nada tiene que ver con el tercer Mi-
lenio según el calendario moderno), exa-
minemos brevemente los acontecimien-
tos que se presentarán inmediatamente
antes del comienzo de estos mil años.
Un mundo en peligro
Poco antes de la muerte de Jesús, sus
discípulos le preguntaron cuándo aconte-
cerían las cosas que habrían de ocurrir en
los últimos días como señal de su inmi-
nente retorno a la tierra (Mateo 24:3). Él
les advirtió que primeramente habría
caos y engaños religiosos, guerras, catás-
trofes, persecuciones y tribulación, y que
el evangelio del Reino de Dios sería pre-
dicado en todo el mundo (vv. 4-14). Lue-
go les dijo que los que permanecieran
alerta y fueran obedientes tendrían la po-
sibilidad de ser protegidos de los desas-
trosos acontecimientos que habrían de
ocurrir (Lucas 21:36).
Además, poco antes de la segunda ve-
nida de Cristo el mundo estará enfrasca-
do en conflictos tan tremendos que ame-
nazarán la existencia misma de la huma-
nidad: “Habrá entonces una angustia tan
grande, como no la ha habido desde que
el mundo es mundo ni la habrá nunca
más. Si no se acortaran aquellos días, na-
die escaparía con vida; pero por amor a
los elegidos se acortarán” (Mateo 24:21-
22, Nueva Biblia Española).
Jesús dijo que después de esos tiempos
de caos aparecerían en el cielo unas seña-
les aterradoras, y que entonces él retorna-
ría con gran poder: “Inmediatamente des-
pués de la tribulación de aquellos días, el
sol se oscurecerá, y la luna no dará su res-
plandor, y las estrellas caerán del cielo, y
las potencias de los cielos serán conmovi-
das. Entonces aparecerá la señal del Hijo
del Hombre en el cielo; y entonces la-
mentarán todas las tribus de la tierra, y
verán al Hijo del Hombre viniendo sobre
las nubes del cielo, con poder y gran glo-
ria. Y enviará sus ángeles con gran voz de
trompeta, y juntarán a sus escogidos, de
los cuatro vientos, desde un extremo del
cielo hasta el otro” (vv. 29-31).
De los escritos del apóstol Pablo pode-
mos aprender que la reunión de “sus es-
cogidos”, que ocurrirá al momento de la
“gran voz de trompeta”, se refiere al mo-
mento de la resurrección de todos los que
hayan permanecido fieles al llamamiento
de Dios hasta el fin: “Por lo cual os deci-
mos esto en palabra del Señor: que noso-
tros que vivimos, que habremos quedado
hasta la venida del Señor, no precedere-
mos a los que durmieron [murieron]. Por-
que el Señor mismo con voz de mando,
con voz de arcángel, y con trompeta de
Dios, descenderá del cielo; y los muertos
en Cristo resucitarán primero. Luego no-
sotros los que vivimos, los que hayamos
quedado, seremos arrebatados juntamen-
te con ellos en las nubes para recibir al
Señor en el aire, y así estaremos siempre
con el Señor” (1 Tesalonicenses 4:15-17).
¿Regocijo o rechazo?
Según las palabras de Jesús, a su retor-
no “lamentarán todas las tribus de la tie-
rra” (Mateo 24:30). Esto parece extraño,
ya que uno podría suponer que todo el
mundo estaría feliz por su segunda veni-
da. ¿Por qué la humanidad se opondrá al
regreso de Cristo?
En el capítulo 18 del Apocalipsis se
nos da más información al respecto. Aquí
se habla de la destrucción de un sistema
económico, político y religioso llamado
“la gran Babilonia” (v. 2). Pero antes de
su destrucción será la fuente de grandes
riquezas para quienes formen parte de
este poderoso sistema mundial: “Porque
todas las naciones han bebido del vino del
furor de su fornicación; y los reyes de la
tierra han fornicado con ella, y los merca-
deres de la tierra se han enriquecido de la
potencia de sus deleites” (v. 3). En los
versículos 9 al 20 se describe lo que este
sistema traerá a las naciones, así como su
sorpresa y temor ante la repentina des-
trucción del mismo.
En un vano esfuerzo por proteger su
sistema, y debido a que Satanás los habrá
engañado, los ejércitos del mundo se uni-
rán para combatir contra Jesús a su retor-
no (Apocalipsis 19:11-19). En el ver-
sículo 20 se menciona la destrucción del
dirigente político y del jefe religioso de
este impío sistema.
Después de destruir este sistema babi-
lónico, Jesucristo le ajustará las cuentas a
Satanás, “el dios de este siglo”: “Vi a un
ángel que descendía del cielo, con la lla-
ve del abismo, y una gran cadena en la
mano. Y prendió al dragón, la serpiente
antigua, que es el diablo y Satanás, y lo
ató por mil años” (2 Corintios 4:4; Apo-
calipsis 20:1-2).
Empieza el Milenio
Al continuar leyendo esta profecía ve-
mos que el ángel arroja a Satanás al abis-
mo y lo encadena para que no engañe más
a las naciones hasta que sean cumplidos
“mil años” (Apocalipsis 20:3). Aunque
en muchas profecías del Antiguo Testa-
mento se nos habla de lo que acontecerá
durante el Milenio, es en este versículo
donde por primera vez se menciona espe-
cíficamente un período de mil años. Entre
los “escogidos”, que serán reunidos “de
los cuatro vientos” (Mateo 24:31) y reci-
birán la vida eterna al retorno de Jesucris-
to (1 Corintios 15:51-52), estarán inclui-
dos los que fueron perseguidos por negar-
se a ser parte del nefario sistema que en la
Biblia se llama Babilonia. Al resucitar y
recibir la dádiva de la vida eterna, ellos
gobernarán junto con Jesucristo durante
todo ese tiempo: “Vi tronos, y se sentaron
sobre ellos los que recibieron facultad de
juzgar; y vi las almas de los decapitados
por causa del testimonio de Jesús y por la
palabra de Dios, los que no habían adora-
do a la bestia ni a su imagen, y que no re-
cibieron la marca en sus frentes ni en sus
manos; y vivieron y reinaron con Cristo
mil años” (Apocalipsis 20:4).
El reinado de Cristo
En el libro de Daniel encontramos otra
profecía acerca de los acontecimientos
que culminarán con el establecimiento del
Reino de Dios: “Miraba yo en la visión de
la noche, y he aquí con las nubes del cie-
lo venía uno como un hijo de hombre, que
vino hasta el Anciano de días, y . . . le fue
dado dominio, gloria y reino, para que to-
dos los pueblos, naciones y lenguas le sir-
vieran; su dominio es dominio eterno, que
nunca pasará, y su reino uno que no será
destruido” (Daniel 7:13-14).
El retorno de Jesucristo para establecer
el Reino de Dios en la tierra traerá el cum-
plimiento de una profecía dada muchos
siglos antes de su nacimiento: “Porque un
niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el
principado sobre su hombro; y se llamará
su nombre Admirable, Consejero, Dios
fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo
dilatado de su imperio y la paz no tendrán
límite, sobre el trono de David y sobre su
reino, disponiéndolo y confirmándolo en
juicio y en justicia desde ahora y para
siempre. El celo del Eterno de los ejérci-
tos hará esto” (Isaías 9:6-7).
Jesús regresará a una tierra devastada y
tremendamente deteriorada. La gente ha-
brá pasado por un tiempo de gran tribula-
ción, sangrientas batallas y espantosos
desastres.
En el último capítulo del libro de Za-
carías se resumen algunos de los dramáti-
cos e impresionantes sucesos que tendrán
lugar al retorno de Cristo y al principio
del Milenio. En los versículos 1 y 2 se ha-
bla del “día del Eterno”, el período inme-
diatamente previo a su retorno cuando Je-
sús empezará a intervenir en los asuntos
del mundo y a hacer los preparativos para
su segunda venida. Los versículos 3 al 5
hablan de su guerra contra las naciones y
su descenso sobre el monte de los Olivos,
en las afueras de Jerusalén. En los ver-
sículos 6 al 9 se describe el efecto que
todo esto tendrá, a medida que Jesús em-
piece a reconfortar a la gente y a instaurar
los caminos justos y pacíficos de Dios.
Las “aguas vivas” simbolizan la sani-
dad que saldrá de Jerusalén y se extenderá
por toda la tierra: “Acontecerá también en
aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas
vivas, la mitad de ellas hacia el mar orien-
tal, y la otra mitad hacia el mar occidental,
en verano y en invierno. Y el Eterno será
rey sobre toda la tierra . . .” (vv. 8-9).
Paz y prosperidad
El Milenio son los primeros mil años
del eterno Reino de Dios. El propósito
del Milenio es instaurar el gobierno de
Dios en la tierra y proporcionar a cada
persona la oportunidad para que, libre de
las tentaciones y el engaño de Satanás,
pueda prepararse para recibir la vida
eterna en el Reino de Dios.
El profeta Isaías fue inspirado para es-
cribir muchas profecías relacionadas con
el Milenio. En una de ellas, resume la
transformación de la tierra después del re-
torno de Cristo: “Acontecerá en lo postre-
ro de los tiempos, que será confirmado el
monte de la casa del Eterno como cabeza
de los montes, y será exaltado sobre los
Septiembre-Octubre de 2000 3
collados, y correrán a él todas las nacio-
nes. Y vendrán muchos pueblos, y dirán:
Venid, y subamos al monte del Eterno, a
la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará
sus caminos, y caminaremos por sus sen-
das. Porque de Sion saldrá la ley, y de Je-
rusalén la palabra del Eterno. Y juzgará
entre las naciones, y reprenderá a muchos
pueblos; y volverán sus espadas en rejas
de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará
espada nación contra nación, ni se adies-
trarán más para la guerra” (Isaías 2:2-4).
El profeta describe un mundo total-
mente diferente
del nuestro. Jesús
reinará sobre to-
conocimiento del Eterno, como las aguas
cubren el mar” (Isaías 11:6-9).
En una profecía de otro siervo de Dios,
se nos describe cuán favorecida se verá la
tierra bajo el gobierno de Jesucristo. Por
ejemplo, las cosechas serán tan copiosas
que la preparación de la tierra para la co-
secha del año siguiente tendrá que ser de-
morada debido a que la última cosecha
aún no ha terminado de recogerse: “He
aquí vienen días, dice el Eterno, en que el
que ara alcanzará al segador, y el pisador
de las uvas al que lleve la simiente; y los
montes destilarán mosto, y todos los co-
llados se derretirán” (Amós 9:13).
Los que resuciten en el momento del
retorno de Jesucristo serán los que
nistrará lo que le hace tanta falta ahora:
“No harán mal ni dañarán en todo mi
santo monte; porque la tierra será llena
del conocimiento del Eterno, como las
aguas cubren el mar” (Isaías 11:9).
Cuando la gente viva conforme al co-
nocimiento de Dios, disfrutará de paz y
bienestar, que son el resultado de enten-
der el propósito de la vida y la forma en
que Dios espera que vivamos. No es fácil
comprender cuán fuerte es la influencia
negativa de Satanás en nuestra vida.
Vivimos en un mundo carente del co-
nocimiento de Dios, del entendimiento de
sus caminos y del propósito de la vida. Por
ahora sólo podemos tratar de imaginarnos
lo que será el mundo cuando esté lleno de

El libro de Isaías no sólo predice que la naturaleza

del hombre cambiará positivamente después que
Satanás sea encadenado, sino que también la
naturaleza de los animales será diferente:
“Morará el lobo con el cordero, y el leopardo
con el cabrito se acostará; el becerro
y el león y la bestia doméstica
andarán juntos, y un niño los
pastoreará” (Isaías 11:6).

das las naciones. En todos los países la
gente querrá aprender los caminos de
Dios y vivir conforme a su ley. Como re-
sultado, la sociedad mundial tendrá un
enfoque y una perspectiva completamen-
te nuevos, basados en los principios divi-
nos. El hombre empleará su creatividad e
ingeniosidad en obras productivas en lu-
gar de destructivas.
van a enseñar y a guiar a la gente en los
la verdad de Dios y el hombre pueda cum-
caminos de Dios: “Bien que os dará el Se-
plir el propósito de su existencia.
ñor pan de congoja y agua de angustia, El profeta Jeremías habló de un nuevo
con todo, tus maestros nunca más te serán
pacto que Dios concertará con el hombre.
quitados, sino que tus ojos verán a tusJesús instituyó este pacto (Mateo 26:28),
maestros. Entonces tus oídos oirán a tus
y aunque por ahora Dios permite que Sa-
espaldas palabra que diga: Este es el ca-
tanás engañe al mundo entero (Apocalip-
mino, andad por él; y no echéis a la mano
sis 12:9), ha llamado a unos pocos para
derecha, ni tampoco torzáis a la mano iz-
hacer ese pacto con ellos.
Fotomontaje por Shaun Venish/Fotografías Profesionales Corel

Isaías no sólo predice que la naturale-
za del hombre cambiará positivamente
después que Satanás sea encadenado y
restringido, sino que también la naturale-
za de los animales será diferente: “Mora-
rá el lobo con el cordero, y el leopardo
con el cabrito se acostará; el becerro y el
león y la bestia doméstica andarán jun-
tos, y un niño los pastoreará. La vaca y la
osa pacerán, sus crías se echarán juntas;
y el león como el buey comerá paja . . .
No harán mal ni dañarán en todo mi san-
to monte; porque la tierra será llena del
4 Las Buenas Noticias
quierda” (Isaías 30:20-21). Pero durante el Milenio, cuando Sata-
Los cristianos fieles que se preparen
nás sea encadenado y Dios llene la tierra
en esta vida para el Reino de Dios, esta-
con su conocimiento y sus caminos, la
rán reinando en el Milenio junto con Je-
humanidad en general tendrá la oportuni-
sucristo. Ellos, como reyes, sacerdotes y
dad de participar en ese pacto con él: “He
maestros, tendrán el privilegio y la gran
aquí que vienen días, dice el Eterno, en
responsabilidad de ayudar al Rey de re-los cuales haré nuevo pacto con la casa de
yes a gobernar y enseñar a la humanidadIsrael y con la casa de Judá. No como el
los caminos y la verdad de Dios. pacto que hice con sus padres el día que
tomé su mano para sacarlos de la tierra de
El nuevo pacto
Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto
¿Por qué será tan diferente el mundo . . . Pero este es el pacto que haré con la
durante el Milenio? Porque Dios sumi- casa de Israel después de aquellos días,
dice el Eterno: Daré mi ley en su mente, y
la escribiré en su corazón; y yo seré a
ellos por Dios, y ellos me serán por pue-
blo” (Jeremías 31:31-33).
La promesa de la salvación por medio
del nuevo pacto no será sólo para los des-
cendientes del antiguo Israel, sino tam-
bién para toda la humanidad. En una de
las profecías que Dios inspiró a Isaías
con respecto a la obra de salvación de Je-
sús, dice: “Poco es para mí que tú seas mi
siervo para levantar las tribus de Jacob, y
para que restaures el remanente de Israel;
también te di por luz de las naciones,
para que seas mi salvación hasta lo pos-
trero de la tierra” (Isaías 49:6).
La vida eterna ofrecida a todos
En el Milenio las sociedades tendrán
que basarse en la ley de Dios, la cual será
enseñada en todo el mundo (Isaías 2:3).
La gente aprenderá a obedecer a Dios de
corazón, motivada por comprensión,
amor, dedicación y agradecimiento.
Dios “quiere que todos los hombres
sean salvos y vengan al conocimiento de
la verdad” (1 Timoteo 2:3-4). Cuando Je-
sucristo gobierne el mundo durante el
Milenio, la gente tendrá la oportunidad de
aprender acerca de él y de su plan de sal-
vación. Entonces, todos tendrán la opor-
tunidad de someterse a Jesús como su
Salvador y Rey, al darse cuenta de que
sólo por medio de él podrán recibir la
vida eterna (Hechos 4:12). Cuando final-
mente se arrepientan y reciban el Espíritu
de Dios, la gente podrá honrarlo, adorar-
lo y obedecerlo de corazón (Mateo 19:17;
Filipenses 2:9-12).
Pero ¿qué sucederá después? ¿Qué del
resto de la humanidad, todos los que vi-
vieron y murieron sin haber oído de Je-
sucristo y sin haber tenido la oportunidad
de recibir la salvación?
Más allá del Milenio
Cuando entendemos lo que será el Mi-
lenio, podemos entender más claramente
el futuro de los que han muerto y que mue-
ran en la fe, de los que estarán vivos cuan-
do Jesucristo regrese a la tierra y de los
que nacerán durante esos mil años. Pero
¿qué sucederá con toda la gente que haya
muerto antes de que empiece el Milenio?
¿Cómo se les ofrecerá la salvación a los
miles de millones de personas que nunca
escucharon el mensaje del Reino de Dios?
“Los otros muertos no volvieron a vi-
vir hasta que se cumplieron mil años”
(Apocalipsis 20:5). Cuando concluya el
Milenio, “los otros muertos” —es decir,
los que no hayan resucitado para heredar
la vida eterna en la primera resurrec-
ción— vivirán nuevamente. Entonces
tendrán su oportunidad para conocer los
caminos de Dios, arrepentirse y recibir la
salvación. (Para entender mejor esta im-
portante fase del plan divino de salva-
ción, puede solicitar nuestro folleto titu-
lado Las fiestas santas de Dios.)
Dios no quiere “que ninguno perezca,
sino que todos procedan al arrepentimien-
to” (2 Pedro 3:9). Estas profecías nos re-
velan que Dios les dará a todos los seres
humanos de todos los tiempos la oportu-
nidad de conocerlo a él, de entender sus
caminos y de recibir la vida eterna.
La profecía no tiene
que confundirnos
Aunque la Biblia es muy clara, existe
mucha confusión con respecto al Mile-
nio. El Milenio son los primeros mil años
del reinado eterno de Dios sobre la tierra.
Durante ese período Jesús impondrá el
gobierno de Dios sobre todas las naciones
(Apocalipsis 11:15), el mundo vivirá en
paz y la humanidad prosperará a medida
que el conocimiento de Dios vaya llenan-
do la tierra. Los hombres llegarán a en-
tender su asombroso potencial y se pre-
pararán para vivir como miembros de la
familia de Dios por la eternidad.
En su Palabra, Dios nos ha revelado
mucho acerca de su Reino; esto fortalece
nuestra fe, nos hace comprender el verda-
dero sentido del propósito de nuestra vida
y nos llena de esperanza hacia el futuro.
Esperamos que usted continúe estudian-
do la Biblia a fin de que pueda aprender y
prepararse para cumplir con su parte en el
magnífico plan que Dios tiene para usted.
En este artículo sólo hemos menciona-
do brevemente algunas de las muchas
profecías acerca del Milenio y del reina-
do de Jesucristo sobre la tierra. Para co-
nocer más acerca de lo que la Biblia en-
seña sobre ese emocionante mundo veni-
dero, no deje de solicitar nuestro folleto
titulado El evangelio del Reino de Dios.
Para entender mejor cómo se relaciona el
Milenio con el plan de salvación de Dios
tal como se explica en la Biblia, le reco-
mendamos también el folleto Las fiestas
santas de Dios. Puede solicitar ambos fo-
lletos a cualquiera de nuestras direccio-
nes; con gusto se los enviaremos sin cos-
to alguno para usted. BN
¿Qué nos dice
la profecía bíblica
acerca del Milenio?
“Morará el lobo con el cordero, y el
leopardo con el cabrito se acostará; el
becerro y el león y la bestia doméstica
andarán juntos, y un niño los pastoreará
. . . No harán mal ni dañarán en todo mi
santo monte; porque la tierra será llena
del conocimiento del Eterno, como las
aguas cubren el mar” (Isaías 11:6-9).
“Les daré un corazón, y un espíritu
nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el
corazón de piedra de en medio de su
carne, y les daré un corazón de carne,
para que anden en mis ordenanzas, y
guarden mis decretos y los cumplan, y me
sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios”
(Ezequiel 11:19-20).
“. . . Martillarán sus espadas para aza-
dones, y sus lanzas para hoces; no alzará
espada nación contra nación, ni se ensa-
yarán más para la guerra. Y se sentará
cada uno debajo de su vid y debajo de su
higuera, y no habrá quien los amedrente;
porque la boca del Eterno de los ejércitos
lo ha hablado” (Miqueas 4:3-4).
“Vendrán muchos pueblos, y dirán:
Venid, y subamos al monte del Eterno, a la
casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus
caminos, y caminaremos por sus sendas.
Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén
la palabra del Eterno” (Isaías 2:3).
“Todos los que sobrevivieren de las
naciones que vinieron contra Jerusalén,
subirán de año en año para adorar al Rey,
al Eterno de los ejércitos, y a celebrar la
fiesta de los tabernáculos” (Zacarías
14:16).
“Entonces los ojos de los ciegos serán
abiertos, y los oídos de los sordos se abri-
rán. Entonces el cojo saltará como un
ciervo, y cantará la lengua del mudo; por-
que aguas serán cavadas en el desierto, y
torrentes en la soledad. El lugar seco se
convertirá en estanque, y el sequedal en
manaderos de aguas; en la morada de
chacales, en su guarida, será lugar de
cañas y juncos” (Isaías 35:5-7).
“He aquí vienen días, dice el Eterno,
en que el que ara alcanzará al segador, y
el pisador de las uvas al que lleve la
simiente; y los montes destilarán mosto, y
todos los collados se derretirán. Y . . . edi-
ficarán ellos las ciudades asoladas, y las
habitarán; plantarán viñas, y beberán el
vino de ellas, harán huertos, y comerán el
fruto de ellos” (Amós 9:13-14).
Septiembre-Octubre de 2000 5
D e t r á s d e
La visita del papa pone de
manifiesto los problemas
del Cercano Oriente
La mayor parte de la historia del Estado de Israel es una historia de guerra y de conflictos
con sus vecinos árabes. La reciente visita del papa puso de manifiesto algunas de esas
animosidades latentes, dándonos un indicio de lo que le espera a esta turbulenta región.
E
n marzo pasado la atención de
todo el mundo estaba centrada en
el Cercano Oriente, particular-
mente en Israel, por la visita del
papa Juan Pablo II. Su visita a muchos de
los lugares bíblicos recibió muchísima pu-
blicidad. Y no obstante que muchos pen-
saron que esta era la visita más importan-
te que había recibido Israel en toda su his-
toria, el peregrinaje que Juan Pablo califi-
có como su “viaje personal espiritual” a la
Tierra Santa se convirtió en uno de los más
políticos en sus 22 años de pontificado.
Era algo inevitable. La región que los
cristianos llaman la Tierra Santa es el lu-
gar de nacimiento de tres grandes religio-
nes: el judaísmo, el cristianismo y el is-
lam, en este orden. Esta zona, que es el
punto de confluencia de tres continentes,
ha desempeñado un papel significativo en
la historia del mundo.
El centro de la controversia
Jerusalén, el centro de todo, es uno de
los lugares más controvertidos en toda
esta zona. Desde la fundación de Israel en
1948, este país ha librado cinco guerras:
la guerra de la independencia, en 1948; la
guerra de Suez-Sinaí, en 1956; la guerra
de los seis días, en 1967; la guerra de oc-
tubre, en 1973; y en 1982 la guerra para
erradicar la Organización para la Libera-
ción de Palestina (OLP) en el Líbano. El
dirigente de Iraq, Saddam Hussein, tam-
bién atacó con misiles a Israel durante la
guerra del golfo Pérsico en 1991, pero Is-
rael se abstuvo de contraatacar para no
correr el riesgo de causar división en la
alianza de las naciones occidentales y
árabes que luchaban contra Iraq.
6 Las Buenas Noticias
l o s t i t u l a r e s
Por Melvin Rhodes
Jerusalén, cuyo nombre significa “ciu-
dad de paz”, no ha conocido mucha paz
en realidad. La Biblia nos dice que la ciu-
dad tendrá que sufrir por lo menos una
confrontación más, y luego “será hollada
La puerta de Sion, en la muralla de la
antigua ciudad de Jerusalén, todavía
tiene las señales de la guerra de 1967,
cuando Israel tomó el control de la ciu-
dad. Las murallas fueron construidas
entre 1538 y 1541 por el gobernante
musulmán Solimán el Magnífico.
por los gentiles, hasta que los tiempos de
los gentiles se cumplan” (Lucas 21:24).
Apocalipsis 11:2 agrega que esto será por
espacio de “cuarenta y dos meses”, un pe-
ríodo de tres años y medio.
La ciudad está acostumbrada desde
hace mucho al conflicto y a la controver-
sia. Ya tenía muchos años de fundada
cuando el rey David la conquistó hace
3.000 años y la hizo su capital; desde en-
tonces ha sido controlada por muchas
personas y naciones, entre ellas tres reli-
giones que la consideran santa. Como re-
sultado de la primera cruzada, estuvo en
poder de los católicos romanos por espa-
cio de más de un siglo. Posteriormente,
los protestantes británicos se la quitaron a
los turcos musulmanes en 1917 y la go-
bernaron hasta que fue dividida 31 años
más tarde con el nacimiento del moderno
Estado de Israel. La parte antigua de la
ciudad de Jerusalén permaneció como
parte del Reino Hachemita de Jordania
hasta la guerra de 1967.
Israel ha controlado a Jerusalén por es-
pacio de 33 años. Muchos israelíes la con-
sideran su capital eterna, a pesar de que
pocas naciones la reconocen como tal y
prefieren tener sus embajadas en otros si-
tios menos controvertidos, como Tel Aviv.
A pesar de la larga historia de Jerusalén,
los judíos son los únicos que la han tenido
como su capital. Jerusalén jamás ha sido
la capital de ninguna nación islámica,
aunque los palestinos aseguran de manera
agresiva que deberá ser la capital del esta-
do palestino que tienen en proyecto.
Está listo el escenario
Muy pocas personas se dan cuenta de
que muchas de las profecías bíblicas que
están relacionadas con el “tiempo del fin”,
poco antes del retorno de Cristo, no po-
dían cumplirse hasta el establecimiento
del Estado de Israel en 1948. La existen-
cia de Israel ha provocado un conflicto
que parece interminable. Debido esencial-
mente a la ayuda militar de su principal
aliado, los Estados Unidos, el estado judío
es una de las mayores potencias militares
En las alturas del Golán este edificio permanece como
mudo testimonio de la fuerza del combate entre Israel y Siria
en su lucha por el control de esta zona estratégica en las gue-
rras de 1967 y 1973.
en todo el Cercano Oriente, y hasta el mo-
mento ha salido victorioso en el continuo
conflicto que ha afectado a los habitantes
de la región por más de medio siglo.
El llamado “proceso de paz”, respalda-
do por los Estados Unidos, es un plan que
contempla la gradual y progresiva devo-
lución de las tierras que los israelíes ocu-
paron durante varias décadas de conflicto,
tierras que Israel consideraba imprescin-
dibles para su seguridad en el momento
en que las ocupó. Ahora una generación
más joven y liberal busca la paz a casi
cualquier precio. Tiene la esperanza de
que al devolver los territorios ocupados,
Israel será finalmente aceptado por sus
vecinos y podrá vivir en paz.
A menudo se pasa por alto el hecho de
que todo el territorio del Estado de Israel,
incluso las fronteras que fueron acepta-
das internacionalmente cuando el país
nació, ha pertenecido a otros países en
estos tiempos modernos. No importa
cuánta tierra devuelvan a los palestinos
en el transcurso del proceso de paz, a los
israelíes siempre se les exigirá que de-
vuelvan más. Aunque Israel ha hecho la
paz con algunos de sus vecinos (como
Egipto y Jordania), otras naciones ára-
bes, otros dirigentes y otros grupos per-
manecen firmes en su convicción de que
es totalmente inaceptable la presencia de
cualquier estado judío en la región.
Tarde o temprano, tendrá que resolver-
se la pregunta más inquietante de todas:
¿Quién va a gobernar Jerusalén?
En este momento crítico de la historia
de Israel, el papa Juan Pablo II ha entrado
Jerusalén, vista desde el monte de los Olivos, es el punto fo-
cal de la controversia, y en particular el monte del templo (en
el centro), considerado como un lugar sagrado tanto por los
judíos como por los musulmanes.
en la controversia de reprimida frustra-
ción y amargura. Pero ¿cuál es el origen
de esta controversia? Los estudiantes de
la Biblia saben que la contienda se origi-
nó en la rivalidad de dos hermanos que vi-
vieron hace mucho tiempo. Podemos leer
acerca de esto en el libro del Génesis.
Las disculpas del papa
Es imposible entender la complejidad
de la situación que impera en el Cercano
Oriente sin tener conocimiento de la Bi-
blia y sin saber la historia de las tres reli-
giones que nacieron en esa región. Por si-
glos la animosidad que existe entre los
partidarios de estas tres religiones ha oca-
sionado inmenso sufrimiento e inconta-
bles muertes. Reconociendo que la Iglesia
Católica Romana, más grande que el is-
lam y el judaísmo, con frecuencia ha sido
responsable de alentar la persecución de
los judíos y la animadversión contra los
musulmanes, el papa ofreció disculpas
con la esperanza de poder reconciliarse
con ambas religiones. De hecho, él ya se
había disculpado antes de partir del Vati-
cano en su viaje a la Tierra Santa.
Pero las disculpas ofrecidas por el papa
no fueron suficientes para muchos que
consideran que la iglesia no ha querido
hacer frente a su pasado. Las últimas re-
velaciones acerca del papel que desempe-
ñó el papa Pío XII durante la segunda
guerra mundial han exacerbado los áni-
mos. El que fue dirigente de la Iglesia Ca-
tólica durante la guerra ha sido frecuente-
mente criticado por su antisemitismo de-
clarado y por su pasividad frente a la
persecución que los nazis desencadena-
ron contra los judíos.
El papa habló en Yad Vashem (término
que en hebreo quiere decir “nombre per-
petuo”, basado en Isaías 56:5), el monu-
mento que los judíos hicieron para con-
memorar el holocausto nazi, y dijo que la
iglesia estaba triste por el holocausto, en
lugar de decir que la iglesia lo sentía, lo
cual en cierta forma hubiera implicado
aceptar algo de culpa. La enseñanza de la
iglesia de que “los judíos mataron a Cris-
to”, ha persistido por siglos y ha contri-
buido en gran parte al antisemitismo que
ha diezmado a los judíos durante dos mi-
lenios. Muchos judíos se sintieron desilu-
sionados con lo que percibieron como
una débil disculpa, aunque pocos duda-
ron de los sentimientos personales de do-
lor que el papa expresó.
Después de su visita a Yad Vashem, el
papa participó en un diálogo con repre-
sentantes de las tres religiones. Una perso-
na que estuvo presente en estas conversa-
ciones las describió como “un diálogo de
sordos”. Las creencias y prejuicios están
muy profundamente arraigados y no dejan
mucho campo para tratar de hacer algo.
Las palabras del papa han tenido sus
más amplias repercusiones en el ámbito
político. Su petición de una “patria” para
los palestinos viene a respaldar el con-
cepto de un estado palestino y alienta el
movimiento que se está llevando a cabo
con este fin. Debido a que los palestinos
controlan sólo las pequeñas zonas en
donde se concentra su población, y a que
Ver VISITA en la página 16
Septiembre-Octubre de 2000 7
 La familia contemporánea
¿Cómo se define
el matrimonio?
¿Qué es el matrimonio? ¿Cuándo y cómo se originó, y cuáles son las normas que lo rigen?
P o r D a v i d Tre y b i g
H ace poco mi esposa y yo celebramos
nuestras bodas de plata. Hemos sido ben-
decidos con dos maravillosos hijos, que ya
son adultos, y con 25 años de felicidad ma-
trimonial en lo que se conoce común-
mente como una “familia nuclear”.
Al mirar a nuestro derredor, nos encontramos
dentro de una minoría. Las familias tradicionales
como la nuestra han disminuido en las últimas dé-
cadas, mientras que las familias de un solo padre
han seguido aumentando.
Además, en la actualidad ha surgido un nuevo
debate: ¿Qué es lo que constituye un matrimonio?
Las cortes y legislaturas han luchado por desen-
trañar este asunto. Algunos creen que el matrimo-
nio entre dos adultos que están de acuerdo, debe
ser aceptado sin importar cuál sea su sexo.
La importancia de la Biblia
¿Qué es el matrimonio? ¿Acaso existe un be-
neficio tangible para mantenerlo como institu-
ción? ¿Tiene el matrimonio algún valor en el
mundo moderno?
Las instrucciones más antiguas sobre los fun-
damentos de la relación matrimonial se encuen-
Necesitamos dejar de tran en el Génesis, el primer libro de la Biblia. En
lado las opiniones el Nuevo Testamento, Jesucristo se refirió a uno
humanas y examinar de los primeros capítulos del Génesis para expli-
car la intención de Dios y su propósito con el ma-
cuidadosamente el trimonio (Marcos 10:6-12; Génesis 2:21-24).
fundamento bíblico Aunque los pasajes más antiguos de este ma-
de esta institución nual de instrucciones para la humanidad se escri-
bieron hace varios miles de años, en repetidas
que sigue siendo ocasiones la Biblia ha demostrado su vigencia y
la base de toda validez respecto a temas de importancia que nos
sociedad estable. afectan hoy en día. (Le invitamos a que solicite el
folleto titulado ¿Se puede confiar en la Biblia?)
Existen pruebas fehacientes y verídicas que con-
firman la veracidad de las Sagradas Escrituras.
Por esto, podemos tener confianza en que las ins-
trucciones bíblicas sobre el matrimonio y otros
aspectos de una vida consagrada a Dios siguen
siendo la opción más sabia para nosotros y la me-
8 Las Buenas Noticias
jor forma de encauzar nuestras vidas. Este es el
valor preeminente e inigualado de la Biblia.
En este artículo enfocamos la más íntima de las
relaciones humanas: la unión matrimonial. Es im-
portante que nos demos cuenta de que ahora, mi-
les de años después de que las instrucciones bí-
blicas fueran escritas, los sociólogos continúan
descubriendo pruebas de que la aplicación de
esos principios aún conduce al éxito matrimonial.
El designio de Dios
Para entender lo que es el matrimonio, necesi-
tamos dejar de lado las opiniones humanas y exa-
minar cuidadosamente el fundamento bíblico de
esta institución que sigue siendo la base de toda
sociedad estable.
Después de que nuestro Creador hizo al pri-
mer hombre, Adán, dijo: “No es bueno que el
hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”
(Génesis 2:18). La creación de la mujer por Dios
fue una bendición no sólo para Adán. La institu-
ción divina del matrimonio, en la que un hombre
y su esposa se aman y se ayudan desinteresada-
mente, ha beneficiado a la sociedad desde el día
en que Dios la estableció.
La mujer que Dios creó para Adán se llamó
Eva (Génesis 3:20). Luego de establecer la rela-
ción exclusiva de hombre y mujer que se llama
matrimonio, Dios ordenó que ese patrón debía
continuar: “Por tanto, dejará el hombre a su padre
y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una
sola carne” (Génesis 2:24). Esto nos dice que la
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relación sexual íntima es parte inherente del ma-
trimonio. Es más, a lo largo de las Escrituras Dios
condena cualquier actividad sexual fuera del ma-
trimonio y nos advierte que debemos “huir” de
ello (1 Corintios 6:18-20).
Dios jamás ha aprobado las relaciones sexuales
entre personas del mismo sexo (Levítico 20:13;
1 Corintios 6:9-10) ni tampoco las describe como
matrimonios. Los esfuerzos supuestamente ilus-
trados de legitimar tales relaciones al equipararlas
con el matrimonio, son contrarios a las Escrituras.

Dios tenía el propósito de que el hombre y la mujer se unieran
en matrimonio, que formaran una familia y enseñaran a sus
hijos los caminos de Dios, y que el amor del uno hacia el otro
y hacia su Creador fuera cada vez más profundo.
Desde el principio, Dios quiso que las
parejas no se divorciaran (Malaquías
2:16), sino que permanecieran unidas en
una relación de respeto y amor durante el
resto de sus vidas. Él tenía el propósito
de que los dos engendraran hijos y for-
maran una familia (Malaquías 2:15; 1 Ti-
moteo 5:14); además, que enseñaran a
sus hijos los caminos de Dios (Deutero-
nomio 6:6-7) y que, con el correr de los
años, el amor del uno hacia el otro (Efe-
sios 5:25; Juan 13:34) y hacia su Creador
(Deuteronomio 6:5; Mateo 22:37) fuera
cada vez más profundo.
Muchas personas no saben o no en-
tienden las instrucciones de Dios acerca
de cómo vivir de esta manera. Él se la-
menta de que las personas sufran cuando
permanecen en ignorancia o rechazan sus
instrucciones. Como se nos dice en Ose-
as 4:6: “Mi pueblo fue destruido, porque
le faltó conocimiento . . .”
El efecto sobre los hijos
Muchas personas aprecian los benefi-
cios de un matrimonio tradicional que es
estable y feliz. Sin embargo, un aspecto
que a menudo se pasa por alto en el ma-
trimonio es el efecto que tiene en los hi-
jos, para bien o para mal. A pesar de que
muchos padres y madres que viven solos
hacen un meritorio trabajo al criar a sus
hijos, jamás podrán darles todos los bene-
ficios que recibe un hijo que vive con am-
bos padres amorosos en el mismo hogar.
Los hijos cuyos padres tienen un ma-
trimonio feliz, son bendecidos con un
ambiente que les ayudará a ser líderes
productivos y estables de la próxima ge-
neración, porque habrán aprendido de
primera mano cómo funcionan las buenas
relaciones y los matrimonios felices.
Además de estos beneficios, hay un di-
videndo de salud que es otra bendición.
La investigadora Marianne Herring dice:
“Los hijos de hogares con un solo padre
tienen entre el 20 y el 40 por ciento más
de posibilidades de sufrir problemas de
salud” (Focus on the Family [“Enfoque
en la familia”], septiembre de 1994,
pp. 2-4). Los matrimonios felices y dura-
deros no sólo benefician grandemente a la
pareja misma, sino también a sus hijos.
La Palabra de Dios nos da este sabio
consejo: “Goza de la vida con la mujer
que amas, todos los días de la vida de tu
vanidad que te son dados debajo del sol
. . . porque esta es tu parte en la vida, y en
tu trabajo con que te afanas debajo del
sol” (Eclesiastés 9:9).
Recordemos, el matrimonio es una ins-
titución divina, diseñada y establecida
por Dios para ser una relación de toda la
vida entre el hombre y la mujer.
Al hacer un brindis en nuestro aniver-
sario, nos sentimos profundamente agra-
decidos por el entendimiento que hemos
recibido de la Palabra de Dios, el cual nos
ha permitido tener un matrimonio feliz.
Nuestra experiencia nos ha demostrado
que las instrucciones de Dios funcionan y
que sus enseñanzas acerca del matrimo-
nio no necesitan ser redefinidas ni moder-
nizadas. Agradezcámosle a nuestro gran
Creador este maravilloso don. BN
Septiembre-Octubre de 2000 9
 L A
El arresto, juicio y
crucifixión de Jesús
Por Mario Seiglie
E n los últimos números de Las Buenas Noticias hemos exa-
minado los hallazgos arqueológicos que nos permiten
comprender mejor la vida y el ministerio de Jesucristo en
las primeras décadas del siglo primero. Ningún período de la
vida de Jesús está narrado con más detalle en los cuatro evange-
lios que el de sus últimos días, cuando fue arrestado, juzgado y
crucificado como un criminal común.
La tumba de Caifás
Con el arribo de Jesús y sus discípulos a Jerusalén para tomar
esa última Pascua, los acontecimientos pronto llegaron a su clí-
max. Los principales sacerdotes sintieron pánico cuando se en-
teraron de que en Betania, una aldea cercana, Jesús había resu-
citado de la muerte a su amigo Lázaro (Juan 11).
¿Cómo reaccionaron ante la noticia de ese milagro? “Enton-
ces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el conci-
lio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas
señales. Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los ro-
manos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación. En-
tonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo:
Vosotros no sabéis nada; ni pensáis que nos conviene que un
hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca . . .
Así que, desde aquel día acordaron matarle” (vv. 47-53).
Asombrosamente, en 1990 se descubrió la tumba del sacer-
dote Caifás. El arqueólogo israelí Zvi Greenhut relata: “Cuando
El sumo sacerdote que urdió la muerte de Jesús se llamaba
Caifás. En 1990 los arqueólogos descubrieron el sepulcro fa-
miliar del sumo sacerdote y este osario que lleva su nombre.
10 Las Buenas Noticias
B I B L I A Y
llegué pude constatar que la bóveda de la cueva se había de-
rrumbado. No obstante, desde afuera podía ver cuatro osarios, o
cofres con huesos, en la cámara principal de la cueva. Para un ar-
queólogo, era un claro indicio de que era una cueva para sepul-
tar judíos . . . Así fue cómo descubrimos el último lugar de des-
canso para la familia Caifás, uno de cuyos miembros presidió el
juicio de Jesús” (Biblical Archaeology Review [“Revista de ar-
queología bíblica”], septiembre-octubre de 1992, pp. 29-30).
Dos de las 12 urnas de piedra que fueron halladas tienen ins-
critas el nombre Caifás, y una de ellas con el nombre completo
“José, hijo de Caifás”. Dentro de este osario yacen los restos de
un hombre de 60 años, una mujer y cuatro personas jóvenes que
probablemente eran de su propia familia.
El arqueólogo Ronny Reich nos da más detalles acerca del
descubrimiento: “El osario más adornado que se halló en esta
cueva tiene dos inscripciones relacionadas con Caifás . . . Tal pa-
rece que el anciano enterrado en este osario ricamente orna-
mentado fue José. Probablemente uno de sus ancestros había
adquirido este apodo. [Caifás parece ser un apodo que significa
‘cesto’, y se deriva de cestero.] Una persona llamada José, con
el apodo de Caifás, fue el sumo sacerdote en Jerusalén durante
los años 18-36 d.C. El Nuevo Testamento sólo da su apodo en
griego: Caifás (ver Mateo 26:3, 57; Lucas 3:2; Juan 11:49;
18:13-14, 24, 28; Hechos 4:6). Josefo [historiador judío del pri-
mer siglo] da su nombre completo: José Caifás, o en otra parte,
‘José que era llamado Caifás del sumo sacerdocio’. En suma,
Josefo nos relata explícitamente que Caifás era realmente un
apodo” (Biblical Archaeology Review [“Revista de arqueología
bíblica”], septiembre-octubre de 1992, p. 41).
La inscripción de Pilato
Después de que Jesús fue arrestado por órdenes de Caifás, fue
llevado ante éste para ser juzgado y luego enviado al gobernador
romano Poncio Pilato. La descripción de Pilato que encontramos
en el Nuevo Testamento concuerda con otros relatos históricos:
“Dos escritores, Filón y Josefo, unen sus testimonios al atribuir a
Pilato acciones viles y terribles, de manera que se le atribuye un
carácter malvado” (The Interpreter’s Dictionary of the Bible
[“Diccionario bíblico para el intérprete”], tomo 3, p. 813).
Filón, filósofo judío de Alejandría (20 a.C.-50 d.C.), describe
a Pilato como un hombre “muy inflexible, despiadado y obsti-
nado”. De hecho, menciona que las características del gobierno
de Pilato eran “la corrupción . . . la insolencia . . . la crueldad . . .
 L A A R Q U E O -

El gobernador romano Poncio Pilato desempeñó un papel
prominente en el juicio y la ejecución de Jesús. En 1961 se des-
cubrió en la ciudad de Cesarea una placa de piedra en la que
están grabados su nombre y título oficial. El nombre del go-
bernador en latín “[PON]TIVS PILATVS” aparece en la segunda
línea de la inscripción (foto de la izquierda). En 1968 los ar-
queólogos hallaron un testimonio lúgubre de la horripilante
crueldad de la crucifixión: un hueso de tobillo humano, perfo-
rado por un gran clavo de hierro, con un fragmento de made-
ra de olivo todavía adjunto (foto de la derecha).

constantes asesinatos de personas no juz-
gadas ni condenadas, y una implacable,
caprichosa y cruel inhumanidad” (The
Works of Philo [“Las obras de Filón”],
pp. 301-302).
Varios años después de la crucifixión
de Jesús, Pilato fue enviado a Roma para
enfrentar un juicio humillante, habiendo
sido acusado de ordenar la matanza de
unos peregrinos samaritanos. Eusebio,
historiador eclesiástico del siglo cuarto,
narra que Pilato fue hallado culpable y
fue exiliado. Más tarde se suicidó al no
poder soportar la vergüenza del exilio.
Ese fue el final de este orgulloso y co-
rrupto gobernante.
Durante siglos, las únicas fuentes de in-
formación acerca de Pilato eran los esca-
sos relatos históricos y los cuatro evange-
lios. Pero en 1961 hallaron en Cesarea, el
puerto romano y capital de Judea en tiem-
pos de Jesús, una placa de piedra inscrita
con el nombre y el título de Pilato. “La
placa, que mide un metro por 60 centíme-
tros, y conocida ahora como la inscripción
Fotografías por Z. Radovan, Jerusalén
sión muy parecida a la que se usa en los
evangelios (ver Lucas 3:1). Es el primer
descubrimiento arqueológico que men-
ciona a Pilato y nuevamente comprueba la
precisión de quienes escribieron los evan-
gelios. El conocimiento que tenían de los
títulos oficiales nos indica que vivieron en
la época en que éstos se utilizaban, y no
uno o dos siglos más tarde, cuando dichos
términos fueron olvidados” (Randall Pri-
ce, The Stones Cry Out [“Las piedras cla-
man”], 1997, pp. 307-308).
Prueba horrorosa de la crucifixión
En el pasado, algunos estudiosos con-
sideraban que la descripción que en la Bi-
blia se da sobre la crucifixión no era creí-
ble. Pensaban que era imposible que un
cuerpo humano pudiera ser sostenido por
unos clavos enterrados en las manos y los
pies, puesto que la carne se desgarraría
debido al peso de la víctima. Creían que
las víctimas eran atadas con cuerdas.
Sin embargo, en 1968 se halló en Jeru-
salén el cuerpo de un hombre que había
tantes con respecto a la crucifixión de Je-
sús tal como está descrita en los evange-
lios . . . Este método de ejecución hacía
que el peso del cuerpo, cayendo sobre los
clavos, causara terribles y dolorosos es-
pasmos musculares y, finalmente, la
muerte por el atroz proceso de asfixia . . .
El descubrimiento del hueso de tobillo
perforado refuta a los que dicen que no
podían haberse usado clavos” (Price, op.
cit., pp. 309-310).
La ley romana de ese entonces prescri-
bía la crucifixión como un castigo para los
crímenes más graves, como la rebelión, la
traición y el robo.
Los judíos también conocían del méto-
do de crucifixión, incluso antes del domi-
nio romano, porque alrededor del año 87
a.C. el rey judío Alejandro Janeo ordenó
crucificar a 800 fariseos rebeldes. Josefo,
quien presenció la crucifixión de sus
compatriotas judíos durante el sitio de Je-
rusalén (66-70 d.C.), la llamó “la más es-
pantosa de las muertes”. La crucifixión
siguió siendo el castigo para los crímenes

de Pilato . . . parece haber sido escrita para
conmemorar la inauguración y dedicación
de un tiberión, un templo para la adora-
ción de Tiberio César, emperador romano
durante el período de gobierno de Pilato
sobre Judea. La inscripción latina de cua-
tro líneas menciona su título como: ‘Pon-
cio Pilato, prefecto de Judea’, una expre-
sido crucificado durante el primer siglo más graves hasta los tiempos del empera-
de nuestra era. Así se descubrió la verda- dor Constantino, cuando fue abolida.
dera manera de crucificar. Eran los tobi-
¿Fue Jesús ejecutado en una cruz?
llos y no los pies los que eran clavados, y
así podían sostener fácilmente el peso. Puesto que los romanos usaban dife-
El arqueólogo Randall Price explica: rentes métodos para crucificar, no se sabe
“Este hallazgo poco común ha demostra- cómo era exactamente el tipo de madero
do ser uno de los testimonios más impor- o cruz que usaron para ejecutar a Jesús.

Septiembre-Octubre de 2000 11
 La palabra griega que es traducida
como “cruz” es stauros. El lexicógrafo
W.E. Vine nos da bastante información
sobre este término: “Stauros . . . denota,
primariamente, un palo o estaca derecha.
Se clavaba en ellas a los malhechores
para ejecutarlos. Tanto el nombre como el
verbo stauroõ, fijar sobre un palo o una
estaca, debieran distinguirse original-
mente de la forma eclesiástica de una
cruz de dos brazos. La forma de esta últi-
ma tuvo su origen en la antigua Caldea
[Babilonia], y se utilizaba como símbolo
del dios Tamuz (que tenía la forma de la
mística Tau, la inicial de su nombre) en
aquel país y en los países adyacentes, in-
cluyendo Egipto. A mediados del siglo 3
d.C., las iglesias se habían apartado en
ciertas doctrinas de la fe cristiana, o las
habían pervertido. Con el fin de aumentar
el prestigio del sistema eclesiástico após-
tata, se recibió a los paganos en las igle-
sias aparte de la regeneración por la fe, y
se les permitió mantener en gran parte sus
signos y símbolos. De ahí que se adopta-
ra la Tau o T, en su forma más frecuente,
con la pieza transversal abajada, como re-
presentación de la cruz de Cristo.
“En cuanto a la chi, o X, que Constan-
tino declaró haber visto en una visión que
le condujo a ser el valedor de la fe cristia-
na, aquella letra era la inicial de la palabra
‘Cristo’, y no tenía nada que ver con ‘la
Cruz’ . . .” (Diccionario expositivo de pa-
labras del Nuevo Testamento, 1984, tomo
1, p. 348, “Crucificar, Cruz”).
La tumba vacía
Los escritores de los evangelios nos
dan muchos detalles acerca del entierro y
el sepulcro de Jesús. “Cuando llegó la
noche, vino un hombre rico de Arimatea,
llamado José, que también había sido
discípulo de Jesús . . . Y tomando José el
cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia,
y lo puso en su sepulcro nuevo, que había
labrado en la peña; y después de hacer
rodar una gran piedra a la entrada del se-
pulcro, se fue . . . Al día siguiente, que es
después de la preparación, se reunieron
los principales sacerdotes y los fariseos
ante Pilato, diciendo: Señor, nos acorda-
mos que aquel engañador dijo, viviendo
12 Las Buenas Noticias
aún: Después de tres días resucitaré.
Manda, pues, que se asegure el sepulcro
hasta el tercer día, no sea que vengan sus
discípulos de noche, y lo hurten, y digan
al pueblo: Resucitó de entre los muertos.
Y será el postrer error peor que el prime-
ro. Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guar-
dia; id, aseguradlo como sabéis. Enton-
ces ellos fueron y aseguraron el sepulcro,
sellando la piedra y poniendo la guardia”
(Mateo 27:57-66).
¿Coincide este relato con los descubri-
mientos arqueológicos acerca de las prác-
ticas de entierro de ese tiempo? En los al-
rededores de Jerusalén se han hallado va-
rias tumbas que encajan perfectamente
con la descripción dada por los escritores
de los evangelios.
“Era frecuente que en la época romana
la entrada de la tumba fuera cerrada con
una gran piedra circular, que se ponía en
un costado y se deslizaba por una ranura
hasta que tapaba completamente la aber-
tura del sepulcro. Además, la piedra podía
ser asegurada con una correa o podía ser
sellada. Pilato ordenó que la tumba de
José de Arimatea, donde yacía el cuerpo
de Jesús, fuera cuidadosamente sellada y
asegurada (Mateo 27:66)” (The Interna-
tional Standard Bible Enciclopedia [“En-
ciclopedia internacional general de la Bi-
blia”], 1979, tomo 1, p. 559).
Cuando los romanos deseaban asegu-
rar una tumba, colocaban una correa de
lado a lado de la piedra circular. Fijaban
la correa con cera y le imprimían el sello
imperial de Roma. El que violara este se-
llo estaba desafiando la autoridad roma-
na y se exponía al peligro de la pena de
muerte. Los guardias fueron puestos al-
rededor del sepulcro con órdenes de de-
fenderlo a toda costa; y si se dormían, lo
pagarían con sus vidas. Con todo esto, la
tumba se consideraba completamente se-
gura e inviolable. No obstante, cuando
Jesús resucitó y un ángel abrió la tumba,
la Biblia narra que los guardias “tembla-
ron y se quedaron como muertos” (Ma-
teo 28:4). Cuando volvieron en sí y vie-
ron el sepulcro vacío, inmediatamente
acudieron a los principales sacerdotes en
busca de ayuda, pues sabían que enfren-
taban la pena de muerte.
“Mientras ellas [María Magdalena y la
otra María] iban, he aquí unos de la guar-
dia fueron a la ciudad, y dieron aviso a los
principales sacerdotes de todas las cosas
que habían acontecido. Y reunidos con
los ancianos, y habido consejo, dieron
mucho dinero a los soldados, diciendo:
Decid vosotros: Sus discípulos vinieron
de noche, y lo hurtaron, estando nosotros
dormidos. Y si esto lo oyere el goberna-
dor, nosotros le persuadiremos, y os pon-
dremos a salvo. Y ellos, tomando el dine-
ro, hicieron como se les había instruido.
Este dicho se ha divulgado entre los ju-
díos hasta el día de hoy” (vv. 11-15).
En este relato también se puede corro-
borar que es fidedigno el testimonio his-
tórico de que Pilato era un gobernante co-
rrupto. Es obvio que los principales sa-
cerdotes sabían que él aceptaba sobornos.
Conclusión de los evangelios
Por medio de la arqueología, se han po-
dido confirmar muchos de los detalles que
describen el juicio, la crucifixión y el en-
tierro de Jesús. El arqueólogo Randall Pri-
ce indica lo que todo esto significa: “. . . La
arqueología nos ha mostrado que los he-
chos que respaldan la fe [en la resurrec-
ción de Jesús] —una tumba identificable
que atestigua los hechos literales— son
confiables. La fe en el Cristo de la historia,
para poder ser real, sí depende histórica-
mente de un sepulcro vacío. Mientras que
la arqueología sólo puede señalar la tum-
ba, las personas y los acontecimientos que
fueron parte de este propósito histórico
(Herodes, Pilato, Caifás, la crucifixión,
etc.), la resurrección está entrelazada con
estos hechos y exige la misma considera-
ción” (Price, op. cit., pp. 315, 318).
Podemos resumir el propósito de esta
serie de artículos acerca de los evange-
lios con una cita muy apropiada: “Exis-
ten cinco evangelios que registran la vida
de Jesús. Cuatro de ellos se encuentran
en libros, y uno se halla en la tierra que
llaman santa. Lea ese quinto evangelio y
el mundo de los otros cuatro se le abrirá”
(Bargil Pixner, With Jesus Through Gali-
lee According to the Fifth Gospel [“Con
Jesús en Galilea según el quinto evange-
lio”], 1992). BN
 Mateo
Dejó de servir al dinero, para servir a Dios
E mpezamos a conocer a Mateo al leer el
evangelio que lleva su nombre: “Pa-
sando Jesús de allí, vio a un hombre
llamado Mateo, que estaba sentado
al banco de los tributos públicos, y le dijo:
Sígueme. Y se levantó y le siguió” (Mateo
9:9). ¿Qué podemos aprender de la vida y
el ejemplo de este discípulo?
Cuando Mateo se encontró con Jesús,
era un “publicano”, un recaudador de im-
puestos al servicio del gobierno romano.
Con frecuencia, estas personas tenían un
nivel de vida alto porque sacaban prove-
cho tanto de los judíos como de los ro-
manos. Era muy común que los judíos
detestaran a sus compatriotas recolecto-
res de impuestos. Tal vez a Mateo lo des-
preciaban también.
Cuando Jesús le dijo a Mateo: “Sígue-
me”, le estaba ofreciendo la oportunidad
más maravillosa de su vida. Sin titubear,
Mateo la aceptó y de esta manera cambió
una profesión lucrativa, aunque con una
reputación muy discutible, por un futuro
extraordinariamente diferente.
Roma y Judea
En esa época, Roma era el imperio más
poderoso de la tierra. Jerusalén y Judea
vivían a la sombra de Roma, molestos por
la presencia de un gobernador que había
sido nombrado por el emperador.
Hacía muchos años que Roma había
alcanzado el pináculo de su poderío. Su
fuerza crecía en la medida que enfrenta-
ba a cualquiera que osaba amenazarla.
Roma intervenía para ayudar a sus alia-
dos, pero como la naturaleza humana se
P o r J e ro l d A u s t
ha mantenido inalterada en toda la histo-
ria, “el deseo de ejercer un poder brutal y
destructivo, pronto se apoderó de la men-
talidad romana” (Nahum Glatzer, Jeru-
salem and Rome [“Jerusalén y Roma”],
1970, p. 11).
Al citar al poeta Virgilio, Nahum Glat-
zer dice: “Roma ‘no tiene limitaciones ni
de tiempo ni de territorio’, sino que tiene
‘un dominio sin límites’. De aquí en ade-
lante, por mucho que cambie, siempre
perdurará en la conciencia histórica y re-
ligiosa del mundo occidental la idea de
que Roma es la eterna Ciudad del Hom-
bre” (Glatzer, op. cit., p. 13).
El poder de Roma se hacía sentir en
toda la región del Mediterráneo, y más
aún con la pesada carga de los impuestos.
Aquí es donde comienza el relato de Ma-
teo.
Los despreciados publicanos
El senado romano decidió que era
conveniente encargar a los publicani el
trabajo de recolectar impuestos. A los
équites (ciudadanos romanos pertene-
cientes a una clase social entre los patri-
cios y los plebeyos) se les otorgaban con-
tratos que les permitían formar compa-
ñías de valores. Cada compañía debía
nombrar un director administrativo quien
a su vez nombraba subdirectores en cada
provincia. Los publicani estaban bajo el
mando de los subdirectores y eran los en-
cargados directos de tener contacto con
todas las clases sociales de la población
(Merrill Unger, Unger’s Bible Dictio-
nary [“Diccionario bíblico de Unger”],
1966, p. 899). Cuando en el Nuevo Tes-
tamento se habla de los “publicanos”, se
está refiriendo a este grupo de personas.
El hecho de tener que pagar impuestos
a los romanos era algo detestable para los
judíos, pero era peor aún el hecho de que
un compatriota fuera el encargado de co-
brar los impuestos. Para los judíos, los
publicanos eran los peores de todos.
Con el propósito de aumentar los in-
gresos, los jefes del sistema tributario ani-
maban a los recaudadores de impuestos a
cobrar sumas fraudulentas. El pueblo
veía a los publicanos como estafadores,
traidores y apóstatas, contaminados por
su asociación con los paganos e instru-
mentos voluntarios de los opresores ro-
manos. Cobraban más de lo debido (Lu-
cas 3:13) y levantaban cargos falsos con
el propósito de extorsionar a sus víctimas
y sacarles más dinero.
Con frecuencia, los astutos publicanos
ocupaban sus mentes en tratar de encon-
trar nuevas maneras de cobrarle a la gen-
te más dinero en impuestos; eran muy in-
geniosos para inventar nuevos impuestos:
“Impuestos por ejes, ruedas, animales de
carga, peatones, caminos, calles; por en-
trar en los mercados; impuestos por trans-
portes, puentes, barcos, muelles; impues-
tos por cruzar ríos, por represas, por per-
misos; en fin, había impuestos de toda
clase. Había tantas clases de impuestos
que los eruditos modernos todavía no han
podido identificarlos todos” (Unger, op.
cit., p. 900).
Septiembre-Octubre de 2000 13

Una de las prác-
ticas más odiosas de los cobradores de
impuestos era la de detener a los viajeros
y hacerles desempacar todo lo que lleva-
ban en los animales de carga, para ins-
peccionar todas sus pertenencias, aun sus
documentos personales y otras cosas.
Luego el cobrador se iba y dejaba al po-
bre viajero con todas sus pertenencias re-
gadas por el suelo (ibídem).
No es de sorprender, pues, que los pu-
blicanos, como Mateo, fueran tan des-
preciados. Jesucristo fue duramente criti-
cado por asociarse con “publicanos y pe-
cadores” (Mateo 9:11); y él mismo llegó
a mencionarlos cuando estaba hablando
de personas francamente inmorales (Ma-
teo 21:31).
Autor de un maravilloso libro
Mateo vivía en Capernaum, en la orilla
norte del mar de Galilea. En esa época,
muchas personas vivían alrededor del
lago. Para los pescadores, era la fuente de
su sustento; además, había mucha nave-
gación y comercio en esa zona.
Los romanos habían establecido una
oficina en Capernaum para recaudar im-
puestos de la industria de la pesca y del
transporte de mercancía por la Vía Maris
(el Camino del Mar), que era la principal
ruta comercial de la región. Allí trabajaba
Mateo como cobrador; debió ser un pues-
to muy lucrativo.
Pero mientras otros lo veían como un
despreciable recolector de impuestos, Je-
sús de Nazaret lo vio como el escritor po-
tencial de uno de los libros más conoci-
dos y aceptados en el mundo.
Marcos y Lucas se refieren a Mateo
con el nombre de Leví (Marcos 2:14; Lu-
cas 5:27). Esto puede indicar que tal vez
Mateo pertenecía a la tribu de Leví, la
cual fue absorbida en su mayoría por la
tribu de Judá cuando los babilonios lle-
varon el reino de Judá en cautiverio va-
rios siglos antes.
Debido a su profesión, es probable que
Mateo supiera griego, la lengua oficial de
la región, y el arameo, la lengua nativa. Él
tenía la preparación necesaria para llevar
los registros, y era un escriba y escritor
culto. Como oficial del gobernador, es
probable que además supiera algo de ta-
quigrafía.
14 Las Buenas Noticias
El Evangelio de Mateo se caracteriza
por los largos y detallados recuentos de
las enseñanzas orales de Jesús. ¿Pudo
Mateo apuntar de una forma tan minu-
ciosa las palabras de Jesús valiéndose de
cierta clase de taquigrafía? Veamos lo
que dice al respecto Carsten Peter Thie-
de, un experto en los manuscritos del
Nuevo Testamento.
“Entre los discípulos de Jesús, es pro-
bable que Leví-Mateo, el ex cobrador de
impuestos, supiera algo de taquigrafía.
Por lo tanto, los eruditos han sugerido que
de esta manera pudo haber transcrito tex-
tualmente el largo Sermón del Monte . . .
sobra decir que este concepto (de que te-
nemos una transcripción más o menos au-
téntica del Sermón del Monte) pone fu-
riosos a los eruditos del Nuevo Testamen-
to que consideran que San Mateo nunca
escribió el Evangelio y que este sermón
es una compilación tardía y poco confia-
ble de enseñanzas diversas, recopilada
por varias comunidades cristianas. Lo
que debemos tener en cuenta es que no
existe una razón logística, técnica o lógi-
ca por la que Leví-Mateo no hubiera po-
dido escribir un texto auténtico . . .”
(Carsten Peter Thiede y Matthew d’An-
cona, The Jesus Papyrus [“El papiro de
Jesús”], 1997, pp. 158-159).
El llamamiento de Mateo
Los evangelios de Mateo, Marcos y
Lucas hacen un recuento del llamamien-
to de Mateo. Veamos la versión de Lucas:
“Después de estas cosas salió, y vio a un
publicano llamado Leví, sentado al banco
de los tributos públicos, y le dijo: Sígue-
me. Y dejándolo todo, se levantó y le si-
guió” (Lucas 5:27-28).
Mateo disfrutaba de una posición lu-
crativa e influyente, respaldada por el po-
der del gobierno romano. En compara-
ción con sus compatriotas, de seguro era
bastante rico.
Pero en la Escritura vemos que Mateo
estaba dispuesto a dejarlo todo, tal como
Jesús lo pedía: “Si alguno viene a mí, y no
aborrece [esto quiere decir tener en me-
nor estima, poner por debajo, amar me-
nos; ver Mateo 10:37] a su padre, y ma-
dre, y mujer, e hijos, y hermanos, y her-
manas, y aun también su propia vida, no
puede ser mi discípulo” (Lucas 14:26-
27). Las acciones de Mateo fueron una
prueba de su fe (Santiago 2:26).
Ahora analicemos algunos aconteci-
mientos relacionados con una fiesta que
Mateo preparó para Jesús, sus discípulos
y sus propios amigos.
Una fiesta y
una lección espiritual
“Leví le hizo gran banquete en su casa;
y había mucha compañía de publicanos y
de otros que estaban a la mesa con ellos.
Y los escribas y los fariseos murmuraban
contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué
coméis y bebéis con publicanos y peca-
dores? Respondiendo Jesús, les dijo: Los
que están sanos no tienen necesidad de
médico, sino los enfermos. No he venido
a llamar a justos, sino a pecadores al arre-
pentimiento” (Lucas 5:29-32).
Mateo respondió a su llamamiento con
gran júbilo e hizo una fiesta para invitar a
Jesús. Invitó además a varios de sus ami-
gos, quienes también eran recolectores de
impuestos, demostrando con ello que no
era egoísta ni tenía miedo hacerles saber
acerca de su llamamiento. No tuvo ningún
problema para reunir bajo un mismo techo
al hombre más justo de todos los tiempos
junto con algunos de los que quizá eran
considerados como los menos justos.
Pero Jesús, y quizá también Mateo,
pudo escuchar a los fariseos cuando mur-
muraban porque él y sus discípulos esta-
ban asociándose con tales individuos.
Mordazmente le preguntaron: “¿Por qué
coméis y bebéis con publicanos y peca-
dores?” (Lucas 5:30).
Esta actitud engreída de superioridad
le permitió a Jesús responderles: “Los
que están sanos no tienen necesidad de
médico, sino los enfermos” (v. 31).
Esta era una comparación que fácil-
mente podían entender. Ellos sabían que
cuando las personas estaban enfermas vi-
sitaban al médico, de manera que asocia-
rían a los despreciados publicanos con
aquellos que tenían “necesidad de médi-
co” (v. 31).
Jesús continuó diciendo: “No he veni-
do a llamar a justos, sino a pecadores al
arrepentimiento” (v. 32). Como los fari-
seos y los escribas estaban convencidos
de su propia justicia, pensaban que no te-
nían nada de que arrepentirse; así, segura-
mente concluyeron que los pecadores a
los cuales se estaba refiriendo Jesús sí te-
nían muchas cosas que cambiar.
Mateo, quien transcribió las palabras
de Jesús en forma bastante detallada, in-
cluye algo que no encontramos en el rela-
to de Marcos ni en el de Lucas: “Id, pues,
y aprended lo que significa: Misericordia

Los romanos establecieron una oficina de recolección
de impuestos en Capernaum. Allí trabajaba Mateo
como cobrador; debió ser un puesto muy lucrativo.
quiero, y no sacrificio” (Mateo 9:13). Es-
tos autonombrados maestros necesitaban
aprender una lección espiritual. Jesús les
demostró que les faltaba misericordia ha-
cia aquellos que no podían llenar la medi-
da espiritual y los patrones legalistas que
ellos habían impuesto.
Jesús citó Oseas 6:6: “Porque miseri-
cordia quiero, y no sacrificio, y conoci-
miento de Dios más que holocaustos”.
Les recordó de una manera muy contun-
dente que Dios se complace más en que
aprendamos a imitar sus características
de misericordia, perdón y compasión,
que en que condenemos a los demás.
Dios ama a la humanidad. Él envió a su
propio Hijo para que muriera por todos,
no solamente por unos pocos, no sólo por
aquellos que piensan que son justos.
Ilustración por Michael Woodruff
Un camello, una aguja
y un hombre rico
Como Mateo era tal vez bastante rico,
probablemente le hizo impacto otra lec-
ción espiritual dada por Jesús. Mateo nos
habla acerca de un joven rico que se acer-
có a Jesús a preguntarle qué necesitaba
hacer para tener la vida eterna. Jesús le
respondió que debía “guardar los manda-
mientos” (Mateo 19:17).
Entonces el joven le preguntó a Jesús
que a cuáles mandamientos se refería, y
Jesús enumeró varios de los Diez Manda-
mientos relacionados con la forma de tra-
tar a otros. Le citó además el manda-
miento que se encuentra en Levítico
19:18: “Amarás a tu prójimo como a ti
mismo”. ¿Por qué citó Jesús este versícu-
lo en especial? Una razón tal vez sea que
quería que el joven rico se diera cuenta de
la importancia de compartir lo que tenía
con otros, ya que tenía la capacidad de ha-
cerlo (Santiago 2:14-17).
El hombre le respondió a Jesús que
todo eso lo había guardado fielmente des-
de su juventud. ¿Qué otra cosa le faltaba
por hacer? Jesús le dijo: “Si quieres ser
perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo
a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo;
y ven y sígueme” (Mateo 19:21).
El joven se fue muy triste, “porque te-
nía muchas posesiones” (v. 22). Jesús les
dijo entonces a sus discípulos: “De cierto
os digo, que difícilmente entrará un rico
en el reino de los cielos. Otra vez os digo,
que es más fácil pasar un camello por el
ojo de una aguja, que entrar un rico en el
reino de Dios” (vv. 23-24).
Con estas palabras, Jesús señaló
una lección espiritual muy importan-
te. Cuando llenamos nuestras
mentes con las cosas que tienen
mucha importancia para noso-
tros, por ejemplo las cosas mate-
riales, perdemos muy fácilmen-
te de vista las cosas que son im-
portantes para Dios. Siempre
debemos tener en mente el deseo
de buscar primeramente los tesoros
espirituales (Mateo 6:31-34).
Debemos servir
a un solo amo
En Proverbios 16:16, Salomón
escribió: “Mejor es adquirir sabi-
duría que oro preciado; y adquirir
inteligencia vale más que la plata”.
Y Jesús declaró: “Ningún siervo
puede servir a dos señores; porque
o aborrecerá al uno y amará al
otro, o estimará al uno y menos-
preciará al otro. No podéis servir a Dios y
a las riquezas” (Lucas 16:13).
Mateo se sintió impulsado a responder
al llamamiento de Jesús. Su historia co-
menzó cuando era un hombre de éxito se-
gún el criterio del mundo. Pero la historia
de este discípulo terminó con más éxito
aún. Dios escribió por medio de él uno de
los cuatro evangelios, los relatos que apa-
recen en la Biblia de la vida y las ense-
ñanzas de Jesús.
De la misma forma que Mateo, usted y
yo hemos sido llamados para salir de este
mundo y abandonar sus caminos egoístas
y políticos. Dios nos manda arrepentirnos
y empezar a vivir una vida de sumisión a
él y de preocupación por nuestros seme-
jantes (Mateo 22:37-39; Hechos 17:30).
A Mateo, que una vez fue publicano, le
fue dado el gran privilegio de ser uno de
los discípulos de Jesús y uno de los 12
apóstoles originales. Él respondió inme-
diatamente a su llamamiento. Siendo tes-
tigo ocular, Mateo pudo escribir no sola-
mente acerca de la vida y enseñanzas de
Jesús, sino también acerca de su crucifi-
xión, muerte y resurrección.
Al igual que Mateo, muchas personas
en la actualidad han sido llamadas para
arrepentirse de sus pecados y ser discípu-
los de Jesús. ¿Responderá usted de la
misma forma en que Mateo lo hizo? BN
Septiembre-Octubre de 2000 15
VISITA
Viene de la página 7
estas zonas están delimitadas casi exclu-
sivamente por el territorio nacional israe-
lí, el establecimiento de un estado palesti-
no inevitablemente prenderá la mecha de
un futuro conflicto en el Cercano Oriente.
¿Una solución impuesta
por la fuerza?
La mayoría de los problemas tal vez
puedan ser resueltos si las potencias más
poderosas ejercen suficiente presión.
Pero para poder resolver el dilema de Je-
rusalén, sería necesaria la sabiduría del
rey Salomón, quien construyó el primer
templo. La posibilidad de construir el ter-
cer templo es un hecho que está en el cen-
tro de todas las controversias.
El monte del templo, sitio en el que
fueron construidos los dos primeros tem-
plos, es de primordial importancia para
los judíos. Fue en ese lugar donde Salo-
món, desde el año 964 al 957 a.C., cons-
truyó el imponente templo que fue el cen-
tro de la adoración en Israel, y más tarde
para Judá, hasta que fue destruido por los
babilonios en el año 587 a.C. Cuando los
judíos retornaron del exilio bajo el lide-
razgo de Zorobabel, lo reconstruyeron
entre los años 536 y 516 a.C.
Después, a partir del año 18 a.C., el rey
Herodes el Grande y sus sucesores
agrandaron el complejo de edificios del
templo, creando la construcción majes-
tuosa e imponente que se menciona fre-
cuentemente en los cuatro evangelios. El
segundo templo fue nuevamente el cen-
tro religioso de la nación hasta el año 70
d.C., cuando los romanos lo destruyeron
junto con gran parte de la ciudad de Jeru-
salén. Para muchos judíos, el monte del
templo sigue siendo un lugar santo, el lu-
gar en el que Dios habitaba.
Pero el sitio que es santo para los ju-
díos, también lo es para los musulmanes.
Encima del monte del templo, según di-
cen algunos en el sitio exacto en el que se
construyeron los dos templos israelitas,
se encuentra la Cúpula de la Roca de los
musulmanes, el lugar desde el cual, según
la tradición, Mahoma ascendió al cielo.
Hay otra mezquita bastante cerca, tam-
bién en el monte del templo. Cualquier
otro lugar puede ser dividido, mas éste
no. El papa visitó el monte del templo
acompañado tan sólo por dirigentes islá-
micos, lo que se interpretó como un claro
16 Las Buenas Noticias
mensaje de apoyo a la causa palestina en
sus reclamos acerca de Jerusalén.
Una posible solución a este problema
tan complejo puede ser la internacionali-
zación de la parte antigua de Jerusalén, el
sitio crucial para las tres religiones. Re-
cientemente, varios puntos de conflicto
han sido internacionalizados; por ejem-
plo, Kosovo y Timor Oriental. Las fuer-
zas armadas de varias naciones se en-
cuentran concentradas en ambas naciones
con el fin de mantener la paz. ¿Se podrá
hacer lo mismo en Jerusalén? A juzgar
por la historia moderna, tal vez sí.
La Ciudad del Vaticano, la nación más
pequeña del mundo, sin ejército propio,
podría desempeñar un papel importante,
tal vez como guardián de los lugares cris-
tianos sagrados. El acuerdo firmado por el
Vaticano y los palestinos hace notar que
“una solución equitativa del problema de
Jerusalén, basada en resoluciones interna-
cionales, es fundamental para una paz jus-
ta y duradera en el Cercano Oriente” y que
“cualquier decisión o acción unilateral
que altere el carácter especial y la condi-
ción legal de Jerusalén, es totalmente ina-
ceptable desde el punto de vista moral y
legal”. Esta prohibición incluye el que Is-
rael considere a Jerusalén como su capital.
Vecinos divididos, tierra dividida
Jerusalén no es el único lugar de con-
troversia en la región. El primer ministro
israelí, Ehud Barak, ha cedido a las pre-
siones que el público ha ejercido debido
a la muerte de muchos soldados israelíes
y ha retirado las tropas del sur del Líba-
no, de una zona de seguridad que protege
las ciudades del norte de Israel de los ata-
ques de la guerrilla islámica. Hay quie-
nes están solicitando que fuerzas de las
Naciones Unidas o soldados europeos
sean estacionados en la frontera como
pacificadores entre ambos bandos.
De un modo similar, el primer ministro
Barak ha buscado hacer un tratado de paz
entre Israel y Siria, un enemigo de Israel
desde hace mucho tiempo. Los sirios han
exigido que se les devuelvan las alturas
del Golán, un punto estratégico desde el
cual la artillería siria bombardeaba fre-
cuentemente las ciudades de Israel y sus
habitantes hasta que en la guerra de 1967
las fuerzas israelíes lo tomaron.
Los sirios exigen además que los israe-
líes les den acceso al mar de Galilea, el
gran lago de agua dulce del que Israel
toma la tercera parte del agua que consu-
me. Las alturas del Golán también contro-
lan la cabecera del río Jordán, el afluente
principal del mar de Galilea. En la sedien-
ta historia del Cercano Oriente, el agua es
un recurso crucial para todos los interesa-
dos, y nadie la entrega fácilmente.
Si Israel llega a un acuerdo de ceder
una parte o la totalidad de las alturas del
Golán, no lo hará sin que medien extre-
mas medidas de seguridad que induda-
blemente requerirán fuerzas militares ex-
tranjeras para garantizarlas.
Dominación extranjera
El Cercano Oriente es el punto focal
de la profecía bíblica. Cualquier conflic-
to que se presente allí, fácilmente podría
desencadenar una serie de reacciones de
parte de gobiernos en todo el mundo.
Cualquiera que sea el curso que tomen
los acontecimientos, las profecías de la
Biblia nos indican que Jerusalén caerá
nuevamente bajo el control de naciones
que no son israelitas.
Cuando los discípulos de Jesús le pre-
guntaron acerca de los acontecimientos
que indicarían la inminencia de su retor-
no a la tierra para establecer el Reino de
Dios, él habló del momento en el que Je-
rusalén sería “rodeada de ejércitos” (Lu-
cas 21:20).
En el versículo 22, él habló de que “es-
tos son días de retribución”, una época en
la que van a estallar todos los conflictos
latentes, lo que amenazará seriamente la
existencia de la vida en el planeta. Jesús
dijo que si esos días no fueran acortados,
“nadie escaparía con vida; pero por amor
a los escogidos, se acortarán” (Mateo
24:22, Nueva Biblia Española).
A medida que transcurre el proceso de
paz, la existencia misma de Israel como
nación está en juego. La nación está divi-
dida entre los que quieren lograr la paz a
toda costa, aun poniendo en entredicho la
seguridad, y aquellos que ven los peligros
de confiar en vecinos que han demostra-
do repetidamente que lo único que quie-
ren es su desaparición. Según la profecía
bíblica, Jerusalén va a presenciar aconte-
cimientos espantosos a medida que se
acerca el tiempo del fin (Zacarías 14:1-2).
Pero después, vendrá una era sin prece-
dentes y Jerusalén será verdaderamente
una ciudad de paz. En esa época todos los
conflictos quedarán atrás definitivamente,
lo que permitirá que los habitantes de Je-
rusalén —y del mundo entero— puedan
morar confiados y en armonía. BN
PAZ
Viene de la página 1
vendrán hasta que él intervenga directa-
mente en los acontecimientos del mundo.
Pero no es fácil vivir una vida cuya ca-
racterística predominante y continua sea
la paz en nuestro estado de ánimo y en
nuestro modo de vivir. En un mundo caó-
tico, sumido en el desorden y los conflic-
tos, encontrar el camino hacia la paz exi-
ge habilidad e iniciativa, y tenemos que
buscarlo con humildad. No obstante,
¡podemos lograrlo!
El premio para los pacificadores
El mundo rinde homenaje a sus héroes
militares. Ciertamente, a lo largo de la
historia, muchos han sido reconocidos
por sus grandes triunfos bélicos. Pero no
han sido debidamente apreciadas las vic-
torias más grandes que el botín de guerra:
los logros de paz.
El sabio rey Salomón escribió: “Mejor
es el que tarda en airarse que el fuerte; y
el que se enseñorea de su espíritu, que
el que toma una ciudad” (Proverbios
16:32). Por medio de este siervo, Dios
nos dice que obtener la victoria sobre
nuestros instintos carnales es una con-
quista mucho más importante que las ha-
zañas bélicas.
Leamos ahora lo que Dios le dijo a Sa-
lomón, que de hecho era un rey pacifica-
dor, cuando éste le pidió sabiduría y en-
tendimiento: “Porque has demandado
esto, y no pediste para ti muchos días, ni
pediste para ti riquezas, ni pediste la vida
de tus enemigos, sino que demandaste
para ti inteligencia para oír juicio, he aquí
lo he hecho conforme a tus palabras; he
aquí que te he dado corazón sabio y en-
tendido, tanto que no ha habido antes de
ti otro como tú, ni después de ti se levan-
tará otro como tú. Y aun también te he
dado las cosas que no pediste, riquezas y
gloria, de tal manera que entre los reyes
ninguno haya como tú en todos tus días”
(1 Reyes 3:11-13).
El Eterno le concedió a Salomón lo
que le pidió. Este rey fue bendecido como
un pacificador en una época que de otra
forma hubiera sido violenta y sangrienta.
A los ojos de nuestro Creador, ¡el recono-
cimiento y la honra son para los que ha-
cen la paz!
Abundan los elogios de la paz y las
buenas intenciones de alcanzarla. Pero
los esfuerzos auténticamente sinceros y
pacíficos por lograrla son muy raros, tan-
to entre las naciones como en nuestras re-
laciones interpersonales.
En la Palabra de Dios se nos hace ver
claramente que la primera venida de Cris-
to —aparte de su sacrificio por los peca-
dos del mundo— sirvió para invitar a una
comunidad de personas de muchas nacio-
nes a que abrazaran, personal e indivi-
dualmente, una vida de paz en este tiem-
po (Juan 14:27; 16:33).
Aunque para algunos resulte sorpren-
dente, hace 2.000 años Jesús no vino a es-
tablecer la paz en todas partes ni para to-
dos. La promesa de paz para todo el mun-
do en general es para un tiempo aún
futuro, cuando el Príncipe de Paz vendrá
a terminar con las guerras (Isaías 2:4; 9:7;
Miqueas 4:3; Apocalipsis 2:26-27). Al
principio de ese tiempo Cristo enseñará el
camino hacia la paz a todos y cada uno; le
ayudarán sus seguidores que para enton-
ces serán reyes y sacerdotes (Apocalipsis
5:10), y que también habrán aprendido
cómo ser emisarios de paz.
El toque personal
¿Qué paz es esta que Jesús enseñó hace
2.000 años y que enseñará a todo el mun-
do cuando regrese? Primordial y princi-
palmente es un modo de vivir. Es una ac-
titud mental: la mente de Dios en noso-
tros, una mente que vive en armonía con
la Palabra de Dios, la Biblia.
Como dijo el rey David: “Mucha paz
tienen los que aman tu ley, y no hay para
ellos tropiezo” (Salmos 119:165). Quie-
nes realmente sigan las enseñanzas de Je-
sucristo acerca de la paz tendrán una acti-
tud de amor hacia los demás en lugar de
querer aprovecharse de ellos o dominar-
los. Darán igual o mayor importancia al
bienestar de otros que al suyo propio. Por
esto “no hay para ellos tropiezo”.
Las palabras de Cristo en la Biblia nos
muestran el camino que lleva a la paz ver-
dadera. Pero ¿cuánto nos esforzamos por
seguirlo? Desde luego no podemos influir
grandemente en el mundo, pero sí pode-
mos tener éxito en conservar la paz en
nuestras relaciones personales.
Para practicar la paz, conforme al
ejemplo de Jesucristo, uno debe estar en
paz consigo mismo y estar plenamente
convencido de que una actitud pacífica es
en realidad la única forma de desarrollar
relaciones cordiales y amistosas. Ajustar-
se a las enseñanzas de Cristo rinde valio-
sos dividendos.
No ha habido jamás mejor ejemplo que
el de Jesucristo. Él procuró hacer la paz
con la mujer samaritana, como podemos
ver en el capítulo 4 del Evangelio de Juan.
En ese tiempo, las relaciones entre judíos
y samaritanos habían llegado a tal grado
que ni siquiera se hablaban. Peor aún,
esta situación se consideraba normal.
Pero Jesús no compartía en lo más mí-
nimo tal actitud. Como resultado de su
deseo de sanar todo tipo de heridas, tanto
físicas como espirituales, claramente ma-
nifestó que la salvación estaría disponible
para los samaritanos y para los judíos. Su
conmovedora parábola de un samaritano
desconocido —visto como lo más des-
preciable de la sociedad por los que lo es-
cuchaban— le dio honra y respetabilidad.
¿Cuál fue realmente el mensaje de Jesús
en este caso? Que ante Dios, todos los
hombres tienen el mismo potencial, y él
había venido para que finalmente todos
pudieran obtener la paz y la salvación que
sólo pueden venir de Dios.
El camino hacia la paz
Refiriéndose al Príncipe de Paz, el
apóstol Pablo escribió: “Vino y anunció
las buenas nuevas de paz a vosotros que
estabais lejos, y a los que estaban cerca”
(Efesios 2:17). Nuestro Salvador incluyó
a todos los que estuvieran dispuestos a
buscar la paz. A nadie se le impidió imi-
tar a Jesucristo como mensajero de paz.
Hacer la paz es un gran arte, y podemos
aprenderlo siguiendo el ejemplo y las en-
señanzas de Jesús.
La lección para nosotros es que debe-
mos establecer vínculos donde éstos no
han existido, y debemos sanar relaciones
que han sido dañadas o totalmente des-
hechas. Un toque personal es de gran im-
portancia. En alguna parte alguien lo ne-
cesita a usted —necesita su ejemplo
como verdadero pacificador— así como
el mundo entero necesita la intervención
del Mesías.
La profecía de Isaías acerca de un be-
nefactor se hizo realidad en Jesucristo
hace 2.000 años. Esto fue presentado al
público en forma conmovedora por me-
dio del oratorio de Händel. Recordemos
la promesa del Mesías: “La paz os dejo,
mi paz os doy!” También dijo: “Bien-
aventurados los pacificadores, porque
ellos serán llamados hijos de Dios” (Ma-
teo 5:9). ¿Por qué no aceptar las palabras
de nuestro Salvador y convertirnos en
verdaderos pacificadores? BN
Septiembre-Octubre de 2000 17
¿Dónde podemos
hallar respuestas
a las grandes
incógnitas
de la vida?

¿S e ha detenido usted a reflexionar sobre el propósito de la vida

humana? Fuimos puestos sobre la tierra por un Creador inteli-
gente, pero pocos entienden cuál es el asombroso potencial que tene-
mos como seres hechos a imagen de Dios.
¿A dónde podemos acudir para encontrar las respuestas que tanto
anhelamos? Usted no tiene por qué seguir en la incertidumbre. El
folleto titulado Nuestro asombroso potencial humano le ayudará a

Fotografía ©1997 PhotoDisc, Inc.

entender el verdadero propósito de su vida.
Le invitamos a solicitar esta importante publicación hoy mismo
a cualquiera de nuestras direcciones. Tendremos mucho gusto en
enviársela gratuitamente y
sin compromiso de su parte. Iglesia de Dios Unida
una Asociación Internacional