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No puede existir la oralidad pura, sin el auxilio de la escritura para documentar los
actos procesales.
El actual Código Procesal Civil y Mercantil de Guatemala regula en el título II el
procedimiento que debe efectuarse en materia del juicio oral, dedicando para su
sistematización importantes normas jurídicas como también los supuestos jurídicos,
en los cuales las contiendas deben ventilarse en esta vía.
El juicio oral en Guatemala, es aplicable para ciertos asuntos, por los Jueces de
Primera Instancia del ramo Civil y por los Jueces Menores en aquellos asuntos de
ínfima y de menor cuantía; aunque en la realidad, los asuntos de ínfima cuantía casi
no se llevan a la práctica.
El objeto de diligenciar el procedimiento del juicio oral, es que el juez escuche a las
partes procesales y se declare de manera rápida el derecho que se pretende hacer
valer, por su importancia y por su carácter urgente.
CAPÍTULO I.
DISPOSICIONES GENERALES.
De acuerdo a lo que establece el artículo ciento noventa y nueve (199) del Código
Procesal Civil y Mercantil de Guatemala, los juicios orales pueden versar sobre:
a) Los asuntos de menor cuantía.
b) Los asuntos de ínfima cuantía.
c) Los asuntos relativos a la obligación de prestar alimentos.
d) La rendición de cuentas por parte de todas las personas que están
obligadas a ello; por ejemplo: los administradores, albaceas, Alcaldes
Municipales, etc.
e) La división de la cosa común y las diferencias que surgieren entre los
copropietarios en relación a la misma.
f) La declaratoria de jactancia.
g) Los asuntos que por disposición de la ley o por convenio entre las partes,
deben seguirse en juicio oral.
Al hacer un análisis del artículo doscientos (200) del Código Procesal Civil y
Mercantil guatemalteco, se establece una analogía que puede existir entre el juicio
oral y el juicio ordinario, en cuanto a algunas disposiciones, siempre y cuando las
mismas no se opongan a los preceptos propios del juicio oral, es decir, existe
supletoriedad de normas. Como ejemplo de ello, puede mencionarse lo relativo a
las pruebas y a la demanda.
Constituye igualmente uno de los principios básicos del juicio oral el de la publicidad
de los debates que se desarrollan en el mismo. Con carácter general, el artículo 680
de la Ley de Enjuiciamiento Criminal dispone que: “los debates del juicio oral serán
públicos bajo pena de nulidad” (sin perjuicio de lo previsto en el art. 681 Lecrim.), y
el artículo 120 de la Constitución Española, en referencia a los procesos penales,
se refiere también a la publicidad de los mismos al decir que: “1. Las actuaciones
judiciales serán públicas, con las excepciones que prevean las leyes del
procedimiento. 2. El procedimiento será predominantemente oral, sobre todo en
materia criminal” (en el mismo sentido se pronuncia el artículo 232 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial). La publicidad del juicio oral no sólo es para aquellos
que sean parte en éste, sino que se va a extender a terceros ajenos al
procedimiento, y la finalidad de tal publicidad (Sentencia del Tribunal Constitucional
96/1987) “es la de proteger a las partes frente a una justicia sustraída al
conocimiento público y mantener la confianza de la comunidad en los Tribunales”.
Ahora bien, la publicidad de los debates no supone un derecho absoluto, puesto
que puede verse limitada o excluida por las razones previstas en las leyes; el
artículo 681.1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal establece que “el Juez o Tribunal
podrá acordar, de oficio o a instancia de cualquiera de las partes, previa audiencia
a las mismas, que todos o alguno de los actos o las sesiones del juicio se celebren
a puerta cerrada, cuando así lo exijan razones de seguridad u orden público, o la
adecuada protección de los derechos fundamentales de los intervinientes, en
particular, el derecho a la intimidad de la víctima, el respeto debido a la misma o a
su familia, o resulte necesario para evitar a las víctimas perjuicios relevantes que,
de otro modo, podrían derivar del desarrollo ordinario del proceso”; añade el artículo
232 Ley Orgánica del Poder Judicial razones de “protección de derechos y
libertades”. Tal decisión la ha de adoptar el Juez o el presidente del Tribunal, ya de
oficio, o a instancia de las partes, pudiendo tomarse antes de comenzar el juicio o
en cualquier estado del mismo. En el caso de órganos colegiados, el Presidente
consultará al tribunal, el cual deliberará en secreto, y necesariamente dictará auto
cuando la acuerde, esgrimiendo las razones que han dado lugar a tal decisión;
contra el mismo no podrá interponerse recurso alguno.
Qué es y en qué se fundamenta el juicio oral penal
El juicio oral penal es la última etapa de un procedimiento penal que se tiene lugar
una vez concluida la fase de investigación o instrucción y la fase de acusación
provisional.
El juicio oral penal se sucede en todos los procedimientos penales una vez que se
dicte el auto de apertura de la vista oral, ya sea un procedimiento ordinario por
delitos graves, un procedimiento abreviado, un procedimiento con jurado…
El juicio oral penal es la etapa en la que se practican las pruebas, incluidos los
testimonios de acusado y los testigos, los peritos, etcétera, y cada una de las partes
presenta las alegaciones ante el tribunal o juez para que éste dicte sentencia
Dos son los principios fundamentales que rigen el juicio oral penal:
El principio de oralidad, en tanto que las partes expondrán sus alegaciones a viva
voz
El principio de publicidad, de tal forma que, salvo excepciones, cualquier persona
puede asistir como observador a la celebración de un juicio oral penal.
injurias
Dado que la vista oral se rige por el principio de publicidad, salvo excepciones,
aquellos ciudadanos que lo deseen podrán asistir como público.
Los peritos y los testigos permanecerán fuera de la sala hasta el instante en que
sean llamados a declarar.
El juicio oral penal se inicia con la lectura por parte del secretario de los escritos de
acusación y de defensa. A continuación, el juez o tribunal interpelará, por este orden
y no otro, a los abogados de la acusación y de la defensa, y al Fiscal. Estos deberán
comunicar si consideran que existe alguna causa que pudiese afectar a la
competencia del Juzgado o suponer la vulneración de alguno de los derechos
fundamentales del acusado. Si se presenta alguna alegación, el juez la dirimirá en
ese mismo momento y el juicio oral penal continuará adelante.
Esta fase se inicia con la declaración del propio acusado al que podrán preguntar,
en este orden, el juez, el abogado de la acusación, el Ministerio Fiscal y el abogado
de la defensa. Concluida la declaración del acusado, permanecerá en la sala de
vistas hasta la finalización del juicio observando cómo se desatora el proceso pues,
como veremos más adelante, aún podrá intervenir una vez más.
Una vez que el acusado ha prestado declaración, llega el turno de los testigos, si
los hubiere, propuestos por el fiscal, la acusación particular y la defensa. Serán
llamados en este orden exacto, y no otro.
Tras ellos, los peritos propuestos por las partes ratificarán y resolverán las
cuestiones planteadas, en calidad de expertos, siendo habitual la exposición de
pruebas y documentos durante esta fase más técnica.
Fases
Hay una primera fase que se le llama instrucción, diligencias previas o bien
diligencias urgentes según se trate del delito que se esté enjuiciando.
En esta primera fase lo que se trata es de esclarecer los hechos y averiguar le delito,
asegurar los testigos y víctimas, acordar la presión provisional sé si da el caso y
medidas cautelares de embargo cuando sea oportuno.
Después hay una etapa intermedia de preparación del juicio oral en la que se
presentan los escritos de acusación y defensa en donde las partes definen sus
pretensiones, los cargos, en definitiva de lo que se les acusa y de las pruebas que
ponen encima de la mesa para incriminar.
Aquí el juez acuerda las pruebas que se van a realizar y manda a señalar la fecha
del juicio.
La última fase es el juicio oral en él se practican las pruebas, se interrogan a los
testigos, intervienen peritos, ministerio fiscal, responsables civiles y los
perjudicados. Se le concede la palabra al acusado para expresar su última palabra.
El juez valora las pruebas y dicta sentencia.
La estructura del proceso tiene íntima relación con su resultado final que es la
sentencia. Esta, en su núcleo estará integrada por el par, hecho-derecho, al que
tendrá que abordar el juez desde las presentaciones de las partes y conforme los
elementos de juicio que se hubieran aportado.