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Miguel Ángeel
Pessoa exx-siste, habllando propia
amente
Ciclo: Le ngüajes IV, 2015
Círculo L
Lacaniano Jaames Joyce. Madrid, 20116.
RESU UMEN: Parttiendo de la frase del hetterónimo Álvaro de Cam mpos: “Pessoaa no existe, haablando
propiaamente” (Rita Lopes 19990: 369), estta conferenccia, dictada en la Escuuela Lacanian na de
Psicooanálisis de Madrid
M dentroo del ciclo L
Lengüajes, plan
ntea una reflexión que see opone, de forma
radicaal, a todo affán de centrrar los concceptos de exxistencia e in nexistencia enn una conceepción
psicollógica y metaafísica del sujeto en generaal. Por el con
ntrario, se traee a colación laa consistencia ética
de unna escritura, laa de Fernand do Pessoa, quue pone en juego la falta raadical del ser y la asunciónn de la
mismma por partee del poeta del desasossiego. Una ética é que ab bunda en laa dislocación n y la
imposibilidad de síntesis,
s no ya
y de cualquieer yo psicolóógico, sino dee aquello quee se presenta como
ente ppara los sujetos, pues, ind defectiblemennte, por ser seres de lengguaje, estamoos signados por p un
vacío que coarta cualquier
c afán de síntesis o posibilidaad de articularse a ningunna causa, a niinguna
verdaad. Desde el mismo título o, pasando ppor referenciaas muy conccretas al Librro del desaso osiego,
siguieendo por tress vertientes conceptuales
c referidas a la
l cuestión de
d los heterónnimos, la refflexión
finalizza con un ab bordaje acercca de los connceptos de ex-sistencia,
e diferencia
d abbsoluta y difeerencia
ontollógica, para mostrarnos el descentraamiento de una u vida, la de Fernanddo Pessoa –como –
paraddigma literarioo de la división de todo ssujeto— en relación
r a unaa esencia quee nunca se reevela y
de la cual, el sujeto
o, está irremeediablemente separado.
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Miguel Ángeel
Pessoa exx-siste, habllando propia
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Círculo L
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respecto a sus posiciones polítticas y socialles, En este sentid do, el libro no puede perccibirse
la ideea de escritura, la de arte; en otro ordeen, más
m que como o una pura pparadoja, porq que su
enconntramos el afán a mesiánico de Pesssoa prrotagonista, Bernardo Sooares, encarnando
cuanddo se sitúa im mplícitamentee como el poeeta dee forma decidida ese deseeo de nada, lo l que
del Q Quinto Imp perio, etc., etc. En essta haace es consstruir un auuténtico can nto al
ocasióón, teniendo o en cuentta, igualmennte, lenguaje. Estam mos ante unn universo dee citas
estas vertientes, algunas
a de ellas
e imposiblles prrodigiosas qu ue nos instann a demorarn nos en
de sooslayar a la hora de afro ontar cualquuier ellas porque, ala leerlas, senntimos que allgo de
trabajjo sobre el autor
a portugués, la cosa se nu uestro ser esttá allí implicaado. Son citaas, a la
vuelvve más concrreta en virtud d del título qque veez, paradójjicas por su formaa de
enmaarca el espacio o, Lengüajes IV
V. Los locos dee la hu umanizarnos,, pues lo haccen separánd donos,
literatuura. Más conncreto en tan nto esa diéreesis in
nexorablemen nte, del munddo natural. En E este
inútil,, inservible, colocada
c enccima de la u de seentido, el Libro del desasosiego es e un
Lenguuajes, así co omo el signiificante “locoos”, coompendio dee bien-decir. D Digo bien-deccir, no
sugierren una apro oximación all terreno de lo po or su belleza,, que la tiene a raudales, siino en
real, aal terreno de lalengüa, al teerreno del gooce taanto el lenguaaje se deja veer como prod ductor
y a suu articulaciónn con la palab bra, la escrituura dee la fractura subjetiva que,
y ell cuerpo. Desde estta perspectiiva in
ndefectiblemeente, dirige nuuestra lecturaa hacia
tomarremos hoy a Fernando Pessoa, en lo
o real de la ex
x-sistencia. Poddemos escuch har en
particcular a un no de sus heterónimoos, el Libro del desasosiego,
d coomo efecto de la
Bernaardo Soares, protagonista del Libro del d Pessoa, el eco de la preegunta
clarividencia de
desasosiego, aunnque mi disertacióón, po or la diferenccia ontológicca heideggeriaana, la
inevittablemente, habrá
h de estaar salpicada c on prregunta por el ser y el eente, en la hiancia h
reminniscencias dee las escritu uras de otrros enntre lo que se le muestrra a Pessoa como
heteróónimos, sobrre todo de Alberto
A Caeirro, reealidad y lo que
q siente coomo imposib bilidad
padree de todos loss heterónimos. dee ser uno consigo mismoo y con el mundo. m
Bernardo So oares, sem mi-heterónimo o de
Feernando Pessoa, nos prooyecta hacia el no
Lib
bro del desasosie
d ego saaber que todo o símbolo coontiene, haciaa el no
saaber que en todo objetoo hallamos, lo o cual
Antess de demorrarme en ell tema de llos im
mpide cualq quier síntessis subjetivva, o
heteróónimos, deciir que El Libbro del desasosiiego cuualquier relacción directa eentre el sujetto y el
es y sserá, siempre,, un libro inconcluso. Y esstá mundo:
m “El mundo
m exterior eexiste como el actor
a en
bien que así sea, porque en él, y de form ma unn palco. Está allí, pero es otra cosa” (P Pessoa
explíccita, el deseo
o aparece en n su más puura 19998: 346).
esenccia estructuraal, es decir, como
c deseo de El Libro del dessasosiego es paaradójico, tam mbién,
nada. Estamos ante a un libro, podríam mos poorque, a pesar de su títuloo, ofrece a la vez v un
decir,, metoním
mico, dondde se vvan fo
ondo de so osiego. Lo dice el mismo m
concaatenando sen nsaciones sin propósito:
p prrotagonista Bernardo
B Sooares. El Libbro del
“En estas imppresiones sin neexo, ni deseo deesasosiego va a ser para éll un antídotto que
dde nexo, naarro indiferenntemente mi aliivia la enferrmedad del ser. Dice alllí: “Si
aautobiografía sin acontecim mientos, mi esccribo lo que siento es porque aasí disminuyo la
l fiebre
hhistoria sin vidda. Son mis Confesiones,
C y, dee sentir” (Pesso oa 1995: 49).
ssi en ellas nadaa digo, es porquue nada tengo El Libro del dessasosiego es Ber
ernardo Soarees, una
qque decir.” (Peessoa 1995: 49) 4 ficcción de Ferrnando Pessooa pero, sin duda,
caarne de Pesssoa. Si hay ay escritores cuya
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escrittura se transfforme en carn ne, Pessoa haace haacerlo porque, inexorabblemente, van v a
de Sooares uno de sus paradigm mas. Y ello hassta siggnar cualquieer trabajo quue se realice acerca
el punto de que la l vida ficticiia de Bernarrdo deel escritor y poeta pportugués. Quiero Q
Soarees tiene tal fuuerza, que el lector se siennte in
ntroducir, ad demás, algunnas precision nes, o
inclinnado a con nfundirla co on la mism ma mejor,
m pequeñas ampliacciones respeecto a
biografía de Fernaando Pessoa.. Como escriibe cooncepciones anteriores qque yo tenía sobre
él missmo en la co orrespondenccia dirigida a su ellos. Ampliaciiones, creo, ccongruentes con la
amigoo Adolfo Casais
C Monteeiro el 13 de teemática de este curso, enn el que se trae a
Eneroo de 1935: coolación a los locos
l de la litteratura.
“... si su persoonalidad no ess la mía, sin Saabemos que los l heterónim mos son personajes
eembargo no diffiere de ella o, mejor,
m es una ficcticios que ibban surgienddo, desde unaa edad
mmera mutilacióón de ella: soy yo,
y menos el muy
m tempranna –desde los cinco años
rrazonamiento y la afectividadd.” (Pessoa approximadameente— en ell ser de Fernando
11999: 346) Peessoa. Pero hay que ddecir que no o por
ficcticios son menos reaales. Como bien
Una cita que noss señala perffectamente qque
soostiene Zacarrías Marco enn El tejido Joyce, son
Bernaardo Soares es carne dee Pessoa, peero
reeales en la medida en quee, gracias a ellos, e y
tambiién señala esa tendencia a la disociaciión
sóólo gracias a ellos,
e un sujetto como Fernando
que m
movía a Fernaando Pessoa.
Peessoa puedee sostenerse en la ex-siistencia.
Finalm mente, el Libbro del desasosiiego es un “saaber Como todos sabemos, la singularidaad de
hacer”” con el gocee, expresado como digniddad esstos personajes es que pposeían fech has de
en loos significan ntes tedio, decadencia y naacimiento, voces propias, obras
pérdidda de la inco
onsciencia, qu ue se extiendden in
ndependientess, biografías separadas, in ncluso
a lo laargo de todo el libro. Deccadencia y teddio algunos de ello os participabban activamen nte en
son llos significaantes con lo os que Pesssoa la vida social y política ddel país. En ellos,
mantiiene un juego o de relación y distancia c on Feernando Pesssoa es poeta,, sobre todo en las
lo reaal y con una realidad en la que no saabe Odas
O de Ricardo Reis, enn los poem mas de
creer.. Ambos significantes condensan la Alberto
A Caeiro
o, en los de Á Álvaro de Caampos,
pérdidda de la inconnsciencia, un na inconscienccia Baron de Tevee, Alexander Search; es prrosista
que oobserva com mo fundamen nto del munndo pooético en el Livro
L do desasssossego de Berrnardo
del quue se separa: Sooares; es enssayista en Pááginas de literaatura e
esttética, en la revista Orpheuu; es filósofo o en la
“No sabiendoo creer en Dios, D y no
obbra de Anton nio Mora; es pperiodista en el Dr.
ppudiendo creer en una suma de animales,
Paancrácio. Y taambién es Feernando Pesssoa, tal
qquedé, como ottros situados enn la orilla de
coomo nos lo presenta el profesor An ntonio
llas gentes, en aqquella distanciaa de todo a la
Cuadros en la l introducci ción a la Edición
qque comúnmennte se llama la Decadencia.
Europa-Amériica del Livvro do desasssossego:
LLa Decadenciaa es la pérdidaa total de la
“ddramaturgo, peensador, críticoo, ocultista, asstrólogo,
iinconsciencia; porque
p la inconnsciencia es el
teoorizador apasiionado de la ssecreta verdad de un
ffundamento de la vida.” (Peessoa 1995:
Poortugal-mito” (Pessoa 1995:: 11).
447)
Al
A respecto dee los heteróniimos, hablam mos en
alguna ocasió ón de desppersonalizaciión y
Loss heterón
nimos diisolución radiical del yo dee Fernando Pessoa.
P
Eso no deja dee ser verdad, pero creo qu ue esta
No ppodemos segguir adelante sin afrontar el hiipótesis neceesita, como ddije anteriorm
mente,
tema de los heeterónimos. Es inevitabble un
na ampliación n. A mi moddo de ver, tennemos
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que hhacer una differencia segúnn el terreno en peensamos qu ue la psicollogía tiene como
el quee nos movam mos. Podemo os establecer,, al ho
orizonte la co
onciencia de uuna síntesis yoica.
y
respecto, tres escenarioss para llos
Seegundo. Otraa vertiente dde los heterónimos
heteróónimos:
tieene que ver, de una form ma precisa, con
c el
Primeero. Si hablaamos desde el terreno ddel teerreno de la psicosis
p y, m
más concretam mente,
sujetoo de la psicollogía, es decirr, del sujeto ddel coon lo que a ella aporta la topología de los
yo, ddel sujeto de la modernid dad, del sujeeto nu udos borrom meos. En este terreno o, los
cartessiano, del suujeto de la conciencia, en heeterónimos aparecerían
a een su funció ón de
efectoo, Pessoa, con sus heterón nimos, produuce annudamiento sinthomático een tanto, acttuando
una catástrofe yoica, desp personalizacióón, soobre el malestar existenciaal de Pessoa, en su
disconntinuidad, disolución,
d dislocación
d de sínntoma, en aqquello que enn él no cumple su
una identidad sintética, unittaria, es deccir, fuunción, evitan un desenccadenamiento o, una
ruptuuras que se pueden
p tomar como figurras caatástrofe que disuelva a Peessoa como sujeto.
s
privileegiadas de accceso a la verdad escondiida Esto implica una
u vertiente de estudio que q ya
detráss de la pan ntalla de laas formacionnes no o podemos adscribir a lla psicologíaa, sino
psicollógicas de la conciencia, la razón y el yyo. quue se trata ded algo estruuctural, donde las
Por tanto, resullta coherentte tomar essta in
nstancias simbbólica, imagin inaria y real entran
e
vertieente de abordaje de los heterónimos si enn juego. Toddo lo cual noos trae reson nancias
tenemmos en cuentta que, con to oda claridad,, el deel modelo que
q Jacques L Lacan toma de J.
yo, laa conciencia, la síntesis del pensamiennto Jooyce, otro de los temas dee referencia ene este
son, para Pessoaa, funciones que sirven al cuurso. Desde esas resonaancias habría que
engañño. Así lo expresa en los siguienttes to
omar los heeterónimos como supleencias,
fragm
mentos que corresponden
c n, el primeroo a coomo un mod do de constiitución de un u ego
un pooema de las Odas de Ricardo R Reis, el suuplente que evita
e la disollución, la caída, el
segunndo a un párrafo del Libro ddel deerrumbe de lo imaginarioo en el cuerrpo de
desasosiego: Peessoa. Los heterónimos
h serían, entonces,
enncarnaciones sinthomáticas,, yo diría, co on un
“Viven en nossotros inúmeross, si pienso o
prredominio simbólico,
s pproducidas porp la
ssiento, ignoro quién es el que
q piensa o
esscritura, por ese “saber hhacer” que llleva a
ssiente, soy sollamente el luggar donde se
caabo Fernando o Pessoa a paartir, precisam mente,
ppiensa o siente”” (Pessoa 1987: 142).
dee lo que considero
c uuna inconsisstencia
“Y veo que todo
to cuanto he hecho, todo im
maginaria primmordial.
ccuanto he pensaado, todo cuantto he sido, es
Tercero. Los heterónimoss tendrían qu ue ver
uuna especie dee engaño y de locura. Me
coon lo que llamaríamos una funció ón del
mmaravillo de lo que conseg eguí no ver.
lenguaje. Y es que el lenguaje, y más
EExtraño cuantto fui y veo quue al final no
cooncretamentee la palabra, ccomo dice Jaacques
ssoy”. “Felices los que sufren con unidad.
Laacan en el Seeminario 1: “.... es la que insttaura la
AAquellos a quuien la angustiaa altera pero
mentira
m en la reaalidad. Precisam
mente porque inntroduce
nno divide, quue creen, aunnque en la
lo que no es, puede también introducir lo que q es”
ddescreencia, y pueden
p sentase al sol sin
Lacan 1985: 333).
(L 3 La palabbra hace ser lo que
ppensamiento reeservado.” (Pessoa 1998:
ess y lo que no es. Loss heterónimo os no
773)
poodrían existirr sin esta fuunción esenciial del
Vemoos en estas ccitas de Ricaardo Reis y de lenguaje quee parece obvia, pero es
Bernaardo Soares una
u absolutaa subversión de undamental. En este escenario,, los
fu
los ccánones del sujeto de laa psicología, si heeterónimos son s alcanzadoos por lo po oético,
noo en el senttido de géneero poético como
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aquellla concepciión de la belleza qque heeterónimos ene general, acerca del sujeto,
s
expreesaba Rilke, concepción que Eugennio accerca de las cosas y acerrca de la reaalidad?
Trías nos recuerdaa en Lo bello y lo siniestro: ““Lo Cualquier resp puesta que se sugiera ha h de
bello ees el comienzo de
d lo terrible que todavía podem
mos teener en cuenta el atravesaamiento que, a mi
soporta
tar” (Trías 20006: 43). modo
m de ver, lleva a cabbo Pessoa ded los
fuundamentos ónticos
ó de cuualquier realiidad y
En eeste sentido, la escritura de Pessoa se
dee cualquier sujeto. Poddríamos deciir que
muestra como lím mite, como fro ontera, comoo el
Peessoa sugieree siempre quue, más allá de lo
fino vvelo que lo separa de lo o real, hasta el
ennte, encontraamos el centtro ontológicco del
puntoo de que, para él, escrib bir o decir las
seer, entendiendo por ello el sinsentidoo, o la
cosas: “... es conseervarle la virtuud y arrancarlee el
im
mposibilidad, como núcleoo esencial dell ser.
terror”” (Pessoa 19887: 238).
Prrimero. Resp pecto al atravvesamiento de d los
Es ddecir, palabraa y escrituraa como límiite,
fuundamentos ónticos de cualquier reaalidad,
comoo frontera doonde la belleza como decirr y
esstamos viend do que Pesssoa producee una
lo rreal entenddido como terror, s on
esstética en la que no enccontramos niinguna
comppañeros in
nseparables, pero lo
coonsistencia óntica
ó que sse realice en n una
fundaamental es queq aparecen n en una claara
sínntesis con la l naturalezaa, ni una síntesis
difereenciación. Y quedémono os, a partir de
suubjetiva ni en
n una concienncia yoica un nívoca.
aquí, con esta palaabra: diferenciaa.
Peero también señala algo m muy importaante, y
ess que en laa cosa, podeemos decir en el
Differencia abso
oluta y in
nterior del ob
en
bjeto que se nnos presenta como
nte, hay una diferencia. E Es la diferenccia que
difeerencia ontoló
ógica een see establece enntre el signifificante que no ombra
y el terror in nnombrable. Podríamos decir
Ferrnando Pessoa
P enntre el signifiicante y algo real que no puede
seer nombrado por el signifficante. O tam mbién,
Desdde estas consiideraciones anteriores
a voyy a unna diferenciaa entre la imaagen i(a), es decir,
exploorar a contin nuación una vía de trabaajo aqquello que da entidad al objeto, y el vacío
que sse me abre en n el abordajee de la obra de quue esa imagen n vela. Esto ees lo que insin núa su
Pessooa y que, porr tanto, todaavía posee paara cita sobre el decir y el teerror. Algo que q se
mí unn carácter especulativo. Tiene T como eeje pu uede expresar en otras paalabras, y es que q no
una aaproximación n, una elucub bración cercaana haay cópula en ntre significannte y real, pu ues en
a loss conceptos de diferenccia absoluta y caaso de darse esa cópula, eel objeto se vuelve v
difereencia ontológgica, sugerido os a partir dee la teerrorífico. “Decir la cosa es aarrancarle el terrror.”
lecturra parcial de d la serie sobre Laca can:
Poor tanto, essa cercanía con lo reall y la
Heideggger escrita conjuntamen nte por Serggio
neecesidad de quitarle
q el terrror a las cosaas, esa
Larrieera y Jorge Alemán.
A Estaa vía de trabaajo
diiferenciación entre el signnificante y lo o real,
obligaa a tomar en n cuenta cuesstiones relativvas
noos sugiere un n lugar de lllegada para Pessoa
P
al lennguaje, al Ideaal, al objeto, a la identidadd, a
co
omo sujeto, unu lugar de lleegada que, a la vez,
la ex-ssistencia y, tam
mbién, la preggunta por el sser
ess punto de partida
p para una obra maarcada
y el ente. Mucho os elementoss para el pooco
poor esa diferrencia. Podrríamos decirr que
tiemppo del que disponemos. TrataréT de haccer
Peessoa asumee una com mprensión qu ue se
un reccorrido lo máás sintético posible.
p
prroyecta, de forma
f implíccita, hacia to oda la
Partoo de la pregunta
p sigguiente: ¿Q
Qué esscritura de los heterónimoos, es decir, asume
conceepciones sign nificativas po
odemos extraaer, la diferencia absoluta,
a prim
mordial, estruuctural
desdee la escritura del desasosiiego y la de llos y esencial que sitúa al decir frente al gocce real.
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Ante esta diferen ncia, asumir ese real com mo siggnificante y significante. Los significcantes,
propiio condicionaa, de forma única, toda su paara Pessoa, no nom mbran lo real,
escrittura, toda su realidad. Lo
o importante es simmplemente permiten
p manntener una peequeña
que ssaber hacer conc esta difeerencia lo sittúa diistancia con él para sosstenerse en la ex-
comoo único, resscatando a Pessoa de la sisstencia.
uniformidad de un para to odos universsal,
Vamos
V a tratarr ahora, en laa obra de Pesssoa, lo
conjuunto, armónicco y sintético. Así lo expreesa
quue conocemo os como difeerencia ontollógica.
en el Libro del desassosiego:
Paarto de una proposición
p qque tiene, sin
n duda,
““Pertenezco... a aquella especiie de hombres su
u potencia: “Pessoa noo existe, haablando
qque están siemppre al margen de aquello a prropiamente” (R
Rita Lopes 19990: 369).
llo que perteneceen, ni ven sólo a la multitud
Soon palabras de d Álvaro dee Campos, uno u de
a la que perrtenecen, sino también los
suus heterónim mos, en un aartículo en el e que
ggrandes espaccios que hay al lado.”
haabla de la relación de los heterónimos
((Pessoa 19955: 47)
Riicardo Reis, Antonio Mora, Fernando
Estammos en el ámbito de la diferenccia Peessoa y él mismo,
m con suu maestro Alberto
A
absoluuta, entendieendo por ello o ese escenarrio Caeiro, padrre de los heterónimos y
donde, en el encuentro con n lo real, caada heeterónimo a su vez. Esta frasse se
sujetoo se hace ún nico, singularr, irrepetible en transformó en n un axiomaa que hizo fo ortuna
relación a cualquieer otro. Y Peessoa está enn el deentro del ám mbito de la orrtodoxia pessoana.
encueentro con su s propio goce, g pues la Es relevante,, sin dudaa, que enttre la
escrittura de su teddio ex-sistenciial, fundamennto multiplicidad
m de
d su cosmoos literario, ella
e se
del L
Libro del desasossiego, no es ottra cosa que un haaya constitu uido en uun axioma casi
saber hacer con suu propio gocee. do ogmático. Pero a los dogmas hayy que
cuuestionarlos, hay que expprimirlos, haay que
Pienso que los heeterónimos son s la vertiennte
in
ncomodarlos, sobre todo si pensamos que a
poéticca, pero tamb bién ética, dee esta cuestióón,
Peessoa nunca se le puedde encerrar en e un
en tannto, haciéndose cargo dee lo terrible, de
siggno unívoco, lógico, prootector, pues como
la im
mposibilidad, del goce, de lo real, ettc.,
él mismo postu ulaba, no habblaba el lengu
uaje de
sorteaan cualquierr precipitació ón óntica ddel
la realidad. ParaP él la ggramática erra un
sujetoo y de la reealidad, así comoc cualquuier
reecurso, no un na ley. No caabe duda de que la
metaffísica que elluda la diferrencia absoluuta
frrase “Pessoa no
n existe, hablaando propiamennte” es
dejanndo de lado lo real. En este sentido,, y
seeductora, efectista y anguustiosamente bella,
dentrro de la literattura, Pessoa sería
s uno de llos
peero, tengo la impresión, nno suficientemente
poetaas que “remonntan el olvido” de la diferenccia
elaborada, ni siquiera
s por ÁÁlvaro de Caampos,
absoluuta produciddo por el disccurso científicco,
suu creador heeterónimo. É Él simplemente la
que rechaza al sujeto, qu ue rechaza la
lanza en el medio
m de un texto, y nosotros
difereencia ontológgica pues, parra ese discursso,
heemos de tom marla como unn desafío. Laa frase,
nada del ser se s sustrae. Desde esttos
in
nsisto, en sí misma
m impacttante, atractivva, sin
postuulados, la escrritura de los heterónimoss, y
du uda literaria, la tomo com mo desafío porque
p
del LLibro del desaasosiego en paarticular, pueede
coorre el riesgoo de amoldarrse al sesgo fácil y
situarrse en el juegoo de “la relaciión y la distancicia”
ob bstinado de los cánones del mundo actual,
con eese real, con ese vacío esencial del sser.
el sesgo de una psicologíaa simple quee sólo
Esa ““relación y disstancia” con lo real impliica
coonoce y se preocupa por el horizontee de la
que Pessoa sobrrevive, no dentro d de llos
sínntesis rechazzando, así, aal sujeto. To omarla
signos lógicos, ceerrados y pro otectores de la
coomo un desaafío implica, al menos, matizar
m
lingüíística, sino en los inteervalos de un
essa inexistencia.
lenguuaje vacilantee, en los in ntervalos enttre
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M
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