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LA OBRA DEL TEMPLO CONTINÚA

(Esd. 5:1-17)
Fondo histórico:
1 los profetas Hageo y Zacarías. Al principio de su reinado, Darío se ocupó con rebeliones en varias partes de su
imperio. Quizá esto animara a Hageo y a Zacarías a instar al pueblo a que comenzara de nuevo la reedificación del
templo. Zacarías, hijo de Iddo. La palabra hebrea traducida hijo también puede ser traducida descendiente. Iddo el
profeta, activo en la época de Abías (913–910 a.C.; 2 Cr 13:22), era pariente lejano de Zacarías. profetizaron a los
judíos. El primer mensaje de Hageo fue unos dos meses antes del de Zacarías. Los dos hablaron en el nombre del
Dios de Israel (Hag. 1:1, 2; Zac. 1:1–6).
2 Comenzaron a reedificar. Entre el primer intento de reconstruir el templo, en el 536 a.C. (Esd. 3:8), y este nuevo
comienzo, en el 520 a.C., transcurrió un período de dieciséis años. La inestabilidad del imperio, producida por la
llegada de un nuevo monarca (522 a.C.), y la predicación de los profetas Hageo y Zacarías entusiasmaron al pueblo
para llevar adelante rápidamente la reconstrucción (cf. Hag. 1--2; Zac. 1:1; 4.6-10; 6.15).
3 Tatnai. Tatnai era sátrapa. Su nombre aparece en un documento comercial de la época de Darío I. Setar-boznai.
Era un oficial persa. ¿Quién os dio orden…? La delegación, probablemente no oficial, no trató de detener el trabajo
inmediatamente, sino causar la consternación entre los que estaban reedificando (cp. vers. 9, 10).
3-4 Un documento babilónico identifica a Tatnai como gobernador del otro lado del río, es decir, de la provincia
situada al oeste del río Éufrates (Esd. 4:9-11), bajo la autoridad del sátrapa de Babilonia.
5 el ojo de su Dios. La vigilancia de Dios es mencionada en Salmos 33:18, 19; 34:15 y puede verse por todas las
Escrituras. Como los judíos dijeron que tenían el permiso de Ciro (v. 13), Tatnai mostró sabiduría en no parar la
obra hasta que hubiera investigado dicha declaración. Dios a menudo actúa mediante agentes que no se dan cuenta
de que están cumpliendo con sus propósitos.
7-8 El uso de grandes piedras labradas pudo haber contribuido a que los gobernadores de las provincias vecinas
consideraran sospechosa la reconstrucción del templo. En un momento de inestabilidad y de revueltas en diversas
partes del imperio, pensaban que los judíos podían construir no solo un templo, sino también una fortaleza. la
provincia de Judá. Bajo Persia, Judá era en realidad una provincia, así como lo fue bajo los babilonios. vigas… en
las paredes. Esta expresión puede referirse a tablas interiores (como en el templo de Salomón, cp. 1 R. 6:14–18,
36) o a vigas que apoyaban el techo (cp. 6:4; 1 R. 6:36; 7:12).
11 un gran rey de Israel. Es decir, Salomón.
12 Él los entregó en mano. La idea de que el Dios de Israel usaba naciones paganas para castigar a su pueblo
puede verse en muchos lugares de las Escrituras, particularmente en el libro de Jueces. Nabucodonosor…el caldeo.
Los caldeos habitaban la región a la cabeza del golfo pérsico, a donde habían emigrado posiblemente durante el
siglo X a.C. En el 627 a.C. se rebelaron contra Asiria, haciendo rey a Nabopolasar. Su hijo Nabucodonosor conquistó
Jerusalén, se llevó a muchos de sus habitantes y al fin destruyó la ciudad y el templo en el 586 a.C.
13 Ciro, rey de Babilonia. Ciro fijó su reinado desde la caída de Babilonia, el 12 de octubre del 539 a.C.
14 Sesbasar fue designado gobernador de Judá, pero es difícil saber si para esa época Judá era una provincia
independiente o estaba bajo la jurisdicción de Samaria. También es posible que lo hayan encargado únicamente de
cumplir instrucciones muy bien especificadas. La puesta de los cimientos se atribuye a Sesbasar (v. 14-15) y
también a Zorobabel (3:8–11); algunos piensan que es la misma persona. Pero es preferible considerarlos como
individuos distintos. Según otros comentaristas, Zorobabel siguió a Sesbasar como gobernador.
16 aún no está terminada. Esta frase está de acuerdo con la narración en Hag. 1:7–15. Según Hag 1:15, el trabajo
en el templo empezó de nuevo en septiembre del 520 a.C.
17 Como Tatnai estaba sometido a la autoridad del sátrapa de Babilonia, era lógico buscar en los archivos reales de
Babilonia (véase Esd. 5.3-4). Sin embargo, los documentos necesarios se encontraron en Acmeta (Esd. 6.2). la casa
del tesoro del rey. Es decir, los archivos reales (cp. 6:1). Aunque no se han descubierto los archivos de Babilonia,
los arqueólogos han encontrado el cilindro de Ciro, cuya escritura detalla la política liberal de Ciro en las regiones de
su imperio y su esfuerzo para reconstruir algunos santuarios que habían sido destruidos.

HOJA DE TRABAJO
LA OBRA DEL TEMPLO CONTINÚA
(Esd. 5:1-17)
Verdad central: Mientras estemos empleados en la obra de Dios, estamos bajo su especial protección; su ojo está
sobre nosotros para siempre. Esto debe mantenernos en nuestro deber y alentarnos cuando se presentan las
dificultades.
Introducción. Esta sección da cuenta de algunos acontecimientos históricos que sucedieron bajo el reinado de
Darío, y también ayuda a los lectores a entender que Dios había ordenado soberanamente la reconstrucción del
templo, lo cual se llevó a cabo por medio de reyes paganos, esta vez, Darío I (521-486 a.C.).
Lee tu Biblia y responde:
1. Zorobabel y Jesúa reinician la obra de reconstrucción, Esd. 5:1-2.
La obra del templo se detuvo, desde 535 hasta 520 a.C. (4:1-5, 24). Después se reanudó bajo la influencia de dos
profetas importantes, _______ y ___________. La predicación de esos dos varones se registra en los libros bíblicos
que llevan sus respectivos nombres. Hageo profetizó desde agosto hasta diciembre del 520 a.C., y Zacarías lo hizo
durante dos años a partir de octubre-noviembre de 520. Su contribución fue exhortar y animar al pueblo (6:14;
Hag. 1:8; 2:4; Zac. 4:7-9). Estaban preocupados principalmente con la reconstrucción del templo, porque sabían
que la nación no podría cumplir con las obligaciones del pacto mosaico mientras no se reanudara la adoración en el
templo. Ambos profetas señalaron que la desobediencia al no reconstruir el templo era la causa de los tiempos
difíciles que experimentaron en ese período. Sin embargo, Esdras no trató tal cuestión en su libro. Él hizo énfasis en
la oposición externa, que fue un factor que también retrasaba la reconstrucción. Zorobabel y Jesúa, líderes civil y
religioso respectivamente, fueron quienes encabezaron la obra.
2. Se reactiva la oposición, Esd. 5:3-5.
Tan pronto como se reactivó la obra, hubo otro intento de detenerla. Los líderes de Israel enfrentaron un conflicto
directo con las autoridades locales legalmente establecidas por la corona persa a la cual tenían que rendir cuentas.
En un registro babilónico fechado en 502 a.C., se menciona a ______ como gobernador del otro lado del río. El área
Siria-Palestina estaba bajo su jurisdicción incluyendo a Israel y mucho territorio más. Su responsabilidad era
investigar las construcciones llevadas a cabo en su territorio. Al iniciar el reinado de Darío había mucha
intranquilidad política y quizá Tatnai pensaba que la reconstrucción del templo llegaría a provocar una rebelión
contra el imperio persa.
El grupo de oficiales le preguntaron a Zorobabel y Jesúa quién les había dado autorización para realizar el proyecto
y les pidieron los nombres de los responsables (v.___). A pesar de la amenaza, la obra no se detuvo, porque “los
______ de Dios estaban sobre [ellos]”. Es obvio que el Señor obró por medio de esa oposición, pues la nación
recibió ayuda como resultado de ella.
3. Otra carta de oposición, Esd. 5:6-16.
Esdras registró el contenido de la carta que Tatnai envió al rey Darío respecto a la reconstrucción en Jerusalén.
Tatnai inició su carta refiriendo que la obra se encontraba en (v.8) “la casa del ______ Dios en Jerusalén”, eso no
significaba que creyera que Jehová Dios de Israel fuese el Dios supremo, sino que era el más importante de la
región. En el antiguo Cercano Oriente se había difundido la creencia de que había deidades locales. Tatnai informó
que en la obra se estaban usando piedras grandes y maderos, que los judíos estaban avanzando con rapidez.
Además añadió que había preguntado quién había ordenado que se hiciera la obra y que había pedido los nombres
de quienes dirigían la construcción (v.___).
Zorobabel y Jesúa dijeron ser siervos del Dios del cielo y de la tierra, ¡no de Persia! Muchos años antes, Israel había
tenido un gran rey, Salomón, y un hermoso templo, que había sido una estructura muy prominente del mundo
antiguo. Pero a causa del pecado [(v.12) “nuestros padres provocaron a _____ al Dios de los cielos”], Dios los había
entregado en mano de Nabucodonosor. Este rey intervino en la caída de Jerusalén, pero ¡Dios fue el responsable!
Este monarca solo fue el instrumento de la ira divina, la cual Dios hizo caer sobre su pueblo (Jer. 25:9; 27:6; 43:10)
̶ ira que tenía el propósito de purificar a la nación para que regresara un remanente fiel a la tierra.
4. Parte final de la carta, Esd. 5:13-17.
Zorobabel y Jesúa respondieron a Tatnai que (v.13) ______ era quien había permitido que el remanente volviera a
Jerusalén para reedificar el templo y aun les había dado los utensilios que habían sido tomados del primer templo.
Los que escribieron la carta también registraron que Ciro encomendó a Sesbasar la labor de ejecutar la orden del
rey ̶ regresar los utensilios y reconstruir otro templo en la ciudad (v.___).
Tatnai y sus oficiales pidieron al rey que buscara en los registros de Babilonia para comprobar lo que dijeron los
judíos respecto a la orden de Ciro…
APLICACIÓN DEL ESTUDIO.
Por más que la obra parezca estorbada, el Señor Jesucristo la está llevando a cabo aún: Su pueblo crece para ser
un Templo santo en el Señor, para morada de Dios en el Espíritu.
COMENTARIO BÍBLICO JAMIESON-FAUSSET-BROWN

CAPITULO 5
1-17. ZOROBABEL Y JESUA LLEVAN ADELANTE LA EDIFICACION DEL TEMPLO EN EL REINADO DE DARIO.
1. Y profetizaron… profetas… en nombre del Dios de Israel—Por los escritos de Hageo y Zacarías, parece que las
dificultades habidas, y los muchos obstáculos puestos en el camino, primero habían atemperado el celo de los judíos
en la edificación del templo, y después llegaron al abandono de la obra, bajo una creencia fingida de que no había
llegado todavía el tiempo para la reedificación (Hageo 1:2-11). Durante quince años la obra quedó completamente
suspendida. Estos dos profetas reconvenían al pueblo con severos reproches por su pereza, negligencia y egoísmo
mundano (Hag. 1:4), amenazándolos con juicios severos, si continuaban yendo hacia atrás, y prometían que serían
bendecidos con gran prosperidad nacional, si continuaban y proseguían la obra con alegría y vigor. Zacarías hijo de
Iddo,—más bien, nieto (Zac. 1:1).
2. Entonces se levantaron Zorobabel… y Jesuá… y comenzaron a edificar la casa de Dios—Las fuertes instancias y
exhortaciones animadoras de estos profetas dieron nuevo impulso a la edificación del templo. En el segundo año del
reinado de Darío Histaspes la obra, después de una larga interrupción, fue continuada.
3, 4. En aquel tiempo vino a ellos Tatnai, capitán de la parte allá del río,—El Imperio Persa que está al oeste del
Éufrates, incluía en aquel entonces Siria, Arabia, Egipto, Fenicia y otras provincias sujetas a Darío. El imperio estaba
dividido en veinticuatro provincias, llamadas satrapías. Siria formaba una satrapía, inclusive Palestina, Fenicia y
Chipre, y proporcionaba una renta anual de 350 talentos. Era presidida por un sátrapa, o virrey, quien residía en
aquel entonces en Damasco, y aunque era superior a los gobernadores judíos de Jerusalén, nombrados por el rey
persa, el sátrapa nunca intervenía en su gobierno interno, sino cuando había una amenaza de desorden. Tatnai, el
gobernador (si éste era su nombre personal o título oficial, no se sabe), probablemente había sido incitado por las
quejas y las tropelías violentas de los samaritanos contra los judíos; pero reservaba su juicio, y prudentemente se
trasladó a Jerusalén, para poder averiguar el verdadero estado de las cosas por medio de una inspección e
indagación personales, junto con otro oficial elevado y su concejo provincial.
5. Mas los ojos de su Dios fueron sobre los ancianos de los judíos , etc.—La presencia inusitada, el séquito
imponente, las interrogaciones perentorias del sátrapa parecían formidables, y habrían podido producir una
influencia paralizadora y conducido a consecuencias desastrosas, si hubiera sido él un juez parcial y corrompido, o
movido por sentimientos no amistosos hacia la causa judía. El historiador, pues, con piedad característica, incluye
este versículo entre paréntesis para insinuar que Dios había apartado la nube amenazante y procurado favor para
los ancianos y dirigentes de los judíos, de suerte que ellos no fueron interrumpidos en sus operaciones mientras se
comunicara con la corte y recibiera contestación. Ni una palabra fue pronunciada para desalentar a los judíos o
causar triunfo a sus enemigos. Las operaciones habían de continuar, mientras no se recibieran órdenes contrarias
de Babilonia. Después de examinar el trabajo activo, preguntó, primero, con qué autoridad se había emprendido la
edificación de este templo nacional; y, en segundo lugar, los nombres de los promotores y dirigentes principales de
la empresa. A estas dos clases de preguntas los judíos tenían contestaciones listas y claras. Entonces habiendo
sabido que el asunto se había originado en un decreto de Ciro, quien no sólo había libertado a los desterrados
judíos del cautiverio, y permitido su regreso a su tierra propia con el propósito expreso de reedificar la casa de Dios,
sino, por un acto de gracia real, les había devuelto los vasos sagrados que Nabucodonosor se había llevado como
trofeos del templo anterior, Tatnai transmitió toda esta información en un informe oficial a su imperial amo,
acompañándolo con una sugestión recomendatoria de que se hiciera una búsqueda entre los archivos de Babilonia,
del decreto original de Ciro, para que fuese comprobada la verdad de la declaración de los judíos. Toda la conducta
de Tatnai, como también el tono general de su comunicación, se caracteriza por una discreción sana y moderación
prudente, libre de todo prejuicio partidarista, mostraba sólo un deseo de cumplir su deber. En todo respecto
aparece en contraste favorable con su antecesor, Rehum (cap. 4:9).
8. la casa del gran Dios, la cual se edifica de piedra de mármol; —Alguna versión dice: “piedras grandes”; lit.,
“piedras de rodar”, es decir piedras de tamaño tan extraordinario que no podían ser llevadas; tenían que ser
rodadas y arrastradas sobre la tierra.
13. el mismo rey Ciro dio mandamiento—Los judíos estaban plenamente justificados según los principios del
gobierno persa a proseguir con la edificación en virtud del edicto de Ciro. Porque en todas partes un decreto público
se considera como continuando en fuerza, mientras no sea revocado; pero “la ley de Media y de Persia… no se
abroga.”
16. Entonces este Sesbassar vino,… desde entonces hasta ahora se edifica—esto no es parte de la contestación
de los judíos, pues ellos no habrían podido decir esto, sabiendo que había cesado la construcción por largo tiempo.
Mas Tatnai usó estas expresiones en su informe, o mirando la cesación como una interrupción temporaria, o
suponiendo que los judíos siempre estaban trabajando un poco, según los medios y las oportunidades.
COMENTARIO BÍBLICO MATTHEW HENRY

v. 1, 2. La edificación del templo estuvo detenida unos quince años. Entonces, tuvieron dos buenos ministros que les
instaron a continuar la obra. Señal de que tiene misericordia reservada para un pueblo es cuando Dios levanta
profetas para que ayuden en el camino y obra de Dios, como guías, obispos y reyes. En Hageo vemos qué cosas
grandiosas hace Dios por su Palabra, la cual magnifica por encima de todo su Nombre y por su Espíritu obrando en
ella.
v. 3-17. Mientras estemos empleados en la obra de Dios, estamos bajo su especial protección; su ojo está sobre
nosotros para siempre. Esto debe mantenernos en nuestro deber y alentarnos cuando las dificultades son tan
desalentadoras.
Los ancianos de los judíos dieron una cuenta de sus procedimientos a los samaritanos. Aprendamos, con
mansedumbre y temor, a dar razones de la esperanza que está en nosotros; entendamos correctamente y, luego,
declaremos prestamente lo que hacemos al servicio de Dios, y por qué lo hacemos. Y mientras estemos en este
mundo, siempre tendremos que confesar que nuestros pecados han provocado la ira de Dios. Todos nuestros
sufrimientos surgen de ahí y todos nuestros consuelos, de su misericordia inmerecida. Por más que la obra parezca
estorbada, el Señor Jesucristo la está llevando a cabo aún: Su pueblo crece para ser un Templo santo en el Señor,
para morada de Dios en el Espíritu.

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