En el nombre de Cristo. Yo Alfonso por la gracia de Dios rey del
imperio toledano y soberano victorioso, junto con mi esposa la reina Isabel, a todos los mozárabes de Toledo, tanto caballeros como peones, les deseo la paz en Cristo y la eterna salvación.
[…] Una vez cumplida y satisfecha mi orden y en atención a los
ruegos y súplicas de los citados investigadores (pesquisidores), extiendo esta carta de confirmación a favor de los mozárabes de Toledo, caballeros y peones, para que posean con total garantía y a perpetuidad cuantas propiedades, herencias, viñas y tierras tienen hoy en su derecho y para que no pierdan nada de cuanto hoy poseen […].
Y les concedo el derecho de que quien fuera entre ellos peón y
quisiere tomar parte en la milicia y tuviere posibles para ello, que milite; y tenga en el nombre de Dios el derecho y libertad de vender, dar, poseer o hacer de su posesión lo que quisiera. Y si entre ellos surgiere algún pleito, resuélvase según las sentencias del Libro de los Jueces establecido ya de antiguo. Y cuantos tengan que satisfacer multas por muerte o hurto, paguen solo la quinta parte como se establece en la carta de los castellanos […]. Y en relación con toda pena pecuniaria les ordeno observar las costumbres que tienen los castellanos residentes en Toledo […]. Hago esto por el remedio de mi alma y la de mis padres y para que a todos vosotros, a quienes siempre amé y quise en esta ciudad o a quienes traje para su repoblación, os tenga siempre felices y agradecidos.
Por tanto, os absuelvo de la humillación del antiguo sometimiento y
os devuelvo a la prístina libertad para que de hoy en adelante ni vosotros ni vuestros hijos o herederos os apartéis de la regla prescrita y para que permanezcáis en este fuero permanentemente y por todos los siglos amén […].
Esta carta fue redactada en la era 1139 [1101], el día 14 de abril […]. Yo Alfonso emperador por la gracia de Dios de toda Hispania confirmo lo que hice […].