You are on page 1of 16
Pagina/lB COLEGIO NACIONAL DE BUENOS AIRES HISTORIA DE AMERICA LATINA DESDE LOS ORIGENES HASTA LA GLOBALIZACION | 8 América llustrada: cambio y rebelion ‘Las colonias S01 sisi, en cuanto ofecen un segur consumo al sobrante del industria de la metrbpoi,y ce sobrante no sca cnt que lo que rea del consumo interior. Sie supone wna nin aya india etal nivel de. sus necesidades,y no tenga sobrante alguno, certamente que esta nacion no necesitard colonias,a lo menes pare ete pri- ‘mer bjt yeonryéndones a Epaha, de nada lenin ls Amtricas para fomenuar ls manafceuras ce pat, mien ‘na los productos de ste ramo de industria no suban sobre la cantidad necesaria para su consumo interior, En efecto, el primer objeto de la industria de una nacién e sure at misma; el regundo, formar sobrants par suri ass colonias tamarnas (J “JOVELLANOS, GASPAR MELCHOR OF, Obra eid Madrid, Espas-Calpe, 1971, p. 115, “El General Inca viva Jnrémosle ya por Rey “porque es mig justo y de ley ‘qe lo que es suyo reba. Todo Indiano se aperciba 4 defender su derecho porgue Carlo con depecho Ios aniguilay desphana 1 viene a ser todo en sma robo al revésy al derecho, (.)", Panfleto pegado en la puerta de la Audiencia de Chareas, el 22.de marzo de 1782, LEWIN, BOLESLAD, Tupac Amaru, el rebelde, Buenos ites, Eudeba, 1963, p. 106. ¢) Como en lat Epoced de 1789 me halabaen Espa yl revolcion dela Francia hii también la sraiacin de ideas y paticlarmenteen los hombres de letras con quienes srataba se apoderarom de mt las ideas de b= eta, igualdad, teria propiedad, ysl wea tranot en que oponan aque el homie fuse donde fue, no disutaseunes derechos que Diy la naturale ean concedid, ya as misma seceded bablanacordade en 11 etableinen (.)."BracraXo, Mant, Aatoiegal, en SENADO DE ta NACION, Biota de Mayo, C- ecw de Obras y Documents para la Hisora Argentina, Buenos Ars, 1960, I, p- 956. Las ideas ilustradas amados como los de Casilla, Andalucia cortientes no pocas veces se cruzaron y y Espafia 6 Asturias La copios legislacidn de In dieron lugar a inevtablescontocircuitos. Bl siglo XVIII trajo a Espafia, ya xe ha dias habia tratado por doscientos afos Desde el punto de vista americano, el dicho, a lor Borbones y «la lustacién, de navegat en cra dicccién. jLalegisa- sentido dado a ls reformas aparentaba ‘Como enunciado parecia set un cambio cién! Mas los Borbones tenfan otras cos- ser “una segunda conquista de Amé favorable para América, por cuanto no tumbes y otras idea respecto de la me- cas pee ala preacupaci6n de la met podian esperarse de ello sino buenos re- _«xdpoli y las tierras “conquistadas-adqui- poli por la expansién en América de sus sulkados. Los Borbones, por mds que se rdas". Estas eran coloniasy el satus y la enemigos europeosy, lo que es peor, ls equivocaran, no podian set peores que concepcidn de gobiemo desde el punto cada ver mayor participacién ~especal Jos Austias menores y, en Franca, habt- de vista borbdnico era muy diferente si mente ingles de étos en el comercio an demostrado superior valla en ls re- se trataba de gobernar un reino 0 explo- con Amética sin embargo, el fondo de sultados que la familia extinguida con tar una colonia; y en este nuevo enun- la reformas introdcidas por los Borbo- Carlos Il La Mustracién, por otra parte, ciado quedaba resumido lo nuevo que nes patecia tener por objetivo Funda- sporté muchos cambios positives a todos _trarfa a América este siglo XVILL ‘mental el apretar la soga en torno del Jos patses donde se dio, Peo lo que vino No cabe duda de quel lustracién trans- culo de os *vasallos" americanos, para a entender América, por ese entonces, «8 formé la vida de Espana. Y la Espafta obtener un incremento del flujo imposi- que ella ya no iba a cumplircon cl papel iustrada traté de influr sobre la vida de tivo hacia Espafia que permiiera a ésta aque le habia asignado su descubrdora, la América, donde por otra parte, dems desenvolverse mejor en sus aventuras teina Isabel la Catdica, para quién las de enfienar los cambios provenienes de suropess. Aventuras alas que no habla tas descubirts ean sus reinos de In- a mectdpol, se embarcaron en su propio renunciado pese ala pérdida ostensible dias y sus habitances, us subditos tan movimiento renovadoriustrado; ambas de su hegemonta; 0 sea que en lugar de ganarse el apoyo de los americanos para implementar las nuevas politcas, &tas parecian estar orientadas a provocar su irvtacidn y su resentimiente, Hispanoamérica a las puertas del siglo XVIII * A fines del siglo XVIL Hispanoamérica cotaba priticamente emancipada de Es- pia Era una especie de independencia informal, ya que Espafa manteniaelcon- DICCIONARIO GEOGRAFICONISTORICO O AMERICA Hs A SARE: ‘peta Teta Fe, O08 Noto yon Gre salatios, pensiones,subvenciones y com- pas yao el 20,4 por ciento se mandsba 4 la mettdpoli, Las colonias se habian converid cn ss propia metebpolis. La magnitud de! movimiento iiustrado americano La penetracién de las ideas iastadas en tos tertorosindianostuvo més una in- flyencia hispana que fancest, Ast, fue- ron obras como las dl padre B,J. Fej6o 7 ie CSgio) Fos tol policy buocrtic, Pero inchcr- — EBRRESRRRACRESPRUTEE as que actuaron como vehfelos de la sia del monara "Hechinado” fe wot. ernie ttansmisén de una neva conient ee La riqueea mineral ~que habla consolida- do a conquista~ engendraba nuevas ati- eee ee ca, Pero la escolstica perduré en las uni- versidades y colegios americanos a cargo vidades y nuevos secrores sociales. Las wens ayautergay ny fucen de los jesuitas, Como consecuencia de distintas dreas ampliaron la relaciones at te ead dllo,exsié una combinacin entre fe re conémicas entre sf y el comerco inte colonial se desarrolléindependientemen- te del comercio tastntic. Ast, se for sé una cite crilla El criollo era el es pafiol nacido en América que, aunque cexcluido del poder politico, tenia un li far preponderante en la economia yen la sociedad indiana. El nuevo equilibio de poder se reflejaba en la notable disminu- cién del tesoto enviado a Espafa, Esto © debi, no s6lo ala recesin de la minerla, sino también ala redistrbuci6n de a ti- {queza dentro del mundo hispsnico. Aho- 1a has colonias se apropiaban de una ma- yor proporcidn de sus productos y lo reinvertan en administracién, defensa y ‘consumo. Més ain, desarrollaron sus propias industrias (asileros en Cuba Cartagena y Guayaquil y plantaciones caribenas de aniear) y vendan su pro- dluccién directamente a otras colons 0, através del contrabando, a otas poten- clas. Asi el declve de la minerla no cau- saba una recesién econémica sino una transformacién de las Areas colonales, VALE TODO. prinelpios del silo XVII, por la crisis econdmica, la co- ona habla dejado de pagar los sueldos a los principar es funcionarios de distto; a cambio, les permité con- ‘soguir sus Ingresos conviniéndose en mercaderes (llegales); ‘comerclaban con los indios de su jridiccién, les adolantaban ‘capital y crécos, para bienes y equipos, y ejerclan el mono- polio econémico. Si no posefan capital, fimaban contratos ‘con mercaderes capitastas: ésios les garantizaban gastos y salarios y los funclonarios obligaban a los Indios a acoptar ‘adelantos en dinero y herramiontas para extracr productos ‘agricolas destinados a la exportacién o simplemente a consu~ ‘mir excodontos do mercancias. Esto ardid, llamado repart- TOMO 1 ax ta Tenants be Bistro Gano, FORTADA DEL DICCIONARIO GeOGRARICO [MSTORICO DE LAS NDIA OCCIDENTALES ‘ODEAMEACADE ANTON DE ALCEDO compara en algunos casos por crec- Imiento, De esta manera, ambos vicina 10s (México y Pert) no sélo no depend an de las imporaciones de Fspata ~o- talmenteinsufcentes- sino que les que- dba capital para comprar a otras colo- nis oa Asay una marina metcante pro pia, Las remesas enviadas a Espaia dis- Iinuyeton espectacularment; or ejem- plo en Lima, entre 1651 y 1739, el 30 por cento del ingteo del tesoro era in- vertido en defensa, otto 49,4 por ciento cra gastado en adi ligiosa y entusiasmo racional propio de las nuevas ideas de ciencia, progreso y a- én, La mayorta de los ilustrados ar ‘anos era a la vez devota extlica y, no ‘obstant, fue muy significativa, en sn vel, a discusién acerca de las telaciones del Estado con la Iglesia, que culminaron con la expulsin de los jsuitas. En la fur cura Repiilica Argentina, Mariano Mo- reno en su Repreentaién dels Hacenda- dos y Manuel Belgrano en sus Memoria fe mostraron como activos paticipantes de este movimiento renovador. Dentro del imaginatio colectvo ltinoamericano se encuentea el mico de la influencia de Ja lustracin en las revoluciones por la independencia de Hispanoamérica. Se puede sefalar que el antecedente de la independencia de Estados Unidos tuvo mayor peso y fue de mayor conocimien to que el pensamiento de Montesquieu 0 de Voltaire, Ess ideales, que se defend an en la Asamblea Nacional y en la Con- vencidn y que motorizaron la Revolu- cién Francesa, eran pattimonio de unos acidn virreinal, nto, forzaba a los Indios a la dependencia financiera y al ‘Peonaje por deudas y los obigaba a produciry consumir. De tal manera, los funcionarios reales recibfan un ingreso; los ‘mercaderes conseguian productos agricolas para exportar y la corona ahorraba el dinero de los salarios. El impero estaba ‘administrado por funcionarios que dependian del comercio y financiadoras (y no de la corona) y reducta los indios servidumbro. El sistema estaba extendido en México y en Pe ri donde se practicaba con particular violencia ue una de las ceausas de la rebelién de Tupac Amaru en 1780. La corona abolé el sistema a fines det siglo XVI, De SANTA MARTA, AO 178, pcos patriotas que habian tenido acceso 4 ediueaciin superior. Y as, si bien rmu- cho de la direccin del movimiento sels debe a os Moreno y Natifio, a los Bel grano, a los Miranda y Castelli, cabe onvenir que ellos no tepresentaron los ‘nimeros que hicieron de las revoluciones 1 movi rmiento fue mayoritatio porque los agra vios metropelitanosafectaban a todos los «strats sociales indianos. En realidad, s€ puede hablar de un americanismo ~ presenativo de los intereses locales 0 e- gionales- que se enfrenté alos funciona Fis e insttuciones espafioles: y en Amé- rica hay que contabilizar como factor de rupeura el fervor local que representaron las rvaidades entre las distntasregiones coloniales, Ese fervor seria unos de los componentes que impedirian la unién {que presentaron, en cambio, as colonias inglesas y porcuguesas en su paca inde- pendiente; 0 sea que hubo intereses y deudas histéricas que en masa colocaron alas Indias frente a su metrSpoli, pero al ‘mismo tiempo hubo rivaidades entre las fegiones que impidieron consolidar una tunidad de accién, aungue en algin mo- mento todos esaban en el mismo proce- s0, En ese sentido, la acticud de San Martin y Bolivar luego de Guayaquil (uniendo ambos ejécitos bajo un solo ‘mando) tendfa un yalor excepcional. lun movimiento mayoriterio. Es més: con seguridad la nueva ideolo fia borbsnica y sus consecuencias pol fico-ccondmicas en estas tiers desper- ‘aron una animosidad mayor que la que logré en forma direct, en los tevolucio- nati, la rclativa expansién de las ideas ilustradas, Puede sostenerse que el Fer- vor de los ilutrados Borbones espafioes por lograr una plena explotacién de ls ahora “colonia fueron Factores itritati- vos mis sgnificativos, en euanto al mo- vimiento de independencia americana, que las ideas que llevaron a la Revol cidn Francesa. Por supuesto que debie- ton sumarse ots factoresy circunstan- cias que coadyuvaron -por ejemplo las campatias napoleénicas- sin los cuales cl proceso de la independencia hubiera seguido un rumbo diferente. ‘Onro tema que merece una relaboracién «a consderaciin de los movimientosre= beldes como el indigena de Tupac Amara 1 el de los Comunero. Si bien ninguno de dlls hablaba de independencia, y ape laban més a un pasdo urépico que a un Facuro independiente ~como en el movi rmiento de Mayo en el Rio de la Pla, el rey s preservaba- lo cierto es que fueron tun reto fundamental al sistema colonial. Las resistencias americanas La poblacidn criella americana tenia ob- jeciones al colonialismo, pero eran més PLANO DE ACAPULCO, PRINCIPAL PUERTO ESPAROL ENLACOSTAPACINCA DE NUE ESP DESDE [ASAIN LAS PRINCPALES EMBARCACIONES de cardcter pragmético que ideoldgico. Haba, por cierto, razones profundas pa- a oponerse alas reformas borbdnicas: si bien eran medidas econémicas modemas y phanificadas,sélo atendian a mejorar la situacién de Espafia; es mis, por primera ver a legislaci6n saa el nombe de co- Tonia para tefertse a América, La inten- ‘idn de vaciar América en benefcio de fa ‘corona fue muy evident, En realidad, en <époea de Carlos IIT la administacion es- pafiola percibié la autosuficiencia de las colonias y muchas de sus medidas inten- taron detener el proceso iniciado por el propio abandono y la eorrupeién de la época de los Austtias meriores, En oca- siones, esas medidas fueron rechazadas: Espafa no podia ya ser una mettépoli es decir proveer de los productos nece- sarios a sus colonias-, sino que ademés sélo poli compete con ells, En efecto, a fines del siglo XVII, Espana y América tenfan un grado similar de desarrollo. “Ambas eran producrora de materia pri- ‘mas y dependlian de una flota comercial anjera. La diferencia eraa favor de las colonias: tas produictan metales precio- 105; la econom{a colonial dependia de una metropol “subdesarollada”. iLlegan los Borbones! El siglo XVII le trio a Espafia pérdidas contraband, una ston DE asenica LN 917 PORTADA DE UNA EDIGONFACSIMLAR DELA CCONOCIAAOBRACE GASPAR MELCHER DE JOMEALANOS, clevacién desmesurada de la corrup- cid. siglo XVIII no patec spuntar para mejor, cuando muerto Carlos II en 1700 se desaté la Guerra de Sucesines- pafiola «su término, habian erecido los ‘motivos de preocupacin: se firm la Paz de Utreche (1713) por la que los briténi- os reconocian al rey Felipe V, Borbén, y le otorgaban a cambio las estratépicas braltar y Menorea, la concesi6n de un asiento de negios durante treinta afios en ef puerto de Buenos Aires y la devolu- cién a Portugal de la Colonia del Sara ‘mento. La presencia extanjeraen sus co- lonias dé de ser un peligro para conver- tise en una pesada realidad. Pero, para desplazar la corrupeién y a Ine slater de estos mercados, no alcanzaba on revocar las concesiones y perseguir el contrabando. Se deba, al mismo tiempo, renovar la economia interna desartollan- do actividades productivas que Fueran ex paces de dar satisfacciOn « la demanda americana crénicamente desatendida y conseguir que el trdfico comercial que operaba desde Andalucia deara de ser un simple “teexporador" de mereaderias ex- tranjeras. Desde Svill- Ci, los comer- ciantes espafolesy sus socios en Vera «cruz, Porrobello y Lima disfrutacon de los beneficos de un monopolio que eetraba las pueras a otras regjones dela peninss- la, Era necesato integra el resto de Espa PERSPECTADELA CDAD DE QUERETARO (S10 NVN CONDE SE ADVENTE EN PRIMER PLANO EL ACUEDUCTO, Y ALA DERECHA AO EL MOMERO 7, AIGLESIADE LA COMPATIAOE JESUS, fa. al eomercio colonial y, para x0, se re= queria elimina ls trabas que encarectan y desalentaban el comercio intercgional. {Al mismo tiempo, se proponia explotar regiones que hasta ese momento, para Es- pafa, s6lo hablan cumplido un ro subsi- diario y qu, al luz de as nuevas det vas, bien podian proveer de materias pri mas y, al mismo tiempo, incrementar el ‘consumo de os productesnacionales. jEmpecemos con los cambios! Los primeros Borbones ~Felipe V (1701-1746) y Fernando VI (1746- 1759)- instrumentaron las teformas ini- ciales, como se ha visto en un capitulo anterior, que no disimularon su influen- «ia Francesa, No obstante, en esta prime- ra artemetida borbénica, aunque los ‘monarcas contaron con ealificados cola- boradores~José de Patino, José de Cam- pillo y Cossio y el marqués de la Ense- rada-,no pucieron modifica en lo ss- tancal la estructura eeondmica y comer- ial y la strech relaci6n que sta tenfa con el imperio colonial. Tend que le- gar Carlos IIL, quien por la amplitud de sus reformas y la trascendencia que tu vieron en el Ambito colonial, se conver- tirfa en el modelo espaol de monatca llustrado, para que Espafialograte un te- nacer politic, econémico y cultural que dej6 a la nacién mds poderosa que antes, «on aumento del rendimiento agricola y de la produccién industrial y con un co- ‘mercio ultramarino renovado y vigoriea- do, jEta esto suficiente? Los cambios en ‘materia comercial completafan el pro- eso reformador, como también se ha visto, y las cifras lo confirmaron: la re- caudacién proveniente de la ampliacién del comercio entre Europa y América subié de 74,5 millones de teales en 1778 21212, millones de reales en 1784. Pero... lo sucedié Carlos IV. Los conflicts en Europa subsiguientes por las guertas napolesnicas ¥ el blo- ‘queo briténico~ determinaron que Es pfia no puciera utilizar su monopolio {on eficaca: entonces, los comerciantes ‘extranjeros penetraron en América casi sin control. Cargados de manufictuess, sélo sacaron metales preciosos que te- nfan demanda constante en el mercado mundial; la minerfa mexicana, por cjemplo, encontraba compradores, pe- 10 la produccién textil de Queretaro y Puebla, florecientes en cl siglo XVIII, emperaba a retroceder. Peto para com plicar ain més el panorama y que na- dic quedara conforme, se elevaron los impuestos generales tanto en mono como en extensién. De tal manera, to- dos en América pudieron quedar dis- conformes con unas reformas que Seguian después de 300 ahos yoleando Jos beneficios para un slo lado Presi6n fiscal y otras yerbas: ipor si faltara algol.. a aleabala era el impuesto elisico: con Jas refoemas aument6 del 4a 6 por cin {oy cobeo se exit rigurosamente, Es- te aumento de los impuestosserviet para pagar ls guetras de Espafa en Europa. A partic de 1765, la tesistenca ala eributa- ciéa fue constant yen algunos casos vio- Jenta: mis ain cuando, en 1779, ls me- teépali uments la presién debido « una nueva guetta con Inglatera. En Peri, los ‘matines de ls riollos slo fueron supe- rados por la seblidn indigena de Tupac ‘Amari y, en 1781, los conteibuyentes ‘mestizos los Comuineros de Nueva Gra- nada sorprendieron a las autoridades por la violencia desu procesta. También Jos cabilds -nica instcucién donde es- ‘aban representados los imereses rolls se opusieron implacablemente y eon las reformas se suet6 a esta instituciones a tuna superisén cadaver ms esrecha Por otto ado, cabe recordar que, desde 1786, la Ondenanza de Intendentes es- tablecié nuevas formas de relacién con los aborigenes y garantizé a éstos el de- recho a comercia libremente con quie- nies quisieran, Los terratenientesy fi- MAPA QUE LUSTRA SOBRE UN SECTOR DE LAS INTENDENCIAS EN EL VIRAEINATO DE NUEVA ESPANA nancistas vievon asf restringida la utili= zacién de mano de obra, pues la corona interponia su soberanfa entre la empre- ‘a privada y el sector indio, Estas medi- das -dignas de elogio- fueron severa- mente sabotcadas en las col Libre comercio gpara quién? libre comercio es uno de los grandes ‘equivocos de la hiseoria, Para los ameri- ‘anos no fue ni comercio ni libre, ya que luego de 1765 tuvieron menos libertad y ‘ontinuaron sujetos a un monopolio mis ficiente que los exua especiicamente de los beneficios de los que gozaban los ‘spafiole, Estos continuaron monopoli- zando el comercio y la navegacién tran- satkintica mientras que los americanos ‘staban confinados al comercio interco- lonial. La modificacin legs en 1796 ‘and ya era tarde, Ademds, el comer- . Los reformadores intentaron colo- ‘ar al clero bajo jurisdicién de tribu- rales secures y reducir la inmunidad clerical. Luego pensuton en atacar sus ppropiedades, pero la Iglesia reaccioné ‘enéigicamence y resistié, apoyada por ‘STORUA DE AMERICA LATIN 19 HUERTA € LoS cARMELITAS DESCALZ05 DE tribus era casi una constante, Guarant significa guerrero. Su dios era Tupa, que esté en fa naturalez, en la bri y los sonidos de la selva. A comienzos dl siglo XVIII los misioneros de Jess los habfan convertido en los principa- les agricultores y ganaderos de la Amé- rica espafola, Los productos de sus ta- Heres eran codiciados en las ciudades de todo el virreinato y buena parte de Europa. Fl éxito les generd innumera- bles enemigos: sus citcuitos comercia- Jes se mantenfan al margen de los cit- cuitos monopélicos oficiales hispano- riollos.Y las pretrogativas impositivas despertaban més de un cuestionamien- (0 a los responsables de las siempre ex: hhaustas arcas oficiales. Pero, el primer azote de las misiones aparecié casi jun- to con su fundacién y proventa del te- rritorio portugues. Desde el comienzo de la conguista los aborigenes vivian alertas tratando de criollos. El fuero era el snico patrimo- aio material del bajo cero; al ser enaje nado para siempre, muchos de ellos quedaron en la pobreza y se hicieron insurgentesy revolucionatios Los jesuitas Una conjuncién de intereses locales ¢ internacionales y celos por el poder acabaron con la magnifica expetiencia de los jesuitas. En el Rio de la Plata, por ejemplo, resultaria muy trauma «a, Descendientes de los indios del Ca- ribe, arribaron los primeros guaranies y se establecieron en las cercantas de los rios Parand, Uniguay, Iguazit y ots fuentes de agua de la regién. La selva les provela de todo lo que necesitaban para vvit: limento, vestido, medicinas y eobijo. La lucha entee las diferentes escapar a las trampas de los “bandei antes”, Con las ensefianzas de los je- suitas, los eficientes indios de las mi- siones se convieticron en la picza més colliciada de estos "cazadores de in- dios". En las primeras décadas del siglo XVII, jesuitas y guaranfes trataron de defenderse como pudieron del azote bandeirante, pero con pobres resulta- ddos. Los indios eran caprurados de a LA IMPRENTA... IMPRESCINDIBLE EN EL SIGLO XVII a i ‘Aguiar, Libvero del Rey y Bibotecar de las Librer- 18 dol Real Colegio de San Carlos, en esta ciudad, dice que con motivo de la expatriacién de los regulares del nombre de Jesis, a cuyo cargo estaba en la ciudad do Cordo- ba provincia del Tucumn fel convictorio de Monserrat] qued6 Sin sorvcio la imprenta con todos sus utensils, que dichos re- {gulares habfan costeado con los fonds de dicho colegio ha- ‘endo a su beneficio las impresiones. Habiendo aumentado la \ependencia do esta Capital por muchas Provincias subordi- rnadas, €S conocida la falta que hay en ella de una imprenta Para las varias ocurrencias que se han de oftecer en un tan vasto gobierno ya de despachar érdanes ciculares, ya de dar bc Esme Sefior Virrey. Don José de Silva y {avis0s al piblico, 0 ya de formar elgunas ordenanzas: y aun- {que no fuase mas que por raz6n de ordenar e920, 0 calonda- fio eclesistico en cada afio, asi para esta Catedral y sus de~ Pendlentes como para otras iglesias del Virinato, 05 visto ser ‘una imprenta en esta ciudad muy benéfca,(.)y le podria ser ‘tl en esta Capital a los Nifos Expdsitos, mediante alguna ronta fia de que carecen en el prosento (solicita para ef Ia tor- cera parte de sus utiidades y que el Rey otorgue privilegio a cha imprenta(.) Buenos Altes, 15 de noviembre de 1779." ‘Anon Histonco DE LA PRouINciA DE BUENOS AIRES DA. RLCAROO Levene, Origanes do la Inpanta de Nikce Expt (Documents del ‘Archivo, t X) a Pata, 1948 De la colonia a la independencia. 1700-1830 DEIN CARACTERGTICAS DE LAS MISONES CREADAS POR LOS JESUITAS, cientos y ls autoridades espafiolas en “América parecfan no escuchar as recla- aciones de proteger las misiones. Por fin, a mediados del sigh, egé una or- den de la corona espafiola, aucorizando 4 las misiones a formar cjétcitos para dlfenderse. La Compafia de Jess no tardé en mandar de Europa un nuevo ‘grupo de misioneros constituido por ddestacados especialistas en las artes mi- litares. Asi, en poco tiempo, del cora- 26n de la selva nacieron los ejércivos iis disciplinados de entonces, que no tardaron en exterminar la amenaza bandeirante, Mas el éxito jesuita habia herido a un gran enemigo: la corona portuguesa. Un siglo més tarde, la di- plomacia y los eelos por el poder con- Seguido por la Compaia conseguirfan In expulsidn de [a orden. Desde Nueva Esparia hasta Chile habfan sembrado el tertitorio de colegios, profesando la en- sefianza media y superior. Sus misiones del Rio de la Plata estaban a la cabeza en lo que a organizacién y ensefianza de aborigenes se refiere; hasta en el pla no editorial fueron precursores. Con- siguieron una colectividad préspera, humana y pacffiea hasta el momento de su expulsién en 1767. Dos mil ses- cientos diecisicte jesuitas debieron abandonar los teritorios hispanos, de- jando sus centros de estudio, sus mi siones, sus propiedades, que pasaron al Estado, dispersindose todo ese activo capital productor de riqueza. Fue esta, ‘Compania la que m4s acabadamente cumplié con las érdenes de Isabel la Caélica, primera protectora de sus siibditos de ulteamar El ejército: poder y privilegios ‘Otro centro de poder y privilegio era el cjteito, Como Espana no mandaba Gjétcitos a Amética no los podia man- tener-, dependia de las milicias colo- niales, que «-mediados del XVIII fue- ton ampliadas y reorganizadas. Nueva Espana, por ejemplo, cte6 un ecto colonial formado pot ctiollos y mest tos y ~para fomentar el alistamiento= éstos fueron admitidos en el fuero mi liter que extend los derechos e iamu nidades que renian los militares espa foes, excluyéndols asf de Ia jurisdic cn civil, Bl plan eseatégico militar se teforzé a ralz de la nueva situacion planteada con la toma inglesa de La Habana. Los renovados planes de de- fensa establecieron fortificaciones des- de Florida hasta el Rio de la Plata (Ve- ractuz, La Guaira, Puerto Cabell) y Pacifico (Lima, Fl Callao, Guayaquil y Acapulco). Tambign se ereron asl ros en La Habana y Guayaquil para construir buques de guerra. Parte de este cjército asi modelado por Espatia CASAS fue luego utilizado en su contra des- pués de 1810, Los militares de las nue~ vvas repiblicas conservarfan los fueros ‘especiales por muchas décadas. Una sociedad mestiza Tas sociedades coloniales estaban com= ppuestas por una gran masa de int has, negros y mestizos; los blancos eran ‘minorla. La base aborigen era amplia cen Pent, México y América Central, y menor en Chile yen el Rio de la Plata Receptores de la conquista europea, es taban obligados a vivir en una situacién, social inferior, sujetos a tibutos ya ser vicios personales y publicos. De hecho, los que pudieron permanecieron en tuna situacién marginal, sin incorporar- sea esta “civilizacin invasora”. Los esclavos negros ubicados en el nor- te de Sudamérica y en ol Pert eran nu- rmerosos, De éstos descendfan los gros libres y mulatos (lamados pardos, 1 castas). La ley del 10 de febrero de 1795 anulé la denominacién de “inka mes" a los pardos y les permitié acce- der a educacién, casatse con blancos, tener cargos paiblicos y recibir érdenes sagradas, La corona reconocta asi el he- cho de que los pardos crecfan numéri- camente y era necesario aliviar su situa cidn de discriminados. Esto afecté, en ‘especial, a los hacendados por la pérdi- dda de la fuerza de trabajo en un perio~ ili aan do de expansién de Ia hacienda y de crecimiento; las regiones con mayor cantidad de pardos reaizaron el recha- ] zo mis fuerte a tales reformas. Por ejemplo, en Venezuela; alli, con su economia de plantaciones, mano de obra esclava y numerosos pardos (entre ambos grupos, 61 por ciento de la po- blacidn), surgié un signficativo recha- 20 de estas reformas sociales: la arsto- cracia venezolana ~terratenientes y co- merciantes blancos~ resistieron el avance de la gente de color, se opusie- ron ala nueva ley de esclavos, protes- ron contra las cédulas de “gracias” € impugnaron la educacién popula. | | Los criollos y los miedos El tema de la violencia social, los preju 3 racials y el temo a los movimien- +08 populares (el miedo a que sucediera Jo mismo que en Hai, lo que se verd | oportunamente) marcaron y definieron la postura de muchos criollos en los aos | {que precedieron a los movimientos inde- pendentists: en algunos de los captulos en que se fue desarrollando la revolu- cién, demostrron que temian mi a las ‘masas populares de su tierra que a Espa- fiay prefrieron, en ocasiones, la depen- dencia de la. metpol social. Esos grupos crollos, cuando Es- pafia no pudo garantzar la vigencia del | orden colonial, apresuraron la toma del Ia revolucién LENO DEL REAL ARSENAL OFLA HABANA, CONSTRUDO ‘ALOARGO DE LA SEGLNDAMITAD OF. CLO», poder politico y esto ocurrié, sin duda, después de los acontecimientos de 1808 {que llevaron a la designacién de José [Napoledn como rey de Expat Los Comuneros de Nueva Granada “Antecedentes del movimiento de los Co- muneros hubo en Paraguay (1721- 1735) y en la rebelién venezolana (1749-1752), pero, aunque sigoifcaron un incipiente despertar regional y de conciencia de interesesdistintos de los de Espafa, fueron hechos aslo, Tam- Diga la revuela de Quito de 1765 fue ‘una protest urbana y popular, un movi- ‘niento antifisal en un dra de industea en decadencia y que puso de manifieto |arvalidad entre esparolesy criollos. Los movimientos de protesta eran una ‘oposicién abierta a las innovaciones del gobierno; motines contra los tributos y Tevantamientos en contra de abusos e- pecfficos ocurran dentro del marco de has insttuciones y de la sociedad colo- nial. Estos antecedents, si bien intents ton desafir el orden de la colonia, mos- traban inestabilidad ineficacia, Los conflictos estallaron violentamente cuando Ia presin fiscal y ottos agravios permitieron la alianza de distintos gru- pos sociales contra la nueva administra~ cin y oftecieron a los sectores ms ba- jos la posibilidad de sublevarse. La agi- ‘ROOUCCION DE AREAEN EL OBSPADO DE TAUJLLO PER HACIAFINES DEL SIGLO> tacién antifiscal escondia una provesta nds violenta de los de abajo, En Nueva Granada estallé un movimiento comue nero como consecuencia de la apli cidn de ls reformas borbénicas. El gente y visitador general, Juan Franc «co Gutirer de Pineres, era implacable « inflexible ante las demandas. Su acti= tud contrastaba con el procedimiento tradicional del regateoy ef compromiso. ‘Aumenté las aleabalas sobre las ventas en un 4 por ciento, reintegeé el eobro de impuestos ala administracién (antes cen manos de arrendataris) y reimplan- 16 un impuesto para la defensa naval También reorganiaé los monopolios del tabaco y el alcohol, aumenté ef precio para consumo y restringié las éeas pro= ductivas del tabaco, Estas medidas ~en, tuna economia estancada y con pobla- cid pobre perjudicaron a los peque- fos agricultres. Hubo protestas y di ttbiosy el 16 de marzo de 1781 estallé tuna seria rebelién en Socorro y San Gil Los rebeldes se negaron a pagar im ppuestos, atacaron los almacenes del go- bieeno, expulsaron a las auroridades es- pafolas y en nombre del pueblo (del comin de la gente de alll su nombre de comuneros) ligiron a sus dirigen- tes, Juan Francisco Berbeo, un modes to hacendado, quedé al frente de los comuneros. El movimiento que habia empezado siendo popular y predomi- [CUADRO DE VICENTE ALBAN. 1610 xv nantemente mestzo pasé al control de una elite eriolla de propictarios y fan- cionarios que simplemente se sumaron para controlar lo que no pudieron pre- venir: la protesta de los de abajo. Los comuneros eran numerosos, se ditigie- ron a Bogoté con un contingente de indios, pero, no romaron el poder. Berbeo, como buen crollo, no deseaba romper el orden colonial; su lema e “viva el rey y muera el mal gobierno a tiranfa era de los funcionarios, no de la monarquta, Contuvieron a los re- boldes y negociaron con el arzobispo Caballero y Géngora eis con la lite de Bogotd. ‘un compromiso: las capitulaciones de Zipaguité (8 de junio de 1781) que su jeron el monopolio del tabaco y ‘otros impuestos redujeron Ia alcabala al 2 por ciento y realizaron reformas acministrativas que favorecian el auto gobierno local, Los criollos podrian 2e- ceder alos cargos (Berbeo fue corregi- dor del Socorro) y alos indios les pro- retieron mejorar sus condiciones de Vida, Berbeo y el obispo Caballero es- taban convencidos de que era necesatio hacer algunas concesiones para evitar tuna revolucién mas violenta, En la re gidn de Antioquia, los mestizos, mula- {os y gente de castas se amotinaron y os esclavos se sublevaron. Gaitin (pro- bablemente mulato o mestizo) fue el representante de los oprimidos. Se ‘puso a las capiculaciones a las que considerabg como una traicion criolla hizo un nuevo llamamiento al pueblo. lo, Los criollos se sintieron acorralados y colaboraron con las autoridades pen sulares para reprimir este movimiento, Lo persiguicron (le decfan “el Tupac Amaru de nuestro reyno") y frustraron Ia segunda marcha sobre Bogots. G tn y sus seguidores fueron brutal: te ejecutadas para ejemplo de la pobla- cidn. El movimiento comunero se ¢5- parcié por Venezuela; también, luego de ser sofocado violentamente, el capi- ‘in general alabé la “lealtad” de los criollos hacia Espana. El movimiento. de Tupac Amaru E14 de noviembre de 1780 el cacique Tupac Amaru se reunia con Antonio de Arriaga, cortegidor de la provincia de Tinta, en la casa del cura de Yana- coa. Al cérmino del encuentto, el inca junco a un grupo de seguidores embos- caron, en el camino hacia Tinta, al Aespreciado cortegidor y lo condujeron como prisionera a la localidad cordille- rana de Tungasuea. Desde all, lo obli- garon a firmar una carta en la que soli- Citaba a su cajero el envio de armas, pesos y mulas para repeler una supuces- ta avanzada de corsarios en el puerto de Atanta, al tiempo que solicitaba la convocatoria a Tungasuca de todos los pueblos de la provincia. Invocando et ‘mandato real, el corregidor fue llevado ala horea y el pueblo fue levantado en armas, Bajo las érdenes de José Gabriel Tupac Amatu, la revuelta se extendis répidamente, llegando a los territorios FORTALEZASINDIGENAS (ER) Y LACIUOAD de Jujuy y algunas zonas de Salta, Sin embargo, las huestes rebeldes fueron doblegadas en abril de 1781 por las fuerzas coloniales en la lucha por el Cuzco. El movimiento insurgente fue sofocado y Tupac Amaru fue romado prisionero y ejecutado con una sata y cnueldad extrema, El colapso del imperio Si-en situacidn normal Espafia no al- cantaba 4 cubrie las necesidades de atencién de sus eeinos de Indias, con el estallido y el desarrollo de la Revolu- cidn Francesa el caos seria absoluro; por casi veinteafios ala rasta de Fran- cia, en virtud de Tos Pactos de Familia y-con Carlos IV y su favorito Manuel Godoy como gobernantes, las decisio- nes de gobierno bsillaron por su incon- sgrucncia y aurodestraccién; comple- mentados con las hambrunas de 1803. | con sus secuclas degradantes; el holo causto de su armada en Trafalgar en 1805 y el espectéculo de pad e hijo (Carlos IV y Fernando Vil) acudiendo servis =con corte y valida incluidos~ al encuenteo con Napoledn en Bayona, pata actuar como compatsa en a ac- tuacién teateal del Gran Corso, Los monarcas"espafioles presos en Fran- cia y José Napoledn como eey de Espa fiay de as Indias fe la siuacidn den ante a que se legé en mayo de 1808, Derrotada, sin floa y con el bloqueo inglés en sus puertos, Espana perdié contacto con Amética. No tent ecu sos para resist, pero el pueblo de am ss bas orillas pensaba diferente y para ‘América habia legado la hora de las definiciones. Esos aos (1808-1810) matcaron un profundo ¢ irreparable dato. Los hombres y mujeres america nos ruvieron que ocuparse de su pro- pio destino, tomaron decsiones auté nnomas y la independencia se convirié en l gran impulso. Todos y cada uno debieron decidir El pueblo espaol siempre vio al rey Jo- sé como un usurpador y combatié én tonces contra Napoleéa por su inde- pendencia, Las juntas provinces orga nizaron la resistencia y en septiembre de 1808 formaron la Junta central ~invo- cando el nombre del rey espaol preso~ y desde Sevilla, en enero de 1809, se promulgé un decteto dciendo que los dominios americanos no eran colonias sino parte integrante de ht monsrqula con detechos de representacién, Cuando las fueras Fancesas entraron en Andalucta, en enero de 1810, la jn- ta se disolvié dejando un Consejo de Regencia de cinco personas con manda- to para convocar a Cortes donde est vietan representadas Espafia y América. Las Cortes de Cidir elaboracon y pro: ‘mulgaron la Consteucién de 1812, que declaaba a Espata y América urs sola nacidn, Sin embargo, los liberlescons- ‘itucionalistas espafioles resultaron scr ‘muy conservadores en telacién con ls Indias: a Constitucién de 1812 propo- fa una representacion desigual y nega- ba a los americanos la liberead de co: ietcio. Hasta tlkime momento, no 6: lo el Fsado, sino también el pueblo re presentado en las Cortes hicieron todo Jo posible por generar un movimiento independentists, En América sungefan dludas muy agudas: Espafa ocupada por [Napoledn no era metrépoi,y por con- siguiente América no era colonia. No Inaba rey (ambos estaban press y José I nunca fue reconocido como tal). Los crioles como clase dominance local ten- drian que decidir sobre el mejor medio para preservar su erencla y mantener el control en tan diffi stuacion Se hace camino al andar La cadena de “revoluciones” desatada en América entre 1809 y 1810 puede dlar lugar a pensar en un movimiento organizado y concertado entre todas las, regiones hispanoamericanss. La Améti- ct hispénica abarcaba un espacio exten so desde California hasta el Cabo de Hornos, diviido administrativamente tos, capitantas genera is y contaba con tna po de diccsete milo nes de personas, Con el tiempo, Espana sélo mantendria Cubs y Pucrto Rico ‘Aunque la independena fue precpitada por tn hecho exteno el colapso de la rmonarqulaespaiolaen 1808- éxte era clminacién de un largo proceso de suce- sivas rupturas por as cules Hispanoamé- rica tomé conciencia de su identidad, cultura y recuttos. Antes de 1808, los criollos no negban la soberania de Espa fa, pero sf reniancrticas hacia la met poli y sus Funcionaios ~que solo excep- conalmente eran ctollos,habida cuenta el aumento de su codicia imperialists, cxpresada sobradamente a través de ls ‘comentadas reforms borbnicas Las reformas: de la lustraci6n a la revolucion La nueva politica fuc, esencialmente, tuna aplieacin de control sobre bas colo- nis y la dureza de ls reforms, en bue- nna medida, las hizo fracasar porque rea- lizaron un ataque directo y sin consenso a los intereses locales. Cuando, en 1808, se dio el colapso de la monarquia ‘espatiol, los criollos actuaron ripida- mente para evita el vaco politico y por miedo ala rebelién popular. Su dlema cra rea: estaban atrapados entre el go- FRONTERA NORTE OEL VAREIATO DE bicrno imperil y las masas populares. a invasién de los ¢érctos napotedni os a Espafia fue el golpe final, pero la cstrategia de los Borbones ya habia sido atacada desde adentro y cay6 victima dle sus propias contradieciones. La poll= tica borbénica era un error de cdlculo, sin relacién con el tiempo, la gente y el lugar, pues provocaba a los prvilegia~ ds sin proteger a nadie. El poder poll- cial eran las exigencias crollas. Y =vale Ia pena reterarlo-, si bien estas aspira- ciones eran generals en toda Hispano américa, no se volearon en un movi miento concertado; por el contrarioy todos los movimientos plantearon la se- paracién de Espaia, pero sin propici Ja unidad americana y la integracién, Inclusive antes del inicio de las luchas independentstas, las distintas colonias rivalizaban entre sf por sus recursos y pretensiones. No exista una sola Amé= rica espatiola sino Areas fragmentadas que, esencialmente, respetaban la divie sién administrativa hecha por Espatia, En cada una de ellas surgié un fervor que impregné de localismo © regiona- lismo al americanismo que suponfan ls impugnaciones frente a los abusos me- tropolitanos, aunque ello no aleanzara ara consolidar el desarrollo de una ac- ign mancomunada como reaccién a las reormas borbsnicas, Documentos Itatf: indios en clave jesuftica Los més de ls indios de ese pueblo son hombres de campo, pero hay muches of- clales en sus respectivas ofcinas. En una itabajaban carpintcros en otras vi doce telares que continuamente etaban tejien- do algodin, de cuya tl se vise todo ppucblo, Hay herrea y los demi oficios ‘mecinicos necesarios en el pals. Hay es uclas de misica en que con gran facili- dad se instruyen les indios (. Pepno Jost ne Paxnas, “Di tero de los viajes que ha hecho el Padre Parra", en BUSANICHE, JOsE Luis, Leee- tus de Historia Argentina, Relaos de Con- temportnes, 1527-1870, Buenos Ate, Solar-Hachette, 1938, p. 68, Elevar los ojos al cielo Las jesus sedesacaron, también en Am ries en toda as ciencas, entre ells aa tronomia: "No pudiera haber hecho tales “observaciones por flea de instrunsentos (que nose tren de Hurops a extas provin- «as porno floecet en else estudio de las ciencias matemstcas) a no habe fabri- ‘ado por mis manos ls instrumentos ne= cesatios para dichas obseraciones, cuales son rel de péndulo eon ls indices de ‘minutos primeros y segundos: euadrante asronémico para reduce igualary ajustar al relojala hora verdadera cel So, divid- do cada grado de minuto en minito; te lescopio, oanteojos de larga vista de slo dos vivo convexos, de varias praduacio- nes desde ocho hasta veinttés pes. De os menos de 8 y 10 pes usé en as ob- servaciones de los eclipses de Soy Luna, Y-de los mayores de 13,14, 16,18, 20 y 23 piesy en las inmersiones de los cuato sates deJpiter, que observé por espa- cio de rece afios en el pueblo de San Cos- ‘meyylegaon a cientocuarenta y set las ands exacts.” SUAREZ, BUENAVENTURA S, J. (1739), Menon, Gracitcs, La historia cen mis documentos. I, Buenos Rites, Edi torial Cea SA. 1980, p 102. Reflexiones de un jesuita expulsado *Las dives regions de a Europa als cules la Corona de Espa ha ead sbligad a renunciartles cor el Reino de Portyal,etloado ond rhe mis smo de la Espana yl olebre Republica de as Provincias Unidas que sacudieron su yugo de herr, nos ensefan, que un continene infinitamente mas grande que la Espa, mis reo, més poderoso, més poblado, no debe depender de aquel Rei- no, cuando se halla tan remoro, y menos auin cuando est reducido a la mis dura servidumbre, El valor eon que as Colo- nis Inglesas dela América han combati- do porla iberad, de que ahora goran sloriosumente cube de vergitenta nues- tm indolencia, Nosotros les hemos cedi- doa palma con que han corona, las primera el Nuevo Mundo de una sobe- ranfa independiente. Aregad ol empetio de as cores de Espaa y Francia en sos tener la causa de los Ingleses Americanos, Aquel valor acusa nuestra insensibilidad, ‘Que sea ahora el estfmulo de nuestro ho- nor provocado por ultrajes que han dix rado trescientos aos.” VIZCARDO ¥ ‘GueMan, JUAN PABLO, SJ. en Revita Hiri, t. NIM, Lima, Instieato His Fico del Pei, 1925, p89 Las buenas obras del rey. *(.) La enumeracion de squellas prov denclas (se refer asus obras de gobiet~ ‘ol ha sido ya objeto de otros mis elo- cents ditcursos, Mi plan me permite apenas recordarhs. La erecién de nuevas colonia agrfcolas cl repatimiento de las tiers comunales, la reduce de las privilepios dela ganadera, la abolicién dela asa y la libre crculacin de os gra- ‘nos, con que mejoré la agricultural propagacién de la ensefianza fail, la e= forma de a policia rer, la mult cacién delos establecimientosindustia des, yl generosa profusin de graciasy franguicias sobre las ates en beneficio de Jn industria; la rorura de las antiguas ca- denas del wifico nacional, la aberura de fnevos punts al consumo exterior la paz del Mediterrinco, la peridica co respondenci yl libre comunicacién con nvestascolonias ulramazins en obsequio del comerco (.) qué materia tan ampli y can glorios para ogi Carlos Il, y asegural lta de Padre de sus vasallos (9). JOVELLANOS, Gaspar MeLcHOR DF, "Elogi de Carlos IV" @ de diciembre de 1785), en Obras sogids cit, pul l4 FSCLCO0E Le SOCIEDKD ECONOMIA De AMIGOS DEL Pais azcoma Las ideas econémicas llegan a los criollos Muchos creen que si se concede entera liberad para la extaccién de frutos el psx {s quedari pobre y miserable, yrodo ven- deka ser caro: y se presenta a su imagina-

You might also like