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Liliana Findling
Elsa López
María Paula Lehner
María Pía Venturiello
Marisa Ponce
Estefanía Cirino
Laura Champalbert
Silvia Mario
Lara Encinas
Mailín Blanco
Introducción ..........................................................................................9
Elsa López y Liliana Findling
1. Hogares, salud reproductiva, educación y trabajo. Una
comparación entre generaciones .................................................. 31
Liliana Findling, Elsa López, María Paula Lehner
y Silvia Mario
2. El marco legislativo que regula el cuidado de niños, de
personas mayores y con discapacidad en Argentina ............... 51
Mailín Blanco, Estefanía Cirino y María Pía
Venturiello
3. ¿Cómo cuidan y han cuidado las mujeres a sus hijos?........ 75
Estefanía Cirino y Lara Encinas
4. El cuidado de los adultos mayores: ayer, hoy y mañana .... 89
Liliana Findling, Laura Champalbert, Estefanía
Cirino y María Paula Lehner
5. El auto cuidado de la salud .......................................................113
María Paula Lehner y Marisa Ponce
6. A modo de cierre. Una comparación de los cuidados
familiares en dos generaciones de mujeres ..............................133
Laura Champalbert, Liliana Findling y Elsa López
Sobre las autoras..............................................................................145
Referencias bibliográficas
31
32 • Cuidados y familias
1950/ 1291 558 1849 3380 959 4335 69866 31225 101091
55
1960/ s/d s/d 8400 s/d s/d 24335 s/d s/d 555358
70
1975/ s/d s/d 12316 s/d s/d 42996 s/d s/d 849298
80
1985 5472 2549 8021 31449 13470 44504 560559 237676 798235
1990 5907 2786 8693 33851 14969 48820 630832 283854 914686
1993 7263 2810 10073 35540 14453 49993 62709 252663 879760
Consideraciones finales
Referencias bibliográficas
51
52 • Cuidados y familias
Referencias bibliográficas
75
76 • Cuidados y familias
caso de Melina (39 años, MM): “Él tenía ganas de ser padre,
él la quiere, la extraña y quiere estar presente, entonces, día por
medio está, después en los quehaceres cotidianos, ahora quedó un
poco a mi cargo el asunto, pero yo sé y esto fue hablado, yo sé que
es así, que si lo llamo para alguna cuestión médica, alguna cosa
de C. [hija] que se necesite hacer, él responde”.
En contraste, otras mujeres subrayan que la falta de
distribución equitativa del trabajo de cuidado ha derivado
en situaciones de conflicto y discusiones con sus cónyuges.
Marina (39 años, MM) detalla: “Antes de divorciarme del papá
de S., él tuvo un trabajo de mucha responsabilidad y de golpe
nos transformamos en algo más tradicional en la que yo estaba
a cargo de llevarla, traerla, de hacer todo y él llegaba tarde, eso
pasó muy poco tiempo y yo colapsé”. En este sentido, algunas
de las entrevistadas reclaman una mayor colaboración de
sus parejas en determinadas tareas de cuidado que siempre
dependen de ellas como hacer los deberes del colegio: “Los
nenes están martes y miércoles con el papá. Le pedí por favor,
a duras penas lo hizo, que se ocupe él esos dos días de hacer
la tarea, no salir a comprar corriendo la cartulina amarilla que
pidió la seño, eso es otra cosa, eso se ocupa mamá, para todo
eso y más”, advierte Camila (36 años, MM). Por otro lado,
algunas entrevistadas expresan que los padres de sus hijos
no asumen casi ninguna tarea de cuidado: “El padre es muy
desordenado, o sea, está, no está, viene, va, entra, sale, aparece un
día, no aparece un mes, una vez los dejó de ver como cuatro, cinco
meses a los chicos”, relata Gisela (44 años, MM).
La mayoría de estas madres permanece en el mercado
de trabajo. Como señala Torrado (2003), los cambios en el
patrón de participación femenina a lo largo del ciclo vital
evidencian el menor peso del matrimonio y la maternidad
en el abandono del mercado de trabajo en comparación
con la generación previa. El nivel socioeconómico de las
entrevistadas es una variable que incide en los motivos que
guían su accionar. Para algunas mujeres de estratos medio
bajos el trabajo se asocia a la necesidad de contar con un
ingreso. Sara (30 años, MB) dice: “A mí me encantaría poder
Cuidados y familias • 83
A modo de conclusión
Referencias bibliográficas
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cercanos. Elena (71 años) comenta: “No hizo falta cuidarlo [al
padre], cuando se sintió mal mi hija, que vive allá [en Tucumán],
lo llevó con ella” y Aurora (62 años), se lamenta: “otra cosa
que me tortura porque yo tengo a mi madre lejos en Uruguay,
somos un montón de hermanos pero, una también es hija, mi
mamá es súper agradecida, cuando yo voy me quedo pocos días,
lo que pueda, y dice ‘ay, m’hija qué trabajo que te doy, tan lejos
y pa venir a verme’”.
Cuando el padre tuvo un problema de salud a los 78
años, Gloria (61 años) dice: “Ahí dejé de trabajar y me quedé
con él, lo acompañé a hacerse los estudios a Capital, a ver dónde lo
operaban, ver otros médicos, tomé un poco las riendas de su salud,
lo operaron y habrá durado una semanita más, después estuve
apuntalando el ánimo de mi mamá, acompañándola”.
Marita (61 años), en cambio, sostuvo a su madre en
su larga vejez: “Yo a mi mamá la cuidé, era muy independiente,
falleció con 99 años, vivía sola, cerca de casa, pero me hice cargo
y la llevaba al médico, hasta que un día la quise traer a vivir
conmigo y me contestó “te agradezco pero tenés que tener tu hogar,
yo tengo el mío, tengo mi vida”, ella invitaba a sus amigas a tomar
el té, la llevé a mi casa cuando tuvo alguna enfermedad, cuando
estuvo grande aceptó tener una mujer que la cuide”.
Yenny (43 años), una entrevistada de la segunda gene-
ración, convive con su madre senil: “Ella no puede salir sola
a la calle, en algunos momentos pierde la noción de donde está,
ahora le dije que va a tener que ir a un hotel [geriátrico] porque yo
y mi hermano nos vamos de vacaciones y ella no se va a quedar
sola por más que diga lo que diga, pero bueno, se hace difícil,
porque no entiende, uno siempre es la mala”. Pamela (33 años)
también comparte la vivienda e intenta hacerse cargo de su
padre: “mi papá tiene un problema, es alcohólico, no tiene donde
vivir, no le alcanza el sueldo, por eso vive acá [la casa es del padre,
aunque el crédito lo paga ella y su marido] él dice que no está
enfermo, ya lo hablamos, si él no lo reconoce, yo no puedo hacer
nada porque lo tiene que asumir él”.
Cuidados y familias • 93
Para concluir
Referencias bibliográficas
Introducción
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ninguna carga, para nada, era mi mamá, la que hizo mucho tam-
bién por nosotros” (Marita, 61, MM). La naturalización parece
alcanzar también a las entrevistadas de la SG. Sólo algunas
mujeres que están a cargo del cuidado de sus padres con
problemas de salud se animan a dar muestras de cansancio
y agobio: “Me vive peleando, me agota” (Yenny, 43, MM, cuida
a su mamá); “No tengo paciencia” (Pamela, 33, MB, cuida a
su papá); “A mí me pesa mucho: alguien me cuida el nene y
yo me voy a encargar de mi viejo” (Lorena, 39, MM, cuida
a su papá). La sobrecarga de tareas, especialmente cuando
no se tiene ayuda para el cuidado familiar, aumenta la sen-
sación de malestar.
Las experiencias de las mujeres de la SG, tironeadas
entre el cuidado de hijos y adultos mayores y obligaciones
laborales, coinciden con la percepción de las entrevistadas
de la PG en cuanto al esfuerzo y el cansancio que sufrieron
sus propias madres al cuidar a sus abuelas y abuelos. Los
recuerdos ponen de manifiesto la transmisión de imáge-
nes femeninas asociadas a actitudes y valores ligados a la
entrega absoluta, el sacrificio y la abnegación que las muje-
res han internalizado a lo largo de diferentes generaciones,
todo ello acompañado de una fuerte carga emocional que
las mismas suponen.
A modo de conclusión
Referencias bibliográficas
A modo de cierre
133
134 • Cuidados y familias
Maternidad y trabajo
Liliana Findling
145
146 • Cuidados y familias
Marisa Ponce
Silvia Mario
Laura Champalbert
Estefanía Cirino
Lara Encinas
Mailín Blanco