You are on page 1of 89

677-1685 Ingleterra, Europa y de regreso

Parte 1 de 4
<1> <2> <3> <4>

Después de que había estado por un corto tiempo en Londres, le escribí la siguiente carta a mi
esposa:

Querida de mi corazón,

Hacia quien es mi amor, y a los hijos, y a todo el resto de los Amigos en la


verdad, el poder, y la semilla del Señor, que está sobre todo; gloria al Señor,
¡y bendito sea su nombre para siempre más allá de todos los mundos! Aquel
que me ha llevado a través de muchas pruebas y peligros en su eterno poder.
He estado dos veces en la reunión de la calle Gracechurch; y aunque habían
allí espíritus opuestos, sin embargo todo estuvo tranquilo; el rocío del cielo
cayó sobre el pueblo, y la gloria de Dios brilló sobre todos. Cada día siento
agrado de estar en las reuniones acerca de los negocios, y sufrimientos, los
cuales fueron grandes en el extranjero; y ahora muchos Amigos están
preocupados con los muchos sufrimientos: por lo tanto escribo apresurado,
con mi amor a todos ustedes.

Jorge Fox
Londres, el día 24 del noveno mes, del año 1677

Alrededor de este tiempo recibí cartas de Nueva Inglaterra, las cuales daban un informe de los
procedimientos crueles y anticristianos de los magistrados y gobernantes en contra de los
Amigos en ese lugar, quienes los azotaron y abusaron de manera muy vergonzosa; porque ellos
azotaron a muchas Amigas mujeres. Una mujer fue desvestida hasta la cintura, atada a una
carreta, y arrastrada por la calle.* Ellos incluso azotaron algunos de los capitanes de barco,
quienes no eran Amigos, sólo porque habían transportado a los Amigos a ese lugar. Durante ese
mismo tiempo, mientras estaban persiguiendo a los Amigos de esta manera tan barbárica, los
indios mataron a sesenta de sus hombres, capturaron a uno de sus capitanes, y le arrancaron la
piel de su cabeza mientras estaba vivo, y se llevaron la cabellera en señal de triunfo; de manera
que la gente sobria dijo que "los juicios de Dios les vinieron por perseguir a los cuáqueros;"
pero los sacerdotes ciegos y oscurecidos dijeron que "era porque ellos no los habían perseguido
lo suficiente." Yo tuve una gran operación (de oración) aquí buscando alivio para los pobres
Amigos sufrientes para que ellos no estuvieran bajo la vara del inicuo.
*Esta era Elizabeth Hooton, y este incidente ocurrió varias veces, como se
explica en sus memorias en este sitio.

Después de este y otros servicios por la verdad, me quedé en Londres entre cuatro a cinco
semanas, visitando reuniones y ayudando y animando a los Amigos para obrar por la liberación
de sus hermanos sufrientes en otras partes. Después me fui a Kingston, y visité Amigos allí y en
el área. Mientras me quedaba un tiempo entre los Amigos de ese lugar, revisé un libro que
estaba entonces listo para ser impreso. Fui hacia Buckinghamshire visitando Amigos; tuvimos
varias reuniones entre ellos en Amersham, Hungerhill, Jordans, Hedgerly, Wickham, y Turvil-
heath. En algunas de las reuniones estaban aquellos que se habían salido de la unidad de los
Amigos en la verdad, hacia la contienda, la oposición, y la división; ellos eran muy rebeldes y
conflictivos, particularmente en la reunión de hombres en la casa de Tomás Ellwood en
Hungerhill. El líder de ellos vino de Wickham, intentando hacer un disturbio e impedirle a los
Amigos que procedieran en el negocio de la reunión. Cuando vi sus designios, los amonesté a
que fueran sobrios y estuvieran tranquilos y no molestaran la reunión interrumpiendo su
servicio; sino más bien, si ellos estaban descontentos con los procedimientos de los Amigos, y
tenían algo que objetar, que una reunión fuera designada para otro día para discutir sus
objeciones. Por lo tanto los Amigos ofrecieron hacer una reunión con ellos otro día; la cual,
después de una larga discusión, se acordó que sería en la casa de Tomás Ellwood durante la
siguiente semana. Por consiguiente, los Amigos se reunieron allí con ellos, y la reunión fue en el
granero porque vinieron tantas personas que la casa no las podía contener. Después que nos
habíamos sentado por un rato (en silencio esperando la presencia del Señor y su poder), ellos
comenzaron a discutir. La mayoría de sus ataques iban dirigidos a mí; pero el Señor estuvo
conmigo y me dio fortaleza en su poder para tirarles los dardos de envidia y falsedad de vuelta
hacia ellos. Sus objeciones fueron contestadas; las cosas les fueron explicadas al pueblo; y fue
una buena oportunidad de servicio para la verdad; muchos que antes habían sido débiles ahora
estaban fortalecidos y confirmados; algunos que habían estado dudando y vacilando, estaban
satisfechos y tranquilos; y los Amigos fieles fueron consolados y refrigerados en el brote de la
vida entre nosotros; porque se levantó el poder, y la vida brotó, y a medida que se levantó,
muchos testimonios vivientes surgieron en contra del espíritu impío, divisorio, desgarrador, al
cual estaban unidos los que se habían opuesto, y actuaban de acuerdo a él; y la reunión terminó
de manera satisfactoria para los Amigos. Esa noche me alojé con otro Amigo en la casa de
Tomás Ellwood; y durante la misma semana tuve una reunión otra vez con la oposición en
Wickham, donde ellos otra vez mostraron envidia y fueron así revelados a los rectos de
corazón.

Después que había visitado a los Amigos en la parte norte de Buckinghamshire, fui llamado a ir
a Henley en Oxfordshire y fui por Causham hacia Reading, donde estuve en una reunión el
primer día de la semana; y en la noche tuve una reunión grande con los Amigos. Hubo otra
reunión al siguiente día que se trató acerca de establecer una reunión de mujeres; algunos que
habían dejado entrar el espíritu de división cayeron en las discusiones y estuvieron alborotados
por un tiempo hasta que el peso de la verdad los derribó. Después de esto pasé visitando a
Amigos y teniendo reuniones en varios lugares por Berkshire y Wiltshire hasta que llegué a
Bristol, lo cual fue en el día 24 del undécimo mes, justo antes de la feria.

Me quedé en Bristol durante la feria y por algún tiempo después. Tuvimos muchas reuniones
buenas y preciosas; muchos Amigos habían venido a Bristol provenientes de varias partes del
país, algunos por causa de negocios y algunos en el servicio de la verdad. Los Amigos que
habían vivido fielmente en la verdad mostraron un gran amor y unidad, aunque algunos se
habían salido de la santa unidad y se habían ido hacia las contiendas, la división, y la
enemistad; los tales eran groseros y abusivos y se comportaban de una manera muy
anticristiana hacia mí. Pero el poder del Señor estuvo sobre todo. Su poder me mantuvo en la
paciencia celestial, la cual puede soportar heridas por causa de su nombre; por lo tanto sentí
dominio en él sobre los espíritus duros, groseros y rebeldes; y se los dejé al Señor, quien
conocía mi inocencia y defendería mi causa. Mientras más se esforzaban ellos por reprocharme
y vilipendiarme, más abundó el amor de los Amigos hacia mí, quienes eran sinceros y rectos de
corazón. Y algunos que habían sido traicionados por los adversarios, viendo su envidia y
comportamiento grosero, se apartaron de su división; aquellos que cesaron la división tienen
causa para bendecir al Señor por su liberación.

Cuando me fui de Bristol, fui con Ricardo Snead a una casa de él en el campo, y de allí hacia la
casa de Ezequías Coale en Winterburn de Gloucestershire. Varios Amigos que estaban bajo
grandes sufrimientos por causa de la verdad vinieron allí. Yo había invitado a estos Amigos
para que nos encontráramos allí. Esteban Smith, Ricardo Snead, y yo hicimos un resumen de
sus sufrimientos, revelando los procedimientos ilegales que se habían perpetrado en contra de
ellos. Este resumen fue entregado a los jueces de los tribunales de Gloucester, y ellos
prometieron ponerle un fin a esos procedimientos ilegales. Al día siguiente pasamos a Sudbury
y tuvimos una reunión grande en el lugar de reunión, el cual en ese tiempo era de muy buen
servicio. Al día siguiente fuimos a la casa de Natanael Crips de Tedbury y de allí a Nailsworth;
allí, en el primer día de la semana tuvimos una reunión grande y magnífica. De allí nos fuimos
a la reunión trimestral en Finchcomb, donde estaban varios de los del espíritu opuesto, quienes
(se pensaba), tenían la intención de interrumpir las reuniones de los Amigos; pero el poder del
Señor estuvo sobre todo y los detuvo, y tuvimos un buen servicio para el el Señor en esa
reunión. Regresamos de Finchcomb a Nailsworth y tuvimos otra preciosa reunión allí, a la cual
vinieron los Amigos de las varias reuniones que se llevan a cabo en el área, haciendo que esta
reunión fuera muy grande también.

Nos fuimos de Nailsworth el primer día del primer mes, del año 1677, y viajamos, visitando
Amigos, y teniendo muchas reuniones en Currencies, Crown-All ins, Helena, Stoke-Orchard,
Treasury, y otros lugares. Fuimos a Worcester donde yo había sufrido en la cárcel
anteriormente por más de un año por causa de la verdad, y los Amigos se regocijaron
grandemente al verme allí otra vez. Me quedé allí varios días y tuve muchas reuniones
preciosas en la ciudad y muchos servicios entre los Amigos. Después de lo cual tuve reuniones
en Pershore y Evesham; después, yendo a Draggle y Warlocks para visitar a la señora Conway,
quien yo había oído que tenía mucha esperanza de verme. La encontré una persona muy
cariñosa y amable, y ella quería que me quedara por más tiempo de lo que tenía libertad de
hacer. A alrededor de dos millas de allí tuve dos reuniones en la casa de un Amigo llamado
Juan Stanley. William Dewsbury vino a este lugar y se quedó conmigo por medio día. Visité
Amigos en sus reuniones en Stratford, Lamcoat, y Armscott, (de donde fui enviado como
prisionero a Worcester en el año 1673), y allí pasé hacia Oxfordshire, visitando Amigos, y
teniendo reuniones en Sibbard, North-Newton, Banbury, y Adderbury. Después visité Amigos
en Buckinghamshire, en Long-Crendon, Ilmer, Mendle, Weston, Cholsberry, Chesham, y llegué
a la casa de Isaac Penington, donde me quedé por unos pocos días. Después me dirigí a
Hertfordshire, visitando y teniendo reuniones con Amigos en Charlewood, Watford,
Hempstead, y Market-street. En la mañana me fui de Market-street a Luton, en Bedfordshire
para ver a Juan Crook, con quien pasé una buena parte del día; y después ya casi en la noche
me fue a la casa de Alban, donde me quedé en una posada esa noche. Después de visitar
Amigos y tener reuniones en South-Mims, Barnet, y Hendon, llegué a Londres el día ocho del
tercer mes. Siendo el cuarto día, fui a la reunión de la calle Gracechurch, la cual fue pacífica y
buena; muchos Amigos, no sabiendo que había llegado a la ciudad, se gozaron de verme allí, y
el Señor estuvo presente con nosotros, consolándonos con su virtud viviente; ¡bendito sea su
santo nombre!

El parlamento estaba en sesión cuando llegué a la ciudad; y los Amigos les habían presentado
sus sufrimientos, y ahora estaban esperándolos a ellos para que les dieran un desagravio por las
leyes que se habían hecho en contra de los inconformistas católicos (aquellos que rehusan
reconocer la supremacía del rey), lo cual ellos sabían que nosotros no éramos; aunque algunos
magistrados maliciosos se aprovecharon para enjuiciarnos en varias partes de la nación
basados en esos estatutos. Cuando llegué, me uní a los Amigos que habían asistido a ese
servicio. Había una probabilidad de que algo se pudiera obtener para ayudar y desagraviar a los
Amigos porque muchos miembros del parlamento creían que nosotros habíamos sido
calumniados por nuestros adversarios y ellos eran muy buenos y amables con nosotros. Pero
una mañana cuando fui con Jorge Whitehead a la casa del parlamento para hablar con ellos en
nombre de los Amigos, las leyes habían sido publicadas repentinamente, aunque duraron por
sólo un corto tiempo.

Alrededor de dos semanas después de que llegué a Londres, comenzó la reunión anual; a la cual
vinieron Amigos de la mayor parte de la nación, y tuvimos una reunión gloriosa y celestial. ¡Oh
la gloria, majestad, amor, vida, sabiduría y unidad que habían entre nosotros! El poder reinó
sobre todo, y muchos testimonios se dieron en la reunión en contra de ese espíritu impío que
buscó producir rasgaduras y divisiones entre el pueblo del Señor; pero ni una boca se abrió
entre nosotros en su defensa, o en su nombre. También tuvimos reportes buenos y gratos, en
mayor parte, de los Amigos en otros países; de lo cual encontré un breve informe en una carta
que escribí a mi esposa, de la cual presento una copia a continuación:

Amada de mi corazón,

Para quien es mi amor en la semilla eterna de la vida, que reina sobre todo.
Grandes reuniones se han llevado a cabo aquí y el poder del Señor ha estado
agitando todo, como nunca se había visto antes. El Señor en su poder ha
unido a los Amigos de manera maravillosa, y su presencia gloriosa apareció
entre los Amigos. Y ahora las reuniones se han acabado (¡bendito sea el
Señor!) con tranquilidad y paz. Desde Holanda he oído que las cosas están
bien allá. Algunos Amigos han ido allá para estar en la reunión anual en
Amsterdam. En Embden, los Amigos que habían sido desterrados han
regresado a la ciudad otra vez. En Dantzig, los Amigos están en la prisión y
los magistrados los han amenazado con encarcelamientos más duros; pero al
siguiente día se levantaron los luteranos, y desfiguraron y derribaron el
monasterio católico, por lo tanto tienen suficiente trabajo como para tener
orden entre ellos. El rey de Polonia recibió y leyó mi carta, y los Amigos
desde entonces la han imprimido en holandés. He oído que los Amigos en
Irlanda están todos en amor allá por las cartas de sus reuniones de medio
año. En Barbados los Amigos están tranquilos, y sus reuniones están
establecidas en paz. Antigua y Nevis también reportan que la verdad
prospera, y los Amigos tienen sus reuniones de manera ordenada y bien. De
la misma manera en Nueva Inglaterra y otros lugares, las cosas que tienen
que ver con la verdad y los Amigos están bien. En aquellos lugares las
reuniones de los hombres y las mujeres están establecidas; ¡bendito sea el
Señor! Por lo tanto mantente en el poder y la semilla de Dios que está sobre
todo y en quien todos ustedes tienen vida y salvación; porque el Señor reina
sobre todo, en su gloria, y en su reino; gloria a su nombre para siempre.
¡Amén!

Por lo tanto con prisa, con mi amor a todos ustedes y a los Amigos.

Jorge Fox

Londres, el día 26 del tercer mes, del año 1678.


La carta al rey de Polonia, que fue mencionada anteriormente, es como se presenta a
continuación:

A Johannes III rey de Polonia,

¡OH REY! Deseamos su prosperidad tanto en esta vida como en la que ha de


venir. Y deseamos que podamos tener nuestra libertad cristiana para servir y
adorar a Dios bajo su dominio; porque nuestro principio nos lleva a no hacer
nada perjudicial al rey o a su pueblo. Somos un pueblo que ejercita una
buena conciencia hacia Dios por medio de su espíritu santo, y en él le
servimos, lo adoramos, y lo honramos; y hacia los hombres en las cosas que
son iguales y justas, haciendo con ellos como quisiéramos que hicieran con
nosotros; mirando a Jesús, quien es el autor y consumador de nuestra fe; y
esta fe purifica nuestros corazones, y nos lleva a tener acceso a Dios; sin la
cual no podemos agradarle; y por esta fe viven todos los justos, como
declaran las escrituras. Aquello que deseamos de usted, oh rey, es que
podamos tener la libertad en nuestras conciencias para servir y adorar a
Dios; y para orarle a él en nuestras reuniones que hacemos juntos en el
nombre de Jesús, como él manda; con la promesa de que él estará en
medio de aquellos que se reúnen. Nosotros esperamos que el rey no
pueda hacer más que decir que este deber y servicio se le debe dar a Dios y a
Cristo; y le damos a Cesar lo que se le debe, y pagamos nuestro tributo y
encargo igual que nuestro prójimo de acuerdo a nuestra parte justa. Nunca
hemos leído en todas las escrituras del Nuevo Testamento que Cristo o sus
discípulos alguna vez desterraron o encarcelaron a alguien que no fuera de
su fe o su religión, o que no oyera las plegarias, o que hubieran dado un
mandato así; sino, al contrario, que la cizaña y el trigo crezcan juntos hasta la
cosecha, la cual es el fin del mundo. Entonces Cristo enviará a sus ángeles
para separar al trigo de la cizaña. Él reprendió a los que querían que bajara
fuego del cielo para consumir a aquellos que no querían recibir a Cristo; y les
dijo que no sabían de qué espíritu eran ellos; él dijo que no había venido a
destruir las vidas de los hombres, sino a salvarlas.

Deseamos que el rey considere cuánta persecución ha habido en el


cristianismo, desde los días de los apóstoles, con respecto a la religión. Cristo
dijo que ellos "deberían ir hacia el castigo eterno, los que no le visitaron en la
cárcel;" entonces ¿qué sucederá con los que lo encarcelen a él al encarcelar a
sus miembros, donde él es revelado? Nadie puede decir que el mundo se ha
acabado; ¡por lo tanto cómo responderá el cristianismo al terrible y temible
Dios en su día de juicio, los que se han perseguido los unos a los otros por
causa de la religión antes del fin del mundo, bajo el pretexto de quitar la
cizaña; lo cual no es su obra, sino la de los ángeles al final del mundo! Cristo
manda a los hombres a amarse los unos a los otros, y a amar a sus enemigos;
y al hacer esto serían conocidos como sus discípulos. Oh que todo el
cristianismo haya vivido en paz y unidad, para que ellos por su moderación
hubieran podido juzgar tanto a los turcos como a los judíos; y hubieran
dejado a todos tener su libertad, los que reconocen a Dios y a Jesucristo, y
hubieran caminado como corresponde al glorioso evangelio del Señor Cristo
Jesús. Nuestros deseos son que el Señor Dios del cielo pueda suavizar el
corazón del rey a todas las conciencias sensibles que temen al Señor, y que
tienen miedo de desobedecerle.

Le rogamos al rey que lea algunas de las expresiones nobles de varios reyes, y
otros, con respecto a la libertad de conciencia; y especialmente a los dichos
del rey Estéfano de Polonia, a saber: "No me corresponde a mí reformar las
conciencias; siempre he dado alegremente a Dios lo que le pertenece; y así lo
haré ahora, y también en el futuro. Soportaré que la cizaña crezca hasta el
tiempo de la cosecha, porque sé que el número de creyentes es pequeño; por
lo tanto," dijo él cuando algunos procedían con la persecución, "yo soy rey
del pueblo, no de sus conciencias." Él también afirmó que la "religión no se
debía plantar con fuego ni con espada." Cron. Libertad de religión, Parte 2.

También un libro escrito en francés por W. M. en el año 1576, tenía esta


frase, a saber: "Aquellos príncipes que han gobernado con delicadeza y
clemencia añadieron justicia, y han ejercido moderación y mansedumbre
hacia sus súbditos, siempre prosperaron y reinaron por largo tiempo; pero,
al contrario, aquellos príncipes que han sido crueles, injustos, llenos de
prejuicios, y opresores de sus súbditos, han caído pronto, ellos juntos con sus
propiedades, hacia el peligro y la ruina total.”

Veritus dijo, "Ya que Cristo es un cordero, a quienes ustedes profesan como
su cabeza y capitán, entonces esto requiere que ustedes sean las ovejas, y que
usen las mismas armas que él usó. Porque él es un pastor de ovejas, no es un
pastor de lobos o bestias salvajes. Si ustedes pierden la naturaleza de ovejas,"
dijo él, "y cambian a la naturaleza de lobos y bestias salvajes, entonces
ustedes se excluirán de su llamado, y abandonarán su estandarte; y entonces
él no será su capitán."

También encontramos que el rey Santiago afirma, en su discurso al


parlamento en el año 1609 que "es una regla pura en la divinidad, que Dios
nunca plantó a su iglesia con violencia o sangre." Y él dijo además: "Era
usualmente la condición de los cristianos el ser perseguidos, pero no de
perseguir."

'El rey Carlos, en su libro, página 61, dijo en su oración a Dios: "Tú ves
cuánta crueldad entre los cristianos es perpetrada bajo el color de la religión;
como si no pudiéramos ser cristianos a menos que nos crucificáramos los
unos a los otros."

Página 28: "Hazlos finalmente que consideren seriamente que nada violento
o dañino puede ser religioso."

Página 70: "Ni es tan apropiado extraer la reforma religiosa por medio de la
espada, como para pulirlos por disputas justas o iguales, entre aquellos que
están más preocupados por las diferencias, quienes no deben ser
convencidos por la razón sino por la fuerza."

Página 66: "Tengan cuidado para que las circunstancias externas y las
formalidades en la religión no los devoren a todos."

Pág. 91, 92: "En el punto de la verdadera sensibilidad de la conciencia he


declarado tan a menudo cuan poco deseo que mis leyes y mi cetro se afiancen
en la soberanía de Dios, quien es el único rey de la conciencia."

Pág. 123. "Ni deseo que ningún hombre sea más sujeto a mí, que todos
nosotros seamos sujetos a Dios."

Pág. 200. "¡Oh tú Soberano de nuestras almas, el único comandante de


nuestras conciencias!"

Pág. 346. (En sus meditaciones con respecto a la muerte), "Es realmente un
estado triste, tener a sus enemigos como sus acusadores, partes, y jueces."

'El príncipe de Orange testificó, el año 1579, que "era imposible que la tierra
estuviera en paz, a menos que hubiera una tolerancia libre en el ejercicio de
la religión."

¿Dónde has leído en tu día (dijo Menmo) en los escritos de los apóstoles, que
Cristo o los apóstoles alguna vez clamaron a los magistrados por su poder en
contra de aquellos que no querían oír su doctrina, ni obedecer sus palabras?
Yo sé con certeza (dijo él) que donde un magistrado destierre con la espada,
no está allí el correcto conocimiento, la palabra espiritual, ni la iglesia de
Cristo; es invocare brachium seculare (invocar el brazo secular)."

“No es cristiano, sino tiránico (dijo D. Philipson) desterrar y perseguir al


pueblo por causa de fe y religión; y aquellos que lo hacen son ciertamente de
la generación farisaica, que resistieron al espíritu santo."

Erasmo dijo: "Aunque ellos tomen nuestro dinero y nuestros bienes, no


pueden así herir nuestra salvación; ellos nos afligen con cárceles, pero no nos
separan así de Dios."-In de Krydges wrede, fol. 63.

Lucerno dijo: "Aquel que ordena cualquier cosa con la cual él ate la
conciencia, este es un anticristo."-In de Bemise Disp. fol. 71.

Irenreo afirmó que "todo lo que fuerza la conciencia, aunque no sea más que
una prohibición del ejercicio de aquello que es estimado por uno o por otro
como necesario para la salvación, no es de ninguna manera correcto o apto."
Él también afirmó que “por medio de la diversidad de religiones el reino no
será llevado hacia ningún disturbio."

El emperador Constantino dijo que "fue necesario que él haya preservado la


unidad de la fe, para que él pueda ser excusado ante el tribunal de Dios; y
que él dejara a todos a su propia conciencia, de acuerdo al informe que él
dará ante el tribunal de Cristo. Aquí podemos agitar a la gente (dijo él), no
obligarlas; les suplicaremos que vengan a la unidad de los cristianos, pero
tratarlos con violencia, no lo haremos de ninguna manera."-Sebast. Frank.
chron. fol. 127.

Agustín dijo: "Algunos perturbaron la paz de la iglesia, mientras andaban


quitando la cizaña antes de su tiempo; y por medio de este error de ceguera
ellos mismos son separados tanto más de estar unidos con Cristo."

Retnaldo testificó "que aquel que con encarcelamientos y persecuciones


busca esparcir el evangelio, y se ensucia sus manos con sangre, más bien será
visto como un cazador salvaje, que un predicador o defensor de la religión
cristiana."

"He por mucho tiempo determinado (dijo Enrique IV, rey de Francia, en su
discurso al parlamento en 1599), reformar la iglesia, lo cual sin paz no puedo
hacer; y es imposible reformar o convertir a la gente por medio de la
violencia. Yo soy rey, y como un pastor, no derramaré la sangre de mis
ovejas; sino las reuniré con la ternura y bondad de un rey, y no por el poder
de la tiranía; y les daré a los que son de la religión reformada, el derecho a
vivir y morar libremente, sin ser examinados, perturbados, ni obligados a
hacer ninguna cosa contraria a sus conciencias; porque ellos tendrán el libre
ejercicio de su religión," &c. [Vid. ekron. Van de Undergo 2 deel, p. 1514.]

Ennio dijo: "La sabiduría es sacada, cuando el asunto es actuado por fuerza.
Y por lo tanto lo mejor de los hombres, y lo más glorioso de los príncipes,
siempre estuvo listo para dar tolerancia."

Eusebio, en su segundo libro de la vida de Constantino, informa de estas


palabras del emperador: "Que los que yerran con gozo reciban el fruto de la
paz y la tranquilidad con los fieles, y esto les puede traer la restauración de la
comunicación y la sociedad hacia el camino correcto de la verdad; que nadie
moleste a nadie; que todos hagan como lo determinen en su mente. Y en
realidad hay una gran razón para que los príncipes les den tolerancia a las
personas que están en desacuerdo, cuyas opiniones no pueden ser alteradas
por métodos justos; porque si las personas tienen confianza, ellos servirán a
Dios de acuerdo a su persuasión; y si se les prohíbe públicamente, ellos se
reunirán privadamente; y entonces todos esos inconvenientes y daños, que
son argumentos en contra del permiso de las reuniones de los disidentes, son
argumentos a favor del permiso público de religiones diferentes, estando
ellas restringidas y resentidas, y encariña mutuamente a las personas
descontentas, y hace más abundantes y peligrosas las confederaciones."

El concilio similar en las divisiones de Alemania, durante la primera


reforma, era considerado razonable por el emperador Ferdinando y su
excelente hijo Maximiliano; porque ellos habían observado que la violencia
exasperaba, no era bendecida, no tenía éxito, y era irrazonable; y por lo tanto
ellos promulgaron decretos de tolerancia."

El duque de Savoy, arrepentido de su guerra por la religión en contra de los


Piemonteses, les prometió tolerancia; y cumplió su palabra.

Es increíble que hasta el tiempo del emperador Justiniano, en el año 525,


"los católicos y novacianos tenían iglesias que eran permitidas
indiferentemente, aún in Roma misma."

"Y Pablo predicó del reino de Dios, enseñando aquellas cosas que tenían que
ver con el Señor Jesucristo, con toda confianza, y ningún hombre lo
restringió; y él hizo esto por dos años en su propia casa rentada en Roma, y
recibió a todos los que vinieron a él."

Ahora, oh rey, al ver estos nobles testimonios con respecto a la libertad de


conciencia de los reyes, emperadores y otros, y la libertad que Pablo tenía en
Roma en los días del emperador pagano, nuestro deseo es que nosotros
podamos tener la misma libertad en Dantzig para reunirnos en nuestras
propias casas rentadas, lo cual no puede ser ningún prejuicio contra el rey ni
contra la ciudad de Dantzig; para que nosotros nos reunamos para esperar al
Señor, y para orarle, y para servirle y adorarle en espíritu y verdad en
nuestras propias casas rentadas, siendo que nuestro principio nos lleva a no
herir a ningún hombre, sino a amar a nuestros enemigos, y a orar por ellos,
sí, aún aquellos que nos persiguen. Por lo tanto, oh rey, considere, y la
ciudad de Dantzig, ¿no consideraría usted pensar que es difícil para otros
forzarle a dejar su religión por otra, que sea contraria a su conciencia? Y si es
así, que usted piense que es difícil para usted, entonces "hacer con otros
como usted quisiera que ellos hicieran con usted," no hacer con otros aquello
que usted no quisiera que los hombres hicieran con usted; porque esa es la
ley real, que debe ser obedecida. Y así en amor a su alma inmortal, y por su
bien eterno esto está escrito.

Jorge Fox

Postdata

"Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán


misericordia." Y recuerde, oh rey, las dos apologías de Justín Martyr a los
emperadores romanos, en defensa de los cristianos perseguidos, y la notable
apología escrita por Tertuliano sobre el mismo tema; las cuales no sólo son
por la religión cristiana, sino en contra de toda persecución por causa de la
religión.'

'Estimado Pedro Hendricks, Juan Claus, J. Rawlins, y todo el resto de los


Amigos en Amsterdam, Friesland, y Rotterdam, para quienes es mi amor en
la semilla de la vida que está sobre todo:

Recibí la carta de ustedes, con una carta de Dantzig; he escrito algo dirigido a
ustedes, escrito al rey de Polonia para que ustedes lo traduzcan al holandés, y
lo envían a los Amigos en ese lugar, para dárselo al rey; o para que ustedes lo
pueden imprimir, después que sea entregado el manuscrito, lo cual puede ser
de servicio a otros príncipes. Por lo tanto apresuradamente, con mi amor les
escribo. El Señor Todopoderoso les dé dominio sobre todo en su poder
eterno, y en él los guarde sobre todo, y los mantenga para su gloria, para que
ustedes puedan responder a aquello de Dios en todo el pueblo. Amén.

Jorge Fox
Londres, el día 13 del noveno mes, del año 1677

Yo continué todavía en Londres y sus alrededores por algunas semanas, y el parlamento estaba
en sesión otra vez, y los Amigos asistieron para obtener alguna reparación por nuestros
sufrimientos, los cuales por este tiempo eran muy grandes y pesados sobre muchos Amigos en
muchas partes de la nación. Los Amigos estaban siendo indebidamente enjuiciados por los
estatutos promulgados en contra de los inconformistas del papado; aunque nuestros
perseguidores no podían sino saber que los Amigos estaban completamente en contra del
papado, habiendo dado testimonio en contra de él en palabra y por escrito, y sufrido por causa
de él. Pero aunque muchos de los miembros del parlamento en ambas cámaras eran amables
con los Amigos, y dispuestos a hacer algo para aliviarlos, sin embargo teniendo muchos asuntos
que atender, a ellos se les dificultó hacer la buena obra que hubieran querido hacer, de modo
que los sufrimientos en contra de los Amigos continuaron.

Pero lo que añadió mucho al dolor y la operación de los Amigos fue que algunos, que hicieron
profesión de la misma verdad que nosotros, habiéndose alejado de la simpleza del evangelio
hacia la libertad carnal, y esforzándose para llevar a otros con ellos, se opusieron al orden y la
disciplina que Dios por su poder había establecido y fundado en su iglesia; e hicieron un gran
ruido y clamor en contra de las regulaciones; por medio de las cuales ellos fácilmente se
llevaron consigo a aquellos que estaban inclinados a la soltura, y desearon caminar en un
camino más ancho que el camino de la verdad. También algunos de los más simples y jóvenes
en la verdad, o débiles de juicio, eran fácilmente traicionados por ellos, al no conocer la
profundidad de Satanás en esos argumentos engañadores; por cuya causa fui llevado a escribir
el siguiente documento, para desengañar a los engañados, y abrir el entendimiento de los
débiles en este asunto:

Todos los que niegan las regulaciones sin prescripciones podrían también
negar todas las escrituras, que fueron dadas por el poder y el espíritu de
Dios. Porque ¿acaso no prescriben ellos cómo los hombres deberían caminar
hacia Dios y el hombre, tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento? Sí,
¿desde la primera promesa de Cristo en Génesis, lo que la gente debería
creer y confiar; y todo el tiempo hasta llegar a los profetas? ¿Acaso el Señor
no le prescribió a su pueblo por medio de los padres y después por sus
profetas? ¿Acaso él no le prescribió al pueblo cómo deberían caminar para
agradar a Dios, y mantenerse en su favor? En los días de Cristo, ¿acaso él no
prescribió y enseñó a la gente cómo deberían caminar y creer? Y después de
él, ¿acaso los apóstoles no le prescribieron al pueblo cómo deberían creer, y
recibir el evangelio y el reino de Dios, dirigiéndolos hacia aquello que les
daría conocimiento de Dios, y cómo ellos debían caminar en el nuevo pacto
en los días del evangelio, y por medio de qué camino debían ir hacia la
ciudad santa? ¿Y acaso los apóstoles no enviaron sus decretos por medio de
hombres fieles (que pusieron sus vidas en peligro por Cristo), a las iglesias,
por los cuales ellas fueron establecidas? Entonces ustedes, que niegan las
prescripciones dadas por el poder y el espíritu de Dios, se oponen así al
espíritu que se las dio a todos los hombres santos de Dios.

¿Acaso no había algunos todo el tiempo en los días de Moisés, en los días de
los profetas, en los días de Cristo, y en los días de sus apóstoles, quienes
resistieron lo que ellos habían proclamado por el espíritu de Dios? ¿Y acaso
no ha habido una oposición similar desde los días de los apóstoles? ¿Cuántos
se han levantado, desde que apareció la verdad, para oponerse al orden que
permanece en el poder y el espíritu de Dios? Quienes están en nada más que
el mismo espíritu que se ha opuesto al espíritu de Dios todo el tiempo desde
el comienzo. Vean qué nombres o títulos el espíritu de Dios le dio a ese
espíritu contrario en el pacto antiguo, y también en el nuevo; que es el
mismo ahora; porque después que el Señor había entregado el pacto antiguo,
hubieron algunos entre ellos que se le opusieron; los cuales fueron peores
que enemigos públicos. Y de la misma manera en los días del nuevo pacto, en
los tiempos del evangelio, ustedes pueden ver qué clase de personas se
opusieron a Cristo y los apóstoles, después que ellos llegaron a ver la verdad;
y cómo ellos se fueron en contra de Cristo y sus apóstoles. Vean qué libertad
ellos pidieron y hacia qué libertad corrieron en los días de los apóstoles,
quienes no podían soportar la cruz, el yugo de Jesús. Vemos el mismo
espíritu duro y altivo que clama ahora por libertad (el cual no puede ser dado
por el poder y el espíritu de Cristo) y clama "imposición," sin embargo está
imponiendo clamores de "Libertad de conciencia," y no obstante se opone a
la libertad de conciencia; clama en contra de las prescripciones, y sin
embargo prescribe tanto en palabras como por escrito. Por lo tanto con el
poder eterno y espíritu de Dios este espíritu es comprendido: su ascenso,
comienzo y fin; y es juzgado. Este espíritu clama: "No debemos juzgar la
conciencia, no debemos juzgar asuntos de fe, no debemos juzgar los
espíritus, ni las religiones." Sí, aquellos que están en el espíritu puro y el
poder de Dios, en el que fueron juzgados los apóstoles, juzgan la conciencia,
si es que es una conciencia cauterizada, o una conciencia sensible; ellos
juzgan la fe, si es que está muerta, o si está viva; ellos juzgan la religión, si es
que es vana, o pura o no contaminada; ellos juzgan los espíritus, y los
prueban, si es que son de Dios, o no; ellos juzgan la esperanza, si es que es la
de los hipócritas, o la verdadera esperanza que purifica, así como Dios es
puro; ellos juzgan la creencia, si es que es nacida de Dios, y si vence al
mundo, o lo que corre hacia el espíritu del mundo, que desea por envidia, y
no vence al mundo; ellos juzgan las adoraciones, si es que son adoraciones
de la voluntad, y la adoración de la bestia y el dragón, o la adoración de Dios
en espíritu y en verdad; ellos juzgan a los ángeles, si es que son caídos, o
aquellos que guardaron su habitación; ellos juzgan al mundo, que aflige y
apaga al espíritu, odia la luz, convierte la gracia de Dios en
libertinaje, y resiste el espíritu santo. Ellos juzgan los corazones, oídos y
labios, cuales están circuncidados y cuales no están circuncidados. Ellos
juzgan a los ministros, apóstoles, y mensajeros, si es que son de Satanás o de
Cristo. Ellos juzgan las diferencias en las cosas exteriores, en las iglesias u
otros lugares; sí, el miembro más pequeño de la iglesia tiene poder para
juzgar tales cosas, teniendo la verdadera medida y el verdadero peso para
pesar las cosas, y con la cual pueden medir cosas sin hacer diferencia de
personas. Este juicio es dado, y todas estas cosas son hechas por el mismo
poder y espíritu en el que estaban los apóstoles. Los tales también pueden
juzgar las elecciones y reproches; y quienes guardan su habitación, y quienes
no lo hacen; quienes son judíos [con un corazón circuncidado], y quienes son
de la sinagoga de Satanás [las sectas cristianas falsas]; quienes están en la
doctrina de Cristo, y quienes están en la doctrina de demonios; quién
prescribe y declara cosas del poder y el espíritu de Dios, para preservar todo
en el poder y espíritu de Dios, y quién prescribe y declara cosas a partir de un
espíritu suelto, y suelta a todos del yugo de Cristo, el poder de Dios, hacia la
soltura y la libertad. Estos de la misma manera pueden juzgar y discernir
quién lleva personas hacia la posesión del evangelio de luz y vida, sobre la
muerte y la oscuridad, y hacia la verdad donde el diablo no puede entrar; y
quién los lleva hacia la posesión de la muerte y la oscuridad, sacándolos de la
libertad gloriosa del evangelio, y de Cristo Jesús, su fe, verdad, espíritu, luz y
gracia. Porque no hay verdadera libertad aparte de estas cosas; y esa libertad
responde a la gracia, la verdad, la luz, el espíritu, la fe, el evangelio de Cristo
en cada hombre y mujer, y es el yugo contrario a cada hombre y mujer. Esto
lo hace airarse, e hincharse, e inflarse; porque esto es inquieto,
indisciplinado, sin paciencia, y listo para maldecir a Dios, y aquello que reina
sobre él, porque no tiene su voluntad. Obra con toda sutileza y evasión con
su espíritu agitado, para entrar y contaminar las mentes de los simples, y
violar las mentes vírgenes. Pero a medida que reciben la sabiduría celestial,
por la cual todas las cosas fueron hechas (y esta sabiduría está sobre ese
espíritu), por medio esta sabiduría ellos serán guardados sobre ese espíritu.
Y Cristo le ha dado el juicio a sus santos en su iglesia, aunque él es el juez de
todo; y los santos, en el poder y el espíritu de Dios, tuvieron el poder y lo
tienen ahora para juzgar las palabras y maneras, de vidas y conversaciones,
crecimientos, y estados, de un niño a un padre en la verdad; y para quién
ellos son un olor para muerte, y para quién ellos son un olor para vida;
y quienes sirven al Señor Jesucristo, y predican de él, y quienes predican
ellos mismos, y se sirven a sí mismos; y quienes hablan de la luz, de la fe, del
evangelio, de esperanza, de gracia, y predican tales cosas; sin embargo en sus
obras y sus vidas niegan todo esto, y Dios, y Cristo, y predican libertad, de
eso que está en ellos mismos hacia aquello que está en otros, que deberían
estar bajo el yugo y cruz de Cristo, el poder de Dios. Por lo tanto los santos en
el poder y espíritu de Cristo puede discernir y distinguir quien sirve a Dios y
Cristo, y quienes no le sirven; y puede poner una distinción entre lo profano
y lo santo. Pero aquellos que han perdido su colirio, y su vista se ha nublado,
pierden este juicio, discernimiento, y distinción en la iglesia de Cristo; y los
tales llegan a ser vomitados de la boca de Cristo, a menos que se arrepientan;
y si no lo hacen, ellos llegan a corromper la tierra, y a cargarla, la cual los
vomita a ellos. Por lo tanto, todos son exhortados a mantenerse en el poder y
espíritu de Cristo Jesús, en la palabra de vida y la sabiduría de Dios (que está
por encima de lo que está por abajo), en la cual ellos pueden mantener su
entendimiento y discernimiento espiritual; y así establecer el juicio espiritual
sobre lo que está para ser juzgado, que deshonra a Dios, que lleva hacia la
libertad suelta y falsa; y fuera de la unidad que permanece en el espíritu
celestial, que lleva a conformarnos a la imagen del Hijo de Dios, y su
evangelio, el poder de Dios (que existe desde antes que existiera el diablo), y
en su verdad (de la cual el diablo está fuera), en la cual todos son de una
mente, un corazón, y un alma, y llegan a beber en un espíritu, siendo
bautizados en un espíritu, y así en un cuerpo, del cual Cristo es la cabeza; por
lo tanto mantengan una comunión en el espíritu, y unidad en el espíritu, la
cual es el vínculo de paz, la paz del Príncipe de príncipes. Y aquellos que
claman tanto en contra del juicio, y tienen temor del juicio, sean ellos
apóstoles, profesantes, o profanos, son los que más juzgan con los espíritus
falsos censuradores y el juicio; sin embargo no pueden soportar el verdadero
juicio del espíritu de Dios, ni permanecer en su juicio. Esto ha sido
manifestado desde el comienzo, teniendo ellos las medidas falsas y los pesos
falsos, porque nadie tiene la medida verdadera y el peso verdadero, sino
aquellos que se mantienen en la luz, el poder, y el espíritu de Cristo. Hay un
espíritu suelto que clama libertad, y en contra de las prescripciones, sin
embargo está prescribiendo caminos, tanto por palabras como por escrito. El
mismo espíritu clama en contra de los juicios, y no quiere ser juzgado, sino
que está juzgando con el espíritu incorrecto. Esto es presentado como
reprensión a ese espíritu.

Jorge Fox
Londres, el día 9 del cuarto mes, del año 1678

Cuando había terminado el servicio que tenía para el Señor allí en esos momentos, fui hacia
Hertford, visitando Amigos, y teniendo varias reuniones en el camino. En Hertford me quedé
varios días ya que había mucho servicio para el Señor allí, tanto entre los Amigos en sus
reuniones como en conferencias con los que estaban en oposición al orden de la verdad,
habiéndose dejado llevar por conjeturas impías y celos con respecto a los Amigos. También
respondí a algunos libros escritos en contra de la verdad y de los Amigos. Mientras estaba allí,
me vino la inspiración de escribir unas pocas líneas, y enviarlas al exterior entre los Amigos,
como sigue a continuación:

Estimados Amigos,

Que la santa semilla de la vida reine sobre la muerte y la semilla impía en


todos ustedes; para que en la semilla santa del reino todos ustedes puedan
sentir la paz santa y eterna con Dios, por medio de Cristo Jesús su Salvador,
y sentarse con él, quien es la vida y reposo glorioso de ustedes, la santa roca y
fundamento, que permanece seguro sobre todo desde siempre y para
siempre, en quien está toda la plenitud de la bendición; para que ustedes
puedan gloriarse en él, quien vive para siempre, ¡Amén! Quien es su eterno
gozo, vida, y felicidad, por medio de quien ustedes tienen paz con Dios. Esta
santa semilla hiere la cabeza de la serpiente, y sobrevivirá toda su ira,
malicia, y envidia; quien existía antes que ella y antes que lo otro, y
permanece cuando eso y ella se hayan ido hacia el fuego que quema con
azufre. La semilla de Cristo reinará, y así ustedes vivirán, y así ustedes viven
y caminan en él, se sientan en Cristo, y se edifican unos a otros en el amor de
Dios.

Jorge Fox

Hertford, el día 10 del quinto mes, del año 1678

Al día siguiente se me vino la inspiración de una operación nueva, con respecto a aquellos
espíritus rebeldes y desordenados que habían salido de nosotros, y estaban obrando para
llevarse a otros tras ellos hacia la libertad falsa. Sintiendo el dolor y el daño que estos espíritus
engañadores podrían hacer si la gente los seguía, fui inspirado a escribir unas pequeñas líneas
para advertirle a los Amigos acerca de ellos, como sigue a continuación:

Amigos todos,

Manténganse en la tierna vida del Cordero sobre aquello que es rebelde, que
se ha hinchado e inflado, cuya obra es para las luchas, la contienda y la
división, acercándose a la soltura y la libertad falsa, bajo la pretensión de una
conciencia, y pone en peligro de ruina a los jóvenes en Cristo. Aquellos que
los animan a eso serán culpables de su destrucción, y de establecer una
mentalidad fija, en vez de una conciencia, en su ira y pasión; lo cual apagará
el espíritu universal en ellos mismos y en cada hombre y mujer; y así ese
espíritu no tendrá verdadera libertad en ellos, ni en otros; así ellos cierran el
reino de los cielos para sí mismos, y también para otros. Por lo tanto un
espíritu suelto se levanta bajo la pretensión de libertad de conciencia, o una
voluntad obstinada; hace profesión de las palabras de verdad en una forma
sin poder; esta pretensión disfrazará y cubrirá toda indiferencia y maldad, lo
cual es para juicio eterno; por que esto deshonra a Dios. Por lo tanto
mantengan el espíritu tierno de Dios en toda humildad, para que en él
ustedes puedan saber que todos son miembros los unos de los otros, y cada
uno tiene un oficio en la iglesia de Cristo. Todos estos miembros vivientes se
conocen los unos a los otros en el espíritu, y no en la carne. Por lo tanto aquí
ningún hombre domina a la mujer, como Adán dominó a Eva en la caída;
sino Cristo, el hombre espiritual, tiene dominio entre sus miembros
espirituales y por encima de ellos, los cuales son edificados con amor
celestial que Dios derrama en sus corazones, donde cesa toda contienda.

Jorge Fox

Hertford, el día 11 del quinto mes, del año 1678

Me fui de Hertford a una reunión en Rabley Heath, y de allí a la casa de Eduardo Crouch de
Stevenage. Al siguiente día fui a Baldock, donde tuve una reunión esa noche, y después tuve
reuniones en Hitchin y Ashwell. Después, pasando por partes de Bedfordshire, donde tuve una
reunión o dos, fui a Huntingdon, y en esa región me quedé por varios días, teniendo muchas
reuniones, y mucho servicio entre los Amigos; obrando para convencer a los opositores, y para
confirmar y fortalecer a los Amigos en el camino y la obra del Señor. En Ives de
Huntingdonshire, Jorge Whitehead se unió conmigo y viajamos haciendo la obra del Señor por
cinco o seis días en esa región y algunas partes de Northamptonshire. Dejándome en Great
Bowden de Leicestershire, él se fue hacia Westmoreland. Yo me quedé en Leicestershire,
visitando Amigos en Saddington, Wigston, Knighton, Leicester, Sileby, Swannington, y varios
otros lugares. En esos lugares tuve reuniones muy preciosas y buen servicio entre los Amigos y
otros: porque hubo una gran apertura, y el Señor me dio muchas verdades importantes y
excelentes para entregarles a ellos.

En Leiceste, fui a la cárcel a visitar a los Amigos que estaban encarcelados por el testimonio de
Jesús, con quienes pasé un tiempo, animándolos en el Señor a perseverar firme y fielmente en
su testimonio, y no cansarse de sufrir por su causa. Y cuando me había apartado de los Amigos,
hablé con el carcelero, deseando que él fuera amable con ellos, y les dejara tener la libertad que
pudiera darles, incluyendo visitar a sus familias de vez en cuando.

Tuve una reunión o dos en Warwickshire, y después fui a Staffordshire, donde tuve varias
reuniones muy dulces y abiertas, tanto por reunir hacia la verdad como por establecerla.
Mientras estaba en Staffordshire, fui inspirado a escribir el siguiente documento:

Estimados Amigos de las reuniones trimestrales y mensuales en todas


partes,

Mi deseo es que todos ustedes puedan esforzarse para ser de una mente en el
poder y la verdad del Señor, la cual es pacífica (en la cual no pueden entrar
las luchas ni la enemistad) y también en la sabiduría de Dios, la cual es pura,
pacífica, y condescendiente (la cual está por encima de lo que es de abajo, lo
que es terrenal, diabólico, y sensual). Y para que en esta sabiduría celestial
que es pacífica, y condescendiente, todos ustedes pueden ser ordenados, y
que hagan lo que hacen para la gloria de Dios. Y estimados Amigos, si
sucediera en cualquier momento alguna cosa que llevara hacia las luchas,
disputas, o contiendas en sus reuniones mensuales o trimestrales, que sea
referido a una media docena de personas, o un número similar, para debatir
y finalizar sus reuniones, como lo fue al principio, que todas sus reuniones
mensuales y trimestrales puedan llevarse a cabo pacíficamente. Y entonces
ellos puedan informarle a la reunión lo que han hecho; para que los débiles y
jóvenes entre ustedes no puedan ser heridos al oír las luchas o contiendas en
sus reuniones, donde no debería haber luchas ni contiendas; sino que todos
prosigan, y determinen las cosas en una sola mente, en el poder de Dios, el
orden del evangelio; y en este evangelio de paz ustedes preservarán la paz de
todas sus reuniones. Si algún hombre o mujer tiene algo en contra de
alguien, que hablen los unos con los otros, y lo arreglen entre ellos; si no
pueden arreglarlo, que llevan a dos o tres para que lo arreglen. En caso que
ellos no puedan resolverlo, que sea llevado ante la iglesia; y que una media
docena, o un número apropiado de personas de sus reuniones mensuales o
trimestrales puedan oírlo, y finalmente solucionarlo, sin hacer diferencia de
personas. Que todo prejuicio sea puesto a un lado y enterrado; también toda
brusquedad de los unos hacia los otros; y que el amor, que no está hinchado,
no envidia, no busca su propia ganancia, sino que soporta todo, tenga el
dominio en todas sus reuniones; porque eso edifica el cuerpo del cual Cristo
es la cabeza, y esto gobernará sobre todo bronce y cimbales tintineantes. Este
amor será paciente, y amable; controlará lo que se jactaría de sí mismo, se
hincharía, se comportaría de manera indecorosa, o que sería fácilmente
provocado; tendrá dominio sobre todos esos frutos que no son del espíritu, el
fruto de lo cual es amor. Y para que con este espíritu santo todos ustedes
puedan ser bautizados en un cuerpo, y puedan beber en un espíritu; en el
cual ustedes tendrán unidad, en la cual está el vínculo del Rey de reyes y
Señor de señores, su paz. Aquellos que moran en amor, moran en Dios,
porque Dios es amor; por lo tanto, que cada uno guarde su habitación.

Mi amor para ustedes en Cristo Jesús, la semilla eterna, la cual está sobre
todos,

Jorge Fox
Staffordshire, el día 20 del sexto mes, del año 1678

Saliendo de Staffordshire fui a visitar a Juan Gratton a Moniash en Derbyshire, con quien me
quedé una noche, y fui al día siguiente a la casa de William Shaw, en el cerro de Yorkshire,
donde organicé una reunión para el siguiente primer día de la semana. Muchos Amigos
vinieron de Derbyshire, y de varias reuniones en Yorkshire, y fue una reunión preciosa y
cómoda; donde se explicó el estado bendito en el que estaba el hombre antes de caer; los
medios por los cuales cayó, la condición miserable hacia la cual cayó, y la manera correcta de
salir de ella hacia un estado feliz otra vez por medio de Cristo, la semilla prometida.

Pasé alrededor de dos semanas en Yorkshire, y tuve muchas reuniones maravillosas en esa
región. Después, al visitar la casa de Roberto Widdel de Kellet en Lancashire, pasé a Arnside en
Westmoreland, donde tuve una preciosa reunión viviente en el poder del bendito Señor, para la
gran satisfacción y consuelo de los Amigos, quienes vinieron de varias partes. Al día siguiente
fui a Swarthmore; y siendo que era el día de la reunión allí, tuve una oportunidad muy dulce
con los Amigos; nuestros corazones fueron abiertos en el amor de Dios, y su bendita vida fluyó
entre nosotros.

No había estado por mucho tiempo en Swarthmore cuando me vino una preocupación de
visitar las iglesias de Cristo, por medio de una epístola, como sigue a continuación:
Estimados Amigos,

Para ustedes es mi amor en la semilla celestial, en quien todas las naciones


son bendecidas. Oh, guarden todo en esta semilla, en la cual ustedes son
bendecidos, y en la cual Abraham y todos los fieles son bendecidos, sin las
obras de la ley: porque la promesa era y es para la semilla, y con la semilla, y
no con la ley del primer pacto. En esta semilla todas las naciones y ustedes
son bendecidos, la cual hiere la cabeza que rompió la maldición, y separó al
hombre de Dios. Esta es la semilla que nos reconcilia con Dios; y esta es la
semilla en la cual ustedes son bendecidos tanto material como
espiritualmente; por medio de la cual ustedes tienen una herencia entre los
santificados, quienes no pueden ser contaminados, ni puede ninguna
persona contaminada entrar en su posesión; porque todas las
contaminaciones están fuera de esta semilla. Esto es lo que leuda hasta llegar
a ser una nueva masa, y hiere la cabeza de la semilla impía que leuda la vieja
masa, sobre quien se pone el sol de justicia, pero nunca se pone sobre
aquellos que caminan en la semilla en la cual todas las naciones son
bendecidas; y por medio de esta semilla ellos son llevados a Dios, quien
derriba la semilla que los separó de Dios, de manera que llega a ser nada
entre ellos y Dios. Ahora todos mis queridos Amigos, mi deseo es que todos
ustedes puedan llegar a ser valientes en esta semilla celestial para Dios y su
verdad sobre la tierra, y la esparzan en el exterior, respondiendo a lo de Dios
que está en todos; para que con esto las mentes de las personas puedan ir
hacia el Señor, para que él pueda llegar a ser conocido, servido y adorado, y
para que todos ustedes puedan ser como la sal de la tierra, y puedan hacer
que lo desagradable sea agradable. Y en el nombre de Jesús mantengan sus
reuniones, los que se reúnen en ellas, en cuyo nombre ustedes tienen
salvación; y él está en medio de ustedes, cuyo nombre está por encima de
todo nombre bajo los cielos. Por lo tanto ustedes tienen un profeta, obispo,
pastor, sacerdotes, y consejero (por encima de todos los consejeros,
sacerdotes, obispos, profetas, y pastores bajo todo el cielo), para ejercer sus
oficios entre ustedes, en sus reuniones, reunidos en su nombre. Porque la
reunión de Cristo está por encima de todas las reuniones y asambleas bajo
todo el cielo; y su cuerpo, su iglesia, y la cabeza de ella, está sobre todos los
cuerpos, iglesias y cabezas bajo todo el cielo. Y la fe cuyo autor es Cristo, y la
adoración que él ha establecido, y su comunión en el evangelio, está sobre
todas las creencias históricas, y las creencias que los hombres han creado,
junto con sus adoraciones y comuniones bajo todo el cielo. Y ahora,
estimados amigos, mantengan sus reuniones de hombres y de mujeres en el
poder de Dios, el evangelio, la autoridad de ellos, que trae la vida y la
inmortalidad a la luz en ustedes; y este evangelio, el poder de Dios, los
guardará en la vida y la inmortalidad (que los ha llevado a la luz en ustedes),
para que ustedes puedan ver sobre aquel que ha oscurecido y los ha alejado
del conocimiento de las cosas de Dios; porque es él y sus instrumentos (que
los ha oscurecido para alejarlos de la vida y la inmortalidad), lo que quiere
derribar sus reuniones de hombres y mujeres (las cuales fueron establecidas
en el poder de Dios, el evangelio), y quiere oscurecerlos otra vez para
alejarlos de esta vida y esta inmortalidad que el evangelio ha sacado a la luz,
y los guardará allí, a medida que su fe permanezca en este poder de Dios, el
evangelio, en el cual todos ven sus obras y su servicio para Dios. Todo
heredero en el poder de Dios, el evangelio, tiene derecho a esta autoridad,
que no es del hombre ni por el hombre; y este evangelio, el poder de Dios, es
eterno, un orden eterno, una comunión eterna; y en el evangelio hay gozo
eterno, consuelo, y paz, que durará más que todos esos gozos, consuelos, y
paz que tienen un fin ,y también el espíritu que se opone al orden de Dios y
su comunión gloriosa y la paz y consuelo en ella. Y, mis estimados amigos,
mi deseo es que ustedes puedan mantenerse en la unidad del espíritu, que
los bautiza a todos en un cuerpo, del cual Cristo es la cabeza celestial y
espiritual. Para que ustedes puedan ver y dar testimonio de nuestra cabeza
celestial y espiritual, y así beber en el único espíritu, lo cual toda la gente de
la tierra seguramente no va a hacer, mientras ellos afligen, apagan y se
rebelan en contra de él, ni son bautizados en un cuerpo; y para mantener la
unidad del espíritu, que es el vínculo de paz, sí la paz del Rey de reyes, y
Señor de señores; y guardar esto es el deber de todos los cristianos
verdaderos, quienes están unidos internamente a Cristo.

Jorge Fox

Mi amor para todos ustedes en la semilla eterna,

Swarthmore, el día 26 del séptimo mes, del año 1678

Alrededor de este tiempo habían varios Amigos en la cárcel por dar testimonio de la verdad; a
quienes fui inspirado a escribir unas pocas líneas para consolarlos, fortalecerlos, y animarlos;
teniendo un verdadero sentido de sus sufrimientos en mi espíritu, y una simpatía por ellos en el
interior. Lo que escribí fue lo siguiente:

Mis estimados Amigos,

Quienes sufren por causa del Señor, y por el testimonio de su verdad, el


Señor Dios Todopoderoso con su poder los defienda y los sostenga en todas
sus pruebas y sufrimientos, y les de la paciencia y el contentamiento en su
voluntad para que ustedes puedan permanecer valientes por Cristo y su
verdad sobre la tierra, sobre el espíritu perseguidor y destructor, que hace
sufrir en Cristo (quien hiere la cabeza), en quien ustedes tienen tanto
elección como salvación. Por causa de sus escogidos el Señor ha hecho
mucho desde la fundación del mundo, como se puede ver a través de las
escrituras de la verdad. Aquellos que los tocan, tocan la niña de los ojos de
Dios, ya que ellos son tan especiales para él; y por lo tanto es bueno para sus
hijos sufrientes confiar en el Señor, y esperarle; porque ellos serán como el
monte Sión, que no puede ser quitado de Cristo, su roca y salvación, el
fundamento de todos los escogidos de Dios, de los profetas y apóstoles, y del
pueblo de Dios ahora y hasta el fin; ¡gloria sea al Señor y el Cordero sobre
todo! Háganles recordar a todos los Amigos de mi amor, y no piensen que el
tiempo es largo; porque todo el tiempo está en las manos del Padre, su
poder. Por lo tanto mantengan la palabra de paciencia, y ejerciten ese don. El
Señor los fortalezca en sus sufrimientos, en su espíritu santo de fe. Amén.

Jorge Fox
Swarthmore, el día 5 del mes 12, del año 1678

Parte 2 de 4
<1> <2> <3> <4>

El Diario de Jorge Fox - 1677 - 1685 - Inglaterra, Europa y de


regreso

Viví en el norte por más de un año, habiendo servido al Señor entre los Amigos de allí, y
estando tan ocupado con escribir en respuesta a los libros publicados por los adversarios; y por
abrir los principios y doctrinas de la verdad al mundo, para que ellos puedan llegar a tener un
entendimiento correcto de ellos, y para ser unidos a la verdad. También escribí varias epístolas
a los Amigos durante este tiempo. Una fue para la Reunión Anual llevada a cabo en Londres
este año, 1679; cuya copia sigue a continuación:

Mis estimados Amigos y Hermanos,


Quienes están reunidos juntos en el nombre y el poder del Señor Jesucristo,
gracia, misericordia, y paz de Dios el Padre, y del Señor Jesucristo, llene
todos sus corazones, y los establezca en su gracia, misericordia, y paz sobre
Cristo, la roca viviente y el fundamento, quien es el primero y el último, y
sobre todos los fundamentos y rocas en el mundo entero; una roca y
fundamento de la vida para que todos los vivientes edifiquen en ella, que
permanece segura en su luz celestial divina, que es la vida en él; por quien
todas las cosas fueron hechas, quien es la piedra preciosa establecida en Sión
(y no en el mundo), que todos los edificadores sabios rechazaron, quienes
aparentaron edificar a la gente hacia el cielo con las palabras de los profetas,
y la ley del monte Sinaí, pero fuera de la vida de ambos: por lo tanto esos
edificadores no pudieron recibir la ley de la vida de Cristo, la piedra preciosa
establecida en Sión, no la palabra de la Jerusalén celestial. Pero ustedes, mis
estimados amigos, que han recibido esta ley de la Sión celestial, y la palabra
de la Jerusalén celestial, en el nuevo pacto, donde se disfruta la vida y la
sustancia, ustedes ven el final y la abolición de la ley y las ceremonias de los
judíos, sacadas fuera del monte Sinaí. Y por lo tanto mi deseo es que todos
ustedes puedan mantenerse en la ley de la vida y el amor, que ustedes tienen
en Cristo Jesús, y por este amor es edificado el cuerpo, y es tejido y unido
junto a Cristo Jesús, la cabeza. Y este amor soporta todas las cosas, cumple la
ley, guardará a todos en humildad, y en ella para ser de una mente, corazón y
alma. Para que todos puedan llegar a beber en ese espíritu, que los bautiza y
los circuncida, sumergiendo y cortando el cuerpo de los pecados de la
carne, que se ha levantado en el hombre y la mujer por su transgresión de los
mandamientos de Dios. Para que en ese santo espíritu puro todos puedan
servir y adorar al Dios puro en espíritu y en verdad, el cual está sobre todas
las adoraciones que están fuera del espíritu de Dios y de su verdad. En este
espíritu todos ustedes tendrán una unidad espiritual y comunión sobre todas
las comuniones de los espíritus impuros, que están fuera de la verdad en el
mundo. Por este Espíritu Santo todos sus corazones, mentes, y almas pueden
estar tejidas junto con Cristo, de donde proviene; y por la gracia y la verdad,
y no bajo la ley, como los judíos externos estaban en el viejo pacto. Por esta
gracia y verdad en el nuevo pacto, todos pueden ser hechos hombres y
mujeres libres de Dios, para servir a Dios en la nueva vida, el camino nuevo y
viviente: mostrando los frutos del nuevo corazón y el nuevo espíritu, en el
nuevo pacto, sobre la muerte y la oscuridad. ¡Gloria a Dios para siempre! En
esta gracia y verdad está la verdad celestial, misericordiosa y verdadera para
cada mente espiritual, que lo hace libre de aquel que está fuera de la verdad,
donde estaba su cautiverio. También su libertad en la fe santa, divina y
preciosa, que le da la victoria sobre aquello que una vez lo separó de Dios y
de Cristo por cuya fe usted tiene acceso a Dios otra vez por medio de
Jesucristo. Por lo tanto en esta fe divina y santa, usted tiene libertad divina,
santa y preciosa, sí, y victoria sobre aquel que lo separó de Dios; y esta fe es
mantenida en una conciencia pura. De modo que la libertad en el espíritu de
Dios está en aquello que bautiza y sumerge el pecado y la iniquidad, y quita
el pecado de muerte y los pecados de la carne, que se obtienen al transgreder
el mandamiento de Dios. Y también la libertad del evangelio, que es enviado
del cielo por el espíritu santo, que es el poder de Dios, que fue y es otra vez
predicado a todas las naciones; en este evangelio que es la verdadera
libertad, y la comunión y orden del evangelio. Para que el espíritu maligno o
la conciencia, o la fe falsa muerta, lo que es descortés, fuera de la verdad, y
no en el espíritu de Dios, ni en su evangelio, ni en la fe divina, su libertad
está en la oscuridad; porque toda verdadera libertad está en el evangelio,
y en la verdad que los hace libres; en la fe, en la gracia, y en Cristo Jesús, que
destruye al diablo y sus obras, que ha llevado a toda la humanidad hacia el
cautiverio. De modo que en este espíritu, verdad y fe celestial y apacible, que
obra por amor, y el evangelio de paz, y en Cristo Jesús está la paz de todos
los santos y la libertad pura, verdadera y santa; en la cual ellos tienen sal,
sentido, sentimiento, discernimiento, y sabor, sí y unidad y comunión los
unos con los otros, y con el Hijo y el Padre, esa comunión celestial y eterna.
De modo que estando todos sujetos a la gracia y la verdad, y a la fe y el
evangelio (el poder de Dios), y a su buen espíritu, en esto ellos distinguen
toda la libertad verdadera, pura y santa de lo que es falso. Esto llevará a
todos a sentarse en humildad; porque la paciencia nos hace correr la carrera,
y el Cordero debe tener la victoria; y no los que hablan de manera ruda,
rebelde y vana, los que no están bautizado, ni circuncidados, ni santificados.
Los tales no andan en el camino de la regeneración, sino en el camino de la
no regeneración; ni tampoco ellos descienden a la muerte con Cristo en el
bautismo. Los tales no reinarán con él en su resurrección, sino que
son sepultados con él en su bautismo. Por lo tanto, todos deben
descender hacia la muerte de Cristo, y ser crucificados con él, si
quieren levantarse y seguirle en la regeneración antes que lleguen
a reinar con él. Y, amigos, muchos pueden tener preciosas revelaciones;
pero deseo que todo se comprendida en aquello que se les revela, y que todos
ellos puedan mantenerse en la cruz diaria; entonces ellos se mantienen en el
poder que mata y crucifica aquello que quisiera llevarlos entre las bestias y
los machos cabríos, para leudarlos con su espíritu rudo y rebelde; para que,
por medio de la cruz, que es el poder de Dios, eso pueda ser crucificado, y
ellos, en el poder, puedan seguir al Cordero. Porque el poder de Dios guarda
a todos en orden, sujeción, y humildad, en aquello es hermoso, virtuoso,
decente, atractivo, temperante, y moderado; de manera que su moderación
llega a aparecer en todos los hombres. Mi deseo es que todas sus luces
puedan brillar como en una ciudad sobre un monte, que no se puede
esconder; y que ustedes puedan ser la sal de la tierra, para salarla, sazonarla,
y hacerla agradable para Dios, y que todos ustedes puedan estar sazonados
con ella. Entonces todos sus sacrificios serán un olor dulce para el Señor, y
ustedes serán como los lirios y las rosas, y el jardín de Dios, que da olor
agradable para él: cuyo jardín es guardado por su poder, el cerco que
encierra todo lo rebelde y desagradable, los destructores y dañadores de las
vides, los capullos, y las plantas, y las briznas delicadas de Dios, que brotan
de su semilla de vida, quien la riega con su agua celestial y su palabra de vida
en todo momento, para que ellos puedan crecer y ser fructíferos; para que él
pueda tener un jardín agradable y fructífero. Así todos son guardados frescos
y verdes, siendo regados cada momento con el agua santa y eterna de vida
del Señor, que es la fuente. Mis estimados amigos, mi deseo es que
esta semilla celestial, que hiere la cabeza de la serpiente tanto por dentro
como por fuera, pueda ser su corona y vida, y ustedes en él puedan ser la
corona y el gozo los unos de los otros, para alabar al Señor Dios sobre todo,
bendito sea por siempre. Esta semilla santa perdurará más y desgastará todo
lo que la mala semilla desde la caída ha producido y establecido. Así como
cada uno ha recibido a Cristo Jesús el Señor, así caminen en él en la
humildad que él enseña; y rechacen las ocasiones para conflictos,
argumentos vanos, y disputas con hombres de mentes corruptas, quienes
están destituidos de la verdad; porque la verdad es pacífica, el evangelio es
una habitación pacífica en el poder de Dios; su sabiduría es pacífica y suave,
y su reino permanece en la paz. Oh, ¡su gloria brilla sobre todas sus obras!
En Cristo Jesús ustedes tendrán paz, que no es del mundo; sí, una paz que el
mundo no puede quitar; porque la paz que ustedes tienen de él estaba antes
de la fundación del mundo, y estará cuando todo se haya acabado. Esto
mantiene a todos en lo que es importante y sustancial, sobre la paja. ¡Gloria
al Señor Dios sobre todo, por siempre y para siempre! Amén.

Y ahora, mis estimados amigos, el Señor requiere más de ustedes que de


otras personas, porque él se ha comprometido más con ustedes. Él requiere
los frutos de su espíritu, de la luz, del evangelio, de su gracia, y de la verdad;
porque por sus frutos él es glorificado, (como dijo Cristo), en que
ustedes producen mucho fruto, frutos de justicia, santidad, piedad, virtud,
verdad, y pureza; para que ustedes puedan responder a aquello que es de
Dios en toda la gente. Sean valiente por su evangelio eterno y glorioso en el
Espíritu Santo de Dios y su verdad, manteniéndose en la unidad, y en el
Espíritu Santo, la luz y la vida, que está sobre la muerte y la oscuridad, y que
existía antes que la muerte y la oscuridad. En este espíritu tenemos un
vínculo de paz, que no puede ser quebrantado a menos que ustedes se alejen
del espíritu, y entonces perderán esta unidad y vínculo de paz, que ustedes
tienen del Príncipe de paz.

El mundo también espera más de los Amigos que de otras personas, porque
ustedes profesan más. Por lo tanto, ustedes deberían ser más justos que
otros en sus palabras y negocios, más rectos, santos y puros en sus vidas y
conversaciones, para que sus vidas y conversaciones puedan predicar.
Porque las lenguas del mundo y sus bocas han predicado por suficiente
tiempo; pero sus vidas y conversaciones niegan lo que sus lenguas han
profesado y declarado.

Y, estimados amigos, esfuércense para destacarse los unos con los otros en
virtud para que ustedes puedan crecer en amor, ese camino excelente que
une a todos con Cristo y con Dios. Levántense por la gloria de Dios, y piensen
en aquello que incumbe al honor del Señor, para que de ninguna manera su
poder pueda ser abusado, ni su nombre maligno sea pronunciado por
ninguno de los impíos habladores o caminantes; sino para que en todas las
cosas Dios pueda ser honrado, y ustedes puedan glorificarlo en sus cuerpos,
almas, y espíritus, el corto tiempo que ustedes tienen para vivir. Mi amor
para todos ustedes en la semilla santa que reina sobre todo, y es el primero y
el último, en quien todos ustedes tienen vida y salvación, y su elección y su
paz con Dios, por medio de Jesucristo, que destruye al que ha estado entre
ustedes y Dios; para que nada pueda estar entre ustedes y el Señor, sino
Cristo Jesús, Amén.

Mi vida y amor es para todos ustedes, y entre todos ustedes. El Señor Dios
Todopoderoso por su gran poder, por lo cual él ha guardado a su pueblo
hasta esta día, los guarde y los mantenga a todos en su poder, y santa verdad
pacífica, en unidad y comunión los unos con los otros, y con el Hijo y el
Padre. Amén.

Jorge Fox
El día 14 del tercer mes, del año 1679

Escribí varias otras epístolas y documentos a los Amigos durante mi estadía en el norte; una
era para ‘Para animar a lo Amigos para que sean audaces y valientes por la verdad, de la cual el
Señor los ha llamado a testificar. Eran como sigue:
Estimados Amigos, Sean todos valientes por la verdad del Señor sobre la
tierra, de la cual la serpiente, Satanás, y el diablo están fuera; y en la verdad
manténganlo alejado, en la cual todos ustedes tienen paz, vida, y unidad con
Dios y su Hijo, y los unos con los otros. Dejen que el amor de Dios llene
todos sus corazones, para que en él ustedes puedan construir y edificarse los
unos a los otros en la luz, la vida, el espíritu santo, y el poder de Dios, el
evangelio glorioso y confortable de Cristo, el hombre celestial, su Señor y
Salvador, quien llena todas sus vasijas con su vino celestial y su agua de vida,
vístanse con su ropa celestial, su lino fino que nunca se envejece; y ármense
con su armadura celestial, para que ustedes puedan permanecer como
testigos fieles para Dios y su Hijo, quien ha venido y les ha dado
entendimiento para que lo conozcan, y ustedes están en él. Por lo tanto
caminen en él, en quien todos ustedes tienen vida y salvación, y paz con
Dios. Mi amor para ustedes en el Señor Jesucristo, en quien he trabajado, y
que Dios Todopoderoso, en su poder eterno y su sabiduría, los guarde para
su gloria. Amén.

Jorge Fox
Swarthmore, el día 29 del décimo mes, del año 1679

El próximo día sentí que algunos que habían recibido la verdad, tuvieron revelaciones acerca de
la verdad, pero después se habían alejado de la verdad; esto sucedió porque ellos no habían
permanecido mansos y humildes. Fui inspirado a escribir la siguiente epístola, como una
'advertencia y exhortación a todos para que moren en la humildad.

Mis queridos amigos,

A quienes el Señor en su misericordia ha visitado con el manantial de lo alto,


y les ha inspirado a confesar e inclinarse ante su nombre; manténganse
humildes en sus mentes, y aprendan de Cristo quien les enseña en humildad,
y manténganse en eso; de modo que en ninguna manera ustedes que son
más jóvenes lleguen a ser exaltados, engreídos, o presuntuosos por sus
revelaciones, y por medio de eso, pierdan su condición siendo llevados hacia
la presunción y después a la desesperación, y así abusen del poder de Dios.
Porque era la preocupación de los apóstoles, que ninguno debía abusar del
poder del Señor Dios; pero en todas las cosas su fe debía permanecer dentro
del poder, para que ellos pudieran se comprendidos hacia la verdad que ellos
le hablaron a otros, para que no fueran predicadores a otros y ellos mismos
fueran eliminados. Por lo tanto les concierne a ustedes ser comprendidos en
aquello que ustedes le predican a otros, y manténganse humildes en eso;
entonces el Dios de verdad exaltará a los humildes en su verdad, luz, gracia,
poder, y espíritu, y en su sabiduría hacia su gloria. Así todos son guardados
en sus medidas de gracia, luz, fe y el espíritu de Cristo, quien es el hombre
celestial y espiritual. Por lo tanto no dejen que nadie apague el espíritu, ni
sus movimientos, ni lo aflijan, ni se alejen de él; sino sean guiados por él, que
mantiene a todos en sus tiendas; y este espíritu de Dios les da un
entendimiento, cómo servir, adorar, y agradar al Dios puro y santo, su
hacedor y Creador en Cristo Jesús, y cómo esperar, hablar, y responder al
espíritu de Dios en su pueblo: en ese espíritu santo que es la unidad y
comunión santa. El espíritu santo le enseña a la mente santa, amable,
mansa, y quieta a responder a la semilla que Cristo ha plantado sobre todos
los terrenos; y a responderle a la luz, la gracia, y el espíritu, y el evangelio en
cada criatura, aunque ellos se han alejado del espíritu, la gracia, la luz y el
evangelio en el corazón. Para que por la caminata santa todos puedan llegar
a hacerlo, como también por medio de la predicación santa, que Dios en
todas las cosas pueda ser glorificado en todas las cosas por ustedes, y que
ustedes puedan producir frutos para su adoración. Amén.

Jorge Fox
Swarthmore, el día 30 del décimo mes, del año 1679

Hacia finales de este año, fui inspirado por el Señor a viajar hacia el sur otra vez. Comencé mi
camino al inicio del primer mes del año 1679, y al pasar por Westmoreland y Lancashire, visité
a Amigos en varias reuniones, y entré en Yorkshire. Tuve varias reuniones grandes e
importantes en Yorkshire, antes de ir a la ciudad de York. Cuando llegué allí, era el tiempo de
los tribunales, y puesto que había muchos amigos en la cárcel por causa de la verdad, les di la
libertad de documentar los sufrimientos de los Amigos en la cárcel, para que fuera presentado
ante los jueces, y yo les ayudé en esta tarea. La reunión trimestral de Amigos también era
durante ese tiempo, así que tuve una oportunidad magnífica entre ellos. El Señor reveló
muchas cosas importantes y serviciales a través de mí a la reunión, relativas al estado el
interior del hombre, cómo el hombre por la fe en Cristo llega a ser injertado en él, y
transformado en un miembro de su cuerpo espiritual, y también el estado externo de la iglesia,
cómo cada miembro debe vivir y actuar según su lugar en el cuerpo. Pasé varios días en York,
después de haber celebrado varias reuniones, y todo fue pacífico y bueno. Fui también al
castillo para visitar a los presos, con los que he pasado algún tiempo, alentando y reforzándolos
en su testimonio.

Entonces, dejando York, viajé hacia el sur, teniendo reuniones entre Amigos, hasta que llegué a
Burton en Lincolnshire, donde el primer día tuve una reunión grande y maravillosa. Luego,
yendo hacia Nottinghamshire, viajé a través de una buena parte de ese condado, en la que tuve
varias reuniones muy buenas, y luego pasé a Derbyshire, Leicestershire, y Warwickshire,
tendiendo reuniones en el camino, hasta que llegué a Warwick donde William Dewsbury y
otros Amigos se unieron a mí, y tuvimos una pequeña reunión en la ciudad. Al pasar a través de
Southam y Radway, tuvimos una reunión muy buena en cada uno de estos lugares, después de
lo cual fui a la casa de Nathaniel Ball, del norte de Newton, en Oxfordshire, y después hacia
Banbury para una reunión mensual. Después de haber visitado Amigos en sus reuniones en las
regiones fronterizas de Oxfordshire, Gloucestershire, y Northamptonshire, pasé a la casa de
Richard Baker, de Biddlesden, en Buckinghamshire, y al día siguiente, siendo el primer día,
tuve una reunión muy importante en Biddlesden, en una abadía antigua, la que un Amigo
rentaba y vivía en ella. Muchos amigos y personas vinieron a esta reunión de Oxfordshire,
Northamptonshire, y las partes adyacentes, y fue de buen servicio. Después de esto, visité
Amigos en esas partes, con reuniones en Lillingstone, Lovel, y Bugbrook. Entonces, al pasar
Stony Stratford, fui a algunas partes de Bedfordshire, hasta que llegué a la casa de Eduardo
Chester en Dunstable. Al pasar por el mercado de la calle, tuve una reunión en Albans, e
invitando a los Amigos en Mims y Barnet, llegué a la casa de viuda Haly, en Guttershedge, en
Hendon, Middlesex, en una noche del séptimo día, y tuve una reunión muy grande y buena allí
al día siguiente.

Pasé de allí a Londres, el tercer día siguiente, y me dirigí directamente a la reunión Peel en la
casa de John Elson, ya la mañana siguiente a la reunión en la calle Gracechurch, que estuvo
muy grande y tranquila, y los Amigos se regocijaron en el Señor al verme. La Reunión Anual
fue la siguiente semana, a la que fueron muchos Amigos de la mayor parte de la nación, y el
Señor nos dio una oportunidad bendita el Señor de estar juntos, en la que el antiguo amor se
sintió con dulzura, y la vida celestial fluía abundantemente sobre todos. Después de la Reunión
Anual, seguí un mes o cinco semanas en Londres y sus alrededores, trabajando en la obra del
Señor dentro y fuera de las reuniones, porque además de los testimonios públicos, que el Señor
me dio para dar tanto a los amigos como al mundo en las reuniones, me fue puesto un gran
servicio sobre mí con respecto a los sufrimientos de los Amigos, buscando conseguir alivio y
libertad para ellos en esta y otras naciones. Pasé mucho dolor y tiempo mientras estaba en
Londres, al escribir cartas a sus amigos en diversas partes de Inglaterra y en Escocia, Holanda,
Barbados, y en otras partes de Norteamérica.

Después de esto, fui inspirado por el Señor a visitar a los Amigos en algunas partes de Surrey y
Sussex. Me fui a Kingston por agua, y me quedé algunos días, porque mientras estaba allí, el
Señor me inspiró a escribir, tanto al gran turco como al gobernador de Argel para advertirles a
ellos y las personas bajo su cargo a que se convirtieran de su maldad, y para temer al Señor, y
hacer justicia, con temor por los juicios de Dios que vendrían sobre ellos, y los destruirían sin
remedio. Les escribí específicamente a los argelinos, con respecto a la crueldad que ejercían con
los Amigos y otras personas que tenían cautivos en Argel. Cuando terminé el servicio y visité
Amigos en sus reuniones en Kingston, me adentré más en el campo y tuve reuniones con
Amigos en Worplesdon, Guildford, Esher, Capell, Patcbgate, Worminghurst, Bletchington,
Horsham, Ifield, Ryegate, Gatton, y de vuelta en Kingston, y desde allí a Hammersmith.
Después de haber pasado unos días en el servicio de la verdad entre los Amigos de
Hammersmith, Battersea, Wandsworth, y sus alrededores, pasé por Kensington, hacia Hendon,
donde tuve una reunión muy buena en el primer día, y desde allí me fui a Londres.

Cuando tenía unos diez días en Londres, me sentí llevado de nuevo a visitar a unos Amigos en
el campo, y fui a Edmonton con Christopher Taylor, quien tenía una escuela para la educación
de los hijos de los Amigos. Tuve algunos servicios entre los niños, y luego me dirigí hacia
Hertford, visitando Amigos en el camino. En Hertford, me reuní con Juan Story y algunos otros
de su grupo, pero el testimonio de la verdad estuvo sobre ellos, y los mantuvo humildes, de
modo que la reunión estuvo tranquila. Fue el primer día, y al ser el día siguiente la reunión de
los hombres y de las de mujeres para tratar asuntos de negocios, los visité también, y fue muy
bueno porque algunos en ese lugar había despreciado la importancia de ellas. Luego fui
inspirado a abrir el servicio de dichas reuniones, así como hablar de la utilidad y el beneficio de
eso a la iglesia de Cristo, como el Señor me lo reveló en pensamientos; y fue un buen servicio
para los Amigos. Tuve una reunión también con algunos de los que se habían ido hacia la lucha
y la contención, para mostrarles cómo se equivocaron, y habiéndome quitado la carga de ellos,
se los dejé al Señor. Después de otra reunión pública en la ciudad, regresé a Londres por
Waltham Abbey, donde tuve una reunión pública el primer día siguiente, y otra con los Amigos
en la noche. Al día siguiente fui a la casa de Christopher Taylor en Edmonton, y me quedé un
día o dos, teniendo algunas cosas que escribir para el servicio de la verdad. Cuando terminé ese
servicio, me fui a Londres pasando por Shacklewell, donde los Amigos tenían una escuela de
Amigos para la educación de las jóvenes doncellas que eran hijas de Amigos.

Residí en Londres la mayor parte de este invierno, haciendo mucho servicio allí para el Señor,
tanto dentro como fuera de las reuniones. Debido a que fue una época de grandes sufrimientos
entre los Amigos, fui llevado en el espíritu, a visitar las reuniones de los Amigos con más
frecuencia, para estimular y fortalecer por medio de exhortaciones y ejemplo. El Parlamento
también se encontraba en período de sesiones, y los Amigos fueron diligentes al esperar para
exponer sus quejas ante ellos. Recibimos nuevos informes casi todos los días de los tristes
sufrimientos que los Amigos experimentaron en muchas partes de la nación. Pasé mucho
tiempo junto con otros Amigos que se dieron libremente al servicio, buscando alivio para mis
hermanos que sufren, asistiendo juntos a la cámara del parlamento por muchos días, y
buscando cualquier oportunidad de hablar con los miembros de cualquiera de esas cámaras,
quienes parecieron dispuestos a oír nuestras justas quejas. Y de hecho algunos de los miembros
de cada cámara fueron muy corteses, y se mostraron dispuestos a ayudarnos si hubieran
podido. Sin embargo, después, el Parlamento estuvo ocupado examinando el argumento
papista y elaborando formas de descubrir quienes eran simpatizantes de los papistas. Aunque
nuestros adversarios en su conciencia sabían que no éramos papistas y tenían experiencia como
para saber que no éramos conspiradores, se apoderaron de las oportunidades en contra de
nosotros (porque sabían que no podíamos jurar ni pelear), para exponernos a las sanciones que
fueron hechas en contra de los papistas. Para demostrar nuestra inocencia y cerrar las bocas de
nuestros adversarios, elaboré un corto documento para ser entregado al Parlamento, como
sigue:

Es nuestro principio y testimonio negar y renunciar a todas las


conspiraciones y conspiradores en contra del rey, o cualquiera de sus
súbditos, porque tenemos el espíritu de Cristo, por el cual nosotros tenemos
la mente de Cristo, que vino a salvar las vidas de los hombres, y no para
destruirlos. Deseamos la seguridad del rey y de todos sus súbditos. Por lo
cual declaramos, que nos esforzaremos con todo nuestro poder para salvar y
defenderlos tanto a él como a ellos, al descubrir todas las conspiraciones y
conspiradores, que lleguen a ser de nuestro conocimiento, que quisieran
destruir al rey o a sus súbditos. Esto les ofrecemos con sinceridad. Pero en
cuanto a jurar y pelear, que por la sensibilidad de nuestra conciencia no
podemos hacer, ustedes saben que hemos sufrido todos estos años por
nuestra la negativa en conciencia a hacerlo. Y ahora que el Señor nos ha
reunido, deseamos que nos alivien y nos liberen de esos sufrimientos, y que
no pondrán sobre nosotros el hacer esas cosas que por no hacer hemos
sufrido tanto y durante tanto tiempo, porque si ustedes lo hacen, harán que
nuestros sufrimientos y cadenas sean más fuertes en lugar de aliviarnos.

Jorge Fox

En este tiempo he recibido dos libros muy envidiosos escritos en contra de la verdad y de los
amigos, uno de ellos por un (así llamado) médico de Bremen, en Alemania, y el otro por un
sacerdote de Dantzig, en Polonia. Ambos estaban llenos de falsedades y calumnias
reprochables. Sentí que debía darles una respuesta, y para no ser seriamente interrumpido por
otros asuntos y otra compañía, me fui a Kingston sobre el Támesis, donde escribí una respuesta
a cada uno de ellos, y también a otros papeles escandalosos que habían sido impresos y
esparcidos para desacreditar a los Amigos.

Mientras estuve allí, escribí también el siguiente documento, para persuadir a los magistrados
a que fueran moderados con los disidentes, y que quitasen su tendencia a la persecución.
Debido a que debía tener su servicio completo, yo la dirigí como sigue:

A todos los gobernantes, magistrados y legisladores, en Inglaterra, Escocia e


Irlanda, desde el más alto al más bajo, y a todos los demás magistrados en
todo lo que se denomina cristiandad, deseando su salud, paz, tranquilidad,
vida y salvación en Cristo Jesús, el Señor de gloria, y el Cordero de Dios, que
quita los pecados del mundo, y es el Rey de reyes y Señor de señores, a quien
todo el poder en el cielo y en la tierra es dado, y quien recompensará a cada
uno conforme a sus palabras y sus obras.

Ustedes que llevan el nombre de magistrados cristianos, mi deseo es que


puedan todos ser hallados en Cristo, y no sólo tener el nombre, sino ser
hechos partícipes de su naturaleza divina, que no sólo sean decidores de la
palabra, sino hacedores de la palabra, no sólo profesantes de Cristo, y
habladores por Cristo, sino que dejen que Cristo reine en vuestros corazones
por la fe, y ser caminantes en Cristo. Porque así como gran apóstol de Cristo
dijo: "Como todos han recibido al Señor Jesucristo, así caminen en él,
porque en él hay paz". Si todos los que profesan a Cristo caminaran en
Cristo, caminarían en paz, y estarían en unidad; porque el apóstol exhorta a
los cristianos en su día para mantener la unidad del espíritu, que es el
vínculo de la paz, sí, de Cristo, la paz del Rey de reyes. Todos los cristianos
que tienen las escrituras y no están en este espíritu de Cristo, no se
encuentran en unidad los unos con los otros, y así han roto este vínculo de
paz, que debe entretejerlos y unirlos. Así como todos los que profesan la
verdad de Cristo deben vivir en ella, porque es pacífica, y el evangelio es el
evangelio de la paz; y si todos los cristianos vivieran en ella, estarían en paz
los unos con los otros, y en la comunión gloriosa de los evangelios. Y si todos
los cristianos se mantienen en el temor de Dios, que es el principio de la
sabiduría pura y celestial, pacífica, y amable, en la que es fácil ser tratado,
(por encima de la sabiduría que es terrenal, animal, diabólica, y destructiva),
no habría nada diferente ni destructivo con respecto a los asuntos de la
religión.

Yo declaro que el día poderoso del Señor ha venido y viene, y el Señor Dios
ha venido a enseñar a su pueblo Él mismo por medio de su Hijo (Hebreos
8:8-11), quien hiere la cabeza de la serpiente, el falso maestro, que alejó a
Adán y Eva de Dios, quien era su maestro. Dios le enseñará a su pueblo por
medio de su Hijo, el maestro de Adán y Eva en el paraíso, antes de caer, que
desobedecieron al Señor y le abandonaron y siguieron a la serpiente, cuya
cabeza hiere Cristo, y renueva al hombre y la mujer a la imagen de Dios, en la
que estaban Adán y Eva antes de su caída. Gloria y honra a Dios, por
Jesucristo, que nos ha llamado por su Hijo a su gloriosa imagen, para
servirle y adorarle en espíritu y en verdad; y el diablo está fuera de este
espíritu santo y esta verdad, y no puede entrar en ellos.
Yo deseo que todos los magistrados cristianos tengan cuidado de no
perseguir a nadie, aunque tengan diferencias con usted en materia de fe, de
culto y de religión. Porque Cristo dijo: "Que la cizaña y el trigo crezcan juntos
hasta la cosecha", y prohibió que se quitaran las malas hierbas. La razón era
que "sin querer pudieran dañar el trigo también", porque Cristo dijo que
debía ser el trabajo a sus ángeles el separar la cizaña del trigo. Además Cristo
dijo que debían ir al castigo eterno los que no lo visitaron en la cárcel en sus
miembros; entonces ¿qué será de ellos que le echaron en la cárcel, donde él
se manifiesta en sus miembros? ¡Oh! ¡tomen estas cosas en serio! Un día de
juicio vendrá, la venganza y la retribución le será dada a cada uno según sus
obras.

A los discípulos, que hubieran querido que descienda fuego del cielo para
consumir a aquellos que no lo recibieron, él se dio la vuelta hacia ellos, los
reprendió, y les dijo que "Ellos no sabían de qué espíritu eran; porque él no
vino a destruir la vida de los hombres, sino para salvarlos."

Por lo tanto, vamos a todos los magistrados y sacerdotes, en lo que se llama


la Cristiandad, tenga en cuenta que han destruido vida de hombres y mujeres
desde los tiempos de los apóstoles, porque no reciben las religiones, formas,
y adora, que han hecho y configurar. ¿Han sabido lo que el espíritu que han
sido de? ¿No son todos los reprendió por, y están bajo el juicio de Cristo? Por
lo tanto, vamos a todo tipo de persecución se dejó a un lado en materia de
religión, dejen que el amor gobierne, para vencer el mal y los
enemigos; tenga la paciencia de hacer caso omiso de la pasión de todo, que
todos puedan mantener la razón por la celeste y el entendimiento puro, que
su moderación en el verdadero cristianismo puede ser conocido por todos los
hombres. Para que no te los turcos, Judíos, los tártaros, los indios, los ateos y
los ojos 'sobre ti? Por lo tanto, estar en la unidad, y no dejar que el nombre
de Dios y de Cristo sea blasfemado entre ellos por medio, de todas las que
llevan el nombre de cristianos. Así que Dios sea glorificado por todos y en
todos a través de Jesucristo, que está sobre todos, que llama a todos a la paz,
y es bendito por los siglos.

Quisiera que fueran tan nobles como los de Berea y en la búsqueda de las
escrituras de Cristo y los apóstoles. ¿Dónde dio él o ellos algún mandamiento
de encarcelar, desaparecer, perseguir y dar muerte a cualquiera que no
reciba o se conforme a ellos, o que eran contrarias a su espíritu en la religión,
o diferentes a ellos en materia de culto?
Una vez más deseo que todos los magistrados cristianos busquen tanto las
escrituras y crónicas, y vean cuál era el final de todos los perseguidores, y los
juicios que cayeron sobre ellos. ¿Qué cayó sobre Caín, que fue el primer
perseguidor por cuestiones de fe y sacrificio? ¿No se convirtió en un
vagabundo y un fugitivo sobre la tierra? ¿Qué pasó con el viejo mundo que
afligió a Dios, y a Noé, un predicador de justicia? ¿Qué fue de Sodoma que
asedió al justo Lot? ¿Qué fue de Faraón, que persiguió al pueblo de Dios en
Egipto? (aunque mientras más los persiguió más crecieron), que fue de Acab
y Jezabel, que persiguieron a los profetas del Señor? ¿Y qué fue de Amán que
hubiera querido destruir a los Judíos? ¿Qué fue de los Judíos y Jerusalén,
que persiguieron a Cristo y los apóstoles? ¿Cuál fue el final de todo esto? ¿No
se han convertido en vagabundos en la tierra, y expulsados de su país de
origen? Por lo tanto, os ruego en el amor y el temor de Dios, sean tan nobles
como para buscar tanto en la Escritura como en la historia, y que no se vea
empañada su comprensión divina. ¿Qué será de la bestia y la ramera que
habla el Apocalipsis, con sus falsos profetas, que han bebido la sangre de los
santos, mártires, profetas y de Jesús? No deben todos ir con el diablo, que es
un asesino, destructor, y adversario de la humanidad, en el lago de fuego que
arde con azufre? Pueden estar seguros de que el espíritu que los mueve a la
persecución, en quien quiera que esté, no es de Cristo ni de su naturaleza de
cordero, que quita el pecado del mundo, no la vida de los hombres. Pablo era
un perseguidor, que enviaba a la cárcel, antes de que se convirtiera al
cristianismo, pero nunca después. Y por lo tanto ¿no están todos en la
naturaleza de Saúl, sea cual sea el nombre o la profesión de Sión tienen que
perseguidores y no convertidos en la vida de Pablo del cristianismo? Después
de su conversión, Pablo dijo que la vida que vivió, fue por la fe en el Hijo de
Dios, y "ya no vivo yo, sino Cristo que vive en mí." Y Cristo, para salvar vidas
de los hombres, no para destruirlas. Esta vida debe ser la vida de todos los
cristianos de hoy, en la que vivió Pablo en su estado convertido, y el apóstol
dijo: "La ley es buena, si un hombre la usa de legítimamente, sabiendo esto,
que la ley no fue hecha para el hombre justo, sino para los injustos, para los
impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los asesinos de los
padres y madres, para los homicidas, para los fornicarios, y para los que se
contaminaron con la humanidad, para los hombres, ladrones, mentirosos y
perjuros. " 1 Timoteo 1:9-10. Por lo tanto la ley en su lugar es buena contra
tales cosas. De nuevo el apóstol dice: "La ley fue añadida a causa de la
transgresión." Gal 3:19. Aquí todos los magistrados pueden ver para qué es
buena la ley, y para lo que se hizo, a favor y en contra, y los males, el apóstol
dice, de los que se apodera. Él no dice que la ley debe ser puesta sobre los
hombres que diferían de ellos en su religión y de la sentencia, ni a los
hombres justos. Así que podéis ver en qué condiciones la ley es buena, y lo
que se hizo en contra, no contra los hombres justos, en contra de quienes no
tienen nada, sólo porque se diferencian de ellos en materia de religión;
dejando que los homicidas, los fornicarios, perjuros, impíos, personas
profanas, mentirosos, etc., queden impunes, y por lo tanto no utilizando, o
ejecutando la ley legítimamente. Como dice el Apóstol, "La ley es buena, si el
hombre la usa legítimamente." Por lo tanto, debe ser utilizados
legítimamente; y esta ley, el apóstol dice, es para el castigo de los impíos, y
una alabanza a los que hacen bien, como puede verse. Rom 13:3 Así que,
como el apóstol dijo: "¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna
manera, sino que confirmamos la ley." Rom 3:31.

Esto proviene de aquel que desea el bien eterno y la salvación de todos


ustedes en Cristo Jesús, Amén.

Jorge Fox
En Kingston sobre el Támesis, el día 4 del primer mes, del año 1680

Después que había terminado estos servicios, regresé a Londres, donde estuve alrededor de un
mes, trabajando entre los Amigos en la obra del Señor, tanto en reuniones públicas de
adoración como en aquellas relacionadas con los asuntos externos de la iglesia. Después, al
sentir que mi espíritu era llevado a visitar a los Amigos alrededor de Enfield, fui a Waltham
Abbey, donde tuve unas preciosas reuniones, y otra en Flamstead Heath. Habiendo pasado
algún tiempo entre los Amigos del área, y teniendo muchas buenas reuniones en Edmonton,
Enfield, Winchmore-hill, y otros lugares, volví a Londres un poco antes de la reunión anual, la
cual fue en el tercer mes del año 1681. Fue una reunión preciosa, en la cual la gloriosa presencia
y poder del Señor se sintió y se disfrutó eminentemente.

Algún tiempo después fui inspirado a escribir la siguiente epístola:

A las reuniones trimestrales de hombres y mujeres que se reúnen en el


nombre y el poder de Jesús

Cristo, el segundo Adán, quien es tanto la cabeza como el esposo de su


iglesia, el redentor, comprador, Salvador, santificador, y reconciliador de sus
hijos e hijas a Dios, yo siento la presencia de Cristo entre ustedes, para
ejercer su oficio profético, al inspirarles con su luz, su gracia, su verdad, su
poder y su espíritu; y para ejercer su oficio, ya que él es un obispo, para
supervisarlos con su luz, su gracia, su poder, y su espíritu, para que ustedes
no se descarríen de Dios. Ya que Cristo es el pastor, sientan, vean, y óiganle
ejerciendo ese oficio, quien ha dado su vida por sus ovejas, y las está
alimentando en sus pastos vivientes de vida, y les hace beber de sus
manantiales vivientes y eternos. Dejen que él gobierne en sus corazones, ya
que él es rey, para que todos puedan vivir bajo su gobierno celestial y
espiritual, como verdaderos súbditos de su reino justo y pacífico, que está
establecido en la justicia, paz, y gozo en el espíritu santo, por encima de
Satanás y su poder, el espíritu impuro e impío, y sobre toda injusticia. Por lo
tanto, todos ustedes súbditos del reino de paz de Cristo, si ustedes quieren
sabiduría, conocimiento, vida o salvación, Cristo es el tesoro; siéntanlo como
un tesoro entre ustedes. Y cada uno, a medida que ustedes reciben a Cristo,
caminen en él, en quien ustedes tienen paz; quien hiere la cabeza de la
serpiente, el autor de toda lucha, distracción y confusión: sí, ustedes tienen
paz con Dios, y los unos con los otros, aunque el conflicto viene del mundo y
del espíritu del mundo. Por lo tanto, mis queridos amigos, hermanos, y
hermanas, ámense los unos a los otros con el amor que es de Dios en sus
corazones, para que ustedes puedan llevar las marcas de los discípulos de
Cristo, y pueda parecer que Cristo está en ustedes, y ustedes en él, de manera
que el Dios Todopoderoso pueda ser glorificado en ustedes. Sea lo que sea
que ustedes hagan, que sea hecho en el nombre de Jesús, para alabanza de
Dios el Padre, manteniéndose en unidad en el Santo Espíritu de Dios, que
existía antes que existiera el espíritu impío; y este Espíritu Santo es su
vínculo de paz, sí, el santo Rey de reyes y Señor de señores, su paz. Y en este
espíritu santo y puro está la unidad y comunión eterna de ustedes; y en
espíritu de verdad ustedes sirven y adoran al Dios de verdad, quien es Dios
sobre todo, bendito para siempre, Amén. Por lo tanto que el Señor los guíe
con su palabra de paciencia, palabra de vida, poder y sabiduría; en todas sus
acciones, sus vidas, sus conversaciones, y sus reuniones para la gloria de
Dios. Mi amor para todos ustedes en el Señor Jesucristo, por medio de quien
fueron hechas todas las cosas, quien está sobre todo, el primero y el último.

Jorge Fox
Londres, el día 9 del 4to mes, del año 1681

Alrededor de este tiempo tuve la oportunidad de ir a la cámara de varios jueces, por causa de
una demanda acerca de los diezmos. Porque mi esposa y yo, junto con varios otros Amigos,
fuimos demandados en la corte de Cartmel Wapentake, en Lancashire, por pequeños diezmos,
y nosotros habíamos objetado a la jurisdicción de esa corte. Entonces los demandantes nos
acusaron en la corte del tesorero público en Westminster; donde ellos nos emitieron una orden
judicial por rebelión, por no responder a la acusación con un juramento, y nos dieron una
orden de la corte de parte del sargento para ponernos a mí y a mi esposa bajo custodia. Esto fue
un poco antes de la reunión anual, durante la cual se pensó que me llevarían; y de acuerdo a la
apariencia externa parecía posible, y hubiera sido muy fácil para ellos hacerlo, ya que yo me
estaba alojando en los mismos lugares que solía alojarme, y estaba en las reuniones de manera
muy pública. Pero el poder del Señor estaba sobre ellos, y los restringió, de modo que no me
llevaron. Sin embargo, entendiendo que había una orden de arresto en contra mía, tan pronto
como se acabó la reunión anual, tomé a William Mead conmigo, y fuimos a varias cámaras de
jueces, para dejarles saber tanto el estado del caso, como el motivo y razón de nuestra negativa
a pagar diezmos. El primero a quien fuimos fue el juez Gregory, a quien le entregué mi
respuesta y la de mi esposa a la acusación de los demandantes; en la cual se expresaba que mi
esposa había vivido cuarenta y tres años en Swarthmore, y en todo ese tiempo no se habían
pagado diezmos ni demandado su pago; y un viejo hombre, quien había sido por mucho tiempo
recaudador de diezmos, había hecho una declaración jurada de que él nunca recolectó diezmos
en Swarthmore Hall en el tiempo del juez Fell, ni desde entonces. Había muchos detalles en
nuestra respuesta, pero no sería aceptada sin un juramento. Yo le dije al juez que tanto los
diezmos como jurar entre los cristianos venía del papa; y que era un asunto de conciencia para
nosotros no pagar diezmos, ni jurar; porque Cristo le dijo a sus discípulos que ellos habían
recibido libremente, y que dieran libremente; y les mandó a que no 'juraran por ninguna razón.'
El juez dijo que en Inglaterra se había pagado diezmos antes que estuviera allí el papado. Yo le
pregunté por qué ley o estatuto eran pagados en ese entonces. Pero él estuvo en silencio.
Entonces le dije que habían ocho hombres pobres llevados a Londres desde el norte, alrededor
de doscientas millas, por pequeños diezmos; uno de ellos no tenía familia, aparte de sí mismo y
su esposa, y no tenía criatura viviente aparte de un gato. Yo le pregunté también si es que ellos
podían tomar a un hombre y su esposa, y encarcelarlos a ambos por pequeños diezmos, y
destruir así una familia. Si ellos podían hacerlo, yo deseaba saber por causa de cuál ley. Él no
me respondió; sino que sólo dijo que ese era un caso difícil. Cuando yo encontré que no había
ayuda allí, lo dejamos, y fuimos a la cámara del juez Montague. Con él tuve una gran discusión
con respecto a los diezmos. A lo cual él mandó a buscar al abogado de nuestro adversario; y
cuando éste vino, yo le ofrecí nuestra respuesta. Él dijo que si nosotros pagábamos los costos de
la corte, y si comparecíamos para ser juzgados, y nos ateníamos a la decisión de la corte, no se
nos pediría un juramento. Yo le dije que ellos nos habían culpado de esos cargos al requerir que
diéramos nuestra respuesta con un juramento; lo cual ellos sabían que no podíamos hacer por
causa de nuestra conciencia; entonces como no podíamos pagar ningún diezmo, ni jurar,
tampoco podíamos pagar nada por esos cargos. Al decir esto él no quiso recibir nuestra
respuesta. Entonces nos fuimos de allí a la cámara del juez Atkyns; y ya que él estaba ocupado,
nosotros le dimos nuestra respuesta y razones en contra de los diezmos y de jurar a su
ayudante; pero tampoco pudimos encontrar en él ninguna esperanza de recibir un reparo.
Después de dejarlo, no fuimos con uno de los más notables abogados, y le mostramos el estado
de nuestro caso, y nuestras respuestas; él fue muy cortés con nosotros, y nos dijo que este tipo
de procedimiento en contra de nosotros era como una inquisición. Unos pocos días más tarde,
esos ocho pobres Amigos que fueron llevados tan lejos desde el norte, comparecieron ante los
jueces; y el Señor estuvo con ellos, y su poder estuvo sobre la corte, de modo que los Amigos no
fueron condenados al Fleet. Nuestra causa fue postergada hasta el próximo término (llamado el
término Michaelmas), y entonces fue llevada ante cuatro jueces otra vez. William Mead le dijo a
los jueces que yo me había comprometido a nunca inmiscuirme con las propiedades de mi
esposa. Los jueces apenas podían creer que algún hombre pudiera hacer eso; ante lo cual él les
mostró los escritos por mi mano y mi sello; con lo cual se asombraron. Entonces dos de los
jueces y algunos de los abogados se levantaron y me defendieron, de que yo no era responsable
por pagar diezmos; pero los otros dos jueces y varios de los abogados presionaron en gran
manera para que me confinaran, alegando que yo era un hombre público. Al final ellos
prevalecieron con uno de los otros dos jueces para que se uniera con ellos, y entonces
ordenaron un confinamiento (toma de propiedad) en contra mía y de mi esposa. En esos
momentos, por consejo de un abogado, hicimos moción para una limitación, la cual fue
otorgada; y eso derrotó el plan de nuestro adversario de demandarnos por un confinamiento;
porque esto limitó al demandante a que no tomara más de lo que había sido probado. Uno de
los jueces, el barón Weston, era muy implacable, y gritaba con mucha ira en contra mía en la
corte; pero un poco tiempo después el murió.

Después de la reunión anual yo me quedé alrededor de un mes en Londres; después fui a


Sussex a visitar a los Amigos allí, entre quienes tuve muchas reuniones preciosas y grandes en
varias partes del país. No pasé mucho tiempo en Sussex sino que regresé pronto a Londres
donde sentí una atracción en mi espíritu; y tuvimos un muy buen servicio para el Señor allí
tanto en reuniones públicas como entre los Amigos. Cuando había estado algún tiempo en
Londres, me fui a Edmonton; de allí me fui a Buckinghamshire, donde visité a los Amigos en
varias reuniones en la parte norte de ese condado; después pasé por Henly a Reading, donde
asistí a varias reuniones. No me fui más al oeste que Ore en ese tiempo, donde tuve una
reunión muy grande; después de la cual, pasando por la orilla de Oxfordshire, tuve una reunión
grande y preciosa en Warborough, en la cual la gloria del Señor brilló sobre todos. Muchos
Amigos vinieron a esta reunión desde Berkshire, Buckinghamshire, y Hampshire. De allí pasé a
Ilmore en el Valle de Buckinghamshire, donde tuvimos una reunión gloriosa. El día siguiente
regresé a la casa de María Penington. De allí visité las reuniones mensuales de los hombres y
las mujeres en Hungerhill, y algunas reuniones en el área. Y después pasé a Watford donde
estuve presente en la boda de dos Amigos. Tuvimos una reunión muy grande en esa ocasión, y
el poder del Señor estuvo sobre todos. Me fui de Watford a Longford en Middlesex, visitando
Amigos en Uxbridge por el camino. En Longford, debido a que era el primer día, tuvimos una
reunión muy grande, y la presencia del Señor se sintió de manera preciosa entre nosotros;
¡bendito sea su nombre! Pasé de Longford a Kingston, a medida que fui visitando Amigos en
Staines y Sunbury. En Kingston asistí a dos reuniones con Amigos, en las cuales fuimos
dulcemente refrigerados juntos en el Señor. Pasando de allí hacia Londres, tuve una preciosa
reunión en Wandsworth; entonces, cruzando a Hammersmith, tuve una buena reunión allí; la
cual era más grande por causa de un entierro, y ya que la gente estaba abierta en esa ocasión,
tuve una buena oportunidad de abrir el camino de la verdad entre ellos.

Después que vine a Londres, fui inspirado a escribir el siguiente documento con respecto al
espíritu que había llevado a algunos que profesan la verdad, hacia el conflicto y la división, y a
oponerse al camino y la obra del Señor:

Amigos, ustedes que guardan su habitación en la verdad que está sobre todo,
vean que es el mismo espíritu que ahora aleja a los caídos y los apóstatas de
la comunión espiritual y la unidad de la iglesia de Cristo, que alejó a Adán y
Eva de Dios. Este espíritu era el mismo que estaba en el mundo, que se metió
en los judíos cuando se habían apartado del espíritu de Dios; y después se
fueron en contra de Dios y sus profetas, y en contra de Cristo y sus apóstoles.
Ese espíritu los llevó a ser tan malos como Pilato, o peor. El enemigo o
adversario se había metido dentro de ellos en contra de la verdad, y aquellos
que caminan en ella, y el espíritu del Señor; de modo que ellos mataron y
destruyeron a los justos. Este era el espíritu del diablo, el destructor, que
buscó no sólo destruir la verdad, sino el orden de ella, y aquellos que
caminaron en ella cuando la verdadera cristiandad fue plantada entre los
poseedores de la luz, la gracia, y la verdad, la santa fe y espíritu del evangelio,
quienes disfrutaban a Cristo en su corazón. Pero cuando algunos
comenzaron a errar del espíritu y la fe, a odiar la luz, desobedecer el
evangelio, alejarse de la gracia de Dios hacia la lascivia, a caminar
despreciativamente en contra del espíritu de gracia, alejarse de la verdad,
crucificar a Cristo para sí nuevamente, y ponerlo en vergüenza; éstos fueron
los que dejaron que entrara el espíritu del mundo, quienes sostuvieron la
apariencia de piedad, pero negaron su poder; y afligieron las iglesias en los
días de los apóstoles. Cuando el espíritu de Satanás había entrado en ellos,
fueron más problemáticos para la iglesia que los perseguidores que están
fuera de ella. Éstos entraron en las asambleas para engañar los corazones de
los simples; teniendo las buenas palabras y discursos justos, las ropas de
cordero. Pablo, Pedro, Juan, Judas y Santiago, tuvieron mucho que ver con
ellos, para evitar que alborotaran la iglesia de Cristo; porque ellos están fuera
de la luz, el poder, y el espíritu; por lo tanto, los apóstoles de Cristo
exhortaron a los santos a mantener la palabra de vida en el interior; a
mantener el ungimiento; a mantener la gracia, la verdad, y el espíritu santo
en sus corazones. Este espíritu inmundo profesará todas las escrituras en
palabras; pero por el espíritu de Dios, que es santo, ese espíritu es probado, y
sus frutos. Por lo tanto los apóstatas se alejaron del poder y el espíritu de
Dios, y se volvieron en contra de los profetas y los mártires de Jesús; y se
convirtieron en la ramera, de cuya copa bebieron todas las naciones. El
dragón con su cola derribó muchas de las estrellas, y hubiera devorado a la
mujer con su inundación; pero la mujer, la verdadera iglesia, fue preservada,
porque las puertas del infierno no pueden prevalecer en contra de ella; y
entonces el dragón hizo guerra con su simiente. De modo que el dragón, la
ramera, la bestia, y los falsos profetas, todos hicieron guerra en contra del
Cordero y sus santos, pero el Cordero y los santos los derrotaron, y tienen la
victoria. Y ahora el evangelio eterno es predicado otra vez en todas las
naciones, lenguas y pueblos; y muchos son unidos al evangelio, al poder de
Dios, llevados a la luz, que es la vida en Cristo, injertados en él, y han llegado
a caminar en el orden del nuevo pacto de luz y vida, en el evangelio de paz y
salvación. El mismo espíritu que se opuso a los apóstoles y las iglesias en sus
días, se opone ahora; sí, es el mismo que se opuso a Cristo y lo despreció,
desprecia a los siervos de Dios ahora. El mismo que se opuso a los profetas y
se rebeló en contra de Moisés, se opone y se rebela en contra de los siervos
de Dios y su pueblo ahora. Es el mismo espíritu oscuro, ciego, desobediente,
infiel, obstinado, y celoso, que persigue algunos con las manos, y otros con la
lengua. Es el mismo espíritu que ahora anda rondando, a veces como un león
rugiente, a veces como una serpiente retorcida para tentar, para engañar y
devorar, en aquellos que tienen discursos justos y buenas palabras, las
vestimentas de cordero, con una forma de piedad, bajo la pretensión de la luz
y la libertad, pero niegan su poder, y en el interior son lobos rapaces. Si fuera
posible ellos engañarían aún a los escogidos. Pero los escogidos están en un
pacto de luz y de vida, en el poder de Dios que está sobre ellos, y en Cristo,
quien los triturará en pedazos, y destruirá a sus enemigos con su espada
espiritual, quienes no quieren que él gobierne sobre ellos o en ellos. En
Cristo todo su pueblo tiene descanso y paz, quien es su santuario durante
todas las tormentas y tempestades. En Cristo, el santuario, no puede venir
ningún engañador ni destructor; porque él es un lugar de dulce descanso y
seguridad. ¡Aleluya! Alabado sea el Señor por su santuario. Amén.

Jorge Fox

Los sufrimientos continuaron de manera severa sobre los Amigos en Londres, por lo tanto
encontré que mi servicio se encontraba más que nada allí. Por esa razón rara vez salía fuera de
la ciudad, y si salía no iba muy lejos. Frecuentemente iba a la mayoría de las reuniones públicas
a animar a los Amigos, tanto por palabra como por ejemplo, a mantenerse firmes en el
testimonio al cual Dios los había llamado. En otras ocasiones fui de casa en casa, visitando a
aquellos Amigos a quienes se les confiscaron los bienes por causa de su testimonio de la verdad.
Los informantes impíos habían llegado a ser muy audaces, porque recibieron mucha simpatía y
ánimo de algunos jueces, quienes, confiando completamente en su información, procedieron en
contra de los Amigos sin escucharlos; por lo cual a muchos se les hizo sufrir, no sólo de manera
contraria al derecho moral, sino aún contrario a la ley también. Me reuní con algunos Amigos
acerca de esto; y echamos suertes para determinar quién de nosotros entregaría a la mayoría de
los los magistrados en la cuidad y sus alrededores, lo siguiente:

Los informantes han obtenido órdenes judiciales de algunos jueces de paz, que han condenado
a muchos de nosotros sin oírnos, o siquiera citarnos para aparecer ante ellos. Por medio de
estos procedimientos judiciales a muchos se les han confiscado sus bienes personales, y
generalmente se les multaban con diez libras cada cosa por ser "un orador desconocido" en
alguna reunión, cuando algunas de esas personas multadas ni siquiera habían estado en las
reuniones por las cuales se les multó por "hablar.” Y esta multa ignoraba que el verdadero
orador ya había sido multado por la misma reunión, el mismo día que los otros fueron
multados como “oradores desconocidos.” Los jueces podrían ver la impiedad de estos
informantes, por cuyo juramento falso hemos sido condenados como “predicadores
desconocidos,” cuando el predicador ya ha sido conocido y multado. Los jueces también
podrían notar que los informantes juraron que tales personas estaban en una reunión tal en tal
día, cuando en realidad aquellos en contra quienes se había jurado de esta manera nunca
habían estado en tal reunión. Y por estos procedimientos judiciales siete familias de los
súbditos apacibles del rey corren el riesgo de ser arruinados a menos que estos procedimientos
sean interrumpidos rápidamente. Por lo tanto esperamos y deseamos que en el futuro ustedes,
los jueces del rey, cuando algún informante venga a alguno de ustedes con alguna información
en contra de alguno de nosotros, mandarán a comparecer a aquellos acusados ante ustedes y
nos oigan a nosotros y nuestros acusadores cara a cara para que los inocentes no sufran
injustamente. Porque Pilato el gobernador oyó a Cristo y sus acusadores cara a cara antes de
condenarle. Juan 19. El concilio y los principales sacerdotes oyeron a Esteban y sus acusadores,
con los testigos que fueron llevados en contra de él, cara a cara antes de condenarlo. Hechos
7. El capitán romano oyó a Pablo y sus acusadores cara a cara. Hechos 23. Félix, el gobernador,
oyó a Pablo y Ananías, el sumo sacerdote, y los ancianos que acusaron a Pablo, cara a
cara. Hechos 24. Y cuando el sumo sacerdote y los principales de los judíos acusaron a Pablo
ante Festo, él oyó a Pablo y sus acusadores, y aquellos que testificaron en contra de él, cara a
cara. Hechos 25. ¿Acaso la ley de Dios, o la ley romana en ese entonces, o la ley de la tierra
juzga a algún hombre antes que él y sus acusadores, y aquellos que tengan testimonio en contra
de él, sean oídos cara a cara?'

Esto de alguna manera moderó a los jueces; y después de esto varios Amigos, que habían sido
ilegalmente acusados y afligidos, presentaron su apelación; y con este juicio ellos fueron
absueltos, y los informantes fueron condenados. Esto resultó en un gran impedimento para los
informantes, y algo de alivio para los Amigos.
Un poco antes del tiempo de escoger los nuevos alguaciles para la ciudad, a aquellos que se
postularon como candidatos que deseaban el apoyo de los Amigos, escribí unas pocas líneas,
tratando de descubrir de qué espíritu eran y qué valor le daban a la verdadera libertad; fue una
indagación como se presenta a continuación:

¿Hay alguno aquí en Londres, de los que están para ser elegidos como
alguaciles, que tienen a ese Cristo, que fue crucificado afuera de las puertas
de Jerusalén, para ser luz del mundo, quien "ilumina a todo hombre que
viene al mundo," quien dijo: "crean en la luz, para que puedan llegar a ser
hijos de la luz?" ¿Está alguno de ustedes en contra de perseguir a la gente por
su religión y su adoración a Dios en espíritu y en verdad, como Cristo
manda? Porque Cristo dijo: "Yo no soy de este mundo y mi reino no es de
este mundo:" por lo tanto él no sostiene su adoración espiritual ni su religión
pura con armas mundanas y carnales. Cristo dijo: "no juren para nada;" y su
apóstol Santiago dijo lo mismo; pero al darnos juramentos, ¿acaso ustedes
no nos están forzando a jurar y a quebrantar los mandamientos de Cristo y
de sus apóstoles? Cristo le dijo a sus apóstoles: "De gracia habéis recibido,
dad de gracia." ¿No nos forzarán ustedes a dar diezmos y mantenimiento a
esos maestros que nosotros sabemos que Dios no ha enviado? Si les damos el
apoyo de nuestras voces, ¿seremos libres para servir y adorar a Dios y
guardar sus mandamientos y los de su Hijo? Porque no estamos dispuestos a
dar nuestras voces por aquellos que pudieran encarcelarnos y perseguirnos,
y tomar nuestras propiedades personales.

Pero no importa el candidato que fuera, observé luchas acaloradas en los espíritus de las
personas que estaban para ser elegidas; por lo tanto escribí unas pocas líneas para que fueran
esparcidas entre ellos dirigidas,

A las personas que estaban eligiendo alguaciles en Londres:

A todas las personas, manténganse todos en la sabiduría amable y apacible


de Dios, que está por encima de lo que es terrenal, sensual, y diabólico; y
vivan en ese amor de Dios que no se jacta, ni es indecoroso; que no envidia,
sino que aguanta y soporta todas las cosas. En este amor ustedes buscarán el
bien y la paz de todos los hombres, y el daño de nadie. Manténganse alejados
de todas las contiendas, no sean temperamentales; sino que sean pacientes, y
amables para que su moderación cristiana pueda ser aparente ante todos los
hombres; porque el Señor está a la mano, quien contempla todas las
palabras, pensamientos, y acciones de los hombres, yrecompensará a todos
de acuerdo a su obra; todo lo que el hombre siembre, eso cosechará.
Tuve alguna inclinación de ir hacia el campo a una reunión; pero al oír que
habría problemas en nuestra reunión, y sintiendo gran inquietud en el
espíritu de las personas en la ciudad con respecto a elegir un alguacil, me
vino la inspiración de ir a la reunión en la calle Gracechurch en el primer día
de la semana. William Penn fue conmigo y habló en la reunión. Mientras él
declaraba la verdad, un guardia vino con su numeroso personal, y le dijo que
se rindiera y fuera con él; pero William Penn siguió hablando, declarando la
verdad en el poder de Dios. Después de un tiempo el guardia se retiró; y
cuando William Penn había acabado, yo me levanté y le declaré a la gente el
evangelio eterno que fue predicado en el tiempo de los apóstoles y de
Abraham; el cual la iglesia en los días de los apóstoles sí recibió, y llegaron a
ser herederos de él. Este evangelio, yo declaré, fue enviado del cielo por el
Espíritu Santo en los días de los apóstoles, y lo es ahora también; y no era del
hombre, ni vino por medio de un hombre, sino por la revelación del Espíritu
Santo. Y ahora este evangelio es predicado otra vez, (como Juan vio y dijo
que debía ser), a todas las naciones, lenguas, y pueblos; y todas las gentes
ahora deben oír a Cristo el profeta, en este su evangelio del nuevo pacto.
Porque como Moisés dijo: "Porque Dios levantará un profeta como yo, y a él
escucharéis en todas las cosas;" por lo tanto yo dije que este profeta Cristo ha
venido, y todos los judíos en espíritu, los verdaderos creyentes cristianos en
la luz, quienes tienen la ley de Dios escrita en sus corazones, y puesta en sus
mentes, han de oír a Cristo en su evangelio, el Nuevo Testamento, el nuevo
pacto, el cuales la ley del espíritu de la vida en Cristo Jesús, quien hiere la
cabeza de la serpiente (que es la cabeza del enemigo), y nos hace libres de la
ley del pecado y la muerte. Yo mostré que todos aquellos a quienes Cristo
vivifica, él los hace sentarse con él "en los lugares celestiales en sí
mismo." De modo que ellos no andan vagando de allá para acá, como los ojos
del necio en los confines de la tierra; ni ellos tienen sus ojos en el exterior en
el mundo, para sentarse en los asientos inventados de la religión del
mundo; sino que se sientan junto a él, como lo hicieron los santos en los días
de los apóstoles. Por lo tanto Cristo era y es el tesoro de sabiduría, vida,
conocimiento y salvación.' Cuando yo estaba hablando estas cosas, dos
guardias vinieron con sus grandes duelas, y me mandaron a que dejara de
hablar y fuera con ellos. Pero al sentir el poder del Señor conmigo, hablé con
este poder en el interior tanto a los guardias como a la gente. A los guardias
les declaré que ellos eran gente pacífica, que se reúnen a esperar a Dios y a
adorarle en espíritu y en verdad; y por lo tanto ellos no necesitan haber
venido con sus duelas en contra de nosotros, quienes nos estábamos
reuniendo de manera pacífica, deseando y buscando el bien y la salvación de
toda la gente. Entonces, dirigiendo mi discurso hacia el pueblo otra vez,
declaré las otras que estaban sobre mí para ellos. Mientras estaba hablando,
los guardias se acercaron a la puerta, y los soldados estuvieron de pie con sus
mosquetes en el patio. Cuando yo había terminado de hablar, me arrodillé, y
oré, deseando que el Señor abriera los ojos y los corazones de todo el pueblo,
los altivos y los humildes, que sus mentes puedan ser llevadas hacia Dios por
su santo espíritu: para que él pueda ser glorificado en todo y sobre todo.
Después de la oración se levantó la reunión, y se fueron los Amigos, entraron
los guardias otra vez sin los soldados; y en verdad ellos y los soldados se
comportaron civilmente. William Penn y yo fuimos hacia un cuarto cercano,
como solíamos hacer, y muchos Amigos fueron con nosotros; y en caso que
los guardias puedan pensar que nos escaparíamos de ellos, un Amigo fue y
les dijo que si ellos tenían algún asunto con nosotros y si querían vernos, que
debían ir hacia donde nosotros nos encontrábamos. Uno de ellos vino a mí
poco después, pero sin su cayado; lo cual él escogió hacer, para no ser
observado; porque él dijo que la gente le había dicho que se ocupaba más de
lo que era necesario. Nosotros quisimos ver su orden de arresto; y allí
encontramos que el nombre del informante era Hilton, del norte del país, y
con reputación de papista. Al guardia se le preguntó si él nos arrestaría
usando su orden de arresto ese día, ya que era el primer día de la semana, el
cual en su ley era llamado el día del Señor. Él dijo que él pensaba que no
podía. Él también nos dijo que él había encargado al informante a venir con
él a la reunión, pero que se había escapado de él. Nosotros le mostramos al
guardia que tanto él como nosotros estábamos libre de obligación; sin
embargo para liberarlo de todo temor de peligro, nosotros iríamos
libremente al concejal que emitió la orden. Un Amigo que estaba presente
dijo que él iría con el guardia a hablar con el concejal; lo cual ellos hicieron y
rápidamente volvieron otra vez porque el concejal se había ido de la casa.
Viendo que el guardia estaba en un aprieto, y al encontrarlo un hombre
compasivo, le dijimos que decidiera una hora para volver y reunirse con
nosotros, o enviar a llamarnos y nosotros vendríamos a él. Por lo tanto él
designó la quinta hora de la tarde, pero ni vino ni envió a llamarnos; y
cuando un Amigo lo vio después en la noche, el guardia le dijo que él
pensaba que el asunto llegaría a ser nada y por lo tanto nos volvió a ver.' Por
lo tanto el poder del Señor estaba sobre todos; ¡a él sea la gloria!

Parte 3 de 4
<1> <2> <3> <4>

El siguiente cuarto día de la semana, me vino la inspiración de ir a la reunión de la calle


Gracechurch otra vez; porque yo había oído que ellos vendrían a disolver la reunión ese día. Los
vecinos parecían haber sido informados; un juez había otorgado una orden para ese propósito;
y el guardia le dijo a un Amigo que Hilton el informante le había dicho acerca de la reunión. El
guardia quería que el informante viniera a la reunión con él, pero el informante rehusó y le dijo
al guardia que fuera sin él. Yo no sé si su negativa a ir hizo al guardia enojarse o no; pero él no
fue. Yo estaba en un estado de gran preocupación en el espíritu en el poder de Dios, y fui
inspirado a ir a la reunión; y el poder del Señor encadenó a todos. Aunque ellos amenazaron
con llevar a los casacas rojas, ninguno de ellos vino, y no hubo alboroto; pero fue una reunión
gloriosa y poderosa, y muy pacífica; gloria, honor, y adoración para el Señor sobre todo para
siempre. ¡Amén!

Durante el tiempo que me quedé en Londres, a medida que tuve tiempo entre reuniones y otros
servicios públicos, escribí muchos libros y documentos; algunos de los cuales fueron
imprimidos, y otros fueron esparcidos en manuscrito. De estos, uno fue dirigido: 'A los obispos
y otros que provocan persecución; para mostrarles de las Santas Escrituras, que ellos no
caminaban en ellas de acuerdo a la ley real, de "amar a su prójimo como a sí mismos, y a hacer
con otros como ellos quisieran que hicieran con ellos." Otro era: "A todas las varias clases de
cristianos profesantes, tanto protestantes como papistas, cuya religión y adoración está en las
observancias y ceremonias; apremiándolos con estas palabras del apóstol Pablo a los Gálatas
5:2-4. "He aquí yo, Pablo, os digo que si os dejáis circuncidar (con la esperanza de alcanzar la
salvación), de nada os aprovechará Cristo. Y otra vez declaro a todo hombre que acepta ser
circuncidado (como un medio de alcanzar la salvación), que está obligado a cumplir toda la ley.
Cualquiera de vosotros que trate de ser justificado por la ley ha caído de la gracia, y Cristo ya no
es de beneficio para vosotros," para considerar si es que ellos, habiendo regresado a las
observaciones legales y ceremonias oscuras, (al sostener los diezmos, ofrendas, primicias, las
prendas de los sacerdotes, los altares externos, templos, lámparas, luces, etc., y al observar los
días, meses, tiempos, años, con muchas otras cosas ordenadas por la ley), no habían ido hacia
el mismo estado al que los gálatas estaban corriendo; y así habían caído de la gracia, y si
llegaron a ser deudores de toda la ley.' Otra decía: 'Para dirigir y llevar a todo el pueblo al
espíritu de Dios, para que ellos puedan así recibir un entendimiento correcto, y ser capaces de
distinguir entre el bien y el mal, la verdad y el error; pretendiendo de castigar a los que hacen el
mal, para que no hagan lo malo al perseguir a los justos.” La carta está insertada aquí:

El espíritu de Dios, que él ha derramado sobre todos, da un entendimiento a


todos que son llevados a él; y a aquellos que no apagan sus inspiraciones, les
da conocimiento y entendimiento para distinguir entre el bien y el mal, entre
la luz y la oscuridad, entre Cristo y el anticristo, el antiguo testamento y el
pacto del nuevo, el viejo camino del nuevo camino viviente; las ovejas y los
corderos de los machos cabríos y los lobos; la adoración de Dios, que Cristo
estableció más de mil seiscientos años atrás, de la adoración del dragón y de
la bestia; y todos aquellos que adoran las obras de las manos de los hombres,
y los adores por su propia voluntad, de aquellos que adoran a Dios en su
espíritu y en su verdad, en la cual el pueblo de Dios le adora; y esta adoración
está por encima de todas las adoraciones y adoradores falsos. Aquellos que
creen en la luz, que es la vida de Cristo, llegan a ser hijos de la luz, y son los
corderos de Jesús. Estos corderos siguen al Cordero de Dios, que quita el
pecado del mundo; ellos no seguirán a los asalariados, ni a los extraños, para
ser llevados a caminos, doctrinas, religiones, e iglesias extrañas; porque los
corderos de Cristo siguen a Cristo el Cordero de Dios, y conocen su voz
celestial. Ellos también saben que aquellos que están sin Cristo son perros y
lobos, adúlteros, idólatras, mentirosos, e incrédulos, que quieren devorar a
los corderos; pero ellos están en la mano del Señor, la cual es su poder, que
está sobre todo; los tales hacen bien en su poder sobre todo; porque ellos
tienen la mente de Cristo, quienes han llegado al conocimiento de la verdad,
y a ser salvos. Aquellos que le hacen bien a todos, no hieren a nadie; porque
ese espíritu que hiere a alguien no es de Dios; sino que ese espíritu, que hace
bien a todos, y especialmente al hogar de la fe, es de Dios. Cristo no vino a
destruir las vidas de los hombres, sino a salvarlas. Es el diablo quien es el
destructor de la vida de los hombres con respecto a la religión, quien
corrompe a los hombres y mujeres haciéndolos sordos y ciegos a las cosas de
Dios y alejándolos del camino de Dios. Aquellos que obedecen al maligno y
abandonan al Señor son destruidos por el destructor; pero Cristo destruye a
ese destructor, y en Cristo todos tienen vida.

Jorge Fox

Yo también escribí con respecto a la meditación, el deleite, el ejercicio, y el estudio; mostrando


de las escrituras de la verdad lo que los verdaderos cristianos deben meditar, ejercitar sus
mentes y deleitarse, y lo que ellos deberían estudiar para poder hacer. Porque no sólo la gente
profana y suelta se deleita en cosas terrenales, que decaen y perecen; sino aún los grandes
profesantes de la religión se deleitan en esto cuando ellos deberían meditar en cosas celestiales,
deleitarse en la ley de Dios según el hombre interno, y conducirse a sí mismos para siempre
tener una 'conciencia libre de ofensas hacia Dios y hacia los hombres,' como lo hizo el apóstol
Pablo.

De los registros cuáqueros británicos, con respecto a las persecuciones en


Bristol, Inglaterra en 1682:
En el día 7 del mes llamado Julio, ellos dispersaron la reunión que entonces
consistía principalmente en niños; porque los hombres y mujeres estaban
mayormente en la cárcel, entonces los niños mantuvieron las reuniones con
regularidad, y con una gravedad y compostura extraordinaria; fue
sorprendente ver la valentía varonil que es la constancia con la cual algunos
de los niños se comportaron en esta ocasión, manteniéndose cerca de las
reuniones en ausencia de sus padres, y por causa de eso soportando muchos
abusos con paciencia... En el día 30, en la tarde, alrededor de cincuenta y
cinco personas estaban en una reunión, cuando Helliar, con un hueso de
ballena torcido, golpeó a muchos de ellos sin misericordia, dándoles
violentos golpes en sus cabezas, cuellos y rostros, y pocos de ellos se
escaparon sin alguna marca de su furia...

Él también [el día 13 de agosto] envió a once niños y cuatro niñas a


Bridewell, [la cárcel local] hasta que un Amigo logró que comparecieran al
día siguiente ante el ayudante del alcalde, quien intentó tanto por persuasión
como por amenazas hacerles prometer que ya no irían a las reuniones; pero
los niños en ese aspecto eran inmovibles. Por lo tanto ellos fueron enviados a
Bridewell otra vez, Helliar, para aterrarlos, dejando al guarda encargado de
proveer un nuevo gato de nueve colas [látigo con nueve puntas] en contra de
ellos la siguiente mañana. Al día siguiente en el Tolzey él le insistió a los
jueces que los corrigieran, pero no pudo prevalecer. Los niños y niñas tenían
mayormente diez a doce años de edad. Sus nombres eran Samuel Gibbon,
William Miller, José James, Elías Osborne, Tabitha Jones, Jonathan Jones,
William Fry, José Watkins, Raquel Mears, William Day, Samuel Watkins,
Jaime Randy, Marta Watkins, Marta James y Jaime Wheeler.

A medida que los sufrimientos continuaron siendo muy duros y pesados sobre los Amigos, no
sólo en la ciudad, sino en la mayor parte de la nación, yo escribí un documento para ser
presentado ante el rey; presentándole nuestras quejas, y deseando obtener reparación de él en
esos casos en particular, que yo entendí estaban bajo su poder. Pero al no obtener alivio de él,
fui inspirado a escribirle una epístola a los Amigos, para animarlos en sus sufrimientos a que
puedan llevar con paciencia los muchos sufrimientos por los que pasan, tanto por causa de los
magistrados como de los hermanos y apóstoles falsos; aquellos libros malignos y sucias
calumnias afligieron a los de corazón recto. Cuando fui a visitar a un antiguo Amigo en Dalston
que estaba enfermo, escribí esta epístola.

Amigos y hermanos en Cristo Jesús, a quienes el Señor ha llamado y a


juntado para sí mismo, en él habiten; porque sin él no pueden hacer nada, y
por él pueden hacer todas las cosas. Él es su fuerza y apoyo en todas las
pruebas, tentaciones, encarcelamientos, y sufrimientos. Por causa de Cristo
ustedes son contados como ovejas para el matadero; en todas estas cosas
somos más que vencedores, por medio de Cristo quien nos ha amado. Por lo
tanto, Amigos, aunque ustedes sufran por los poderes externos, ustedes
saben que los profetas, Cristo y los apóstoles, sufrieron a manos de los no
convertidas. Y aunque ustedes sufran por los hermanos falsos y apóstatas
por un tiempo, y por sus libros y lenguas sucias, cuyas lenguas en verdad se
usan para difamar; déjenlos que hablen, escriban o impriman lo que quieran;
porque la gente sobria aún del mundo a penas lo consideran. Es bueno que
ellos se hayan expuesto al mundo, para que su insensatez yo no proceda más
allá; aunque hasta lo máximo de su poder ellos han mostrado su intento
maligno por provocar a los magistrados, profesantes, y malignos en contra
de nosotros, y a hablar mal del camino de la verdad. Los juicios de Dios los
sorprenderán, tan seguro como ellos han llegado sobre los que estaban antes
de ellos. Que sus pretensiones sean más altas que nunca, tomen nota de su
fin; porque ellos caerán como higos fuera de tiempo, y se marchitarán como
hierba plantada sobre el techo de una casa. Aunque pueda parecer que ellos
florecen, y hacen alarde y ruido por un tiempo, sin embargo la semilla está
sobre sus cabezas y los molerá como polvo; la misma semilla que aplasta la
cabeza de la serpiente. Por lo tanto en esta semilla, Cristo, quien es su
santuario, reposo, paz, y pacífica morada, quien es el primero y el último, y
está sobre todo, en él caminen; porque el Señor se agrada de su pueblo fiel
que le sirve y le adora. Por lo tanto que los santos se gocen en la gloria; y el
Dios de paz, que el Dios de toda la gracia, quien nos ha llamado hacia su
gloria eterna por medio de Jesucristo, después que ustedes han sufrido por
un tiempo, los haga perfectos, los establezca, los fortalezca y los
asiente. Echen todas sus preocupaciones sobre el Señor, porque él se
preocupa por ustedes. Y, muy amados, no piensen que la dura prueba de
fuego que los va a probar es extraña, como si algo extraño les estuviera
sucediendo: porque es mejor, si es así la voluntad de Dios, que ustedes
sufran por hacer el bien que por hacer el mal; y regocíjense porque
comparten los sufrimientos de Cristo. Por lo tanto, dejen que aquellos que
sufren de acuerdo a la voluntad de Dios, se comprometan a mantener sus
almas en él para hacer el bien, como hacia un fiel Creador. Porque a ustedes
no sólo se les da el don de creer en Cristo, sino también ustedes reciben el
don de sufrir por su causa. Así es dado, o es un don de Cristo sufrir por su
nombre; y por lo tanto, regocíjense, porque comparten los sufrimientos de
Cristo. Si se habla de ustedes con desdén o mal en nombre de Cristo,
siéntanse felices porque el espíritu de gloria y de Dios descansa sobre
ustedes: de parte de ellos se habla el mal, pero de parte de ustedes él es
glorificado. Por lo tanto si alguno su fr u e como cristiano, que no se
avergüence, sino que glorifique a Dios por esto. Aunque ahora por un tiempo
ustedes estén en sufrimientos, pruebas, y tentaciones; la prueba de vuestra fe
es mucho más preciosa que el oro que perece, aunque sea probada con fuego;
que la prueba de ustedes resulte en alabanza, honor y gloria a medida que
son guardados por el poder de Dios por medio de la fe, para salvación. Por lo
tanto hagan caso de quien los guarda, donde sea que estén, o sea cual sea el
sufrimiento en el que se encuentren; y vean el ejemplo del apóstol, cómo el
sufrió aflicciones como si fuera un malhechor, incluso la cárcel. Pero la
palabra de Dios no está atada, la cual es eterna y permanece para siempre; y
ellos, que están en lo que no es eterno y no permanece para siempre, no
pueden atar la palabra. El apóstol dijo: "Yo soporto todas las cosas por causa
de los escogidos; para que ellos puedan también obtener la salvación que
está en Cristo Jesús, con gloria eterna. (Tomen nota, con gloria eterna.) Y si
sufrimos con Cristo reinaremos con Cristo, quien permaneció fiel." Por lo
tanto, no se unan a las conversaciones que no benefician, y eviten la
palabrería impura que se habla con orgullo (palabrería impía), porque ellas
aumentarán su impiedad; eviten estas cosas para que ustedes puedan ser
vasos de honor, santificados y aptos para ser usados por Cristo, su maestro, y
preparados para toda buena obra. Sigan la justicia, la piedad, la fe, el amor,
la paciencia, y la mansedumbre. Peleen la buena batalla de la fe con sus
armas celestiales; y esta fe es victoria (o da la victoria) por la cual ustedes
obtienen la vida eterna, y tienen acceso a Dios, "quien le dará a cada hombre
de acuerdo a sus obras: a los que continúan pacientemente haciendo el bien,
buscan gloria y honor, inmortalidad y vida eterna; pero a los que son
conscientes, y no obedecen la verdad, sino que obedecen la injusticia,
indignación e ira, tribulación y angustia sobre cada alma de hombre que
haga el mal; pero gloria, honor y paz a cada hombre que obra el bien." Cristo
les dijo a sus apóstoles, "Si el mundo los odia, sepan que me odió primero a
mí antes que los odiara a ustedes. Si ustedes fueran del mundo, el mundo
amaría lo suyo; pero porque ustedes no son del mundo, sino que yo los he
escogido para sacarlos del mundo, entonces el mundo los odia." Y, "Si ellos
me han perseguido también los perseguirán a ustedes." Y Juan en su epístola
general a la iglesia dijo: "No se maravillen, mis hermanos, si el mundo los
odia. Sabemos que hemos pasado de muerte a vida, porque amamos a los
hermanos." Y Cristo en su oración a su Padre, le dijo de sus seguidores: "Así
como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo; y la
gloria que tú me diste yo les he dado, para que ellos puedan ser uno, así
como nosotros somos uno." Por lo tanto todos ustedes que conocen a Dios y
a Jesucristo (y conocerles a ellos es la vida eterna) y son partícipes de su
gloria, guarden el testimonio de Jesús, y sean valientes por su verdad sobre
la tierra, para que todos ustedes puedan ser establecidos sobre Cristo, la roca
y el fundamento.

Jorge Fox
Dalston, el día 3 del octavo mes, del año 1682

Me quedé sólo por un corto tiempo en Dalston, y me regresé a Londres, donde me quedé la
mayor parte del invierno, laborando en el servicio de la verdad entre los Amigos, excepto por
un corto tiempo en Kingston, en el décimo mes de este año, donde escribí un libro; presentado
"el estado de este nacimiento carnal, y el nacimiento espiritual; y el deber y estado de un niño,
joven, muchachos, hombres adultos y padres en la verdad.” Pero no me quedé mucho tiempo
en Kingston; porque las intensas persecuciones todavía continuaban, y sentí que mi servicio era
más necesario en Londres donde nuestras reuniones eran más que nada interrumpidas y
dispersadas; forzando a los Amigos a reunirse afuera porque ellos eran forzados a mantenerse
fuera de los lugares de reunión por los oficiales. Sin embargo, para nuestra sorpresa, a veces
tuvimos reuniones tranquilas y pacíficas en las casas. Una vez decidí visitar a un amigo que
estaba un par de millas fuera de la ciudad, quien no estaba bien; sin embargo, al oír que el rey
había enviado a pedir al alcalde que ejecutara leyes en contra de los disidentes, y los
magistrados después tuvieron la intención de cerrar con clavos las puertas de los lugares de
reunión, no tuve la libertad de salir de la ciudad; pero fui inspirado a ir a la reunión de la calle
Gracechurch. A pesar de todas sus amenazas, se llevó a cabo una reunión tranquila y grande, y
la gloria de Dios brilló sobre todos.

La misma semana fui a la reunión en el Peel en la calle de Juan, y las sesiones de las cortes se
llevaron a cabo en el mismo día en el salón de Hicks. Fui en la mañana; y debido a que William
Mead estaba asignado para comparecer ante la sesión de la corte por no ir a la adoración de la
iglesia, vino una o dos veces del salón de Hicks a verme en el Peel; lo cual algunos de mente
corrupta observaron, y fueron a informarle a los jueces del tribunal que él había ido a una
reunión en el Peel. Con lo cual ellos enviaron a un mensajero para ver si había una reunión;
pero ya que esto sucedió a media mañana, no había reunión. Por lo tanto el mensajero volvió y
les dijo. Entonces otros le informaron a los jueces que habría una reunión allí en la tarde; ante
lo cual ellos enviaron a llamar al guardia principal y le preguntaron por qué él permitía que se
llevara a cabo una reunión en el Peel, tan cerca de él. Él les dijo que él no sabía de ninguna
reunión en ese lugar. Ellos le preguntaron cómo es que él no sabía si vivía tan cerca. Él dijo que
él nunca había estado allí en su vida, y no tenía conocimiento de ninguna reunión que se llevara
a cabo allí. Ellos trataron de convencerle que él tenía que saber; pero él mantuvo su negativa, y
ellos dijeron que ordenarían que se hablara de esto otra vez en la tarde. Pero después que
habían tratado con muchos otros asuntos en las sesiones, cuando llegó la hora de cenar, ellos se
apresuraron a ir a su cena, sin dar la orden, y cuando ellos llegaron al tribunal otra vez después
de cenar, el Señor lo sacó de sus mentes, de manera que la reunión estuvo tranquila,
comenzando y terminando en paz; y tuvimos una reunión bendecida, ya que la presencia del
Señor estuvo de manera preciosa entre nosotros. Cuando los Amigos me vieron yendo hacia la
reunión, muchos se preocuparon de que yo fuera arrestado; pero antes de ir, resolví en mi
mente que si era la voluntad del Señor, yo estaba listo para ser arrestado y sufrir, porque no
tenía nada en mi mente con respecto a esto sino la gloria del Señor. Yo creo que el Señor lo sacó
de sus mentes para que nuestra reunión no fuera disuelta ese día. Sin embargo, el primer día de
la semana siguiente, tres de los cuatro jueces (según oí) llegaron al Peel y expulsaron a los
Amigos fuera del lugar de reunión, y los dejaron fuera. Ellos también preguntaron por William
Mead, pero él no estaba allí.

Ese día fui inspirado a ir a la reunión de la calle Gracechurch; y se esperaba que los oficiales
volverían a disolver la reunión o mantener a los Amigos fuera; y muchos cientos de personas
llegaron a ver lo que se haría con nosotros. Pero los oficiales no llegaron; por lo tanto estuvimos
en paz y tranquilidad; y muchas de las personas que vinieron a ver, se quedaron todo el tiempo;
y tuvimos una reunión gloriosa y preciosa, porque la presencia del Señor estaba plenamente
entre nosotros, y su poder estuvo sobre todos; ¡gloria sea a su nombre para siempre, quien está
sobre todo!

Yo había visto el discurso impreso del alcalde acerca de ejecutar leyes en contra de los
disidentes; y pensé que deberíamos redactar un documento para enviárselo al alcalde y a los
concejales, para aclarar que nosotros no éramos como aquellas personas contra las cuales se
promulgaron esas leyes; y para presentar nuestro comportamiento pacífico tanto hacia el rey
como hacia el gobierno. Por consiguiente se redactó un documento, que fue firmado, y
entregado al alcalde; y copias fueron entregadas a los concejales, y el obispo de Londres quien
lo tomó de manera amable, y fueron muy cordiales con los Amigos que las entregaron.

Alrededor de este tiempo fui inspirado a escribir las siguientes líneas a los
Amigos:

Estimados Amigos, sientan el poder de Dios en todos ustedes, y sobre todo, y


por él dejen que sus corazones se unan los unos con los otros, y al Señor
Dios, quien los ha reunido a ustedes con él por medio de su poder y su
espíritu, para que sean un pueblo que le sirve y le adora. Por lo tanto ustedes
pueden esforzarse para destacarse los unos ante los otros en virtud, y en ese
amor que soporta todo, y edifica el cuerpo de Cristo, el cuerpo del segundo
Adán. Porque el cuerpo del antiguo Adán en la caída está lleno de malicia,
envidia, y vicio. Por lo tanto ustedes que son llamados fuera del antiguo
Adán en la caída, y que se han vestido de Cristo, el segundo Adán que nunca
cayó, caminen en él, el tesoro de vida, sabiduría, y conocimiento, en quien
ustedes tienen paz con Dios, quien es el primero y el último, el comienzo y el
final. Por lo tanto que todos se unan a Dios, en aquel que reconcilia todas las
cosas en una, tanto las cosas en el cielo como las cosas en la tierra; quien
es el testigo fiel y verdadero en el varón y la hembra. En él siéntense, quien
está por encima de los zorros sutiles en sus hoyos, y las aves del cielo en sus
nidos; yo digo, siéntense en Cristo, quien no tiene lugar entre ellos para
poner su cabeza; él es su reposo. Por lo tanto en él está mi amor para todos
ustedes.

Jorge Fox
Londres, el día 20 del mes 11, del año 1682

No mucho tiempo después recibí un informe por carta, de algunos Amigos que estaban
prisioneros en Denbigh en Wales, que muchos Amigos allí estaban bajo grandes sufrimientos
por el testimonio de su buena conciencia. En ese tierno sentido fui inspirado en el amor de Dios
a visitarlos con unas pocas líneas, como una palabra de consuelo para ellos en sus sufrimientos;
y de exhortación, para que permanezcan firmes en el testimonio que les ha sido encargado, de
esta manera:

Estimadas ovejas sufrientes por causa del nombre y mandato de Jesús. Sean
valientes por su verdad, y fieles, y ustedes sentirán la presencia de Cristo con
ustedes. Mírenlo a él que sufrió por ustedes, que los ha comprado, y los
alimentará, quien dijo: "tengan valor, yo he vencido al
mundo:" quien destruye al diablo y sus obras, y hiere la cabeza de la
serpiente. Yo les digo, miren a Cristo, quien es su santuario, en quien ustedes
tienen reposo y paz. A ustedes les es dado no sólo creer, sino sufrir por causa
de su nombre. Aquellos que viven piadosamente en Cristo Jesús, sufrirán
persecución por mano de los impíos profesantes de Cristo Jesús, quienes
viven lejos de él. Por lo tanto, sean valientes por la verdad de Dios sobre la
tierra, y miren por encima de ese espíritu que los hace sufrir, hacia Cristo,
quien existía antes que aquel, y estará todavía cuando aquel se haya ido.
Consideren a todos los profetas, Cristo, y los apóstoles, quienes sufrieron y
fueron perseguidos; pero ellos nunca fueron perseguidos como hombres
verdaderos, sino como engañadores, y sin embargo ellos eran decían la
verdad. Cristo es el mismo hoy y ayer, una roca y fundamento de su edad y
generación, para que ustedes edifiquen sobre ella. Yo he escrito con respecto
a ustedes (después que oí su carta), a los Amigos en Cheshire para que los
visiten, entendiendo que ustedes pertenecen a sus reuniones trimestrales. Yo
deseo que algunos Amigos de su región vayan y hablen de la condición de
ustedes ante las reuniones mensuales o trimestrales en Cheshire. Le he
escrito de la misma manera a Ricardo Davis, que algunos de ese lado puedan
ir y visitarlos a ustedes y ver cuál es su condición.

Mi amor está con ustedes en el Señor, quien es el único que es su apoyo.

Jorge Fox
Londres, el día 27 del mes 11, del año 1682

Debido a que muchos de los magistrados no estaban dispuestos a que les impusieran multas a
los lugares de reunión, ellos mantuvieron a los Amigos fueran de muchos lugares, poniendo
oficiales y guardias de soldados a las puertas y las entradas; sin embargo a veces los Amigos
fueron multados por hablar u orar, aunque lo hicieron afuera del lugar de reunión. Un primer
día de la semana fui inspirado a ir al lugar de reunión en Devonshire en la tarde; y debido a que
había oído que los Amigos habían sido dejados fuera esa mañana, (como sucedió ese día en la
mayoría de las reuniones en la ciudad), yo me fui algo más temprano, y llegué al patio, antes de
que llegaran los soldados a cuidar las entradas; pero los guardias habían llegado allí antes que
yo y estaban en la puerta con sus duelas. Yo les pedí que me dejaran entrar; ellos dijeron que no
podían y no se atrevían porque se les había mandado a que nos detuvieran y lo lamentaban. Yo
les dije que no me les quería oponer; por lo tanto me quedé cerca, y ellos fueron muy corteses.
Me quedé hasta que me cansé; entonces uno de ellos me dio un taburete para sentarme; y
después de un rato el poder de Dios comenzó a brotar entre los Amigos, y uno comenzó a
hablar. Los guardias pronto le mandaron a que se callara y le dijeron que no debía hablar.
Cuando él no se calló, ellos se comenzaron a enojar. Pero yo suavemente puse mi mano sobre
uno de los guardias, y le pedí que lo dejara tranquilo. El guardia cedió y se tranquilizó; y el
Amigo no habló mucho tiempo más. Después que él había terminado, fui inspirado a pararme y
hablar; y en mi declaración dije que no había necesidad de que ellos vinieran en contra de
nosotros con espadas y duelas; porque nosotros éramos personas pacíficas, y no teníamos nada
en nuestros corazones sino buena voluntad hacia el rey y los magistrados, y hacia toda la gente
sobre la tierra. Nosotros no nos reuníamos "bajo el pretexto de la religión para conspirar en
contra del gobierno, o para levantar insurrecciones;" sino para adorar a Dios en espíritu y en
verdad. Teníamos a Cristo como nuestro obispo, sacerdote, y pastor, para alimentarnos y
cuidarnos, y él gobernaba en nuestros corazones; por lo tanto nosotros nos podemos sentar en
silencio, disfrutando a nuestro maestro. De manera que a Cristo, su obispo y pastor, yo los
recomendé a todos. Me senté y después de un tiempo fui inspirado a orar, y el poder del Señor
estuvo sobre todo; y el pueblo, incluyendo los guardias y soldados, se quitaron los sombreros.
Cuando la reunión se había acabado y los Amigos comenzaron a irse, un guardia se quitó el
sombrero y le pidió al Señor que nos bendijera; porque el poder del Señor estaba sobre él y el
pueblo.
Después de esto me fui por la región, visitando Amigos en sus casas, a quienes se les había
confiscado sus propiedades por adorar a Dios. Tomamos un informe de lo que se les había
quitado. Algunos Amigos se reunieron acerca de esto y redactaron el caso de los sufrimientos
de nuestros Amigos por escrito, y se lo dieron a los jueces durante sus sesiones. Lo cual resultó
en que ellos emitieron una orden que decía que ‘los oficiales no deberían vender las
propiedades personales de los Amigos que ellos tenían en sus manos, sino guardarlas hasta las
siguientes sesiones;’ lo cual desanimó algo a los informantes, y dio un pequeño alto a sus
procedimientos.

El siguiente primer día de la semana fui inspirado a ir a la reunión en el Savoy; y ya para


cuando se había reunido, entró el servidor de la corte; y después de él la gente salvaje, como un
mar; pero el poder del Señor los encadenó a todos. El espíritu del Señor pasó por todo y sobre
todo, y ellos estuvieron tranquilos, y tuvimos una reunión gloriosa y pacífica; ¡bendito sea el
Señor por su indescriptible bondad! Esto fue en el mes doce, del año 1682.

En el primer día del año 1683, fui a Kingston sobre el Támesis. A medida que iba a la reunión,
me encontré con el guardia principal quien había estado en el lugar de reunión, y había
establecido vigilantes para mantenernos afuera; sin embargo él fue muy cortés, y el vigilante
dejó que los Amigos tuvieran un par de bancas afuera, para sentarse en el camino; de modo que
los Amigos se reunieron allí, y tuvimos una reunión muy preciosa; porque la presencia
consoladora del Señor estaba con nosotros, en la cual nos separamos en paz.

Habiendo visitado y animado a los Amigos de allí, regresé a Londres y fui a la reunión en Bull
and Mouth, donde los guardias con sus vigilantes cuidaban para mantener a los Amigos fuera
del lugar. Por lo tanto nos reunimos en la calle; y cuando algún Amigo hablaba, los oficiales y
vigilantes hacían un gran espectáculo para bajarlo y llevarlo bajo custodia. Después de que
algunos otros Amigos habían hablado, fue mi turno de hablar. Dije: ‘el cielo es el trono de Dios,
y la tierra el estrado de sus pies; y ¿acaso ustedes no nos dejarán estar sobre el estrado de Dios
para adorar y servir al Dios viviente?' Mientras hablaba, ellos estuvieron en silencio; y después
que había terminado lo que me sentí inspirado a decir, terminamos la reunión en paz. Esto fue
en el sexto día de la semana.

En el siguiente primer día de la semana fui inspirado a ir a la reunión en la calle Gracechurch.


Cuando llegué allí, encontré un guardia en la entrada de la calle Lombard, y otro en la puerta
en la calle Gracechurch, para mantener a los Amigos fuera del lugar de reunión; por lo tanto
nos vimos forzados a reunirnos en la calle, pero estábamos felices. Después de un tiempo me
paré sobre una silla y hablé extensamente a la gente, 'abriéndoles los principios de la verdad, y
declarándoles muchas verdades importantes con respecto a los magistrados, y al Padre
Nuestro.' Además de los Amigos había una gran multitud de personas, y todo estuvo muy
tranquilo; porque el poder del Señor estuvo sobre todo, y a su tiempo indicado terminamos
nuestra reunión y nos fuimos en paz.

Al siguiente día fui a Guildford en Surrey; y visitando a los Amigos allí, pasé a Worminghurst
en Sussex donde tuve una reunión muy bendecida entre los Amigos, libre de interrupciones.
Mientras estaba allí, Jaime Claypole de Londres, (quien estaba allí con su esposa),
repentinamente se enfermó con un ataque tan violento de piedras al riñón que no podía ni
pararse ni acostarse; y con un dolor extremo gritaba como una mujer dando a luz. Cuando lo oí,
me afligí mucho en el espíritu y fui a él. Después que le había hablado unas pocas palabras para
llevar su mente al interior, fui inspirado a poner sus manos sobre él y oré al Señor para que
reprendiera su padecimiento. Mientras tenía mi mano sobre él, el poder del Señor pasó por él;
y por fe en ese poder su dolor se alivió rápidamente y pronto se quedó dormido. Cuando
despertó, la piedra había pasado de él como tierra; y él estaba tan bien, que al día siguiente él
cabalgó conmigo veinticinco millas en un carruaje, aunque cada uno de los ataques de piedras
al riñón anteriores lo había forzado a estar en cama por dos a cuatro semanas cada vez. Pero el
Señor fue solicitado por él, y su por poder él pronto le dio a Jaime alivio esta vez; ¡por lo tanto
bendito y alabado sea su santo nombre!

Después de que había tenido algunas reuniones en Sussex y Surrey, y visitado Amigos en el
área, regresé a Londres pasando por Kingston, donde tuve una reunión en el primer día del
segundo mes, que era el primer día de la semana. Un guardia y un vigilante nos mantuvieron
fuera del lugar de reunión, por lo tanto nos vimos forzados a reunirnos en el camino, pero
estábamos alegres. Debido a que era el día de la reunión mensual, y mucha gente había venido,
la reunión fue algo grande y muy tranquila; y la presencia bendita del Señor estaba entre
nosotros; ¡bendito sea su nombre para siempre!

Llegando otra vez a Londres, fui a la reunión en la calle Wheeler, cerca de Spitalfields, que ese
día terminó siendo muy grande, y fue una reunión gloriosa y bendecida; porque el poder del
Señor y su verdad estuvo sobre todo, y muchas cosas profundas e importantes fueron abiertas
al pueblo para gran satisfacción de ellos.

Me quedé el Londres y sus alrededores, visitando reuniones, y trabajando en el servicio del


evangelio, hasta la reunión anual, la cual comenzó el día 28 del tercer mes. Fue un tiempo de
gran sufrimiento, y yo estaba muy preocupado porque los Amigos que venían del campo a los
servicios de la iglesia fueran arrestados y encarcelados en Londres. Pero el Señor estuvo con
nosotros, su poder nos protegió, y nos dio una oportunidad dulce y bendita de esperar en él, y
ser consolados juntos con él, y para realizar esos servicios por su verdad y el pueblo con el que
nos encontramos. Después fue un tiempo de gran persecución, y entendimos que en algunas
regiones los Amigos estaban bajo grandes sufrimientos ya sea por encarcelamiento o
confiscación de sus propiedades personales, o ambas cosas. Había una preocupación que
pesaba sobre mí, el temor de que los Amigos, especialmente los que comerciaban y hacían
negocios en el mundo, pudieran estar a alto riesgo de pérdida de los bienes y propiedades de
otros hombres por medio de sus sufrimientos. Como resultado de que este pensamiento vino
sobre mí, redacté una epístola de advertencia a los Amigos que estaban en esas circunstancias,
la cual comuniqué a la reunión anual; y de allí fue enviada entre los Amigos a través de la
nación; una copia de la cual se presenta a continuación:

Estimados Amigos y hermanos en el Señor Jesucristo,

¿Quién es su único santuario en este día de tormenta y persecución,


confiscación de propiedades personales, y encarcelamientos? Que los ojos de
todos estén sobre él, a quien se le da todo el poder en el cielo y en la tierra;
de modo que ninguno puede tocar ni un cabello de sus cabezas, ni ninguna
cosa que ustedes tengan, a menos que sea permitido o admitido en este día
para probar a su pueblo, si sus mentes están con el Señor o en las cosas
externas. Estimados Amigos, tengan cuidado de que todas sus ofrendas estén
libres de embargos u obligaciones, y sus propias cosas, que ustedes las hayan
pagado completamente, para que no ofrezcan lo que está en las manos de
otro hombre, o aquello que les fue encargado, (y que no es de ustedes), o las
propiedades de los huérfanos o de las viudas; sino que todas las tales cosas
sean acordadas y establecidas en sus lugares. Ustedes pueden recordar que
muchos años atrás, durante un tiempo de gran persecución, muchos Amigos
que eran comerciantes, negociantes, y otros, se preocuparon por las viudas y
los huérfanos y las propiedades de otras personas que estaban en sus manos.
Y cuando vino un gran sufrimiento, persecución, y confiscación de bienes
sobre los Amigos, se tomó un cuidado especial para que lo único que se
ofreciera al Señor fuera realmente de ellos, y no la propiedad o bienes de
otros que estuvieran en sus manos; y que ellos no ofrecieran las cosas de
otros, sino sólo lo que ellos habían comprado y pagado, o que pudieran
pagar. Después salieron varias cartas del campo a la reunión en Londres, de
Amigos que tenían bienes de negociantes en Londres a crédito, los cuales
ellos no habían pagado, quienes le escribieron a sus acreedores, pidiéndoles
que se llevaran sus bienes consigo. Y algunos Amigos vinieron a Londres, y
hablaron con sus acreedores, dejándoles saber que ellos "eran responsables
de que todo lo que estaba en su posesión fuera confiscado;" y les dijeron que
ellos "no permitirían que nadie sufriera por causa de ellos; ni por sufrimiento
ofrecerían ninguna cosa excepto lo que era realmente de ellos, o lo que ellos
podían pagar." Después de lo cual varios de ellos devolvieron sus bienes.
Esto creó una muy buena reputación de los Amigos en los corazones de
muchas personas, cuando vieron el principio tan recto, justo, y honesto que
no permitía que nadie sufriera por su testimonio; sino que lo que ellos sí
sufrieran por el testimonio de Jesús debería ser real y verdaderamente de
ellos, no de otras personas. En esto ellos no le debían nada a nadie sino
amor. De modo que en esto todo hombre y mujer permanece en la ofrenda
libre, y el pueblo libre, ya sea espiritual o material, que es de ellos; y que ellos
no le hagan ningún mal a nadie, ni interna ni externamente. Ornán le dijo a
David: "Te doy la era,…. y los bueyes para el holocausto; y los trillos para la
leña, y el trigo para la ofrenda de vegetal. Te lo doy todo." Pero el rey David
le dijo a Ornán: "No, sino que por su justo precio lo compraré; porque no
tomaré para Jehovah lo que es tuyo, ni ofreceré un holocausto que no me
cueste nada.” 1 Cro 21:24. Por lo tanto cualquier ofrenda tenía que ser de lo
que David poseía, y así debe ser la ofrenda que cada hombre ofrece. Ustedes
ven aquí que David no quiso aceptar el regalo de otro hombre para ofrenda al
Señor; él no quiso ofrecer aquello que no le costó nada, sino aquello que era
realmente suyo. Salmo 112:5. "El hombre de bien administra sus cosas con
justicia."

Que esto se lea en sus reuniones mensuales y trimestrales de hombres y


mujeres.

Jorge Fox
Londres el día segundo del cuarto mes, del año 1683

Algún tiempo después de la reunión anual fui a Kingston por el río Támesis a visitar Amigos; y
mientras estaba allí, me vino la inspiración de escribir la siguiente epístola a los Amigos en
general, como un saludo de amor, y para despertar la mente en ellos.

Estimados Amigos y hermanos,

Que son llevados de la oscuridad a la luz, y del poder de Satanás a Dios,


quienes son creyentes en la luz, la cual es la vida en Cristo, y han llegado a
ser hijos de la luz y del día, implantados en Cristo, el segundo Adán, el Señor
del cielo, y son reunidos en el nombre de Jesús, en quien ustedes tienen
salvación, y no en ningún otro nombre bajo el cielo. Porque Cristo Jesús dijo:
"Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de
ellos." Mat 18:20. De modo que si ustedes están reunidos en el nombre de
Jesús, él está en medio de ustedes, como Salvador, mediador, profeta,
pastor, obispo, líder, consejero, el capitán de su salvación, quien hiere la
cabeza de la serpiente, y destruye al diablo y sus obras. Por lo tanto,
hermanos en Cristo Jesús, exhórtense los unos a los otros diariamente,
mientras todavía es de día, para que ninguno de ustedes sea endurecido por
medio del engaño del pecado. Porque ustedes son hechos partícipes de
Cristo, si de verdad retienen firme el principio de su confianza hasta el
fin. Heb 3:14. Por lo tanto, oigan la voz de Cristo; porque él está en medio de
ustedes como un maestro. Tengan cuidado de no permitir que en cualquiera
de ustedes haya un corazón impío de incredulidad, que se separa del Dios
viviente, como lo hay en muchos en este día de provocación y
tentación. Mientras todavía es día, oigan su voz, y consideremos cómo
animar y exhortarnos los unos a los otros al amor y a hacer buenas
obras. Retengamos la profesión de nuestra fe sin vacilar, (porque aquel que
ha prometido y los ha llamado es fiel). No dejen de congregarse juntos con
otros creyentes, como algunos tienen por costumbre,” noten, "como algunos
tienen por costumbre," que sí dejaron de reunirse y todavía lo hacen; sino
exhórtense los unos a los otros y aumenten las exhortaciones aún más a
medida que vean que aparece el día de la luz. Porque si pecamos
voluntariamente, después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya
no queda más sacrificio por el pecado, sino una horrenda expectativa de
juicio y de fuego ardiente que ha de devorar a los adversarios. Heb 10:24-27.
Por lo tanto es bueno no dejar de congregarse juntos, sino exhortarse los
unos a los otros diariamente; porque Cristo está en medio de su pueblo como
maestro y profeta, quien dijo: “Aprended de mí, el camino, la verdad y la
vida." Nosotros somos muchos individuos pero somos sólo un cuerpo en
Cristo, reunidos en su nombre; y todos son miembros los unos de los
otros. Teniendo entonces dones, diferentes de acuerdo a la gracia que nos es
concedida, si es profecía, entonces que profeticemos de acuerdo a la medida
de la fe; y que aquellos que ministran, sirvan a aquellos que están bajo su
cuidado; los que son maestros, en sus enseñanzas; y aquel que exhorta, que
anime y convenza; aquel que da, que lo haga con sencillez y discretamente; y
aquel que gobierna, con diligencia; y el que muestra misericordia, lo debe
hacer con alegría. Aborrezcan lo que es malo; aférrense a lo que es bueno.
Sean amables y cariñosos los unos con los otros, con amor fraternal, en
honor prefiriéndose los unos a los otros. Regocíjense en esperanza, sean
pacientes en las tribulaciones, "no sean vencidos por el mal, sino venzan el
mal con bien;" y si es posible, en cuanto dependa de ustedes, "tengan paz con
todos los hombres;" Rom 12. Esta es y era la práctica de la iglesia de Cristo. Y
ahora el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que
abundéis en la esperanza por el poder del Espíritu Santo. Pero yo mismo
estoy persuadido de vosotros, hermanos míos, que vosotros también estáis
colmados de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis
aconsejaros los unos a los otros. Rom 15:14. Aquí está la iglesia de Cristo en
la cual Cristo está presente entre ellos como maestro y cabeza de la iglesia; y
los miembros eran y son capaces por medio de él de amonestarse los unos a
los otros. Y la paz de Cristo gobierne en vuestros corazones, pues a ella
fuisteis llamados en un solo cuerpo. La palabra de Cristo habite
abundantemente en vosotros en toda sabiduría, enseñándoos y
amonestándoos los unos a los otros ,... Col.3 "Y todo lo que hagáis, sea de
palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando
gracias a Dios Padre por medio de él;" y sobre todas las cosas esfuércense por
alcanzar el amor, el cual es el vínculo de perfección. El apóstol le dijo a
Timoteo: "no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí,
prisionero suyo. Más bien, sé partícipe conmigo de los sufrimientos por el
evangelio, según el poder de Dios. Fue él quien nos salvó y nos llamó con
santo llamamiento, no conforme a nuestras obras, sino conforme a su propio
propósito y gracia, la cual nos fue dada en Cristo Jesús antes del comienzo
del tiempo." 2 Tim 1:8-9. Le corresponde a todos no avergonzarse del
testimonio de nuestro Señor, quien los ha llamado por su gracia; y no
avergonzarse de ninguno de los prisioneros de Cristo, y los afligidos por
causa de Cristo y su evangelio, quien ha abolido la muerte, y trae la vida y la
inmortalidad a la luz por medio de su evangelio; ustedes que creen en la luz,
conózcanla. Pedro dijo en su epístola general a la iglesia de Cristo: "Cada
uno," tome nota que dice cada uno, "ha recibido el don, así póngalo al
servicio de los demás, como buenos administradores de la multiforme gracia
de Dios. Si alguien habla, que hable conforme a los oráculos de Dios," por lo
tanto no de los hombres. "Si algún hombre ministra, que lo haga conforme al
poder que Dios le da," por lo tanto no la habilidad de las artes y las ciencias
de los hombres, "para que en todas las cosas Dios sea glorificado por medio
de Jesucristo." Porque estos dones y gracia vienen de Jesús hacia los
corazones de los miembros de su iglesia, y él está en medio de ellos. Y si
algún hombre sufre como cristiano, que no se avergüence, sino que
glorifique a Dios. Todo verdadero cristiano tiene la presencia de Cristo, a
quien se le da todo el poder en el cielo y en la tierra, para apoyarle con su
gloria, luz y vida. Cristo le dijo a sus creyentes: "Guardaos de los hombres,
porque os entregarán a los tribunales y en sus sinagogas os azotarán. Seréis
llevados aun ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio a
ellos y a los gentiles. Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o
qué hablaréis, porque os será dado en aquella hora lo que habéis de decir.
Pues no sois vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre que
hablará en vosotros. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre.
Pero el que persevere hasta el fin, éste será salvo. El discípulo no es más que
su maestro, ni el siervo más que su señor. Bástale al discípulo ser como su
maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia le llamaron
Beelzebul, ¡cuánto más lo harán a los de su casa! No temáis a los que matan
el cuerpo pero no pueden matar al alma. Ni un pajarito cae a tierra sin el
consentimiento de vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos
contados; más valéis vosotros que muchos pajaritos. Por tanto, a todo el que
me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi
Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los
hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.”
Mat 10:22-33. Nuevamente Cristo dijo: "Pues el que se avergüence de mí y
de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre
se avergonzará también de él cuando venga en la gloria de su Padre con los
santos ángeles." Mar 8:38. Y Cristo le dijo a sus discípulos: "El que os recibe
a vosotros a mí me recibe, y el que me recibe a mí recibe al que me envió. El
que recibe a un profeta porque es profeta, recibirá recompensa de profeta; y
el que recibe a un justo porque es justo, recibirá recompensa de justo.
Cualquiera que da a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente
porque es mi discípulo, de cierto os digo que jamás perderá su recompensa."
Mat 10:40-42. Allí ustedes pueden ver cómo Cristo anima a sus discípulos, y
aquellos que los reciben. Y Juan dijo: "No obstante, aun de entre los
dirigentes, muchos creyeron en él, pero por causa de los fariseos no lo
confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga." Juan 12:42. Hay muchos
creyentes hoy en día que están reacios a confesar a Cristo, porque temen que
perderán la aprobación de los hombres. Pero Cristo anima a los discípulos
fieles, y les dice que ellos los expulsarían de las sinagogas; sí, que vendría el
tiempo cuando cualquiera que los matara pensaría que le rinde servicio a
Dios. "Estas cosas," dijo él, "ellos harán, porque no conocen ni al Padre ni a
mí. Sin embargo, os he dicho estas cosas, para que cuando venga su hora, os
acordéis de ellas." Juan 16:2-4. Así ustedes pueden ver lo que Cristo les dijo a
sus discípulos que les sucedería. Y Saulo, antes que se convirtiera, obligaba a
los cristianos a blasfemar, y causó estragos en la iglesia de Cristo. Hechos
8:1-3 y Hechos 22:1-8 y Hechos 26:9-11. ¿Acaso la bestia en el Apocalipsis no
obliga tanto a grandes como a pequeños a adorarla a ella y a su imagen? ¿Y
acaso no la adoraron todos, excepto aquellos que tenían sus nombres escritos
en el libro de la vida del Cordero? ¿Acaso Nabucodonosor no hizo una
imagen de sesenta codos de alto, y seis codos de ancho? ¿Y no hizo que un
heraldo anunciara a alta voz: "Se le ordena a todos los pueblos y lenguas que
se inclinen y adoren a la imagen de oro que Nabucodonosor ha establecido; y
el que no se incline y adore la imagen será echado en medio del horno de
fuego". ¿Y acaso no fueron echados en el fuego Sadrac, Mesac y Abed-
nego? Dan. 3. Pero Dios los libró. Por lo tanto, es bueno ser fiel a Dios y a su
adoración en espíritu y verdad. Los judíos estuvieron de acuerdo, que si
algún hombre confiesa a Cristo, debe ser expulsado de sus sinagogas. Juan
9:22. Por lo tanto fue por causa de Cristo que ellos fueron expulsados de sus
sinagogas. Pero, como está escrito: "He aquí que yo pongo como cimiento en
Sión una piedra, una piedra probada. Una preciosa piedra angular es puesta
como cimiento. El que crea no se apresure." Isaías 28:16. Por lo tanto Cristo
es una piedra de tropiezo, y una roca de ofensa a todos los que no creen en la
luz, que es la vida de Cristo, ya sea que son judíos, cristianos, o gentiles. Los
judíos creían que vendría el Cristo por las escrituras, y los cristianos creen
que él ha de venir por las escrituras, pero no creen en la luz como lo ordena
Cristo, y por lo tanto no lleguen a ser hijos de la luz. Por lo tanto, ustedes que
son creyentes en la luz, y han llegado a ser hijos de la luz, caminen en Cristo,
su camino, vida y salvación.

Jorge Fox
Kingston, el quinto mes del año 1683

Antes de irme de Kingston entendí algo más, lo cual fui inspirado a escribir y enviarle a los
Amigos, como sigue a continuación:

Estimados Amigos,

Mi amor es hacia ustedes en la semilla santa que reina sobre todo. Y mi


deseo es que todos, tanto hombres como mujeres, puedan sentir la semilla,
Cristo, en ustedes, quien es el heredero de la promesa de vida eterna, para
que todos ustedes puedan crecer en Cristo Jesús, su cabeza, y ser edificados
sobre él, quien es la roca y fundamento que Dios ha establecido, que
permanece segura sobre todas las rocas y fundamentos en el mundo. Para
que ustedes puedan comer y beber de esta roca espiritual, el agua y comida
espiritual; para que ustedes puedan decir verdaderamente en su interior que
su roca y fundamento, su pan y agua de vida, viene del cielo; también que
ustedes conozcan la voz que los alimenta, y los lleva hacia los pastos de vida,
que siempre son frescos y verdes. En esto sus afectos están puestos en cosas
de arriba, buscando lo que desciende de arriba más que aquello que es de
abajo, donde Cristo se sienta a la diestra de Dios, haciendo intercesión por
ustedes; quien es su mediador, haciendo paz entre Dios y ustedes; y
su obispo celestial para que los vigile, para que ustedes se mantengan en su
luz, vida, y poder, y no se descarríen de su redil y sus pastos, para que él,
quien es su pastor, pueda alimentarlos allí. Él es el profeta de ustedes, que
les hace entender el cumplimiento de las promesas y las profecías, siendo él
mismo la sustancia; para que ustedes puedan vivir en él, y él en ustedes, sí, y
reinar en sus corazones; para ejercer allí sus oficios, sus oficios proféticos,
sacerdotales, y reales, quien es celestial y espiritual. Para que ustedes
puedan conocer a los tres que dan testimonio en la tierra, el
espíritu, el agua, y la sangre, la cual es la vida de Cristo, que limpia de
todo pecado; el agua que los limpia y los refresca, el espíritu que bautiza,
circuncida, y los lleva a toda verdad; para que todos ustedes puedan ir a
beber en un espíritu, y guardar la unidad del espíritu, que es el vínculo de la
paz celestial. Por lo tanto, al ser llevados por el espíritu de Dios, ustedes son
sus hijos e hijas, y por su espíritu llegarán a conocer a los tres que dan
testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo. Estos son los
tres testigos que están en el cielo, que llevan un registro de todas las cosas;
porque él es Dios del cielo, y Dios de la tierra. Por lo tanto, yo deseo que
todos ustedes puedan sentir su amor que es derramado en sus corazones, y
que vivan en él, (encima del amor del mundo, el cual es enemistad), y que en
esto ustedes puedan mantenerse en el camino excelente. Porque el amor
edifica el cuerpo de Cristo, edifica su iglesia, y mantiene fuera al enemigo;
porque está por encima de él, y lleva y guarda a todos en la verdadera
humanidad, y en la verdadera divinidad; y para ser corteses, benignos, y
cariñosos los unos hacia los otros. Y mostrar la naturaleza de Cristo, y el
verdadero cristianismo, en todas sus vidas y conversaciones, que las
bendiciones del Señor puedan reposar sobre ustedes, a medida que todos
ustedes viven en la semilla del evangelio, la semilla del reino de Dios, en la
cual todas las naciones son bendecidas. En ella todos ustedes tendrán un
cuidado de la gloria de Dios. Está el monte o montaña donde la luz brilla
para responder al testigo de Dios en todos, y la sal que es un buen sabor para
el testigo de Dios en los corazones de todos; y si nos mantenemos en este
sabor y esta sal, ella no llega a ser pisoteada por los hombres. Por lo tanto mi
amor para todos ustedes en Cristo Jesús, a quien Dios ha dado para que sea
un santuario para todo su pueblo, quien es de arriba, y no de este mundo, en
quien ustedes tienen vida, paz, y salvación. En él Dios Todopoderoso los
mantiene y guarda a todos ustedes para su gloria, Amén. A medida que
ustedes viven en la verdad pacífica de Dios, los mantiene bajo su protección y
dentro de ella; pero aquellos que hacen profesión de las escrituras de verdad,
y sin embargo viven fuera de la verdad, en el espíritu de la contienda,
intranquilidad, y descontento, en un espíritu inventado, conspirador, que es
del diablo y no de Dios, ese espíritu es juzgado como fuera de la verdad, y
que es de aquel en quien no hay verdad, cuya porción está en el lago, y en el
fuego que quema.
Jorge Fox
Kingston, el día 27 del quinto mes, del año 1683

Habiendo visitado Amigos en Kingston y sus alrededores, regresé a Londres; porque era tiempo
de sufrimiento para los Amigos allí, y no tuve la libertad de estar fuera de la ciudad por mucho
tiempo. Fui a la reunión en el Peel que recién había dispersada poco antes de mi llegada por los
jueces y guardias, y ellos se comportaron de manera muy violenta; pero durante ese día la
reunión fue en la casa; había sido tranquila y gloriosa, bendito sea el Señor.

El el siguiente primer día de la semana fui a la reunión en la calle Gracechurch, donde encontré
a tres guardias en el lugar de reunión, quienes mantuvieron a los Amigos afuera; así que nos
reunimos en el patio. Después de que había estado en la reunión por un tiempo, me paré y le
hablé al pueblo, y continué hablando por un buen tiempo. Después vino uno de los guardias,
me tomó de la mano y me dijo que ‘tenía que bajar.' Yo le pedí que fuera paciente, y continué
hablándole al pueblo; pero después de un poco él me arrancó de allí, y me llevó hacia adentro
del lugar de reunión. Yo les pregunté si ellos no estaban cansados de este trabajo. Uno de ellos
dijo que en realidad sí lo estaban. Me dejaron ir hacia la casa de la viuda de Foster, que estaba
unida al lugar de reunión, donde me quedé, y hacía mucho calor. Un Amigo oró después que yo
había sido llevado; y cuando la reunión se había acabado, los guardias le preguntaron a algunos
Amigos 'cuáles de ellos dirían que yo debería aparecer, si es que a ellos los cuestionaban acerca
de mí.' Pero los Amigos les dijeron que ellos no necesitaban pedir eso, porque yo era un hombre
bien conocido en la ciudad, y que no era 'uno que huiría o se escondería;' ellos no vinieron a mí,
sino que se fueron por su camino, y yo no oí más del asunto. La misma semana estaba en la
reunión en el Savoy, que se tenía que llevar a cabo afuera y fue perturbada; pero ese día se llevó
a cabo en el interior y fue pacífica, y una reunión preciosa. El siguiente primer día de la
semana, me vino la inspiración de ir a la reunión en Westminster, donde solían haber grandes
alborotos; pero allí también la reunión se llevó a cabo en el interior ese día y fue muy grande. El
poder del Señor estuvo sobre todo, y mantuvo a todos tranquilos y en silencio; porque aunque
muchos espíritus sueltos andaban por allí, sin embargo fueron atados por el poder y el espíritu
del Señor, de manera que no pudieron levantarse ni hacer alboroto.

Alrededor de este tiempo fui inspirado a escribir la siguiente epístola:

Amigos y hermanos,

Quienes han recibido la verdad pacífica, que los frutos de su paz, y su


espíritu tranquilo aparezca en todas sus reuniones y en todas sus palabras y
acciones; porque aquel que habita en la eternidad mora con un corazón
humilde, y él da gracia al humilde y resiste al soberbio. El cielo es su trono,
y la tierra en la que caminas es el estrado de sus pies; felices son ustedes que
ven y conocen a aquel que es invisible. Y ahora, Amigos, que todas las cosas
se hagan en amor en sus reuniones y en otras partes, sin contiendas ni
buscando lo suyo. Porque el amor cumple la ley, y el amor vence y edifica el
cuerpo de Cristo. No hay yo ni envidia en el amor, ni está hinchado; sino que
el amor soporta y aguanta todo. Asegúrense que este amor de Dios gobierne
en todos ustedes y sobre todos ustedes. Cristo dijo:"Bienaventurados los
pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos; bienaventurados
los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los mansos,
porque ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los que tienen hambre y
sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los
misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia. Bienaventurados los de
limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los
pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados
los que son perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de
los cielos. Bienaventurados sois cuando los hombres os vituperen y os
persigan, y digan todas clases de males en contra de vosotros por mi causa;
gozaos y alegraos; porque grande es vuestro galardón en el cielo; porque así
persiguieron a los profetas que vinieron antes de vosotros." Ahora Amigos,
aquí hay mucha información en estas palabras. Todos deben estar en estos
estados y condiciones, si tienen estas bendiciones. Los hijos de Dios son
pacificadores, y se esfuerzan para hacer la paz en la verdad; y para vivir en
paz con todos los hombres mientras sea posible. Por lo tanto vivan en la paz
y la buena voluntad con todos los hombres; y esta buena voluntad es tanto
para su santificación como su salvación. Y Amigos, consideren la sabiduría
de Dios que viene de arriba, que es pura, pacífica, amable, y razonable, llena
de misericordia y buenos frutos, sin parcialidad ni hipocresía. Estimados
Amigos, que la sabiduría pura, pacífica, y amable que es de arriba, que es
razonable, y que está llena de misericordia y buenos frutos, sea ejercitada y
practicada en todas las verdaderas iglesias de Cristo; para que la sabiduría
sea justificada en sus hijos. Porque las obras de la carne, o el espíritu carnal,
son odio, inmoralidad sexual, impureza, libertinaje, idolatría, odio,
discordia, celos, ataques de ira, ambiciones egoístas, disensiones, envidia,
borracheras, etc., y los que hacen tales cosas, no heredarán el reino de Dios.
Pero los frutos del espíritu de Dios son amor, gozo, paz, paciencia,
amabilidad, bondad, fidelidad, benignidad, y dominio propio. Por lo tanto,
estimados Amigos y hermanos, esfuércense por excederse los unos a los
otros, y todo el pueblo sobre la iglesia en humildad, mansedumbre,
amabilidad, temperancia, amor, paciencia, pureza, y misericordia; entonces
ustedes presentarán los frutos del espíritu de Dios, y de su sabiduría que
viene de arriba. En esto, la sabiduría será justificada en sus hijos; y ustedes
serán la sal de la tierra, y una luz para el mundo puesta sobre un monte, la
cual no se puede esconder; y la moderación de ustedes aparecerá ante todos
los hombres. Sean justos y rectos, fieles y verdaderos en todas sus palabras,
asuntos y conversaciones; para que ustedes puedan responder a la verdad en
todo el pueblo; porque Cristo dijo que su padre es glorificado por aquellos
que producen frutos, y los hombres vean las buenas obras que resultan;
porque aquel que hace justicia, es aceptado por Dios. Y aquel que mora en
amor, mora en Dios; porque el amor es el estado de su morada. Que ese
estado de su morada esté en todos los que han recibido la verdad; porque si
no es así, ustedes no están morando en Dios, sea lo que sea que ustedes
digan acerca de su estado. Por lo tanto es mi deseo que todos ustedes quienes
han recibido a Cristo la semilla, que hiere la cabeza de la serpiente, puedan
caminar en él como su santuario, su reposo y paz. Amén.

Jorge Fox
Londres, el día 14 del sexto mes, del año 1683

Proseguí hacia Londres, trabajando en la obra y el servicio del Señor tanto dentro como afuera
de las reuniones; visitando a veces Amigos en la cárcel por el testimonio de Jesús, animándolos
en sus sufrimientos, y exhortándolos a permanecer fieles y firmes en el testimonio que el Señor
les ha encargado a que lleven; también visitando a veces aquellos que estaban enfermos y
débiles de cuerpo, o afligidos de su mente, ayudándolos a sobrellevar sus espíritus para que no
se hundan bajo sus debilidades. A vedes nuestras reuniones eran tranquilas y pacíficas; a veces
ellas eran interrumpidas y dispersadas por los oficiales. Un primer día de la semana me vino la
inspiración de ir a la reunión en el Savoy, la cual era grande; porque muchos profesantes y
personas sobrias estaban allí. El Señor me inspiró con muchas cosas preciosas e importantes
para el pueblo, las cuales les declaré entre ellos, y los dirigí hacia el espíritu de Dios en sí
mismos, del cual el Señor les había dado una medida; para que todos por el espíritu puedan
entender las escrituras, que fueron dadas por el espíritu de Dios; y que por el espíritu de Dios
ellos puedan conocer a Dios, y a Cristo a quien Dios ha enviado, y la vida eterna es conocerle a
él; y para que por medio del espíritu todos ellos puedan ir hacia Cristo, y puedan saber que él es
su santuario, quien destruye al diablo, el destructor, y sus obras, y hiere la cabeza de la
serpiente. Porque Cristo fue un santuario para aquellos a los cuales él era un Salvador, quienes
él salvó de las manos del destructor. Y Cristo los bautizó con el espíritu santo y con fuego, y
limpió completamente su suelo, y quemó su paja con el fuego que no se puede apagar; es decir,
el pecado y la corrupción que entraron en el hombre y la mujer por causa de su desobediencia;
pero Cristo junta su trigo en su granero. Para que todos los que son bautizados con el bautismo
de Cristo, su trigo está en el granero de Dios; y nada de destrucción puede entrar en el granero
de Dios para dañar el trigo que está allí, aunque se pueda permitir el daño a las posesiones
materiales.' A medida que hablaba en el poder del Señor por el cual la gente fue afectada
grandemente, los guardias y un mar de gente grosera entró de repente en la reunión. Uno de
los guardias dijo: 'Bájate,' y puso sus manos sobre mí. Yo le pregunté: '¿eres cristiano? Nosotros
somos cristianos.' Él me tomó de la mano, y estaba muy decidido a bajarme; pero yo me quedé
sin moverme, y le hablé unas pocas al pueblo, pidiéndole al Señor que derramara las
bendiciones de Dios sobre todos ellos.

Parte 4 de 4
<1> <2> <3> <4>

El guardia todavía me decía que me bajara, y finalmente me jaló hacia abajo; y él le dijo a otro
hombre que tenía una vara que 'me arrestara y me llevara a la cárcel.' Ese hombre me llevó a la
casa de otro oficial que era más cortés; y después de un rato ellos trajeron a cuatro Amigos más
a quienes habían arrestado. Yo estaba muy cansado y con un gran sudor; y varios Amigos al oír
donde estaba yo, vinieron a verme a la casa del guardia; pero yo les dije a todos que se fueran
porque temía que los guardias y los informantes los arrestaran. Después de un rato los guardias
nos llevaron por casi una milla al juez, quien era un hombre temible y apasionado. Después que
él me había preguntado mi nombre, y su secretario lo había escrito, el guardia le informó que
yo 'había predicado en la reunión.' El juez dijo de manera enojada: ‘¿acaso no sabes que es
contrario a las leyes del rey predicar en tales reuniones ilícitas lo que es contrario a la liturgia
de la iglesia anglicana?' Estaba allí un hombre presente que se llamaba Shad (un informante
impío, de quien se decía que se había escapado de la cárcel en Coventry y que había sido
marcado en la mano como un criminal en Londres), quien al oír al juez hablarme de tal
manera, se le acercó y le dijo que él nos había condenado por la vigésimo segunda ley del rey
Carlos II. '¿Qué? ¿Tú los condenas?' dijo el juez. 'Sí,' dijo Shad, ‘yo los he condenado, y usted
debe condenarlos por esa ley también.' Con esto el juez se enojó con él y dijo: ‘¡Tú me enseñas!
¿Qué eres tú? Yo los condenaré por crear un disturbio.' Al oír esto y ver al juez enojado, el
informante se fue preocupado; por lo tanto estuvo desilusionado en cuanto a su propósito. Yo
pensé que él haría jurar a alguien en contra mía; por lo tanto le dije: 'que ningún hombre jure
en contra mía, porque es mi principio el "no jurar;" y por lo tanto yo no haría que ningún
hombre jurara en mi contra.' Ante lo cual el juez me preguntó si yo no había predicado en la
reunión. Yo le dije: 'Yo confesé lo que Dios y Cristo habían hecho por mi alma; y alabé a Dios.
Yo pensé que había hecho eso en las calles y todos los lugares para alabar a Dios, y confesar a
Cristo Jesús; lo cual no tenía vergüenza de confesar. Ni era esto contrario a la liturgia de la
iglesia anglicana.' El juez dijo que las leyes estaban puestas en contra de tales reuniones ya que
eran contrarias a la liturgia de la iglesia anglicana.' Yo dije que no sabía de ninguna ley de ese
tipo en contra de nuestras reuniones; pero que sí él se refería a la ley que se había promulgado
en contra de aquellos que se reúnen para conspirar, idear, y levantar insurrecciones en contra
del rey, nosotros no éramos de esas personas y aborrecíamos todo ese tipo de acciones; y que
teníamos verdadero amor y buena voluntad hacia el rey, y hacia todos los hombres en la tierra.
El juez entonces me preguntó si yo había estado bajo órdenes de la corte. Yo le dije que no.
Entonces él tomó sus libros de leyes, y buscó leyes en contra de nosotros, pidiéndole a su
secretario que tomara el resto de nuestros nombres por mientras. Pero cuando él no pudo
encontrar ninguna otra ley en contra de nosotros, el secretario hizo que el guardia hiciera un
juramento en contra nuestra. Algunos de los Amigos le advirtieron al guardia que fuera
'cuidadoso de lo que juraba, para evitar cometer perjurio porque él los había arrestado en la
entrada, no en la reunión.' Sin embargo el guardia, siendo un hombre enfermo, juró que 'ellos
estaban en la reunión.' Sin embargo el juez dijo que, al ver que no había más que un testigo,
dejaría en libertad al resto; pero que me enviaría a Newgate, y yo podría predicar allí. Yo le
pregunté si estaba bien con su conciencia enviarme a Newgate por alabar a Dios, y por confesar
a Cristo Jesús. Él clamó: '¡conciencia! ¡consciencia!' Pero yo sentí que mis palabras tocaron su
conciencia. Él le pidió al guardia que me sacara, y que él escribiría una orden de arresto para
enviarme a la cárcel después de cenar. Yo le dije que le deseaba paz, y el bien de su familia; y
que ellos puedan ser guardados en el temor del Señor. Por lo tanto me fui, y cuando me iba, el
guardia aceptó las palabras de un Amigo de que yo iría a su casa a la mañana siguiente a las
ocho. Por consiguiente sí fui con esos Amigos, y el guardia nos dijo que él había ido con el juez
para obtener la orden de arresto después de cenar; y el juez le pidió que viniera otra vez
después del servicio de la noche; lo cual él hizo; y entonces le juez le dijo que podía dejarme ir.
Por lo tanto, dijo el guardia, usted es dejado en libertad. Yo lo culpé por convertirse en
informante y por jurar en contra de nosotros. Él dijo que él no lo volvería a hacer. Al día
siguiente el juez se reunió con Gilberto Laty y le preguntó si él quisiera pagar las veinte libras
por la multa de Jorge Fox. Gilberto dijo que no. Entonces, dijo el juez, 'estoy desilusionado
porque debido a que él solo renta, no puedo confiscar el valor de su multa; y debido a que él ha
sido traído ante mí mostrando su habilidad de pagar, yo no puedo darle su multa a nadie más.'

Después que fui puesto en libertad, me fui hacia la ciudad. Esta era la semana en que estaban
programadas las sesiones de la corte que tratarían con muchas inquietudes de los Amigos;
algunos eran prisioneros, y algunos estaban en juicios de apelaciones por causa de la ley de las
reuniones ilegales. Fui a la casa de un Amigo que no estaba lejos para estar listo si me pedían
ayuda para aquellos Amigos con o sin abogado; y yo encontré que pude servir en eso. Mientras
mi espíritu estaba preocupado por causa de los Amigos y sus respectivos sufrimientos externos
en el mundo por causa perseguidores mundanos, un sentido espiritual también vino
fuertemente sobre mí en esos momentos. Sentí las obras maliciosas de ese espíritu adulterado
que había dejado la unidad celestial; y habiendo alejado a algunos que profesaban la verdad
llevándolos hacia la enemistad y la oposición en contra de los Amigos, ahora estaba obrando
para afligir a la iglesia de Cristo con sus argumentos y contiendas. Y como una manera más de
descubrir las obras de ese espíritu seductor, y una advertencia a todos los Amigos para que
tengan cuidado con él, fui inspirado a escribir la siguiente epístola:
A todos los elegidos, fieles, llamados, y escogidos de Dios, el rebaño y la
heredad de Dios, quienes han conocido el trato del Señor, y han guardado
sus habitaciones en su vida, poder y verdad; siendo edificados sobre la roca
santa y celestial, y fundamento, que es Cristo Jesús, quien fue el fundamento
de los profetas y los apóstoles; y este fundamento permanece seguro.

Muchos fundamentos han sido puestos desde los días de los apóstoles, por
los que se han alejado de Cristo, el fundamento verdadero y seguro; y se ha
visto que sus fundamentos están podridos, y han llegado a ser nada, y
aquellos que pusieron los falsos fundamentos se han llegado a
perder. Muchos desde los días de Cristo, y muchos desde que la verdad ha
aparecido en esta nación, han tenido algunas inspiraciones y
entendimientos, y vienen para estar entre nosotros por un tiempo, y después
se alejan de nosotros otra vez. Éstos son y han sido los que van y vienen, así
como aquellos que vivían en los tiempos de los apóstoles. Ellos tenían una
profesión externa de la verdad, y se habían alejado del verdadero
fundamento, Cristo Jesús, y así también de la sociedad celestial y la unidad
de los santos en la luz. Entonces ellos establecieron fundamentos
propios; ellos tienen una apariencia de piedad, pero están fuera del poder de
Dios y fuera del orden de Dios, y los tales se han ido hacia los argumentos y
las disputas vanas. Ustedes que han mantenido sus habitaciones en Cristo
Jesús, que es el primero y el último, han conocido a este espíritu. Y ustedes
no son insensibles con respecto a los libros calumniadores y sucios con
mentiras y difamaciones que han sido esparcidas al exterior de esta nación y
a otros países, en contra de los fieles. Es muy bueno que el Señor les haya
permitido publicar su propia vergüenza en papel para que los enemigos de la
verdad sean descubiertos; sus frutos y sus espíritus han aparecido y se han
mostrado tanto en papel como de otras maneras. Y yo creo que el Señor
permitirá que este espíritu publique más de sus frutos, su vergüenza y
desnudez, a profesantes y profanos, y a todos las personas sobrias,
moderadas e inocentes, para que su vergüenza y desnudez pueda aparecer
más completamente. Aunque por un tiempo ha estado escondida y cubierta
con las hojas de higuera de una profesión externa, y a veces palabras
elogiosas y halagadoras, (y otras veces se ha revelado a sí misma con
palabras duras, mentirosas, y difamadoras), sin embargo el Señor Dios
arremeterá en contra de todos los que hablan en vano, para que no hablen en
el orden de la vida, la verdad y el evangelio. Por lo tanto, ustedes que son
fieles, permanezcan firmes en la libertad con la que Cristo los ha hecho libres
en su gobierno. El gobierno está sobre sus hombros; él lo sostiene; su
aumento y su paz no tienen fin. Porque todos los que contienden en contra
de su orden y su gobierno no están en él, ni en su gobierno celestial y
espiritual, ni su paz. Por lo tanto, ustedes que son fieles, que han soportado
la prueba por muchas persecuciones, encarcelamientos, y la toma de sus
propiedades; ustedes saben que hay una corona de gloria preparada para
ustedes. Ustedes que sufren con Cristo, reinarán con él en su reino de
gloria; ustedes que mueren con Cristo, vivirán con él en vida eterna, en el
mundo que no tiene fin, quienes han pasado por los sufrimientos externos e
internos por mano de los hermanos falsos, por mano de los que van y vienen,
que han causado que se hable mal del camino de la verdad, y han sido
perseguidores de los fieles con sus lenguas; y al imprimir y publicar sus
libros mentirosos y difamadores en contra de los fieles. Estos han provocado
a los magistrados y los sacerdotes, quienes estuvieron dispuestos a usar
cualquier pretexto para hablar mal del buen camino y la verdad preciosa de
Cristo, por la cual su pueblo es liberado; sería mejor para estos engañadores
si ellos nunca hubieran nacido. Pero Dios los ha llevado a la luz, y sus frutos
y espíritu voraz es visto, probado, y conocido; quienes han llegado a ser
Judas e hijos de perdición, que ahora traicionan a Cristo en el interior,
(donde él es revelado), a los sacerdotes, magistrados, y los paganos, como
Judas traicionó a Cristo en el exterior ante los sacerdotes y Pilato. Aunque
algunos de los magistrados y personas sobrias ven su envidia y sus errores; y
que ellos tienen odio irrazonable en contra de los fieles. ¡El Señor consumirá
a este Judas, o hijo de perdición! ¡El Señor lo consumirá con el espíritu de su
boca, y lo destruye con el brillo de su venida! Por lo tanto que todos los fieles
vean al Señor. Y que el hijo maligno de perdición sepa, que aunque pueda ser
llevado tan alto como Judas, (quien fue partícipe del ministerio con los
apóstoles), "el Señor lo consumirá con el espíritu de su boca, y lo destruirá
con el brillo de su venida." Esa es su porción. El brillo del Señor lo destruirá,
y el espíritu de su boca lo consumirá. Y cuando él sea destruido y consumido,
no habrá hijo de perdición que traicione a Cristo en su pueblo que vive y
camina en Cristo, a quien se le da todo poder en el cielo (tomen nota, en el
cielo) y en la tierra; y con su santo y glorioso poder él limita y ordena; para
que nada sea hecho en contra de su pueblo, sino lo que es para su prueba y
para su bien, ni por los apóstatas, los que persiguen con la lengua, los que
son Judas, hijos de perdición que traicionan, o los poderes externos que
encarcelan, o confiscan los bienes; todos ellos son limitados por Cristo a
quien se le da todo poder en el cielo y en la tierra. La fe de todos es
permanecer en él y en su poder. Los tales se regocijan en su poder, y ven el
aumento de su gobierno justo, santo, celestial, espiritual y pacífico, en el cual
todos sus hijos e hijas viven y caminan en el orden glorioso y santo de su
vida; y en su espíritu está la santa unidad y el vínculo de paz. Aunque ustedes
estén separados en cuerpo los unos de los otros, sin embargo todos están
juntos en su espíritu al estar alegres y con gozo; y contemplando en el mismo
espíritu su orden espiritual, su unidad, comunión, y la firmeza de su fe en
Cristo Jesús. Quien es firme para siempre, el primero y el último, cuya
presencia está entre su pueblo, y quien es su cabeza. Así es conocida la
Sión celestial, y la Jerusalén celestial, y la compañía innumerable
de ángeles (que son espíritus), y los espíritus de los hombres
justos son perfeccionados. Aquí está la asamblea general, o la
reunión general, y un gozo y regocijo general que es celestial,
santo y espiritual, alabando y adorando al Señor Dios
Todopoderoso, y al Cordero que vive para siempre. Amén.

Jorge Fox
Londres, el día 14 del octavo, del año 1683.

Lean esto en sus asambleas entre los fieles.

Me quedé un poco en Londres, visitando Amigos y reuniones, y trabajando en la obra del


Señor. Las reuniones se habían prohibido por mucho tiempo dentro del Bull and Mouth, pero
en este primer día de la semana tuvimos una reunión grande y pacífica en la casa por ese día; la
gente fue tan afectada con la verdad y consolada con la presencia poderosa del Señor, que
cuando la reunión se había terminado, ellos no se querían ir.

Después de que por un tiempo había sentido la inspiración de escribir varias cosas, fui a
Kingston para poder estar libre de interrupciones. Después de que llegué supe que los oficiales
habían sido muy groseros en la reunión, habiéndolos abusado y después habiéndolos sacado
del lugar de reunión; y siguieron siendo muy abusivos por un tiempo. Mientras estaba allí
escribí un pequeño libro (que se imprimió poco después), cuyo título era: “La adoración
celestial y espiritual de los santos, su unidad y comunión, en la cual se señala lo que es la
verdadera adoración del evangelio, y en qué verdadera unidad y comunión están los santos; con
un descubrimiento de aquellos que estaban lejos de esta unidad y comunión santa, y se habían
ido en contra de los santos que vivían en ella.”

Cuando había terminado los servicios por los cuales fui a ese lugar, y había visitado a los
Amigos, regresé a Londres y visité la mayoría de las reuniones en la ciudad y sus alrededores.
Después fui a visitar a los Amigos en Essex; y regresando por Dalston, me quedé en la casa de la
viuda de Scot, donde escribí una epístola a los Amigos, la cual puede ser leída entre mis otros
libros impresos.

Fui de Dalston a Londres, y al siguiente día me llamaron para que me apresurara a ir donde mi
hijo Rouse en Kingston; cuya hija Margarita estaba muy enferma, y tenía deseos de verme. Me
quedé en Kingston por alrededor de una semana, y después regresé a Londres; donde me quedé
la mayor parte del invierno siguiente y la primavera, hasta la reunión general en 1684, (excepto
que fui una vez tan lejos como Enfield, a visitar a los Amigos en ese lugar). En este tiempo no
dejé de trabajar en la obra del Señor, asistiendo frecuentemente a las reuniones, y visitando
Amigos que estaban encarcelados o que estaban enfermos, y escribiendo libros para esparcir la
verdad, y abrir los entendimientos del pueblo para que la reciban.

La reunión anual fue en el tercer mes. Fue una reunión bendecida e importante, en la cual los
Amigos fueron consolados juntos dulcemente; porque el Señor estaba con nosotros, y abrió sus
tesoros celestiales entre nosotros. Y aunque era un tiempo de gran dificultad y peligro por los
informantes y magistrados perseguidores, sin embargo el Señor fue una defensa y lugar seguro
para su pueblo.

Ahora sentí que el espíritu me dirigía a ir a Holanda, a visitar a la semilla de Dios en esas
provincias. Y tan pronto como se había acabado la reunión anual, me preparé para mi viaje.
Conmigo irían de Londres Alejandro Parker, Jorge Watts, y Natanael Brassey, quien también se
sentía dirigido a ir a ese país. Tomamos una diligencia el día 31 del tercer mes del 1684, y
llegamos a Colchester esa noche. Al día siguiente, como era el primer día de la semana, fuimos
a la reunión en ese lugar; y aunque no se había dado aviso de que yo iría, la noticia de nuestra
presencia allí se esparció rápidamente por la ciudad, hasta siete o diez millas de distancia en
varios lugares de la región; de manera que muchos Amigos vinieron con dos o tres carruajes, lo
cual hizo que la reunión fuera muy grande. Tuve una preocupación y una carga en mi mente,
temiendo que esta gran reunión haría enojar a las personas de la ciudad, y ser más de lo que los
magistrados podrían soportar; pero estuvo muy tranquila y pacífica; y nosotros tuvimos una
reunión gloriosa para establecer a los Amigos tanto en la ciudad como en el campo; porque el
poder del Señor estuvo sobre todo; ¡bendito sea su nombre para siempre! Verdaderamente, el
poder del Señor y su presencia estaban más allá de las palabras; porque yo estaba muy débil
para ir a una reunión, y mi cara (por causa de un resfrío), estaba adolorida; pero Dios
manifestó su fortaleza en nosotros y con nosotros, y todo estuvo bien; el Señor tiene gloria por
siempre por el apoyo de su poder. Después de la reunión más de cien Amigos de la ciudad y el
campo vinieron a verme en la casa de Juan Furley. Nosotros estuvimos muy contentos de
vernos los unos a los otros, y fuimos consolados juntos perfectamente, estando llenos del amor
y las riquezas del Señor; ¡bendito sea su nombre para siempre!

Nos quedamos en Colchester por dos días más visitando Amigos, tanto en sus reuniones de
negocios, como en sus casas. Temprano en la mañana del cuarto día tomamos un carruaje hacia
Harwich, donde nos encontramos con William Bingley y Samuel Waldenfield, quienes fueron
con nosotros. Alrededor de la octava hora de la noche abordamos el barco de carga, cuyo
capitán era Ricardo Gray; pero debido a los vientos contrarios, llegó a ser la primera hora de la
mañana cuando por fin partimos. Tuvimos un muy buen viaje; y al siguiente día, alrededor de
la quinta hora de la tarde, desembarcamos en Brill en Holanda, donde pasamos la noche.
Temprano a la mañana siguiente fuimos a Rotterdam, donde nos quedamos por varios días. El
día después de que llegamos a Rotterdam, Wilber Frouzen, un burgomaestre y pariente de
Aarent Sunneman, oyó que yo estaba allí y me invitó a su casa en el campo, deseando hablar
conmigo acerca de algunos asuntos relacionados con las hijas de Aarent Sunneman. Jorge
Watts me acompañó, y un hermano de Aarent Sunneman nos llevó allí. El burgomaestre nos
recibió muy amablemente y estuvo feliz de verme. Al comenzar a hablar acerca de las hijas de
su pariente, supe que él sentía aprensión debido a que su padre estaba muerto y les había
dejado una gran herencia, porque las herencias podrían ser robadas y las hijas se podrían casar
para su desventaja. Y en ese momento yo le dije que era ‘nuestro principio y práctica que
ninguno debería casarse entre nosotros a menos que tuvieran un certificado de consentimiento
de sus parientes o tutores; porque era nuestra responsabilidad cristiana el cuidar y vigilar a los
jóvenes que vienen con nosotros, especialmente aquellos cuyos parientes estaban muertos. Y
con respecto a las hijas de su pariente, deberíamos asegurarnos de que nada se les debía ofrecer
sino aquello que era de acuerdo a la verdad y la justicia, y que ellas debían ser guardadas en el
temor de Dios, de acuerdo al propósito de su padre.' Esto pareció darle una gran satisfacción.
Mientras yo estaba con él, mucha gente vino a verme; y cuando los exhorté a mantenerse en el
temor de Dios, y a escuchar a su buen espíritu dentro de ellos, para mantener sus mentes en el
Señor.' Después que me había quedado por dos o tres horas y discutido varias cosas con ellos,
dejé a mi anfitrión, quien me envió muy amablemente su carruaje.

El día siguiente era un primer día de la semana y estábamos en una gran reunión en
Rotterdam, y le declaramos al pueblo por medio de un intérprete. Al día siguiente el concejal
Gaul vino a hablar conmigo, con quien tuvimos muchas discusiones acerca de asuntos
religiosos; él pareció estar muy satisfecho con la discusión, y fue muy cariñoso. Varias otras
personas de posición intentaron venir a hablar conmigo, pero siendo obstaculizados por
asuntos extraordinarios (de acuerdo a lo que yo entendí), no vinieron.

Al día siguiente fuimos de Rotterdam a Amsterdam, donde tuvimos una reunión grande y
preciosa. En la tarde yo estaba en otra reunión allí con Amigos acerca de negocios.

Hubo una reunión anual en Amsterdam para los Amigos de Holanda y Alemania, et al., que
comenzó en el octavo día del cuarto mes, y terminó en el día doce. Allí tuvimos una buena
oportunidad de ver a los Amigos de muchas áreas y de ser consolados juntos en el amor de
Dios. Después de esta reunión, ante aquellos que habían venido de varias provincias, tuvimos
una reunión con algunos Amigos particulares acerca de los lugares y países a los cuales
nosotros, que veníamos de Inglaterra en la obra del ministerio, viajaríamos; y para preguntar
acerca de quienes entre ellos eran personas aptas para ir con nosotros como intérpretes. Esto
resultó en que William Bingley, y Samuel Waldenfield viajaron a Friesland, con Jacob Claus
como su intérprete. Alejandro Parker y Jorge Watts se quedaron conmigo. Nosotros nos
quedamos unos pocos días más en Amsterdam donde pude ofrecer más servicio. Antes de irme
de Amsterdam, fui a visitar a Galeno Abrahams, un maestro notable entre los menonitas o
bautistas. Lo había conocido cuando fui a Holanda unos siete años atrás; y William Penn y
Jorge Keith habían disputado con él. Entonces él era muy alto y muy tímido, de manera que no
me dejó tocarlo ni mirarlo (por su buena voluntad) sino que me dijo que "mantuviera mis ojos
apartados de él; porque," dijo él, "mis ojos lo atravesaban." Pero ahora él era muy cariñoso y
amable, y confesó en cierta medida la verdad: su esposa y su hija también fueron cariñosas y
amables, y nos despedimos de ellos con mucho cariño. Al sentir que nuestros espíritus eran
llevados hacia Friesland, Alejandro Parker, Jorge Watts, y yo con Juan Claus como nuestro
intérprete, tomamos un barco a Amsterdam que pasaría por Friesland; y habiendo navegado
por nueve o diez leguas, dejamos el barco y viajamos por tierra por Friesland, visitando Amigos
y personas amables en ciudades y pueblos con reuniones generalmente una o dos veces al día.
Después que habíamos estado en Leuwarden, pasamos por Franeker a Harlingen en West
Friesland, que era el lugar más lejos al que fuimos en esa área. Y habiendo estado fuera de
Amsterdam por seis días, con muy buen servicio durante ese tiempo, visitando Amigos y
publicando la verdad entre el pueblo, tomamos un barco en Harlingen destinado a Amsterdam
el día 26 del cuarto mes y llegamos esa noche. El siguiente primer día de la semana estábamos
en una reunión muy grande y preciosa en Amsterdam. Muchas de las personas, algunos de sus
maestros, y algunas personas de posición estaban allí. Ellos parecían estar muy atentos y
tuvimos una buena oportunidad, uno después de otro, de declararles la palabra del Señor y
abrirles el camino de la verdad; Juan Claus interpretó para nosotros. Al día siguiente yo me
quedé en Amsterdam, pero Jorge Watts fue a un entierro en Harlem, al que asistieron muchos
cientos de personas; él tomó ventaja de la oportunidad para hablar y volvió a nosotros esa
noche.

Al día siguiente fuimos por barco a Osanoverton en Waterland, y de allí en otro barco pequeño
alrededor de tres millas por un pequeño río en el cual pasamos por de cien puentes;
continuamos hacia Lansmeer a la casa de un Amigo llamado Timon Peters; allí tuvimos una
reunión muy buena. Regresamos a Amsterdam en la noche, y estuvimos en la reunión el día
siguiente. Además de Amigos, muchos estuvieron en esta reunión, incluyendo el gran maestro
bautista Galeno, quien estuvo muy atento al testimonio de la verdad; cuando la reunión se
había acabado, él vino y me tomó por la mano de manera muy cariñosa.

Al día siguiente fuimos por barco a Alkmaer, alrededor de veinticuatro millas de Amsterdam,
pasando por varios pueblos en el camino incluyendo Sardam, la gran ciudad de los carpinteros
de barcos. Nos quedamos en la hermosa ciudad de Alkmaer, y al día siguiente tuvimos una
reunión en la casa de William Williams. Allí estaban, además de los Amigos, muchas personas
muy serias en esta reunión, quienes estuvieron muy atentos a los testimonios de la verdad que
fueron dados por Alejandro Parker, Jorge Watts, y yo; Juan Claus fue nuevamente nuestro
intérprete. Esto fue en el sexto día de la semana, y en el séptimo día regresamos a Amsterdam
para estar en la reunión en el primer día, porque era posiblemente la última reunión que
tendríamos allí. Por consiguiente asistimos a lo que fue una reunión muy grande y abierta.
Muchas grandes personas estuvieron presentes incluyendo algunos condes con sus asistentes,
provenientes de Alemania, se nos dijo; quienes eran muy solemnes y serios; y el evangelio
eterno les fue predicado a ellos.

Después de esta reunión nos despedimos de los Amigos en Amsterdam, y a la mañana siguiente
partimos hacia Harlem, donde tuvimos una reunión en la casa de un Amigo llamado Abraham
Frondenberg. Grandes números de personas estuvieron en esta reunión, y fue un gran servicio.
Después de la reunión, un relojero de Amsterdam, quien asistió a la reunión con su esposa,
deseó hablar conmigo con respecto a la religión. Yo tuve una larga discusión con él, y tanto él
como ella fueron muy humildes y cariñosos, recibiendo con gran gozo lo que yo les dije y
parecieron irse muy satisfechos.

Al día siguiente nos fuimos a Rotterdam, donde nos quedamos por dos reuniones; después
fuimos a Brill a tomar un barco hacia Inglaterra en el día dieciséis del quinto mes.

Alrededor de las cuatro de la tarde abordamos el barco de carga del capitán William Sherman y
zarpamos de Brill. Cuando habíamos pasado por el Mase como unas tres millas, echamos el
ancla en un lugar llamado el Pit, porque estaba cerca de las arenas; allí echamos el ancla hasta
alrededor de las cuatro de la mañana siguiente cuando, teniendo buen viento y la marea que
nos favorecía, levantamos el ancla y zarpamos; a las cuatro del siguiente día ya estábamos a
quince millas de Harwich en frente del castillo Alborough. Debido a que el viento no era bueno
y la marea estaba débil, fue hasta la primera hora en la tarde que llegamos lo suficiente cerca de
Harwich para que los botes pudieran venir a recibir los pasajeros y los bienes. A bordo había
alrededor de cuarenta pasajeros en total; de los cuales algunos eran ingleses, algunos escoceses,
algunos holandeses, algunos franceses, algunos españoles, algunos flamencos, y algunos judíos.

Pasé un día con los Amigos en Harwich, mientras Alejandro Parker y Jorge Watts fueron a
visitar Amigos en Ipswich y regresaron esa noche. Temprano a la siguiente mañana todos
tomamos un carruaje hacia Colchester donde fuimos a una reunión grande y pacífica; después
de la reunión viajamos a Witham y nos alojamos allí esa noche. Al día siguiente nos
encontramos con William Mead cuando íbamos camino a Harestreet, y yo fui con él a su casa
mientras los otros Amigos fueron a Londres.

Debido a que yo estaba débil con los viajes y el ejercicio continuo, pasé un tiempo descansando
y recuperando mi salud. Por mientras pude salir y visitar Amigos en esa parte del país. Cuando
ya me había recuperado un poco fui a Enfield, visitando Amigos allí y en los alrededores;
después fui a Dalston para ver a la viuda Stot, y de allí a Londres a reunirme con algunos
Amigos de Nueva Jersey en Norteamérica acerca de algunos negocios, ya que ellos habían
pedido mi presencia.

Fue en al última parte del verano cuando llegué a Londres, donde me quedé el siguiente
invierno excepto una o dos veces cuando acompañé a mi esposa, que estaba en la ciudad
conmigo, a la casa de su hijo Rouse en Kingston. Y aunque mi cuerpo estaba muy débil, yo
todavía seguía en servicio continuo ya sea en reuniones públicas, cuando podía tolerarlas, o en
asuntos particulares entre Amigos; visité a aquellos que sufrían por la verdad, ya sea por
encarcelamientos o pérdida de bienes. También escribí muchas cosas durante este tiempo,
algunas para ser impresas y algunas para un servicio en particular; como las cartas al rey de
Dinamarca y una al duque de Holstein en nombre de los Amigos que sufrían bajo su dominio,
como la que sigue a continuación:

Para el duque de Holstein;


A quien le suplico en el amor de Dios que lea esto que le es enviado a él en
amor.

Entiendo que anteriormente, por boca de personas con mente maligna, le fue
informado a usted, cuando Elizabeth Hendricks vino a Frederickstadt a
visitar al pueblo llamado los cuáqueros, "que era un escándalo para la
religión cristiana que una mujer debiera predicar en una asamblea pública
de personas religiosas que se hayan reunido." Tras lo cual usted me dio una
orden para los gobernantes de Frederickstadt, "para hacer que esas personas
se vayan de ese lugar inmediatamente o para sacarlos de allí." Pero ya que los
nombrados gobernantes eran armenios, y ellos o sus Amigos habían ido a
vivir allí como un pueblo perseguido en Holanda no mucho más de sesenta
años atrás, respondieron al duque que "ellos no estaban dispuestos a
perseguir a otros por causa de la conciencia, quienes habían visto la
persecución de ese tipo en su propio caso como anti-cristiana." Pero después
de eso, el pueblo de Dios que es llamado con desprecio los cuáqueros, le
escribieron a usted desde Frederickstadt; y desde ese tiempo ellos han tenido
su libertad, y sus reuniones han sido pacíficas, para servir y adorar a Dios
casi estos veinte años en Frederickstadt y sus alrededores, libres y sin ser
molestados; y esta libertad ellos han reconocido como un gran favor y
bondad de parte de usted.

Y ahora, oh duque, cuando usted profesa el cristianismo, del grande y


poderoso nombre de Cristo Jesús, quien es Rey de reyes y Señor de señores,
y las verdaderas Santas Escrituras del Antiguo y el Nuevo Testamento,
¿acaso usted no usa muchas palabras de mujeres en su servicio y adoración
del Antiguo y Nuevo Testamento? El apóstol dijo: "Que las mujeres guarden
silencio en las iglesias;" y que él "no le permitía hablar a las mujeres, sino
estar bajo obediencia; y si ella quiere aprender algo, que le pregunte a su
esposo; porque es una vergüenza que una mujer hable en la iglesia." Y 1 Tim.
2:11-12. "Las mujeres deben aprender en silencio, y no se les debe permitir
que enseñen, ni que usurpen la autoridad sobre el hombre, sino que estén en
silencio." 1 Cor. 14:34. Aquí el duque puede ver qué clase de mujeres debían
estar en silencio y en sujeción, a quienes la ley ordena que estén en silencio y
que no usurpen la autoridad del hombre, ni hablen en la iglesia; estas eran
las mujeres rebeldes. En el mismo capítulo él ordena "a no trenzarse ni
adornarse el cabello, ni usar oro, perlas, ni adornos costosos." Estas cosas
estaban prohibidas por el apóstol, y las mujeres que usan tales cosas deben
aprender en silencio y someterse, y no usurpar la autoridad de los hombres;
porque es una vergüenza para las tales hablar en la iglesia. Pero ¿acaso tales
mujeres que usan oro y plata, perlas y ropas chillonas, o adornos costosos, y
que se trenzan o adornan el pelo, hablan en su iglesia, cuando sus sacerdotes
las ponen a cantar salmos? ¿Acaso no hablan ellas cuando cantan salmos?
Considere esto, ¡oh duque! Sin embargo usted dice que "sus mujeres deben
guardar silencio en la iglesia, y no deben hablar en la iglesia;" pero cuando
ellas cantan salmos en su iglesia, ¿están en silencio? Aunque el apóstol le
prohíbe a tales mujeres como las que fueron mencionadas anteriormente
hablar en la iglesia, sin embargo en otros lugares él le anima a las mujeres
buenas y santas que sean maestras de buenas cosas. Tito 2:3-4. El apóstol
también dijo: “Sí, y a ti también, fiel compañero, te pido que ayudes a estas
hermanas que lucharon junto conmigo en el evangelio, también con
Clemente y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro
de la vida.” Así él se responsabiliza de estas mujeres santas, y anima a las que
trabajaron con él en el evangelio, y no les prohíbe. Fil 4:2-3. Él de la misma
manera recomienda a Febe a la iglesia de los romanos, llamándola una
"diaconisa que está en la iglesia de Cencrea," envía su epístola por medio de
ella a los romanos en Corintio, y desea que la iglesia de Roma "la reciban en
el Señor, como es digno de los santos;" y que le asistan en cualquier cosa que
le sea necesaria, porque ella había ayudado a muchos, incluyéndolo a él." Y él
dijo: "Saludad a Priscila y a Aquilas, mis colaboradores en Cristo Jesús, que
expusieron sus cuellos por mi vida, y a quienes estoy agradecido, no sólo yo,
sino también todas las iglesias de los gentiles." Ahora, aquí el duque puede
ver que estas eran buenas y santas mujeres, a quienes el apóstol no les
prohibió hablar, Rom 16:1-4, sino que las elogió, y Priscila y Aquilas
"instruyeron y expusieron a Apolos el camino de Dios más
perfectamente." Hechos 18:26. Por lo tanto aquí Priscila era instructora igual
que Aquilas, y a estas mujeres santas el apóstol no les prohibió. Ni tampoco
le prohibió a las cuatro hijas de Felipe, quienes eran vírgenes, que
profetizaran. Las mujeres pueden orar y profetizar en la iglesia, 1 Cor
11:5. Los apóstoles le mostraron a los judíos el cumplimiento de la profecía
de Joel: "Que en los últimos días Dios derramaría su espíritu sobre toda
carne, y sobre hijos e hijas, siervos y siervas, para que "profeticen con el
espíritu de Dios." Por lo tanto el apóstol anima a las hijas y siervas que
profeticen, así como a los hijos; y si ellas profetizan, deben hablar a la iglesia
o al pueblo, Joel. 2:28. Hechos 2:17. ¿Acaso Miriam la profetiza no cantó al
Señor, y todas las mujeres con ella, cuando el Señor había librado al pueblo
de Israel del Faraón? ¿Acaso no adoró al Señor, y profetizó en la
congregación de los hijos de Israel? ¿Acaso no fue esto en la iglesia? Exo
15:21. Moisés y Aarón no le prohibieron que profetizara o que hablara; sino
que Moisés dijo: "¡Quisiera Dios que todo el pueblo de Dios fueran profetas!"
Y el pueblo del Señor se componía de mujeres tanto como de hombres.
Débora era una jueza y profetiza; ¿y acaso no usa usted las palabras de
Débora y de Miriam en su servicio y adoración? Vea Jud 4:1-31. El largo
discurso o canto de Débora, Barak no le prohibió que lo hiciera, ni los
sacerdotes judíos. ¿Acaso ella no hizo este discurso o canto en frente de la
congregación o iglesia de Israel? En el libro de Rut hay buenos discursos de
aquellas buenas mujeres, los cuales no fueron prohibidos. Ana oró en el
templo ante Elí, y el Señor le contestó su oración. Vea qué discurso hace Ana,
y una adoración de Dios ante Elí el sumo sacerdote, quien no se lo prohibió. 1
Sam 2:1-10. Josías el rey envió a su sacerdote, con varios otros, a pedirle
consejo a Hulda la profetiza, quien vivía en Jerusalén, en el segundo sector. 2
Reyes 22:14-15. 2 Cro 34:22-23. Por lo tanto aquí el rey y sus sacerdotes no
despreciaron el consejo de esta profetiza; y ella profetizó a la congregación
de Israel, como se puede ver en estos capítulos. En Lucas 1:41-45, vea qué
discurso piadoso Elizabeth le hizo a María, y que gran discurso piadoso hizo
María también. María dijo: "El Señor miró la bajeza de su sierva." Y ¿acaso
usted no usa en su adoración y servicio las palabras de María y Elizabeth
de Lucas 1:41-55 en sus iglesias, y sin embargo le prohíbe a las mujeres que
hablen en sus iglesias, sino que estén en silencio? Sin embargo toda clase de
mujeres hablan en sus iglesias cuando cantan, y dicen Amén. EnLucas 2:36-
38 estaba Ana la profetiza, una viuda, de alrededor de ochenta y cuatro años,
quien no se separaba del templo, sino que servía a Dios con ayunos y oración
de día y de noche. ¿Acaso ella no confesó a Cristo Jesús en el templo, y le dio
gracias al Señor, " y habló de Cristo a todos los que buscaron redención en
Jerusalén?" Lucas 2:36- 38. Por lo tanto a esas mujeres santas no se les
prohibió hablar en iglesia, ni en la ley ni en el evangelio. ¿Acaso no fue María
Magdalena y otras mujeres las primeras en predicar la resurrección de Cristo
a los apóstoles? La mujer de verdad (a saber Eva) fue la primera en
transgredir; por lo tanto fueron mujeres las primeras que predicaron la
resurrección de Cristo Jesús; porque Cristo le dijo a María: "Pero ve a mis
hermanos y diles: "Yo subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a
vuestro Dios." Juan 20:17. Y Lucas 24:10. Fue María Magdalena, Johanna, y
María la madre de Santiago, y las otras mujeres que estaban con ellas,
quienes le dijeron a los apóstoles: "Cristo ha resucitado de los muertos; y sus
palabras y las palabras de las mujeres eran como cuentos vanos para los
apóstoles, y ellos no las creyeron." Lucas 24:8-12. "Ciertas mujeres también
de nuestro grupo nos asombraron," dijeron ellos. Por lo tanto aquí se puede
ver que la predicación de las mujeres acerca de la resurrección de Cristo sí
asombró a los apóstoles. Cristo envió a estas mujeres a predicar de su
resurrección; por lo tanto no es vergüenza para tales mujeres predicar a
Cristo Jesús, ni tampoco ellas debían estar en silencio cuando Cristo las
enviara. El apóstol dijo: "Toda lengua confesará a Dios," Rom 14:11, y "toda
lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre." Fil
2:11. Por lo tanto aquí está claro que las mujeres deben confesar a Cristo
igual que los hombres, si toda lengua debe confesar. Y el apóstol dijo: "No
hay varón ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús." Gal
3:28.

Y mientras que dice: "las mujeres deben preguntarle a sus esposos en casa,"
el duque sabe muy bien que las vírgenes no tienen esposos, ni las viudas;
porque Ana, la profetiza, era viuda; y si Cristo es el esposo [de la iglesia], los
hombres deben pedirle consejo a él en casa, así como las mujeres, antes de
enseñar. Y supongan que la esposa de un turco es cristiana, o la esposa de un
papista es luterana, o calvinista, ¿deben ellas preguntar y aprender de sus
esposos en casa antes de confesar a Cristo Jesús en la congregación del
Señor? El consejo será para ellas que se conviertan en turcas o papistas.

Yo le ruego al duque que considere estas cosas, le ruego que piense en la


gracia y la verdad de Dios en su corazón, que viene por Cristo Jesús, para que
por su espíritu de gracia y verdad él pueda venir a servir y adorar a Dios en
su espíritu y verdad; para que él pueda servir al Dios eterno y viviente que lo
hizo, en su generación, y tener su paz en Cristo que el mundo no puede
quitar. Y deseo su buena paz y prosperidad en este mundo, y su consuelo
eterno y felicidad en el mundo que es eterno, Amén.
[Para más información sobre el tema de la igualdad de la mujer, vea la
Carta 320]

Jorge Fox
Londres, el día 26 del octavo mes, del año 1684

Aparte de la carta anterior, también le escribí epístolas a los Amigos; una de las cuales es como
sigue a continuación:

Amigos y hermanos en el Señor Jesucristo,

En quien ustedes tienen vida, paz, y salvación; caminen en él quien es su


roca celestial y fundamento, que permanece seguro, a quien se le ha dado
todo el poder en el cielo y la tierra. Por lo tanto su poder está sobre todo. Que
su fe permanezca en su poder, el cual está sobre todo desde siempre y para
siempre, sobre el diablo y su poder; que en la sabiduría santa y celestial de
Dios ustedes puedan ser preservados y guardados para la gloria de Dios,
fuera de todas las trampas y tentaciones; que la sabiduría de Dios pueda ser
justificada en todos sus hijos en este día de su poder, y que todos ellos
puedan ser fieles, sirviendo y adorando a Dios en espíritu y verdad, y
valientes por él en la tierra. Porque, como dijo el apóstol: "aquellos que creen
han entrado en su reposo, y han cesado de sus propias obras, como Dios de
las suyas." Ahora este reposo es un reposo eterno en Cristo, el eterno Hijo de
Dios, en quien todo verdadero creyente tiene vida eterna en Cristo Jesús, su
reposo y día eterno. Porque Cristo, el reposo, hiere la cabeza de la serpiente,
y por medio de la muerte destruye a la muerte, y el diablo, el poder de la
muerte, y sus obras. Él es el reposo eterno que le da la vida eterna a sus
ovejas. Cristo cumple lo que dicen los profetas, y todas las figuras, sombras y
ceremonias del Antiguo Testamento; y todas las promesas son sí y amén en
Cristo, quien fue el reposo eterno para todos los verdaderos creyentes en los
días de los apóstoles, y desde entonces, y así lo es ahora. Cristo es el
comienzo y el final, el primero y el último, ascendió por encima de todos los
principados, poderes, tronos, y dominios, porque él puede llenar todas las
cosas. Porque por Jesucristo todas las cosas fueron hechas y creadas, si es
que son cosas del cielo o cosas de la tierra; y él es el reposo eterno. Aquellos
que creen han entrado en Cristo, su reposo eterno, en quien ellos tienen vida
eterna, y paz con Dios. Por esta razón yo digo, vivan y moren en aquel que es
su reposo; porque en él ustedes son felices, y sus bendiciones reposarán
sobre ustedes. El Dios Todopoderoso los guarde y los preserve a todos
ustedes, sus verdaderos creyentes, en Cristo su reposo y paz este día. Amén.
Jorge Fox
Londres, el día 18 del día 12, 1684-5

Alrededor de un mes después salí un poco de Londres, visitando Amigos en South-street, Ford-
green, y Enfield, donde tuve reuniones. Después fui a Waltham-abbey, y hubo una reunión
grande y pacífica allí en el primer día de la semana. Entonces, regresando por Enfield y
alrededor de Edmonton-side, volví a Londres en el tercer mes para aconsejar y asistir a los
Amigos acerca de exponer sus sufrimientos ante el parlamento de turno; y redactamos un corto
informe acerca de nuestros sufrimientos el cual imprimimos y distribuimos entre los miembros
del parlamento.

Cuando se acercaba el tiempo de la reunión anual, yo estaba muy preocupado por los Amigos
que vinieron a la reunión desde las regiones rurales, por temor a que ellos pudieran encontrar
problemas o disturbios al ir o venir; y peor todavía porque alrededor de ese tiempo se levantó
un gran tumulto en la nación cuando el duque de Monmouth desembarcó en el oeste. Pero el
Señor, de acuerdo a su bondad acostumbrada, se agradó en mantener a los Amigos seguros, y
les dio una bendita oportunidad de reunirse juntos en paz y tranquilidad, y acompañó nuestra
reunión con su presencia viviente y refrescante; ¡bendito sea su santo nombre para siempre!

Considerando los apuros en los que estaba la nación, me vino la inspiración al final de una
reunión de escribir unas pocas líneas a los Amigos, para 'advertir a todos a que se mantengan
alejados del espíritu del mundo, en el cual están los problemas, y a permanecer en la verdad
pacífica;' como sigue:

Estimados Amigos y hermanos, a quienes el Señor ha llamado y ha escogido


en Cristo Jesús, su vida y salvación, en quien ustedes tienen reposo y paz con
Dios. El Señor por su gran poder que está sobre todo, los ha guardado y
apoyado hasta este día, para que sean un pueblo peculiar para él, de manera
que por este espíritu y poder eterno todos ustedes puedan ser mantenidos
fuera del mundo, porque el mundo está en problemas. En este gran día del
Señor Dios Todopoderoso, sus elementos están calientes, su sol y su luna
están oscurecidos, las estrellas caen, y las montañas y montes están
temblando y tambaleándose, como fue entre los judíos en los días de la
venida de Cristo. Por lo tanto, estimados amigos y hermanos, moren en la
semilla, Cristo Jesús, la roca y fundamento, que no puede ser sacudido; para
que ustedes puedan ver con la luz y el espíritu de Cristo, que ustedes son
como estrellas fijas en el firmamento del poder de Dios; y en este su poder y
luz ustedes verán sobre todas las estrellas errantes, nubes sin agua, y árboles
sin fruto. Aquello que puede ser sacudido será sacudido, así como todos
aquellos que se han alejado del firmamento del poder de Dios.

Estimados Amigos y hermanos, ustedes que son redimidos de la muerte y la


caída de Adán, por Cristo, el segundo Adán, en quien ustedes tienen vida,
reposo, y paz; porque Cristo dijo: "en mí ustedes tendrán paz, pero en el
mundo tendrán aflicción." Y el apóstol dijo: "nosotros quienes hemos creído
entramos en el reposo," a saber Cristo, quien ha vencido al mundo, hiere la
cabeza de la serpiente, destruye al diablo y sus obras, y cumple los tipos,
figuras, y sombras del Antiguo Testamento, y los profetas. En quien las
promesas son sí y amén; quien es el primero y el último, el comienzo y el
final, el reposo eterno. Por lo tanto manténganse y caminen en Cristo, su
reposo, cada persona que lo ha recibido.

Estimados Amigos y Hermanos, cualquiera sean las provocaciones y


aflicciones, tumultos o atrocidades, peleas y disputas, que se levantan en el
mundo, manténganse fuera de todas ellas; no se preocupen de ellas; sino
manténganse en el poder del Señor y su verdad pacífica, que está por encima
de todas esas cosas; y en este poder ustedes buscan la paz y el bien de todos
los hombres. Vivan en el amor que Dios ha esparcido en el exterior en sus
corazones por medio de Cristo Jesús; y en este amor nada puede separarlos
de Dios y Cristo; ni los sufrimientos externos, ni las persecuciones, ni
ninguna cosa externa que está por debajo y por afuera; ni impedir o
quebrantar su comunión celestial en la luz, el evangelio, y el espíritu de
Cristo, ni su santa comunión en el espíritu santo, que procede del Padre y del
Hijo, que los lleva a toda verdad. En este espíritu santo, en el cual está su
santa comunión, que procede del Padre y del Hijo, ustedes tienen comunión
con el Padre y el Hijo, y los unos con los otros. Esto es lo que vincula y une a
la iglesia de Cristo, o el cuerpo, junto con él, quien es la cabeza celestial y
espiritual, y en unidad en su espíritu, que es el vínculo de paz para toda su
iglesia, con los miembros vivientes, en quien ellos tienen reposo eterno y paz
en Cristo, y con el Dios eterno, quien debe ser bendecido y alabado para
siempre. ¡Amén!

Estimados Amigos, no dejen de congregarse juntos, quienes están reunidos


en el nombre de Jesús, su profeta, a quien Dios ha levantado en el Nuevo
Testamento, para ser oído en todas las cosas; quien les abre a ustedes, y
ningún hombre puede cerrar, quien cierra y ningún hombre puede abrir; él
es su sacerdote, hecho más alto que los cielos por el poder de una vida
eterna; por él ustedes son hechos un sacerdocio real, para ofrecerle a Dios un
sacrificio espiritual; Él es el obispo de sus almas, para supervisarlos, para
que ustedes no se separen de Dios; él es el buen pastor que ha puesto su vida
por sus ovejas, y ellos oyen su voz y lo siguen, y él les da la vida eterna.

Estimados Amigos y hermanos, permanezcan en Cristo la vid, para que


puedan producir fruto para la gloria de Dios. A medida que cada uno ha
recibido a Cristo, camine en él, quien no es del mundo que está en impiedad;
para que ustedes puedan ser mantenidos fuera de las modas vanas y
costumbres del mundo que satisfacen el deseo de los ojos, el deseo de la
carne, y la vanagloria de la vida, que no son del Padre, sino del mundo que
pasa. Los que se unen a lo que no es del Padre, o lo animan, alejan la mente
de Dios el Padre y del Señor Jesucristo. Por lo tanto que Cristo gobierne en
sus corazones, para que sus mentes, almas, y espíritus puedan ser
mantenidos alejados de las vanidades del mundo en sus palabras, caminos, y
acciones, para que ustedes puedan ser un pueblo particular, ferviente por
buenas obras, sirviendo al Señor por medio de Cristo Jesús, para la alabanza
y gloria de Dios; para que por la palabra de su gracia sus palabras puedan ser
misericordiosas, y en sus vidas y conducta ustedes puedan mostrar justicia,
santidad, y piedad, para que Dios Todopoderoso pueda ser glorificado en
todos ustedes, y por medio de todos ustedes, quien está sobre todos,
bendecido y alabado para siempre. Amén.

Jorge Fox
Londres, el día once del cuarto mes, del año 1685

Escribí varias otras cartas a los Amigos en varios países extranjeros de quienes recibí cartas con
respecto a los asuntos de la verdad. Las cuales, cuando las envié, salí un poco de la ciudad
porque estaba exhausto con el clima caluroso, las muchedumbres en las reuniones, y los
continuos negocios. Primero fui a la calle South, donde me quedé por varios días. Y me vino un
gran sentido del crecimiento y el aumento del orgullo, la vanidad, y el atavío excesivo, y que no
sólo entre la gente del mundo, sino también demasiado en algunos que vinieron entre nosotros
y parecieron hacer una profesión de la verdad. Notando este mal, decidí escribir lo siguiente
como una reprobación y un examen para ellos.

El apóstol Pedro dijo (en 1 Ped 3:3-4) acerca del adorno de las mujeres:
"Vuestro adorno no sea (tomen nota que dice "no sea;" esta es una
prohibición positiva) el exterior, con arreglos ostentosos del cabello y
adornos de oro, ni en vestir ropa lujosa; sino que sea la persona interior del
corazón, en lo incorruptible de un espíritu tierno y tranquilo. Esto es de gran
valor delante de Dios. Porque así también se adornaban en tiempos antiguos
aquellas santas mujeres que esperaban en Dios."
Aquí ustedes pueden ver cuál era el vestido de las mujeres santas; el cual era
de gran valor ante la vista de Dios, con el cual las mujeres santas que
confiaban en Dios se adornaban. Pero las mujeres impías, que no confiaban
en Dios, su vestido no era un espíritu manso y humilde; ellas se adornaban a
sí mismas con arreglos ostentosos del cabello, cambios de ropa, y usando
oro, lo cual está prohibido por el apóstol en esta epístola general a la iglesia
de Cristo, los que son verdaderos cristianos.

El apóstol Pablo dijo en 1 Tim 2:9-10. "Asimismo, que las mujeres se atavíen
con vestido decoroso, con modestia y prudencia; no con peinados ostentosos,
ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos; sino más bien con buenas obras, como
conviene a mujeres que profesan reverencia a Dios." Aquí ustedes pueden
ver que las mujeres no debían adornarse a sí mismas, las que profesaban
piedad; ellas no debían adornarse con peinados ostentosos, ni oro, ni perlas,
ni vestidos costosos; porque esto no se consideraba como vestido modesto
para las mujeres santas que profesaban piedad y buenas obras. Pero este
adorno o vestido es para las mujeres inmodestas, sin vergüenza, mujeres no
sobrias que no profesan piedad, ni siguen esas buenas obras que Dios
ordena. Por lo tanto no le corresponde a los hombre y mujeres que profesan
verdadero cristianismo y piedad, estar adornados con oro, o cadenas, o
perlas, o vestidos costosos, o peinados ostentosos; porque estas cosas son
para el deseo de los ojos, el deseo de la carne, y la vanagloria de la vida, lo
cual no es del Padre. Todos los santos hombres y mujeres deben hacer caso a
lo que es más precioso que el oro; "siendo redimidos no con cosas
corruptibles, como plata y oro, de vuestra vana conducta, sino con la sangre
preciosa de Cristo, como un Cordero sin marcha y sin imperfección. Como
hijos obedientes, no os conforméis a las pasiones que antes teníais, estando
en vuestra ignorancia. Antes bien, así como aquel que os ha llamado es
santo, también sed santos vosotros en todo aspecto de vuestra manera de
vivir." 1 Ped 1:14-15.

Cristo dijo: "la vida es más que el alimento, y el cuerpo más que el
vestido." Lucas 12:23.

Yo leí acerca de un filósofo sabio y moral, quien, después de encontrar una


mujer que tenía el cuello y los senos descubiertos, puso su mano sobre ella y
dijo: "mujer, ¿está esta carne de venta?" y ella le contestó que no. "Entonces
ora," le dijo él, "cierra tu tienda," (queriendo decir sus senos y cuello
descubiertos.) Por lo tanto aquellas mujeres que andaban con sus cuellos,
senos y espalda descubierta eran consideradas como rameras, y no personas
modestas, aún entre los paganos morales. Por lo tanto aquellos que profesan
el conocimiento del verdadero cristianismo deberían estar avergonzados de
tales cosas. Ustedes pueden ver un libro escrito por los mismos papistas, y
otro por Ricardo Baxter el presbiteriano, en contra de los senos descubiertos
y los cuellos descubiertos. Aquellos que no estaban en nada más que una
profesión externa declararon en contra de tales cosas, por lo tanto aquellos
que están en la posesión de la verdad y el verdadero cristianismo deberían
estar avergonzados de tales cosas. Lean, les ruego, el tercer capítulo de
Isaías. Allí ustedes podrán ver que el santo profeta estaba afligido con el
vestido vanidoso de las mujeres vanas, y fue enviado por el Señor para
reprenderlas. La envidiosa y perseguidora Jezabel, con su cabeza adornada y
su valor, como una ramera pintada fuera de la verdad, no la guardó de los
juicios de Dios, cuando el Señor provocó a Jehú en contra de ella. ¿Acaso el
orgullo no va antes de la caída, y una mente altiva antes de la
destrucción? "Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los
humildes." Salomón dijo: "El Señor derribará la casa de los soberbios." Prov
15:25. "Porque el día de Jehovah de los Ejércitos vendrá contra todo
arrogante y altivo, y contra todo el que se ha enaltecido, el cual será
humillado." Isa 2:12, Mal 4:1. Por lo tanto tengan cuidado de llamar al
orgulloso feliz; porque "el Señor esparcirá a los orgullosos en la imaginación
de sus propios corazones, y exaltará a los humildes." Ustedes lo pueden leer
en Apocalipsis 17:4-5, y Apoc 18, de la iglesia falsa, como ella estaba
adornada externamente, pero llena de abominación, y llegó a caer al final.
Por lo tanto es bueno que todos los que profesan la verdad, usen esta palabra
y no la abusen; "porque las modas de este mundo pasan, pero la palabra del
Señor perdura para siempre. El Señor se agrada en su pueblo, él embellecerá
al manso con salvación." Salmo 149:4. Todos los que conocen la verdad como
está en Jesús, deben ser embellecidos y vestidos con esta salvación, y esta
salvación es una muralla fuerte o un baluarte en contra de ese espíritu que
quisiera alejarlos más hacia la caída de Dios, hacia aquellas cosas que el
hombre y la mujer que han caído se deleitan, para embellecer, o adornarse
así mismos con esto. Por lo tanto, todos los que profesan la verdad, sean
circunspectos, sinceros, y fervientes, siguiendo al Señor Jesucristo, quien no
es de este mundo; en quien ustedes tienen vida y paz con Dios.

Jorge Fox
South-street, el día 24 del cuarto mes, del año 1685

De Valientes por la Verdad:


Durante la vida de Jorge Fox no hubo evidencia de ninguna disposición para
hacer cumplir un estilo uniforme de vestido entre los Amigos. Ellos habían
venido de todas las clases de la sociedad, del ejército, la marina, y la iglesia;
de los círculos comerciales y profesionales; de la granja y el taller, y de todas
las profesiones religiosas en Gran Bretaña. Ellos aceptaron a representantes
de todo rango, al rico y al pobre, al alto y al bajo, al erudito y al ignorante,
cavalieres y cabezas redondas, hombres de iglesia y disidentes, y ellos se
vistieron de maneras diferentes como lo hubieran hecho por naturaleza, bajo
tales circunstancias.

Antes que pasara otra generación, sin embargo, esa naturaleza natural de
todas las instituciones humanas, que continuamente tienden a ir hacia la
tierra [alejándose del Espíritu de Dios], a menos que sea perpetuamente
revivida y elevada por el mismo Poder Todopoderoso que primero les da la
vida, comenzó a manifestarse a sí misma en esta organización de la Sociedad
de Amigos.

Jorge Fox pasó varios años antes de ser "unido al reposo eterno y gozo de su
Señor," como se testificó de él en la reunión de Londres; pero su noble
esposa, Margarita Fox, quien había pasado varios años en varias cárceles
inglesas, y había sufrido la pérdida de todo por causa de Cristo y el evangelio,
expresó su protesta en contra de cualquier uniformidad externa [en vestido].
En una carta escrita en Swarthmore, el cuarto mes del año 1698, ella dice:

Estimados Amigos, Hermanos y Hermanas:

Dios el Padre de nuestro bendito Señor y Salvador Jesucristo es un Dios


universal de misericordia y amor para todo el pueblo. Y en ese bendito amor
él nos visitó, "en un tiempo aceptable y en día de salvación, .. " Y aquel que
temprano nos trajo las buenas nuevas del evangelio de paz, [a saber, Jorge
Fox], continuó en el cuerpo entre la plantación de Dios, para arriba y para
abajo por cuarenta años; y tuvimos de él ciertas indicaciones e instrucciones
acerca de varios informes y ocasiones importantes. Él nos ha dejado varios
escritos y registros, para ser practicados de acuerdo al evangelio que él
predicó entre nosotros; y hemos vivido bajo la enseñanza de ese bendito
Espíritu eterno del Dios eterno, a la cual él nos dirigió, hasta este día. Y
ahora es bueno para todos nosotros seguir y continuar mano a mano en la
unidad y comunión de este Espíritu eterno, en modestia y humildad de la
mente, cada uno estimando a los otros como mejores que sí mismos; y esto le
agrada a Dios.
Tengamos cuidado todos de no tocar ninguna cosa como las ceremonias de
los judíos; porque eso era desagradable para Cristo, ya que él vino a dar
testimonio en contra de ellos, y testificó en contra de sus prácticas
externas, quien les dijo a aquellos que tenían vestidos largos y sus
anchas filacterias, (Mat 23:5)... [Guardaos de los escribas, a quienes
les gusta andar con ropas largas, que aman las salutaciones en las
plazas ... ellos recibirán mayor condenación. (Lucas 20:46-
50). Más bien, hacen todas sus obras para ser vistos por los
hombres.] Para que nosotros podamos ver lo poco que a él le
agradaban sus ceremonias externas. Por lo tanto guardemos la regla y
la guía del Espíritu eterno, que Dios nos ha dado para que sea nuestro
maestro. Que esto sea puesto y quitado como se debe [como es apropiado] y
como es de servicio para el estado y condición de toda persona. Tengamos
cuidado de no limitar eso, ya que ninguna de estas prácticas es segura para
nosotros. Porque estamos bajo la dirección del evangelio, su guía y su
enseñanza, el cual es un espíritu libre, que nos lleva a la unidad; la humildad
de mente de los santos y siervos de Cristo, deseando ser establecido en el
espíritu libre, no atados ni limitados. Las ceremonias legales están lejos de la
libertad del evangelio. Tengamos cuidado de no ser culpables de tener parte
en ordenar o idear aquello que sería contrario a la libertad del evangelio;
porque el apóstol no deseaba tener dominio sobre la fe de los que estaban en
Corintio, sino que fueran ayudantes de su fe. Es una cosa peligrosa llevar
mucho a los Amigos jóvenes hacia la observación de cosas externas, lo cual
puede hacerse fácilmente; porque ellos pronto pueden entrar en un atuendo
externo, para ser todos parecidos externamente, pero esto no los hará
cristianos; es el Espíritu que da la vida; yo odiaría tener parte en estas
cosas. El Señor nos guarde, para que no dañemos la obra de Dios; sino
dejemos obrar a aquel de quien es la obra. Hemos vivido tranquila y
apaciblemente hasta ahora, y no es para el servicio de Dios hacer divisiones.

Margarita Fox
Swarthmore Hall, el cuarto mes, del año 1698

La última carta de la vida de Margarita fue una segunda petición a los


cuáqueros de ese tiempo, quienes se estaban hundiendo más y más
profundamente en la trampa de la uniformidad en el vestido, y ahora el
color. La carta está disponible para leer en este sitio. A pesar de las múltiples
advertencias de Margarita Fox en 1698 a 1700, los cuáqueros irlandeses,
ingleses y norteamericanos habían establecido una uniformidad de vestuario
sobreentendida que se le exigía a sus miembros; así como Margarita Fox les
advirtió, ellos entraron en una muerte espiritual, al creer que el vestido
contribuía a su justicia, cayendo así en una apariencia del rechazo original de
los cuáqueros en contra de las cintas superfluas, las trenzas de oro sólido, y
adornos disfuncionales en el vestido. En 1752, de Amsterdam, Samuel Neale
le escribió a Ricardo Shackleton con respecto a los cuáqueros en Holanda:
"no hay conformidad de vestido en los profesantes de acá, lo cual es
peculiar de la simpleza del evangelio; espero que la obra que se les ha
otorgado, que viene de la fuente de todo bien, operará así con el don en ellos,
para llevarlos a un sentido de su error." Desafortunadamente el supuesto
error de los holandeses era la viga en el ojo del movimiento completo de los
cuáqueros de habla inglesa. Es evidente que la mayor parte del movimiento
de los cuáqueros estaba despojado de la guía del Espíritu Santo para el año
1730. (Vea la Separación de los cuáqueros de la Verdad para más
información.) La uniformidad de vestido es una clara violación de la libertad
cristiana; la moderación sí, la modestia sí; pero no la uniformidad,
particularmente a una moda de un tiempo pasado. Fox y los primeros
cuáqueros nunca se hubieran vestido con túnicas, que era el vestido de los
hombres santos en siglos pasados, como para verse santos, como para
confiar en la vestimenta como una insignia de su religión; al contrario, la
insignia de su religión estaba en la moderación de su conversación y
conducta, el fruto del Espíritu Santo, por el cual el Señor nos dijo que
juzgáramos a los hombres. Ni tampoco hubieran ellos usado una cruz para
desplegar su piedad.

Después de algunas semanas regresé a Londres. Entre otros servicios que encontré allí, uno era
asistir en redactar un testimonio para evitar que nuestros amigos se preocuparan acerca de la
reciente rebelión en el oeste, y de todas las conspiraciones en contra del gobierno; lo cual por
consiguiente se hizo, y fue entregado al presidente del tribunal, quien entonces debía ir hacia el
oeste con un encargo de juzgar prisioneros.

Yo permanecí por algún tiempo en Londres, visitando amigos, y trabajando entre los Amigos en
el servicio de la verdad. Pero al encontrar que mi salud estaba muy afectada por falta de aire
puro, fui a la casa de campo de Carlos Bathurst en Epping-forest, donde me quedé unos pocos
días. Allí me vino la inspiración de escribir una epístola a los Amigos:

Estimados Amigos,

Quienes son llamados, escogidos y fieles en este día de prueba, tentaciones, y


sufrimientos, quienes el Señor por su mano derecha ha sostenido en todos
sus sufrimientos (y algunos hasta la muerte) por causa del Señor y su verdad.
Cristo dijo: "Tened valor, yo he vencido al mundo; en mí ustedes tienen paz,
pero en el mundo tienen aflicción." Los hijos de la semilla, que son herederos
del reino, saben que esto es cierto. Y aunque ustedes tienen pruebas por
causa de los hermanos falsos, los que son Judas, y los hijos de la perdición,
que han entrado al templo de Dios, y son exaltados por encima de todo lo
que se llama Dios, a quienes el Señor destruirá con el aliento de su boca y el
resplandor de su venida; y aunque ustedes sean probados por los poderes y
principados, aún así no hay nada que los puede separar del amor de Dios que
ustedes tienen en Cristo Jesús. Moren en ese amor, que cumple la ley;
edifíquense los unos a los otros en él, y sean corteses, amables y humildes;
porque a los tales Dios les da su gracia ampliamente, a los tales él enseña. Y
oren en el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo; en él guarden su
Santa Comunión y unidad en el espíritu, en el vínculo de paz, el cual es la paz
celestial del Rey de reyes. En esto todos ustedes están atados al buen
comportamiento, para mantener la paz entre ustedes, para buscar la paz de
todos los hombres, y para presentar la sabiduría celestial, amable y pacífica a
todos, en justicia y verdad, respondiendo a lo bueno a todo el pueblo en sus
vidas y conversaciones, (porque el Señor es glorificado cuando ustedes
producen fruto espiritual), para que puedan ver y contemplar al Señor en
todas sus acciones, para que todos ustedes puedan sentir las bendiciones del
Señor que reposan sobre ustedes. Ya sea que sean prisioneros por causa de
su nombre y la verdad, o estén en libertad, en todas las cosas obren para
estar contentos, porque eso es una fiesta continua; y que ningún problema
los mueva; entonces ustedes estarán en el monte Sión, que no puede ser
quitado. En todas las cosas ejerciten la palabra de la paciencia, ya que esta
palabra santifica todas las cosas para ustedes. Estudien para estar en
silencio, y para hacer la obra del Señor que él les pida (y la de ustedes), en
verdad y justicia. Lo que sea que hagan, que sea hecho para la alabanza y la
gloria de Dios en el nombre de Jesucristo. Todos los que hacen sufrir al
pueblo de Dios hacen sufrir a la semilla en sus propios particulares, y
encarcelan al justo allí. Los tales no visitarán a la semilla en sí mismos, sino
la echarán a la prisión en otros, y no la visitan en la prisión. Ustedes pueden
leer que Cristo dijo: "todos los tales deben ir al castigo eterno." Ese es un
castigo triste y una prisión. Los tales llegan a ser apóstatas y reincidentes,
quienes crucifican a Cristo nuevamente, lo ponen en vergüenza, pisotean al
sangre del Hijo de Dios por la cual fueron limpiados, y llegaron a ser sucios.
Los tales afligen, desconciertan, apagan, y se rebelan en contra del espíritu
de Dios en sí mismos, y después se rebelan en contra de aquellos que
caminan en el espíritu de Dios. Los tales son desleales a Dios y al hombre, y
son enemigos de toda buena obra y servicio de Dios; pero su fin será de
acuerdo a sus obras, quienes son como la tierra que a menudo ha recibido
lluvia, pero que produce zarzas y espinas, que deben ser rechazadas, y son
para el fuego. Por lo tanto, estimados amigos, en todos sus sufrimientos
sientan el brazo eterno y el poder del Señor, que los ha sostenido hasta este
día, y los sostendrá hasta el fin, a medida que la fe de ustedes está sobre él, y
a medida que se establecen sobre la roca y el fundamento que es Cristo
Jesús, que no puede ser quitado, en quien tienen vida y paz con Dios. El
Señor Dios Todopoderoso, en él les de dominio, y los guarde a todos para su
gloria, para que en todos sus sufrimientos ustedes puedan sentir su
presencia, y que, cuando ustedes hayan terminado su testimonio, puedan
recibir la corona de gloria que Dios ha preparado para aquellos que le temen
y le sirven, Amén.

Jorge Fox
El día 15 del séptimo mes, del año 1685

You might also like