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ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

FACULTAD DE HUMANIDADES

ALUMNOS
GRANDEZ CHAPPA HEINI LUZ
LLATAS CABRALES
RAMOS PAJARES JULIANA
TAPIA OLIVERA JASMIN

DOCENTE
SARMIENTO PÉREZ LUIS ALBERTO

ASIGNATURA
NEUROCIENCIAS III

TEMA
EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA DEL ADULTO MAYOR

PIMENTEL – CHICLAYO
2017
CONTENIDO

EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA DEL ADULTO MAYOR .............................................. 3

EL PROCESO DE EVALUACIÓN .................................................................................... 3

DIMENSIONES DE LA EVALUACIÓN ............................................................................ 4

REVISIÓN DE LOS INFORMES PREVIOS ....................................................................... 5

LA ENTREVISTA AL PACIENTE Y A LOS FAMILIARES ..................................................... 5

INSTRUMENTOS DE LA EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA DEL ANCIANO. ................. 7

CONCLUSIÓN ............................................................................................................ 9
EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA DEL ADULTO MAYOR

En los últimos años ha existido un aumento de la demanda de exploraciones


neuropsicológicas tanto en personas que han sufrido un daño orgánico conocido, como en
pacientes con diferentes patologías psiquiátricas en las que existe sospecha de una
disfunción cerebral, y es un hecho cada vez más común en la mayoría de los países
occidentales la progresiva incorporación de neuropsicólogos clínicos en los servicios
hospitalarios. El objetivo fundamental de estas evaluaciones ya no se centra
exclusivamente en identificar una posible alteración de las funciones reguladas por la
corteza cerebral, sino que se dirige cada vez más hacia las necesidades de tratamiento que
tienen las personas afectadas por alteraciones en las funciones cerebrales superiores; lo
que permite entender la importancia creciente de los programas de rehabilitación
neuropsicológica como un recurso terapéutico cada vez más necesario.

EL PROCESO DE EVALUACIÓN
La evaluación de las consecuencias de la lesión cerebral requiere aplicar la observación, la
entrevista y diferentes pruebas de evaluación neuropsicológica. Los resultados de esta
evaluación representan el punto de partida del tratamiento y rehabilitación
neuropsicológica.

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DIMENSIONES DE LA EVALUACIÓN
Además de que el neuropsicólogo clínico debe considerar las características
biopsicosociales de cada paciente en particular para crear una estrategia personalizada de
evaluación, debe tomar en consideración un esquema teórico general para cubrir sus
objetivos. (Lezak) propone que el comportamiento debe ser entendido en términos de tres
dimensiones principales, que se habrán de evaluar poniendo atención en sus diferentes
componentes para estudiar de qué manera se ven comprometidos cuando existe una
alteración en el funcionamiento del Sistema Nervioso Central. Estas dimensiones son la
cognición, la emoción y las funciones ejecutivas.

1. Cognición. Esta dimensión hace referencia a la forma en que se maneja la información.


Comprende las funciones receptivas que seleccionan, clasifican e integran los estímulos
externos; la memoria y el aprendizaje, en términos de almacenamiento y recuperación de
la información; el pensamiento, como conjunto de imágenes mentales a partir del cual se

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organiza la actividad psíquica; y las funciones expresivas, entendidas como conductas
observables en el sujeto.

2. Emoción. Dentro de este rubro, la atención del clínico se centra básicamente en los
sentimientos y la motivación del paciente, que pueden verse afectados como efecto
primario de una alteración cerebral o como una reacción de ajuste a los cambios en su
comportamiento. En este rubro se consideran también los distintos rasgos de la
personalidad del paciente.

3. Funciones ejecutivas. Estas funciones regulan la cualidad de la expresión de la conducta,


comprenden la iniciativa y el autocontrol, y la capacidad general del paciente para planear,
organizar y autorregular, por medio de la flexibilidad del pensamiento, su comportamiento.

REVISIÓN DE LOS INFORMES PREVIOS


Habitualmente el proceso de evaluación comienza con la revisión de los informes previos,
cuya información sirve de base para determinar la gravedad y naturaleza de la disfunción,
los resultados de las técnicas de neuroimagen, la presencia de complicaciones asociadas,
la evolución de la sintomatología y el nivel de dependencia o recuperación alcanzado hasta
el momento.

LA ENTREVISTA AL PACIENTE Y A LOS FAMILIARES


La entrevista con el paciente es la siguiente tarea a realizar, y constituye en la mayoría de
los casos el instrumento de diagnóstico más poderoso y más económico con el que cuenta
el clínico. A través de ella se obtiene información en primer lugar sobre la historia del
paciente y sobre variables mediadoras tales como la edad, el nivel de funcionamiento
premórbido, el grado de escolaridad y situación laboral alcanzada, etc. Sin un adecuado
conocimiento del valor de estas variables mediadoras resultará imposible interpretar los
resultados de cualquier prueba de evaluación neuropsicológica empleada. Además, la
entrevista permite conocer la descripción que hace el paciente de la situación actual, los

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problemas específicos y la importancia que concede a los mismos, y el grado de
autoconciencia de las limitaciones existentes.

Asimismo, se debe obtener información sobre los patrones de conducta y personalidad


previa para conocer el nivel de ajuste previo y/o descartar la existencia de problemas de
inadaptación social (abuso de sustancias tóxicas, déficit de control de impulsos, escasas
habilidades sociales, etc.) que puedan contribuir a explicar los problemas emocionales
actuales. Finalmente, conviene dedicar una parte de la entrevista a determinar las
consecuencias psicosociales que está ocasionando el trastorno en cuestión.

Puede ser conveniente entrevistar de forma independiente al paciente y a los familiares.


Son numerosos los trabajos que han evidenciado diferencias significativas entre la
información proporcionada por los familiares y por los afectados con lesiones cerebrales
(por ejemplo, es bien conocido que las personas con traumatismos craneoencefálicos
graves tienden a sobreestimar su nivel de competencia cognitiva y conductual, mientras
que suele suceder lo contrario después de un daño cerebral leve). Por lo tanto, el motivo
de estas entrevistas es doble: por un lado, permiten obtener una información lo más
completa posible del estado del paciente, de su evolución y de los cambios psicosociales
acaecidos, pero además nos permiten contrastar el grado de desacuerdo entre las dos
fuentes, lo que constituye un elemento esencial para conocer el grado de autoconciencia
que tiene la persona con daño o disfunción cerebral de sus propias limitaciones.

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INSTRUMENTOS DE LA EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA DEL ANCIANO.

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CONCLUSIÓN
El neurólogo, como todo médico, debe tener siempre presentes los reales beneficios y los
riesgos y costos de cada procedimiento, así como los criterios científicos y éticos que lo
llevan a indicar o realizar un determinado examen en un determinado paciente. En otras
palabras, debido a que muchos de los exámenes auxiliares, a veces los más decisivos,
conllevan riesgos para el paciente, o son de costo muy alto, la decisión de su realización
debe basarse en criterios muy precisos, donde es fundamental la consideración de las
relaciones riesgo/beneficio y costo/beneficio de cada procedimiento.

El neuropsicólogo debe considerar que:

1. La evaluación neuropsicológica debe proporcionarnos un perfil comprehensivo del


estado tanto mental como afectivo del paciente,

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2. Disponemos de instrumentos que no han sido creados con una finalidad
neuropsicológica, pero su uso puede ser aplicado en este contexto, véase las
tradicionales escalas de inteligencia de Wechsler (WAIS-III),
3. Las baterías de evaluación neuropsicológica son diversas, atendiendo al marco
teórico en el que se apoyan (con gran base teórica, las que se apoyan ene modelo
propuesto por Luria) o atéoricas (la batería Halstead -Reitan),
4. Existe un acuerdo sobre cuales deben ser las áreas de exploración neuropsicológica
entre los diversos profesionales.
5. Entre los ámbitos de exploración neuropsicológica debe incluirse la evaluación de
la capacidad intelectual. Son diversas las recomendaciones, como las señaladas
anteriormente por la Asociación Americana de Neurología, recomendaciones que
nos hacen sopesar y cuestionar la “capacitación” de los profesionales de neurología
en el ámbito de la neuropsicología, aunque subrayamos el intento de acercamiento
que desde el ámbito clínico (neurología) se esta haciendo al ámbito de la
neuropsicología.
6. Actualmente nos encontramos en un momento de gran auge en el desarrollo y
validación de diversas baterías neuropsicológicas, en el contexto Mexicano (p. ej.
batería Luria-DNA) con las tradicionales escalas de inteligencia de Wechsler en
población adulta (v.g. Bausela, 2005), no obstante estos estudios resultan
insuficientes ya que deben responder a la diversidad y hetereogeneidad
característica de la población mexicana.
7. Los resultados de la evaluación neuropsicológica representan el punto de partida
para el tratamiento y rehabilitación neuropsicológica (ver Bausela y Santos, 2005;
González, Seijo y Lemos, 1998).

Ello es así porque mediante la evaluación vamos a delinear el perfil de las capacidades
preservadas, así como determinar el grado de influencia de estos déficit en la realización
de las actividades de la vida diaria (Fernández, 2001), de ahí la importancia de contar con
instrumentos adecuados, válidos y fiables que nos permitan obtener el perfil

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neuropsicológico a partir del cual se establecerá el protocolo de rehabilitación
neuropsicológica (Bausela & Santos, 2005).

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