dirigirme presuroso por la senda La que a la Puerta del Templo me llevaba Y entré tras mucho golpear, pero una venda
Al instante me cegó y me despojaron
De las pocas pertenencias que portaba. En un sótano frío me dejaron. La puerta tras de mí quedó cerrada.
La luz de una vela alumbró mi estadía
En la húmeda tumba en que me encontraba. Azufre, mercurio, trigo y tierra había Y un cráneo sonriente y mudo me miraba.
Todo señalaba que iba a mi muerte,
Mi vida anterior ya no era necesaria. Debía renacer, cual nueva simiente Parecía el mensaje de esa triste cámara. Leí “visita el interior de la Tierra Y rectificando hallarás la Escondida
Piedra”, la frase que en VITRIOL se encierra,
¿Qué me está diciendo este alquímico enigma?
Medité en silencio. Pasé mucho tiempo
envuelto en ideas, repasé mi vida, Me puse por fin a hacer mi Testamento. Buscaría en mí esa Piedra Escondida.
** *
Oí que una voz poderosa y solemne
Ordenaba ¡entre columnas ponedle Y que al tercer golpe de mazo en Oriente Quitadle las vendas y que vea la Luz!
Y caídas las vendas mis ojos se hirieron
En la luz radiante que me traspasaba Y hacia mi corazón vi que dirigieron Las filosas puntas de muchas espadas.
Presté emocionado el primer juramento
De guardar los secretos en mi corazón, Me inicié en el uso de los instrumentos y en los rudimentos de la construcción.
Me asombró ver del Número la elocuencia
con que en su silencio impávido me hablaba y su expresión en figuras geométricas Simples que a un nuevo despertar me llamaban.
¡Qué manera portentosa de enseñanza
Aquella tan natural del simbolismo! ¡Qué belleza cuando al espíritu alcanza La Verdad susurrando en un guarismo!
Cada herramienta, también cada instrumento
De albañil, de artesano o arquitecto Me brindaron sabios, el Conocimiento Aguzando mi intuición y el intelecto.
Para el ciego, la cifra es solo un número
Y la Geometría, cosas de figuras Y las herramientas, instrumentos mudos Mientras el alma habita entre penumbras.
Pero aquello inanimado cobra Vida
Erigiéndose en sublimes profesores Cuando se alza el Sol de Oriente en pleno día Despertando nuestros ojos interiores.
** *
Viví muchos años allá en la cantera
Con los fríos vientos y soles ardientes Del día a la noche labrando la piedra Me embargaban sueños de viajar a Oriente.
Aprendiz por siempre, vi que en el esfuerzo
silencioso y arduo junto a mis hermanos por virtud de ciencia, justeza y trabajo En templos vivientes nos edificamos.
Trabajé en las gildas obrando con celo,
Aprendí de todos, labré con firmeza, Veré la Catedral elevarse al cielo En toda su fuerza, sapiencia y belleza.
Después caminé hacia el mítico Oriente
Más todos mis pasos se hacían circulares, Lo busqué en mil libros, conocí mil gentes, Oí tantas historias de tantos lugares…
Egipto y Caldea con su astronomía
Brillan al Saliente y también la India. Nos traen sus ecos de sabiduría Las ciencias, las artes, la filosofía
De Grecia y de Roma hacia Mediodía.
Al Norte, en los bosques, los misterios Druidas. Judíos y árabes, kabbalah y alquimia, Dieron a Occidente en profundas doctrinas.
¡Todo me mostraba un mismo designio!
¡Todos los caminos a un mismo destino! ¡Todos los misterios, por el Raciocinio Se rebelan al hombre que busca en sí mismo!
¡Todo el Universo se hace inteligible
Y en el fervor del asombro científico Sentimos cual gozo de un éxtasis místico Al ver por doquier el Eterno Equilibrio!
Pasaron los años, cientos de tenidas
Tallando en mí alma sublimes consignas, Ví que el idioma de Dios es la Física, Que el Arte, la Ciencia y la Fé convergían Y maravillado, vi que no hace falta Del rígido dogma, de irracionalismos, ¡Para ver en Dios la Razón más Alta Libre de los velos del oscurantismo!
No un Ser caprichoso que premia o castiga,
No un dios investido del capricho humano, ¡Sí un Dios confiable en Sus Leyes Divinas Portando una escuadra y compás en Sus manos!
Al correr del tiempo, capté que el Oriente
No era un lugar, sino la Conciencia De la parte en el Todo, permanentemente En el Equilibrio y en su unión perfecta.
Oriente es un punto en la mente despierta
Que todo misterio refleja y devela, “satori” en el yoga, en Teillhard, “punto Omega” Y en Apocalipsis la “Jerusalén Nueva”.
Es la síntesis de la mente que integra
La Infinitud en el punto del círculo, Es la Luz del día y la noche más negra El Todo, la Nada, y además su vínculo
Oriente es partida, trayecto y arribo,
Y yo el caminante, el caminar y el camino Y al alcanzar la meta, valga el desatino, Empiezo a ser Luz, soy el Oriente mismo…
Conciencia que reúne los pares de opuestos,
Conciencia que es puente entre Cielo e Infierno, La Piedra Escondida en el corazón tierno ¡Labrada a la Gloria del Gran Arquitecto!