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ORIGINALES Rev. Logop., Fon., Audiol., vol. X, n.o 2 (74-82), 1990

DESARROLLO DEL LENGUAJE


EN EL PERÍODO ESCOLAR
Por José Manuel Serrano Fuentes
Psicólogo

INTRODUCCIÓN El niño de seis años dispone de un lenguaje que se


aproxima sensiblemente al del adulto y está dispues-

L
A adquisición lingüística no puede conside- to para aprender un segundo sistema de símbolos: el
rarse nunca como terminada del todo, puesto lenguaje escrito. La escuela no es ajena al desarrollo
que siempre ocurren nuevas experiencias que del niño en esta etapa. Rondal (1982a) señala que la
permiten el continuo desarrollo de la competencia escuela facilita este desarrollo de por lo menos dos
lingüística. Es objetivo de este trabajo estudiar el de- formas: por una parte, las «presiones» lingüísticas
sarrollo del lenguaje infantil desde los seis años has- que los niños emplean entre sí y la que los maestros
ta la adolescencia. Para ello, siguiendo a Espin ejercen sobre sus niños para que hablen correcta-
(1987), consideraré los siguientes aspectos del len- mente; por otra, las actividades escolares y de refle-
guaje: fonológico, morfosintáctico, semántico (o de xión que se organizan sobre el lenguaje y las reglas
contenido), pragmático (o funcional) y metalingüís- gramaticales, las actividades de análisis y los ejerci-
tico. cios de expresión y de formación de las frases. Ade-
El componente fonológico se refiere a los rasgos más, Francescato (1971) y Crystal (1981) apuntan
articulatorios del sistema lingüístico. El componente que, gracias a la escuela, el niño sale de la fase de
morfosintáctico atañe, por un lado, a los aspectos aprendizaje limitado de la lengua que tiene lugar en
morfológicos, que incluyen tanto los rasgos que en- el marco familiar para pasar a la de aprendizaje de la
tran en la composición de las palabras como el desa- lengua de cultura o nacional, en la cual se desarro-
rrollo de las diferentes categorías gramaticales (ver- llará su aprendizaje lingüístico sucesivo.
bos, adjetivos, etc.); por otro lado, los aspectos sin- Al margen de lo expuesto, conviene destacar en
tácticos se vinculan a la organización secuencial de esta introducción la escasez de estudios sobre adqui-
los enunciados y sus reglas. El componente semánti- sición del lenguaje en esta etapa referidos a nuestra
co incluye las relaciones entre las unidades lingüís- lengua, por lo que tentativamente se hacen extensi-
ticas que el hablante puede emitir y aspectos o rela- vos a ella los resultados de investigaciones realiza-
ciones de su entorno (tanto objetual como humano). das en lengua inglesa o francesa.
El componente pragmático trata de los efectos que el
hablante produce en su entorno, tanto físico como
social. Finalmente, el componente metalingüístico ASPECTO FONOLÓGICO
supone la toma de conciencia de los mecanismos de
la lengua; es decir, la reflexión sobre los aspectos ya En general, puede decirse que hacia los 5-6 años
citados del lenguaje. los niños controlan el sistema fonológico de la len-

Correspondencia: José Manuel Serrano Fuentes. Tomás Bretón, 23. Esplugues de Llobregat. 08950 Barcelona.

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gua materna en todos los aspectos. Puede producir y Morfología


reproducir a voluntad, de manera aislada, los dife-
rentes sonidos característicos de la lengua (Rondal, El niño de seis años es capaz de expresar el ca-
1982a). En este sentido, el hecho de que el niño uti- rácter definido o indefinido de la palabra a la que se
lice sonidos aparentemente correctos no implica que refiere por medio de la elección del artículo (Rondal,
sea capaz de distinguir un sonido de otro en el len- 1982a). Antes de ello, el niño tiende a emplear el ar-
guaje que habla. Existen determinados contrastes tículo indefinido en vez del definido, no indicando el
consonánticos (la diferencia entre las fricativas fon- grado de determinación de un referente que compar-
tales, f y th, por ejemplo) que originan dificultades te con su interlocutor (Rondal y cols., 1986).
hasta los siete años o incluso más allá de esa edad Asimismo, emplea correctamente adjetivos, nom-
(Crystal, 1981). bres y pronombres (Rondal, 1982a). Se observa, du-
También hacia los siete años se perfecciona la rante la etapa escolar, un incremento en el número de
pronunciación de ciertos fonemas delicados: s, z, ch, adjetivos, así como un mayor uso de epítetos y adje-
j, l y r, cuando estas consonantes se combinan con tivos calificativos especificativos (Nickel, 1978). Ha
otros sonidos en palabras relativamente difíciles de aprendido también a utilizar las marcas de género y
pronunciar (Crystal, 1981; Rondal, 1982a; Rondal y número en su identificación del nombre al que se re-
cols., 1982b). fiere el pronombre personal de tercera persona. Has-
En fin, la adquisición de muchos de los más suti- ta los seis años, el niño recurre a diversas estrategias
les rasgos de entonación no se produce generalmen- para identificar el nombre al que sustituye el pro-
te antes de los diez años (Crystal, 1981). nombre; por ejemplo, toma como referente del pro-
Este proceso de estabilización de la pronunciación nombre al nombre más cercano en la cadena del dis-
no puede desligarse del aprendizaje de la lectura y de curso, sin considerar la concordancia de género y
las actividades de análisis auditivo y vocal que impli- número que existe entre el nombre y el pronombre
ca y que facilita, como ya se ha citado, la progresiva que lo sustituye. Así se identifica correctamente al
diferenciación de los sonidos y el perfeccionamiento nombre en algunos casos («Pedro viene con María,
de la articulación (Nickel, 1978; Rondal, 1982a). ella viste mejor»), pero no en otros («Pedro viene
con María, él viste mejor»). En fin, en francés los
pronombres «le sien», «le nôtre», «le vôtre» y «le
ASPECTO MORFOSINTÁCTICO leur» (el suyo, el nuestro, el vuestro, el suyo) sólo
empiezan a ser empleados después de los seis años;
Según Crystal (1981) existe la idea de que cuando el resto de los posesivos se produce desde los cinco
el niño comienza a ir a la escuela ya ha completado años y medio. La comprensión de los diferentes pro-
el conocimiento de la gramática de su idioma; en nombres posesivos precede unos dos años a su pro-
este supuesto, la tarea del profesor es proporcionar al ducción (Rondal y cols., 1986).
niño la oportunidad de usar la gramática de que dis- Entre los cinco y los diez años, se observa también
pone y extender su uso a contextos hasta entonces un incremento en el uso de infinitivos y participios, y
desconocidos para él. Este supuesto es del todo fal- se usan más correctamente los verbos auxiliares
so. Existe numerosos componentes de la gramática (Alexander, 1984). Durante esta etapa se adquiere en
que el niño no ha aprendido aún en el momento de inglés la plena comprensión del significado de for-
ingresar en la escuela, y el proceso de completar di- mas auxiliares como «must», «may», «should»
cho conocimiento se mantendrá hasta casi el umbral (debe, puede, debería), formas que son empleadas
de la pubertad. desde los tres años y medio (Crystal, 1981). Las for-
En este apartado se tratará de desarrollo que se mas del imperfecto y del condicional no se utilizan
produce en el niño a partir de los seis años, expli- regularmente antes de los cinco años y medio (Ron-
cándose en primer lugar las adquisiciones morfoló- dal y cols., 1986) y, después de los seis se adquiere el
gicas y, en segundo, las sintácticas. uso de los tiempos aún no adquiridos de la conjuga-

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ORIGINALES

ción verbal, como el condicional pasado y el plus- 3. Las formas más difíciles de adquirir parecen
cuamperfecto (Rondal, 1982a). ser las de aumentativo y diminutivo y el plural en -es,
A los seis años, el niño puede situar adecuada- que no se adquieren a los seis años con palabras ar-
mente un acontecimiento en el espacio, mediante los tificiales. Le siguen en dificultad las segundas con-
diversos adverbios y preposiciones, y también la lo- jugaciones de los tres tiempos. El resto de las conju-
calización en el tiempo está en vías de adquisición gaciones (con la excepción del problema de los ver-
con el uso de los diferentes tiempos verbales, de los bos irregulares en palabras reales) se adquieren más
adverbios y de las preposiciones de tiempo (Rondal, fácilmente, siendo los plurales en -s (y en ø en pala-
1982a). Al comienzo del período escolar predomi- bras reales) los que se adquieren antes.
nan las conjunciones temporales y los adverbios de 4. Con las palabras que forman el plural en -es,
lugar; posteriormente, se utilizan preposiciones con- los niños cometen errores consistentes en formar su
dicionales y causales, a expensas de las temporales, plural con -s o no añadirle ningún sufijo. En cambio,
que van disminuyendo (Nickel, 1978). Después de las palabras que lo forman en -s son bien realizadas.
los seis años, se desarrolla la comprensión del senti- 5. Son de gran importancia los errores de sobre-
do exacto y la producción de ciertos adverbios y pre- rregularización cometidos con verbos irregulares
posiciones de tiempo y de espacio («exteriormente», reales en la formación del gerundio y del indefinido.
«en el interior de»…) (Rondal, 1982a). Todos los niños muestran una gran dificultad con es-
Finalmente, aunque desde los cuatro años los ni- tos verbos, que lleva incluso a que la proporción de
ños usan la pluralización, hasta cerca de los ocho aciertos sea menor en pruebas de indefinido con pa-
no emplean correctamente la tercera regla del plural labras reales que con palabras artificiales. Esto prue-
en inglés. Las investigaciones de Berko (citado en ba el aprendizaje de reglas en la adquisición de la
Francescato, 1971) muestran que los niños, entre morfología.
los cuatro y los siete años, pueden aplicar las dos 6. Cuanta mayor simplicidad de formas y regu-
primeras reglas de pluralización, referidas a los fo- laridad haya en la formación de morfemas, antes se
nemas /s/ (books) y /z/ (dogs); en cambio, les re- dominarán éstos.
sulta muy difícil aplicar la tercera regla del plural 7. El fenómeno de sobregeneralización de los
(sonido /as/: houses). sufijos de la primera conjugación (también registra-
Señalaré aquí el trabajo realizado por M. Pérez y do con palabras artificiales), para la formación del
D. Singer (1984), que estudia la evolución que se da tiempo imperfecto e indefinido en las otras conjuga-
en la adquisición de morfemas y uso de reglas mor- ciones, puede interpretarse también como una ten-
fológicas para la construcción del plural, pretérito dencia a buscar pautas generales de formación de
indefinido, pretérito imperfecto de indicativo, gerun- verbos, que no hace sino revelarnos el papel activo
dio, aumentativo y diminutivo, en niños españoles de los niños en el proceso de adquisición del len-
de entre tres y seis años. En las pruebas, los niños guaje y en su esfuerzo por buscar reglas productivas
debían realizar sus construcciones sobre palabras simples de formación de morfemas.
con sentido (palabras reales) y sobre palabras nue-
vas, inventadas por los autores (palabras artificiales).
Sus conclusiones son las siguientes: Sintaxis

1. De los tres a los seis años se produce un avan- Los estudios de Carol Chomsky (citados en Dale,
ce importante en el dominio de los morfemas estudia- 1980 y Alexander, 1984) referidos a la comprensión
dos. Los mayores progresos se observan en los mor- de una regla general del inglés, el principio de la dis-
femas de aumentativo, diminutivo, imperfecto e inde- tancia mínima (P.D.M.), mostraron que el desarrollo
finido. sintáctico no finaliza en los años preescolares.
2. En general, las pruebas con palabras reales Chomsky parte de la hipótesis de que los niños
resultan más sencillas que con palabras inventadas. aprenden primero la regla general (el P.D.M. en este

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caso) y más tarde las excepciones. Su trabajo mues- den del sujeto y del verbo y el empleo del pronom-
tra que en la adquisición del P.D.M. los niños pasan bre personal en sustitución del sujeto (Rondal,
por una serie de etapas y que hasta aproximadamen- 1982a). A los seis años, se completa el desarrollo de
te los ocho años no comprenden las excepciones a la las circunstancias, con la comprensión y adquisición
regla. Antes de esta edad, interpretan las oraciones de las circunstanciales de tiempo; el desarrollo de
que no siguen el principio como si lo siguieran. éstas comienza a los cinco años y culmina con la ex-
Las reglas que rigen la formación de las frases presión y comprensión de aquellas cuyo orden de
simples están ya adquiridas a los seis años. Estas fra- enumeración no corresponde al orden real de los
ses suponen muchas palabras con un sujeto y un ver- acontecimientos (Rondal, 1982a; Rondal y cols.,
bo dispuestos en un orden preciso (Rondal, 1982a). 1986). Para terminar, a los seis años aparecen las
El niño tiene todavía dificultad, sin embargo, en lo cláusulas de comentario («you know», sabes) y las
que se refiere a la concordancia entre el sujeto y el variaciones en el orden de las palabras para dar én-
verbo; estas dificultades se superan a partir de los fasis, empleando construcciones con «it» y «there»
seis años (Dale, 1980). (Crystal, 1981).
Hasta los cuatro años, domina la coordinación en
el discurso complejo (parataxis). En los niños mayo-
res, en cambio, se desarrolla el uso de la subordina- ASPECTO SEMÁNTICO1
ción (hipotaxis) (Nickel, 1978; Rondal y cols.,
1982b). Se adquiere asimismo, a partir de los seis Los estudios sobre este aspecto del lenguaje des-
años, la concordancia de tiempos entre la proposición tacan el aumento del vocabulario infantil a partir del
principal y la subordinada (Rondal, 1982a; Rondal y momento en que el niño comienza a ir a la escuela
cols., 1982b), y la comprensión de partículas subor- (la influencia de la clase de lectura no es ajena a este
dinativas como «although», «unless», «since» (aun- desarrollo). El aumento del léxico, en el que se ad-
que, a menos que, ya que) (Crystal, 1981). En fin, ha- miten grandes diferencias individuales, no se produ-
cia los siete años se generaliza el uso de nuevas for- ce sólo porque el niño aprende más vocablos, sino
mas de conexión oracional, mediante la utilización de también porque los que ya sabe adquieren nuevos
conectores adverbiales como «actually», «frankly», significados. A ello ayudan tanto el desarrollo indi-
«really», «however» (en concreto, francamente, real- vidual (en particular, la capacidad creciente de pen-
mente, sin embargo) (Crystal, 1981). samiento lógico-abstracto) como la ampliación y
Las características de la oración pasiva (invertir el profundización de las experiencias.
orden habitual de presentación del sujeto real y del La influencia del desarrollo individual se mani-
objeto real de la acción descrita por el verbo) explican fiesta en la fluidez de palabras, en el empleo de
su tardía adquisición por el niño. Hacia los 4-5 años construcciones más difíciles, en la tendencia a usar
puede comprender las pasivas no reversibles («el ca- paréntesis… El progreso del pensamiento lógico-
ballo es montado por el jinete»); hacia los 7-8 años abstracto se aprecia con el aumento de vocablos de
produce las primeras pasivas y, a partir de esa edad, contenido abstracto tanto en el vocabulario activo
se inicia la comprensión de las pasivas reversibles como en el pasivo, y en un aumento de la compren-
(«el niño es empujado por la niña»), aunque hasta sión de las conexiones semánticas superiores. Sobre
antes de los diez años no se llega a su perfecta com- este punto, relaciones semánticas, hay que señalar
prensión. Hasta estas edades, el niño suele interpre- que es a partir del quinto curso cuando los niños co-
tar las pasivas reversibles como si se tratase de la ac- mienzan a entenderlas correctamente. Francescato
tiva correspondiente (en el ejemplo anterior, «el niño (1971) atribuye a la creciente complejidad de estas
empuja a la niña» (Rondal, 1982a). conexiones el fundamento del desarrollo del vocabu-
A los seis años, el niño tiene aún problemas para
formular algunas preguntas, sobre todo las que im- 1
Para el desarrollo de este aspecto de lenguaje, me baso en
plican el empleo de la negación, la inversión del or- Nickel (1978).

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ORIGINALES

lario y de las capacidades de abstracción y concep- ASPECTO PRAGMÁTICO


tualización del niño. También Dale (1980) apun-
ta que el desarrollo semántico es el aspecto del En los últimos años, ha crecido el interés por el
desarrollo del lenguaje más ligado al desarrollo estudio del lenguaje desde un punto de vista funcio-
cognoscitivo; más adelante señala que las categorías nal o pragmático.
semánticas, incluidas en las cognoscitivas, aparecen El lenguaje puede usarse para cumplir diversos fi-
cuando el niño atribuye diferencias lingüísticas a los nes (ordenar, investigar, amenazar, etc.); el saber usar
rasgos y propiedades de su universo (el conjunto de el lenguaje es algo más que generar una secuencia
esos rasgos y propiedades percibidos por el niño son sintácticamente bien construida con un determinado
las categorías cognoscitivas). Por fin, como citan significado literal.
Rondal y cols. (1986), a partir de los 4-5 años se Al hablar, elegimos una forma de expresión de
constituyen categorías léxicas más grandes y abs- nuestros significados (pregunta, enunciado, genera-
tractas (ejemplo: rosa-tulipán-arce-abedul…) flores- lización, etc.); el número de posibles operaciones
árboles…) plantas…) seres vivos). representa el potencial de significado del lenguaje, y
El vocabulario activo del niño de seis años está la opción concreta que realizamos para expresar
constituido fundamentalmente por las palabras que nuestros significados se denomina «acto del habla»
corresponden a sus propiedades, intereses y capaci- (Muñoz, 1983). Con el término «función» nos refe-
dades intelectuales (Rondal, 1982a). La escuela rimos a la intención comunicativa (al acto del habla)
aportará una terminología científica y técnica. con que el hablante emite sus oraciones. Definimos
La riqueza del vocabulario no tiene sólo impor- así al hablante competente como aquel capaz de
tancia para el desarrollo cognitivo, sino también para construir emisiones formalmente originales a partir
la comunicación social del niño y su rendimiento es- de las cuales el oyente puede reconstruir sin ambi-
colar; disponer de un léxico insuficiente o anómalo güedades la intención comunicativa original (Belin-
puede significar para él ser marginado dentro del chón, 1985).
grupo de niños de su edad. Por otra parte, hay que A partir de la definición de los actos del habla,
considerar que las calificaciones del niño están muy Doré (citado en Muñoz, 1983) teoriza sobre «actos
afectadas por el grado de desarrollo de su lenguaje. conversacionales», entendidos como «expresión en
Entre las adquisiciones semánticas del niño en el turno de habla de una persona en la conversación,
esta etapa, destaca la comprensión de las relaciones que proporciona información y expresa una actitud
de parentesco (Crystal, 1981; Rondal y cols., 1986) (intención, expectación, creencia) relativa a esa in-
así como la de términos léxicos para comparaciones, formación». Al estudiar los actos conversacionales,
empleando figuras del habla («es tan grande el énfasis pasa del análisis estructural de la frase al
como…» (Crystal, 1981). Los niños también apren- análisis de cómo las frases funcionan en la comuni-
den el significado de una palabra viendo como enca- cación.
ja en el contexto de una frase. Alexander (1984) ex- El lenguaje del niño surge de interacciones con-
plica que los niños pueden imitar mejor palabras sin versacionales con el adulto y tanto el habla del adul-
sentido cuando son colocadas en el contexto de una to como la del niño se hacen patentes en la conver-
frase que cuando simplemente se disponen al azar. sación; así pues, la conversación proporciona tanto
Por fin, Dale (1980) muestra cómo con la edad las formas convencionalmente usadas por la comuni-
aumenta la capacidad de utilizar información semán- dad del niño como las intenciones pragmáticas de
tica. A partir de los siete años, los niños reconstru- expresiones de otros en contexto.
yen mejor cadenas verbales con significado que ca- La escuela hará posible el aprendizaje del uso del
denas anómalas (es decir, semánticamente sin senti- lenguaje en ausencia del contexto inmediato. Si dis-
do, pero sintácticamente correctas). Las más difíciles tinguimos usos del lenguaje «ligados al contexto»
son las oraciones revueltas («líquido el un se convir- (códigos restringidos) y usos más independientes del
tió académico inodoro). contexto no lingüístico inmediato (códigos elabora-

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dos), estos últimos son necesarios en la comunica- Narración y discurso


ción con personas que no comparten el conocimien-
to y los supuestos del hablante (Slobin, 1974). El relato es la base sobre la que se desarrollan los
En lo que respecta al estudio del lenguaje infantil, distintos usos del lenguaje. ¿Cómo se organiza el
la evaluación (desde un punto de vista funcional) se discurso en el niño? Nickel (1978) distingue tres for-
centra en el cómo y el qué es lo que comunica el mas distintas de estilo, que se desarrollan a lo largo
niño. El nivel de complejidad sintáctica y el vocabu- del período escolar:
lario se consideran instrumentos para comunicar una
potencia comunicativa más que fines en sí mismos a) Estilo global, con acentuación del tema: pri-
de la evaluación (Belinchón, 1985). meros años de la EGB. Sustituye al estilo puramen-
Tough (1987) relaciona el desarrollo del lenguaje te global del párvulo, cuya comunicación se ve de-
con la creciente habilidad del niño para transmitir terminada, exclusivamente, por la vivencia subjeti-
significados mediante el sistema lingüístico. El len- va. Aún se utiliza, con preferencia, el lenguaje
guaje es importante porque permite que las ideas y la funcional como medio de comunicación no reflexi-
información se transmitan de una persona a otra. Al va; pero, a diferencia del estilo del párvulo, el tema
valorar el uso del lenguaje infantil, analizamos los que interesa ocupa el centro de la exposición. Los
significados que el niño es capaz de expresar. Tough rasgos más destacados son: faltan tanto una intro-
distingue siete usos del lenguaje: autoafirmación ducción como un epílogo claros; la coherencia del
(mantener derechos, pertenencias); direccionali- relato está al servicio de la acción, de los hechos tal
dad (dirigir la actividad propia y la de otros); relatar como el niño los ha percibido, por lo que el sentido
experiencias presentes y pasadas; razonamiento ló- es cosa secundaria; los términos referentes a la ac-
gico; predecir y anticipar posibilidades; proyectar ción (verbos) privan sobre las descripciones y las
las experiencias de otros e imaginar (construir con cualidades (adjetivos, sustantivos); las frases son
la conversación una escena imaginaria para jugar). breves (oraciones simples casi siempre); se mani-
Junto a estos usos del lenguaje, Tough enumera es- fiestan detalles, sin tener en cuenta su importancia y
trategias que sirven para cada categoría y que son los sin separar lo esencial de lo accidental.
medios con los que los niños revelan el propósito de b) Estilo de objetivación: a mediados del perío-
su charla. Las estrategias no son, sin embargo, nece- do escolar. Se advierte ya en la exposición una re-
sariamente exclusivas de un uso del lenguaje. Por flexión racional, control y sujeción a un plan; ello se
ejemplo, las estrategias enumeradas bajo el rótulo liga al progreso de la actitud crítica y del pensa-
«relatar» pueden servir para otros usos del lenguaje. miento lógico. Se usa el lenguaje como instrumento
Los usos del lenguaje son considerados como re- consciente, pero sin una especial intención configura-
presentantes de una secuencia evolutiva. Los esfuer- tiva. Sus características son: la introducción y el epí-
zos tempranos del niño parecen dirigirse a la autoa- logo se marcan más claramente; la coherencia permi-
firmación, dirección y relato. La predicción, proyec- te advertir una ordenación lógica; predominan aún
ción, imaginación y razonamiento tienen una los términos referentes a la acción, pero ya se advier-
aparición más tardía. Pero la complejidad del pensa- te el relato con atributos (casi siempre, expresiones
miento que el niño intenta expresar también viene convencionales, como «noche oscura»); se destaca lo
dada por el desarrollo en cada categoría y la estrate- esencial; las expresiones son más precisas; las frases
gia seleccionada. son más largas y admiten proposiciones subordina-
El desarrollo viene así reconocido dentro de los das; se inicia una diferenciación en el uso de los
usos del lenguaje y entre los usos del lenguaje. tiempos; el escenario de la acción puede variar.
Se subraya que al valorar el uso del lenguaje en el c) Estilo objetivante con intención configurati-
niño, lo importante es el contenido de su conversa- va: a finales del período escolar. Hay un esfuerzo
cion, el tipo de información que maneja y la manera creciente por la configuración consciente de la expo-
en que la maneja. sición verbal. No interesa sólo la comunicación en

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sí, sino también cómo se presenta. Sus rasgos prin- Ajuste del discurso a la edad del interlocutor
cipales son: se configuran el comienzo y el final de
la composición; se distribuyen adecuadamente los Desde los cuatro años, el niño puede hacer cam-
momentos de más tensión y emoción; se usan a pla- bios importantes en su lenguaje para que éste se
cer los adjetivos, sobre todo los relativos a la des- ajuste a las características de la persona con quien
cripción de impresiones o estados de ánimo; se es- habla.
tructura el contenido mediante el uso frecuente de El ajuste implica un conocimiento de las capaci-
oraciones subordinadas. dades de reflexión, aunque éste sea implícito. En
Finalmente, la ampliación y profundización de vi- efecto, aunque la actividad de ajuste se realiza desde
vencias durante la pubertad se refleja en sus mani- los cuatro años, la toma de conciencia de las modifi-
festaciones orales y escritas. caciones prosódicas, fonológicas y lexicales no son
Se destacan, cada vez más, los sentimientos de los adquiridas antes de los ocho años y son seguidas por
protagonistas; asimismo, hay un incremento de las las modificaciones sintácticas.
descripciones cualitativas de los personajes, antes
que la narración de sus actos. Hay también una ten-
dencia por los géneros líricos, expresión de los pro- Adecuación referencial de los mensajes
pios sentimientos.
Se refiere al rol de auditor en una conversación.
Desde los cinco años, los niños identifican correcta-
FUNCIÓN METALINGÜÍSTICA mente un referente a partir de mensajes adecuados.
Sin embargo, no será hasta los 10-12 años que no se
El niño no muestra signos de toma de conciencia detecten las ambigüedades de ciertos mensajes y no
lingüística hasta los 6-7 años. A esta edad, manifies- se realicen preguntas específicas sobre el elemento
ta las primeras indicaciones de una capacidad para del mensaje que causa el problema.
juzgar un enunciado desde el punto de vista de saber
si está conforme o no a las reglas de base de la len-
gua. Este desarrollo es contemporáneo con el de la Autocorrecciones
comprensión y producción de frases pasivas que,
como ya hemos visto, exigen un análisis del orden La corrección es una reacción particular a los
de las palabras en la frase. errores e imprecisiones aparecidas en el discurso. Se
Esta capacidad de analizar las frases según la for- observan autocorrecciones espontáneas o inducidas
ma (en oposición al sentido) es necesaria para per- por un interlocutor en niños de 5-6 años en conver-
mitir al niño participar en las actividades y análisis sación con un adulto. A mayor edad, los niños mues-
propuestos a partir del grado medio de enseñanza tran un mayor comportamiento autocorrectivo. La
primaria. existencia de comportamientos de autocorrección es-
Estas actividades favorecen, a su vez, la toma de pontánea revelan una cierta capacidad de juicio so-
conciencia de los mecanismos y funcionamiento de bre la adecuación de los mensajes, en la medida en
la lengua (Rondal, 1982a). que la corrección de un error supone una cierta toma
Las tres actividades más claramente implicadas en de conciencia de que «algo no funciona» en el men-
la práctica conversacional del niño son: actividades saje.
de ajuste del discurso a la edad del interlocutor; jui- El tipo de corrección evoluciona con la edad. La
cios de adecuación referencial de los mensajes y co- corrección de errores fonéticos es mucho más fre-
rrección por el niño de sus propias producciones. Ve- cuente en niños más pequeños; la proporción de au-
remos además otros dos aspectos de esta conciencia tocorrecciones lexicales y sintácticas se incrementa
lingüística: el humor lingüístico y los comportamien- con la edad, siendo estas últimas las de más tardía
tos verbales metafóricos (Rondal y cols., 1982b). aparición.

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Humor lingüístico en el niño mer término y el segundo se toma en su significa-


ción secundaria («El guardián era sórdido y se bur-
Se fundamenta en la violación de reglas lingüísti- laba de los sentimientos de los prisioneros»).
cas habituales, creando la violación un efecto humo- Las respuestas propias de los estadios a) y b) y del
rístico: primer subestadio del estadio c) aparecen esencial-
mente en niños de 6-8 años. Las interpretaciones
a) Violación de reglas fonológicas y modifica- metafóricas propiamente dichas son dadas más a me-
ción de la organización silábica de las palabras: nudo por niños de 10-14 años. El lenguaje figurati-
Los niños son sensibles a este tipo de humor desde vo, a nivel de producción, aparece a los 3-5 años,
los 3-4 años. La utilización de lenguajes lúdicos (que para desaparecer a los 6-7 y reaparecer en la adoles-
implican modificaciones silábicas) requieren la ca- cencia. Sin embargo, parece lo más razonable situar
pacidad de segmentar el discurso en fonemas o en sí- la aparición de las metáforas propiamente dichas a
labas. Se ha mostrado que estos lenguajes son rara- los 10-12 años, momento en que la comprensión se
mente usados antes de los 6-7 años. ha adquirido o está en vías de adquisición.
b) Violación de reglas semánticas: Implica: pro-
ducción de palabras vacías de significado; combina-
ción de palabras semánticamente sin relación o con- CONCLUSIONES
tradictorias; utilización de reglas semánticas en el
juego de palabras, basado en la homonimia. Estos A modo de resumen, destacaré los puntos básicos
comportamientos se observan a partir de los cinco del desarrollo lingüístico del niño desde los 5-6 años
años. hasta la pubertad:
c) Violación de reglas sintácticas: La compren-
sión de juegos de palabras de este tipo no es muy A nivel fonológico, asistimos a una etapa de esta-
frecuente antes de los 9-12 años, aunque hay impor- bilización de la pronunciación, facilitada por el
tantes diferencias individuales. aprendizaje de la lectura; destaca el perfecciona-
miento de la pronunciación de ciertas consonantes
cuando se combinan con otros sonidos en palabras
Comportamientos verbales metafóricos difíciles de pronunciar.
A nivel morfológico, destaca: uso adecuado de ar-
Se distinguen varios estadios en la comprensión de tículos, adjetivos, nombres y pronombres; produc-
expresiones del tipo «Guardián duro como una roca»: ción de pronombres posesivos; utilización de las
formas del imperfecto, del condicional y del plus-
a) Estadio de la comprensión mágica de las cuamperfecto y plena comprensión de las formas au-
metáforas: Los niños interpretan la frase de manera xiliares; uso correcto de adverbios y preposiciones
literal, apelando a un mundo mágico. de tiempo y espacio. En niños españoles, las formas
b) Estadio de la comprensión metonímica: La más difíciles de adquirir parecen ser las de aumenta-
relación de identidad contenida en la metáfora se tivo y diminutivo y el plural en -es, seguidas en di-
transforma en una relación de contigüidad («El guar- ficultad por las segundas conjugaciones de los tres
dián se sentaba en la roca»). tiempos.
c) Estadio de la comprensión metafórica primi- A nivel sintáctico, el desarrollo se concreta como
tiva: El niño se centra en una característica menor sigue: comprensión plena del P.D.M.; concordancia
del primer término («guardián») y toma el segundo entre el sujeto y el verbo; desarrollo de la subordina-
término («roca dura») en un sentido literal («El ción; comprensión de la voz pasiva; concordanciales
guardián tenía músculos duros»). de tiempos entre la oración principal y la subordina-
Nivel de la comprensión metafórica propiamente da; se completa el desarrollo de las circunstanciales
dicho: Se denota una característica esencial del pri- con la comprensión de las temporales; comprensión y

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ORIGINALES

uso de partículas subordinativas, conectores adver- tica. A partir de la bibliografía consultada, se expli-
biales y cláusulas de comentario. can las adquisiciones del niño y se relaciona este de-
A nivel semántico, destaca el aumento de vocabu- sarrollo con el papel que la escuela desempeña en el
lario, debido no sólo al aprendizaje de nuevos voca- mismo. Los importantes avances que tienen lugar en
blos, sino también a los nuevos significados que ad- cada uno de los aspectos citados del lenguaje permi-
quieren los vocablos que el niño ya sabe; compren- ten concluir que, en contra de lo que se supone, el
sión de las relaciones semánticas, de las relaciones aprendizaje de la lengua no puede considerarse
de parentesco y de los términos léxicos para compa- como finalizado a la edad de seis años.
raciones empleando figuras del habla; en fin, se
aprende a usar la información semántica en la com-
prensión de frases. BIBLIOGRAFÍA
A nivel pragmático, se ha citado la clasificación
de las funciones del lenguaje que realiza Tough, en Alexander, Th., P. Rodin y B. Gorman: Psicología evolutiva.
la que se dan siete funciones del lenguaje: autoafir- Pirámide, Madrid, 1984.
mación, dirección, relato, razonamiento, predicción, Belinchón, M.: Adquisición y evaluación de las funciones
proyección e imaginación. Las cuatro últimas son las pragmáticas del lenguaje: un estudio evolutivo. Estudios
de Psicología, 1985, 19-20, pp. 35-49.
de aparición más tardía, aunque también se recono- Crystal, D.: Lenguaje infantil. Aprendizaje y lingüística. Mé-
ce un desarrollo dentro de cada uso del lenguaje. Fi- dica y Técnica, Barcelona, 1981.
nalmente, consideramos discurso como la base sobre Dale, Ph. S.: Desarrollo del lenguaje. Un enfoque psicolin-
la cual se desarrollan las funciones del lenguaje y güístico. Trillas, México, 1980.
distinguimos tres estilos que corresponden a otros Espin, J.: El lenguaje del niño de 6 a 8 años. Rev. Logop. y
tres estadios del niño: estilo global, estilo de objeti- Fonoaud. (Vol. VII, n.o 2, 1987, pp. 93-103.
vación y estilo objetivante. Se aprecia una creciente Francescato, G.: El lenguaje infantil. Península, Barcelona,
estructuración del discurso y un desplazamiento pro- 1971.
gresivo de la acción en favor de la descripción y la Muñoz, T.: Las intenciones comunicativas de los niños: estu-
dios de dos casos. Un enfoque pragmático. Infancia y
exteriorización de los propios sentimientos.
Aprendizaje, 1983, 24, pp. 19-34.
Por último, hay tres tipos principales de funciones Nickel, H.: Psicología del desarrollo de la infancia y de la
metalingüísticas en la conversación del niño: ajuste adolescencia. Vol. II). Herder, Barcelona, 1978.
del discurso a la edad del interlocutor, juicios de Pérez, M., y D. Singer: Adquisición de morfemas del español.
adecuación referencial de los mensajes y autocorrec- Infancia y Aprendizaje. 1984, 27-28, pp. 205-221.
ciones. Otros aspectos de la conciencia metalingüís- Rondal, J. A.: El desarrollo del lenguaje. Médica y Técnica.
tica son el humor lingüístico y los comportamientos Barcelona, 1982a.
verbales metafóricos. Rondal, J. A., y otros: Troubles du langaje. Diagnostic et re-
education. Pierre Mardaga, Bruselas, 1982b.
Rondal, J. A., y cols.: Introducción a la Psicología del niño.
Herder, Barcelona, 1986.
RESUMEN
Slobin, D. I.: Introducción a la Psicolingüística. Paidos, Bue-
nos Aires, 1974.
En el presente trabajo se pretende mostrar la evo- Tough, J.: El lenguaje oral en la escuela. Aprendizaje Visor,
lución que en el lenguaje del niño se produce des- Madrid, 1987.
de los seis años. Este desarrollo se contempla desde
cinco aspectos diferentes del lenguaje: fonología,
morfosintaxis, semántica, pragmática y metalingüís- Recibido: diciembre de 1989.

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