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Refinería de Esmeraldas: millones en

sobrecostos y fallas.

Por Fernando Villavicencio


Focus Ecuador
El proyecto de modernización de la refinería de Esmeraldas se ha
convertido en la emergencia energética más larga y onerosa de la historia
del Ecuador con usd 1500 millones en 8 años. Los costos iniciales se
multiplicaron en el camino y los resultados tangibles hasta el momento
evidencian fallas sensibles en el trabajo de la compañía coreana
contratada para el efecto.
La compañía coreana le debe explicaciones al país, a más de los años de
retraso, fallas como la de este equipo clave de FCC que no empatan
como debería ser, dejan en entredicho la ingeniería de SK. Pero también
queda en entredicho el rol de la fiscalizadora Worley Parsons, que no
detectó 104 fallas. Tuvieron que ser los técnicos ecuatorianos quienes
alerten las deficiencias.
EL DIABLO VIVE AQUÍ
“Era el mismo diablo vestido de mujer, apareció en el patio de la refinería,
solita caminando en la obscuridad, con algo colgando de su mano, no solo
mis ojos la vieron, mis compañeros también, incluso del susto uno se
desmayó“.
Así, aún asustado, un empleado de la refinería Esmeraldas, confiesa el
misterioso suceso registrado la madrugada del 6 de abril de 2015. “Es lo
que nos faltaba, una señal de mal agüero“, agrega otro testigo, quien no
logra explicarse, cómo, a esa hora de la madrugada, una mujer apareció
y desapareció súbitamente, burlando la seguridad. Entre los obreros
hasta ha circulado una fotografía con la supuesta aparición.

Pocas horas antes de este suceso, una de las bombas nuevas instaladas
por la empresa coreana SKEC, había salido de operación, despertando
temor entre los trabajadores y obligando a parar la planta. Desde hace 10
años los paros son eventos frecuentes y ya no sorprenden.
Entre sobresaltos, fantasmas y ácido sulfhídrico, los obreros aún
recuerdan las emocionadas palabras de Rafael Correa Delgado,
ofreciendo acabar con la tragedia de la refinería: incendios, paros,
contaminación, corrupción, enfermos, muertos. “Todo esto será parte del
pasado”, les aseguró el Presidente, ese día en que se inauguró la
revolución petrolera, el mismo momento de inicio de la modernización de
la más importante refinadora del país. Desde entonces, los obreros llevan
tres mil días de espera, ocho años de zozobra e incertidumbre,
aguardando el milagro.
LA EMERGENCIA MÁS COSTOSA DE LA HISTORIA: U$ 1500
MILLONES EN 8 AÑOS

El proyecto de repotenciación, rehabilitación y optimización de la


Refinería Estatal de Esmeraldas (REE), se ha convertido en la emergencia
energética más larga y costosa de la historia del Ecuador: tiene la misma
edad de la revolución ciudadana (8 años) una inversión de U$ 1500
millones de dólares y aún no tiene resultados tangibles. El proceso
precontractual y contractual, empezó en noviembre de 2007 con la
declaratoria de “Estado de emergencia“ dispuesta por Correa, a través de
decreto ejecutivo, con el cual también le encargó a la Fuerza Naval, la
administración de la estatal Petroecuador. El objetivo: “recuperar la
soberanía energética“, y el mecanismo: “hacerlo rápido y hacerlo bien“.
Con ese instrumento de emergencia, quedaban en la historia neoliberal,
la licitación y el concurso público; ahora, todo sería rápido: acuerdos
entre presidentes amigos, alianzas estratégicas, contratos directos,
términos de referencia a pedir de boca, compañías y cifras cruzadas entre
brindis. A este ritmo se firmaron decenas de contratos de nueve ceros a
la derecha, centenas de subcontratos de idéntico tamaño; los adelantos,
en algunos casos del 70% del monto, salían al mismo tiempo que
entraban los contratos a las notarías.
AÑO 2007: GALO CHIRIBOGA: U$ 170 MILLONES
Para entonces (2007) el costo de la obra, en boca del ministro de Minas y
Petróleos, Galo Chiriboga Zambrano, era de U$ 170 millones, incluso
anunció que tenían un preacuerdo con Sumitomo Chiyoda, la empresa
que construyó en 1974 la refinería. Pero, semanas después,
misteriosamente, la poderosa compañía japonesa fue mandada al banco
de suplentes por decisión política del gobierno, que entregó el proyecto
de forma directa a la transnacional coreana SK.
En 2011, los representantes de Chiyoda remitieron un comunicado al
gobierno de Rafael Correa, ratificando su voluntad de participar en la
modernización de la refinería Esmeraldas y en financiar la construcción de
la refinería del Pacífico, pero los compromisos ya estaban sellados con
Seúl. ¿Quién recomendó la contratación de SK y KBC? Varios informes
establecen que fue Pdvsa de Venezuela la que tendió los puentes con la
empresa coreana, en circunstancias que para esa fecha (2008), el
gobierno de Chávez ya había suscrito acuerdos con SK para los estudios
de la refinería del Pacífico.
En 2007 el entonces ministro de Minas y Petróleos, Galo Chiriboga, anunció
que la rehabilitación de refinería Esmeraldas costaría U$ 170 millones y la
haría Sumitomo Chiyoya, la empresa japonesa que construyó la planta en
1974. Pero, 8 años después el costo subió a U$ 1500 millones y la costosa
obra se entregó a la empresa coreana SK
UN INCREMENTO DE U$ 980 MILLONES
Ocho años después de mantener las cuentas en reserva, el régimen
reconoció un incremento de las inversiones a U$ 980 millones; no
obstante, considerando otras obras relacionadas, presupuestadas por
Petroecuador hasta el año 2016, la cifra se dispara a U$1500 millones de
dólares. Es más, un estudio de la consultora norteamericana Wood
Mackenzie, de mayo de 2013, habla de U$ 2000 millones de dólares de
inversión, incluyendo un nuevo proyecto orientado a mejorar la calidad
de los combustibles y procesar los residuos.
En el año 2005, en el gobierno de Alfredo Palacio, el directorio de
Petroecuador, dispuso la elaboración de los términos de referencia para
contratar la rehabilitación integral de la refinería de Esmeraldas. En el
documento se contemplaban 28 proyectos por un monto de U$ 127.1
millones de dólares y un plazo de ejecución de 2 años, contados a partir
de julio de 2006 hasta diciembre de 2008. Para entonces, Correa era
ministro de Finanzas y miembro del directorio de Petroecuador. Por su
parte,Carlos Pareja Yanusseli, era presidente de Petroecuador.
Posteriormente, en agosto de 2006, Galo Chiriboga, asumió la dirección
de la estatal petrolera.
UNA REHABILITACIÓN MUTANTE QUE PARTE DE U$ 187.2
MILLONES

Con la posesión del presidente Rafael Correa, los mismos funcionarios


petroleros del régimen de Palacio, continuaron al frente de los grandes
proyectos hidrocarburíferos. Luego de la declaratoria de emergencia
energética (Noviembre 2007), Petroecuador actualizó los términos de
referencia del proyecto de rehabilitación integral de la REE.
Esta vez la propuesta contenía 25 proyectos a ser ejecutados en un plazo
máximo de 29 meses, hasta el 2011, por un monto deU$ 187.2
millones de dólares. El proyecto fue aprobado en diciembre de 2007, por
el Fondo Ecuatoriano de Inversión en los Sectores Eléctrico e
Hidrocarburífero – FEISEH, y en enero de 2008 se realizó el primer
desembolso de U$ 23.5 millones.
Tanto en los términos de referencia como en la guía descriptiva de los
proyectos aprobados por el FEISEH, no se contemplaba la realización de
fases adicionales. La sorprendente reprogramación fue realizada dos años
después, 2010, por las mismas autoridades de Petroecuador que
diseñaron y aprobaron los estudios el año 2007.
Con el nuevo formato, se crearon originalmente tres fases: 1)
Sostenimiento, 2) Fase I y 3) Fase II; todo esto, cuando ya estaban en
ejecución los contratos con la firma coreana SKEC. Adicionalmente, en
diciembre de 2013, se crea una CUARTA FASE, denominada Fase
1.8: “Ingeniería complementaria, procura, construcción y precomisionado
de las secciones de la columna principal de fraccionamiento,
concentración de gases, unidades merox, gasolina, lpg y tratamiento con
aminas de la Unidad FCC 1-8, proyecto de rehabilitación de la refinería
Esmeraldas“.

El proyecto original de rehabilitación de la planta aprobado en 2007 por el


FEISEH fue desbaratado, se crearon cuatro fases, sin que existan estudios
técnicos, económicos y legales que justifiquen ese radical cambio
EMPRESA SURCOREANA CONTRATADA SIN LICITACIÓN
SK de Corea ostenta los contratos más onerosos de este gobierno. Solo
en refinería Esmeraldas registra $ 980 millones y en refinería del Pacífico
$ 260 millones, todos fueron logrados sin licitación.
Tras dejar en el camino a la progenitora de REE, Sumitomo Chiyoda, en
noviembre de 2008, la estatal Petroecuador, sin licitación, invitó a la
compañía SK Engineering & Construction (SK&EC) a presentar la oferta
para la provisión, instalación y puesta en marcha de la rehabilitación
integral de la refinería Esmeraldas. Un mes después, diciembre de 2008,
se firmó el primer contrato por un valor de U$ 84.7 millones, denominado
Fase I.
Pero, en febrero de 2010, se suscribió un segundo contrato con la misma
empresa, esta vez por U$ 324.7 millones, como parte de la Fase II;
además se extendió la fecha de terminación del proyecto integral hasta
marzo de 2013. Un año después, marzo de 2011, cuando ya debía
concluir el proyecto de rehabilitación en los términos aprobados por el
FEISEH, se suscribe una modificación al primer contrato, por un monto de
U$ 136.6 millones. Como se puede apreciar, el monto del contrato
modificatorio fue superior al del contrato original.
En diciembre de 2013, el gerente de Petroecuador, autorizó la firma de
un cuarto contrato, el 2013189, con la empresa surcoreana, mediante
régimen especial, luego de recibir la calificación de la oferta por parte
de Worley Parsons, que misteriosamente, de fiscalizadora se convirtió en
evaluadora. El monto es de U$ 228.2 millones más IVA y tiene un plazo
de 790 días (hasta febrero de 2016), dos años adicionales. Según la
Contraloría, la oferta de SK incumplió con los requerimientos de
Petroecuador y debió ser rechazada, sin embargo Worley Parsons validó
la misma, sin contar con un informe de la Comisión Técnica.
U$ 206.5 MILLONES MAS EN EL 2014

Pero el diluvio de cifras no para aquí. De acuerdo con un informe remitido


en abril de 2014 a la Contraloría, por el administrador del proyecto,
Petroecuador firmó otro contrato, el 4000122329, con SK Engineering &
Construction Co. Ltd. y SK Incheon Oil Co Ltd. (SKICO, SK ENERGY) para
un nuevo proyecto en la Unidad FCC, por los siguientes montos:contrato
original U$ 163 390 000 y una enmienda por U$ 43 110 000, total U$
206.5 millones.
Según documentos de Petroecuador y la Contraloría, la compañía coreana
SK resultó bendecida en el gobierno de Rafael Correa, con contratos que
bordean los U$ 1300 millones de dólares, tanto en refinería Esmeraldas
como en refinería del Pacífico (RDP). A los U$ 980 millones de
Esmeraldas se suman U$ 43 millones de indemnización; mientras que, en
el proyecto estrella RDP se suman contratos de ingenierías por U$ 260
millones. Las mismas compañías: SK, Worley Parsons y UOP, manejan el
diseño, construcción y fiscalización, de las dos plantas refinadoras.
SK resultó bendecida en el gobierno de Rafael Correa, con contratos que
bordean los U$ 1300 millones de dólares, tanto en refinería Esmeraldas
como en refinería del Pacífico (RDP). A los U$ 980 millones de Esmeraldas
se suman U$ 43 millones de indemnización; mientras que, en el proyecto
estrella RDP se suman contratos de ingenierías por U$ 260 millones.
SIN FISCALIZACIÓN, A LA BUENA DE DIOS
Tanto por los montos, como por los objetivos y obras contratadas, la
suscripción de estos instrumentos, desbarataron el proyecto original
aprobado y financiado por el FEISEH, sin que medie estudio técnico, ni
justificación legal, como sostiene la Contraloría en el informe del examen
especial de 2013, realizado después de la denuncia del legislador Cléver
Jiménez: “No se dispone de ningún estudio técnico, legal y económico
que justifique el incremento de las fases, proyectos, costos y plazos de
ejecución del programa de rehabilitación en su conjunto, considerando
que los términos de referencia aprobados por el FEISEH en 2007,
estimaron una inversión de U$ 187.2 millones de dólares para la
rehabilitación integral de la planta, monto que, injustificadamente ha
subido, hasta el cierre del examen especial a U$ 855.4 millones, debido a
la incorporación de las fases I y II“, precisa el informe.
El pedido de investigación del ex legislador Cléver Jiménez, se extendió
además a la Fiscalía; en respuesta, Galo Chiriboga, en 2011, informó de
la apertura de una indagación previa por el presunto delito de peculado
en contra de los responsables de la rehabilitación de la refinería. La
indagación está literalmente abierta, no se conoce de ninguna diligencia
cumplida durante estos cuatro años.
La Contraloría realizó dos exámenes especiales a la rehabilitación de
refinería Esmeraldas, por petición del legislador Cléver Jiménez, quien fue
condenado a prisión y despojado de su curul. Tres años después, el
organismo de control confirmó la denuncia del legislador
WORLEY PARSONS U$ 120 MILLONES MAS Y SIGA SUMANDO…
Tan descompuestos están los procedimientos que el propio asistente de
contabilidad de la Gerencia de Refinación de Petroecuador, mediante
correo electrónico del 20 de mayo de 2014, informa al equipo de la
Contraloría, que: “… de la amortización del contrato 2008172 no existen
facturas, ni planillas, ni órdenes de pago, los memorandos y la
documentación adjunta es la que se nos envió de Quito, favor
interpretarlos“. Para agravar el cuadro, la entidad de control añade que
durante el período sujeto a examen especial “no existió fiscalización
externa especializada que evalúe el cumplimiento de los diseños o
estudios del licenciante Universal Oil Productos (UOP) y la calidad de los
trabajos que se ejecutan con cargo al programa de rehabilitación por
parte de SKEC“.
A la buena de Dios, desde el 2007 hasta el 2011, los fiscalizadores de uno
de los más grandes proyectos estratégicos del Ecuador, fueron los
mismos funcionarios y autoridades, responsables de la contratación de las
obras. Luego de tres años de ejecución de las obras, en noviembre de
2011, se contrató, una vez más sin licitación, la fiscalización externa con
la firmaWorley Parsons, la misma empresa encargada de fiscalizar la
construcción de la Refinería del Pacífico. Hasta el año 2014, Petroecuador
firmó cuatro contratos con la fiscalizadora, por un monto superior a
los U$ 120 millones de dólares.
CONTRALORÍA OBSERVA CONTRADICCIONES EN EL CONTRATO
Otros aspectos destacados en el informe de la Contraloría del año 2014,
son las contradicciones detectadas entre los contratos de SK: “El contrato
complementario 2011094 fue suscrito 815 días después del contrato
original 2008172, es decir cuando el objeto del primer contrato debía
estar ya entregado y operando. En la cláusula del contrato
complementario se dice que los trabajos objeto del contrato se ejecutaran
paralelamente, pero, en otra clausula se establece que deberá pararse la
refinería para ejecutar los trabajos (…) No se incluyó en los contratos con
SK multas por incumplimientos del contratista, como establece la Ley
Orgánica del Sistema Nacional de Contratación Pública“, señala el
organismo de control.
Un funcionario de la gerencia de Refinación de Petroecuador, informa el 20
de mayo de 2014 al equipo de la Contraloría, que: “… de la amortización del
contrato 2008172 no existen facturas, ni planillas, ni órdenes de pago, los
memorandos y la documentación adjunta es la que se nos envió de Quito,
favor interpretarlos“
Las pólizas de responsabilidad civil y responsabilidad personal, en al
menos dos contratos con SK (2008172 y 2011014) no fueron emitidas por
el valor estipulado contractualmente. En los dos contratos se presentaron
pólizas anuales por 1 millón de dólares, cuando debían ser por $10
millones de dólares.
SE “DESNATURALIZÓ LA EMERGENCIA“

Una disputa entre Carlos Pareja Yanuzzelli y los representantes de la


contratista SKEC, se originó en torno a la responsabilidad por el
incumplimiento de las fechas programadas para el ensamblaje de los
nuevos equipos. Según la contratista, la culpa fue de Petroecuador que
incumplió con la entrega de los estudios; por esta razón, la empresa
coreana exigió una indemnización de U$ 80 millones, acordando un pago
de $43 millones.
Al respecto, la Contraloría en su informe responsabiliza del hecho a la
Gerencia de Refinación, además de subrayar que de esta forma, el
objetivo de la emergencia decretada en 2007, fue desnaturalizado: “El
gerente de Refinación definió y el administrador del contrato comunicó al
contratista las nuevas fechas de las paradas que difieren con las
establecidas en las reprogramaciones de los Planes Operativos Anuales de
2011 y 2012, aprobadas por el Directorio de EP Petroecuador, lo que
ocasionó que hasta la fecha de corte de la presente evaluación no se
hayan realizado las paradas, postergándose esta actividad en 617 días,
situación que podría poner en riesgo el normal funcionamiento de la
Refinería de Esmeraldas, a más de que originó el reclamo del contratista
de costos adicionales, por concepto de indemnización por el desfase en
las fechas programadas de paradas de la planta y desnaturalizó la
situación de emergencia que fue emitida con la finalidad de contratar la
rehabilitación de la Refinería de Esmeraldas“,concluye.
Finalmente, se programó la paralización de las unidades a partir del año
2014, para ejecutar el ensamblaje y acoplamiento de los equipos. Una de
las primera unidades en entrar en paro programado fue Crudo 1, la cual
luego de ocho meses de trabajos bautizó los nuevos equipos en febrero
de 2015. Semanas después, las sorpresas empezaron a recalentarse,
como los flamantes equipos. En marzo, abril y mayo, varias bombas y
compresores colapsaron, forzando la paralización de la planta.
Otras bombas de la unidad Setil, también fueron afectadas. Mientras se
avanzan con los trabajos en el corazón de la refinería, acoplando el
reactor y regenerador, en mayo entró a reparación la unidad Crudo 2, la
cual abastece con gasóleo a FCC. Los trabajos concluirán en 2016,
cuando entre en operación FCC y demás unidades sometidas a
reparación.
La gestión de la fiscalizadora Worley Parsons mereció un capítulo especial
en el informe de la Contraloría. A los cuestionamientos del organismo
contralor, se suman los reportes de 2015 de los propios operadores de la
Refinería, que luego de una inspección a los trabajos ejecutados por
SKEC en la unidad FCC, detectaron al menos 104 fallas, entre leves y
graves. Este número de fallas es muy alto como para haberse escapado
al ojo fiscalizador de la costosa Worley Parsons. Tuvieron que ser
operadores ecuatorianos, esmeraldeños, quienes detecten defectos y
fallas básicas, como haber instalado una válvula de seguridad a dos
metros de altura, o equipos cambiados, hasta fallas severas en equipos
importados que al ser ensamblados no empatan.
La fiscalizadora extranjera Worley Parsons, beneficiada con contratos por U$
120 millones, no pudo detectar más de 104 fallas en los trabajos de SK.
Fueron los técnicos ecuatorianos quienes notificaron los errores de los
coreanos.
104 FALLAS EN REHABILITACIÓN REALIZADA POR SKEC, EN LA
UNIDAD FCC
El 8 de enero de 2015, Carlos Mendoza reportó una falla en el equipo
200-G-E24: “La línea de salida de agua de enfriamiento del
intercambiador fue reemplazada y no colocaron la válvula de bloqueo“.
El 8 de enero de 2015, Bolívar Terán reportó una falla en el equipo 200-
G-P10: “La línea de succión de la bomba, ha sido desplazada para la
colocación del andamio, esto está causando stress en la línea y una
posible fisura que puede provocar fuga de producto en el momento de la
operación“.
El 12 de enero de 2015, Jairo Pacheco reportó fallas en el equipo F-V9:
“Se solicita cambio de posición de la válvula para facilitar la operación“.
El 12 de enero de 2015, Roberto Vera, reportó fallas en el equipo G-P8
A/B: “La altura del nivel de la succión del equipo supera en 5 cm a la de
GP8B y en 10 cm a G-P7A/B“.
El 13 de enero de 2015, Félix Quiñónez, reportó fallas en el equipo 200-F-
V4: “En el nivel 8 del Re libre circulación del personal operativo hacia el
ascensor.
El 15 de enero de 2015, Félix Quiñónez, reportó fallas en el equipo 200-F-
H2: “Las bridas de la línea de fuel gas hacia el horno no coinciden“.
El 15 de enero de 2015, Jairo Pacheco, reportó fallas en las líneas de
salida de aeroenfriadores: “Tal como se encuentran instalados Spring
Hangers al momento de que se incremente la temperatura el material se
dilatará existiendo el riesgo de desplazamiento de la tubería, lo que
provocaría que el soporte que está actualmente soldado no cumpla su
función“.
UNA REFINERÍA QUE NO PRODUCE, IMPORTA Y MEZCLA
Aunque parezca mentira, la refinería de Esmeraldas no produce gasolina
(Nafta) para el consumo interno, la nafta generada por la unidad FCC,
contiene 1300 ppm de azufre y la norma INEN permite un máximo de
650 ppm. Lo que se hace es importar gasolinas de alto octanaje y
mezclarlas con las nacionales hasta obtener un producto que se adapte a
las normas de calidad. Solo el diesel premium generado por la planta HDS
está dentro de los parámetros.
Más grave aún es la producción de Fuel Oil, utilizado por la propia
refinería, la central térmica Esmeraldas y otras generadoras del país; este
derivado contiene 21 000 ppm de azufre, cuando la norma INEN tolera
un máximo de 1400 ppm, técnicamente, no debería ser utilizado pues
está poniendo en riesgo la salud de los trabajadores y de la población
cercana. La unidad de Crudo 2 produce combustibles con 8000 ppm de
azufre, estos derivados deben ser enviados a la unidad CCR para
mejorarlos. De igual forma, la unidad de Viscorreducción produce nafta
con aproximadamente 3500 ppm de azufre.
Pese a la gigante inversión de U$ 1500 millones, la refinería no ampliará su
capacidad de refinación, tampoco producirá combustibles limpios, menos
aún reducirá la generación de residuos. Lo que se busca es optimizar la
operación a la capacidad que fue diseñada (110 mil barriles día)
UNA REFINERÍA QUE AFECTA A LA ZONA Y SUS POBLADORES
La zona de influencia de la refinería Esmeraldas se encuentra seriamente
afectada por la presencia de SO2 en el aire, este químico en elevadas
concentraciones en el aire afecta gravemente en los seres vivos,
particularmente en los humanos, produciendo enfermedades respiratorias
y lluvia ácida.
Con la rehabilitación, la unidad FCC subirá de 18 a 20 mil barriles día: 16
500 barriles de gasóleo de vacío y 3500 barriles de gasóleo de destilación
atmosférica. El nuevo reactor tendrá un nuevo sistema de inyección de
carga, de mayor eficiencia, aumentará en un 3% la producción de
gasolina y reducirá la producción de aceites cíclicos. Con los cambios en
las unidades Merox (FCC) el azufre no será removido, la cantidad del
químico contaminante permanecerá en la gasolina. Con este proceso no
se obtienen productos con bajo contenido de azufre, lo que se hace es
quitarle a la gasolina los malos olores y la peligrosidad del ácido
sulfhídrico (H2S).
Los trabajadores y pobladores de las zonas de influencia soportan graves
impactos en su salud por estar expuestos a altas emisiones de ácido
sulfhídrico, un agente letal. Se procesan combustibles totalmente fuera de
especificación, con 1300, 3500, 8000 y hasta 21000 ppm de azufre, cuando
las normas nacionales toleran 650 ppm y las internacionales 50 ppm
Refinería posee 22 fuentes de emisión, en su mayoría se trata de hornos
y calderas, cuyos parámetros críticos son: concentración de azufre,
material particulado y gases de efecto invernadero (CO2). Según
informes técnicos de Esingeco (Plan Maestro para Cumplimiento de
Calidad de Emisiones en la Refinería de Esmeraldas) y la UOP
(“Esmeraldas Refinery Operacional Integrity and Personnel Development
Screening Assessment – Final Report”) la Eficiencia Energética de la
Refinería de Esmeraldas se encuentra en aproximadamente 54%, valor
que manifiesta el grado de obsolescencia de los equipos de combustión,
sistemas de intercambio, recuperación de calor, aislamiento térmico y
manejo del sistema de vapor, eficiencia de motores y equipos.
UN INFORME QUE DESNUDA ASPECTOS CRÍTICOS
En el informe oficial de Petroecuador se detallan varios aspectos críticos,
entre los cuales se destacan: baja fiabilidad y daños continuos en
equipos; cuellos de botella en procesos; plantas que nunca funcionaron;
baja continuidad operativa; pérdida de producción de derivados;
ineficiencia en costos; recipientes y tuberías con bajos espesores;
descargas gaseosas y líquidas al medio ambiente; personal técnico
incompleto, sin capacitación y desmotivado; elevados índices de riesgos,
accidentes y enfermedades; constantes paros emergentes en las
diferentes plantas; derrames de hidrocarburos hacia el exterior; y,
conatos de incendio y accidentes de trabajo, algunos fatales.
Como se ha dicho, el proyecto actual (2007-2015) no incluye la
ampliación de la capacidad de refinación, apenas un incremento de 2000
barriles día de gasolina en la unidad FCC. Las cuatro fases programadas,
son contratos de reparación, repotenciación, rehabilitación y optimización,
orientados a lograr la operación a la capacidad para la que fue diseñada,
es decir a 110 mil barriles diarios, un volumen al que nunca se llegó.
La principal deficiencia de la refinería, es el alto volumen de residuo,
problema que tampoco será resuelto con la actual rehabilitación. Los 40
mil barriles diarios de residuo seguirán siendo un dolor de cabeza para el
país y un gran negocio para los exportadores de Fuel Oil. La alternativa
de procesar ese residuo en la refinería del Pacífico, queda a la espera de
que el mega proyecto salga del limbo en el que se encuentra desde hace
siete años.
REFINERÍA PARADA, NEGOCIO DE IMPORTADORES
De acuerdo con un informe de Petroecuador, entre los años 2007 y 2012,
la Unidad FCC, estuvo parada más de 90 días, por fallas operativas. La
planta de diésel HDS en el mismo periodo reportó 59 paros emergentes,
que la mantuvo más de 500 días fuera de operación. Las unidades Crudo
1 y 2, Visbreaking 1 y 2, y CCR, suman centenares de días de paralización
por fallas operativas.
“Los paros emergentes generan un rápido deterioro de los equipos
debido a enfriamientos bruscos“, reconoce el gerente de Refinación,
Carlos Pareja, en el citado informe. Encima, cae Contraloría con un
cuadro de dolor: desde el año 2005 hasta el año 2010, se cuentan más
de 1000 días de paros emergentes, un hecho que daña gravemente la
estructura.
LA FUERZA NAVAL CARGA SU CULPA

Por alguna señal del destino, a la Fuerza Naval que 40 años atrás (1974)
-gobierno revolucionario de Guillermo Rodríguez Lara- le correspondió
construir la más importante planta refinadora del país (REE), ahora en el
gobierno de la revolución ciudadana (2007), le tocó la enredada tarea de
reparar la antigua estructura, diseñada y fabricada en esa época por el
consorcio japonés Sumitomo Chiyoda.
El 19 de marzo de 1974, a solo dos años de que fluyera el primer barril
de petróleo de la Amazonía, el régimen militar adjudicó la construcción de
REE a Chiyoda, una de las más calificadas constructoras del mundo, para
procesar 55 mil barriles diarios de petróleo liviano de 28 grados API, por
un monto de U$ 160 millones de dólares. Pese a las limitaciones
tecnológicas del momento, en apenas tres años (1977) Chiyoda entregó
la obra concluida, mientras un grupo de jóvenes técnicos ecuatorianos,
entrenados previamente en la refinería colombiana de Barranca Bermeja,
hicieron la proeza de arrancar el complejo refinador.
LEÓN FEBRES CORDERO, SIXTO Y JAMIL
Con el objetivo de responder a la demanda interna de derivados, en
mayo de 1985, gobierno de León Febres Cordero, se amplió la capacidad
de refinación a 90 mil barriles día, a través de la misma Sumitomo
Chiyoda, por U$ 114 millones.
Posteriormente, el gobierno de Sixto Durán Ballén (1995), luego de un
controvertido proceso licitatorio, en el cual quedaron en el camino
famosas constructoras como Kellog, Distral y la propia Sumitomo
Chiyoda, adjudicó un contrato por U$ 200 millones para una nueva
ampliación, esta vez a 110 mil barriles día, e incluir modificaciones para
procesar crudos pesados de 23 grados API. La adjudicataria fue la
cuestionada empresa española, Técnicas Reunidas, ganó el concurso por
una diferencia de U$ 7 millones de dólares, frente a la oferta de Chiyoda.
La obra se entregó en 1998, durante el gobierno de Jamil Mahuad, en
medio de agrios cuestionamientos.
Las controversias iban desde la falta de experiencia de Técnicas
Reunidas, injustificada demora en la entrega de la obra, hasta
advertencias del peligro de introducir crudo pesado (Mayor contenido de
azufre) a una planta diseñada para crudos livianos. En ese tiempo, varias
voces alertaron que se acabaría provocando daños a la infraestructura
original.
La realidad fue lapidaria: los equipos empezaron a colapsar afectando al
resto de la planta. Las paralizaciones emergentes se volvieron una
constante. Pero lo más grave fue la reducción sustancial en la generación
de derivados: Lpg, Diesel y Naftas, fuera de especificación, así como un
alto volumen de residuo (50% de la carga) el cual debe ser mezclado con
diluyente importado para obtener el Fuel Oil de exportación.
La Contraloría del Estado, en su informe de 2013, confirmó la existencia
de fallas estructurales en esa ampliación, principalmente la condición de
las plantas de recuperación de azufre y de sosa gastada, que nunca
entraron en operación. Además, el organismo de control confirmó que las
constantes paralizaciones de la planta son consecuencia de las obras
ejecutadas por la empresa española.
Algunos de quienes recibieron a “entera satisfacción“ esas plantas, son
altos funcionarios del actual gobierno, encargados de la repotenciación de
la refinería. Cálculos económicos estiman un lucro cesante de $ 1000
millones de dólares, pero ninguna autoridad se ha atrevido a iniciar
proceso judicial alguno en contra de Técnicas Reunidas.
Los dos factores principales que afectaron a refinería Esmeraldas fueron: la
baja del API del crudo de 28 a 23, y la deficiente ampliación realizada en
1998 por Técnicas Reunidas. Plantas enteras como la de azufre y sosa
gastada nunca entraron en operación
UNA MEZCLA QUE ORIGINÓ UN PERJUICIO DE U$ 2500
MILLONES
El origen de los problemas de la refinería, radica en la mezcla del petróleo
liviano de Petroecuador, con el crudo pesado de las compañías
extranjeras, que produjo un crudo de 23 y 24 grados API, a ser
transportado desde Lago Agrio hasta Balao por el oleoducto
transecuatoriano SOTE. Este crudo es utilizado en exportación y como
materia prima para la refinería Esmeraldas.
La cuestionada decisión de mezclar los crudos, implicó un perjuicio al país
superior a los U$ 2500 millones de dólares; la misma fue adoptada desde
el año 1992, gobierno de Rodrigo Borja, por recomendación de la firma
francesa, Beicip Franlap, luego de un estudio contratado para el efecto.
Fue en el marco de esta alternativa, que se planteó la reconversión de la
Refinería de Esmeraldas, la cual debía ajustarse a un crudo mezcla de 23
grados API. En realidad, el perjuicio fue por partida doble: pérdida
económica por baja de grado API de 28 a 23 en el crudo de exportación,
y millonarios perjuicios en el rendimiento de la planta.
HISTORIAS DE VALÍA Y PLUSVALÍA
Cada día, centenares de obreros se ponen el uniforme azul de su
empresa estatal Petroecuador, y, literalmente entran a jugarse la vida en
un mundo de acero, maraña de tubos, bombas inflamables, fuego;
atrapados en el benceno, tolueno, el azufre que invade los pulmones y la
sangre, y el infaltable olor a huevo podrido.
Pero, ellos siguen allí, a dónde van a irse, si la mayoría nació mirando la
llama de las teas: son negros, hijos de negros y allí morirán, junto al
ríoTehaone. Desde tiempos dictatoriales han tenido que enterrar a
muchos compañeros, fallecidos por cáncer y leucemia, fulminados por el
tetraetilo de plomo, el benceno o el ácido sulfhídrico; otros tantos amigos
están haciendo fila con su incurable enfermedad apuntando a las
funerarias.
Desde 1977, han tenido que enterrar a muchos de sus compañeros,
fallecidos por cáncer y leucemia, fulminados por el tetraetilo de plomo, el
benceno o el ácido sulfhídrico; otros tantos amigos están haciendo fila con
su incurable enfermedad apuntando a las funerarias.
Para algunos, la refinería se ha vuelto un campo de concentración:
“estamos amenazados, nos hicieron firmar un documento para no revelar
información, de lo contrario nos despiden y nos enjuician”, cuentan los
operadores. “Nos multan por un pequeño atraso, por la camisa mal
puesta o porque alguien le alzó la mirada al jefe”, pero nadie dice una
palabra de la corrupción, de las máquinas muertas, de los insufribles
paros.
Las voces se silencian, a veces no hace falta que hablen los obreros. El
lenguaje de los fierros es el mejor testimonio de la enfermedad que
agobia a la planta. Por hoy, el azufre ha ganado la batalla, todos esperan
que un milagro haga arrancar la planta y algún exorcismo expulse al
diablo de este infierno de acero.

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