You are on page 1of 10

NOMBRE:

Javier santana

MATRICULA:

17-8264

ASIGNATURA:

Introducción a la Agrimensura

TEMA:

Actividad VI

FACILITADOR:

Mario L. Dalmasi

20 abril del 2018


Santiago, República Dominicana
Conceptualización y generalidades

De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española (RAE), deslindar


es “señalar y distinguir los términos de un lugar, provincia o heredad” [1]. Esta
definición nos permite establecer que con el deslinde se pretende distinguir o
individualizar un bien inmueble ya registrado, pero no delimitado. Así lo
refrenda Emilio Benítez Aguado, al indicar que el deslinde: “se entiende por el
acto formal de distinguir los límites de una propiedad” [2]. No queda lugar a
dudas, a partir de la revisión de ambas definiciones, que mediante el deslinde
se produce un cambio en la identificación del derecho, pues pasamos de un
inmueble no localizado e individualizado, a uno con sus colindancias claras,
tanto para el propietario como para los terceros, por el carácter erga omnes del
registro del inmueble.

En República Dominicana, el deslinde no fue definido por la Ordenanza No.


511 de 1920, ni por la Ley No. 1542 de 1947, sobre Registro de Tierras.
Igualmente, si bien se pudo subsanar esta situación con la Ley No. 108-05,
sobre Registro Inmobiliario, en la misma se omite lo relacionado al deslinde [3].
Sin embargo, en los reglamentos y resoluciones adyacentes a la Ley No. 108-
05, se ha subsanado esta situación, previéndose el proceso de deslinde y sus
principios generales. Al efecto, el Reglamento para la regularización parcelaria
y deslinde, No. 355-2009 ha definido el deslinde como “el proceso
contradictorio mediante el cual se ubican, determina e individualizan los
derechos amparados en constancias anotadas”. De esta definición podemos
realizar las siguientes derivaciones:

El deslinde es un proceso

La doctrina ha definido el proceso como “una serie o sucesión de actos que


tienden a la actuación de una pretensión fundada mediante la intervención de
órganos del Estado instituidos para ello” [4]. Por lo tanto, reconocer el deslinde
como un proceso implica que para obtener el resultado final se requiere el
cumplimiento de pasos por parte del interesado, ante distintos órganos del
Estado. En el caso dominicano, la normativa vigente ha determinado que esta
sucesión de actos se llevará a cabo en tres etapas [5], donde intervendrán
profesionales habilitados para cada una [6], a desarrollar en lo adelante.
El proceso de deslinde es contradictorio

El hecho de que se consagre el proceso como contradictorio no


necesariamente se refiere a que existirá un litigio [7]. Al contrario, esto implica
que para su aprobación [8] será necesaria la notificación a cualquier persona
interesada [9]. Esto, en cumplimiento de la garantía que se reconoce a cada
ciudadano en el artículo 69 de la Constitución Dominicana, referente al derecho
de defensa [10]. Este requerimiento se hace, precisamente, con la finalidad de
suplir la necesidad de publicidad del proceso, y evitar irregularidades en la
medición realizada por el agrimensor, o en la interferencia con otro derecho
registrado [11]. Asimismo, con el hecho de llevar este proceso a juicio, ya se
está imponiendo su carácter contradictorio. Esto así, en el entendido de que se
necesita de una correcta depuración de los derechos del solicitante y de la
pretendida ocupación.

El deslinde permite ubicar, determinar e individualizar derechos

En la etapa técnica, el profesional actuante permite al órgano correspondiente,


conocer: (1) la localización del inmueble, a través de sus coordenadas; (2) la
cantidad de terreno propiedad del solicitante, que puede diferir de la cantidad
poseída [12]; y (3) los límites del mismo [13]. Por lo tanto, a través del proceso
el solicitante podrá obtener un derecho amparado en “un documento oficial
emitido y garantizado por el Estado Dominicano, que acredita la existencia de
un derecho real y la titularidad sobre el mismo” [14].
Etapas del proceso de deslinde

El proceso de deslinde consta de tres etapas:

“a) Técnica, en la que mediante un acto de levantamiento parcelario se ubica,


determina e individualiza el terreno sobre el que se consolida el derecho de
propiedad. Esta etapa finaliza con la aprobación técnica de las operaciones por
la Dirección Regional de Mensuras Catastrales territorialmente competente.

b) Judicial, en [la] que mediante un proceso se dan las garantías necesarias


para que todos los titulares de Constancias Anotadas sobre la misma parcela y
los titulares de cargas y gravámenes, puedan hacer los reclamos que
consideren pertinentes. Esta etapa finaliza con la sentencia de aprobación de
deslinde.
c) Registral, consistente en el acto del registro de los derechos que recaen
sobre la parcela y donde se acredita la existencia del derecho. Eta etapa
finaliza con la expedición del Certificado de Título y la habilitación del
correspondiente Registro Complementario” [17].

Como se observa, cada etapa posee su importancia y características


primordiales que permite distinguir. Desde el órgano de la Jurisdicción
Inmobiliaria encargado de cada una, hasta el profesional habilitado y la forma
en que termina la etapa, encontramos elementos que facilitarán su
diferenciación. En lo adelante cada una será desarrollada de manera detallada.

Etapa técnica o de mensuras

La etapa técnica, definida por el literal a) del artículo 11 de la Resolución No.


355-2009, antes transcrito, es llevada a cabo por un agrimensor, en aplicación
del artículo 19 del Reglamento de Mensuras Catastrales [18]. El predicho
profesional, una vez autorizado por la Dirección Regional de Mensuras
Catastrales competente, ostentará fe pública en el ejercicio de sus funciones,
conforme las disposiciones del artículo 20 del referido reglamento [19],
pudiendo inclusive requerir información y documentación necesaria, así como
requerir al Abogado del Estado el auxilio de la fuerza pública [20], y debiendo
informar cualquier irregularidad que constate al realizar el acto de
levantamiento parcelario [21].

Autorización de los trabajos técnicos

En resumen, el agrimensor, una vez contratado por el propietario de la porción


de terreno [22], y luego de realizar la depuración de lugar, procederá a solicitar
a la Dirección Regional de Mensuras Catastrales [23] competente, la
autorización para iniciar con el acto de levantamiento parcelario [24]. De
conformidad con el artículo 35 del Reglamento General de Mensuras
Catastrales, esta solicitud de autorización deberá ser debidamente legalizada
por Notario Público y se realizará en formatos específicos que contendrán lo
siguiente:
“a) Nombres y apellidos de los solicitantes y sus números de cédula de
identidad y electoral o pasaporte, en caso de personas jurídicas el nombre y el
RNC (…).
b) Domicilio de los solicitantes.
c) Tipo de trabajo a realizar, indicando expresamente si se trata de una
mensura para saneamiento, de una refundición, de un deslinde u operaciones
combinadas, en cuyo caso deberá identificarlas con claridad y precisión.
d) Inmueble sobre el que se ejecutará el trabajo identificado con su designación
catastral y matrícula si los tuviere (…). Cuando se trate de inmuebles
soportados por constancias anotadas, se indicará la superficie del mismo.
e) Nombre y apellido, número de cédula de identidad y electoral, número de
colegiatura del CODIA (…) del agrimensor que ejecutará el trabajo.
f) Indicación de la fecha del contrato entre el o los solicitantes y el agrimensor,
y el nombre del Notario interviniente con su respectivo número de colegiatura.
g) Solicitud de remisión de los trabajos una vez aprobados a: 1) El Tribunal de
Jurisdicción Original territorialmente competente en caso de saneamiento y
deslinde (…).
h) Firma de los titulares del inmueble o reclamantes.
i) Firma del agrimensor aceptando ser propuesto para realizar los trabajos y
declarando, que en caso de ser habilitado, ejecutará el trabajo en carácter de
oficial público, de conformidad con la Ley de Registro Inmobiliario, sus
Reglamentos y demás normas aplicables”.

Una vez depositada la solicitud ante la Dirección Regional de Mensuras


Catastrales competente, en la unidad de recepción de documentos le será
asignado un número de expediente que se formará por los números siguientes:
tres dígitos iniciales que indicarán la Dirección ante la cual se deposita: 663 en
caso de los expedientes depositados en el departamento central y 662 en caso
de los expedientes depositados en el departamento norte; el año en que se
recibe el expediente y por último, cinco números aleatorios, en serie, que se
refieren al número de expediente entrado en el año. Por ejemplo, un número de
expediente de la DRMC del Departamento Central sería: 663201512345[25].

Una vez ingresado al sistema el expediente, el mismo es calificado por la


Dirección Regional, determinándose si procede acoger la solicitud, rechazarla o
solicitar alguna documentación para poder ponderarla [26]. Para esta
calificación, la Dirección Regional cuenta con 10 días corridos, de conformidad
con el artículo 37 del Reglamento General de Mensuras Catastrales. En caso
de rechazo de la solicitud de autorización, la parte solicitante está
imposibilitada de la interposición de los recursos administrativos, en razón de
que el artículo 198 del Reglamento General de Mensuras Catastrales los ha
previsto, únicamente para aquellas “decisiones definitivas de la DRMC, que
aprueban o rechazan una actuación”.

En caso de que sea otorgada la autorización, la Dirección Regional inviste al


agrimensor actuante del carácter de oficial público para el acto solicitado [27].
Esta autorización tendrá una vigencia de 90 días, prorrogables por 90 más, a
solicitud del agrimensor actuante, de conformidad con el artículo 40 del
Reglamento General de Mensuras Catastrales. Igualmente, se otorgará una
designación posicional provisional al inmueble objeto de deslinde, el cual se
identificará con “las últimas cifras del número de expediente otorgado, seguido
por un número secuencial distinto para cada inmueble resultante” [28].

Realización de los trabajos

El momento en que el agrimensor es autorizado para iniciar los trabajos


técnicos, es el momento en que se le habilita para realizar la delimitación del
terreno y las mediciones de lugar, para determinar con certeza los derechos
que posee el propietario-deslindante. En esta etapa se hace mucho énfasis en
la necesidad de publicitar los trabajos, con la finalidad de evitar vulneraciones
al derecho de defensa de los colindantes, quienes podrían estar interesados de
su conocimiento, ante la eventual posibilidad de que al mensurar el inmueble,
se esté ocupando parte del terreno colindante. Por lo tanto, el artículo 43 del
Reglamento General de Mensuras Catastrales establece “una vez autorizado el
acto de levantamiento parcelario, el agrimensor debe cumplir con todos los
requisitos referidos a la publicidad del acto según lo establecido en el presente
reglamento. A tal efecto, debe fijar la fecha y hora de inicio de los trabajos
haciendo las notificaciones, comunicaciones o citaciones pertinentes”.

Por su parte, el artículo 12 de la Resolución 355-2009 establece, al respecto, lo


siguiente:

“Con la finalidad de garantizar una mayor publicidad del proceso técnico de


deslinde, es necesario que el mismo cumpla con las siguientes condiciones de
publicidad:

a) Comunicación dirigida por el agrimensor a los colindantes y a la DRMC


por escrito con acuse de recibo, indicando la fecha y hora de inicio de los
trabajos técnicos con las siguientes previsiones: (…);
b) Fijación de un aviso en el terreno, el cual debe colocarse a partir de la
autorización, antes de la realización de los trabajos (…);
c) Publicación en un periódico de circulación nacional, indicando la
designación catastral de la parcela, nombre del titular de la Constancia
Anotada, superficie y la dirección física de la porción a deslindar (…).”.

Asimismo, el Tribunal Superior de Tierras del Departamento Central se ha


referido al respecto, acogiendo el criterio de la Suprema Corte de Justicia, al
señalar lo siguiente: [29]

“Que no basta para la aprobación del deslinde, con que los trabajos realizados
por el agrimensor autorizado lo hayan presentado con anterioridad a otros
deslindes, sino que es necesario que haya cumplido con las formalidades
exigidas por la ley. Que, al comprobar que el agrimensor contratista no respetó
la ocupación de otros codueños, ni citó a los mismos para que estuvieran
presentes en los trabajos de campo relativos a la porción a deslindar a favor del
recurrente, ni dejar constancia de que éste no tenía la ocupación física de dicha
porción, a fin de que al someter estos trabajos aprobados por resolución en
Cámara de Consejo, para su conocimiento en forma contradictoria, y por
consiguiente, rechazar dichos trabajos y ordenar que los mismos fueran
ejecutados nuevamente, respetando las ocupaciones de los demás
codueños…”[30].

En consecuencia, la publicidad en la fase de mensuras resulta inminente. De


esta forma, se asegura la garantía del derecho de propiedad o posesión de los
colindantes y de cualquier parte interesada.

Presentación de los trabajos

De acuerdo con el artículo 45 del Reglamento General de Mensuras


Catastrales, “una vez finalizados los trabajos de campo y de gabinete, el
profesional habilitado presentará toda la información y documentación
requeridas según el tipo de trabajo, para que el mismo sea calificado por la
Dirección Regional de Mensuras Catastrales”. En este momento, los
documentos se depositan en el expediente que había sido habilitado con la
solicitud de autorización de los trabajos. Los documentos requeridos son los
siguientes: [31]

1. Autorización
2. Acta de Hitos y Mensura
3. Carta de conformidad de los solicitantes
4. Plano General
5. Informe Técnico
6. Plano Individual por parcela
7. Aviso de Mensuras y Declaración de posesión
8. Poderes, si existieren
9. Original de la Constancia Anotada
10. CD con archivo XML y datos de la georreferenciación.
11. Fotos del aviso en el inmueble
12. Publicación certificada por el Periódico
13. Notificación a los colindantes
14. Certificación del estado jurídico vigente de la parcela
15. Formulario y Recibo de pago de Tasas por Servicio (RD$400.00 por
resultante)

En cuanto a los planos general e individual, los mismos deberán ser


presentados en original por parte del agrimensor, debidamente firmados [32]. A
estos requisitos, el artículo 46 del Reglamento de Mensuras Catastrales agrega
una declaración escrita de la posesión u ocupación, debidamente firmada por el
propietario. Este documento es requerido, además, en aquellos casos que
existe diferencia por defecto y donde no quedará resto de porción a favor del
propietario-deslindante.

Una vez sometido el expediente, la Dirección Regional tendrá un plazo de 45


días corridos para pronunciarse con relación a la solicitud de aprobación,
pudiendo desapoderarse con la emisión de un oficio de observación, de
rechazo o de aprobación [33]. En este momento, se otorga una designación
catastral posicional al inmueble objeto de deslinde, incorporando el dato a los
planos debidamente aprobados [34], los cuales deberán ser firmados, fechados
y sellados por el Director Regional de Mensuras Catastrales del departamento
correspondiente.
Especificaciones técnicas del deslinde

Para que los trabajos técnicos sean aprobados, deben cumplirse ciertas
especificaciones técnicas establecidas por el artículo 13 de la Resolución No.
355-2009. A saber:

a) El agrimensor se regirá, en primer lugar, por la ocupación material del


propietario, y, en segundo lugar, por los linderos indicados en la Constancia
Anotada [35].
b) Si es posible, se vincula geométricamente la parte a deslindar con algún
vértice de la parcela originaria o con un deslinde previamente registrado.
c) Salvo causa justificada, no se deslindan porciones de terreno separadas
para cubrir una misma constancia anotada.
d) Se admite una variación de un 5% en la superficie real de la porción a
deslindar respecto de la superficie indicada en la constancia anotada.
e) Cuando el inmueble no se encuentra totalmente cerrado por límites
materiales, solo se permiten diferencias entre la Constancia Anotada y la
Superficie deslindada que se encuentra dentro de las tolerancias.
f) En el deslinde, las exigencias previstas para el levantamiento
planimétrico de la parcela son aplicables solo a la superficie a deslindar.
g) En el mismo acto de levantamiento parcelario se pueden realizar varios
deslindes simultáneamente referidos a la misma parcela.

5. Presentación de objeciones ante la Dirección Regional de Mensuras


Catastrales

En caso de que cualquier parte interesada tenga objeción con los trabajos en
curso de realización o ya realizados, dicha parte estará en facultad de someter
cualquier objeción ante la Dirección Regional de Mensuras Catastrales
apoderada del caso. De conformidad con el párrafo del artículo 14 de la
Resolución No. 355-2009, las mismas serán anexadas al expediente
correspondiente, a fin de que se conozca del proceso una vez aprobado el
trabajo técnico. Por lo tanto, corresponderá al Tribunal de Jurisdicción Original
territorialmente competente el conocimiento de los aspectos litigiosos del
proceso de deslinde, tanto en su etapa técnica, como en la etapa judicial.
Aprobación del trabajo técnico

En caso de que la Dirección Regional de Mensuras Catastrales opte por la


aprobación de los trabajos técnicos presentados, procederá a asignar una
designación catastral definitiva a la parcela resultante y emitir constancia de
aprobación (mediante un oficio debidamente numerado, donde consta con todo
detalle el acto de levantamiento parcelario aprobado), firmando los planos y
registrando las parcelas. Asimismo, mediante oficio de remisión, enviará al
Tribunal de Jurisdicción Original competente, los documentos que servirán de
base para la correcta depuración de los derechos del propietario, dentro del
plazo de 15 días posteriores a la aprobación. El apoderamiento del tribunal se
realizará conforme a las previsiones del artículo 51 del reglamento.

Según el artículo 15 de la resolución No. 355-2009, los documentos que se


remiten al Tribunal de Jurisdicción Original son los siguientes:

“a) Solicitud de autorización del trabajo técnico; b) Documento de aprobación


del trabajo técnico; c) Planos individuales aprobados en que consta cómo están
materializados los límites y las colindancias; d) Constancia de comunicación a
los colindantes, de fijación de aviso y de la publicidad en el periódico; e)
Objeciones recibidas por la Dirección Regional de Mensuras Catastrales, si las
hubiere y f) Duplicado de la Constancia Anotada o copia del contrato de
transferencia que sustenta los derechos del inmueble objeto de deslinde”.

No obstante, lo indicado por el referido artículo, es común, al menos en la


jurisdicción del Distrito Nacional, que la Dirección Regional de Mensuras
Catastrales del Departamento Central, también remita las cartas de
conformidad de los colindantes y la declaración jurada de posesión del
propietario-deslindante. Es a partir de este momento que se da paso a la
segunda etapa del proceso, denominada “etapa judicial”.

You might also like