Apresar de las continuas referencias a la importancia del componente
psicosiológico a la hora de explicar y entender la conducta, sobre todo a partir de la propuesta del triple sistema de respuesta de Lang (1978), lo cierto es que la incorporación de las evaluaciones psicofisiológica al proceso de evaluación conductual es una aportación relativamente reciente, y poco generalizada, que tiene que ver con las nuevas áreas de intervención hacia las que se ha dirigido la TCC durante las dos últimas décadas y, por supuesto, con los avances tecnológicos de este mismo periodo. Actualmente es indudable que la evaluación del componente psicofisiológico tiene un papel central en los siguientes anbitos: 1.- el proceso de evaluación y tratamiento de los trastornos psicopatológicos. 2.- en la evaluación y tratamiento de picopatplogias frecuentes que cursan con síntomas somanticos 3.- en la identificación de sujetos vulnerables a determinado trastonos. No obstante lo sierto es que la evaluación psicofisiológica no cuenta con el nivel de implantación que cabria esperar almenos, a tener de los datos pubicados sobre el método de evalua e intervenir en diferentes trastornos.
Aplicabilidad diferencial de los métodos de la evaluación conductual
Cada método e instrumento es diferencialmente aplicable y útil en función del problema, objetivo, poblcion y contexto en que se plantee su uso. Nivel Nivel de desarrollo intelectual del cliente. Es obvio que la capacidad cognitiva será un factor determinante en la decisión del método de evaluación. La comprensión de la metodología y los objetivos de evaluación son elementos básicos en muchas estrategias de evaluación. Grado de afectación del funcionamiento cognitivo. Los datos procedentes de algunos métodos de evaluación pueden verse muy afectados por la afectación cognitiva que el sujeto evaluado pueda tener (e.g. entrevista, autoregistro, auto-informes). Posibles problemas neurológicos, medicaciones, deterioro cognitivo por adicciones, traumatismos, etc. son elementos relevantes a la hora de decidir qué método utilizar, o de establecer el grado de fiabilidad de información obtenida.
Reactividad al método de evaluación.
Algunas formas de evaluación afectan a las variables medidas cuando son utilizadas en algunos contextos, circunstancias, o personas, modificando su ocurrencia. Por ejemplo es de sobra conocido el efecto regulatorio de la auto- observación sobre la conducta monitorizada, generalmente reduciendo su frecuencia.
Posibilidad de cooperación de las personas del entorno.
Muchos métodos de evaluación implican la participación de personas allegadas: familia, profesores, miembros de la plantilla de la institución, etc.
Coste de los métodos de evaluación.
Es obvio que la utilización de algunos métodos de evaluación como la observación en vivo o la evaluación psicofisiológica requieren una cantidad y tipo de recursos que pueden hacerlos prohibitivos para algunos evaluadores, tanto en términos económicos, como teniendo en cuenta el tiempo de administración y corrección. Los métodos de evaluación más costosos suelen utilizarse en instituciones de investigación como las universidades que reciben soporte para sus trabajos. Su uso en el contexto clínico habitual, donde el terapeuta tiene un tiempo limitado, es mucho más restringido. Restricciones y contingencias del propio evaluador. Algunas veces las estrategias de evaluación son dictadas por las posibilidades del propio evaluador. Por ejemplo, es poco viable en una consulta privada llevar a cabo la formulación completa de un caso de auto-lesiones en un niño autista, utilizando la manipulación sistemática de posibles variables relacionadas (e.g. para determinar si la conducta auto-lesiva está mantenida por reforzamiento social, por reforzamiento negativo al acabar con las demandas, es una conducta autoestimulatoria, etc.). La inversión de tiempo y el coste de la evaluación lo hacen prácticamente inviable.