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Poemas

Canciones Guatemaltecas
La Sanjuanerita
Autor José Ernesto Monzón

Al pasar por las majadas


Yo vi una sanjuanerita
De los ojazos muy grandes
Y de la boca chiquita
Era tan chula indita
Que me dejó enamorado
Y yo siempre la esperaba
Cuando venía del mercado
Sanjuanerita preciosa
Llena mi boca de miel
Ya que a cambio de tus labios
Dios te puso un clavel
Ay, ay, ay sanjuanerita
Si me llegas a querer
Viviremos en tu pueblo
Cuando seas mi mujer
Todos los días pasaba
Con su canasto de flores
Y yo siempre la esperaba
Pa cantarle mis amores
Me miraba y se reía
Y jugaba con su trenza
Porque decía la indita
Que me tenia vergüenza
Sanjuanerita preciosa......

El Grito
Letra: José Ernesto Monzón
Música: Everardo De León

Yo soy puro guatemalteco


y me gusta bailar el son,
con las notas de la Marimba
también baila mi corazón.

Cuando bailo con mi María


hasta un grito me sale así...
que rechulas son las inditas
cuando las veo bailar el son,
con sus faldas levantaditas
van taconeando con suave rumor.

Para bailar...
indita mía yo voy palmeando alrededor,
para gritar...
con una mano tomo el sombrero y lo hago así.

Yo ya me voy...
me voy cantando
me voy gritando lejos de aquí,
te canto a ti...
mi Guatemala tierra querida donde nací.

CHICHICASTENANGO
Paco Pérez.
Hay una indita retebonita
en Chichichichicastenango,
que cuando beso su boca chiquita,
en Chichichichicastenango,
siento que el alma se me esta quemando,
en Chichichichicastenango.
Hay en su boca dulzura de fruta madura que invita a pecar,
besa con tal sabrosura que es una locura su boca besar.
Hay indita ven hacia acá
que tu boca quiero besar,
solamente las estrellas indiscretas nos han de mirar;
más celosas al ver nuestro amor
poco a poco se habrán de apagar
y el romance solamente tus ojos habrán de alumbrar.
LUNA DE XELAJÚ Paco Pérez

Luna gardenia de plata,


Que en mi serenata,
Te vuelves canción,
Tú que me viste cantando,
Me ves hoy llorando,
Mi desilusión.

Calles bañadas de luna,


Que fueron la cuna de mi juventud,
Vengo a cantarle a mi amada,
La luna plateada de mi Xelajú.

Luna de Xelajú,
Que supiste alumbrar,
En mis noches de pena,
Por una morena de dulce mirar.

Luna de Xelajú,
Me diste inspiración,
La canción que hoy te canto,
Regada con llanto de mi corazón.

En mi vida no habrá,
Más cariño que tú mi amor,
Porque no eres ingrata,
Mi luna de plata,
Luna de Xelajú.

Luna que me alumbró,


En mis noches de amor,
Y hoy consuelas la pena,
Por una morena que me abandonó.

Soy de Zacapa José Ernesto Monzón

¡Soy de Zacapa! tierra caliente,


nací en el barrio "El Tamarindal",
tengo el orgullo de ser valiente,
me considero buen oriental.

Tengo una novia linda y sincera,


a la que quiero muy de verdad,
mi muchachita, pura "tunera"
nació cerquita del "Punhilá".

Lindo el oasis que hay en La Fragua


por donde pasa cerquita el tren,
el agua es fresca como el Motagua,
como los baños de "Pasabién".
Bellas mujeres en Estanzuela,
como las tiene Teculután,
son muy hermosas la de Río Hondo
y nada envidian las de Gualán,
como en San Diego y Usumatlán.

Como recuerdo a mi Zacapa,


sus lindas calles y su estación,
en donde vive mi novia guapa,
a la que quiero de corazón.

¡Soy de Zacapa! tierra de Oriente,


en donde sale primero el sol...
por eso tengo la sangre ardiente
como las notas de mi canción.

Guapas mujeres hay en Cabañas,


son un encanto las de La Unión,
Huité las tiene tan primorosas
como jardines en floración.
Huité las tiene tan primorosas
como jardines en floración.

Fabulas

El fracaso de los tres bueyes

Érase una vez tres bueyes que pastaban juntos y que siempre permanecían
muy juntos. Durante varios días un león se mantuvo observándolos con el
propósito de devorarlo pero siempre sentía un poco de miedo porque al nunca
separarse los tres bueyes, lo ponía en desventaja si llegaba a luchar en contra
de los tres.

Muy inteligente el león creo una estrategia basada en mentiras y patrañas con el objetivo de lograr destruir esa
unión entre los tres bueyes. Una vez que logró su objetivo pudo separarlos y así comerse a cada uno de forma
independiente.

Moraleja: Nunca permitas que nadie destruya la unidad que tengas con tus amigos y familia porque solo de ese
modo serás más fácil de hacer daño.

Las lagrimas del rico


Cierta tarde de verano un grupo de "mujeres lloronas",se les había pagado,
para que llorar la muerte de una de las hijas de un acaudalado hombre. Una de
las hijas muy sorprendida se acercó a su madre y le pregunto:

- Madre ¿cómo nosotras que sufrimos la desgracia en carne propia, apenas


si lloramos? en cambio esas lloronas, que jamás la conocieron, se deshacen
en grandes lamentos.
La madre contestó:
- No te extrañes, hija mía: esas mujeres no lloran lágrimas, sino dinero. Nunca olvides que las monedas son las
lágrimas del rico.

El pastorcito y el cabrito
En una tarde laboral por el campo un pastor intentaba desesperadamente
arrastrar una cabra que se resistía a sus esfuerzos, pues el cabrito no quería
marchar junto a su madre. En esos momentos pasó por alli un anciano sabio,
quién aconsejó al pastor:

"Nunca lograrás que la cabra se marche dejando atrás a su hijo. Intenta llevar
al cabrito, y verás que la madre te acompaña en seguida".
El pastorcito siguió el consejo del anciano y, cargando el animalito en sus brazos, se alejó.

De inmediato con gran sorpresa la cabra que antes se había resistido con tanto empeño a no moverse, pues ahora
seguía dócilmente sus pasos.
MORALEJA
Sigue los consejos de los más sabios y experimentados que tú,y recuerda que el amor de madre es una de las
más poderosas fuerzas que mueven al mundo.

El caballo y el asno. Fábula infantil


Un hombre tenía un caballo y un asno.

Un día que ambos iban camino a la ciudad, el asno, sintiéndose


cansado, le dijo al caballo:
- Toma una parte de mi carga si te interesa mi vida.
El caballo haciéndose el sordo no dijo nada al asno.
Horas más tarde, el asno cayó víctima de la fatiga, y murió allí mismo.
Entonces el dueño echó toda la carga encima del caballo, incluso la piel del asno. Y el caballo, suspirando dijo:
- ¡Qué mala suerte tengo! ¡Por no haber querido cargar con un ligero fardo ahora tengo que cargar con todo, y
hasta con la piel del asno encima!

MORALEJA: Cada vez que no tiendes tu mano para ayudar a tu prójimo que honestamente te lo pide, sin que
lo notes en ese momento, en realidad te estás perjudicando a ti mismo.

Las ranitas y el tronco tallado

Una familia de ranitas que vivía en un lago, sentía mucho temor por un
tronco tallado que se veía desde la orilla. Estas ranitas amaban las
fiestas y la diversión, pero sentían gran respeto por el tronco, así que en
muchas oportunidades trataban de no hacer tanto ruido para no molestar
al tronco.

Seguramente este personaje al que tanto le temían, era un monumento de alguna tribu que ya no habitaba en el
lugar, pero como no se animaban a acercarse para ver bien de que se trataba, solo podían divisar un rostro serio
y que inspiraba mucha autoridad.

Un cierto día, en que se desató una terrible tormenta, el tronco cayo al lago y en ese momento las ranitas
pudieron ver con claridad, que era solo un tronco tallado que ningún daño podía hacerles. Se rieron mucho de
los temores por los que habían pasado y comenzaron a jugar con él y usarlo de trampolín para sus zambullidas
en el lago.

Moraleja: Lo que por ignorancia atemoriza, a veces es sólo digno de risa.

Dichos
Trabalenguas

Adivinanzas

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