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CRISTIANISMO POPULAR VS. CRISTIANISMO ACADEMICO.

Conectado a la idea del origen y formación de la Biblia, está la manera en la que los cristianos
piensan y discuten acerca de su sistema de creencias. Antes de mirar a sistemas de creencias
específicos y enseñanzas de la Biblia, debemos considerar la diferencia entre las dos subculturas
más prominentes en la cultura cristiana: el cristianismo académico y el cristianismo popular.

Desde una perspectiva antropológica, todas las culturas contienen dos divisiones principales: una
cultura de elite y una cultura popular. La cultura de elite está compuesta típicamente por los
sectores más ricos y eruditos de la población. Esta gente aprecia las cosas finas: vinos caros, cena
costosa, música clásica, atuendos formales, etc. La cultura de elite es una minoría de la cultura en
general, pero carga un mayor poder e influencia. En contraste a la misma, existe la cultura popular
(o cultura pop), que incluye a la mayor parte de la población y determina lo que es popular en la
misma. Aquellos que están inmersos en la cultura popular, suelen escuchar la música que suena
en la radio e ir a ver las últimas películas que están en la cartelera del cine. Comen en restaurantes
baratos, y compran en tiendas económicas. Un tercer grupo, llamado la cultura folk, a veces
emerge como reacción a la cultura popular. Pero en lugar de unirse a la cultura de elite, se separan
de la norma e implementan sus propias costumbres. Se enorgullecen de hacer elecciones contra-
cultura. Por ejemplo, quizás sean veganos, tengan los partos de sus bebes en sus casas, decidan
no vacunar a sus hijos, escuchen música independiente y vean películas que raramente lleguen al
cine. Las diferencias entre estos tres grupos son enormes, pero todos son parte de la cultura en
general.

Dentro de la Iglesia, también vemos estos tres tipos de cultura. El cristianismo popular es la cultura
de la mayor parte de los cristianos. En los Estados Unidos, esta cultura incluye cosas como los
Cuentos de Vegetales, pulseras de WWJD3, y música cristiana pop. La cultura folk, a diferencia de
la cultura popular, prefiere música menos famosa y hace pequeños intentos por alejarse de la
cultura predominante, pero para los propósitos de nuestro estudio diremos que la cultura folk es
esencialmente una subcategoría del cristianismo popular. Cuando hablamos de teología y de la
Biblia, el cristianismo popular toma una visión muy rígida de la verdad.

En contraste, el cristianismo académico, que está compuesto principalmente de teólogos e


intelectuales, tiene un gran valor por las conversaciones teológicas y el debate. Algunos
reconocidos teólogos modernos, como N.T. Wright y Gordon Fee han cruzado hasta el círculo de
la cultura popular y están siendo leídos por no académicos. Cientos de otros teólogos de los
círculos académicos, hablan y escriben en lenguaje técnico, y sus materiales nunca llegan a la
cultura popular. No es de sorprender que los miembros de estos dos grupos se alejen de los
miembros del grupo contrario, pero es importante entender el valor de ambas culturas.

Uno de los riesgos potenciales del cristianismo académico se describe en la declaración de Pablo
de 1 Corintios 8:1: “El conocimiento envanece”. El conocimiento es bueno, pero debe siempre ser
templado con amor, que no es algo que los seminarios siempre ensenen. Si entendemos toda la
teología y sabemos todas las palabras griegas, pero como cristianos tenemos grandes problemas
con nuestras familias y amigos, entonces tenemos un gran problema.
Como sea, una de las fortalezas del cristianismo académico se encuentra en la diferencia de
estos dos conceptos: no estar de acuerdo y faltar el respeto. El cristianismo popular no sabe
manejar muy el no estar de acuerdo. Cuando los líderes disienten, tienden a tratarse el uno al otro
con un grado muy alto de falta de respeto, usando etiquetas como hereje, falso maestro, blasfemo,
o incluso anticristo. Generalmente, tales líderes no están dispuestos a discutir sus diferencias de
una manera tranquila y abierta, sino que prefieren hacer declaraciones difamatorias y a apuntar
con el dedo. Tiene miedo de que sus seguidores sean atrapados por alguna falsa enseñanza, así
que tratan activamente de persuadir a aquellos que están bajo su influencia para que no sigan
ninguna falsa doctrina. Como resultado, influencian a sus seguidores para que también le falten el
respeto a tal persona o movimiento. En otras palabras, esta falta de respeto es un sistema que
comienza con un líder que no está de acuerdo con algo, y que se replica en las personas bajo su
influencia.

En contraste, los cristianos académicos tienen una gran apreciación por el debate y la discusión
de ideas sin faltar el respeto. Esto es importante para todos los que quieren estudiar teología,
porque necesitamos ser capaces de examinar lo que las otras personas creen y opinan sobre
ciertos temas, mientras que los respetamos como personas y cristianos. Los académicos valoran
el defender su propia opinión, que se basa en sus propios estudios, y por eso dicen algo como,
“Creo en esto y en esto por estas razones…”. Esto es simplemente una declaración de una opinión
personal y no tiene notas negativas. Para el cristianismo académico está bien no estar de acuerdo
y no ve a la disensión como una razón para faltar el respeto. Está bien que la gente tenga
opiniones diferentes y así y todo, seguir siendo amigos.

La gente en la cultura del cristianismo académico hace declaraciones personales si no están de


acuerdo con algo, pero estas no tienen el fin de ejercer influencia en otros. En contraste, los líderes
del cristianismo popular hacen declaraciones difamatorias en contra de los líderes y de los
movimientos, provocando una red de falta de respeto que se replica rápidamente.

La mejor manera de acercarse a la teología es con una predisposición a no estar de acuerdo


muchas veces, pero estando abierto a aprender de los demás. El cristianismo académico ha hecho
muy bien esta parte, y sería muy sabio de nosotros el imitarlos en esto. Pensar como un
académico significa creer que necesitamos oír todas las distintas opiniones sobre un tema para
decidir racionalmente nuestra posición. En esta cultura, somos libres de oír todos los diferentes
entendimientos y arribar a nuestras propias conclusiones, incluso si las mismas son diferentes de
aquellas que tienen nuestros amigos o líderes. Esta es la razón por la que, en el cristianismo
académico, encontramos muchos libros que presentan diferentes perspectivas sobre un tema en
particular. Estos libros no están escritos por un autor que tiene una opinión de antemano y escribe
mostrando cierta inclinación. En lugar de eso, son una compilación de escritos elaborados por
teólogos que explican sus propias creencias. Otro tipo de libro común en el cristianismo académico
es un libro en respuesta, en donde un teólogo escribe un libro en respuesta a los escritos de otro
teólogo.
Parte de lo que significa disentir de manera respetuosa es citar aquello con lo que no se está de
acuerdo, en una manera en la se presente adecuadamente lo que la otra persona dijo, sin sacar
de contexto. Los académicos son muy cuidadosos al hacer esto, pero desafortunadamente,
muchos líderes del cristianismo popular tergiversan a aquellos con los que no están de
acuerdo.

Sacan sus palabras fuera de contexto y hacen presunciones acerca de lo que los otros quisieron
decir y lo que realmente dijeron. Estas clases de tergiversaciones, malentendidos, y ataques a los
demás son muy populares en ciertos sectores, pero no es honroso o de ayuda el hecho de
expresar la disensión de esta manera. En lugar de eso, necesitamos aprender cómo no estar de
acuerdo con algo o alguien sin faltar el respeto y sin deformar la realidad. A través de este
curso, nuestro objetivo será entender claramente las creencias de los demás para poder sacar
nuestras propias conclusiones.

Extracto obtenido del libro “Entendiendo la Biblia por completo” de Jonathan Welton.

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