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J.

Dubatti (1995) Batato Barea y el nuevo teatro argentino

“El material fotográfico fue gentilmente cedido por María Elvira Amichetti y Hugo O. Barea,
padres de Batato. Como se trata en su mayoría de fotografías de muchos años atrás, sólo se han
colocado los créditos en el caso de que se conocieran” [pág. legales]

“[…] realizó una producción tan vasta que y vivió tan intensamente que solo el relato de sus
experiencias y el recuerdo de todas sus obras (incluyendo sus números, scketchs y su participación
en performances, apenas documentados) excederían ampliamente el tamaño de este ensayo”
(pp. 9)

“Creemos que éste es el mejor lugar [agradecimientos] para expresar nuestro sincero
agradecimiento a María Elvira Amichetti (Nené Bache) y Hugo Osmar Barea, padres de Batato, por
su apasionada tarea por mantener viva la memoria de su hijo y por su generosa colaboración para
la escritura de este libro. Gracias a su buena voluntad pudimos internarnos en los secretos del
magnífico ´museo´ de la calle Tucumán en el que se conservan amorosamente documentos,
vestuario, fotografías (muchas de las cuales reproducimos) y objetos que pertenecieron al gran
actor de los ochenta”

“Nuestro agradecimiento es también para Seedy González Paz, Tino Tinto, Hernán Gené, María
José Gabin, Carlos Belloso y Alejandro Urdapilleta, por sus testimonios; para Laura Cilento, Viviana
Da-Re y especialmente para Nora Lía Sormani, quien nos ayudó constantemente en la difícil
tarea de organizar tantos materiales históricos dispersos” [Agradecimientos]

“El libro de Laura Ramos Buenos Aires me mata provee ilustrativos testimonios, al borde de lo
ficcional, sobre estas prácticas de la vida nocturna (en uno de sus capítulos, como veremos,
aparece Batato). Desde una perspectiva científica son muy útiles al respecto los estudios reunidos
por Margulis en su libro La cultura de la noche (la vida nocturna de los jóvenes en Buenos Aires)”

“Rápidamente dicha zona emergente del campo teatral fue catalogada por la prensa y el público
bajo los provisorios (y hoy muy cuestionados) nombres de ´teatro joven´ o ´teatro alternativo´ o
teatro underground´, como fenómeno inserto en el movimiento más amplio del ´off Corrientes´”
(pp. 16)

“Alejandro Urdapilleta y Humberto Tortonese son llevados a la televisión son llevados a la


televisión por Antonio Gasalla y pasan del Parakultural a la Fundación Banco Patricios con su
Mamita Querida”

“Los nuevos teatristas revalorizan la tradición del teatro popular argentino, especialmente las
sabias técnicas del actor popular local, ya sea con respecto al melodrama, el grotesco o el sainete”
(pp. 29)

“El interés por la tradición cómica rioplatense se sintetizó y explicitó en el megaespectáculo


Babilonia Ríe. Museo de Arte Cómico organizado por Babilonia en enero de 1994” (pp. 29)
“Si hay un elemento común que vincula a Batato Barea con Ricardo Bartís, a Vivi Tellas con Marían
José Gabin es su interés por la teatralidad de lo no-teatral, hecho que justifica el interés de Batato
por llevar a escena no-actores, travestis de murga, gente sin formación” (pp. 30)

“¿Por qué razón, si existe la producción de estos autores, se insiste en la idea de que desde los
ochenta y hasta hoy la dramaturgia argentina fue un hueco, un vacío?” (pp. 40)

“Bajo los nombres de Batato, Billy Boedo o Percal, estaría destinado a convertirse en uno de los
artistas más importantes del nuevo teatro argentino” (pp. 53)

“[…] Finalmente se instaló en su departamento de Tucumán, entre Anchorena y Jean Jaurés,


donde actualmente sus padres conservan con devoción sus objetos, fotografías, trajes, a la
manera de una exposición permanente en honor a su memoria. Lugar al que acuden
constantemente sus viejos amigos: Klaudia con K, Fernando Noy, Guillermo Angelelli, Seedy
González Paz, entre otros” (pp. 54)

“´Los peinados Yoli, aquellos primeros peinaditos, Doris Night, Peter Pirello, Tino Tinto y Billy
Boedo, los fundadores del vodevil argentino, volvemos a reunirnos después de dos años de yirar
por ahí, cada quien escribiendo su propia historia (…) Para tan importante ocasión presentamos
peinados de Gloria García y los modelos Alberto Díaz y Silvia Siza desfilarán las inefables
creaciones de Charlie Brown. No se archive, publíquese, chau, Pinelas, los esperamos” (pp. 70)

“Es a partir de este año [1985] que la actividad laboral de Batato se torna imposible de seguir
paso a paso por la multitudinaria cadena de trabajos que realizó desde entonces. De ella da cuenta
el Diario profesional que Batato redactó pacientemente durante toda su vida y en el que apuntó, a
veces con minucioso detalle, cada una de sus presentaciones teatrales, sus notas de prensa, sus
trabajos en publicidad o como modelo, su participación en mesas redondas, clases y encuentros”
(pp. 98)

“Como forma de participar del furor de la ´primavera democrática´, intervino el 21 de septiembre


en el Teatrazo organizado por Teatro Abierto” (pp.99)

“Hacia 1989 Batato incluyó en una de sus gacetillas curriculares unas líneas ´autobiográficas´ […]
´Clown-travesti es como me defino, si es que hay que dar idea de algo […] Pero en Cemento y en el
Parakultural fue donde desarrollé esos ¿números, performances? Ni sé cómo llamarlos […] Mis
vestuarios, utilería y cosas son sacadas de la basura, los textos son de Alejandra Pizarnik, y a veces
de Noy, Perlongher, Storni, Laiseca ¿Maestros? […] (pp.100)

“Tan heterogénea y rica como su vida, esta mínima y diversa autobiografía se complementa con
otros textos hallados entre sus papeles para permitirnos comprender cómo Batato pensaba su
producción. Se trata de dos textos muy breves, numerados, que pertenecen a una serie
incompleta en la que el autor de Alfonsina y el mal ensayó una especie de inventario de toda su
obra. En esos textos resuelve la indefinición anterior (´¿Números, performances? Ni sé cómo
llamarlos´) de la siguiente manera […]” (pp. 103)
“Documentales y videos sobre su vida y su teatro; homenajes del campo teatral y cultural;
frecuentes visitas a la televisión; el reconocimiento de la gente en la calle; la diversificación de sus
tareas […] una cantidad infinita de versiones orales sobre su persona, han logrado hoy, que la
imagen de Batato resulte sin duda más fuerte que mientras vivía” (pp.107)

“Su poética del pastiche perdura prolongada o reelaborada, en otros espectáculos actuales (por
ejemplo Gambas Gauchas, con las Gambas al ajillo, con dirección de Helena Tritek, ofrecido en su
memoria). Guillermo Angelelli le dedicó una de las obras más hermosas del nuevo teatro:
Asterión” (pp.108)

“El mito se ha cargado con matices de idealización y leyenda. Es común que hoy se defina a Batato
como ´un ángel´, ´un ser excepcional por su bondad´, ´un santo´. Lo ha dicho María Elena Walsh en
relación a su misteriosa mirada, Carlos Belloso (integrante de Los Melli) lo ratifica con una
anécdota: “En un bar uruguayo de Cabo Polonio, camino al Chui, podía verse hasta hace poco una
foto de Batato haciendo La Carancha en Montevideo. En la instantánea se lo ve elevando las
manos, como un santo. La gente que asiste al bar pregunta siempre quién es ese santo y, para
favorecer su destino, le pone dinero como una ofrenda” (pp.108)

“Siempre se acompañó en escena con accesorios provenientes del mundo de lo infantil o el


cotillón. Explotaba la magia de los vestidos de mal gusto, la bijouterie estrafalaria y los tocados
insólitos. Fabricaba sus propios sombreros y trajes, algunos con simples sábanas o frazadas, otros
con elementos de desecho levantados de las cajas de basura de las calles del Once” (pp. 113)

“Su teatro carecía de escenografía porque, en realidad, se trataba de un teatro corporal, de una
dramaturgia del actor: la escenografía era su cuerpo” (pp. 113)

SGP: “Eran shows. Y la premisa era no documentar, no filmar, no grabar lo que se hacía”

JD: “Eran sucesos de carácter deliberadamente efímero”

JD: “¿Cómo era el vestuario que Batato preparaba para sus shows?”

SGP: “Batato hacía su vestuario con cosas encontradas en la basura. El lo elaboraba. No compraba
nada. Era un vestuario maravilloso. Los vestidos que se ponía para actuar eran regalados o
encontrados. Una vez Batato encontró un montón de papeles arrugados, como de manteca, y se
hizo un vestido gigantesco de papel. Tenía además un cono en la cabeza, también de papel, con un
cuello. Nosotros teníamos una conexión muy rara con la basura. Graciela Mescalina decía: ´Alguna
vez vamos a reinar aunque sea en la basura´. Batato encontraba por Once bolsas gigantes de
perchas y así se hizo el vestuario de Perchas. Después hay un vestido al que él le decía ´Naranja
Fanta´, con una falda larga y una pechera que tiene lunares gigantescos naranjas. Ese vestido era
de Evangelina Salazar, de La sonrisa de mamá, ella se lo dio. Batato heredaba a veces el vestuario
de ciertas obras. Por ejemplo, heredó todo el vestuario de Marathon, la ópera de Pompeyo
Camps. Sus amigas travestis le traían baby dolls o medias. Todo era dado, encontrado y a la vez
cotillonesco. (pp. 152)
SGP: “[…] Algo constante en Batato era que usaba pantalones palazzos enormes para salir a la
calle. Con Fernando Noy los llamábamos ´batatalones´o ´batalones´”.

JD: “¿Batato incluía la historia o la política en sus obras, aparte de La Carancha?”

SGP: “Sí, por ejemplo, en Los perros comen huesos, que ofreció a las Madres de Plaza de Mayo y
que creó un quilombo infernal. Desde entonces, 1985, Batato se hizo muy amigo de las Madres,
especialmente de Hebe de Bonafini. El título de esta obra parece tonto pero proviene de un
poema de Alejandra Pizarnik: ´Los poseídos entre lilas´. Tiene que ver con la muerte: la muerte es
como los perros, porque los perros comen huesos y la muerte también. En ese espectáculo, Batato
daba los nombres de muchos generales y monseñores de la dictadura, escritos en una caja de
pizza” (pp. 153)

SGP: “En el primer homenaje que le dedicó el Rojas, en 1992, se hizo un busto de Batato. A
nosotros, de todas maneras, eso del busto nos choca un poco. Parece como entrar en el
establishment: una persona pasa a ser un busto y un museo. Ayer hablábamos con Alejandro
Urdapilleta y me decía ´A mí no me gusta que usen la palabra museo´. Pero en el fondo está
bien, porque Batato trabajaba con poesía y no hay nada más antiguo, esquemático y académico
que la poesía. Pero Batato tenía siempre algo de quiebre. Cuando iba a votar tenía que ir siempre
a la mesa de los hombres y llegaba con una melena, aros blancos, anteojos blancos…” (pp.155)

JD: “¿Quiénes eran esas viejitas que me mencionaste?” [que estaban en el homenaje]

SGP: “No lo sé. En el homenaje de 1992, una vez terminado, estábamos por subir las cosas a un
flete y estas viejitas que iban frecuentemente a los espectáculos de Batato, quienes una vez le
habían dejado una valija con ropa, dejaron en el Rojas una Virgen blanca, que ahora está en la casa
de Batato. (PP. 155)

SGP: “Era más místico. Hay un viaje que es mitológico: pasamos un día por Palermo y vemos un
graffiti en una estatua que decía ´Batato´, por Malabia y República Árabe Siria, si mal no recuerdo.
Decía ´Batato´ todo en negro. Pero la ´o´ del final tenía el símbolo de la anarquía. El se emocionó
mucho” (pp. 157)

JD: “¿Qué dimensión cobró su figura a partir de su muerte?

HG: “[…] no sé qué producía en la gente que generaba esa devoción y esa especie de ´mito Batato´
que, la verdad, no sé en qué está basado pero no se puede discutir […]” (pp. 168)

JD: “¿Hay un mito Batato?

MJG: “Necesitamos mitificarlo un poco. Sucede que hizo tanto en tan pocos años y murió como
murió: es inevitable que uno lo mitifique.” (pp. 174)

U: “Fue tal la vorágine de cosas que se me hace jodido recordar”

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