You are on page 1of 52
PUNTO ~} = Ae Coe) Ce sth evista de cultura Alo XVIII + Nmero 51 Buenos Aires, abril de 1905 Sumario 1 Héctor Tizén, Juan Carlos Martini, Alan Pauls, Experiencia y lenguaje. I 5 Beats atlo, Experiencia y lenguaje. 11 7 Juan José Saer, Experiencia y lenguaje. It 10 tumna Maria Simon, La ciudadania de pie quebrado 18 Roberto Maurer, Sefal de ajuste 23° Juan Carlos Torre, Mar det Plara, una wopia argentina 25 Oscar Tern, Maridiegui: el destino sudamericano de un moderno extremista = 7 29 Hilda Sabato, La historia en guerra ;Hacia una nueva ortodoxia? 34 Entrevista con E, P. Thompson 38 Richard Sennett, Elextranjero OINNd © Las ilusiraciones de este niimero son grabados de Alfredo Benavidez Bedoya (Buenos Aires, 1951). tapa, detalle de “Tren fantasma”. ynsejo de direccisn: Carlos Altamirano José Asic6 (1931-1991) Adri Gorelik Maria Teresa Grimugtio Juan Carlos Portantiero Hilda Beatriz Sarto Hugs Directora: Beatriz Sarlo Disefio: Estudio Vese Suscripeiones Paises limitrof 40 USS (seis niimeros) Resto del mundo: 30 USS (seis ni Argentina: 24 USS (tres nimeros) 08) ¢ toda su ncia, giros y cheques a nombre de Beatriz Sarlo, Casilla de Correo 39, Sucursal 49, Buenos Aires, Argentina, ‘Teléfono: 381+ Composicidn, armado e impresin: evo Offset, Viel 1444, Buenos a6 Experiencia y lenguaje. 1 ‘Afines de 1994, la editorial Alfaguara organiz6,en el Foro Gand) una serie de paneles sobre narrativa argentina actual: el itimo tavo como tema “Memoria, Ienguaje y exilio”: en él partici iron Alan Pauls, Juan Martini y Héctor Tizén. Lo que se publica son sus intervenciones y as de Beatriz Sarto, que presenté la mesa. Beatriz Sarlo: Me ha tocado moderar este panel integrado por Juan Martini, Héctor Tizén y Alan Pauls. Me permito empezar por Tizén, cuya obra se inicia en 1969 con Fuego en Casabindo, un novelacxirafiaa la forma rioplatense de la literatura argentina, Sc ha dicho mu- chas veces, pensando en la literatura rioptatense, que no ticne contacto con to que Hamamos “literatura latinoame- ricana’. Quizs porque Tizén es de Ju- juy, vive alli y escribe una literatura fuertemente imbricada cnun suclo cu tural regional, su narrativa puede ser Jefda como zona de contacto con la literatura latinoamericana. Esa primera novela, Fuego en Casabindo, tiene un parentesco con Pedro Paramo ycon El ano en llamas, Lo que define ka litera- tura de Tizén es un regionalisme no Alfredo Benavidez Bedoya, Suite del paredén Il (detalle) regionalista, un regionalismo sin pin- toresquismo, sin folklorismo, escrito ‘enum lenguaquenoesel castellano del Rio de Ia Plata: en su lengua hay una misica, algo que pasa a waves de la sintacis, de manera muy leve pero ev dente, un cierta indecisin en el voseo, cen os usos del pretérito, que son ala lengua del sur (el sur, mina Tiz6n a las provine Desde Fuego en Casabindo hastacl ‘Gltimo libro de relatos, El gallo blanco, su literatura se distingoe también por tuna hipdtesis que explica la fundacion de la Argentina sobre la base de un despojo y el gjercicio de una violenci Correlativamente, tiencun vinculo, for- mal € ideolégico, muy fuerte con la Ley: cuestiones de propiedad sobre las tierras, de herencia y de legitimidad de sangre. Ensus relatos, infinitamente, se jjuntan papeles para probar derechos de posesién, derechos de familia, dere- chos histéricos que habeian sido con- culeados. Esia relacién con la ley noes genérica, segin el modo en que toda iecibn tiene ala Ley como presupuesto de la instituci6n de la autoridad y de su transgresién, sino especificaporgue pro- duce los argomentos de Tas tramas fic- cionales, delconflicto entre dos érdenes, el de ka ley del sur, laley moderna. y eldelaley del none, laley tradicional violada por cl despojo. Tiz6n presenta las diferen- texmodalidades hist6ricas de esta rela- cién conflictiva en el marco de una sociedad patrarcal construida sobre otra ‘sociedad indfgena o mestiza. Correlati- vvamente, el honor y la traicién son una ‘causa ausente que mueve Ios hilos del conflicto narrativo. El otro rasgo de la literatura de Tiz6n proviene de su resis lencia a colocarse fuera del escenario regional como espacio de la lengua y de aexperiencia. Muy notablemente, La casa y el viento cs una novela sobre el caxilio que se detiene cuando el futuro exilado va a cruzar las fronteras de la regién y abandonar la patria pensada ‘como lugar de origen. Héctor Tizin: La casa yel viento naci6 con laintencién de recordar eladiésala Patria que es el lugar donde estén ente- mados mis padres, mis abuelos, mis bisabuelos. Elexilio es un vivieal mar- ‘gen, una costumbre de sentirse sin lim- tes, como un hombre incorpéreo, ano- dino, an6nimo y sin biografia. La primera perplejidad que sents, ‘cuando empecé mis primeras paginas, hace yamucho tiempo, fuela de enfren- tare ala pregunta sobre la Tengu de a escritura. Antes de ¢50, yo recuerdo cuando no sabia leer, hasta los nueve aiios no sabia leer, porque la escucla de Yala se habia incendiado ohundido; me ‘avergonzaba y simulaba leer delante de Ia gentc. Lapobre biblioteca, la biblio- teca arbitraria de mi padre, tenia libros que luego segui Ieyendo, come la His- toriadelos errocarritesoun memorial sobre la fitogeografia de la Puna, Cal- der6n de la Barca y Quevedo. Alli no Podia encontrar la respuesta a la cues- tin del lenguaje en el que yo podia escribir. Esa perplejidad pes sobre mé como una hipoteca. Cuando en 1958, or azares de la vida, fui a parar a México, hice un descubrimienio (que, como tododescubrimicnto, tenfa la par- cialidad dc lo obvio). Frecuentando por Fazones aparentemente oficiales el Ins- tituto Indigenista Nacional, presidido por Miguel Leén Portilla, conocfa Rul- fo que trabajabaallf (se mehace que era ‘Rogui). En algén viaje que hicimos por Guadalajara, opor Morelos 0 Guerrero, ‘me animé a contarle que yo era un diplomatico ocasional pero queen rea lidad queria escribir y le hablé de la perplejidad de la lengua, del conflicto centre Ia lenguadel sur, las lenguas de la literaturay mi lengua, Rulfo,quenunca fue un ingenuo, me dijo: “De eso no tienes que cuidarte, tienes que encon- trar Ia esencia del habla de tu propia gente, porque unonuncaescribeecumé- nicamente, s6toet Papa habla ecuméni- camente y habla mal en todos los idio- ‘mas. Un escritor escribe para alguien, para muy pocos, y ese alguien son tus Daisanes”. Yo tenia, entonces, que es ‘cribir en esa lengua, pero tampoco po- diaescribircon las palabras y lasintaxis trasladadas antropoldgicamente de: nifieras indias, sino que debia buscar ese balbuciente vaivén entre el sonido y el sentido del que habla Valery. La otra cuestién que se me impuso es la de la ley y la bisqueda de ta Jegitimacion. Eso tiene que ver con ‘nuestra propia historia: cuandoa raizde tuna decisi6n administrativa se trazaron caprichosamente las fronteras norte del pais, encl tiempode CarlosIll de Espa- fa, y Tuego, d&cadas después, se nos ‘declaroargentinos alos que estébamos alsurdeesa linea abstracta ybolivianos alos queestabanal norte, nunca, nunca, nniantesniahora, las gentesque vivimos al sur de esa tinea fa admitimos como limite, Nosotros pertenecemos en todo alaculturaaltoperuana, Deahtiamarca Jatinoamericana, la presencia del habla de la zona, prostituyendo y enrique Glendo el castellano, ¢ incluso fas acti- tudes, las omisiones, los silencios. Y también la baisqueda sordamente apa sionada de legitimamos. E30 ¢s un be- ‘cho que deja heridas culturales todavia abiertas.Poresola gente delnortcestan litigiosa, Hay unacartaa Giuseppe Ver- Ai, escrita por un hermano suyo desde Jujuy. Este hombre vivia de mala ma- nera, dando clases Ue piano a seftoras; lociertoes que, sobre Jujuy, le dio dos noticias a su hermano: que estaba lle- no de pielestrojas y que la vente ent muy litigiosa, La gente no litiga por gusto, litiga por legitimarse: han per- ido las tierras, Jes hen cambiado fos sistemasde la propiedad, seconvirtioa Jos propietarios comunitarios en cin- dadanos propictarios con et sentido que eso tiene en lainstitucién modema y el cédigo Napoledn, voleado en la medianamente mal eserita dct Id, y nunca se disputa que no tiene tanto que ‘ver con a riqueza, porque son péramon, tierras pobres, barridas por los vicntos, duras, infértles, pero son las ticrras de los mayores. Ese es ef sentido de la bastardia y de la legitimacin que Permanentemente estin buscando mis Paisanos, Beatriz Sarlo: La segunda novela de Alan Pauls, EI cologuio, publicada en 1990, es también una novela muy liti- _giosa pero enun sentido més abstracto: en ella se litiga sobre el sentido de las palabras, sobre la responsabilidad de losactos, sobre laculpaen un asesinato; hay policias. psiquiatras, abogados, pe- riodistas que polemizan sobre las pala- bras y las cosas, Laprimeranovetade Alan Pauls, Et udor del porndgrafo de 1984, tiene Zonas que se tocan, como chispazos, ‘con la dima publicada, Wasabi. Esta bovelaes de lain modo dab oenga- fiosa. Por una parte se lee con una f lida y na velocidad nobles colo. {quio, por el contrario, es un texto que ‘detiene la ectura por medio de un siste- ‘ma complicadisimo de narraciénen po- tencial, un solo pérrafo de principio a fin, en el cual los personajes repiten lo {que han dicho otros personajes con le- Ves Variantes que exigen cotejar las repeticiones; la novela obstaculiza, en ralenti,alatectura. Wasabi,en cambio, invita a entregarse a un flujo de narra- ccidny de peripecias: una novela ‘facil’, donde cada vuelta de pagina eva al lector hacia auclante sin obligario a revisar lo lefdo. Y sin embargo, esta “facitidad’ tiene algo deengafioso: es la novela de un vanguardista que ha dado ‘una vuelta de twerea suplementaria ala “facilidad! de la peripecia. Se sabe que tuno de los principios de la vanguardia ‘esque los contratos deben traicionarse, La traicién del contraio es como la ‘moral de la vanguardia, Por el contra- rio, en Wasabi Pauls cumple en exceso un contrato, EL municipio francés de ‘Saint-Nazaire lo haba becado para que alli escribiera un texto que, de alguna ‘manera, lamés lejana (elpedidoes leve ¥ poco obligativo), tuviera un raswo de esas semanas que Pauls, como otros cescriores, pas6 en la civdad, Un rastro ‘de uni ciudad en un texto que, incluso, puede ser simplemente su pie de pigina su agradecimiento, Alan Pauls cum- pilig ese contrato hasta ol maximo: en lugar de transgredirto, obedeciendo et -gesto pico del vanguandista, se adhie- ‘© por completo a él, espondicndo en exceso: le da una vuelta de tuerea a la transgresiéna través xcesode cum plimientoquelanovela parece ponercn Pero hay més: en un momento en {que la literatura interesante trabaja con el borramicnto del yo del esetitor, alir- mando que la cscritura es precisamente ese borramiento de la biografia y-de ta expresiGndelasubjetividad, Alan Pauls pone se yo con todos sus pormenores ‘Se puede reconocera la mujer de Pauls, sas gustos, su verdadero nombre (la protagonista de la novela leva como nombre el apellido, Tellas, de la mujer de Pauls: Viviana Tellas). AlIf quiero sefialar otra exagerada vucltade teres: tuna restitucién del yo aparentemente plena. En tercer lugar, siendo los dos primeros textos publicados por Pauls novelas que se resisfen a la acumula- ‘cidn de peripecias, en Wasabi sucede sencillamente de todo: robos, golpizas, ascensosy cafdas, viajes, coitos, emba- razos, cclos, comosi la novela apostama de manera fuerte y plena al aconteci- miento, Finalmente. algo muy intere- sante en un escritor de la conciencia critica de Pauls, Wasabi es una novela ‘que tiene un simbolismo fuerte: al per- sonaje le erece, a partir de una verruga fen lanca, un aditamento mas o menos monstruoso y cilindrico que evoca la forma del pene; en el final de la novela, ‘una prostituta se acuesta con el naje haciendo uso erdtico de ese adit mento ilindrieo. Pocas paginas antes, cl personaje acaba de enterarse de que vaaser padre. Ambas lineas:1adel goce con el aditamento y la de la patemidad se juntan (en una coincidencia que pro ‘yoca a la ectura simbiilica) en las Gti- mas paginas de Wasaly ‘Alan Pauls: Tengo un pequefio repeo- ‘che que hacerte. Habicndo sido yo tan escrupuloso en la cantidad de sinéni- mos que usé en Wasabi para designar eso que Hamas el ‘aditamento’, creo que ckegiste el peor. Pero vamos al ccomienzo: es interesante la cuestion de aviolacién de un pacto. Efectivamente ‘esta novela ¢s como ef frato contrahe- cho de un acuerdo respetalo en exoso, Yo habia sido invitado a Saint-Nazaire ‘a pasar dos meses y el ‘pago” (entre ‘comillas, yaque la gente que me invita- ba era realmente de una cortesfa inso- portable y hubiera sido incapay. de 1 «lamar ese pago) consistfa en un texto de veinte 0 veinticinco paginas, cuyo nico requisito era que mantuviera al- ‘guna relacién, sin especificar cual, com cl lugar. Apenas legue, dije que noiba ‘escribir una linea durante esos dos meses la invitacion porque no puedo: escribir cuando viajo: part mi, viajar es ‘como escribir y por lo tanto una de las dos actividades me parece redundante. ‘Cuando volvf aBuenos Aires comencé a sentime en deuda con mis anfitrio- nes, yladcuda crecta de un modo inver- ssamente proporcional al poco énfasis: ‘queellos ponfanenrecordarmela. Pric- ticamente, parecfan haber olvidado que yo tenfa que escribir un texto en pago a Alfredo Benavidez Bedoya, Suite det paredén If (detalte). Iainvitacién y yo, cada vez mds, estaba obsesionado por es¢ texto, El conflicto residfa en que yo jamés habia escrito Titeratura para pagarle nada a nadie Frente a esa complicacién me dije: yaqueestoy ea una situacién que munca habia atravesado antes, voy a hacer algoque tampoco hiceantes y quehasta fue contrario amis principios iterarios, ‘voya trabajarcon Iaexperiencia,con la ‘experiencia vivida por mf en estos dos meses, Y abt se descncadenaron toda clase de problemas: en primer lugar, la obscenidad denombrara los personajes ‘que iban a ser los protagonisias det relito, Estuve naufragandocn eso hasta ‘quelleguéa la conclusién de que tenfan aque llamarse como se llamaban: el pet- sonaje de mi mujer, Viviana tenia que Hamar Tellas, és, Bouthemy, iba a Hamarse Bout- bemy. En ese momento alcancé un ali vio absoluto: nombrar a los personajes porsu nombre propio me absolvia de la obscenidad. Después de eso, tolo ibaa ser un cuento de nifios. Pero no pude trabajar con el material de fa experien- cia hasta que no encontré algo que a mi me ineresara: en un momento me di ‘cuenta de que lo que me interesaba de esa experiencia era la enfermedad. Yo nia, efectivamente, un pequefo quis- te en la base de la nuca y habia hecho, sin resultados, algunas incursiones por Iabomeopatia para salvarme delaciru- fa. Entonces, empect a escribir la his- toria de una deformacion, de una enfer- ‘medad que consistia en cl crecimiento de ese quiste (como, al mismo tiempo, estaba escribiendo un texto demasiado largo para unos anfitsiones que me pe- ‘dian muy poco). Esome permitis traba- jarcon laexperiencia: partir de ladefor- Tmacion ¢ i en busca de una cierta nitidez; parti de un primer paisaje don- dehabfa vivido dos meses, que era casi imeconocible porque estaba desfigura- doporel crecimiento monstrunso de ‘cosas: fui como apartando deformacio- nes accesorias y Hegando a ura especie ide hveso puro de la experiencia. Creo ques cierto que lanovela se lee facil pero tambign toca un territorio de difi- cultad (que est en mis libros anterio- res); es una novela reflexiva sobre la expericneia, en un sentido algo prous- tiano. Aunque esté plagada de aconte- cimientos, a la vez esti lena de aguje- entre las cosas que suceden hay vacfos, amnesias, olvidos. En ese senti- do, Wasabies muchomés lacunaria que El cologuio, cuya consigna es no olvi- dar nada. Wasabi tiene algo asf como lapsos catatnicos que remiten a la di- mensi6n reflexiva de la experiencia y aciena escritura deforme que queria trabajar. Reatriz Sarlo: Juan Martini tiene un bloque de cuatro novelas que me gusta panticolarmente: Composicién de lx gar, de 1984, El fantasma imperfecto, de 1986, La construccién del héroe, de 1989 y El enigma de la realidad, de 1991. Son novelas fuertemente marca- das porla desterntorializacién y el exi- Tio, En 1981, Martini, ya exiliado, pu- blic6 una novela, La vida entera, que no tiene esta marca: la literatura no acompafia siempre ala biografia an de cerca. Pero en este bloque de cuatro Rovelas, ni el narrador ni el personaje central, Minelli, tienen territorio adon- de volver. Minelli es un extranjero, un marciano, que viene de un lado que nadie quiere conocer. El resto Ge los personajes se mueven alrededor de Mi- nelli sin preocuparse por ese lugar de donde ét ha legado; incluso alguno de ellos, como Fabrizio, siente repugnan- la por lo argentino que Minelli evoca. Se wata de un personaje a la deriva, totalmente fuerade territorio, y lasrela- lar! y la valoraci6n 0 percepci6n subje- tiva de los acontecimientos, en distin tos niveles de la concicncia. La forma coloquial contribuye a marcat la subje~ tividad: “A mi modo de ver", “El resul- tado de mis investigaciones”, “Je ne suis detrompé que d'hict™. Ea la nove- Ja,el procedimicnto epistolarse vuelve bastante flexible como para abarcar to- dos los niveles de la conciencia, desde tas construcciones Kgicas mis cohe- rentes hasta ¢l monGlogo interior. Si bien, por ejemplo, Miss Lonelyhearts, de Nathanael West, no es propiamente tuna novela epistolar, las cartas inclu {das en ella tienen enorme importancia y,como corresponde a todo Iextocseri- tosin mediaci6n racional considerable, cl resultado es una redacci6n que © parece mucho al fluir de la conciencia. ‘Lavalidez del procedimientoestriba cn ‘que los corresponsales hanescritoen un estado de opresién animica demasiado ‘grande como para controlar fa fluidez de sus iméigenes y de sus emociones. Entre estos extremos pueden detectarse todos los matices, Caben tumbién otras distinciones, Una de cllas es la siguiente: las cartas que pertenccen ia literatura pueden tenet dos tipos de valor, uno puramente bio~ grafico y otro literario. Cuando no han sido escritas con intencién netamente literaria, hay muchasrazones paracrect {que van cobrando interés para la litera- turt cuando mayor conciencia de su ‘condicion de escritor tiene quien las redacta Curiosamente, estas Cartassue~ len parecerse més a los epistolarios filos6ficos que aios literarios. Su autor se propone profundidad; de este modo, trabaja con las ieas més gencrales y para eso se vale de las formas més simples. Sin embargo, si queremos co- nocer verdadcramente fas ideas de un cescritor (no las que escribe conciente- mente para ganarse ka consideracién del lector), mas vale atenernos a su comrespondencia ocasional. Nos dicen ‘més sobre fa moral de Quevedo la carta XII, en la que informa a duque de ‘Osuna que laostentacién de una letrade treinta mil reales ha puesto prictica- mente ala corteasus pies —texto lleno de desprecio y de una suerte de evoca- ‘ci6n sidica—, oa carta XVII, al con- de-duque de Olivares, en laque aconseja _quemar discretamente ysinceremoniasa los herejes para impedirles laapotcosis y las veniajas politicas del martirio pabli- co, que sus epistolas finales, en las que, ‘viejo yencarcelado, alabaal Portico ya su “filosofia varonil”. A menudo la moral explicita de un autor no pasa de proyecto, y cumple en cl conjunto de su ‘obra una funcién més bien estética. ¥ a veces, también, para cl observador de- simteresado,muestra algunas fisuras por fas que sale a fa luz la moralidad real {que se oculta detrs del proyecto. Hay también poesfaen forma de carta. Exactunente igual que en la novela, en poesia el procedimiento tiene un uso ‘variado; se supone la existencia de un ‘corresponsal, se emplean la narracion, Tareflexi6n, ya veces también la forma exhortativa, No obstante el uso conti- rnuo de Ia primera persona, ta pocsfa epistolar difierede a lirica. En la poesia liricalaexperiencia, por llamarlaast, va vvivigndose a medida que el poema ere- ‘ce; hay una suerte de identidad ontol6~ gica entre la experiencia y el poema: ‘son la misma cosa. En la poesia episto- arse quiere que la expericneia yahaya pasado o bien que haya una distancia centre lacxperienciay la palabra, distan- cin que se pone en evidencia por el uso ‘de la narraci6n o de la deseripeiéa, Esa distancia disminuye en el decurso del ‘poema, cn algunos casos, pero la fusion no llega a ser verdaderamente lini iplos: “The River-merchant’s a Letter”, de Fara Pound. y la “Letteraallamadre”, de Salvatore Qua simodo. En el primero, la carta sirve como pretexto para que el personaje, la ‘mujer del comerciante, recucrie paso a paso su vida, Enciertos versos, hacia el final, ef recuerdo se mezcla a descos y ‘sensaciones que dan laattmnésferade un mondlogo interior, “The leaves fall early this autumn, in ‘wind “The paired butterflies are already yellow with August ‘over the grass in the West Garden: “They burt me. I grow older.” En cl sltimo verso, la experiencia es ‘coniemporiinea de la expresion pero, diferencia de la poesia Mirica, la pa- Jabra quiere ser un equivalente de la experiencia y no constituye con ella tuna unidad que parte més bien de la palabra y noa la inversa. En el pocma de Quasimodo, la mezcla de descrip- in, cologuio y narracién, sufre hacia 1 final una interferencia brusca de la emocion: “Ab, gentile morte ‘non tocare Iorologio in cucina che hatte sopra il muro.” EI asalto emocional disminuye Inego cen los verses ulteriores para retomar, por Gltimo, en la despedida, el tono Figurosamente epistolar, Prucba de la variedad delprocedimiento—variedad, es necesario repetirlo, que tiende a in- ccoxporar Iaexpresi6nen primera perso- nade los distintos nivelesde laconcien- cia— es oro poema de Quasimodo, “Lettera”. El pocma, dirigido una mujer, no es més que el pretexto para incorporar una reflexi6n central: “Lavi non é inquesto tremendo, cupe, battere del cuore, non é piet, non € pt ‘che un gioco del sangve dove la morte in fon, Elprocedimientoepistolarticne, por Jo tanto, estructuras precisas y un mar- gen de oscilaci6n perfectamente limita- do. Su eleceiéin no puede ser arbitraria. Quienes lo coneiben como un género, retenderin que sus posibilidades de Ulilizaciin son infinitas. No es asf. En cierto modo, también la poesia y la novela son procedimientos, Pero eso queda para otra vez |. Puede dase el caso de wna cata eseita primera persona del plural. No tengo, si embar Fo pecsente ningia crap, Las formas mis ‘rercates son la peti, la declracion 0 el tnanifieno. De ete miolo, no se bari mis que trast. pistolarmente un sist pragiitiso fo teéeicn. Al igual que ea la cara flosiica, el Drocedimieato seré simple. Por cra part's filoofia, x su tentaiva de formar lyes geme> tales se quetri.asf mig la prope node 1 Yo" sno de un “nosotros” La ciudadania de pie quebrado Jumna Maria Simon {Compromiso poético, oportunismo, repeticién del artficio 0 simplicidad con: descendiente? ; Prueba de que todavia es posible unir vanguardia e: politica 0 persecucién anacrénica de una sinte ? El debate se abrié, en Brasil, « propdsito del poema militante escrito por Haroldo de Campos para la tiltima ca aparecida en la revista del Partido de los Trabajadores, Se discute tan poco acerca de poesfa en cl Brasil, que parece absurdo qu ‘guien haga pablicasu aversion haci oema que expresa una adhesiéa sim- Piéitica al candidato del PT para las clec- cones presidcnciales, lo cual, evide temente, mereceriamésunacelebraciGn ue cualquier erftica, En verdad, me causwon inésindignacién los increi \érminos del clogio hecho al poema pana electoral. Traducida por Ada Solari, publicamos una inervencién oria e Debate. luna reseiia recientemente publicada (Ivan Teixeira: “Haroldo de Campos, antista de lo probable”, en: Cultura, O Estado de Sao Paulo, 20/8/1994) que el Primarismo poéticoe ideoldgico de “Por uum Brasil-Cidada0" aparecidoen la Fol- shade Sdo Paulo (3/1/1994), debidoaque no somprende en absoluto encontrar for- mas de expresion de ese tipo en la pro- duccién reciente de Haroldo de Campos. Alfredo Benavides Bedoya, Suite del aredén I (detalle) 1 poema fue escrito para ser divul- ‘gadocomo parte del material de campa fiadel PT. a pedidode Sergio Mamberti (Coondinador de la comisién de anistas ‘en apoyo a la candidatura de Lula). {Qué pudo haber motivado al poe! araaceptar la cneomictda y realizarla a ticmpo? Es evidente gue el pretexto cteativo y laactitud politicano desauto- rizan; més bienlo contrario. Sobretodo ipos de conservadurismo como 1 nuestro, cuando la poesta de inspira- cidn y conviceién politicas, si no est totalmente desmoralizada, Pod s que alguien se decida a poetizar en tomode sus preferencias politics, aun cuando momentéineas, es en sf mismo tun acontecimiento; més todavia cuan- dosetratade unpoeta cosmopolita. que vio muchas cosas en este mundo (Kase “Meninos eu vi", en: Os melhores poe- mas de Haroldo de Canpos. Global, 1992), poligiot, intimode actricesglo- bales y popstars, traductor de ta Biblia y de Severo Sarduy, y sobre todo, cl Vanguardista ms. indiscutiblemente Puntual de nuestra literatura, ;Por qué raz6n el poeta no podria imponerse un tema, o partir de cualquier asunto, para realizar su trabajo artistico? En defini tiva, los temas considerados indignos de la poesia pura o sublimante —los temasde la vidade los hombres —fue- ron objeto de Ios mayores poetas cono- cidos, en todos los tiempos y lugares, En este sentido, tiendo a acordar con el Joao Cabral de os afios 50 cuando afirmaba, acerca de la profesional: cidn del escritor y la comunicabitidad de la poesta modema, que el precon- cepto de los poctas hacia el encargo erivaba no de la bajeza posible. fa banalidad o el prosafsmo de los temas propuestos, sino de un cietodesprecio por la raz6n y por la actividad intelee- tual, desprecio proveniente de la acep- tacion eGmoda de que cl hombre-nada puede hacer por sf mismo. Por cierto, no hay que esperar que Haroldo de Campos, ex todo pero siempre poeta, suscriba boy los principios de raciona- lidad y construccién del trabajo artist co en los términos defendidos por et poeta de Agrestes. S6lo por motivos inesperados, alguien que vive pulsando latecladela “raz6nantropotigica”, del descentramiento, en contra del 1ogo- centrismo, podria llevar a cabo el en ‘cargo efectuado por un petista cn nom- bre de la raz6n y la buena conciencia politica. Si respondi6 al pedido es por- {que tiene una concepei6n posvanguar- sista y posmoderna tanto dela interven- cién poética como del compromiso politico: esto permite, ademas, hacerse una idea de cémo cvolucion6 el idcario ‘constructivo de la poesia brasilefia des- de 1945 enadelane, hasta llegar a “Por um Brasil-Cidadio”. De cualquier modo, Haroldo de Campos hizo un poema para Lula, y centr6 cn la campatia del PT inspirado por el “compromiso politico de Maia- kovsky”, como él mismo hacealardeen eltextoque acompafia la publicacion de 1a poesta, cuyo tono estratégico repite Jas mismas palabras del “salto part pante” de la inmaculada poesia concre ta durante los idus del pre- 64. Si eso significaba, entonces, wna enorme con- cesién que: la poesta pretendidamente mis elevada, pura y radical hacia a los imperativos impuros del momento his térico, cuyas tensiones politicas y so- ciales exigian sacrificios por parte del antsta, yo obligaban a tomar posicién y aalterar sus planes, hoy,en 1994, el vanguardista consagrado puede convo- cara los eflectores de lox mass-media para acompafiar la entrega de su encar- go. {Nada cambis? La diferencia con- siste en que, en aquellos afos, a discu- sién se trababa por medio de _manifiestos, propuestas y polémicasin- flamadas —una verdadera batalla de potticas—, en cvyasideascada tenden- cia, a su modo, crefa, y delos cuales se ‘esperaban transformaciones sociales y culturales decisivas para el pats. Pero hoy, qué queda? Como profesora de literatura que estudia exe periodo, no puedo dejar de recordar que, en esos afios, Haroldo de Campos expresé en tun poema las perplejidades del poeta puro y esteticisia frente a la necesidad hist6rica de acci6n politica en los mol- des proporciorados por Ia izquierda “oficial dela época, “Servidio de passa- gem” (1961) definta bien la mala con- ciencia del intelectual burgués, culto y ‘ajenoa la politica, que debfa abandonar sus panoplias, sus (rminos raros, su refinamicnto anificial, parasolidarizar- se con la lucha por las reformas estruc- | Por um Brasil-Cidadio ‘como um mais dois so tres vai dar lula desta vez ‘quem quer terra | vai ter terra ‘quem tem fome vai ter po ‘o brasil vai ficar sério ceadeia para o ladrao ‘emprego para quem sua adcus meninos de rua ‘lo ter saide y Tigo: (© brasil vai ficar sério vai sair da contramio de um metalirgico vem esta operagao cinirgica tirar da UT?! srande niagio— que o latifiindio estrangula mas que gragats ao lufs Tula vai virar pafs-cidatio ‘como um mais dois sio tes vai dar lula desta vez ¢ {4 no primeiro tumo pois @ povo é bomaluno ‘eno suordiumo ¢ notumno aprendeu sua ligo | como um mais dois sto es vai dar lula desta vez lula Totals lui no vote em vio: vote em lula por um brasil-cidadio turales, De este modo ingresaba en el reino de la poesfa pura, de forma mo- desta, lareferenciaa lamiseria,al traba- joexplotado y al hambre, en suma, Ia referencia al subdesurollo brasilefio, enel que el azul noes puro, las metéfo- ras ng son reales y la poesia es poca. Se trataba, apenas, de la inserci6n (provi- soria 0 no; ls lectores pueden sacar su conclusién) del espacio de la Historia enelesteticismo ms abstruso. Sin du- da, fue un verdadero acontecimiento en €l Brasil, porque el curso del proceso politico empujaba a los escritores a actuar mas alld de sus motivaciones y rmitologias privadas. Si habia alginmé- Fito personal, éste no se restringfa al Por un Brasil-Ciudadano ‘como uno més dos son tres ‘yaa ganar lula esta vez quien quiere ticera tended tierra quien tiene hambre vva a tener pan brasil se volverd serio la cércel pora el ladrén campleo para quien trabaje ‘no mas chicos de la calle tendrén salud y educacion: brasil se volverd serio saldré de la contusion aque sacar de la UTT ta gran nacia— que cl latifundio estrangula pero gracias al luis lula se volver pais-ciudadano como uno mas dos son tres vaa ganar lula esta vez y ya en el primer turno pues el pueblo es bucn alumno cen cl sudor diumo y nocturne aprendié bien su lecciGn ‘como uno més dos son tres. | yaa ganar lula esta vez Jolalé lulalé lulalé no vote en vano: vote lula por un brasil-ciudadano 1, Unidad de Terapia Intensiva, ul Ambito narcisistico de la creacién, una ‘yezque la urgencia de los bechossobre- pasabacl impulso personal de creaciGn. Hoy en dia, (qué energias profunda Hevaron al vanguardista de los mas media y los salones a homenajear al ‘eandidlato del PT tan tonoramente? Treinta afios después, el compromi- soeiectoral con el candidato pelistaest ‘amparado por justificaciones y explica- ciones idénticas a tas de tos aflos 60: “Por um Brasil-Cidadao" es unaconce- siénal momento politico, pero no s fica, de ningin modo, una renuncia a Jos principios de la experimentacién poética a los que el poeta dice ma il. Si es posible que ct escritor repita cl mismo comportamiento de su juventud cs porque, veneido de que la pol Jos mismos deentonces, y de que puede Airigirse a la intelligentsia y al pueblo desde loalto de su cdtedra, como sinada hubiese sucedido. Esto lo corrobora el hecho de que otra vez se recurra a I ideas, los recursos y los artificios auto- sizados por el poeta revolucion oficial de todos: Mainkovsk puede ha 3 tun nombre ilustre, bolchevique 0 no, como si se estaviera pidiendo disculpas a los lectores por el pecadillo petista que se esté cometiendo? Si el maestro es Maiakovsky, vaya- mos C1. El pocta cubotuturista enten- ia Ia encomienda como un encargo social, destinado a enfrentar “un pro- blema cuya solucién esconcebible tni- DIARIO DE POESIA i N® 33 / Otohode 1995 Dossier: poesia francesa a Resultados del Primer Concurso Hispanoamericano de “Diario de Poesia” | Debate: La crisis de las vang Bool roller ey ‘camente por medio de una obra poéti- Ta cual deberia expresar una con- ncia clira del objetivoa aleanzar por aclase social interesada.n lacuestiGn, objetivo de Haroldo de Campos es antes queapoyar Lula y colaborar con 1a vietoria del candidato, erear consi nas (posticas o no) que puedan ser gri- tadas a “pleno pulmén” en los actos y marchas. Al fin de cuentas, :no es hoy el PT el partido politico que elevé el nivel y laseriedad de a politica brasile- fia, como sefialé recientemente el in- sospechable Mangabeira Uber? ;Y¥ no lideraba Luli las encuestas en el mo- ‘mento enque se solicit6 el encargo? Por Jo tanto, era la hora usta para represen- que el excritor, al conguistar una au- dicncia inesperada, se regocijase con el éxito popular de su creacién. La cues- tin también puede ser vista desde otra perspectiva, como nos sugiere, sin nin- Gn puder, Ivan Teixeira: “Debe ser tuna conquista parauna cumpana contar con el apoyo de un poeta como Haro} do, cuyo proyecto es uno de los mas rigurososy coher el Brasil", Mas alld de la adula estd insinuando que es maravilloso que tun partido de gente primariacuente con tun poeta tan enue ricdad, idoncidad y coher alla de 1a poesia y la ideologia, darn tuna buena lecciGnal petismo, {Noe te hoy ninguna decisi6n hist6rica en la wardias | etual Sa ELT) Ceara) Te oan | Revista de cultura sociali ter y por la que valga la pena luchar? Quien hace arte politico actita en fun- ccidn de los intereses individuales mas inconfesables, 0 bien para masajear el ego, si es que lo tiene, De hecho, en 1994, los partidos brasilefios reclutan, cen la iequicrda y en ta derecha, sus artistas, sus marketineros, sus publici- tarios. Tanto mejor si los primeros pue- den mostrar sus eredenciales vanguar- distas Eneste sentido, no hay que dejar de lado la frangueza de las considerac nes de Ivan Teixeira, cuya resefta cito: “La otra cara de “Por um Brasil-Ci ado" es la del texto en cuanto ejerci iode provocacién. Desde esa perspec- tiva, el poema adguiere si se lo lee como una manifestacion singular det programa general del poe- ta. En efecto, se trata de un gesto que resulta del concepto de arte como bi quedade lo imprevisto, Habicndo prac- ticado principalmente una poesfa her- mética ¢ intelectualizada —destinada, especial, a keetores con experiencia cn la mejor tradiciGn de ta po versal—, Haroldo escribi6, en los alt: mos tiempos, poemas delectura clara y comusicativa, Asi lamejor: tea ‘Por um Brasil-Cidadio" es la de cconsiderario una depuraciOn de una de las vertientes de 1a poesia haroldiana [No obstante, se trata de un poema refinalo, Su estructura simple se basa cen Fa enumeraciOn de versos-formulas, [pero renovados con sutilezas soneras y Wicticas. como las queresuenanen Ia iia desde los ro- titudfren- E120 de abril | aparece el N°42, Otoito de 1995. 3$ | Bmé. Mitre 2094 - 1° p, (1089) Czpital - Tel: 959-1581 ido al lector que se detenga en las palabras citadas: la adbesién politicaes. interpretada como un ejercicio de pro- vocacién, el que, a su vez, constituiria un desdoblamicnto del programa gene. ral del pocta. Para el resefiado es tan itrisorio cl significado historico de esta cleccidn que, por eso mismo, vale més cl gusto por lo imprevisto, arma tradi cionalde la vanguardia, que el pretexto delencargopolitico. Loimportante aqui es la provocacién: el pocta, transgresor ‘emérito, escribe un poema politico co- ‘mo quien no se subordina a nada, para reafimmar que esté por cncima de las reglas v para sorprender a sus lectores hhabituales, desiruyendo la reitera donde quiera que se encuentre, Al con trario de todo lo que se diga acerca del poema, hay que considerarlo sobre w- {do como una estratagema; es inconce- bible que un poeta tan culto haga un texto tan aimple, pero si es simple ex porque es culto, y més que culto es, ‘Principalmente, refinado: esttinscripto cen la mejor tradicién de la poesfa luso- brasilefia y en la propia obra del autor. {Por qué un poema para ser buenonece- Sita ser refinado? ;Por qué no puede ser simple, diddctico, comprometido ¢ in cluso ingenuo? Ejemplos en la litera- ‘ura no faltan; sin embargo, el rese- ‘hador sugiere quc cl pocta necesita lisonjear a la comunidad de lectores calificados, la comunidad de su cora- ‘760, con la referencia a Maiakovsky. la declaracién de total coberencia y el rOtulodel experimentalismo, los cuales estén enel centro del pocma, miss que el significado politico que pueda tener. St cl pocma tiene un lenguaje claro y co- ‘municativoesparaengaiiara los bobos, ‘euyos deseos son atendidos y sus Sue- ‘hos realizados: porque losexpertos,ellos sf son capaces de leerlo como un texto sofisticado, como una verdadera ex] icin de téenicas, procedimientos y demés. Por diimo, Haroldo de Campos ‘es. poeta riguroso y coherente en un grado tal que, cuando hace 1o puesto de lo que siempre hace, sabe wansmu- tar lo simpl6n en algorefinado, en don- de resuena la poesia desde los trova- dors. Jamés se le ocurisia admitir al resefiador que un artista colabore, sin pretensiones 0 de forma comprome- tida, con una campaha politica, es- cribiendo refranes simples pero efica- ces, Vale Ja pena meditar sobre este punto. De acuerdo con cl razonamiento de Teixeira, 1 gran poeta, desde su pedes- tal, subvierte la vulgaridad de la politi- cay demuestra, una vez mds, lacalidad de su tenia vanguandista. El lector puede juzgar las palabras de alabanzac Los que creen en las transformaciones inmediatas de Lula deben haber visto ‘en cl poema una profeefa apasionadst y mesidnica, junto a la reconfortante hi- pétesis desisinminenterealizacin. Mas ‘atin, deacuerdoconesalineaderazona- micnto, hubo Tectores (y éstos se mani- festaron a través de la prensa) que ronenel poema ia expresidn equivocada delasexpectativas delpocta. Aun cuan- do fuera aumisible, ésta es a menos esperada de las lecturas, Pues, prove ie de personas cullas, no co Taidea de que la poesia comprometida, segtin la tcoriz6 Maiakovsky, debe sim- plificar la materia para intensificar su penetracién. No tiene en cuenta, ade~ ‘is, el principio elemental del fingi- miento poGtico”. En otras palabras: la poética pessoana del “pocta fingidor”, hasta entonces entendida como una comprobacién de que la poesfa moder ‘na habia conquistado su autonomfa, al no confundirse con la esfera de a sub- jetividad y la psicologfa individual y, por lo tanto, al quedar liberada de los ‘condicionamientos de la vida diaria, es convertidaasi —porprimera vez, hasta donde yo sepa— en la justitificacién {del oportunismo postico. ¢EI poeta po- Iitico es también un fingidor? {Hay conyicciOnen laapuesta pottico-polt ‘ca de Haroldo de Campos 0 la poesia politica cs siempre fingida? La suge- renciaes tan osada que me Hews a mirar con otros ojosel pasado: el gran salto de la poesfa concreta, ;no habe sido tum- bign un fingimiento? El poeta-provoca- dor, imbuido de laestética de lo impre~ visto, puede cambiar de méiscara a dicstra y siniestra, con Ia libertad de practicar todas las formas de mistifica- ciGn, perogambeteando siempre a todo el mundo con sus actitudes posticas, politicas y mercadol6gicas. ‘Al identificar ea el pocma pro PT una gran realizaciOnde Haroldode Camm pos, Teixeira asume un punto de vista pertinente y actual, a su vez bastante cinico y desencantado, que legitima ‘cualquier tipo de mistificacién practi- cada por un escritor. Amparado en la tworfa del fingimiento, se sustrac dela discusi6n acerea dela materia formula- da posticamemnte en “Por um Brasil Cidad0" y puede pasar por alto fo que ‘esté en juego en el poema y en el esce~ nario en el que aparece. Como tengo ‘tro punto de vista, y no quiero prescin- dir de la forma como realizacién del sentido poético, preficro detenerme en logue cl pocma dice, Pero como sé que, ‘enel Brasil, los problemas Gticos estén devaluados, no s6lo en la politica sino también en la cultura y en la vida inte- fectual, seria un despropésito indagar acerca de las convicciones politicas de uunpoemade este tipo, cuyaintenciGnes tomamosa todos por sorpresa. Recuer- do que encl mismo aniculode la Fotha de Sao Paulo, el maestro de la provoca- cin da aentender que no cree en nada de 1o que pregona en su poema (jser ésta su provocacion?): ni enel candida- toquealaba, nien su programa politico, ni, menos todavia, cn las ideas del PT. De ese modo se protege de cualquier falla que. por acaso, esté cometiendo la profeciaclectoral de su panegitico, pues- toque laincursiénene! poemapolitico- panfletario, asf como no implica una renuncia a los principios de la experi- ‘mentacién estética, tampoco significa ‘una adhesién partidaria incondicional, Diceasé: “No pertenezconipertenecert al PT porque creo que el intelectual Uebe ser independicnic. Acuerdo con Tas actuales propuestas de un socialis~ mo democritico, pero tengo divergen- cias con los senores chiftasdel partido” (estas palabras fueron afinmadas en el iasio ydebidamente subrayadas con a dectaracién del voto por Brizola en el primertumnode las elecciones de 1989). En lugarde unadeclaraci6n de simpatia ‘oconfianzaen la transformacién politi- ca lominimo que se puede exigirenun ‘caso como éste), 1 ciudadano repite la ‘cantinelade los conservadores para des- tacar que no traiciona sv arte en las jtuaciones mas adversas. ;Tan excep- jonal es su independencia intelectual {que hasta un encargo publicitario le da ‘un pretexto para reafirmar Ja fe en la stad de creaciGn! Seal, ape- ras, que quien se sobreestima ante los medios, puede ya haberse rebajado 14 Es necesario prestar un pocomds de atencién al poema porque esto echara, or cierto, nueva luz. sobre las cuestio- ‘hes que nos preocupan. Leer el texto en vor. alta, varias vveces, en tonos diferentes, pero obede- ciendo a su pulso ritmico, es una expe- Fiencia curiosa y, segin algunos, cerca- na a la risa, La cadencia sincopada, sobrecargada de acentos fuertes y mo- ‘notonos, apoyada en la rima en “ao” y Puntuada basicamemte por la redondi- a, con ciertos trucos y licencia, invo- ‘ca tanto el tono efvieo-celebratorio de la declamacién adormada con tipicas ‘gesticulaciones de brazos como grito cearacteristico de la euforia de los slo- gans que animan las manifestaciones Politicas. Los versos martillan en la cabeza sicmpre la misma cosa hasta Hegar al fluido encantamiento del “lu- lalé lulalé Tulalé” (tarareado), que es interrumpido por el didactismo caver- ‘nose del distico final. EI dltimo verso Fetomael titulo ylacantinelarecomien- za. Obsérvesecémo la quebradura de la linea més larga y melédica de la can- cidn petista exige un cambio de tono y ritmo para darimpostacién solemne ala ‘banalidad del broche de oro: “no vote em vao; vote em lulaipor um brasil- idad30", La puntuacién, al imponer ‘una pausa fuerte en el medio del primer verso, quicbra idcolégicamente la re- dondilla en dos oraciones con fuerza de slogan. La pausa en la palabra “v3o™ acenida el peso de Ia rima interna con “cidadio", y cl “ao”, pedal f6nico del poema, enlaza sonidos y sentidos, a la ‘manera de los versos de Violde de Rua. Los recursos convencionales de composicin, fundidos con el suctto de Ja estructura verbi-fonico-visual, estin al servicio de frases asentivas, ficiles y rimarias, cuyo sentido unfvoco es jus- tificar la certeza del estribillo: va a ganar Lula en las elecciones del 94 (Cvaidar Lula desta vez"). Con el obje- tivo de mistificar la candidatura del PT, Haroido de Campos esta dispuesto a twaficar’ On todas lasesperanzas: “quem quer terra/vai ter terra”, “quem tem fomeNvai ter pao”, “adeus meninos de ua"; en summa, cl pafs serd moralizado, lareforma agraria seré hecha, el Brasil seré integrado en el sistema mundial, elcétera, Son prometidos, ademas del paraiso en la tierra, tods los cambios eestructurales que nunca nubo, y que las elites dirigentes estin siempre prepara- das paraliquidar (se trata de una misti- ficacién idéntica ala de Collor en 1989 ¥ que fue oportunamente denunciada por el PT), En otras palabras: arrogin- dose la maxima libertad de espiritu, ademas de su condicién de ave de paso Petista, el pocta ofrece al partido todo quello que no condice con su préctica politica y que, porcierto, debe parecer, Jos ojos de la militancia, como un Certificado de atraso, Un intelectual sim- patizante del PT preguntaria, antes que nada y sin ninguna afectacion: ‘hacer una campafia honesta, sin mentir yysin falsear respecto de las condiciones reales del cambio que la victoria de un candidato progresista podria causar, Mis todavia, el mesianismo no inco- ‘moda a Haroldo de Campos porque él ‘no acti ni como artista, ni como inte- lectua -r.como dice el resefiador, ¢s una “compilacidn esté- tica de las ideas dol PT", expresada de “manera fécil y no problematizadora” (en este punto Ivan Teixcira revela sa referencia por el arte comercial, cuya vocacién critica es cero, aczrtando al identificar la vanguardia contempord: nea con este arte), Una vez que el co- mercialismo y el facilismo pesan sobre todo, s6lo le restan al poeta yal intclec- ‘wal el espacio publicitario, en el cual Jas apuestas politicas y artisticas son rebajadas al juego del marketing (en el presente caso, Zesto es 10 que se en- tiende como margen de imprevisto y fingimieno?). Asi, com algén esfuerzo de ariuné- fica y una rima ficil —"como um mais dois sio tésvai dar lula desta vez"— se pueden ganar las eleeciones, Y todo vaa salir bien en el Brasil. En ste distico, estribillo del poema, hay tna certeza elemental. imefutable, que “descactaniza” (“como dois e dois so cinco")' toda la complejidad poética ue pueda haber en una suma. El pro- lemaconsisteen hacer un razonamicn- to de este tipo con fines electorales y situar la moralizacién del pais la refor- mma agraria, la garantia de una calidad bisica de vida, el recomienzo del desa- rrollo, en la misma relacién de para. lelismo. Como leetores. de Jakobson, nunca olvidamos la fuerza que el para- Ielismo tiene en ta configuracién del sentido del poema y, porlo tanto, resul- tapalpable el menosprecio por lacultu- a politica del elector. En las dos prime- ‘as estrofas, la construcci6n sintictica insise en afirmar con todas las letras que aa ganarlula graciasa unasuma, ‘que la reforma agraria ser4 hecha por quien lo desce, que el Brasil va a des- ‘mentir la frasede De Gaulle. Se trata de previsiones que el pocta garantiza, con Su profetismo 0 su autoridad intelec- ‘wal, sin meditaren la madeja de proble~ ‘mas que cada una de ellas envaclve. Observemos la banalidad de ta imagen dela “contramano” en quel paisentré: la década penlida, el colapso de los Proyectos de desarrollo, ta crisis politi- ca son tratades como si fueran una celeccién voluntaria de quien estacioné el auio en el lugar prohibido. Con un simple “adiés” roméntico, a la manera de Goncalves Dias, la miserable situa- cin de los chicos de la calle se soluci na. Exhortaciones magicas conjuranlos males de la “gran naci6n”. Fuera ka iseria, fuera el hambre, fuera el lati- fundio, tucra et desempleo, porque el Mesias ext Megando —debidamente anunciado con un hipérbaton erudito ue sitda su licgada al final del verso y su accion quirirgica en un enjambe- ‘ment audw (“de win metalirgico vem! cesta operagio einirgica/que vai tirar da UTI/obrasil-grandenagdo—"). Elefee- toesel siguiente: la fuerza del vaticinio se acentia con la oposicién “vai/vem con Ia trillada metéfora enfermedad! cura, con el triunfalismo desprolijo de laaposicién y por la sorpresa de que el agentede la transformacion sea unobre- ro, Lapreferencia por unrazonamiento simplificado, al gusto de la aritmética del “um mais dois”, elimina de la for- ‘mulaci6n verbal de las redondillas toda 1a gracia y el humor que los contrsstes absurdos y jocosos erean en ta poesia Popular. En lugar de la alegrfa causada or Ia satisfaccién de un deseo, nos encontramos con 1a austeridad de un ‘esquema poco imaginativo. En favor de Ja métrica y la ima, y abt viene un tal “luis lula”, para destacar, incluso reve- Jando fa falta de familiaridad con el 1, La autora hace referencia a Cactano Veloro. “Como 2 die dic io uc" (N dela) candidato Luis Indcio, elefecto sonore articulo reciente de Augusto dc Cam- a té (paronomasia). Fstaforma deinterven- pos: “Invengopottica escapade morte m ‘Gon del “anunciado” que viene para precoce”,en: 0 EstadodeSdo Paulo,4/ los tiempos de salvar a la patria contraria, segin creo, 9/1993), Debido a su cond Tosprincipiosdefendidosporel PT por. neromecinico,Lulaposee lacienciade —eficiencia de 1a UTI reside en el hecho ‘que los rebaja a términos person lamaquin deer una sigla publicitaria, cuyas ma- yearisméticos. Otrodisparatees consutomo, yestéast.enionces, peepa- yésculas constituyen el tinico énfasis endel obreo presentada enel poemt ado paracjecuiar,con la“ mayor dbje- visual del poema, Se atade WiBteTO ma eadejula "metaldrgicoirirg® vidal", Ia cirugia que va a sacar al podtico queno consigue ocular cl gu cea” (de inspiracion maiako Brasil de la UTI (Unidad de Terapia toantiguo por las siglas —si el mundo nael poeta enel diario) Intensiva). (“El obrero quiere un poe- entra en una sigla, todo est resuelto falidades del candidato, ma racional, que le ensehe a actuar ‘Alo largodel texto,elmayormales- su confiabilidad y eficiencia polit pensar, fa la miquin es provocado por la idea del Brasil asocia obrero y ciencia a la manct porque, Cidadio que surge gracias a la prodi ideario cientifico-tecnol6gico divulge célebre pasajade la Teoria da poesia ntercesién de Lula. Laciudadanta ddo siempre por la poesfa concreta (ide-concreta, el “obrero ama a maquina”) mna concesion de derechos hecha por sear eado una vex més on un Por cierto, Ia idealizacién del obrero y el Esperado. Con todo, a través del remite al imaginario de la scin y Ia industrializaci6n de ‘construccién del s0- cialismo en un solo pais’ Alfredo Benavidez Bedoya, Caracol, Homenaje « Mas) 16 esfuerzo de organizacion y moviliza- ‘ci6n que la sociedad brasilefia esti rea- lizando, al margen de la falencia del Estado y del clientelismo, quien habla de ciudadanfa est luchando, en forma activa, por derechos, por el cumpli- miento de la ley, por el perfecciona- ‘miento de las instituciones, pasa que la sociedad sea menos excluyente,eteste- ra, y sabe que las conquistas de los ‘movimientes sociales dependen de una lucha politica cotidiana ya que nunca Negarén gratuitamente. El pueblo bra- silefio invent6, en las dltimas décadas, formas de organizacign més autono- mas y consistcntes de 10 que podria suponer un vanguardista que, adems, las desconoce. Por eso mismo, en el vyerso cn que cl Brasil “vai virar pats idadzio” —un impulso deseante que atraviesa el pocma, ea cl que todo “Vai dar", “vai ter", “ai sair”,ete€izca—el ritmo y el sentido se atropellan, Tiene algo tan iracional el cambio politico, {que la certeza del vaticinio depende de tuna licencia poética, a no ser que se climine el hiato de la palabra “pais”. ‘Ms adn, fa wansformacién quedeberia dar lugar a ta ciudadanta reaiiza, en cambio, el destino mitico de Ia unidad nacional. E1Brasil ciudadano sélo cabe en a métrica gracias al truco del poeta, que tiene autoridad para agregar una sflaba a la redondilla, de la misina ma- era que su majestad “luis lula” tiene poderes para decretar la redenciGn det pais. Porque rebaja el tono del debate Polftico a una convocatoria mesiéinica por el cambio inmediato, porque esti- ula mistificaciones de todo tipo, cuan- do corresponderia que et intelectual se ‘manifieste de forma erftica, el poema descalifica tanto la imagen del can- didato como Ia inteligencia de su electorado. Es evidente que la sorpresa del po- ema no reside en su forma. Sinembar- 0, demuestra mateméticamente que la funcién del lenguaje postico est en ppleno funcionamiento,; Pero qué signi- fica esta plenitud? 2Que las “sutilezas sonoras y sintécticas” son capaces de renovar las fOrmulas y clichés enume- rados al dar una terminaci6n refinada al texto? Es indiscutible la habilidad téc- nica del poeta en el manejo de las es- tructuras lingifsticas clementales, los jjucgos de palabra de apariencia visual, las fGrmulas previsibles que buscan, a Jaantigua manera concretista, una rela- ibn estrecha (el lamado isomorfismo) entre forma y contenido, relacién que ahora se vuelve hacia lo populachero. 's desconcertante que “Por um Brasil- Cidadio” opte por uno de los ritmos posticos més tradicionales, la redondi- Ua, en lugar de elegir cualquier otro ‘género o forma de expresiGn entse los frecuentados porel poctaen las iltimas décadas. De ese modo elige la forma ams sedimentada de a tradicion popu- lar por su cyidente rendimiento coma- nicativo, pero no por sus virtualidades cexpresivas, siempre valoralas tanto en la tradicién popular como en la culta. Mientras que en cl pasado el vanguar- dismo idealizabael pocma comunicai- vo de largo alcance, formalizando pro- Puestas de economia Kéxica, reduccién sintéctica, sintesis, paraalcancar el “mi- nnimo comdin méltiplo" del lenguaje ver- bal, estoes, la méima visualidad dela poesfa del futuro, hoy todo puede desi- var en la simplificacién del verso, des- tituido de maleabilidad ritmico-sintic- tica y de amplitud semintica, Para el poeta, Ia redondilla es una especie de automatismo, antes que un verso ficily musical de gusto roméntico-popular. Por esa via, el concretista que habia desterradoel encaenamiento temporal del verso, s¢ libera de la obligacién de transformarlo de acuerdo con las exi- ‘gencias de una técnica més avanzadao vanguardista, A primera vista, este pro- cedimicnto denotarfa una wealizacion reverente dela tradici6n popular, como si el pueblo fuese una entidad atempo- ral y, por eso mixno, inseasible a las formas potticas menos tradicionales, El pueblo que no vota en vano.en 1994 es el pucblo roméatico que cultiva sus traviciones al margen de lamodemiza- ‘ci6n conservadora y que, por su inge- nuidad y sumisi6n, no fue modificado Por las formas mas crucles y perversas

You might also like