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Buerios Aires: consifuccion y presente
El cine segtin Kiarostami / Antisemitismo desde Freud 5 JRevista de cultura
AloXX + Nimero 59
Buenos Aires, diciembre de 1997
Sumario
1 Tulio Halperin Donghi, José Nun, Juan Carlos
‘Torte, Elecciones 1997: el triunfo de la Alianza
7 Adrian Gorelik, Buenos Aires en la encrucijada:
‘modernizacion y politica urbana
13. Jorge F. Liemnur, Buenos Aires fin de siglo: el
| desconcierto de la forma
20 David Oubina, Algunas reflexiones sobre el plano
en un filmde un cineasta irané
26 Maria Teresa Gramuglio, “Murié en la rada de
Marsella”, Imaginaciones colonialistas en
Rimbaud
30 Gonzalo Aguilar, El cuerpo y la sombra. Los
viajeros culturales en la década de! 20
Beatriz Sarlo, Aventuras de un médieo filésofo.
Sobre “Las nubes” de Juan José Saer
Hugo Vezzewi, La nave de tos locos de Juan José
Saer
42. Jorge Belinsky, La distancia justa: una
‘aproximacion a la historia del antisemitismo desde
(a perspectiva freudiana
Las ilusiraciones de este nimero son
obras de Guillermo Niitez
(Santiago de Chile, 1930).
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Buenos Aires.Elecciones 1997: el triunfo de la Alianza
Tulio Halperin Dorghi, José Nun, Juan Carlos Torre
Fl lunes 27 de octubre, apenas unas horas despu
s de la victoria de la Ali
122, Punto de Vista reunid en su redaccién a Tulio Halperin Donghi, José Nun
y Juan Carlos Torre para un debate sobre el contenido del voto y el campo
de posibilidades inmediaias de accién politica
José Nun: En una cleccién se expre
san muy distintos sectores social
muy distintas situaciones locale
mo fue quedar fijado en la el
presidencial de 1995 que wvo lugar
ccyando la crisis no se haba generali-
zado tanto y el impacto inicial de la
stabilidad todavia estaba muy preset
tc, La preocupacion por el desempleo
y la inseguridad laboral, que las en-
ccuestas alsibuyen précticamente al cin.
‘cuenta por ciento de la poblacién eco-
némicamente activa, se agudiza
puss de las elecciones presidenciales
de 1995. Su magnitud los diferencia
de la experiencia europea neoliberal,
posterior a los aflos setenta, por dos
motivos: en primer lugar, porque en
Europa se opt6 por la lucha contra la
inflacién pero también por pagar el
cosio del descmplco; asf, el desem-
pleo no afecté demasiado los resulta-
dos electorales, porque existieron ma-
Has de protecciGn social que dieroa
contenci6n a los excluidos. Pero, s0-
bre todo, porque los excluidos erista-
lizaron cn ciertos grupos sociales mar-
ginalizados; frente a ellos estaba lo que
Ibraith Uam6 la “mayorfa conten-
ta” que mantenfa ta rutina electoral sin
mucho.
ta esa mayoria so-
inseguridad ocupe-
cional toca directa o indirectamente a
estratos muy amplios de la poblacidn
Esta es una de las razones que explica
el comrimiento de sectores que tradi-
cionalmente votaban al peronismo. En.
le otras cosas, eso Supone una res
ponsabilidad muy grande para la
Alianza, porque tiene que responder a
la fuerte demanda de gemte que segu-
ramente sigue siendo peronista, pero
que bused en la Alianza una solucién
4 su inseguridad y su pobreza,
Tulio Halperin Donghi: La victoria de
la Alianza, entre otras cosas. muestra
que la sociedad tiene cierta capacidad
de reaccién como tal. dando de lado
Jas motivaciones que Hevan a cada uno
de sus sectores a actuar de cierta ma-
nera, Lo que pasé en las elecciones es
el resultado de ese tipo de acciones
que alarmatan tanto a los psicologes
de las multitudes, Ha habido algo més
que la coincidencia de gente que en
su casa decidi6 votar contra Menem
por tal o cual razon. Y ese algo mds
permitiré tener lo que, en términos det
pasado, se lamaba una vida civiesverdad, no estoy tan seguro de que
cl descmpleo y la cstabilidad laboral
eswvieran en el centro del resultado
de estas elecciones. 0 por lo menos,
si esa fue una de las motivaciones del
voto, la Alianza no ta subray6 dema-
siado. Cada ver que la. Alianza pre~
sentaba sus objetivos mencionaba
trabajo, y no agcegaba otra cosa; men-
cionaba justicia y explicaba perfecta-
mente bien lo que queria decir; 1o
mismo ocurrfa cuando mencionaba se-
‘guridad 0 educacién. De manera tal
que, en su argumentaci6n, trabajo pa-
recta ser un pfo deseo, mieniras que ef
programa de la Alianza se apoyaba en
los otros tres puntos. Creo que es0 no
podia cscapdincle a malic y que,
medio de los problemas temribles que
hay en el Gran Buenos, la cuestién
del trabajo es muy seria pero las otras
cucstiones son tanto 0 quizss mas ur-
gentes. Ademés, me pareve que la
‘Alianza es mds crefble cuando dice
«que va a poner en caja a la policfa que
cuando dice que va.a crear trabajo. La
gente sabe que crear trabajo es algo
muy dificil y que las promesas de ha-
cerlo llevan a resultados que no son
dunderos. A pesar de que creo que la
Alianza tiene que tener una agenda s0-
cial, esa agenda social no tiene en su
ceniro la promesa de crear trabajo. Por
razones bastante obvias: porque ec
cimiento no crea trabajo. Hay un de-
seo de Ia gente, pero también existe
una percepcién de que exigirle a la
Alianza que resuclva ese problema
ocupacional ¢s exigirie demasiado.
Juan Carlos Torre: Quisicra comen-
zar por otro lugar, Creo que el mensa-
je del comicio es que los votos se picr-
den y los votos se ganan, Esta es una
novedad histérica para el peronismo
cn el gobiemo. Quiz4s con esta nove-
dad la Argentina se esté moviendo ha-
cia 10 que Halperin describi6 como
una vida civica”: que haya eleccio-
nes y los resultados no se puedan dar
por descontados. En cl caso particular
de esta elecci6n, 1os resultados fueron
basiamte novedosos y muchos se re-
sistian a imaginarlos. Habia encuesta-
dores. que tenfan estos resultados, y
temicron hacerlos pablicos porque des-
confiaron de sus. propias encuestas.
Por que la resistencia a creer en esas
‘encuestas? Por el mito de la invenci-
idad del peronismo. La novedad es
que la Argentina ha dado un paso mits
cen el camino de convertirse en un pats
organizado alrededor dz una vida ¢f-
vica plural con allernancia, Han pasa-
{do muchas cosas en ka Argentina des-
de 1983, pero ésta es uma novedad que
Mama la atencién, Es difieil sustraerse
una primera impresiOn de terremowo
politico, 0 de ola que se desparrama.
En este punto, hay que introducir al-
‘guna precisién: esta elecciGn, en al-
gn sentido, se parece a la del aio
1987, cuando se vows en contra del
gobiemo de Alfonsin, que alcanz6 al-
rededor del 37 % pero perdi6 a lo lar-
go y ancho del pais. Menem, con un
porcentaje parecido, hat logrado man-
tener algunos bastiones. provincialcs
intactos. Elepicentro del terremoto es-
i en la provincia de Buenos Aires (ya
que en la capital, Jos resultados se
compaginan con las expectativas). No
hay entonces una ola nacional como
a de 1987. Es un quiebre importante
pero con un centro donde los Factores
mencionados por Halperin y Nun pe-
saron mas que en otras lugares donde
no necesariamente se esti mejor.
José Nun: No tenzo dudas de que mu
cha gente vot6 dindole prioridad a
otros factores, pero creo que influys
mucho que el gobierno no haya rs
pondido a la promesa de crear fuentes
de trabajo y de encarar la pobreza, Me
parece que la Alianza se esforzé en
rmarcar todo el ticmpo el tema del em-
pleo. Lo que nos remite a una cucs-
én mas grave: Halperin juzga que es
casi mejor que la Alianza no haya di-
ccho demasiado sobre el tema, porque
hay poco para decir. Yo me permito
discrepar sobre todo en el caso argen-
tino. El debate sobre el empleo tiene
tuna falta de originalidad que segura-
mente debe asombrar mis a un histo-
rindor que a un politélogo, porque se
replantean las mismas cosas que en
las décadas del veinte y treinta, cuan-
do crecié el desempleo masivo: ya en-
tonces la discusién estaba contrada en
si se trataba de las imperfecciones del
mercado de trabajo, que habia que
corregir (tal como hoy picnsan los
grupos més neoliberales), 0 si debia
responsabilizarse a las politicas ma-
crocconémicas. Esia discusién tene-
mos que darla a fondo en la Alianza y
cen el pais, Hay economistas que ha-
cen una descripcién tan optimista de
a macroeconomia que parece que es-
tavigramos en el mejor de los mun-
dos. La politica macroeconémica ar-
gentina requiere ajustes profundsimos,
La Alianza no puede defender una po-
Iitica macroecon6mica intocable que
nos conduzea al statu quo. Una estra-
tegia reformista, para tener éxito. no
necesariamente debe ser moderada
Esa es una confusion repetida, Hay
ticticas defensivas u ofensivas que se
aplican tanto a una estrategia refor-
mista como @ una revolucionaria. Me
parece que la Alianza harfa bastante
mal en ereer que debe embarcarse en
tna Uictica defensiva para evar ade-
ante una estrategia refornista,
Tulio Halperin Donghi: En los afios
veinte y teinta el estado tenia una Ii
bertad para definir politicas macroe-
conémicas que hoy no tiene, Si la
Alianza comenzara a hablar de cum-
‘bios macroecondmicos. la Argentina
se quedarfa en seco y el dinero se irfa,
Hay que acontarse de lo que era sacar
dinero de ta Argentina en la época de
Perdn, Si la Argentina trata de impo:
ner trahas, va a tener una fuga pre-
ventiva. Con este ejemplo quicro de-
Gr que el estado argentino va a estar
todo cl tiempo dando examen, no fren-
te a los votantes de la Alianza sino
frente a tenedores de capital que se
mueven por todo el mundo.
Juan Carlos Torre: Quisiera recordar
que esta cleceién consagrd a una fuer-
za de oposicién con un programa fran-
camente moderade, que no promete
grandes transformaciones estructura-
les, La Alianza fue muy moderada en
sus argumentos econdimicos ¥ ¢80 ju-
6, en todo caso, en su favor. El voto
fue a un conjunto de dirigentes que no
se colocé en una tradicién presidida
por la idea de cambiar ta historia, La
Alianza innovd subrayando su dispo-
siciOn a moverse dentro de ciertos mar-
cos establecidos y modificar o come-
gir algunas de las consccuencias del
plan econémico, La Alianza esti ha-
blando de renegociar 10s costos del
ajuste y la tansformaciéa, pero susdirigentes fueron, a veces hasta cl ex-
ces0, muy moderados. De quienes los
‘volaron, no creo que tampoco se puc-
da decir que estén detris de solucio-
nes ni muy dristicas ni muy inmedia-
us. La Alianza esté ubicando a los
argentinos en una ruta de tiempo y no
Ue viraje histérico. Frente a esto, por
cieno, hay gente que cree saber mas
ue los dirigentes de ta Alianza y que
sus votantes. Seftalan que los votantes
se equivocan si piden poco y que la
Alianza se equivoca si promete poco.
Pero, hoy por hoy. esta es una posi-
cién bastante acotada, aunque dentro
de la Alianza haya sectores que quic-
Fan algo mds portentoso que lo que se
ha propuesto, Pero quienes estan dis
sgicndo este proceso tienen una con-
iencia, para mf auspiciosa, de que se
pueden hacer cosas, pero no cualquier
‘cosa. Aqui y en el mundo, la capac’
‘dad que tienen los gobiernos para dar
iros econémicos es discutida y nego-
Ciada. Ls dirigentes de la Alianza son
bastante realistas. Por cierto, no de un
realism que raunque las condiciones
acwales sino que pemnita ampliar tos
Imites de 10 posible, con cauteta, sa
biendo que los poderes pablicos, co-
‘mo uno hubiera deseado, no son Jos
tinicos ejes de las grandes transforma
cones. La Alianza ha dicho: hi
problemas en cl mercado de trabaj
oryue cl pafs ha cambiado, en conse
‘cuencia la institucionalidad laboral de-
be ajustane a este pafs o1ro; hay que
rediscutir las garantias laborales en el
marco de una agenda més amplia, La
‘otra palabra que se ha pronunciado es
‘erecimienio, pero un crecimiento de
‘otro tipo, con medidss que no tienen
ta wascendencia de una redefinicién,
aunque puedan ser importantes,
Jost Nun: Me parece que estamos
frente a un riesgo, que ya se vivié con
el alfonsinismo. y seria lamentable una
recaida. Es falso que la Alianza no
haya hablado de los temas econdmi-
cos que afectan al empleo, La Alianza
habié, por boca de dirigentes. princi
pales como Chacho Alvarez y Terrag-
no, de ta implementaciGn de politicas
econémicas y de empleo aetivas. ¥
‘esto abre un campo de debate. Halpe-
rin dice que entrar en este campo equi-
vale a estar condenado al. voluntaris-
mo. Torre objeta que yo paso por alto
el hecho de que no estamos freme a
tun gran giro hisGrico, y me recuerda
‘que hay gente que cree saber mas que
los dirigentes de la Alianza y sus vo-
lantes, que es una forma de decir que
se puede hacer muy poco. Yo ereo, en
cambio, que el reformismo tiene un
campo de acciéa importante, necesi-
tado de discusiones que no podemos
Cerrar de antemano porque puedan pa-
ecer indtiles, Tanto no lo son, que en
diferentes partes del mundo se estin
experimentando altemnativas por parte
de gobiernos que conocen, como t0-
dos nosotns. las restricciones que en-
frentan: se estén ensayando politicas
de empleo para los jovenes, 0 formas
sustitutivas de las (politicas sociales
universales. Todo esto es un campo
de debate y experimentacién en el
mundo y no hay razén para que la
Argentina no lo explore. Como bien
dijo Torre, no se trata sélo de creci-
iento sino de qué tipo de crecimien-
to, Ahora bien, si de entrada decimos
‘que lo que se esti haciendo es lo
‘co posible, recaemos en una historia
‘que no fue buena para este pais.
Tulio Halperin Donghi: Estoy total
mente de acuerdo en que se pueden
desarrollar politicas activas para los
i6venes; también creo que los servi
‘clos sociales estin sesgados en favor
de quienes saben usarlos mejor, que
no son sicmpre quicnes mas los nece-
sitan, Cambiar es9 es posible y hacer
Jo ex en el discurso de la Alianza,
Pero el primer plantoo de Nun, cus
do se refi a Ia posguerra, sugeria
tuna serie de transformaciones ma-
croceonGmicas mucho més. ambicio-
sas, que hoy son una altemativa pe-
ligrosa,
José Nun: Lo que yo intentaba decir
8 que el debate, como en los afios
treinta, enfrenta a quienes intentan res
tringitlo a una cuestién de mercado
dc trabajo y a quienes quieren discutir
las politicas macroeconémicas, que n0
significa necesariamente cambios 1
icales, sino controles de la apertura,
politicas antimonopolistas, medidas
‘que podemos discutir teniendo el ho-
rizonte de 1999. Medidas que dist
‘nuyan la temible vulnerabilidad de a
Argentina frente a los capitales inter-
nacionales y sus Mujos.
Tulio Halperin Donghi: Sinceramente
confieso que cuando se empicza a ha-
blar de proteceiGn retativa y demds,
me extremezco un poco,
Juan Carlos Torre: Quisiera plantear
alguna otra perspectiva. La nacionali-
zacién de la campafia hizo que la som-
bbra de Menem. un politico que esti en
un nivel muy bajo de su popularidad,
Pesara sobre la imagen del goberna-
dor Duhalde, proyectando sobre él
efectos que son del orden de ta polt-
tica nacional, No obstante, hay pro-
blemas que estan al aleance del go-
bemador y que tienen que haber
sgravitado enel vowo. Me refiero al pro-
blema de la seguridad y de ta policta
de la provincia de Buenos Aires: una
demanda que recomre buena parte del
electorado, no s6lo de los sectores me
dios y altos que temen ser asaltados
‘en sus countries, sino de la gente co-
min que ve a una policta de gatillo
fécil a la vuelta de la esquina. El tema
de la seguridad debe haber jugado un
papel en estas elecciones y es signifi-
cativo que Aldo Rico haya hecho la
eleccién que hizo. Estamos hablando
de una comuna donde la gente dividis
su Voto de manera interesante: vots
Por la Alianza a diputados y vot6 por
Rico para que los protegicra. Esto
muestra una punta del iceberg: la cla
se media de General Sammiento crey6
{que poata combinar las dos cosas, vo
lar por Graciela y por Rico. Y esa ca-
Facidad de combinar Io heterogéneo,
por decirlo de la manera més superfi-
al, nos revela les problemas y tas
distintas evaluaciones que pesafon a
Ja hora del voto, ¥ que no s¢ dejan
‘apturar todas en una motivacién éni-
a. Lo mismo vale para ka ciudad de
Santa Fe, donde se combiné el voto a
la Alianza con et voto al intendente
de mangjar
ciones por parte de la
gente se une a lo que dijimos al prin-
cipio: el voto se da y el voto se retira,
Noes silo laincertidumbne propia del
juego democritico, sino que a ella se
agrega una incertidumbre adicional
‘que proviene de las tensiones que atra-
viesan el cuerpo social y que no se
3dejan pensar ci
En la provincia de Buenos Ai
cliemtelismo de Duhalde y la exube
raneia de su obra piblica no fucron
suficientes para detener lu condena ge:
eral al gobiemo de Menem y para
relegar a un segundo plano el proble-
ma de la seguridad. ; Qué hizo Dub
e frente al problema de la seguridad!
Compr autos siltimo modelo. Refor-
26 el equipamiento, cuando la gente
lo que estaba esperando era una poli
cia que lo tratara como a un ciudada-
to. El caso de Duhalde es un buen
jemplo de un estilo peronista de en-
sarar la politica: ante el problema de
la salud, ponemos un hospital el tema
&e los médicos no se tocat si hay pro
Hlemas de educacién, universalizamos
la educacién secundaria, lo de los ma-
estros no se toca. Esto es un clisico y
sas limitaciones revelan fa necesidad
de explorar nuevas maneras de resol-
ver los problemas. La indigencia para
resolver problemas no es s6lo del PI,
sino que, en general, esté hast
Irbuida, Fin ese sentido
rhe mucho trabajo por delante. Hay en
la provincia de Buenos Aires, que es
lepicentro de este erremoto, proble-
mas que no son s6lo el del empleo
los problemas de seguridad se pueden
resolver de distinto modo. A pesar de
que a primera vista este terremoto paa-
ferca sencillo en su andliss, creo que
podemos mejorar nuestro entendimien-
to de lo que sucedi6-con un poco mas
de tiempo. La cuestién de la seguri-
dod habla de las instituciones que ya
no importan s6lo a la clase medi
afluente sino que estén instaludas en
la vida cotidiana de todos porque es.
tamos en una sociedad fracturada.
Tulio Halperin Donghi: También hay
oto problema. La esiructura Duhalde,
apante de ser clientelfstica, tiene que
haber sido autoritaria en un nivel don-
de la gente tenta miedo a expresar la
disidencia. Si no, son incomprensible
Giertos resultados de las encuestas pre
vias a 1a8 elecciones, donde creo que
Ja gente escondié su vow por la Alian-
za. ¥ ao que el milagro de Graciela
no viene de fo que dijo sino de que
simplemente se metié donde no debia
¥¥ mostr6 que cra posible estar alli, en
€l terrtorio de Dubalde, diciendo con
‘Su presencia que se podia usar ¢! voto
sccreto, La actitud de Chiche Duhalde
también cra muy autoritaria, como si
fuera una almacenera hablandole a
‘gente que no tenfa al dia la libreta. Se
sentia muy cOmoda en una estructura
‘autoritaria tradicional, mgs que dema-
gOgica,
Juan Carlos Torre: Yo ereo que una
gran novedad de esta eleccién es una
demanda por otra forma de gobiemo,
Los peronistas siempre han sido fuer-
tes en dar gobierno y los argentinos
les compraron esta idea frente a otros
de los que se duataba que pudieran g0-
bemuar. Pero estas elecciones marcan
que los volos piden otra cuatidad de
gobiemo. ¥ para esa demand, los ciu