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Capítulo I

1.0 Definición de bajo rendimiento académico

La falta de precisión en la definición del término y la búsqueda de elementos comunes


constituyen las características fundamentales de este apartado. El término de fracaso se
define (Enciclopedia Larousse 2000, 1998) como la acción y efecto de fracasar; como un
suceso lastimoso o inapropiado. Otra acepción del mismo, incluyendo el término escolar,
es, el retraso en la escolaridad en todas sus formas (afectando especialmente a los menos
favorecidos con dificultades en su ambiente sociocultural). Podemos comprobar, que,
actualmente, en una enciclopedia ordinaria (no especializada) al definir el término de
fracaso escolar se hace más hincapié en las dificultades socioculturales del alumno que lo
presenta y menos en las formas del deterioro de la escolaridad (puesto que considera un
retraso en todas sus formas, en general).

“El rendimiento académico hace referencia a la evaluación del conocimiento adquirido en


el ámbito escolar, terciario o universitario.”(1) Un estudiante con buen rendimiento
académico es aquél que obtiene calificaciones positivas en los exámenes que debe rendir a
lo largo de una cursada. En otras palabras, el rendimiento académico es una medida de las
capacidades del alumno, que expresa lo que éste ha aprendido a lo largo del proceso
formativo. También supone la capacidad del alumno para responder a los estímulos
educativos. En este sentido, el rendimiento académico está vinculado a la aptitud.

“El de Rendimiento Académico es un concepto que se utiliza de manera excluyente en el


ámbito educativo para referirse a la evaluación que en las diversas instituciones educativas
y en los correspondientes niveles, primario, secundario, universitario, es llevada a cabo por
los profesionales idóneos para justamente evaluar el conocimiento aprendido por parte de
los alumnos.”(2)

(1)José Luis Rodríguez, Lenguaje y rendimiento académico: un estudio en educación secundaria, pag.9

(2)José Luis Rodríguez, Lenguaje y rendimiento académico: un estudio en educación secundaria, pag.9

1
Se considerará que un alumno tendrá un buen rendimiento académico cuando tras las
evaluaciones a las que es sometido a lo largo de la cursada en cuestión sus notas son buenas
y satisfactorias. Por el contrario, estaremos hablando de un mal o bajo rendimiento
académico de un alumno cuando las calificaciones que obtiene tras los exámenes no
alcanzan el nivel mínimo de aprobación.

El rendimiento académico refleja el resultado de las diferentes y complejas etapas del


proceso educativo y al mismo tiempo, una de las metas hacia las que convergen todos los
esfuerzos y todas las iniciativas de las autoridades educacionales, maestros, padres de
familia y alumnos.

No se trata de cuanta materia han memorizado los educandos sino de cuanto de ello han
incorporado realmente a su conducta, manifestándolo en su manera de sentir, de resolver
los problemas y hacer o utilizar cosas aprendidas. La comprobación y la evaluación de sus
conocimientos y capacidades. Las notas dadas y la evaluación tienen que ser una medida
objetiva sobre el estado de los rendimientos de los alumnos. El rendimiento educativo lo
consideramos como el conjunto de transformaciones operadas en el educando, a través del
proceso enseñanza - aprendizaje, que se manifiesta mediante el crecimiento y
enriquecimiento de la personalidad en formación.

El rendimiento educativo sintetiza la acción del proceso educativo, no solo en el aspecto


cognoscitivo logrado por el educando, sino también en el conjunto de habilidades,
destrezas, aptitudes, ideales, intereses, etc. Con esta síntesis están los esfuerzos de la
sociedad, del profesor y del rendimiento enseñanza - aprendizaje, el profesor es el
responsable en gran parte del rendimiento escolar. Consideramos que en el rendimiento
educativo intervienen una serie de factores entre ellos la metodología del profesor, el
aspecto individual del alumno, el apoyo familiar entre otros.

Hay que aclarar que la acción de los componentes del proceso educativo, solo tienen afecto
positivo cuando el profesor logra canalizarlos para el cumplimiento de los objetivos
previstos, aquí la voluntad del educando traducida en esfuerzo es vital, caso contrario no se
debe hablar de rendimiento. En todos los tiempo, dentro de la educación sistematizada, los
educadores se han preocupado por lo que la pedagogía conocemos con el nombre de
aprovechamiento o rendimiento escolar, fenómeno que se halla estrechamente relacionado
con el proceso enseñanza - aprendizaje.

(1)José Luis Rodríguez, op.cit, pag.10

(2)José Luis Rodríguez, op.cit, pag.11

2
La idea que se sostiene de rendimiento escolar, desde siempre y aún en la actualidad,
corresponde únicamente a la suma de calificativos producto del “examen” de
conocimientos, a que es sometido el alumno.

Desde este punto de vista el rendimiento escolar ha sido considerado muy unilateralmente,
es decir, sólo en relación al aspecto intelectual. Esta situación se convirtió en norma,
principio y fin, exigiendo al educando que “rindiese” repitiendo de memoria lo que se le
enseña “más a la letra”, es decir, cuando más fiel es la repetición se considera que el
rendimiento era mejor. Al rendimiento escolar lo debemos considerar, dejando de lado lo
anotado en el párrafo anterior, pues lo más importante son los alumnos.

Estos cambios conductuales se objetivaban a través de las transformaciones, formas de


pensar y obrar así como en la toma de conciencia de las situaciones problemáticas. En
resumen, el rendimiento debe referirse a la serie de cambios conductuales expresados como
resultado de la acción educativa. Por lo dicho, el rendimiento no queda limitado en los
dominios territoriales de la memoria, sino que trasciende y se ubica en el campo de la
comprensión y sobre todo en los que se hallan implícitos los hábitos, destrezas, habilidades,
etc.

Tipos de Rendimiento Educativo

Rendimiento Individual

Es el que se manifiesta en la adquisición de conocimientos, experiencias, hábitos, destrezas,


habilidades, actitudes, aspiraciones, etc. Lo que permitirá al profesor tomar decisiones
pedagógicas posteriores. Los aspectos de rendimiento individual se apoyan en la
exploración de los conocimientos y de los hábitos culturales, campo cognoscitivo o
intelectual. También en el rendimiento intervienen aspectos de la personalidad que son los
afectivos. Comprende:

Rendimiento General

Es el que se manifiesta mientras el estudiante va al centro de enseñanza, en el aprendizaje


de las Líneas de Acción Educativa y hábitos culturales y en la conducta del alumno.

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Rendimiento específico

Es el que se da en la resolución de los problemas personales, desarrollo en la vida


profesional, familiar y social que se les presentan en el futuro. En este rendimiento la
realización de la evaluación de más fácil, por cuanto si se evalúa la vida afectiva del
alumno, se debe considerar su conducta parceladamente: sus relaciones con el maestro, con
las cosas, consigo mismo, con su modo de vida y con los demás.

Rendimiento Social

La institución educativa al influir sobre un individuo, no se limita a éste sino que a través
del mismo ejerce influencia de la sociedad en que se desarrolla. Desde el punto de vista
cuantitativo, el primer aspecto de influencia social es la extensión de la misma, manifestada
a través de campo geográfico. Además, se debe considerar el campo demográfico
constituido, por el número de personas a las que se extiende la acción educativa.

1.1 Indicadores del bajo rendimiento académico

“Los indicadores no son más que variables que representan aspectos concretos del
constructo que permiten determinar si dicho constructo se está dando o no, en otras
palabras, permiten medir una variable no observada, una variable latente construida para
explicar cierta clase de comportamientos observables, en nuestro caso el fracaso escolar”(1).

Según su formulación, en general, se opta por los indicadores numéricos por la facilidad
que supone basarse en ellos para determinar si existe o no fracaso escolar, ya que resulta
más sencillo trabajar con el recuento de suspensos que con aspectos concretos de
conocimientos, actitudes o motivación. Sin embargo, cabe destacar que la mayoría de los
criterios numéricos son resultado de la conversión a números de criterios que de origen no
lo son. La extensión del tiempo dedicado a la consecución del producto educativo analizado
es otra de las dimensiones que permiten establecer varios tipos de indicadores. Cuando el
análisis se realiza en periodos breves de tiempo, remarcando el proceso más que el
producto, los indicadores más utilizados en educación secundaria suelen ser las
calificaciones en una evaluación concreta, mientras que en educación primaria la base está
en si el alumno progresa adecuadamente o no.

(1)José María Ruiz, Como hacer una evaluación a los centros educativos, pag.233

(2)José María Ruiz, Como hacer una evaluación a los centros educativos, pag.233

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Si se trata de evaluar un periodo más amplio, como es el caso de un curso escolar, el
indicador más utilizado a nivel del alumno es el número de suspensos, mientras que a nivel
institucional se utiliza el criterio de la no promoción.

Por último, cuando el análisis se realiza en periodos más extensos de tiempo, por ejemplo
una etapa educativa, el indicador más utilizado es la obtención del diploma. Finalmente, es
importante tener en cuenta el carácter absoluto o relativo de la referencia utilizada para
determinar el rendimiento. “Cuando el análisis está centrado en el proceso, propio de
educación primaria, la referencia se suele plantear en términos relativos en función de las
características del sujeto, en estos casos consideramos el rendimiento satisfactorio o
insatisfactorio.”(1) Según va avanzando el alumno por el sistema educativo se encuentra con
criterios de evaluación absolutos, fijados de antemano para todos por igual, con lo que su
rendimiento se transforma en suficiente o insuficiente.

Partiendo de la revisión de las investigaciones realizadas sobre el tema, podemos identificar


como indicadores de fracaso escolar más frecuentes el desfase cronológico de la edad de los
alumnos con respecto a su nivel académico (que no es más que la repetición de curso), otras
utilizan la relación de alumnos que no aprueban un curso en concreto con el total de
alumnos matriculados, o también, se consideran los alumnos que no terminan la educación
obligatoria o lo hacen con retraso en comparación con el número de matriculados al
comienzo de dicho periodo en esa misma promoción.

“En muchas ocasiones, se identifica el fracaso escolar con distintas situaciones y, en


consecuencia, con diferentes indicadores. Así, Hernández y Gómez Dacal (1982) destacan
cuatro situaciones fundamentales que pueden indicar fracaso escolar:

a) Calificaciones negativas de los resultados escolares aunque sin llegar a perder cursos ni
años de estudio.

b) Obtención por el alumno de resultados instructivos y/o formativos por debajo de los que
fijan en el curso o nivel que sigue con independencia del tipo de sanción académica que se
le otorgue.”(2)

(1)José María Ruiz, Como hacer una evaluación a los centros educativos, pag.234

(2)José María Ruiz, op.cit, pag.234

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c) Cuando los alumnos no logran ciertos conocimientos o destrezas que se consideran
propios del nivel que cursa.

d) Imposibilidad por parte del alumno de alcanzar el título que se otorga en cierto nivel
educativo habiendo agotado todas las convocatorias autorizadas.

“Estefanía (1989) realiza varias consideraciones sobre el fracaso escolar y sus indicadores:

a) La obtención de suspensos en las pruebas y evaluaciones que se realizan a los alumnos


que su consecuencia es la no adquisición de un título.

b) La obtención de calificaciones del rendimiento por debajo de las posibilidades del


alumno.

c) La consideración como global si afecta a todos los resultados escolares o, parciales, si el


problema se presenta únicamente en determinadas áreas.

d) La consideración como un hecho transitorio y aislado en la vida escolar del alumno o,


por el contrario, acumulativo y progresivo a lo largo de la escolarización del mismo.”(1)

“Finalmente, para operacionalizar el fracaso escolar en nuestro contexto, podríamos


considerar que existe:

 Fracaso escolar total: interrupción temporal o definitiva de los estudios. ƒ


 Fracaso escolar parcial: repetición de cursos y asignaturas pendientes para otros
cursos. ƒ
 Semifracaso escolar: resultados irregulares en el rendimiento escolar prolongados
en el tiempo. “(2)

(1)José María Ruiz, op.cit, pag.236

(2) ibídem, pag.236

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1.2 factores que influyen en el bajo rendimiento

A lo largo de la historia, se ha realizado un elevado número de investigaciones sobre la


realidad del fracaso escolar, la mayoría de ellas intentado aproximarse a las causas que lo
explican. Casal, García y Planas (1998b) afirman que en la práctica dichas investigaciones
podrían agruparse en tres grandes líneas:

 ƒ Estudio del fracaso escolar como fracaso en la escuela. En ella se incluyen todas
aquellas investigaciones donde se pone o se intenta poner de manifiesto que la causa
fundamental del fracaso escolar es la desventaja sociocultural que presentan los
alumnos que obtienen bajo rendimiento en comparación con los que no tienen
problemas para superar sus años de estudio. ƒ
 Estudio del fracaso escolar como fracaso de la escuela. Existen dos tipos de teorías
pueden incluirse en esta categoría. En primer lugar, las teorías de la reproducción
social centradas en la función social de la escuela y en su mala adaptación a la
evolución de la sociedad y, en segundo lugar, el criticismo pedagógico que atribuye
la responsabilidad del fracaso escolar al aparato escolar, eximiendo al sujeto y a sus
circunstancias. ƒ
 Estudio del fracaso escolar como fracaso por la escuela. Hace referencia a las
teorías que se centran en la inserción laboral y profesional de los alumnos tras su
escolarización, es decir, proponen relaciones entre el fracaso escolar y la exclusión
social. Favorecen una aproximación socio-histórica al significado social del fracaso
escolar.

Existen diferentes corrientes teóricas que han servido de base para el estudio etiológico
del fracaso escolar:

1. Los factores individuales:

a) Corriente genetista: explica el fracaso escolar como desórdenes y deficiencias intrínsecas


al individuo que pueden detectarse a través de pruebas. Los defensores de esta corriente
consideran que el triunfo en los estudios es función de la inteligencia inscrita en el
patrimonio genético y computable por el cociente intelectual. Esta corriente actualmente no
está bien considerada por la comunidad científica e, incluso, los propios defensores de la
genética no se muestran de acuerdo con reducir a un simple número algo tan complejo y
abstracto como es la inteligencia.

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b) Corriente psicoactiva: pone en relación el proceso de construcción de la personalidad del
niño con el desarrollo de su escolarización. Situaciones psicoactivas particulares como los
conflictos unidos a la separación de su familia, a la rivalidad con sus compañeros, o propios
de la adolescencia, están estrechamente relacionados con el fracaso escolar, según los
defensores de esta corriente.

2. “Las carencias socioculturales: Esta postura ideológica explica el fracaso escolar con
respecto a carencias, clasificadas dentro de la noción de carencias socioculturales (cultural
deprivation). Defienden que el niño que proviene de un medio cultural desfavorecido no
dispone de base cultural necesaria para triunfar en la escuela y por tanto, como en la
corriente anterior, sigue haciendo responsable al alumno y su familia del fracaso escolar.”(1)

3. Sociología de la reproducción: Estas teorías insisten en las funciones represivas,


selectivas y reproductivas de la institución escolar. Defienden que las diferencias que se
observan en la escuela no son más que un reflejo de las diferencias sociales. El fracaso
escolar es, sencillamente, la traducción de las desigualdades y exclusiones de la sociedad, y
su solución se basa en la reforma de la institución escolar y de la sociedad no dejando
intervención posible ni a los profesionales de la educación ni a los padres.

4. La relación con el saber: Esta corriente aparece como crítica de la anterior, se basa en el
sentido prioritario que una persona da a su éxito o fracaso escolar. Defienden que lo más
importante es analizar y comprender el sentido que los alumnos y los profesores atribuyen a
lo que experimentan en la escuela. No cabe duda que el saber de cada individuo está
impregnado de su procedencia, de sus experiencias, pero no puede deducirse simplemente
por pertenecer a una clase determinada.

5. La corriente interactiva: Lo importante de esta corriente es el análisis de los mecanismos


concretos de producción del fracaso escolar a través de las interacciones entre los diversos
agentes educativos. Es fundamental el estudio de las relaciones entre el niño, la familia y el
centro escolar. Las expectativas de los docentes y sus interacciones en el aula, las prácticas
evaluativas y las condiciones del aprendizaje, constituyen algunas de las mayores
inquietudes de los defensores de esta corriente.

(1)Justo Ortega,bajo rendimiento escolar: bases emocionales de su origen yvias afectivas para su
tratamiento,pag.517

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CAUSAS INTRÍNSECAS AL ALUMNO O PERSONALES

 Físicas
 Afectivas
 De lenguaje
 Intelectuales
 Motivacionales
 Sensoriales

CAUSAS EXTRÍNSECAS AL ALUMNO O AMBIENTALES

 Sociales
 Culturales
 Familiares - Padres - Hermanos - Costumbres - Vivienda
 Escolares - Escolarización - Profesorado - Métodos - Organización del
centro - Administración - Compañeros

La falta de motivación es uno de los factores de bajo rendimiento escolar. ¿Cómo puede el
docente esperar que el estudiante se esfuerce al 100 %, si no tiene un motivo claro por el
cuál estudiar?

Lograr que los alumnos se mantengan motivados no es una tarea sencilla. Para ello, existen
tres componentes de la motivación que el profesor debe tomar en cuenta con la finalidad de
alentar a sus alumnos.

o Expectativa: se refiere a la confianza que en sí mismo tiene el alumno para resolver


una tarea. Este componente se caracteriza por la pregunta “¿soy capaz de hacer esta
tarea?”. Si al alumno le parece muy difícil la actividad que está realizando o no se
cree capaz de hacerla, su rendimiento disminuirá. Por ello, es importante que el
docente le muestre que es capaz de llegar a su objetivo, aun cuando se sienta
inseguro o desanimado.
o Afectivo: esta dimensión tiene que ver con la pregunta “¿cómo me siento al hacer
esta tarea?”. Si el estudiante siente estrés o ansiedad ante un ejercicio, es probable
que su desempeño se vea afectado. Por el contrario, si se acerca a la tarea con
actitud positiva, los resultados de aprendizaje serán mejores.

(1)Justo Ortega, bajo rendimiento escolar: bases emocionales de su origen yvias afectivas para su tratamiento,
pág. 518

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o Valor: indica la importancia o interés que los alumnos asignan a una actividad; es
decir, se preguntan “¿por qué hago esta tarea?”. Esto significa que si el trabajo les
parece aburrido el trabajo asignado, o no tiene conexión o utilidad aparente con la
vida cotidiana, seguramente perderán el interés. Para resolver el problema, el
docente debe explicar los objetivos de cada lección y conectar los aprendizajes con
conocimientos previos. De esta manera, el aprendizaje tendrá sentido para ellos.

1.3 Modelos psicosociales del bajo rendimiento académico

Al hablar de los modelos psicosociales del Fracaso Escolar, se debe tratar de analizar el
efecto psicológico que producen en el alumno las variables relacionadas con el ambiente
familiar, por las relaciones dentro del aula, por el concepto que se tenga de uno mismo y
por el autoestima del cada alumno.

Después de esto, hablaremos de cada una de las variables que se pueden incluir dentro de
los modelos psicosociales:

o Ámbito familiar
La familia es la primera y más importante institución educadora. Las
interacciones que se producen en su seno influyen de modo continuo y
significativo en la vida de sus miembros.
Aunque haya numerosas excepciones, cabe pensar que el nivel instructivo de los
padres incide en el rendimiento académico de los hijos. Si los padres tienen un
nivel educativo bajo es más probable que los resultados escolares de sus hijos
sean insatisfactorios, mientras que si el rango de estudios de los progenitores es
de grado medio o superior se favorece el rendimiento escolar de sus hijos.
Por otra parte, la escasez de recursos económicos familiares puede frenar el
proceso formativo y el rendimiento académico de los hijos cuando las presiones
y situaciones impuestas por la penuria son tan grandes que ahogan a los menores
en preocupaciones o impiden disponer de las condiciones materiales necesarias
para estudiar.

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Se puede comprobar que las actividades sociales y recreativas de la familia constituyen un
buen indicador de la influencia que esta institución ejerce sobre el rendimiento escolar del
alumno, ya que los alumnos que tienen un buen ambiente familiar en casa luego consiguen
mejores notas que cabe consignar que el clima familiar que puede ayudar a optimizar la
educación y consiguientemente a neutralizar el fracaso escolar, es el que se basa en el
afecto, la comunicación, la seguridad, el respeto, las normas, la participación y el fomento
de la autonomía.

o Ámbito escolar

“El ambiente escolar no se reduce al marco físico, también hay que tener en cuenta la
dimensión humana.”(1) El clima social escolar depende de la cohesión, la comunicación, la
cooperación, la autonomía, y la organización del estilo de dirección docente. En general, el
tipo de profesor dialogante y cercano a los alumnos es el que más contribuye al logro de
resultados positivos y a la creación de un escenario de formación presidido por la
cordialidad. Hay que cultivar la participación a través de la interacción, el establecimiento
consensuado de normas de convivencia, la implicación de los alumnos en cuanto atañe a su
educación, la asunción creciente de responsabilidades…

“Se puede pronosticar un mejor rendimiento académico a los alumnos que trabajan en un
ambiente presidido por normas claras y en el que se cultiva la cooperación sin prescindir de
la autonomía.”(2)

También se debe hablar de que la cooperación entre alumnos, además de favorecer el


rendimiento académico, genera relaciones personales positivas entre ellos.

(1)Irvin D. Harris, Barreras Emocionales Contra El Aprendizaje,pag.124

(2)Irvin D. Harris, Barreras Emocionales Contra El Aprendizaje, pag.124

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Las técnicas de aprendizaje cooperativo han demostrado su eficacia para mejorar la
motivación, la autoestima y el funcionamiento de las capacidades intelectuales de los
alumnos, ya que mejoran la capacidad crítica y la calidad del procesamiento de la
información, lo cual hace que se produzca un incremento del rendimiento académico de los
alumnos.

o Ámbito personal

“El estudio del rendimiento escolar a partir de variables personales enfatiza con justicia el
hecho de que el verdadero protagonista de la educación es el alumno y, desde esta
perspectiva, se interesa por identificar condicionantes enclavados en la personalidad y
altamente explicativos de los resultados obtenidos.”(1)

Las variables más relevantes, que influyen en el rendimiento del alumno pueden ser el
autoconcepto y la autoestima, el alto nivel de aspiraciones, las actitudes hacia el estudio, la
autoeficacia, etc. La inteligencia se presenta como una realidad evolutiva que, aunque
alcance el techo en la adolescencia, en años posteriores puede enriquecerse gracias a la
experiencia vital. Esta inteligencia propia de cada alumno puede influir de una manera muy
clara tanto en el éxito como en el fracaso escolar, ya que los alumnos con una inteligencia
más desarrollada tienen menos posibilidad de fracaso escolar que los alumnos con una
inteligencia menor.

La personalidad constituye algo dinámico y a su vez adaptativo. Es el resultado de los


factores hereditarios y ambientales. Es relativamente estable y consistente, pero también
experimenta cambios más o menos significativos, como por ejemplo, en función de los
acontecimientos biográficos y de la edad del alumno.

(1)Irvin D. Harris, Barreras Emocionales Contra El Aprendizaje, pag.126

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Entre las condiciones que poseen mayor potencia modeladora de la personalidad se
encuentra, sin duda alguna, la educación. Se sabe que durante la adolescencia acontecen
notables transformaciones físicas y psicológicas que pueden afectar al rendimiento escolar.
En cualquier caso, cabe afirmar que la perseverancia, en cuanto rasgo de personalidad,
ayuda a obtener buenos resultados. Todo éxito requiere constancia, esfuerzo prolongado,
tolerancia a la ambigüedad y a la frustración.

En los últimos tiempos está adquiriendo gran protagonismo en la escuela el ámbito


emocional, ya que este tiene una incidencia directa en los resultados escolares. El
autoconcepto y la autoestima positivos y equilibrados favorecen sobre todo el rendimiento
académico. El respeto, la cordialidad, la confianza y el fomento de la autonomía son
algunos de los aspectos que los profesores e instituciones escolares han de cultivar
cotidianamente, ya que la exclusión y el desafecto son condiciones de riesgo que empujan a
los alumnos hacia el fracaso y los problemas de salud mental. Los fenómenos afectivos,
concretamente las motivaciones, los sentimientos y las emociones, incluso las pasiones, que
se generan en los contextos escolares, pueden impulsar o frenar el aprendizaje y el
rendimiento.

La motivación se refiere al conjunto de procesos implicados en la activación, dirección y


persistencia sobre algo. La motivación desempeña un papel relevante en el inicio y
mantenimiento de la actividad escolar y que, por tanto, favorece los buenos resultados
escolares. Cabe pensar que el alumno motivado se involucra en su proceso de aprendizaje y
hace lo posible por alcanzar las metas establecidas, lo contrario que sucedería con un
alumno desmotivado.

Los hábitos y las técnicas de estudio influyen en la eficacia del estudio del alumno ya que
el hábito de estudio es necesario si se quiere progresar en el aprendizaje, y de otro,
conviene sacar el máximo provecho a la energía que requiere la práctica intencional e
intensiva del estudio por medio de unas técnicas adecuadas.

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Factores psicológicos:

Factores personales: se ha descrito el éxito y el fracaso escolar recurriendo a las diferencias


individuales en inteligencia o en aptitudes intelectuales (Castejón, en Murillo: 2003). Sin
embargo, las correlaciones que se han obtenido han sido moderadas, lo que muestra que las
aptitudes intelectuales pueden estar influidas por factores familiares y escolares.

El lugar de estudio: el lugar de estudio debe favorecer la concentración evitando el ruido.


La televisión, el tránsito de personas y demás distractores. Lo ideal es estudiar en un mismo
espacio, ordenado y con temperatura e iluminación adecuada.

La organización del tiempo: a menudo el estudiante no organiza su tiempo de manera que


pueda diariamente estudiar, ya sea porque tiene que trabajar dentro o fuera de casa, o bien
porque ocupa demasiado tiempo para descansar y divertirse.

Las técnicas de estudio: en muchas ocasiones los estudiantes no cuentan con una técnica de
estudio, lo que los hace divagar mucho antes de comenzarlo, o realizan actividades
infructuosas para el aprendizaje: no saben leer, extraer las ideas importantes de un texto,
elaborar un mapa conceptual o un cuadro sinóptico. Ello propicia desgaste personal,
pérdida de tiempo y resultados ineficaces.

Factores sociales y culturales

La clase social (determinada por el ingreso familiar, la escolaridad de la madre y del padre,
el tipo y ubicación de la vivienda) ha sido reportada como una variable relacionada con el
hecho de que los alumnos tengan fracasos escolares o repitan cursos.

(1)Irvin D. Harris, op.cit, pag.124

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Factores escolares: el ambiente escolar también ha sido señalado como un factor que afecta
el desempeño de los alumnos. En este ambiente se pueden citar la administración de la
institución educativa, sus políticas y estrategias; del profesorado su capacitación,
compromiso, carga de trabajo. Por lo anterior no se puede seguir con la idea de que el
profesor sólo transmite saberes, sino que su labor también implica el desarrollo de
capacidades y habilidades en el estudiante, lo que implica que requiere un esfuerzo extra
para entender qué enseña, a fin de que sus alumnos aprendan.

los alumnos con ambientes familiares malos.

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