- La Terapia Dialéctico Conductual (TDC), es una terapia de orientación conductual,
que pertenece a la Tercera Generación de Terapias Conductuales, diseñado por Marsha Linehan para tratar pacientes con severos problemas de desregulación emocional, conductas suicidas y autolesivas frecuentes. Como trastornos del estado de ánimo y trastorno límite de la personalidad. - La teoría biosocial que es base teórica de la TDC, reflexiona que los problemas conductuales del TLP son debidos a la desregulación emocional. Ésta es resultado de dos factores: la vulnerabilidad emocional (de muy posible origen biológico) y el ambiente o contexto invalidante. Como vulnerabilidad emocional nos referimos concretamente a: una alta sensibilidad a estímulos emocionales negativos, una respuesta emocional de gran intensidad, un retorno lento a la calma. El contexto invalidante se refiere a un contexto en el que recurrentemente se responde de forma inapropiada a las experiencias privadas, especialmente durante la infancia. - El cambio dialéctico ocurre cuando una tesis y su anti–tesis pueden encontrar una síntesis, que no es otra cosa que una nueva dialéctica. La dialéctica más importante para la TDC es la que ocurre entre cambio y aceptación. El terapeuta debe mantener un equilibrio de estas dos fuerzas durante su tratamiento, este juega con un equilibrio entre intentar que el paciente cambie, trabajando en los objetivos del tratamiento, apoyando los puntos fuertes y aceptando los débiles. Esto supone validar su experiencia, entender lo que siente y hace, y no reprochar sus errores. - La TDC se diferencia de la TCC, en que la primera si bien utiliza técnicas cognitivo conductuales, hace especial énfasis en la aceptación y validación de la experiencia del cliente, mientras que la TCC trata de hacer entender al cliente que su comportamiento es influido por sus pensamientos y emociones. - El objetivo básico de la terapia dialéctica conductual es lograr que el paciente aprenda a gestionar correctamente sus emociones y conducta, de manera que sea capaz de controlar las conductas impulsivas causadas por alteraciones anímicas mientras que tanto el sujeto como el terapeuta que le atiende aceptan su vivencia de los hechos y lo que para él suponen. Se busca pues un equilibrio entre estrategias de cambio conductual de autoaceptación. - Durante el pretratamiento se empezar estableciendo una alianza terapéutica, ordenar los problemas específicos en áreas de desregulación, definir los problemas del cliente como objetivos conductuales primarios de manera jerárquica, explicitar los objetivos a largo plazo y ligarlos con los objetivos primordiales de la jerarquía, introducir la teoría biosocial, al formato de tratamiento y las características del mismo, explicitando la duración y periodicidad de las sesiones individuales y grupales, introducir las fichas de la TDC (ficha diaria, y ficha de habilidades), revisar los acuerdos del tratamiento entre el cliente, el terapeuta y la familia, obtener el compromiso al tratamiento con el cliente y finalmente usar estrategias de compromiso con los familiares para fortalecer dicho compromiso. - La fase del tratamiento propiamente dicho tiene como objetivo abordar los comportamientos que pongan en riesgo la vida del paciente, disminuir las conductas que interfieren con la terapia, disminuir las conductas que interfieren con la calidad de vida, y aumentar las habilidades conductuales. - La fase 2 tiene como objetico la reducción del estrés postraumático, La fase 3, incrementar el respeto a uno mismo y alcanzar objetivos individuales y la fase 4 se centra en aspectos centrales de la identidad: promover la resolución de disociaciones y, con ello, la sensación de sentirse entero y completo. - La TDC tiene dos modalidades en su intervención, una grupal donde se proponen y entrenan habilidades de socialización y control de emociones y una individual donde se trabaja con pensamientos y emociones, los problemas que intervienen en los resultados de la terapia, y se refuerzan las habilidades planteadas en terapia grupal. Además se ofrece una atención interconsulta a través del medio telefónico para emergencias y para reforzar la alianza terapéutica.