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Principios básicos
1 Evolución histórica del tratamiento de los pies . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
2 Dos modelos de trabajo para la aproximación práctica
a la TZR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
3 Las maniobras terapéuticas básicas, contacto
y tratamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
4 Características de las zonas afectadas
Dosificación adaptada a la situación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
5 Indicaciones y contraindicaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
6 Estabilización y armonización del sistema nervioso
vegetativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
7 Preparativos para la sesión de tratamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
8 El dolor: su sentido y su significado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
9 Limitaciones a la hora de plasmar por escrito la situación
de las zonas reflejas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
10 Los diferentes grupos de zonas reflejas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
todas las sobrecargas y enfermedades de los órganos crito de sus experiencias, al que posteriormente si-
y tejidos, que se encuentran en una de las 10 zonas guió su segundo libro Stories the Feet have Told.
corporales verticales, dentro de esa zona vertical des- Su trabajo bajo el término «Reflexología» encon-
de la cabeza hasta las manos y los pies. Independien- tró un público interesado, sobre todo en círculos aje-
temente de dónde obtuviera FitzGerald sus datos, nos a la profesión médica. Sus dos libros se difundie-
independientemente de que sus propuestas de tra ron más allá de EE. UU. y también llegaron a los
tamiento a veces hagan suposiciones extravagantes países europeos. Hasta la actualidad, muchas perso-
—utilizó, entre otros, peines metálicos, pinzas para la nas preocupadas por su salud los utilizan como base
Principios básicos
ropa y palitos de madera—, hasta la actualidad esta para el autotratamiento y el mantenimiento de un
imagen reticular de 10 zonas (▶ Fig. 2.1) constituye organismo sano.
un modelo de trabajo fiable para nuestra terapia de
los pies. Además, en el libro de 1917 de FitzGerald
encontré una primera representación de las zonas de 1.3
los órganos en los pies.
De los documentos que nos han llegado se des- De la reflexología a la terapia de las
prende que FitzGerald, a pesar del considerable hos- zonas reflejas de los pies
tigamiento, no solo trató con un elevado índice de
éxito a sus pacientes basándose en esta probada ima- En 1958, siendo yo una joven masajista de 25 años,
gen reticular, sino que durante muchos años instruyó supe por primera vez de la existencia del tratamien-
a médicos y terapeutas de diferentes ramas mediante to de los pies gracias al libro de E. Ingham (v. arri-
cursos prácticos. Uno de sus más estrechos colabora- ba). Puesto que había realizado mi formación como
dores, el Dr. Georg Starr White, describe en un docu- enfermera en Inglaterra, en primera instancia el li-
mento posterior que la terapia zonal era una de las bro despertó mi interés por el idioma, aunque su
formas terapéuticas más conocidas en EE. UU. hacia contenido me causó primero un gran asombro.
1925. Ante todo me pareció inverosímil que «presionan-
A principios de la década de 1930, la masajista do» determinados puntos de los pies se pudieran
americana Eunice Ingham (1888-1974) entró en con- lograr mejoras del estado del ser humano en otros
tacto con estas experiencias. Sin embargo, a diferen- puntos alejados. No obstante, la curiosidad terapéu-
cia de FitzGerald, no realizaba el tratamiento en dife- tica me llevó a comprobar las áreas indicadas, que se
rentes lugares del cuerpo humano, sino que se correspondían con la sintomatología de los pacien-
concentraba en los pies, que también están atravesa- tes. Para mi sorpresa, estas áreas no solo eran dolo-
dos por las 10 zonas corporales. Desarrolló una téc- rosas, sino que su tratamiento tenía como conse-
nica de tratamiento especial a la que denominó The cuencia que las molestias de los pacientes remitían
Ingham Method of Compression Massage. En 1938, considerablemente.
bajo el título Stories the Feet can Tell [Lo que pueden Pronto empecé a implementar este nuevo méto-
contarnos los pies], publicó el primer compendio es- do casi en exclusiva. Gracias al hecho de que desde
▶▶ Fig. 1.2 Zonas de los pies 1917; FitzGerald: Zone Therapy. ▶▶ Fig. 1.3 Zonas de los pies 1938; Ingham: Stories the Feet can Tell.
en todo momento para la comunicación entre sí. de 200 años, adelantándose a su tiempo, Samuel
Su intercambio de información se puede activar Hahnemann habló de transmisión inmaterial de
mediante terapias correspondientes, entre ellas información en el campo de actuación de la ho
también la TZR. meopatía. Reinhold Voll logró demostrar la fuerza
• El potencial de desarrollo de todo el ser humano energética invisible que fluye en los meridianos me-
al principio existe en cada célula individual. diante mediciones de electroacupuntura. Bernard
Cada célula, como órgano de percepción y Bricot y otros han desarrollado formas de movi-
portadora de información, realiza intercambios miento y estudios nuevos y dinámicos sobre el siste-
Principios básicos
con todas las demás células. Las últimas ma postural humano, donde se otorga un «papel
investigaciones del Prof. Y. Zhang Embryo sustentador» a los pies. El soma y la psique también
Containing Information of the Whole Organism se reencuentran hoy en día en los métodos de trata-
[53] así lo confirman. miento más diversos.
Nuevos caminos en la
1.4.2 Las zonas reflejas como
1.4.4
investigación y la ciencia microsistemas y portadoras de
en general información
Durante mucho tiempo, la ciencia occidental se ha Actualmente se denominan microsistemas las pe-
fijado en los detalles, dejando de lado relaciones vita- queñas «autorrepresentaciones a modo de pantalla»
les básicas. En compensación, desde el siglo pasado, que están relacionadas con el macrosistema, el todo,
se tiende a priorizar en muchos campos de la investi- en el sentido de «interconexiones parecidas a bucles».
gación el todo en relación a sus partes: Niels Bohr, Mediante nuevos estudios se ha confirmado que las
Fritjof Capra, Benoît Mandelbrot, Bruce Lipton y posibilidades de resonancia entre los macrosistemas
muchos más son considerados precursores de este y microsistemas siempre existen de forma neutral,
pensamiento más amplio, abierto y vivo. pudiéndose activar mediante los tratamientos co-
Rupert Sheldrake, por ejemplo, investiga desde rrespondientes.
hace décadas los «campos morfogenéticos» (desa- Desde la segunda mitad del siglo pasado, y en
rrollos inmateriales de estructuras y formas) y parte parte también antes, los médicos y terapeutas halla-
de la base de que las formas se crean mediante pro- ron una serie de microsistemas y zonas reflejas gra-
cesos oscilatorios. David Bohm se ocupó de las cias a su afán de descubrir, traduciéndolos en innova-
transformaciones y las correlaciones perpetuas de la dores métodos de tratamiento. Los más conocidos
vida, con lo que ha concebido una visión holográfi- son: ojo (I. v. Peczely), nariz (W. Fliess, N. Krack),
ca del mundo. Gracias a sus extensas investigacio- oreja (P. Nogier), dientes (R. Voll y otros), interior de
nes de los fenómenos del caos y del tiempo, Ilya la boca (J. Gleditsch), lengua (MTC y otros), cráneo
Prigogine contribuyó en gran medida a una nueva (T. Yamamoto), mano y pie (W. FitzGerald, E. In-
interpretación de las leyes naturales y de la interco- gham), pantorrilla (R. Siener), y un largo etcétera.
nexión de todos los sistemas biológicos entre sí. Ma-
No obstante, el pie es el microsistema que, debi-
suru Emoto se dedica a las cualidades sensibles del
do a su clara analogía formal con una figura hu-
agua como portadora de información muy polifacé-
mana sentada, más exactamente reproduce la
tica, que reviste una gran importancia para el futuro
relación de la parte con el todo.
de la humanidad.
Principios básicos
Las experiencias empíricas acumuladas durante
mara «réflex» con espejo. En la actividad cotidiana, décadas también están avaladas mediante estudios
normalmente las zonas reflejas simplemente se deno- clínicos y otras publicaciones.
minan zonas.
Partimos de la base de que los datos actuales so-
bre el tema se complementarán en el futuro mediante
un número mayor y más diferenciado de conoci-
mientos. No obstante, las bases actuales ya pueden
contribuir a una profunda comprensión de los proce-
sos vitales, también en la medicina y la terapia. La
constatación de que cada vez más médicos están
abiertos a incluir procesos de tratamiento basados en
evidencias (basados en la experiencia) para el cuida-
do de los pacientes resulta alentadora.
Más allá de la comprensible necesidad por nues-
tra parte de demostrar la eficacia de la TZR, nuestros
pacientes continúan siendo los defensores más im-
portantes del método, puesto que nos confirman a
diario su eficacia y cómo esta se articula.
Principios básicos
izq. dorsal der. der. plantar izq.
▶▶ Fig. 2.1 Zonas longitudinales del cuerpo según W. FitzGerald. Líneas transversales en el cuerpo y en los pies.
un modelo— a la contemplación individualizada y que estén muy distanciados entre sí, indican a menu-
viva del ser humano. do relaciones mutuas, internas y funcionales, ya que
«el espíritu es el que da la forma» (Carl Huter). Se
2.2 utilizan desde hace tiempo en diversas tendencias te-
rapéuticas. La más conocida es la auriculoterapia de
El ser humano como macrosistema, Nogier, que se basa en el hecho de que el pabellón
auricular representa una forma análoga al estado em-
reconocible en sus distintos brionario del ser humano ([26], [34]).
microsistemas J. Gleditsch y J. Bossy escriben extensamente
acerca de somatotopías probadas ([14], [3]). L. Mees
Filósofos de todos los tiempos han descubierto, a
señala un gran número de convincentes analogías
partir de la observación de los procesos vitales, que la
de formas y sus interrelaciones terapéuticas [31]. A.
información de la parte está contenida en el todo y
Pischinger, a su vez, parte de que los sistemas bioló-
viceversa. También se conoce esto en la medicina,
gicos están interconectados, abiertos energética-
merced a la omnipotencia de la primera célula huma-
mente, y sostiene que mantienen una interacción
na, la cual contiene en sí misma todas las posibilida-
recíproca tanto entre sí como con respecto a su en-
des de diferenciación capaces de configurar el poste-
torno [37].
rior desarrollo de órganos, tejidos y sistemas.
Las investigaciones de este tipo vienen a confir-
Tras una era dedicada a la metodología científi-
mar mi aproximación al tema, ya que pueden servir
ca unilateral tanto de la medicina como de la tera-
también de base para la comprensión de los procesos
pia, en las últimas décadas el movimiento pendular
funcionales dentro de la TZR.
ha vuelto a equilibrarse, si bien parcialmente. Mu-
chos profesionales de la terapia se han dado cuenta
de que:
Principios básicos
dos,
• algo de decisión, para elegir caminos no con-
vencionales, a fin de que la mente, el corazón y
la mano estén en consonancia a la hora de apli-
car la terapia de los pies.
I dorsal D
Dedos 1-5
(Digiti)
Falange distal Falange distal
(Phalanx distalis) (Phalanx distalis)
Falange media Falange media
(Phalanx media) (Phalanx media)
Falange proximal Falange proximal
(Phalanx proximalis) (Phalanx
Metatarsianos proximalis)
1-5 (Ossa
Cabeza metatarsalia) Cabeza
(Caput) (Caput)
Cuerpo (Corpus) Cuneiformes Cuerpo (Corpus)
1-3 (Ossa
Base (Basis) cuneiformia) Base (Basis)
Escafoides
(Os naviculare)
Cuboides Cuboides
(Os cuboideum) Astrágalo (Os cuboideum)
(Talus)
Calcáneo Calcáneo
(Kalkaneus) Peroné (Kalkaneus)
(Fibula)
Tibia
(Tibia)
medial
I D
Metatar-
sianos
Cuneiforme 1
Tibia Tibia
Escafoides
Astrágalo
Calcáneo
D plantar I
Dedos 1-5
(Digiti)
Principios básicos
Metatarsianos
1-5 (Ossa
metatarsalia)
Cuneiformes 1–3
(Ossa
cuneiformia)
Escafoides
(Os naviculare)
Cuboides
(Os cuboideum)
Astrágalo
(Talus)
Calcáneo
(Kalkaneus)
lateral
D Dedos 1– 5 I
Cuneiformes Cuneiformes
1–3 Metatar-
1– 3
sianos 1–5
Escafoides Escafoides
Peroné Peroné
Tibia Cuboides Tibia
Astrágalo
Calcáneo
Principios básicos
▶▶ Fig. 3.1 Posición de partida: contacto, sin presión. ▶▶ Fig. 3.3 Inicio de la actividad del pulgar.
▶▶ Fig. 3.2 Mediante la oscilación del brazo, se desplaza ▶▶ Fig. 3.4 Máxima actividad de la yema del pulgar,
pasivamente la falange terminal del pulgar. equivale a asentar el estímulo en la profundidad del tejido.
A continuación, el pulgar oscila nuevamente a su posición
de partida pasiva y empieza el paso siguiente.
El movimiento rítmico continúa actuando en los teji- Cada movimiento consta pues de dos fases, una
dos del pie y transmite, tanto a los pacientes como a activa y otra pasiva, ambas de una duración aproxi-
los terapeutas, la experiencia de que los polos opues- madamente igual.
tos del movimiento y el reposo se unen para formar
un todo armónico.
Fase activa del pulgar ceso anterior. Mediante la alternancia entre las fases
Consta de los siguientes elementos: de tensión y de relajación, se origina un ritmo ondu-
• Tras tocar suavemente la zona, llega la primera lante, que gracias al impulso del movimiento, recorre
parte del estímulo del tratamiento a partir de la los tejidos del pie, milímetro a milímetro, sin excesivo
oscilación activa del brazo hacia delante, esfuerzo, casi por sí solo.
partiendo de la articulación del hombro. Es algo
parecido al inicio de la oscilación de un péndulo 3.2.2 Maniobra básica del índice
o de un columpio (¡no debe haber ningún (▶ Fig. 3.5, ▶ Fig. 3.6)
movimiento adicional de la muñeca, de arriba
La mayoría de las veces es más práctico, e incluso más
abajo!).
cómodo para la mano, emplear el índice en la parte
• El antebrazo, la muñeca y la mano se encuentran
dorsal del pie. También en este caso se trabaja rítmi-
en una posición intermedia entre la supinación
camente; pero es ahora el pulgar, en la cara opuesta
y la pronación y forman una línea horizontal
del pie, el que ofrece un apoyo pasivo.
natural. Gracias a la posición fisiológica del
Sin embargo, en esta ocasión el ritmo de oscila-
brazo y de la mano que se logra de este modo, el
ción no se manifiesta en el movimiento pendular de
pulgar queda en una ligera pronación y puede
todo el brazo, como sucedía en la maniobra básica
ser utilizado sin excesivo esfuerzo. Cuando la
del pulgar, sino que se traduce en un movimiento as-
yema del pulgar, en posición ligeramente radial,
cendente-descendente de la muñeca, de forma simi-
plana, relajada y sin ejercer presión, entra en
contacto con los tejidos del pie, como lar a la fluctuación de un puente colgante cuando al-
consecuencia de la oscilación del brazo hacia guien lo cruza.
delante, el extremo del pulgar se desliza con
suavidad de un modo pasivo y se ve impulsado a
Fase activa
realizar una clara flexión. La eminencia tenar Posee la siguiente estructura:
está completamente relajada hasta este • El movimiento comienza con una clara
momento, y la yema del pulgar sigue como extensión de la muñeca (el dorso de la mano
antes, sobre los tejidos del pie, con la misma mira hacia el antebrazo).
suavidad que el peso de un sello sobre una carta. • Toda la yema del índice descansa suavemente
• No es hasta este momento que la yema del sobre los tejidos del pie sin presionar, el pulgar
apoya desde la cara opuesta a los dedos.
pulgar asume activamente la dirección,
aumentando la flexión hasta unos 90 grados. Al • La muñeca oscila suavemente hacia su posición
mismo tiempo, aumenta también de modo de partida neutral, con lo que el índice se arquea
progresivo la tensión muscular en la eminencia algo más.
tenar, y la falange distal del pulgar se dirige en • Mientras la falange distal del índice, gracias al
perpendicular y de forma puntual a la movimiento de oscilación de la muñeca, va
profundidad de los tejidos. trasladando despacio su superficie de contacto
• La falange distal del pulgar se encuentra ahora con el pie a la yema del dedo, esta adopta de
modo creciente el impulso activo. Ello permite
en su máxima flexión y en una tensión
semejante a la del arquero cuando concentra a la punta de la yema penetrar
todas sus fuerzas momentos antes de soltar la perpendicularmente, y con una intensidad cada
flecha. Este es el instante en que se desencadena vez mayor, en la profundidad de los tejidos, al
el estímulo terapéutico. objeto de desencadenar allí el estímulo
terapéutico.
Fase pasiva
Al aflojarse de forma espontánea la tensión en la Fase pasiva
eminencia tenar y en la parte delantera de la yema del De modo parecido a como sucede en la maniobra bá-
pulgar, el brazo oscila pasivamente hacia atrás y el sica del pulgar, a continuación se afloja la tensión
pulgar regresa a su posición de partida neutral. Otra creada; el índice regresa pasivamente a su posición de
vez, la yema del pulgar descansa con suavidad sobre partida y la muñeca oscila con suavidad para recupe-
los tejidos del pie y los dedos lo sostienen desde el rar la extensión, a fin de iniciar desde allí un nuevo
otro lado. movimiento.
Una nueva oscilación activa del brazo hacia de- La siguiente puntualización es válida para todo
lante indica el inicio del siguiente movimiento, de tipo de uñas: la flexión, tanto en la maniobra básica
nuevo con sus dos fases, prosiguiendo el mismo pro- del pulgar como en la maniobra básica del índice, en-
Principios básicos
▶▶ Fig. 3.5 Maniobra básica del índice en sus fases de ▶▶ Fig. 3.7 Pases alternos con las yemas de los dedos 3 y 4.
movimiento. Posición de partida.
▶▶ Fig. 3.6 Maniobra básica del índice en su momento de ▶▶ Fig. 3.8 Pases alternos con los pulgares.
máxima actividad.
trayectoria en el tejido, de modo que se pies y los exprimen, en dirección distal, hasta
establezca un movimiento fluido y constante. que ambas yemas se tocan.
• La longitud de cada pase dependerá del estado • Mientras realiza esta operación, la mano que
de los tejidos del pie: si se percibe un trabaja describe un ligero arqueamiento en su
aglutinamiento o congestión de los mismos, se movimiento hacia la planta y/o hacia el dorso
acortarán; si, por el contrario, su tensión es del pie.
normal, podrán alargarse los pases. • La intensidad del movimiento se mantendrá
• Si los dedos que trabajan son los índices, los constante desde el principio al final, debiéndose
pulgares sostienen el pie desde el lado opuesto adaptar en todo momento a la respiración del
al que actúan los dedos, y de esta manera lo paciente (en la fase de inspiración es cuando
mantienen en su posición. Si los pases alternos mejor se puede realizar el estímulo). La otra
son ejecutados por el pulgar, son los otros dedos mano sostiene el pie en una posición adecuada a
los que sostienen el pie. la función y a la actividad, a ser posible desde el
arco transversal. El movimiento debe repetirse
Tal forma de proceder se aplica preferentemente en varias veces.
las zonas correspondientes a los tejidos linfáticos,
para evitar en ellas cualquier tipo de estímulo pun-
tual demasiado intenso de entrada, sobre todo en las
3.2.5 Maniobra sedante sostenida
zonas medial y lateral del tendón de Aquiles. En el Su nombre hace referencia a la función de este movi-
transcurso de la formación global, se tratarán tam- miento: manteniendo tranquilamente una presión en
bién otras zonas del sistema linfático con los pases la zona afectada se pretende reducir las molestias
alternos de presión. agudas de los pacientes.
3.2.4 Exprimir (▶ Fig. 3.9) Su ejecución es parecida a la del tratamiento básico:
Principios básicos
tacto suave y sostenido en la zona afectada, sin un
estímulo puntual considerable en la profundidad de natural resulte la manera en que las manos tomen los
los tejidos. pies del paciente, mayor será la espontaneidad con
que ellas podrán actuar, ya sea:
Indicaciones prácticas • de distal a proximal, o viceversa, o
Los terapeutas cuyas articulaciones de los dedos y • de medial a lateral, o viceversa.
del pulgar sean débiles o bien hipermóviles, debe-
rán realizar un movimiento de flexión de la falange Puesto que no todo el mundo posee esta naturalidad
distal que tienda con claridad a alcanzar un ángulo y se requiere cierto tiempo, paciencia y práctica hasta
de 90 grados, procurando al hacerlo que el impulso que podamos fiarnos de la «sensibilidad de las puntas
activo en los tejidos se lleve a cabo con la falange de nuestros dedos», en las representaciones detalla-
distal del pulgar o del dedo en posición vertical. das de todas y cada una de las zonas (v. ▶ Cap. 10 y ss.)
Gracias a esto, las articulaciones no aplican un es- se proponen algunas direcciones de trabajo de pro-
fuerzo exagerado y permanecen estables. En el caso bada eficacia. Dichas direcciones aparecen indicadas
de la maniobra básica del pulgar, es particularmente mediante flechas.
importante que la muñeca no se doble hacia arriba, En el caso de pacientes muy sensibles, no solo de-
ya que al hacerlo aumentaría la inestabilidad en la bemos determinar la dirección de trabajo en función
articulación metacarpofalángica del pulgar y le res- del empleo más económico de nuestras manos, sino
taría eficacia. también en función de su cuadro clínico y de su sin-
En el caso de que las articulaciones del dedo índi- tomatología.
ce estén debilitadas o sean hipermóviles, se optará
por el deslizamiento de la yema del dedo, gracias a la Un caso concreto tratado en mi consulta
oscilación de la muñeca. El arco de tensión derivado Hace años, se presentó en mi consulta un paciente de 75
de tal operación concentra la fuerza de la yema de la años, muy sensible, con ligeras molestias propias de una
falange distal y evita, de esta manera, que se doblen angina de pecho, y un fuerte resfriado, a quien cada vez le
las articulaciones. Se ha mostrado útil que el dedo resultaba más difícil la expectoración de las mucosidades
corazón sirva de apoyo al dedo índice débil. del tracto respiratorio. Al efectuar la primera exploración
Recordemos al Guillermo Tell de Schiller: «El (▶ Cap. 11), me llamaron la atención, además de las zo-
arco solo muestra su fuerza cuando está tenso». nas del corazón y del aparato respiratorio, las fuertes alte-
Sirvan las siguientes palabras de estímulo: a me- raciones halladas en el tracto digestivo, en las zonas del
nudo, un contacto delicado, llevado a cabo con deter- estómago y del intestino, en la región inguinal y en la
minación e implicación interior, es más efectivo para parte inferior de la columna vertebral.
conseguir un cambio en la tonicidad de los tejidos del Para facilitarle la expectoración y el desprendimiento
pie que tomarlo con rudeza y aplicarle una presión de las mucosidades de la zona de los bronquios, trabajé
exagerada. tonificando dichas zonas bronquiales, aplicando los mo-
vimientos de proximal a distal, es decir, de «abajo» hacia
La atención personal y la concentración, con las «arriba», en dirección a la zona de la cavidad nasofarín-
que se realiza el movimiento terapéutico, deter- gea.
minan su calidad y eficacia en mayor medida de Tras tan solo un par de movimientos, el paciente se
lo que normalmente se presupone. incorporó con brusquedad y evidenció náuseas y signos
claros de estar a punto de vomitar. De un modo más intui-
tivo que racional, decidí cambiar la dirección del trata-
miento y pasé a aplicar los movimientos de distal a proxi-
mal. Para sorpresa de ambos, las náuseas desaparecieron
tan espontáneamente como se habían presentado. A
continuación, el paciente me informó de que, desde ha-
Principios básicos
de un sello, se coloca este antes con precisión y de que las cosas sencillas se aprenden con facilidad y
se estampa posteriormente sobre el papel (fase prontitud, lo que conduce a descuidarlas.
activa), para a continuación, sin emborronar la
escritura, retirarlo con suavidad del papel (fase Cualquier terapeuta puede comprobar por sí
pasiva). mismo si está empleando la técnica correcta:
• La pelota: un niño lanza con todas sus fuerzas la cuando nuestro trabajo nos origine frecuentes
pelota contra el suelo (fase activa) y, al instante, sobrecargas articulares y agarrotamientos mus-
debido a la resistencia que opone el suelo (= culares, hay que reemprender y reordenar el
tono del tejido), rebota (fase pasiva). aprendizaje de los movimientos desde los fun-
• El muelle: un muelle es comprimido (fase damentos, teniendo en cuenta que «lo mecánico
activa); al soltarlo, recupera rápidamente su fatiga, pero lo dinámico restaura».
forma original (fase pasiva).