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- Se alejó, sin descartarlo, del modelo historicista que imperaba para estudiar el
lenguaje (origen, desarrollo, cambios…) (recuerden el texto de Eco)
- Signo: Es todo lo que habla de algo distinto de sí mismo: el color rojo del
semáforo no indica el color rojo mismo, sino que nos invita a detenernos. Los
fonemas no son meros sonidos emitidos por los órganos fonatorios o las letras
garabatos dibujados, sino que evocan ideas y conceptos.
- De Saussure se pregunta por la naturaleza de la materia que estudia la
lingüística, y ello le lleva a su primera pareja de términos: la lengua (el sistema,
que comprende la gramática, sintaxis, fonética, etc., de una lengua concreta) y el
habla (lo que efectivamente hacemos con tal sistema). Se interesó en enfocar la
lengua, o sea, el funcionamiento del sistema, más que las formas particulares de
hacerlo realidad (habla).
- De este modo, de Saussure, en su “Curso de lingüística general”, vinculó la
lingüística con un estudio más general de los signos y subrayó la creatividad del
lenguaje. (recuerden a Lewis Carrol y su “Alicia…”)
- Signo lingüístico: no vincula un nombre o etiqueta con una cosa (recuerden a
Platón), sino un concepto con una imagen acústica (imagen mental de un
nombre que le permite a un hablante decirlo). En otros términos, un significante
ligado a un significado. Ambos son entidades mentales, ligadas como las dos
caras de una hoja de papel: cada cara no se puede rasgar sin afectar la otra.
- Para de Saussure, el signo lingüístico es arbitrario (recuérdese la polémica en
Crátilo), es decir, la conexión entre significado y significante es aleatoria:
cualquier secuencia de sonidos (significante) podría haber expresado cualquier
significado, y por ello hay muchas lenguas y no una sola (otra vez Eco y también
Carrol). Tal significante es lineal (un sonido tras otro, una letra tras otra…). Sin
embargo, y es una paradoja, una vez una lengua establece el vínculo entre una
imagen acústica (significante) y un concepto (significado), tal signo se hace
inmutable (ninguna voluntad de una persona o colectivo puede arbitrariamente
cambiarlo. Si se dan cambios, estos no dependen de una voluntad deliberada,
sino de procesos históricos, de evolución lingüística, y por ello el signo
lingüístico es mutable.
- El lenguaje no crea sonidos para expresar el pensamiento (Platón otra vez), sino
que media entre sonido y pensamiento, para que el vínculo entre ambos de como
resultado unidades que se determinan mutuamente. Tal vínculo entre sonido y
pensamiento produce forma, no sustancia.
- El pensamiento, que es caótico, adquiere orden cuando adquiere forma.
- El lenguaje es, entonces: producto social de la facultad del lenguaje y un
conjunto de convenciones necesarias. Una totalidad y un principio de
clasificación. Un sistema donde todos sus términos son solidarios y donde el
valor de cada uno no resulta más que de la presencia simultánea de los otros.
- Y NO es: un mecanismo para expresar ideas, una herramienta de comunicación,
un espejo que refleja lo real, un medio transparente para ver lo real “tal cual es”,
una dócil herramienta.
- En de Saussure, pues, hay un juego de dualidades, de oposiciones, para
organizar su enfoque: lengua / habla (langue/parole en francés);
significante/significado, sincrónico//diacrónico, forma/sustancia,
arbitrariedad/motivación (del signo), mutable/inmutable.