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1.

Niño listo y alegre


2. Le gustaba jugar mucho al futbol
3. El atletismo y tocar piano le apasionan
4. Responsable en sus tareas de cada asignatura
5. Sueña con llegar a ser futbolista profesional
6. Mantener comunicación con todos sus compañeros
7. Solo una vez tuvo problemas con una tarea
8. Se levanta temprano a estudiar cuando tiene que rendir pruebas o lecciones
9. Mejor esfuerzo en todo lo que realiza
10. Entrenamientos a diario
11. No es egoísta con los demás
12. Respetosos con todos en su colegio como en la calle
13. Admite sus errores
14. Admira a futbolista profesionales
15. Deja sus deberes para última hora
16. Cariñoso con su madre
17. Repetir el curso
18. Presenta sus tareas muy aseadas
19. Amigable con todos
20. Admira a Cristiano Ronaldo

LAS TAREAS DE CRISTHIAN Y SU DEPORTE FAVORITO


Cristhian era un niño muy listo y alegre que le gustaba hacer muchas cosas: jugaba al
fútbol que era su pasión, practicaba atletismo y tocaba el piano. Además, sacaba muy
buenas notas en el colegio en todas las asignaturas, porque siempre era responsable y
todo le iba muy bien. De hecho, siempre dejaba los deberes para última hora y los tenía
listos en antes de acostarse.

Cristhian sueña con llegar a ser futbolista profesional y jugar dentro y fuera del país en
equipos de gran importancia y trayectoria, se relaciona fácilmente con todos sus
compañeros de equipo y desde pequeño siempre ha admirado a Cristiano Ronaldo.

Un día, la maestra le dio una tarea muy especial metida en un sobre cerrado. Le dijo a
Cristhian que debía abrirlo ese mismo día para leer en qué consistía y llevarla resuelta
una semana más tarde.

El descuido su tarea, sin prestarle atención a lo que la maestra dijo, descanso temprano
y al día siguiente en la madrugada se levantó para estudiar la lección que debía dar;
poniendo su mejor esfuerzo para rendir correctamente.

Cristhian después de terminar sus tareas iba a entrenar su deporte favorito a diario con
sus compañeros de equipo, y siguió dejando retrasada la tarea porque pensó que si solo
necesitaba unos pocos minutos al día como dijo la maestra él podría esperar al último
momento para hacerla, así que dejó el sobre en su mesa de estudio.

Pasó una semana, y Cristhian abrió el sobre con la tarea y miro que no había nada en la
hoja, y se puso a pensar diciéndose el mismo que voy hacer ahora. Cristhian dio mil
vueltas al papel, lo puso a la luz de una vela para comprobar si estaba escrito en tinta
invisible e hizo todo lo que se le ocurrió para intentar ver algo. Pero no sirvió de nada.
El papel estaba en blanco.

Llamó a todos sus amigos, pero ninguno quiso decirle nada. Era parte de las normas de
la tarea y nadie quería incumplirlas.

Por la mañana, sin apenas haber pegado ojo, Cristhian fue al colegio con su papel en
blanco, muy preocupado. No quería repetir el curso, y menos por una sola tarea.

La maestra empezó a recibir la tarea y cuando llegó a la mesa de Cristhian y vio que no
había nada, la maestra preguntó:
- ¿Qué ha pasado Cristhian?
- En mi sobre no había más que una hoja en blanco señorita respondió Cristhian.
- Vaya… ¿y por qué no me preguntaste? -dijo la maestra.
- Porque descuide mi tarea y abrí el sobre ayer por la noche.
Cristhian lo del sobre era una broma le dijo la maestra. Quería que aprendieras a ser
previsor con las tareas que tenéis que hacer y, para eso, necesitabas saber qué es lo que
debías hacer. Espero que hayas aprendido la lección.
Desde entonces, Cristian procura ser más responsable y hacer cuanto antes sus deberes
para que no le vuelva a pasar lo mismo. Puede que la próxima vez no tenga tanta suerte
y sí tenga que repetir curso.

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