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Revista Latinoamericana de Psicología

ISSN: 0120-0534
direccion.rlp@konradlorenz.edu.co
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
Colombia

Puente, Aníbal; Jiménez, Virginia; Ardila, Alfredo


Anormalidades cerebrales en sujetos disléxicos
Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 41, núm. 1, 2009, pp. 27-45
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80511492002

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Recibido: febrero de 2008.
Aprobado: noviembre de 2008. Universidad Complutense de Madrid, Madrid, EspaÒa.

Universidad Complutense de Madrid, Madrid, EspaÒa.

Florida International University, Miami, Florida, EE.UU.

Correspondencia: Dr. AnÌbal Puente, C/ General PardiÒas, 31, 6∫ F., 28001


Madrid. apuente@psi.ucm.es

Desde hace varias dÈcadas se han intentado precisar los Since decades ago, significant research had been directed
fundamentos biolÛgicos de la dislexia. Dicho proceso de to pinpoint the biological foundations of dyslexia.
investigaciÛn y an·lisis ha permitido confirmar una serie de Throughout history, several functional and morphological
diferencias funcionales y morfolÛgicas en el cerebro de los differences in dyslexicsí brains have been reported. In this
sujetos dislÈxicos. En esta lÌnea de investigaciÛn, el artÌculo paper, the evidence about brain abnormalities in different
que presentamos examina la evidencia sobre las posibles structures associated with dyslexia is examined: planum
anormalidades cerebrales en diferentes niveles: plano tem- temporale, parietal lobe, corpus callosum, cerebellum,
poral, lÛbulo parietal, cuerpo calloso, cerebelo, Ìnsula y he- insula and right hemisphere. Potential genetic factors
misferio derecho. En el mismo, se analizan los hipotÈticos involved in dyslexia are analyzed. It is emphasized that a
factores genÈticos que participan en la dislexia, poniendo el
defect in the phonological language processing may
Ènfasis en el hecho de que, probablemente, un defecto en
represent the core defect in dyslexia. It is concluded that
el procesamiento fonolÛgico del lenguaje sea el factor de-
dyslexia probably is not a discrete entity; most likely, it
terminante de la dislexia. Asi mismo, se plantea si la varie-
presents a continued gradation. Diversity in
dad de su sintomatologÌa y de los defectos asociados podrÌa
relacionarse con la presencia de diferentes variables. Se symptomatology and associated defects could be related
concluye que, posiblemente, la dislexia no es una entidad with the involvement of different variables. Furthermore,
discreta sino que se presenta como una gradaciÛn conti- the specific characteristics of the different writing systems
nua. Igualmente, se aporta la idea de que las caracterÌsticas could affect the apparent dyslexia frequency and its specific
especÌficas de los distintos sistemas de lectoescritura po- manifestations, as well as the likelihood to find brain
drÌan incidir en la frecuencia aparente y las manifestaciones abnormalities.
particulares de la dislexia de desarrollo, asÌ como en la pro-
babilidad de hallar anormalidades cerebrales. Key words: dyslexia, learning disabilities, brain damaged, brain,
planum temporale.
Palabras clave: dislexia, trastornos del aprendizaje, anormalidades
cerebrales, asimetrÌa cerebral.
Desde hace mucho tiempo se ha supuesto que tales
fallas eran el resultado de alg˙n tipo de disfunciÛn o anor-
La lectura representa un tipo de aprendizaje inter-modal malidad situada en diferentes niveles cerebrales
crÌtico en el funcionamiento de las sociedades contem- (Hinshelwood, 1917; Morgan, 1896; Thomas, 1905).
por·neas. En general, los niÒos adquieren la lectura con
normalidad pero, aproximadamente, uno de cada diez Las primeras investigaciones en este lÌnea, establecie-
muestra serias dificultades de adquisiciÛn, con indepen- ron la existencia de anormalidades en la lateralizaciÛn del
dencia del paÌs y de la lengua de que se trate. lenguaje (Orton, 1937). Tal explicaciÛn gozÛ de gran po-
pularidad durante muchos aÒos y a˙n se sostiene que la
Diferentes regiones cerebrales participan en el reco- organizaciÛn cerebral del lenguaje en sujetos con dificul-
nocimiento y producciÛn del lenguaje escrito. tades en la lectura podrÌa relacionarse con alguna ano-
malÌa de esta clase.
Se ha propuesto que la escritura se basa en al menos
tres habilidades diferentes (visoperceptual, pr·xica y lin- Posteriormente, ya en el siglo XX y, m·s concreta-
g¸Ìstica) y, en consecuencia, que es posible distinguir tres mente, durante los aÒos sesenta, la investigaciÛn se centrÛ
formas b·sicas de trastornos adquiridos en la escritura en el estudio de buenos lectores y dislÈxicos, con el fin de
(agrafia espacial, agrafia apr·xica y agrafia af·sica) (Ardila, constatar diferencias en las ·reas cerebrales que habitual-
2004). mente participan en el procesamiento del lenguaje, espe-
cialmente el plano temporal (Belmont & Birch, 1965;
En cuanto a la lectura, los estudios realizados al res- Critchley, 1964; Geschwind & Levitsky, 1968).
pecto sostienen que implica la interacciÛn de dos gran-
des sistemas cerebrales: el sistema visual y el sistema verbal En dÈcadas m·s recientes, y, sobre todo, gracias a la in-
(Cohen, 1999). El sistema visual se encarga de identificar troducciÛn de las tÈcnicas imagenolÛgicas ñTomografÌa por
los caracteres escritos y determinar el orden en el que EmisiÛn de Positrones (TEP) y Resonancia MagnÈtica Fun-
Èstos se sit˙an respectivamente. Por su parte, el procesa- cional (RMf)ñ, se ha avanzado significativamente en la b˙s-
miento perceptivo permite el reconocimiento de las le- queda de diferencias en los patrones de organizaciÛn y activaciÛn
tras y la obtenciÛn de la forma visual de las palabras cerebral entre sujetos dislÈxicos y lectores normales.
(Cohen et al., 2000; Hillis & Camarazza, 1995; Warrington
& Shallice, 1980). Esta forma visual es transmitida al sis-
tema verbal, que se ocupa de las siguientes fases de pro-
cesamiento: acceso al significado, a sus caracterÌsticas En las primeras dÈcadas del siglo XX, como se ha seÒala-
gramaticales y a su pronunciaciÛn (Ellis, 1993). do anteriormente, las dislexias se trataron de explicar por
defectos en la lateralizaciÛn del lenguaje, pues se tenÌa
No obstante, cuando se trata de leer no solo pala- constancia de que, en tareas de naturaleza verbal, el he-
bras asociadas con un significado particular, sino proce- misferio izquierdo predominaba en los sujetos diestros,
sar oraciones y textos, se deben aÒadir a las etapas en tanto que esta lateralizaciÛn era menos acusada en los
anteriores otras dos m·s: el an·lisis sint·ctico (identifica- zurdos y ambidextros e incluso, se presentaba invertida
ciÛn de la funciÛn de cada palabra dentro de la frase y de en algunos casos (Bryden, 1982). En apoyo de esta teorÌa,
las relaciones que se establecen entre ellas) y la elabora- los estudios clÌnicos de principios de siglo XX
ciÛn del significado del texto (elaboraciÛn de una repre- (Hinshelwood, 1917; Orton, 1937) confirmaron que los
sentaciÛn conceptual del texto teniendo en cuenta la sujetos dislÈxicos solÌan ser ambidextros, presentaban una
informaciÛn sem·ntica aportada por Èste, su contexto y lateralizaciÛn anÛmala, realizaban escritura en espejo y
tambiÈn los conocimientos previos de que dispone el lec- cometÌan errores de inversiÛn izquierda/derecha, cuan-
tor) (Mitchell, 1987; Puente, 2001a). do leÌan o escribÌan.

Son, precisamente, los sujetos con trastornos en la A mediados de esta centuria, Geschwind y Levitsky
adquisiciÛn de la lectoescritura (dislexia de desarrollo), los (1968) confirmaron la existencia de asimetrÌas entre los
que presentan fallas en el aprendizaje de alguno de los dos hemisferios del cerebro humano, en regiones que
procesos mencionados anteriormente.
supuestamente participan en el lenguaje oral y escrito. con sistemas de lectura transparentes, como el italiano
Su investigaciÛn puso de relieve que existe una elevada (Ardila, Rosselli, & Ostrosky, 1996).
proporciÛn de zurdos entre los individuos dislÈxicos y
los miembros de las familias a las que pertenecen, sugi- En la actualidad se acepta la idea de que los lectores
riendo, de este modo, una lateralizaciÛn cerebral anÛ- normales presentan usualmente un patrÛn de especializa-
mala entre los sujetos dislÈxicos (Geschwind & ciÛn hemisfÈrica, caracterizado por la lateralizaciÛn del
Galaburda, 1987). Adem·s, atestiguaron que existe una lenguaje en el hemisferio izquierdo, mientras que las fun-
mayor prevalencia de dislexia en niÒos que en niÒas, lo ciones espaciales serÌan responsabilidad del hemisferio
que permitiÛ proponer una teorÌa que relacionaba el derecho (Monsalve & Cuetos, 2001). De acuerdo con los
sexo, la lateralidad, los problemas inmunolÛgicos y las datos proporcionados por la mayorÌa de los expertos
dificultades en el aprendizaje. (Annet, 1976), alrededor de 90% de la poblaciÛn mun-
dial es diestra por lo que, del restante 10%, la mitad m·s
AÒos m·s tarde, investigadores como Rosen, o menos presentarÌa un control del lenguaje por parte del
Sherman y Galaburda (1991) verificaron, gracias a es- hemisferio derecho; sÛlo un 5% posee un control relati-
tudios post mortem en niÒos dislÈxicos, que su cerebro vamente bihemisfÈrico del lenguaje. En consecuencia, la
presentaba un hemisferio derecho mayor, hecho que versiÛn original de la hipÛtesis hormonal, que pretendÌa
podrÌa explicar el que se encuentren talentos excepcio- explicar la elevada incidencia de zurdos entre los dislÈxicos
nales entre sujetos de estas caracterÌsticas, en determi- (Geschwind & Galaburda, 1987), cobra protagonismo, a
nadas ocasiones. pesar del escepticismo generado en el primer momento,
ya que parece existir cierta asociaciÛn entre la preferencia
Otros estudios realizados han puesto el Ènfasis en manual y algunas funciones mentales superiores, entre ellas
la posibilidad de establecer un origen biolÛgico com˙n el lenguaje y la lectura (Beaton, 2004). La b˙squeda de
de la dislexia en diferentes lenguas. En este sentido, se ha estas vinculaciones tiene una larga historia y a pesar de
planteado que una reducida actividad de la corteza tem- que, como dice Annet (2002), puedan existir muchos fac-
poral y parietal izquierda podrÌa afectar el procesamien- tores que influyen sobre la probabilidad de dislexia, la
to fonolÛgico (Paulesu et al., 2001; Shaywitz et al., 1998). preferencia manual izquierda es una de ellos.
En la misma lÌnea de trabajo, Siok, Perfetti, Jin y Tan
(2004) observaron que los sujetos dislÈxicos chinos no
presentaban diferencias en el lÛbulo temporal izquier-
do, pero sÌ mostraban anormalidades en la circunvolu- A travÈs de la historia se ha tenido conocimiento de las
ciÛn frontal izquierda media (Ziegler, 2006), y que estas diferencias anatÛmicas observables al comparar los cere-
diferencias, en los correlatos neuroanatÛmicos de la bros de sujetos con y sin dificultades en la adquisiciÛn de
dislexia, podrÌan ser resultado de diferencias en la es- la lectoescritura. A continuaciÛn se mencionan las asimetrÌas
tructura ortogr·fica entre lenguas. Igualmente, Cossu, anatÛmicas que han sido aportadas por la literatura rela-
Gugliotta & Marshall (1995) verificaron cÛmo, tras seis cionada con el tema.
meses de entrenamiento, lectores jÛvenes italianos obte-
nÌan un 92% de Èxito en la lectura de palabras, en con-
traste con estudiantes en lengua inglesa, que necesitaron
un tiempo considerablemente mayor. Algo similar ocu-
rre cuando se compara el rendimiento ortogr·fico de En el siglo XX, durante la dÈcada de los sesenta, el plano
estudiantes alemanes e ingleses, pues los niveles de pre- temporal adquiriÛ un interÈs especial en la explicaciÛn del
cisiÛn de estos ˙ltimos son m·s bajos y la velocidad de comportamiento dislÈxico. AsÌ lo reconociÛ Geschwind
lectura m·s lenta despuÈs de tres aÒos de escolarizaciÛn (1965), cuando decidiÛ incorporar dicha estructura en su
(Frith, Wimmer & Landerl, 1998; Landerl, Wimmer & modelo sobre los orÌgenes de los trastornos de aprendiza-
Frith, 1997). Por el contrario, en el caso del espaÒol, con je. En efecto, el plano temporal participa b·sicamente en
un sistema de escritura transparente, el aprendizaje b·si- el procesamiento de la informaciÛn auditiva. Los niÒos
co de la lectoescritura se logra aproximadamente en un con dislexia de desarrollo muestran dificultades en la lec-
aÒo, es decir, en un tiempo similar al de otras lenguas tura de palabras irregulares y pseudopalabras, es decir,
carecen de conocimiento consciente de los sonidos de su Lorys, Novey & Eliopulos (1990), se puede destacar que
propia lengua y muestran deficiencias para reconocer otros el objetivo principal de su an·lisis consistiÛ en evaluar la
sonidos no ling¸Ìsticos (Tallal, 1980). Dicha estructura especificidad de la anomalÌa descrita en los sujetos
est· localizada en la regiÛn posterior de la cisura de Silvio, dislÈxicos. Para ello, compararon las medidas del plano
incluyÈndose usualmente en el ·rea de Wernicke, regiÛn temporal izquierdo de 10 sujetos dislÈxicos con las de 10
cerebral donde se procesa auditivamente el lenguaje. niÒos que padecÌan ìsÌndrome de hiperactividadî, asÌ
Consecuentemente, el plano temporal pone de manifies- como con las de 10 sujetos control. Los resultados indi-
to su implicatura en este proceso, por cuanto se observa caron que mientras que el 70% de los sujetos hiperactivos,
una diferencia de tamaÒo al comparar lectores normales al igual que los sujetos del grupo control, que no pade-
y sujetos dislÈxicos (Barta et al., 1995; Shapleske, Rossell, cÌan ninguna de las dos patologÌas, presentaban la asime-
Woodruff & David,1999; Zetzsche, Meisenzahl, Preuss trÌa habitual a favor del hemisferio izquierdo, Èsta se
& Holder, 2001). encontraba ausente en el 90% de los participantes dislÈxicos.
Por consiguiente, los datos apoyarÌan el papel particular
Geschwind y Levitsky (1968) analizaron, en una in- del plano temporal en el trastorno funcional de la dislexia
vestigaciÛn seminal, el cerebro de 100 personas adultas (DÈmonet, 1996; Habib, 1997a). Sin embargo, contraria-
normales. En este grupo de sujetos, el 65% tenÌa el plano mente a las predicciones de Galaburda, la falta de sime-
temporal izquierdo m·s grande que el derecho, mientras trÌa se deberÌa, seg˙n dichos autores, a una disminuciÛn
que la situaciÛn era inversa en el 11%. Estudios similares del lÛbulo temporal izquierdo y no a un aumento de la
confirmaron estos resultados tanto en adultos como en dimensiÛn del plano temporal derecho.
niÒos (Geschwind & Galaburda, 1987; Rubens, 1976;
Rumsey et al., 1986). De este modo, se evidenciÛ que las Un resultado similar ha sido obtenido por Larsen,
naturales asimetrÌas en la morfologÌa cerebral estaban aso- Hˆien, Lundberg & ÷degaard (1990), quienes hallaron
ciadas con el lenguaje y que sus anormalidades represen- una asimetrÌa de estas regiones cerebrales en el 70% de
taban el fundamento neurolÛgico que podÌa explicar gran los sujetos dislÈxicos y solamente en el 30% de los sujetos
parte de los trastornos de lenguaje, particularmente las control. Estos investigadores afirman que sÛlo los
fallas en la adquisiciÛn de la lectoescritura. dislÈxicos que presentan trastornos fonolÛgicos impor-
tantes muestran esta particularidad morfolÛgica. En con-
A tenor de lo anteriormente citado, es destacable que secuencia, el hecho sugiere la existencia de una
cuando el grupo de Galaburda (Galaburda, Corsiglia, correspondencia entre el grado de predominancia del
Rosen & Sherman, 1987; Galaburda & Kemper, 1979) plano temporal izquierdo y las aptitudes del sujeto para
midiÛ el cerebro de ocho sujetos dislÈxicos, hallÛ un procesar los sonidos de lenguaje (DÈmonet, 1996; Habib,
aspecto simÈtrico del plano temporal en todos ellos. Evi- 1997a). Adem·s, los datos obtenidos por dichos autores
dentemente, aunque la muestra de cerebros fue pequeÒa, avalarÌan la conclusiÛn de Galaburda en el sentido de
este tipo de constataciÛn post mortem puede constituir un que la asimetrÌa se debe a un aumento del plano derecho
indicio para responder algunas preguntas sobre las carac- y no a una disminuciÛn del izquierdo (Habib, 1997b).
terÌsticas cerebrales de los sujetos dislÈxicos, ya que en
todos los cerebros estudiados los autores observaron una Existen, no obstante, algunos estudios (Duara et
reducciÛn de esta asimetrÌa, mientras que dicho efecto al.,1991; Leonard, Voeller & Lombardini, 1993) que en-
sÛlo estuvo representado por el 30% de los lectores nor- cuentran una simetrÌa tanto en los pacientes dislÈxicos
males. Es m·s, en un trabajo posterior, Galaburda, Rosen, como en los sujetos control. Por ello, las conclusiones de
Sherman y Humphreys (1991) seÒalaron que en el caso las ˙ltimas investigaciones cuestionan que la asimetrÌa afecte
de la simetrÌa de los planos temporales en los sujetos ˙nicamente a los planos temporales de los sujetos
dislÈxicos, se debe hablar de un aumento de la extensiÛn dislÈxicos e incluso, ponen en duda la excesiva importan-
del plano temporal derecho y no de una reducciÛn del cia que se le ha atribuido a las diferencias en el plano
izquierdo. temporal (Kolb & Whishaw, 1996). En apoyo de esta
hipÛtesis, Shaywitz et al. (2007) aportan nuevas evidencias
Por lo que respecta a los estudios emprendidos en a favor del papel crucial de la regiÛn temporal y occipital
esta lÌnea de investigaciÛn por Hynd, Semrud-Clikerman, izquierda en el desarrollo lector. Igualmente, Hoeft et al.
(2006) confirman que los niÒos y adultos con dislexia, ria, constatando que cuando los sujetos tenÌan que recor-
examinados con neuroim·genes durante la realizaciÛn de dar las seis letras sucesivamente expuestas en una pantalla,
tareas de procesamiento fonolÛgico, presentan una redu- trataban de pronunciarlas sub-vocalmente con el propÛ-
cida actividad parietotemporal. En definitiva, estas ˙lti- sito de colocar la informaciÛn en el almacÈn auditivo fo-
mas informaciones confirman la sospecha de que la nolÛgico postulado por Baddeley (1986). ⁄nicamente,
dislexia se debe a un desarrollo atÌpico de varias estructu- los sujetos dislÈxicos tenÌan dificultades para percibir un
ras del sistema neuronal que sirven de soporte para el sonido del lenguaje y mantenerlo unos segundos en su
aprendizaje de la lectura. memoria (Snowling, Goulandris & Defty, 1996). M·s a˙n,
un niÒo e incluso un adulto dislÈxico que aparentemente
se hubiera recuperado, habrÌa tenido tambiÈn dificulta-
des para segmentar una palabra en sus constituyentes so-
Como ya seÒal·bamos en el apartado anterior, Leonard, noros, o para indicar la ausencia/presencia de rima entre
et al., (1993), no encontraron diferencias entre dislÈxicos dos palabras (Goswami & Bryant, 1990).
y testigos en el tamaÒo del plano temporal, pero sÌ des-
cubrieron una falta de asimetrÌa en la corteza parietal En el mismo sentido, Habib, Robichon, LÈvrier,
inferior. Esta regiÛn parietal, que tambiÈn posee un ·rea Khalid & Salamon (1995) emprendieron el examen de
mayor en el hemisferio izquierdo de la mayorÌa de los 16 adultos, antiguos dislÈxicos y otros tantos controles.
lectores normales, es conocida por participar en ciertos Todos ellos fueron objeto de un examen del cerebro uti-
lizando Resonancia MagnÈtica (RM) para medir la asime-
aspectos, especialmente fonolÛgicos del lenguaje (Eckert
trÌa del plano temporal y la regiÛn parietal inferior. En
& Leonard, 2003), asÌ como por generar trastornos en
dicho examen, los dislÈxicos, pese a haber alcanzado, gra-
la ordenaciÛn de los sonidos y de las sÌlabas como con-
cias a una reeducaciÛn adecuada, un nivel de lectura casi
secuencia de lesiones cerebro vasculares en edad adulta
normal, obtuvieron un resultado muy inferior al de los
(Eckert, 2004).
control en conciencia fonolÛgica (e.g. reconocimiento de
palabras que riman). En cualquier caso, las dificultades
Con el objetivo de dilucidar los resultados contradic- detectadas fueron proporcionales al grado de simetrÌa
torios o incompletos relacionados con los planos tempo- del ·rea parietal inferior, aunque independientes del gra-
rales, Habib & Robichon (1996) realizaron un estudio do de simetrÌa de los planos temporales, lo que de con-
mediante la tÈcnica de Resonancia MagnÈtica Funcional firmarse, apoyarÌa la idea de que la particularidad del
(RMf), con el fin de explorar los cerebros de 16 dislÈxicos cerebro dislÈxico debe encontrarse tambiÈn a nivel del
y 14 sujetos control. Los datos de esta investigaciÛn no lÛbulo parietal y no simplemente en el plano temporal.
confirmaron la existencia de un coeficiente de simetrÌa de
los planos temporales mayor en los dislÈxicos que en los A la vista de las informaciones aportadas, podemos
sujetos control. Por el contrario, los autores seÒalaron que concluir que la simetrÌa del ·rea parietal suprasilviana pro-
es el coeficiente de asimetrÌa del ·rea parietal suprasilviana puesta por Habib y Robichon (1996), no ha sido plena-
el que mejor discrimina entre individuos dislÈxicos y con- mente confirmada, por lo que serÌa necesaria la realizaciÛn
trol. De hecho, encontraron una correlaciÛn significativa de nuevas investigaciones para corroborar el nivel de par-
entre el grado de asimetrÌa del ·rea parietal y la ejecuciÛn ticipaciÛn del ·rea temporo-parietal y otras.
en pruebas fonolÛgicas, de modo que, a medida que la
asimetrÌa se invierte hacia una predominancia del ·rea Las investigaciones emprendidas por Backes et al.
parietal derecha, se observan mayores problemas de eje- (2002) en este campo, evidencian que los dislÈxicos mues-
cuciÛn en tareas fonolÛgicas. tran una menor actividad de la corteza temporal y parietal
durante el procesamiento fonolÛgico. Por tanto, este re-
Hoy es bien conocido que el ·rea suprasilviana se sultado sugiere que los dislÈxicos fracasan en intentar ac-
activa cuando el sujeto almacena durante unos segundos tivar regiones cerebrales que normalmente se estimulan
una informaciÛn auditiva (ìmemoria de trabajoî). Para durante la realizaciÛn de una tarea ling¸Ìstica y, en su lu-
comprobarlo, Paulesu et al. (1996) compararon dos gru- gar, recurren a ·reas asociadas con el procesamiento viso-
pos (control y experimental) en tareas de rima y memo- espacial (e.g. los dislÈxicos usan de forma prominente la
corteza prefrontal del hemisferio derecho durante el pro- Òo de la rodilla del cuerpo calloso. Por consiguiente, el
cesamiento ortogr·fico). mayor Èxito lector estarÌa asociado con un cuerpo
calloso mayor, particularmente en las regiones ante-
rior y posterior.

Otras estructuras cerebrales, adem·s del plano temporal


y el ·rea parietal inferior, han atraÌdo la atenciÛn en el
estudio de la dislexia. En los dislÈxicos se ha observado El cerebelo constituye otra regiÛn en la que se han ras-
un desarrollo anormal en tareas que requieren la coordi- treado diferencias entre sujetos dislÈxicos y lectores nor-
naciÛn de ambos hemisferios cerebrales (Coslett males. El papel preciso del cerebelo en la cogniciÛn es
&Monsul, 1994; Witelson, 1985), pues a menudo, los su- discutible (Ivry, 1997). Sin embargo, la idea de que el ce-
jetos dislÈxicos presentan ciertos comportamientos seme- rebelo se relaciona exclusivamente con aspectos motores
jantes a los mostrados por los pacientes con ìcerebro ha sido superada en los ˙ltimos aÒos (Arriada, Otero &
divididoî: incoordinaciÛn entre las dos manos, agrafia Corona, 1999; Vlachos, Papathanasiou & Andreou, 2007).
de la mano izquierda, incapacidad para identificar obje- Existe, por ejemplo, un sÌndrome clÌnico denominado
tos con la mano izquierda (astereognosia izquierda), difi- di·squisis cerebelo-cerebral en el que se evidencian, ade-
cultad para dibujar en tres dimensiones con su mano m·s de la sintomatologÌa motora cl·sica, otras alteracio-
derecha (falta de tridimensionalidad) y ìextinciÛnî del nes cognitivas de suma importancia: incapacidad de
oÌdo izquierdo cuando se les presenta simult·neamente planificaciÛn motora, afasias, deterioro de memoria, dÈ-
una palabra en cada oÌdo (Springer & Deutsch, 1988). ficits viso-espaciales, perÌodos de mutismo y dÈficit en la
denominaciÛn de n˙meros y palabras (Rae et al., 1998;
Robichon y Habib (1998) realizaron una medida de Schatz, Hale & Myerson, 1998).
la morfologÌa callosa en una muestra de jÛvenes adultos
dislÈxicos, todos de gÈnero masculino. Los resultados En funciÛn de lo que acabamos de mencionar, son
mostraron dos diferencias con respecto a los sujetos con- varias las investigaciones realizadas para confirmar datos
trol. Por un lado, el ·rea sagital callosa era m·s grande en que puedan relacionar la implicaciÛn del cerebelo en los
los dislÈxicos. Por el otro, habÌa una diferencia en la mor- procesos de lecto-escritura. AsÌ, las emprendidas por
fologÌa misma del cuerpo calloso, cuya forma, en con- Vlachos et al. (2007) permitieron descubrir vÌnculos entre
junto, era m·s redondeada y su bulbosidad posterior cerebelo y dificultades especÌficas de lectura, lo que sugie-
menos marcada, debido a un estrechamiento habitual del re alguna participaciÛn del cerebelo en la regulaciÛn de
istmo. Estos autores encontraron, adem·s, una relaciÛn las funciones mentales superiores.
significativa entre el grado de diferencia de los Ìndices
morfolÛgicos y los problemas de ejecuciÛn en pruebas Por su parte, Nicolson et al. (1999) analizaron la acti-
de lectura y de dictado de no-palabras, de supresiÛn del vidad cerebelosa de 6 pacientes dislÈxicos y 6 sujetos con-
fonema inicial de una palabra oÌda y de categorizaciÛn de trol con TomografÌa por EmisiÛn de Positrones (TEP),
los sonidos. encontrando una menor actividad del cerebelo durante la
ejecuciÛn de tareas autom·ticas motoras y cognitivas en
Como resultado de lo anterior, y aunque los estu- sujetos dislÈxicos. Precisamente, el aspecto m·s relevante
dios sobre el cuerpo calloso no son ni sistem·ticos ni de este trabajo radica en que permite detectar sÌntomas
uniformes, podemos extraer algunos datos que son dislÈxicos antes del inicio de la escolaridad formal. La
llamativos: a) en los varones el cuerpo calloso es m·s detecciÛn del dÈficit no se obtiene, por tanto, con base
extenso que en las mujeres (Schultz 1994), b) en los en pruebas cl·sicas, con lo que implican de diagnÛstico
dislÈxicos el cuerpo calloso es mayor y diferente que con retardo acumulado, como las discrepancias entre
en los sujetos normales y c) el mayor tamaÒo de los edad de lectura y la edad cronolÛgica, (Brambati et al.,
dislÈxicos se localiza en la rodilla (parte anterior) del 2004; Fawcet & Nicolson, 1996), sino que se centra en
cuerpo calloso (Robertson, 2000), lo que vendrÌa a con- encontrar anormalidades focales en el volumen de la
firmar que los estudios de correlaciÛn verifican una materia gris observada bilateralmente en el plano tem-
asociaciÛn moderada entre rendimiento lector y tama- poral, corteza temporal inferior y n˙cleos cerebelosos,
sugiriendo que estas anormalidades son las responsa-
bles de las alteraciones de la adquisiciÛn del lenguaje.
Las anormalidades insulares tambiÈn han aparecido rela-
Resultados similares en los patrones de actividad cionadas con la dislexia.
cerebelosa han sido seÒalados por Berquin et al. (1998).
Los autores utilizaron tareas que incluÌan asociaciÛn de Rumsey et al. (1992) obtuvieron im·genes, mediante
palabras, c·lculo mental, memoria y planificaciÛn moto- el sistema TEP, de las regiones que se activan cuando un
ra. Sus conclusiones revelaron que la relaciÛn entre cere- grupo de dislÈxicos y no dislÈxicos realizan una tarea de
belo y cogniciÛn se regula mediante el circuito rima, y observaron que los dos grupos activan m·s o
cerebelo-tal·mico-prefrontal. menos las mismas ·reas, pero con una diferencia impor-
tante: el grupo de sujetos no dislÈxicos mantiene una
En el mismo sentido, Schmahmann (1991) plantea sincronizaciÛn entre las mismas, mientras que no se ob-
que de la misma manera que el cerebelo regula la veloci- serva coordinaciÛn entre las ·reas en el grupo de dislÈxicos.
dad, fuerza, ritmo y precisiÛn del movimiento, tambiÈn
controla la capacidad, consistencia y velocidad de los pro- La importancia de la Ìnsula tampoco ha pasado des-
cesos cognitivos. apercibida para Paulesu et al. (1996), quienes examina-
ron las diferencias de comportamiento entre dislÈxicos
Asimismo, Rae et al. (2002) establecieron correlacio- y no dislÈxicos en tareas de rima y memoria. En dicho
nes entre el grado de simetrÌa del cerebelo y la severidad trabajo, se examinÛ la participaciÛn del ·rea de Broca y
de los dislÈxicos con respecto a la decodificaciÛn Wernicke y de la zona perisilviana izquierda, obteniÈndose
fonolÛgica, ya que aquellos dislÈxicos con mayor simetrÌa un importante resultado: en los sujetos no dislÈxicos se
cometen m·s errores en la lectura de pseudopalabras. produce una activaciÛn simult·nea de las ·reas de Broca
y Wernicke y de la Ìnsula, mientras que en el grupo
En cuanto a Eckert y Leonard (2003), encontraron
dislÈxico, la Ìnsula permanece inactiva y las ·reas de
que el volumen del lÛbulo derecho anterior del cerebelo
Broca y Wernicke activas de manera independiente. En
de los dislÈxicos era claramente distinto al de los sujetos
funciÛn del hallazgo, estos autores proponen que, cuan-
del grupo control. Seg˙n los autores, el cerebelo es una
do se procesan palabras, cada ·rea de lenguaje se encar-
de las localizaciones m·s importantes para diferenciar
ga de un aspecto concreto del proceso (Wernicke del
dislÈxicos y lectores normales en los estudios con im·ge-
reconocimiento de las palabras escritas; Broca de la seg-
nes cerebrales, por lo que la contribuciÛn de estos traba-
mentaciÛn que conduce a la imagen mental del sonido
jos representa una novedad en relaciÛn al papel del
cerebelo a la hora de clasificar los subtipos de dislexia. de la palabra). La Ìnsula, por su parte, es la encargada de
sincronizar el proceso.
Recientemente, Steinlin (2007) ha aportado nuevas
evidencias a favor de las funciones cognitivas del cere- Observamos, por consiguiente, que, en la investiga-
belo durante el proceso de desarrollo y aprendizaje. ciÛn de Paulesu et al. (1996), los datos muestran que los
Estas evidencias se manifiestan en el an·lisis de algunos dislÈxicos sÛlo activan una parte de la zona habitualmente
sÌndromes (hipoplasia cerebral, sÌndrome Joubert, sÌn- excitada por las tareas: el ·rea de Broca en el juicio de
drome Dandy Walter o X fr·gil) que se caracterizan por rimas y el ·rea de Wernicke en la tarea de memoria. Sin
dÈficit de atenciÛn y velocidad de procesamiento, al igual embargo, no pueden activar las dos regiones simult·nea-
que alteraciones en las funciones viso-espaciales y del mente. En consecuencia, lo autores proponen la existen-
lenguaje. cia de un mecanismo de desconexiÛn entre estas dos
regiones del ·rea del lenguaje, quiz· como consecuencia
Finalmente, cabe seÒalar que Nicolson y Fawcet (2005) de una disfunciÛn en la corteza insular que establece un
proponen el ìmodelo de gemelosî constituido por la puente entre las regiones anterior y posterior del lenguaje
automaticidad y el dÈficit cerebeloso. Los autores preten- (DÈmonet, 1996; Habib, 1997a).
den demostrar que es posible explicar los dÈficits motores,
fonolÛgicos y de velocidad dentro de un sistema unifica- Asimismo, esta investigaciÛn parece confirmar que
do, eliminando previamente los enfoques opuestos. los procesos visual y fonÈtico ocurren de forma simult·-
nea e inconsciente en los sujetos normales, mientras que llas palabras presentadas al hemicampo derecho (hemisfe-
pasar de una a otra forma en los dislÈxicos se convierte rio izquierdo) podÌan ser perfectamente leÌdas, detectadas,
en una tarea consciente que exige un esfuerzo mayor comprendidas y verbalizadas, independientemente de sus
(Shaywitz, Escobar, Shaywitz, Fletcher & Makuch, 1992), caracterÌsticas de longitud, frecuencia, imaginabilidad y for-
precisamente porque en los sujetos no dislÈxicos, la Ìnsula ma gramatical. Por el contrario, el hemisferio derecho po-
puede actuar como puente entre las ·reas del lenguaje y dÌa reconocer ˙nicamente las palabras cortas, muy frecuentes
de alguna manera, act˙a en dependencia de la estructura o imaginables, incluidos los sustantivos. Adem·s, por lo
de la lengua. M·s a˙n, se advierte que si se trata de una que se refiere a las palabras reconocidas por este hemisfe-
lengua de escritura muy fonolÛgica, como el espaÒol, la rio, el sujeto no podÌa acceder adecuadamente a su conte-
Ìnsula participa muy activamente frente a otros idiomas, nido sonoro, por ejemplo. Todos estos datos llevaron a
como el chino, donde cada sÌmbolo representa una pala- los autores a afirmar que si bien es indiscutible que la lectu-
bra completa y la Ìnsula est· menos implicada en el pro- ra recae sobre la actuaciÛn del hemisferio izquierdo, Èste
ceso de reconocimiento. podrÌa solicitar las competencias latentes del hemisferio
derecho de manera variable, seg˙n los momentos, y de
En sÌntesis, podemos terminar este epÌgrafe eviden- forma totalmente inconsciente
ciando que existe un amplio abanico de investigaciones que
apoyan el papel de la Ìnsula en aspectos concretos de la Igualmente, Coslett y Monsul (1994) estudiaron un
lectura como la comprensiÛn y la conducta af·sica. Algu- niÒo dislÈxico utilizando estimulaciÛn magnÈtica
nos de estos trabajos han permitido comprobar que lesio- transcraneal. Los resultados de dicho an·lisis no manifes-
nes en la Ìnsula izquierda pueden producir afasia (Ardila, taron ninguna anormalidad en el hemisferio izquierdo,
1999; Ardila, Benson & Flynn, 1997). Otras investigaciones por lo que concluyeron que dicho hemisferio se apoya en
enfatizan el papel crucial de la Ìnsula izquierda en el acopla- m˙ltiples estrategias de procesamiento durante la lectura.
miento de los cÛdigos fonolÛgicos (Robertson, 2000). De Sin embargo, no pudieron afirmar lo mismo del hemis-
forma similar, Hynd , Marshall & Semrud-Clikerman ferio derecho, que suele involucrase en el procesamiento
(1991) han obtenido una relaciÛn entre amplitud de la Ìnsu- sem·ntico y otros aspectos como los emocionales. En
resumen, de su trabajo se puede inferir que es el hemisfe-
la y comprensiÛn de un texto, al atestiguar que los dislÈxicos
rio izquierdo el que permanece m·s activo en la mayorÌa
con una Ìnsula menor mostraron un rendimiento m·s po-
de las personas durante la lectura, en contraposiciÛn con
bre que los sujetos control con asimetrÌa normal (hemisfe-
el derecho, que est· menos preparado que Èste para ma-
rio izquierdo mayor que el derecho). Diferencias similares
nejar materiales complejos.
fueron apreciadas en las regiones frontales, lo que permite
establecer la hipÛtesis de que los sujetos dislÈxicos pueden
tener un substrato neuroanatÛmico insuficiente para el pro- En la misma lÌnea de investigaciÛn, Hynd, Hynd,
cesamiento de la lectura. Sullivan & Kingsbury (1987) investigaron, mediante la
tÈcnica TEP, quÈ ocurre en el cerebro de sujetos norma-
les y dislÈxicos durante la lectura de palabras y textos, asÌ
como durante el recuerdo sem·ntico, concluyendo que la
En torno a la implicaciÛn del hemisferio derecho en los activaciÛn de las ·reas dependÌa de la tarea a realizar. AsÌ
procesos de lecto-escritura, se han realizado varios traba- por ejemplo, atestiguaron que la lectura de un texto na-
jos de interÈs. rrativo implicaba una particiÛn bilateral mayor que la ta-
rea de recuerdo sem·ntico, lo que hace suponer que el
Las aportaciones de Habib (1997b) y Habib, Touze, recuerdo sem·ntico no involucra tantos procesos como
& Galaburda (1990) plantean que el hemisferio derecho ocurre con la lectura de un texto. De todo ello, los auto-
posee ciertas capacidades para el habla y el lenguaje escrito. res extrajeron la hipÛtesis de que la lectura de un texto
Para confirmarlo, los autores analizaron un sujeto con una narrativo representa mejor el amplio espectro de proce-
desconexiÛn interhemisfÈrica como resultado de un infar- sos participantes en la lectura, pues incluye an·lisis visual y
to circunscrito a la regiÛn paracallosa posterior del hemis- auditivo de palabras, sem·ntica, sintaxis y pragm·tica, con-
ferio izquierdo. Mediante una presentaciÛn taquistoscÛpica juntamente con aspectos emocionales e im·genes, asocia-
de palabras, Habib et al. (1990) pudieron observar que aque- dos a la tarea de comprensiÛn lectora. Es m·s, cuando se
considera la complejidad del proceso de lectura, este ar- efecto, investigadores del cerebro y genetistas llevan aÒos
gumento resulta persuasivo. buscando los sustratos neurolÛgicos y genÈticos de la
dislexia (Share, 1995) pues consideran que, aunque las di-
En cualquier caso, y en consonancia con lo expuesto, ficultades de lectura pudieran estar causadas por factores
aceptar la participaciÛn bilateral no significa que cada he- sociales y educacionales, el hecho de que se den casos de
misferio participe de forma equivalente. Las teorÌas ac- buenos y malos lectores en el mismo n˙cleo familiar
tuales sugieren que la participaciÛn del hemisferio derecho (Finucci, Guthrie, Childs, Abbey & Childs, 1976; Hallgren,
est· sujeta a los dict·menes del hemisferio izquierdo, a 1950) lleva a pensar que la razÛn principal pueda no ser
pesar de ser dominante en las funciones simples del len- debida ˙nicamente a circunstancias ambientales.
guaje, como denominaciÛn y prosodia. Por consiguiente,
el estudio de Hynd et al.(1987) ha servido para aclarar Tradicionalmente, el patrÛn familiar de la dislexia,
algunas ideas previas con respecto a la lectura y obtener unido a la distribuciÛn por sexo con mayor incidencia
una representaciÛn m·s acertada de la participaciÛn bila- entre varones (Lewis, 1992), ha sido considerado (Miles,
teral de los hemisferios durante la lectura. Haslum & Wheeler, 2003) como un elemento constitu-
cional, probablemente de naturaleza genÈtica (Cardon et
Por otra parte, Zadina et al. (2006) aportaron nuevas al., 1994; Grigorenco, 2001).
teorÌas en apoyo del concepto de que las anomalÌas cere-
brales reflejan anomalÌas funcionales de lateralizaciÛn. Este Sin embargo, Frith (1997), en su novedosa propues-
hecho puede constituir un factor de riesgo para la dislexia ta, seÒala que la dislexia se puede producir en tres niveles
evolutiva, adem·s de variar en funciÛn de la naturaleza de actuaciÛn: biolÛgico, cognitivo y conductual. En esta
del dÈficit. Precisamente, mediante esta clase de estudios misma lÌnea, se expresa Olson (2002), cuando plantea que
se han obtenido algunos resultados interesantes, como la emergencia de la capacidad de lectura puede y debe
aquellos que confirman que es el hemisferio derecho el considerarse en funciÛn de diferentes niveles, a saber:
que contribuye claramente a la comprensiÛn del lenguaje genÈtico, cerebral y conductual.
(Galuske, Scholte, Bratzke & Singer, 2000). Cuando se
analizÛ el comportamiento lector de personas con lesio- Es evidente, por tanto, que las condiciones biolÛgi-
nes del hemisferio derecho, se hallaron deficiencias sutiles cas/genÈticas, en interacciÛn con las ambientales, pueden
tales como dificultad en la comprensiÛn del lenguaje fi- producir efectos adversos sobre el desarrollo del cere-
gurativo y la realizaciÛn de inferencias (Mohr, Pulvermuller bro, causando ciertas alteraciones, como la dislexia. Dos
& Zaidel, 1994). TambiÈn encontraron, al analizar a cier- de los sÌntomas m·s significativos de los factores biolÛgi-
tos pacientes, que el hemisferio derecho aislado puede cos sobre el nivel cognitivo son el dÈficit fonolÛgico y las
reconocer palabras y comprender relaciones sem·nticas, dificultades para la conversiÛn grafema-fonema (Frith,
lo que demuestra su potencial lector. 1997). Por tanto, la maquinaria biolÛgica, que subyace a la
competencia lectora, parece ser com˙n o solaparse en
Finalmente, y en conexiÛn con esta cuestiÛn, Lecours gran medida con los mecanismos neuronales implicados
(1993) y Lecours et al. (1987) seÒalan que la exposiciÛn en el procesamiento ling¸Ìstico (Paulesu et al., 2001).
exclusiva al lenguaje oral quiz· no baste para que uno de
los dos hemisferios desarrolle plenamente las funciones En el siglo XX, y m·s concretamente durante la dÈ-
del lenguaje. Tal vez sea necesario que se nos enseÒe a cada de los setenta, se encontrÛ una evidencia que rela-
reconocer un sistema compartido de signos visuales para cionaba la dislexia y algunos genes. En este sentido,
que nuestro cerebro permita ese desarrollo. Dicho de otra Galaburda, Sherman, Rosen, Aboitiz & Geschwind (1985)
manera: para poder desarrollar estas funciones, debemos publicaron los resultados de varios estudios en cerebros
aprender a leer. dislÈxicos, los cuales indicaban la presencia de sutiles ano-
malÌas del proceso de la migraciÛn celular a la neocorteza.
Estas migraciones consistÌan en nidos de neuronas, lla-
madas ìectopÌasî, mal localizadas en la capa 1 de la cor-
Como ya es conocido, las neurociencias pretenden esta- teza cerebral, asÌ como en los focos infrecuentes de la
blecer relaciones transparentes entre genes y conducta. En microgiria, ubicados en la corteza perisilviana, que con-
tiene las zonas del lenguaje. Por otra parte, hallazgos pos- cerse de manera inequÌvoca, si bien los an·lisis de asocia-
teriores permitieron confirmar la implicaciÛn del t·lamo ciÛn han determinado la existencia de hasta nueve regio-
y el cerebelo (Galaburda, Menard & Rosen, 1994; nes cromosÛmicas potencialmente relacionadas con este
Nicolson, Fawcet & Dean, 2001). Otras investigaciones trastorno (BenÌtez-Burraco, 2007).
en esta lÌnea de trabajo, mencionan los cromosomas 6,
15 y 18 (Grigorenco, 2001) como participantes en la De todo lo mencionado anteriormente podemos
disfunciones lectoras, sin que esto sea Ûbice para que otros concluir que, a pesar de la popularidad de que actual-
factores implicados puedan ser reconocidos en el futuro mente gozan las teorÌas biolÛgicas, no todos los investi-
(Molfese, 2000), ya que los estudios orientados a la defi- gadores aceptan dicha explicaciÛn, ya que el fallo lector,
niciÛn de los genes participantes en la dislexia no est·n debido a un deficiente procesamiento fonolÛgico, no
claros todavÌa (Pennington, 1997; Petryshen et al, 2001). necesariamente habrÌa que atribuirlo a un defecto biolÛ-
En sÌntesis, se puede concluir que la localizaciÛn de estas gico especÌfico (Ehri, 1989). Por tanto, antes de proponer
anomalÌas de desarrollo del encÈfalo ocasiona problemas una causa biolÛgica, deberÌamos explorar otros factores
fonolÛgicos, alteraciones del procesamiento auditivo, ade- vinculados con las experiencias previas y, sobre todo, con
m·s de trastornos motores presentes en muchos dislÈxicos. los mÈtodos de instrucciÛn desarrollados con esos niÒos.

Recientemente se han desarrollado modelos anima-


les complementarios a estos estudios y necesarios para
comprender mejor las relaciones causa-efecto de estas Gran parte de los especialistas considera que el dÈficit
hipÛtesis genetistas (Peiffer, Rosen & Fitch, 2004). Fruto nuclear de los niÒos dislÈxicos se debe a una disfunciÛn
de la colaboraciÛn de varios institutos de investigaciÛn de de los circuitos neuronales encargados del procesamien-
Finlandia, UK, EEUU e Italia, se han descubierto cuatro to fonolÛgico (Shaywitz et al., 1998; Snowling, 2000). La
genes (DYX1C1, KIAA0319, DCDC2 y ROBO1) que evidencia de este trastorno fonolÛgico proviene de tres
participan en el desarrollo de la corteza cerebral y en la tipos de hallazgos: a) una conciencia fonolÛgica pobre
migraciÛn de las neuronas hacia la corteza. La interferen- que incapacita para atender y manipular conscientemente
cia con las funciones de estos genes, evidenciadas en roe- los sonidos de la lengua materna, como son los fonemas
dores, produce trastornos de migraciÛn celular similares y las sÌlabas, b) una memoria verbal a corto plazo limita-
a los que caracterizan el cerebro dislÈxico (Fisher & Francks, da, que impide mantener activas las representaciones
2006; Hannula-Jouppi et al., 2005). fonolÛgicas y c) una recuperaciÛn lÈxica lenta, que retarda
la restauraciÛn de las formas fonolÛgicas de las palabras
Adem·s, se ha podido confirmar que el componen- necesaria para emprender la articulaciÛn del habla (Ramus,
te genÈtico responsable de la capacidad lectora en una 2004; Wagner & Torgesen, 1987).
poblaciÛn dada oscila entre un 30% y un 70% de variabi-
lidad (Olson, Datta, Gayan & De Fries,1999). Evidente- Los niÒos con dislexia de desarrollo no sÛlo tienen
mente, los diferentes procesos cognitivos involucrados dificultades en la lectura de palabras irregulares y
en la lectura (evaluados en las cl·sicas pruebas de perte- pseudopalabras, sino que tambiÈn manifiestan problemas
nencia fonolÛgica, codificaciÛn ortogr·fica, deletreo, lec- en los substratos psicolÛgicos subyacentes, es decir, en
tura de vocablos, etc.) no suelen presentar patrones los procesos fonolÛgicos, auditivos y visuales que partici-
heredables independientes, de manera que, por ejemplo, pan en la lectura (Galaburda, 2003).
la capacidad de decodificaciÛn fonolÛgica y ortografÌa
varÌa en un 60% (Olson, Forsberg & Wise, 1994). En En la ˙ltima dÈcada del siglo XX, la investigaciÛn se
consecuencia, el hecho de que parte de los genes implica- ha centrado en el modelo del dÈficit fonolÛgico para ex-
dos en ambos procesos sea presumiblemente el mismo, plicar las dificultades de transformaciÛn del discurso en
coincidirÌa con las teorÌas anteriores y explicarÌa en gran cÛdigos ling¸Ìsticos, asÌ como la manipulaciÛn de estos
medida, la existencia de un patrÛn de activaciÛn que sola- en la memoria de trabajo y la memoria a largo plazo
pa los centros cerebrales encargados de dichos procesos (Liberman, 1997; Mody, Studdert-Kennedy & Brady,
(Rumsey et al., 1997). Hasta el momento, sin embargo, el 1997; Vellutino, Fletcher, Snowling & Scanlon, 2004). Fruto
patrÛn de herencia de la dislexia no ha podido estable- de esta investigaciÛn, se ha podido demostrar que los
niÒos dislÈxicos muestran dÈficits en varios aspectos del Estas conclusiones, particularmente interesantes desde
procesamiento fonolÛgico: segmentaciÛn de palabras, el punto de vista terapÈutico, sugieren que el sistema es
integraciÛn de sÌlabas y omisiÛn de fonemas (Fawcet & lo suficientemente pl·stico (incluso en el estadio adulto)
Nicolson1995; Rodrigo & JimÈnez, 1999), dificultades al como para asegurar la consecuciÛn de una adecuada
nombrar (Katz, 1986; Snowling, Van Wagtendonk & capacidad de discriminaciÛn de los rasgos contrastivos
Stafford, 1988) y utilizaciÛn inadecuada de cÛdigos de fonolÛgicos, que se suceden a gran velocidad, siempre
memoria a corto plazo (Brady, 1991; Snowling et al., 1991). que la estimulaciÛn sea la adecuada (Tallal et al., 1996).
Este tipo de dificultades ha llevado a muchos investiga-
dores a ubicar el locus prÛximo de la dislexia en el recono-
cimiento de palabras.
La b˙squeda de las causas de la dislexia ha permitido el
Shaywitz et al. (2006) confirman, en coincidencia con planteamiento de diversas hipÛtesis de origen neurolÛgico
las diferentes lÌneas de investigaciÛn, que los problemas y genÈtico que evidencian, desde el punto de vista cognitivo,
de lectura y lenguaje se deben al componente fonolÛgico, deficiencias en el procesamiento fonolÛgico del lenguaje
cuya base neurolÛgica se circunscribe a la disrupciÛn del (Galaburda, Lo Turco, Ramus, Holly & Rosen , 2006;
hemisferio izquierdo posterior, el parietotemporal, el Griffiths & Snowling, 2002; Morais, AlegrÌa & Bertelson,
occipital temporal y el gyrus frontal, entre otros. Estos 1979; Morais, AlegrÌa & Content, 1987; Snowling, 2000).
nuevos datos permiten avanzar en la idea de que el cere- Sin embargo, el debate contin˙a abierto en la actualidad,
bro es una estructura d˙ctil, de manera que las funciones sobre todo en lo referente a si el ìdÈficit fonolÛgicoî es el
complejas deben identificarse de manera progresiva y ˙nico causante de las anomalÌas detectadas en el proceso
precisa. de lectura, o si existen otros posibles dÈficit cognitivos que
contribuyen tambiÈn al problema (Landerl & Wimmer,
Siguiendo esta hipÛtesis cientÌfica, Booth, Cho, 2000).
Burman & Bitan (2007) descubrieron como la circunvo-
luciÛn frontal inferior izquierda participa activamente cuan- Existen otros sÌntomas conductuales que frecuente-
do los lectores tienen que resolver una situaciÛn conflictiva mente se encuentran asociados a la dislexia, como es el
entre representaciÛn fonolÛgica y ortogr·fica. caso de los problemas de procesamiento auditivo (espe-
cialmente el procesamiento r·pido de los sonidos), los
Por su parte, Henry, Beeson, Stark y Papcsak (2007) problemas visoperceptuales y los problemas motores. En
constataron que los daÒos en la regiÛn perisilviana izquierda este sentido, es muy probable que ciertos dÈficits
producen efectos adversos en el procesamiento fonolÛ- visoperceptuales puedan explicar trastornos de la lectura
gico y muy especialmente, en el deletreo sub-lÈxico de las en una cantidad minoritaria de sujetos dislÈxicos (Stein &
palabras. Walsh, 1997; Valdois, Boss & Tainturier, 2004).

En sÌntesis, existe un acuerdo ampliamente Por otro lado, los problemas auditivos y motores se
consensuado, seg˙n el cual, durante el an·lisis fonolÛgico aducen, a menudo, como antecedentes causales del tras-
que subyace a todo proceso de lectura, la activaciÛn de torno fonolÛgico (Eckert, 2004; Nicolson, Fawcet &
las regiones corticales posteriores (Wernicke, circunvolu- Dean, 2001; Stein & Walsh, 1997). Sin embargo, los in-
ciÛn angular y cortex estriado) es menor en los sujetos vestigadores que se oponen a esta teorÌa argumentan que
dislÈxicos que en niÒos normales, mientras que se produ- la prevalencia de estos sÌntomas es baja, como para po-
ce una sobreactivaciÛn de las regiones anteriores (princi- der explicar el trastorno fonolÛgico que existe en la gran
palmente de la circunvoluciÛn frontal inferior). AsÌ mismo, mayorÌa de los dislÈxicos y, adem·s, dichos sÌntomas exis-
la realizaciÛn de ejercicios de procesamiento auditivo y ten en otra clase de trastornos que no incluyen la dislexia
de entrenamiento ling¸Ìstico oral reduce indirectamente (Nicolson et al., 2001; White, Frith, Milne, Rosen,
la incidencia de la dislexia, al inducir un incremento de la Swettenham & Ramus, 2006).
actividad de las ·reas corticales implicadas en el procesa-
miento fonolÛgico y la sobreactivaciÛn compensatoria En efecto, la dislexia coexiste frecuentemente con
de otras regiones corticales (Temple et al., 2003). el trastorno especÌfico del lenguaje, asÌ como con un
tipo de trastorno de la coordinaciÛn motora del desa- Otras investigaciones, derivadas de los estudios post
rrollo, con la discalculia de desarrollo y con varios m·s mortem, resultan controvertidas por su mala caracteriza-
(Bishop & Snowling, 2004; Butterworth, 2005). Esto per- ciÛn o el escaso n˙mero de casos en que se basan. Con-
mite suponer que, por lo menos, parte de los factores trovertidos tambiÈn son los resultados en los estudios con
etiopatolÛgicos son compartidos entre estos distintos tras- neuroimagen, ya que las estructuras cerebrales implicadas
tornos. Para comprobarlo, Peterson et al. (2007) revisa- en la dislexia de desarrollo varÌan grandemente en los es-
ron las bases neurolÛgicas y genÈticas de tres trastornos tudios con MRI debido a los siguientes factores: a) las
del desarrollo (dislexia, retardos en la adquisiciÛn del len- diferencias metodolÛgicas e instrumentales con respecto
guaje y trastornos fonolÛgicos). El resultado del an·lisis a lo que se entiende por capacidad lectora, b) la diversi-
confirmÛ que la dislexia evolutiva est· fuertemente aso- dad de las medidas especÌficas de la estructura del cere-
ciada al deterioro del componente fonolÛgico y, aunque bro, c) los desacuerdos en la caracterizaciÛn y evaluaciÛn
este deterioro produce efectos menos importantes en los del fenotipo, d) el reducido tamaÒo de las muestras y e)
otros dos trastornos, las conclusiones de la investigaciÛn la heterogeneidad genÈtica de los sujetos.
permiten afirmar que sÌ existen efectos comÛrbidos de
estos dÈficits con la dislexia de desarrollo. Adem·s, en
apoyo de estos datos, se puede alegar que la coexistencia
de la dislexia tambiÈn se observa en muchos niÒos con La dislexia es una entidad compleja y a pesar de las nu-
TDAH, particularmente cuando el dÈficit de atenciÛn es merosas investigaciones llevadas a cabo durante los ˙lti-
muy significativo (Puente, 2001). mos cincuenta aÒos, no existen respuestas definitivas sobre
sus correlatos biolÛgicos y determinantes genÈticos. Pa-
Algunos especialistas siguen cuestionando el papel del rece clara la literatura que seÒala que los factores genÈticos
cerebelo, al que se considera agente secundario en los pro- participan con dislexia de desarrollo en la mayorÌa de los
cesos mentales superiores, por cuanto, aunque dislexia y casos (Beaton, 2003). Aparentemente existen diferencias
dispraxia frecuentemente co-ocurren, es difÌcil su encaje en la asimetrÌa hemisfÈrica, la morfologÌa callosa, el fun-
en una teorÌa puramente fonolÛgica. cionamiento de la corteza, el cerebelo y otros sistemas
biolÛgicos, pero estas diferencias no son corroborables
Una situaciÛn diferente es la que se encuentra en co- en todos los casos ni han sido halladas en todos los estu-
nexiÛn con el cuerpo calloso. Castro-Caldas et al. (1999) y dios. Por otra parte, la conciencia fonolÛgica, como fac-
Habib et al. (2000) han comprobado que el tamaÒo y la tor central del rendimiento lector, se ha relacionado con
forma de esta estructura influyen en los sÌntomas de un el tamaÒo y la asimetrÌa del plano temporal y, especial-
cuadro dislÈxico. Dicha importancia es tambiÈn confir- mente, el lÛbulo parietal.
mada por Gazzaniga (2000).
Probablemente haya que pensar que la dislexia no es
Recientemente Phinney et al. (2007) introdujeron una una entidad discreta, sino que se presenta en una grada-
nueva idea que aÒade algo m·s de dificultad a estas inves- ciÛn continua (LÛpez-Escribano, 2007). La variedad de
tigaciones: el volumen cerebral y su relaciÛn con los su sintomatologÌa y de los defectos asociados podrÌa re-
subtipos de discapacidad lectora en aspectos tales como lacionarse con la presencia de diferentes variables, a veces
la habilidad fonolÛgica, la velocidad de denominaciÛn y difÌciles de precisar. Adem·s, las caracterÌsticas especÌficas
la habilidad ortogr·fica. Los resultados mostraron una de los distintos sistemas de lectoescritura podrÌan incidir
interacciÛn significativa entre habilidad fonolÛgica y ha- en la frecuencia aparente y las manifestaciones particula-
bilidad lectora, tomando como factor de predicciÛn el res de la dislexia de desarrollo, asÌ como en la probabili-
volumen del cerebro. Por consiguiente, se puede admitir dad de hallar anormalidades cerebrales.
que, al substrato patolÛgico reconocido de la dislexia
(grosor de la corteza, lÛbulo temporal y parietal, cuerpo
calloso, Ìnsula, etc.), se aÒaden ahora nuevos elementos,
como el menor volumen del cerebro total y el reducido Annet, M. (1976). A co-ordination of hand skill and pre-
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