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Los tapados
Lucecitas incandescentes, animalitos que aparecen y desaparecen
inesperadamente o,
incluso la presencia de un alma en pena son indicios de que puede
encontrarse muy cerca
un tapado. Estos, generalmente, son cofrecitos o cajas llenas de joyas,
monedas de oro y
plata o papeles de valor ocultos desde hace muchos años. La intención
de sus dueños fue
proteger sus valiosas pertenencias del robo, pero como ninguna riqueza
se lleva para la
otra vida, al fallecer los propietarios, el paquete permanece escondido
tal y como lo
dejaron.
La relación entre tapados y condenados es grande. Como hemos dicho,
la persona que
escondió un tapado y murió, queda condenada a vagar como alma en
pena hasta que su
tesoro sea desenterrado y entregado a una persona de buen corazón,
que pueda darle
noble uso.
Aunque los tapados pueden provenir de cualquier época, son cuatro los
principales
momentos en que han sido originados.
Un primer grupo perteneció a los gentiles. Cuando comenzó a salir el
sol por el
horizonte y comprendieron que iban a morir, muchos de ellos huyeron
hacia las alturas. En
las cumbres enterraron su oro, herramientas y adornos, los cuales
ahora forman parte de
las ruinas.
El siguiente momento importante corresponde tanto a las culturas pre
incas como al
incanato. Principalmente, tenemos algunos centros de culto, donde se
depositaban
ofrendas a las divinidades y los antiguos cementerios, donde se
colocaban a las momias
de los difuntos, rodeadas de obsequios y riquezas que les serían útiles
para la otra vida.
La tercera gran ola corresponde al periodo de la conquista e inicios del
virreinato. Tales
tapados son el oro y plata que los incas y sus descendientes
escondieron para protegerlos de una fulminante invasión de
saqueadores. En Cusco, Puno, Arequipa y en la ciudad de
Jauja se descubrieron varios de estos. Don Ricardo Palma decía que en
los alrededores
de Casma – en el departamento de Ancash - quedarían enterradas 100
llamas cargadas
de oro, fortuna que se dirigía a ser parte del rescate de Atahualpa. Por
otro lado, son
célebres las historias acerca de los tesoros enterrados por la cacique
Catalina Huanca.
Ella fue aceptada como cacique en Huancayo por el mismo Pizarro y
realizó sobresalientes
donaciones a la caridad. Otros tesoros fueron enterrados por los
mineros de la provincia
de Castrovirreina en el cerro Mesa de Magallanes –cerca del límite del
los departamentos
de Ica y Huancavelica - tras ser hostilizados por la inquisición, en época
del virrey Marqués
de Mancera.
Finalmente, gran parte de los tapados ocultos en ciudades como Jauja
o Concepción se
remontan a los tiempos de la guerra con Chile. Las familias adineradas,
urgidas por
rescatar sus joyas, dinero y otros objetos valiosos del saqueo y de los
cupos cobrados por
los soldados invasores, enterraban sus tapados o abrían agujeros
detrás de los muros,
que luego eran tapiados otra vez con adobe (barro prensado) para
mayor seguridad. De
hecho, los soldados chilenos rompieron muchas paredes y pisos para
encontrarlos, pero
aún quedan muchos más por descubrir.
Existen distintas formas de rescatar estos tapados. Los cazadores de
fortunas recurren
a sesiones espiritistas, otros a videntes o rastreadores. Muchos de
estos tesoros se
encuentran en las casas antiguas, en las cumbres de los cerros y otros
debajo de grandes
piedras o cerca de árboles de gran tamaño o forma especial. Al lector
interesado en hallar
estar riquezas le recomendamos prestar atención a relatos de
manifestaciones del
carbunclo o de apariciones fantasmales.
En las tumbas del Señor de Sicán (en Lambayeque, muy cerca del
Señor de Sipán), un
polvo rojizo venenoso, llamado cinabrio, fue colocado por sus súbditos
al momento de
cerrar la tumba, para proteger los entierros contra futuros ladrones.
#1
A Melissa1703, Dorian Grey, Minina y 1 otra persona les gustó este mensaje.
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domingo, 29 de junio de 2008
Desde todos los confines del gran Imperio del Tawantinsuyo salieron caravanas llevando
tan preciada carga con dirección a Cajamarca. Los cientos de kilómetros hacia el destino,
entre punas, valles, ríos y quebradas, vieron pasar a estas caravanas conformadas por
llamas y alpacas. Su pesada carga en el duro camino, muchas veces venció a estos
animales y no hubo más remedio que enterrarlos con su preciado tesoro a lo largo del
camino de los incas con la esperanza de recuperarlos algún día. Dicen los historiadores que
se dejaba una seña para ubicarlos posteriormente.
También cuenta la historia que siglos después, durante la invasión chilena al Perú, los
hacendados de la costa y sierra al enterarse de la noticia, procedieron a esconder sus
riquezas en lugares diversos de su entorno, poniendo a buen recaudo el fruto de sus años
de esfuerzo. El lugar del escondite fue mantenido en el más completo secreto de familia.
La ocupación de los invasores sureños duró muchos años, lo suficiente para que estos jefes
de familia pasaran a mejor vida llevándose el secreto a la tumba.
En Tayacaja se cuenta que en los meses de junio suele aparecer en la noche de San Juan
una llamarada o fuego en chacras, campos desolados o casonas antiguas. Quien tenga este
encuentro con esa señal, será un afortunado porque el lugar guarda en sus entrañas
preciados tesoros.
Igualmente los auquénidos que sucumbieron a lo largo del camino y fueron enterrados
con su tesoro en las espaldas, también dieron el mismo resultado. Los huesos de estos
animales contienen a parte de calcio y magnesio, el preciado fósforo.
Pero ¿por qué en junio, y no en noviembre o diciembre, ocurren estos fenómenos? Hay
una explicación científica para esto.
En la sierra, los meses de lluvia son generalmente, entre diciembre y abril. Esto hace que
las aguas de lluvia penetren a la superficie de la tierra hasta cierto límite y se mantenga
húmeda. Posteriormente vienen los meses de mayo, junio y julio que son secos en la
sierra. Tiempo suficiente para que los tesoros escondidos reaccionen químicamente y
expulsen al fósforo y antimonio de sus entrañas, produciendo el fuego tan preciado en las
noches de San Juan.
3 comentarios:
Anónimo dijo...
bueno yo comprendo todo como un estudiante y tengo 23 años quiero amigo que
quieran sacar se en ciertos lugares de san juan del oro y san dia donde yo vivo y
quisiera mas comentarios sobre esto oq me lleven a sacar estoy dispuesto mi correo
es JUANNES20@HOTMAIL.COM SOY UN GUERRERO DELA ZONA
23 de enero de 2010, 8:14
Cesar Chumbes L.
Metal Detectives Perú
RPM *146146 Mov 99076151
Anónimo dijo...
Me parece perfecta la publicacion, tengo 20 años y desde que era muy pequeño
escuchaba sobre los tapados, y puede hablar con gente que logro sacar los tapados,
monedas de 5 y 9 decimos segun cuentan... y si quieren sacar tapados se tiene que
hablar con la gente mayor, gente que pastorea su ganado que anda de madrugada,
ellos saben donde hay tapados, desde que escuche eso, hasta ahora estoy muy
interesado en buscar. pero según dicen los campesinos, el diablo se te parece en
muchas formas. ahi se ve si eres realmente hombre. saludos
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