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9.

VIOLENCIA, EL CUERPO INCIRCUNSCRITO y LA FALTA DE RESPETO


A LOS DERECHOS EN LA DEMOCRACIA BRASILEÑA

La experiencia de la violencia es una experiencijl de violación de


derechos individuales o civiles, y por lo tanto afecta la calidad de la ciu-
dadanía brasileña. Analicé el aumento de la violencia y del miedo al cri-
men en Silo Paulo desde una serie de perspectivas interrelacionadas, y
concluyo considerándolos a partir del punto de vista de la democracia.
La violencia y la falta de respeto por los derechos civiles constituyen una
de las principales dimensiones de la democracia disyuntiva del Brasil. Al
denominarla disyuntiva, James Holston y yo (1998) llamamos la aten-
ción sobre sus procesos contradictorios de simultánea expansión y falta
de respeto por los derechos de la ciudadanía, procesos que, de hecho,
marcan muchas democracias del mundo actual (Holstpn, 2007). La
ciudadanía brasileña es disyuntiva porque, aunque el Brasil sea una de-
mocracia política y aunque los derechos sociales estén razonablemente
legitimados, los aspectos civiles de la ciudadanía son continuamente vio-
lados.l
En este capítulo analizo uno de los aspectos cruciales de la disyun-
ción de la ciudadanía brasileña: la asociación de la violencia a la falta de
respeto por los derechos civiles y a una concepción de cuerpo que llamo
p<cuerpo incircuns~ Para elaborar mis argumentos, analizo dos cues-
tloñés interrelacionadas que se pusieron a tono después del inicio del ré-
gimen democrático, a comienzos de la década de 1980. La primera es la
amplia oposición a los defensores de los derechos humanos. La segunda
es la campaña por la introducción de la pena de muerte en la Constitu-
ción brasileña. Por detrás de esas dos cuestiones están el aumento del
crimen violento y del miedo, y las tendencias urbanas en dirección a la
fortificación y hacia nuevos modos de segregación que analicé en los ca-

1. Adopto la clásica distinción de Marshall (1965 [1949)) entre las dimensiones civil, po-
lítica y social de la ciudadanía. La dimensión civil se refiere a los derechos necesarios para la li-
.! bertad individual, para la aserción de la igualdad frente a la ley y a los derechos civiles en gene-
} ral; la dimensión política ser refiere al derecho de participar de organizaciones políticas, de votar
y de candidatearse para cargos políticos; la dimensión social se refiere a los derechos asociados
al estado de bienestar social. Véase capítulo 8, nota 5. Para la argumentación completa sobre la
democracia disyuntiva, véase Holston y Caldeira (1998).
pítulos anteriores. En esos debates, un tema central son los límites (o fal- contexto democrático.2 Aunque la violación de los derechos humanos sea
ta de límites) para la intervención en ~Icuere,o del criminal. Al discutir las común en el mundo contemporáneo, oponerse a los derechos humanos
ideas de las personas sobre cómo debe ser tratado y castigado el cuerpo y concebirlos como algo malo, incluso reprobable, en el contexto de una
del criminal, espero iluminar concepciones más difundidas del cuerpo y democracia política es algo único. Entender cómo eso fue posible y cómo
de los derechos. los derechos humanos fueron transformados de derechos legítimos en
Mi interés en analizar la asociación de violencia, derechos y cuerpo «privilegios de delincuentes» es entender varios elementos de la cultura y
deriva de dos conjuntos de preocupaciones interrelacionados. Primero, de la vida política brasileña. Focalizo esta discusión en el caso de Sao
intento comprender el carácter de la ciudadanía democrática brasileña y Paulo, pero como algunos de los temas que trato son ciertamente más
el papel que la violencia desempeña en ella. Segundo, quiero hacer que amplios, algunas veces me refiero al Brasil en general.
ese conocimiento dialogue con teorías de la ciudadanía y de derechos. Aunque los derechos humanos sean en teoría un valor universal, en
Abordo estos temas como antropóloga. Analizo la ciudadanía y la vio- verdad son cultural y políticamente interpretados y modificados, como lo
lencia como experiencias vividas por los residentes de Sao Paulo, esto es, son los derechos civiles en general. Esa interpretación no está predetermi-
como maneras específicas a través de las cuales los paulistas interactúan nada: en Sao Paulo, la defensa de los derechos humanos ayudó tanto a
con nociones disponibles de derechos, justicia, castigo y dolor, y al ha- ampliar el reconocimiento de los derechos (durante el régimen militar)
cerla crean un cierto tipo de cuerpo político a medida que reproducen un como a cuestionarios (bajo el régimen democrático). En otras palabras, el
cierto tipo de cuerpo. Construyo este análisis como un diálogo con teo- significado de los derechos humanos depende de cómo se articula políti-
rías sobre derechos y la violencia, un diálogo cuyo resultado esperado no camente el concepto en contextos específicos.
es solo elucidar la experiencia de Sao Paulo sino también problema tizar Los defensores de los derechos humanos no fueron estigmatizados
nociones de ciudadanía y democracia. Como esas nociones son formula- en el pasado, cuando los casos que defendían eran los de presos políti-
das sobre la base de una experiencia específica de Europa occidental y de cos de clase media y cuando la apertura estaba apenas comenzando.
los Estados Unidos, aplicarlas directamente a un país como el Brasil re- Por el contrario, el respeto por los derechos humanos era una reivindi-
sulta solamente verlo como un modelo de modernidad fracasada o in- cación importante del movimiento político que llevó al fin del régimen
completa. En vez de considerar sólo un modelo de ciudadanía, democra- militar. En esa época (fines de la década de 1970) el respeto por los de-
cia o modernidad, sugiero que diferentes sociedades tienen diversas rechos de los prisioneros políticos era exigido por varios grupos que se-
maneras de usar elementos generalmente disponibles en un repertorio guían elliderazgo de intelectuales, políticos de centro y de izquierda, la
común de la modernidad para crear sus naciones, ciudadanías y demo- Iglesia Católica y su Comisión de Justicia y Paz, y asociaciones civiles,
cracias específicas. La peculiaridad del uso brasileño de esos elementos como el Movimiento Femenino por la Amnistía y la OAB -Ordem dos
proviene del hecho de que los derechos sociales (y secundariamente los Advogados do Brasil (Asociación de Abogados del Brasil)-.3 La aten-
derechos políticos) están históricamente mucho más legitimados que ción a los derechos de prisioneros comunes no estaba incluida en las
los derechos civiles e individuales y de que la violencia y las intervencio- exigencias, a pesar de que la violación a sus derechos era rutinaria. La
nes en el cuerpo son ampliamente toleradas. Esa tolerancia con relación campaña por la amnistía de presos políticos -muchos de los cuales fue-
a la manipulación de los cuerpos, la proliferación de la violencia y la des- ron torturados y mantenidos como prisioneros sin un juicio o incluso
legitimación de la justicia y de los derechos civiles están intrínsecamente un mandato judicial- se interrelacionó con otros movimientos políticos
vinculadas. que exigían el retorno a un régimen constitucional, elecciones libres y
directas, libertad de expresión, fin de la censura, libertad de organiza-

2. Otras dimensiones de la falta de respeto por los derechos humanos en el Brasil, como la
La falta de respeto por los derechos humanos es común en el Brasil, violencia doméstica, la violencia rural, la esclavitud y los abusos de niños, homosexuales, muje-
como muestran los datos absurdos de abusos poliCiales. Aunque esa falta res y grupos indígenas, están documentadas por organizaciones de derechos humanos tanto na-
cionales como internacionales. Estas también son reconocidas por el gobierno federal brasileño
de respeto no esté restringida de forma alguna al abuso policial y al uni-
en su Plan de Derechos Humanos.
verso de crimen, focalizo esas áreas pues es ahí que los derechos humanos 3. La falta de respeto por los derechos humanos de presos políticos en el Brasil durante el
llegaron a ser explícitamente rechazados por muchos brasileños en el régimen militar está documentada en Arquidiócesis de Siio Paulo (1986).
ción de partidos políticos y sindicatos, etcétera, que culminaron en el debates políticos. La oposición política a Montoro y su partido político
derrocamiento del régimen militar. -inicialmente el PMDB Ydespués el PSDB- así como la resistencia al proce-
Después que la Ley de Amnistía se aprobó en 1979 y los presos polí- so de consolidación democrática, llegaron a ser expresadas en términos
ticos fueron liberados, y a medida que la democracia electoral come~zó a de la cuestión de los derechos humanos. Mientras Montoro era apoyado
consolidarse, grupos defensores de los derechos humanos (los me~clOna- por grupos de derechos humanos y partidos de centro e izquierda, los po-
dos en páginas precedentes más el recién creado Centro Santo DIas y la líticos de derecha acusaban a él y a sus aliados de proteger criminales. En
Comisión Teotonio Vilela) volcaron su atención y acción hacia los presos esa campaña, los derechos humanos fueron llamados «privilegios de de-
comunes que continúan siendo torturados y forzados a vivir en condicio- lincuentes».
nes degr~dantes hasta la actualidad.4 Al cambiar el foco de su acci~n, ~~s Montoro eligió a un conocido defensor de presos políticos y de los
grupos que defendían los derechos humanos ampliaron de fo:ma sIgmfI- derechos humanos, José Carlos Dias, para ser su Secretario de Justicia.
cativa el ámbito de sus actividades. Eso parece no haber ocurndo en otros Durante los tres años (1983-1986) en que ejerció el cargo, Dias y su po-
países latinoamericanos o en otras sociedades recién democratizadas, lítica de «humanización de presidios» fueron blanco de intensa oposi-
donde los debates sobre los derechos humanos continúan ligados a las ac- ción. Esta fue articulada y expresada por los medios de comunicación de
tividades de los regímenes autoritarios depuestos.5 Sin embargo, la idea
masa, especialmente en programas de radio especializados en la narra-
de garantizar derechos humanos a «criminales» se reveló como inacepta-
'ción de crímenes (uno de los más famosos, el de Afanasio Jazadji) y en pe-
ble para la mayoría de los residentes de Sao Paulo.
riódicos como O Estado de Siío Pauto. Entre las medidas más controver-
En la década de 1980, por lo tanto, no fue la idea de los derechos en
tidas de Dias para defender los derechos de los presos están las siguientes:
sí la que se cuestionó, ni siquiera la idea de derechos humanos en gener~l.
la creación de comisiones de representantes de los presos elegidas oficial-
Los derechos humanos fueron cuestionados solo cuando estaban aSOCIa-
mente; la instalación de cajas de correo dentro de las prisiones para que
dos a presos no políticos. Por lo tanto, es hacia la imagen del criminal y
los reclusos enviaran reclamos directamente a la oficina" disciplinaria
del sistema judicial que se debe mirar a fin de entender cómo los derechos
(Corregedoria) sin la intermediación de la administración de la prisión; y
humanos fueron interpretados y entonces rechazados por la población.
la adopción de «visitas Íntimas» para presos (en las cuales podrían tener
Esta investigación revela la fragilidad de los derechos individuales y civi-
relaciones sexuales con sus parejas). Además, el secretario fue criticado a
les en el Brasil.
causa de su relación directa con los reclusos, incluyendo su participación
El principal ataque a los derechos humanos, que consolidó las imá-
en un debate televisado con ellos. Por lo tanto, la defensa de los derechos
genes negativas todavía muy presentes en la población, fue originalme~-
humanos para presos comunes se convirtió en una cuestión debatida pú-
te articulado durante el gobierno de Franco Montara en el estado de Sao
blicamente y, más aún, en política de estado. La perspectiva de la admi-
Paulo. Montara, el primer gobernador electo después del régimen militar,
nistración fue resumida en la idea de que los presos tenían derechos (hu-
luchó por el retorno al estado de derecho y, una vez elegido, inte~~ó no
manos) a ser protegidos. De acuerdo con Dias, una de las realizaciones
solo controlar los abusos policiales sino también mejorar las condIclOnes
más importantes de su administración fue transmitir al preso
de las prisiones en Sao Paulo (véase capítulo 5). Fue durante su adminis-
tración (1983-1987) que el crimen violento aumentó significativa mente
nuestra convicciónde que él es un ciudadano, aunque con los derechosres-
en Sao Paulo y que la preocupación por el crimen llegó al centro de los
tringidos por una sentenciacondenatoria. Fue condenado a perder su liber-
tad, pero solo eso, y de acuerdo con los límitesde la sentencia.No fue con-
4. La falta de respeto por los derechos humanos en la prisiones brasileñas está documen- denado a las humillacionesy otros tipos de violenciaque ocurren dentro de
tada en Americas Watch Committee (1987 y 1989), Amnistía Internacional (1990) y Comisión la prisión (Entrevista, 10 de septiembre, 1990).
Teotonio Vilela (1986).
5. En países como Chile, Argentina y Sudáfrica, los movimientos por los derechos ?um~- Los opositores a esa visión articularon hábilmente en los medios de
nos continuaron preocupados por tratar los abusos de los regímenes anteriores. Para la histOrIa
comunicación de masas una serie de prejuicios, estereotipos y creencias
del movimiento por los derechos humanos en América Latina, véase Sikkink (1996). En el Bra- ~
sil ese tipo de movimiento fue menor. Sólo después de 1995 (esto es, veinte años después del ini- ;: ~ compartidas por grandes sectores de la población. Siguen tres ejemplos de
cio del proceso de apertura) el gobierno Cardoso reabrió casos de violaciones de derechos huma- : ese discurso. El primero forma parte de un manifiesto de la Asociación
nos contra presos políticos y ofreció indemnización a las familias de personas muertas por el de Delegados de Policía del Estado de Sao Paulo, dirigido a la población
régimen militar. de la ciudad el4 de octubre de 1985. El manifiesto apareció un mes antes
de las elecciones a la municipalidad de Sao Paulo y en el contexto de los Habría que agarrar a esos presos irrecuperables,colocarlos a todos en
intentos del gobierno Montara de reformar la policía. un paredón y quemarlos con lanzallamas. O tirar una bomba en el medio,
¡t>um!,se acabó el problema.6 Ellosno tienen familia, no tienennada, no tie-
Lostiemposactuales son de intranquilidad para usted y de total garantía pa- nen de qué preocuparse, ellos solo piensan en hacer el mal; ¿iYnosotros nos
ra los que matan, roban, violan. Su familia es destrozada y su patrimonio, vamos a preocupar por ellos!? [...] Esos vagabundos, ellos nos consumen
conseguidoa costa de mucho sacrificio,es tranquilamente sustraído. ¿Y por todo, millones y millonespor mes; vamos a transformar ese dinero en hos-
qué ocurre eso? Usted sabe la respuesta. Creyendoen promesas, elegimosel pitales, guarderías, orfanatos, asilos, en dar una condición digna a quien
gobernador equivocado, el partido equivocado, el PMDB. ¿Cuánto crímenes realmente merece tener esa dignidad. Ahora, para ese tipo de gente... ¿gen-
ocurrieron en su barrio y cuántos criminales fueron responsabilizados por te? ¡Tratarlos como gente!, ¡estamosofendiendo al género humano!
ellos? Usted también sabe esta respuesta. Ellos, los delincuentes,son prote-
gidos por esos tales «derechoshumanos», cosa que el gobierno cree que us- Estos adversarios de los derechos humanos operan con las categorías,
ted, ciudadano honesto y trabajador, no merece. prejuicios y estrategias del habla del crimen. Articulan sus discursos sobre
la base de las categorías estereotipadas asociadas a la oposición del bien
El segundo ejemplo proviene de un artículo en la Folha de Siío Paulo, contra el mal. Ya las personas que defienden los derechos de los presos con
e111 de septiembre de 1983. Fue,escrito por Antonio Erasmo Dias, secre- base en un discurso humanitario (tal como José Carlos Dias) se apoyan en
tario de Seguridad Pública por dos mandatos durante el régimen militar, relativizaciones e insisten en considerar las diferentes dimensiones de una
diputado durante el período de democratización, miembro activo del situación -«ellos son ciudadanos, aunque con sus derechos restringidos»,
«bloque de seguridad» que apoya la policía violenta, y lobbista de la in- «ellos deben ser castigados, perosolo dentro de los límites de la ley». El
dustria de seguridad privada (véase capítulo 5). primer tipo de discurso probó ser infinitamente más popular.
Los discursos contra los derechos humanos usan básicamente tres es-
La insatisfacciónde la población en cuanto a la policía, exigiendo inclusive •
trategias. La primera es negar la humanidad de los criminales. Los dete-
una actuación más «dura», en lo que puede ser considerado responsabilidad nidos son representados como los que cometieron los crímenes más vio-
del gobierno Montoro, proviene de la filosofía alardeada de los «derechos lentos (homicidio, violación) y, por lo tanto, como personas que violaron
humanos» aplicada de modo unilateral más en provecho de delincuentesy la naturaleza humana, que están dominadas por el mal y pertenecen solo
marginales.Filosofía que privilegia al marginal, dándole el «derecho» de ir
al espacio del crimen: ellos no tienen familia, ningún vínculo con los
armado, asaltando, matando y violando.
otros, nada; ellos «ofenden al género humano». La discusión nunca se re-
fiere a crímenes menos serios, aunque sea obvio que las prisiones no son
El tercer ejemplo proviene del programa diario de Afanasio Jazadji,
ocupadas solo por asesinos y violadores. Ejemplos moderados no sirven
uno de los conductores radiales más populares de Sao Paulo. Jazadji se
al habla del crimen ni a las clasificaciones radicales por las cuales el cri-
define a sí mismo como un reportero policial y solía presentar un progra-
minal es colocado al margen de la humanidad, de la sociedad y de la co-
ma en el cual narraba crímenes. Es conocido por su voz grave, por la ma-
munidad política. Tanto el habla del crimen como el discurso contra los
nera irrespetuosa en que se refiere a sospechosos, por su defensa de la po-
derechos humanos se apoyan en simplificaciones y estereotipos para
licía y de la pena de muerte, y por su oposición radical a los derechos crear un cril1?-inalsimbólico que sea la esencia del mal. Del otro lado del
humanos. Se opuso a la política de humanización de las prisiones, a la re- debate, los argumentos a favor de los derechos humanos intentan con-
forma de la policía y a algunas otras innovaciones del gobierno Monta-
frontar esos estereotipos arraigados. Su mayor desafío es afirmar que los
ra, como las delegaciones de la mujer. Su influencia es evidente: las perso- criminales son enteramente humanos -algo con lo que muchas personas
nas que entrevisté, muchas veces lo mencionaban para justificar sus no están de acuerdo-.
opiniones, y en 1986, en una campaña basada totalmente en ataques a los La segunda estrategia utilizada por aquellos que atacan los derechos
derechos humanos y las políticas de Montara, Jazadji fue el candidato humanos es asociar los esfuerzos de la administración del Estado para im-
más votado para la Asamblea Legislativa (300.000 votos en la ciudad de poner el estado de derecho, controlar la policía, reformar prisiones y defen-
Sao Paulo y más de medio millón en el estado). Él también es miembro
del «bloque de seguridad». La cita a continuación es de un programa en
Radio Capital, el 25 de abril de 1984, el día en que el Congreso Nacional 6. Esa imagen es semejante a aquella usada en la entrevista que analicé en el capítulo 1: la
votó para negar a la población el derecho de votar para presidente. de que un poco de querosene y un fósforo resolverían el problema de las favelas y del crimen.
der los derechos humanos, al hecho de que el crimen aumentó. En otras pa- contribuyeron al aumento del crimen. En el contexto del aumento del cri-
labras, la propia democratización era responsabilizada por el aumento del men y el miedo al crimen, la población ha exigido castigos más pesados y
crimen y de la violencia. El éxito de esta asociación fue responsable no solo una policía más violenta, y no derechos humanos. Cuando la policía ac-
por el aumento de la oposición a la administración Montoro, sino también túa de forma violenta, como en la masacre de 1992 en la Casa de Deten-
por hacer más difícil a su administración garantizar el estado de derecho. ción o en episodios de ejecución sumaria, una parte considerable de la po-
La tercera línea de ataque, y el núcleo del argumento, es comparar blación tiende a apoyada.
las políticas de humanización de las prisiones a la concesión de privilegios Tal como describí en el capítulo 5, Montoro fue sucedido por dos go-
a delincuentes. Esta es una posición popular porque se hace eco de la ex- bernadores que abandonaron la idea de respeto a los derechos humanos y
periencia dominante del sistema judicial de la mayoría de la población. que apoyaron una política «dura» de seguridad pública que hizo que los
Aunque las clases trabajadores estén comenzando a usar la ley, y la arena abusos policiales aumentaran. Solo después de casi una década los dere-
legal haya asistido a una serie de nuevos experimentos que por primera chos humanos volvieron a los discursos y políticas de gobernantes. Des-
vez las están beneficiando, esas experiencias no son suficientes para cam- pués que Fernando Henrique Cardoso se convirtió en presidente y Mário
biar la imagen negativa de las instituciones del orden y la falta de confian-. Covas en gobernador, en 1995, tanto el gobierno federal como el gobier-
za generalizada en la justicia.7 La mayoría de las personas cree que «la no estatal de Sao Paulo intentaron refrenar las violaciones de derechos
justicia es un chiste», y que tanto la policía como el poder judicial favo- humanos. Esas dos administraciones, que fueron reelectas en 1998, inten-
recen a las clases altas y raramente son justos con los trabajadores. La taron implementar planes para expandir el respeto por los derechos huma-
justicia es, entonces, un privilegio de los ricos. Los adversarios de los nos. Aunque las dificultades hayan sido inmensas, parece que en la déca-
derechos humanos usan este punto, preguntando: si los derechos de la da de 1990 la resistencia a la defensa de los derechos humanos disminuyó.
mayoría no son respetados ¿por qué los criminales deberían tener ese pri- Aunque el mismo tipo de discurso anti derechos continúe siendo formu-
vilegio? Algunas veces, como en el comentario de jazadji, políticos con- lado por los mismos políticos, y aun cuando la pqblacióll' continúa repi-
servadores oponen los derechos humanos de presos a derechos sociales de tiendo esos argumentos (como algunas de mis entrevistas lo confirmaron),
la mayoría de la población: ellos argumentan que garantizar condiciones la defensa de los derechos humanos parece provocar menos oposición.
decentes a los detenidos es gastar dinero público que podría ser mejor Probablemente ese cambio está relacionado con el hecho de que la demo-
usado para proporcionar servicios muchos más necesarios para la mayo- cracia está consolidada desde la década de 1980 y ahora es rutinaria en
ría de la población. En resumen, el bien de muchos ciudadanos es siem- vez de amenazadora -como era considerada por la derecha a comienzos de
pre contrapuesto a los privilegios de algunos no ciudadanos que casi no aquella década-o Además, durante la década de 1990, los derechos huma-
son humanos. Los defensores de los derechos humanos son transforma- nos se convirtieron en una cuestión importante internacionalmente y son
dos, consecuentemente, en personas que trabajan contra los derechos de un tema más común en los medios de comunicación de masa, donde gene-
los ciudadanos honestos y a favor de criminales. 8 ralmente no son descritos en términos despectivos. Aunque estas sean se-
El mismo discurso anti derechos humanos ha llevado a reivindicacio- ñales positivas de transformación, existen innumerables señales de la per-
nes de castigos severos para criminales, incluyendo la pena de muerte, sistencia del apoyo a abusos policiales, formas violentas y privadas de
ejecuciones sumarias y algunas veces la tortura. La población considera venganza, y la pena de muerte.
que los métodos humanitarios y el respeto a la ley por parte de la policía

7. Para el uso del sistema judicial por las clases trabajadoras, especialmente después de la
Constitución de 1988, véase Holston y Caldeira (1998). Los debates actuales sobre la legalización de la pena capital en el
8. Las personas que defendían los derechos humanos estaban denunciando no solo las de- Brasil tienen como telón de fondo el contraste entre la violencia de hecho
plorables condiciones de las prisiones, sino también una serie de abusos cometidos por las insti- ejercida contra supuestos criminales y una legislación que prohíbe formas
tuciones del orden, como las detenciones sin mandato de prisión, tortura de sospechosos -no ne-
violentas de castigo. Aunque la violencia policial y la violencia privada
cesariamente criminales- y ejecuciones sumarias. La mayoría de esos abusos es cometida contra
personas con relación a las cuales no hay reconocimiento formal de culpa. Todas esas denuncias,
(de justicieros, grupos de exterminio y de la policía) hayan sido extrema-
que exponen las varias distorsiones del sistema judicial, son oscurecidas por el énfasis en la .de- damente comunes en el Brasil, la pena capital para crímenes no políticos
fensa de criminales-. no fue legal en el último siglo.
La pena de muerte por ahorcamiento fue legal en el Brasil durante el atacan los derechos humanos, muchos de ellos favorables al régimen mi-
período imperial (1822-1889) para casos de insurrección de esclavos, ho- litar y a la policía. En 1987, durante los trabajos de la Asamblea Consti-
micidio y latrocinio (robo seguido de muerte), pero no para crímenes po- tuyente, la propuesta de introducción de la pena de muerte fue rechazada
líticos. La última ejecución legal en el Brasil, que ocurrió en 1855, fue un por 392 votos contra 90. La constitución de 1988 establece que no habrá
caso claro de error judicial,9 y después de eso el Emperador concedió pena de muerte (artículo 5, inciso XLVII), prohíbe la prisión perpetua y
clemencia a todos los condenados a muerte. La pena de muerte fue elimi- establece 30 años como el mayor período posible de prisión.
nada en 1890, con el inicio de la República, excepto para crímenes de Esa derrota no ha impedido a algunos políticos renovar su propuesta
guerra, conforme lo determinado por el código militar. Desde 1890 en toda vez que un crimen violento capta la atención del público. Ese grupo
adelante, la prohibición de la pena de muerte fue confirmada en términos domina los debates públicos sobre la pena capital, y los defensores de los
semejantes en las cuatro constituciones brasileñas escritas bajo regímenes derechos humanos frecuentemente se encuentran en posiciones defensivas.
democráticos. 10 A despecho de los esfuerzos de muchos abogados e intelectuales que escri-
Las dos constituciones redactadas bajo regímenes autoritarios, sin ben sobre el asunto, el debate público en los medios está dominado por el
embargo, constituyen excepciones. En 1937 Getúlio Vargas inauguró una imaginario del habla del crimen. 11 Unos pocos argumentos simples son re-
dictadura imponiendo una nueva constitución que preveía la pena capital petidos innumerables veces, con opiniones prejuiciosas muchas veces ex-
para seis tipos de crímenes. Cinco eran crímenes políticos y el sexto era presadas por ambos lados. Aunque el debate en los periódicos y en los
«homicidio por motivo fútil o con extremos de perversidad». (A pesar de programas de televisión sea básicamente un debate entre la elite, ambos la-
eso, la pena de muerte no fue incluida en el Código Penal de 1940, toda- dos frecuentemente invocan a «el pueblo» para justificar sus argumentos
vía en vigor). En 1969 el régimen militar reintrodujo la pena de muerte y adoptan un tono paternalista, cuando no irrespetuoso, para hablar sobre
por medio del Acto Institucional 14, pero exclusivamente para crímenes él. Uno de los argumentos más frecuentes a favor de la pena capital es que
políticos. Ese régimen entendía que estaba en guerra contra el terrorismo ella reflejaría el «sentimiento popular» .12 Ese argumento °es sustanciado
y extendió la legislación militar hacia casos de la llamada guerrilla urba- con citas de encuestas de opinión pública que indican que cerca del 70%
na. Durante esos dos períodos, sin embargo, no hubo ejecuciones legales de la población está a favor de la pena de muerte.13
de presos políticos. En la historia de la República brasileña, la pena capi- Políticos de derecha argumentan que, en el contexto de la prolifera-
tal fue un instrumento concebido pero no utilizado por las dictaduras, ción de la violencia y del fracaso del sistema judicial, solo una medida ex-
para tratar con presos políticos. En contraste, la pena de muerte fue trema como la pena de muerte podría ser una solución. Piensan en la
prohibida pero usada ilegalmente (bajo forma de ejecuciones sumarias) y pena de muerte más en términos de venganza que en términos de la ley o
con relativa frecuencia para tratar con el crimen común.
La idea de la pena de muerte fue reintroducida en los debates públi-
cos a fines de la década de 1980 -durante el proceso de redemocratiza- 11. Las opiniones de las principales personas involucradas en el debate sobre la pena capi-
ción- cuando el miedo al crimen, el crimen violento y la violencia policial tal aparecen frecuentemente en periódicos. Mi discusión se basa en un análisis de artículos de pe-
riódicos aparecidos entre finales de la década de 1980 y los últimos años de la de 1990, que in-
comenzaron a aumentar. La pena de muerte es frecuentemente propuesta cluyen tanto entrevistas como artículos escritos por políticos o líderes de varias asociaciones. Di
como castigo para los llamados crímenes aberrantes: latrocinio (robo se- preferencia a artículos firmados, publicados en las páginas de opinión del O Estado de Siío
guido de muerte), violación seguido de muerte, secuestro seguido de Paulo (pág. 2) Yde la Folha de Siío Paulo (pág. 3), porque no son corregidos por los periódicos
muertes y crímenes que involucran crueldad (estos son términos de pro- y probablemente expresan mejor las opiniones de las personas. Esos dos periódicos paulistas
también han escrito editoriales contra la pena de muerte y la Folha promovió una campaña pú-
yectos discutidos en el Congreso Nacional). La mayoría de los defensores
blica contra ella. En contraste, la Rede Globo, propietaria del periódico O Globo, publicado en
de la pena capital son políticos de derecha, básicamente los mismos que Río de Janeiro, y que produjo el Jornal Nacional, el noticiero más popular de la televisión bra-
sileña, está a favor de la pena de muerte.
12. Por ejemplo, cuando le preguntaron a Roberto Marinho, el propietario y presidente de
9. Manoel Mota Coqueiro fue acusado y ejecutado por ordenar la masacre de una familia la Rede Globo, por qué él estaba a favor de la pena de muerte y la estaba promoviendo pública-
de campesinos. Después de la ejecución, se descubrió no solo que el juicio había sido conducido .~ mente en su periódico y estación de TV, él respondió que sólo «reflejaba la indignación popular.
irregularmente, ignorando evidencias y bajo la presión de una masa de personas que exigían la } (Folha de Siío Paulo, 12 de enero de 1993).
pena de muerte, sino también que él no era el instigador del crimen. La masacre había sido or- 13. Esas encuestas son realizadas y publicadas periódicamente en los periódicos. Datos
denada por su mujer. tanto del DataFolha como del Informe Estado para la ciudad de Sao Paulo, de 1986 en adelan-
10. Son las constituciones de 1891, 1934, 1946 Y1988. te, muestran un continuo apoyo a la pena de muerte del 66% al 75% de la población.
de eficiencia pare reducir la criminalidad. No dicen que la pena capital re- ro para resocializar a ese tipo de delincuente, cuando no tenemos dinero pa-
solvería e! problema de la violencia en general, y solo una minoría argu- ra dar de comer a esa gente?, ni para generar empleos o casas [...] ¿Cuál es
la mejor manera de invertir? ¿En el criminal o para sustentar niños que no
menta que esta impediría a otros cometer crímenes semejantes. Sin em-
tienen qué comer? [oo.]
bargo, insisten con que, como las personas que cometen crímenes
Usted sabe que el costo para mantener a un hombre preso eternamente
violentos están dominadas por el mal y son irredimibles, ejecutarlas sig- es muy grande. Y no es el caso de matar para economizar. Es el caso de de-
nifica evitar que cometan futuros crímenes y, para citar su propia retóri- cir que vamos a ejecutarlo dentro de ciertos parámetros para impedir que se
ca, «salvar vidas inocentes». Los defensores de la pena de muerte tambi¿n escape mañana y vuelva a cometer el mismo crimen Uornal da Tarde, 18 de
repiten la oposición entre derechos de los presos y derechos sociales y enero de 1993).
usan argumentos económicos. Dicen que es muy caro mantener un preso
irrecuperable en la prisión y que ese dinero podría ser usado en políticas Al final de esa entrevista le preguntaron a Amaral Neto si la idea de
sociales orientadas a los pobres. La cuestión central, sin embargo, es ven- quitar la vida a alguien lo había atormentado alguna vez. Su respuesta fue
gar e! crimen. Aunque estén intentando adoptar legalmente la pena de una perla de la lógica de la venganza privada.
muerte, las referencias en sus discursos son de venganza personal y es en
esos términos que se da gran parte del debate popular.14 A mí no [me atormenta]. Sería el primer verdugo en asesinar al mucha-
Los defensores de la pena de muerte y opositores a los derechos hu- cho que mató a aquella niña. Yo, padre de siete hijos, trece nietos y dos bis-
manos manipulan con destreza el imaginario que compone el repertorio nietos, tendría el mayor placer en matarlo.
de! habla de! crimen. Hablan siempre en términos empíricos, apoyándo-
se en ejemplos y casos individuales. Sus campañas se aceleran siempre El segundo ejemplo proviene de un artículo periodístico escrito por
que hay un crimen famoso y no dudan en renarrar los eventos con todas Alberto Marino Júnior, un juez estatal de Sao Paulo.
las simplificaciones permitidas por el repertorio de! bien contra el mal.
Los dos ejemplos siguientes son de enero de 1993 y siguieron a dos famo- Una criaturita, víctima de secuestro, es ejecutada por su verdugo por-
sos asesinatos: e! de Daniella Perez, una actriz de la Rede Globo muerta que, apartada de los padres, lloraba mucho. El homicidio, practicado con
por un compañero que en la nQvela representaba a su novio abandonado; refinada perversidad, emocionÓ a la nación y reabrió la polémica en torno
y e! de Míriam Brandao, una niña de 5 años de edad, que fue raptada y de la aplicación de la pena de muerte [...]
después asesinada, presuntamente porque lloraba demasiado. La primera En lo que atañe a los derechos humanos, es necesario que se preste más
atención a los derechos humanos de los hombres de bien y no, como se vie-
cita es de Amaral Neto, el diputado federal por el PDS (Partido Democrá-
ne haciendo, de las fieras en forma de gente, que despedazan al azar sus víc-
tico Social) de Río de Janeiro, que repetidamente propuso la adopción de
timas indefensas. Nuestro pueblo es naturalmente dócil y dispuesto al sacri-
la pena de muerte en e! Congreso Nacional,u
ficio. Le basta un poco de pan, el fútbol, el carnaval, un lugar para vivir y un
trabajo simple y honesto.
No crea en la recuperación de esos asesinos que mataron a aquella pro- Sin embargo, desde hace un tiempo el hombre se siente arrinconado
fesora gaúcha Adriana de Alphaville,!6 y Míriam de Belo Horizonte [oo.] por los criminales. Varias veces han llegado hasta el linchamiento, que es la
Ahora, usted sabe que tenemos millones de adolescentes en las calles, aplicación de la pena de muerte inmediata, sin proceso ni juicio, adoptando
víctimas de asesinatos y de tóxicos. Entonces, ¿usted cree que tenemos dine- un pésimo remedio, que puede dar margen al equívoco irreparable. [...]
Es necesario impedir que decenas de víctimas indefensas sean masacra-
das por una pequeña banda de cobardes fascinerosos, perdonados en nom-
14. Losdefensoresde la penacapitaltambiéntienenque lidiarcon dos argumentosde sus
bre de discutibles «derechos humanos». Es necesario castigar ejemplarmen-
adversarios:el de la posibilidadde un error judicialque no podríasercorregidodespuésde la eje-
te al energúmeno que secuestró a la criaturita y se otorgó el derecho de
cucióny elde la defensadelderechoa la vidacomoun derechohumanofundamental.En respues-
ta al primero,ellossostienenquela posibilidadseríaremotaporqueel procesojudicialgarantiza- matarla (Folha de Siío Paula, 16 de enero de 1993).
ría cuatro instanciasde apelación.Al segundoargumento,ellosrespondenque están interesados
en lasvidasde laspersonasinocentesy están defendiendolosderechosde las víctimasy no los de '¡¡o~ La elección de las palabras siempre realza e! horror del caso -la cria-
los delincuentesque)insistenellos,están siendoprotegidospor la actual Constitución. turita fue ejecutada porque estaba llorando por sus padres- y el carácter
15. Estoscomentariosde AmaralNeto fueronrealizadosdurante un debateconJosé Bisol,
inhumano de los criminales. Estos son fieras dominadas por el mal, villa-
diputado federaldelPSB(PartidoSocialistaBrasileño).
16. Discutoestecaso de Alphavilleen el capítulo 7. nos, degenerados. Como tal, convirtiéndose en candidatos naturales para
la ejecución -la única «solución» dada la imposibilidad de su rehabilita- las causas de la violencia y del crimen son sociales y estructurales, y no
ción- y absurdos candidatos a la protección en nombre de «discutibles pueden ser tratadas con una medida como la pena de muerte. Proponen,
derechos humanos». Los criminales también son frecuentemente contra- entonces, reformas cuyo propósito es transformar la sociedad, el Estado y
puestos «al pueblo», como el mal se opone al bien. Para Amaral Neto, el sistema judicial: su preocupación es garantizar que las instituciones en-
matarlos significaría ahorrar dinero para cuidar de los pobres. El juez cargadas del crimen trabajen mejor (insisten en reformas judiciales y de los
Marino Júnior contrapone «las fieras» a una visión tradicional y elitista sistemas de prisión) y que las principales causas de problemas sociales, co-
de «nuestro pueblo»: dócil, capaz de contentarse con pocas cosas pero, mo la pobreza, sean tratadas. Una versión de ese argumento fue articula-
por lo que parece, exasperado por una situación de creciente criminali- da por José Bisol, diputado federal del PSB, en el debate con Amaral Neto.
dad que lo lleva a hacer justicia con las propias manos.
La lógica de la venganza personal es siempre la referencia. Para el El Estado brasileño está en pedazos, no tiene eficacia. Es un Estado que no
juez, el linchamiento de criminales no es aceptable; pero como matarlos se impone, está disociado de la sociedad. Y como la propia sociedad brasile-
tiene sentido, debe legalizarse la pena de muerte, permitiendo la muerte de ña está desorganizada de una forma cruel, es visible y palpable que no logra-
remos establecer una relación de legitimación entre la aplicación de la pena
la «fiera» y la satisfacción de la venganza. Amaral Neto lleva la lógica
de muerte por parte de este Estado, en esta sociedad, y la justicia en este
de la venganza personal hasta el límite. Se ve a sí mismo como el venga-
país. [oo.] Cuando tengamos una sociedad más justa y organizada y un Esta-
dor: un hombre de una familia honrada, que voluntariamente sería el pri- do más justo y productivo, evidentemente la violencia será controlada.
mer verdugo brasileño que «asesinaría» -esa es su expresión- al asesino de
Míriam. No hay ninguna mención a la ley aquí. Un miembro del Congre- No es de sorprender que los argumentos socioestructurales contra la
so, Amaral Neto, se está esforzando para establecer la pena de muerte en pena de muerte también usen el vocabulario del habla del crimen. Ade-
la ley, pero el discurso popular con el cual la apoya se basa totalmente en más, esos argumentos tienen un toque evolucionista: ya q~e la sociedad y
las referencias a la venganza personal que dominan el habla del crimen. el Estado son culpados por la creciente violencia, cuando ellos se vuelvan
El número de personas que escribe contra la pena de muerte en pe- más justos y organizados, la violencia será (naturalmente) controlada.
riódicos es mucho mayor que el de los que la defienden. Todas las perso- Expresada por un miembro del partido socialista, esa opinión puede 'ser
nas e instituciones que defienden públicamente los derechos humanos es- vista como una versión del tradicional argumento marxista de que la vida
tán también contra la pena de muerte, porque para ellos los dos asuntos social mejorará naturalmente después de la revolución. Pero probable-
son inseparables. Ese principio está claro, por ejemplo, en un artículo de mente el mayor problema con los argumentos que asocian el crimen a la
Fábio Konder Comparato, un abogado, profesor de derecho y miembro pobreza y la marginalidad es que acaban reforzando el estereotipo que
de la comisión de Justicia y Paz. vincula criminalidad y pobreza, un vínculo se da como cierto incluso
cuando está siendo explicado. De hecho uno de los aspectos más notables
No hay democracia sin el respeto por los derechos fundamentales de la de los argumentos contra la pena de muerte (especialmente los de políti-
persona humana. El régimen de la soberanía popular, cuando está desvincu- cos de izquierda identificados con intereses populares) es cómo ellos re-
lado de los derechos humanos, no es democrático. [oo.]
producen fácilmente estereotipos contra los sectores trabajadores. Las
La pena de muerte no implica la violación de un derecho cualquiera, si-
no que representa la negación del más fundamental de los derechos huma-
personas pobres son comúnmente retratadas como incapaces de razonar
nos, el que constituye la raíz o fuente de todos ellos: el derecho a la vida. y juzgar por sí mismas y, por lo tanto, como fácilmente infiuenciables
La idea de derechos humanos nació de una exigencia de protección in- -pero solo por los argumentos equivocados, por lo que parece, ya que la
dividual contra actos del poder público. No es por el hecho de que la pena mayoría de la clase trabajadora está a favor de la pena de muerte-o
haya sido creada por ley, o aplicada mediante proceso oficial regular, que de- Otro argumento en el cual un razonamiento sociológico refuerza es-
ba ser considerada legítima cuando viola un derecho fundamental del hom- tereotipos negativos es el de que la vida es barata en el Brasil. Artículos
bre (Fa/ha de Sáo Pau/o, 21 de marzo de 1991). de ambos lados del debate sostienen que las personas están tan acostum-
bradas a la pobreza, a las terribles condiciones de vida y a la violencia,
Muchos participantes de ese debate argumentan de manera similar que son insensibles al valor de la vida. En el mismo artículo citado antes,
que la pena de muerte viola un derecho humano básico y como tal es ile- Fábio Comparato defiende que el debate sobre la pena de muerte expone
gítima, incluso si está codificada en la ley. Ellos también argumentan que un «tradicional desdén por la vida humana» entre los brasileños, y con-
cluye que los defensores de la pena de muerte exploran una «malforma- La idea de que la Constitución de 1988 -escrita y promulgada du-
ción mental y social» que caracteriza a la sociedad brasileña. Escribe que rante la presidencia de Sarney- debería ser modificada, es común entre
«en un país en que el 60% de la población vive/vegeta por debajo del ni- representantes de la derecha y personas de todas las clases que creen que
vel de pobreza tolerable, el hombre en verdad vale muy poco» (Fotha de ella protege a los criminales al redefinir las exigencias para detener a al-
Sáa Pauta, 21 de marzo de 1991, pág. 3). Algunas personas argumentan guien. Esas exigencias fueron introducidas en la Constitución de 1988
que, debido a esa desvalorización, la pena de muerte no tendría efecto: las con la intención de prevenir la arbitrariedad de la policía y la prisión de
personas (especialmente los criminales, que son visto como si no tuvieran sospechosos sin fundamento. Sin embargo, en un contexto en que las
sentimientos) no serían tocados por ella. Un adversario de la pena capi- personas creen que no detener inmediatamente -o incluso matar- a su-
tal, el juez criminal Roberto Caldeira Barioni, planteó el problema de es- puestos criminales, deja a los ciudadanos vulnerables y desprotegidos,
ta forma: los procedimientos legales que disminuyen la velocidad del proceso, son
condenados. En general, mientras los defensores de la pena capital criti-
El criminal no tiene miedo de morir, principalmenteel criminal brasile- can a las instituciones legales cuando crean impedimentos para la ven-
ño, fruto de la miseria. Suvida no es vida, es simplementesobrevida, tan mi- ganza inmediata, sus adversarios las denuncian por su carácter retrógra-
serable, tan mala, que la muerte no lo amedrenta (O Estado de Siío Pauta, do. Los abogados criminalistas, críticos del sistema penal brasileño que
15 de mayo de 1991, pág. 2). : se apoya casi exclusivamente en el encarcelamiento, argumentan que los
, «países modernos» usan métodos de castigo más sutiles y menos violen-
Otra manera común de argumentar contra la pena capital es mencio- tos, y por lo tanto no tiene sentido retroceder hacia la violencia. Para
nar los casos en que hubo error judicial o hacer referencia a su implemen- ellos, la violencia no es un remedio para la violencia, sino solo la causa
tación en los Estados Unidos. Se usan estadísticas para demostrar la posi- de más violencia, y usarla como castigo puede incluso pasar el mensaje
bilidad de sesgo racial y para insistir que esa forma de castigo no cohíbe el de que matar es bueno. Finalmente, algunas personas llam"anla atención
crimen. José Carlos Dias, uno de los muchos abogados que expresa esa hacia el alto número de muertes ilegales de supuestos criminales por par-
opinión, cree que el principal medio de inhibir la actividad criminal es la te de la policía y grupos de justicieros, argumentando que si matar cri-
certeza del castigo y no la duración u otro tipo de pena. Para que la certe- minales fuera capaz de poner un fin a la violencia, eso ya debería haber
za del castigo se haga realidad en el Brasil, afirma, es necesario «trabajar ocurrido.
en el sistema judicial y en el sistema carcelario, porque hoy sólo se tiene la Las creencias religiosas son citadas frecuentemente en el debate so-
certeza de la impunidad» (Fotha de Sáo Pauta, 18 de enero de 1993). Este bre la pena capital. En el Brasil, la Iglesia Católica es una de las principa-
argumento sobre la impunidad, que ciertamente es una descripción acerta- les instituciones que defienden los derechos humanos y atacan la pena ca-
da de lo que ocurre en el Brasil, ha sido usado tanto por los defensores pital, posición que vincula el rechazo de la legalización del aborto.
Además de la Iglesia Católica, representantes de la comunidad judía han
como por los adversarios de la pena de muerte. José Carlos Dias, el Secre-
escrito contra la pena de muerte.!7 Sin embargo, la mayoría de las religio-
tario de Justicia que intentó reformar el sistema penitenciario en Sao Pau-
nes no consigue ejercer una fuerte influencia en las opiniones sobre este
lo, cree que los cambios deberían ir en dirección al respeto por los dere-
asunto. De acuerdo con una encuesta de O Estado de Silo Pauta sobre la
chos humanos y al estado de derecho. Los políticos de derecha a favor de
pena de muerte, en enero de 1993, había poca variación de opinión por
la pena capital, sin embargo, usan el argumento de la impunidad para exi-
género, educación o posición socioeconómica, aunque indicara un apoyo
gir leyes más estrictas y para atacar la Constitución de 1988. Entre ellos
más fuerte entre los integrantes de los sectores sociales más pobres (74%
está el ex presidente José Sarney, que se opone a la pena de muerte por mo- de las dos franjas de renta más baja estaban a favor de la pena de muer-
tivos religiosos, pero aún usa la retórica a favor del castigo capital. te, comparadas con el 63% de las dos más altas). La única religión que
parece influenciar las opiniones sobre la pena de muerte es el pentecosta-
Antes de hablar de pena de muerte, debemos acabar con la legislación
lismo. Solo el 37% de los pentecostales estaba a favor de la pena capital,
permisivae injusta, a favor del criminal, consagrada en la Constitución. [...]
No hay legislaciónen el mundo más floja, más injusta, más a favor del cri-
minal que la legislaciónbrasileña. Ella estimula, en este caso, el crimen y si-
lenciasobre la víctima, que sólo tiene un derecho: el de morir (Fatha de Siía 17. Por ejemplo, artículo del rabino Henry 1. Sobe! en la Fo/ha de Siío Pau/o, 12 de junio
Pauta, 15 de enero de 1993, págs. 1-2). de 1991.
comparado con el 74% de los católicos (el mayor porcentaje) y el 68% de nalmente. Además, no habría información confiable suficiente y las per-
los umbandistas.18 sonas estarían bajo la influencia negativa de la televisión, que las acos-
A comienzos de la década de 1990 se puso en discusión que la adop- tumbra a la violencia y a la idea de la pena de muerte. Una vez más, esas
ción de la pena capital fuera decidida en plebiscito. La propuesta fue rea- posiciones niegan a las personas pobres la capacidad de considerar argu-
lizada por defensores de la pena de muerte que calcularon que no logra- mentoslracionalmente y de decidir por sí mismas. Estas se encuentran ex-
rían juntar votos suficientes en el Congreso para hacer pasar una presadJs, por ejemplo, por Miguel Reale Júnior, un abogado y Secretario
enmienda constitucional, pero que tendrían apoyo popular suficiente pa- de Seguridad Pública durante la administración de Montoro.
ra un plebiscito exitoso.19 La ironía es que entre los que solicitaban la im- I
I
plementación de ese instrumento democrático, recién incorporado por la I Someter a la nación a un embate emocional, otorgando a cada brasile-
nueva Constitución, había varios políticos que no solo criticaban la mis- ño,len este instante de profunda crisis social, la decisión de ser implantada o
ma Constitución por ofrecer excesiva «protección a los delincuentes», si- no \a pena de muerte, es una irresponsabilidad. [...]
no que también fueron partidarios, por largo tiempo, del régimen militar Con el plebiscito, ha de instalarse un clima de pasión en torno de un te-
autoritario. De hecho, ese debate parece invertir lógicas políticas de mu- ma reducido, cuyo examen exige, antes que nada, imparcialidad, pondera-
chas maneras. Forzó a los adversarios de la pena capital a una posición ción y paz de espíritu, o sea, exactamente lo que más les falta a los brasile-
ños en este momento de serias carencias.
defensiva en la cual tuvieran que oponerse a los procedimientos democrá-
La dramatización de la violencia, especialmente por los medios de co-
ticos -tales como el plebiscito- por el que habían luchado para introdu-
municación de masa, permitirá la avalancha de los instintos y la satisfacción
cir en la Constitución. Aunque tuvieran un fuerte apoyo legal para su po- del peor de los sentimientos, el resentimiento. [...]
sición, eso los dejó vulnerables ante acusaciones de ser antidemocráticos Además, si el Estado detenta el monopolio del uso legítimo de la vio-
y elitistas, mientras sus rivales se veían como verdaderos «populares». lencia, o sea del castigo, esta debe revestirse de racionalidad. Con el plebis-
Tres argumentos básicos se usaron contra el plebiscito: que era in- cito, por el contrario, la razón ha de someterse a la opinión ~mocional e irre-
constitucional, inoportuno e inadecuado. La base para el primero son dos flexiva del individuo, y el resultado puede ser la autorización del asesinato
artículos de la Constitución de 1988: el artículo S, que garantiza la «in- oficial, la aprobación apasionada de un burocrático y frío exterminio de la
violabilidad del derecho a la vida» y establece que no habrá pena de vida (Folha de Sáo Paulo 20 de abril de 1991).
muerte (inciso XLVID)j y el artículo 60, sobre la enmiendas constitucio-
nales que establece en el parágrafo 4, inciso IV, que no habrá deliberación Finalmente, el tercer argumento contra el plebiscito fue que se trata
de propuestas tendientes a «abolir derechos y garantías individuales». El de un medio inadecuado para decidir un asunto tan serio. Los derechos
plebiscito es considerado inoportuno porque podría ser propuesto en humanos no pueden ser abolidos legítimamente, incluso por la mayoría,
«momentos emocionales» -ya sea cuando las personas están impactadas defiende Dyrceu Aguiar Dias Cintra Júnior, juez en el estado de Sao Pau-
por crímenes notorios y sensibilizadas por las propagandas de televisión, lo y miembro de la Asociación de Jueces para la Democracia.
o cuando están sufriendo los efectos de una seria crisis social-o En esas
circunstancias las personas comunes no serían capaces de decidir racio- El respeto por los derechos humanos nunca debe depender de la opi-
nión pública. La tortura no sería admisible incluso si tuviera apoyo en ple-
biscito. Invocar la soberanía popular en el caso constituye demagogia lleva-
18. O Estado de Siio Paulo, 17 de enero de 1993. da hasta las últimas consecuencias. Al final, los principios jurídicos
19. Una encuesta realizada por el DataFolha-Idesp en 1991 entre integrantes de las dos cá- consagrados por la humanidad no fueron establecidos por número de votos
maras del Congreso Nacional mostró que el 73% estaba contra la pena de muerte, el 22% a fa- (O Estado de Sao Paulo, 15 de enero de 1993).
vor y e15% daba otras respuestas. Sin embargo, el51 % estaba a favor de un plebiscito, el 47%
en contra y e12% daba otras respuestas. Las preferencias estaban divididas por partido y región.
Los partidos con mayor porcentaje de políticos a favor de la pena de muerte eran los conserva- La pena capital raramente es criticada en el Brasil por tratarse de un
dores (PDC, PRN, PFL, PDS, PTB). Estos también constituían la mayoría de los que estaban a favor tipo cruel de castigo, que es el argumento promovido por Amnistía Inter-
del plebiscito. Los partidos en que la mayoría de los integrantes estaba contra la pena de muer- .~ nacional. En el debate brasileño, conseguí encontrar ese argumento ex-
te eran los partidos de izquierda (PT [100% en contra], PDT Y PSDB). Estos también estaban con- } presado sólo por un enviado extranjero de Amnistía Internacional, Ezat
tra el plebiscito. Los que se mostraron favorables a la pena de muerte eran en gran mayoría del
Centro-Oeste, Nordeste y Norte, mientras que la mayoría de los del Sur y del Sudeste estaban en Abdel Fattah, que sostiene que la democracia y la abolición de la pena ca-
contra (Folha de Siio Paulo, 24 de junio de 1991). pital caminan juntas y que, como la esclavitud, esa forma de penalidad
tiene sólo pasado, no futuro. De acuerdo con él, «la pena de muerte es un nando. Sin embargo, en vez de proponer reformas legales (10 que signifi-
castigo cruel, inhumano y degradante, que viola todas las convenciones caría legitimado), articulan un discurso y una política que ignoran el or-
internacionales de derechos humanos. No hay lugar para ella en un siste- den legal; y piensan en el castigo en términos de aplicación de sufrimien-
ma jurídico moderno, administrado por seres humanos y, por lo tanto, fa- to al cuerpo. Su referencia, por lo tanto, es el universo de la venganza
libles».20Aunque la ausencia de asociación entre pena capital y crueldad privada, inmediata y siempre bastante física. Ese universo revela una con-
pueda ser notable, tiene sentido en el contexto de la noción de cuerpo in- cepción específica de cuerpo y especialmente de la aplicación de dolor co-
circunscrito y del apoyo a formas dolorosas de castigo, algo común en el mo un medio de desarrollo moral y social. Esa concepción del cuerpo y
Brasil. del dolor se aplica no solamente al cuerpo del criminal, sino a muchas es-
feras de la vida social brasileña. Por lo tanto, al tratar la cuestión de có-
mo deben ser castigados los criminales, somos llevados a examinar di-
mensiones más amplias de la sociedad brasileña.
En mis conversaciones con residentes de Sao Paulo sobre la pena de
Tanto el debate sobre los derechos humanos como aquel sobre la pe- muerte y los derechos humanos, quedó claro que las personas alternan
na de muerte revelan una tensión básica entre dos visiones del castigo. La entre las dos referencias -el sistema legal y el de la venganza personal y
primera es la perspectiva de la ley, de la justicia y del sistema judicial. violenta-o Aunque queda claro que el discurso dominante es el del siste-
La segunda es la perspectiva de la venganza, del cuerpo y del dolor como ma de venganza privada, un sistema que usa el dolor y las intervenciones
instrumento de castigo. Esas dos referencias están articuladas de maneras en el cuerpo como medio de crear orden.
bien diferentes por personas en los dos lados de esos debates. Los defen-
sores de los derechos humanos y críticos de la pena de muerte hablan 9.l.
desde la perspectiva de la ley del sistema judicial y se oponen a cualquier -¿ Usted votaría a favor o en contra de la pena de muerte?
forma de castigo que inflija dolor. Sin embargo, la gran mayoría de la po- -Nunca pensé si iba a votar a favor o en contra. Hay momentosen que
blación ve al sistema judicial como ineficiente e injusto. Los defensores de uno ve cómo pasan ciertas cosas y termina pensando: «bueno, si existiera la
los derechos humanos saben bien eso y concentran sus esfuerzos en inten- pena de muerte, ese grupo no haría eso». Pero, por otro lado, cuando se ve
tos por criticar y reformar el sistema judicial y penitenciário. Sin embar- esa gente de la violenciatan pesada, es gente a la que le da todo lo mismo,
no tiene ningún amor a la vida. No es con o sin pena de muerte; creo que no
go, nunca abandonan el punto de vista de la ley y del orden legal. Para
modificaría mucho. [...] No veo que sea una amenaza. Creo que a una cria-
ellos, el crimen siempre debe ser tratado por el sistema público de ven- tura de la violencia-violencia,la pena de muerte no la atemoriza,no va a me-
ganza y sólo el sistema judicial puede detener ciclos de venganza. Aunque jorar. Creo que votaría en contra.
al hablar exclusivamente a partir de la perspectiva del sistema judicial y -¿Y esa cuestión de los derechos humanos para los presos?
siendo los únicos que lo hacen en un contexto donde ese sistema no dis- -Bueno, en eso ahí estoymuy en contra. Estoy absolutamenteen contra
fruta de legitimidad, los defensores de los derechos humanos y de las re- en elsentidode que elloscrean un climacomosi la personaque hizoalgodan-
formas son vistos por la mayoría de los ciudadanos como apologistas del tesco,en elmomento en que fue a la prisión,se convirtieraen un ángel.En ge-
sistema tal como este funciona ahora y consecuentemente son tratados neral esa gente es gente que tiene problemasserios,psicológicosy todo lo de-
con incredulidad y cinismo. Aunque critiquen el sistema legal y peniten- más. Creo que deben ser tratados... debidamentetratados. Lo que sí creo es
ciario, la mayoría de la población no los ve como críticos, sino como per- quees algo que muestra que puedeocurrir aquello.Tengola impresiónde que
sonas que están intentando distorsionar todavía más el sistema judicial al un marginal de ese tipo tendría más miedo de una prisión severaque de una
pena de muerte. De cierta forma la pena de muerteno castiganada ¿no?
garantizar privilegios para delincuentes.
-¿Y qué sería una prisión severa?
Las personas que atacan los derechos humanos y defienden la pena -Mire, algo que yo considero equivocadoen esta cuestión de los dere-
de muerte disfrutan del apoyo de la mayoría de los brasileños y normal- chos humanos, es proteger, decir que son buenos, y no sé qué más. ¡Vamos!
mente articulan su discurso sobre la base del imaginario polarizado del No se puede ser bueno con criaturas como esas... Ahora, yo creo también
habla del crimen. También afirman que el sistema judicial no está funcio- i que esas torturas, etcétera, creo que están fuera, completamentefuera de
" cualquier propósito... Es muy difícilsaber cuál es el límite.
Ama de casa, Morumbi, 52 años, 2 hijos; el marido es ejecutivo de una
industria multinacional.
9.2. defiende al trabajador, pero el delincuente tiene que morir, tiene que tener
-¿Usted está a favor o en contra de la pena de muerte? pena de muerte, tiene que ser así. Pero en el Brasil nunca hay nada.
-Estoy a favor. [...] Creo que la pena de muerte debería ser aplicada a Tres hermanos residentes del Jardim das Camélias. A tiene 22 años, es
todos los crímenes detestables, bárbaros: violación ... principalmente esta mecánico de automóviles y está casado; B tiene 16 y trabaja como obrero no
gente que agarra a niños inocentes. El tipo que hace eso no tiene manera de cualificado en una fábrica; C tiene 19 años y está desempleado.
[...] Creo que es un ser anormal, un problema mental, algo. O que es perver-
so incluso, por naturaleza. 9.4.
-¿Usted cree que los derechos humanos se aplican en estos casos? -Sí, la Igiesia está contra la pena de muerte, ellos no están a favor ... Yo
-Los derechos humanos terminan cuando alguien le quita los suyos. creo que cuando hablan de derechos humanos, creen que no se puede matar
Entonces, cuando alguien le quita su derecho, terminó el de él. Usted tiene a nadie. Creo que ... quién sabe ... Ahora, yo no concuerdo porque un delin-
derecho. Ellos no tienen más derecho. Creo que tienen que pagar de la mis- cuente puede matar a un padre de familia, ahora un padre de familia no pue-
ma manera que como hicieron. de matar a un delincuente ...
-¿Qué entendería usted por derechos humanos? -La Iglesia dice que se debería tratar mejor a los presos.
-Creo que derechos humanos, por ejemplo, sería el caso político, que -¡Vamos! ¡Ellos con privilegios! Ahí es que aprovecharían de verdad
cada uno tiene una ideología, desde que no haga daño, no sea terrorista, [muchas risas]; ¡ahí, con tantos privilegios, robarían de verdad! Robar, ma-
no haga daño a nadie; que tenga un ideal, luche por algo, ese tiene dere- tar, violar y hacer lo que quieran. Porque conseguirían lo que quieren ¿no?,
chos humanos. Cada uno tiene un ideal, ahora el ideal de la persona no es los privilegios, hasta mujeres, que ahora pueden ... televisión a colores y
perjudicar a los otros, ni derrumbar, ni reventar, ni hacer nada con las pro- todo. Y podrían hasta pintar y bordar.
piedades de los otros, ni del Estado, ni nada; creo que el derecho humano, Ama de casa del Jardim das Camélias, 33 años, cuatro hijos; participó
en una democracia, tiene que ser respetado por el idealismo y por el diá- de varios movimientos sociales y asociaciones locales; el marido es trabaja-
logo. dor especializado de una pequeña industria textil.
Comerciante, 59 años, casado; vive con la esposa en Moóca.
Del mismo modo en que lo hacen las figuras públicas que atacan los
9.3. derechos humanos -y muchas veces empleando sus mismas expresiones y
-¿Qué piensan ustedes de esta historia de los derechos humanos? ejemplos-, los residentes de Sáo Paulo de diferentes grupos sociales alegan
A -Eso creo que no existe, no; los derechos humanos y la Constitución que respetar los derechos de los presos es una idea absurda, un chiste de
no existen para el pobre; existe para los ricos. mal gusto, y que promovería el crimen. En verdad, estas citas y el análisis
-Hay varias personas que creen que se deben respetar los derechos de
siguiente sobre el castigo sólo complementan las de los capítulos anterio-
los presos.
res sobre el carácter de los criminales, la difusión del mal, el papel de las
C -Ah ¡qué respetar los derechos de los presos! Los presos no respetan
nuestro derecho. autoridades, la policía violenta y las disfunciones del sistema de justicia.
B -Cuando salen de ahí quieren matamos. Las personas que entrevisté creen que los criminales -siempre descritos co-
A -No hay cosa más equivocada que la Constitución -no sé si es la mo perversos, inhumanos, sin familia, etcétera- deberían ser tratados de
Constitución- que el preso puede tener sexo en la cárcel, por eso es que está manera dura, no necesariamente torturados, pero castigados con la pena
aumentando el SIDA en la cárcel, tiene que ser como dice Afanasio Uazadji], de muerte o con «severidad», lo que para muchos significa con un castigo
hay que acabar con eso, hay que acabar de una vez. doloroso. Es una opinión común que la pena de muerte no es un castigo
-¿Crees que Afanasio tiene razón? tan severo porque los que son ejecutados no sufren.
A -Yo creo que tiene razón. Dijo que «hay que acabar con esta conduc- Como la mayoría de los paulistas, los entrevistados pueden aceptar
ta sin vergüenza», de la manera que él lo dice. la idea de derechos humanos si esta se relaciona con los presos políticos,
-¿Pero te gusta la manera en que él habla? ¿No crees que es muy des-
pero no con «criminales». Para dejar claro el absurdo de que se garanti-
bocado?
cen los derechos humanos de «criminales», citan la ausencia de derechos
A -No, creo que es un tipo justo. a
-¿Crees que es justo? l de la mayoría de la población, especialmente los trabajadores para quie-
nes «los derechos humanos y la Constitución no existen» (cita 9.3). En
A -«Vagabundo», como él comienza a llamar a esos tipos, vagabundo
[imita la manera de hablar de Afanasio]. Muchas veces un delincuente entra otras palabras, las reacciones contra los derechos humanos siempre se re-
a la casa de un trabajador, el trabajador se defiende, mata al delincuente; él fieren a la noción de que los derechos en el Brasil son privilegio de pocos
y no universales. En la cita 9.4, una mujer de la clase trabajadora descri- tas como legítimas en lo que se considera una lucha urgente contra la di-
be los derechos de los presos como lujos y los llama privilegios. Ese tipo fusión del mal.
de privilegio de la elite (como la idea de justicia) es visto con cinismo y En las discusiones acerca de cómo debería funcionar la pena de
como algo que se burla de las condiciones de vida de los ciudadanos co- muerte y en contra de quién, y de cómo establecer algún tipo de orden so-
munes. Asociar las reformas de la prisión a privilegios es vedas como ex- cial, queda claro de qué manera el sistema judicial ampliamente se consi-
cesivas e incluso como irrespetuosas con el ciudadano común. dera irrelevante. La venganza es concebida en términos personales e in-
Los defensores de los derechos humanos no han sido capaces de mediatos, incluso cuando la responsabilidad de ejecutada es atribuida a
cuestionar y desmantelar la asociación que hace la población entre dere- una institución como la policía. En la cita 5.17 un joven de la clase traba-
chos y privilegios. Mientras insisten en que todos, hasta los presos, tienen jadora afirma que le gustaría que el Escuadrón de la Muerte todavía exis-
derechos que deben ser respetados, ellos no fueron capaces de tratar efi- tiera. Para él, la mejor manera de hacer justicia es permitir que la policía
cazmente el hecho de que los derechos individuales en el Brasil en general mate. «¿Por qué nosotros vamos a agarrar al tipo y lo vamos a matar?,
son ampliamente descuidados y el sistema judicial no es efectivo para re- preguntó. «¿Por qué es que pagamos impuestos? Para eso, para ser vigi-
solver conflictos y distribuir justicia, especialmente para víctimas de la lado ... De nada sirve que nosotros linchemos, el derecho debería ser de
clase trabajadora. Los defensores de los derechos humanos fracasaron en ellos [de la policía], el deber es de ellos, porque nosotros pagamos im-
convencer a la población de que los presos no serían los únicos a quienes puestos para eso ... La ley tiene que ser esa: mató, murió.»
se les respetarían sus derechos; que otras políticas asegurarían que los de-
Cuando le pregunté a otro hombre de la clase trabajadora que defen-
rechos no son privilegio de pocos, sino extendidos a todos. Sus esfuerzos
día al Escuadrón de la Muerte {cita 5.18) quién decidiría qué persona de-
por hacer valer el estado de derecho y que la policía fuera menos violen-
bería morir, respondió:
ta, se asociaron a la idea de proteger los privilegios de pocos -la imagen
común de la ley- contra los intereses de muchos. Al ser incapaces de de-
9.5.
safiar la visión de los derechos como privilegios, no solo fallaron en in-
-Es en el hecho, agarrar al tipo robando en el momento. Sise sabe que
culcar respeto por los derechos, en reformar la policía y garantizar el el tipo es peligroso, entonces búscalo. Lo agarró, lo mató; nada de arrestar.
estado de derecho, sino que también fallaron en expandir la legitimidad ¡Arrestarya pasó!
de la noción de derechos en general, y de derechos humanos e individua- -¿Pero usted no estaba hablando de que la cuestión era tener ley?
les en particular. -Es tener ley,entonces, para matar a los delincuentes.Si el tipo roba,
En este punto hay que considerar una aparente paradoja: si las per- sabe que va a morir, no va a asaltar a un padre de familia que gana un sala-
sonas consideran que el sistema judicial es débil, tendencioso e ineficaz rio mínimo ¿verdad?Lo agarras, lo llevasa la horca ahí en medio de la ave-
para controlar la violencia, ¿por qué escogerían aumentar su poder dán- nida, ahorcas al tipo ahí [...] Entonces,ahorcastea aquel, se distribuyóla or-
dole la prerrogativa de ejecutar personas? Si la justicia, en general no fun- den por el Brasilentero, los tipos no van a querer robar más. ¿Entiende?
ciona, ¿por qué funcionaría para decidir sobre la vida o la muerte? Si el Chofer, ]ardim das Camélias, 32 años, casado, con cuatro hi¡os; era
sistema judicial es famoso por ser violento contra los trabajadores y taxista y ahora traba;a como chofer para una institución pública.
dócil con los criminales, ¿no sería la pena de muerte solo un instrumento
más para reprimir a los trabajadores? Además de recordamos las descripciones de Foucault sobre el casti-
Para muchos no hay, en verdad, ninguna paradoja, ya que piensan en go en el Antiguo Régimen, hay por lo menos dos puntos impresionantes
la pena capital como ejecución sumaria y no como un proceso jurídico en estos tipos de opiniones. El primero es la constatación de que para al-
que culmina con la muerte como una forma de penalización. Desconfian- gunas personas, justicia significa pedir a la policía que ejerza venganza in-
do del sistema judicial, creen que el mal debería eliminarse sin mediación, mediata sin la mediación del sistema judicial. El segundo es la naturali-
matando a aquellos que fueron contaminados por él. Muchas personas dad y la facilidad con que las personas hablan sobre la venganza privada
creen que si alguien es atrapado cometiendo un crimen violento, debería y sobre tomar la vida de otra persona, algo asociado a la aceptación de la
ser muerto inmediatamente. Además, muchas personas apoyan a los es- idea de castigo físico en general.
cuadrones de la muerte y a los justicieros argumentando que ellos no son Como indiqué en el capítulo 5, el apoyo a las ejecuciones sumarias
tan corrupto s como la policía, y que hacen un buen trabajo «porque solo y a la policía violenta implica una implosión de los modelos legales tan-
matan». En suma, tanto las acciones privadas como la violencia son vis- to de la policía como de la justicia. La lógica de esa visión tiene raíces en
los abusos e injusticias cotidianos practicados por las instituciones del -Yo creo que ganaría la pena de muerte. Infelizmente. Porque las per-
orden, y en el deseo de justicia y venganza de las personas. Las ambigüe- sonas no tienen esta cosa teórica del estado de derecho. Van mucho más por
dades en las citas anteriores, también indican las complejas imbricacio- el camino emotivo, de sobrevivencia, de pánico, de miedo de querer aca-
nes de los sistemas público (legal) y privado (ilegal) de venganza. En ver- bar con todos los delincuentes, de matar a todo el mundo ( ]
Agente inmobiliaria, 56 años, comenzó a trabajar en 1990; vive en Alto
dad, las personas quieren que la policía cumpla su obligación, creen que
de Pinheiros con una hija.
es preciso que exista la ley, pero como saben que esas instituciones no
funcionan, imaginan medios privados, violentos e ilegales para conse-
Las referencias a la venganza privada son realizadas incluso por per-
guir realizar las mismas cosas. Esa ambivalencia entre referencias al sis-
sonas que están totalmente contra la pena capital. El entrevistado citado
tema judicial y al sistema privado de venganza aparece hasta en las opi-
en 9.6 se opone a la pena de muerte pero piensa en ella como una cues-
niones de personas que rechazan los métodos ilegales y se oponen a la
tión privada, algo a ser decidido entre él y su conciencia y a ser ejecutado
pena de muerte.
personalmente. Está en contra del uso de la violencia bajo cualquier cir-
Algunas personas que entrevisté estaban contra la pena capital. Al-
cunstancia y cree en los valores de la educación y el respeto como fuentes
gunas creían que nadie debería quitar la vida de nadie. Otras revelaron
de buenos vínculos sociales. Para él, la única institución que podría tener
temor de que eso se convirtiera en un instrumento de injusticia en manos
un papel crucial para impedir la violencia y crear las condiciones para
de los burócratas del sistema judicial y de la policía.
una buena vida social es la familia. La cita 9.7 es uno de los pocos ejem-
plos de una discusión sobre la pena de muerte que se refiere al sistema ju-
9.6.
rídico. Para la entrevistada, la venganza privada y el sentimiento personal
-¿Usted está contra la pena de muerte?
están opuestos al estado de derecho y a los derechos humanos, ambos de-
-Ah, sí. No lleva a nada. Yo pienso lo siguiente: cualquier cosa que me
afecte la conciencia, que me remuerda porque yo hice algo que no debería ha- fendidos por ella. Sin embargo, a pesar de valorizar el principio de los
ber hecho, eso sería colocar piedras en mi camino (...] Pero yo creo lo siguien- derechos humanos y oponerse a la pena de muerte, ella t'llmbién recono-
te: nunca voy a olvidar los errores. Cualquier actitud mía que sea un error, ce que, en el caso de que el sistema judicial fallara, ella misma considera-
evito hacerla. Entonces, puedo decir que tengo el derecho de matar a la per- ría el camino de la venganza privada.
sona que maltrató a mi madre, yo le doy también unos golpes; ahora si mal- La naturalidad con la que las personas hablan sobre la venganza pri-
trató a mi madre y hago 10 mismo con él, no sé... me pesa la conciencia. vada y. sobre tomar una vida, está asociada a la naturalidad con que li-
Herrero/vidriero, ]ardim das Camélias, 48 años, casado, cuatro hijos; dian con el castigo físico en general. Pregunté a todos los que entrevisté
tiene un taller y un negocio frente a su casa. qué pensaban sobre golpear a los niños. A pesar de que el movimiento fe-
minista ha logrado estigmatizar el golpear a las mujeres y que la violencia
9.7a.
contra los niños de la calle sea criticada por la mayoría de la población,
-Ahí se hace un círculo vicioso: la población se pone extremadamente golpear a los niños por razones disciplinarias todavía es algo habitual.
sublevada por las barbaridades que cometen los ladrones, los criminales,
Esa práctica ofrece, por lo tanto, un buen medio de abordar la cuestión
asaltantes. Y en verdad cometen barbaridades. Yo creo, por ejemplo, a nivel
del castigo violento en el contexto de la vida cotidiana, o sea, lejos del
personal, que si alguien matara a alguien de mi familia y yo viera que el tipo
no fue juzgado, no fue condenado, lo mandaría matar o 10 mataba. A nivel contexto excepcional el crimen. Las entrevistas confirmaron la práctica
personal, ahí entra toda una emotividad, pero a nivel teórico, como funcio- general: incluso personas a favor de los derechos humanos y contra la pe-
na un estado de derecho, como funciona una jurisprudencia, ahí yo creo que na de muerte, como la entrevistada que acabo de citar (9.7a), sienten que
la cuestión debe ser de otra manera. Los derechos humanos son la base de golpear a los niños puede ser aconsejable en algunas circunstancias.
una civilización (...]
-¿Y la pena de muerte? 9.7b.
-¡No! ¡Imagínese! En absoluto. De ninguna manera. Se puede entender -Creo que para educar es una cosa. Una bofetada, dar una palmada,
el sentimiento humano de rebeldía, pero no que se llegue al extremo de aca- ~ poner en penitencia o dar un tirón de orejas cuando son pequeños, yo lo hice
bar con los propios derechos humanos. Porque ahí se está acabando con los l con los míos algunas veces, lo hice porque no hay paciencia que aguante; pe-
propios derechos también. ro golpear es diferente. Hay un dicho que dice que pata de gallina no mata
-Pero, por ejemplo, si hubiera plebiscito el año que viene sobre la pena pollito, ala de gallina no mata pollito ... Creo que un poco de súper ego tam-
de muerte, ¿cuál cree que sería el resultado? bién es necesario.
La necesidad de establecer límites y dar un ejemplo son la manera de como una afirmación más poderosa de lo que las meras palabras podrían
justificar el golpe a los niños. Lo que no queda claro es por qué imponer lí- hacer, y debería ser usada especialmente cuando el lenguaje y los argu-
mites significa golpear a un niño en vez de usar algún otro castigo. Es tam- mentos racionales no son entendidos. En general, las personas que entre-
bién sorprendente que la lógica en esa discusión sobre el disciplinamiento visté consideran que los niños, adolescentes y mujeres no son totalmente
de niños sea la misma usada para justificar la pena de muerte: dar un ejem- racionales (o no siempre son racionales), de la misma manera que los po-
plo, imponer límites. Esa analogía la hicieron explícitamente ante mí: bres y, obviamente los criminales. Contra esas personas, la violencia es
necesaria; se trata de un lenguaje inequí-voco, un lenguaje que cualquiera
9.8.
puede entender, que tiene el poder de imponer principios morales y corre-
-Porque dicen que de nada sirve la pena de muerte, pero yo doy un
gir el comportamiento social. El dolor es entendido como camino para el
ejemplo.Toma un niño de dos años y le dices:no toques la cocina que te vas
a quemar. Él va y toca. Pero si va a tocar y se lleva una buena palmada, no conocimiento (especialmente moral) y reforma. La violencia es considera-
toca más, porque tiene miedo, es lo mismo con la pena de muerte [...]. Hay da un lenguaje más próximo a la verdad.
que esclarecerlas cosas a los niños, pero cuando no tienen la responsabili- Esta asociación de dolor, conocimiento y verdad se hace especial-
dad suficiente,no logran entender [...]. Tiene que haber pena de muerte por- mente clara en discusiones sobre la tortura. Las personas generalmente
que ellos saben que si son atrapados, se acabó [...]. El ejemplo lo resuelve describen la tortura como mala, a pesar de que algunas la ven como un
[...]. Dicen que los países adelantados abolieron la pena de muerte. Pero no- mal necesario. Pero nadie duda de su eficacia. El mismo sentimiento me
sotros somos un país del Tercer Mundo, entonces, ¿cuál es el freno? Tiene fue revelado por personas totalmente diferentes. Uno era un intelectual
que haber un freno. La palmada que le das a tu hijo, la pena de muerte sería de izquierda que había sido torturado durante el régimen militar y que
[esefreno]. dijo, durante un almuerzo en el que se estaba debatiendo la pena de
Ingeniero, Morumbi, 50 años, casado, cinco hijos; trabaja para la po-
licía. muerte, «puedo decir esto porque fui torturado: la tortura funciona. Si al-
guien secuestra a mi hija y la policía atrapara a alguien que pudiera llevar
a los secuestradores, yo no tendría dudas en decirle a la policía que tortu-
La impactante analogía entre la pena capital y el pegar a los niños re-
vela que la pena de muerte es considerada pedagógica: un ejemplo con- rara a esa persona para obtener informaciones». Este es el mismo argu-
tundente de lo que ocurre a las personas que no se comportan como la so- mento que usa públicamente Afanasio jazadji.
ciedad determina. También revela que el modelo de familia, la institución
Pero espera un poquito: ¿quées la tortura y qué es lo que ustedesespe-
encargada de disciplinar a las personas y evitar su contaminación por el
ran de la policía?La policía no tiene la bola de cristal. No tiene [...] Hay que
mal, es aplicado directamente en la esfera pública. Esas opiniones y las obtener aquello de una forma o de otra. ¿Cómo se hace? ¿Cómo extraer la
discusiones que siguen son complementarias y tienen sentido en el con- verdad a un tipo en una circunstanciacomo esa? [...] ¿Cómose hacepara sa-
texto de las concepciones sobre la difusión del mal y el papel de las auto- carie la verdad al tipo? No existe. ¡Con los golpes! [...] ¡La persuasión no
ridades por evitarlo, lo que analicé en el capítulo 2. Pero tal vez el elemen- existe,no existe interrogatorio, no existe,no existe... en todo el mundo! En-
to más impactante en la cita anterior sea la tranquilidad con que ese tonces mire, existe la tortura, en verdad existe. Infelizmente,es necesaria.
hombre (y otros entrevistados) habla sobre el acto de golpear a los niños. ¿Necesariapor qué? No hay método para extraerle la verdad a nadie, quie-
Las personas parecen considerar normal que los niños deban recibir gol- ro decir,la verdad verdadera. No, en el caso, como el que estoy tratando: el
pes para ser disciplinados: ese razonamiento es tan obvio que puede ser sujeto participó con cinco en un asalto, mató a una persona, o aunque no
usado para justificar la pena capital. La mayoría de las personas que ad- hubiera matado, participó, los otros huyeron, y él está preso. Ahí, dice:
miten que golpean o ya golpearon a sus hijos parece ser de la opinión de «No, yo tengo mis derechosconstitucionales,nadie me pone u?a mano en-
que los niños no son lo suficientemente racionales como para entender cima». «¿Pero,quién está con usted?» «No vaya hablar», y enC1Illate mues-
tra la lengua. ¿Cómotiene que comportarseel policía?Entonces,no hay ma-
todo lo que los padres les dicen. Sin embargo, creen que los niños pueden
nera, no hay. [...] El delincuente,sabe que es la ley de la selva, sabe que se
entender la violencia -un término de hecho nunca usado en las referen- equivocó, que la función del policía es apurar la verdad y que no hay otro
cias al disciplina miento de niños-o Incapaces de entender el lenguaje, los método (Entrevista, 20 de diciembrede 1990).
niños, sin embargo, se cree que entenderían claramente el dolor. Como el
miedo al dolor genera obediencia, provocar tal miedo es considerado La asociación de tortura y verdad no es de modo alguno exclusiva en
buena pedagogía. La marcación del cuerpo por el dolor es percibida el Brasil. Por el contrario, pertenece a una larga tradición occidental de
tortura judicial y de prácticas religiosas cristianas.21 Lo impactante es nos recuerda Scarry, lo hacen por ser débiles, no porque necesiten el co-
cómo Jazadji y otros consideran la tortura un recurso cotidiano en manos nocimiento.22 Los discursos que acabo de analizar aparentemente operan
de la policía, una técnica capaz de producir resultados cuando todos los con los significados opuestos a la visión de Scarry, toda vez que insisten
otros fallan. Sin embargo, expresando esa opinión, Jazadji está sólo refle- en que la tortura lleva a la verdad. Sin embargo, su lógica parece coinci-
jando el conocido modus operandi de la policía de Siio Paulo. Su opinión dir con la de personas que están en posiciones de poder infligir dolor.
es, por 10 tanto, paralela a la de la analogía causal entre golpear a los ni- Tanto Scarry como el entrevistado que acabo de citar, piensan en ellen-
ños y la pena de muerte: al tratar directamente la cuestión del uso del do- guaje y en el dolor como opuestos. Entretanto, mientras los entrevistados
lor, revelan que esas prácticas están tan enraizadas en la vida cotidiana generalmente creen que el dolor puede producir disciplina, orden y cono-
que pueden considerarse la norma. cimiento, Scarry argumenta que el dolor sólo destruye la significación. De
En la Siio Paulo contemporánea, sin embargo, las asociaciones de hecho, tanto en el disciplina miento de niños, mujeres y otras personas
dolor, verdad y orden no derivan solo de la tradición inquisitorial. Tal vez «débiles», como en e! caso de la tortura, el dolor es un instrumento de au-
la teoría pedagógica que predica la superioridad de la violencia como un toridad usado para producir sumisión. El significado creado por el dolor
medio de establecer e! orden y el desarrollo moral y afirma su eficacia en . en los cuerpos de las personas es la voluntad de la autoridad absoluta,
situaciones en que el lenguaje deja de tener significado, también encuen- , una autoridad que no está interesada en entrar en debates o admitir dis-
tre su pedigree en e! encuentro colonial y en lo que Michae! Taussig : cordancias, una autoridad que desestima el lenguaje. Un mundo de signi-
(1987) llama su cultura del terror. Esa cultura colonial que envuelve a co- ficación negociada se crea por el lenguaje, no por el dolor.
lonizador y colonizado en la reproducción de la violencia, es una cultura Me gustaría comentar un último punto: la fascinación de las perso-
en que la narrativa reproduce el terror (así como el miedo al crimen) yen nas por el papel de ejecutor y por una economía de intervención en el
que el significado se produce en el cuerpo del dominado. cuerpo de! ejecutado. Amaral Neto afirmó más de una vez que le gustaría
Algunos críticos de la tortura, especialmente E1aine Scarry, decons- ser el primer verdugo legal del Brasil (véase también FolM de Sao Paulo,
truyeron la manera por la cual esta es presentada como un medio de pro- 2 de julio de 1991). Aparentemente, él no es el único que piensa así: vie-
ducir verdad. Estos analistas nos ayudan a entender algunas de las dimen- ne afirmando públicamente que muchas personas le escriben ofreciéndo-
siones del tipo de relación de poder que parece haberse reproducido en el se como voluntarios para el cargo. Algunas de esas personas fueron entre-
Brasil. Scarry demuestra que lo central en la tortura no es el conocimien- vistadas y sus fotos fueron publicadas en periódicos (véase, por ejemplo,
to o la verdad, sino el poder. Ella muestra que «el dolor intenso destruye Folha de Sao Paulo, 3 de agosto de 1991). También enviaron sugerencias
el mundo», o sea, deshace el significado. Lo fundamental para el tortura- sobre los mejores métodos para la ejecución (una alternativa popular es
dor al forzar una confesión no es tanto el contenido de lo que se dice, sino la inyección de veneno de rata), y sobre cómo disponer de los cuerpos de
la habilidad de forzar una confesión (1985: 28-29). En otras palabras, lo los ejecutados. La opción más popular para eso parece ser usar sus ór-
que es fundamental es la creación de una «ficción de poder absoluto» ganos para trasplantes, y algunos llegaron a crear tablas elaboradas rela-
(1985: 27); infligir dolor exige y recibe una respuesta. Los que torturan, cionando diferentes órganos al tipo de crimen cometido (Folha de Sao
Paulo, 3 de agosto de 1991). Otras personas propusieron mutilación y
castración como castigo para ciertos crímenes.
21. El uso del dolor en la determinación de la verdad tiene una larga historia en las cultu- Estas historias agregan otra dimensión a lo que parecen ser dos ca-
ras occidentales y en sus sistemas legales. Véase DuBois (1991) para un análisis de la relación en- racterísticas interrelacionadas de la cultura brasileña: la centralidad del
te tortura y verdad en la Grecia antigua. Véase Asad (1985) para una interesante discusión so-
cuerpo en consideraciones sobre castigo y la aceptación del uso del dolor
bre la historia de la penitencia que muestra cómo el uso del dolor, aunque siempre presente en la
tradición cristiana, formó parte de diferentes prácticas para obtener la verdad. En otras pala-
en prácticas disciplinarias no solo contra supuestos criminales, sino tam-
bras, la unión entre dolor y verdad ha sido articulada de diferentes maneras a lo largo del tiem-
po. En ese sentido, Asaad hace más complejo el análisis del Antiguo Régimen realizado por Fou-
cault (1977) que no considera esas variaciones. Ya discutí (capítulos 3 a 5) el papel de la tortura 22 .• El dolor físico es tan incontestablemente real que parece conferir su característica de
en los procedimientos judiciales en el Brasil. Véase también Lima (1986). Para una discusión so- "teatralidad incontestable" al poder que lo hace existir. Obviamente, es precisamente porque la
bre Inglaterra, donde las torturas judiciales no eran tan comunes como en Europa continental realidad de aquel poder es tan altamente contestable, el régimen tan inestable, que la tortura es
durante la mayor parte del Renacimiento, véase Hanson (1991). Véase también Clastres (1978) usada» (Scarry, 1985: 27). En este sentido el análisis de Scarry coincide con la interpretación de
para un análisis del papel de la tortura en las sociedades primitivas y sus relaciones con la ley y la violencia de Hannah Arendt (1969), según la cual la violencia es el instrumento de aquellos
el conocimiento. que no tienen autoridad y son incapaces de gobernar por consenso.
bién contra todas las categorías de personas que supuestamente «necesi- ban, en el sentido de establecer barreras y límites a la interferencia o abu-
tan» control especial (niños, mujeres, pobres y locos). El cuerpo es, por lo so de otros.
tanto, percibido como un campo para diferentes intervenciones. Esa no- Un análisis completo de las maneras por las cuales el cuerpo está in-
ción de cuerpo manipulable está relacionada a la deslegitimación de los circunscrito en la sociedad brasileña probablemente requeriría revisitar
derechos civiles y está en el centro de los debates sobre la democratiza- las relaciones coloniales y el legado de la esclavitud y queda fuera del ob-
ción de la sociedad brasileña. jetivo de este trabajo. Sin embargo, me gustaría agregar dos ejemplos
que están deliberadamente fuera del campo del castigo y del crimen. El
primero viene de la medicina, en principio un campo en el cual las inter-
venciones en el cuerpo son consideradas legítimas. Hay, sin embargo, va-
rias cuestiones sobre las cuales se puede cuestionar la extensión de las in-
El cuerpo es concebido como locus de castigo, justicia y ejemplo en el tervenciones. Una de ellas es la reproducción y afecta los cuerpos de las
Brasil. Es concebido por la mayoría como el lugar apropiado para que la mujeres. El nacimiento a través de cesárea se está volviendo más común
autoridad se afirme a través de la producción de dolor. En los cuerpos que el parto normal en el Brasil. En el estado de Sao Paulo, en 1992, el
de los dominados -niños, mujeres, negros, pobres o supuestos criminales-, 53,4% de todos los nacimientos fue por cesárea (Berquó, 1993: 471). De
los que están en posición de autoridad marcan su poder procurando, por acuerdo con Elza Berquó (1993) este aumento está asociado al predomi-
medio de la producción de dolor, purificar las almas de sus víctimas, corre- nio de la esterilización (ligadura de trompas) como método anticoncep-
gir su carácter, mejorar su comportamiento y producir sumisión.B Para tivo en el Brasil: es usado por el 45% de las mujeres y la mayoría de las
entender cómo esas concepciones y sus consecuencias pueden aceptarse veces se realiza durante una cesárea.24 En el Noreste, la región más po-
como naturales en la vida cotidiana, no es suficiente simplemente develar bre del Brasil, el 63% de las mujeres la usa, y datos recientes indican que
las asociaciones de dolor y verdad, dolor y desarrollo moral o incluso do- el 19% de las mujeres en esa área ya había sido esterilizado antes de lle-
lor y un cierto tipo de autoridad. Esas concepciones de punición y castigo . gar a los 25 años (comparado con el 10% en Sao Paulo; PNUD-IPEA,
están asociadas a otras nociones que legitiman intervenciones en el cuer- 1996: 67).
po, y a la falta de respeto por los derechos individuales. Estos datos ilustran, en primer lugar, un problema grave de salud pú-
La naturalidad con que los brasileños ven la imposición de dolor con blica y la existencia de una clase médica que efectúa la cesárea mucho
objetivos correctivos es consistente con otras percepciones del cuerpo. más frecuentemente de lo que sería médicamente necesario y ofrece pocos
Las intervenciones y manipulaciones en el cuerpo de otras personas, o en medios alternativos de control de la natalidad. Segundo, indican que esa
el propio cuerpo, son vistas como relativamente naturales en muchas tendencia es más acentuada en las regiones más pobres del país. Tercero,
áreas de la vida social. Esas intervenciones no son necesariamente dolo- y más importante desde el punto de vista de control de la mujer sobre su
rosas o violentas. En verdad, algunas son vistas como aspectos deseables cuerpo, los datos anteriores indican que las mujeres brasileñas se están
y atrayentes de la cultura brasileña. Aunque lo que todas las intervencio- sometiendo a procedimientos invasivos con más frecuencia que a proce-
nes revelan es una noción de cuerpo incircunscrito. Por un lado, el cuer- dimientos no invasivos, y que están dando pasos radicales para controlar
po incircunscrito no tiene barreras claras de separación o impedimento; la reproducción, eligiendo un método que es invasivo e irreversible. En
es un cuerpo permeable, abierto a la intervención, en el cual las manipu- otras palabras, las decisiones reproductivas de las mujeres están siendo
laciones de otros no son consideradas problemáticas. Por otro lado, el tomadas de maneras que normalizan una drástica interferencia en el cuer-
cuerpo incircunscrito está desprotegido de derechos individuales y, en po. La reproducción no es la única área en que ocurre esa interferencia.
verdad, resulta históricamente de su ausencia. En el Brasil, donde el siste-
ma judicial está públicamente desacreditado, el cuerpo (y la persona) en
general no está protegido por un conjunto de derechos que los circunscri- 24. La mayoría de las ligaduras de trompas (75% en el Brasil y 83% en el estado de Sao
Paulo) se realiza durante una cesárea. La esterilización es usada por el 38,4% de las mujeres en
.a edad reproductiva en Sao Paulo; la tasa es mayor en el Norte, Centro-Oeste y Noreste del Bra-
l sil. Esta alcanza el 61,4% en Pernambuco y el 71,3% en Goiás (Berquó, 1993: 468, 463). Los
23. Véase Scheper-Hughes (1992) para otra interpretación de la naturalización de la vio- porcentajes de esterilización de mujeres son del 15,7% para todos los países en el mundo yel
lencia en la sociedad brasileña y para poderosas descripciones de la incircunscripción de los cuer- 7,6% para los países desarrollados. En la China, donde el Estado tiene una política agresiva de
pos de personas pobres. control de población, la proporción es 49,1 % (Berquó, 1993: 464-465).
Cirugías plásticas de todos los tipos también son extremadamente comu- El pasaje del predominio del canon del cuerpo grotesco hacia el del
nes entre la clase media que puede pagar por eso.25 cuerpo individual en Europa es crucial para la formación de la moderni-
La segunda arena donde las intervenciones son consideradas correc- dad: significa la prevalencia de las nuevas sensibilidades y valores cultu-
tas y vistas como naturales se refiere a uno de los aspectos que, como se rales, el triunfo de nuevas formas de relaciones sociales y organización
dicen, «hacen al Brasil, Brasil»: la sexualidad «flexible», la valorización social, y el establecimiento de nuevas formas de control y sujeción. A lar-
de la proximidad de los cuerpos, el carnaval y su mezcla de cuerpos, etcé- go plazo, afectó todas las dimensiones de la vida social y han sido descri-
tera. El carnaval es una ocasión para mostrar el cuerpo y jugar con sus tas desde muchas perspectivas diferentes. Norbert Elias (1994 [1939]), en
transformaciones. Es también una ocasión para el juego sensual abierto. sus ensayos sobre el proceso civilizatorio, describe el cambio como un
Durante el carnaval, las personas esperan tocar y ser tocadas: es de mal proceso de largo plazo que creó los estados-nación modernos con su mo-
gusto repeler tales intervenciones porque, de hecho, las personas están en nopolio del uso de la fuerza y teorías de ciudadanía y derechos.26 Ade-
la calle para jugar y la mezcla de cuerpos es la esencia del juego. El carna- más, el análisis fascinante de Elias revela cómo esos macroprocesos se en-
val no es sólo un lugar para la combinación de cuerpos, su manipulación trelazaron con el refinamiento de las maneras y los microprocesos por los
y exhibición, sino un universo en el que la amenaza de la violencia y la cuales las funciones corporales fueron controladas y removidas de la es-
violencia están siempre presentes. fera pública. Como resultado de ese proceso, las personas «civilizadas»
El carnaval no es una invención brasileña. Pero en las culturas euro- aprendieron a encerrar sus cuerpos, controlar sus fluidos, evitar la mez-
peas que acostumbraban celebrado, el carnaval fue en general amplia- cla con los otros o con el exterior y controlar su agresividad. La persona
mente relegado al pasado. Algunas de las interpretaciones más sobresa- civilizada es el individuo autocontenido, circunscrito.
lientes de la historia de Europa moderna nos ayudan a entender por qué Otra interpretación de ese mismo proceso es desarrollada por Michel
y cómo ocurrió eso. Esas interpretaciones, en verdad historias de moder- Foucault en su análisis de la historia del castigo. Es el pasaje de los ritua-
nidad, describen las interconexiones de la formación de los estados-na- les públicos de castigo físico a los castigos privados y ejercicios morales
ción, el establecimiento de la tradición liberal y de las nociones de ciuda- del sistema penitenciario; es el pasaje de la marcación de cuerpos al disci-
danía y derechos y el control de la violencia y su monopolio por parte del plinarniento del alma como la principal forma de ejercicio del poder. Esa
Estado. En el contexto de esas transformaciones, el carnaval y su mezcla transición es paralela al cambio en los modos dominantes de organiza-
de cuerpos -lo que Bajtin (1984) llamó «imágenes grotescas del cuerpo»- ción política y legitimación del poder político: las monarquías, cuya fuen-
y el comportamiento violento generalizado, inclusive el castigo violento, te de poder era el cuerpo del rey y cuyo poder era ejercido de manera
fueron enterrados con el nacimiento de la «era de los derechos» y la pri- repentina, violenta y discontinua (Foucauit, 1977: 208), dieron lugar a
macía del individuo. Estos se convirtieron en cosas del pasado, o cosas estados inspirados por la noción de contrato social y que tienen como
identificadas con otras culturas, o desplazadas y restablecidas en las colo- principio fundador la idea de ciudadanía universal y sus derechos.
nias por las mismas administraciones imperiales que estaban aprendien- Foucault argumenta que la formación de la sociedad disciplinaria
do a dejadas de lado en sus sociedades. El genocidio de la población está ligada a varios procesos históricos más abarcadores -económicos,
nativa que ocurrió durante la conquista de América, las continuas marca- jurídico-políticos y científicos (Foucault, 1977: 218-228)-. Destaca los
ciones de los cuerpos en el proceso de colonización y la creación de una vínculos entre la formación de la sociedad disciplinaria y el desarrollo de
cultura del miedo en América Latina (Taussig, 1987) coinciden con la pa- las nuevas estructuras jurídico-políticas.
cificación interna de los estados europeos, su creciente sofisticación de las
costumbres y el control de la violencia. La forma jurídica que garantizaba un sistema de derechos en principio
igualitarios, estaba sustentada por esos pequeños mecanismos, cotidianos y
físicos, por todos esos sistemas de micropoder, esencialmente no igualitarios
y asimétricos que constituyen las disciplinas. [oo.] Las disciplinas reales y cor-
25. Una de las indicaciones de la popularidad de la cirugía plástica, por lo menos en las póreas constituyeron el subsuelo de las libertades formales y jurídicas. El
áreas metropolitanas, es el surgimiento en 1997 de la revista Plástica - a revista que vai mudar
contrato podía muy bien ser imaginado como el fundamento ideal del dere-
voce [Plástica -la revista que la va a cambiarl. Esta revista se dedica exclusivamente a temas de
cirugía plástica y da consejos sobre diferentes técnicas y servicios disponibles (además de anun-
cho y del poder político; el panopticismo constituía la técnica universalmen-
cios). Los artículos van desde un reportaje sobre cuál sería el -trasero. perfecto en opinión de
los brasileños, a nuevas tecnologías láser y cómo conseguir una sonrisa perfecta; Además, perso-
nas famosas hablan de sus cirugías y posan para la foto de la cubierta.
te difundida de coerción. No dejó de elaborar en profundidad las estructu- cracias disyuntivas, nos fuerzan a disociar los elementos de esa historia y
ras jurídicas de la sociedad, a fin de hacer que los mecanismosefectivosde a cuestionar su secuencia. Nos fuerzan a ver la posibilidad de ciudadanía
poder funcionaran en oposición a la estructura formal que había adquirido. política sin el control de la violencia, de un estado de derecho que coexis-
Las «Luces»que descubrieron las libertades, también inventaron las disci- ta con abusos de la policía y de democracias electorales sin derechos civi-
plinas (Foucault, 1977: 222). les o sin un sistema judicial legitimado. Además, las democracias disyun-
tivas nos acostumbran a diferentes historias de ciudadanía, historias
La combinación de las disciplinas con el aparato jurídico de la socie- como la del Brasil, donde los derechos sociales están bastante desarrolla-
dad del contrato en Europa dio como resultado la docilidad de los cuerpos dos pero los derechos civiles no son protegidos, o donde los derechos po-
y la circunscripción de los individuos. A pesar de usar técnicas totalmente líticos tienen una historia de idas y venidas, en que son garantizados en
diferentes, tanto las disciplinas como el aparato jurídico de la sociedad mo- un momento sólo para ser despreciados por.el régimen siguiente. Al mi-
derna impusieron la noción del individuo aislado y del yo circunscrito. rar hacia esas historias, percibimos que lo que tomamos como norma, o
Además, aunque sus promesas fueran antagónicas -el contrato social pro- sea, la historia europea de control de la violencia y desarrollo de los dere-
metía igualdad y las disciplinas reproducían la jerarquía y la dominación-, chos de ciudadanía, es sólo una versión de la modernidad, y probable-
ambas ayudaron a legitimar maneras de ejercer poder con relación al cuer- mente ni siquiera la más común. Cuando miramos hacia otras historias,
po y al individuo que reprimían la violencia. La aplicación de dolor como percibimos que múltiples modernidades son producidas en la medida en
una forma de ejercer poder fue una característica de la soberanía monár- que diferentes naciones y pueblos se involucraron con elementos del re-
quica; la nueva forma de poder político fue legitimada por la idea de con- pertorio de la modernidad (monopolio del uso de la fuerza, ciudadanía,
senso y de un contrato libre entre individuos iguales. En el nuevo sistema liberalismo, etcétera).
los ciudadanos individuales no solo eran circunscritos, sino que también Fernando Coronil y Julie Skurski (1991) ofrecen un ejemplo de otro
poseían todo un conjunto de derechos. Entre todos los derechos que cons- tipo de cultura y de historia en el cual la modernidad y la democracia po-
tituyen la ciudadanía, los que protegen al individuo masculino, su cuerpo y lítica siempre estuvieron ligadas a la violencia. Ellos muestran cómo la vio-
su privacidad fueron los primeros en desarrollarse y son los que hoy cons- lencia política en Venezuela es regularmente representada en contextos
tituyen el núcleo de la tradición liberal (Marshall, 1965 [1949]). Además, democráticos. Argumentan que 1a violencia es «manipulada y resistida»
las disciplinas modernas son productivas, no represivas, y apuntan a mol- (1991: 289) en los términos específicos de la historia venezolana, en rela-
dear el alma y el carácter por medio del ejercicio y no por el dolor. ción con la cual debe ser analizada. La violencia contemporánea en Vene-
La asociación del desarrollo de las disciplinas con el de los derechos zuela continúa siendo encuadrada «en términos de la Conquista», movili-
individuales y democracias liberales y con el control y enclaustramiento zando nociones de un pueblo bárbaro y un gobierno civilizador (de las
del cuerpo, así como el abandono progresivo de la violencia sea como elites). Taussig (1987) muestra un proceso similar para Colombia en su es-
método pedagógico, sea como forma de castigo, son claros en la historia tudio sobre el uso de la violencia en el boom del caucho y en la creación
de los países que inventaron el modelo liberal-democrático (Francia, In- de lo que él llama «cultura del terror y espacio de la muerte».
glaterra y Estados Unidos).27 Estudiosos de la ciudadanía han tendido a En el Brasil, todas las constituciones promulgaron los principios de
generalizar esa historia, de modo que ella se convirtió en la historia del ciudadanía universal, desde la primera, en 1824, y mucho antes de la abo-
desarrollo de los derechos y de las disciplinas en general, y el modelo de lición de la esclavitud, en 1888. Sin embargo, las asociaciones de discipli-
ciudadanía y de democracia. Uno de los efectos de esa generalización es na, derechos individuales y enclaustramiento del cuerpo que encontramos
conectar ciertos elementos como si ellos siempre ocurrieran juntos y en en el modelo europeo nunca ocurrieron. Los derechos individuales no son
una cierta secuencia. Países como el Brasil, pero también otros con histo- legitimados ni protegidos, y el cuerpo no es respetado en su individualidad
rias diferentes (generalmente historias coloniales) y que hoy tienen demo- y privacidad. Cuerpos y derechos civiles están siempre conectados, tanto
en países como el Brasil como en aquellos en que los cuerpos son circuns-
critos y los derechos civiles, respetados. En la sociedad brasileña, lo que
27. Además del análisis de Foucault, véase Dumm (1987) para una discusión sobre la aso-
ciación del desarrollo del sistema penitenciario en los &tados Unidos con la consolidación de la
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t domina es la noción incircunscrita del cuerpo y del individuo. Hasta hoy,
•• e independientemente del régimen político, es sobre los cuerpos incir-
democracia norteamericana. Véase también Nedelsky (1990) para una discusión sobre cómo la
cunscritos de los dominados que se estructura n las relaciones de poder,
metáfora de las fronteras (alrededor del individuo y alrededor del poder del &tado) es central en
la tradición norteamericana de constitucionalismo. que circulan los significados y que se intenta construir el orden. Cuando la
marcación de los cuerpos predomina, el respeto por los derechos civiles es político. En el contexto de la transición hacia la democracia, el miedo al
improbable, a pesar de que pueda haber una democracia política electoral crimen y los deseos de venganza privada y violenta vinieron a simbolizar
y un respeto relativamente amplio por los derechos sociales. Los derechos la resistencia a la expansión de la democracia hacia nuevas dimensiones
civiles, sin embargo, parecen depender de la circunscripción del cuerpo y de la cultura brasileña, de las relaciones sociales y de la vida cotidiana.
del individuo, y del reconocimiento de su integridad. La elaboración del prejuicio en el habla del crimen, la recreación
Como mostré a partir de diferentes perspectivas en este estudio, el simbólica de desigualdades exactamente a medida que la democracia crea
Brasil tiene una democracia disyuntiva que está marcada por la deslegiti- raíces, el apoyo a la violencia policial y a las medidas privadas e ilegales
mación del componente civil de la ciudadanía: el sistema judicial es inefi- de lidiar con el crimen, la construcción de muros en la ciudad, en enclaus-
caz, la justicia es ejercida como un privilegio de la elite, los derechos indi- tramiento y el desplazamiento de los ricos, la creación de los enclaves for-
viduales y civiles son deslegitimados y las violaciones a los derechos tificados y las transformaciones en el espacio público rumbo a patrones
humanos (especialmente por parte del Estado) son rutina. Esa configura- más explícitamente separados y no democráticos, la falta de respeto por
ción específica no ocurre en un vacío social y cultural: la deslegitimación los derechos humanos y su identificación con «privilegios de delincuen-
de los derechos civiles está profundamente enraizada en una historia y en tes» y la defensa de la pena de muerte y de las ejecuciones sumarias, son
una cultura en que el cuerpo es incircunscrito y manipulable, y en que el todos elementos que van en la dirección opuesta y muchas veces rechazan
dolor y el abuso son vistos como instrumentos de desarrollo moral, cono- la democratización y la expansión de derechos. Como todas esas tenden-
cimiento y orden. Una configuración tal nos permite sugerir que cias aumentaron bajo el régimen democrático, señalé el carácter disyunti-
la lógica cultural y política que crea cuerpos incircunscritos no es la mis- vo de la democracia brasileña. Además, debido a que muchos de esos ele-
ma lógica que genera al individuo circunscrito en la tradición liberal de mentos indican problemas con los derechos civiles, revelan la esfera de la
ciudadanía. Esas dos lógicas han estado en diálogo por un largo tiempo justicia y de los derechos individuales como una de las más problemáticas
en lugares como el Brasil, así como en los Estados Unidos y en Europa. de la ciudadanía brasileña. "
Sin embargo, esos diálogos produjeron resultados muy diferentes. Al Sin embargo, eso no significa que estoy defendiendo para el Brasil
apuntar a los diferentes caminos de desarrollo de los derechos de ciuda- cualquiera de los modelos existentes de derechos de ciudadanía o que es-
danía y de las democracias europea y norteamericana en relación con la pero que el país siga esos modelos. Los derechos individuales en el Brasil
brasileña, mi intención no es minimizar el peligro que el débil componen- deben construirse en el contexto de su propia historia y cultura, lo que in-
te civil representa para la democracia brasileña. Antes, quiero sugerir cluye la concepción incircunscrita del cuerpo, tanto en la dimensión legal
que, para entender la falta de respeto peculiar por los derechos civiles en como en la de la experiencia. Aunque crea que sin una reforma profunda
la democracia brasileña y considerar cómo podría hacerse menos violen- y la legitimación del sistema judicial no habrá un fin para el ciclo de vio-
ta y más respetuosa de los cuerpos y derechos de las personas, tal vez ten- lencia ni aumento alguno del respeto por los individuos y sus derechos,
gamos que concentrarnos más en las concepciones del mal, en el castigo este sistema tiene que ser reformado y los cuerpos tienen que ser circuns-
de niños, en el uso excesivo de las cesáreas y en el carnaval, que en los critos en relación con las concepciones distintivamente brasileñas.
procedimientos electorales y en las formaciones de los partidos políticos. ¿Cómo pueden los brasileños crear protección y respeto para los
De hecho, nada indica que la democracia política y el estado de derecho cuerpos, para los derechos individuales y la privacidad y al mismo tiem-
vayan a circunscribir cuerpos y generar respeto por los individuos o vice- po mantener algunos de los aspectos de la cultura brasileña que son apa-
versa. En el BrasilIa violencia y las violaciones a los derechos humanos rentemente valorizados y apreciados por muchos, como aquellos simbo-
aumentaron bajo el actual régimen democrático y al mismo tiempo en lizados en el carnaval (proximidad de cuerpos, sensualidad, etcétera)? No
que el deseo de infligir dolor en el cuerpo de los dominados fue usado tengo una respuesta para esa pregunta, pero tal vez los comentarios que
para desafiar el estado de derecho. No es por casualidad, pienso, que el siguen a continuación puedan ayudar a su discusión.
principal ataque al primer gobernador electo en Sao Paulo fue articulado La teórica feminista Jennifer Nedelsky argumenta (1990) que la no-
a través del ataque violento a los derechos humanos y de la defensa de la ción predominante de derechos en la tradición constitucional norteame-
pena capital (y de las ejecuciones sumarias). Podríamos sugerir, entonces, ricana es la de derechos como fronteras y deriva del modelo de propie-
que por medio de la cuestión del castigo violento y del crimen, los brasi- dad. En esa tradición, los derechos individuales son concebidos como
leños articulan una forma de resistencia a las tentativas de expandir la de- derechos de propiedad del propio cuerpo, y la protección de los indivi-
mocracia y el respeto por los derechos más allá de los límites del sistema duos y su autonomía, como la construcción de muros. En su crítica a la
imagen de frontera como el modelo para las concepciones de derechos, demos pensar en derechos y autonomía en los contextos de desigualdad
individualidad y autonomía, Nedelsky argumenta que estas no pueden social y opresión sexual sin usar imágenes de límites? ¿Podemos imaginar
ser útiles para las mujeres y sus cuerpos, dados los hechos elementales del un modelo que permita dejar espacio para la proximidad de cuerpos y a la
embarazo y de las relaciones sexuales. Ella defiende, en vez de eso, un sensualidad y todavía imponer el respeto por la privacidad, la individuali-
modelo más flexible para el cuerpo y para la individualidad, un modelo dad y los derechos humanos? ¿El control de la violencia y el abuso requie-
cuyo foco está en nociones de conexión, contacto, relaciones y fronteras ren fronteras rígidas y claramente definidas? ¿Sepued6 desarrollar un mo-
permeables, que tienen alguna semejanza con el modelo flexible brasi- delo de ciudadanía y derechos individuales que sea flexible y al mismo
leño. No puedo evitar ser escéptica con relación a la alternativa de Ne- tiempo eficiente para controlar la violencia? ¿Existe un modelo que prote-
delsky para el caso brasileño, porque creo que ese modelo más flexible e ja el cuerpo de las personas e imponga la obediencia a los derechos indivi-
incircunscrito es la contrapartida de mucha violencia en varias áreas de la duales y simultáneamente mantenga la indeterminación de fronteras que
vida social, y también porque es inherentemente violento, en especial constituye el espacio público democrático? ¿Cómo se pueden establecer
contra las mujeres, los niños y los pobres, o sea, en conjunción con la los límites de lo que sería una formación alternativa de democracia y dere-
imposición de voluntades autoritarias. Además, en la medida en que chos? La democracia brasileña probablemente continuará siendo única,
la flexibilidad actúa sólo en una dirección: del dominante hacia el domi- pero si aspira a ser menos violenta, debe no solo legitimar el sistema judi-
nado, sin ninguna restricción institucional o fronteras. Así, defiendo más cial sino también dejar de ejercitar sus juegos de poder y abusos de auto-
que menos la circunscripción del cuerpo, especialmente en el caso de las ridad sobre los cuerpos de los dominados. Tendrá que encontrar maneras
relaciones entre desiguales. Sin embargo, eso parece contradecir mi argu- de democratizar el espacio público, renegociar fronteras y respetar los de-
mento sobre el espacio público, en el cual critico el proceso de fortifica- rechos civiles.
ción de la ciudad por destruir un tipo de espacio democrático donde las
fronteras son indecidibles y negociables. En verdad, no lo contradice,
pues los muros que fortifican Sao Paulo son muros generados tanto por
la falta de respeto por los derechos civiles como por la ausencia del deseo
entre los más ricos de respetar los derechos de aquellos que ven como in-
feriores y que no admitirán como conciudadanos en el mismo espacio pú-
blico.
Abogar por modelos más flexibles para el cuerpo significa cosas com-
pletamente diferentes cuando los derechos civiles y la justicia son legitima-
dos (como en los Estados Unidos, en el análisis de Nedelsky) y cuando son
deslegitimados (como en el Brasil). De hecho, la actitud de una sociedad
con relación a esos derechos es inseparable de ciertas concepciones del
cuerpo: la sociedad que produce cuerpos incircunscritos, sin pocas chan-
ces de tener derechos civiles fuertes y viceversa. ¿Cómo podemos, enton-
ces, imaginar un modelo de ciudadanía y derechos individuales que sea
más protector de los dominados sin imponer un modelo masculino y tal
ciudadanía en el Brasil, hayan formulado muchas de sus reivindicaciones en términos de dere-
vez no brasileño de cuerpo individual contenido? ¿Puede tal modelo pro- chos sociales, también abordaron temas ligados a los derechos individuales y a la protección del
porcionar límites a los cuerpos de las mujeres, protegerlas del asedio se- cuerpo de las mujeres, los cuales constituyen el núcleo de cualquier agenda feminista. Eso queda
xual y no penalizarlas al quedar embarazadas (forzándolas, por ejemplo, especialmente claro en la intervención de feministas y ONG en las áreas de los derechos reproduc-
a concebir sus cuerpos más flexibles en términos de incapacidad -disabi- tivos (inclusive la cuestión de las cesáreas y de la esterilización), derecho de familia, violencia
lity-, como ocurre en la legislación laboral norteamericana)?28 ¿Cómo po- contra mujeres y racismo contra mujeres negras. Sin duda, los movimientos feministas represen-
tan uno de los mejores ejemplos que conozco en el Brasil sobre el potencial de expansión de los
derechos individuales. Otro ejemplo es el movimiento negr9, que infelizmente no tuvo todavía el
28. Los movimientos de mujeres en el Brasil constituyen uno de los pocos movimientos po- mismo nivel de eficacia en realizar sus reivindicaciones. Para una crítica a la clasificación del em-
líticos que exigen la expansión de los derechos individuales (véase Caldeira, 1998). Aunque los barazo como disabability [invalidez), con fines de licencia por maternidad en los Estados Uni-
movimientos de mujeres, de acuerdo con el patrón específico de legitimación de los derechos de dos, véase Eisenstein, 1988: capítulo 3.
Mapa]
Municipios de la Región Metropolitana de Sáo Paulo

1. Arujá 14. Guararema 27. Ribeirao Pires


2. Barueri 15. Guarulhos 28. Rio Grande da Serra
3. Biritiba Mirim 16. Itaquaquecetuba 29. Salesópolis
4. Caieiras 17. Itapecerica da Serra 30. Santa Isabel
5. Cajamar 18. Itapevi 31. Santana do Parnaíba
6. Carapicuíba 19.jandira 32. Sao Bernardo
7. Cotia 20.juquitiba do Campo
8. Diadema . 21. Mairipora 33. Sao Caetano do Sul
9. Embu 22. Mauá 34. Sao Louren~o da Serra
10. Embu-Gua~u 23. Mogi das Cruzes 35. Santo André
11. Ferraz de Vasconcelos 24.0sasco 36.Suzano
12. Francisco Morato 25. Pirapora do Bom jesus 37. Taboao da Serra
13. Franco da Rocha 26.Poá 38. Vargem Grande Paulista
Mapa 4
Distritos del Municipio de Sáo Paulo

47. Lajeado
48. Lapa
49. Liberdade
50. Limao
51. Mandaqui
52. Marsilac Este libro convivió conmigo por un largo tiempo. Comencé a pensar
53. Moema acerca de la relación entre violencia, democracia y la ciudad a comienzos
54. Moóca
55. Morumbi
de la década de 1980 en Sao Paulo, mientras estudiaba los movimientos
56. Parelheiros sociales en la periferia y oía hablar a las personas sobre el aumento del
57. Pari crimen. Inmediatamente después de escrib,ir el primer artículo sobre lo
58. Parque do Carmo
59. Pedreira
, que más tarde llamaría «el habla del crimen», pedí licencia en mis em-
60.Penha pleos en Sao Paulo y fui a la Universidad de California, Berkeley, a hacer
61. Perdizes el doctorado en antropología. Desde entonces, mi vida ha sido de idas y
12. Butanta 62. Perus venidas entre Sao Paulo y California. Este libro se sitúa en esos constan-
13. Cachoeirinha 63. Pinheiros
14. Cambuci 64. Pirituba tes desplazamientos. Les debo mucho a los que me apoyaron en el cami-
15. Campo Belo 65. Ponte Rasa no y a quienes finalmente puedo agradecer.
16. Campo Grande 66. Raposo Tavares Mis estudios de doctorado en Berkeley tuvieron el apoyo de una be-
17. Campo Limpo 67. República
18. Cangaíba 68. Rio Pequeno ca de doctorado en el exterior del CNPq(Consejo Nacional de Desarrollo
19. Capao Redondo 69. Sacoma Científico y Tecnológico) y de una Latin American and Caribbean Fe-
20. Carrao 70. Santa Cecília llowship de la Inter-American Foundation. Las dos instituciones donde
21. Casa Verde 71. Santana
22. Cidade Ademar 72. Santo Amaro trabajé como investigadora y profesora en el Brasil por más de una déca-
23. Cidade Dutra 73. Sao Domingos da -el Cebrap (Centro Brasileño de Análisis y Planificación) y la Unicamp
24. Cidade Líder 74. Sao Lucas (Universidad Estatal de Campinas)- no solo me concedieron licencias pa-
25. Cidade TIradentes 75. Sao Mateus
26. ConsolaCjao 76. Sao Miguel ra mis estudios en Berkeley, sino que también me ofrecieron las mejores
27. Cursino 77. Sao Rafael condiciones para investigar y escribir. Varias instituciones financiaron la
28. Ermelino Matarazzo 78. Sapopemba investigación que dio origen a este libro. El trabajo de campo en Sao Pau-
29. Freguesia do Ó 79.Saúde
30. Grajaú 80. Sé lo, entre 1989 y 1991, fue financiado por una International Doctoral
31. Guaianazes 81. Socorro Research Fellowship del Joint Committee on Latin American Studies del
32. Iguatemi 82. Tatuapé Social Science Research Council y del American Council of Learned So-
33. Ipiranga 83. Tremembé
34. Itaim Bibi 84. Tucuruvi cieties, con fondos de la William and Flora Hewlett Foundation y de la
35. Itaim Paulista 85. Vila Andrade Andrew W. Mellon Foundation; por una beca del Inter-American Foun-
1. Água Rasa 36. Itaquera 86. Vila CuruCjá dation Doctoral Fellowship Program; y por una dotación de investiga-
2. Alto de Pinheiros 37. Jabaquara 87. Vila Formosa
3. Anhangüera 38. JaCjana 88. Vila Guilherme ción de la Fundación Ford. Estoy agradecida a todas estas instituciones
4. Aricanduva 39. Jaguara 89. Vila Jacuí por su apoyo y, particularmente, a mis colegas del Cebrap y del Departa-
5. Artur Alvim 40. Jaguaré 90. Vila Leopoldina mento de Antropología de la Unicamp.
6. Barra Funda 41. Jaraguá 91. Vila Maria
7. Bela Vista 42. Jardim Ángela 92. Vila Mariana Presenté la primera versión ~ este trabajo como tesis de doctorado
8. Belém 43. Jardim Helena 93. Vila Matilde en el Departamento de Antropología de la Universidad de California,
9. Bom Retiro 44. Jardim Paulista 94. Vila Medeiros Berkeley, donde tuve el privilegio de trabajar con Paul Rabinow, mi
10. Brás 45. Jardim Sao Luís 95. Vila Prudente
11. Brasilandia 46. José Bonifácio 96. Vila Sonia
orientador. Además de ofrecer seminarios de lo más estimulantes, él siem-

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