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El otro Borge® rofundo admirador de Borges: ¥ jer cosa relacionada con elescri- as, casetes de pedrozzi es Un PI tal colecciona cualqui tos, noticias ror fotos, rer lib video, y por supuesto ee por Borges, libros con algan poemas cuentoo siealo de Borges, libros con Prslogo de Borges, libros en fos que se cita (aunque sea fugazmente) a Borges, pros leconados con temias que haya abordado Borges en su Tite- veut. Cuatro bibliotecas repletas y voliimenes apilados por todos lados. Sin embargo, todo esto no alcanza para con- formar a Augusto. Todo fandtico que se precie —nos-dijo— debe tener lo que yo llamo “objetos especiales” de su {dolo, objetos que _no se consigan facilmente, cosas unicas, sin igual. Los “objetos especiales” de Augusto se encontraban dentro de un cofre de roble, Cada tesoro descansaba en una an fora en terciopelo: una pas de escri- pee illento y resquebrajado mapa de la er maa en pertenencias de Bor- delosbastones del esertoy peer reeta or), y, dentro de un folio plastic, a) 261 en diarios y revist ros, montones de ellos: lie Pleg6 su abanico de versiones, cor —xy lo que parecia ser la hojita arrancada de una Benda de bo), illo. mes ido a buscar a la casa de Augusto. A través del folio protector se podia apreciar que la ca, ra visible de la hoja pertenecia al 25 de noviembre. ~ 'ocompré aun tipo de Barracas —nos coments fandtico—. Me dijo que él se lo habia comprado da en el piso de un bar de Palermo. Artes que le preguntésemos nada, Augusto tomé el fo. ho con la deticadeza de quien manipula Materiales radiacti. sped vere elated Enna se eee ee la siguiente leyenda: Hoy estar de ouch. Se sentéen ta mesa de siempre. No hay dudas: es Borges. OLS l axioma dice: “Cuando muere un grande, nace un mi- $0" Borges no fue la excepcion. Laleyenda de un sea és de la fecha G¢ su fallecimiento, por las calles de Palermo, surgi y des- mo una bestia estira sus tentéculos. Las primeras en surgir hablaban del fantasma el escritor: su €spectro vol que habla amado, Pero Borges fantasmal no e tonces comenzaron a via para vagar por los lugares ‘@ medida que pasaba el tiempo, un fa suficiente para sus seguidores, en- macer versiones que incluian un Bor- y hues. Algunas de ellas, haciendo la vista gor. oo evidencias con respecto al deceso del genio, afirma- dat ae todosetrataba de un-error-{involuntario.o.no), que. Hees nunca habla muerte, que todavia viviaen su quer. Bo! an ~ esta clase de rumores es muy comtin en estos casos. Los sanaticos de Elvis Presley, James Dean, Carlos Gardel, entre otros, también hicieron caso omiso a la comprobable muerte de sus (dolos, asegurando que segulan vivos, tal como lo de- | mostraban, segiin ellos, los numerosos testigos que juraban haberlos visto, lego de la respectiva fecha de fallecimiento. Algunos entienden esto como la natural resistencia ala ! desuparidion de una gran Igura, ‘Ahora bien, en el caso de Borges (como también en el de Carlos Gardel; véase “EI mito del Zorzal”) existen otras versiones que abren una posibilidad diferente: eluden las evidencias de la muerte del genio, « iciendo que si, es ver- dad, Jorge Luis Borges hha muerto... pero ha quedado suel- Este “tentdculo” del mito asegura que el escritor siem- ” pre sospeché la existencia de un doble, sospechas que que- ———— i daron reflejadas en varios de sus escritos, como “El otro”, .usted se lama Jorge Luis Borges. Yo también soy Jorge Luis Borges. Estamos en 1969, en la ciudad de Cambridge. ! 4 f \ ¥ “Borges y yo": (has (uu Ue -.yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sélo al- giin instante de mi podré sobrevivir en e! otro [...] Hace ot travé de librarme de él y pasé de las mitologias del arrabal a 263 .s con el tiempo y cor lo infinito, pero esos juegos son de ytendré que idear otras cosas. Asi mi vida es ung iga y todo lo ierdo y todo es d No sé cudl de los dos escr . Otras dos “evidencias” que suelen sacar a relucir los de- © sensores del mito del doble (lamémoslos doblistas), son as | polémicas que existen en torno a dos textos: la novela E] enigma de la calle Arcosy el poema “Instantes” (también co- nocido como “Momentos”). La novela (que se publicé como folletin en el diario Crt- tica, allé por 1932) fue firmada por un tal Sauli Lostal; y mientras algunos dicen que éste serfa un seudénimo del mismo Jorge Luis Borges, otros anuncian que Sauli Lostal es Luis A. Stallo, no un hombre de letras sino un “caballero itdlico dedicado a los negocios”. El poema también es atribuido a Borges, aunque se han llevado a cabo investigaciones que sefialan que no es asi. Algunas de ellas indican como su verdadera autora a Nadi- ne Stair, poetisa norteamericana de Kentucky, fallecida en 1988; hay quienes afirman que Nadine Stair no existié nun- ca, que si hubo una Nadine Strain, cuya tinica ocupacién era la misica, y que murié en Louisville, en el mismo afio que la inexistente Stair, Otras versiones aseguran que el autén- tico autor de “Instantes” seria el caricaturista Don Herold, que el texto original se titularfa “If | had My Life to Live over”, y que habria sido publicado en la revista The Reader's Digest de octubre de 1953. Los doblistas, en cambio, cortan por lo sano: los dos tex- oe een eral 1 te = 264 EL oTRo Borcts a z 4s de todas estas supuestas pruebas, ahora con- an la hoja de agenda de Augusto (quien se confiesa _ “ro de los mas apasionados defensores del mito del do- ble) como una ultima prueba que corrobora sus ideas. La como algunos religiosos veneran el sudario de Cris- to, Todos los 26 de noviembre se retinen en honor a la Ins- crecion.) _Nosotros —nos dijo Augusto, refiriéndose a los Do- blistas— estamos totalmente seguros de que la hoja de agenda pertenecié a una especie de diario crénica que lle- yaba cierto mozo, el cual solfa atender al otro Borges en " aquel bar de Palermo. Con este dato, el ultimo que nos entregé el fanatico, corrimos los bares y restaurantes de Palermo preguntando por el supuesto_“mozo cronista”. El testimonio més interesante nos lo entregé uno de los mozos del bar que se encuentra en Paraguay y la ex Serra- no, ahora llamada... Jorge Luis Borges: —Debe tratarse del loquito Gaspar —nos dijo el mo- z0—, €l pobre vela de todo: luces, bichos, fantasmas. Gas- “par estaba loco de verdad. Acd trabajé poco tiempo. Lo ra- jaron cuando le escupié en la cara a un cliente porque segin él era un marciano disfrazado. —

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