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Los relés temporizadores son empleados actualmente en muchos procesos, ya que

se les puede encontrar en la industria, pero también en otros ámbitos como el


automotriz y el hogar. Por ejemplo, el temporizador que permite espaciar las
oscilaciones de los limpiaparabrisas durante una lluvia ligera, ya que después de las
primeras pasadas, las plumas frotarían sobre un cristal prácticamente seco,
rayándolo. La temporización de este evento alarga la vida del parabrisas y del motor
que impulsa los limpiadores.

Por otra parte, en el hogar se aplican para gobernar el encendido de las luces del
jardín programando intervalos apagado-encendido automáticos. El aporte beneficioso
en un proceso así se traduce en un consecuente ahorro de energía eléctrica y una
extensión del tiempo de vida de las luminarias.

Baste citar otro ejemplo de las ventajas de la temporización y ese sería la función
SLEEP contenida en muchísimos aparatos electrónicos del hogar como televisores,
radiorreceptores y reproductores de audio. En todos los casos se busca minimizar el
desperdicio de energía y alargar la vida útil de los aparatos.

En cada caso serán temporizadores que pueden ser con retardo a la conexión o a la
desconexión, según se trate. Por ejemplo, la programación del reloj de tiempo real del
televisor para que se encienda a determinada hora sería un temporizador con retardo
a la conexión, mientras que el apagado de las luces interiores de un vehículo a
posteriori al cierre de sus puertas, revela la aplicación de un temporizador con retardo
a la desconexión.

En la industria, estos ciclos de tiempo a la conexión o desconexión permiten controlar


espacios de retardos adecuados para ciertos procesos. Por ejemplo, cuando una
pieza es pintada se emplea un tiempo para lograr el secado completo de la pintura, o
bien, si se controla el flujo de líquido a través de una boquilla que llena unas botellas,
se puede especificar el tiempo preciso que necesita para que cada botella sea llenada,
aunque en este último ejemplo sea más adecuado utilizar sensores que detecten
cuando la botella se llene, dado que cualquier cambio significativo en la densidad del
líquido haría que algunas botellas se desbordaran y otras quedaran con un nivel
inferior al deseado.

La temporización pues, forma parte de casi cualquier proceso industrial. En toda


aquella actividad fabril siempre habrá tiempos qué medir para permitir el proceso
subsecuente (o terminar el anterior).

Luego entonces no podemos despegarnos del concepto "tiempo" en casi ningún


aspecto práctico al estar inmersos en esta dinámica de eventos que es la vida, ya sea
personal o colectiva, doméstica o industrial. Siempre necesitaremos de esos
temporizadores para apoyarnos y lograr la consecución de los objetivos dentro de un
proceso determinado.

Pasemos al planteamiento de nuestra primera práctica con temporizadores.

Tenemos un botón de arranque y uno de paro, desde luego. Al pulsar el botón de


arranque, transcurren 15 segundos y se enciende la lámpara L1. Pasan otros 15
segundos y se apaga dicha lámpara.

Dado que se maneja un temporizador para encender la lámpara y otro para que se
apague requeriremos dos de ellos (aunque nada impide que ingeniándoselas sólo
utilicemos uno). Además emplearemos una botonera, un socket, un foco, cables, un
relevador para el autoenergizado, destornillador.

La tarea es:

1. Hacer el diagrama de estados, partiendo del planteamiento expuesto.

2. Hacer el diagrama de escalera.

3. Armar el circuito en el laboratorio y presentarlo.

4. Elaborar el reporte y entregarlo hasta una semana después.

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