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1.

José María Arguedas Altamirano


Genero: Novela, cuento, poesía, ensayo.

Cónyuges: Celia Bustamante Vernal (m. 1939–1965), Sybila Arredondo de Arguedas (m. 1967–1969)

Nació el 18 de enero de 1911 en Andahuaylas, Apurímac. Hijo de hijo del abogado Víctor Manuel Arguedas Arellano un abogado y
de y de Victoria Altamirano Navarro, de acaudalada familia. A los dos años de edad quedó huérfano de madre. Criado por
sirvientes indios, aprendió lenguas andinas. Cursó estudios de primaria en San Juan de Lucanas, Puquio y Abancay y los de
secundaria en Huancayo y Lima. Licenciado en Literatura en la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos, en 1931;
posteriormente cursó Etnología, recibiéndose de bachiller en 1957 y doctor en 1963. Fue encarcelado de 1937 a 1938 por
participar en las protestas contra la visita del general italiano Camarotta, jefe de una misión policial de la Italia fascista del dictador
Benito Mussolini. Ejerció como profesor de Literatura en la Universidad de San Marcos de Lima y como etnólogo en la Escuela
Normal de Investigaciones etnológicas. En 1947, fue nombrado Conservador General de Folklore del Ministerio de Educación,
después sería Jefe de la Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho del mismo Ministerio (1950-1952). Trabajó como funcionario en
el Ministerio de Educación. Fue Director de la Casa de la Cultura (1963-64) y Director del Museo Nacional de Historia (1964-1966).

Consagró su vida a la literatura y al estudio de la vida y la cultura de los indios quechuas. Riguroso y entusiasta universitario,
políticamente se definió como marxista. Considerado uno de los más destacados escritores peruanos, Entre sus obras destacan:
"Agua",(1935), relato de dos mundos contrapuestos, el del dueño de la hacienda y el del indio aferrado a su tierra y a su cultura
indígena; "Canto quechua" (1938); "Yawar fiesta" (1941); "Cuentos mágicos-realistas" (1953); "Diamantes y pedernales" (1954);
"Los ríos profundos" (1958); "El sexto" (1961), relato biográfico en el que denuncia su estancia en la cárcel a causa de una
manifestación en apoyo de la República española. En 1968 publicó una obra de tipo etnográfico, "Las comunidades de España y
Perú". En 1971 apareció "El zorro de arriba y el zorro de abajo. Casado con Celia Bustamante Vernal el 30 de junio de 1939. Se
divorciaron en 1965 y se relaciona con la chilena, Sybila Arredondo, con quien contrajo matrimonio en 1967. José María Arguedas
se suicidó disparándose un tiro de pistola en la sien en Lima el 28 de noviembre de 1969. Tras cinco días de agonía falleció el 2 de
diciembre de 1969. En 1931, ya con 20 años de edad, se estableció permanentemente en Lima e ingresó a la Facultad de Letras de
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Allí, contra lo que esperaba, fue recibido con cordialidad y respeto por sus
condiscípulos, entre los que se contaban los futuros filósofos Luis Felipe Alarco y Carlos Cueto Fernandini, y los poetas Emilio
Adolfo Westphalen y Luis Fabio Xammar. A raíz del fallecimiento de su padre, ocurrido el año siguiente, se vio forzado a ganarse la
vida entrando a trabajar como auxiliar en la Administración de Correos. Era apenas un puesto de portapliegos, pero los 180 soles
mensuales de sueldo aliviaron sus necesidades económicas a lo largo de cinco años.7 En 1933 publicó su primer cuento, «Warma
kuyay», publicado en la revista Signo. En 1935 publicó Agua, su primer libro de cuentos, que obtuvo el segundo premio de la
Revista Americana de Buenos Aires y que inauguró una nueva época en la historia del indigenismo literario.8 En 1936 fundó con
Augusto Tamayo Vargas, Alberto Tauro del Pino y otros, la revista Palabra, en cuyas páginas se ve reflejada la ideología
propugnada por José Carlos Mariátegui. En 1937 fue apresado por participar en las protestas estudiantiles contra la visita del
general italiano Camarotta, jefe de una misión policial de la Italia fascista. Eran los días de la dictadura de Óscar R. Benavides. Fue
trasladado al penal «El Sexto» de Lima, donde permaneció 8 meses en prisión, episodio que tiempo después evocó en la novela
del mismo nombre. Pero a pesar de simpatizar con el ideario comunista, nunca participó activamente en la política militante.
Estando en prisión, se dio tiempo para traducir muchas canciones quechuas que aparecieron en su segundo libro publicado: Canto
kechwa (1938).

2. Mario Vargas Llosa


3. (Arequipa, Perú, 1936) Escritor peruano. Con la publicación de la novela La ciudad y los perros (1963), Mario Vargas
Llosa quedó consagrado como una de las figuras fundamentales del «boom» de la literatura hispanoamericana de los
años 60. Al igual que otros miembros del mismo grupo, su obra rompió con los cauces de la narrativa tradicional al
asumir las innovaciones de la narrativa extranjera (William Faulkner, James Joyce) y adoptar técnicas como el
monólogo interior, la pluralidad de puntos de vista o la fragmentación cronológica, puestas por lo general al servicio de
un crudo realismo. Por otra parte, se deben también al novelista peruano importantes aportaciones críticas y hondas
reflexiones sobre el oficio de escribir, como su teoría sobre los "demonios interiores", que intenta explicar la escritura
como un acto de expulsión, por parte del creador, de los elementos de la conciencia capaces de incubar perturbaciones
que sólo el hecho de escribir puede exorcizar. La concesión del Nobel de Literatura en 2010 coronó una trayectoria
ejemplar . Mario Vargas Llosa pasó su infancia entre Cochabamba (Bolivia) y las ciudades peruanas de Piura y Lima. El
divorcio y posterior reconciliación de sus padres se tradujo en frecuentes cambios de domicilio y de colegio; entre los
catorce y los dieciséis años estuvo interno en la Academia Militar Leoncio Prado, escenario de su novela La ciudad y los
perros. A los dieciséis años inició su carrera literaria y periodística con el estreno del drama La huida del Inca (1952),
pieza de escaso éxito. Poco después ingresó en la Universidad de San Marcos de Lima, donde cursó estudios de
literatura. Desempeñó múltiples trabajos para poder vivir sin abandonar sus estudios: desde redactor de noticias en
una emisora de radio hasta registrador en el Cementerio General de Lima. En 1955, el escándalo que provocó al casarse
clandestinamente con su tía política Julia Urquidi (episodio que inspira la novela La tía Julia y el escribidor) agravó aún
más su situación, y hubo de recurrir a algunos amigos para aliviar su penosa situación doméstica. En la capital peruana
fundó Cuadernos de Composición (1956-1957), junto con Luis Loayza y Abelardo Oquendo, y luego la Revista de
Literatura (1958-1959), erigiéndose en estas publicaciones como abanderado de un grupo que reaccionaba contra la
narrativa social y documentalista de aquel entonces. A finales de los años 50 pudo finalmente viajar y establecerse en
Europa, donde empezó a trabajar en la Radio Televisión Francesa y fue profesor en el Queen Mary College de Londres.
2.1…-Jorge Mario Pedro Vargas Llosa Géneros: Realismo social, literatura hispanoamericana Obras destacadas: La
ciudad y los perros, Conversación en La Catedral, La guerra del fin del mundo ...

Premios: Premio Nobel de Literatura 2010

Nació el 28 de marzo de 1936 en Arequipa (Perú).

Hijo único de Ernesto Vargas Maldonado, operador de radio en una empresa de aviación, y de Dora Llosa Ureta, separados unos
meses antes de su nacimiento porque su progenitor mantenía relaciones con una mujer alemana con la que tuvo otros dos hijos:
Enrique y Ernesto Vargas. Mario vivió con su familia materna en Arequipa hasta que un año después del divorcio de sus padres,
cuando su abuelo materno fue nombrado cónsul honorario de Perú en Bolivia y se trasladaron a Cochabamba, donde pasó los
primeros años de su infancia. Durante el gobierno del presidente de Perú, José Bustamante y Rivero, su abuelo obtuvo un cargo
diplomático en la ciudad costera peruana de Piura y la familia regresó a Perú. Allí asistió a la escuela primaria en la academia
religiosa Colegio Salesiano. En 1946, a la edad de diez años, se trasladó a Lima donde se reunió con su padre por primera vez; se le
hizo creer que su progenitor había muerto. Sus padres restablecieron su relación y vivieron en Magdalena del Mar, Lima, durante
sus años de adolescencia. En Lima, estudió en el Colegio La Salle, una escuela secundaria cristiana, de 1947 a 1949. Cuando tenía
catorce años, ingresó en la Academia Militar Leoncio Prado de Lima; a los 16, antes de su graduación, empezó a trabajar como
periodista aficionado en periódicos locales. Tras salir de la academia militar terminó sus estudios en Piura, donde trabajó para el
periódico, La Industria, y representó su primera obra teatral: La huida del Inca. En 1953, se inscribió en Lima de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos para estudiar Derecho y Literatura. En 1957 dio inicio a su carrera literaria con la publicación de sus
primeros cuentos, Los jefes y El Abuelo mientras trabajaba para dos periódicos peruanos. Después de su graduación en 1958,
recibió una beca para estudiar en la Universidad Complutense de Madrid en España. En 1960, cuando su beca en Madrid había
expirado, se trasladó a Francia creyendo que iba a recibir otra beca; sin embargo, estando en París, le fue denegada su solicitud.
Decidió quedarse en la capital francesa, donde comenzó a escribir prolíficamente. Se trasladó posteriormente a Madrid, ciudad
donde cursó estudios y publicó su libro, Los jefes, una colección de cuentos. Pasó algunos años en París, Barcelona y Londres,
donde vivió como exiliado voluntario; entre 1974 y 1990 vivió nuevamente en su país. Apoyó la revolución cubana pero durante la
década de 1970 fue muy crítico con el régimen comunista de Fidel Castro, proclamando su fe en la democracia y el desprecio hacia
los regímenes autoritarios. En 1990, Vargas Llosa se postuló a la presidencia de Perú lanzando su candidatura por el Frente
Democrático (Fredemo). Perdió en segunda vuelta frente a Alberto Fujimori, un profesor universitario que más tarde fue acusado
de crímenes contra los derechos humanos cometidos durante su presidencia. La fama le llegó tras ganar el Premio Biblioteca
Breve, de Barcelona, con su novela La ciudad y los perros (1963), donde narra sus experiencias en el colegio militar Leoncio Prado,
a continuación escribió las novelas La casa verde (1966), sobre sus años en Piura y Conversación en la Catedral (1969), que trata
sobre los oscuros años de la dictadura de Manuel A. Odría (1948-1956). En 1967 apareció su relato Los cachorros. Su siguiente
obra fue Pantaleón y las visitadoras (1973) y a continuación se retrata a sí mismo en La tía Julia y el escribidor (1977). En La guerra
del fin del mundo (1981) regresa al estilo de composición épica de su primera etapa. Posteriormente sus novelas son
esencialmente políticas Historia de Mayta, (1984), Lituma en los Andes (1993), y más ligeras ¿Quién mató a Palomino Molero?
(1986), Elogio de la madrastra (1988). En su novela El hablador (1987) trata sobre identidades culturales y diferencias
antropológicas. Una importante porción de su obra ensayística puede leerse en Contra viento y marea (1983-1990).

3.Cesar vallejo
Santiago de Chuco, 1892 - París, 1938) Poeta peruano, una de las grandes figuras de la lírica hispanoamericana del siglo XX. En el
desarrollo de la poesía posterior al Modernismo, la obra de César Vallejo posee la misma relevancia que la del chileno Pablo
Neruda o el mexicano Octavio Paz. Si bien su evolución fue similar a la del chileno y siguió en parte los derroteros estéticos de las
primeras décadas del siglo XX (pues arrancó del declinante Modernismo para transitar por la vanguardia y la literatura
comprometida), todo en su obra es original y personalísimo, y de una altura expresiva raras veces alcanzada: sus versos retienen la
impronta de su personalidad torturada y de su exacerbada sensibilidad ante el dolor propio y colectivo, que en sus últimos libros
se transmuta en un sentimiento de solidaridad como respuesta a sus profundas inquietudes metafísicas, religiosas y socialesDe
origen mestizo y provinciano, su familia pensó en dedicarlo al sacerdocio: era el menor de los once hermanos; este propósito
familiar, acogido por él con ilusión en su infancia, explica la presencia en su poesía de abundante vocabulario bíblico y litúrgico, y
no deja de tener relación con la obsesión del poeta ante el problema de la vida y de la muerte, que tiene un indudable fondo
religioso. Vallejo cursó estudios de segunda enseñanza en el Colegio de San Nicolás (Huamachuco). En 1915, después de obtener
el título de bachiller en letras, inició estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Trujillo y de Derecho en la Universidad de
San Marcos (Lima), pero abandonó sus estudios para instalarse como maestro en Trujillo. En 1918 César Vallejo publicó su primer
poemario: Los heraldos negros, en el que son patentes las influencias modernistas, sobre todo de Rubén Darío (a quien siempre
admiró) y de Julio Herrera y Reissig. Esta obra contiene, además, algún augurio de lo que será una constante en su obra: la
solidaridad del poeta con los sufrimientos de los hombres, que se transforma en un grito de rebelión contra la sociedad. Acusado
injustamente de robo e incendio durante una revuelta popular (1920), César Vallejo pasó tres meses y medio en la cárcel, durante
los cuales escribió otra de sus obras maestras, Trilce (1922), un poemario vanguardista que supone la ruptura definitiva con el
Modernismo. En 1923, tras publicar las estampas y cuentos de Escalas melografiadas y la novela corta Fabla salvaje, César Vallejo
marchó a París, donde conoció a Juan Gris y Vicente Huidobro, y fundó la revista Favorables París Poema (1926). En 1928 y 1929
visitó Moscú y conoció a Vladimir Maiakovski, y en 1930 viajó a España, donde apareció la segunda edición de Trilce. De 1931, año
de un nuevo viaje a Rusia, son El tungsteno, novela social que denuncia la explotación minera de los indígenas peruanos, y Paco
Yunque, cuento protagonizado por el niño del título, que padece los abusos de un alumno rico tras su ingreso en la escuela. En
1932 escribió la obra de teatro Lock-out y se afilió al Partido Comunista Español. Ese mismo año regresó a París, donde vivió en la
clandestinidad, y donde, tras estallar la guerra civil española, reunió fondos para la causa republicana. Entre sus otros escritos
destaca la obra de teatro Moscú contra Moscú, titulada posteriormente Entre las dos orillas corre el río. Póstumamente
aparecieron Poemas humanos (1939) y España, aparta de mí este cáliz (1940), conmovedora visión de la guerra de España y
expresión de su madurez poética. Contra el secreto profesional y El arte y la revolución, escritos en 1930-1932, aparecieron en
1973.. Vallejo había iniciado un nuevo libro de poemas que se publicaría tras su muerte, en 1939: Poemas humanos. Es su obra
cumbre, y uno de los libros más impresionantes jamás escritos sobre el dolor humano. Vallejo trasciende lo personal para cantar
temas generales, colectivos, reuniendo la intimidad lírica con la conciencia común, en una actitud de unión con el resto de los
hombres y el mundo. El dolor sigue siendo el centro de su poesía, pero ahora, junto a sus torturadas confesiones, hallamos el
testimonio constante de los sufrimientos de los demás; la conciencia del dolor humano desemboca en un sentimiento de
solidaridad, y la inquietud social inspira la mayor parte de sus versos. Pero su vigilante conciencia artística le impide caer en la
facilidad. El lenguaje del libro sigue siendo audaz (aunque menos que en Trilce): perviven las distorsiones sintácticas, las imágenes
insólitas y la combinación incoherente (en apariencia) de frases heterogéneas. Ello no impide percibir con inusitada intensidad el
sentido global de cada poema. A ello contribuye, por otra parte, el constante empleo de un registro coloquial, aunque sabiamente
elaborado y magistralmente combinado con las expresiones ilógicas y metafóricas.

4 .-Abraham Valdelomar
(Ica, 1888 - Ayacucho, 1919) Narrador peruano que encarnó el tránsito definitivo del modernismo a las vanguardias y que es
considerado, junto con los poetas José María Eguren y César Vallejo, uno de los forjadores de la literatura peruana
contemporánea. ijo de Anfiloquio Valdelomar Fajardo y de Carolina Pinto, Abraham Valdelomar siguió sus estudios primarios en la
ciudad de Pisco y en la Escuela Municipal Nº 3 de Chincha, y los secundarios en el Colegio Nacional de Nuestra Señora de
Guadalupe de Lima (1900-1904), donde fundó la revista La Idea Guadalupana (1903) junto con su compañero Manuel A. Bedoya.
En 1905 ingresó en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, pero dejó las clases al año siguiente para emplearse como
dibujante en las revistas Aplausos y silbidos, Monos y Monadas, Actualidades, Cinema y Gil Blas, donde también trabajó como
director artístico. En 1909 publicó sus primeros versos (en la línea del todavía triunfante modernismo) en la revista
Contemporáneos, y al año siguiente decidió reanudar sus estudios; la universidad, sin embargo, nunca llegó a interesarle mucho, y
en 1913 terminó por abandonarla definitivamente. En 1910, a raíz de un conflicto con Ecuador, Abraham Valdelomar sentó plaza
de soldado como integrante del Batallón Universitario, formado por estudiantes de San Marcos. Durante el acuartelamiento
escribió una serie de crónicas bajo el título "Con la argelina al viento", que fueron publicadas en El Diario y La Opinión Nacional de
Lima entre abril y junio de 1910, y que le valieron un premio por parte del Municipio de Lima; posteriormente viajó con una
delegación universitaria al sur del país, visitando Arequipa, Cuzco y Puno. El mismo año de 1910 aparecieron publicados los
primeros cuentos de Valdelomar en las revistas Variedades e Ilustración Peruana, y al año siguiente aparecieron por entregas en
las mismas revistas sus novelas cortas La ciudad de los tísicos y La ciudad muerta (en las que se manifiesta la influencia del escritor
italiano Gabriele D'Annunzio), iniciando también su colaboración con el diario La Prensa de la capital peruana. En 1912 participó
en la campaña presidencial de Guillermo Billinghurst, siendo elegido presidente del Centro Universitario billinghurista. Después del
triunfo de su candidato, Abraham Valdelomar fue nombrado administrador de la Imprenta del Estado y director del diario oficial El
Peruano (desde octubre de 1912 hasta mayo de 1913). Valdelomar renunció a ambos cargos luego de ser nombrado Segundo
Secretario de la Legación del Perú en Italia (12 de mayo de 1913), embarcándose con destino a Europa el 30 de mayo. Después de
pasar por Panamá, Cuba y Nueva York, llegó a Roma el 7 de agosto, asumiendo inmediatamente sus funciones. Su estancia en esta
ciudad la aprovechó para escribir una serie de artículos que, bajo el nombre de "Crónicas de Roma", publicó en los diarios limeños
La Nación (desde noviembre de 1913 hasta enero de 1914) y La Opinión Nacional (entre mayo y julio de 1914), pero
definitivamente lo más importante de su estancia en Italia fue su participación en el concurso literario organizado por La Nación
con el cuento "El Caballero Carmelo", que resultó ganador del primer premio (3 de enero de 1914). Tras recibir la noticia del
derrocamiento del presidente Billinghurst, el 6 de febrero del mismo año renunció a su cargo diplomático y regresó a Lima. De
nuevo en la capital peruana, y luego de una fugaz detención por conspirar contra el nuevo gobierno (junio de 1914), Valdelomar
comenzó a trabajar como secretario personal del polígrafo peruano José de la Riva Agüero (1914-1915). Bajo la influencia de Riva
Agüero escribió su primer libro, La Mariscala (Lima, 1914), biografía novelada de Francisca Zubiaga (1803-35), esposa del
presidente Agustín Gamarra y figura importante de la política peruana durante algunos años. Para entonces Valdelomar ya era un
colaborador frecuente de numerosas publicaciones limeñas como los diarios El Comercio y La Crónica, y las revistas Balnearios,
Mundo Limeño y Variedades, en las que publicaba sus poemas, cuentos y artículos. Sin embargo, su labor como periodista estuvo
ligada principalmente al diario La Prensa, donde tuvo a cargo la sección "Palabras" desde julio de 1915 hasta su alejamiento del
diario en 1918. También publicó en La Prensa sus "Crónicas frágiles", donde hizo conocido su seudónimo de El Conde de Lemos; y
los "Diálogos máximos", a manera de conversaciones entre dos personajes, Manlio y Aristipo, a través de los cuales descubrimos
las personalidades de Valdelomar y del escritor José Carlos Mariátegui. En el mismo diario publicó sus crónicas tituladas
"Impresiones"; la columna "Fuegos fatuos", donde desplegó todo su humorismo e ironía; y finalmente sus comentarios sobre la
Primera Guerra Mundial, aparecidos en 1917 bajo el rótulo de "Al margen del cable". En 1917 ganó el concurso organizado por el
Círculo de Periodistas del Perú con su artículo "Ensayo sobre la psicología del gallinazo". Valdelomar, quien a su regreso de Europa
se había convertido en el líder de un grupo de jóvenes escritores, decidió fundar su propia revista literaria para exponer los
trabajos que sentía acordes con los gustos literarios de la nueva generación que representaba. Así, el 15 de enero de 1916
apareció el primer número de Colónida, revista dirigida por Valdelomar que, a pesar de su corta duración (sólo se publicaron
cuatro números, el último en mayo de 1916) tuvo una gran repercusión en el ambiente cultural peruano, hasta el punto de que
comenzó a hablarse de un "movimiento Colónida". Sin embargo, la importancia de esta publicación no puede ser magnificada. Se
4.1.--ha sostenido que la revista pretendía ser una bandera de revolución estética y un intento de dar a conocer a los nuevos
escritores provincianos, pero es indudable que sus resultados no fueron siempre los deseables. A pesar de todo, habría que
reconocerle el mérito de rescatar del olvido la figura de José María Eguren (1874-1942), el primer escritor peruano que merece
con justicia el calificativo de poeta. El mismo año se publicó el libro Las Voces Múltiples (Lima, 1916), que reunía poesías de ocho
escritores vinculados a Colónida, entre ellos Valdelomar. El libro recoge los poemas "El hermano ausente en la cena de Pascua" y
"Tristitia", considerados los mejores de su producción poética, donde se describe el ambiente familiar y la sensación de ausencia y
soledad que embarga al poeta. Posteriormente publicó los que serían sus últimos libros: Belmonte, el trágico: ensayo de una
estética futura a través del arte nuevo (Lima, 1918), sobre la filosofía estética del toreo en Juan Belmonte (tema sobre el que
confiesa no encontrarse versado), y su exitoso primer volumen de cuentos bajo el título de El Caballero Carmelo (Lima, 1918). En
enero de 1918 renunció a su puesto de redactor en La Prensa y comenzó una breve colaboración con la revista Sud América. Es
entonces cuando el escritor decide recorrer el territorio peruano como conferenciante, para lo cual emprendió un viaje al norte
del país (entre mayo y diciembre de 1918) visitando las ciudades de Trujillo, Cajamarca, Chiclayo y Piura, así como diversos
pueblos en los cuales dio charlas sobre temas estéticos, patrióticos y sociales. Mientras tanto se había postulado a la diputación
regional de Ica y, al ser elegido para el cargo (24 de agosto de 1919), viajó a la ciudad de Ayacucho, sede del Congreso Regional del
Centro.

El 1º de noviembre de 1919 Abraham Valdelomar sufrió un accidente mientras participaba en la segunda sesión preparatoria del
Congreso, a consecuencia del cual murió al cabo de dos días, siendo trasladados sus restos a Lima, luego de ser embalsamados.
Póstumamente se publicaron Los hijos del sol (cuentos incaicos), conjunto de relatos escritos alrededor del año 1910 e impresos
en Lima en 1921, y Tríptico heroico (Lima, 1921), libro de poemas patrióticos dedicados a los niños de las escuelas del Perú. Su
obra literaria, formada por los pocos libros que publicó y sus trabajos desperdigados en numerosas publicaciones periódicas, ha
sido objeto de diversas recopilaciones, la última (y también la más completa) con el título de Obras (dos volúmenes, Lima, 1988).

Abraham Valdelomar es un caso excepcional dentro de la literatura peruana. Elogiado y atacado en vida como ningún otro autor
de su país, estuvo decidido a triunfar en su medio, para lo cual no dudó en adoptar posturas desafiantes y escandalosas a la
manera de Oscar Wilde, a quien seguramente quiso imitar. Sin embargo, detrás del decadentismo que solía mostrar en público y
su apego a las frases brillantes e irónicas, se descubre un auténtico temperamento artístico, lleno de sentimiento y nostalgia, que
se manifiesta en sus mejores poemas y en los cuentos criollos que forman su libro El Caballero Carmelo, que contiene algunos de
los mejores relatos escritos en el Perú.

5 .-Julio Ramón Ribeyro


(Lima, 1929 - 1994) Escritor peruano, figura destacada de la llamada Generación del 50 y uno de los mejores cuentistas de la
literatura hispanoamericana del siglo XX. Recibió su primera enseñanza en el Colegio Champagnat de Lima, para posteriormente
ingresar a la Universidad Católica del Perú (1946), donde cursó letras y derecho. Abandonó los estudios jurídicos en 1952, cuando
se encontraba en el último año de la carrera, al recibir una beca para estudiar periodismo en Madrid, adonde se trasladó en
noviembre del mismo año. En julio de 1953, y después de ganar un concurso de cuentos convocado por el Instituto de Cultura
Hispánica, viajó a París para preparar una tesis sobre literatura francesa en la Universidad La Sorbona, pero de nuevo decidió
abandonar los estudios y permanecer en Europa realizando trabajos eventuales, y alternando su estancia en Francia con breves
temporadas en Alemania (1955-56, 1957-58) y Bélgica (1957). En 1958 regresó al Perú, y en septiembre del año siguiente viajó a la
ciudad de Ayacucho, para ocupar el cargo de profesor y director de extensión cultural de la Universidad Nacional de Huamanga. En
octubre de 1960 regresó a Francia. En París trabajó como traductor y redactor de la agencia France Presse (1962-72). En 1972 fue
nombrado agregado cultural peruano en París y delegado adjunto ante la UNESCO, y posteriormente ministro consejero, hasta
Nació el 31 de agosto de 1929 en Lima.
llegar al cargo de embajador peruano ante la UNESCO (1986-90).
Participa en un círculo de escritores que suelen publicar sus obras y obsequiarlas
generalmente a sus amigos y familiares. Considerado como uno de los más notables
narradores peruanos del siglo XX; su obra ha sido de las más fecundas. La mayor parte de su
+producción es europea, a donde llegó en 1952 antes de publicar su primer libro de cuentos,
Los gallinazos sin plumas (1955). Se radicó en París y allí permaneció hasta los últimos años de
su vida. Algunas de sus obras son Crónica de San Gabriel (1960) Silvio en el Rosedal (1976). El
grueso de su extensa obra cuentística aparece en tres volúmenes de la recopilación titulada La
palabra del mudo (1973-1977) y en los Cuentos completos (1994. Escribió otras novelas, piezas
teatrales, crítica literaria, textos aforísticos (Prosas apátridas, 1975-1978) y un diario titulado
La tentación del fracaso (1992). Julio Ramón Ribeyro falleció en Lima el 4 de diciembre de
1994, días después de obtener el premio literario Juan Rulfo, otorgado en México. n la década
del cincuenta del siglo pasado, la literatura peruana, sufre una modernización que estará
asociada a cuestiones sociales como ser el magnífico desarrollo urbano, la migración hacia las
grandes ciudades y estará influenciada principalmente por las vanguardias europeas y el
modernismo anglosajón. El resultado de todo ello fue la renovación autoral y la aparición de la
llamada Generación del 50, entre ellos, el escritor Julio Ramón Ribeyro, considerado el gran
cuentista de su patria y también uno de los más notables de Latinoamérica…

Ribeyro nació el 31 de agosto del año 1929 en la ciudad de Lima, en Perú, en el seno de una
familia de clase media que otrora había sabido pertenecer a la clase alta por contar con
notables personalidades de la cultura y de la política. Fue educado en el Colegio Champagnat y
una vez finalizados sus estudios básicos ingresó a la Pontificia Universidad Católica de Perú
para estudiar Derecho y Letra

6.-Manuel González Prada


(Lima, 1848 - id., 1918) Escritor y político peruano. Perteneciente a una familia aristrocrática
de origen colonial, se definió desde su juventud como un político de ideología próxima al
anarquismo y, en un intento de luchar contra la corrupción del sistema, acabó por fundar la
Unión Nacional y publicar diversos ensayos y artículos en los que ponía de manifiesto su
radicalismo político, anticlerical e indigenista (Páginas libres, 1894; Horas de lucha, 1908).
Durante la guerra entre Perú y Chile (1879) luchó en las filas peruanas, y con la posterior
ocupación chilena de su país se recluyó por tres años en su casa como señal de protesta. En
1912 fue nombrado director de la Biblioteca Nacional de Lima, fundó el Círculo Literario y se
erigió en el guía político y literario de un sector de la juventud peruana. Su formación literaria,
autodidacta, se centra en los clásicos españoles, los simbolistas franceses y algunos autores
alemanes (como Goethe, Schiller y Körner) que él mismo tradujo. Sobre esta base, llevó a cabo
una renovación métrica y rítmica de la lírica en castellano, que expuso en el tratado titulado
Ortometría. Apuntes para una rítmica (publicado en 1877), e introdujo estrofas métricas
provenientes de la lírica medieval francesa e italiana, y composiciones persas que conoció en
su adaptación inglesa. La poesía de Manuel González Prada es fruto de un minucioso trabajo, y
aunque se halla temáticamente vinculada a un romanticismo rebelde, que deja traslucir sus
preocupaciones políticas y sociales, su expresión es siempre contenida y exacta, deudora del
simbolismo. En vida sólo llegó a publicar tres libros de poemas (Minúsculas, 1901;
Presbiterianas, 1909; y Exóticas, 1911); póstumamente aparecieron Trozos de vida (1933),
Baladas peruanas (1935), Grafitos (1937) y Adoración (1946), un canto de amor a su esposa,
Adriana Verneuil, que se incluye dentro de la temática erótica de la poesía pradiana. La política
no le fue ajena.En 1891 funda el partido Unión Nacional.Siempre preocupado por el Perú, con
un anhelo de cambio social, el deseo de una transformación social inspirada en la racionalidad
y la justicia. Otro de sus libros que muestra la medula de su pensamiento radical es, HORAS DE
LUCHA, (Lima 1908), Director de la Biblioteca Nacional en dos periodos (1912-1916). Murió en
Lima, el 22 de Julio de 1918. Obras literarias : Conferencia en el Ateneo de Lima; discurso en el
palacio de la Exposición; Discuso en el teatro Olimpo; discurso en el discurso de Luís Marquez;
Grau; Discurso en el Politeama; Peru y Chile; 15 de Julio; Vigil; instrucción católica; libertad de
escribir; propaganda y ataque; víctor Hugo; Renan; Valera, poeta y epistolario; Castelat; Los
fragmentos de Luzbel, notas acerca del Idioma; la revolución francesa; la muerte y la vida.
González Prada siempre fue rebelde. Después de la Guerra del Pacífico, salió de su casa (donde
había permanecido como signo de protesta contra los chilenos), y se puso a criticar todo lo que
fuera conservador, en discursos, en congresos y en el periódico de mayor importancia, El
Comercio. Después de poco tiempo, había ofendido a todos. El Comercio negó a publicarlo
más, y el joven anarquista se frustró.
7.- CLEMENTE PALMA

Nació en lima en 1872 y murió en 1946 en la misma ciudad. Hijo de Ricardo Palma, estudio en
la universidad de San Marcos donde se graduó como bachiller y doctor en letras con dos tesis,
una de ellas bastante polémica, inclusive en la época

PALMA SOSTENIA EN SU TESIS de bachiller EL PORVENIR DE LAS RAZAS en el pero era


necesario mejorar La RAZA Peruana y recomendaba, para lograrlo, que trajese a ciudadanos
alemanes. Pero este es un aspecto anecdótico que no hace sino expresar los perjuicios de la
época. PALMA estaba llamado a hacer un gran novelista, si lo juzgamos por los fragmentos
conocidos de su novela la “NIETA DEL OIDOR” de 1983. Pero más bien fue un estupendo
cuentista cuya fama ha superado la iniquidad de los años y ha llegado hasta nosotros. Su libro
mas celebre “CUENTOS MALEVOLOS” de 1904. Lo muestra como un gran conocedor de la
tradición occidental de la narración corta. Ciertamente había leído a POE, MAUPASSANT,
CHZJOV, GORKI, ANDREIEV, HOFFMANN, pero, sobre todo, una gran originalidad y es por ella
que tenemos que juzgarlo, como un autor que al lado de VALDELOMAR, enriquece la tradición
moderna del cuento. Debemos ha CLEMENTE PALMA, la instauración de lo insólito en la
narrativa de apariencia realista o naturalista. Y esta veta es la que otorga distinción y donosura
a su prosa verdaderamente original. Ese libro “CUENTOS MALEVOLOS” se reedito en PARIS en
1912 con un prologo de MIGUEL DE UNAMUNO. Infelizmente, durante décadas, el único
conocimiento que de CLEMENTE PALMA han tenido numerosos lectores de promociones
diferentes ha la suya, es la pagina mordaz que dedico ha CESAR VALLEJO en la revista
variedades cuando el vate peruano la alcanzo uno de sus poemas de los HERALDOS NEGROS.

PALMA fue literalmente ganado por el periodismo y dirigió las revistas prismas, variedades e
ilustración peruana. Dedicado ha escribir editoriales políticos y criticas, fue abandonado
lentamente su veta mejor, la de cuentista. Sin embargo, en 1924, publico historietas malignas
y en 1935 XYZ, una pequeña novela que a algunos ha parecido extravagante, pero tiene un
manejo del ocultismo y en la que se alteran seres comunes y corrientes con fantasmas y
endemoniados, como en los relatos de HUYSMANS, autor favorito de CLEMENTE PALMA.

Palma, como lo hizo valdelomar, dio mucha importancia a la política, pero no para participar
directamente de ella, aunque fue aunque fue convencido por el presidente LEGUIA para ser
diputado, y fue leal con el mandatario a pesar de una diferencia anterior, sino para retirarla
con mordaz ironía y sarcasmo. Sus CRONICAS, publicadas con el seudónimo de CORALES eran
esperadas semana a semana pues juntaban con rara habilidad lo pintoresco local con lo
fantástico, como si su imaginación prodigiosa se hubiera salido de los marcos del cuento para
pasearse para posesionarse de su prosa periodística. PALMA penetra con estilete afilado en la
vanidad de la sociedad limeña, zahiere el arribismo, las costumbres llamadas de medio pelo.
POETICO en sus mocedades, como dice LUIS ALBERTO SANCHEZ, fue diabólico después,
erudito mas tarde. Es nuestro primer escritor fantástico y la veta que inauguro ha llegado
hasta nuestros días merced a escritores posteriores como JULIO RAMON RIBEYRO o LUIS LEON
HERRERA.
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