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PROSPECTIVA DE LA EDUCACIÓN, UN FUTURO DE COLORES.

Claudia Gabriela Rubalcava Romo

Introducción

Nunca ha sido tan importante actuar con miras al futuro como en el presente.

Si no se consideran los posibles escenarios a los que se enfrentará el sistema en el


futuro próximo cualquiera se encontrará altamente limitado y, hablando de
educación, incluso obsoleto.

Resulta un acuerdo común cuando se habla de educación afirmar que no educamos


solamente para el presente, independientemente del nivel educativo que se analice,
se educa a las generaciones para responder a retos presentes y futuros, se educa
a los adolescentes para enfrentarse a las influencias y peligros que representa la
presión social en el presente, pero también para que se preparen a enfrentar los
retos que representará la integración al mundo laboral.

Ésta doble labor implica para el docente, y el sistema educativo, un reto doblemente
importante cuando, como ahora, se vive en una época de cambios acelerados.
Difícil porque pareciera en ocasiones que se educa para dos mundos totalmente
diferentes, que requieren habilidades diferentes y, uno de los cuales, nos es
complicado imaginar.

De lo anterior resalta la importancia de adelantarse al futuro, de no perderlo de vista


cuando se aborda con valentía un presente incierto y de tomarlo realmente en
cuenta cuando se realizan las tareas cotidianas: planeaciones de cursos y clases,
definición de competencias a desarrollar en los alumnos, evaluaciones que aporten
realmente al crecimiento de los estudiantes, etc.
Visiones del futuro
Mićić (Mićić, 2012) se pregunta “¿cómo podemos usar los conocimientos sobre
futuros como fuente de orientación, inspiración e innovación?” y él mismo señala
que un buen manejo del futuro es un factor de éxito personal y corporativo, a lo que
fácilmente se puede añadir la perspectiva de la educación, el éxito de un profesor,
de una escuela y de un sistema educativo.

“Los futuros se define desde la perspectiva de un actor individual, que puede ser
una persona, un equipo o una organización” (Mićić, 2012) Desde esa perspectiva
es necesario pararse en un punto específico en el que se pueda dar una lectura
respaldada de lo que será, pero dicha lectura puede ser diferente dependiendo de
la visión particular de quien la genere.

Para facilitar el manejo de las perspectivas del futuro Mićić propone su modelo de
las “cinco gafas de futuros”, asociada cada una a un color:

 Futuros probables (gafas azules): análisis de hipótesis, desarrollo probable


del entorno

 Futuros creables (gafas verdes): desarrollo de oportunidades, posibles


modos de proceder de cara al futuro.

 Futuros deseados (gafas amarillas): desarrollo de visiones, determinar la


orientación a largo plazo.

 Futuros sorprendentes (gafas rojas): análisis de sorpresas.

 Futuros planeados (gafas violetas): desarrollo de estrategias, acciones


necesarias para el futuro.

“Las cinco gafas de futuros constituyen un modelo suficientemente simple como


para proporcionar un marco de referencia tanto para la reflexión como para la
actuación en la práctica. Por otra parte, es también un modelo lo bastante complejo
como para describir de manera exhaustiva los procesos y los resultados de la
gestión del futuro pero manteniéndose en todo momento neutral con respecto a los
métodos, las técnicas y las herramientas individuales”
Así, estas cinco gafas serán de gran utilidad para quien pretende prospectar en
cualquier área, ponerse alternadamente cada una de las gafas ayudará
significativamente a la importante labor de planeación.

Ninguna acción profesional actual se sostiene en el contraste con las normas de


calidad si carece de una planificación minuciosa que exprese la intencionalidad
pretendida con la misma, qué estrategias se van a seguir para lograr las metas
planteadas, con qué recursos se va hacer este recorrido y cómo se llevará a cabo
la evaluación que permita controlar y regular el proceso y verificar el logro de los
resultados (Álvarez, 2006).

Gafas verdes para el desarrollo tecnológico

Para planear adecuadamente el papel de los educadores del futuro conviene iniciar
poniéndose las gafas verdes y centrarse en los futuros creables, el desarrollo de
oportunidades, para desde aquí, ver el desarrollo tecnológico y las posibilidades que
brinda al ámbito educativo.

De la mano con De la Peña se puede partir de dos certeza importantes en cuanto


al futuro y la educación: “una es que habrá cada vez más tecnología a nuestro
alrededor y otra que seguirá existiendo como hoy, la necesidad de educación” (De
La Peña, 2011)

La realidad actual es que “la distancia entre lo que vivimos y necesitamos y lo que
nos enseña y cómo lo enseña la escuela, ha aumentado” (De La Peña, 2011) de
aquí la importancia de que la tecnología y la educación vayan de la mano en el
futuro cercano y que se conjuguen adecuadamente.

Como educadores se tiene una gran responsabilidad en conocer y utilizar la


tecnología para el adecuado avance en educación, no solamente las posibilidades
de educación a distancia y en línea, sino el sinnúmero de herramientas y opciones
que es necesario utilizar para hacer de los ambientes combinados y las aulas
realmente espacios de desarrollo de competencias, espacios de reto intelectual, de
aprendizaje activo y de gusto por autoaprendizaje.
Hablando de futuros creables, de gafas verdes, en cuanto al desarrollo tecnológico
y la enseñanza en aulas físicas las aulas de la próxima década deberán ser
espacios flexibles, con mobiliario totalmente adaptable al momento educativo que
se pretenda crear, con acceso simultánea de todos los estudiantes a la red y a las
herramientas educativas en línea que el maestro decida utilizar; los maestros
deberían tener habilidades para utilizar las plataformas educativas que abonen de
mejor forma al desarrollo de competencias planeadas para la sesión: gamificación1,
simuladores, visitas virtuales, interacción en tiempo real con estudiantes de otros
campus, posibilidad para consultar con maestros de diferentes zonas geográficas,
en fin, las posibilidades son amplias y cada maestro tiene la obligación de explorar
y adaptar las que resulten más convenientes a su práctica cotidiana, así como de
seguir descubriendo los nuevos recursos que surjan y mantenerse al día en
herramientas educativas.

Gafas amarillas: centrada en el aprendizaje, centrada en el alumno


Para hablar del futuro de la educación en cuanto al contenido, los programas y los
planes, así como el proceso mismo es recomendable tomar las gafas amarillas para
desarrollar una visión a largo plazo.

Hablando de la planeación en educación media superior el futuro deberá estar


totalmente centrado en el aprendizaje (Álvarez, 2006) pero ¿qué implicaciones tiene
esto como visión a largo plazo?

Siguiendo con Álvarez (2006) lo que demandarán los estudiantes del futuro será:

 Saber por qué aprenden algo antes de aprenderlo

 Ser considerados y tratados como personas capaces de dirigir su


aprendizaje

 Vincular sus aprendizaje con sus experiencias

1
Transportar la mecánica de los juegos de video al ámbito educativo, si se desea saber más sobre el tema se
puede consultar: https://iiemd.com/gamificacion/que-es-gamificacion
 Orientar sus aprendizajes en tareas y problemas por resolver y no en temas.

Tomar en cuenta lo anterior lleva a un replanteamiento completo de los planes y


programas, principalmente en educación media superior, que ya se considera en
parte en el nuevo modelo educativo. Sin embargo dicho modelo aún no se sitúa del
todo en la visión del futuro ideal.

Los maestros, de la mano de los programas, deben ofrecer al estudiante verdaderas


razones del valor del aprendizaje para reforzar esa necesidad de conocer la razón
de aprender algo antes de aprenderlo.

También deben retomar la experiencia previa del alumno de manera significativa y


realmente orientar el aprendizaje a la resolución de tareas y problemas que aporten
a lo anterior: vincular con las vivencias de los alumnos y darles una razón para
aprender lo que aprenden.

Gafas violetas: el futuro de los maestros


Al ponerse las gafas violetas se habla de desarrollo de estratégicos y acciones
necesarias para el futuro.

“La garantía de calidad del profesorado exige que las instituciones universitarias
dispongan de miedos para realizar valoraciones imparciales que verifiquen en qué
medida los profesores están capacitados y son competentes para su trabajo”.
(González, Macías, Rodríguez, & Aguilera, 2009)

De acuerdo con lo propuesto por la UNESCO en la reunión de Buenos Aires en


2017 dos de los desafíos para la educación del 2030 en cuanto a los docentes son:

 Cómo apoyar a los docentes y entregarles la motivación, el conocimiento y


las herramientas necesarias para volverlos conscientes del poder
transformativo que tienen;

 Cómo capacitar de mejor manera a los docentes en TIC y otros temas


importantes (UNESCO, 2017)
Lo anterior no se logrará sin una estrategia clara y definida que parta desde la
planeación gubernamental por supuesto.

Pero en el día a día los docentes deben también ser protagonistas de su propio
desarrollo y capacitación, si se apuesta por el autoaprendizaje de los alumnos con
mayor razón se debe apostar por el autoaprendizaje de los maestros.

Para lograr el futuro necesario en la educación en el 2030 los maestros deben


trabajar también en su propia evaluación y en permitir ser evaluados por
instituciones externas que apoyen a identificar sus necesidades de capacitación y
desarrollo.

Además cada docente debe estar consciente de que la planeación es la clave del
éxito en el logro de las competencias con sus alumnos “La calidad de la enseñanza
no depende tanto de lo que el profesor “sabe” como de lo que “planifica” como
objetivos de la materia en función de las necesidades y posibilidades de sus
alumnos y lo que “hace” para ofrecer a todos los estudiantes oportunidades para el
aprendizaje” (de Miguel, 2003:19; citado por Álvarez, 2006).

Pero estos puntos importantes en cuanto al desarrollo y el futuro de los profesores


no deberían dejarse al azar ni a la imaginación o los sueños, por eso la propuesta
de las gafas violetas, ya que deben estar estratégicamente planeadas, en lo
individual, en las escuelas, en los subsistemas y en los sistemas educativos.

Autoanálisis y prospectiva personal: mis gafas multicolores


Como docente con amplia trayectoria me doy cuenta del riesgo latente de situarme
en mi zona de confort y dejar de pensar en lo que necesito hacer para mejorar.

Las gafas de colores de Mićić me ayudan a revisar mi presente para poder revisar
que necesito hacer para ser la maestra que quiero ser en el futuro.

Tres puntos importantes en mi persona necesito revisar, los mismos que he


analizado en la educación en las líneas anteriores: mi actualización en cuanto a
herramientas tecnológicas y cómo las incorporo en mi práctica docente, la
planeación de mis intervenciones pedagógicas para que respondan a las
necesidades de los alumnos y mi propia autoevaluación y proceso de mejora.

Aún y cuando hablo de tres aspectos separados en mi práctica cotidiana los tres
constituyen un todo, el proceso de mi autoevaluación me lleva a plantear mi mejora
tomando en cuenta que planeo para estudiantes que esperan saber para que
aprenden lo que aprenden, que buscan conocimientos prácticos vinculados a sus
vivencias y merecen las mejores herramientas y propuestas tecnológicas a mi
alcance para desarrollar sus competencias.

Con esto en mente mi planeación nunca será la misma, mis clases no se repetirán
de un ciclo a otro ya que, independientemente de que se mejoren los planes y
programas vigentes y el centro educativo en el que laboro, mi proceso será de
autoevaluación y mejora continua.

Conclusión
Tomando como referencias los consejos de Mićić sobre el manejo del futuro y cómo
utilizar las diferentes visiones del mismo a nuestro favor para crear futuros
favorables al desarrollo personal y profesional, las diferentes visiones del futuro de
la educación nos brindan perspectivas que nos dan un curso de acción específico
ante el futuro que queremos lograr. En palabras del mismo autor “se suele
considerar que pronosticar y crear el futuro son objetivos opuesto y mutuamente
excluyentes” (Mićić, 2012) pero no lo son, son partes de la misma moneda y se
complementan mutuamente.

Conocer los diferentes panoramas que se presentan como posibilidades de futuro


es una responsabilidad que, como educadores, debemos tener siempre presente
para anticiparnos, prepararnos adecuadamente e iniciar a hacerlos realidad
anticipada con nuestros alumnos para realmente generar en ellos las herramientas
necesarias cuando lo aborden en su propia vida.

Ésta responsabilidad no siempre la han cumplido los educadores, es tiempo de


empezar a hacerla realidad desde lo personal, independientemente de si el sistema
responde con la rapidez que debería hacerlo.
Bibliografía
Álvarez, C. (2006). Planificar la enseñanza universitaria para el desarrollo de competencias.
Obtenido de Educatio siglo XXI: http://revistas.um.es/educatio/article/download/151/134

De La Peña, J. (2011). Educación y Tecnología. En J. Hernández, M. Pennesi, D. Sobrino, & A.


Vázquez, Experiencias educativas en las aulas del siglo XXI (pág. 17). Barcelona: Editorial
Ariel https://www.fundaciontelefonica.com/arte_cultura/publicaciones-listado/pagina-
item-publicaciones/itempubli/87/#.

González, F., Macías, E., Rodríguez, M., & Aguilera, J. L. (2009). Redalyc.org. Obtenido de Revista
de Universidad y Sociedad del Conocimiento:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=78012947010

Mićić, P. (2012). Las confusiones sobre los futuros y the five furures glases (las cinco gafasde
futuros): cómo "ver" más cosas del futuro. En E. Bas, & M. Guilló, Prospectiva e innovación
Vol. 1: Visiones (págs. 213 - 237). Madrid: Plaza y Valdés Editores.

UNESCO. (2017). E2030: Educación y habilidades para el siglo XXI. Obtenido de


http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Santiago/pdf/Informe-
Reunion-Buenos-Aires-2017-E2030-ALC-ESP.pdf

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