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LAS IMÁGENES DE LOS GITANOS EN LA PRENSA.


Juan Antonio Flores Martos. Antropólogo. Universidad Complutense Madrid.
(Publicado en García Alonso, María, Martínez, Ana., Pitarch, Pedro, Ranera, Penélope y
Flores Martos, Juan Antonio (eds.). 1996: Antropología de los Sentidos: La Vista, Celeste
Ediciones, Madrid, pp.167-184)

En este ensayo, no se tratará de objetivar o de estudiar al gitano y a su cultura en sí, sino


que el camino elegido transitará por aquello que rodea al gitano, por unos discursos e imágenes
que "hablan" de lo gitano, y por los segmentos y aspectos de nuestra sociedad que mantienen
algún tipo de relación con los gitanos. No se tratará nada, o poco, de la realidad y de realidades,
desde ya entramos en el terreno de las imágenes y las ficciones.
Si yo fuera un investigador norteamericano, bajo la ortodoxia del political correctness y
la retórica progresista del afirmative action, al realizar una investigación de una minoría cultural
a la que no pertenezco, empezaría, probablemente, realizando una justificación-defensa de mi
osadía al estudiarlos y pidiendo perdón al lector por mi atrevimiento; pero soy español y leí el
pasaje de los Cuadernos de la cárcel de GRAMSCI donde dice:
"....El punto de partida de cualquier elaboración crítica es la toma de conciencia de lo que uno
realmente es; es decir, la premisa "conócete a ti mismo" en tanto que producto de un proceso
histórico concreto que ha dejado en ti infinidad de huellas sin, a la vez, dejar un inventario de
ellas. Por lo tanto, es un imperativo comenzar por recopilar este inventario".
Huyendo del ejercicio de estilo narcisista-exhibicionista, y teniendo importantes y
modélicos textos que me han precedido (GOSSEN,1993; GUTIÉRREZ ESTÉVEZ,1993),
aunque sin pretender articular este "inventario" como la columna vertebral de la argumentación,
empezaré esbozando una breve arqueología o inventario personal de los gitanos, impulsado más
por la sospecha y la intuición (más que por la convicción) de que esta concisa recopilación de
"huellas" realizada, desde la honestidad, por el antropólogo que trabaja con su sociedad, puede
arrojar alguna luz sobre los objetos de investigación elegidos y la perspectivas y cargas "no
científicas" con las que nos involucramos en ellos. No obstante, no confiero excesiva
importancia a este intento, por lo que el lector poco proclive al experimento, sin garantías de
éxito, podrá saltarse las siguientes líneas en cursiva, con la seguridad de no haberse perdido nada
decisivo.
Hay bastante de fronterizo en las sensaciones y recuerdos al intentar recuperar mi
primera infancia, en un estilo de vida que no sé si llamar urbano o rural. Vivíamos en un sótano
alquilado en la periferia del barrio de Embajadores, en una zona con abundantes solares,
espacios abiertos sin construir, y con una vía, una aduana comercial y largos trenes de
mercancías. Mi familia eran emigrantes del campo andaluz recién llegados a Madrid, y
ocupaban trabajos que abarcaban toda una gama desde lo informal (vendedores de chucherías
y objetos usados en el Rastro, porteros) hasta otros empleos más formalizados como peón de la
construcción y aprendiz de mecánico.

El proceso de llegada y asentamiento en la ciudad de mi familia paterna tuvo lugar en la


extrema periferia de Madrid al final de los 50, en Entrevías, lugar donde compraron un terreno
y donde mi abuelo, albañil, levantó una casa pequeña, que seguramente encajaría en las hoy
difundidas categorías de "casas de autoconstrucción" o "infraviviendas" por sus carencias, de
ahí saltaron a la portería del barrio de Embajadores.
En mi casa había una guerra declarada a la humedad y a las ratas, porque ambas por

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igual nos asediaban. Mi madre cocinaba en una cocina de leña y carbón, y la ropa la tendía en
las cuerdas de unos postes aislados en un solar próximo.
Creo interesante bucear en la galería de los terrores infantiles, generalmente
conformada con las historias y relatos de los mayores, para encontrar las primeras imágenes de
lo diferente. En la mía particular, sobresalían las brujas, agazapadas y persiguiéndome por la
escalera que bajaba al sótano; unos hombres oscuros y ennegrecidos, los deshollinadores, y los
gitanos, aunque sería más exacto decir las gitanas. Mi madre, mi abuela y las vecinas del portal
tenían que turnarse en la mañana y en la tarde, para "echarle un ojo" a la ropa tendida, porque
según ellas pasaban grupos de gitanas que la robaban. Una tía mía, emigrante de "Engalaterra"
retornada a montar un negocio , regentaba una tienda de ultramarinos y contaba historias de
gitanas que "se la metían" en la tienda y robaban de todo hasta que conseguía echarlas. Pero el
recuerdo que más indeleblemente queda de los consejos maternos, es el de que no debía abrir la
puerta de la casa porque podría ser una gitana que, metiendo el pie por la abertura, entraría a
robarlo todo (¡incluso a mí!); este peligro curiosamente no provocaba en ese niño miedo, sino
más bien esa gitana, a los ojos de su imaginación, quedaba envuelta por los ropajes del misterio
y del secreto.

No se entrará, por falta de espacio y para centrar nuestra pesquisa en las imágenes sobre
los gitanos de Madrid, en analizar la campaña de anuncios institucionales contra el racismo, que
utilizaba fotografías y textos que anclaban y reafirmaban un segmento de la batería de tópicos
sobre los gitanos y el racismo que supuestamente se combatía, complicándose y desvelándose así
la perversidad que empapa a los medios de comunicación cuando de imágenes de la diferencia
cultural se trata.
Resulta interesante reflexionar por un momento sobre una paradoja que constituye a los
media, y en este caso a la prensa: al tiempo que exponen y defienden unos criterios y valores
estándar participando en un denso proceso de homogeneización, se ven compelidos a recrear la
diferencia, a espectacularizarla para presentar una ficción de diversidad, pero una diversidad
transida, atravesada de los estereotipos que la versión más hegemónica vierte sobre la diversidad
cultural subalterna. Es por tanto, que más que de los gitanos, las reflexiones siguientes
pretenderán, en última instancia, decir algo de una sociedad urbana como la madrileña actual.
El interés del análisis de este corpus periodístico responde fundamentalmente a tres
razones:
1/ Por motivos de comodidad metodológica, resulta un corpus bastante coherente que
conforma un discurso constituido, dotado de una visión del mundo formalmente
estructurada.
2/Debido a un carácter o línea pedagógica (entre otras) existente en el
periódico, a su organización y finalidad, estaría persiguiendo "la
institucionalización de un discurso cultural" (VILCHES,1987:168), en
este caso sobre los "otros" urbanos.
3/Existe una fuerte conexión entre la narrativa periodística y el imaginario de una
sociedad, y en esta interacción y diálogo permanente es donde actúan los "guiones
culturales". Según IMBERT, "el relato periodístico está inmerso en el imaginario
social"(1990:114).

Es importante especificar que se ha elegido una exhaustividad de tipo cualitativo,


centrándonos en el estudio de un número limitado de textos y discursos estratégicos, sacados en

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su mayoría de la prensa diaria, y particularmente de la "prensa de referencia1 ", cuyo modelo
es el periódico EL PAIS, el cual ha instaurado un modelo de agenda, de organización y
jerarquización de secciones, de gran influencia en el resto de periódicos editados en Madrid.
Para entender cúal será la perspectiva adoptada, desde dónde se hacen las preguntas y
qué tipo respuestas buscamos en los textos de prensa, será de interés exponer que tras una fase de
absorción por la lógica y objetivos "mediáticos" (algo bastante peligroso y común para todo el
que trabaja en el análisis de medios de comunicación-industrias culturales) actualmente, he
recuperado mi formación e intereses como antropólogo (entreverado de historiador), y manejo e
interrogo a los textos desde esta perspectiva, explorando cómo debates del pasado, sobre la
diversidad cultural, continúan dramatizándose en las páginas de la prensa, recreando y
espectacularizando estos tópicos y estereotipos, desvelando una continuidad-transformación del
imaginario cultural. Las imágenes corporales será el ítem central, en el que nos concentraremos,
para hablar de esos "otros" urbanos. Este abordaje ha sido forjado desde la mirada del etnógrafo,
pero participa de una refundición de géneros, aquellos que la tradición académica ha venido
llamando: Antropología, Historia, Crítica Literaria, Comunicación...
En el método, se ha intentado escapar de las oposiciones y explorar, a través de las
gradaciones, este breve catálogo de imágenes en que la prensa madrileña presenta "lo gitano" 2 .

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.-"En esta clase de periódico las instancias enunciativas son múltiples y,
en el caso español, se caracterizan por la capacidad de acoger instancias
"periféricas", tanto desde el punto de vista formal (escrituras que desbordan el
marco periodístico) como ideológico (voces discordantes) y social (márgenes
sociales y culturales). Esto se plasma en la existencia de espacios
"periféricos" (...); pero se dan también espacios en los que el periódico
interviene en cuanto actante colectivo (el editorial) y participa de la
instauración de un espacio público: concepto que hay que entender tanto en su
dimensión simbólica (lugar de mediación cultural e ideológica) como figurativa:
escenificación del debate mediante la "espectacularización" de la opinión
pública"(IMBERT,1985:168).

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.-Los textos que forman este corpus son 66, y fueron publicados en la
prensa madrileña (generalmente de alcance nacional) entre los años 1990 y 1994.

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1. TIPOS O "FISIOLOGÍAS 3 " DE GITANOS.

-EL EMBAUCADOR.
El mes de noviembre del año 1992, tres días después de que matarán a Lucrecia Pérez en
Aravaca, algunos de los residentes en Leganés pudimos contemplar con asombro una imagen, en
un periódico de información municipal de distribución gratuita, en que aparecía la figura, del
gitano al que jamás le compraríamos nuestros Levi's, resaltándose una estética kistch, de mezcla
de objetos y de tiempos, focalizando la atención del lector en una corbata de dudoso gusto, y en
toda una gama de objetos de bisutería barata, llaveros laicos y religiosos, imágenes de mujeres en
poses eróticas, bolígrafos, relojes, gafas de corazón y bólidos de hojalata. El gesto de su cara nos
lleva a los dominios de la picaresca y las trampas. Este gitano del Rastro encarna las tentaciones
y la precariedad de lo barato, de lo informal, la falsedad intrínseca a él y a sus mercancías. En
suma, se presenta a las antípodas de lo auténtico y lo fiable.
-EL CHATARRERO.
"Recorren la ciudad subidos en un carro tirado por una mula. Buscan hierro. Lo mismo
les vale una lavadora vieja que un somier o una tubería. Anuncian su presencia a gritos:
"Chatarrero.." y las amas de casa les llaman desde la ventana para que suban a recoger el
material en desuso..."(Chatarra por herencia, EL PAIS MADRID, 11-07-91,p.2).
El pie de foto reconoce esta ocupación como una profesión, un oficio, es más se insiste
en su carácter "tradicional" y "familiar", en un aprendizaje de los hijos y de los padres. Por algún
motivo esta ocupación nómada, ambulante no es vista con los ojos de la desaprobación y el
estigma, quizás por el tipo de inserción o de espacio que ocupa en nuestra memoria urbana; este
tono afable, probablemente sería el mismo que encontraríamos en los comentarios a alguna
imagen del espectáculo en el que el gitano toca la trompeta y la cabra hace equilibrio al son del
pasodoble.
-ALELUYAS.
"Cerca de 6.000 fieles de la Iglesia evangelista de Filadelfia, en su mayoría
pertenecientes a la etnia gitana, han acampado este fin de semana en los alrededores de Pinto
para participar en la ceremonia en la que bautizan a los nuevos adeptos y eligen a sus
pastores.... Familias llegadas de todo el país y de Francia y Portugal participan en los actos en
un ambiente festivo... Los habitantes de Pinto se han acostumbrado a este tipo de
concentraciones, en las que nunca se han producido incidentes de importancia..."
(6.000 "Aleluyas" acampan en Pinto, EL PAIS MADRID, 6-09-92,p.3).

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.- Aludimos al género literario-periodístico urbano, surgido en el París
decimonónico, en la década de los 40, cuyos escritos eran caracterizaciones
"estrafalarias o sencillas, simpáticas o severas" de la variedad de individuos
que paseaban por la ciudad, de los tipos tradicionales y modernos que "fijaban",
y en cierta manera descafeinaban, el imaginario de la interacción social urbana,
denotando el afán de clasificación-tipificación de la burguesía ante el
crecimiento de la metrópoli.(BENJAMIN,1980:49 y ss.). En España, el ensayo más
importante del fisiologismo, lo constituyó la obra colectiva Los españoles
pintados por sí mismos[1843], cuyas fisiología de tipos describían clases y
categorías, más que individualidades (MONTESINOS,1983:95 y ss.). Lo que en el
XIX se llamaba "fisiología", hoy podría tener su equivalente en una
"psicología".

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Una familia sonriente, en torno a una mesa con un botijo, botellas de agua mineral y
una coca-cola, en lo que parece un día de campo, un pic-nic dominical. Sólo algún tipo de
pendiente y el peinado de una de las mujeres señalan que se trata de una familia gitana. El texto
visual y escritural resaltan el carácter festivo de la reunión, la condición no problemática y no
conflictiva de esta "acampada" de fin de semana. Las instituciones y los vecinos no remarcan
problemas de integración o exclusión alguno con los "aleluyas".

2. LA INVENCIÓN DEL "PATRIARCA".


Si exceptuamos en el corpus bien bastecido de fotografías de "patriarcas", una que
mostraba la recepción de nuestra Reina a un "tío" y a su familia, en esta serie de imágenes hay
una que estéticamente contiene rasgos diferenciales, a pesar de que su temática y los
protagonistas son los mismos: los patriarcas gitanos. Me refiero a una publicada en febrero de
1991, antes de que con el conflicto del realojo en Villaverde asistiésemos a la invención y a la
difusión de la figura del "patriarca" por la prensa madrileña. Desde ese momento, las fotografías
y textos escritos ilustrarán y fijarán con profusión el perfil y los atributos de este personaje,
inscrito en un drama explícito cuyos ejes principales serán el poder y la droga (los matices
implícitos con los que la sociedad paya "carga" a esta figura serán comentados más adelante).

Un somero análisis de contenido, con atención a los términos claves utilizados para
señalar a estos gitanos, nos llevan a elaborar dos listados:
-uno que podríamos llamar etic, formado por palabras que se utilizan en el discurso
periodístico pero que son ajenas al discurso de los gitanos, y que estarían apuntando al tema del
poder: patriarcas, jefes, jefe de clan. El que estas palabras, y de manera especial la de "patriarca",
aparecieran en los textos de prensa sin comillas, ni caracteres de cursivas, estaría señalando a que
están constituyendo una enunciación propia, elaborada por el mismo periódico, no tomadas del
habla gitana.
-otro al que nos podemos referir como emic, que contiene palabras de uso común por los
gitanos, que suelen aparecer entrecomilladas o en cursivas (señalando que estamos ante un habla
extraña y distinta a la del periodista) y que nos hablan de respeto y de experiencia acumulada:
"Personas de respeto, hombres de respeto, gente de respeto, viejos de respeto, gitanos
viejos de respeto, ancianos, los viejos, el tío fulano, los tíos".
En nuestra pesquisa con textos de prensa, tan sólo encontramos una referencia textual en
que aparezca el término "patriarca" en el año anterior del conflicto de Villaverde por el
realojamiento de población gitana (que tuvo lugar en 1991). Ésta, no acompañada por fotografías
que ilustren al lector cómo es una patriarca, en cambio si manifiesta un cierto carácter
pedagógico, en el sentido de explicar las misiones de autoridad y juicio desempeñadas por esta
figura clánica, y rellenar esta "entrada" de la enciclopedia del lector urbano: el patriarca como
una suerte de juez entre los gitanos. En 1990, se habla de autoridad más que de poder, y no se le
relaciona apenas con el problema de la droga:
-"En la colonia viven prácticamente sólo dos familias: la que encabeza el Tío Curro y la de Juan
Jiménez Jiménez, conocido por Tío Saleri. Ambos son patriarcas y son llamados con frecuencia
por otros dos clanes de Madrid o de otras provincias para que con su autoridad emitan algún
juicio o diriman algún contencioso surgido entre familias diferentes. Los dos fueron recibidos
hace unos días por el subdirector general de la policía, al que expusieron los problemas de su
etnia".("Cercados por las excavadoras", EL PAIS MADRID, 31-03-90,p.28).

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El procedimiento de "invención", proponemos, que el discurso urbano de la prensa
madrileña 4 realizó con este personaje del patriarca (gitano), fue incluso percibido sagazmente
por un periódico, en el momento en que se estaba produciendo este "parto"; en los inicios del
conflicto de Villaverde ya realizaba la siguiente observación:
-"...El Consorcio para el Realojamiento de la Población Marginada ha convocado para el
próximo martes una reunión con los gitanos viejos de respeto -patriarcas según la definición
acuñada en estos días- del poblado chabolista de la Celsa".(El Consorcio pedirá a los
patriarcas de la Celsa y Pies Negros compromisos contra la droga, EL SOL MADRID, 27-09-
91, p.37).
Estas fotografías de patriarcas forman parte de noticias que, tanto en titulares como en
su contenido, tratan de la droga y de los gitanos y son las figuras elegidas para encarnar y
representar una cosa que los periódicos llaman "ley gitana", y a la vez ser el reflejo y
complemento de la "ley paya".
Las referencias textuales resaltan la relación de esta figura con el poder: "El Patriarca es
un personaje con el que hay que contar siempre"; o alguna de sus peculiaridades que parecen ya
instaladas en el "sentido común" urbano (e incluso español) sobre lo gitano:
"...Hay quién cree que el patriarca hoy en día es el señor con 12 hijos detrás de él dispuestos a
respaldar hasta sus últimas consecuencias lo que él diga" (EL PAIS, 20-octubre-1991).
Unos párrafos más arriba aludíamos a los matices implícitos que acumula esta figura en
nuestra cultura, las asociaciones e imágenes que inmediatamente evoca en nosotros la mención
de este término, ligada a la idea de una sociedad patriarcal, propia de nuestra tradición
judeocristiana (hay espacio para las reminiscencias bíblicas en el término) y mediterránea.
Realizando una breve retrospectiva sobre los discursos del Pasado, lo que se identifica como la
imagen de "lo patriarcal" tiene una relativa presencia en los relatos de viajeros españoles y de
folcloristas y eruditos locales, que centraban su interés y observaciones en las aldeas y
comunidades campesinas más tradicionales del territorio nacional. La proyección de la imagen y
las connotaciones del patriarca en estas aldeas descritas, aparece en un texto de GIL y
CARRASCO, aunque en una reflexión crítica y desmitificadora, sobre las gentes de Babia y de
otros parajes ocultos de León:
-"Este pueblo que, en mil cosas trae a la imaginación del poeta la tienda de los patriarcas o la
cabaña del salvaje americano, a los ojos del viajero imparcial nunca aparecerá con tan
deliciosas tintas" (citado en DIAZ VIANA, 1991: 150).
Nuestro otro ejemplo, lo proporciona el folclorista y sacerdote César MORÁN, en su
diatriba contra la extensión del estilo de vida y la estética citadina, y su "alabanza de aldea":
-"En medio de gente aldeana, sencilla y patriarcal, se ven trajes exóticos, ciudadanos, quizá de
veraneantes que vienen a civilizar esto: ¡ay!,Dios, a borrar tal vez el encanto de las aldeas, la
felicidad de los pueblos que viven en contacto con la naturaleza, exentos de ambiciones,

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.-No permanecemos ajenos, sin embargo, al carácter y la utilidad político-
social (además de la meramente cultural), que tuvo esta invención y difusión del
"papel" de patriarca en los discursos urbanos centrados en el problema de la
droga y del chabolismo en Madrid, probablemente estimulada desde las
instituciones y poderes públicos necesitados de "representantes", de
interlocutores gitanos que pudieran escenificar la existencia de un "control"
sobre los sectores de población gitana que participaban de la venta de droga en
los asentamientos de chabolas.

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conformándose poco a poco..."(citado en DÍAZ VIANA,1991:150).
Los tintes negativos que ha cobrado esta imagen desde la llegada de la democracia y el
auge de una sensibilidad feminista en España, nos apunta a otra pista importante en las
percepciones de "lo patriarcal": las emociones de repulsa a un control familiar y sexual absoluto,
a su dominio sobre las mujeres y su anacronismo en el imperio de la familia nuclear. En los
inicios de los 60, un escritor, Luis MARTÍN SANTOS, mostró una especial atención a la
proyección y percepciones de esta mirada burguesa sobre los márgenes y los "marginales" de la
ciudad, y en Tiempo de silencio plasma un interesante retrato de "el Muecas" como un auténtico
patriarca bíblico-incestuoso, ejerciendo su poder en su chabola, y apuntado incluso la
promiscuidad corporal y el incesto como uno de los rasgos de "lo patriarcal" 5 .
No obstante, al mismo tiempo podemos rastrear en los discursos sobre el patriarca, una
nostalgia por la solidaridad, la comunión grupal e incluso el apiñamiento (en una promiscuidad
de espacios y cuerpos), por la unión y sociabilidad existente dentro de una familia extendida,
caracterizaciones todas ellas en aparente conflicto dentro de la familia nuclear estándar (crisis
que el mismo discurso periodístico se encarga de enfatizar engrosando el discurso, ya clásico,
sobre "la muerte o la decadencia de la familia", que cíclicamente es exhibido en sus páginas, y
del que, por otra parte, también se hacen eco algunos investigadores sociales).
Ahora, prestemos atención a los rasgos formales de estas imágenes-fotografías. Cuando
se exhibe a esta figura del patriarca se le presenta reunido o junto a sus iguales (otros "tíos" o
patriarcas), o rodeado de otros gitanos, pero siempre el lector se ve situado frente a una imagen
grupal: caminando, hablado entre sí o ante el interlocutor-periodista, se recrea la fuerza y la
solidaridad del grupo.
Entre sus atributos destaca el llevar siempre las cabezas cubiertas (salvo ante Su
Majestad la Reina) con sombreros de ala ancha, mascotas o gorras. Portan también bastones, el
símbolo de su condición y autoridad, aunque el término más apropiado para referirse a ellos en
su materialidad física y en la autoridad que señalan sería el de varas (como las llaman los
gitanos), que esta ausente completo del relato periodístico. Resulta curioso que la única alusión
encontrada a estas varas gitanas, no se halla en el torrente discursivo desencadenado sobre los
gitanos que tuvo lugar durante este conflicto por el realojo, sino que hemos de remontarnos a
mediados de 1990, para ver el término varas en cursivas y comillas (para indicar la "extranjería"
de la palabra, la distancia enunciativa marcada por el periódico), definiéndosele como
"representantes de diversos clanes":
-""Varas" contra la droga. Hace algunos meses, a instancias del Consorcio, se reunieron las diez
varas (representantes de diversos clanes) que hay en Madrid para intentar erradicar la droga de
los núcleos gitanos".(Jóvenes toxicómanos trabajan día y noche para los chabolistas a cambio

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.-"Pero seguían durmiendo los cuatro juntos en el colchón grande por
varios motivos: porque los cuatro cuerpos juntos elevaban la temperatura de la
cámara estanca (así pasaban menos frío, así estaban también mejor los ratones
según la teoría del Muecas). Porque ya se habían acostumbrado. Porque al Muecas
le agradaba tropezar de noche con la pierna de una de sus hijas. Porque así las
tenía más vigiladas y sabía dónde estaban durante toda la noche que es la hora
más peligrosa para las muchachas. Porque se necesitaban menos sábanas y mantas
para poder vivir, habiendo sido por el momento pignoradas las que utilizaba el
mozo en edad militar. Porque el olor de los cuerpos -cuando uno se acostumbra-
no llega a ser molesto resultando más bien confortable. Porque el Muecas se
sentía, sin saber lo que significaba esa palabra, patriarca bíblico al que todas
aquellas mujeres pertenecían." (1976:54-55).

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de droga, EL PAIS MADRID, 21-06-90,portada).
En una espectacular fotografía podemos encontrar resonancias del western. Con su
sombrero de ala ancha, su gesto decidido y preparado para la acción, con algo que en su pechera
destaca (como si de una estrella de "sheriff" se tratase), el tío Casiano es mostrado como la figura
que impone la ley entre sus iguales. El titular, ya sea una confirmación de lo anterior o una
coincidencia, solo viene a subrayar ese carácter fílmico de la escena: "EL ULTIMÁTUM FUE
DESOÍDO EN EL RANCHO" (en referencia al asentamiento gitano de "El Rancho del
Cordobés").

3.EL CAMPAMENTO, ESCENARIO PARA UNA CORPORALIDAD


PREMODERNA.
Toda una diseminación y lucha larvada, de taxonomías y términos para referirse al
territorio donde viven los gitanos se despliega en la prensa: "asentamiento", "poblado", "focos",
"bolsas" (de marginación, de deterioro urbano) "campamento". Por algunas razones y por
intereses comparativos nos referiremos a él como campamento. Ante su contemplación,
obtenemos la sensación óptica de una gran apertura, de que la mirada lo puede abarcar y penetrar
todo; el que las fotografías muestren que gran parte de las personas y actividades permanecen en
el campo visual de lo exterior, y las oquedades y la escasa opacidad de los materiales de esas
viviendas, puede alimentar la ilusión de que no existe allí un "INTERIOR", y de que si éste
existe es fácilmente accesible, franqueable y recreable por los "cazadores" de la diferencia
cultural, en este caso sobre todo los periodistas. Retengamos este punto del "interior" gitano,
sobre el que volveremos más adelante.
De este escenario también se realza su carácter precario, efímero, con distintos peligros a
los que se enfrenta. Los textos de los que forman parte estas fotografías desarrollan una extraña
tarea de clasificación de estas casas de gitanos (llamadas "chamizos", "chabolas" e
"infraviviendas") con las categorías de "legal"-"ilegal"-"clandestina", utilizadas para mostrar las
actuaciones de las administraciones e instituciones con respecto a ellas, según sean de una clase
u otra.

1. Imágenes y retórica de la alteridad cultural.


De la extrañeza estética, de lo exótico, y de la lejanía de nuestra cultura e incluso de
nuestra humanidad, dan cuenta diversas apelaciones. Dos serán los referentes exóticos elegidos
para ilustrar esta "otredad" de los gitanos, que a su vez serán apropiados y utilizados de manera
efectista-impactante por las voces gitanas (cuando se les otorga la palabra en las páginas de
prensa) que denuncian su situación y reivindican su mejora. El primero es el de la casbah
musulmana:
"...Una niña semidesnuda corretea entre los charcos. El poblado chabolista de La Celsa, un
suburbio madrileño cercano a Entrevías, apenas iluminado por unas pocas farolas y algunas
hogueras callejeras parece una casbah..."
(EL PAIS, DOMINGO, "PUTA DROGA", Portada, 13-octubre-1991).

La segunda imagen, utilizada en numerosas ocasiones, es la de la reserva india, que


introduce además el matiz de la discriminación-racismo institucional del que es objeto una
minoría exótica:
-"....En el ambiente surgía cada dos por tres el problema de la vivienda. "Queremos ir a pisos
junto a los payos, no a reservas indias", comentaban los portavoces jaleados por sus

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vecinos..."(El ultimátum fue desoído en el Rancho, EL PAIS,MADRID, 12-11-1991,p.1).
-"..."Y ahora encima nos quieren llevar a una reserva para apaches (en referencia a un poblado
de prefabricados)"....La idea de la reserva india se repitió durante todo el recorrido..."("¿Nos
van a llevar a una reserva apache?", EL PAIS MADRID, 12-02-94,p.6).
Se alcanza un grado más en este extrañamiento y distanciamiento de un cierto estilo de
vida, cuando afloran alusiones a la animalidad, al "corral del ganado" por parte de los mismos
gitanos, para llamar la atención sobre su situación:
-"...Kilómetro y medio de valla de hormigón rodea las chabolas de los Focos. Hasta hace días,
las familias gitanas observaban con estupor el avance del cerco. La extrañeza ha dado paso ya a
la indignación. Siente que se les encierra "como a ganado"..."(Las constructoras cercan Los
Focos como presión para que se desalojen las chabolas, EL PAIS MADRID, 25-09-92,p.1).
El muro o la valla ayuda a ilustrar esa idea de reserva, ghetto en sentido literal o corral
para ganado, pero al mismo tiempo las fotos lo presentan ocultando-desvelando las mercancías
que el sentido del decoro y la ideología del higienismo de nuestro estilo de vida han confinado al
más estricto de los secretos, al interior más extremo (sanitarios, bidets, bañeras, cisternas, etc.,),
colocadas en una aparente caos, entre restos de escombros y basura, y sobre la tierra. En estos
textos aparece de inmediato la ironía y el humor al constatarse una paradoja: su exhibición indica
su no utilización entre los gitanos.
2. Higiene y corporalidad gitana.
Aquí entramos en uno de los temas, a mi modo de ver, más interesantes de este capítulo,
la imagen de la higiene y la corporalidad (usos y prácticas corporales) gitana, en el contexto del
campamento; fotografías y textos, con una "voz" o perspectiva etic muy marcada, configuran y
resaltan una serie de fragmentos de los cuerpos y hábitos gitanos que nos hablan de su diferencia.
En algunos casos, las propias referencias textuales representan, por ellas mismas, su propio
comentario; el investigador intentará limitarse a agruparlas bajo unos epígrafes temáticos, y
glosarlas brevemente:
-Fisiología gitana de la excreción.
-"...Los sanitarios son para la venta: aquí no hay agua corriente, Guadalupe Silva -"Tengo 26
años y nunca he meado en un water"- se queja de la valla. Marta Silva hace la colada en una
bañera..."(EL PAIS,MADRID,p.2,16-oct-92).

-"...Ante la posibilidad de que al juez le pareciese extraño que dos personas saliesen a defecar
juntas, un familiar espetó al periodista: "Eso es raro para ustedes, pero para nosotros, que
estamos acostumbrados desde hace cientos de años a vivir en el campo, es muy natural. Yo
mismo le digo muchas veces a mi vecino, aunque él no tenga ganas: "Chacho, vente conmigo
que voy a hacer una necesidad"".(EL PAIS, MADRID,6-febrero-1993,p.3).

-Mujer gitana: carencia de control corporal y sexual.

-"..También se mantienen las bodas con pañuelo. La arrejuntaora introduce su dedo en un


pañuelo y éste en la vagina de la novia hasta que salen las tres rosas y se muestra a todos los
invitados.."(EL PAIS,MADRID,20-oct-91).

-"Los anticonceptivos siguen sin utilizarse entre ellos. "Últimamente -añade- son las gitanas
quienes se operan las trompas, pero muchas veces lo ocultan al marido. Los hombres no quieren

1
10
condones, ni píldoras ni nada, porque el tener muchos hijos es sinónimo de
hombría..."(Ibídem).
-"A Adela le ligaron las trompas..."(EL PAIS,CIUDADES,15-sept-91, p.6).
Estos últimos fragmentos inciden sobre la pasividad y el no protagonismo de esa mujer
en la decisión de ligarse las trompas, sobre la no participación en el control de su cuerpo.

-Mujer gitana: embarazo y parto.


Pero además se utilizan una retórica tremendista que gusta de la animalización, como
proceso de transformación discursiva:
"...Se masca la miseria, la podredumbre, donde se convive con las ratas, donde las ratas acuden
al olor de la placenta que todavía rodea al gitanillo recién parido"(EL MUNDO,MADRID,11-
octubre-91,p.1).
En una época donde los partos tienen lugar en hospitales y clínicas, una mujer gitana de
un poblado chabolista es presentada teniendo un bebé sola (del que luego se cuenta que ha
aparecido muerto y parcialmente devorado por algún animal), sin atención médica. Así se
describe su parto infructuoso:
-"La mujer explicó que la muerte de su hijo fue accidental:...Como había dado luz sola cortó el
cordón umbilical, dejó el cadáver entre la basura y regresó a su domicilio, donde vivía con sus
hijos"(Detenida la madre del bebé muerto y devorado en Sevilla, EL PAIS ESPAÑA, 26-01-
93,p.17).
Se presenta a la gitana, con muchos hijos y permanentemente "preñada", término que
raramente el periódico aplicaría a una mujer paya, y que trasmite una cierta rudeza y
animalización:
-"Estamos muy contentos con la escuela porque los chiquillos se jartan de comer", reconoce
una gitana preñada que a duras penas puede sostener en brazos a uno de sus hijos.."(Cercados
por las excavadoras, EL PAIS MADRID,31-03-90,p.28).
-Endogamia e incesto.
El núcleo gitano de Altamira, asentamiento de chabolas como isla, proporciona la idea
del aislamiento, de fuerte endogamia-unión familiar y relativa promiscuidad e indiscriminación
sexual entre parientes desde tiempo atrás:
-"Todos parientes.- El poblado ha sido tradicionalmente una isla; tanto que, todos sus
pobladores están emparentados entre sí. Hay chicas que se han casado con sus primos, mujeres
que lo han hecho con sus tíos, etcétera...Los vecinos constituyen una comunidad muy cerrada,
pero quizás eso es lo que ha hecho que esta pequeña comunidad no esté aún contaminada por el
mal de la droga o la delincuencia"(Cercados por las excavadoras, EL PAIS MADRID, 31-03-
90,p.28).
Esta asociación del tema del incesto (la no observancia de este tabú) con la imagen del
poblado de chabolas, y en particular con la familia-clan gitana6 , tiene una cierta presencia en el

6
.-La imaginación literaria de nuestra cultura, asienta desde hace mucho
tiempo esta imagen de los gitanos como nuestros "otros" cercanos más proclives a
cometer incesto. El mismo CERVANTES, en una "novela ejemplar" como La Gitanilla,
pone en boca de un gitano viejo, que le ofrece a Preciosa como esposa a Andrés,
la siguiente afirmación: "Entre nosotros, aunque hay muchos incestos, no hay
ningún adulterio; y cuando le hay en la mujer propia, o alguna bellaquería en la
amiga, nos vamos a la justicia a pedir castigo; nosotros somos los jueces y los

1
11
"sentido común" urbano madrileño de nuestro siglo. De ello proporciona un buen ejemplo el
escritor Luis MARTÍN SANTOS (1976:44), que además propone una interesante consideración-
comparación antropológica (que revela ese peso del exotismo externo en nuestra cultura y su
proyección en unos nuevos exóticos internos):
-"...un grupo achabolado como aquél no deja de ser al mismo tiempo recreo para el artista y
campo de estudio para el sociólogo. ¿Por qué estudiar las costumbres humanas hasta la
antipódica isla de Tasmania? Como si aquí no viéramos con mayor originalidad resolver los
problemas de nuestra misma habla. Como si no fuera el tabú del incesto tan audazmente violado
en estos primitivos tálamos como en los montones de yerba de cualquier isla paradisíaca. Como
si las instituciones primarias de estas agrupaciones no fueran tan notables y mucho más
complejas que las de los pueblos que aún no han sido capaces de sobrepasar el estadio tribal".

-La ropa tendida.


Como se observó en otra investigación (todavía inédita) de los textos periodísticos sobre
la imagen de la corrala7 , en las fotografías sobre los gitanos, aparece de nuevo este icono de
"ropa tendida" para ilustrar, como elemento sobresaliente del decorado, el escenario del "poblado
gitano", en una relación casi simbiótica, y expresando una similar representatividad, que el
elemento "chabola". En un texto que trata de la visita de unos diputados regionales a la "ruta
chabolista", una fotografía y su pie de foto remiten a esta parte fundamental del decorado gitano,
a su exhibición en el exterior:
-(Pie de foto)"Una joven gitana, con un niño en brazos, paseaba ayer entre las chabolas y la
ropa tendida en el Cerro de la Mica"(Un día en la "ruta chabolista", DIARIO 16 VIVIR EN
MADRID, 12-02-94,p.3).
Una fotografía a gran tamaño muestra a dos mujeres gitanas lavando ropa sobre una losa
de piedra y llenando recipientes con una manera de agua, en el poblado gitano de La Celsa,
concretiza estas prácticas higiénicas de interior, realizadas en condiciones precarias en el
exterior, mientras que el texto introduce y subraya el elemento temporal de estas prácticas-
hábitos, su encarnación del pasado:
-"...Los diputados pudieron comprobar como se sigue viviendo en el poblado marginal de la
Celsa, donde las mujeres lavan la ropa como hace un siglo"
(Madrid, 18 de febrero de 1994, DIARIO 16 VIVIR EN MADRID, 19-02-94,portada).
La estética de la miseria y de las carencias presentada, así como el panorama de estos
cuerpos y prácticas gitanas tan distintas a las del lector, apuntan a un cierta lejanía temporal, a un
distanciamiento de lo que podríamos llamar las imágenes de una corporalidad premoderna.

3. La "fogata" del nómada.


Aunque con mucha menor frecuencia, de modo apenas perceptible, puede darse que en

verdugos de nuestras esposas o amigas" (1978:39).


7
.-Es importante explicitar aquí cómo las menciones a los gitanos en aquel
corpus de textos sobre la imagen de la corrala, conectaba a estas figuras con
"lo popular", y también las presentaba como un referente de alteridad para el
estilo de vida urbano estándar. Dos iconos que identificamos entonces (la ropa
tendida y la gitana con el niño en brazos), tanto en los textos periodísticos,
como sobre todo en los discursos vecinales, aparecen claramente en los
fragmentos siguientes, incluso unidos.

1
12
un texto se expresen otras concepciones, otras emociones que "lo gitano" despierta en la
imaginación del urbanita; este es el caso de una alusión a la charla comunal ante una "fogata" de
unos gitanos "integrados" (en un texto sobre el pasado y el presente de la vida vecinal del Pozo
del Tío Raimundo) pero que continúan practicando algunas costumbres de su anterior vida de
"campamento" en el descampado próximo, expresándose cierta nostalgia por una supuesta
libertad de su modo de vida. Se produce una estilización de una imagen idílica de lo que de
nómada y grupal "contiene" el gitano desde los ojos payos:
-"...Fuera de la parroquia, donde se acaba el barrio y empieza el descampado, un grupo de
gitanos está sentado bajo las estrellas alrededor de una fogata. Viven en pisos y son familias
integradas, pero les gusta charlar al calor del fuego..."(La vida en el Pozo, EL PAIS REVISTA,
16-02-92, pp.10-11).

4.LOS PAYOS SE VAN DE ACAMPADA: "ACAMPADOS", "NICANORES" Y


"VECINOS".
Octubre de 1991: Vecinos de Villaverde liderados por Nicanor Briceño, dan un nuevo
giro al conflicto desatado por el realojamiento de 88 familias gitanas de Los Focos en un paraje
llamado Los Molinos, al establecer un "campamento" para impedir la construcción de esas
viviendas. La prensa se referirá a ellos como "los vecinos", "acampados" y "nicanores" e irá
seleccionando y mostrando determinados ítems para ilustrar la vida social y la estética de este
"campamento payo". En las siguientes líneas, es importante tener presente el trato icónico y
textual dado al campamento gitano y a los "acampados" aleluyas en Pinto. Optamos,
inicialmente, por presentar los fragmentos periodísticos (y las referencias a las fotos que
acompañan) sin análisis explícito, tan sólo agrupados por el rasgo que enfatizan.
-La acampada y el fuego de campamento.
-"Los Molinos, situado en el kilómetro 4.100 de la carretera de San Martín de la Vega, se ha
convertido durante los cuatro últimos días en una pequeña reserva india. Tiendas de campaña
de todas las formas y colores, fogatas, bailes y canciones populares han transformado un océano
de escombros en algo vivo.
Todo está previsto. Tres turnos de mañana, tarde y noche hacen más llevadera la
resistencia......las hogueras son los centros de reunión. Unas cajas de cartón y varias piedras son
suficientes para "echar la partida a las cartas y matar el tiempo". En un extremo de la acampada,
José y su guitarra centran la atención de los vecinos..."(YA MADRID, 6-octubre-1991,p.14).

-"Desde primeras horas de la mañana, un centenar de personas, la mayoría mujeres y ancianos,


permanecía en el recinto alrededor de las 32 tiendas de campaña que habían instalado para
pasar la noche. La colocación de numerosas sombrillas, paraguas y alfombras cambió la imagen
de este vertedero"
(DIARIO 16 VIVIR EN MADRID,p.21, 5-octubre-1991).

-La reunión y el grupo.

"...Simbólicamente, aseguran que van a urbanizar la parcela a la que llaman en tono festivo
Residencial Los Molinos, y a trazar calles y a rotularlas. Una vecina reconoció: "claro que
estamos cansados de hacer guardia, pero también tenemos ánimo para seguir hasta Navidad si
hace falta". Otro de los acampados elogió la solidaridad vecinal en el campamento: "Nunca

1
13
hemos estado tan unidos"."(EL PAIS MADRID, 12-octubre-1991,portada).

- "Llegaban jóvenes con sacos de dormir, vestidos con chándal. Saludos, sonrisas, palmadas en
la espalda. Un viejo preguntaba "¿En donde hay que apuntarse? Para lo que sea". Pedían
voluntarios para el servicio de orden"
(EL PAIS CIUDADES, 6-octubre-1991,p.2).

-Comida y comunión: ollas populares.

-"...La comida y los víveres "los almacenamos en aquella tienda de campaña", apunta un vecino
con su dedo. Cajas de manzanas, bocadillos de embutidos, vasos de plástico, botellas de agua,
refrescos, cigarrillos, nada falta en la despensa. "Apuntamos todo lo que entra y lo que sale, y el
dinero de que disponemos para hacer las compras" explica Marisa, secretaria accidental..."
(YA MADRID, 6-octubre-1991,p.14).

-(Pie de foto) Reparto de comida durante la ocupación vecinal del asentamiento de El Molino,
en octubre pasado.

-(Pie de foto) La tenacidad de los vecinos parece haber ablandado a las autoridades.

-Del exterior.

-"...El chándal era, en efecto, la prenda más socorrida de los manifestantes que seguían
gritando..."(EL PAIS MADRID, 9-octubre-1993,p.2).
-(Pie de foto): Un vecino de Villaverde, ayer al atardecer, junto a su tienda.

-(Pie de foto): Dos vecinas de Villaverde, ayer, en una tienda de campaña planta en el
asentamiento gitano.

-¿Recreación del Pasado?

Después de esta exploración, una vez vistos los decorados y los actores, se puede
aventurar que asistimos a la representación de la vida en un "campamento nómada": hogueras
encendidas y gente a su alrededor, una importante concentración de prácticas de solidaridad y de
"comunión" (voluntariado, cánticos al amor de la lumbre), ollas y calderos comunes,
organización e intendencia. El "campamento" queda reafirmado por una retórica visual del
exterior y de lo grupal. El estilo periodístico muchas veces se mueve dentro del género de la
épica, resaltando la resistencia y un cierto tinte "romántico" en esta acampada, que parece estar
plasmando un estilo de vida rural, o más exactamente del pasado, recreándolo y expresando una
nostalgia de sociabilidades premodernas. El "tono" que contienen los textos sobre este
"campamento" de los vecinos es bastante positivo: afable, a veces emotivo y solidario con su
capacidad de organización y motivos de protesta, y comprensivo aún con su estética kistch.
Paradoja o estrategia, los vecinos que protestaban contra el estilo de vida gitano, son
mostrados por la prensa dramatizando una pieza que está muy cerca de ese canon gitano. ¿Qué
nos dicen las imágenes de esa diferencia, de esa semejanza?.

1
14
5.EXPLORACIONES EN EL INTERIOR.
Con el pretexto de que se está fotografíando y describiendo a los protagonistas de las
noticias y conflictos, en este caso gitanos, se manifiestan y expresan unas penetraciones y
exploraciones del "interior", de un ámbito que la Modernidad y el estándar de vida burgués
triunfante ha clausurado a la mirada exterior mediante el discurso de la privacidad y de lo íntimo,
cuando se trata de gentes que comparten ese estilo de vida, pero que al tratarse de gentes, de
"otros" que no han sido "ganados" o convertidos todavía por las prácticas y el discurso de lo
privado, que viven ese "interior" de manera diferente, y que mantienen distinciones propias
respecto a los límites que la difundida vida de clase media traza entre "interior-exterior" son una
buena cantera visual de sorpresa y extrañeza.
La puesta en discurso de este interior gitano se realiza de diferentes modos por la prensa.
-A veces hay una discordancia expresa entre la fotografía del "interior" y lo que se habla
en los artículos. Este "interior" de las casas y de la vida gitana no es glosado, no se le comenta
con palabras, sino que es fotografiado para que hable por sí solo sobre los gitanos, junto a
columnas de palabras que versan sobre la droga. ¿De qué habla? En mi caso, me recuerda las
salas de estar y los comedores con adornos y decoración similar, de gentes bastante próximas,
con hábitos de "interior" similares: mis abuelos.
-Otro tipo de noticias, son las que tanto la foto como el texto hablan del "interior":
-"(Pie de foto). Hace cuatro años, la Nati, sentada en el centro, posaba rodeada de algunos de
sus 10 hijos y de su madre. Ahora, ella cumple condena por tráfico de heroína, ha muerto su
madre, ha perdido a dos de sus hijos y un tercero agoniza en una chabola de Pies Negros.
-"...Algunas de las chabolas no tienen puerta, sólo una cortina las aísla del exterior. Una mujer
embarazada está viendo la tele; la vivienda, de una sola estancia, está decorada con una cama,
un aparador repleto de figuritas de porcelana, la nevera, algunas sillas y flores de plástico".
(EL PAIS DOMINGO, 13-octubre-1993,p.2).

-El último grupo, engloba a los textos escritos en que se habla del "interior" pero cuyas
fotos no lo ilustran ni hablan del mismo:
-"..El patriarca gitano mastica pollo con arroz sobre una mesita baja cubierta con un hule
descolorido...Él y su prole -todos asienten- llevan ocho meses viviendo entre paredes de
aglomerado rematadas con cartones de leche en las que se amontonan las mantas portuguesas,
allí esperan unas casas de verdad, las del asentamiento paralizado por los vecinos del barrio
madrileño de Villaverde en su protesta contra la droga. Se lavan con el agua que traen un par de
veces por semana y no tienen luz"(EL PAIS MADRID,9-octubre-1993,p.3).

-"La gitana de Extremadura es la mujer más limpia del mundo. En sus chabolas todo se ve
limpísimo: los almohadones, los mandiles y las sábanas, todo bordadas a mano"(EL PAIS
MADRID, 20-octubre-1991,p.1).

-"Adela repasa una y otra vez los dos álbumes repletos de fotos de su Jorgito y las besa como si
fueran una colección de estampas de un santo"
(EL PAIS CIUDADES, 15-septiembre-1993,p.6).

-""Pasen, vean nuestras casas, a ver si los políticos podéis hacer algo", decía Teresa mostrando
una primorosa vivienda con televisión en color, lavadora último modelo y tan acogedora como
puede ser una chabola, aunque demasiado fría"(DIARIO 16 VIVIR EN MADRID, 12-02-

1
15
94,p.3).
Abigarramiento de cuerpos y ornamentos, muebles anticuados y desgastados,
problematización del descuido y la limpieza, personas fotografiadas mientras comen con la boca
llena, una anciana famélica tumbada sobre el suelo, todo ello escenifican un "gusto" que haría
rechinar los dientes a más de un decorador y a la mayoría de lectores del periódico.
Hace unos meses (en el otoño de 1993), unos periodistas visitaron un "poblado" de
Madrid, para obtener material visual sobre los gitanos para un programa de televisión; su actitud
fue poco respetuosa: entraron a saco a filmar el interior de sus chabolas sin pedir permiso ni
haber sido invitados, ¿habrían actuado de esa manera en casas de payos, incluso de payos
pobres? ¿Por qué la ideología de la privacidad y la intimidad no se le aplica a los gitanos?, o
mejor dicho, ¿por qué se aplica a la inversa, actuando como si ésta no fuera con ellos?. Estas
figuras, sus casas y sus "interiores" recreados impúdicamente, estarían siendo presentados como
encarnaciones anteriores a la Modernidad, al triunfo de la visión del mundo de la clases medias,
serían parte de los exóticos internos premodernos de la sociedad española.

6.GITANOS Y MARGINADOS.
En este epígrafe comentaremos algo de nuestros "otros" internos, en los que no se
incluyen solo a los gitanos, sino también a pobres y marginados; no obstante los gitanos, aunque
sea a través de su ausencia plástica, estarán presentes.
Un aspecto interesante es la utilización de imágenes de gitanos como comodín, ya sea
para expresar las campañas de alfabetización iniciadas por el Ministerio de Educación y Ciencia,
o para ilustrar la "dudosa" táctica utilizada por los analfabetos de irse a sacar el carnet de
conducir a Guinea Ecuatorial sin afrontar el examen teórico ,este es el caso de una misma
fotografía utilizada para ilustrar esos dos textos, con tres meses de distancia, y en el mismo
periódico (EL PAIS, 30-noviembre-1992).
Dejando de lado el explotar a fondo lo que promete ser un buen filón de trabajo
antropológico sobre la sociedad urbana madrileña actual, los textos, referencias y publicidad del
Ingreso Madrileño de Integración (I.M.I), nos centraremos en tres imágenes de la Campaña
publicitaria del IMI, concretamente de mayo de 1.991 (que utilizó el soporte de la prensa, pero
también el de vallas publicitarias y otros distintos). Estas fotos muestran a familias de
"marginados", a los "tipos" potencialmente beneficiarios de este ingreso, y también en ellas se
realiza una exploración del "interior", resaltando especialmente una que parece imitar un
fotograma y cartel de la película "Los Santos Inocentes". En los rasgos físicos de los personajes
se pone especial cuidado en enfatizar que no son gitanos, los "tipos" que se proponen como
necesitados y destinatarios del IMI. Siendo los gitanos un importante volumen de personas que
se acogen al IMI, aquí se habla de ellos al ausentar su imagen, al eludirlos, pero sobre todo se
habla de una sociedad y una "opinión pública" que vería con malos ojos que esos fondos se
destinasen a los gitanos, que la caridad institucional fluyese hacia ellos.
Estamos ante otro caso de puesta en discurso plástica y visual de interior que se hace con
los nuevos exóticos internos del estilo de vida urbano.

7.LOS NIÑOS GITANOS.


En el trabajo y la reflexión con las imágenes periodísticas de los gitanos, ha habido algo
que a pesar de su constante presencia y su ubicuidad, casi pasa desapercibido para mí: el fuerte
protagonismo concedido a las figuras de los niños gitanos en esas fotografías, a veces como
comparsas o papeles secundarios de cuadros trágicos, y a veces como los auténticos motivos

1
16
principales de este panorama de "lo gitano". Cuando el investigador reflexiona sobre el por
qué algo tan llamativo, tan evidente como la abundancia de niños/as gitanos en estas fotos de
prensa pasa desapercibido para sus ojos analíticos, esa constatación inquietante le lleva a
confirmar la existencia de una fuerte eficacia en esos mensajes icónicos, que conectan con algo
muy arraigado en nuestra memoria cultural, mayoritaria y católica, sobre los gitanos, algo de lo
que quizás son más conscientes los propios gitanos que nosotros: el que los consideramos como
seres menores, en alguna medida incompletos, necesitados de "tutela", protección y sanción,
figuras sobre las que practicar el paternalismo y el asistencialismo. De ahí que al "mirón" del
periódico le sea difícil hablar de la omnipresencia de los niños gitanos en las fotografías, de ahí
que esos gitanos más bajitos se vuelvan los preferidos para retratar e ilustrar "lo gitano" por los
cazadores de imágenes, forjados con esas actitudes y emociones de nuestra sociedad mayoritaria.
Además de lo propuesto en el párrafo anterior, existen algunos elementos que permiten
vincular este énfasis icónico en los niños con la forma de comentar, visual y textualmente, la
imagen del campamento, en este caso gitano. La confirmación de esta hipótesis la encontramos
en un texto de prensa que se ocupa en este caso, no de los gitanos, sino de un campamento de
inmigrantes africanos junto al castillo de Vincennes en París. La fotografía del texto la
protagoniza un niño africano que tiene la parte inferior de su cuerpo desnudo, con el siguiente pie
de foto: "Escena cotidiana de la acampada de los africanos en París"; el texto del
encabezamiento consigue hacer omnipresente esta figura del niño africano -"niños en todas
partes" se llega a decir- en ese campamento, desplegándose la compasión de los periodistas hacia
ellos, al "imaginárselos" en su relato como "sedientos de cariño, buscando la caricia de los
periodistas" 8 .
Las imágenes se podrían agrupar bajo los siguientes epígrafes, que señalan los motivos y
contextos icónicos más comunes en los que la prensa hace aparecer a los niños gitanos:
-Los niños y sus mayores.
-Los niños y sus carencias.
-Los niños y la violencia.
-Los niños y la discriminación.

8.LOS "OTROS" Y LA DISTANCIA TEMPORAL.


Para finalizar me gustaría apuntar una teoría y realizar algunas reflexiones sumarias.
Utilizando las conclusiones de GUTIÉRREZ ESTÉVEZ (1991) sobre las fotografías
hechas por los antropólogos, en este caso para las fotografías periodísticas, y aplicándolas a la
cultura gitana (en vez de a culturas exóticas), puede sostenerse que los gitanos son fotografiados
como pretextos para la extrañeza, algo bastante importante ante la uniformización de nuestra
sociedad y que tanto gustan de recrear los mass-media. Además el "estilo" o "género" de
fotografía más empleado aquí es el de la fotografía exótica, la cual es definida por
GUTIÉRREZ ESTÉVEZ del siguiente modo:
"...la fotografía exótica, en tanto que marca y exagera la distinción sujeto-objeto reproduce la
8
.-"Niños correteando, niños jugando a llenar con piedrecitas botellas
vacías de plástico, niños llorando, niños riendo, niños colgando en las espaldas
de las mujeres, niños por todas partes. Muchos de ellos sucios -rudas tormentas
se han abatido sobre París- y todos sedientos de cariño, buscando la caricia de
los periodistas. Aquí, a la vera del castillo de Vincennes, en uno de los más
hermosos rincones de la capital francesa, África, la miseria y la humanidad de
África, acampa desde el pasado mes de mayo."(África acampa en París, EL PAIS
INTERNACIONAL, 19-07-92, p.4).

1
17
jerarquía del yo sobre el otro y modaliza, en términos de poder las relaciones
interétnicas.."(1991:154).
Esta "exotización" remite en algunos casos territorios y países lejanos, cuando la retórica
de la alteridad cultural hace aflorar las imágenes de la "reserva india" y de la "casbah", pero la
mayor parte de las referencias apuntan a otra clase de país: el Pasado, y con estas imágenes son
los "otros" de nuestro pasado, más distante o más cercano, los que vienen a asaltarnos, a
interpelarnos y, probablemente, a afianzarnos más en nuestro actual presente, en nuestra actual
identidad.
Otra forma de organizar los materiales y mis comentarios pudiera haber sido en torno o
cuatro polos o epígrafes que apuntarían hacia la clase de sensaciones y emociones que despiertan
las imágenes de los gitanos al hojear el periódico:
-REPULSIÓN ---- COMPASIÓN
-EXTRAÑEZA ---- SEMEJANZA
Dos de estos epígrafes mas neutros, atendiendo al grado de proximidad y distancia que esas
imágenes nos sugieren, y otros dos más "cargados", evocando reacciones directas, casi viscerales
ante lo expresado visualmente. Quizás resulta simplificador el decir que las imágenes alimentan
el sabor agridulce de la compasión cuando resaltan su semejanza con nosotros y que nos
producen un fuerte rechazo, aunque no sea abierto, cuando subrayan su marcada diferencia y
extrañeza. No obstante este aparente cuadro simplificador llama la atención sobre una cosa: la
flexibilidad y variabilidad con que se nos presenta "lo gitano", algo que tanto en el nivel de los
estereotipos como en el no menos imaginario nivel de la realidad, la realidad gitana se entiende
(que nuestra sociedad parece haber perfilado de una manera muy clara), enfatiza su condición de
"comodín", de figura omnipresente que sirve para iluminar, dramatizar y hacer opacos los
aspectos de nuestro pasado cercano que fueron más importantes y problemáticos en nuestra
constitución cultural, y aquellas "grietas" del presente que nos preocupan y angustian.
Las imágenes de los gitanos en la prensa española revelan su ubicuidad en nuestros
esquemas clasificatorios, en nuestras percepciones de los problemas morales, culturales o
económicos de nuestra sociedad urbana y postindustrial, en algunas de las inquietudes y
desasosiegos de nosotros, en los diferentes tonos emocionales y sensoriales que la prensa tañe en
la caja de resonancia de nuestra sociedad paya, su carácter de espejo o ilusión necesaria, para
resaltar, ya sea alternativa o simultáneamente, nuestra superioridad moral, higiénica y cultural,
nuestra "calidad de vida", nuestra caridad cristiana, las fracturas de la familia y los vértigos del
individuo, la rutina y los controles de la vida cotidiana, etc....
Para finalizar este sumario, me gustaría señalar dos conclusiones:
-Aunque existen bastantes alusiones en los fragmentos analizados al Pasado, aunque se
resalta en ocasiones (por ejemplo, en el caso de la corporalidad y hábitos higiénicos de los
gitanos) el rasgo de arcaísmo y anacronismo que parece signar a los gitanos del paisaje urbano
madrileño, proponemos que la prensa los estaría mostrando ocupando un lugar diferente dentro
del proceso cultural más global, como un elemento residual, siguiendo la acepción de Raymond
WILLIAMS9 , y quizás por ello resultando más inquietante su inscripción y presencia en la

9
.-"Lo residual, por definición ha sido formado efectivamente en el pasado,
pero todavía se halla en actividad dentro del proceso cultural; no sólo -y a
menudo ni eso- como un elemento del pasado, sino como un efectivo elemento del
presente" (1984:144).

1
18
cultura urbana más global. MONTESINOS (1983), en su trabajos sobre la novela
costumbrista española del XIX, descubre como ya entonces, se buscaba "lo español" en el
pasado, considerándolo como residual y aplicándose al "bajo pueblo" y a la figura de los
gitanos 10 (aunque el investigador no está libre de ciertos tópicos sobre los gitanos, al calificarlos
de "allegadizos").
-Se observa una suerte de trasvase de la imagen de "lo patriarcal" y del papel del
patriarca, desde los territorios de la aldea y las sociedades campesinas más tradicionales, en el
pasado, a un estilo de vida fronterizo, rural-urbano (a pesar de su presencia metropolitana), como
el escenificado por los gitanos en el presente. La mirada burguesa y sus prejuicios permanecen,
antes aplicadas por los viajeros y folcloristas a "la aldea", y ahora empleada por el discurso
periodístico (entre otros) a un fragmento residual que tiene una presencia (real y mediática) en
nuestra sociedad actual: los gitanos.

Bibliografía.

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-GOSSEN,Gary H.,
1993: "Ser indio en una matriz euroafricana: reflexiones personales
10
.-"Lo español empieza a no ser aquello que se encuentra primariamente en
la realidad española, sino lo que puede retrotraerse a un pretérito determinado.
Así, lo español no se da en la España moderna como una plena esencia; es algo
residual, cuando no un detritus. La única esperanza de hallar algo genuino la
despierta el bajo pueblo, cuando no se lo busca en fenómenos esporádicos y
anómalos, o entre gentes allegadizas, venidas en aluvión sobre nuestra tierra,
que sólo al "pintoresquismo" podían interesar, como los gitanos"(p.118).

1
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