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Como ya ha sucedido en la Educación Superior en otros países, la introducción en la Universidad de las propuestas
y normas del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) han supuesto un auténtico “hito” y un “reto” para la
Universidad por varias razones:
a) En primer lugar, es la primera vez que todos los países europeos aúnan sus fuerzas e integran posturas para
desarrollar un modelo único de Educación Superior, que también es flexible y considera las circunstancias y las
características propias de los sistemas educativos nacionales. El reto para los diferentes países… consiste en
estar a la altura de la educación offline (educación en aula con uso de recursos tecnológicos que pueden usarse
sin conexión a red) y online (educación asistida en plataformas virtuales) que se necesita para conseguir los
objetivos propuestos en el EEES.
b) En segundo lugar, y quizás lo más importante desde el punto de vista de los nuevos roles a desarrollar por los
estudiantes y lo profesores universitarios, el sistema universitario a implementar irremediablemente por las
universidades en el marco del EEES se centra en el aprendizaje de competencias para la vida y para la
profesión: ahora más que nunca los profesores y los alumnos deben encontrarse (…) para compartir procesos
de enseñanza y aprendizaje offline y online que en gran medida se alejan de la enseñanza tradicional
expositiva, sin erradicarla, debiendo ser innovadores, flexibles, experienciales y multimediados, siempre
teniendo precisamente como objetivo el desarrollo de competencias (Ferreira, 2008).
c) En tercer lugar y unido a lo anterior, los procesos de enseñanza y aprendizaje desarrollados en la Universidad
(…) centrados en el desarrollo de competencias diversas para el mundo del trabajo y para el desarrollo
autónomo del proyecto de vida, constituyen una oportunidad para avanzar en la introducción y la mejora de
metodologías (…) teniendo presente que lo más inteligente será el despliegue de enseñanzas “híbridas”: las
llevadas a cabo entre la enseñanza offline pura y la formación online en sentido estricto (Correa, 2008).
(…)
(…) En la actualidad las definiciones de competencia son integradas e integradoras en relación a su contenido: las
competencias integran “saber”, “saber hacer” y “saber ser y estar” para realizar con acierto una tarea en un contexto
determinado. También el carácter integrado se refiere a los procesos de enseñanza y aprendizaje a desarrollar
online y offline para adquirirlas y desarrollarlas, en cualquier nivel o etapa del sistema educativo. Zabala (2007)
define la competencia como la capacidad o habilidad de efectuar tareas o hacer frente a situaciones diversas, de
forma eficaz en un contexto determinado. Para ello es necesario movilizar actitudes, habilidades y conocimientos al
mismo tiempo y de forma interrelacionada.
Respecto al significado y sentido de las competencias, se adoptaron las propuestas del Proyecto Tuning
(http://unideusto.org/tuning). En él se concibe la competencia como una combinación de atributos que describen el
nivel o grado de suficiencia con el que una persona es capaz de desempeñarlos. Constituye una mezcla dinámica
de conocimientos-compresión, actitudes-valores y capacidades-habilidades que los estudiantes deben aprender,
preferiblemente de manera autónoma, multimediada y autorizada, todo lo cual les exige genuinos cambios y
transformaciones en sus formas de pensar, de sentir, de actuar y de relacionarse.
De este modo (…) todas las titulaciones deberán desarrollar dos grandes tipos de competencias: las transversales
o genéricas (comunes a todas las titulaciones) y las competencias específicas (propias de cada titulación y
categoría profesional). Todas las competencias a desarrollar, que constituyen genuinos objetivos del proceso de
enseñanza y aprendizaje en la Universidad, incluyen contenidos relativos al “saber”, al “saber hacer” y al “saber ser
y estar”, por más que algunas competencias lo sean instrumentales (necesarias para desarrollar otras) o bien
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constituyan genuinos fines en sí mismas. Y eso es así tanto si el proceso de enseñanza y aprendizaje en la
Universidad se lleva a cabo mediante metodología offline pura, a través de procesos online o mediante la
combinación de ambas.
A continuación recogemos las competencias transversales que las titulaciones deben desarrollar en las
universidades (…).
a) Instrumentales:
b) Personales:
Trabajo en equipo
Trabajo en un equipo de carácter interdisciplinar
Trabajo en un contexto internacional
Habilidades en las relaciones interpersonales
Reconocimiento a la diversidad y la multiculturalidad
Razonamiento crítico
Compromiso ético
c) Sistémicas:
Aprendizaje autónomo
Adaptación a nuevas situaciones
Creatividad
Liderazgo
Conocimiento de otras culturas y costumbres
Iniciativa y espíritu emprendedor
Motivación por la calidad
Sensibilidad hacia temas medioambientales
Recordemos que los profesores universitarios y los estudiantes también pueden y deben adaptar y actualizar el
listado de competencias transversales y específicas en función de las situaciones y de las circunstancias personales
y socio-contextuales, tanto del centro educativo como de la titulación o del espacio social y geográfico. (…)
Dos son, en el marco del EEES, las características del estudiante universitario que han de destacar frente a las
demás en el desarrollo y logro de su nuevo rol: su necesaria autonomía y su desarrollo profesional y vital, conseguido
a través del aprendizaje de competencias transversales y genéricas. Abordar con más detalle el contenido del nuevo
rol que debe asumir el estudiante exige tener en cuenta tres cuestiones esenciales:
a) El nuevo rol del profesor: los profesores universitario, tal y como se recoge expresamente en los documentos y
normas asociadas al EEES, deben ser al mismo tiempo formadores y orientadores-tutores. En la medida en que
efectivamente los profesores universitarios adopten actitudes y formas de pensar, de sentir, de actuar y de
relacionarse acordes con los contenidos de enseñanza, algo que se apreciará en los procesos, métodos e
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interacciones que lleven a cabo con los estudiantes, será posible que los estudiantes a su vez desarrollen su nuevo
rol.
b) Las propias competencias: el adecuado aprendizaje y el desarrollo de las competencias online y offline,
instrumentales y finalistas exige del alumno – no sólo del profesor - cambios en sus formas de pensar, de sentir, de
actuar y de ser.
Los principales cambios que los estudiantes universitarios deben adoptar para intervenir con éxito y de manera
autónoma en los procesos de enseñanza y aprendizaje en la Universidad (…) mediante metodologías online, offline
e híbridas centradas en el desarrollo de competencias son los siguientes:
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i. Aprender a reflexionar y a tomar decisiones. Precisamente las propuestas y normas del EEES se refieren
al desarrollo autónomo del estudiante, es decir, a hacer posible que se haga cargo de sí de manera
responsable, todo lo cual incluye “repensar” su rol y tomar decisiones.
j. Es necesario también que los estudiantes adopten atribuciones internalistas, es decir, que aprendan a
reconocer que ellos mismos son en la mayoría de los casos los responsables de las experiencias –
educativas en este caso – que les toca vivir, académicamente hablando.
k. Adoptar expectativas realistas y positivas sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje – especialmente
los virtuales - y sobre sus resultados resulta esencial para que los estudiantes crean que la Educación
Superior puede efectivamente desarrollar sus competencias profesionales y vitales si ellos mismos
participan activamente y con iniciativas.
l. Los estudiantes que utilizan los recursos tecnológicos para aprender se encontrarán con problemas más
tarde o más temprano. Eso es especialmente destacado porque en esos momentos posiblemente se
encuentren solos. Es por este motivo, aunque no sólo por eso, por lo que ellos deben adoptar actitudes de
prevención, de aceptación y de serenidad, pero también de implicación, iniciativa y resolución.
m. Por último, el estudiante universitario se encuentra inmerso en un sistema nuevo que tiene por objeto el
desarrollo integral del sujeto a través del aprendizaje de competencias, también de manera integral, lo cual
implica, entre otras muchas cosas, desarrollar y dominar procesos para aprender con recursos tanto offline
como offline. En esos términos debe pensar y “repensar” el nuevo estudiante universitario.
a. Desarrollar habilidades de búsqueda y gestión de la información constituye una habilidad especialmente útil
para los estudiantes universitarios…porque el aprendizaje y el desarrollo autónomo de competencias
profesionales y para la vida – además de las competencias para aprender a aprender – exige tener iniciativa
en la determinación de la información que se necesita y ser eficiente buscándola y gestionándola por su
cuenta..
b. La alfabetización virtual entendida como competencia también constituye un rasgo esencial para desarrollar
con acierto los procesos de enseñanza y aprendizaje en la Universidad, pues las propuestas y normas
asociadas al EEES exigen el uso de medios y procedimientos innovadores y modernos para el aprendizaje
autónomo de competencias, para la vida y para la profesión.
c. Se ha demostrado que el uso de estilos de aprendizaje que impliquen la profundización y la
reflexión…repercute de manera positiva en el rendimiento de los estudiantes universitarios. También el
despliegue por parte de los alumnos de estrategias de aprendizaje que desde un punto de vista procesual
conlleven desde la preparación para el estudio y el trabajo académico hasta el repaso y la expresión-
elaboración.
d. La Educación Superior (…) ha supuesto también un cambio notable en lo que respecta a la orientación de
los estudiantes. Ahora más que nunca se debe trabajar de manera cooperativa entre profesorado, alumnado
y departamento de orientación (recordemos que el profesor es también orientador y tutor). Si a esto le
unimos el hecho de que el estudiante universitario debe ser autónomo y tener iniciativa para intervenir en
su propio proceso de aprendizaje.
e. Aprender haciendo de manera activa. Recordemos que las competencias constituyen un constructo
sistémico vinculado al ser, que integra otros contenidos además de los vinculados al “saber”. Dicho de otro
modo, para aprender competencias bajo metodologías virtuales y no virtuales se requiere acción y “saber
hacer”, no sólo saber.
f. Aunque implícita y explícitamente hemos hecho referencia a la necesaria autonomía e iniciativa del
estudiante universitario para el desarrollo de competencias creemos necesario insistir en el necesario
desarrollo de su voluntad y de su esfuerzo y entrega, y de no ser un sujeto pasivo que sólo espera a que los
profesores “cuelguen” los recursos en las plataformas educativas. Los estudiantes universitarios deben
aprender a ser constructores activos, conscientes e iniciadores autónomos de su aprendizaje.
g. (…) Los alumnos deben apreciar el tiempo educativo y destinar momentos a planificar, a organizarse, a
asignar recursos, a realizar un desempeño ordenado, constante y sistemático, a buscar actividades
diferentes y variadas – lo sean o no de refuerzo – y a auto-evaluarse de manera procesual y final, en base
a las competencias, fijándose en cómo se transfieren los aprendizajes a otros contextos.
h. Es cierto que los procesos de enseñanza y aprendizaje híbridos, que combinan metodologías online y offline,
exigen del alumno desenvolverse adecuadamente cuando corresponda hacerlo en contextos y situaciones
reales (asistir a clase y a reuniones de grupo, por ejemplo) y en situaciones virtuales (participar en foros o
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“subir” actividades, por ejemplo), no sólo una cosa o la otra. Por tanto el estudiante universitario, al margen
de sus gustos y preferencias, deberá ser flexible al desplegar y alternar convenientemente formas de pensar,
de sentir y de actuar presenciales y virtuales.
i. El éxito del estudiante universitario también dependerá del acierto con el que prevengan los problemas y los
conflictos y de la adecuada gestión de los mismos cuando se presenten, sobre todo si tenemos en cuenta
que el alumno debe auto-tutorizarse, tener iniciativa y planificar el proceso de enseñanza y aprendizaje
online y offline, en el ámbito de sus “competencias”.
j. Tal y como se presenta en el marco del EEES resulta esencial que el estudiante utilice una metodología
experiencial, periodística, por descubrimiento y significativa. Un aprendizaje holístico e integrado, no
parcelado.
k. Por último, el estudiante universitario, en un sistema que apuesta por la calidad de la Educación Superior
basada en la autonomía y la iniciativa del alumno en el aprendizaje de competencias, hace necesario el
desarrollo de metacompetencias, para perfeccionar su práctica pedagógica, para aprender a aprender cada
vez con más eficiencia y adaptabilidad a los cambios que sea necesario implementar.
a. Las competencias emocionales también deben desplegarse por el estudiante universitario en el desarrollo
del proceso de enseñanza y aprendizaje, lo cual repercutirá positivamente en su labor como alumno y
también posteriormente. Desde el punto de vista de la “inteligencia emocional” los estudiantes deben
desarrollar su auto-observación y su consciencia emocional, es decir, la habilidad de atender e identificar
las emociones propias – y las ajenas también – para regularlas y gestionarlas, especialmente las emociones
y sentimientos negativos asociados al propio proceso de enseñanza y aprendizaje. Las emociones negativas
deben sustituirse por otras más positivas y funcionales, mediante una expresión adecuada de las mismas,
adoptando otros pensamientos (creencias, actitudes, atribuciones…) más adecuados, cambiando los
hábitos y las conductas o adoptando otros sentimientos más adaptativos.
b. El EEES propone que el estudiante se autogestione y sea iniciador activo, autónomo y responsable – aunque
no el único – del desarrollo de su propio proceso de enseñanza y aprendizaje. Eso incluye, además de la
auto-regulación, su auto-motivación y la gestión de sus estados de ánimo. El estudiante no debe “esperar”
a que sean otros los que le pongan en marcha cuando las ganas y el entusiasmo decaen: debe desarrollar
motivación intrínseca para “aprender para aprender”, para obtener el logro y satisfacción por hacer bien las
cosas. Y ha de desear lo que ha de hacerse, celebrar el logro y el esfuerzo, administrarse él mismo refuerzos
variados (internos, externos, trascendentes) y adaptados a su perfil de rasgos, aptitudes y necesidades,
dadas unas situaciones y unas circunstancias psico-pedagógicas, consistentes y de manera consecuente e
inmediata. Y esto debe llevarlo a cabo tanto para prevenir la desmotivación como para intervenir ante la
desmotivación.
c. Del mismo modo que el estudiante universitario, en el apartado cognitivo, debe adoptar otras actitudes,
creencias y puntos de vista, entre otras cosas, también debe repensar sus valores para separarse de los
menos convenientes y acercarse a los más nutritivos, que serán los que más le convengan personal y socio-
profesionalmente: el esfuerzo, el proyecto vital, las competencias, los medios tecnológicos, la autonomía, la
autenticidad, la fiabilidad, el respeto, etc.
d. Por último, los estudiantes deben gestionar adecuadamente los asuntos sociales. Las competencias
sociales online y offline a desarrollar (…) para la profesión y para la vida, también lo son sociales. Pero, a
su vez, las competencias sociales son necesarias para aprender éstas y porque las metodologías requieren,
en muchos casos, interacciones sociales entre estudiantes, entre éstos y el profesorado, con otros agentes
sociales (durante la realización de las prácticas, por ejemplo) o académicos, etc. Incluso aunque el
aprendizaje sea esencialmente virtual, los estudiantes deberán interactuar a través de chats, foros, blogs,
correo electrónico, videoconferencia y, especialmente, con vistas al futuro, a través de redes sociales y otros
instrumentos (móviles, I phone, etc.). De este modo, los estudiantes universitarios deben aprender a
cooperar con otros alumnos y con los profesores, y participar cuando se deba trabajar en grupo, aprender a
negociar, desarrollar habilidades sociales y de comunicación, crear (y gestionar) vínculos y relaciones, etc.