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En 1880 presidencia de Julio Roca, Argentina había invertido principalmente para la construcción

de ferrocarriles y a la modernización de la ciudad y el puerto de Buenos Aires lo que produjo que


la Argentina creciera con el modelo agroexportador, pero las políticas liberales del gobierno del
Presidente Miguel Juárez Celman (1886-1890) llevaron a un período de especulación que creó una
burbuja financiera, es decir una subida anormal y prolongada del precio de un activo o producto.
Dadas estas condiciones, los precios de los productos de exportación argentinos aumentaron
constantemente. Esta momentánea prosperidad, que alentó la ilusión de su mantenimiento por
tiempo indefinido, fue acompañada por un progresivo endeudamiento como consecuencia del
abuso del crédito externo.

La Argentina ingresó entonces en cesación de pagos por cuatro años. La crisis ocasionó la quiebra
del Banco Nacional que junto con la crisis política expresada a través de la Revolución del Parque
provocó la renuncia del Presidente Miguel Juárez Celman.

En el plano internacional, debido al exceso de crédito que le había otorgado a la Argentina la


bancarrota a la que casi llega a la banca Baring Brothers. Un consorcio liderado por el Banco de
Inglaterra rescató a la Baring y evitó lo que podría haber sido una catástrofe de la banca
londinense. El rescate a la casa Baring y previno una crisis financiera de mayor gravedad.

En 1888 las acciones del Banco Constructor de La Plata cayeron, bajando rápidamente de 235
puntos a 160, desencadenando la segunda gran crisis económica en Argentina llamada Crisis de
1890.

En los años 1888, 1889 y 1890 se producen 36 huelgas producto de la desocupación y la baja de
salarios debido a esta crisis. En estos años, también se multiplicaron los sindicatos lo que llevo a
que a fines de 1888 se realizara la primera reunión ínter-sindical entre socialistas y anarquistas.

En 1901 un grupo de sindicatos socialistas y anarquistas crean la Federación Obrera Argentina


(FOA). Sin embargo, la unidad entre socialistas y anarquistas no perduró. En 1903 los socialistas
crean la Unión General de Trabajadores (UGT), y en 1904 los anarquistas constituyen la Federación
Obrera Regional Argentina, la “FORA”, que definirá claramente su tendencia anarco-sindicalista al
año siguiente en el V Congreso (FORA del V Congreso). A partir de ese momento el movimiento
obrero argentino tuvo siempre centrales de máxima conducción. A pesar de la división entre
socialistas y anarquistas, la unidad sindical será una preocupación permanente del movimiento
obrero argentino.

En 1909, un segundo congreso de unificación tampoco logra su objetivo, pero en este último, la
UGT socialista se disuelve y se forma la Confederación Obrera Regional Argentina(CORA). La CORA
marca la aparición en Argentina de una nueva corriente sindical: el sindicalismo revolucionario,
que, a diferencia de los socialistas y los anarquistas, reclamaba la desvinculación de los sindicatos
de las corrientes y partidos políticos.

Por su parte, en esta década, varios sindicatos iniciaron procesos de unificación a nivel nacional.
En 1902, 12 sindicatos de estibadores constituyen la Federación Nacional de Obreros Portuarios, y
7 sindicatos constituyen la Federación de Obreros Albañiles. Lo mismo sucede con la Federación
de Obreros Agrícolas. Estas federaciones nacionales buscaban superar la debilidad evidente que
demostraba la acción dispersa en sindicatos locales.

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