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C á ü i , W¡i^i)•.•íl^ áts ü). Maauoi UorillM.—ClortiiK, D. José iAjn»
•Ufjciétúa», O. Wdro CiiTdt.—SiíAlaga, D. FraacUco Moy»,—a**!!)-»,
myi]« d« Fé. »«a «Bbe»U«?(. Anicm<> Rtvton B*K)JS,
8ÜSicB5g.
^ t l a , &S'«&«U rnBM-Hisp!Uio-'?ortu«ae«a tí» !). Q. A. S«tv*-
era, iM<M «neargoáa da raelbir lo( aanneita «ztmnjtrov.
JPaní (OMurlcionM, Ubraria •apcüolA y ea«s d« Comieio»4 S, Ucs-
Mt,niaMoniiiml.l8.
XitaitrM, OWdlty Ooíttwr, «<, K a n * » Btiriat, Cífcf.i «tt*.».
L \ SESIÓN DEL SENADO.
Oo:no las &tti¡i de la polítisa no aoa rnás que
aplicaciones de la vida real á la gobernación de
los pueblos, no es extraño que en el oleaje de la.s
ideas se refleje la misma oscilación que en la lu-
cha práctica de los partidos. Ni es maravilla tam-
poco que el anuncio de una solemnidad, y la im-
portancia del sujeto que la produce, mauteugan
los espíritus en una tensión violenta, y que sur-
ja el desengaño y se vea defraudada la expecta-
ción pública, si el hecho no correspondeá la mag-
nitud del oálculo.
Tal aconteció ayer en la alta C.imara con la
intervención del señor marqués de Novaliches en
los debates del Mensaje.
Tanto se habla exagerado el alcance do las de-
claraciones que iba á hacer, con tal astucia se
habían preparado los ánimos irreflexivos de la
gente movediza que Corma el lastre de los adver-
sarios del Sr. Cánovas, que el público que asistía
¿ las tribunas, numeroso y distinguido como po-
cas veces, y los diputados que poblaban los corre-
dores del salón y cubrían sus entradas, más pare-
cían dispuestos á asistir á los funerales del Ge-
bierno que á una función de guerra, de esas que
la tramoya teatral finge para regocijo delashues-
tes infantiles; pero que no asusta á la gente moza
que está de antemano en el secreto.
Si dijéramos que no eran armas de ley las es-
cogidas por los combatientes, mentiríamos: ar-
mas eran que en el campo del honor ningún testi-
go rechazaría; armas eran que por lo brillantes y
bien acondicionadas, y por su antigüedad y mar-
ca de fábrica, debían temerse; pero ¡ay! el moho
de los tiempos había destruido sus resortes, y no
faltaron maliciosos para decir que la pólvora que
contenian, de puro guardada había perdido su
virtud fosforescente. Oímos el ruido de la explo-
sión, pero la llamarada no cegó nuestros ojos.
¿Quiere esto decir que no asistiéramos con
gusto al combate y que no siguiéramos con inte-
rés las peripecias de la luchü? Nada menos que
eso: no eran dos soldados oscuros los que iban á
pelear, eran Jos príncipes de la milicia, que des-
pués de quince años se encontraban, partido el
campo y el sol, en templo augusto, ante concurso
nobilísimo, en presencia del país, para hacer su
última apelación á la historia.
Así se explica que la Cámara pasase casi sin
advertirlos, un discurso muy ceñido y razonado
del señor marqués de RetortíUo combatiendo al
Sr. Rojo Arias, una impugnación vigorosa, enér-
gica, fundadísima del señor ministro de ultra-
mar á las declaraoianes del senador de la izquier-
da, y una réplica muy hábil, muy intencionada,
y sobre todo xmj oportuna, del Sr. Botella: el Se-
nado aráfa"endeseos dé escuchar al señor mar-
qués de Novaliches, y las Asambleas son como
Jos individuos: buscan el contraste, aman el éxi-
to, ge enamoran del ideal y se rinden sólo ix la
evidencia.
Habló, pues, el general Pavía, y habló con
notable facilidad y con grande aplomo; pero poco
ducho en las lides parlamentarias, constreñido
por 8U posición difícil dentro de un orden de co-
sas que había visto caer sellando con su sangre
su inútil, pero no por eso menos- glorioso heroís-
mo, y que no había visto levantar, asociando su
nombre á la obra de la más feliz restauración, ni
era fíicil decir en un día lo que en quince años de
silenoio patriótico había ido elaborando, ni dar
á su discurso aquella corrección en las ideas y
aquella unidad en el pensamiento, que constitu-
yea¿la gala de los verdaderos oradores.
Esto fué parte áq'ue su oración, tan comedida,
tan cortés, tan llena de virilidad en los recuerdos,
tan hermosa en su culto respetuoso á la egregia
madre del Rey legítimo, no agitara los ánimos ni
marcara con exactitud su propósito.
Porque hay que decirlo sinceramente: despuen
de haber oído al señor marqués de Novaliches, y
de haber repasado el Mario de Sesiones, no íae-
laos podido averiguar qué propósito, qué fiu polí-
tico perseguía, ni en qué fundaban sus esperan-
zas los hábiles del fusionisrao, niisus alegrías el
vulgo de la opinión adversa al Gabinete.
Un paralelo entre su conda.;t;i y la del duque
de la Torre: una ligerísitna censura al Mensaju:
Mm protesta de lealtad al Trono: algo así como
annidad de ideas con el grupo que acaudilla el
Sr, Moyano; y algo así, como aproximación per-
sonal hacia el partido que capitanea el Sr. Cáno-
vas, eso fué en esoncia lo que pudimos descubrir
en los tonos del discurso.
¿Fué ese el intento del noble marqués de No-
valiches? ¿Palpita en su discreta oración otro es-
píritu oculto? Ni lo sabemos ni es fácil empresa
fiverifuaylo.
* Pepo sí debemos confesar que sus palabras,
como acertadamente indicó el Sr. Cánovas del
Castillo, pudieron servir de tema á graves y com-
plicadísimos debates. Porque si el duque de la
Torre, que se mostró tan generoso, 4an hidalgo,
ouDíepa querido'ahondar en la discusión,-quién
sabe cuál habría sido su término, ni quién adívi-
ua los incidentes que hubiera podido producir.
No sucedió así, porque sobre lá revolución de
Setiembre ha fallado ya la historia: no sucedió
as¡í, porque sobre el heclio material cayó la losa
4el olyiao, y sobre el é)(ito de aquella triste jor-
nada se levantó la restauración gloriosa del ilus-
tre príncipe que hoy rige los destinos de España
y es á un tiempo garantía de todos los intereses
y salvaguardia de todos los derechos.
Confesemos que el duque de la Torre estuvo
ayer hábil y discreto: que recogió para su defensa
lo que á su prestigio convenia, y que separó con
Í¡SP las asperezas deí debate para no caer ni eix
íJQnfosiaops de f^ebilidad ni en arranques de des-
Faltaba tan solo que la intervención del Go-
bierno, nunca tan oportuna como ayer, señalara
coo claridad los puntos generales de aquella con-
tienda. Y'dé ello se encargó el Sr. Cánovas del
Castillo, qué si es maestro consumada en el arte
del buen decir, es maestro esclarecido también eu
\j^ psyi-fitpd «j. par}ainent?ri«v •
^íj |!a{abcá íorsja y BÍÍIÜ, pasó, oomo auponja,
uotm las escabrosidades del discurso personal:
repartió las palmas de la victoria entre los dos
héroes de Alcolea: el que dio á la p^ria y á la
Reina su vida, y el que enfrenó el movimiento
dé Setiembre en los cauces, casi rotos, de una re-
volución sin ideal.
!Pe}iQ ya d(! p,i¿ (íl «¡efior providente del Cq^sejo,
o Bodia offlitif otras declamaciones, bajo el punta
..e tiata polltloo, ni un juicio altísimo del hecho
fie fueraa del 68. Y en esto no hubo, por su parte,
al reservas de habilidad, ni toques de fingido pa-
triotismo. Habló oomo debe hablar el hombre de
Sstado. el poJftioo, el historiador; habló OOQ la
Sábado t 4e lunlo de 1884.
i>a<M¿ii««iiiii«iiiMii)iiii
conciencia serena del que cumple con au deber y
se h a l l a enfrente de sus adversarios, q u e desde
campo t a n distinto proclaman la g r a n d e z a de la
monar.}uía y la legitimidad de la restauración de
Alfonso XII, las dos g r a n d e s adoraciones del se-
ñor Cánovas del Castillo.
Los n a t u r a l e s embarazos de discusión tan in-
espCTada, los salvó el ilustre jefe del Gobier-
no sin dificultad, antes bien con aquella g a l l a r -
día y aquel ingenio y aquella templanza que t a n
bien sientan en hombres de su condición y de su
prestigio.
En dos frases resumió las diferencias que exis-
ten entre el viejo moderantismo histórico y el par-
tido liberal-conservador: en u n solo período, bri-
llante y profundo, hizo el juicio imparcial del h e -
cho de Alcolea, que no fué provocado por la d e -
mocracia, ni en él pudo triunfar, sino que tuvo s u
origen en las lamentables decisiones de las fuer-
zas monárijuicas que allí se estrellaron, entre la
s a n g r e y el lodo de u n a j o r n a d a d e s d i c h a d í -
sima.
Ni faltó tampoco á su discurso un recuerdo
p a r a aquel g r a n patriota, p a r a aquel poeta insig-
ne y político experimentado, p a r a aquel Ayala,
que si tomó parte activa en la catástrofe de Alco-
lea, borró su culpa con hechos que h a r á n eterna
su buena m e m o r i a .
No podemos s e g u i r al Sr. Cánovas en los v u e -
los de su discurso: íntegro lo damos en otra p a r t e
de este n ú m e r o , y allí remitimos á nuestros lec-
tores.
Concluyamos, pues, a s e g u r a n d o que el d i g n o
señor m a r q u é s de Novaliches h a roto su silencio
p a r a t o m a r posición en la vida activa de los par-
tidos: felicitémonos de que su lenguaje discreto y
m e s u r a d o , en vez de e n s a n c h a r , acortase las leves
diferencias que del Gabinete le separan; y reco-
conozcaraos, en fiu, que tan g r a n d e como ha sido
el desencanto de las oposiciones ante lo ocurrido
ayer, h a sido el efecto que produjo en los hombres
de orden, que h a n visto de nuevo consagrados,
e n t r e los aplausos de la m á s alta Asamblea, el
prestigio del Trono y las p r e n d a s nobilísimas que
a d o r n a n al Rey Alfonso XII.
LA SESIÓN DEL CONGRííSO.
Los fiisiúni.9tas se han empañado ea dar una bata-
lla 0UJO8 dcííastrosos etuctos liau do seutir mucho
tiempo. Qnieron á toda costa comparar las olcccionss
del 81 coa Ins del 84. y para ello pidió ayer, entre otras
C0888, el Sr. D. V. González, una estadística completa
de las dimisiones, y susponsione.s acordadas contra
Ayuntaraieutos, multas impuestas á los mi.smo8 y pro-
cesos incoados contra concejales en la época en que fué
ministro, y durante el mando d^l Gobierno conserva-
dor últimamente. Pidió, ademáa, y eato nos parece de-
presivo para el Sr. Romero Robledo, cuya honrada pa-
íab'a no necesita do ajena garantía, que oou los datos
se remitiesen loa comprobantes originales ó certifica-
dos en forma de los raismoa.
Los datos q^ue el airado fusloüista pedia, recogidos
están y á su dispoBÍcion: pero como ajer era dia de lu-
c h a n entraba en sus ánimos promover ruido, no hubo
medio de convencerle.
Y que el intento era ese, no cabe duda. Bien lo de-
mostru el Sr. Gamazo al levantarse á impugnar el acta
de Almería, cuya defensa abandonó en seguida para
atacar en conjunto la política del Gobierno en lo to-
cante á elecciones, hablando de diputados cuneroa
como do cosa nunca vista y para loa fusionistas nuera
y extraña. Tampoco hubo más novedad—ni más jus-
ticia—en sus aseveraciones deque en ninguna parte se
han realizado tantas coacciones y escándalos como en
Almería, y doapues de insistir en este punto entró en
la cuestión que nunca dejan ahora de la mano loa ami-
gos del Sr. üamazo, ó Sea la comparación entre loa
Ayuntamientos suspendidos antes y los suspendidos
ahora, en lo cual se revela una freicura exclusivamen-
te fusionista.
tíl ex. ministro confesó quo en su tiempo se habían
dictado 55(5 suspensiones totales 7 .313 parciales, to-
tal 809; pero argüyó que esto habia sucedido en treinta
y cinco me.ses, si se incluye el tiempo de la izquierda,
y d o o 2 s i únicamente el de la fusión; pero como los
conservadores llevan 314 suspensiones totales en tres
meses, resulta que en período igual no correspondían
i loa amigos del Sr. Oamazo más que 51.
Dando por exactas todas las cifras de este señor, su
argumento tendría validez cuando el partido conser-
vador ocupase el poder ahora tanto tiempo como el fu-
sionista y hubiesen crecido en proporción las suspea-
sionei.
El señor ministro de la Gobernación no dejó de po-
ner de manifiesto que todo aquel lujo de argumenta-
ción se gastaba por referirse á persona tan importante
del partido constitucional como el ex conservador se-
ñor Navarro. Luego, entrando en lo doctrinal, ii cabe
llamarlo así, del discurso del Sr. Gamazo, hizo potar
qufc la censura de candidatos oficiales, de patrocinios
del Gobierno y de otros semejantes usos, podría Ser
autorizada en inocentes 6 en arrepentidos.
No cabe en esta crónica una idea circunstanciada
(Jel extenso discurso mediante el cual el Sr. Romero
liobledo puso las cosas en su verdadero lugar; hizo vi-
sible la sinrazón de los ataques del Sr. Gamazo; expuso
ejemplos en este sentido que oran de mucho peso, y no
•aUmente por lo concerniente ál acta de Almería, sino
también á las elecciones en general. En esto terreno,
loa hechos que citó el ministro de la Gobernación con
referencia & la administración fusionista y su prácti-
ca electoral era edificante, prometiendo relatar todavía
otros más adelante qui dea completa idea de l o q u e
fueron en el poder los que tanto tachaa á los que hoy
lo ocupan.
El principal argumento que adujo el Sr. Gamazo al
replicar al Sr. Homero liobledo, fue la lectura de un
oficio del gfobierno de Almería á un Ayuntamieato de
aquella provincia, imponiendo á cada concejal 500 pe-
setas de multa, y una lista de Ayuntamientos multa-
dos, que daban un total de sesenta y seis. Y ¡caso por
todo extremo singular! cuando el Sr. Romero Robledo,
después de confesar lealmente que habia ocurrido un
pequeño error de fecha en los estados de Ayuntamien-
tos suspensos en tiempo de los fusionistas, cuando el
señor ministro de la Gobernaoion, decíamos, preguntó
al Sr. Gamazo si podía facilitarle un documento de tal
carácter como el Icido por aquél sobre las multes im-
puestas en Almería, el Sr. Gamazo se negó á ello.
Kl Sr. Romero Robledo renunció, y con este mo-
yo, á seguir discutiendo. ¿Era por ventura posible otra
cosa después de la extraña negativa delSr. Gamazo?
¿Cuándo en el Parlamento se han formulado graves
acusaciones documentales sin mostrar los documen-
tos acusadores?
La conducta del Sr. Gamazo en esta ocasión, mal
que lea pese á los diarios oposicionistas, ha tenido poco
do oorreota, y si ol Sr. Romero Robledo se mostró
disgustado de ella, era con harto motivo. Por lo de-
más, si abandonó el salón fué, como podía presumirse
desde luego, para acudir al Senado, donde la anuncia-
da interpelación del general marqués de Novaliches
reclamaba BU presencia, y es por cierto extrajo que
habiéndole visto salir el Sr. D. Ye^asció Gonisalez,
manifestara grajide asoq^bto de no verla en los ¿soa-
gcís del Gobierno al tomar la palabra,
Y volviendo á la sesión, diremos que el Sr. López
Puigcerver, candidato de oposición, como el Sr. Navar-
ro y Rodrigo, en Almería, declaró explíta y terminan-
temente la completa neutralidad del Gobierno en las
elsccíones.
El Sr. Martin Lunas reforzó esta opinión con opor-
tunas observaciones, hacisado notar qi^e t^ §;. Q:»i49i()
d^
con tanto atacar el acta, aótu l^biii seüalado do.-3 pro
testas, y ligeras. -i
Rectificó débilmeatc el Srv-Gamazo, csaservó ol
presidente la paUbra al Sr. González pi^ra cuando pue-
da oírlo el Sr. lloiaaro y R)b)«do, y después del inci-
dente entre el miamo ox-miüistro dy ia Gobsraaciou y
el Sr. Martin I,una.'í, promovida por h'iber oído mal el
primero uaa indicnaioa dol 8e<j>undo, cof/ibatió el voto
)articulnr sobre el acta do Santiago el Sr. Rodríguez
Í ley, iatorviniendo ea ol debate elSr. Maura y el señor
Díaz Uobeña, estos dos en contra dol primero y do la
proclamaciou del Sr. Botana Miguezcoruo diputado.
En realidad no habia motivo para tai deb-ito, dado
que si es verdad quo el señ)r liaarquós do Moua.storio
cuenta legítima iiiHueacia en oi país, no lo ea menos
quorotiró voluntariamento su oáüdidaturaparano per
judicara! S¡\ Botana, ni producir oxcisioaotj en ol par-
tido conservador, á que estos d'oa señores portCBOCou,
—ejemplo de abnegación y disáplina á que non tienen
nuestros aaliiíos acostumbrada», para honra dol mis-
mo partido—y que no pueden ver ?in enojo y despecho
las oposiciones.
PRELIMINARES DE L.i B.4.TALLA.
Comenzó ia sesión de ayer ea el Senado con la lec-
tura, por el senador Sr. D. Joaquín Marí:\ de Paz del
telegrama do Barcelona dando cuenta de la catáutrofo
de la Rambla.
Desde luego, y como no podía menos de ser, el dig-
no senador catalán se mauifestj partidario de medidas
enérgicas contra los autores de tan vandálicos ntouta-
dos. Pero, si bien por lo quo hace á las medida.s dol
momento, contestó cumplidamente en nombro del Go-
bierno el señor ministro de Ultramar, respecto do las
de carácter extraordinario, te mantuvo dentro de la
más prudente reserva por ser Biiuuto que habría da
trataise con la amplitud propia da una roforma legis-
lativa.
Tocóle á seguida al Sr. Fuente Alcázar «I turno de
las preguntas, y so reíiiió la que dirigió al Gobierno, á
supuestos abusos de autoridaies del gobsruador de
Albacete, pues según dijo el orador, no ha cesado aún
la llamada persecución del brigadier Ochando, que se
queja amargamente de que so ifi cxtravioa h s cartas
que le son dirigidug. ''
Como no estaba presente # señir ministro de la
Gobernación, su compañero el de Ultramar dijo quo
trasmitiría áaqucl laprogunta dol Sr. Fijante Alcázar,
pero rechazando deantaaxano lus supobíoiones que 33
permitió hacer sa señoría.
Pido el señor conde de la Pittilla el expediento de
suspensión de la Diputación provincial de Zamora y
otros documentos da aquella provincia, y el señor mar-
qués de San Juan de Puerto-Rifeo nota de los sargentos
de ejército que .se han rcongaachado y do los qus se
han retirado del servicio cou ií premió de reengancha.
Y acabó el menudeo, como dacia cierto señor pro.3i-
dente del Gongroíso, que ya no existe (ol presidente,
no el Congreso), y se levantó á contestar al Sr. Roj)
Ariaa,^en nombro de la comisión de Mensaje, el señor
marqués do Ratorlillo. tít discurío de este señor sena-
dor, sobrio, hábil y tan ceñido f.\ toado dol asunto quo
se debatía, que coa justicia í|¿i^vo la, Btencíon pri-
mero, y después la aprobación más explícita de la Cá-
mara.
Mantuvo, en ña, la integridad do la buena doctrina
conservadora, dentro del concepto opuesto por el se-
nador izquierdista, lo mismo tn su proposición que oa
el discurso con que el dia anterior le apoyara.
Sin titubear vamos á calificar de muy discreto el
discurso coa que el Sr. Botella recogió las alusiones de
que habia sido objeto por parte del Sr, Rojo Arias. Y
sí en la forma fuá la discreción la nota más saliente, en
el fondo se mantuvo el orador correctamente conser-
vador, pero conservador de la más pura doctrina . sin
asperezas ni exageraciones en ningún sentido.
De igual manera hábil estuvo el sjñor ministro de
Ultramar, que contestó cumplidamente aquella parte
del discurso dol Sr. Rojo Arias que exigía más inme-
diata y cumplida rectificación.
El orador izquierdista, por su parto , se reservó el
U!50 de la palabra para cuando otros senadores so ha-
yan ocupado do su oración de anteayer, y así se llegó
al incidente del dia, al discurso del sañor general Pa-
vía y Laoy, que tanta y tanta curioaidad habia desper-
tado en el mundo político, y d s q u o nos ocupamos en
otro lugar.
DISCURSO
DEL MARQUÉS DB NOVALICUES,
El señor marqués de NOVALICHRS: Sañores sona-
dore.9, nunca como ahqra ho de merecer de vuestra
benevolencia y de la dol señor preaideate: todos cono-
céis la dificultad con que hablo, y de aquí que suplique
á los taquígrafos que pongan toda la atención quo
lea sea posible, porque hay palabras que no puedo pro-
nunciar.
Señores senadores, la satisfacción quo experimento
en este instante, sólo puede igualar á la grande amar-
gura que sentía mi corazón aate la idea do haber de
cruzar las armas que los gobiernos constituidos de la
Reina Isabel II pusieron ea mis manos, con las do
las tropas que se encontraban enfrente de mí en el
año 1868.
Señores, yo hubiera deseado que lo que ahora voy
á indicar lo hubiese dicho á alguno de los Ministerios
que desde la restauración aquí se han sucedido; lamen-
to el haber do expresar ahora lo que puedo indicar, y
no haberlo verificado no há mucho tiempo; pero sabéis
que 61 Rey, usando de la prerogativa constitucional,
nombró el Ministerio que hoy ocupa ese banco (seña-
lando el ministerial), y éste, usanclo como era debido,
como era lógico, de la facultad que le concede la Cons-
titución, propuso á S. M. la suspensión de las sesiones.
De aquí quo no pudiera manifestar entonces lo que
tengo que deciros: pero lo que he de expresar he de
hacerlo con hechos, y los hechos siempre tienen igual
fuerza, igual valor, siquiera en esta ocasión no tenga
tasta oportunidad.
Conviene que manifieste que al hablar del año 1868,
no espere el Senado que vaya á referirme á los aoonte-
cimientoa ni causas que promovieron aquel lamentable
suceso, (fi'^ ÓV./¿iüíi-a: ¡Memorable suceso!) Hay mu-
chas razones que me lo impiden: entre otras, la de que
no existen ya tantos patricios como eotó-icea figuraron
en aquella revolución; otra, la do tener á mi yisttk 1».^
cenizas de D. Adolai-do López de Ayala.
Tampoco haré la defensa de mis actos ni como mi-
litar ni CJVOÍO hombre da Gobierno, sin embargo do quo
la ocasión no puede ser más oportuna; y no lo hago,
porque aparte de otras consideraciones, una de ellas
es que antes de los grandes suceacja son muy pocos los
que voluntariamente quieran tomar solare sí la res
ponsabilídad, y en can^hio eé también que pasados los
acontecimientos, sobre todo los de guerra, se presen-
tan á la consideración pública muchos Grandes Capita-
nes, muchos Julios Césares, muchos Montt Cuculí, mu-
chos Turenas.
He dicho quo mí satisfacción es grande; ¡pues no lo
ha de ser, si ha de serlo para vosotros! ¿Comprendéis
la significación quo ha podido tener el haber presidido
este alto Cuerpo pi señor duque de la Torre por la vo-
luntad del Rey D. Alfonso, príncipe de Asturias en 18(58?
Pues qué, ¿no comprendéis la signiíloaeion que ha po
dido tener el contoiiiplar al señor duque de la Torre,
jefa el njáa autüriíado 'lu ..'i:|)ioUa ravü'uoian, luego em-
bajador do S. M. el Ruy U. Alfonso Xll, príncipe de
Asturias en 1868, hijo de la Reina d« España doña Isa-
bel II? BRta significación es nltamente satisfactoria
pitra todos; honra mucho al señor duque de la Torro
ior la aceptación de este cargo tan personalisimo del
Í iey, como que ningún Gobierno constitr^cional, no
digo monárquico, puede ser objeto de personalidad
mayor que la que e} Rey ooncado á un subdito suyo
nombrándole embajador, y sobre todo, embajador cer-
eit ciel presidente de 1% república francesa. El señor du-
%vi9 4? 1« TQrrQ h,% resüzado un acto d« verdadero pa- mis&to jT sileitQio pira poaersa al ireate de un partido,
tfiotiamo. ¿(Juiéa lo puado ignorar, á poco que h-iya
fijado su cousiderttcion en lo qae han debido pensar
todos, y yo acabo do señalar? Ki aauor duquo de la To.--
re ha heciho un g.-jíu sacrificio: aquilatadlo bian, seño-
res soaadores, para qu'i i'.aitaado su ejemplo, lo hagáis
también eu aras del bien público.
El señor d'.iqua do la Torro h* hecho un g.-an sacri-
ficio; ¡pues no ha do serlo! inmenso, poi-quo .su rC|:ire
seutacion como embajador eu París cerca del prosidou-
te do la república, como he dicho antes, n j crü do iiiu-
guna manera, no es la signiücaciou que tenía orí 18(38
empuñando la bandera que catóace.s tremolara, en
cuyo lema estaba escrito lo que vo.jotros todos podéis
recordar; y no es meaos cierto que para asegurar esto
y expresarlo no hó m'Jue.-ji;or acudir li doüuuwatoí, á
mauífüstacioae.s públicis y particulares. Para prob.vr
esto ma baat*rá, señore.-j SiMi'idorea, oírecsroa el docu-
mento quo tea.'O á la Vi-jta, y quo de sagaro cjmpreu-
derá el Soaado qua no voy á losr, si bioa con el po-mi-
80 do ¡a Mesa me atravoro á rogar qua se iiiaarta ea el
Diario ds las Sesiones. Sia embargo, p a j a r e a lear ua
párrafo de él, quo será bastante para justiílciir que el
señor duque déla Tjrrs cu el año 18li8 raprasuutó una
cosa muy diatinta do la que ha rapresioütado como e;u-
bajador de D. Alfonso Xll ea la capital da Francia.
El señor duque do la Torro, en ¡ai calidad da jefa do
las tropas quo toaía ásus órdenes, tuvo por coavaaien-
te decir loque deapuoa raanifeátará, enviando, no co-
mo general, ni oficial en calidad de ayudante da cam-
po, sino como parlamoatario, para acercar.so, con el ca-
«áctor tan sagrado de tal parlamoutario, al general ea
jefe qua mandaba las tropas obodienroj al Gobiiíruo
de S. M., al Sr. 1). Adsla'rdo Lopjz de Ayala, y ésto
fué el porta-.lor do un escrito importanto, (fio es al que
mo he referíilo, y en el cual exiat» ol párrafo que me
voy á permitir leer al Sunado. Ea muy breve: «La coa
secuencia de los continuos errores que todos hemo.3 su •
frido y lamentado, pro^luaea hoy indignación y lásti-
ma; evitemo.s que produzcan horror, último y trista
servicio quo ya podemos prestar A lo que hoy se der-
rumba por decreto irrevocable d-ila Provid8ac!a.,> ;Ah,
señores! ¡Decreto irrevocable de la Provideacia! Cier-
tamente que lo era de la Providencia qua aconsiijaba al
general á qno me lie rcísrido; y corno no fué la l'rovi-
deacía divina, é5l-a ha quorido qua ocurra otra co^a, y
da aquí lo que estamos hoy notiado, palpando y taue-
moa á nuestra vista.
¡Irrevocable decreto d-í la Providencia! Pues ha
visto ya ol país que la Diviua Providencia lo que ha
traído ea lo que existe en esto momento, lo qno e£i.^-
tia á fiaos del año pasado, cuando «I señor duque do la
Torre aceptaba ol cargo do embajador, no diré de fa-
milia, porquo es la mayor roproscatacion qua el G o -
bierno constitucional puede ofrecar á^uno de sus hom-
bres más loale.i, coasecuentoj y morecidores por sus
servicios.
Sonoros, e.-jtees un bunn ejemplo digao á¿ imitir-
gíj, y que rao hocümplacido oa Siñalar; y ho de decir
al Senaik) que al traer algún nombro propio al debato,
no lo hago coa intención de mortificar á nadie; rae be
do referir y rao refiero salo á lo3 bacboi que son del
dominio púb.ieo, y qua cayendo sobro el dominio pú-
blico, están aute la censura y auto la inspocoioa do loa
señores senadores.
íül ejemplo que el señor duqae da la Torre ha ofre-
cido, ha. traído, como no podía meaos de suceder, «1
quo el Ministerio Posada Herrera pusiera ea labios d i
S. M. con motivo da la apartara de Cortea, q u e m a
parece tuvo lugar en \á do Diciembre, afirmaciones de
grande importancia ante la coasiloracíoa y exposición
de lo que tengo que manifestar. Decía ol discurso que
el Ministerio Posada Herrera puso ea labios da S. M.,
lo siguiente: «Desde que la voluntad del pueblo rae
llamó al Trono de mis mayores, he faadado«l cumpli-
miento de mis deberes, etc.»
¿Y quién lo duda? ¿Quién duda que subid al Trono
de sus mayores el Roy D. Alfonso, principa da Astu-
rias, por la nación reconocido? Pues qué, ¿puedo man-
tenerse Trono alguno sin la voluntad dol pueblo, cju-
tra la voluntad del pueblo? Dos Tronos so haa levaa-
tado en lo que va do siglo. ¿Cuánto tiempo haa dura-
do? Por consiguiente ea un hecho, ea una verdad q;io
el tlsy D. Alfonso ocupa el trono de sus mayoron, es
decir, el trono que ocupó la Reina doña Isabol II por
tan largos años, por la voluntad de la UKcioa. De aquí
que no le coatara nada al Gobierno da 3. M. ea estos
momentos, al abrir la presente legislatura, poner oa
labios do S M. lo ai¡íuieute: «La idea fandamentil que
me iuspiró desde que el cetro de mis mayores vino á
mía manos, y quo lia do acompañarme...»
Ea una verdad, digo, loque habia manifestado el
Miaiaterio Posada Herrera: qua el Ray ocupaba el tro-
no de sus mayores por la voluatad clal pueblo. ¿Qué
móüos podia decir ua Miaistsrio liberal conservador,
quo lo quo acabo do espresar? Poro sea como quiera,
la digua comisión, compuoata do individuos quí co-
nocea perfectamoate cuál ea ol espíritu da esta Cáma-
ra y conocen cuáles soa los soatimieatoa de aui coin-
paaeroa, ó al meaos de su iamíjasa mayoría, habia da
decir algo m i i , y así os qua ca la CJnteataoioa al
Mensaje que S3 está discutiendo ha puesto el párrftfo
siguiente:
«La augusta presencia de V. M. ha sido siempre
causa de satisfacción inmensa para el Senado, que
contempla en la persona de V. M., no sólo al legítimo
Rey de España, sino el exacto y leal cumplidor, etc.»
Da manera, que la comisión ha dicho lo quo real-
mente es, lo que está reconocido, auuqua no ao haya
dicho en la forma que yo voy señalando: quo D. Al-
fonso es oí Rey legítimo. Y es una verdad: si no fuera
legítimo, no tondria la estimasioa gaaor ¡1, el aprecio,
el respeto, la obediencia que de todo.=! los lados de esta
Cámara, como sa ha manifestado por lo qua acabo do
indicar respecto al señor duque de la Torro y al Minis-
terio Posada Herrera, ó sea la izquierda, so lo tribu-
tan, y habría alguna fracción, alguna entidad política
que no hubiera hecho las declaraciones quo ho indi-
cado.
Quizá, sañores, algunos puedan considerar que
echan do meaos la abdicación de la R?,iaa doña Isa-
bel II. Evidontomenta que habría sido en a'to gr^^Q
conveniente que ésta sa hubiera efectuado »>' ocasión
y en su lugar. El Rsy comparto « " * roño'coa una
princesa augusta, ilustrada v Virtuosa; oxiata una
princesa de Asturias por t^^aog reconocida, y óüta tiane
una hermano. La Ri»-,ia doña Líabol II vive enere nos-
otros respetao»^^ considerada, y do seguro altamanta
satisfecha^ vienio en su augusto hijo ia reproaonta-
Ciijri. uB todos los intoroaes do España, siendo feliz al
coatemplar las coasidoracionea, el respeto quo su tiene
hacia el augusto príncipe, el Ray quo to loa amamos,
queremos y reapetamos.
Hay otro puato qao importa mucho manifestar,
para quo so comprendan los efectos quo ha producido
la posición patriótica y do ábaogacioa qua el aañor du-
que de la Torra ecupa en estos tnomontos.
El señor ministro do la Ougrra da lajsituaoioa pra-
sidida por el Sr. Posada Herrara , al dirigirse al ejér-
cito reclamando la disciplina, reclamaudo el cumpli-
mieato do sus obligaciones y deberes á todas las clases
militares, recomendaba las reglas á que debían suje-
tarse, y les decia qué tuvieran presentes loa preceptos
que contenían las sabias Ordenanzas: calificaba de in-
mortal este Código, y añadía: «El atan de hacer olvi-
dar tristes suceaoa, dignos de reprobación...» ¿A qué
sucosos se refería? Conociendo el talento y los deseos
que animaban á aquel señor ministro, al recordar la
(liaciplina al ejército, supoago qua dobla roferirsa á to-
dos loa Bucesoa dignos de reprobación que hubioraa te-
nido lugar hasta aquel dia. Y aquí, pues, queda tam-
bien condonado el movimíeato que yo ho calificado de
triste, tristísimo, de 18(58. (Rumores en la izquierda.—
Bl Sr. Rivera: ¡Gioñoaol — Bl señor presiienle del Conse-
jo de Ministros: Pido la palabra.)
Señorea senadores, nada más diría, ai el señor du-
que de la Torro no hubiera salido de sus tiendas y se
hubiesa presentado al f reata do un partido de opaaiciou
al Gobierno; si no hubiera sucedido esto, dotesdria mi
discurso en esta parte; pero como ol señor duque do la
Torre ha tenido por conveniente salir de su retrai •
NÚ^MERO 11.
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PKECmá BH Sü'SüMeiOí-t.
(M, M; un »fio, 43. _. „ . ., .
AntniEs.-ua «««,8 p»w4»Bi Sra(«»s,«,60 t*s»lau«i «
tti ua »5o, 80, „ „ _„ . « . ¡jBi
r'.Ut»!ns.«.—r5S»*),13p«i«"4as?8mMet,t(>í.'8«i<M«f « n.t»»» .*»
*lao»;(iri«í«í;"s-íi u.i »fia,«». ^. • ,. ._....»
PortiiC(i»!.-T;i) »M 8 '.wíísS»*-, » arttitM, i"?^ «tr;ti»o*í« «•*••
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a-«ropo, Tuji-aute, ffifi'íía, Ej»ta<le»-t>Ml«»»i», Tto*». T^-» . 1
«ortor<»..-lJa «16», 7,(50 fnu)*»»} I IK««««. K» id.; « » « • » , « o-i « •
'tot dsmüs imí««i íOi«j>r*s.lidoi !ÍK: J» S»!O» 4« Oorí*»». •*•« ***<•
twneo.ii tre» meaes, 3S ii.; eola BI«II«I, 80 id.j u* s&q, lífl 1».
Lo» pnnto» no oompreaíJliioi» «n lo ünloa da Oonrwa, »» » « »
%ena; 8 mesas, 80 Id.: 6 meata, W id.! na RTSO, ISObi. ^.
airsndí» Mttft Adminigtrscion 6 h»ol«ado 1» iWrttrttUm *tir •<»«••
•iwloa, buy tigras aumanto en loa prtoio* ladicaln*.
dubü continuar haciéndome cargo do ciertas ¡doaí qca
no pueden quedar sin correotiro , idea» aostenidaa por
su señoría en el período á que mo ho referido ; porquo
do quedar depositadas en el arsenal, todos podrían vol-
ver á él y tomar laa armas quo les pareciera para cun •
tribuir á la perturbación dol órdou y dé esta sociedad.
Eí tanto más cob vouienta que yo diga esto, cuanto qu«
no há muchos diaa ao aseguraba qno se trataba do a'-
tarar ol orden público sí se tomaban ciertas provid9r4'
cías y 80 sujetaba á juicio á determinados iadivldaoa
del ejército.
Pues bien, señores; sigaieado oa mi propósito n a -
cido da la actitud qu,a el aañor duque d a l a Torro ba
tenido por oonvcníonta tomar, he da señalar al Sf^aadj
lo quo su señoría expresaba allá en la época á quo mo
ho referido, dirigióudosa al geaeral en jefe d.i un ejér-
cito obodieats al Gobierno constituido. Decia »useñ.'Ji-
ría: «Ea nombre de la humanidad y da la coneioncia, .
invito á V. á que dejándome expo lito ol paso ea U mar-
cha qua tongo re.-Juolta, se agregue á las tropa» de mi
mando, y iio prive á lo.-» qua lo Bcompañan de bvg'O-
ria do coatribair coa todoa á aíegurar ia honra y la li-
bertad da la patria.í>
Soñar.3S, «¡la honra y la libertad déla patri»!* Ra
cuanto á la hoara, os recordaré lo que ocurrió en Car-
tageaa á la voz do aquella entidad política, y que di4
por resultado I* pérdida de utíos buque» de tanta con-
sideración y tanta valía, con todas las demás dcsgr» •
cías qu6 sobrevinieron en nuestro país á eou«scuca-
cia da aquellos sucesos. Ea cuanto a l a llbortad de la
patria, os reoordaré ua hecho qna todos ilobei8_ton»if
preaoatí. Verdad es qua la perturbaoioa quo se intro-
dujo ea el ejército llagó hasta el punto do ser ya acep-
table ol que dejaran do cumplir coa sus deberasya"
hicieraa minifostaciones de iaaubordinaoioa, á aque-
lla voz da \qiie bailíal \que bailtul Pero, señores, lo qii*>
no puede quedar sin correctivo y sin quo aquí se coa-
done desda esto recinto, sautaario de lai leyes, para
qua fuera de aquí so condene da la propia manera, ea
aquello de «en nombre de la huaiaaidAd.» Puo» qué.. í>i
quo parturbab», ol que originaba, ol quo traía i;)ditíí
las calamidades y desgracias que habían do afligir a
nuestro paíí, ¿era acaso el ejército obediente al Go-
bierno oonstituido?
¿Puos qué os diré de la frase «ea nombre da la con-
ciencia invito á Vd.,» que empleaba el jefe de aquella
rovolucioD? ¿Qué se puede decir ea nombre de la con-
ciencia a! buen soldado, sino que cumpla como debe
con las obligaciones que la imponoa esa» aibiaj Orde-
nanzas de que llevo hecha mención, y que seBalabii
el señor miuistro do la Guerra del último Gabinete?
Puea importa quo eato quade condonado, para qu;'
ea ningún caso se crea que podrá alucinar ni servir
para la seducción el invocar la humanidad y la con-
ciencia.
Sjñoros sonadores, tengo quo aoSalar otro párrafo
muy importante del documento á que me voy rafl-
rieüdo, documeuto importantísimo, por más qua tea-
•go la convicción de que casi todos lo habréis visto 6
leido; pero como puede suceder que algunos no h a -
yan tenido ocasión do leerlo, me voy á permitir U leo-
t a r a de este otro párrafo:
«Ba pro.aencia del extranjero (docla este general
al que mandaba en jefe las tropas de la Reina}, el ho-
nor militar tienó temerarias exigencia»; pero en «I
cago presento, Yd. «aba tan bien como yo VM el honor
»ó!o consiste en asegurar la paz y la Ventura de loa
hermanos.»
Pues si esto fuera así, ¿quién lo perturbaba? iQuá
demandaba el honor? «¡A.3e^urar la p a i v la veaturade»
loa hermanos!» Luego ¿que le demandaba entóncea
el honor? Según la manifestación de este párrafo, lo
que demanlaba oa que no so hubieran prononolado y
que no hubiese habido ese movimiento-
«Qua en presencia del extranjero el honor militar
tiene exigencias » Pues (juó, el honor militar en loa
ejércitos da países extranjeros, ¿no es el que debe í«n-
tirse ea Eapaña por los militaros que tienen la honr.-»
de perteneeor al ejército? Yo no dudo quedosdo el íó_u-
do de su conciencia catarán los señores sanadores coa-
dañando estos princípíoa en eato momento, y ai no lo
hicieran (que no creo oue haya uno solo que ahora mk-
mo no caté en el caso da condenarlos), seria un arma
que quizás se volverla algún dia contra lo» poderoa.
coastituidos, contra el mismo Gobierno, j aquí htyr.,
por tanto, que inutilizar estas armaa para que n o b a t k
quien las pueda coger.
Señores, salta á mi memoria una costa quena puede
oscurecerrte, y ea: ¿cómo puedo justificar el senador
quo está hablando, que todo lo quo está diciendo e» re-
lativo á lo que ha pasado ya, cuya censura c« muy fá -
eil, y quizá eatuviara, sí e» que lo merece, en relufiioA
coa lo quo ha dicho al principio de su discarso? |Ah,
•eaorea acnadores! 81 senador que oa dirige la palabra
en este momento, de antnmanoy contra lo» principio»
quo he señalado, y hablando á loa habitante» de esa*
ricas y hermosas comarcas de Andalucía, le» deoi« lo
que vais á oir: «.andaluces: levantando h cabeza la ro-
volucion, difícilmeato hay poder an uadia para qua «a
contenga e»los límites k que sns jefe* la quieren con-
ducir. No os dejéis alucinar... etc.» ¡Ah, aeSoroel ¡qa¿
verdad ea éata! La revolución do 18G8, ¿se había eoca-
miaado á traer lo qao luego vino? Diijo á la concianaia
de todos los quo me escuchan, la contestación k V»»
ideas quo he indicado. Lo vais á oír. «Soldados: uaoa
pocos de vuestros compañero» han faltado k aua debe-
res, seducidos, sin duda, porol error político ó inten.--
cionea poco generoia», queriendo que aparezca (nn
vez el ejército como instrumento de pasione» y tniras
personales, sin tenor en cuenta los males qua pueden
acarrear á nuestra desventurada patria » E«o es lo qn»
eso general en jsfo decia ón aquella oftaiiioA ante loa
principios é idea» que he indicado. ¿Peco le equivocó'!
¿No vinieron maleí, y males «in cu»/átóT ¡Qué dé dos-
ventura» no hamos prosenoiadí^'. ¡Qaé de desgraci.»» n "
haa ocurrido ea nuestra Península y la» provincia» d i
Ultramar!
Y por áltiHlj, señorea, esa general en jefe, ál dar
la r93pu»»*ik qua debía al general que tnandaba la«
ti^^tts que estaban á sus ordenas, le dec{a: «Si lo tina
e» do todo punto imposible, la enorte nb favorecieíe
esta resultado, siempre nos acompañarla á estas bri-
llantes tropas y á mí el justo orgullo de no haber pro-
vocado la lucha, y la historia, nevera alempro con loa
que dan el grito de guerra civil, guardaría para nos-
otros una página gloriosa.» Sí, señores; pormítaseaiB
quo al dirigirmo al Senado la reclame para las tropas
quo aquel genera; en jefe tuvo la honra y la giort» do
mandar. No pido nada para el general que Ua manda-
ba, no; obrando como obró, no hizo mas ^ue Cumplir
con el más vulgar principio do obediencia al Gobierna
constituido; que si esto ea preceptivo para todos, lo es
más para el general que se halla revestido de la «tita
digaidad do general en jefe. Pero si pido esa gloria des-
do el fondo de vuestras conciencia» para aqucllol» sol*
dados, á fin de que sirvan de modelo á las clases del
ejército, para quo todos raunidoa en na mismo panea-
míouto, tomando por nOrma la conduata de abnegación
que os ha señalado del señor duque de i* Torre, con-
tribuyamos con nuestro concurso á que el joven Mo-
narca que para gloria de España ocupa el tíono da
San Fernando, pueda dirigirnos á todos & conteguit el
bien, la felicidad y la ventura de la patria, que todctB
debemos desear.
Sólo así. señorea Bcnadoros, podremos lograr que
sea una verdad lo que con mucha «atiafaccion mi» ü»
leído ea ol discurso do la Goroua, en el cual, refirién-
dose el Gobierno, ó sea el Rey, i lo que eooviana me-
jorar dentro do loa límite.ís quo «o conceden «1 ej¿rc¡tt>,
80 dice: «Kl ejército, redajo d é l a nación, resumen de
todas aua cualidades y de su estado social, el ejérjito
reclama vuestra atención.» Pues bien; la considerMsion
que en todos los países de Europa tieaea.los ejército».
eaaconsideracioué importancia que lea corresponde «n
realidad, la adquirirá también el ejército español si en
lo sucesivo no es más que una institución obediente a,
la voz del Gobierno constituido, obediente á los tnai»-
datos del lia^, y si no vuelve á suceder jamás qua la«
arma.«i so dirijan contra la propia patria.
I Señores senadores», yo he entrado enasto santuario
de las leyes por aquella puerta («eñalando i (la prioei-
pal), 7 en virtud de la alta digaidad d« que me haU«

ftwrr*!
jeTCitído, sin mereciraientoa Kiiücieütes; por cotivl-
gaiente, debo h loa sefiures seuafloryfl y dfbo íi raí p;ií3
una mAnifestación, y esa maaifestaeión ó declaración
m dirige a que conozoaiu el motivo ó la causa que mo
ba obiiffado k permanecer en silencio por espicio <le
tontos aiios. Y para qae comprendáis iní'jor oí motivü,
y cütnprcndais á la vez quo no mo ha ^tiiado «emti-
miento alguno que no sea levantado y honrado ¡ú úis-
traoros en sata ocasión, os diré qiiu á pocos mesea i e
efuctuiuia la revolución dol ú8, debí al señor iluijue do
1& Torra que, con esa modestia que lo acuiapaña en l>>-
doa sus actos, solicitara mi cooperación para contri-
buir mejor á que se cimentara el órdea en nuestro psía.
Di las gracias á n-i señoría con ia mieraa sinceridad
qae hoy lo bagro, oor 1» extremad!» deferencia que tuvo
«oütüísro; pero eaoia muy bien su señoría que poco po-
día auxiliarle p*ra que «aliera de la situación en que
se eutontraba.
En ti largo período que lic sefialado, debí a mis
ftntig'iOS amigos políticos y particulares la considera-
fion do que me señalaran para reconcentrar los ele-
jDdntOB quo en B^pafia pudieran haberse utilÍKado para
mantener la representación de lo que habia caído en
•virtud de la revolución del 68.
Di laa gracias más sinceras por la honra que m mo
djepensara, pero continué en mi casa sin babiar ni es-
«ribir y s^n dar mi nombra en ocasión alguna.
A consecuencia de unmiecsddesgraciado, una piin-
MüA de talento y mny popular entra nosotro-w iní> of )•«-
cid el titulo hiinroHÍsírrio de sn c u r a d y , y e^to lo biso
encontrándome yo en una situación Ijíen dií;:;!!, [jur-
t,u9 me hallaba dado de baja en el ejército.
flegaidamentc, >1 poco tiempo, íi mis ant..'¡|ii,K coiu-
pí>fieroa y amiífOH lea debí la prítndisima boúra, de ucr
llamado á presi'sii' un círculo quo flauítiúiveron con el
título de contcrvidcf, cuyo iioaibrainiflnto "so liizo por
unanimidad, . TO tuve ia defgracia, quo así ía Uaiuti-
ré, de no poíer, por la razón qr
XO espresiivi.
aceptar tan honroso puesto y tan BeñaJada cíiiia«o:4H.
Aprovecho e.sta ocasión que BC me oírecs boy de
dar gracias átodo« aqaclioa individuos y de decirles
qae con su previsión y coadicioucfl de Gobieruo, bino
preveían !o que habia de suceder.
Pues bien, aeñores: hubo inári, Rsoa irásaioa ami^;os
mioa políticos j particuiarea Se dirig-ieron á m! do una
manera honrosísima para el qu>i hiibla, pidiéuddmí',
de la manera quo voy á leer, que firmase un docutaou-
to que lu¿go indicaré: fTennáug el honor de reaiitir \\
V , 1» primera prueba del proyecto ds manifiesto» ;Vo
me encontraba en Avila), «con objeto do quo examiiu'
BU eontonido, rogándole mny encarecidnmonte quo tftu
ga la t>ondad de autorizarnos para-estampar la autori-
zada firma de V. al pió, si lo cncoatríisfs cocíoraie con
sus opiniones.»
Stóereí, aquí desearía h^cerpor un momento alto,
para dirigirme á mi anticuo amigo el señor prosideato
del Consejo de MinistroH.
Yo entiendo quo naede existir un partido quo so
llame conservador, o COQíSorvador-liljera!, que sa it?ual,
porque en Gobiernos cohstitucionHlos es una redun-
dancia en cierto modo el llamarse liberal, puesto que
«6 Bobrentieode que el partido conservador no purda
«er m i s que liberal, l o entiendo también que puedo
llamarse un partido liberal conservador; lo primero,
porque conservando (jaioro ir progresando en la^> coa-
dicionea que io permita el estado de la sociedad y del
país; loaegnndo, porque adquiero, y una vez aíquiri-
do eoQHerve; y puede haber otro partido que puede ser
liberal-conservador ó conservador liberal, poro ésto
vendría é ser otro partido, vendría ft fsor lo que anti
gúemente se llamo unión !iber.i1.
Yo desearla sabor, cuando el Rcilür presIJi'uta del
Consojo de Ministros ó cusJquiera de KUÜ diijuo.s com-
pafieroa quieran dooirío, qué es lo quo representan, si
«iñ el partido liberal-consorViUlor, el cocHcrvafior, ó el
canflefrador-liheral, do manera que venga k f-cr uua
fieguU'iR fusión que puíida traer á su seno todos losi m-JS cutre amigos, y ti)d»s debemos dirigirnos, de una
jadividuos que lo teng'an por cor¡venieutií ca virtud da
determinadas condiciones; y desde laéijo diré que
aunque al talento del señor presidente del Miniaterio
no pueda oscurecérselo <)ue fii fuera solo ese partido
tina copia de la unión liberal, habria (je comprender
que al por desgracia desopareciera su señoría, lo cual' es más que una, y que á través de la oscuridtid y do
deseo no suceda, no «6 fo quién podría reemplazarlo
bajo et punto de vista de ser una segunda uaion Jibe-
raí, porque me hace recordar esto Ío que fiíé la primera
unión liberal, que así que murió su jf fu desapareció, y
loa demás partidos no han desaparecido, han tenido su
continuidad, porque están formados do distinta mane-
ra, entra cada cual por derecho propio, sin pasar por
traaaaccionca ni aclaracioneí?, y por consiguiente, ao
constituye como una continuidad de individuos que
m pueden reemplazar períeotamentc, como sucedió en
tiempo del partido moderado, que en aqueila ocasión
no tenia ese único jefo al cual todos obedecían, no.
Bino que estaba constituido de muchos j^íes, todo?
guardándose la más recíproca consideración, todo3
ayudándose, y por lo tanto, cuando la Corona detiir-
minaba la separación ó cesación do un Ministerio, la
reemplazaba otro Ministerio también de la misma con-
dic'on política, con otro que se llamaba jefe.
Paro e«to que yo deseo lo podrá decir su Sv-ífioría ó
enalquier otro señor ministro cuando lo tenga por con-
vanlent», pae? que nos ha do servir verdadoramoate do
mucho para en adelante; y coatinúo lo que estaba e x -
presando.
Pue» bien, seño •(•?; con gran pena tuve qaa contes-
tar lo que después leeré, á mis dignos amitfos.íque triio.
twutante», pero que no huy neci'fcidad de stñi!ar, ijao
firmaban un maníílosto que tenía la fecha de 14 de ,Nj-
viembre de 1870, y que decía:
«Siempre hemo'^ .«uatwntado csn U IcM piiajipioj
delparlido eonsctxador, aprovechando como o n v i e n s la
enseñanza da lo? tiempoa.
»E8a es también hoy nuestra divisa. OVnservaroin-os
eonutanteraente como doctrina y aplicaremos por su
bondad privada, en el círculo do las leyes, los dogmas
fundamentales del partido eonsercadcr, éntrelos quo
sábete sonesoncial'ís: la propiedad, la familia, ruérgiea
y ijelljjlosamonto constituida; la libertad con ónlí-u; el
oríneipió da antoridad; la monarquía con.?titutí!onal
neteditaria, basada en la íogitimidad, cimiento incon-
trastable de la drraeza j preMtigio.dol Trono, roprescu-
tada únícamonse por esas sólidas razonet! en la perso •
na de D. Alfonso do Borbon;y en fin, c! ¡iriacipio cató-
lico, Bínoeramenta profesado y respetado en BUS fueros
y majestnoBO esplendor.»
Bste documento aparece firmado por 211 iudivi-
dnos. Algunos de estos señores se encuentran entro
noaotro», aunque no todos, por dcsy^raciu nueistra, por-
que EKos ha dispuesto de eitos.
A w t e escrito, como ya he indicado, hube do con-
tastar: «Cuando llegue el día feliz para mí en que Dios
rae conc*1a una salud qus hoy no tongo, puedtm estar
seguro» ^oe 4 naJie cederé en la satisíacaion de com-
partir Í09 diog'untoíi que ofrece la vida poiítica, tornaa-
do ejemplo, ent&iií4sdp tan esclarecidos hombres pú-
blico», los enaioá mé ñ^n do ooaaiderar siempre donde
eaté la mayoría de^ paftiu¡;j haciendo votos por el
mejor porvenir do la patria *^
Aqc^i digo, como veis, qu? donde esteC eaíos aoño-
res que viven y m.intonguü esto lema, esios psilieipius,
allí me pueden Cxmtarcoiaoel último de s«s soldaao^;
y eontiauaws diciendo, (señores seüador«»,>qu() yo veía
cnlaunciau, dauda apoyo ó calor á unos principios,
grauífics títuIo«, grandes servidores do mi patriü, y
todo esto me ofrecía cierto respeto, llegando hasta pen-
a«rai habria yo entado equiv(?cado en obrar como io
bies,
Jamáa, ¿un en medio délos má« acerbos dolores
y penalidades, mo ocurrici el estar arrepentido dol
L-omportamieuto que hubo de observar en 18<;8; pero
lai conciencia medscia: «¡íi habrás estado equivocado
y con tu domasittda re»i»tencía habrás eido cau.<ia ó
motivo de lo que luego ocurrióla Y esto me lo decía yo
á consecuencia del anatema, de la condenación que
fulminó iíobro mi cabea» ol jefa dola revolución.
Ki señor duque de la Torre me decía en el escrito á
que me he referido, lo que vais á oír:
«Las pa-HÍoncí están afortunadamente contenidas
hasta ahora por la absoluta conlianza que el país tie-
ne en eu victoria; poro al primer conato de resisten-
cia, & la noticia del primer combate, estallarán fario-
eas y terribles, v e¡ primero que lo provoque será res-
ponsable ante Dios y ante la historia de la saujíre
que se derrame y de todas lasdesdichag que sobre-
vvngKU.»
Ved, pues, señores senadores, explicado el por qu¿
lie guardado profundo sileDCio hasta el día do hov. lOra
tal e! efecto que hicieron en mi concicnciayen mi cura-
zúc la» palabra-i quo os he referido, que créalo el sei'ior
duque de )a 'Uy^ti--,, iia sido la i'udca cau.síi que mo ¿á ducta que JÜÍ. fb-i'::r',-i'.!lo, muy distinta de Ja soguid:!.
dado va!n: y (•o';;-ít,ancia par.i roosT/f-wie indiferente,
alpareccJ, >. i^ • i )•> mabird.' mi |,.itr;a; raa bu sido la
única razón que Ue tenido paca ntígarme á ayudar á
mis antiguo» compañeros y amigos en los trabujos v
esíaentós que han hecho.
• Yo no he participado de ninguna de sus glorias; yo
tengo en mt vida pública un paréntesis de quince ijrv>3
largos, y *1 fundamento de todo está en lo que acabo
de decir, d sea, que de tal manera me lastimaba y ma
ofendía y acongojaba mi alma,' que á cada desgracia
q,u« ocurría en el país, á cada vicisitud sangrienta que
•cttTíia, me decia jo: ¿sí habré «ido yo el causante por
sac
no haber aat.-et'-Mdü mis tropea ra goaijni! oa jefe da hit-
trepas <)u«) tju'ia en frente?
Abi tenéis, pues, señorea seaadoros, un ssercta quo
no ha salido 'le mis labios hasta esta momeuto. Yo no
p u e i o i r at S'uado, he di.;ho eu varias oaiLsioaca; i¡o
puedo tomar cargo público ninguno miéuirn3 no se
aclare mi situación. Yo he comeu-iaüo lamsatando que
antes do ahora no hubiera habido un Gobierno que hu-
biese podido decir, no todo lo que yo he dicho, «mo un
poco siquiera de ¡o que he maniíest-ado.
•Yo habria estado en raí puesto de iionor, y no ha-
bria sido calificado por UUO.Í do c;?eista, y por otros
como mdiferonte a los males de mi patria." Yo los he
llevado con más dolor quo cualquiera do los que están
aquí presentes; perdonadme e.sta urroganci». Yo no !
podia decir á mis amigos, á mis «oiapañaros, álos que
me li'i;;labaa, cuál era la causa quo me impedía tornar
los cargos quo me oíreciau, sin titulo para ello. ¿Sa-
béis pofquéV Porque mi misión no era la de quebran
tar la voluntad de nadie, ni tampoco alentar á los quo
pudieran creerse en el caso de salir más ó menos pre-
cipitadamente do su situación, ni menos íutímidarloa-,.
sino que he dejado á cada cunl que marchase por oí
camino quo tuviera por conveniente. Yo he perma-
necido ou silencio, y provoco y reto á que haya uno
que diga si ha visto mi firma estampada én documento
alguno, ¿yuiéu me iia visto dirigir acusación á nin-
guna persoa»? í o he respetado á totlos, á todos los he
considerado. Crr'';iine el Senado, créame el señor duque
de la Torre; estoy seguro de quo su serioríii hibria
querido, si línbií^ra tenido eireuustanoiiiis y medios
para ello, sobreponeise á las exigeneins de! movimit:li-
to revoluciíínnrto, que lo llnvattn donde tul vez su se-
ñoríü mismo no p'^usaba nnuca habur Lbvíado.
E.3 indudablr, seiiores, que las ciiouDstaiieias con-
ducen á veces á lo.- hombres á donde no nuíeren ir. Ka
el mismo señor diique de la Torro tenéis ol ejemplo.
Un general como él, a quien no «o le ha pedido nejíar
nunca bi'.arria ni valor, ni ios grandes raorecimii-iitoa
quo ha contraído; un geneial que como úl, ha llegado
al más alto puesto á doude puede llegar el ciudadano
da mss valor é import;incia; un hombre tan bizarro,
tan activo, cou todas las aptitudes y Coadiciones no •
cesarías para cautivar, en üCHsiones dadas, li muolios
que se encontraban al frente ái;i ejército del Norte.
l'ues bien; vino un acoutooiraiento que tenía que ve-
nir, ¿t^uiéu lo trajüY ilion lo decía el tír. Uoteila: los
mismos revolucionario.s, ios mismos quo se s;itieroa
del csmino que no debieron atmndonar; y lo prueba ol
que, dada la voz de «¡viva ol Rey 1). Alfonso!» prínci-
pe de Asturias en 1808, con ia rapidez con que corre de
un punto á otro hi obispa eléctrica, así corrió el triun-
fo del lley ü . Alfonso ¿Y qué hizo su soñaría enfrente
de un ejérctto lleno de confianza y compuosw de indi-
viduos más ó méuos agrudocídos á su autoridad, poi*
los bienes que les había ofrecido'? ¿'.^uc hixo? vuelvo á
preguntar. Envainar su espada; como lu eaviduaron
todos, y no hubo ni uua autoridad que no ro.n¡iii!.ic su
bastón, ni quien se opusiera ostensibieinenta a l a voz
y al grito del pueblo todo. Sí, Sr. i^osada Herrara; si el
Key O. Alfonso ha subido al trono de sus mayores, al
trono quo d.ojó la Reina doña Isabel II, ha sido por la
voluntad del pueblo español, y á eso pueblo no se le
puede contrariar. 1), Alfonso XII está, pues, en el tro-
no en virtud do su derecho.
Veaao, púas, señores, como he dicho bien al princi-
pio do mi íüColieroQte discurso, quo mi satisfacción en
este motneato oa inaicnsa. ¡No lo lia do ser, señores, si
hoy he ríicuporado mi libertad do üccionl Créanme el
señor duquo de la Ton-e y el Smado: si tiene algún
ra'Tito lo que íieabo de d-.-cli-o-;, e.s jiorque en virtud do
ello os he probado mi constancia en ol callar. ¡Quiaca
años caüund)! ¿V sabi-is por qué? Porque do no scgoir
esta conducta, no habria hecho más quo daño á mi ¡>a-
tria. Hoy tengo la satisliiccion de poner coa solioez
una piedra (;n este editioio social. Señorea, aquí esta •
manera conveniente, á consolidar el Trono, de modo
quo no ocurra ni siquiera la idea do quo una docena ó
md puedan, con su hostdidad, conseguir quo ese Tro-
no se conmueva. Para lograr nuestro noble propósito,
h-.iy que decirla verdad; sí, .señores, la verdad, que no
las tinieblas so liuce lugar, exparciendo la luz á todos,
para que de hoy en.adelante tengamos una linterna,
un punto seguro en donde fijar la vista, á fin de mar-
char con paío íirrne por una senda de la cual nadie
pueda aparti'.ruos. Debo decir, tm embargo, que no
dejo de comprender liis muchas ditícultaddS con que
por ahora han de luchnr los Gobiernos; pero digamos
fiiempre la verdnd y confesemos todos oon franqueza lo
que cuadre á nuestro deseo de llegar al bien del país,
marchando todos por el camino recto, no coa habilida-
des ni con distingos, no con maniíflstacioaos tío una
clase á unos y de otra á los demás , sino soñulacdo el
camino recto por donde todos debemos ir. Es indis-
pensable, señores, que no exista esa exageración de
amor propio que no.-» coudHco á considerar y creer que
lo quo uno opina os lo m<jor. No; e.s necesario com-
prender que para que híU!i"¡.'iz y tranquilidad en nues-
tro puís, s:quel que Í!.'nj,'a la pretensión de ser gobier-
no, debo cúTitcüir, íd tiene por qué, que m arrepiento
dj cuilqiii'íia iUler;u;ion quo en su vida pasada luiya
podido leui r; i:u debe ih-gar el exceso del iimor pro,'io
al punto de i.lt <;Í": yu no me equivoco , yo r.i:ení,-o y he
pcnai^do siempre lo mejor. lis preciso ijuc cada cuiíl
tendrá el viilor de coafusar sus errores. Pues qué, ¿no
nos^ban dudj (jemplo do esto muchos ilustres patri-
cios? ¿No recordáis á iJa'liano, ó Isturiz, á Bravo Muri-
llü? ¿No recordáis ai misino Kr. Nocedal y á otros quo
¡lau venido al .Parlamento y han dicho: «í-íeíiores, mi
juventud, mi rriancra dt> ver en mis cortos añoslacoía
pública, lae ba'hecho perii-^.ir en perturbaciones, las
cuales yo abandoi-ioYe»
Este os el camluo. y ojala que todos io hubieran'
eeguido y hubieran obódeci-do el ejemplo que he citado
y otros uuichos que citaría do individuos tan diguos de
ser miembros de ¿robierno corno aquellos quo puedan
creerse cou mayores títulos. Yo, señores, he de llamar
vuestra atención sobre las ílrmtvs quu tiparecen en este
raauiíivsto del año 1870: una do ellas es la de mí íntimo
amigo 1>. Claudio íiloy<ino, piraona respetable qup tío-
no reprcscatuciou aqiii, a quien todos conocéis, y que.
viene m.andttdo por uno de los centros de más ílustia-
cioay de ai.is rcspetabüklad de los quo pueden existir
en nuestro país, i'ues cüte ea uu gra'i coasuedo, porque
reo aquí quo e.-,t3 manifissto es de los coü.servadores,
siendo, por lo tanto, muy fácil que podamoscutender-
uoa y quitar muchas nubéculas quo puedan existir,
para venir todos á ua punto, a ua objetivo. Y no por-
que diij-ayo esto quiero laortiücar en lo más mínimo al
Ijobierno, créanme sus señorías. Algunos de los señores
ministros quo tac conchan, son dignísimos de conti-
nuar eu sus puestL'S, pero después de aceptar la, políti-
ca conservadora liberal: entonóos serán dignisiinoay
podrán contmuiir Je lu propia manera en ese banco,
muy respetados por todos; pero en otro caso, en vez de
llamarse individuos del partido conservador liberal, se
llamaráa elementos confiorvadores liberales ó liberales-
Cotiüervadores del psirtido fusiouista. {SI Sr. Afoifatio:
Ka eso manifiesto debe haber algo da unidad católica).
Puedo, si gufata, leerlo su S' ¡"joria.
tíeñoras sonadores, voy á concluir; me cncvüni;ro
algo ííitigddo.
Oon ia rápid* peroración que habéis oído, bo po-
dida COix.jeguir ;nii ubj(,'to no lia sido otri.) llegará
treapuní.si Pricoero; h.icer respiaudcatrla ubneg^cioa
que eu la actualidad Ji& domo.strado el señor duque do
la Torre,xomo amautc que-¿3 de su patrí-a. [Hl señor
duque de la, l'orn: Pido la. palabra ) Segundo: Uo podi-
do couseguir también dar lugar á que se medita y ae
discurra acerca de una cosa que os la más príacipal de
cuantas iio podido indicar: el que c! ejército veugaá
ser, por c! respeto q^e obten;:,-:i .y iti('r<i/.','a ante las UÜ
ciones da t'biropn, rc^iL-jo do hi giaudu-zi do nuestra p.t-
tria. Y tafcí'.r.'.), Ii^vaotar la iosx <juc senti;,k .sobra mi pe-
cho y que me Itír.ía 0!i situación tan angustiosa.
Poro no lu'í j-iot-iré sin esLpresaros, apelando á la
conciencia d" t.i'los loa quo me escachan, sia exc^p-
oíon departid i ni de entidad política alguna, mi de
seo do que o..; \'.'.y.\hk mí pídisailo un v^to de grati-
tud y de amor para esta«Ileitia doña Isabel 11, que es
la única víctti^a que ha dejado la revolución do Se*
tiembre: sobre e'pa «eñora tan generosa, tan espléndi-
da; sobre esaseñora que era inviolable, irresponsable;
han caído manifestaciones ináa ó ménoa duras, ten-
gamos, pues, desde el fondo de !a conciencia, un voto
de gratitud para esa Reina que vive entre nosotros
llena de gozo y de ventara. Y para que compren-
dáis hasta dónde llega mi iraparcialidad, yo, que no he
.querido (iri';t;ir juramt'ato de'lideli'liid y "obediencia á
D. Amadeo f, Rey de Kspañr!, yo pido para él d-3sdc <:!
fonrlo de la cj i'-">rK.'v^, un votó de respelo por la con-
por otros prínpMJC:-; porque por el eoncr-pto que esc
jirineipe do SnliOi'». 1). Amadeo, tenía d'i que el Trono
qu» él ocupó lleno Av. coníliiEz!.!, no era para ó!, que no
le pertenecía, quo no le corrospondiíi, supo dejarle, .sin
consentir que por su can.«a se vertiese una gota de
Bíuigre, y se marchó silencioso, y silencioso continúíi,
sin quo pueda ser au nombre ni «u persona motivo de
deBunion en la patria española. (Aplauso,?.) He dicho.
LA EPOOA
''*^*'**'™*"**«™™'"''nTinr
DISOU RSO
VZ'., E13 LA TORRE.
F.l í-.erior duquo de ia TORIiE: Señores senadores,
mi primer deber en este momento, y lo cumplo con
gran complacencia, es dar la-i gracias más eucarccida.s
á mi amigo el aeñor pros dente del Consejo da MiuLs-
tros por su amabilidad y por su deferencia.
No sé por dónde empezar á contestar al señor mar-
qués da Novalichf-s. Ha^reusu oración, verdadoramen
te magnííicB, un espíritu de benevolencia y al mismo
tiempo do repaso de cosas hasta detalladas, quo no sé
qué pensar, aunque do 8u nobleza y de su hidalguía
•debo pensarlo mejor.
Yo me uno al señor mürquéa ds Novaliches en pe-
dir para tí. M, la lioiaa doña Isabel il cuanto sea nece-
aario para su grandeza, esplendor y dignidad .
Precisamenle está la Reina doña Isabel 11 tan alta
en la opiaion de los españoles, es tan respetada y tan
considerada, que yo creo sería vulgar hablar de ello.
(Bioa, bien.)
Señores, no ha sido uu acto da abnegación servir al
Rey lealrnente; ea que tango la convicción do quo don
Alíonso XII ea un gran Rey constitucional, que tiene
gran capacidad, que es hidalgo, nolile, caballero, y po-
drá contribuir á hacer la faücidad de E'^paña; y'ade-
más, mí deber es, 6 rebebirtue ó someterm", y verda-
deramente no me be som^Hido .'u esta ocasija, siao
que lo lio hecho leal mente, desjiu' peusaiK) y rne-
clitado, cumpliendo cou üii dob(-r ..muy b k00,, m , ,yy ssii 6ell
Rey üíguna vez m.:5 ntiresita, qiKi lo diid.). porque por
ostoy ya mny viejo y no me ijiilb; en condifiou ae po-
der s,-,rvir activíiaisatc al ilsy, in-; (íücoatmn-i i-lemprc
para consejero .-^uyo, por HI.ÍM que p-ira couS'íjcro tiene
muchas, muclu.-iimas pBr.-iociismáh iii Jueasy aiáa com-
petentes que yo.
No envainé la espada Je ¡a patvia que tenía eu mis
manoa cuando la proclamación del liey. por nirigaua
mira más qua por ol interés de la nación, que os pre-
cisamente el que me ha guiado cu todos ¡os «cto.-i do
mi vida sin etcopcion alguuii; he hecho lo quo he do-
biJo hacersegua miopiuion, cuando las circunstancias
me lo han aconsejado; y en cuanto á revolucicnes, ni
yo soy el primero que me he puesto al frente do las
tropas á combatir lo existente, ai ío han eidj mis p»,-
dros ni mis abuelos.
Eu España hemos tenido la djsgracia de hi\ll;\rnos
en perturbación constante: cuando di:»y uu cambio de
BÍtuaciou, regularmente viene por uu movimiento da
fuerza, y ^o, on último resultado, habré sido uao do
tantos que ha tenido ¡a desgracia de intervenir eu esos
cambios; de ninguna manera eso capitulo do culpas
se refiero á mí s''jto: se reñiire á la mayor parte de los
españolea que intervienen en estas campañas de la po-
lítica.
Pues qué, el señor marqués de NovalicUos, tan no-
ble, tan caballero, que tan bien conoce y obedeco la
Ordenanza y la disciplina, ¿uo ha tenido ocasión, me
parece quo en 18Í1 y 41) 'j ao quisiera ofenderle), no
ha tenido ocasión de totn-ar parto en aquellas contien-
das con la espada ceñida a l a cinturo,? Pues entóneos,
¿que extraño os quo loa quo tenemos la debilidad de
ser más líboraleí; quo los que sabemos quo la libertad
sálvalos imperios, los tronos, las dinastías; que los
que creamos que con la libercad bien entendida ae va á
todas partes, y con bi reücoiou y la tiranía se va siem-
pre al martirio y lanchus veces p.i cadalso... (h'uertes
rumores); qué ex.tr-,iño es que los qu.,) profesaniis con
la mayor fo y ten honrad?iiaií,:)t6 cumo puodin nacerlo
lo.i que más hoar.i teng«n, las id-jas liberales, liaya-
mos intervenido cu esos moviiuinotos de fuerza? Yo
declaro que aii ibvrjup7.11 es .^er lil;-;».!. V'o tuve un pe-
sar inmenso al hallnrins en ci.M-tas diílcuita-,lof^; yo
siento y entiendo el deber dfd koaor; que el honor bí-'U
enteadido iió esobedccín- ciojamente cuü.ndo Sfiestáeu
una esíora como la mía, cuando se tiene derecho ú iu-
tcrvoülr eu la poiítica; el honor bien entendido no es
de ninguna manera huiníliurse y prosternarse ante los
poderes públicos, cualquiera qu» sea la razón que ten-
ga uno para no hacerlo; ol hoaor estii ea cumplir los
compromisos y loa deberes que se contraigan (rumo-
ros), do tal msnera que puedo uno faltar en ciertos ca-
sos por un motivo, y puede eaalt-jcerse en otros cum-
pliendo la palabra empeñada como el honor exige,
aunque ciieste después lo quo quiera que sea. De ma-
nera fjue traer aquí cuestiones de honor, traer aquí
cuestionoa militares, en un país tan perturbado como
está el nuestro, no pro,CRde.
Yo deseo, como el sañor marqués do Novaliches,
que no se siga perturbando esta país; pero todos tena.
mos más ó menos parto ca las perturbacioaaa ocur-
ridas, y apelar al honor do la espada on unas circuns-
t;incias supremas, es uaa cosa que no so puedo aipiícar
do bi la maneni
mal que lo ha hecho ol señor marques uc .No-
valiebes.
Cuando yo en .'Vud-dhii'ía supo quo el señor marqués
de Novaliches era el designado por el Gobierno para ir
al íi'cato do las tropas (U; li g'uarnicion de Madrid, lo
sentí, lo sentí mucho, porqu'-i tivigo dal señor marqués
d'! Novaliches tal idc:>, que sabía do seguro no livioria
medio de evitar la bati ,yyo uaquftiía • u
derram:;r
gre, p.'irque era sangra; e>;pañoía. '{El seTicf marquM di I ha evitado esto en una gran ^.arte, y en la otra la actitud
,V.'íí:)/iV.'.í«s: Pido la piíbtbra.) Desdo quo tuvo cunoci I gcncro'ía, que me complazco en reconoc.;r, dclseñor
miento de q^ioíiu í^cfioi-ía halda Ac p(,ii0',-;o ni troato do \ duque de la Torre No ao necesita, pues, á ini juicio,
las tropas, rr.^il y vsrd;uiorfimentía me nvirtiücüba otía I dofpaes quo el a;.ñor marijuéa de Nova'icb.'.s3 ha lle.va-
idna, porque tení-i v\X .-•cguridad de h\\ valor y tul con- I do á cabj esta acto im.oort;; te y aun sbiemas de su
viccioa, quo Ijabicndiise dicho catre mi.? íropa.s que no I vida públic:;; no so ncsesita de8pu:;s que ol señor du-
habria battllla, repliqué: «¡No coaoceu Vds, al señor
marqués 'te N>)valiche«! Si lo co.nr,cif.ran y le trataran, j vouir cití'. debato, ha expue.-;ío aicrca da él lo que ha
BO convcncorian de que «o puede evitnrsola b¡¡talí:i,»y i tenido por conveniente, no se necesita para nada uisis-
e^ TUi^s, iiñadí: «si no tí'-no la desgracia de sor herido ti i tir en él. y uiéaois por quien, como yo, tan serios tamo-
dia i\\if. Jo fué, al diaaiífiiiente tenemos taiabiea com- I res ha teai:lo ih verlo provocado, y.tal sobrecügimien-
bate.*
Ks;t:i. os lii idía rju» y,..) tíng.» d'd eará-t-.N- dol sail?r I ülvi.ío qu.'j há pe ¡ido, que ha deseado aquí públicamcn-
marqués do .Novtilic.he.j. Oua-ído el a'cald:..-. d;'- un lugar j tf, el señor duque Jo la Torre, á ese olvido, cuand» mo-
Ctirca do Córdoba vino á decinue por'la noche del dii ' re,;aénte te traía d--.i loa liec'ics liistódcoa y do las per-
do la b'itiUu: «el íioñor marqués do N-ivaliches c-sti
muerto.» que fué lo quo me aaunciú, conteste: «;.¡Quó
lástima! ¡Pobre patria!» Y en aquellas circunstancias,
algo de aflicto y de consideración demostré á au ¥'-¡10-
ría. líubo esos sucesos; tuvimos la desgracia do salir
como salimos;,y consto que yo uunca tné ho vanaglo- I Ru asocie; pero con más que la mia uiaguuo so asocia-
riado do aquellos hocho.'^ nunca he tomado par», nada 1 rá iiet;uramente.
en cuenta nuestras disensiorin.s políticas: yo he creído
quo eran malas ntieesarios, á los cu-ales nos hemo.s aco- i
modado todos; pero no h..i/;o mérito por los triunfo.,! I yo ejemplo, diré muy poco acerca del motivo que me
obtenidos en las cuestiones polític>x.s, y no ho mirtido j hizo pedir la palabra'durante el diseur.so dol señwr mar
nunca con prevención al quo ha tenido enfrente y ha
sido mi advorsario. Cuando sucedieron esas cosas^ ha-
bía tal confusión en ol país, quo hay muchas porsontis
que hoy pertenecen real y verdaderamente al partido
conservador, como yo creo que deben ser los partidas
conservadortíd, no reaeciímarios, que estuvieron allí.
El mismo í-ir. Avala, qu* fué primer ministro de Ultra-
mar del Rey, habia escrito el papel de que tanto ao ha
ocupado el señor laarquóo de Noyaüehes; porque debo
decir que esto papel estaba escrito por ol Sr. Ayala.
Todo ei mundo sabe la (.qiiuion que el Sr. Ayala tenía
de buen escritor, y le encargamos ¡a redacción do esa
documento. Después he visto á otros muchos índivi-
daos eu el misuio onso; p.,ir.-iuc, señores, querer poner
na dtíilo ea la rueda de la íortuna. y querer quo bis
cosas c.'vi.vri como f.ut.-^s.y sifunpro if-'iial, o.j impoi-ihio.
fji 110 hubiera ¡Uíbid.j áoiabri;.-i qiie iiubieran peusado
y hubieraa iuohiuio por el triunf.> de sus ideas, pueda
Kf.ir que cstaviéruru )s v;úu tidorando el caballo de Calí-
gula. Ei, udeUnto ilo lo-i ti.;;i.ipo-i, 'os progresos, como
no sean progroaos, cieatílicos, no vieaoa amo por actos
de fuerza de la opinión pública.
No estoy preparado para pronunciar un discurso,
y además, nada me ha sorprendido tanto en este mun-
do como el at«que, ó benevolencia, ó bondad, ó refe-
rencia, ó relación, ó historia, que ha hecho el señor
m-jrqués de Novalichc-. Y^o he cst-i lom?I:t!(jdo,como
lo,lo el mundo, porqu* á todas nos ha movido á curio
s!(.lad, qué sería lo que iba á decir el »Bñ-..>r marqués
de Novaliches, y docbi.ro que en todo \.vx\r.n pensado, que no había bieu ni fiftuna posible para la patria sin
mócps^ en que ¡10 ocupase de mi persoas. D.j tal ma-
nera cómpreii'lia lo que pasaba, que creí i que su se-
ñori', te liabia inspirtido, como yo me hs inspirado
d',»sde ol día ea que tuv.« la desgracia de cr;i?:ar mi es-
pada con la suya, en un'olvidc) ab.>5olut.j de todo lo
acaecido, á fin de no volver á aéordarnos rtiía de lo
qu,i pudiera ser desagradable á la persona ilustro del
señor marqués de .Novaliches y á la mía. Su señoría
sabe que yo al principio tuvo varias ocasiones en quo
ma cupo el alto honor da ir á su casa; que detuve el
movimiento cuando venía sobre Madrid, para ir á Pin-
to á verle en el desgraciado estado en que se encontra-
ba, y que celebré cou él una entrevista en que su .se-
ñoría dio muestras do toda la hidalguía que le PÍ
propia. • e:i C3ü cs.íO habrííi fülssdiul evideute) quo su coudU'j-
Kn cfi-cto, (.:[ S'-il'ir M ,,rqa;"i !.i N «'.'fil' •'••• '-< a ' r,^-!. conducta habia «ido guiádií por miras contrarias á loa
IM-Í !• ;i e-„'i !,;r,'.,í (::':•'••• .í;i, u '•'•K.^.r •• ; ;; ,'•• r.^'x.\>. b.n- intere,';c8 de la patria, y que cu au conducta haoia algo
u,i.>,.í .-id.) iutiino.s aiaigi>.s: iicmo i eii •..-udo eu lii g:rir-
dia real el mismo dia, somos do la misma prorpocion,
]¡oro nunca hemos sido íntimos amigos; hemos sido,
sí, buenos compañeros y buouos amigos, pero no íntí-
rno.t, habiénilonoa guardado constHntemente las in>i-
yurcs consideracíjnes. Por eso creí quo su señoría s,;o
había propuesto, como yo, uo volver á mentar siquie-
ra tales sucesos sino para honrar á su señoría. Poro
e.sta ea la situación do laa cosas: ni tengo memoria, ni
he tomado un apunte, por lo que no puedo contestar do
ninguna manera en toaoa «ua detalles lo ()ue tía mani-
fesMidi) nquí en uso de su derecho el sfiílor marr¡u>B do
Novaliches. I.o que lu digo ea qus yo ho aceptado sin-
cera y leal y decididamente la monarquía do D. Alíon-
so, quo espero quo ha de contribuir eflcuzmect» á la
prosperidad de la patria, porqi»e croo que tiene l-a me-
jor voluntad y el mejor deseo pira hacer la felicidad de
ift nación escancia.
n£CTIFlCAC¡ON DEL SEUOH MARQUÉS DE NOVALICHES,
El señor marques de NOVAUOHErf: Dos pali.ibrss
nada más. Ha manifestado, aunque ao do una la'iaera
aeguríi, el señor duquo do la Torre, que yo habia e::tG-
dü al frente de algunas trop'^s ravoluoioaariris. Ken.!-
meuíe tione una parte da lazou; rovüluciomirios íaoron
todos los quo estaban ea aimaa en contra del Regente
del Reino, el dignísimo é ilustre señor goneral Espar-
tero. Pero ¿hay qué explicarlo? Yo m;.i encontraba en
Francia, me prciuntó en Barcelona; do Barcelona fui á
Valencia y en ^"alenc¡a, la Junta que ya estaba consti-
tuid,'), dispuso de mí como un soldado ile la patria,
como un soldado de la Reina, y rao dio el encargo de
Organizar nna división.
Efectivamente estuve al frente ik-i esa divii-iiou, pero
sujeto á la obediencia de! Gobierno provuioa.ü de que
ertí dignísimo jircsid^ute i'l señor duque A<: la Tarre.
No tcBííO más que d'"':,-.
yo
DBCUBRO
Diír. fcu::sjR T'ru;si(>!:N'r,í; \yy.. f;oNsr..i;) lu.: MI.--Í;.«IU;O.S.
El señor pi-ísidoate M\ OONSEJÜ DE MÍNlSTliÜS
(Cánovas del Cii.stülo,: Ns.die íspcr:-. á", seguro, seü.)reá
senadores, quo el Gobiorao gu'irde BÍlencio eu e.'.le
momeuto del debatí', y i-ia embiirjío, bien miradas i.-.s
cossK, poco, poqaí^íi'no, e.s lo que Dnjo su punto de
vista da Ministoriü respo-is J.'ifi ito ü. M, el H.ey, oní'dví
decir. Si mucho tuvior.i que decir, confifso quij difícil-
mente, en la lai \a larg:i carrera parlumcntaria, mo
hubiera eno-jaírado c.'n t.-u.it'is Kmbn'nz.rjs y con t.iutaa
dificultades, porque nad'i ¡luJiera ser más penoso para
mí que haber de dirigir una SÍJU palabrii', siquiera
fuese en sentido político, ea di fousii de lai.j ¡:;r.)pi.ia as-
piraciones y en cumjiiimicnto estricto de miri liebf.rtig,
que pudif se ir di:it;ída contra mi antiguo amigo el s-^;-
ñor marqués do Novaliches, á quien no he dejado de
proíccar un instante solo, y profoso, c;l más profundo
respecto.
Pb'ro verdaderamente, las indicaciones quo c. sraur
marqués de NovaUchua ha hecho, qua pueden rtíi-nrí^e
al íiubioruo do B. Mf, aunque siempre graves, porque
nada quo no lo sea puedo sulir do Ifibios tün autori/.ii-
düs, no noc 'Sitan que entro su señorí.'^ y yo .SÍ empeño
en este instante uu verdadero debate.
Por eso, señores, lo primero y ^ua lo m.ís qufí t'mgo
que hacer, es congratularaia cb^l sengo y do ia termi-
nación que ha tañido ol debate especial promovido por
el señor marqués do Novaliches, dentro dol debate ge-
neral, y al que ha acudido, como uo podía -méios do
acudir, el señor duque da la Torre. Ei-a un í<-aó:Utino
que acaso no podia darse más quo oa la podtic-A espa-
ñola, el quo, hombres qua habían t-'nido la participa-
clon quo estos dos generules ilustres tuvieron ea uno
de los sucesos más notables de nuestra instoria, pudlo-
raa enoontrarfic tanto tiempo a i'ii, sin que entre eii'js
se hubiera cruzado uua «ola p-^latiift.
Era tambieu uu ea.?ci ruru, rürí.iiaiO, que el sefior
marqués do N.-vali has hs, explica,.lo esta turde l*tn-
mentc, que después qus dejó do sonar el cañou de Al-
colci, lit voz dei señor marqués du Nov<iiiciios, qut> lo
dirigió en defensa d'i l'i Hoiaa Icgílirua, no hubiera
vuelto á son.'ír en el asno de la patria. Al fin lo que ha-
bía de succilor ha sucedido; uu -ha ú otro este deb.ite
o-~pec!al habia de husciliu-'O; y cao di.a., que sogun (1
señor m-Hrqués lie N^ivaliciies ha t;;nid,j la boD'lT.d do
decirnos, debió haber sido hnco unos cuactos !ue,í-.v",
cuando ¡os hombrea que autiiulineate ocupan el poder
no. io ocupaban; ese dia es el de hoy, eio dia ha Uegailo.
.\c«ptéaiosle, puea, cuindo y corno ha vcuído.
Verdaderamente, ¿por qué ho de negur yo, después
do haberme apresurado á felicit.ir en nombro del Ssaa-
do, en nombra do ia patria, on nombre sobre todo, de
los altos intereses de S. M. el Rov; por qoe he de negar
yo, después de estas declarr-ciouos que ya tenemos h;-
cUas quo durante algunos momentonó mnobo.-* mome;i
tos, ha participado díl aobrecogímiento, qui-íá general,
en el áeuado, de que laa cucstionea importantes, impor-
tantísimas, pero todavía candentes, quo el aeñor mar-
qués de Novaliches hasuscita.^o aquí hubieran solí-
viantüdo nuestros ánimos y íevautado tempeatados quo
únicamente padieran aprovs-shar á loa enemigos de la
patria y del Rey? ¿Por qué he do negar q i e en muchos
momeritos he tenido yu cítc temor, este recelo, de que
supougo han partícipiido máa ó móuoa los señores so-
nadoret? P.iro estos temores afortunaduaií.ute no se
han reiilizado.
La palabra prudente, prudentísima, putriótíja eu
eau todos lo3ia.staat.:3, d-;;i señor ¡aarquéa de Novaliches,
que déla Torre, sobre qui-i-n un dia ú otro habia de
j to ha abri,;ado inió^itraa e! d'jbate so de.-^arroUab-i. .\l
sonas quo ea ellua tomaron purte, nadie como yo ea
nombre del Gübierj.o, naliecomo yo cu la representa-
ción quo tengo en catoa momentos de los iQtcrc3>.s del
Rey y de la patria, nadie como yo puedo asociaraa cou
tautásiacariJad. Quizájcon tant* siucaridad haya quien
(,)lvidéníor.os, pues, de todo eso, si üorc:-;, y para dar
q les Je Novaliches. No íué su señoría ciertameato
quien provocó ejitc moviiuieoto de mí ^ersoa;;; el señor
marqués de Novalichea había caUlicado du triste id
jornada da Alcolea, poco más <5 menos on los mismos
tárhiínos on que con la generosidad de que antea he
hecho mención, la ha caliíicado el sanor duquo de ia
Torre. Porque, ¿cómo no han do ser tristes esos suce-
R03 en que por una y otra parto so consume el valor de
los españoles, en quo por una y otra parto se deiTüEa
la sangre de loa ciudadanus españolas, en quo sea como
quiera', ee ventilan problemas tan pavorosos, que juié-
den traer tras de sí, con más ó menos volunta J do aua
autores, las conatcuunoiBS que aquella revolución ha
causado de una manera innegable? (Z?¿ St. Rweya y Vaz-
quc'z: Pido la pulabra para atusíüntia) Nosutros pode-
mos, cou ijfactu, dessaV y pedir, animados de idénticos
sentí míe .I tos que el señor duquo do ia Tone (sentí-
nüeutüs altimeate honrosos para todos), el olvido da
aquel sc^nlecimíento; todos lo deseamos, y bien clar«»
.lo ucabo yo de exponer.
liubo en aquel acoatc.viíai.íuto partí3Í¡)r.cioap.-i do
divoraa iadolü. aun dentro del partido coaüorva'lor,
puea aqr.í ae ha cítalo esta tardo ia mefaoria do uoaa
cenizas iluatres; quo coa sólo oírlas nombrar háse con-
movido hondísimümtute mi corazón; aquella persona
ciertamente gloriosa por sus títulos.ütcrarios ea la pa-
tria española; aquelln f..' raonr,, ino.h-lo du probidad
particular y po!ílic;s y J-.! .-ii'atiiai,';¡;:ii3 a'..bl('s y eleva-
dos; aquella p'i-aoua Í'i5 Jo la:; .¡ao rccou -ideron mu-
cho antea dé U ,pro ;!a:aácíoa dol Rsy D. A fonso Xtl,
esta proclamasiüo; aquella peraoua fué d« las que des-
interesada y le,!;lin.;ujc se unieron á loa qu j dji-fendifin
la reatauraoiod;aqudta persona fué de iiisqaeeatu-
vierou siempre pretitis á hacer los mayorv's snerífícios
por la prodamacjoa del Roy; aquella persona, pues,
vino á este banco coa un derecho íncucatioaabto, con
el derecho que le daba el haber abrazado la causa de
la legfti.midad monárquica, no el día del triunfo, ni el
día do la gloria, üino en aquel tiempa ea quo solamen-
te habia trabajos y luchas. En este aiiamo ciao so ea-
cneatrau otras personas quo pertenecen al partido
conoorv.ador. ¿Quie.-e cato decir que aquellas ó estas
[.•eraouas! ¡i,»y:.m coafí:"-iai,io en tiempo alguno, ni cou-
fie.-ea ahor^!.. fá hayan podido siquiera eotifeaar (quo
11, habii.1 sido guiada ^-or móviles personaicH, que su
de que debieran avergonzarse? No: jaraáa han declara-
do cato, jamás lo declaran; y no lo duclaraa ni lo han
declarado, entre otras cosaa, porque no es cierto. Poro
al mismo tiempo, ¿recuerda cualquier pers.ina que
haya manifestado empeño do teníiar ca e.-íté debate,
recuerda ulgana persona que el hombre ilustre de ou-
}a3 cenizas se ha hnb'ado aquí esta tarde, ó que algu-
no de los individuos del partido conservador (jue más
ó ménoa tomaron parte en la revolución do Setiembre,
despuBi que reconocieron qae esa revolución había
niú!, ifd --iucoso fatal para la patria, y porque lo había
sido era preciso restablecer la Uíj^itiaiidad monárquica
en toda su purez-t; despuas de eso, hayan declarado
aquí, hayan admitido, ni puedan admitir, por un ins-
tante siquiera, qae Rqucl suceso íué un suceso glorio-
so? No. (Jucdo el honor de los individuos aparte; que-
de aparte la buena fe con quo todo ei inundo obró en
aquellas circuaatancias. Pues qué. ¿desde cuándo ucn.
sobre lodo en grandes crisis históncas, los hüir.bíefl
scicrtan con les mejores y más legítimas soluciones?
Quede rl ÍK^nnr di- todas ccmpletamentc indeinno á la
crilien d^ In historia.
Yo no trato aquí (¡cómo ho da tratar después d'.i bi
que he dicho!, de provocir ni explicaciones, ni mu;"ho
méiv./s üebatcf, p^ro fo digo, quo si los h'imbres VÍ¡JQ
ros&mtíiitii iDonáiquicos, que ai los hombres do órdec.
aunque libsralfes, qus encabezaron aquel movímíccío,
que ti lóB hijiabrca quo habiau prestado los aii^jctci'
.serviciosá la mounrquíB, se pusíeroM al fronte do aquel
movimiento, fué con otras miras muy diferentes, íiiú
por causas muy diversas, fué con espcranzsa muy con-
trariaa ol resultado que dio de sí al fin y al cabo, la re-
volución de Setiembre. ¿Dónde estaban, entre los mo;
nárquicoa más á ménoa equivocados ¡equivocados á mi
juicio^, pero al fia, inonárquico», que empujsron loa
batallones que combatieron del lado de allá de! pueate
de Alcolcp, contra el bravo mtirqué-. de Novaliches,
dónde estaban, d ¡fO, entre nquéll'./)», ni Imbian cf-lad')
nunca, ni la ^^m!Í!a deraocrátic.T, ni mucho ménra e!
principio republicino ron qrie para tristeza de la íifltria
se coronó si íla y ni oabo equfila obra?
1,0 que hubo'entóncps, eu vano so negará nf>te bjclio
patente (le h: hivtOiitt. I j i j i i i ' ai] 1.0 ectóncep, no fué u."a
revoiiK-io,': df!a.:cráíi .a, no, Reiiore.i; lo qUe triui.íó «lü,
no fué nada quo gn purccicra » Ii deraocrrc.i-;; no triiui -
fó siquier.M el pueblo, que poca, in.signitií'snto psirte
tomó en ai.|U(.ilo8 acontecimicntof: lo que t'iünicí allí
fué Ifl riivi.sioa dtd {ivirl'do iv^'márriuieo, quo mocár.iiii-
coa eran los que J'JI una y otra parte pelearen en Aleo-
lea. :Muy bitn. muy bien. .Muestras de aprobación.)
pVicdo isentir.'^e, puede d'iploiarse en eirte y en el
otro sfiítido lo que iilii Mcont. ció; puc.le condenarse
bajo el punto de -.'iída do \c.?, prin.dpioa miütiirc.?. Como
lo ha condftindo c;'\:\ terd:' el seilor marqués do Novs-
lichcs: puede (xr.liwr-'í :;)or e! sfutido general que
trist.íwci.it.ti í-.l-iinza nviestra historia en loa últimos
»ños)loqu3 allí iicontrcierii; todo esto puede hacerse
bajo piíntc.-i do vista diferentes:,lo único que DO cab(5
negare.", quede uua y otra parte dei puente de xVloo-
lea, peleaban monárquicos, y monárquícosconv.encidos
y sinceros.
¿l'ur qué peleaban monárquicos? ¡.Ah! eso es lo que
htiy que uciar por completo á la apreciación y al juicio
definitivo de la historia. Si el hecho es evidente, como
lo es; si el hecho es, como lo es, indestructible, ¿qué fal-
ta liaccn, por de pronto, laa caueos, cuando ^or otra
parto todo el mundo laa conoce, y en último término,
Ins causas de los grandes aconteciraíentoa no Iss jczgan
bien ¡Oíi coutemporáneoB, sino que es preciso para quo
Ecsn bien juzgada?, quo se defieran al tribunal inape-
lable y eterno de la historia?
No podía, pues, el Gobierno, pasar en fiücncio la
manifestación á que me he referido; y si he tratado do
ella con alguna extensión, ha sido porque el tratarla
me ha permitido establecer loa hechos f undamentivle»
de que fian de arroncar ya las pocas cdUsiJeracionea
que tengo que hacer acerca del discurso del ilustro
señor marques de Novaliches.
Parece que al aeñor marqués de Novaliches le e x -
trviiiiiba algo que el actunl Gobierno hubiera puerto ea
labios da S. M. en el discurso de la Corona, la fnisn de
que hsbia venido á mano--; del Rey el cetro de sus ma-
y.'ires, rscordando quo una f.aee semejante se decía en
él di.-:..:i;r&o que puso también en labios de S. M. el Mí-
E{.-."tcrio que presidió el señor Posada Herrera. Supcogo
que su s-.-ñoría, aunque hizo ligeramente cata observa- .
cien, ha caído bien en H cuenta, como no podía me-
nos, do la dif-jrencia eaencialísima que hay entre esta
fiase aísla-ia, tal y como e s t í en el diacuao actual, r e -
proseataudo, que no puede representar otra cota, la
moaarijuíá legítima y hereditaria, y el sentido más ó
méuos anfibológico que pudiera tener ó se le atribula,
cuando ecta frano cataba precedida de la siguiente:
(ipor la voluntad del pueblo. » Oon esta frase previa y
aiu elia, se trata de dos cosas distintas, absolutamente
distiatna. Nunca, en ningún tiempo, ni aun en loa de
la monarquía absoluta, so ha acostumbrado á decir
otra cosa de loa Reyea; sino que recibían el trono ó
que lo heredaban de sus mayores, y la frase (créame su
señoría) es tan rigurosamente monárquica, y tan mo-
nárquica de los qua creiin en la legitimidad d(l príbef-
pio monárquico y hereditario, que no puede serlo máe.
Precisamente (y si se preaenta alguna otra ocasión.
en quo demostrarlo, tendré cuando menos mucho gus-
to ea tratar esta cuestión), precisamente este Gobier-
no .-«oatiene el principio de que mientras máa libertades.
exigen loa tiempos, niieatias más libertades parla-
maatarias, y sobre todo monárquico-representativaa
hny que darle á un país, máa firme tiene que ser el Ci-
raieato del Poder ejecutivo, del Poder moderador dei
la monarquía, baae y fundamento de todo siateina par-
lamentario.
Yo afirmo (y ya he dicho áates quulo diseutirócoti
quien quiera con"sumo gusto), yo afirmo que jamás
desde el año 18:13 hast,a ahora ao ha afirmado el derc-
ch ) iaiuaneule, naturs.!, propio, ao recibido de nadio,
ae la Monarquía española, c a n o lo ha hecho conatante-
iroate en todas BUS ruanifeatacionea el Gobierno que
actualmcnt.» se eicata on este banco. Desde que S. M.
el Rey pisó la froutura; desde que S. M. el Rey
abrió laa primeras Cortea, el Gíbiemo actual, inter-
pretando la frase del manifiesto del antiguo partido
conservador á que el señor marqués de Novaliches hft
aludido, relativa á quo habia quo hacer en los princi-
pios cun.'3ervad,.re8 laa raodiücacionea quo exigieran
los tiempos, por lo mismo que el nuevo partido conser-
vador representado en ístos bancos estimaba y creía
quo eia preciso hacer grandí.-iímas coucc.^ioues á esa»
necesidades do los tiempos, por eso ha sostenido mea
firmemente que imnca lo ha sido por partido liberal al-
guno, el fuBdamentodel principio monárquico, porqao
estaba dispuesto á ir lejos, como ha ido, en el camino
de liis libertades públicRP.
Pero á este propósito, se mo preguntaba, j ya que
estoy de pié me parece lo máa natural y hasta cortés,
contrastar á la pregunta que mo ha dirigido el señor
marqués de Novalichea: ¿qué quiere decir partido libe'
ral-conservador'!
Puea bien; au señoría se ha dads á sí mismo parte
de la respuesta, porque ha dicho, con razón, que todos
k a partidos parlamentarios son liberales, y siendo li-
berales los partidos monárquicos constitucioQaks, la
palabra parecía redundante. Esto sería exacto sí 1<^ pa-
labra conservador se aplicara únicamente en los gobier-
nos constítucionalea y verdaderamente parlamentarioí;
poro no es asi, pues no hay nadie que quite el derecho
de ostentar el título de conservadores a ciertas perso-
nas que defienden opiniones tradicionales y antigua»
y que no son parlamentarias. Por eso, pues, paréceme
sumamente propia la expresión de liberales constírva-
doro.*, qae quiere decir que soa conservadores catre
los liberales, como hay aun eu Iss repúblicas y entre
loa republicanos, rcfmblicanoa conservadores, y en
todo régimou político hay coi^servaderes, porque la pa-
labra máa bien ea una contraposíeiou al espíritu dema-
hi.ido exagorado de progresos ó reformas, que no una
palabra que tenga un»entido estricto y pueda eifiplear-
ee en uua concreta deliaicion política. Por la mismo,
puea, que hay conservadores dentro de laa diversa»
formas de gobierno, y á fin de qae se sepa que nos-
otros somos conservadores dentro de la monarquía l i -
beral, es por lo que hemos creído deber llamarnos libe-
rales-conservadores, añadiendo que ni siquiera hemos
inventado el nombro. En efecto, es muy difícil i n v e n -
tar nombres en Isa cosaa políticas; tan difícil, que hay
una cosa tríate para nosotros, la palabra^rOTiiiíioíamM»-
ío, que inventada por los híspano americanos, se tras»
lado desgraciadamente á España, y todavía por ahí,
cuando hay algún motín ó rebelión de cierta natura-
leza, loa extranjeros le suelen llamar pronunciamiento,
y lo mismo acontece con otras palabras de esta índole.
Las palabras ae suelen trasmitir do unas naciones á
otraa, hasta ol punto do que esa misn;ia frase política do
unión liberal á que el señor mar jnés de Novaliches ha
aludido aquí esta tarde, durante algún tiempo did nom •
bre á cierta agrupación política de Francia, Estas fra-
ses y palabras políticas se suelen trasmitir de unas ná»
ciones á otras, y este mismo título de liberal-conserva-
dor es el que lleva aún el partido conservador inglés,
después cíe laa modificaciones á que le han obligado
loa tierapos. Pero en fin, en esto de nombres, aunque
mo ha parecido bien dar estaa explica o iones al aejior'
marqués de Novalichv.s, sabe Í^U suioría que no debo-
moa fijarnos mucho. ^^ • tenj., ::arR c in d-cir á su seño-
ría, puesto quo lo sabop.i/ciitnueut., lo aiiamo que t o -
doa loa señores senadores, riuéTidícnlo origen han te-
nido loa nombres Whiga y Torys con que se han h o n -
rado durante siglos loa grandes partidos ingleses.
Quede, pues, dada esta explicación tal como el Go-
bierno debía darla, sia que yo por mi parte presta mu-
cha importancia al hecho de quo haya personas, a«»"
que sean de la importancia dol señor marqués de No-
valiches, que encuentren poco aceptable el mtulo de
partido liberal-conservador. Lo que creo es* ^'ne en nna
monarquía $ Estado poUtioo en qaeabs^luume&tepre-

dominen ías principios couwí.rtad.-jícs, donde io m¿s
sea lo conservarfor y lo raánoí? lo liberal, podrá prcfo-
rii'fce el título de partido cunsertador-liberal; pero en UTit
munarquíft como Ja uuístra, doade lo que prciiomina
haata nhora, para bien ó para mal del país, esto ssr>i
Bfgun latí diversas opinioces, dondd lo más importaa-
t(j c« !o liberal y lo meaos lo consorvador, nataraliufu-
te el título do liberal-cunnervador es el más á propüíi-
to, el más propio de UB partido qaa YÍVO deutro de la
realidad y de la práctica, y que no ca puram«:cto una
tücuela liloEÓflctt.
Pero el señor marqués de Novaiiciíea ha hecho una
dcü'.arscion deinatiiado importaote y patriótica, bca
cuslquiera el sentido intimo que le dé abura ó quiera
darle en lo suetsivo, para qu'í j o no la recoja con '¿na-
to en este momento.
Lela el señor ruarquéa de NOÍIIÍÓÜCS el mBiiiíiosto
del antiguo partido conservador, y decía, «uas batc.=>
do osle partido son: la propiedad, la íamilia, la Monar-
í|i;ía hcriditarii y les ¡intiguos principlofi consiervadn-
i«a coa las inoditicaciones quo exijan los tiemp«./S.> No
rué ¡rtrcee qao dccia m.ís; pero aunque no Jo dijera...
(Eli ÁV. Mnyatto pronuncia al¡/v.nas palabras que no se cyen.)
S e h a apre'snrado a decirlo el 'Át. Moyano, coo gusto
mío, pero no me ha permitido concluir ¡a /rase. (Hl se-
ñor Mvijano: Perdone S. B.) No ten{?o que perdonarle:
al contrario, ee !o By,nAf7xo. Pero cuando el Sr Moya-
no preguntó si no se hablaba i't'O de unidad católica,
volvíame yo btoia mis compañeros y Jo^i deoin; si no
»>stá expresa, evidoEtcnieiite, o tú aílí de una m.nnera
Tácita é iotorma esa utiidüd católica todo el maTiilieat;).
Ya ve el Sr. MOVÍ-UO que no triitubív dü cuntra:ifcir la
aürmaciou de ri. tí.
Pupfi bien; fi..('ri! ¡h' f fto que ' '• p!vr'i¡!i;i (•&u;(:-rvt..dc!r
hs encontrado abülído y ¡JUIÍ tío lia erfid-.» conveniente
(i. les intereses públicos cstaltloiier; que ha sido causa
de que en el momento de deíiairse esta cuestión cons-
tituyente hubiera diferencias importante.» en el suno
del mi.smo partido conservador; poro que concluida la
cuestión constituyente, y estando en k Oonistitucion
del Estado el principio que hoy existe, tal como c.hti.
redactado, es el lemu del partido liborol todo entero,
sin excepción alj^una; fuera de esto, porque entro otriis
cosas es en este instante contrario á la (Jooatituciuü
del Estado, en todo lo demás ese manifleEto eníierra
los doctrinas del actual partido liberal-conaorvador:
propiedad, familia, monarquía hereditaria con toda la
extensión del principio^ y aplicRCion do las doctrinas
ronscrvadorfiR en la medida y de la manera que coa-
eientan los tiempos.
Ya se yo que sobre esto, sobre lo que los tiempos,
conaieatan no puede haber unanimidad do pareceres,
y de aquí que puede haber todavía conisorvadoree, ccn
gran dolor mió, que no están de acuerdo con la jioliti-
ca del actual Ministerio; pero coustd que diáeniimos
por eso spl(j;;,di)íflptimos sobre.el modo de eníendor lo
que actualmcnt¿>Bxíj|ej[i;en Itaplicucion de loe pripci-
pios csnaecvadoieB,.; 1»« necesidades jndeclinubleá de
noetitros tiempos. De buena fe so puede creer que no
extgcn lo que cosctrcs hacemos; de buena fe, con una
fe sincei-ísims, con un amor á la monarquía heredita-
ria y á las instituciones monárquico-representativas
como pueda tener el que más, podemos nosotros en-
tenderlo de otra manera. Ahora bien; como el siñur
inaíqués de Novaliohes, y esta es su declaración, ha
tenido el patriotismo de decir esta tarde que cualquier
partido quo tenga escritos en su bandera esos objetos,
puede coatar con su señoría como humilde soldado (es
lo que su señoría ha dicbo, porque todo el mundo fiaIJIÍ
que Buteñotía no puede ser soldado sino muchi.simo
más en todas partes); pero eii íln, como su señoría l)i/.o
esa declaración, no he podido guardar silencio sobro
este punto especial.
^ Si no existieran otras diferencias, un poco antes ó
un poco después el partido literal conservador podría
tener el placer y aun la gloria, de que no ha disfrutado
l a s t a ahora un instante iólo desde la restauración por
Je,s, causas que su eeñorfa ha expuesto, de contar el
nombre ilustre de su señoría entre los quo le,forman;
pero para eso será preciso, y no digo yo que lo sea por
miestra parte, aino por su señoría, (jue empiece á ex'a
minar en su conciencia si lo que nosotros cedemos y
hemos cedido es adecuado á las exigencias j Ifts nece-
sidades de los tiempos, ó uo lo os y nos hemos excedi-
do en algo.
Había dicho que esta era la única cuestión posible
entre el partido liberal-conservador y los conservado-
res, importantísimos, pero muy esca.sos en número,
qae todavía no han venido á su seno; y eeo que dije en
tesis genera!, eso aplico en respuesta á la declaración
importantísima del ilustre señor marqués de Novali-
ches.
JN'O quiero, señores,' después de esto, molestar por
más'tiempo al Senado. Comencé diciendo que, en me-
dio de las inquietudes que hubiera podido proporcio-
nar á la Cámara la índole del debato, era un gran mo-
tivo de satisfacción para todos, la manera noble y cor-
tés coa c(ue éste se había desenvuelto, {gracias á la
moderación de los dos ilustres capitanes generales quo
lo habían sostenido.. Empecé congratuiándcme de ello
con toda sinceridad; ahora permitidme que me feli-
cita da otra cosa en el fondo muchísimo más impor-
tante.
No es poca satisfecciou para el mluislro que en tslo
instante tiene Khonra de dirigiros la palabra, y á quien
le tocó, no ciertamente porque, usando de una frase
hasta cierto punto vulgar, lero gráfica, se echara ha-
cia ndelanj^ para que se fijaran en el, sino bien contra
su voluntad y sus deseos, la misión dificilísima de di-
rigir la restauración de la monarquía española desde
el instante en que se pensó que había llegado el mo-
mento do emprenderla de una manera eficaz y deter-
minada, porque había snflcientes elementos en la opi-
nión para íjllo, y que ademSs mereció la confianzn de
S. M. e! Rey para dirigirla y organiz.oTla después; no e?,
digo, poca satisfacción para el ministro quo en este
instante os dirige la palabra, el que loa resultadus pr.-
teates con que esta organización se ha reali/.ado, en
parte por su iniciativa y después por el concurso de to-
dos los partidos que so han sucedida en el podor, y lo
reconozco con mucho gusto, sean los que en esta tarde
hemos aquí pertenciado y el que empezamos á presen-
ciar en la tarde de ayer.
Pero en resumen, y para no emplear muchas pala-
bras, este resultado es, que ninguna imonarquta res-
taurada, que ninguna monarquía nueva, aun aquellas
que levantadas & impulsos de grandes entusiasmos y
de grandes éxitos nacionales continúan fijando la aten-
ción de toí'1 el mijndo, han tenido menos adversarios
que tiene * l a hora presente la naoniirquía española, y
que el tr( I) de D. Alfonso XII cuenta en este instan-
te, por la • I j,rBcion leal de todas las mayores fuerzas
políticas d ais, de lodas sus eminencias políticas y
militares, i '.nta fuerza como el trono de sus m a -
yores h a y ido contar jamás en toda su larga y
gloriosa his.ona. (Bien, muy bien; aplausos.)
BCOS DEL DÍA..
Poca,3 vece-s en el Parlamento, y .sobre todo
desde U restauración del Trono legítimo, se
habían disputido la.s cau.sas fundamentales del
movimiento de Setiembre. Y nunca, por lo méuos
nosotros no lo recordamos, se ha; ia he<;ho un
juicí* sintético más acabado y más profundo, que
el que ayer formuló el Sr. Cánovas.
La pasión política ha buscado el origen de
aquella inmensa catástrofe, en el predominio de la
democracia sobre las fuerzas de la monarquía; el
odio de los partidos habia arrancado el éxito á los
vicios de un sistema que hicieron insostenibles
desafueros de gobernantes impreví-sores y debili-
dades de otros elementos.
El Sr. Cánovas reveló ayer, con altísimo jui-
cio, la verdadera causa de aquella revolución: en
el puente de Alcolea se encontraron frente á fren-
te dos partidos monárquicos, divididos en todo,
en ideas y en procedimientos: no triunfó allí la
deftioóíacia, ni murió allí la monarquía: trlunfa-
rdn las disensiones, de la gran familia lilseral: v
los que creían que hubiera errores, contra esos
errores quisieron protestar.
Pero esto que ayer dijo el Sr. Cánovas, y que
prodiijo en el Senado un rumor de aprobación
nnáníme, parece que no e.í nuevo, porque seg'un
ojnios al Sr. D. Venancio (lonzaleíi, ya él lo habla
expuesto en otras ocasiones, sin que obtiívie-e el
éxito que ayer alcanzó nuestro ilustre ainigro.
Si fuera así, que nosotros lo igacramos, ¿quer-
rá £a Iberia, décimo^, dónde y en qué ocasión
tuvo la fortuna de formular ese juicio el Sr. í). Ve-
nancio González?
1 ^0».. ' -
Toda la prensa, sin distiacionde matices, con-
sagfra atención preferente á los debates de la
alta Cámara.
'• El aato del señor marqués de Novaliches, que
todavía no tiene explicación lóg^Ica para la mayo-
ría de Í03 pcriúJicaa, h i -oíd-..; pa* esto itisma,
juzgado fon los criterics mivs opiie.ytos •
Para Fl Correo, que no ha pndiíJo rerc¿- :.;• UÜ
rayo de luz en íiqtK'I lahcrinío d e frati:; SUÍIUÍ.Í,
'Pl desencanto ha si:lo grande; pero no encuentra
ju.ítiflcada3 las cavilaeionea que en vario.'? políti-
cos produjo.v A)'Lí¿>e7''Z'híi vÍ6Ío en ari|iiena.sea-
tida oración, vpalpitauiouea, aunque vaya.s, de
hondo interés y de inuoho alcance, desea-á confu-
samente dibujados de alg-o que sólo en el ¡jorve-
nir podrian parecer posibles.» ff¿ Pro^re.io no da
importancia á la.'j insinuacione.s del «etior marqur.'í
de .\ov8liche.í!, <fComo cuestión dinástica.^ Y É'Í"
GM>o, croe que la intención del ilustre soldado
' n o está sn lo dicho, .sino que tip e.seondc j apó-
ija.'S -,c atisba cu el peiisanncr)tn ijii" quedn cerra-
dodetrá.s de la palabra.-*
-Nuestros lectores Ibrniaráu juicio por .sí mis-
raos de lo que el noble .soldado de Alcolea ha dicho
á dejado de decir. Porque, es, en verdail, tan ex-
pue.sto, querer adivinar su pr'opó.«ito, que, ni aco-
g-emos la opinión de lo.s diario.s liljorales, ni cree-
mo.s que debemos aventurar otra que la que ra-
cionalmente .se deriva de lo que á la fax del pafi
expuso el freneral Pavía.
Kn una eo^a e.'^tán confornicí! todoí nuesíros
coleg:íi.-5, mt'íHc,^ Lfí Ihe.na, e«o por .euliidode cidla;
en que el bizarrí.» general no!io-:tilizu poco ni mu-
cho al Gabineti'; lu (hifi>í f-m naihi su poUtici:
pero La Iberia ha visto má.s: quí» lev.-uit/' una nue-
va liandera coi'íjr^-.Tuora en ¡Vente de a que üos-
tiene el Sr. Cánovas.
Esta.3 vAí'-'Añ .S()lo La !í/sri'i !ÍI> ud\'¡?r V tiene
el valor de decirlas.
i.o.í p'jr:i'.,Uf:i:,M '.'y Barcelona lici-ailois hoy, publicíin
algUDOfi detnlles relativos á las expíosiones ocuri-idaa
el ju,^vea en la Unmlda.
Pr<5ximam.?nto H ¡as die/. de la mañnna. un jóvcu
imberbe, que tendrin, unos diei y oeho años, que pasa-
ba por la acera do la Rambla do iíaut-i Mónica notó
que a la entrada do la puerta del alinRCim do !a CnBa
núm. 12, que ocupan los Sros. Más hermano."?, íubri-
carit.es, haf.'ia en el •iuo'.o un pnñiuilo queenví.lvia algún
objeto. 1)9 esta especie de paoucte salia huiao, y eoino
la puerta del iilmaceu estaba ubiertn, <!i'') avi.so á las
persones que vid en el iotarior del almacén de lo quo
acabaiia de nof,j>r. So di.sponian los rnoxos á saür para
ver lo que acababa de advertírsele.s. cuando el joven
iridieado. adelantándoseles, .se sgüchó pura tomar el
pañuelo entre sus manos, y Bpáüa.s lo hubo realizado
cuando so oyó uu estallido horroroso que llenó de e.í-
nnnto á todo el vecindario. Aquel pobre jóvco quedó
iiorrililernente destrozado, y á di.stancia do más de .")<)
metros se encontraron pedazos de carne. Su cuerpo,
hecho pedazos, voló por los airee; sólo so distingo ian
la cabeza y un muslo.
Por lo que se vio después, loque había explotado
en aquel intanto fué una especie de granada de hierro
que se calcula habría sido llenada de pólvora Los cas-
cos quo se encontraron indicaban quo debió construir-
se w/iro/Vío, aprovechando algún envase ó recipiente
do hierro fundido, al cual Í?O había acomodado una bo-
ca que se sujetaba por medio do una ro.soa, y en olla
debió colocarle la mecha qua humeaba en el momento
en que el infeliz joven advirtió ia jjresoncia en aqool
sitio de acuel bulto quo debía causar su muerto da una
manera tan desa.gtrosa.
Poralgjnos trozos do plomo que también se eneon-
trar*n, se sosj, 'e los autores de e.ste atentado
criminal dcbic!..,. servirse del plomo dsrretido para
llenar algunos huecos que quedarían entro el envase y
la pieza de hierro que le añadieron para formar una
boca suficientemente estrecha para dar paso á ' l a oa-
poleta.
Según otra versión, el sujeto víctima del accidente
llevaba en el bolsillo un cartucho de dinamita y estkUó
casiualmente; y finalmente, hay quien asegura que el
cartucho se hallaba en el arroyo y que al pasar un carro
hizo explosión..
Providencialmente, atendido el número de personas
que en el almacén habla, no hay quo lamentar más
desgracias, pues el dueño e.staba sentado en un escrito-
rio muy inmedi.íto al sitio donde se hallaba la granada
contratando algodón con un corredor.' También han
Quedado rotas las vidrieras del escritorio do los depen-
dientes, sin recibir más daño que un pequeño rasguño
uno de ellos.
En las paredes, en las vigaH y en las puertas so ven
las señales do los ca,scos de la granada, y hundido el
embaldosado donde se ha depositado el paquete que
con tenia la bomba »
La Dinastía, dice:
«.\mpliendo lo que decinio.-4 cu otro lugar de cete
número respecto á la explosión de un cartucho do di-
namita, podemos añadir, eejruu se nos ha manifestado,
que ia víctima es un dependiente del almacén del señor
Mas, que «e dirigía á sus habitual?.* ocupaciouea k la
hora precisa en quo el Sr. Mas lo verificaba los demás
días. CoMio la co:ía está snb /MÍ.;ÍCÍ, no podemo.s hacer-
nos eco rie otra veré ion quo ha*circulado; sin embargo,
consignaremo.s quo dicbo Sr. Mas había sido victima
en do.? ocasiones de dos tüütativas d» «.scsinato.»
Otro.i periódicos so hacen eco déla opinión, que atri-
buye el móvil á una veng'anza pcrfional.
A l o que ¡leabamos do referir puede añsdirso un
detaüe.
Kl corredor da alsíodonc» ü . Juan Mata, que acos-
tumbra frecuentar todos los dia-jlacana y sentarse
siempre que lo encuentra vacío en el sillón que fué
destrozado, ayer al entrar on el despacho so sentó en
el sofá, á pesar de estar aquél desocupado, faltando á
la costumbre seguida. A. esta cireunstaneia debió la
salvación de su vida, pues so hallaba presente ou el
momento de la catástrofe conversando con unu de los
gerentes fuera del sitio donde se aeostumbraba colo-
car, y que tan desgraciado h'ibiora sido para él en el
día de ayer.
La detonación so oyó á bástanlo didtaacia d é l a
costa, según refirieron los tripulantes de nn buquo que
navegaba en demanda de nnci^tro puerto. Las eueas de
ia Rambla, callos de Montserrat y Santa Mdnica y Pa-
sajes de la Paz y del Comercio, rétomblarou coa el rui-
do de la explosión.
Finalmente, créese por algunos que la carga de la
granada sería do pólvora y no do dinamitü, pues cal-
culándose su cabida en un kilo, á haber sido la carga
de dinamita, los destrozos y víctimas habían do sor in-
calculables.
Kl miércoles Usgo á Bilbao el general Martínez
Oampoa, visitando aquella tarde el Ho.spital mflititr.
Al siguiente día recorrió los cuarteles, saliendo des-
pués á revistar los de.stacamenloa y fuertes de Portu-
galete y Serantes.
A laii humildes protsstas hechas p o r / « / ' V a su
prome.°a de alargtir la mano, no conteptr. nada anoche
Bl Siglo ytituro que, como exjiorto, dese;i dÍMeernir ñ
es contrición ó atrición lo (¡ue sien!-.e el peendor vvs-
pentido
La Iberia dice ¡qué penetración! que los per-ódicos
conservadores tratamos do distraer la opinión pública,
«mal repuestos del susto que nos ha causado la súbita
é inesperada resurrección del coa-<ecuentB y respetable
hombro público, B»ñor marqués de Novaliches.»
Y esto lo dice La Iberia doco honi,? después del
acto del general Pavía en el Sonado.
Habilidad progresista.
Da Bl iMparcial:
íNoa manifiesta la Affencia Fabra que al dar cuenta
de los asuntos de Marruecos no ha hecho sino reprodu-
cir las versiones, así favorables cjmo aáíorsas á Fran-
cia, que circulaban en la prensa europea. .\sí es, en
efectn, y no tenemos inconveniente en reconocerlo. Si
de algo acusamos algunas voces á ívi. Agencia Fabra, es
de algún ligero descuido; pero jamás ha podido pasar
por nuestra im»ginacion la ¡dea de que intencionada-
monte hiciese cau^a antipatriótica una Agencia cuyos
telegramas utilizamos.»
hk GACETA
L a de hoy contieue las s i g u i e n t e s disposiciones:
Ministerio de Qr^ria y Justicia.—Rsalí-a decretos i n -
dultando á Manuel Snnchez Izquierdo del resto do la
pena de dos años, once m e s c s y d i r z dina do presidio
correcional que la Audiencia de Ciudad lisalleimpu-
íi) en causa por el dp.lito de robo de galÜnBs; de la mi-
t;sd del resto de la pena de seis unos y uu dia de prisión
mayor, impuesta jior la Andicneia do"Burgos, á Ramón
(Jarcia Toca, en causa por el rfolito de atentado y le-
9Íonp.=!, y de la mitad de la penado ouareuta y un me-
ses de prisión correccional, impuesta por ia A^udiencia
de Palencia á Sotero Marcos en causa por el dtlito do
disparo de arma de fuego y lesiones.
LApPOCA,,;
..^-—«... tií»fc»jti-j. ^.Mmaa^..^
—Otro [tra-.l.ilardo,-á Gu iui-lancia, :i
il-'.cal de. i.í> Audlíiaeiii t rritori-ii do Gnnnd áU. P.'Jro
Lavm G',tía. ii (;.s!n-u;/(:'üíi i ;i:;il (:,>sj
e.~ Lnis L;\'n;v! y Ví.rcli'
[-''•'rjy/iar.—De.jreío lüííiio.oi "a.'ic» qu ; ios omy\rr'?.,\n'i
del ri-gÍGtro de! csi'.u'.o civil en tít,ba y í'uerlo !¡,uv3 á
que so refiere el avt. 1." dt* hi ley prc'visiotiiil, moitííl-
cada y aplicada ;i dichas AutilliiS por roüi detrut'.) dn H
lie Ktioro del año presente, eo tntíeoúa que son loa
juecia municipale.'j, a.ii.stido.s de su«( respectivos secro
tarioí!.
^Ooijtruí.civn.—Reul ónlon Icvivutiíndo la !-ri:jpens;üU
(lol Ayuntamiento da llerreros del Duqui; l'-idhjozV
—Otra dip¡)oniondo so impoiiga precio á )a pabli-
eaci'ii! d(d Bcle'in de BiíadUiíca.
foriitnto.—Kinil orden a n r o b i a d o la clasiüuaclon de
los m o n t e s pnblico.s á tos jiartid/d judiciales de Aliacn-
dndcjo, Uüu lionito, Merida, O'ivoa/.'i y Villnnuevii do
la .Serena itiadajoz).
COMISIÓN DE ACTAS.
I.a s;!.s¡ou lio auociifl íué b a s l a ü t e teii;pe.,il,ut<3a, hü-
g u n El Libtral A\w. fusio'iiat-.$ é iz(|uie:disias piripe-
ñ'ir.-.>n im deb-íto acaloradí.-mri'i.
Después de m u c h o h a b ' n r lo,3 üeilorea Montübi y
íinrijo, la comisión «probó la.» acfíw do VinafríiiicA del
Panadé», L i l i n y Albnñol; y tra-i largo debate .se iloci-
ilu) por nueve voto'í c o n í r a r u a t r o üa ¡aeideote pr^ívio
í a v o r a b i e al c a n d i d a t o izqnierdiKta.
í.o» ¡ndividuo,=í (lí^ li- rruuoría UK i.-.'ij;i.¡ib:ui quo c-wi
clíií'-fi do e«pc',!tíci;!o>i f¿ivür>?;''\a níii^v p-vcj e' prestiíj-i')
pariiimentnrip,
Y «.y'i e.SjCfl ci'ceto.
^ de que i-", h a !!;i,l];,!;r.
NUESTROS TJflLEGRAMAS.
(Uo la Á'ienda Fabra.)
SUtiI.v.VAC!ON ! ; \ M.^UAGASCAH .
P\ii s G.—Si'gun las últimos noticifi.i de Madegna-
car, io.s habitaiilcH del Sur de la lula ¡-o han suiílovado
contra los'iíowas, Bacudinudo (1 yugo do éston.
sutíi'ENsio.v ui'í..v ^:.xl^•.t)lCIOl'l INOLUS.^.
Kr, CÁínoíi.—Han cesad o lo:s prej)arat;vo;4 queso
estaban hneiendo con des hio A la expedición ingitsü
al tSuiliiu lijada p"r;í el otoño próximo.
So iguorala causa de esta rcpentiüa sufiií-nsion.
CÁJI.\U\ 1)E LOS COMUNICA.
LÓNDKKfi ().—Ciíinara de los Coinunea.—El subri",-
cretario del ministro do Xngocio^ extranjeros, .^r. Fitz
Maurice, contestando á diferi^nteí prí.'gunt.aa, reconoce
que las últimas noticias de Borbor son coatradieio-
ria^i
Gree (]uo el goboriiü'lor de aquella plaza coatinúi
defendiéndose dentro de ia eiiidadeln; pero conflefa
que no hay deapacho a¡t.!:i;ao reeioute uobre el parti-
cular.
Añade quo no hay ningún nuevo telegrama de! ge-
neral GorUoa ni noticia pr.ícisa posterior lú 10 do
Abril.
MEinifle.<3ta que con fecha 21 do Mayo se mandó un
despacho desde el Cairo al general Gordon, y que hasta
ahora no se ha recibido reupuesta alguna.
Varios individuos de 1H Ctniara desean .saber qué
se de;;ia en este de~pacho; pero el sub.íecretario do ^•o-
gocios cxtiunjeroa se niega á comunicarlo.
í\o 8C b'tn rceibido )iuitei-5 cüníiroj.'xudj ¡a noticiacía ooosii'ioTí !!,l (íosücnv» p'".r lo=; iirincifio? ijiiij nrof-.
que dan esta mañana aigunoH perió'iico-i i)i;.í!(' es so-
bre If salida de Khartijm del generríl (¡ordoii, c* n.si-
guiendo romper el estrecho blo<}ui'o lie equ'ills plazi.
Ló.vDUTW (i.—Cámara de los Comunes.— Se aprueba
en segunda lectura, por 177 votos contra íi4, el proyec-
to de ley sobre conversión do'la deuda.
LA POSESIÓN riLVNGESA US OBOCK KM El. M.VR IlOJO.
PAUÍS 7.—lista tardo continuará en ei Senado la
discusión del proyecto do ley sobre el divorcio, la cual
está ya bastante adelantada.
La posesión que tiene Francia en el Mar Rojo lla-
mada Obock, va á recibir refaerzos, proponiéndose el
Gobierno mejorar las condiciones de la misma en vista
de su importancia estratégica y comercial por su posi-
cioa geográfica.
L\ CO.NVENC!0>: »E CHICAGO.
CHICAGO tí.—La convención republicana reunida en
esta ciudad para la designación de candidatos para la
residencia de la república de los tüstados Unidos, ha
E echo tres escrutinios sin que hasta ahora hayan dudo
resultado pomo reunir ninguno de los votados suficien-
te número de votos.
EL EMBA-JAUOn DE ESP.VÑA. Y ¥.L PRESIDüNTÍ' DE LA
REPÚBLlCi I'nANCES.\.
PAHÍS 7.—Kl presidente do la república señor Oro-
vy, recibió ayer la vi.'iita del embajador de K-!paña se-
ñor Silvela, coa quien conferenció.
Las nttiflcaciones do los convonios do ÜÜ de Marzo
da 18<S3, protegiendJ la propiedad industrial, fueron
canjeadas ayer entro Íes ¡"'.síaii.'S contratantes, bailán-
dose entro éstos Kupaua y l'ortutrul. .
PARÍS 7.—Apertura de la'Boku de hoy: 4 por 100
exterior español, <'ú 1[L Después 01 1(8.
EDICIÓN DE MADRID.
Como habíamos jiresu-uido, el interrs de loti
debates en la alta Cámar < se extinífuió con el di.s- verdaderas doctrinas iurídica.s y on el profundo respa-
curso del marqué.s de iNovaliche;', la réplica del
duque de la Torre y la ¡¿'ailarda improviíaiñou del
Sr. Cánovas del Ca.stillo.
No es esto decir que lo.s orarlores que esta tar-
de lian mantenido la discusión, no hayan cura-
plido como bueno.s su deber: es i¡ue no ha habido
emociones, y, trabajo ha de co.starle á B¿ Correo
buscar ni un rumor siquiera, de esos que ól sólo
escucha, para dar claro-oscuro á sus .siempre h a -
bilidosos balance-s.
¡íilgKmpezó la se.-?ion con un cauto al movimieato
de Setiembre que, por .ser del ,Sr. Rivera ye oyó
con gusto, pero que no dio ninfruna nota nueva,
ni para el paí;! ni para la historia.
Kn frente de su afirmación de que aquel liccho
fuá fflorioxo, quedó la que ayer resonó en la Cá-
mara y está en la conciencia de- todos los hom-
bres de orden: que fué urra jornada tristemente
memorable, y aun desdichadísima, aüadiríamü.si
nosotros.
Así se lo demostró con frase elocuentísima, en
tuia brillante réplica, el señor ministro de Ultra-
mar, que ha dado una nueva prueba de su dis-
creción en este asunto, de suyo resbaladizo y tan
h propósito para encender h|,s pasionc!.
El Sr. Mosquera consuaiió su tiirno contra !".
totalidad del Mensífje. Su di.Sf;i!r.''ri al arc,'> todo
uo progTama: fué mesurado en la forma, y en el
fondo no inénos templado. ^Para la fusión tuvo
frases casi de afecto: sefjunél no son diferencias
esenciales, siuo do puro procedimiento, las que se
paran á los dos grupos liberales: al (iobierno lo
combate con firmeza, pero sin encono.
Le contestó primero el señor ministro de la
Guerra, que estuvo felicísimo y contundente; lue-
go el señor conde de Casa-Valencia, que hizo jus-
to alarde de sus profundos conocimientos; y por
liltimo, el Sr. Silvela, que en un breve, i)erü enér-
gico discurso, sintetizó sus ideas sobre la justicia
y el derecho, é indicó las reformas que pien.9a in-
troducir eu su departamento
La sesión concluyó sin incidente: en paz y eu
calma.
Hemos visto ya El Siglo Fuktro de esta noche
que no acepta la sumisión de La Fé. Dígase lue-
go que no tenemos motivo para estar orgullosos
de nuestro valiente protegido. iNl La Bi ha podi-
do hacer más, ni menos El ¡Siglo Futuro.
S. M. la Reina Isabel no ha ido á Atocha por
hallarse en cauía con uua ligera calentura. Esta
tarde se hallaíiayu !.•!( K.
Hoy ha sido muy coa.siderable e\ uvímcro de
personas que ha ido á Palacio á ofrecor sus respe-
tos a l a familia real.
En el restauranl do Fornos obsequiarán mañana
con un almuerzo al goneral Ciria, con motivo de ha-
ber sido ascendido á esta categoiía, varios jefo.s y oíi-
ciales, encontrándose entre ellos el brigadier Bugallal,
los coroneles Aguilera y Ootarelo, eliteuiente coronel
D Lino Eaingiio:;.; .'vi • jitaadiditcs Grava! y i cslrn ' 1 ) i I iI [ I ( I l 5 ( p* r í -
y el espitan Fernaudez riti t ri * I < ibiPin 1
:.u Alburete I:!! niavQriís de cstC',- ~.;i^.o,iv: hnc «JÍda á'ibor;iir :!:'o i I - 1 M . 1 J T •^ . 1 1
de aqu;!l cuaüdü mrtKiuui ei lia.aMon Cii .Í^;:ÍT, y io-i d ' n p I' I J ' 1 i r ' IM
re:itíiaí'-s uísc'pu'uH q.;e !ipr.-.yicíi.,;n e. n .',;;;^ m . í n o
r £ li i 10 >T ( r \ ÍL I 1 1 t¡ ( l
la ocasión quo KC io.3 ptcse'-iíu p'.iVd úiv.}-.: uu:;va;:ii'.:,í0 1 ) i t M 1 li j M I ..1 •• I ( o h " ', ¡ r<i no ( u
un.'i pru^ibu de riprtcio. lo * 1 iii i , 1 nj b r ti i r .1 11
( 1 1' ( 1 ifc í,Ilt ( 1 t r l. r 1- o Jl •• lll(«iOH
SENADO. i? I 1> ' i a ¡ lio 11
I! II' 11 U I a i (' , .i»" i'i»
íc t '» 1 'i 10 1 ' >, 't > oiibi I it'fir
St'iíú'tl :Jcl día 7 ífC Jlidio de li'iií. i'sri 11 ' ( u it f" uí^ ' f i o i ds A \\u %
li U o '1J 1 ( I "- ' I. / 11 ' t h 1
rrcüidencia del fcüor conde de Puñoioroatro. cu (jUO 1 1 ( 0^ I ii qun 1)0 ( -. I 1 ' qu ' > v! ' . t ,
A'.ií'rla H irt:~ d;.;j y cuarto, .s.-j ley) y uprobó td con j - I t^ tot b u - "ru i f' ^ » ^ *niUKtui *^
acta unteri'ir,
A! i. {. » I 1 1 ) , 1 ^ 0 1 ¡Iü o ( f fi'-j fCu t
KiitrüBt cu it!. ÓÍ-ILTI del dia, y pHr..i alu'aioníí'j, en i u (.' 1 > 1 (, 1' j l i i . i t iii¡ iMatf < !
líl Sr. líiVERA dijo que toma parte en el debato \: 1 i b Ltr I i p I e 't II ! ',uii 1 H rn 1 K U
parH explicar la intr:rrupc!on (jue lii/.o iiviu- «1 di.scurtu Li pue (k un ] n d¡ ín ' n c i ^o, <^n q u e t \ •
del tenor juarque.-i de Novulicliis, proauuciiuido fj?ttin- muu ! i i i > 1'^ ^ ( i n ! «Uu i l O ü U t r
parliunoutiirianjents Ja früsc olnriosüs cuando trutuba
de tri.stcs á [(¡A cucceos de 180..-;.
no > lr,i m I iNt i * ' U n ' o qu n titila a aquí 1
con a'.'( r i un ! ' i i M U Í iii > i d v t ii! <!ib.»t
Con oilt! motivo bi/.o unevaM proti';;tn.-i de moa.'U' h JI rt "111 i( 1 V «.f 1, poi n I i (11 1 fl ta dt I lodf for-
qiiismo y de estar dcnti'o de Ja legalidad, co.Tdenati(b,i tín'ni-' <Jí c( ( n o n \ d 1 G u l u m j IA rfforma
ti Ja par todíi resolcefon araia<Í!i. ÍJecara quo caliücó c í e ' i r i l i i a i i c o u j:ir ib I *o^ f i \ itar i ' a c l a i O do
de gloriosos aqui-ido.'f .SUCCS.K porque prcdujeron la abo- deba1 -i \lu( t j i li ) ro ucu a ) *
licion'le la ;:v>cl-,i,,'.tii ! y!.-. Í!'i,i-ní.-l r.difíir-.-'ís, yc'jn- í 1 >• (iW \ / '•I ' j n \ ( n i 1 < re iiíl 1 y ofreoft
cliive dieii'Tid') qu!'. deflcuic, o! trono li.i I), Aifor.-^ Mi en t i r p i i \ i a e it il i U n t u ' pru''l»'í de
Uüino '.i I:;'.; i'jca.-t .Iru'OCj.'itlCus, prir.ji.t i;rt :• q i¡e >•! <-'••'l:':
qu 'liibiii, < ( ' I IIIIT- O d e ' « Gi ' t m s c i o o
f.>roia ;-c biif'e Tui^jor la f^dicd:"! ''o ía p(!í!";;i. 1' ** I na ' 1 il I 1 it (» (
KlRcH-r liiínií.Tro do 1 T.TIÍA MUÍ iiiíinii-st 11 1 r 1 1I I ' 1 Jl 1 I I i "-T 4i
pocfi.-i iinr'-brr.s tí.'iía intit pr.:),!iu)i'";;i;' ¡!(ÍV,;,I'^ ¡IO ;•'
11 1 ! r n \ 1 1 n li
tal;a i\c r;:' f!t'!;at(' i:isi.<'M-if'0. '('u'íii/.o, ''iri;! iK'; hi i t
cÍHCíOn uot .'•(•liirior Sr. K'' •!!i-;.di 1 1 1 h í1 f íi' i
do im ¡¡eclio jrsi'i'nr i';'¡c.', hviiv 1 ¡ 1 1t h I' 1 I b 1 ! 0 lí
b' I
HMli'ividi.i-;!,: < n f t n n o el S b o u i » <() N S II \
.iie;Tiiiido tin-'íij f.x couti!» t ". ('::.íin'l'il > 1 I -
I O - M ' !> * 1 ( •• 1 l i i ' , - 'm
qoe.'-n. ti^ 1 ( \ I a l u ti (•* c < n o
l-ist»; ííeiüi'i'ir, tiiUsnivlo p r b'iC'' ci •':•'-.
•v-'.r. o 1 1 t I 11 11 ( br
ñor miu'ijuoí ('(' XoVi-iiicdjfs > ', ;'('i,u;ri'lij ::'. ¡I:'.vV
I ' I I I I ' 1 l I )
\C'jvhr; pvciíüriíii'; er.e,i!j¡i:iii:! t: á iuví:;-t:' •Mr las ' 1 ( 1 1 !t ) (I I 10 <•< 1
par nii6 aijiiol si.'iKiibii-no lii;',ü oí ;IÍ;';0 q'io ii;-, ó -r, or a S ' ' t# • j 1 l A> n1ii (1 1 1 > d-í
cfeoSü duraiito íjuincc íii'.i;h;, v \\'iit (;Í,HI|,!1! uilia, íi:i Al ..uj ii q íi 1 t iPut í 1.0 i 1 p i t i r c u t
du!¡n. que, la entrada en ',•) pi.dcr (ie! .srújr it^Lii::'.n- /'(i \, ) u 1 o H it >
Feíacnto era inoiivo y oeaü.or; para dt íi uiínr !:i mrd;:d í ^1 'i< iMl KU I )' )(1 ( I (M I ^ "ífMMH
católica que hasta nhora ;io liabia .«alo (.icfi'Kiiiu;) rior
qu I ^ 1 f d i 1 ^ it •, lo d igs
los atitiinor; s Mioií^rciios riíd Sr. C;,i:ov<;s dtd C.'i-i.';iio,
y que esto da á '>nt>ndnr ijiie cstaiaoo cu un pft(iü:'¡o tr 1 Mj ¡1 j 11 u ii i 1 (i. Ij i (onot , I or
más ininediato á jar-; opiniones d'ívndidüa por i:i .s( üur m 11 (, ni b 1 i b 1 il) 1 1 Li o i) 1 u 'n u ,
Pidal y á iíií! pruf«-udas por loa iiun:Liri';.: (id jiurtaio II i ** il V r ( ( i i 1 ndo q .e t i (»o-
liberal conservador b i n M ' l ' ^ i Poi-i 11 Hl i (."i ( o ••-, i( poni-ab'o de lo
q •^^ ' nc 1 I
Añadió que ia i/qaicrda •iinist'.'U, rop'eí»:uí,;i.it': .'lo
las clases t-abajadora•;, lia trr.idíj gran'lsM '¡vir?:;:) á ¡i M 1 i iM r o r o o i I n o L , irumiTido
consolidíicion de la l a o i c v q u í a y dol d MI r I 1 II I 1 I r ti ii IIP II f i ni 1 IH
í n c o a t r a b a i! •Ci'J, O'l prjy'i.i;) de Mea^ífiJ-i G ( > ^ / V i / I) \ 1 i o^ 1 p K l , },in40<5o
porquo no ae citiüja ea éi e-.da !v:ii>'ca d-j la=i ;dtíCiiioie;i •I 11 ' al 1 J 1 < lu 1 1 I I ' h »11 quo n u 1-
do uijmtadoa y d-j la paríj ci'ictiva d>i, Seindi") q m du t 1 Ul Olí lí 1) 10 U d i( ' )
condolió eoórgi(';!;nentií; ha')!.i da b,.., Cii^'/í/ciorij-í ni.li- 1 ' '-r ií' Mí HO liOlH MK) } t ) do ii tbu «I
tarcí? coinbatuínJo varias ilifípoiiiion -A ÍIA ]iiÍD'.,il.ri) d j Di ' \ ( •' ^ iq ' ( u M por f! { t •
la Guerra; c,i;;pur/) la or¿aa!/.a".ion dt! lii p JÜLÍÍI,'; notó
r* i l i o, \ 1) n 1 li ib^ali i u utu^suio MU
la f al t i di) uu proy";-io .sobro r.'d-:-! tidiiircí ;•;••<!:; qis-^ te? ¿. n r.i 1 011 u sei )-i t [ n , c f I (. 1( í ,Í i i m
csiston en todas lai poíi'acioacs (iol evi.rauior:) do al-
i't i ( poi 11 •! u n 1^ ^ r )ii í \ •• u u \ a m a n m ,
guna importancia; oijjisrvó qau ea ol díiCiiaiento q'se q i t r Ul d i h *^ i • i i qu o UO 1 " i M b i, b d!i»
examinaba babia apla-z-mieoto,'] Robre la loy e!i':'.:>;•;) I
iii ' 1 1 i t un I li i UM n c uf «"ta qut i o i o
que consi.lera reforoia ar¡¿-.ut:.ii:Ha. así corm ia jurí-
H' 1 1 \i al c } i>, uo, (uc en u timo cani. ^i s bs \h^ a-
dica, p!-.ntearjdo Mil scgiiiia cí Cii:.',i,.'í) pC''a,l. \)\r\!^\^> r; a s U 1 t qun u t l a r » ' m p u i ^ e l a uotor'jifo
una mirada á vari.i'a nnoioa.'? do Etirop'! pa'a d -la M-
d q t ba 1 a 1 v r UÍ a'i lü i d* nu( ; i, M 1 ilr<
que Kíipaña «s U iná^i ataaiíada ea ia'it.:riu! iuríiic'i-i, VI1 I i < i'io un ' « (1 mndü >>, aitoii/Jdiij \ r "
Peaumiarido exüuso que )Í! iz jiiiurda d'ná.-ítiiín iia (> li r i o fu Kiiii 11 j ii a ( 'o
I - ••ou ' / i> \ e u u H i ) ic'tiíSi.a b eswiiíí t e
sa, no por aii»,ti>ma; que po- t.o'loii los moiiio.í ii-i de p" >- 111 j. 1 'j
curar que. todos IOÍ) oieineDto.'i quo soaa con-;orv;f<io'\':i
.co cgrúpen para, qus er, el Ga>)icrno so cousobdea t > las Allí t - a HCiií>i J U ' • o r "1 i i t 1 oen de ta c íUi'nOn
de 11 t i i t . i e i t ) i l l a i \ t / R l ^ n . fuf i o n i lid*
las ideas liberales á lio do turnar en el podT con !<;?!
consnrvadore.s; nfiadió que no enítuentr-». honda-; difí la p UHi i n] s i! -n \- -t , 1,10 l o c o n b < U t t » n
un 1 i",í J i \ "mito i'i n f i
ronciag entre lo."? fuaioni^tas y la Í7.i(n¡cr !a, S'jparáu lo
IcH únicamente cuestiones de proccdiía; u^o, que ds- II i r ' i N Í \ \ i t il U f- in-1 )u, mega, I cr lalta
de [i'uebvM bastan'- l o ( irgo h «lio-j y los ab iHO»!
ben desaparecer ^{)ara bien del p.^.ís y de 1R,S in',;itu-
ciones. ' d( luíiciadns por el d q n t . i o i/quierdtst\, udm sondo
otras [leio « n l i i a d j t u dt*a.llefi m»iiUt¡io<-0' te gran
El señor ministro d é l a GUERRA contostó á las fuerza c lutcreK.
apreciaciones emitidas por el Sr. Mosquera acerca de
El Sr. BECERRA ARMESTO reítiílca.
las cuestiones militaros. Levando al ánimo del Senada El Sr. PUNTES que aparece cloeto por Vtdfi¿ Ru-
la convicción do haber aplicado con justicja la.'i leyes
bio, sostiene la legalidad de la elección, eu que d,",'jCon-
á que habia hecho referencia. tando las actas parciales protestadas, resulta con l.'ií'»
Rectificaron ambos señores. votos masque el Sr. La Serna.
El señor conde do CASA-VALENCl A defendió el Kl Sr. INFANTE rectiíiea, ? dice que la (•oraii'HOii
dictamen, contestando al Sr. Mofíquera en la defensa
no puede ací;edcr á lo soUciíarlo por el ,Sr. Becerra Ar-
de los ectos y procedimientos de la izquierda dinástí- mesto.
tica; dijo que esta se propine la reforma de la Consti-
Lo.'j señores Beáerra Aniie.,fco y Fontus reetiCean.
tución vigente, lo cual les alejaba dolüobierno, mien-
tras los fusionisíaa so resisten á ello, considerando que
dentro del Código fundamental cabe la defensa de to-
Aprobado el dictamen e.s proclamado diputado por
Vele/. Rubio IJ. Joaquín Fontes y Controraet.
Sin discusión .se aprueba el dictémen sobre ol acta
das4»s opiniones, como acontece con todas lasX^ons- de Fregenal, y so proclama diputado á D Lui-i Macía»)
titaciones de todos los piiiscs quo dojaa á la.«i leyes es- y Méndez.
peciales el desenvolvimiento do los principios inlio-
rcntes á cada partido. Dictamen sobro el acta de Tineo (Oviedo).
El Sr. BECERRA AUMItóTO, combate i\ dic-
Añadió qne el principio del sufragio univoiv-ial no tamen, y se lamenta quo el ejército no tenga muc'.ia
eta tan general ni lo consideran en losHstados-ÍIaidos
represontacion en el Congreso.
como inherente á la personalidad humana, pues hay Kl Sr. Guzír.an (1). .losé María), diputado eifcto por
varios puntos en que el.sufragio obiaiece al c:en.so, que
Tiueo, contesita al Sr. Bi.'ccrra ArmeKto y Hosiieni qu<í
en España el sufragio univer.-;al seria una perturbación no ha podido pr.j'cntar.wi;' docuuiinto alguno (,u', ino-
para el país.
diüoastí la liulpic'/a do su acta.
El señor ministro de íiM.\.ClA Y JlJ.-iTlGlA ío le- líl Sr. HE.NiC.sriíO:-; V jii:)tili?a campíidainmtc los
vanta á cootcitaral Sr. Mosquera. Dice que ni i'or el fundamentos qise lia fajiiiilo la comibion paia propcusr
caraiiio de Gobierno, ni por büber.'sn verificado unas la a.lini)^!! n del .Sr. Gir/,miii. *
e'eccionnn genérale;!, le», sido deelanulo ceíssntc un .«olo Jtcctiflcan dicho,g orudoroí, y p.ídida votación no:ai-
indivi'luo dependientcídol mioi.^terio que díísímpnüa- nal m aprueba el dictániííu por {'Sy votos contra 211, sien •
nno ha realizado este progreso, do que no había ej.^'m, do proclainado el Sr. Gu/tiian.
pío, y qun habia producido en la ddiniriisti-a.rion lii) El Sr. "Nava y Caveda presentó naos documento»
Justicia una reacción verdaderamente .^niuiab'.e. referentes; al acta <!« Gijon.
. Pasando a l a dí^ff'csa <iel Código y RUS ápliracicnes KlSr. PRSSiniíNTK: í'reiíi'ntadas ^V^ actas, huu
pronunció elocuentísimos pcriotioí ¡ü-spiradon eu Ins sido aprobadas ;ií)7, y quf.dan pendientes Ifi.
Orden del dia para c! luno*: CoiiRíitucioa del Con-
to que los tribunales le merecen. greso.
Una por una contistó todas las observaciones que Se levantó la sesión á la'i seis menos cuarto.
el Sr. Mosquera lo habia dirigido, do,?arro!lr.ndo do
paso el plan de reformas, quo en todoi lo.s organismos
piensa realizar, conforme á los progresos de la ciencia ADVERTENCiA.
y á las necesidades del Enjuiciamiento civil y cri-
mina!.
Nui;'!Íro3 su-ícritor;':^ UMS harán la Jnsíiciadü
Eutrando en el terreno político, hizo un juicio elo-
cuente sobro la vuelta de lo« consñrvadores; di.^ciirrió que no pcrdonamo.'? e.^fuerznui K&cricio parn omu-
con fiu discreción do siempro sobro los a^ontoft do ac- placerk'S. Además de Ciar ni'iuiero todos lo.i dj«s,
tualidad, y concluyó dicieado que conio iiinguna ven- lo cual linee iiue lo.s siiscritores de L\ ÉPOCA roi.'.i-
taja traería para ei país ni píu.'^ainíento alguno al de- ban'••>'¿niiiniTOS ijiás que los periódicos ((ue dei,-
bate, no insistía .sobro esto particular. CHTiSMU los domÍDfíos, ivpartimo.s írecufules «.n-
La Oám.ara o_vó muy complacida al Sr. Silvida. plcuit'.níos de abundante lectura, siendo luiode
A las seis se levantó la sesión. ellos el número e^traordiunrio de hoy, cuya l-.'O-
tura recoiuendinnus, pues contiene los irapor-
CONGRESO. tantet; artículo?, üig-iiietiíos, qi<e no han tábido en
el mimero ordinario á eau.sa de la .se-sion de aytsr,
Smon del d'a C de Junio de 188^1. que tambieu publicamos coa toda pxtensii.'u.
. Colonización agrícola on Filipinas.—Oo. (..",>rit,.is
tCottoIuíion.) de importancia.—iJartay do Italia.—El libro de luv.a
El Sr. DÍAZ COBEÑA empegando á combatir el do Mr. Renau.—Kl as"sii;ii,ta di*. SaiiitKlmo.—.-^.dlo y
dictamen d é l a comisión Hobre el acta de Santiago,
timbro del Estado—líxtranjoro.—Correo du provin-
dijo que la ilegalidad palpitaba en todo.? los actos do
esta elección, desde la do,signttCÍon de interventores
c ias.—Correo do Cuba.
hasta el escrutinio goneral, lo cual prueba que el Go-
bierno no ha intervenido absolutamente en elia. UI.TÍM08 TiiLRGRAMAS.
Lu (.'.andidiUura d»d Sr. Mynaf!tíríjf--'!icí' no i >?•
presentada por él ni por nini'^uno de ,su familia, sino íT>e iiv AQ/XCU Fabra.)
por una reunión do electores.
iil stñor raarquér! do MouaBter¡:j es el c;;nüidíito na- r.L r,\VlL.\!.lE:sTO ÍTÍÍf.VIO.
tural de aquel distrito por vivir en Santiago, por habflr üííi.oaíTv) "i.—iíií ¡:-i- Slcíi!,v!/-'liC,iua ;Pai'i«::. 'i.p.. -.•?-
bocho allí sus eistudios y por ser descendiente do la vio) el ministro, Sr. Garn8ciianioi. ha coriilr.-'ia'.io la
casa do Altamira. noticia du 1(110 el GOIIÍÜ.'-ÍIO iJiriíi:i(,i -, ii vJ,Hm'.'í<tm a líul-
Pero al ver este señor qno habia electores quo pen- garia proviuicindo si e.pt; E.-itado, que si en <•! tt;r:uino
saban votar al Sr. Botana retiró su caudidatura. ds tre» dias jio da eiimiiViiia sati;d»eciou, quí'Uifáa
Pero una cosa es el que el candi.lato so retire y rotas IHH negúciacioiic.^ diplorüátscas;
otra que los electores lo voten, como lo sucedió al se- La. Skuptchtina ha votado por'urianirninn. 1 una
ñor marqués de Monasterio. proposición declarando que ha visto con satisfacción
Prueba los defectos dg la elección el que en las dos la conducta del Gobioruo tiulirc dicbo iMunto, y folici-
mesas de IHS secciones de Ames y Kníasta, no tviviera ttindo á aquél por la firme/.a que ha deinoetrado.
el señor marqués de Monasterio uu solo voto, teniendo ESTACIÓN NM'AL INGl.tSA. UM UOUVUf.S.
como tenía las mesas intervenidas.
Examinó después el orador todas l»r< circunstancias LóNDaí:H7.—El Gobioruo inglés ba acordado esta-
blecer una nueva estación naval on Douvre--.
de la elección, deduciendo que el aa'oa debe considerar-
se como grave. TRAT.VDO FRANCO-AN.MA.Mn'A.
• Le contesta el Sr. liodriguez Ifoy y roctiflca el se- PMIÍS 7.—Un despacho de Hué fechado hoy, dice
ñor DiazCobeña, y sin más discusión quedó aprobado que lH quedado llrmado el tratado entra Fruncí» y
el dictamen y proelsimado diputado el Sr. Botana. Annam.
Se levantó 1» sesión á las sieto y cuarto.
Según él, serán devueltos á eata reino las provin»
ciast do Binthuan y Thanghoa.
Las deudas do dichas provincias son reconocidas.
/ÍVÍÍVM del dia 1 de Junio de 188-1.
So establece un sistema aduanero »emeiant<i «I
Presidencia del .señor conde de Toreno. existente on Cochinchina.
So abre !a*es¡ou á la una y media. La ocupación militar de todos los puntos da A.B^
Leidael «eta de la anterior, so aprueba y da cuenta nam y del Tonkiu es facultativa por parte de los fran»
del dp,ípacho ordinario. ceses.
F.l Sr PUlí.SlDlíNTE: Tiene la palabra para alu.^io- So dispone que en la cindadela do Hué, capital del
rif'.'í el Sr. Goniab-»?, fl). Venancio). reino habrá una guarnición francwa petrannente.
Bl minÍHtro de Fiancia ita couM'guUio además de
El 8r. GONZÁLEZ acusa al Sr. Kotacro Robledo
(que está solo en di banco ministerial) do b ,bor dado o^tas coufiicienes, que fiera Kiitisf.iCh» una indüainiza-
como cifiítofi datot) que, Sf;giin su cenoria, no pon exac- cion á bw misiones catóbcaa por los perjuiciíaí que «o
tos sobre elecciones, aR'gunmdo que las suspeusíones los ha eau.sttdo durante la guerra, y una amnietiai par»
^ (le Ayuntamientos hocbaa por l(¡s fu-ioui.-4as eran los mandarínes coraprometi.los.
nnas veces mas y otras méno-i. Echa «n cara at señor t.A CONVESr.lON I)K CHICAGO.
•ministro el haber impuesto una gruesa multa á un Oa- CHICAUO "I.—La Convención republicana ha ncordft*
sioo por no tener los libros con los sollos móviles cor- do proclamar candidato á la presidencia do la repúbli-
reipoL'diontcí!. Termina diciendo que no volverá á upar ca de los Kstados-üuidos, al exministro Sr. Bl&tnei
de la palabra hasta que los datos que ha pedido ven- y á la vioepresideneia al Sr. Loga».
gan al Congreso, y que si BO los mand» le exigirá por

Í.A BOLSA.
; O : ; - ; , i ; ' t*l;:.' • \ ; 0 S I-LTIMO P ; KCIO.
I hiu, ti. ij 1.7 .
Dcvidíi p c . ' f ' J ' ^ - " - > i - * P ' j " ' ' ' • •
iutanor I e l , ^ ñ : (51,4.')
ídem íJn úa ii't.s. ¡ (>i Oó 61 .lY)
ídem iía dnl prñ'iii.w; ,.! (¡o^t.^o ; oO.dO
Deuda perpíüía !il ¿por •üü! ' i
exterior. . .*. . (VI,«;:» • 6 1 i'>:> '
Dendm tinortizablo ftl 2 porí •j i felef!.
lOOeitarior ¡ 00,Ov i éi;,Í!') ,
Deuda aiíioitl-Aal.-lr al i yof 74, lu ; 7),i;)
y:i,m ' (.0.^0
loo iH),i>t> ; iO.VÍi)
ÜtíOdR Un! ¡!c!Ki.¡;!.-
BUleiealiijiot'-.fí. c,- Cul.m,
Obligaciones dol 'i't ¿oro so- f>0,«) i 00.00
bro la roula Jo JíduaiiSr
d e Cilla,,'
fiftuco do Kspajlc. ,.1218 i O '¿"JH.üO
Cédulaa d d Banco íiinoía ! ! » -»
cario, O jioi- ]Q0 lií' iattrta. ¡ OO'.íiO li.l ,'¿5
ídem al h por IÍ.ÍI ., | <)o,Oo Ul 40
AccioBOs dül Eatco ót O.EÍ- ! i y media do la noche una íunciou en el teatro Español.
tük ' l 00.00
l l 00 111.OC
00,00
Acciones nueMi.s á".'í Eiiic-;
Hifipano-Oolor..aJ , \ 00,00 i Oí),00
Obligaciones d'ú nr'k ÚI.<'. .
47,50 '•í.í:() ;
P m a , fíKcir.i TI-...- .
.. j 4,..)
OBS.-;.%.í,(::l'-Kita y ,K.;.;TIÍ'!.ie.
A'.'sirf I",:Í.<;-O i!(' ¡.-I tar.JíMjtKd.'ha MU-.';tra r'ri.f,;! ¡,cr
pétiia ii;t •vui^, il<! (,i 40 u OlíM) coiit-ido v á G! ,(;0 dia-J-
ro fiU i!ñ •líi'.s. I, i U !,-a hit (\;Udo méno.s KuiiCnda i¡iia
»jor, ad7i:-ti(';íid ¡i }).:r p:ir!e de algunos <^spccu!;ido^
don H i:.--p;,c,!.l fii of-j'io eu riüsícreditfirlos uuevcs pie-
Büpno.'<í«t. !;;:tt!i di' cMCOcerJc.'*.
f.'K'Trjtro-: :i:rj .-tizablfij encalmudo.s a!rtdí:dor do
74,10 V J:.3 Culí.s (•; Í»0,!i0.
Lii.-s nec•'.í.),.•^s d<d Üiiijco d.i K,«i)!to;i cicrraü ú 278,
do.'^I.ücb Ueiiulei.<^tí liecliO á 270.
ECOB TiíATRALES.
Acoí-hi! Pft cantó por la tompfalía italiana dfd toa-
tro de la Alhambrii la zurzuela dtd maestro Arrieta,
Marina, ca>a t;iiducc!oa al italitino está iiecha con
í.» c'j'.^oucioD quo aruJChe obtuvo Ja popular ziirzoe-
l í , Eo l\i(- fii s;j Cí, i.j;jüto pura ctii.siir aBoiubro, si bien
büAtó á tHtifi»f>T lii;:i t'xiíjí-nciaa do un público, ¡¡or
cierto tí;n o COÍT du oomo riuitUiro.su; pero" ú (íísto cou-
triboj-ú ulfíon di .•;t'.-: do ea k).s coro.^, qiio seguraraento
lio ví>!\( iá ,1 rrpf1,;--íf, y por d« contado, biinala elec-
ción d;.^ ia di;(!cc,:jti del teatro, ijua encomendó el típi-
co personaje Ki,'¡...,: k la iuteiprctccion do ua artista
para CjUitij i::i !,¿ UA hoüuo .seyumiaeiite ncda mía en-
t¡tr.t;co.
i.;i ¡.íñor.a .-.v.nvi y i.;! tínor Biimclii eístiivieron
b.jii, oVtcini'Diii) itpciidon apiíiDiso.'?, ¡)or mía que JOB
a( oiivfíja.'ccH. süri'ji.o Kiá ? eK;)eíu¡,draeuto r,! j/iven te-
nor, quo líiJK.:; .ic lí.r) al'iií.o.í do sonoriiiad, que si ahi-
í'inít a (díTi-; LMU-fp di-1 fóldieo, laa perxoiüLs <JR medin-
iio í¿ii.-ta firtíaií.'/" iJO jíiJÍicijiísn dtí rsü." cut(jPÍti;Tmo3.
Aiii/elu-'M-p.-( •-, t,*.ó i'ü. i;i e.s,!crm de la .ít!hiim)>ra,
llamado co.n tai¡T i ju.'it;>i.i como ia.sisícueia por sus
rautbfí5 odiiiiüidDrt-.-, (! iíi6.:'stro .-\.rriota, que fué ob-
jeto líe uiüicaiurí/.-íi ¡.vacLoa del público qjje llenaba ia
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¡falida» dí<Cáiliz
ISanteirder
lo y 30 Wc coda mes.
20
(Coruña 21
L'.a Vipofcs que sn.len los álR'é 5 deBarceiona y 10 do Cádiz udiíii-
ten e.irgay [.ascje J.arit l ü . a PAr,&I&S{(jran Oimaria) y VlBRACKOZ.
Lo-- (lue salen lo.s d:.:is 25 d« IJarcelona y 30 de Cádiz , oniazar.do
cou fcxrvic'rs do Ja Hiisií.a Cüini.kñíii trasatlairtíca, en combinücien
<iO!i el U, n -carril d.' P.'iüauíá y ¡meas de va[;oreÉ; del Pacííieo, tomsn
riirj..) » (lr-!e c.-rrido i.í'.r.'i Jo,«i tiitíuO iiles pumos :
tiTORAi. DE PUERTO Kico.—Sau Jutuí de Pucrto-Kicü , M.iya-
güez, y Ponce.
iczTOiíAí., OE CllBa —í=u,r.{¡agü (.!c Cub.i, Gibtira y Nuevite.';.
jttnsí: !••..«'.::S. Cí^WíTííAl., — La (Juaim, l'uerto Cilb'dlo, Babanila
Cftrt. .-i'-'s, oion y iodos lus }!r;i:iei¡)sde8 put¡-t.i,.u del Pacífico, con:o
Puii'" /M' ..3'?', Kají i:.íai de.! Hur, i-Jafs José de Oiiateiiiala, Ohiiiiíperi-
co y Síiií.a Ofíiz.
Kcr.-íü u.ei. P;«c.¿:F7.r.o. — Todú/; los pücr*..s priiicipales desde
Pantana ii Caliíun.iíi eüim.) Ac.-¡ovilco, Manzanillo, Mazadan y San
Frsrici'-cu «le Caliloi-ftiii.
t y r t r^.í, p&círiGt).--'¡'i:d(/S los puciícq principales deisd a P a -
lio;, a •; \' ' , arjií.s • • eoiíit •• )>ue)i«veiitu!íi, '•
Guayaquil, •• '"
A r i f - i J M!- , :e, ('íílficra, C,.;i¡uiir¡bo y ValparíiífO.
iíe • f,íii'í.ilÍM*.— r,r.:'e¡oi~ coríV» neioiiíile.:) ¡.or (¡ponentes de lujo.
r f t t ' ü i e ü J a id;i y vuelta.—¡iiliites 'ue tercera cHsa para
H f . b : r . . ; i'!.- ríy-iüco 3 t!Uí litoriiiei;, 'i',> dures --Da tercera preferen-
t e coii , ,É pe:>!y.s 50 p. la Puerto-luco y 60 pesoe para
S(..J ! ' Í ; O Í -La Comp.iiií»,, por nscdio de ¡-ua Rj^'cnles , facilita á
loa CU'-,; 1. r.'.íj i iibej.',ur:u- ías «ieicaucíits haeta. su entrega en el puri-
to -iC ri-; '11,.K
Pí-r.i i/i -» ái •.<:t;<:a Giri;,-''ir.';( Jiilion ííloi-eto , Alcalá , 28 , Madrid.
Bírc-' a. los Sfcs. liipoll -.Sant. líder, Atifel B. Pérez y conipa-
fiii:.—i'yj (,';ádiz, dülagaeiou trasí.tlántica. L-;abel la Católica, 3. E.
r*liM,»K(^M'Vi'V<.^tt^;:.tVMlí>íMá^
D.ft KÜLLKTIN LiíLA. LPOCA
LASMlSERLlSDEÜNMILLONARiO
Púa
AMADEO ACHARD
• -;y!)é ihaiílol Jij'.-; !a emoción y yo no heiiio.í luí--
cho jarri'í.-i muy b-ienas m';.';aíi. Sin erabarpo, me ha
8uci.di'¡j ti-ii.:r miedo iiua noche quo estuvo enamora-
do, (> que al aiénO") creia estarlo. Permitid rao que os
hable Oino uo fA'itor dramático. La (-scena representa
uno i>r.'.eiOHa c;,isa de cnmpo en Aotcuil; sala elegante-
lüeuto amueblada, puertas laterales, una alcoba en el
fondo. do«( bujías, y, como so dice en el estilo de las co-
media-4, un velador con recado do escribir.
Dü's perionas ocupan la escena: ua hombro—el que
teneia doiants de -^m—j una mujer joven. La l y o i n a
, está 011 bata. No so dice si es hermosa; á mí me pare-
mia divina, y en esta materia la convicción basta.
—No hay un fisiólogo de la fuerza de Mr. Sapon-
aiete, tiijo Mr, WilliarU.
—¡íla vivido uno tanto! continuó el orador; al lle-
g a r aquí debo confesare» que siempre me han gustado
mucho ian brittt.»; tienen yo no sé qué, pero que impul-
n n k la galantería. Ahora bien; como os ho dicho, ia
belU vestía una bata de muselina. Se me preguntará
c6iao podía estar á su lado el que ^^ habla, siendo tan
avanzada la hora que marcaba el reloj. ¿Es uno tí no
maestro en esta clase de aure^ituras?
—Nadie duda quo vois lo «oi», respondió ©1 impla-
eable fair WiUism.
—Loa moralistas aseguran que hay una porción de
«tcusaíAncias on las cuales es necesario precipitar los
íonteciifiitíPtoa. Yo habla amado álabella, habia sido
ihazado y «jueria vtngarme. Una noche, después de
ositar discr«íatiS«!ite dos ó tres luises en la mano de
V\i\ el teatro de Apo'o «;> ropresantó anoche la ópara
Ficut'o, y si la empresa hubiera tenido el buen acuerdo
de inaugurar coa ella son tarcaa, se hubierau ccnverti-
do en OiOiíios tas censuras q.i!) obi.uvo la Mascolie.
1?1 cuadro do ójiora es, en conjunto, muy aceptable;
la f-eiiora h-evcrte [M^rgixriUv posee vo/, do ti;nbre ajrra-
d!il)!e, aonque no mu.' extcum, y eanta con senUinint-
ío y aiiaiii-,!oa, ,'-'!'.:.do apleudida en di/ereutcs oca-
si o ees.
íín ia p:irte de Sicbcl so disf.nsíuió también la .se-
ñorita Oiiazxñiine, artista que «hoi-a da les primeros
pn¿o-i en.su carrera y que oíroce hala¿;iieñasi esperan-
i zad para el porvenir.
\ 10 Demostró que es uu artista el Sr. Pellin (/''¿¡«íto),'
i 10
pues aimquo no tieEomuchaiíncultade.i, manéjala voa
con acierto.
Rl Sr. Poitevin ea un bajo do Imeca voz, llena y ro-
bu.sta, quo canta con extraordinaria seguridad y exca-
leuto entonación; corria á sú cargo el papel de Mefistó-
La parto do Valentín íuá (lasempüñada de un modo
muy notable por el Sr. füllion . de c.iyas excelentcis
facultades dimos ayer cuenta ánuecstroa lectorea.
Cantó muy bien el terceto y I» e.«!cena de la muerte,
y eonijuistó más do una vez el aplauso unánime do la
concurrencia.
La orquesíta, lo.'j coro» y ia mict ra ícene dejaroü
al¿o quo desear.
* que debía formarse.
A beueíieío de la» familias da las victimas de Aicu-
dia y organizada por los escribientes militaros del m i - Socorro, la anciana se encuentra fuera do peligro.
nisterio de la Guerra, se verificará mañana á las ocho
Sa representará el drama La pasionaria y el jugueta
cómico U» joven sit>ipá(ico, y en el intermedio so leerán sultó gravemente herido.
poet'ías.y les alumnasdel Observatorio, señoritas Me-
diataaica y Moreno, ejecutarán al piano algunas pie-
zas de su repertorio
SS. MM. y A.\. UR. están invitados á honrar con
EU pree.sncia la {unción.
Del rpparto de las localidade.í so ha eaear¿¿do la
sefiora condesa de Villalba.
W'OTÍCIAS G E N E R A L E S
Anoche se recibieron on los centros
oficiales loa siguientes tr.legraraap:
«liu,Ai;C:\ 6 (seis veiutineo tarde),—El coche correo
de .Taca ha liega/lo á ,su destino con un retraso de una
hora, á contecU'Aneia de uu vuelco á la salida de Ayer-
be. produc'do por habürKO espante.do uu tiro del coche
do un ganado liujiir.
No hubo más desgracias que algunas cortu-sioncs
sufrida.'< por cuaíro viüjeros.»
«CuKNCA. 6 .diez treinta y siete noclie),—En el Ici-
lómetro 9o do la linea de Cueoca, y ánt-'S de salir el
tren raí-tto de Oiiillaron, ha tenido lugar un despren-
dimiento de tierras,
T5n dicha estación se ha hecho el trasbordo do via-
jeros, llegamlo el tren sin novedad con solo un peque-
ño retraso *
El jefe del C u e r p o d e s e g u r i d a d , s e ñ o r
Oliver, recibió ayer un anónimo manifestándole que
si deseaba rccollfar los objetos robados en la calle de
Lope do Vega, paKa.-íc él miauío á recogerlos en el boa- afección, sin que ningunome procuraíie el menor alivio.
qnociUo del Uaual, mas allá del pontón del embarca-
dero.
ElSr. Oliver, d:spue.s de poner el hecho en conoci-
miento del gobernaiior, se personó á las doa de osia
madrugada en el sitio donde se le citab.'i, acompañado
de un oücia!, y al pasar el pontón íe hicieron cuatro ó
cinco di.sparos que por foituoa no lea cau-saron daño.
El Sr. Oliver orK^outró junto al se^pindo árbol inme-
diato al rio, un sneo con una bandeja, una cafetera, una
tetera, dos vieajeras, una.y tenacillas, una coladera y
dos cazos, todo de plata. .Tonto al ssco habia dos lien-
zos pintados. Los criminales huyeron.
líl valor, quo liarto probado tiene el ,Sr. Olivor, es
digno de elogio, pero que los criminales pudieran es-
capar n(S parece muy mal. Debieron haberse tomado
medidas distribuyendo convenier/teraente fuerza del
Cuerpo á bastante distancia y con la debida prudencia
para que en'su huida fueran'sorfirendidos.
Otro liecho extraño é incomprensible es que si ee
quoria atentar á la vida del Sr. Oliver, se hubieran co-
BAÑOS D E J M J i HUELVft
Pt blacícn la más sana de Éspafi», i»egun datos estadísticos.
Temperatura media máxima durante el verano, 28,60 centígs.
Temperatura media mínima durante el verano, 16,80 id.
Temperatura media durante fl verano
Baños flotantes ea la bahia, muy reputados por
los resultados tónicos y estimulantes
de las aguas. ,
Biiños de mar calientes.
Grandes baños do ola en la Torre de Umbría,
la playa más hermosa do Europa.
Servició (Vé vapores de_l_a_tícciedad.
F i e s t a s d e la Socíectád C o l o m b i n a O n u b e n s e
en honor del descubrimiento de América.
'~"~Co"noicrtos.
Bailes semanales en el magnífico Hotel Colon
y Circulo Mercantil.
Teatro de verano: gran compíñía do Zarzuela.
l'eria y Velatlas de la Cibia en el mes ue Setiembre.
Payta, Callao, Excursiotes á Rio-Tinto y la Rábida.
Servicio de trenes rápidos á precios reducidos.
3 , HORNO SE LA MATá, 3
Realización v( r . a d de objetos de oro y p k t a . Se trespasa el locaL
3, Horno de la Mfct<, 3.
Núm. .52. una doncella, esta misma mano me abrió la puerta del
tocador de la casita de Auteuil.
Hacía algunos minutos que Fernando, que pensaba
en la calle lüanehe, habia dejado su vaso sobre 1» me-
sa, y ctícuchaba con la mayor atención, apoyando su
cabe-¿a sobro su mano, Al oír la última frase de Mr. Sa-
ponniere, redobló .«u atención.
—Eran más do las doce de la noche, y estábamos
fiólos, prosiguió el orador; tan solos que no tenia el
menor temor de quo me molestasen. Las hostilidades
BO rompieron: teíiia en mi favor labora, el silencio, la
situación, una implacable resolución de triunfar, y el
ardor que produce la audacia.
—¡Ja! ¡ja! exclamó la Madona; la situación empieza
á dibujarse.
•—El momento me pareció oportuno para batir en
brecha el corazón de la rebelde, y sin detenerme ante
sus súplicas y sus amenazas, caí de rodillas á sus pies.
Ya sabéis que esta es nuestra mejor manera de empe-
zar el asalto.
—Apuesto cualquier cosa i que á los ocho dias os
adoraba la desgraciada, interrumpió slr William.
—¿Ocho dias? Decid mejor una hora después, aña-
dió la Madona.
Mr. Saponniete de Blévays pagó esta galantería eon
una mirada fascinadora.
—Pues bien, no, exclamó.
—¿Cómo que no? ¿fuisteis vencido?
—Sí. No lo creeréis; pero esta batalla, que me ofre-
cía !a mayor de las victories,,terminó coa una denota.
—E.Í inverosímil, dijo sir \¥illiam.
.--Sin embargo, es verdad, respondió Mr. Sapon-
niero.
—¿Cómo 86 enlieiidíí \ZTX de Blévaus vencido á me-
dia noche y estando solos! ¡Y venciao p^r un enemigo
vertido de muselina!
—Si tal; no habia más que un dragón en. Auteuil y
laltstalidad tiuigo quo saliese á mi encusntro. La m u -
selina servia de corai» á este dragón. Con todo, la
L A JBPOCA.
locado allí objetos de plata procedentes de un robo,
como no se pensara que asemejanza de las costumbres
antiguas, esos objetos estuvieran de.stinadoa á adornar
la sepultura de algún bravo jefo de seguridad.
MODAS PAlilSIKNSES
Las señoras que quierea vestirse con elegaacia
y bu;,n gusto", pueden dirigirse á la casa de
MAD. J'KESTAT,
108, Mus de Rholi, París.
A. l a s t r e s d e l a t a r d e d e a y e r e n l a c a -
lle de Santa Isabel fuá mordido por un perro un niño
de ocho años, que resaltó con varias heridas.
Loa guardias municipales, en cambio, se entretie-
nen en darse cuchilladas.
Sucesos:
Dos jóvenes riñeron en la taberna del núm. 14 de
la carretera tle Kxtremadura con la dueda y el dueño
de la.misma, y aquélla resultó gravemente contusa.
—A las diez de la mañana se cayó del piso segun-
do, casa núm. 70, en construcoion," de la calle do las
Huertas, un sujeto de sesenta y dos años, llamado Ma-
nuel Merino Montes, y se fracturó la pierna izquierda.
—Por equivocación, una joven que habita en la
calle de San Carlos, núm. a, principal, dio á su madre
una taza de agua con hierbas venenosas, que puso on
grave estado á la paciente.
Merced á los auxilios del facultivo de la Casa do
—A las altas horas de la madrugada, el Juzgado de
guardia estaba constituido en el penal da la Moncloa,
donde habian reñido dos cabos, uno de los cuales r e -
—Dos guardias muüi#pales riñeron á sablazos en
la calle do San Bernardo, y uno de ellos resultó he-
rido.
Y en tanto, la policía urbana en Madrid, como Dios
quiere.
Estado del tiempo:
La presión quo ha venido en los pasados dios, sien-
do causa de la baja de la columna barométrica, ha
desaparecido por completo, y libre ésta de su efecto,
ha empezado á descender.
En Rspaña no hay diferonoia notable en sa estado
meteorológico desde ayer.
El ca'or aumeata por lo general ea to la la Penín-
sula.
Los vientos soplan del NE.
Máxima altura barométrica, 7t)3-8ea Murcia; míni-
ma, 7G0'4 en Bilbao.
La tamperatura do hoy 7 en Madrid, á la sombra
según las observaciones do los ópticos Sres. Aramburo
Hermanos, Príncipe 12, es la siguiente:
A las ocho de la mañana, 17" centígrados sobre O,
á la.»! doce Ídem, 24'id. id.; á bis cuatro de la tarde;
22" id. id.; la máxima fué 27" id. id.; la minimn,
12° id. id,
FA barómetro marca 704 milímetros, tiempo va-
riable con tendencia á lluvia ó viento.
Asmático hacia ya seis años, habia en-
sayado todos los remedios conocidos contra esta terrible
Entonces oí hablar de vuestro Puprly do vuestros Cigar-
ros Okquel, sin que des le luego eroyeso fuesen de mu-
cha eficacia; pero después de habarics ensayado tuve
que reconocer la verdad, D.^sde que uso estas maravi-
llosas preparaciones puedo llenar con t.oiia energía mis
funciones de piloto, muy feliz de haber recobr.ido la
salud perdida desde »lgunos años. Sin embargo,
como podría recaer, envíeme sin pérdida de tiempo
dos caj- s Papel y dos de Cigarros Gicquel, excelen-
tes preparaciones o.uyos beneficios he podido apreciar.
P. DdPONT, PILOTO.
En Royan.
Sr. Gicque!, farmacéutico de 1.' clase. París.
EN LA CALLE DE SEVILLA.
Loa que se lamentan de la carestía del pan y de los
demás artículos de primera necesidad , pudieron con-
vencerse, al pasar anoche á las doce por la calle do Se-
J- G.^^PAB, íDnOR, MONTERA. 3
OBRA NUEVA
L4S ESTaELL\S Y CURIOSIDADES DEL CIELO
24 id. Descripción completa de las estrellas visibles á simple vista y de
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Paz, 15, al lado de Correos.
qora de los cabellos erizados acababa de sonar. Recha-
cé el ejército de súplicas, rositíá la artillería de lágri-
mas, quise vencer y hubiera vencido, cuando una voz...
—¡Hola! ¡hola! murmuró uno de los convidados.
—Yo creia que la guarnicloiv estaba comprada, ex-
clamó la Madona.
—La guarnición sí; pero la fatalidad... exclamó sir
William gravemente.
—Ka cierto, continuó Mr. Saponniere dé Blévaus, yo
lo había previsto todo, lo habia combinado, arreglado
todo, pero el destino so opuso á que estas sabias com-
binaciones tuviesen un fin lógico. Mí elocuencia tstaba
á punto de triunfar, cuando de pronto la voz de un
jardinero se escuchó al pié de la ventana; ¡y qué voz!
no una voz ronca como la humedad del sito lo exigía,
sino una voz fuerte, sonora.
—¿Comenzó la tragecfia? dijo la Madona.
—i Ah! yo hubiera querido veros en ese njoraento,
exclamó sir William. Deberíais estar magnífico; la mi-
rada eaceadida, el rostro iadigaado, la frente altanera
dispuesto á todo. ¡Pobre jardinero! ¿Le arrojasteis por
la ventana?
Mr. Saponniere do Blévaus llevó un vaso de cham-
pagne á los labios y lo apuró con lentitud.
—No, por cierto, contestó; la prudencia me aconse-
jaba contemporizar.
—¿La prudencia?
—Sí, empujaban la puerta y llamaban á la ventana.
y al vercuáa difícil era vencer á aquellos importunos
adversario?, busqué la salvación en la fuga. El jardine-
ro gritaba; U dcmóstiea qup hftl^i* tomado mis tres
luises, gritaba más aún, pero cuando se abrió la puerta
del rebaño, el lobo habia desaparecido.
—¡Bravo! exclamó la Madona.
—¿ Y qué pasó después? preguntó sir William; esa
no¥eia (Jebe tener un desenlace.
—Seré franco h^-sta eji fiUj'continuóMr. Saponniere.
hubiera continuado mí aventar» á oo serme imposible.
SJgB
villa, de que la mayoría del pueblo madrileño se pre- La Rtvue Indepcniimle tiene sus oficinas, 7, rué de
ocupa poco de esas'cosas, j do qua somos unos tontos | Médici.?, y cuesta fuera da París siete francos semes-
loa que con tanto calor pedimos y soster.e.xos que se ¡ tre y doce un año.
atienda preferentemente á ia cuctiun ue subsisten-
cias.
Gritamos y alborotamos, con razón, porque la reba- DE SOBREMESA.
ja del pan no ea más que de cuatro céntimos en kilo-
gramo; pero abonamos muy gustosos un aumento de
tres ó cuatro duros en el precio de un asiento en la
Se hablaba delante del doctor X... de otro colega
suyo considerado como un verdadero sangrador:
plaza do Toros, y lo que es más, surge una cuestión de —H«y me han asegurado, dijo uno, que no era
orden público por el deseo de obtener ese billete. médico,
Desdo las diez de la mañana de ayer empezó en d i - —¿Cómo que no es médico?—interrumpió el cáus-
cha calle la formación de grupos para la compra de bi- tico doctor X,..?—Pues á sus enfermos les mata como
lletes en el kiosko de la plaza de Toros. cualquiera de nosotros.
»#«
Más tarde se hacia ya imposible el tránsito , y á las
once de la noche tuvieron que cerrarse el café Inglés y
los demás establecimientos de la callo para evitar una Paseando por las calles de Londres un guasón, leyó
sobre la puerta de una Funeraria inglesa:
invasión.
La cola llegaba á la Puerta del Sol por las calles de « Vqui hay todo lo necesario para un entierro.»
Alcalá y Carrera de San Jerónimo , sin que bastasen Nuestro guasón entró, y con voz cavernosa dijo:
más de lóO guardias para imponer orden. —Quisiera un cadáver.
Cuando mayor era la confusión se presentó el señor -¿Qué?
gobernador civil é hizo anunciar que el despacho de —Un cadáver. ,
billetes se veriflcaria en la Plaza de Toros desde las
—Pero, caballero, aquí no hay tal cosa.
diez de la mañana de hoy.
La noticia circuló rápidamente entro la multitud, j —¡Cómo que no! ¿No dicen Vds. en la muestra que
tienen «todo lo neceoario para un entierro?»
á seguida hubo quienes, tomando por asalto los coches
—Sí, señor.
de punto más cercanos, .se dirigieron á la Plaza deseo-
sos de obtener un puesto de preferencia en la cola —^¿Y hay algo más necesario en un entierro que un
cadáver?
A las cinco de la mañana, y á pesar del anuncio • »
del gobierno civil de que únicairiente eu ia Plaza de To- Sostenía días pasados un poeta fatuo, que sus obras
ros hay despacho de billetes, la calle de Sevilla so ve no serian leídas hasta que se olvidara el recuerdo da
favorecida con la presencia de 400 órjGQcflpí'íaíwíaíque Ayala.
esperan la apertura del kiosko para ceder su puesto —Es lo probable, le contestaron.
por una módica retribución, siempre superior al jor- En el tribuna]:
nal que ganarían llevando espuertas. Un presidente de buen humor, dirigiéndose al pro-
cesado:
—¿Ha sido V. condenado alguna vei?
SÍÍOCION RELIGIOSA. —Nunca, señor presidente.
—¡Buenol pues siéntese V., que ahora lo será.
SANTO DEL DÍA 8 .
Domingo I después de Pentecostés. Ea Fornos:
LA SANTÍSIMA TRINIDAD y San Salustiano, confesor. —¡Qué mujer, chico, no puedo olvidarla!... A pesar
Cuites.—Se gana el jubileo de las Cuarenta Horas de que hice biea en dejarla, porque me era infiel, y ea
en la iglesia de lielgiosas Trinitarias, donde á la vez coqueta, y viciosa, y... me trataba como á un perro.
continúa la novena del santo del dia, así como igual- —¡Ay Luis! loque observo es que sientes mucho
mente termina en la iglesia de Nuestra Señora d«l haber perdido tu antigua posición canina.
Carmen,
Kn San Ignacio continúa también la de Santa *»
-^Como es V. tan distraído, D. Serapio, lo recuerdo
Casilda.
En Santa María prosigue la novena do San An- que mañana le esperamos á comer en casa.
—¡Calla, pues os verdad! ya no TOB acordaba; pero
tonio.
Ea el Oratorio del Espíritu Santo la de su t i - espere V,, que lo anotaré en mi cartera.
—¡Me parece muy bien! Pero ¿se acordará V. de
tular.
Y en Nuestra Señora do Gracia, la de su eiceis» mirar la cartera?
patrona. —¡Tiene V. razón! es fácil que se me olvide.
En Santiago la de Nuestra Señora de la Salud. Después de un momento de refiexion:
—Apuntaré también que tengo que mirar estas
PUBLICACIONES. notas.
Marrascpiino.
El número de la revista bisemanal L'^Art, corres- «•••.•••••••Il—I •W.I.IMIII •I1..IIMWII—•.lili»! • . — J . f i . . — . — l.->ll»,1.ll».. I,.l ••II»—•B.I.WV'JiWd»
pondiente al 1.° de este mea, contiene una preciosa E8PKCTACUL0S PAEA MAÑANA,
agua-fuerte tomada de una marina de la baronesa de
Rothschild, un lindo dibujo de Kinght. varios intere- TEATRO Y CIRCO DEL PRINCIPE ALFONSO —
santes grabados intercalados en el texto, algunos re- A las nueve.—32 función de abono.—Cwa onza.—Miss
ferentes al Salón actual y artículos sobre el mismo y Leona.—Pipelet.
sobre una Teoría de la Jigwa hvmana, ilustrada con di-
bujos de Rubens. Por lo tard:: Torear por lo pio.—D. Abdon y do»
Sene».— La Calandria.—Las Hadas.
TEATKü DE APOLO.—A las nueve.—Turno par.
Ha empezado á ver la luz en París en pequeña y Fanst. .
sencilla forma tipográfica, una Revista Independiente,
TEATRO DE LA ALHAMBRA.—A las nueve.—
órgano de loa «naturalistas y positivistas» y donde co- —Función 24 de abono.— Turno 3.°—Marina.— Quitar-
laboran distinguidos escritores de esta escuela.
rero (segundo acto!.
.Lleva publicados dos números, y el sumario del se- TEATRO ESLAVA.—A las ocho y tres caartos.—
gundo (correspondiente á Junio) dará clara idea de la
La colegiala.—D. Sesinando. — Música clásica,—Picio,
importancia de esta revista mensual: Adán y compania.
I. «L'EduCation.»—II. 'sThéatre de Campagne,^) par
TEATRO-CIRCO DE PRICE.—Por tarde y noche.—
EmileZoIa.—lII. íRéponse á Vírchow »—IV. «Le Sai Grande y variada función en la que tomarán parte
Ion de 1884,» par J. K. Huysmans.—V. «Une tentation los principales artistas de la compañía.
de Saint-Antoine,» de Félicien líops, par Camille Le- CIRCO HIPÓDROMO DE VERANO.—A las nueve.
montiier.—VI. .<M. Mistral et le Fólibrige,» par Joseph Esoc^idos y variados ejercicios por la compañía ecues-
Caraguel.—VIL «Sonnet » par Stauislas de Goaita.— tre, gimnástica, acrobática y cómica que dirige el re-
VIH. La «Sapho» da M. Alph Daudet, par Adrien Re- putado artista D. Domingo Rizareli.
mado.—IX. «Dans Mntimité (111),» par Robert Cazo.
X. «Chroníque du mois,» par Heníy Céard.—XI. «Les • ii.i. » - - j ,. II . . .11.1 I .UIL J , - ^ H . 1 I - . U E J - 1 — W W W W — — — »
livres,»—Xtl. «Revue de Mai, Víe parisienne.» Utdrt<t.~ImprenU d« Forteiwt, eaUt.de la Ubartad, afta.tias.
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dra, 6 polo. Razón, Espozy Mina, ceptor en una buena Casa.
E. núm. 17, almacén de coloniales, En la administración de este
deRuete. SG. periódico darán razón.
TERMUS DI Li HEKUDA
SOMBRILLAS.
«Las aguas más termales de España, ricas en cloruro de sodig.
SACOS DE VIAJE. ccnteniendo entre sus cuerpos mineralizadores una graa caati4»d
de yodo,' «on un verdadero prodigio para la curación rápida jr segu-
A1F0MBRA8. ra de las afecciones gotosas y reumáticas, siendo tal su eficacia, que
á ellas recurren infinidad de enfermos que no han obtenido ningon
alivio, ó muy escaso, en otros establecimientos. Los períodos segundo
y tercero de la sífilis, rebeldes siempre á toda medicación, se curan
ea estas aguas, que ya de antiguo eran conocidas y aplicadas, á pe-
sar de no contar en aquella época con medios balneoterépiccs conig
hoy, que nada falta en el suntuoso establecimiento de nueva plant*
inaugurado el año pasado.
Como clorurado sódicas reemplazan con ventaja á los baños do
mar, y cuando en muchas dolencias dobidas á esas diatesCS no pue-
den aplicarse, estas nuestras aguas dan un resultado Sorprendefite,
habiendo curado parálisis y tumores inter-articulares de esoi (Jue ¡a
medicina tiene por incurables.
Temporada oficial: desde 1." Junio á 30 Setiembre.
E.
E.
Sü^
— ¡Imposible! ¿existe en vuestao diccionario esa desenlace para la infame comedia que este miserable
palabra? preyuntó sir William. nos contaba hace poco... Mañana mataré á este hombre.
—Mal novelista sois Mr. de Blévaus, dijo la Ma- — ¡Fernando! exclamó la Madona.
dona. Sir William frunció ligeramente el entreeejo, y co-
—Con efecto, el de.-ienlace no es nada interesante,
añadió Augusto.
giendo del brazo á su vecina, con una m'ezcla de súpli-
ca y de mandato,
Fernando no tenía ya la cabeza apoyada cu sus —Dejad hablar á los hombres, dijo.
manos. Dos gotas de sudor caian de la frente de monsieur
Si alguno de los convidados so hubiera fijad,) en él Saponniere.
se hubiera espantado ante la expresión de su rostro.
Todos le miraban y el horrible terror que ie tenia
—Poco á poco, exclamó el narrador; antes do juz- petrificado en BU silla, cedió al impulso de su amor
garme, escuchad. propio y logró levantarse.
—¡Oigamos! ¡oigamos! gritó la Madona. —Mañana, dijo esforzándose por reír, este caballero
—Un criado mío fué poco después de' mi aventura á tiene la pretensión de matarme... Mañana lo veremos.
Auteuil y halló cerrada la puerta déla casa. Interrogó Dio un paso para salir; pero Fernando le detuvo.
a u n a vecina y supo que lalieroina habia desaparecido —¡No exclamó, os he hallado y no quiero perderos
del campo do batalla. ¿No sabéis que mi padre os ha buscado durapte tres
—¿Había partido? años?
—No; habia muerto. Miró al cielo, y Tolviéndose hacia sir William,
Fernando se levantó. —Caballero, son las tres... á las ocho será bue&a
Su rostro tenía la palidez del mármol. hora. Os confío á este hombre, á quieti espero en el bos-
—¡Dios mío! ¿qué os pasa? exclamó la Madona que que de Boulogne en el camino de. las fortificaciones...
le observaba desde kaeía un minuto. me respondéis de él con vuestra cabeza.
Pero sin responder, Fernando s« acercó á monsieur Sir William se inclinó, y presentando una copa á
Saponniere y dejando caer la mano sobre su hombro, Hr. Saponniere,
—¡Al fin os hallo! dijo con bronca voz. —La copa está llena... es necesario apurafli^.
•=r¡Gómo! ¿qué me <|aerei8? dijo Mr. Saponniere ha- Mr. Saponniere cogió \^ eppa maqufnalinente, j ai
ciendo un esfuerzo para sostenerse en pié. mirará Fernando que te alejaba rechinaban sus dientes.
—No os engañaron, prosignió Fernando; la persona Deseó beber; pero el vino se vertió y manchó su
á quien insultasteis habia muerto. Se llamaba la con- chaleco.
desa de Maurs, y yo soy su hijo. —¡Es imposible!... vais á dejarme partir... dijo ce-
Estas palabras de Fernando helaron la sangre en diendo á su natural cobardía,
Iss TCRss de los convidados. —Con mucho gusto, iroi!i|ioj[)dI(J el inglés; mi coofao
Mr. Saponniere na puda resistir, y cuya desplomado está á la puaíta, podéis utilizarle; pero daode vayáis irá
yo; no temáis fatigar mis oáballos; y i las ocho, aun
sobre la butaca. ^
Fernando semejante á una estatua, cayó desplomado cuando hubiéramos andado seis leguas, UegaríamOi ^
ante él. tiempo. Ya veis que respondo con mi cabeza... Os cre9
Y señalándole con el dedo, demasiado bueno para comprometerme.
—Me parece, elr William, añadió, que buscabais un
 LA ÉPOCA. — Número extraordinario del dia 7 de Junio d« 1884.

SUMARIO.
ColoniKaoion E^gricoln en Filipinas —Dos escri-
t o s d e ImpQrtanoia.»—Gartas de Italia.—El
libro (ie misa de Mr. Renán.—El asesinato de
Salnt-Elme.—El sello y t i m b r e del Estado.—
P r e n s a extranjera.—Corroo de provincias.—
Correo dp Cuba.
msn de agudos y práctico;'!, poroMO tienen siempre fija I respondiendo Su ¡•i'antidad, tarebicn en la'i: o /'
^ - . .—v.^ rí'.íjiij a sH.vcz* ái oW» industrias, y el moioramiento da lum Bitaacion d-.iíla. ¿R.í eso lo q\ie la vista on las alforjas del rucii), .scráa constüuta ju- I graciaspor hal er conclui','o un tr:i.b;'.io quo de lanía
arrastrand^i intelij^üijüías y capitales á ia ercpló- a,ui;;re la, oposiciüii rsdicfil? Kii ostc cuso coincúiir.á con gante do los (Quijotes qno pasean su pcnniamiento por., i utilidades para les eatud'os cri liiKaos fi' t jauSido
tacionde 44^ montañas que tauto.s y táuricos lái- (íOb¡u:-ii'.). ¿'.¿ülíMo agravar la situación (lotu-il? Nin- IHS altura.s si quiera á vocea tonisn por ejércitos fornii- S entero. ' ,.,
nerales guardan en Sim senos, ¿l'or qué enton- guu raedio mejor do bogar á esa resultado quo el no (h'liles r<;l)nños de ovejas y carneros. Sólo quo iihora
i No es sólo la Ilnngria que aprovecha do e;?Vft noe
ces no han é^ c?í,abli;cer.<3c grandes ingenios, y ?: raovcvis?. ol 1). (¿aijote es la revolución, á la quo aparentando.;
grande; talleres de jarcias, y' grandes manufac- i tido , , P4ra empeorar lo pro-mv-, no iíí )»(;(ÍOGiino un par- despreciar, siguen los iiombrcs prácticos Bervilmonto,: I ralidad pontificia, rai.vbion Francia, Aleitna y Alemü
do movijiiento, .sino uu partido OpiiC"»''^ fti ' ' ^ ° ^ ' ' porquo en el fondo vienen á parar el!o3 y ella á las' mania so ])reparan á formar comisione"! íeeotí riuesits^
turas de algodón, como ya .«c han cdt'iblecidc fá- • mioDto; bastaría á la facción el designio do favorcC"!" «,s conclusiones; esto 03, a que oí hombro nace, para explotar táurico filón, y sentimo'^! qacno liu.uri".
bricas que en la claborccion dcM, tabaco compiten \ bajo un nombro incoloro la anarquía pormnnonto. un "lio la, iiumauidad se disuelve entera cu ' España, cuya historia cristiana es tan r
con la« de la J[abana y líaraburgo? > ' • El partido local. ¿Contra quó autoridad puede diri- para comer en el catálogo de las domas naeionoa, nombnirnlo nn.-í
Hay, pues, que impulsar y favorecer el desar- I girse este partido? No puedo ser contra la autoridad la cloaca. na; 0. Sepa V. quo i comisión do ilu,strados períwnaje» para dar a luz^ todo
' • - 1 ,

COLONIZACIÓN ACrJiíOLA
EN FILIfIX*S^
11.
Dcspiica (le las consideraciones exiiuo.^tn.s en
11 tjo.'^tro primor artículo(1), quizi'inorcsultavii fuera
Ofi propósito catutliar y describir, wiíjuiera íue-^o iv
ia libera, la,s varias regúoncs d<il .\rchipiól!ir?o en;
<l<jQde puede y debe intentar.se el planteamiento
<ie colonias agrícolas. 151 cliraa, la config-iiraoion
y estnict'aita de ios terrenos, .su formación y su'
compo.'iioion química, podrían ser, en efecto, ina-
>erÍM. de curio.sas y pertinentes observaciones."
IVi'o ni la extensión permitida á anículos de pc-
rjv^dico las contiicnten, ni, por otra parte, creemos'
jiecesaHo aquí un estudio que ya se encarg'ar/x de'
hacer, en punto y sazori ma.s oportunos, el interés
">art|cu^ar, a|)roveplj,ando ó ^rectificando los ya
£ lecüos.por:, viajeros y liomlSres de'.ciencia. Bas-
te^ á Hue.stro propósito recoger y niantcner una
iiíirmacion sobre la cual hoy nadie ge atreve h.
arrojar la mhñ llrrera duda , y es á .saber: que
<lesde cabo Bojeador ha.sta Cottabato, de.sde Ha-
íunr hasta Mindoro; lo mismo en la s^ran is-
la de Lur-ion, que en la no inuclio niéno:-'. g:ran-
d'» do Mindanao y que en la más pequeña del
bermoso j.jrupo de las Vi.sayas ; así en las rc-
frionos batidas por el inquieto y pelig-roso mar
<lc la China, como en las que baña el mar de Cele-
bes, tau poblado de diminutas islas, que más que
mar parece un reflejo de su cielo taclionado de in-
linitas estrellas, como en aquellas otras á las que
el Pacifico trae en sus p^igantes olas el lejano ru-
mor de la pot.cnte civilización americsua y do la
de eso pasmo de nue.stro.s dias que se llama Aus-
tralia, no hay un pedazo de tierra que no pueda
ser campo de fecunda explotación de todos los ri-
quísimos y variados productos dolos climas tro-
picales y de muchos de los que se dan en los cli-
injus templados.
Sentado esto, ;,cuáles son los ,Q:randes obstácu-
los que pueden oponerse á ipie esa exiilotacion se
emprenda en la medida conveniente y'necesaria''
]íu nuestro concepto, esos obstáculos no existen,
porque, en realidad,'ninguno délos que existan
es tangrí;,ude que no pueda ser .salvado, y por-
M'ie-, por otra parte, son todos tan relativos, que
T'rocis>ameute con lo que proponemos se camiua-
ria k hacerlos desaparecer. Todo queda reducido
á una cuestión de tiempo y k una prudente pro-
tección dispensada por el Estado al interés parti-
cular.
Que hoy nuestro dominio, la fuerza de las ar-
mas, la sombra de nuestra bandera no penetran
Hincho mis allá de las costas; que el interior de
las islas, sus montes, sus bosques están hal)itados
por rancherías de salvajes que pondrían en peli-
{íro, con su eriemig-a, la suerte de las explotacio
lies, y serian una amenaza constante para la vida
de los colonos... ¿Es este un arg'umento en con-
tra? No creemos que nadie lo sosten f^a en sérf?)
cuando cabalmente esos peligros, que, aunque
existan en algunas regiones, no son tan grandes
(5omo se pretende, es deber de España el 'J^¡.QXÍ.
tarlos y el vencerlos; porque es ve^;'^^fjgj.„ p^p^^^.
vergonzoso 30 que después de trp^^ sij^íos dírdouTiurr-
don, aúnLbaja "'^'.* cu
f'^ -j-Ji^'^uias
'^'"a« seres
«crea qo..
qoe x.^
no vivan
.».>^L*
cou nosotros en la Comunión de una misma len-
gua y de una i^ulsma civilización. Y no .se no.s
diga que b\ empresa de reducir esas rancherías
debe se,v obra en absoluto de las armas.
Ixadie que conozca la historia del Archipiéla-
go, nadie que haya penetrado en los aenderospor
donde nuestra civilizacÍL.n lia ido avanzando,
iipnque lentamente, puede sostener esa afirma-
ción. Y no negaremos que en algunos casos haya
Pido necesario, y lo sea también en el porvenir,
el empleo de la fuerza para abrir camino y para
imponer respeto; pero sí sostendremos, y esto ya
no lo niega ningún .sistema ni ninguna escuela,
«¿ue la suerte y el progreso de nuestra coloniza-
ción se debe casi por completo á la obra pacífica
de persuasión, y de sacrificios de las ¡Ordenes mo-
násticas, ayudadas en parte y en alguna ocasión
por empresas industriales y agriculturas.
Hay que tener en cuenta el carácter noble del
indio, su predisposición religiosa, .su docilidad,
la facilidad con que su espíritu se apasiona de
todas las exterioridades brillantes del estado ci-
ViUzado, el afán con que copia y se asimila, más
ó_ menos conscientemente, todo lo que es impre-
sión fuerte para sus sentidos, y el ansia con que
busca todo aquello ^[ue una vez le ha producido
placer y satisfacción, para cohiprender cuál
es el sistema mejor de atraerlo y retenerlo,
sistema que, por estas razones, debe alejarse en
lo posible, y mientras no sea precisa en absoluto,
de la fuerza. Y no se nos arguya con el ejemplo
de los indios que después de bajar á los llanos y
de vivir en pueblos algún tiempo, se han remon-
tado, huyendo á los bosques de donde salieron;
porque sobre poder presenta^ Inuchos casos |en
que tal cosa no ha sucedido, podríamos añadir
quo precisamente ese ejemplo viene en nuestro
sipoyo proclamando ^ue los resultados de la fuer-
za ni son sólidos ni duraderos. Pero queremos
conceder que muchos, mal hallados con la vida
civilizada ó no habiéndola apreciado suficiente-
mente, dejen el pueblo ó la colonia y vuelvan al
monte; supongamos qne de cada cien individuos
huyan al cabo de cierto tiempo cincuenta, ó se-
tenta ú ochenta: ¿no valdrá nada el haber ga-
nado para la civilización y para la prosperidad
del país Veinte seres? Y éstos, ¿no serán, además,
un verdadero elemento de atracción para sus
hermanos salvajes?
Miremos ahora la cuestión bajo otro aspecto.
Es innegable que la vida industrial de Filipinas
es realmente escaáa, y, desde luego, casi nula si
tenemos en cuenta los inmensos recursos inexplo-
tados con que aquel país cuenta. Pero, ¿qué in-
dustrias se quiere qué naya, ni q^ue florezcan allí
donde puede decirse que no existe la industria
madre, de la cuál todas las demás toman jugo y
a& alimentan, la agricultura? ¿Cómo ha de haber
allí grandes industrias, grandes fábricas, ni cómo
han de llegar á sus puertos, como podrían hacer-
lo, á centenares, barcos de todas las naciones, si
hasta hoy él cultivo se ha reducido, casi exclusi-
vamente, á producir tabaco para surtir las fábri-
cas nacionales, y azúcares, y no en la medida po-
sible, que han tenido que venir á Europa para su
refinación? Con estos elementosj ¿qué industrias
son posibles? Pero que el cultivo del tabaco se
emprenda en grande escala^ como ya lo ha em-
prendido en la isla de Luzon una poderosa casa
española; que se aumente la producción del aba-
cá que hoy por sí solo es la vida de unas cuan-
tas provincias; que se produzca todo el azú-
car que puede producirse en casi todas las is-
las Yisayas y en muchas de las provincias de
la de Luzon; que se cultive el algodón, cul-
tiyo hoy casi abandonado, cuando este precioso
textil puede crearse en Filipinas en todas par-
tes y en cantidades suficientes para hacer en
nuestras fábricas terrible competencia á los Es-
tados-UiÜdos, y ya se verá cómo surgen todas
• Itus industrias que se alimentan de estos produc-
11) VéíB» nuestro númMO d«U8 de Mayo.
(N. (IclaE.)
rollo áe la agricultura. ¿Y qué medios tiene para I real, porque 1» lalta materia para elip. El Roy está á la
esto el Estado'íEn Filipinas todos;'porque además .s cabeza del reino. •
; de poder prestar la ayuda de que en toda'i par- { . Lasino idea de una oposición local no pueda tansr por
tes diísponen los gobiernos, allí pued'e actKliP"al; f ba.<3e la.intención do.oprimir á otra.s localldade,=!
quo son publrtcicn dsl reina. Somojants tendencia noj
' más sencillo y elemental; dejar hacer; facilitar i está á la altura do uua oposición política, de, un par-
i á los particulares la adquision do terrenos; con ün- i tido en lucha coatra el Trono, pórquo para alcauzar
ceder franquicias á todos ¡iquellos que, al coin^ in- ' su fia necesitaría el concurso did Saborano.
prometer su existencia y sus capitales en grandes | Existe también el partido oeparatiata; pero podría
explotacioue.<! agrícolas, arranquen *á Uv iacul- I ser muy bien que esta opofúcion coatass» menos adcp-
tura, Y á la esterilidad un pedazo del territorio y al | tofi declarador» quo disfrazados. Mas ¿do.scausa sobro
.salvajismo unos cuantos sére.s. •' | una ba.sü quo rcüista al análisis? Legislativamente al- .
gOK listado difiere do los otroa Rstiidoa de la nación; |
Hay que tener en cuenta que cada hectárea s políticamanto todos «o confandon on la unidad.
improductiva Iioy para el particular y para el 15s- \ Ningún inconveniente resulta do la unión do b u
tado, entregada al cultivo, será mañana funda- i Coronas: porque ¿cuál sería la situación de un país so-
mentó do vida honrada para una, familia y nuevo | parado <lü la naciou por (íii geografía, par sa cidtura,
recurso para el Tesoro; que por allí doudo se e:;- i por su superioridad indu'strial, por o-ifíior/.oi iiiovita-
tablezca una colonia, cruzará un camino, que hoy j blos quo roaliza.s.'in su separnciou completa? ¿Qué soría
podrá ser una carretera y mañana un ferro-carril, | de ól fronte á frcnto dn Xoz K.ítados vecinos? iin. HM clc-
mniito más siittp'/^, el .'icparatisirao apela á la insurroo-
acaso utiüzable* como vías estratégica.s; que las | cion; la insurrección y la resisteucia no Van la Uña sin
colonias podrán ir escalonándoie tlcsde las «rillus . la otra basta la coaquista y !a ruina. ¿Ss proponen lo.s
del mar hasta el coríuion de lo.s morjte.s y de los soparati.'ítaa correr talsorin desaventuras?
bosques 011 quo nuestra dominación e^, al preseu- La opo.íicion cxtravagants csmprondo los c.spíritu.<!
te, .sólo nominal: por donde el intorós' particular, quo ,sin conocimientos sólidos, sin doaenVijlviiIlioiito
práctico, gu,?t;m do repetirlas frases do moda, quieren
iná-! ganoso de lucro y m á s desiiierto siempre que
el'del Estado, llnvftndo para i)rot>i!i g a r a n t í a u n 5 do,-j(jmpef«r papeles íácilen, y son pasto do agitadores
\ tan insensato.^ co.mo c,£;oistas.
¡sacerdote '¡no cristianice, un maestro que enseñe
riue.ítfíi Icuífua y mía ])areja de la G u a r d i a civil I Ea rusúraen, el desorden es la consecuencia do la
i agitación dn loa partidos, y cato acusa debilidad.
que defienda nuestra bafitlLTn, h a r á m á s pronto,
í Ivstá en la naturaleza de las oposiciones contener on
y con menos e-ifuerzos y .sacrificios, quo nuestro \ su existencia efímera un oiemcnto de debilidad iaovi-
dominio ,?oa todo lo real y efectivo que debe y I table. Ija idoa de una opo.sicion pormancntoes ab,surda,
puede ser. y se pierde en la da la contradicción con la verdad y la
^i'ara qué le sirven al Estado esa.s inmensa.3 inentlra, con ol bien y con t;l mal, con lo que mani •
liesta-iuontc oa útil y con ia qao ovidontemeníe es no-
extensiones do terrenos baldíos, y caos i m p e n e -
civo. Gomo lasidsa.sdo fuerza y de duración son insft-
trables bosques, y c^os kilómetros y m á s k i l ó m e -
parablcs, hay cu la existencia pasajera de las oposicío-
tros de cost;is desiertas? No sólo no le producen n'.;3uua dübiliifid real revidadacn la manera do obrar
n a d a sino que antes le ocasionan gastos, allí don- do los partidos por la precipitación y por la violen-
do no quiere que seau g u a r i d a de enemigos 3' cia. Para ellos, mo-.uent;) perdido equivale á causa
c a m p o de h a z a ñ a s de malliechore.-<. ¿Por qu(í no perdida.
concederlos al que primero los solicite, con a r r e - CuíJido los Gobiernos s'on dííbilCii m cuando eas ad-
g l o á la legislación c u y a necesidad p r o c l a m a m o s , versarios son faertea.
y cou aquellas g a r a n t í a s extrictamente necesa- Rs débil el Gobierno que no quiero sor fuorto ó que
no SAIIC f orlo. Lo,! elemc:.it^Ti de fuerza reales estáu á
rias, pues sería contraproduoeuto el a n d a r s e cou
suspicacias y con trabas? I'orque pensar (jue las la disposición del lley el dia on que sabo verlos, y en-
tro ellof! hay que contar el .sentimiento <!3 toilo el paií
cmpresa.s que acometieran l;-i obra colonizadora deque las cosas no puc len seguir. K oso sontiinionto
pudieran ser un peligro (') perjudicar los interese;; se asocia el do que ol ¡luxilio no puede ditn«niir sino \
generales, es un absurdo quo no creemos que del Trono, porque del oxámeu do todas las enojosas |
p u e d a ocurrirse á n;ulie. /,(,)u!éu so atrCA'crá á t.'.ndoncifts de la.q oí>o,S!Ciones no resulta ni unaque sea {
sostener que ese interés particular que rotura un capaz dy coavcrtirsc oa poder regenerador.»
monte, que pone (;n fsultiví) el eri.al, que puebla el
y e r m o , que hace s u r g i r u u a poblaeiou en el de- El .segundo de los aludidos artículos es á modo I
.sierto, que c o n s t r u y e u u a carretera, qu(! liaee de expiicaciou pr;iotica, de Im doctrinas del cele- |
rodar u n tranvía y empuja u n barco, puede, cu bre diploiníitico alemán; comienza así: \ expre;dou encontramos c'w.vtn viVe/.a, na e.l fondo,
n i n g ú n caso, estar en lue'ui con el iiiter('>s g e n c -
TiiYí ¿Pues qué, el legítimo afán do crearse ó de a u - —«Poro ,s8aor—mo d('cia hace \yito% día? uu seaa- \
m e n t a r u n a f i r t u n a , sirviendo al mismo tiempo dor de los que uaipm indecisos entro ]M aguas del íu- I
lit c a u s a de la civilizaeion, a l u m b r a n d o n u e v a s
.sionismo y do la conservaduría—'jqn.ij mosca le ha pi- |
fuentes de rccur.sos para, (.1 Estado, peleando eu caUo á Cánovas? T'Mnoi'C-í y anienazas 3.a el diS'.uir.so '1
de la presidencia. Temores y amoua'ías on. el di¡<eiiríV) ;
p r i m e r a fila por ongraudecor y a3.;giirar nuestro i
dominios, buscando brazos para o! trabajo y pro- do la Corona. A.hora no fibre^l*. hoiA «1 pi'cHlá«nte siúó \
para cxnaroír »,lftriílas y pnra anunciar en todos los to- S
porcionando el pan á m u c h a s gentes ¿puede na-
nos quo tenemos á los barbaros á las puertas da Roma, j
die mirarlo con recelo'í Alma p e i u e ñ a y misera- o__en otro.s ^orminói), á la revolución socavando la,diw- |
ble será la que en el asunto en que nos '~ ,,,,.,,1 ^:, cipliua militar. ;,Qaó ca lo quo ha pasado a([uí, on e,s- |
tos dos ó tren último.'!")/ños, que así ha trasiormado Ja |
C ™ f r V ü " n o i ^ ' " - ' ' ° '''-^ '^^ empresas puedan tranquila scrorjidad del ¿(-..jfe'»-civilde la ro,stauraciüa j
í l - o n V ^ - ' ' - " p a p a r t e , los Inflnitos rie,s- en rcCBlona expoctativa ó inquieta desconlianza? ¿I'ÍJ |
^"" ^ .oi,as h a b r á n de correr en sus capitales y política prudente la qito «ioiübra Inqnietndcs n\ U•>^
,.x .-íns personas, y «iu recordar que casi todas las ánimos y como el pastor do la fábula so entrationo ou |
anunciar ia venida da un lobo imaginario, con riesgo 2
g r a n d e s oljras, casi íodas las g r a n d e s conquistas
de que la h u m a n i d a d se enorgullece h a n tenido
de que nadie haga caso cuando llagao ei lobo vorda- •
dcro? i anteayer, sogun mis informes, que creo exactos, Su
por móvil y estímulo el interés particular, que, —Do manera que V. crea—lo contoitó yo—qiio no \
c u a n d o no es la vil codicia ni el estrecho egoi.imo, bey por ahorx lobo, y quo el íobaflo puodo dormir I
puede levantar las m o n t a ñ a s y trasformar el m u n - tranquilo. ¡ y algunos creen qno ha sido promovida ¡>or el e?tado
do hcrmo.seándolo. —Mo diré yo tanto—me replicó ol sonador—íioy ra- i
zonablo y no he do negar quo se conspira. Lo quo nie- ]
En nue."?tro próximo artículo diremos l o q u e
go 0.9 quo ol hecho acá nuevo y que haya utilidad ea i
entendemos por colonias agrícolas en Filipinas, y
algo acerca de sn organización, etc., e t c . exagerarlo. !
—Es decir, quo en el prosente momento histórico, j
no ve V. lobo en el horizonte. Es V. sin duda do los ;
que propalan quo on lo quo acaba de pasar en Navarra \
y Catalufla y eu lo delpuonto de Alcudia, no anda ol ;
DOS ESCRITOS DE IMPORTANCIA.. lobo, por lo monos queá eso lobo ,so la debe d a r l a 1
misma importancia quo á un perro faldero. ! cardenales que hayan de ssr elegidos. (Jneda fuera do ; babia impulsado á cometer tan horrii)lfl crimen, y isobrtt
—Según y conformo. Ya sabo V. quo yo soy hombre •
do orden y detesto la revolución. Los que como yo tio- i
Dos trabajos notables, como lo .son general- non ya hecha su fortuna, nada pueden gauar con las al- \
mente todos los suyos, ha publicado últimamente teraciones del orden público. '•
nuestro ilustrado colega el Diario de Barce- —Sogun y conforme, lo digo yo á mi voz. La rovo- ¡
lona. lucion ha sido hasta aquí un gran negocio y do ello -,
Refiérese el uno á la ciencia política aplicable quo pueden dar testimonio muchos do los coches y palacio.s i
á nuestro país, y se contrae todo él, que va sus- fué loilustran á Madrid. La de Setiembre, sobre todo, ,
que se llama un negocio loco,., para los ricos. ;
crito por el director del Diario, Sr. Mané y Fla- Es verdad quo ha echado sobre el presupuesto unos !
quer, á conceptos entresacados de la.'í célebres veinte mil millones de daud!,r, piu.-o esta deuda corro á \
Memorias de Meternich. cargo do la nación, quo os una HB¡).ora á quien nadio \
Hé aquí su texto: i conoce ya más quo de oidas.—Aquello fui nit:i borrache- j
«La nación está al borJc del abismo do ía revolu- ra de ganar dinero—mo decía hace poco, hablando do '
ción. Han desaparecido los elementos antiguos y la la setembrina, un hombre de negocios. Pero á los quo |
vida nueva no ha empozado todavía; reina un catado entonces hicieron ol suyo, les aconsejarla que no se i
diesen prisa á desear uua segunda parto, porque po- \
de cosas que conduce á resultados idénticos en el fon-
do, desemejíntea en la forma, pero lo importante es i drian ser ellos los encargados do hacer ol gasto y la j
gente trae mucho apetito. \ «Amadísimos hermanos: Nuestra Sede en Roma ha
pasar do un órdeá a otro diferente y mejor. Si esto lo
hace la fuerza brutal, se llamará revolución: si se ve- —No es tan fiero ol león como lo pintan. Esto no | »la masonería. Hemos ya borrado de ia humanalegis-
rifica por la via legal, tomará el carácter de reforma. quita para que yo sea el primero en detestar las por- \
Ideas y formas legales que han subsistido durante turbaciones del orden. Sólo que á la revolución oonvio- f
siglos, no pueden desaparecer por un golpe de Estado. no tratarla con maña. ¿;\. quó irritarla con vanos alar- ;
Y cuando es evidente que una situación na de ser mo- des do represión? í »aún su misión y espera la humanidad que demos el
dificada, las ideas y formas do valor histórico ofrecen —Si son vanos, tiene V. razón, no conducen á I
al poder reformador la base más sóáda y segura, quo nada. ! »puos do haber reivindicado para el poder laico una
nada puede reemplazar. Aparte de esto, la empresa de —Los partidos soa como loa hombros, como quo
sustituir un régimen constitucional por un régimen de hombres se componen, y so pagan mucho do los
absoluto, sería inexcusable. buenos procederes: ¿por ipió en lugar de exasperarlos
no so procura atraerlos por medio do prudentes conce-
La cuestión está on precisar el punto do partida y
en la elección juiciosa de meJios para Hogar al flu. siones?
Ha de perseguírsela obra salvadora conduciéndola ~ Y ¿quó entiendo V. por prudentes concesiones?
á buen término; obrar tímidamente tanto vale como Vamos a ver.
producir inevitablemente ol estallido do la revolución. —Ya sabe V. lo que quiero decir.
Cuando ol mal ha avanzado tanto, no se queda esta- —Precisamente, porque no lo sé, so ¡o pregunto á
cionario, porque no puede. La solicitud del lley ha de usted. En punto á concesiones, creo quo no hemos an-
conducir á la nación á una situación lógica, ó do lo dado cortos.
contrario ella trabajará por creársela, siguiendo un —Sólo en estos tres ó cuatro últimos años so ha
curso parecido al en que se confunden torrentes des- bocho algo.
bordados, sia canales do desagüe ni contención de es- — Y ¿cuál ha sido ol resultado? Que se conspira
tragos. más. Porque no rae negará V. que la cuestión do orden
El carácter de la nación lallova á la utopia; su espí- público m ha ido agravando á medida que la políti-
ritu se da fáciliftente á la primera impresión; siempre ca dol Gobierno se iba acercando más y más á los par-
está dispuesto á dejarse seducir por palabras huocas, tidos avanzados. Y ora natural ipie así sucediese.
sin preocuparse de sumas o menos valor práctico. Mientras tenga V. su puerta cerrada y atrancada, auu-
llemedio de esta situación sería que ol Rey gober- quehaya detrás mucha gente quo empuje, puede usted
nase y tomase la delantera en el camino del derecho y dormir con relativa seguridad; poro se empeña V. en
del deber: que se pusiese á la cabeza del desenvolvi- tenerla entreabierta, ¿cómo diablos va V. á impedir
miento material del país, haciendo todo lo que está en quo un dia ú otro no so cuelen dontro los quo empu-
su poder... La acción de los partido», sus vanas teorías jan? Por eso se ha dicho, y se ha dicho biou, que las
puertas sirven para estar cerradas ó abiertas, pues que
y sus estériles debates, se desvanecerían como humo
el tenerles entornada's sólo conduce á dar falsa segu-
ante la actitud enérgica del Gobierno.
ridad á los que están dentro, sin oponer obstáculo se-
Aplicadas al espíritu de partido y á la acción de los rio á los que empujan desdo fuera para colarse. Eso do
partidos, la fuerza y la debilidad son ideas relativas en
la medida, sólo pasajeramente, del número do adepto»,
las prudentes concesiones , no pasa do sor un lugar
y dq una manera más durable en la fuerza ó debilidad
común, una consigna do logia, con la cual la revolu-
ción está haciodo su agosto desde hace muchos aiios.
natural do.la dirección quo siguen los partidos.
So trata de una fuorza quo sólo mira á destruir, do
¿Cuáles son las condiciones do esta última especie,
sogun las cuales pueden clasificarse loa partidos? un espíritu que fermenta en el corazón dol hombre,
El partido consorvador se auna con el Gobierno: la como fermentaba en el corazón do los ángeles rebeldes,
fuerza de ambos está en los derechos do la Corona y espíritu dispuesto siempre á aprovechar toda coyun-
en las ideas que tieaden al orden del reino. No tiene tura de relajar algún vínculo, de romper alguna bar-
rera detrás do la cual se ampare el orden social y polí-
de partido sino el nombre, y eso porque sus adversa-
rios lo provocan á la lucha bajo semejante denomina- tico. Cuanto más débil sea el obstáculo quo se lo opon-
ción. ga, tanto más fuerte será su deseo de atropollarlo, y
Tratándose de la oposición, se ha de advertir que como quiera que mién^tras haya un rosto dp sociedad
no hay «no, sino muchas. La primera es el partido habrá siempre un resto de organización protegido por
constitucional. El campo no os libre para un partido algún baluarte más ó menos resistento, de aquí que el
que aspira á esa denominación, porque el suyo lo ocu- espíritu revoluciona! ¡o sea insaciable y que le suceda
lo quo á la loba dol Danto
pan el lley y los conservadores, quienes confunden su
propia causa con la del lley. che dopo il pasto ha. piu faine. che pña.
Es de oposición también el partido liberal, que Las prudenles concesiones, son las que desdo hace
muchos años mantienon despierto ei apetito de lanera.
enarbola la bandera del liberalismo. El liberalismo,
«urgido en el Oeste del Continente europeo, después de So puede demostrar con la historia contemporánea en
. la caida del imperio francés, ha recorrido su ciclo.; no la mano quo no hay guano para ol espíritu revolucio-
existe en estado de cuerpo; hánse dividido los libera- nario como el guano de las concesiones.
les, pasándose unos á las filas de los conservadores y —Usted toma las cosas por lo alto y los hombres no
uniéndose otros á los radicales. Los pocos que se man- se gobiernan con filosofías.
tienen adictos á su antigua bandera, yivea en la esfera —Sí, ya veo que ustedes, los hombres prácticos, son
do las teorías vanas é impotqp.tes. como Sancho Panza, quo creyendo que su amo era un
El partido radical lo forman los campeones máa pobre loco y un mentecato, so dejó constantoracnte
violentos de la oposición. llevar por él á todo génoro do malos pasos, no sirvién-
La situación necesita reformarse seriamente. Esto dolo do escarmiento la paliza de hoy para dejar do recibir
no ofrece duda. Pero la idoa lógica de una reforma e.s ol vapuleo do mañaua. Y os quo los Pftuza,s quo prcsu-
—En cuanto á oso, vam'-s paso • auto má,s.
lo que España ha hecho en homenaje do la religión y
yo soy nombro de'convicciones religiosas Ic3:
de la Iglesia.
sinceras, cuanto que no ,se pagan como las do usi,v
Fueron nombrados los! diez y odio comisane'-»
lio prácticas externas.
ouo las s<'ccione,s de laCMmara han elejíido para di;;-
—Dejemos eso, (pie no.s llovaria lejos, y volvamos á
¡o de lal prudentes concesiones. ¿Qué es lo que V. can-, ,;„í¡P pues ,-"«llas
düco do laley ello» de i" la.s
«-'U coavencione;-!
favorables; y délos eniui-
eate re;5iiil
coderia á la revolución para tenerla contenta? ; nos tado do'hierrü.
ha sido obtenido E^' <iobierno ha obtenido
p>Vr que un tnuníe.
Deprotis, vieinlo que,
—.V la rl?volucion nada. Ya lo he dicho á V. ([uo en tres fiecciorios donde inmeiliai.°-moftte fueron iiom.
soy hombro do orden, y soijre todo, práctico. Procura-1 briidos loa comisario.s, c,*tos tcsi eran contaarioí, reuUió
ria tener contento itlosj'ifes. La,s ideas no son ináa» á .la mayoría, y en nu breve, pero enérgico diíav.:irticí,
quo la cobertera do las ambicione,*: nadio creo en nada, les hizo comprender que f-'i e! ¡ii'OYi'cto df, l^y fita fu
llagase V. con los jefes y ríase V. de I0.1 prineipirt.s. chazado ó He intentaba dilatar la diícuBion y Isw c*u-
—Está V. en un error. Los hombres do ¡t-irtiilo no i vencioncB no eran disentidas antes do las vacaciones
pueden subir, so pena de qu''da,r relegados á la nuUdiuL de. •«evtvno, el Gübi(.'rrio estaba resuelto á plantear lít
política, sino con los principios, que con sinceridad ó'; cuestión d« Gabinete. Ií,ste lenguaje ha. furtido el
sin ella proclaman. Esí ley del oficio, á la cual no se,| efecto que supouia <-l iiresideat,! did (.Jonsejo, y dos dias
falta impunemontft. Harto',•'•abe,Ino^! todos (y no cstoyi
lejos do croer quo los avanzados lo t;abrn m.ejor ipio' de^pnes las seceione» tenian elegides sn.s cf)íni;-airioíi.
No por esta victoria ol,il,í;aii:la, juz'í:iTnf).H fuera, do
nosotro.«) ([uolüsde.recUüri individuales, verM yratia, no
son mas que nn m'óte puesto á la anarquía; pero no es- peligro .al Miniaterio. pue.s, por mas osfaer'.os rpm
pero V. qao los que han iuscri^jO esto lerna en rm .escu- biiga Dcprotis pira que adelantou los trabajos de la
do, consientan eh borrarlo ó preterirlo á cambio de comisión y del ¡louooto, nos hallamos coufencidoii de
concesiones personales. Su importancia política está, la imposibilidad raaíf-rial do quo las Convenciones
irrevücablomento" ligada á eso loma. Para hacerse con puedan sor disciitidüs an ú'? Cámara populiir antes do
olios, es prcci.so darles la anarquía. Conste, pues, quo las vacaciones do verano.
Eu efecto, conatitnida la comisión el 2.'» del pre-osi-
Osas prudentes concesiones do que V. y otros que como'
V. presumen de prácticos y do gente do orden nos ha- to Jilo, puedo terminar sus trabajos y m/mbrarfel
poneutc antes del \h 6 20 de ./unió; y este ponente no
blan, no puden Ser más que oonccsiones de principio, y
hacer esas coücosiones á 1.a revolución, para ai)!acarla, conseguirá jatuá.-í, ]K>r más actividad tpio desplegue,
vale tanto cu,no querer apagar un incendio Cou bom- terminar n\¡ dictamen hasta el H ó ol lU do .íiilio; jiov
consiguiente, ¿de qué tiempo puede disponer ol Parla-
bas do petróleo.
—¿Y quó se va á hacer? Desengáñese V., las cor- mento €í> '.odo <d. mes do Julio para disentir las Con-
voneiones?
rientes .soplan por eso lado y no hay más romoiio riuc
dcjarrte ií'. Por ol grande intcrég que tiene Roma en que !a
—íVplique V. el sistema al c.ipHilrt qile dirige UO- próxima renovación do uua parte de su Consejo ¿ait-
buque eu dia do tompesta.d, y ya vcsiá V. lo quo taT'dü, Tiicipal .y provincial, sea lo q;'o conviene á IOH intcre-
la embarcación en cstreilar,se. No, scfior; ya que no se «fi.a de la Ciudad Eterna, se prepnr.an lo.s pi.rtidas á ia
lucha, quo tan mareada se haca cada Vc': quo «sto
puedo luchar á voces do frente contra los malos vien-
tos, ¡iily, pdr le w.éi>o.íi qno capearlos, porque para acontece.
abandonar el timoa y dejarse ir, ilo ¡'á .í'.ít'cit'aa capi- LOS católicos han fundado una Asociación llaman».
tanes. So deja el buque entregado á la chusma, él! I.T Union Rom"H'i, la cual no excluye de fai seno á 1O;Í in*
seguridad do quo mientras ella m solaza sobre cubier- diV¡dí;e=< de otros partidos, contal qn« BCan observa-
ta, el temporal EC encargará de echarlo á pique. Aun- dores de la» leyendo la Iglesia. E* inútil decir que eu
que en matcrii^'i de Oobierjio, do .suyo coutin.'!;entes, la Union Romana se procura, ,sobro todo, que en la;3 »;•
rio os fácil íijar reglas iii\árial)lé,i, cakronta. ó cincuen- cue'ns municipales .-so-dé á \on jóvenes de ainbo;» ««•xo'!
ta aíio.í de tri.stcs experiencias deben j a haberiuO Coíi- jíriaella educación moral y religio.=ia, tan neee«n,ri!> ?ii
niií',stí'o?'. tiempo't, para<(ue la nujdern;), ítociedad e.o 'ai
veneido do quo no hay otro medio decoaibatir á la re-
volucioa que negarlo en absoluto toda concesión de prin- convierta en en pncblo tiin freno ni creencias do nia-
gima especie.
típís, íiiquiei'a la prudsneia y basta la justicia obliguo
á transigir con ol hecho ipio canse oíj*:idü. Castii-ar el I..o,s órganos rsvolucionario» atacan con furia ií di-
brazo, haciendo Ci)ncesione,s á la voluntad que lo niac- f.ba asociación; pero sus diatrilia.'! no iiopedir.in qne
Ve), os hubvertir por completo el órien de la represión. toda porrona fJf.nsHta comprenda, que lo que proe i n t r i
lo.s romauoí-l, est tener una buena adiainiídracion .niii-
Con los hoclios pue/.te fiVínfíifjirñe, con la doctrina nun-
nicipal, pues en estes momentos eu que fie ej^cutíMi
i ca. U¿ nqul lo (pi'í 1)0 Cümprea.terí.n tir.;:ci> ¡o>!P"n/,»s
hasta ipifl la revolución les obtigue á dar zapateta;; e", tan va;ítos trabajos para el en.graudeciraiento do Ut;-
11.;,':, í"fistrnyeudn cuartele», y plazas, y i«s uumero.-üift
la Peña pobre..» )i;<cíiJ'ef,« (ine han de tener lusjar p«,ra el orl,^;!li•
cxpr
E x c a s a m o s decir que, 81 bien en la f o r m a d o le del Tílier, que C'.ide de BU hacienda para que im
cSe dciroclicn le-; mdteni-S quti t:uit'.) ;d Parlauííiito ca-
lilo 'A Menii'ipio, lien votado par;;, (dio.
í y más especialmente jior lo qm.; se redero á l a a ü r -
niaeioii concreta de negar tatla ebvic de concíesio- l.a-i elei'.cione.T eüláa iiiadns p;ira el domingo H del
)r<')AÍr.aa .lanío; y fef-re los iniei:ai.)rO'í del ,M'uaii.'i|.!ii>
nes á los revolueiouario;; en punto á prineipios, I 1'
estanioí) absolutamente de acuerdo con el articu- (jiic 'i-'i ei saieu ,"e ciienfa a! iliirihui principo lS'jrgb!"fitf
lista. ;)' á otro;! varii)'- patrie; is romanos.
líl ice ves fu ,so!lí, distribuido al Parlamento el dictá-
concerniente a! prrfiapur'sta <|;Í
mea del Sr. -M-, intidad
(pie la comisión propone á Itc
la (.íuerra. La c
CAUTAS DE ITALIA. ";irobacÍAn di-, hi '''•Xni-iVA para el ejercieio d"S'¡3 I." "íe
,lnlio do bSSi al;.!;) do .fiudo de 18.^:.'>, es do y.a'i.tilU.'-ni
francos, de los nmlns 2I1.;)8;5 177 francos perten<;C:'ií k
los gastoa ordinario,'!, y 41.'t,')t). 100 francos á ¡oa e.v-
(Do nU6.ií,r9 corre.iponuftl.) traordinario,^, en, los caa'.c'f e-,tán comprendidü.! los
pcrt--.n"r,ientcs á lahí neevas firtificaciones que, en Ra-
\ Ilo.MA. 31 Mayo H-!l. ma fiC estáa consttaiyetelo. á la Humeatacion da la «r-
tilleria lie cami.i!:;!';'.! y de la caballería, cuyo gunad»
-ie habi». ilicho y repetido muéliiis veces, quo »1 Con-
S' ricjii l>;;í,l'inte i¡ne descaí'.
orio toudria lugar cu
sistono en el próximo
p inos do .*ai;i';; y
V:\ ís'S'j^'wXíi [\L\\iv\rQ Misdea, pertfíneciflntt! a! 1'.* d!<í
línea, de .ipeirnicion en Nfipoles, excitado ]i0r el vino
Santiílad ha dispuesto qundiclio Consistorio tonga lu- y pur aí:.aín caaligo impuesto por el surgento de tfíi-
g;ir en Setiembre, Mucho so comenta o.sta resolvicion, mana do fiu corarmfdn, Ja ernprentlió á tirtej con .SHK
co:np»úiH'Ofi, quemando cincuenta y cuatro cartuelioH,
on qua so lialla el opi.«copailo en Francia y que Su San- matando á tres en el acto, biricndo cWez más, du los
tidad no elevará á la piirpura los cardonales írancíises cua!¡.!S haa muerto cuatro. Preso en ol acto, la cau,sti.
Imsta estar seguro do las cendicionos qua la Francia j ¡natruid:i contra t:*U\ llera, fué sometida á Consejo de
propondrá con este motivo. ¡ guerra. No nos ocup:tríiimos do esta causa criraioal sin
Respecto á nuestra España, an me ha asegurado q'io j ios destellos que esto proceso, que ha durado diez diaís,
el Gobiorno español ha presentado al secretario do lis- \ ha arrojado sobre el duali.smo iiua parece cxiate en el
tado del Santo Padro una tornado trosarzobinpo,s, quo i ejército italiano. Coino})rueba de ello trascribo las pa-
serian, á loque parece, los da Sevilla, Granada y Va- I labras del Mlsdea, al ser interrogado por el prc8ide.aíe
loncia, entro los cuales sería escogido el cardonal ó los '' do la comisión militar cuál Jtabia sido ol móvil qne lo
duda quo on ol arzobi.-ípado do Sevilla su titular sería ; las consceaencias fatales que para él tendría, rcspcin-
elevado á cardonal, por spr práctica constantemente se * dió con estas palabras; «Seiiür coronol, V. puodo man-
guida en honor de la iglesia española. i »d:vr mo íugileu; Haga que el piípieto de ejecaeion esté
Otra vez el ffra» 0/ú')í/í italiano ha vuelto á diri- \ i>compu!'Bto do fini)W(íí(:^rs;y veremos quién tendrá más
gir su voz á las logias que de él dependen, combatien- ,| »valor, .si ellos hacieudo fuego sobro mí, ó yo contaudo
do la Encíclica Ilumanum genus, y sobro todo, para ata- ; »sus balas.;)
car al Osservaiore Romano., quo on bellísimos artículos s
está demostrando la falsedad de las Bseveracioups del i ciónMañaua fiesta en la Roma oficial por la promulga-
del Estatuto italiano, dado por Carlos Alberto en
Gran Oriente, cuando declaraba que la masonería era \ lí-íW. Cuma los año-! anteriores, habrá la revista, linda-
ajona á la pobtica, no ora contraria á ninguna religión ; da por (d R.iy, á la {,Minrniei;iu de Itoina; ilinninaeion
y su institución era moral y filantrópica. ¡ de ios edificios públicos; conciertos dados en las |>laz»K
Comprendiendo ol jefe do las sectas do quo sus pa- í públicas por bis músicas iriilitaros, y distrlbuciun de
labras no oran creídas y ijue los católicos sabian á qué j prcmioa á los alumnos do las escuelas comunales <pjo
atenerse sobre la obra ¿Mo/«»í¿i?a de la masonería, ha j más se han distinguido ca «1 período escolástico.
dirigido una virulenta circular á las logias, quo do él \
dependan, y de la cual fielmente tr8.ducimos el párrafo >
siguiente:
EL LIBRO DE MISA DEMK. RENÁN.
»abierto una nueva era para la humanidad, la Italia y
»lacion la infamo teocracia, quo era un insulto á laci-
»vilizacion, y hemos reconquistado para la nación su \ A riesgo de incurrir en In excomunión mayor
«capital histórica. Pero la masonería no ha cumpbilo
I del Pontífice Máximo de El iSyio Í?»¿«/'ÍÍ (que
))último golpe á tena religión r&paz y nanouinarir, y dea- I como nadie if^nora, ni el mismo León. Xlíl, cede
5>sode do deshonra y oprobio—que hemos civilizado— ; la facultad deleiy¡.slar en materias do fe); á rifíígo,
»(,enemo3 grandes deboros quo cumplir para combatir i luies, de tan gravocastijfo, pero teniendo (uicueji-
>á los enemigos del progreso y proclamar el reino do i ta que en el dia los periódiccs no pueden ex'.on-
>la justicia y do la razón.»
Si el Saüto Padre, no hubiese con su voz infalible j sarse de tratar todos los asuntos de aetualidad y
advertido al mundo de los manejos tremendos do las \ mucho más .si se reüeren k personalidade,-! de»
sectas, bastarla esta circular para demostrar que lo
quQ anhela la revolución es la destrucción do tedo i nombre europeo, aunque ese nombre debn in^r rn;il
poder constituido, y muy principalmente aniquilar, si \ acoj|id.o por loscatólieo,^, traducimos como beelio
posible fuese, al catolici.smo y á la religión- ! curioso algunos iiárrafos del prefacio (¡ue ha es-
Esta marejada, quo dosde hace tanto tiempo va in-
vadiendo la sociedad, si los hombres quo rigen loa des- l erito Krnesto Renán para un libro muy próximí»
tinos de las nacione.i no le ponen coto, destruirá ])or í í'i publicarse y que se titula IVuevas eslK(ii>>s d'i
completo toda idea de moralidad, de religión y do de-
ber. Afortunadamente León Xlt, sin ojcrcitoa, siu po- \ historia rdii/iosa.
der temporal, casi sin dinero, pues solamente vive da Ii lié aquí
<d.os dogmasali^unas de las .singulareí
son pasajeros, aprcoiacío-
pero la pieda-'l m éter-
la caridad do sus hijos, ha puesto un dique al torrento i na. San Nilü arregló elManual de tíjiictobo para I».-»
¡ nes del místico-escéptico,
sectario, y los Gobiernos, alentados con tau noblo j necesidades do la viila cristiana. Ib'pen.sielo a'ífi'ííi, que así pudiera lla-
ejemplo, aprovecharán esta ocasión providencial (iuc jI marse, vez en un autor
proyectodo Lasemejante,
vida deJc-uk.
a,i¡nqu* ilo un orden m;i-
la Santa Sedo les ha ofrecido. ; cbo más modesto. Vista la corapU,.c;»ncia cou ¡.¡uc ah.!;;-
, Desdo quo Su Santidad abrió á ios amantes dol es- í na persona ha loido, según rao ha iiiuiifrtstH.lo, det¡'r-
tudio, sin distinción do opiniones políticas, los riquí- f min;idos paswje.s de mis e-icritos, quo juzgan npt,:..'! pft"a
simos archivos dol Vaticano, desmintiendo así á los í edificación y consuelo, trataré de c\trí'Cr t>d.i;;;? pu-iaie;!
detractores de la verdadera ciencia, fueron muchísi- da los libros á ipic pertenecen y do publicírlo? e.i u.a
librito que so titulará UcUiras piadosas. Dividiró i;l
mos los individuos que so aprovecharon do esta ponti-
ficia generosidad. Sobresalen entro estes los principa- 1 asunto en cincuenta y do,; parles part» lo:5 cincuenta ,y
les de la nación hungárica, quienes se apresuraron á | dos domingos del año. Habrá para cada dominfi:'.» ua
recoger abundantes datos, documentos y noticias reía- ^ extracto de los Evangelios y de los aantos padre;! aüa,
tivas a l a historia de aquella nación. Para esto so no- t plegaria y uu ramillete espiritual á la manera do Frsiti -
cositaron hombres insignes en saber y en ciencia, y ! cisco do Sales. Con ol tiempo, so puodo ilustrar eau
mucho dinero. Morcad á una espontánea espc Ruscricion do | imágenes. Uua mujor devota no advertíni, máa quo
prolados, cabildos y superiores do las Ordenes rcligio- por ciertas omisiones, la diferencia catre este iibro y
ol devocionario quo lleva á la iglesia. Ti>.l vex acalw, on
safi, en poco tiempo se reunieron más de doscientos citsrto modo, por preferirlo.
rail íranco-s, creándose expresamente una comisión his-
tórica, presidida por el doctor monseñor Arnoudo Ipol- Sería una victoria muy halaaüeua. Ni) oenlto ipw
yi, obispo deNcosolio, proBÍdento do la Academi» de do todos lod libros ol (pie más envidia me causa C:Í ol
Ciencias y de la Sociedad do Historia y Arqueología. libro d» misa; indudablemente encierra muy b;íll!>.!ii co-
Pata dirigir las inv-estigaciones ea el Archivo Vatica- sas; hay que confesar, no obstante, qno ea singular «ii
no, fué nombrado el padrn Guillermo Fraknoi, abad fortuna y poco proporcionada á su valor iutríriHeco.
do Varadino, unido á otros muchos distinguidos por- Para merecer el ser loido cjn tanto amor en Us hora,?!
Bonajoa. de recogimiento y de soledad, para gozar dol incompa-
El resultado de estos trabajos, que con premura y rable privilegio da recibirlas miradas perdidas de la
grande exactitud han pido llevados á cabo, ha sido la mujer en los momentos en que ao creo sola con su
Creador, «aria menester que el Oovocioaario tuoso teji-
publicación do dos volúmenes intitulados, Monumento,
do con lino finísimo y con oro. No es así, sin embargo;
Vaticana Regni Ilimgarim historiam iUKfiraníia,(\iie, con-
tiene los actos do la legación dol cardenal Gcntili, quo ese tomito quo tantos sérea boliísimos estrechan con
fué en el año 1307 hasta el 1311, enviado por Cíe mano fervorosa y acercan á veces á los labios, encierra
mente V, en Hungría, emitido extinguida la extirpo llaquezas, errores fy cosas que niautienon cu la mujor
Aspadiana, le sucedió en el trono la casa do Anjou, y lacotdumbrodc pactar con el nbaurdo.
loa despachos do) cardenal Oampoggio y del barón Esas líneas, en las quo tantos ojos encaatadoroa S8
Burgio, tan interesantes como descoñocidoa, sobro ia fijan con cierta tensión amorosa, están á menudo va-
famosa matanza de Mohacs, acaecida cu le'¿l>. cias de sentido, líldia ou que podamos poner en manOM
Estos dos volúmenes, riquísimameute encuaderna- I do la mujer un libro piadoso menos imperfecto, liabru-
dos, fueron puestos á los pies do Leou XllI, ol martes I mofl dado^un gran paso. No e-i mi propii.sito emprcuder
último, por el referido padre Abad, con un eleganto I obra tan deücaila, en ia que BÓlo e.s posiblo «ee.'-tit 4
mensaje latino, sobro la importancia de estos <ieseu- i fuerza do talento, de corazón y do aimplijidad. <Jui»ie-
brimiontos, que on lo venidero íieráu tcstij.^is do irrc- i ra tan si')lo reunir eu poqucúo tamaño ftlguna-t pági-
cusablo voruftd, ea honor siompro do la Santa Sedo, i nas sinceras, destinadas á aquello? ó aquell*,» a <i^«lo-

ÜSÜS
nes no basta ja el eatiguo misal. Mí postrera ambi-
ción eera cumplida, si puodo esperar que dospuea do
im muerte entraré ea la Iglesia bajo l\ formado un
tomito OH octavo, encuadernado en tafilete negro, y
sostenidos por los afilados dedos de uaa mano cubier-
ta por íiao guante.»
Gomo se ve, esta mezcla de devoción y galaa-
teríi es bastante original. Verdades que el pró-
logo, todo el, merece leerse, más que como otra
cosa, como raro, y como signo y emblema de
la ('poca que alcanzamos, eu que tan revueltas
an Jan la.3 nociones del bien y del mal.
EL ASESINATO DE SAINT-fíLME
ANTE LA C.b.IA'.'.A FRANCESA.
f r , ™ / f ' ° ' ' ' ^ ' ' ^ ° ^ ' ^ ' ' ' < ^ * ^ ^ ' ' ' hicieron los diputados
fr lütcsoM, Lagucrro y Camilo Pellctan, una interpela-
C
f c«aces»
6 . a ^ ,ü« u h!u " "causa
° ''^?de J" Saint'^•'"^"^
Klme, '!«
do í» magistratura
cuyo.í principa-
toroa. ' " ^ ' " ' ° " ^'^ ''°"°'--''i'«nto nuestros leo-
la ^Jli^^^r"^ ,"" " ° razonado discurso, consideres
i i euwtioü bajo el punto de vista de la humanidad y
t «i^ I f ',™"'""'*''í?''° V'"" '* P'"«n«» toda, sin dis-
tinuon , 0 muticea pol.ticoa, se conmoná al tener no-
ticia de ia tragKüi muerto de Sain-Elme, y pidió cuen-
U a mmiBtro de la Justicia de los escándalos, do las
l>al« l ^ f " ^ 'i'' "* injusticias que han .sido en Córce-
fea vergüenza de la magistratura Iranccfa
•™t„r;, ^'"^^ff. (^'^mnac: Decul más bien de la magia-
iratura repubiicuna. " Después de todo esto, parece que el articulado de
n,-™í P''f'»'f5ento siv,,,i;ca al orador que so abstenga do
pionijuciai' Bcmojantem expresiones.
,,.„, i , ^ ' " ' ' " " ""*'•" «n ia narración do los hecho»;
«<flu(,rda la manifestación imponente o.ie so produjo
aUi-a>]Jadur si O.monterio los restos mortales del pro-
s.aente, y afirma, quu de IOH mímuscritou que éste re-
J i i a a & los impresores de MaríselJa, no todos llegaban;
ío qu« na^ta tion© do extrnñüf aflaiia. porfjoo yo mis-
mo «guardo aún un correo que salió de Bastía el sába-
do. .Movunionto en la Cwmara.)
Uespues Tftfioro i.a encana del cafó, en que Saint El-
W* íue atropelladopor el prefecto, y el interino, y preso
y incomunicado durante treinta y siete diaw; y recuer-
da que bidifaidi, un alférez amigo do Saint íílme fuft
(lest.iin'ado á Privas y preso durante dos mcsea, bajo el
pretexto do que habia organisiado una manifestación
en (Mur do un periodista.
Saint Klmo, viendo amenazarin su casa, pidió permi-
so para llevar un rowólver. El prefecto lo contesta, que
»i le eneiientra arma idguna será preso. Y, en efecto,
1?) registran varias veces para ver si tiene armas. (Ru-
Mr. Clonit ffuffues: Hubiera debido Saint Elmo lo-
vaniarleü ia tapa do los sesos.
^fr. Laguerre, después de haber citado un artículo
do biiint Klrne, en el que proveía .ya que seria a.sctíina-
dti, refiere la agre,sion del l;i df; Kiiero, en la que, en
eftícto, Joíuó, la sentencia del tribuaai condennudo a
Ajnecio a f i n c o mcf-cx de prisión, y Ifie palal:)ni3 del
«bogado general, que exclamó: «Saiiit Klmo ha recibi-
do Ja lección quo merecía.»
(Kxclainaciones en ambos lados de la Cámara).
Este abogado general—continuo diciendo—llamaba
tfmedin al crimen,, el cual .«ólo ee persiguió en vista do
la presión do la opinión públiea, (lunquo uno do los
autores del crírafn, e! gunrda tic, inoiito, sólo fué con-
denado por 1160 de arman probibidua. (Rumores.)
Mr. Marl-(n-J'\uüiée: Ks iiu error; fué condonado
como complico.
Mr. laguerrc. Ya lo dirá el señor mini.itro de la
Jusiicia, qne tiene copia del proceso. (Aplau.so«.)
Mir. Cociery (ministro do ('orreo.s) prottí.«ita y excla-
ma: «Leed el dfispacho quo habéis recibido esta maña-
na de iVfr. Uecealdi.»
Mr. Lagverre: Ya lo veis, ficñores diputitdt.s, el mi-
nistro conoce antes que yo los despachos que KO mo di-
rigen, .lamas Bo ha lieclio un uso m i s descocado del
gabinete negro, (liuraores )
El orador lee el despacho de Mr. Keccaldí, en el quo
«o dice que ha confiado los documentos que le remito
á nn proDio que ee encuoatra en camino (agitación en
el centro).
Mr. Cechery. Luego no han sido confiados al correo.
Mr. l^agtierrc: Poro be recibido otro díí.'ipacbo de
-Biisiian, aimriciiindome quo el sábado se dci-.OH'íó aüi
onft__C8rta que aún no be recibido. (Gran agitaciíui.)
El oradur coutiniui hablando del críuieii, y soKtinne
que so ba supuesto quo fué debido n una veiigiiu'ia
poriaonal para dieimular un lazo político.
So pregunta cómo so ha pod'do ci.'nstituir en Córcega
una magistratura tsm dócil á ia Vülunt»>d miuiHtenal
p;>r DO darla otro oaliílcativo más fuerte, y r; fice caaos
de magistrados quo hítn recibido difereatea ÍSBC. ULÍOS
sin lli'gyr á tomar poseeion do au.s destinos.
Al sentarse, después de haber pedido al G;il)inetc
estrecha (íuenía del ascfiinato de Saint Eline, es muy
aplaudido.
Mr. Martín FeuilMc sostiene que Saintlílme no fué
«acrtinadíi, sino quo se hirió al caer sobre una mesa do
hierro. (Ritifie íróniens.)
Hlminüíru d¿ la Jiaíicia sostiene quo Saint iíhno
mí'i'f cía ser ca.stigado por desacato al prefecto.
El duque de la Rodti'foncauld: iin los ca/é.'i nob-iy
prifectos. , ''
/':! m-ni.'¡lro de la /?a/ic»'a ice p:ir;afoa de un artícu-
lo de Saiut Klmo para probar .su desacato á la auto-
ridsd.
«Si no se puede decir—eserí bia Sai rit- Klmo en uno
dfi í-iíti articulas— r|ae el gobernador do esta isla OH un
a i c . . . .y im aKCíiino y f.u prefectura una caca pública,
:ii ' '&) yo lo qiite BC, puedo ducir, ni aun .si se pue.jo ha-
blar de libortad do la prensa. (Rumores y rifati.)
Discute di;íipu(S la caUíicaciou legal del hecho y
fXiiraina (d informe de lo.s riiédicos, soBteniendo quo
no son los golpes recibidos los que lian producido a
Saint Kime ia muerte, y que él no tiene ia culpa de quo
tiaint Klnjctuviera el pecho tan débil. (Rumores.)
Mr. Müflm Feuülée an medio do freoueuics inler-
' rupciOíies, deflonde la manera cómo so aplicó la ley.
Mr. íü</wrra propone la orden doi día .siguieute:
«La Oámara, deseosa do ver aplicar lajuriticiaen (1) Con efitp Ululo stopozamotí á publinar nnasorisda artículos
(Icbirtoo á 1(1 plunia nutwlzaln ile nuontro amifro y aatlfruo compa-
Córcega, pfísa á la orden del dia.» Berü en la prensa, Sr. O. Antonio de Oóngora y Oomez.
wi;w«i|wms.^jmf fw»'mpwFOTB^iw?n)«w!wjiiwv,pr'^^
"»=••"
LE GONS.ElLLE:a DES DAME8 ET DES DEMOISELLESJ
AÑO XIX PERIÓDICO ILUSTRADO AÑO XIX
Publícnso el dia 1.* de cada mefs.---Na ce adimien suscriciones por menos de nn año.
Merced á i»» innuj»er«bIoB mejüras que ee hiin introducido en El CmmKJero de las Se-
^ra$ y SrSioríim, esto periódí'jo ya lan coiuplef.p, es hoy una verdadera enciclopedia de I
:ltbor(S« de Mñüujjs. La utilidad y Cf^raorádo estíio de im redacción, los preciosos grabados
de moda y lencería , ya iluminartu, j» en negro; los patrones cortados , tamaño natural, j
qye pCnüilea á cualquier .p.er,«íona c,ie>-'utar todas las toikUes priblícadaa ; los mocleloa dej
tapicería coloreados de una admirable perfección y fácil reproducción, Isa grandes hojas
dv" jiordados coa las cifras de las .«uRcrilora.'f; nuiricrosas pequeñas labores do corchete, •
rociecillss, ffui¡niré,, punto de Ki.ed'H, peinados, sombreros, lencería, música, agundas, '
fttiBtílIn?-., rébu» JhnHradoü!, hoj.i8 de guarniciones para vestidos y paí^amanerín, hacén-
min publicación la más seductora y completa que puede desear una sertóra ó señorita, 'i
i e (jonMÜler den Damen ei des Üemoiselles es el único periódico, purfiendo dar, por la '
«xteRBÍon de su teso, la explicacjon detallada do los dibujos y piitr<me8, conla clftridad|
que puede.» tcdos ejecutarao con la mayor facilidad,
A fin de facilitar las suncricioaes, el director de Le OonseilUr des Dames el des Dcmoi
telieí M ha entendido con la Agencia franco-hispano-;lortugúesa. Sordo, 81, en Madrid, I
á la caal deberán dirigirso loa pedidos, acompañados de su importe. Tarabion se encár- ¡
gara dicha Agencia, mediante una corta retribución, de remitir á las señoras euscritoras j
los regalos que elijan. A.
ÜBLICIDAD UNIVERSAL (CENTRO).
áOEiSIA DE RIGABDO STOBB.
i iSsta Cff-'sa, quo no tiene ab.-íoltit.amento jiaciM» que v e r con ninguna o t r a
I I *'le su cla.se, la más anticua, y do íiTiteeedentts bion conocidos, sigue adinitioudo
I anaaeio», sueltos y reclamos para Jo» pnriúíüeoo de Madrid, provincias y extranjero.
I /SlílmínisSrMí'iíJii, Híí;ii'«»sc8i}|j.t«li<>n y ¿ i n m i s i o n e s .
• : I OFICIWAS, BAl-I.KSTA, HÜM. 7, BAJO, MAISMIB.
FABRICA. E S Í É C I A L BE I N C I E N S O
I» ^. n I »
„ , .,^ „ „ , ^ .„ „, „Antl8raa casa B. HOTJYVEIT y R. LAnKENCEL
PattiHOOT v E l , fils , sucoaor , farmacéutico químico.—-.Fábrica on Viiicennos.
INCOíMSO'"MVraO
LITÚRGICO Y CATÓLICO.
Monvudo con un Breve de N. S. P. el Papa Fio IX,
La caja , a* rs.---La media caja, 1.4 r s .
INCIENSO DE LOS .EE¥ES MAGOS.
-La caía, a* rs.—-La m^dirt caja, la rs
0TB<»3 mcrCMBOB : liorna 1.', Ruma 2.", Jerusalem, etc.
Kn Miídrid, la Agencia fnitooo-hmpanu-poi tuguesa. Sordo, 31 sirve los podidos.—Por .„
nimm, S. CteSa, Orlcga, Garcerá, Principo, 10, bot.ca.Mivyor 93, y Garrido, Atocha, ;19. M
Mr.Andruux anuncia una segunda interpelación
sobre la política general del Gobierno.
Mr. de Cassagnanc pide la palabra; pero la Cámara
se la niega.
SELLO Y TIMBRE DEL ESTADO <i>.
La reforma quo sobre e.'!+" .^ „ , , , , ,...
maras por autoría- -' , — f'i**'P^'^S^?*", £ | a s ^^••
tónces m i - ' --«'on de ¿í. de Octubre do \M. el en-
jj,„ - .-isXTO de Hacienda í). Juan Francisco Ca-
-'jno, fué pi'coedidíi de un preámbulo do ley en que
lundabft y aplicaba su criterio reformista.
De la lectura do este trabajo, baso del proyecto que
viene rigiendo como ley provisional desde íll d'o Diciem-
bre de 1881, 80 desprendo el deseo de establecer la uni-
formidad para la exacción del tributo; )m proporciona-
lidad en el gravátáen; la rebaja del impuesto do guer-
ra que pesaba desde el año de 1874 sobre el papel se-
llado, la reunión en un cuerpo de ley de todo lo legis-
lado durante los veinte años de existencia dol real de-
creto de 12 de Setiembre do 1861; la eonveniencia do
fijar la sftncion penal inmediatamente después del pre-
cepto legal para que, conocido el mandato, se conozca
del mismo modo la responsabilidad directa| aplicablo
en concepto de correctivo; la necesidad do suavizar las
tarifas, especialmente en la contratación, con el fin de
que desaparezcan injusticias, evitando que aquel que
más benetícios recibo del Estado, pague menos; y,
finalmente, montar bien la administración del impues-
to, vigorizando la fiscalización con personal bien re-
tribuido.
la loy debió calcarse en tan saludables propósitos y res-
ponder k los principios de equidad y justicia que tanto
resplanrlecen en el documento á que nos referimos; pero
doagraeiadamente, del estudio do los preceptos legales,
re.sulta un desencanto tanto más cruel, cuanto que és-
tos dicen y prueban todo lo contrarío do lo quo el au-
tor del preámbulo so propuso.
Con efecto, poco, ó casi nada de lo que el pensa-
miento teórico del ministro do Hacienda Sr Camacho
establecía como principio fundamental do su reforma,
se hulla traducido prácticamente en las disposiciones
de la legislación provisional, ni en sus prescripciones
reglamentarias.
Ancho campo ofrecía sin duda alguna al señor mi-
nistro de Hacienda la ley del Timbre, para lucir en ella
sus dotes de consumado financiero y bábil economis-
ta; pero sea porque la avalancha de proyectos rentísti-
cos lanzados en un solo dia, no le permitió fijar su
atención en todos ellos con el mismo interés, ó porque,
fió quizás demasiado en la pericia do las capacidades
administrativas á quienes encargara la confección y
desarrollo do sus planes, el hecho es que la ley, como
dejamos repetido, no cumple lo que el preámbulo
ofrece,
A probar esto aserto intentamos dedicar algunas
consideraciones, con tanta mis razón, cuanto que el
ultiuio apartado del citado preámbulo á olio no.s deci-
do, desde el momento en que la implantación de la
ley con ciiráctor de provisional tuvo por objeto, según
se consigna, y aparto de la urgencia do su plantea-
míenlo, el medio de observar en la práctica las dificul-
tades quo surgieran, á fin de someter á las Cortes en
loa presupuestos de 1884 á 188.') una ley definitiva,
purgada de los errores que pudiera contener la de 1881,
quo por desgracia son muchos.
Para ello dividimos nuestro trabajo en epígrafes
nacidos de las bases reformistas, y comenzamos por el
que se refiere á la necenclad setUiiti de ttMvizir y unifor-
mar ks tarifas.
La escafa proporcional del art. 0." del real decreto
de 12 de Setienibro de 1801, adolecía efectivamente dol
defecto do limitación máxima fija para la escala gra-
dual do la contratación, ostableciflndo un tipo para la
cuantía del acto, por el quo so sancionaba un privile-
gio ii rítante, toda vez quo al exceder el contratodo
bS.",')!) pesetas, el tanto por ciento do ..gravamen
sobr; una suma importante, rosoltaba injusto el
compararse con cualquiera do las cuantías para sumas
determinadas y comprendidas en la graduación; pero
al reconocer o.ste defecto, hay que consignar que, en
la aplicación dol papel sellado quo constituían las
escalas, existia una uniformidad rigurosa y un gra-
vamen matemático, puesto quo todcs obedecen al tipo
fijo do 0,20 por 100, resuitnndo igual proporción por
virtud de la innovación quo introdujo el decreto do
2() lie .(imio de 1871 al recargar el .^)0 por 100 como pro-
cío extraordinario por equivalencia del impuesto de
guerra, resultando do igual manera el ti,vo fijo propor-
cional, nníformc y máximo de aquella legislación á
0,30 por loo en toda contratación de límite conocido.
Comfiarando ahora el artículo 11 de la ley vigente
que ocupa el lugar del 0." de la anterior, hallamos quo
lo.s principios de la ciencia económica invocados para
rebajar la pesada carga que sufría la renta por el gra-
vamen del tributo, y el axioma do quo la baratura en
el servicio multiplica los actos sujctOH al impuesto, em-
pieza por fijar el tipo mínimo de 0,7.'') por 100 eu la
prímora escala; aparece la segunda, y ya no se grava
más que en 0.r)0;la tercera tiene.un0,-10; laeimrtaO.ílO;
la quinta 0,20; ia sexta 0,25; lo sétima subo á 0,10,
la octava 0,'3O; la novena 0,3;!; la déo'ma 0,50; la once-
na 0,37 l | 2 y la duodécima 0,20.
Ksto estado, revela una alternativa de progresión y
de descenso en el tanto por ciento do tipo lijo, que, le-
jos de rebajar td impuesto, aa ¡•uperior al quo satisfacía
con recargo dol impuesto de guerra en siete cuantías,
igual en dos y solamente menor en tres, no destruyen-
do liunca la inju.9ticia notoria en que hubo, según so
dice, interés marcado de combatir, porque precisamen-
te I n el tipo máximo, ó sea donde recibo el contribii.
yente mayor beiicficiu, sigue pagando menos.
La úDíca reforraa en este punto, consiste en el ar-
tículo 12, quo señala el aumento de 0,50 de peseta por
cada 1.000 pesetas ó fracción en que la contratación ex-
ceda da 50,000 pesetas; pero desdeol instante enque el
tipo no obedece á una proporción igual, el privilegio
continúa, y resulta q u e , cuando el contrato sea do
500 000 pesetas, pagará:
j^m^-orm
•'hl^
f? Entes M<j(!ir.3inenteí soa los único» Antiíetosc» anaiiir.a.das j aprobados por ol
fiD"-O.SEU-fI Uí;i>'Jiy, ioíods ma*iíi,ttlaáoiWif,atíia»iC!a3tóIaAcade-inia do Mo4icin» do Parí»5)
)i-i in I'üt snitns ipU it tüplíiin co;i iilln {tzm¡':X'M'', dt.-te n illR, eoubii m tl^igg | lu r«wlitw ü utu Mwetw.
KíliCOíl millLLE •« toma duninlj; lox alagues, para eurarlt>$'.
(i C> i r.nchar,ji!.-ii pcqr,."i5a,., ^^lUll piV > i:z.v,t OfjapjMCíir instí«t»tt9«n»*!U« iM íoloríi mu igodoi).
Las riLGORAS LJlViU.t íe toman dvr<iiiie el e,Hxdo crónico p durare los inttroalot
I7 Ipi acebos paraiíiiiiidif ftvíoos au/^va y alcati.iar ¡(t purACig» (¡ampiela.
2'
2'f f ELtO áei •VoplERN.O 'FRAiSCEÍ y .I» flr»»
% inf» jn ci«jír: COHAH, .Fsr»», c^^lJe KiClaiiflo, JÍ, en F.irfs. V*UF»
fi Ku Aíadrid^ pot ma>or, Aí;cwüiaTu>.noo-esps.ftola, SorSÓ, 31
Cor menor, S. Ocarla,/Garoorá, fríncipe, 1,3, Ortega, botica Jklayqr,S3,y M. MiqueL Arenal.
q-'í' rccoraieritian su» 30 ifio*.df éxltO. (Í»1U l | * picas, barros, fuego dol roFii", pnn\i^n^
'?! «oar? « paño do prcñeE, y e r ó «a MCion dol todo b«n*fic*,J)íanquea ia l»x pwáañaT «i
•rv'J.ii.J'mí-ciOh-.^ji.QK*,
Hi'.-iMMr. TlAKD,
I'or menor. Pfíscual G-wcia, ü u i n e a y IloMBro.y Vicente, Sr. Pérez, Hortaleza, 84.
PAKAIGLESIÁS
F A B U I C A I . . B . BXCt. P R i v i i E a i A D A , DE TRIADORAS Y PERFORADORAS
NICOLÁS IIEID pide, para España é Italia, buenos representantes para la venta de triado-
ras (para separar la cizaña dol grano bueno de toda clase), por un nuevo sistema privilegia-
do: Se obtienen hasta 6.0Ü0 kils. por hora.
STOCKERAU, pres Vienne. AUTRICHE
LA ÉPOCA.
I
Por las primeras 50.000 loo
Por lastóO.OCOrestantes, á O.-W pesetas cada
1.000 ó fracción 225
Total 325
que divididas entro 500.000 dan un gravamen de
0,0f) li'¿ por iOO, Cuando el contratante hasta lOO pese-
tas satisface O 75 por loO: desproporción que re-^eía,
cómo contribuyeuteB por un mismo concepto, mientras
uno paga el tipo nráximo, otro no satisface sino la do-
zava parte de la tributación.
Este ejemplo práctico numérico, evidencia que lo
suave y uniforme de la tarifa reformada, no existe,
quo los inconvenientes continúan, que la unánime re-
clamación do la opinión pública no so ha satisfecho, y
que aun sobro la rebaja acoíisejada por la conveniencia
do la supresión dol recargo transitorio, se paga por la
nueva ley mucho más que por la anterior recargada
con el importante impuesto, que se denominó do
Guerra.
Y no cabe asegurar como en el preámbulo ee con-
signa, que los tipos se han rebajado siempre que la
eatructura lo ha consentido, puesto quo ía Cuestión
aritmética permite aplicar el mismo tanto por ciento á.
toda cantidad conocida, como so prueba por la si-
guiente escala:
resetas.
Hasta 100 0' 75
De lOOá ia5 1 »
JJ )5
Uo 125 á2í)>
.3 »
De 250 á 375
4 »
De 375 á500
j así sucesivamente.
Lo quo resulta os, que al establecer el tipo mínimo
do 75 por 100, ob.servó indudablemente el autor del
tjabajo que, siguiendo el camino comenzado, al agotar
las ciases de papel creadas no alcanzaba el de más
precio, ó sea el do cíen pesetas, á satisfacer otra aplica-
ción que la do 12.000 pesetas como máximo do capital ó
graduación de riqueza para las contrataciones; y siendo
esta suma reguladora tan mezquina como excesivo el
impuesto, á fin de salir airoso en su empeño, sin arte
ni concierto, sin equidad y sin justicia, dando tajos y
mandobles, obtuvo un tipo máximo de 50.000 pesetas
con el perjuicio notorio que dejamos apuntado de que
la tributación varía del 0,75 al Ü,ÜG 1[2 por 100 como so
demuestra.
So ve, pues, que esta parte de la lo.y en caanto so
refiere á la escala proporcion;vl, reclama una modifica-
ción quo. afecte ó gravite de igual manera á todas las
cuantías, extendiéndose en proporción también idénti-
ca para el exceso del límite conocido ó que se fije, para
el uso del papel sollado establecido, ó quo se esta-
blezca.
Y esto realizado, lo cual es facilísimo, falta com-
prender como documentos que gozan del carácter do
públicos, sin pasar anto notario, multitud de actos
que por sus condiciones especíales revisten el carácter
de contratos solemnes, y que constituyen obligaciones,
novaciones ó liberaciones, quo no deben escapar al
uso del timbre dol listado.
N'os referimos, y haremos const.'ir entre otros, las
obligaciones do arrendamiento y fianza do los rema-
tantes y fiadores de los expedientes do subastas de
consumos, arbitrios, servicios municipales y aprove-
chamientos forestales quo so verifican anto autoridad
competente, ó sea anto los Municipios, y que la ley no
obliga de una luanera expresa: resultando de esta defi-
ciencia legal que los documentos de quo se ñaco mérito,
siendo de carácter público y obligando por la forma y
por el fondo con la fuerza y validez de una escritura pú-
blica, no tienen señalado precepto alguno; cuando hasta
los documentos privados no sujetos á la fiscalización ad-
ministrativa, sino en casos excepcionales, vienen obli-
gados al tributo por la cuantía que representan, coipo
si fueran tales contratos, ú actos do índolo pública
oficial.
Y aunque la real orden de 17 de Mayo de 1883 «cla-
ró esto pírticular, declarando taxativamente compren-
didas estas obligaciones en el uso del Timbro, el hecho
es que la ley provisional no señala como debe y en for-
ma concreta, la prescripción que nos ocupa.
Las indicaciones que anteceden vienen ádemostrar
eso vacío en la ley quo aminora los productos de la
renta y que imprime á la legislación , obra del señor
Oamacho en materia de Timbre, eso í^cUo.de falta do
equidad que en toda ella resalta, tanto por lo quo se
reñera á las tarifas graduales, como en documentos
análogos ó similares quo no se sujetan al empleo del
Timbre quo les correspondo.
PKENSA EXTRANJERA.
LA INSURRECCIÓN DKf. SUDAN.
Loa telegramas vienen anunciando estos días una
recrudescencia en la insurrección del Sudan. Los re-
beldes repiten sus ataques contra Suakín, do cuya pla-
za parece Osman Digma empeñado en apoderarse.
Los generales ingleses, después de esos ataques re-
petidos, han crcido deber reforzar su guarnición, y un
despacho de Port Saíd anuncia quo en el aviso el Irit,
so habían embarcado 250 hombres de infantería do Ma-
rina con aquel destino.
En el Cairo so habían recibido noticias del mayor
Hit-chenor del 2 de Junio. En ese dia se habia encon-
trado con el cbeík Sala entre Murad y Abú Llamen.
Sala le participó que los rebeldes so iiajlaban con fuer-
zas considerables cerca de AbuLlamed y que el emir
do Shamu expedía emisarios por todo,ei país de los
üícharis, á fin de ganar las poblaciones á la c^usa del
Madhi. Berber seguía rigurosamente ccrcadp y había
nledio de comunicar con dicha plaza.
Sólo añadió quo la tribu do los Hadenduoa se diri-
gía hacia el Norte, y que después do las fiestas dol ila-
mazan marchará sobre Assuan.
Decíase también que un contingente de la tribu de
los Kabbftbich había partido para Berber con la intcn-
eion de marchar sobre Dongola. Corrí», por último, el
rumor de que el mismo Madhi avanzaba sobre Khar-
tum, cuya rendición se esperaba que no tardase m;W;íio
tiempo.
'LL..mti!fi>mmmmM.i,
Y naturales^ gaseosas., iónicas, reconsliluycntps.
>R 7 P I L D O R A S del X > ' i^,-%7'ÍÜÜL&'¡
fara fvUtr toda faltóc^afiíjín nnUíiso o) " >obrRn regiilnmando las grandes funciones
íAtFmtf
, . ... r ..
f MU-UTÍÍI»U.— M A O m P ! ypg m a y o r . jawU r^nfo-HJtyMt-FwuiiMiii. itTttJi
«Ibnmlnoeo 3eSOIZ,X.3i3, müjariivoqueelUlsmat*
ordinario, Ci7ntr.i'«tf<?*6l«*»i«f*i)i-1 c«>*A>:>n»(>, del liKea-
íl«w.T«iaa<í»«. <lí)»rrt!!j. — iUlHll, tu JB.iui-lrU, U, firli.
__ UAVHll);Pnn\i;>ii. .•.on!n, ,•}!; V!;NT.\, ()C;.\ÑA,Atoaba,35.
4e Xodnr» d« C!«lclo-€rr5S3W3E!'VOi:;aB:, mai activo
((«c el actjile do hir/adn de hacalan,coiitru lUtinti^Kho, e-irro-
(»!nn, ni'ISIs, »S«i«i,l««"i.-;'r«,«8i»5>oiTe. —PirJs.r.lídni-ArU.U,
MA UlitfJ: l>i:iiii>os, .^tiido, üi; Venta: S. OCAÑA, Atocha,35.
j í *.l't,l':.'.'.á <: liv:>-n"aliriri y i'»M:;nn,'i de niaizfiiKíTWI, ooilU«i»f«*»
ílnncni{.hi-o>j:';n. '•tl.PitorrR'j',!* f h\f>nnrrfn trónitrn,
nrir)tl<-.-i«, r>iuld«pJr<lra,hro»r|Ufil9ieróiilcn.Ftrí9,r.l)eitIt-lrti,I4
.ViDÍUn: I'Bninos. Sordo, 31; — VKKTA, .S. OCANA. Atocha.36.
KjBSÍ cío Trosno al Bonzoaío y Salicil«t.o día Sosa, empleado
f L_ TOii o! .*c»!ítcil(! !;'6 «•nwí.-.fíji'sda la iMiIia .illivia y Cura tlOT*t
y* * riKonaTís.-.jo.'ii, mn.*i'nEfi.~ími. GtHEVOlí.r.íiMÍirU,!*.
tes UAIJIÜD PEmnoí. Soido, ai; VK.Nr*. OCANA. Atocha. 3ft.
M capitán Éageí pafticípa desde Korosko qtiS lóS
iñensajéfos encargadas por Ziebehr-baja de llevar al ge-
neral Gordon los despacnos del Gobierno habían llega-
do á aquella ciudad, y que el capitán los habia reteñí'
do hasta la llegada del mayor Kitchener.
Ya se recordará que Zebehr-baiá se comprometió i.
que sus mensajeros penetrasen en Khartum y trajesen
las comunicaciones del general Gordon al Cairo en u n
plazo de cinonenta días.
KIJ EX-SULTAN MURAD.
ü n despacho del GálíO íinuucJa que allí corria el
rumor de que el ex-sultan Murad 66 Salliba seriamen-
te indispuesto. Conocidas son las circunstaudlan trégi-
cas con que sucedió eso Soberano al infortunado Abd-
ul-Aziz, así como la historia de su breve y perturbado
reinado, y la catástrofe que. por último le precipitó en
la prisión en que se encuentra. No han llegado á saber-
88 Díen todavia los pormenores de esa revolución pala-
ciega, cotíio tampotío los dol fln misterioso do Abd-ul-
Aziz. La enfermedad mental que sirvió de pretexto
para la depo.sicíon del desdichado Murad, ha sido pues'
ta con frecuencia en duda y varias voces se ha hablado
de tentativas de evasión ó de rapto, sobre las que la
policía turca se ha apresurado á imponer silencio. La
notidla do la enfermedad de Murad llega poco después
de la de los fallecimientos SUCB.IÍTOS de Mcdhat, de Ma-
hamud Damat y del chosk-ul-Islam-ííairulah, esto es,
do los principales actores á quienes el Sultán actual
debe su elevación al Trono. No falta quien haga notar
la coincidencia do estos acontecimientos con el movi-
miento religioso que agita á una parte dol islamismo
y que on el fondo va dirigido contra el califato de
Gonstantinopla. Es posible que esa coincidencia sea
sólo fortuita; pero el recuerdo de las tragedias de 187(3,
explica la atención que despierta.
NOTICUS DEL TONKIN.
Un despacho del general Míllot, fechado ol 2 de .fu-
ñió en Tuyen Quang, sobro el rio Claro, anuncia que
esa ciudad fue atacada por dos batallones y cinco ca-
ñoneros, y ocupada despu£S de una débil resistencia.
La plaza estaba defendida por los restos ds las bandas
do Uac-Ninh y do Hong-Hoa.
El general Millot, después de dejar instalada una
guarnición en la cindadela, se disponía á regresar á
Hanoi. Parte de los Pabellones Negros hablan pedido
su sumisión.
Se habían adoptado las medidas necesarias para
poner guarniciones en Lang-Son, Oha-Kó y Cao Bang,
en las épocas fijadas. La posición de dichas fortalezas
pone en manos de los franceses las fronteras naturales
del Tonkin.
La ausencia de tropas regulares chinas entre los
defensores de Tuyen-Quang, demuestra que el Go-
bierno del Celeste Imperio ejecuta el tratado de Tien-
Tsíng y retira sus tropas del Tonkin, según se ha
comprometido á hacer.
INGLATERRA.
No obstante Jas vacaciones de Pentecostés, reinaba
viva agitación en loa círculos políticos de Landres y
so acentuaban las tendencias contrarias á las bases de
las negociaciones propuestas por el Gabinete francés
para la reunión da la conferencia. El Daily-Telegraplí
anuncia que vario i grupos ministeriales de la Cámara
de los Communes han hecho sabor d Mr. Gladstone
que si al reanudar el Parlamento sus sesiones propo-
nía el Gobierno renunciar en favor do Francia ó do la
Europa á la posición conquistada por Inglaterra en el
vallo del Nilo, so creerían obligados á volar contra el
Gabinete.
De Varna anuncian que la Puerta debía comunicar
el dia 5 á su embajador en Londres, Musaurus-bajá,
su adhesión á la conferencia; poro pedirá al mismo
tiempo que la conferencia sea rodeada de diversas g a -
rantías y restricciones relativas á los derechos de Tur-
quía en Egipto.
CORREO DE PROVINCIAS.
El director del poriódloü de Bilbao el Inrac-hal, se
ñor Sánchez Eamon, está enfbrtiio de gravedad á con-
secuencia do una salvaje agresión de que fué víctima
noches pasadas.
La víspera del sucoso habia sido acometido en ol
paseo el director dol HuskMvM-LeguU, Sr. Orive, por
el Sr. Martínez Hivas, que, so pretexto de liabcr ofan-
dido esto periódico á su padre, la emprendió á bofeta-
das con aquél, siendo contostado á bastoaazo.». El
Irurac bal dio cueuta al dia siguiente do esta lamouta-
ble escena, censurando la agresión, y aquella noche, á
la puerta del teatro, fué apaleado bárbaramente el so-
ñor Sánchez liamon, ao^aa. o[Bushaldiai-Lcjuía, por
seis caballeretes y otros varios de reserva, cuando el
agredido se retiraba solo é indefenso á su casa.
Ha ocurrido un hundimiento on las obras dol Se-
minario conciliar de Palencia, habiendo tenido la
dttsgracia de perecer uno do los trabajadoras.
El lunes so cometió un acto sacrilego on la santa
iglesia catedral do Barcelona, liallábasa un sacerdote
distribuyendo la Sagrada Comunión en la capilla de
San Olegario cuando un sujeto que se habia presenta-
do á recibirla, y á quien el moucionailo sucerdoto .se la
negó por touej sospechas do quo no estaba on. su ciibal
juicio, 80 levantó da reponte y so abalanzó sobro el
sacerdote, echando mano al copón y forcejeando para
arrebatánselo, sin darle tiemjio d i retirarse. Las se-
ñoras que habia junto á la barandilla n'i retiraron es-
candalizadas; algunos caballeros fueron á sujetar á di-
cho individuo, acudiendo timbícnel canónigo Sr. Esta-
lella á impodirquo fuesen profanadas las Sagradas For-
mas, lo que consiguieron. Elcapon quedó'abollado, ol
sacerdote que daba la Sagrada Comunión rc9ibió al-
gunos arañazos en las manos, y el canónigo Sr. iEsta-
Fella una contusión en una inano. Dicho sujeto fué
puesto á disposición del .íuzgado. ,
Ya el dia anterior, y en ocasión en quo so estaban
celebrando los Divinos Oficios, ol detenido promovió
un pequeño escándalo, gritando en medio do la iglesia
que venia á predicar una ley nueva. Como por razón
de hallarse en el presbiterio la comisión del Ayunta-
miento había en la iglesia un piquete de municipales,
M!"l'"!'B.»5!H!iB"!
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POÜGUES
Únicas para el tratamiento de las dol eato-
raago, intestinos y vías urinarias. Dos incon-
testables celebridades han resum ido así sus
prnpiodades;
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»quc constituyen el acto capital' de la nutri-
»cioa. BaoBBsoB TR0ua8BA(i.>
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»Agua8 de Bijufiues, cuya eficacia es única
*tn las enfermedades de las vías digestivas,
«dispepsias, tratamiento de las mujeres cío-
»róticas, do loa convalecientes y debilitados.
»D». OONBTANTIN JkííM.*
Trasmite los podidos la Agencia íranco-his-
pano-portugnesa. Sordo, 31. Por menor S.
QCaña, Oatcerá, Ortega, M. Moraao y Garride.
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PARÍS, 8, rae Payeíae, S
MAPRID. — SAAYKDBA, Sonto, 81
Zas verdaderas pildoras de Blatd sé-
NOTA. t. lo se venden en frascos ó medios fras-
cos y no al peso ni por umdades.
Por menor ©rtega, tíarcerá,
A. botica Mayor, » 3 .
tj^'-
dos individuos del mismo lo sacaron de la iglesia cre-
yéndole loco.
Según se dice en Barcelona, la compañía de los
ierro carriles del Norte de España está negociando 1»
compra del tranvía de Manresa á Berga, cuva linea
se convertiría en ferrocarril que, atravesando le» P l a -
neos por medio do un túnel on el panto denommado
Coll de Foms, acortaría ei viaje á París.
Escriben de Palma de Mallorca que el recio venda-
val que h a reinado estos días en aquella Isla ha des-
truido gran número de árboles frutales. Sera tammea
muy escaso el producto que dará la cosecha de gra-
nos, á juzgar por el aspecto que presentan los campos.
Los agricultores temen quo se pierda la cosecha del
aceite. Los olivos do aquella comarca se ven cargados-
de muestra, pero el viento huracanado que rema les
perjudica de una manera notable.
Hoy ha llegado á Ciudad-Real, procedente de Bar-
celona, el autor de un específlco para matar langosta,
que según asegura, no perjudicando en nada a las
plantas, es de positivos resultados, y sin que pueda
producir el más pequeño á nadie.
El gobernador ha mandado reunir l a Junta de ex-
tinción y el próximo domingo se verificarán los e n -
sayos.
En Carcagente se cometió en la madrugada del
miércoles un crimen, que ha causado general alarma
en aquella villa. A la una de la madrugada, poco más
ó menos, fué hallado en el barrio llamado de la Mon-
tañeta y sobre la vía del ferro-carril, el cadáver de
Antonio Pachés, cuya muerte fué causada por el dis-
paro de dos tiros.
Como presuntos autores de este hecho han sido d e -
tenidos dos sujetos, ocupándoles otras tantas carabi-
nas Remington.
CORREO DE CUBA.
Do los periódicos de aquellas Islas recibidos por 1»
vía do los Estados-Unidos, quo alcanzan hasta el 17
del próximo pasado mes, tomamos las siguientes noti-
cias: i i iJ 4
«Anto un numeroso piiblico, que en su totaudoa
ocupaba las tres naves de la espaciosa iglesia de la
Merced, y con asistencia do representaciones «o las
corporaciones militares todas, así como de los bombe-
ros de la Habana y del comercio, voluntarios 7 milicia-
nos, so verificaron hoy, dando comienzo á las ocho J
media y terminando después de las once, las exequias
que el Cuerpo de artillería hacía en sufragio de c a n -
tos perecieron en la explosión de los polvorines de Sao
Felipe y San José. , ...^
Ante el presbiterio, y cerrado en un cuadrilátero,
cuyas esquinas ocupaban cuatro cañones de bronce,
que sustentaban dos de ellos coronas alegóricas, rega-
ladas por los artilleros, y ío¿ otros dos una guirnalda,
símbolo de la Gloría, y un gran >slo de crespón en se-
ñal de luto, se habia instalado una on8".í}*' 7 ^ ° " * *®'
puítura, que, rodeada do un bonito jardín u? flores y
plantas naturales, en su base, y después una nij* '[^
arena y otra de gramíneas, sustentaba en su par»..?
superior una lápida blanca, con una gran cruz super-
puesta, en la quo se leía la fecha en quo tuvo lugar I»
catástrofe de los polvorines.
Al pió do la lápida y descansando sobre ella, esta-
ban cruzadas las banderas del regimiento de artillería
y la del batallón cazadores de Borbon, en las que des-
cansaban dos hermosas coronas regaladas por la ofi-
cialidad del batallón de Borbon y el «Círculo miUtar.»
y otra de biscuít, presento dol Cuerpo de artillería. BI
conjunto del mausoleo era muy caprichoso, y por el
acierto que han tenido en su confecdion, así como en
la organización de las honras, merecen un voto de gr»"
los Sres. D. Eduardo Arnoís y D. Manuel Romano, co-
•mandante y capitán de artillería.
La orquesta cumplió bien su cometido, habiendo
estado servido el altar y el coro por el capellán de ar-
tillería, Sr. Guerro, y varios capellanes militares y clo-
ro de esta diócesis.
En la iealle de Ouba una compañía de artillen'», con
bandera y música, daba guardia do honor.
A la triste ceremonia asistieron fel gobernador ge-
neral, los generales Reina, Almirante y Beaumont, lo«
brigadieres líoig de Luis y Gonüalez Muñoz, el subin-
tendente militar, el alcalde municipal y los canónigos
Sres. Yelallos y Merino. En resumen, el Cuerpo de ar-
tillería ha quedado hoy á la altura de su merecida bue-
na reputación.
—Leemos en La Crónica de Ñipe:
«El sábado pasado nos visitó una luromba de viento,
durante el aguacero que cayó. Varías familias, quo
viven en la calle de Mayarf, abandonaron sus casas,
pues los caballetes ersin arrastrados á la par que los
]úcftros quo hay por aquel barrio. La 8iiigularidad<l«
la tromba fué que limitó su acción únicamente á 1»
barriada Esto del poblado, pues en las ofloinaa BO SO
sintió la menor señal de ella.»
.—Dice ¿a Verdad do Manzanillo:
«Infundada.s confldcncias, producidas probablemen-
te por algún visionario, dieron lugar á creer en los
primeros momentos que pudiera existir oculta en loS
montos próximos á Yara una partida de bandoleros,
cuya proceioncia se desconocía, y sólo podía atribuirse
á ía jurisdicción de Cuba, donde, como sabemos; se h»
presentado una pequeña, con objeto do prender fuego
á los ingenios de loa Exemoa. Sres. La Torre y Ferrer,
y huyendo de la activa persecución qa« se las liace,
nada do particular habría tenido tratara de buscfir je*
fugio en los estribo? de la Maestra.
La circunstancia de hallarse una guerrilla en el ci-
tado poblado do Yara, facilitó el inmediato y escru-
puloso reconocimiento do esos terrenos, en los que no
»o ha encontrado ni el máks mínisao rastro ni indicio
que indique el tránsito de partid* alguna, cwrtoborén-
dolo además las noticias adquiridas de i^quoUos veci-
nos, que nada de extraño han observado.»
Madrid:—Imprínt» a» fojrt«»t,c»Ufá«UI41)«rta4, B&K. W-
i.gii.NilJ!Íllll^Jim J. ._.!ililiS Sñ
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