CA~ADA

DE LA VIRGEN
REFUGIO DE LOS MUERTOS Y LOS ANCESTROS
SAN MIGUEL DE ALLENDE

GABRIELA ZEPEDA GARCíA MORENO

CENTRO INAH GUANAJUATO

ISC. IAL DE OllOPOlO~ E MlST.

BIBLIOTE~A
Versión Bilingüe

lA 6V1~5 I
 ZEPEDA GARCíA MORENO, GABRIELA

Cañada de la Virgen. Refugio de los muertos y los ancestros

TRADUCCiÓN ESPAÑOL-INGLÉS: PAIGE MITCHELL
LIB FIDEICOMISO DE ADMINISTRACIÓN E INVERSiÓN PARA LA REALIZACIÓN DE LAS ACTIVIDADES DE RESCATE

fr2\qtD 'tDt1Eh y CONSERVACIÓN

2 S X 25 CM; 140
DE SITIOS

PP.; 180
ARQUEOLÓGICOS

ILUSTRACIONES.
EN EL ESTADO DE GUANAJUATO 1 GUANAJUATO 12012.

Z41c ISBN 978-607-8069-15-6

1.Arqueología. 2. Arqueología. Excavaciones. Arquitectura. Arqueoastronomía. 3. Arqueología. Restauración.

Arqueólogos. Gabriela Zepeda García Moreno.

Dewey M 930.1 Zep 57

DEL TEXTO:

D.R. © Gabriela Zepeda García Moreno-investigador Centro INAH Guanajuato

DE LAS IMAGENES:

D.R. © Instituto Nacional de Antropología e Historia

Créditos fotográficos: ver pies de fotos correspondientes

CORRECCiÓN DE ESTILO: Armida Zepeda García Moreno (español) y Paige Mitchell (inglés)
CUIDADO DE LA EDICiÓN: Armida Zepeda García Moreno

PRODUCCiÓN EDITORIAL: Plató S4 S.A. de c.v. José Luis F. Díaz Ramírez

Dirección de arte y diseño gráfico: Lucero Alvarado Ramírez

DE ESTA EDICiÓN:

D.R.© Fideicomiso de Administración e Inversión para la Realización de las Actividades de Rescate y Conservación
de Sitios Arqueológicos en el Estado de Guanajuato
Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato
Plazuela de Cata, núm. 1

36010 Guanajuato, Gto.

PRIMERA REIMPRESIÓN, 2012

ISBN 978-607-8069-15-6
Impreso en México
Printed and Made in Mexico

El Fideicomiso de Administración e Inversión para la Realización de las Actividades de Rescate y Conservación de Sitios Arqueológicos en el
Estado de Guanajuato hace una atenta invitación a los lectores para fomentar el respeto por el trabajo intelectual, es por ello que les informa
que la Ley de Derechos de Autor no permite la reproducción de las obras artísticas y científicas, ya sea total o parcial -por cualquier medio o
procedimiento-, a menos que se tenga la autorización por escrito de los titulares del copyright o derechos de explotación de la obra .

. /' .•.
de verano. Fotografía de Rossana Quiroz
(0n orejo B visto desde el basamento piramídal. Fotografía de Anali Nunez
 9

PROLOGO
Lazona arqueológica Cañada de la Virgen, ubicada en la sociales, edafólogos, biólogos e historiadores, quienes en
cuenca central del río Laja, en el municipio de San Miguel conjunto nos dan una rica visión en matices e hipótesis
de Allende,fue uno de los asentamientos prehispánicos que sobre la cosmovisión y las costum bres de la vida precolom-
se desarrollaron en la región centro norte del país y que lo- bina en la cuenca central del río Laja.
graron constituirse como sociedades complejas y multicul- Los ejes sobre los que gira el trabajo de Gabriela Ze-
turales, sobre todo a partir de la decadencia de Teotihuacan. peda son: 1) La ubicación de Cañada de la Virgen en el
Durante el periodo llamado Clásico Terminal o Epiclásico se contexto del paisaje natural y su transformación cultural
fueron formando señoríos, cuyos linajes gobernantes detén- en paisaje sagrado, siguiendo los cánones simbólicos y as-
taron el control económico, político y religioso sobre ciertos tronómicos vigentes en Mesoamérica. 2) Elanálisis de los
territorios a través de la guerra, que se convirtió entonces en hallazgos arquitectónicos, astronómicos, funerarios e íco-
una actividad fundamental, ya fuera para conquistar nue- nográficos en general, así como la discusión de la posible
vos grupos y territorios tributarios, para defender los pro- filiación étnica y lingüística de los grupos que habitaron el
pios de sus enemigos, o para derrocar a un linaje gobernan- , lugar. A manera de interpretación de ese cúmulo informa-
te dentro del mismo señorío. Por su ubicación geográfica, tivo se plantean hipótesis que se proyectan en imagen de
por la sacralización de su paisaje natural y por sus caracte- una sociedad viva, actuante y sirven de plataforma para el
rísticas arquitectónicas, Cañada de la Virgen fue probable- desarrollo de trabajos posteriores. 3) Eltratamiento parti-
mente un enclave de poder regional, en el que convivieron cular de un templo ubicado en la cúspide del basamento
grupos con tradiciones culturales diferentes. Esademás un piramidal del Complejo A o La casa de los trece cielos. Se le
lugar de "frontera ecológica" .lo que seguramente imprimió llamó templo rojo porque contiene un mural en el que pre-
a la vida en sociedad características únicas. domina el color rojo, dentro de una composición simétrica
Laregión centro norte ha sido históricamente también de bandas geométricas que además intercalan los colores
una región de frontera, escenario de continuas migraciones negro, amarillo y blanco. En el recinto de este mural, que la
y extensos intercam bios comerciales e ideológicos entre so- autora interpreta como la representación abstracta de los
ciedades tan distantes como las de Occidente, del Altiplano pisos del cosmos, se encuentra el entierro de un persona-
Central y del Sureste del país, lo que se confirma en Cañada je denominado El jerarca, por ser considerado uno de los
de la Virgen por los hallazgos realizados tanto de tipo ma- ancestros principales del linaje gobernante en Cañada de
terial como simbólico. Este sitio es un ejemplo' de la gran la Virgen. Pero más importante aún, por la antigüedad de
complejidad cultural que las sociedades de la región limí- sus restos que anteceden por lo menos mil años la época
trofe entre el norte y el sur de Mesoamérica alcanzaron, y es de apogeo de esta sociedad. Partiendo entonces de dicha
así mismo una clara prueba de que estas formaron parte datación propone la hipótesis de que se trata de un "bulto
activa de los procesos comerciales, políticos, religiosos y de divino" o "bulto funerario", uso prehispánico, ampliamen-
conocimiento mesoarnerícanos; por lo que se puede decir te documentado en códices y fuentes históricas, que con-
que Cañada de la Virgen fue un protagonista regional de tenía los restos de un antepasado deificado y protector del
tendencias globales en tiempos prehispánicos. grupo. 4) El libro concluye con una amplia exposición de
Eltrabajo de Gabriela Zepeda y de su equipo interdisci- los patrones funerarios en Cañada de la Virgen a partir de
plinario nos guía a ese mundo particular a través de varias 19 entierros, examinados exhaustivamente, de manera tal
sendas surcadas por arqueólogos, arqueoastrónomos, res- que nos ofrecen una gran riqueza de información que va
tauradores, antropólogos físicos, geólogos, antropólogos desde sexo, edad, patrones alimentarios y patologías, has-

1 Como 10es Plazuelas. en el mu~icipio de Pénjamo, que fue el primer sitio arqueológico excavado, restaurado y abierto al público en el Estado de Gua-
najuato. En ese sentido, el conocimiento resultado de trabajos pioneros. como el generado también en Cañada de la Virgen, ha venido invalidando inter-
pretaciones históricas como la de área marginal y ha revalorado esta reqión a la luz de sus descubrimientos, como participe activa en los movimientos y
cambios que tuvieron lugar en Mesoamérica a lo largo de su historia.
10
ta su estrecha relación con diferentes contextos arqueo-
lógicos, pues en algunos casos los entierros se realizaron
como cultos funerarios y como rituales de fundación de
nuevas etapas constructivas. A su vez, dichos cultos reve-
lan otros aspectos fundamentales como el significado de
los rumbos cósmicos después de la muerte según el géne-
ro de la persona fallecida, las prácticas de mutilación con
fines de comunión antropofágica, o bien, la posibilidad del
sacrificio e in humación colectiva de un grupo familiar que
fuera el linaje gobernante derrotado,
Mención aparte merece la relación arquitectura-ca-
lendarios tratada extensamente en este trabajo, Laautora
aporta evidencias que indican que la zona arqueológica
Cañada de la Virgen se trazó siguiendo fenómenos celes-
tes visuales consignados en los calendarios antiguos y que
sus edificios y plazas fueron orientadas con la intención
de atraer a la superficie terrestre la fertilidad y las fuerzas
benéficas de los recorridos solar y lunar a través de las es-
taciones del año, tanto en los niveles celestes como en los
del mframundo. En ese sentido, Laurette Séjourné comenta
que así como el calendario anual tiene como eje el sol y los
cálculos que registran nuestra existencia provienen de las
posiciones determinadas por el movimiento terrestre alre-
dedor del astro y no de la mera especulación humana; así,
para poder alcanzar el estatuto de verdadero calendario, el
conjunto prehispánico de los 20 jeroglíficos de los días de-
bió encontrar su propio eje, que está constituido por uno
solo de los múltiplos de 20, es decir, la cifra de 260, Esta ci-
fra se convirtió en el denominador común de unos cálcu-
los astronómicos que, a la vez que integran el ritmo solar,
lo articulan con el movimiento de los otros astros, en una
secuencia numérica del 1 al 132 para que pudiera desempe-
ñar el papel de transformador del tiempo ideal en tiempo
sensible.i Tiempo sensible para las sociedades prehispání-
cas, que lo vivieron como una continua mutación según la
regencia del influjo de astros y dioses sobre la vida huma-
na, sobre la tierra y sus frutos, sobre el arte de cultivar a la
Madre Tierra que fue el sostén de la vida social.
La relación entre calendarios, alineamientos arquitec-
tónicos y ciclo agrícola se sustenta por la presencia en la
zona arqueológica Cañada de la Virgen de varios indica-
2 El Tonalpohualli era el calendario más importante. Se componia de la unión de 20 signos o jeroglíficos con una serie de números consecutivos del 1al 13.
Lossignos y los números se combinaban de tal manera que ambas series seguían un orden invariable sin repetir la misma combinación de signo y número
hasta haber transcurrido 13números por 20 signos, o sea, 260 días. Véase Hcracío García y Norma Herrera, Los señores del tiempo. Sistemas calendáricos en
Mesoamérica, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Pangea Editores, México, 1991,p. 50.
3 Laurette Séjoumé, El pensamiento náhuatl cifrado por 105calendarios, Siglo XXIEditores, México, 1998, p. 37.
4 Javier Urcid. comunicación personal, 2009.
5 Javier Urcid, comunicación personal, 2009.
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.v.
dores. Uno de ellos es las orientaciones en los complejos
arquitectónicos, que se alinean en un eje de simetría este-
oeste dirigido a la salida y puesta del sol y de la luna, pero
dando preferencia a fenómenos visuales astronómicos si-
tuados al oeste, ya que el sol y la luna llena se ponen tras
el basamento piramidal del Complejo A al inicio del mes
de marzo, que es el mes en que iniciaba el año mesoame-
ricano, pues marca el final del invierno, el renacimiento de
la naturaleza y anuncia la temporada de las lluvias, En ese
sentido escribe la autora que la orientación general de las
estructuras arquitectónicas con respecto a su eje de sime-
tría, responde a fechas calendáricas específicas.
Otros indicadores de la compleja relación calendarios-
arquitectura-ciclo agrícola son: una piedra labrada con
un signo que tiene cierta correspondencia con el glifo del
año zapoteco y que podría ser una fecha calendárica, y un
glifo almena en forma de rayo-trapecio, Este glifo almena
o remate arquitectónico es muy parecido a los descubíer-
tosen Plazuelas y reproducen un glifo ñuiñe, de la Mix-
teca Baja, de influencia zapoteca, que Gabriela Zepeda
identificó a su tiempo, Se trata del glifo compuesto por
signos alternativos (Ñ/S) para indicar el cuarto día de la
lista calendárica de 20 días, según el orden del calendario
zapoteco del siglo XVI.Latalla de las almenas en cuestión
reproduce sólo la segunda parte del glifo compuesto, es
decir, el signo S que representa la cola escalonada de la
"serpiente de fuego", la Xiuhcóatl de los nahuas. Yaen las
convenciones gráficas tardías del Valle de México se le re-
presentó como una cabeza de serpiente con nariz retro-
flexionada, un cuerpo ofidío con secciones o escamas an-
gulares y una cola escalonada+
Laantigüedad de la "serpiente de fuego" se remonta al
menos hacia el Formativo Tardío y al parecer la evidencia
más temprana de su representación proviene de Oaxaca.>
aunque se le encuentra en toda Mesoamérica, entre otros
lugares, en Teotihuacan, en Guerrero, en el Altiplano cen-
tral y ciertamente en la región centro norte,
En realidad el glifo ñuiñe de la Mixteca Baja y las al-
menas mencionadas (además de muchas otras manifes-
taciones cerámicas, escultóricas o líticas) tienen un patrón
mitológico común ancestral, el ser divino, emblema y ego
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 11

alterno de dioses de gran prestigio y poder en Mesoamé- inertes deja de lado la inquietud de comprender, de ma-
rica. Aunque la "serpiente de fuego" estuvo especialmen- nera dinámica, aquellas realidades sociales prehispánicas
te asociada a Xiuhtecuhtli, el dios viejo del fuego, padre complejas y apasionantes.
y madre de todos los dioses, se le identificó con el rayo o
relámpago (fuego celeste), que también fue uno de los María Elena Aramoni Burqueie
principales atributos de Tláloc, dios de la lluvia y señor del Octubre de 2010
Tlalocan,6 el paraíso oculto de la fertilidad, el gran monte
hueco del que brotaban los vientos, las nubes y las aguas
que fecundaban la tierra con la vegetación. Además de po-
seer el relámpago que hendía las nubes repletas de agua,
el dios de la lluvia fue, sobre todo, el dios del tiempo cíclico
y del ciclo agrícola anual.
A su vez Xiuhtecuhtli, el dios viejo del fuego nuclear,
está también relacionado con los dominios de Tláloc ya
que su nombre significa "señor del año" o "de la hierba".
Xihuitl es la palabra náhuatl para designar pasto, hierba o
follaje en general, pero llegó a significar "año" como "tiem-
po de verdor" o "tiempo del pasto nuevo", de ahí la relación
entre el dios del fuego y el ciclo anual del reverdecer o del
crecimiento de las plantas, en suma, del ciclo agrícola)
Entre sus múltiples significados, el dios de la lluvia tuvo
como dominios primarios el agua y la tierra y como secun-
dario el fuego, ya que su asociación con el rayo, trueno o
relámpago es más que explícita en las fuentes. Inversa-
mente, el dios del fuego primigenio tuvo como significado
primario el fuego pero también se le vinculó estrecha-
mente con la tierra y el agua. Ambas deidades son las más
antiguas del panteón mesoamericano y la interacción de
sus cualidades esenciales formó el pilar del universo.
De los conceptos arriba mencionados sobre los ciclos
anuales y sus estaciones se desprende la relación de la
"serpiente de fuego" con los calendarios y de ahí que su
distintivo simbólico, la cola escalonada, esté presente en
las almenas de basamentos y templos dedicados a los dio-
ses en la zona arqueológica Cañada de la Virgen.
Gabriela Zepeda nos ofrece en este trabajo interdis-
ciplinario un cúmulo de imágenes vivas de una sociedad
desaparecida. La riqueza de sus hipótesis revela un mun-
do inexplorado y rompe con el predominio contemporá-
neo de la visión positivista en la arqueología, en la cual la
descripción e interpretación científicas de los materiales

6 Elnombre Tláloces con el que los grupos de habla náhuatl designaron al dios de la lluvia. el rayo y la fertilidad: sin embargo, como concepto sagrado tiene
gran profundidad temporal y espacial ya que estuvo vigente en Mesoamérica, con diferentes nombres, desde tiempos remotos.
7 Brundage-,Bun C.. El quinto sol. Dioses y mundo azteca, Editorial Diana, México, 1982. pp. 27.17-18.

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ES~IAL DE ANJROPOLOGII E HfSJ.

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14

Vista aérea del basamento piramidal antes del gran descubrimiento. Fotografia de Gabriela Zepeda

INTRODUCCiÓN
La intención que subyace en este proyecto de investiga-
ción es que los especialistas reflexionemos acerca de los
antiguos pueblos prehispánicos y, desde diversos ángu-
los o enfoques, abordemos el escenario arqueológico. Con
esto queremos decir que a los esfuerzos de la arqueología
-que es una de las ciencias por demás interdisciplinar-
se suman los aportes de los restauradores, antropólogos
físicos, geólogos, antropólogos sociales, edafólogos, biólo-
gos, historiadores, en fin, otros estudios y estudiosos cuyas
enriquecedoras contribuciones son la columna vertebral
para la interpretación científica.
La interdisciplina fue entonces la herramienta meto-
dológica para acercamos a la exploración del pasado pre-
hispánico que aconteció en la zona arqueológica Cañada
de la Virgen. Las inquietudes del Proyecto Arqueológico
Cañada de la Virgen: Excavación y Consolidación para la
Apertura Pública, que inició su primera temporada de
campo el 8 de abril de 2002, aspiraron siempre a que con-
juntamente transitaran numerosos especialistas que de-
jaron sus valiosas aportaciones. Desde esos acercamientos
científicos se fue construyendo un acervo de información
arqueológica, arqueoastronómica, arquitectónica, forense,
de restauración, de etnobotánica, de suelos y sedimentos.
Estudios que incluyeron pruebas, fechamientos y mues-
tras enviadas a distintos laboratorios científicos del país y
del extranjero.
Lasinquietudes de investigación fueron también sus-
~
tentadas en numerosas preguntas y muchas de ellas acer-
ca del cielo y de la orientación precisa de los edificios de
la ciudad prehispánica. Los primeros estudios arqueoas-
tronómicos los realizó el investigador Francisco Grana-
das (2004), quien precisó tres horizontes de observación
y dos calendarios nahuas definidos: el Tona/pohualli y el
Xihupohualli regidos por el sol. Con estos primeros datos
arqueoastronómicos comprendimos que los pueblos que
habitaron Cañada de la Virgen fueron admirables obser-
vadores del cielo y que sus conocimientos fueron trans-
mitidos de generación en generación, incluso por más de
mil años.
En opinión de Francisco Granadas, la importancia y el
significado de las fiestas del calendario mexica han per-
mitido proponer una posible correspondencia entre el año
trópico, los ciclos naturales y los ritos. La observación sis-
15
temática del desplazamiento anual del sol permitió esta-
blecer una relación simbólica entre los fenómenos solares
y las fiestas mexicas que acontecían en los equínocoos, es
decir, en los "meses" de Tlacaxipehualiztli y Ochpaniztli; los
solsticios, que ocurrían en las veintenas de Atemoztli y Te-
cuilhuiiontli, y los pasos del sol por el cenit, sucedidos en
los "meses" o veintenas de Tóxcatl y Huey tecuílhuitl.
El primer paso cenital en Cañada de la Virgen -cuya
latitud es 20° 50' 5"- transcurre el 24 de mayo, y el segun-
do paso cenital sucederá el 19 de julio. Elprimero advertía
sobre la llegada de las lluvias y señalaba el momento para
iniciar con los cultivos del maíz. Como complemento de
estos eventos solares en la conformación estructural del
calendario estaban los ciclos estacionales y agrícolas. El
año se dividía en dos estaciones. Una seca, denominada
tonalco, que en Cañada de la Virgen se plasmó arquitectó-
nicamente en la Plataforma Sur del Complejo A.donde se
encontró un contexto funerario de enorme relevancia y re-
ferencias de orientación con la Cruz del Sur -veremos más
adelante que esta Cruz del Sur tiene implicaciones en la
actual fiesta de la Santa Cruz celebrada el 3 de mayo. Yotra
de lluvias, denominada xopan, en donde las ceremonias
dedicadas a las deidades de la lluvia, del maíz y de la tierra
eran imprescindibles, y prueba de ello son las evidencias
materiales de un Xipe-Totec encontrado en la Plataforma
Este del mismo Complejo A,así como las cuentas de jade y
turquesa registradas por Luis Felipe Nieto (1997) en la Pla-
taforma Norte.
Además de situar los equinoccios, que ocurren por vez
primera e120 de marzo,ypor segunda ocasión el 23 de sep-
tiembre, Francisco Granadas observó y registró el solsticio
de verano y el solsticio de invierno, el primero el 21de junio
y el segundo el 22 de diciembre, que es cuando el sol se
oculta en el Complejo B de Cañada de la Virgen. De acuer-
do con el calendario mexica, el solsticio de invierno caía
en el "mes" de Atemoztli y el solsticio de verano en el de
Tecuilhuitontli. Este atardecer del sol fue registrado y docu-
mentado extensamente por Rossana Quiroz (2005), y una
de las interpretaciones es que el baño ritual del temascal
situado en la cúspide del basamento piramidal, y los cuar-
tos construidos en el paramento sur del templo del Com-
plejo B,están asociados a esa muerte del sol y de la tierra,
cuando acontece la noche más larga.
16
Los registros precisos del ciclo y calendario lunar aporta-
ron nuevas luces a la observación celeste. Lainvestigadora
Rossana Quiroz (2009), al analizar los calendarios nahua
y otomí, acentuó que posiblemente el componente hu-
mano fundamental en la ritualización de Cañada de la
Virgen proviniera de pueblos otomangues. Hoy casi pode-
mos asegurarlo, pues la investigación de corte lingüístico
y etnohistórico nos indica que el sur de la cuenca del río
Laja estuvo poblado, durante el Preclásico Temprano, por
grupos lingüísticos proto-otomí/mazahua -muy antiguos
en la región septentrional e incluso poseedores de la len-
gua más antigua registrada para Mesoamérica. Con es-
tos nuevos datos, confirmaríamos la propuesta de David
Wright, quien ha sostenido la presencia plurimilenaria de
los otomíes y sus parientes en los valles centrales de Méxi-
co (Wright, 2005).
Sumado a esto, los estudios antropométricos empren-
didos por Dehmian Barrales (2008) parecen confirmar los
vínculos entre los pobladores de Cañada de la Virgen y los
pueblos zapotecas de Oaxaca. Con datos de demotipos, ru-
tas de intercambiopoblacional y lingüística logra destacar
la posible influencia del zapoteco y cierto grado de inter-
cambio genético entre ambos pueblos:
"(...) ese grado de afinidad biológica entre el noroeste del Al-
tiplano y Oaxaca, puede explicarse con relativa sencillez, ya
que el zapoteco es otra rama lingüística derivada de la gran
familia otomangue. En otras palabras, el otopame y zapote-
ea son lenguas hermanas" (Zepeda y Barrales, 2008: 228).
otros datos, que se suman y confirman los vínculos zapote-
cas con la familia Iínqüísttca otomangue, son las conclusio-
nes a las que llegó Francisco Granados, quien sostiene que:
"(...) Cañada de la Virgen es, hasta el momento, uno de los
pocos sitios arqueológicos con una orientación relaciona-
da con el 18 de abril y el 25 de agosto. Son pocos los casos
con esa orientación que se han localizado fuera de la zona
oaxaqueña, lugar donde supuestamente se inició la cuenta
o familia de los cocijos. Finalmente, no es despreciable el pa-
pel que probablemente jugó el 23 de marzo en relación con
la familia orientacional y calendárica señalada" (Granados,
2008: 176).
Laprincipal función de los habitantes de Cañada de la Vir-
gen fue contar el tiempo para asegurar la alimentación y
el sustento de una numerosa población que ocupó más de
noventa asentamientos prehispánicos distribuidos en la
cuenca central del río Laja.Cada uno de ellos se especializó
en la obtención de materias primas para un intercambio
interno, como bien lo han anotado Luis Felipe Nieto y Bal-
bina Martínez (1987).
La ciudad fue entonces planificada, científicamente
orientada y anclada topográficamente en los ejes de si-
metría de los cerros -cercanos y distantes. Es decir, que el
mapa del cosmos fue la metodología que aplicaron en la
construcción y en la vida misma. De esta manera aprecia-
mos que el pueblo poseía una sabiduría que aplicó al sus-
tento y a poblar de dioses-ancestros y fiestas sus cuentas
del tiempo.
Empero, también supimos que para que ello fuese po-
sible sólo un pueblo de más de mil años de antigüedad
-pnrnero cazador-recolector y luego agricultor- podría
acumular tanto conocimiento en la transmisión oral de
los acervos de observación del cielo y,con esas herramien-
tas conceptuales, construir una ciudad planeada y orde-
nada simbólicamente.
Por la comparación que atinadamente realizó Rossana
Quíroz, al enfocar su investigación a los pueblos de origen
otomí, ahora sabemos que al parecer nunca se movieron
y que desde hace más de mil años antes de nuestra era
habitaron estos rum bos septentrionales. Resulta cierta en-
tonces la fuerte tendencia de Wigberto Jiménez Moreno y
Miguel León Portilla de que los pueblos otomangues siem-
pre estuvieron aquí.
Desde otros ángulos se encaminaron las preguntas
que afianzaron aún más la presencia otomí en la confor-
mación humana de Cañada de la Virgen. A ellos se suma-
ron los estudios de antropología forense, encabezados por
el maestro Dehmian Barrales, que de suyo confirmaron
algunas preguntas en la disposición simbólica de los ente-
rramientos humanos encontrados como testimonios de la
vida sagrada de los habitantes de Cañada de la Virgen.
Alabordar el estudio de los huesos -de los hombres, de
las mujeres, de niños y niñas- de la colección arqueológi-
ca ósea de Cañada de la Virgen, conformada por 19 indivi-
duos y numerosos huesos dispersos, nos encontramos con
otro caudal de información. Lo interesante de los huesos
es que pueden informamos de asuntos más cotidianos y
terrenales, es decir, podemos saber edades, sexo, estatura,
actividades realizadas y más, pues la huella del movimien-
to humano se impregna en ellos. Incluso qué comían en su
dieta básica y si alguno con mayor jerarquía disponía de
otros manjares traídos de lejos.
Por fortuna, a los entierros encontrados en Cañada de
la Virgen se les preguntó su edad, su género, sus padeci-

mientas, sus hábitos alimenticios y sus rasgos físicos. La
reconstrucción en tercera dimensión del Entierro 13,nom-
brado Eljerarca, que realizó el especialista Dehmian Barra-
les (20°7, 2008, 20°9), es una buena prueba de cómo al
confluir distintas disciplinas científicas podemos conocer
algunas costumbres, algunos rasgos físicos y ciertos cul-
tos funerarios de ancestros que tienen ya bastantes años
de muertos. Una muestra de ello son los resultados en la
datación de los entierros Eljerarca y La niña guerrera -En-
tierros 5y 13-, discutidos en el cuerpo de este texto.
Para llegar a las interpretaciones que abordamos en
este escrito, la arqueología se nutre de muchas pruebas
de laboratorio. Alos huesos y a otras evidencias materiales
del registro arqueológico se les pueden hacer muchas pre-
guntas y para responderlas es necesario enviar muestras a
los laboratorios químicos y físicos, a los laboratorios de ar-
queometría, a los de investigación forense ya los laborato-
rios de dataciones y fechamientos para que nos digan las
fechas en que vivieron o nos informen de los componentes
químicos -por ejemplo, el nitrógeno es buen indicador de
las dietas; el carbono es indicativo cronológico; el colágeno
completa esa prueba del tiempo. Por supuesto, cada mues-
tra requiere de tratamientos específicos y sus análisis son
costosos. La selección de cada una de ellas obedece a un
principio metodológico y teórico. Sin embargo no es po-
sible fechar todo, aunque el deseo oculto de cada arqueó-
lago contradiga los costos, pero soñar hipótesis no cuesta
nada y por el contrario contagia el ímpetu de seguir hur-
gando en el pasado.
y en ese orden de ideas seguimos hurgando el pasado,
pues para documentar la presencia otopame en Cañada
de la Virgen nos percatamos que la orientación, la traza y
el diseño de los complejos arquitectónicos estaban dirigi-
dos y apoyados en intersecciones orográficas y visuales. Se
corroboró la existencia de mojoneras en los cuatro rumbos
del asentamiento prehispánico, todas ellas relacionadas a
puntos de intersección arquitectónica como esquinas, ac-
cesos y escalinatas (Quíroz, en Zepeda, et. al., 2005).
La relación entre los cerros y el templo en Cañada de
la Virgen reforzó la concepción de la arquitectura meso-
americana. La composición de pirámide y patio hundido
-que hacen referencia a los conceptos simbólicos de cerro/
cielo/templo y cuevas/tierra/patio- fueron motores para
investigar la geografía sagrada.
Una línea fuertemente apoyada fue la observación del
cielo nocturno que emprendió Rossana Quiroz y, con ello,
la confirmación del equilibrio visual de la arquitectura con
el marco topográfico de sus horizontes para así establecer
17
un vínculo visual y concordante con el movimiento apa-
rente de la bóveda celeste:
"(...) Tal vínculo alcanzó un significado simbólico y prácti-
co de la mayor trascendencia para los pueblos mesoame-
ricanos. Esta ciudad, relativamente alejada de los grandes
conglomerados urbanos del centro de Mesoamérica, com-
partió con ellos la milenaria tradición de orientar edificios
y plazas de acuerdo a la estructura del calendario. Lo'Sob-
servadores del cielo de Cañada de la Virgen también se per-
cataron de la regularidad del movimiento aparente de la
Luna y Venus. En consecuencia, configuraron sus edificios
de tal forma que esos astros señalaban algunos elementos
arquitectónicos importantes al coincidir su aparición con
la posición de tales estructuras: Por lo tanto, se puede afir-
mar que la ciudad muestra una admirable organización
espacial acorde a los conceptos de una cosmovisión donde
los elementos del paisaje se entrelazan firmemente GOnel
comportamiento de los astros" (Galindo, 2010,prólogo).
En este sentido, los criterios de selección del lugar donde
se construyó .Cañada de la Virgen incluyeron considera-
ciones astronómicas precisas pertenecientes a la esfera
de la religión y la cosmovisión. Creencias vinculadas con
diversos rasgos del medio ambiente o paisaje sagrado, así
como con la intención de incorporar en el centro de culto
los alineamientos astronómicos cuyas funciones tenían
múltiples aspectos interrelacionados: satisfacían las ne-
cesidades prácticas, reforzaban la cosmovisión vigente, co-
rroboraban distintos aspectos de la religión y ratificaban
la ideología de la élite gobernante.
Todos estos aspectos fueron la fuente de inspiración
para los urbanistas y arquitectos prehispánicos de Cañada
de la Virgen. Alinearon el principal eje de orientación en
una inclinación de 74° 30' respecto del norte magnético
(80° astronómicos). es decir, 15°30' al oeste del norte mag-
nético. En otras palabras, las orientaciones dan preferencia
a fenómenos visuales astronómicos situados al oeste. Esto
es: el sol y la luna llena se ponen tras el basamento pirami-
dal, en lugar de surgir tras de él como en la mayoría de los
casos de la arquitectura ceremonial mesoamericana. Yen
el mes de marzo, como lo ha documentado Rossana Quiroz
(2010),"es cuando el Sol y la Luna llena ingresan juntos al
cerro-pirámide del Centro Ceremonial de Cañada de la Vir-
gen", marcando el inicio del añ-o otomí que comienza el 4
de marzo.
Por lo pronto, las líneas de investigación seguirán reca-
pitulando acerca de estos calendarios y la cultura otomí.
18
Estudios alternos serán relacionar los fenómenos celestes
con propuestas etnográficas concretas, es decir, con los ci-
clos de fiestas. Un primer avance lo realizan Rossana Qui-
roz y Geraldine Patrick al vincular las fiestas actuales de
San Miguel de Allende, Guanajuato, con las veintenas del
calendario otomí que, como se mencionó arriba, comienza
e14 de marzo "desgranando la mazorca" y termina el 26 de
febrero "pidiendo la bendición". Fiestas como el Señor de la
Conquista, la Santa Cruz, San Miguel Arcángel, entre otras,
están siendo resignificadas por las investigadoras.
Por otro lado, siguiendo esta misma línea de ciclos fes-
tivos, Beatriz Cervantes y Ana María Crespo sugieren que:
"Elcalendario de fiestas vigente en San Miguel de Allende
remite por sí mismo a varias raices. Por una parte, a la he-
rencia campesina ancestral que apela al ciclo natural de las
lluvias y 'coincide por lo mismo con celebraciones prehispá-
nicas que pudieron conservarse renovadas en los grupos
otomíes que habitaron las riberas del río Laja,mismos que
se constituyeron en la mano de obra para las haciendas y
los obrajes de San Miguel (...) Elcalendario remite tam bién a
la tradición europea, introducida en la acción evangelizado-
ra-exorcizadora de los primeros franciscanos, que se denota
marcadamente en el culto a la cruz, sim bolo religioso primi-
genio introducido en los primeros tiempos novohispanos.
En la actualidad el culto a la cruz es de suma importancia
entre los grupos indígenas de las inmediaciones de San Mi-
guel de Allende, donde podemos mencionar, entre otros, el
culto de la Cruz de Calderón y el Señor de la Conquista. La
cruz es así mismo, para los indígenas, un marcador simbóli-
co del territorio ritual" (Cervantes y Crespo, 1999: 13).
El estudio emprendido por las autoras -basadas en la
memoria de Don Feliz Luna- sobre el ciclo anual festivo
vigente en San Miguel de Allende incorpora tres círculos,
mismos que son espaciales, territoriales y simbólicos. Es-
tos círculos tienen también su carga histórica y a lo largo
del tiempo no han sido siempre los mismos.
Elprimer círculo es la ciudad misma y se traza por los
monumentos religiosos: Templo del Oratorio, Templo de
San Francisco. Ahí se celebran las procesiones en Semana
Santa y diversas festividades religiosas que hacen explíci-
ta también la presencia de los antiguos barrios indígenas,
como ejemplo las fiestas alternadas de la Cruz de Mayo
(Cervantes y Crespo, 1999).
Elsegundo perímetro es el territorio e integra la red de
compromisos rituales en la que participan las diversas or-
ganizaciones religiosas de carácter popular y que parecen
obedecer -según las autoras citadas- a un resguardo de la
memoria histórica:
"(...) Elrecorrido a lo largo de cuatro santuarios localizados
sobre el río Laja, que inicia el 28 de diciembre de cada año
y culmina el 31, en El Llanito, señala la vía por la cual se
realizó el poblamiento de esta región, como se indica en el
mapa del siglo XVIde los pueblos de San Miguel y San Feli-
pe. Este territorio, que integra una memoria y que es base
de una presencia identificadora, tiene como puntos de re-
ferencia cuatro antiguos poblados que comparten con San
Miguel hechos de la historia reqional: al sureste Querétaro,
al noroeste San Luisde la Paz,al suroeste Comonfort (la an-
tigua Chamacuero) y al noreste Dolores Hidalgo-El Llanito
(...)" (Cervantes y Crespo, ibid., 14).
Eltercer círculo de resonancia regional y festejo anual del
Arcángel San Miguel integra un amplio abanico de pue-
blos y cofradías que se desplazan desde los cuatro puntos
cardinales arriba mencionados. Al respecto, el patrón de
asentamiento s prehispánicos, registrado por Luis Felipe
Nieto en la cuenca central del río Laja, señala que tanto
la posición geográfica de los sitios arqueológicos como las
rutas de intercambio y peregrinación continúan siendo
las mismas.
Un amarre histórico es la Pintura de San Miguel y San
Felipe de los Chichimecas, Provincia de Michoacán, de 1580,
que entre otros aspectos incluye los caminos prehispáni-
cos de Guanajuato. San Miguel ElGrande (hoy de Allende)
y San Felipe quedaron establecidos en las rutas de cami-
nos de Tierra Adentro desde 1555 y, en opinión de Jiménez
Moreno, estos mismos caminos fueron los usados durante
la tradición Tolteca de la cuenca de México.
En este sentido, podremos suponer que los primeros y
principales caminos de la época del auge minero siguie-
ron en esencia los prehispánicos. Cañada de la Virgen, en
ese circuito, estuvo vinculada con Tula a través del camino
que llegaba a San 'Miguel Viejo y de ahí a México por San
Juan del Río,Jilotepec y Tula. Lo que queremos anotar es
que desde tiempos prehispánicos existieron estos recorri-
dos regionales en los cíclos de fiestas.
De esta forma -señalan Cervantes y Crespo- año con
año y desde los cuatro puntos cardinales, desde los cuatro
espacios cósmicos, los peregrinos, los que piden, los peni-
tentes, los que caminan -y con su caminar imprimen la
huella de la memoria- visitan los santuarios, las cruces,
las imágenes milagrosas, tanto a manera de recordatorio
como de acción vital y de esperanza.
 19

Cuartoshabitacionales del Complejo B. Fotografía de Gabriela Zepeda

20

Perspectiva del patio hundido desde la Plataforma Sur del Complejo A. Fotografia de José Luis Diaz
 Estageografía sagrada y de rituales puede rastrearse hasta
la zona arqueológica Cañada de la Virgen y su predominio
religioso sobre la cuenca central del río Laja,y esa será otra
línea de futuras investigaciones. Sólo adelantamos que el
complejo iconográfico Xúchiles y Chimales (derivaciones
del nahua xuchitl y chimalli, flor y escudo, respectivamen-
te) tiene sus raíces en una tradición pan-mesoamericana
que se remonta a tiempos muy anteriores a la conquista
y está íntimamente vinculada a la veneración de bultos
sagrados con fines mortuorios o teológicos (Zepeda y Ba-
rrales, 2006).
Creemos que existe una relación geográfica entre Ca-
ñada de la Virgen y la festividad de los Xúchiles en San
Miguel de Allende. Desde hace siglos, las comunidades vi-
sitan sus inmediaciones en busca del preciado xotol o cu-
charilla, imprescindible para la elaboración de los Xúchiles.
Cañada de la Virgen, como lugar sagrado de peregrinación
ritual asociado con la puesta del sol y la luna en su entrada
al inframundo, jugase en tiempos prehispánicos un papel
mucho más relevante en términos de integración a los
orígenes de esta festividad. Así mismo, como lo hemos ya
mencionado, constituye un lugar donde la legitimación y
veneración ancestral fue quizá el motivo principal de las
peregrinaciones (ibid., 2006).
Estos nuevos aportes señalan el camino de futuras
investigaciones, no obstante, en el cuerpo de este texto
abordaremos sólo algunas. Comenzaremos por situar la
ubicación de la zona de estudio así como su escenario
natural, resaltando la importancia de este paisaje en el
contexto simbólico del lugar. Seguiremos con la confor-
mación del asentamiento, sus formas, detalles arquitec-
tónicos y sus orientaciones para emprender la tarea de
mostrar los resultados de las excavaciones arqueológicas
en el Complejo B,con sus aportes iconográficos y los ha-
llazgos funerarios. Finalizaremos con el templo rojo y el
complicado funeral del Entierro '3 o Eljerarca, para luego
abordar los patrones funerarios y cerrar con la revisión del
Entierro 5 o La niña guerrera.
Todo esto y más ha sido posible por estar auspiciados
por el fondo fideicomiso FIARCA, donde colaboran muchas
instituciones del orden federal, estatal y municipal. Du-
rante más de nueve años propiciaron que los esfuerzos
de investigación, además de la excavación arqueológica,
restauración y consolidación para su apertura pública, se
enfocaran en otras y múltiples disciplinas. Esa urdimbre
de datos tejió una historia prehispánica que aún nos sor-
prende por la inmensa sabiduría que escurre en los muros
de Cañada de la Virgen.
Perspectiva del centro ceremonial. Al fondo los cerros de origen. Fotografía de Gabriela Zepeda
Perspectiva del patio hundido desde la Plataforma Norte del Complejo A. Fotografía de José Luis Díaz
 27

a zona arqueológica Cañada de la Virgen, si-

~ada en el municipio de San Miguel de Allende,
iuanajuato, México, es un antiguo lugar prehis-
ánico y un referente actual para interpretar,
xplicar y entender a los viejos habitantes que
'vieron en los límites sureños de una región
eptentrional de la Mesoamérica. Pueblos que
ara sobrevivir necesitaron de una agricultura
ornpleja -cuajada en un panteón abstracto de
iosasy dioses- y de un complejo sistema de re-
olectay cacería. De ahí que sus calendarios fue-
n regidos por el sol para la agricultura y la luna
ara la cacería y la recolección (ver plano 1).
Lacuenca central del río Laja, donde se asienta
ñada de la Virgen -y más de noventa asenta-
ientos prehispánicos que en su momento tra-
ajóLuisFelipe Nieto y otros colegas- representó,
ntre 540 a 1050 d.c., el lugar de establecimiento 1. Plano de localización de la zona arqueológica Carlada de la Virgen. Digitalización de Andrés Cuéllar

eun dominio religioso y jerárquico que se apoyó

elmanejo de los calendarios para el desarrollo
lossistemas agrícolas y para la sacralización de
linaje gobernante (ver plano 2).
Hoydía sabemos que Cañada de la Virgen for-
ó parte del Altepetl de San Miguel Viejo y fue la
becerao el Teocalli del c~ntrol religioso y políti-
de esta referida cuenca. Fue también, por eso
ísmo, el referente a los ancestros, a lo más viejo,
sdioses y diosas primigenios, como se explica-
más adelante, y como nos permiten aventurar
fechasde radiocarbono obtenidas.
Desdesu etapa de fundación a su época de
eo Cañada de la Virgen fue el lugar religioso,
ntuario, el monasterio y un referente de crea-
yoración. En la gran complejidad de los asen-
ientos prehispánicos de la cuenca central del
Laja,Cañada de la Virgen se estableció como
rectoren el ámbito religioso y resguardo de la
gobernante.
Losantiguos arquitectos prehispánicos cons-
erany configuraron su ciudad sirviéndose de
erros para orientarla y, en especifico, de los' ci-
sinódicosdel sol, la luna y Venus para lograr
ineaciónsimétrica de la tierra y del cosmos.
Elevacl6n m.a.n.m.: 1950 mta.
Extanlll6n probable del boaqa.. IIn loa ."~ 1000-1100 d.C.

Ar••• da ptoducci6n .grlc~.

SItiOll da importllncla IIconómica y poIltica 2!5kma _

2. Plano de la cuenca central del río Laja. Elaboró Luis Felipe Nieto. digitalización de Andrés Cuéllar
Elbasamento piramrdal y el registro de la luna. Hoy en día se tiene ya establecido un calendario
lunar o Mexpohua/li. Fotografra de Rossana Quiroz

Elbasamento piramidal y el registro solar. Fotografia de Rossana Quiroz

Elbasamento piramidal coronado por los rayos del sol. Fotografía de Rossana Quiroz