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“Año de la Reconciliación Nacional”

“CARGAS Y DEUDAS DE LA SUCESIÒN”

FACULTAD : DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

CICLO : IX

CURSO : DERECHO CIVIL - SUCESIONES

DOCENTE : DRA. JUAN RAMON LIRA.

ALUMNOS : ACHO CHOQUE, YAQUELINE


CUSI CABALLERO, BEATRIZ
BERROCAL PONCE, JUAN HERNAN
PIO YNCHUÑA, ADA REBECA

TACNA - PERÚ

2018
AGRADECIMIENTOS
La realización de este trabajo monográfico

está dedicada a nuestros padres y

hermanos, pilares fundamentales en

nuestra vida. Sin ellos, jamás hubiese

podido conseguir lo que hasta ahora. Su

tenacidad y lucha insaciable han hecho de

ellos el gran ejemplo a seguir y destacar.

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INDICE
AGRADECIMIENTO __________________________________________________ 2
INDICE______________________________________________________________ 3
INTRODUCCION _____________________________________________________ 5
CAPITULO I _________________________________________________________ 6
CARGAS Y DEUDAS DE LA SUCESIÒN _______________________________ 6
ARTICULO 869 ______________________________________________________ 6
1.1 Distinción entre cargas y deudas. ___________________________________ 9
1.2 Cargas establecidas en el Código Civil ______________________________ 10
a) Gastos del funeral __________________________________________________________ 10
b) Gastos provenientes de la última enfermedad del causante _____________________ 11
c) Gastos de administración ___________________________________________________ 12

PLAZO DE BENEFICIOS A PERSONAS QUE VIVIERON CON EL


CAUSANTE ________________________________________________________ 13
ARTICULO 870 _____________________________________________________ 13
CAPITULO II _______________________________________________________ 16
DEUDAS ___________________________________________________________ 16
ARTICULO 871 _____________________________________________________ 16
2.1 Deudas. Generalidades ____________________________________________ 16
2.2 Etapas por las que atraviesa la herencia ____________________________ 17
2.3 Responsabilidad en la primera etapa (antes de la partición) __________ 18
2.4 Responsabilidad en la segunda etapa (después de la partición) _______ 20

PRELACIÓN DEL PAGO_____________________________________________ 20


ARTICULO 872 _____________________________________________________ 20
1) Modo de efectuar la separación de patrimonios _____________________________ 22
2) Orden de preferencia __________________________________________________ 23

PAGO DE DEUDAS ANTES DE LA PARTICIÓN ________________________ 24


ARTICULO 873 _____________________________________________________ 24
1) Deudas debidamente acreditadas ____________________________________ 25
2) Inventarios _________________________________________________________ 25
3) Reconocimiento de obligación por testamento ________________________ 26
4) Deudas que carezcan de garantía real ________________________________ 27

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5) Aseguramiento del pago _____________________________________________ 27

PAGO DE LA DEUDA ALIMENTARIA _________________________________ 28


ARTICULO 874 _____________________________________________________ 28
CONCLUSIONES ___________________________________________________ 33
BIBLIOGRAFIA _____________________________________________________ 35
JURISPRUDENCIA_____________________________________________31
RESOLUCION DEL TRUBUNAL CONSTITUCIONAL__________________35
SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA DE LA REPUBLICA____________40

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INTRODUCCION

Por medio del presente del trabajo, estudiaremos sobre el tema de


cargas y deudas de la sucesión, pero para eso primeramente
entenderemos que la sucesión por causa de muerte transmite el activo y el
pasivo del causante, con ciertas excepciones. Esta transferencia universal
trae consigo diferentes responsabilidades para los sucesores y en la
partición de la herencia se deberá tener presente como los bienes y desde
luego los derechos. Alos sucesores se les dará desde luego y de acuerdo
a la ley, serán responsables de las cargas, deudas y obligaciones.

La doctrina y la ley definen a la sucesión por causa de muerte como


la transmisión del patrimonio de una persona fallecida a sus herederos. Es
así que en nuestro código civil peruano en los artículos 869,y el plazo de
beneficios a personas que vivieron con el causante ,esto se demostrara en
el trabajo monográfico y también dividiéndose en capítulos.

Por ultimo el proceso de transito del patrimonio del cuius a sus


sucesores generalmente provoca una serie de gastos o bien pueden surgir
nuevas causas u obligaciones que pasaran al caudal hereditario, y en
definitiva pasa a los hereditarios. Siendo deudas o cargas que están en la
sucesión .

Que surgieron después de la apertura de la sucesión.en tal razón


han surgido cargas y deudas , para lo cual deduzco a continuación sin
confundir las hereditarias y las testamentarias.

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CAPITULO I

CARGAS Y DEUDAS DE LA SUCESIÒN

CONCEPTO DE DEUDAS

Son las obligaciones del causante al momento de su deceso. Tal como


hemos dicho al tratar transmisión sucesoria , las deudas a que se refiere el
Código son solamente las trasmisibles personalísimas no son objeto de
transmisión tal como señala el articulo 1218 respeto a los obligaciones el articulo
1363 referente a los contratos y el artículo 188 en relación al cargo, como
modalidad del acto jurídico a transmisión, como se ha explicado, debe
entenderse con todos los bienes y obligaciones de las que el causante es titular
al instante de su fallecimiento; vale decir, tal como lo determina el artículo 660
con todo el activo y con todo limitación establecida en el artículo 661: hasta
donde alcancen los bienes dad entra vires hereditatis, estableciendo
excepcionalmente el de la responsabilidad ultra vires hereditatis cuando el
heredero oculta dolosamente bienes hereditarios, simula deudas o dispone de
los bienes dejados por el causante en perjuicio de los derechos de los
acreedores de la sucesión (artículo 662).

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El artículo 871 expresa que "mientras la herencia permanece indivisa,
la obligación de pagar las deudas del causante gravita sobre la masa hereditaria;
pero hecha la partición, cada uno de los herederos responde de esas deudas en
proporción a su cuota hereditaria". Se trata de una nueva disposición que no
estaba en el Código derogado. Este artículo, como Lanatta (281) señala, tiene
por objeto establecerla integración sistemática en relación a las dos etapas
sucesivas por las que pasa la masa hereditaria: la indivisión y la partición. En
realidad, desde fallecimiento del causante, los obligados son los sucesores en
de fallecimiento de silos bienes están indivisos o si se procedido a la partición.
El artículo 871 tiene carácter únicamente explicativo, pues sin necesidad de él,
existe la norma que contiene. Lo que la disposición persigue es aclarar que el
hecho de la partición y, por tanto, la consecuente adjudicación de los bienes a
los herederos no exime a éstos del pago de las deudas del causante. Quiere
decir que deuda persigue los bienes; primero, en propiedad del causante,
después, en condominio en propiedad individual de cualquiera de ellos cuando
se efectúa la partición. Lo más importante de la nueva disposición es que declara
la mancomunidad de los herederos, principio que fluía sin expresarse en el
ordenamiento derogado. No hay, pues, solidaridad entre los herederos.

Por tanto, es aplicable el artículo 1172 que expresa que cada uno de los
acreedores sólo puede pedir la satisfacción de la parte del crédito que le
corresponde; en tanto que cada uno de los deudores se encuentra obligado a
pagar únicamente su parte de la deuda. Pero si la obligación es indivisible, es
pertinente lo expuesto en el artículo 1176, que expresa que cualquiera de los
acreedores puede exigir, en ese caso, la ejecución total de la obligación a
cualquiera de los deudores. A esto se refiere el artículo 877 cuando manifiesta
que "el heredero que hubiere pagado una deuda de la herencia debidamente
acreditada, o que hubiere sido ejecutado por ella, tiene derecho a ser resarcido
por sus coherederos en la parte proporcional que a cada uno de ellos
corresponda".

Si los sucesores heredan una deuda solidaria, ésta se dividirá entre ellos
en proporción a sus respectivas participaciones en la herencia (artículo 1187);

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es decir que la solidaridad no la hereda cada uno de ellos individualmente. Ello
significa que no se puede exigir a un solo heredero el cumplimiento de una
obligación de la cual el causante era deudor solidario. Todos serán responsables
mancomunadamente por la totalidad de la deuda.

El artículo 878 expresa que "la insolvencia de cualquiera de los


coherederos obligados a resarcir al que pagó una deuda hereditaria, o que sufrió
un embargo por ella, perjudica a prorrata al que la pagó y a los demás
coherederos responsables, cuando la insolvencia existía en el momento del
pago". Esta forma reitera lo expresado en el artículo 1204 en el Libro de las
Obligaciones, en el sentido que "si alguno de los codeudores es insolvente, su
porción se distribuye entre los demás, de acuerdo con sus intereses en la
obligación". El artículo 872 enuncia una regla que tampoco la expresaba el
Código anterior, aunque estaba implícita. Dice que "los acreedores del causante
tienen preferencia respecto a los acreedores de los herederos para ser pagados
con cargo a la masa hereditaria". Se trata de una norma elemental pero
necesaria, según Lanatta redunda en lo obvio, pues si los acreedores del
causante tienen un derecho preferencial de los herederos, con mayor razón lo
tienen respecto a los acreedores de éstos, que tienen la facultad de subrogarse
en sus derechos. Pero es útil para cuando hay confusión entre el patrimonio del
causante y del heredero. En un caso concreto, en la pugna entre un acreedor del
causante y otro del heredero, bastará probar que el bien de propiedad del
heredero fue trasmitido muertes causa por el causante, para que la acción
persecutoria del bien favorezca al acreedor del causante respecto al acreedor
del heredero.

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BASE LEGAL ARTICULO 869ª

Son de cargo de la masa hereditaria:


1.- Los gastos del funeral y, en su caso, los de incineración, que se
pagan preferentemente.
2.- Los gastos provenientes de la última enfermedad del causante.
3.- Los gastos de administración.

1.1 DISTINCIÓN ENTRE CARGAS Y DEUDAS.

En principio, conceptualmente, la carga va unida a la persona o bien,


por el solo hecho de existir, en virtud de lo cual su procedencia puede ser
independiente de la voluntad individual. Es por ello que puede decirse que
se trata de una consecuencia de algo, como en el caso de la sucesión, que
es consecuencia de la muerte del causante, por lo que se les denomina
cargas de la sucesión a las obligaciones originadas por el fallecimiento del
causante (GONZÁLEZ GARCÍA, BORDA). Esto lleva a deducir que en
rigor, estas cargas no se transmiten sucesoriamente, porque no eran
obligaciones previas del causante que aun constituyendo pasivos de la
masa no hay en ellas sucesión mortis causa OTHIER), naciendo ellas
directamente para los herederos.

Por su parte, las deudas son las contraídas por el causante,


formando parte de la masa hereditaria y pasando al heredero por sucesión.
Es preciso señalar que el pago de las cargas de la sucesión tiene
preferencia respecto al pago de las deudas. Si bien las deudas son de
mayor antigüedad en el tiempo (por haber sido contraídas por el causante
cuando éste vivía) que las cargas, la razón de su orden de prioridad
secundario respecto de éstas reside en que sería sumamente engorroso y
dificultoso realizar los trabajos relativos al funeral o sepelio del causante,
así como administrar (con los gastos que ello conlleva) la sucesión en sí,
de no ponerse a estas cargas como de reembolso preferente.

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La masa sucesoria -indivisa- consiste en un conjunto de activos y
pasivos, configurando un patrimonio autónomo separado al de los
personales de los titulares, que puede estar sujeto no solo a cargas sino a
obligaciones, que el Código, en forma insuficiente, denomina deudas.
Dentro de los activos se encuentran los bienes (muebles, inmuebles,
materiales, inmateriales, etc.), los créditos y los derechos, y dentro de los
pasivos están las cargas y deudas. Una vez identificados y determinados
todos los elementos patrimoniales podrá establecerse con exactitud qué es
lo que con motivo de la partición corresponde a cada heredero.

En síntesis, las categorías de cargas y deudas de la sucesión


pertenecen al pasivo sucesoral, siendo relevante la distinción entre ambas
únicamente con motivo de un orden de preferencia de pago claro y ajustado
a la realidad.

1.2 CARGAS ESTABLECIDAS EN EL CÓDIGO CIVIL

a) Gastos del funeral

Los gastos del funeral y, en su caso, de incineración, deben ser


pagados en forma preferente, señala el inciso 1) del artículo 869. Esto
quiere decir que esta carga no solo tiene prioridad respecto de las deudas,
sino de las demás cargas. "Es deuda que debe ser solucionada antes de la
partición. Tiene privilegio o preferencia no obstante que recién nace con la
muerte del heredado, aun frente a obligaciones anteriores. Dar sepultura
es un acto de solidaridad humana" (CASTAÑEDA).

El Código no establece topes máximos para esta carga, pudiendo un


monto desproporcionadamente elevado perjudicar a otros acreedores,
quienes cobrarán después, por lo que sería conveniente establecer, para
efecto del cobro preferente topes porcentuales máximos en relación a la

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masa y a las demás obligaciones, constituyendo el exceso un pasivo común
(no preferencial)

b) Gastos provenientes de la última enfermedad del


causante

Es importante señalar que esta carga no se generó con posterioridad


a la muerte del causante, por lo que técnicamente constituye una deuda
contraída por el causante mientras vivía, y en su propio beneficio, por lo
que no encaja dentro del concepto de carga, aunque sí, evidentemente
constituye un pasivo, que la ley dispone que se pague en forma preferente.

En este punto es menester efectuar una precisión. Si el causante


formó parte de una sociedad conyugal (artículo 316), ésta no era una deuda
personal, pues entre las cargas del hogar se encuentra la salud de la
familia, debiéndose primero liquidar la sociedad de bienes del matrimonio.
Una vez liquidada la sociedad, se podrá determinar el patrimonio del
causante (activo y pasivo) que va a constituir la masa sucesoria.

El Código no distingue si estos gastos han sido ya efectuados o se


encuentran pendientes de pago a la fecha de fallecimiento del causante,
siendo conveniente fijar posición respecto de este punto, ya que pudiera
darse el caso de que un tercero los hubiese solventado. ¿Será en este caso
un acreedor común (no preferente) o su crédito se considerará una carga
de la sucesión? Consideramos que al no hacer la norma una distinción
sobre el particular, y a efecto de no realizar una interpretación restrictiva de
derechos, debe conservar en este caso el lugar de pasivo preferente. Si
estos gastos fueron cancelados por la sociedad conyugal, se asume por
ésta, como ya se señaló líneas arriba, y si el causante no formaba parte de
una sociedad conyugal, y la pagó, tampoco se toma en cuenta para la
sucesión; simplemente, está extinguida y el importe fuera de su patrimonio.

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Asimismo, la norma tampoco establece un plazo para configurar esta
carga, es decir, ¿qué ocurriría si la enfermedad tuvo una duración de quince
años? La fórmula de Lanatta, para considerar este pasivo como preferente,
se basaba en comprender únicamente los gastos correspondientes a los
seis meses anteriores al fallecimiento del causante; el exceso se
consideraría pasivo común.
Finalmente, el inciso bajo comentario tampoco especifica si esa
enfermedad fue la que condujo al causante a la muerte, pero se deduce
que fue ésa la intención del legislador.

c) Gastos de administración

En cuanto al tercer inciso del artículo a comentar, que alude a los


gastos de administración de la sucesión, éstos deben incluir tanto los
inherentes a la administración en sí (gastos judiciales, cuidado de los
bienes, inventario, honorarios de abogados, etc.), como a la remuneración
del administrador (albacea).

Respecto a las obligaciones del albacea, éstas se encuentran


comprendidas en el artículo 787, incisos 2 al1 °, excluyéndose el primer
inciso de dicho numeral por pretender que el albacea se encargue de
funciones del funeral antes de saber que le corresponden tales tareas
(LOHMANN), y también debido a que, de cualquier forma, tales gastos
preferenciales ya se encuentran especificados en el primer inciso del
artículo bajo comentario, teniendo la máxima prioridad.
En relación a los honorarios de los abogados, es preciso indicar que
éstos se reputan como cargas -al igual que en los demás casos- si su
gestión ha sido realizada en interés de todos los herederos y no de
alguno/s. Es claro que la función de los abogados consiste en facilitar el
patrocinio, los trámites, y la resolución de las contingencias de la sucesión
en su conjunto.

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PLAZO DE BENEFICIOS A PERSONAS QUE VIVIERON CON EL
CAUSANTE

ARTICULO 870
Las personas que hayan vivido en la casa del causante o alimentado
por cuenta de éste, pueden exigir al albacea o a los herederos que
continúen la atención de estos beneficios con cargo a la masa hereditaria,
durante tres meses.

Este numeral establece como carga (pasivo de cobro preferente) de


la masa sucesoria la alimentación o cobijo, por un lapso de tres meses, de
las personas que hubiesen sido alimentadas por cuenta del causante o que
hubiesen vivido en su casa.

Es conveniente señalar que estas personas carecen de derechos


alimentarios respecto del causante; son terceros a quienes aquél,
generosamente, apoyaba con esta liberalidad, por lo que tampoco se
incluye a las personas que recibían estos beneficios a cambio de alguna
función o servicio. Resulta evidente que si estas personas, por gratitud,
realizaban algún tipo de labor en favor del causante, no puede considerarse
que se ha perdido el carácter de liberalidad, por lo que, en caso de duda y
a falta de pruebas (contrato, recibo, etc.), se reputará que dichas personas
se encuentran inmersas en el presente artículo.

En suma, no debe existir una relación obligacional entre el causante


y las personas aludidas en este artículo; nada vincula jurídicamente al
causante con ellas, salvo un sentido de deber moral o social, voluntad que
se aprecia en la conducta que el causante observó en vida, mediante estos
hechos, y que la norma procura preservar, imponiendo esta obligación a
los herederos. Esto es en caso de haber fallecido intestado, o habiendo
testado, no los ha mencionado.

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Esta figura se encuentra también en el derecho sucesorio alemán,
que la denomina "mes de gracia", "treintena" o "derechos de los treinta
días", considerada un legado legal (KIPP).

Sin embargo, existen algunas imprecisiones en el numeral bajo


comentario, como por ejemplo, las relativas a las personas "que hayan
vivido en la casa del causante': No se señala por cuánto tiempo: podría
tratarse de una semana, de cinco meses, de cuatro años, y cualquier caso
podría considerarse válido. No existe relación de proporcionalidad con la
solución de tres meses, que el Código Civil de 1936 establecía en un mes,
y el Anteproyecto de Lanatta proponía en dos meses. Entre tanto, queda a
criterio de las partes o, en último caso, del juzgador, determinar si se está
ante este supuesto del Código; el tiempo es determinante para suponer, en
todo caso, cuál hubiera sido la voluntad del causante, ya que si cobijó a
personas durante un tiempo considerable, podría inferirse su voluntad de
prolongar este beneficio durante un tiempo adicional.

Otro cuestionamiento que podría formularse es respecto a la calidad


en que se encontraban estas personas viviendo en casa del causante, es
decir, como huésped en sentido coloquial y no jurídico- que se encontraba
descansando, o alguien amigo del causante, solvente económicamente,
que únicamente lo estaba acompañando mientras durase su enfermedad,
entre tantas posibilidades. Aquí debería definirse si se trata de personas
que vivían en la casa del causante por razones de altruismo por ser de
condición económica crítica o, simplemente, en sentido genérico, porque
ésa era la voluntad del causante y es lo que la ley trata de prolongar
razonablemente. Nos inclinamos por esta segunda posición.

En relación a las personas que se hayan alimentado por cuenta del


causante, las que adquieren el derecho de exigir que continúe tal situación
como derecho adquirido por un tiempo adicional, en principio se encuentran
las mismas imprecisiones esbozadas anteriormente respecto de quienes
han vivido en casa del causante, a las que se les suma la de la clase de

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"alimentos" de que se trata: si es de su acepción gramatical estricta, o su
concepción jurídica. Resulta diferente que el causante haya brindado un
plato de comida diariamente a alguien, a que le haya proporcionado lo
indispensable para el sustento, habitación, vestido, educación y asistencia
médica . En este caso, al haberse hecho la salvedad de que no se está
ante un caso de alimentistas, puede entenderse que los alimentos que ha
brindado el causante son todo tipo de sustento alimenticio que éste haya
brindado en forma consistente a otro durante un lapso razonable.

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CAPITULO II

DEUDAS

BASE LEGAL : ARTICULO 871ª


Mientras la herencia permanece indivisa, la obligación de pagar las
deudas del causante gravita sobre la masa hereditaria; pero hecha la
partición, cada uno de los herederos responde de esas deudas en
proporción a su cuota hereditaria.

2.1 Deudas. Generalidades

Desde la muerte de una persona, se transmiten a sus sucesores


tanto los activos como los pasivos de su patrimonio, por lo que el heredero
no adquiere bienes, derechos u obligaciones singulares, sino que sucede
en una unidad o conglomerado patrimonial; recibe un patrimonio en el que
los activos sin distinción responden por los pasivos sin distinción
(LOHMANN). Si ha aceptado la herencia pura y simplemente, sin haber
invocado el denominado beneficio de inventario o probado la situación
deficitaria de la herencia, responderá ilimitadamente por el pago de los
pasivos.

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Es de resaltar que al tratarse de deudas que se transmiten por causa
de la muerte del sujeto deudor, tales obligaciones deben ser pasibles de
ser transmitidas, por lo que se excluyen las inherentes a la persona (intuitu
personae), contraídas en función de las cualidades personales del deudor;
las prohibidas expresamente por la ley (contrato de renta vitalicia, derecho
real de usufructo, contrato de comodato, el contrato de mandato, y el
contrato de depósito), o las deudas sobre cuya transmisión se haya pactado
en contrario (artículo 1218). En otro orden de consideración, la muerte
puede producir la extinción de determinados derechos reales, como el
usufructo (por muerte del usufructuario, artículo 1021), Y el uso y habitación
(por igual razón, artículos 1026 Y 1021).

2.2 Etapas por las que atraviesa la herencia

Hay dos etapas de la masa sucesoria: la primera, cuando la masa


sucesoria se encuentra indivisa, momento en que se consagra la unidad
del activo total y su relación con el pasivo (cargas y deudas) de la herencia.
La segunda, cuando ya se efectuó la partición y los elementos
patrimoniales ya fueron adjudicados a los copartícipes, transformándose
recién en titularidad individual.

Lo señalado reviste la mayor importancia, pues es preciso insistir en


que no hay una situación de copropiedad sino de comunidad entre los
coherederos mientras la masa ha permanecido indivisa, recordando que
copropiedad1 es una noción distinta a comunidad, siendo que en la
copropiedad cada copropietario "tiene derecho a una cuota-parte ideal,
abstracta, de la cosa común; pero no tiene derecho privativo sobre una
parte divisa, concreta, de la cosa. Supóngase tres copropietarios de un
terreno: cada uno de ellos tiene un tercio del conjunto, pero no tiene una
tercera parte localizada sobre talo cual parcela del terreno; su tercio sigue
siendo una cuota parte ideal, indivisa. En consecuencia, hasta la división
que reemplace ese derecho a una cuota-parte indivisa por un derecho a
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una parte divisa, ninguno de los copropietarios podrá ceder por sí solo una
parte de la cosa; por el contrario, puede ceder o hipotecar su cuota-parte
indivisa, puesto que es propietario de la misma" (MAZEAUD).

Esta noción no corresponde a la de masa sucesoria indivisa, que


consiste en un patrimonio autónomo en el que los herederos y los legatarios
de parte alícuota tienen un derecho común sobre el patrimonio del
causante, que se expresa en una cuota ideal sobre el conjunto indiviso, sin
titularidad directa sobre algún elemento singular, por lo que puede decirse
que existe una comunidad sucesoria, lo que significa que los acreedores
que fueron del causante y ahora lo son de la sucesión indivisa podrán
dirigirse sobre todos o cualquiera de los activos de la masa, los que aún no
tienen titular cierto asignado. Así, la obligación de pagar las deudas del
causante no va a ser de la masa impersonal, sino de los herederos, quienes
son los titulares del patrimonio compuesto por este conglomerado de
activos, pasivos y derechos.
Existe cierta confusión respecto de los dos momentos señalados por
los que atraviesa la herencia, confusión que tiene origen en un "principio"
histórico del Derecho español que provino de una interpretación inexacta
de las Leyes de Partidas, por lo que hoy es solo un aforismo: "antes es
pagar que heredar" (VALLET DE GOYTISOLO). Según ello, primero se
pagan las obligaciones y una vez saneada la masa, se puede efectuar la
repartición entre los herederos, y entonces recién se puede hablar de
herencia (GONZÁLEZ GARCÍA). En contraposición a esta noción se
encuentra el concepto moderno que establece que desde el momento de
la muerte del causante todo aquello que constituye la herencia (activo y
pasivo) se transmite a sus sucesores (LACRUZ BERDEJO y SANCHO
REBULLIDA), por lo que entonces ya se heredó desde ese momento, antes
de la partición, noción que sigue nuestro Código Civil.

2.3 Responsabilidad en la primera etapa (antes de la


partición)

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Si bien el artículo menciona a las deudas, se entiende que
comprende también a las cargas. La regla básica es que, en un primer
momento, es decir, cuando la masa se encuentra indivisa, si hay activos
suficientes los acreedores de las cargas y deudas sucesorias pueden exigir
el cobro con cargo a cualquier activo sucesorio que no hubiese sido objeto
de institución hereditaria sobre bien cierto o de legado.

Exceptuando los activos que hubiesen sido objeto de garantía


específica antes de la muerte del causante, todos los activos, sin distinción,
responden por todos los pasivos, sin distinción, lo que significa que en caso
de controversia judicial o arbitral el acreedor tendrá que emplazar a todos
los copartícipes de la indivisión (artículos 65 y 93 del CPC).

Pueden darse dos situaciones:


a) Que los herederos se hubiesen distribuido de hecho o
hubiesen consumido todo o parte de los activos.
En este caso, debido a que no ha habido una partición formal, las
obligaciones tampoco se han fraccionado ni dividido entre los herederos,
quienes han pasado a ser deudores por la muerte de su causante, por lo
que la responsabilidad sería solidaria, pudiendo cualquier acreedor (quien
mantiene la situación y garantía que cuando vivía su deudor) hacerse cobro
con el patrimonio de cualquier heredero hasta por el monto total del crédito
y con el tope del valor que tuvieron los activos sucesorios.

b) Que haya herederos que responden ultra vires porque no


limitaron su responsabilidad.
Si se trata de herederos "puros y simples" por no tener
responsabilidad limitada, la responsabilidad de cada uno es solidaria y el
acreedor podrá dirigirse por entero a cualquiera de ellos para hacerse cobro
con su respectivo patrimonio personal y no solo con el tope de los activos
sucesorios.

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Si el causante dejó la partición hecha por testamento, no habrá
solidaridad, debido a que ya no hay nada que partir, por lo que nunca nació
la comunidad.

2.4 Responsabilidad en la segunda etapa (después de la


partición)

La norma lleva a deducir claramente que hay una responsabilidad


diferente después de ocurrida la partición sin oposición de acreedor
(artículo 875).
Hecha la partición solo caben dos posibilidades:
a. Que la deuda haya sido adjudicada a un heredero concreto,
en cuyo caso solo éste responderá.
b. Que la deuda haya sido adjudicada a varios. Aquí cada uno
responderá en proporción a su cuota6, dividiendo la deuda en partes, y
pudiendo de esta manera el acreedor exigir a cada heredero un monto de
la deuda equivalente al porcentaje que éste tiene en la herencia. Queda a
salvo, ciertamente, que la obligación sea indivisible.
Finalmente, si un heredero recibió bienes o bienes por valor inferior
a su cuota (suponiendo que le correspondía 20 por ciento y aceptó recibir
algún bien cuyo valor constituía 15 por ciento), su cuota de responsabilidad,
por razones de equidad, se ve reducida también en dicha proporción. Ello
se encuentra contemplado en el Código Civil francés: "los coherederos
contribuyen entre sí al pago de las deudas y cargas de la sucesión, cada
cual en proporción a lo que tome en ella" (artículo-870).

PRELACIÓN DEL PAGO

BASE LEGAL ARTICULO 872ª


Los acreedores del causante tienen preferencia respecto a los
acreedores de los herederos para ser pagados con cargo a la masa
hereditaria.

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En nuestro sistema sucesorio los acreedores del causante se
convierten en acreedores de los herederos desde el momento del
fallecimiento de aquél; no son acreedores de la sucesión, así no se haya
producido la partición. Los obligados son los herederos, pues ellos han
sucedido al deudor (causante) en forma abstracta, en el conglomerado de
activos y pasivos que formaban parte de su patrimonio. Por ello, todos los
herederos responden de manera solidaria pues todos son titulares de dicho
patrimonio.

En relación al derecho de preferencia de unos acreedores respecto


de otros, la norma bajo comentario aparenta ser obvia (según LANATTA,
elemental): los acreedores del causante (ahora acreedores de los
herederos) tienen preferencia respecto de los acreedores de los herederos
(acreencias que no fueron objeto de esta sucesión) para ser pagados con
cargo a la masa sucesoria. No obstante, podrían suscitarse problemas por
causa de la confusión entre el patrimonio del causante y del heredero.

En el derecho comparado, este dispositivo se asimila al régimen de


separación de patrimonios, que tiene como finalidad la protección de los
intereses de los acreedores que fueron del causante y ahora son de sus
herederos, impidiendo de esta manera que concurran los acreedores
particulares del heredero. Así, el beneficio de separación de patrimonios es
un derecho que se concede exclusivamente a los acreedores de un
causante para que, frente al riesgo que significa un heredero sobrecargado
de deudas, puedan hacer efectivas las prestaciones que se le deban.

El régimen de separación de patrimonios no debe confundirse con el


beneficio de inventario, el cual beneficia al heredero, pues limita su
responsabilidad al monto relicto. Al respecto, MESSINEO señala que
mientras en el beneficio de inventario nos encontramos en la esfera de la
responsabilidad, teniendo lugar responsabilidad limitada del heredero por
las cargas y deudas hereditarias, en el supuesto de la separación de
patrimonios estamos en el ámbito del concepto de garantía, siendo ésta

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una garantía específica. Con o sin beneficio de inventario, los acreedores
del causante siempre tienen el primer orden de prelación sobre los activos
hereditarios.

1) Modo de efectuar la separación de patrimonios

Jurídicamente, son dos los modos de efectuar la separación de


patrimonios:
a) La separación patrimonial entendida como derecho de preferencia
de los acreedores hereditarios y de los legatarios. Se le conoce como
sistema del derecho romano.
En este caso, se utiliza un procedimiento de liquidación colectiva del
patrimonio de la herencia, mediante el cual los acreedores del causante
adquieren preferencia frente a los acreedores del heredero.
b) La separación de patrimonios como derecho de preferencia
individual-sistema germánico-.
En este sistema, un acreedor del insolvente puede solicitarlo
individualmente. De acuerdo con la redacción del artículo 872, el Código
Civil peruano ha adoptado este sistema, al igual que Francia, Italia y
España. Argentina tiene un sistema mixto.

Es preciso señalar que en el artículo bajo comentario se hace


mención a la masa hereditaria (herencia indivisa), lo cual constituye un
error, debido a que de cualquier forma, mientras no se haya realizado la
partición (por lo que aún no se han adjudicado bienes a los herederos),
ningún acreedor particular de éstos podría hacerse cobro con los bienes
sucesorios.

La norma debió hacer referencia a los bienes recibidos (adjudicados)


por el heredero en virtud de dicha sucesión o, en todo caso, en forma
genérica a los bienes hereditarios, como en el Anteproyecto de la Comisión
Reformadora de 1980 de Lanatta (artículo 223), cuyos términos se
mantuvieron en el Proyecto de la Comisión Reformadora de 1981 (artículo

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22
929): "Los acreedores del causante tienen preferencia para ser pagados
con los bienes hereditarios, con respecto a los acreedores del heredero, de
cualquier clase que éstos sean".

2) Orden de preferencia

El orden de preferencia para cobrar es el siguiente (salvo disposición


distinta del testador y siempre que no se lesione la legítima):
a) El pasivo preferente (cargas).
b) Las deudas del causante. Los acreedores del difunto -uno
de los cuales podría ser, a su vez, heredero del mismo, en cuyo caso opera
la consolidación- tienen preferencia sobre los acreedores del heredero, y
es claro que también tienen preferencia sobre los herederos.
c) Los legitimarios, sean herederos o legatarios, respecto de su
cuota estricta de legítima.

d) Los legatarios no legitimarios, que siempre cobran después


de los acreedores del difunto por el principio certat de damno vitando, certat
de lucro captando (favor de quien tiene que perder contra quien solo deja
de ganar) , pero que son preferentes a los acreedores de los herederos.

e) Los herederos en lo que no sea legítima.

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23
PAGO DE DEUDAS ANTES DE LA PARTICIÓN

BASE LEGAL ARTICULO 873ª


El heredero puede pedir que las deudas de la herencia, debidamente
acreditadas y que carezcan de garantía real, sean pagadas o se asegure
su pago antes de la partición.

El artículo 872 establece la preferencia en el pago que sobre los


bienes hereditarios tienen los acreedores del difunto (ahora de los
herederos) sobre los acreedores particulares de los herederos.
Considerando este derecho preferencial de cobro que, por cierto también
lo es respecto de los herederos (Iegitimarios o no) y de los legatarios, lo
mejor es que los créditos de los primeros se paguen o aseguren antes de
realizarse la partición. Así lo reconoce el dispositivo bajo análisis.

El heredero que desee hacer uso de esta facultad debe dirigirse al


albacea o ejecutor testamentario designado por testamento por el causante
o, en su defecto, al apoderado común nombrado por todos los herederos,
o al albacea dativo, quien es nombrado por el juez a petición de los
herederos que no se han puesto de acuerdo entre ellos en cuanto al
desempeño del cargo . Si bien en principio el heredero puede formular su
solicitud de cualquier forma (verbalmente, por escrito, etc.), pues la norma
no impone formalidad alguna, lo conveniente será que lo realice por escrito.
De no obtener respuesta expresa ni tácita, o en caso de discrepancia o
conflicto, podrá recurrir al juez.

Si uno de los herederos realiza este pedido en forma individual -


como señala el dispositivo- deberá hacerlo antes de la partición y no
cuando este proceso ya haya empezado. Iniciada la partición, es de
aplicación lo dispuesto por el artículo 857, que establece que, si es preciso
para asegurar el pago de deudas o legados, puede suspenderse o deferirse
la partición, por acuerdo de todos los herederos o por resolución judicial.

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24
1) Deudas debidamente acreditadas

El primer requisito exigido por la norma es que las deudas se


encuentren debidamente acreditadas, por cuanto el heredero tiene el
derecho de sanear su herencia en general, a fin de no tener sobresaltos ni
cargar con deudas de su causante y, de esa manera, lo que reciba esté
libre de cualquier carga o gravamen posterior.
Que una deuda esté debidamente acreditada importa una cuestión
de probanza.

2) Inventarios

En primer lugar, hay dos posibles inventarios:


a) Inventario judicial realizado para fines de la obtención de
responsabilidad limitada o intra vires por el heredero (en mérito del artículo
661, que exonera al heredero de la prueba del exceso de las deudas y
cargas respecto del activo de la herencia cuando exista inventario judicial-
beneficio de inventario).
Si no existiese este inventario, el heredero que solicita el pago o
aseguramiento de estas deudas debidamente acreditadas tiene como
finalidad no incurrir en responsabilidad ultra vires o ilimitada.

Si existiese este inventario, el heredero no responderá más allá de


lo recibido, pero también cabría la posibilidad de tener que reembolsar o
devolver algún bien o suma de dinero, problema que se evita pagando las
deudas o asegurando su pago antes de la partición.

b) Inventario realizado por el albacea, quien está obligado a


efectuarlo respecto de los bienes que constituyen la herencia, con citación
de los herederos, legatarios y acreedores de quienes tenga conocimiento
(artículo 787, inc. 3).

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25
Aquí debe considerarse la prelación de acreedores, establecida por
los artículos 1135 y 1136 del Código Civil y por la Ley N° 27809 (Ley
General del Sistema Concursal), y como concurren herederos, legatarios y
acreedores, los títulos que finalmente queden en el inventario serán
considerados debidamente acreditados.

3) Reconocimiento de obligación por testamento

Respecto a si el reconocimiento testamentario de deuda se


considera como una deuda "debidamente acreditada", es menester indicar
que si bien la ley permite el reconocimiento de obligaciones a través de
testamento (artículo 1205 del Código Civil), por otro lado debe tomarse en
cuenta la posibilidad de que el testador, en lugar de dejar algún bien en
calidad de legado por testamento, prefiera efectuar un reconocimiento de
deuda por vía del testamento (una suerte de simulación unilateral); de esa
forma, se reputará deuda y tendrá preferencia por sobre los herederos y
posibles demás legatarios.
La figura del reconocimiento de la obligación reviste utilidad práctica
cuando se ha perdido el instrumento original de ella (aquí se repara esta
pérdida), o cuando esté ya próxima la prescripción (la interrumpe).

Por esta razón, a fin de evitar el encubrimiento de actos jurídicos por


otros distintos a los que se pretende realizar, como lo sería un legado -que
puede ser objeto de reducción (recordemos que todas las liberalidades
están sujetas a posibles reducciones, si exceden la porción de libre
disponibilidad del causante) y que además tiene un orden de prioridad en
el pago inferior a las deudas-, lo conveniente es que este reconocimiento
forme parte del cuerpo de probanza que acredite tal deuda, es decir, que
no constituya prueba plena9, considerándosele, al igual que la norma
argentina, un legado (por tratarse de una supuesta simulación relativa y no
absoluta), salvo que el beneficiario pruebe lo contrario. La figura del
reconocimiento de la obligación reviste utilidad práctica cuando se ha

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perdido el instrumento original de ella (aquí se repara esta pérdida), o
cuando se esté ya próxima la prescripción (la interrumpe).

4) Deudas que carezcan de garantía real

El segundo requisito respecto de las características de las deudas


del difunto, a fin de que el heredero pueda solicitar que se paguen o se
asegure su cumplimiento antes de la partición, es que carezcan de garantía
real. Es innecesario e inconveniente que se obstaculice la partición por
causa de una deuda que tenga tal garantía, pues ésta persigue a dichos
bienes en concreto (y no como la garantía personal -mal llamada prenda
genérica-, que consiste en el patrimonio del garante), por lo que cualquier
cambio de propietario será irrelevante y no perjudicará los intereses ni de
los acreedores (pues su garantía se conserva incólume), ni de los
herederos o adjudicatarios de tales bienes (cuyo conocimiento de la
existencia de la garantía se presume).

Sería conveniente que, de haber bienes o activos sujetos a garantía


en favor de algún acreedor, y contando con dinero suficiente en la herencia,
cualquiera de los herederos tuviese la facultad de solicitar su cancelación,
liberando de gravamen dichos bienes, a fin de que puedan ser partidos y
adjudicados, y pasen libres y saneados al o a los herederos a quienes
corresponda. En caso de que no se procediese de esta forma, a este
heredero se le debería adjudicar dicho activo por el valor neto descontando
el valor del derecho del tercero.

5) Aseguramiento del pago

El aseguramiento del pago es la alternativa que la disposición


analizada ofrece al pago a los acreedores.

En una primera aproximación, podría entenderse el "aseguramiento"


como una constitución de garantía en favor del acreedor, y con ello éste

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tenga un mejor crédito que el que tenía con el causante, y se vea en
condiciones óptimas para cobrarlo.

Sin embargo, no resulta jurídicamente aceptable -por falta de


equidad- otorgar más derechos de los que actualmente se tienen,
procurando al acreedor un crédito más seguro (es decir, mejor) que el que
tuvo con el difunto. Ello, porque se rompería con los principios de la
prelación de acreedores y, además, porque las garantías tienen un costo
que en su momento fue equilibrado con la contraprestación. En suma, no
se debe confundir "asegurar" con "garantizar" y suponer que se pueden
otorgar garantías que no existían o mejorar las existentes.

Lo adecuado en este punto sería vincular la noción de


aseguramiento con la identificación y determinación de bienes
perseguibles, o que la deuda se adjudicase a un heredero con medios de
pago y no a un heredero insolvente.

PAGO DE LA DEUDA ALIMENTARIA

BASE LEGAL ARTICULO 874º


La pensión alimenticia a que se refiere el artículo 728 es deuda
hereditaria que grava en lo que fuere necesario la parte de libre disposición
de la herencia en favor del alimentista y se pagará, según los casos:

i. Asumiendo uno de los herederos la obligación alimentaria por


disposición del testador o por acuerdo entre ellos. Puede asegurarse su
pago mediante hipoteca u otra garantía.

ii. Calculando el monto de la pensión alimenticia durante el tiempo


que falta para su extinción, y entregando al alimentista o a su representante
legal, el capital representativo de la renta.

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La elección de las indicadas alternativas corresponde a los
herederos; si hubiere desacuerdo entre ellos, el juez decidirá su forma de
pago.

Esta disposición tiene como objeto regular el pago de la pensión


alimenticia que corresponde a los hijos alimentistas10 cuando se produce
la muerte del alimentante.

El crédito de alimentos del denominado hijo alimentista proviene de


una posibilidad y no de una certeza de paternidad, y se basa en el interés
superior del menor. Éste no tiene un padre cierto sino solo posible, pues
tuvo relaciones sexuales con la madre durante la época en que ella lo
concibió; no hay de por medio un reconocimiento voluntario ni tampoco una
declaración judicial de paternidad. Actualmente esta figura se encuentra en
vía de extinción debido a que la aplicación de una presunción de esta
naturaleza va dejando de ser razonable, por existir los medios para
descartar la paternidad en forma irrefutable, siendo el aspecto económico,
por el elevado costo de estas pruebas, el obstáculo principal para eliminar
las presunciones de paternidad.

Esta presunción más que presunción viene a ser una atribución de


obligación- es una de las más tajantes dentro del Derecho de Familia, Ya
que la prueba en contrario no apunta más que al hecho de la no realización
de las relaciones sexuales durante la época de la concepción. Basta que
exista una posibilidad para que se adquiera la obligación alimentaria, lo que
ilustra la lógica del Derecho de Familia, distinta en sustancia al Derecho
Civil Patrimonial. Teniendo como fin principal la protección de los intereses
del menor, se aplica la presunción y el posible padre debe abonar una
pensión alimenticia hasta que el menor deje de serio, vale decir, hasta que
alcance la edad de dieciocho años, convirtiéndose de esa manera en
deudor del alimentista.

Es menester precisar que la pensión alimenticia del hijo alimentista


es un crédito inembargable, no es pasible de compensación, ni de
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transmisión, ni de renuncia ni de transacción, y en modo alguno comprende
derechos sucesorios, pues el alimentante no es padre sino un posible
padre, y solo es un deudor frente al alimentista.

El artículo 874 dispone que esta pensión constituye deuda


hereditaria que grava en lo que fuere necesario la porción de libre
disponibilidad de la herencia a favor del alimentista. Debemos señalar que
la redacción del dispositivo no es clara y puede llevar a confusión: ya que
pareciera indicar la existencia de una herencia a favor del alimentista, lo
cual es incorrecto debido a que, como hemos precisado, éste no es
heredero, sino mero acreedor del causante. Lo que la norma establece es
que la pensión alimenticia constituye deuda a cargo de la sucesión, que
grava en favor del alimentista lo que fuere necesario de la parte de libre
disposición del causante.

Hay algunas diferencias importantes en el tratamiento legal entre


ésta y las demás deudas de la sucesión:

 El que se limite a la porción de libre disponibilidad, sin exceder de


dicha parte de la herencia. Vemos que en este aspecto se asemeja a los
legados, siendo, en cuanto a sus efectos, una suerte de legado de carácter
preferencial.

 Debido a que esta deuda del causante se encuentra dentro del


ámbito del Derecho de Familia, será una deuda en el primer orden de
prelación respecto de los demás acreedores, pero -reiteramos- solo dentro
del ámbito de la porción de libre disposición, sin afectar la legítima.

 Siendo el alimentista el único acreedor del causante que a su


muerte será pagado exclusivamente con la porción de libre disponibilidad,
para determinar su tope máximo se deberán tener en claro las porciones
correspondientes a la legítima, a fin de establecer la porción de libre
disponibilidad. Las demás deudas, en cambio, no tienen más límite que el
patrimonio mismo.
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1. Forma de pagar la deuda del hijo alimentista

Con la finalidad de que el alimentista no quede desamparado


mientras dura el proceso de partición, la norma ha previsto dos alternativas,
a elección de los herederos:

a) Uno de los herederos asume la obligación. Esta asunción


puede provenir de disposición testamentaria o de un acuerdo entre los
coherederos.
b) Puede asegurarse la recuperación de lo que este
coheredero habrá de gastar o que ya haya gastado, según el caso,
mediante hipoteca o cualquier otra garantía11. Esta garantía no solo
asegura la recuperación de lo que gaste o pueda gastar el heredero, sino
la obligación en sí misma, pues de lo que se trata es de cumplir con el pago
de esta deuda prioritaria.

La garantía será constituida respecto de algún o algunos bienes de


la masa o de un sucesor (que puede ser un legatario).
Si el testador así lo dispusiera, será el legatario el obligado a pagar
esta deuda, en concordancia con el artículo 879.

Es importante insistir en que en ningún caso se afecta la


intangibilidad de la legítima, ni siquiera en el supuesto de que el testador
hubiese dispuesto que uno de los herederos asuma esta obligación, pues
solo va a gravar la parte de libre disposición de la herencia. Por ello, el
heredero que la asuma será reembolsado (proviniendo el reembolso de la
porción de libre disposición), no tocando su legítima.

b) Puede calcularse el monto total que falta cubrir de dicha pensión


alimenticia hasta su extinción (ya dijimos, con la mayoría de edad del
alimentista, a menos que sea incapaz y no pueda proveer a su
subsistencia), y se entrega esta suma al propio alimentista o a su

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representante legal. Esta suma tendrá como tope la porción de libre
disponibilidad del causante. Una vez calculado el monto, si no existiese
dinero efectivo en la herencia (cuenta bancaria, por ejemplo) sino bienes
realizables, puede entregar cada heredero a prorrata una parte del mismo,
o asumir la totalidad uno o más de ellos, con cargo a recuperar de la porción
de libre disponibilidad.

Si falleciere el alimentista antes de alcanzar la mayoría de edad (por


ejemplo, si cuando se le entregó la totalidad de la pensión alimenticia hasta
su extinción tenía seis años de edad y falleciese un año después), su
representante legal tendrá la obligación de reembolsar el saldo a los
herederos, de requerirlo éstos, por cierto, en nombre de la sucesión y no a
título individual, o si se redujo un legado por pagar esta deuda, se le
entregará al legatario.

En caso de que los herederos no se pusiesen de acuerdo en la


elección de las citadas alternativas, será el juez quien decidirá la forma de
pago, en proceso no contencioso.

Si la herencia ya se partió y no se consideró al acreedor alimentista,


se tendrá que verificar el monto correspondiente a la porción de libre
disponibilidad a fin de determinar la cuantía de la obligación, pero luego no
se procederá como cualquier deuda, sino de la forma establecida en este
artículo: uno de los herederos puede asumir la obligación, asegurándose la
recuperación de lo que habrá de gastar mediante garantías proporcionadas
por los demás herederos; o entregando a prorrata todos los herederos el
monto calculado del total del capital representativo de la renta.

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32
CONCLUSIONES

 Es unas obligaciones nacidas después del fallecimiento del causante, el


trámite del juicio sucesorio y la administración del caudal relicto que están
en directa mente relacionado con la muerte del causante, el trámite del
juicio sucesorio y la administración del caudal relicto, esto causa en efecto
los honorarios de la sucesión son “cargas del sucesorio” porque nacen
con posterioridad al fenómeno sucesorio pero con ocasión del mismo.
Ellos surgen por la necesidad de realizar un procedimiento judicial en el
cual el patrocinio letrado es imprescindible, tanto se trate de un juicio
testamentario como ab intestato.

 Al referirnos a las cargas y deudas de la herencia en principio nos


referimos a aquellas obligaciones que se generan como consecuencia del
fallecimiento del causante.

 De la misma forma cuando nos referimos a las deudas de la herencia nos


referimos a aquellas obligaciones contraídas por el causante que están
pendientes de cumplimiento al momento de su muerte, precisando que
las obligaciones patrimoniales pueden ser trasmitidas a sus herederos.

 Cuando nos referimos a quienes deben de contraer la obligación de pagar


las cargas y deudas de la herencia entonces mencionaremos en primera
línea a los herederos a título universal asimismo en segunda línea
estarían los legatarios, pero al respecto precisaremos que está
supeditados su pago a lo que haya dispuesto el testador; pero en el
supuesto que haya pagado el legatario entonces será resarcido por los
herederos.

 Ahora bien cuando nos referimos al sucesor acreedor nos referimos


aquella persona que tiene el derecho a la herencia pero tiene doble
condición jurídica con respecto al causante o sea es deudor y acreedor,
al respecto el artículo 880º del Código Civil establece que se prioriza al
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acreedor que sea heredero o legatario y se debe deducir ésta a determinar
la herencia posteriormente.

 Así mismo cuando el heredero o legatario tiene dos condiciones jurídicas


entra a tallar el instituto de la consolidación eso significa que se hace un
prorrateo con respecto a la deuda que tuvo el acreedor sobre su parte de
la masa hereditaria. Que la indignidad constituye una sanción civil porque
a titulo de pena, el eventual o potencial heredero queda privado de la
herencia a la que tenia derecho, la indignidad necesita ser alegada y
demostrada dentro del procedimiento judicial respectivo.

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34
BIBLIOGRAFIA

 http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2014/01951-2013-
AA%20Resolucion.html

 http://actualidadlegal.institutopacifico.com.pe/jurisprudencia-
actual/civil/corte-suprema-herederos-pueden-reclamar-intereses-
del-derecho-del-causante-noticia-1322.html

 https://www.iberley.es/jurisprudencia/cargas-matrimonio

 http://www.poderjudicial.es/search/doAction?action=contentpdf&da
tabasematch=AN&reference=7241571&links=%22ejecucion%22%20
and%20%22aceptacion%20a%20beneficio%20de%20inventario%22
&optimize=20150105&publicinterface=true

 https://www.clubensayos.com/Temas-Variados/ENSAYO-SOBRE-
LAS-CARGAS-Y-DEUDAS-SUCESORIAS/897226.html

 http://www.monografias.com/trabajos87/derecho-
sucesiones/derecho-sucesiones.shtml

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JURISPRUDENCIA:

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RESOLUSION DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
RECURSO DE AMAPARO CONSTITUCIONAL INTERPONE DEMANDA
DE AMPARO CONTRA EL BANCO DE CRÉDITO DEL PERÚ (BCP)
CON SEDE EN TARMA, SOLICITANDO QUE DESEMBOLSE A FAVOR
DE LA RECURRENTE , CONYUGE FALLECIDO

EXP. N.° 01951-2013-PA/TC

JUNÍN

INÉS FRANCISCA

ALFARO HERR DE ARANDA

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 21 de noviembre de 2013

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Inés


Francisca Alfaro Herr de Aranda contra la resolución de fojas 64, su fecha
13 de marzo de 2013, expedida por la Sala Mixta Descentralizada de Tarma
de de la Corte Superior de Justicia de Junín, que declaró improcedente la
demanda de autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 11 de diciembre de 2012, la recurrente interpone


demanda de amparo contra el Banco de Crédito del Perú (BCP) con sede
en Tarma, solicitando que desembolse a favor de la recurrente el 50% más
el tercio del 50% restante del monto total que se encuentra depositado en
la cuenta corriente N.º 555-16228723-0-88, por tener la calidad de cónyuge
supérstite heredera de su fallecido esposo, don Juan Pascual
Aranda Benites, monto que fue depositado en dicha cuenta por concepto
de pensión de jubilación.

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40
Manifiesta que al fallecimiento de su esposo, fue declarada heredera
juntamente con sus hijos, y que la AFP ProFuturo efectuó un depósito de
S/. 83,443.00 (ochenta y tres mil cuatrocientos cuarenta y tres nuevos
soles) en la citada cuenta bancaria por concepto de recuperación de
aportes no cancelados por su empleador, debido a que su esposo venía
percibiendo una pensión de jubilación desde marzo de 2001, monto del cual
le corresponde percibir el porcentaje cuyo desembolso solicita, para
solventar sus gastos de hospitalización dado que tiene más de 90 años de
edad y padece de enfermedades propias de su edad (insuficiencia
respiratoria tipo I-II, sepsis severa por neumonía grave,
diabetes mellitus descompensada, insuficiencia renal reagudizada y
arritmia cardiaca); refiere que pese a dicha circunstancia, el banco
emplazado ha solicitado una medida cautelar de no innovar sobre la citada
cuenta bancaria sin tomar en cuenta la naturaleza inembargable de las
cuentas pensionarias y que dicha medida cautelar ha caducado de pleno
derecho.

2. Que el Juzgado Mixto de Tarma, con fecha 20 de diciembre de


2012, declaró improcedente la demanda por estimar que existen vías
igualmente satisfactorias al proceso de amparo para dilucidar la pretensión.

3. Que la Sala revisora confirmó la apelada por similar


fundamento.

4. Que a efectos de sustentar su pretensión, a fojas 3 de autos, la


demandante presentó una copia de la carta de fecha 29 de agosto de 2008,
cursada por la Unidad de Servicio al Pensionista, Trámite de
Pensiones, ProFuturo AFP, mediante la cual se hace de conocimiento a
doña María Teresa Aranda Alfaro lo siguiente:

Afiliado(a): Aranda Benites Juan Pascual

Expediente: JUB-1695
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CUISPP: 385351JABNI8

Carpeta: 424966

Estimado(a) señor(a):

En atención a su solicitud presentada a nuestra AFP, dejamos


constancia que nuestro Afiliado fallecido venía percibiendo una Pensión de
Jubilación desde Marzo de 2001 hasta la fecha de Fallecimiento. Asimismo
nuestro Afiliado recibió un monto por concepto de recuperación de aportes
no cancelado por su empleador, los cuales fueron pagados a su
cuenta nro 555-16228723-0-88 del Banco de Crédito, con los respectivos
devengues de pensión.

Finalmente dejamos constancia que dicho monto viene financiando


las correspondientes Pensiones de Sobrevivencia generadas por nuestro
Afiliado en referencia.

Asimismo, acompañó su demanda con un conjunto de documentos


(fj. 7 a 20) mediante los cuales acredita lo delicado de su estado de salud.

5. Que este Colegiado en atención a las circunstancias especiales


de salud que presenta la recurrente, consideró pertinente solicitar copia de
los actuados en el proceso de obligación de dar suma de dinero en el cual
se ha emitido la medida cautelar de no innovar que refiere la recurrente, a
fin de tomar conocimiento de su estado. Asimismo, se ofició a la
AFP ProFuturo para que informe por escrito sobre la naturaleza del
depósito efectuado en la cuenta bancaria N.º 555-16228723-0-88.

6. Que mediante el oficio N.° 004-2013-06-JMT-MBJ-CSJJU-PJ


(Exp. 4-2009-CI), de fecha 8 de julio de 2013 (f. 12 del cuaderno del Tribunal

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Constitucional), el Juzgado Mixto de Tarma remitió copia fedateada del
cuaderno principal y del cuaderno cautelar del expediente N.º 4-2009, sobre
el proceso de obligación de dar suma de dinero seguido por el Banco de
Crédito del Perú contra la recurrente y sus hijos en su calidad de sucesores
de don Juan Pascual Aranda Benites, información de la cual se desprende
que en efecto se ha dictado una medida cautelar sobre tres cuentas
bancarias cuyo titular era el fallecido ciudadano Juan Pascual
Aranda Benites, corroborándose que la cuenta corriente N.º 555-16228723-
0-88 mantendría un saldo de S/. 83,443.00 (f. 58 del cuaderno del Tribunal
Constitucional).

7. Que asimismo, la AFP ProFuturo, mediante carta de fecha 12


de setiembre de 2013 (f. 110 del cuaderno del Tribunal Constitucional), dio
respuesta al pedido de información manifestando lo siguiente:

Al respecto, le informamos que nuestra representada no realizó


pago en dicha cuenta a favor de doña Ines Francisca Alfaro Herr de
Aranda, ya que el pago fue realizado mediante cheque 38010 del
Banco Continental el 17 de octubre de 2008, por un monto de 1, 462.18
soles, pago realizado en calidad de herencia de la Pensión de
Jubilación no cobrada por el afiliado Juan Pascual Aranda Benites.

Así también informamos que la Señora Inés Francisca


Alfaro Herr de Aranda, viene cobrando una renta vitalicia en dólares, y
que se le viene pagando en su cuenta del Banco Continental (sic).

8. Que analizados los actuados en el proceso de obligación de


dar suma de dinero recaído en el expediente N.º 4-2009 y la pretensión
planteada, este Colegiado considera que el proceso de amparo no resulta
idóneo para emitir pronunciamiento sobre la controversia planteada, en
primer lugar porque de la información remitida por la AFP ProFuturo, se
evidencia que el pago de las pensiones de sobrevivencia a favor de la
recurrente se encontraría asegurado a través de una cuenta bancaria en la
Página
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cual no recaería medida cautelar alguna, lo que podría garantizar, en la
medida de dichos ingresos, su derecho a la salud y a la seguridad social; y
en segundo lugar, porque se advierte que en la vía ordinaria se viene
discutiendo la posibilidad del pago de una deuda que habría respaldado
como garante en vida don Juan Pascual Aranda Benites y respecto de la
cual los propios herederos sostienen que “solo deben pueden responder
por las deudas y cargas de la herencia solo hasta donde alcancen los
bienes de ésta (…)” (f. 60 del cuaderno principal remitido a este Colegiado
en copia fedateada), demanda que cuenta con una medida cautelar de no
innovar sobre tres cuentas bancarias, entre las que se encuentra la cuenta
N.° 555-16228723-0-88, cuya titularidad correspondería al fallecido
ciudadano y cuyos saldos presuntamente forman parte de la masa
hereditaria sobre la que se tendría que decidir el pago de la referida deuda,
situación que en la actualidad aún no se ha definido.

9. Que en consecuencia, en vista de que el desembolso que se


viene solicitando formaría parte de la presunta masa hereditaria respecto
de la cual se viene solicitando judicialmente el pago de deudas y que la
atención de dicha pretensión necesariamente requeriría de una estación
probatoria de la que carece el proceso de amparo, corresponde desestimar
la demanda a tenor de lo dispuesto por el artículo 9.º del Código Procesal
Constitucional.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la


autoridad que le confiere la Constitución Política del Perú

RESUELVE

Declarar IMPROCEDENTE la demanda.

Publíquese y notifíquese.

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SS.

VERGARA GOTELLI

CALLE HAYEN

ETO CRUZ

SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA DE LA REPLICA

Lima, tres de diciembre Del dos mil siete.‐ LA SALA CIVIL


TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPÚBLICA, vista la causa número mil trescientos sesentidós guión dos
mil siete, en audiencia pública de la fecha; habiéndose verificado la
votación correspondiente, emite la presente sentencia:

MATERIA DEL RECURSO.‐ Se trata del recurso de casación


interpuesto por Rosa Etelvina Félix Ramos de Campos, contra la sentencia
de vista de fojas quinientos sesentiuno, su fecha trece de octubre del dos
mil seis, expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia de Lima, que confirma la sentencia apelada en el extremo que
declara fundada la demanda; la revoca en cuanto declara fundada la
reconvención; reformándola en este último extremo la declara fundada en
parte; en los seguidos por Digna Emérita Campos Sandoval y otros, contra
Rosa Etelvina Félix Ramos y otros, sobre división y partición de bienes.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO.‐ Esta Sala Suprema, mediante


resolución de fojas veinticuatro, del presente cuadernillo, su fecha
veinticuatro de julio del dos mil siete, ha estimado procedente el recurso
por la causal de inaplicación de una norma de derecho material, prevista
por el artículo trescientos ochentiséis, inciso segundo, del Código Procesal
Civil, habiendo denunciado la recurrente la inaplicación del artículo
setecientos treinta y uno del Código Civil, norma que regula el derecho de
habitación vitalicia del cónyuge supérstite, es decir de la suscrita, ya que el
Juez de Primera Instancia como la honorable Sala no han merituado ni
compulsado su Certificado de Domicilio que obra en autos, al igual que la
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copia de su Documento Nacional de Identidad que también obra en autos,
con los cuales ha probado que su actual domicilio es en la Avenida
veintiocho de julio número tres mil ciento ochenta y ocho, La Victoria, y
erróneamente se confirma la sentencia y ordena que en la división y
partición recaiga también en la parte de la masa hereditaria donde tiene su
domicilio real y permanente.

CONSIDERANDO:

Primero.‐ Que, previamente a la absolución de la denuncia


formulada es necesario hacer un breve recuento del actuado en el proceso.
En tal sentido, es de advertir que mediante escrito de fojas treinta y cuatro,
Digna Emérita Campos Sandoval y otros, interponen demanda a fin de que
se ordene la partición de los bienes que conforma la masa hereditaria de
su causante Teófilo Campos Ramírez, señalando que en caso los bienes
no sean partibles se les pague el valor de los porcentajes que les
corresponde, del producto de la venta de los bienes; Segundo.‐ Que,
mediante escrito obrante a fojas ciento treinta y tres, la codemandada Rosa
Etelvina Félix Ramos de Campos absuelve el traslado de la demanda e
interpone reconvención solicitando que se efectúe la división y partición de
total de la masa hereditaria, previo descargo de las deudas y cargas
existentes.

Tercero.‐ Que, el Juez de la causa, mediante sentencia obrante a


fojas cuatrocientos setenta y nueve, ha declarado fundada la demanda y
fundada la reconvención, por considerar que se ha acreditado la vocación
hereditaria de la cónyuge supérstite Rosa Etelvina Felix Ramos, y la de sus
hijos Digna Emérita Campos Sandoval, Alberto Teófilo Campos Félix, Julio
Constantino Campos Sandoval, Rosa Lita Campos Félix, Carlos Elías
Campos Félix. Asimismo, señala que tanto el inmueble como el vehículo
materia de la partición fueron adquiridos durante la vigencia de la sociedad
conyugal y con relación a las reconvenciones planteadas por debidamente
probadas con los documentos de fojas cien a ciento cuatro, la obligación
de pagarlas gravita sobre la masa de la cual los herederos son propietarios
de una cuota ideal, por lo que ampara dicha pretensión.
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Cuarto.‐ Que, apelada la sentencia, la Sala Revisora, mediante
resolución obrante a fojas quinientos sesenta y uno, la ha confirmado, en
el extremo que declara fundada la demanda y revocado en cuanto declara
fundada la reconvención, reformándola es este último extremo la declara
fundada en parte, considerando que la parte reconviniente no ha probado
que el causante haya tenido en alguna oportunidad otros bienes sobre los
cuales recaiga la sentencia de división y partición, por lo que desestima tal
pretensión. Con relación a los gastos que según la reconviniente deben
asumirse por concepto de cargas y deudas, el ad quem señala que sólo se
tienen por acreditados aquellos que fueron realizados por concepto de
gastos funerarios, mediante documentos de fojas ciento veintinueve a
ciento treinta y uno. Respecto a los supuestos gastos provenientes de la
última enfermedad del causante se advierte que las facturas de fojas ciento
veintisiete y ciento veintiocho, presentadas por lo demandados, datan de
mil novecientos noventa y cuatro y mil novecientos noventa y seis, por lo
que corresponden a tratamientos ajenos y distantes a la muerte del
causante ocurrida el diecinueve de julio de mil novecientos noventa y
nueve; por tanto, señala la Sala Revisora, la masa hereditaria debe
responder sólo por los gastos funerarios equivalentes a mil doscientos
cuarenta y seis dólares americanos.

Quinto.‐ Que, la recurrente, invocando la causal establecida en el


inciso segundo del artículo trescientos ochenta y seis del Código Procesal
Civil, denunciando la inaplicación del artículo setecientos treinta y uno del
Código Civil, el cual dispone que “cuando el cónyuge sobreviviente
concurra con otros herederos y sus derechos por concepto de legítima y
gananciales no alcanzaren el valor necesario para que le sea adjudicada la
casa habitación en que existió el hogar conyugal, dicho cónyuge podrá
optar por el derecho de habitación en forma vitalicia y gratuita sobre la
referida casa. Este derecho recae sobre la diferencia existente entre el valor
del bien y el de sus derechos por concepto de legítima y gananciale.

Sexto.‐ Que, la causal denunciada se presenta cuando el Juez


comprueba circunstancias que son supuesto obligado de la aplicación de

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una norma determinada, no obstante lo cual no la aplica. Es decir, el Juez
ignora, soslaya la norma pertinente.

Séptimo.‐ Que, el supuesto de hecho de la norma precitada se


contrae la regular el derecho de habitación que le corresponde al cónyuge
supérstite respecto de la casa habitación donde se ubicó el hogar conyugal,
en el caso en que concurra con otros herederos como beneficiario de la
masa hereditaria. En tal sentido la pertinencia o no de la norma denunciada
respecto de la relación fáctica establecida en la sentencia de vista
impugnada está supeditada a que el supuesto de hecho indicado se
identifique con aquélla (relación fáctica).

Octavo.‐ Que, este orden de ideas es necesario relevar los


siguientes hechos: A) La codemandada Rosa Etelvina Félix Ramos de
Campos, ahora recurrente, cónyuge supérstite del causante de Teófilo
campos Ramírez, al contestar la demanda, a fojas ciento treinta y tres, ha
declarado que su domicilio es el inmueble ubicado en la Avenida veintiocho
de Julio número tres mil ciento ochenta y ocho, La Victoria; B) En el mismo
escrito de contestación de la demanda adjunta su Documento Nacional de
Identidad, en el cual figura como su domicilio la Avenida veintiocho de Julio
número tres mil ciento ochenta y cuatro, Fundo Manzanilla; C) A fojas
cuatrocientos treinta obra el certificado domiciliario de la recurrente, en cual
se consigna como domicilio la Avenida veintiocho de Julio número tres mil
ciento ochenta y ocho, La Victoria;

Noveno.‐ Que, de lo expuesto anteriormente puede concluirse que


los documentos aportados por la recurrente, así como sus propias
declaraciones obrantes en autos, se dirigen a demostrar el lugar donde
tiene su domicilio, mas no el lugar donde tuvo sede el domicilio conyugal.
Por otro lado, cabe señalar que el hecho referido a si el inmueble cuya
división y partición es mate ria del presente proceso ha sido o no domicilio
conyugal no ha sido considerado como punto controvertido del presente
proceso, tal como puede apreciarse en el acta de fojas doscientos
veintiocho, por lo cual tal no ha sido materia de debate ni probanza; por
consiguiente, tampoco es tópico que haya sido tratado por las instancias
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de mérito al establecer la relación fáctica del presente proceso en las
correspondientes sentencias de mérito, resultando por ello evidente la
impertinencia de la norma del artículo setecientos treinta y uno del Código
Civil, al presente proceso;

Décimo.‐ Que, en consecuencia, no se verifica la causal denunciada


por al recurrente, razón por la cual debe desestimarse el recurso
interpuesto.

Undécimo.‐ Que, no obstante, lo expuesto no implica el


desconocimiento del derecho que corresponde a la recurrente consagrado
en el glosado artículo setecientos treinta y uno del Código Civil, debiendo
dejarse a salvo su derecho para que lo haga valer de acuerdo a ley. Por las
consideraciones expuestas y en aplicación de lo dispuesto por el artículo
trescientos noventisiete, primer párrafo, del Código Procesal Civil,
Declararon: INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por Rosa
Etelvina Felix Ramos de Campos por consiguiente, NO CASARON la
sentencia de vista de fojas quinientos sesenta y uno, su fecha trece de
octubre del dos mil seis, expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Lima; CONDENARON a la recurrente al pago de
una multa de una Unidad de Referencia Procesal así como al pago de las
costas y costos originados en la tramitación del recurso; DISPUSIERON la
publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”, bajo
responsabilidad; en los seguidos por Digna Emérita Campos Sandoval y
otros, contra Rosa Etelvina Félix Ramos y otros, sobre división y partición
de bienes, interviniendo como Vocal Ponente el Señor Miranda Molina; y
los devolvieron;.‐ S.S. TICONA POSTIGO SOLIS
ESPINOZA PALOMINO GARCÍA CASTAÑEDA SERRANO MIRANDA
MOLINA rsb

Corte Suprema de Justicia de la República Sala Civil Transitoria CAS


1362‐2007 LIMA DIVISION Y PARTICIO.

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