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DIFERENTES FORMAS de ENERGÍA

La energía permite desempeñar diversas funciones y múltiples actividades: trabajar,


caminar, correr, cocinar, comer, lavar la ropa, poner en funcionamiento los
electrodomésticos, usar autos, celulares, calculadoras, computadoras, televisores, radios,
etc. Todo esto puede lograrse a través de recursos o fuentes que aportan energía. Algunos
de los recursos naturales que aportan energía son: el Sol, el agua, el aire, el suelo, el
petróleo, el gas o el carbón. Existen también otras formas alternativas de generar energía.
Es necesario diferenciar el concepto científico del término energía del uso habitual de esta
palabra en el lenguaje cotidiano.
Si bien el concepto científico de energía fue acuñado hace menos de dos siglos, el
desarrollo de la humanidad siempre ha estado condicionado por el uso de las diversas
fuentes energéticas. Podemos entender la mayoría de los procesos y cambios que ocurren
en la naturaleza si los analizamos en términos de las transferencias y transformaciones de
la energía.
Es importante, además, reflexionar sobre las inquietudes planteadas acerca del uso
adecuado de los recursos o fuentes de energía, y sobre la necesidad de tomar conciencia
de la crisis energética que es actualmente motivo de grandes controversias y
enfrentamientos en todo el mundo.
Afrontar el desafío que significa lograr un equilibrio entre el crecimiento demográfico y
económico de las sociedades de consumo, y el suministro seguro y racional de los recursos
energéticos es un reto que atañe a todos los ciudadanos.
Este problema implica una urgente toma de decisiones y el diseño de estrategias de
resolución a corto, mediano y largo plazo, que aseguren el futuro energético de las
sociedades actuales.

El concepto de energía

En general, la palabra energía se asocia con fuerza, vitalidad, temperamento, esfuerzo o


cansancio, pues adopta distintos significados según el uso.
En el ámbito científico el concepto energía tiene un significado preciso.
Una primera aproximación al lenguaje científico permite asegurar que la energía se asocia
a cambios en la naturaleza; por ejemplo, la manifestación de un huracán, los movimientos
sísmicos o el desarrollo de las funciones de los seres vivos. Pero también se habla de
energía cuando se hacen funcionar máquinas, se pone en marcha el motor de un auto, se
enciende un celular o se apaga un televisor con un control remoto.
La energía permite que en un cuerpo o en un conjunto de cuerpos natural o
artificial se produzca algún tipo de cambio o transformación.
El concepto de energía ha adquirido diversas acepciones a lo largo del tiempo. Sin
embargo, la idea clave de energía como cierta constancia en medio del cambio se mantuvo
con firmeza desde la Antigüedad. Las primeras manifestaciones de este término se
encuentran en filósofos presocráticos. Heráclito de Éfeso (siglo VI a. C.) sostenía que a
pesar de que todo es cambio, hay algo invariable en el universo considerado como un todo:
alguna esencia etérea que puede ser transformada sin que se produzca una pérdida neta.
La palabra energía aparece por primera vez en los escritos de Aristóteles y tiene el
significado de un estado de potencialidades, que guarda cierta relación con los cambios y
transformaciones.

Los sistemas

El científico que investigue una cierta realidad, hecho o fenómeno debe hacer un recorte de
ese hecho para delimitar su contexto de estudio. Esto constituye un sistema. Un sistema
es un recorte de la realidad o de un fenómeno y está formado por componentes que
definen su estructura especial, mantienen una organización interna y permiten su dinámica
o funcionamiento.
El Sistema Solar, por ejemplo, está formado por el Sol, los planetas, la Luna, y otros
componentes: polvo cósmico, asteroides, etc., cuya estructura y funcionamiento permiten
explicar fenómenos astronómicos como el día y la noche, las estaciones, los eclipses, las
fases de la Luna, entre otros.
Cuando se analiza un sistema es necesario relacionarlo con su contexto o medio,
estudiando las interacciones que se producen, como las entradas y salidas de materia,
información y energía de dicho sistema.
La energía es una característica asociada al estado de un sistema. Para describir de la
forma más completa posible un cuerpo o un conjunto de cuerpos hay que conocer una
cierta cantidad de valores, como sus tamaños, masas, posiciones, temperaturas,
composición química, etc. Estos valores indican el estado de ese sistema y cuando uno o
varios de ellos varían, se producen cambios en el sistema. Si el sistema cambia de estado,
entonces ha cambiado su energía. Así, si se toma como sistema un litro de agua a 70 ºC y
se lo enfría a 20 ºC, su energía habrá disminuido.
La siguiente clasificación permite diferenciar algunos sistemas.

Sistemas abiertos
Son los sistemas en los que se producen ingresos y egresos de materia y energía, producto
de su interacción con el medio. Por ejemplo, el cuerpo humano es un sistema abierto, ya
que incorpora energía a través de los alimentos, procesa o transforma la energía aportada
por ellos y la intercambia con el medio exterior mediante el trabajo, el calor y la radiación.

Sistemas cerrados
Son los sistemas en los que se producen ingresos y egresos de energía aunque no de
materia. Por ejemplo, una lata de tomates es un sistema cerrado dado que no hay
intercambios de materia con el medio pero sí de energía, como cuando absorbe calor del
medio exterior al salir de la heladera y aumentar su temperatura.

Sistemas aislados
Son los sistemas en los que no se producen interacciones con el medio, no ingresa ni
egresa materia o energía. Por ejemplo, un termo cerrado se puede aproximar a un sistema
aislado durante algún tiempo porque no intercambia materia y minimiza las transferencias
de energía con el medio.

Transferencia de energía

¿De dónde viene y adónde va la energía?


Una de las propiedades fundamentales de la energía es su posibilidad de transmitirse de un
sistema a otro o aun entre partes del mismo sistema.
El análisis de la transferencia de energía entre muchos cuerpos puede ser muy
complejo, pero en algunos casos resulta posible distinguir un sistema que cede energía y
otro que la recibe.
En esos casos, como la energía de ambos cuerpos varía, se produce un cambio en estos
sistemas, hecho que pone en evidencia dicha transferencia.
Por ejemplo, en el caso de un reloj a cuerda, el sistema que cede energía es la cuerda del
reloj, el sistema receptor de la energía son las manecillas del reloj. La transferencia de
energía se evidencia en que las manecillas del reloj giran y el reloj se pone en
funcionamiento.
Otro ejemplo de esto puede ser la cadena de transferencias de energía desde el Sol hasta
una casa con placas fotovoltaicas.
El Sol incide sobre una placa fotovoltaica que transforma la energía radiante en energía
eléctrica. Se acumula energía en una batería. A su vez, ésta transfiere energía a un
regulador, que mantiene las condiciones necesarias para distribuir la corriente eléctrica a la
red domiciliaria.

Caracterísicas de la energía

La energía no tiene forma, peso, volumen, color u olor, pero posee otras características
cuyo reconocimiento es importante para comprender su utilidad.

• Se la puede almacenar, generalmente, para usar cuando sea necesaria. Ej: la


energía química puede acumularse en pilas y baterías, y la energía eléctrica en
condensadores o capacitores, que son dispositivos eléctricos muy utilizados, por
ejemplo, en las computadoras portátiles, los teléfonos celulares y muchos otros
dispositivos.

• Se la puede transportar: puede pasar de un lugar a otro mediante un sistema de


traslado. Ej: la energía eléctrica se transporta por cables, mientras que la energía de
las radiaciones electromagnéticas se mueve por medio de ondas que viajan por el
aire, el vacío u otros medios.

• Se puede transformar una forma de energía en otra que sea más útil. Ej: la energía
química de una pila se transforma en eléctrica y ello hace funcionar una linterna.

• Se puede transferir con facilidad de un cuerpo a otro. Ej: un vaso de agua fresca se
calienta porque se produce una transferencia de energía desde el medio (que se
encuentra a una temperatura más alta) hacia el líquido que tiene menor
temperatura. Cuando empujamos una pelota para que ruede, le transferimos energía
que provoca su movimiento.

• No se puede crear ni destruir; se conserva y no se gasta, solo se transforma o se


transmite de un cuerpo a otro.
Formas de energía

La energía se manifiesta de muchas y diversas formas, que pueden parecer muy diferentes
y sin relación entre sí. Luz, calor, electricidad, son diferentes formas de energía que,
además, pueden transformarse unas en otras. A continuación se presentan distintos
fenómenos que permitirán conocer algunas de estas formas de energía.

Energía Mecánica

Es aquella que el hombre utilizó, en un comienzo, como producto de su propio esfuerzo


corporal. Luego, utilizo la fuerza animal, para lo que domesticó animales como bueyes,
caballos y burros.
La energía mecánica engloba dos tipos de energía; la energía potencial (cuando el cuerpo
está en reposo) y la energía cinética (cuando un cuerpo está en movimiento).

Ejemplo de energía cinética Ejemplo de energía potencial

Energía química

Es aquella producto de una reacción química. La más familiar es la combustión (cualquier


sustancia que arde o se "quema"), reacción en la cual se combina el oxígeno del aire con la
materia del cuerpo que arde. Durante la combustión se producen luz y calor. Cuando las
moléculas se rompen se libera energía química.
Los materiales combustibles contienen energía química. La nafta, el gasoil, el carbón, la
madera, el gas natural (que se quema en las cocinas) y muchas otras sustancias son
usadas por el hombre para extraer energía química mediante combustión.
También los alimentos contienen energía química, que se libera cuando se combinan con el
oxígeno que respiramos, es decir, se “queman” en el interior de nuestro cuerpo.

La energía primaria presente en una pila o batería también es energía química, que
mediante una reacción entre unos electrodos y un medio facilitador se convierte en
eléctrica para su aprovechamiento.

Energía eléctrica

La energía eléctrica se produce por el movimiento de cargas eléctricas, específicamente


electrones (cargas negativas que giran alrededor del núcleo de los átomos) a través de un
cable conductor. Cada vez que se acciona un interruptor, se genera un movimiento de
millones de electrones, los que circulan a través de un cable conductor metálico. Las cargas
que se desplazan forman parte de los átomos que conforman el cable conductor. Los
electrones se mueven desde el enchufe al aparato eléctrico -ya sea lavadora, radio, equipo
de sonido, televisor, licuadora, computadora, lámparas, etcétera- lo que produce un
tránsito de energía entre estos dos puntos.
Energía nuclear

Es la energía liberada durante la fisión o fusión de núcleos atómicos. Las cantidades de


energía que pueden obtenerse mediante procesos nucleares superan ampliamente a las
que pueden lograrse mediante procesos químicos, que sólo implican las regiones externas
del átomo.

Energía térmica o calórica

Calentar un objeto implica entregarle energía y enfriarlo significa quitarle energía. A este
tipo de energía que se transfiere de los objetos más calientes a los más fríos se la llama
calor o energía térmica.

Energía radiante
Todos los cuerpos que emiten luz, como el Sol, las lamparitas eléctricas, los faroles de
querosén o las velas, envían energía con sus radiaciones al medio que los rodea. La luz es
un tipo de radiación visible. Pero otras radiaciones invisibles también transportan energía:
los rayos X de las radiografías, las microondas de los hornos, las ondas que emiten las
estaciones de radio y televisión, los rayos ultravioletas de los que nos protegemos con
filtros y bronceadores, etcétera.

Fuentes de energía
El hombre ha utilizado los recursos naturales de la Tierra como fuentes de energía desde el
comienzo de su existencia. Así, la madera, el viento, el agua, el Sol y los combustibles
fósiles como el carbón, el petróleo o el gas natural continúan siendo las principales fuentes
de energía que permiten el desarrollo y crecimiento tecnológico de toda sociedad
industrializada.
Las fuentes de energía se suelen clasificar, en general, como renovables y no
renovables, ya que algunos de estos recursos son temporales y se agotan con el correr
del tiempo. La renovabilidad de un recurso surge de comparar el tiempo que tarda en
reproducirse o generarse, con el ritmo con el que se lo utiliza.
Fuentes de energía renovables: son las que la naturaleza renueva con rapidez, y podemos
obtener energía de forma continua.
Fuentes de energía no renovables: son las que se encuentran en la Tierra y se agotan con
su utilización, porque las cantidades son limitadas.
Los combustibles fósiles se consideran fuentes no renovables, ya que los ritmos de su
utilización son muy superiores a los ritmos de formación de estos combustibles. Si se tiene
en cuenta que casi el 90% de la energía comercial empleada en el mundo es de origen
fósil, y que las reservas de estos combustibles (que tardaron millones de años en formarse)
tienden a agotarse, se puede afirmar que uno de los principales retos del siglo XXI es, sin
duda, la utilización de nuevas fuentes de energía, múltiples y renovables para contrarrestar
la creciente escasez de los tradicionales recursos energéticos. Además, las fuentes no
renovables están concentradas en pocos lugares del mundo y en manos de unas pocas
naciones. Esto genera tensiones y conflictos permanentes entre los organismos
gubernamentales y las instituciones involucradas en el tema. Hasta el momento no
alcanzan las producciones de energía generadas a partir de las fuentes no renovables. Solo
ha habido intentos de abastecimientos locales y de algunas sociedades o poblaciones pero,
¿cuáles de estos recursos tendrán mayores posibilidades de subsistir en esta crisis
energética desatada y declarada en el siglo XX? ¿Podrán ofrecer soluciones a nivel masivo?
¿Cuáles son las expectativas de soluciones posibles para el siglo XXI? Estos interrogantes
quedan abiertos y son de discusión actual en el ámbito de la ciencia. Los organismos
gubernamentales, dirigentes políticos, asociaciones ambientalistas, ecologistas, etc.,
también debaten hoy sobre el futuro energético mundial.
"Algún día el ser humano despertará de una larga pesadilla y recordará su propio pasado
energético... rodeado de diferentes medios para captar la energía solar, no comprenderá la
locura de los que se embarcan en la aventura de agotar en menos de 250 años unos
recursos fósiles que habían tardado 600 millones de años en formarse. Pero todavía no nos
hemos despertado, todavía continuamos en el sueño". Gerald Foley

Energía solar

Es la energía que llega a la Tierra, en forma de radiación, proveniente de la estrella más


cercana a nuestro planeta: El Sol. El aprovechamiento de la energía solar parece ser la
alternativa más prometedora, pues permite diversas formas de captación y transformación.
La forma más antigua de aprovechamiento de la energía solar, inventada por la naturaleza
misma, es la fotosíntesis. Mediante este mecanismo las plantas elaboran su propio
alimento (su fuente de energía) y el de otros seres vivientes en las cadenas alimenticias.
Nuestro país, por su elevado número de horas de Sol al año, tiene un gran potencial de
aprovechamiento de esta energía. En la actualidad se puede usar directamente por dos
vías: térmica y fotovoltaica.
Energía solar térmica: utilizada para calentar un fluido, generalmente agua. Este proceso
tiene lugar en unos aparatos denominados colectores. La energía obtenida se aplica
fundamentalmente para obtener agua caliente y calefacción de uso doméstico. Energía
solar fotovoltaica: permite la transformación directa de la energía solar en energía
eléctrica, por medio de unos dispositivos especiales, fabricados con silicio, llamados
paneles fotovoltaicos. Esta energía puede utilizarse directamente para consumo
doméstico o bien transferirse a la red eléctrica general.

Energía de la Biomasa

La biomasa es el conjunto de materia orgánica, de origen animal o vegetal, procedente de


la transformación natural o artificial de los restos de seres vivos.
La energía de la biomasa puede obtenerse ya sea a través de la quema directa o mediante
una transformación para conseguir otro tipo de combustible, como el biodiesel. En el
presente, el aprovechamiento energético de la biomasa consiste principalmente en la
producción de gas (llamado biogás), energía térmica y energía eléctrica. Biogás: esta
palabra se aplica a la mezcla de gases que se obtienen a partir de la descomposición en un
ambiente en el que no hay oxigeno de los residuos orgánicos, como los productos de
desecho vegetales o el estiércol animal.
Es un combustible económico y renovable; se utiliza en vehículos de motor, para mezclar
con el gas del alumbrado y para usos industriales y domésticos. El biogás tiene mucha
importancia en los países en desarrollo, y en los industrializados está aumentando el
interés por este combustible para intentar reducir la dependencia actual del petróleo.

Energía hidroeléctrica

Es el aprovechamiento de la energía potencial acumulada en el agua para producir


electricidad, es una forma clásica de obtener energía.
Se obtiene del aprovechamiento de una caída de agua, en forma natural o artificial. En este
último caso, cuando se interpone una represa en el cauce de un río el agua se acumula en
un embalse. Si se abren las compuertas de la represa, el agua sale con mucha presión,
pasa a través de una turbina y la hace girar. A su vez, la turbina se encuentra acoplada a
un generador eléctrico, mediante el cual se produce electricidad. De esta forma, la
energía potencial del agua acumulada se transforma en energía cinética y, en último
término, en energía eléctrica.
Aproximadamente del 20% de la electricidad usada en el mundo viene de esta fuente. Es
una energía no alternativa, porque se usa desde hace muchos años como una de las
fuentes principales de electricidad. La energía hidroeléctrica que se puede obtener en una
zona depende de los cauces de agua y desniveles que tenga.
Si se explotara toda la energía hidroeléctrica que el mundo entero puede dar, solo se
cubriría el 15% de la energía que consumimos, ya que usamos un 20% aproximadamente,
y en los países desarrollados más del 50%. Esta energía es una de las más limpias.

Energía Eólica

Esta energía es una forma de energía cinética producida por los vientos generados en la
atmósfera terrestre. Los seres humanos la han utilizado, a lo largo de la historia, para
diferentes actividades: mover embarcaciones, accionar molinos de viento para bombear
agua, moler granos, etcétera.
El perfeccionamiento del tradicional molino de viento ha dado lugar a modernos
aerogeneradores que aprovechan la energía eólica para generar electricidad. Estos
aparatos están constituidos por un rotor compuesto por palas que el viento hace girar. A su
vez, las palas están sujetas a un eje mediante un buje. El movimiento giratorio de las palas
se transmite por el eje a un generador de energía eléctrica. Por último, la energía eléctrica
generada se transfiere a la red eléctrica.
Los aerogeneradores pueden instalarse aislados o bien en agrupaciones que aportan
energía a las redes de distribución. Sin embargo, el viento tiene dos características que lo
diferencia de otras fuentes energéticas: su imprevisible variabilidad y su dispersión. Ello
obliga a sutiles perfeccionamientos en el diseño de las palas y el sistema de control que
regula las revoluciones por minuto, para evitar velocidades, excesivas durante los
vendavales y orientar el rotor hacia la posición más favorable.

Energía geotérmica

Energía contenida en el interior de la Tierra en forma de gases. Al ser extraída, mediante la


perforación de la superficie terrestre, se presenta en forma de gases de alta temperatura
(fumarolas), en forma de vapor y agua hirviendo (geyser) y en forma de agua caliente
(fuentes termales).
En la actualidad se aprovecha en zonas volcánicas o de aguas termales, en la industria, y
para calefacción y climatización de piscinas. Esta energía está limitada geográficamente a
unas pocas regiones del planeta

Energía mareomotriz

Esta energía es la que se obtiene por el movimiento ascendente y descendente del agua del
mar, producido por las mareas, la cual se aprovecha para producir electricidad. Hay lugares
en los que la diferencia del nivel del agua entre la marea alta (pleamar) y la marea baja
(bajamar) es de varios metros. Esta diferencia de altura permite obtener energía cinética
que se utiliza para mover turbinas y así generar electricidad. Es una energía muy limpia,
pero plantea algunos problemas por resolver, sobre todo a la hora de construir grandes
instalaciones, por el impacto visual y estructural sobre el paisaje costero, y un efecto
negativo sobre la flora y la fauna.

Energía Fósil

Se llama energía fósil a la que se obtiene de la combustión (oxidación) de ciertas


sustancias que, según la geología, se produjeron en el subsuelo a partir de la acumulación
de grandes cantidades de residuos de seres vivos, hace millones de años. Tienen un gran
poder calorífico, es decir, contienen gran cantidad de energía química aprovechable. El
petróleo es una mezcla de una gran variedad de hidrocarburos (compuestos de carbono e
hidrógeno) en fase líquida, mezclados con una variedad de impurezas. Por destilación y
otros procesos, se obtienen las diversas gasolinas. Los combustibles obtenidos se emplean
en las centrales térmicas para producir energía eléctrica y también para hacer funcionar
motores de vehículos y maquinarias. Es decir, a partir de su energía química se produce
energía cinética. En el ámbito mundial ya no es un recurso abundante.
El gas natural está compuesto principalmente por metano y corresponde a la fracción más
ligera de los hidrocarburos, por lo que se encuentra en los yacimientos en forma gaseosa.
Se usa en las cocinas, para calefacción y como combustible en ciertos vehículos. Se
distribuye en grandes tuberías llamadas gasoductos.
El carbón mineral es principalmente carbono, también de origen fósil, que se encuentra
en grandes yacimientos en el subsuelo. Procede de plantas que quedaron enterradas hace
300 millones de años. Es fácil de obtener y utilizar, pero al ritmo actual que llevamos las
reservas se agotaran para el 2300 aproximadamente. A nivel mundial, el carbón mineral es
abundante, pero los problemas ecológicos que causa son aún mayores que los inherentes al
petróleo y sus derivados.

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