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Las actitudes “disruptivas” son aquellas que hacen estallar conflictos

en los centros educativos1 De acuerdo con Barri un “disruptor” es un


dispositivo que se utiliza para provocar un estallido y es del mismo
modo como dichas actitudes del alumno provocan estallidos en las
aulas. 2 Las causas de las actitudes disruptivas son: la normalización
de actitudes no deseables, la excesiva sobreprotección de parte de
los padres, la disminución de tiempo de contacto entre padres e
hijos, el aumento de estímulos y de cantidad de información, los
fenómenos asociados a nuevas problemáticas sociales, la
disminución de la valoración social del docente, las leyes educativas
muy tolerantes, y finalmente la escasa valoración del sistema
educativo. En primer lugar, la normalización de actitudes no
deseables por parte de los padres principales ya que siendo estos los
responsables de la educación del menor, al minimizar sus errores les
hacen ver que lo que hacen está bien o no es reprochable. En
segundo lugar, la sobreprotección de parte de estos que con la
excusa de no generarles traumas los consienten en todo momento, de
modo que no tienen que esforzarse para conseguir algo y
evidentemente el trauma se produce cuando enfrentan la realidad y
no consiguen lo que quieren. En tercer lugar, la disminución de
tiempo por parte de los padres es un factor importante ya que al no
estar pendientes sobre el niño estos no se encuentran pendientes sobre si en el
colegio su hijo es la víctima o el agresor. En cuarto lugar, el aumento de
1 Cfr. Barri 2010 : 15
2 Cfr. Barri 2010: 15
estímulos y de cantidad de información llega a gran cantidad de jóvenes, es
evidente ya que debido a la tecnología aquellos están expuestos a todo tipo de
información que, muchas veces es imposible para los padres filtrar estos
contenidos y evitar que muchas veces sus hijos manifiesten actitudes peligros
y desadaptadas. En quinto lugar, en otras causas se encuentran los fenómenos
asociados a nuevas problemáticas sociales como son el pandillaje y bandas
juveniles. En sexto lugar, la disminución de la valoración social del docente
por parte los progenitores, en numerosas ocasiones los padres desacreditan a
los docentes en público delante de sus propios hijos y esto ocasiona a que los
mismos no los obedezcan. Seguidamente, está el hecho de que las leyes
educativas sean muy tolerantes, y que ante situaciones como el bullying no
sean totalmente eficaces. Finalmente, la escasa valoración del sistema
educativo que realizan las familias debido a la problemática social y personal
asociadas a problemas de marginación hacia el docente. 3

3 Cfr. Barri 2010: 31-34

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