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Introducción:
La Economía solidaria como una forma viable de organización económica, alternativa al sistema
capitalista global, y reflexionar sobre sus oportunidades de supervivencia, rescatando el protagonismo
de la sociedad civil como motor de cualquier cambio y el rol de una cooperación verdaderamente
transformadora, que trabaje desde dos ámbitos en conjunto con la sociedad civil.
Por último, es preciso tener claro que la economía solidaria no se plantea como un nuevo modelo de
desarrollo, sino como una herramienta al servicio de la humanidad en su búsqueda hacia una
satisfacción más coherente y plena de sus necesidades.
Por otro lado, en cada sociedad se pueden encontrar fuerzas o recursos productivos propios con un
determinado nivel de desarrollo, que determinan la infraestructura que posee esta sociedad. Al
interrelacionarse estructura e infraestructura, se conforma lo que se conoce como el modo de
producción de esta sociedad.
3. ECONOMÍA CAPITALISTA
El sistema sólo puede vivir, sólo se legitima, mediante la expansión. La formación a escala global de
dos grandes grupos de formaciones sociales: las “desarrolladas” (Centro, que en adelante llamaremos
Norte) y las “subdesarrolladas” (Periferia, que en adelante llamaremos Sur), marcadas por la
desigualdad y la polarización, se reproduce asimismo a escala local, donde también se puede hablar
de Centros y Periferias, de integrados a la vida “moderna” y de marginados y excluidos.
Crisis económica: deterioro de las economías locales o nacionales en beneficio de los grandes grupos
financieros supranacionales, priorizando el capital en detrimento del trabajo; asignación ineficaz y
desigual del mercado.
Crisis social: concentración de riqueza, polarización y reparto cada vez menos equitativo de las
riquezas entre los continentes y en el seno de cada país; exclusión, aislamiento, violencia, aumento
de pobreza creciente, inseguridad, precariedad en el trabajo y en la vivienda.
Crisis del empleo: desempleo creciente (a pesar del crecimiento), degradación de las condiciones de
trabajo, deslocalización del trabajo, desprecio por el trabajo humano, empleos marginados y su
remunerados en una economía informal cada vez más extensa.
Crisis humana: falta de perspectivas de futuro, espejismo del consumismo, individualismo, pérdida de
ideales, destrucción de culturas y de modos de ser y hacer de muchos pueblos.
Crisis política: desvalorización de la acción de los poderes públicos y de los políticos, fragilidad de la
democracia y de la noción de ciudadanía; falta de consenso sobre cómo construir una superestructura
verdaderamente sistémica, que pueda enfrentar a los intereses de países o empresas poderosas y
hegemónicas, falta de consenso sobre la validez de la globalización e imposición de la base económica
capitalista.
4. ECONOMIA SOLIDARIA
La Economía Solidaria designa todas las actividades económicas que contribuyen a la democratización
de la economía, basadas en la solidaridad y el trabajo. No es un sector de la economía, sino un enfoque
transversal que incluye iniciativas en todos los sectores de la actividad económica. Es, por tanto, una
forma alternativa de concebir la economía: una nueva forma de organización de la sociedad en torno
a los recursos productivos y a su concepto de progreso y bienestar.
Pero, frente al actual panorama, las soluciones individuales y a corto plazo evidentemente ya no son
suficientes. Estas iniciativas, con un fuerte componente local, se han de inscribir en una lectura crítica
de las relaciones económicas y sociales vigentes, traspasando este marco local y llegando a incluir
dinámicas nacionales e incluso internacionales, contribuyendo así a estrechar lazos entre las
poblaciones de los países del Sur y del Norte. De esta manera, no permanecerán desconocidas y
marginales y servirán también para imaginar la estructuración de una economía alternativa.