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ANÁLISIS DE LA

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE
LA REPÚBLICA
Reformas de artículos a los Capítulos II, III, IV, V Y VI.

28 DE MAYO DE 2018
MILLARAY MÁRQUEZ- VICENTE ALARCÓN – IGNACIO CORTÉS- EMILIO PRIETO – BENJAMÍN
CASANOVA.
4°D - PROFESOR: JOAQUÍN CHEIX.
CAPÍTULO II: Nacionalidad y Ciudadanía - Modificación del artículo 13, párrafo 14:
“Tratándose de los chilenos a que se refieren los números (…) 4° del artículo 10, el
ejercicio de los derechos que les confiere la ciudadanía estará sujeto a que hubieren estado
avecindados en Chile por más de un año”
Este extracto dicta que el sufragio de los hijos(as) de padre o madre chilenos en territorio
extranjero se puede efectuar si y solo sí éstos han residido por más de doce meses en el
territorio nacional. Planteamos la reforma de suprimir esta condición de permanencia anual
para los descendientes, ya que creemos que no es estrictamente necesario que se deba vivir
en Chile para ejercer su voto; este término limita su ciudadanía, puesto que ellos tienen el
absoluto derecho de elegir a las autoridades que gobernarán y dirigirán a la nación,
contribuyendo como cualquier otro compatriota, al bienestar de la sociedad chilena. Si se le
niega a este grupo de personas esta atribución, se asume que no poseen interés en los
procesos políticos nacionales o que quizás, tenga una falta de contextualización o conexión
con el país, una postura que carece de fundamento, debido a que los chilenos que habitan en
estados extranjeros poseen la completa información de la política actual de Chile a través
de diversos medios de comunicación y difusión, sobre todo teniendo en consideración que
actualmente vivimos en un mundo globalizado, y no es una dificultad realizar una reflexión
y finalmente, decidir sobre qué candidato sería el más adecuado para nuestro país, tal como
se afirma en el siguiente extracto: (…) Lo que sí parece ser una novedad en relación con el
voto es que las comunicaciones han sido llevadas a un nivel de sofisticación tal,
especialmente en el nivel de la tecnología, que no se ven impedimentos de orden técnico
para la implementación de un sistema de votación a distancia. Y no sólo eso, la tecnología
de las comunicaciones permite hoy en día mantener comunicadas a personas que están
dispersas a través del mundo, actualizándolas con la realidad de sus países de origen,
dando cuenta así de la tradicional objeción de la brecha existente entre los asuntos que
afectan al país y la capacidad de los residentes en el extranjero para actuar responsable e
informadamente” 1Además, la importancia del sufragio en el extranjero es defendido por
los representantes de nuestro país, como lo ha señalado la ex presidenta, la cual declaró:
“Lo que acá triunfa de verdad son dos ideas esenciales, la primera es que la democracia
debe entenderse como una tarea permanente de ampliación de los mecanismos de
participación de los ciudadanos en los asuntos de la comunidad. Y la segunda, es que no
hay distancia ni tiempo transcurrido que pueda privar a un compatriota del derecho a
sufragar”2.Con la modificación aplicada el artículo 13, párrafo 14, establece: “Tratándose
de los chilenos a que se refieren los números (…) 4° del artículo 10, el ejercicio de los
derechos que les confiere la ciudadanía podrá ser ejecutado sin ninguna con
avecindamiento, solo con la inscripción en el consulado chileno que corresponde en el país
que habitan”. La expectativa que presentamos frente a la reforma es que más compatriotas
puedan ejercer su derecho a sufragio, y así aportar a una representación más verídica, donde
su percepción de un futuro Chile se perciba, al igual que los ciudadanos que habitamos en
el territorio.

1
El derecho a votar en el extranjero, Pablo Marshall Barberán, Abogado, . Rev. derecho (Valdivia) vol.24
no.2 Valdivia dic. 2011
2
Ex Presidenta Michelle Bachelet en la promulgación de la ley que permite el sufragio de los ciudadanos
chilenos en el extranjero, Salón O´Higgins del Palacio de la Moneda, Abril 2014, Santiago.
CAPÍTULO III: De los derechos y deberes constitucionales.
Eliminación del Artículo 19, inciso 24, último párrafo y Creación de un nuevo artículo.
“Los derechos de los particulares sobre las aguas, reconocidos o constituidos en
conformidad a la ley, otorgarán a sus titulares la propiedad sobre ellos”.
El extracto anterior señala que los entes privados poseen las facultades de ser propietarios
de las aguas nacionales y con ello estos cuentan con la protección que la Constitución
otorga al derecho de dominio, la que los hace inexpugnables. Proponemos la eliminación
completa de aquel fragmento y crear uno nuevo donde se estipule que el derecho al agua
sea un bien público para todo el país. Cuando nos referimos a bienes nacionales de uso
público, hablamos de aquellos cuyo dominio pertenece a la nación toda si, además, su uso
pertenece a todos sus habitantes; dichos bienes se caracterizan por estar fuera del comercio
y por lo mismo son imprescriptibles e inalienables. Es necesario que este recurso natural
sea de acceso y disposición de toda la comunidad ya que es indispensable para la vida y la
salud, la base de la alimentación y la higiene humana depende del agua potable, además, de
recalcar que sólo el 2,5% del total mundial es apta para el consumo, y dentro de ese
porcentaje, un 70% se encuentra en glaciares y napas subterráneas, cifras que vuelven más
sólido el argumento de libre acceso al recurso hídrico; cabe destacar que este derecho está
presente en muchos estado alrededor del mundo, como por ejemplo, México, el cual señala
en su Constitución: “Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de
agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y
asequible. El Estado garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y
modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos,
estableciendo la participación de la Federación, las entidades federativas y los municipios,
así como la participación de la ciudadanía para la consecución de dichos fines”3. La
concepción del derecho al agua como bien público no solo se encuentra a nivel de estado en
sus constituciones, sino que también es sostenida por organizaciones internacionales, como
la ONU, la cual recalca: “El agua es un recurso natural limitado y un bien público
fundamental para la vida y la salud. El derecho humano al agua es indispensable para
vivir dignamente y es condición previa para la realización de otros derechos humanos (…)
Los Estados Partes deben adoptar medidas eficaces para hacer efectivo el derecho al agua
sin discriminación alguna, como se establece en la presente observación general”4
Por consiguiente, el nuevo párrafo del inciso 24, del artículo 19 establece: “Todo individuo
tiene derecho a acceder y disponer de agua para consumo e higiene personal y doméstico
de manera suficiente y accesible. El Estado deberá garantizar este derecho a través de la
ley donde definirá las bases para el acceso equitativo a toda la población del recurso”.
Con la reformar anterior, esperamos que el derecho al agua sea universal y esté a
disposición de toda la población chilena para el bienestar de su persona y de sus
condiciones de vida.

3
Artículo 4, párrafo sexto, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
4
Cuestiones sustantivas que se plantean en la aplicación del pacto internacional de derechos económicos,
sociales y culturales: observación general n°15(2002) El derecho al agua(artículos 11 y 12 del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; Consejo Económico y Social, Organización de la
Naciones Unidas, Noviembre 2002.
Capítulo IV: Poder Ejecutivo – Modificación del Artículo 25, párrafo 2:
“El Presidente la de República durará en el ejercicio de sus funciones por el término de
cuatro años y no podrá ser reelegido para el periodo siguiente”
El presente artículo establece que el periodo presidencial tiene una duración de cuatro años
sin reelección directa. Consideramos que esa cantidad de años no es suficiente y es por ello
que sugerimos aumentar el tiempo de ejecución de las labores del poder ejecutivo a seis
años, pero sin alterar la condición de imposibilidad de reelección directa. Al observar la
situación de los últimos gobiernos de nuestro país, se presenta un comportamiento
reiterado: las administraciones salientes comienzan a desarrollar obras y proyectos que
finalmente terminan quedando inconclusas bajo la urgencia que el tiempo se les termina, y
los mismos mandatarios inician sus periodos con la intención de realizar reformas
profundas y complejas, pero sin tener en cuenta el corto plazo en que tienen que ejecutarlas.
Además, de que inmediatamente que asume un nuevo presidente, aparecen los próximos
candidatos; o se presentan grandes intenciones de reelección por parte de los ex
mandatarios. Si analizamos el origen de los acontecimientos mencionados anteriormente,
podemos vincularlos a un mismo dilema: el breve plazo que poseen las presidencias en que
pueden desarrollar sus políticas y planes de gobierno, es por ello, que el hecho de extender
dos años el periodo del poder ejecutivo, implica que aquellos programas de gobierno tengan
mayores posibilidades de finalizarse en su totalidad, y se tendría una visión más
proyectada a largo plazo a nivel país en comparación a la que existe actualmente, es decir,
una perspectiva con propósitos de cambios estructurales, pero opacada por la falta de
tiempo. La percepción de que la brevedad de los mandatos afecta rotundamente la
implementación de las políticas de los diversos gobiernos ha sido expresada tanto por los
mismos involucrados en la materia, como lo hizo la ex presidenta Michelle Bachelet al
firmar el proyecto para una nueva constitución a días de finalizar su mandato, donde
declaró: "una cuestión clave para la construcción de una democracia sana y convocante,
es la generación de liderazgos. Para facilitar este proceso, propongo que la duración del
mandato presidencial sea de seis años sin reelección en el período siguiente, ni en los
posteriores"5; como por diversos profesionales del mundo de las comunicaciones: (…)”De
este modo, cualquier espíritu que con objetividad estudie el problema tendría que llegar a
la conclusión que la brevedad del mandato presidencial en Chile constituye un serio
problema político, que nos obliga a plantear su modificación urgente para que pueda regir
en el próximo gobierno que se elija.”6 La expectativa que se tiene frente a la modificación
de este artículo es que los futuros presidentes(as) pueden desarrollar una mirada más a largo
plazo de sus planes de gobierno, y con ello, planificar reformas profundas a las distintas
problemáticas nacionales. Entonces, con la modificación ya aplicada, el nuevo artículo
estipula: “El Presidente la de República durará en el ejercicio de sus funciones por el
término de seis años y no podrá ser reelegido para el periodo siguiente”

5
Michelle Bachelet en la firma del proyecto de reforma constitucional en el Palacio de La Moneda, 06 de
marzo del 2018.
6
“Extender el periodo presidencial”, Jorge Ovalle Quiroz, Opinión, CIPER Chile, octubre del 2014.
Capítulo V: Congreso Nacional - Modificación del Artículo 51, párrafo 3
“Las vacantes de diputados y las de senadores se proveerán con el ciudadano que señale el
partido político al que pertenecía el parlamentario que produjo la vacante al momento de
ser elegido”
El contexto de este párrafo en relación con el Artículo 51 es si se produce una circunstancia
extraordinaria donde el diputado o senador deba abandonar su labor, el partido político a
cuál pertenecía designará a un nuevo parlamentario para que su función no se vea
interrumpida. Respecto a esta medida, planteamos que no debería ser dictado el nuevo
senador o diputado por su respectiva coalición, sino que se debería realizar una nueva
elección en el distrito electoral al cual corresponde, como se señalaba en la Constitución de
1925 : “Si un Diputado o Senador muere o deja de pertenecer a la Cámara de Diputados o
al Senado, por cualquier causa, antes del último año de su mandato, se procederá a su
reemplazo en la forma que determine la ley de elecciones, por el término que le falte de su
periodo” 7
En una república como la nuestra, es completamente necesario y es un derecho para todos
los ciudadanos que la constituyen el hecho de sufragar, y en sí, poder elegir a los
representantes de la cámara baja y alta que van a estar directamente involucradas en las
reformas y medidas que se tomarán para el desarrollo y beneficio del país. Es precisamente
por ello que, aunque se presenta una situación excepcional, se debe realizar el proceso de
sufragio.
Si observamos el escenario desde otro punto, podíamos afirmar que no sería del todo
democrático, debido a que la acción de escoger a un parlamentario de manera interna (es
decir, una decisión tomada dentro del partido) trasgrede toda posibilidad de representación,
de participación de la ciudadanía y los principios de la democracia. En otras palabras, el
solo hecho de no poder realizarse una votación ciudadana implica que la democracia se vea
quebrantada. A pesar de que el reemplazante del parlamentario pertenece al mismo partido
o coalición político, éste no necesariamente representará las mismas ideas o visiones que el
que fue reemplazado, ya que, si bien ambos al integrar asociación están de acuerdos con las
ideologías de ésta, la persona como individuo puede poseer otras percepciones o ideas en
cuanto a la visión política del país, y éstas visiones pueden que no representen a la mayoría
de su distrito. Es decir, la representatividad se vería apartada, y ello, para una república
democrática es inaceptable, ya que la consecuencia más trascendente de negar la
representación como eco (reflejo) o como mandato (encargo) es la negación de un
mandatario y, en contrapartida, la inexistencia del pueblo. 8
La expectativa que poseemos frente a volver al método que presentaba la Constitución de
1925 para esta situación, es que precisamente la representatividad se fortalezca en los
procesos electorales y el poder de la democracia se adjudique cada vez más en la
ciudadanía.

7
Artículo 26, Capítulo IV: Congreso Nacional, Constitución Política de la República de Chile, septiembre 1925
8
El concepto de representación política en la teoría de la democracia de Giovanni Sartori, Manuel Zafra.
CAPÍTULO VI: PODER JUDICIAL.
Creación del Artículo 83:
“El Poder Judicial en su totalidad deberá generar medios o instancias donde se informe y explique
a la ciudadanía sobre su funcionamiento, estructura y atribuciones”
La propuesta anteriormente presentada nació de la dificultad de comprender el capítulo VI, y con
ello, el funcionamiento del poder judicial.
Creemos que es necesario la creación de un artículo como éste, ya que, como todo organismo
estatal, y, sobre todo, uno tan relevante como el Poder Judicial, debe informar de manera igualitaria
a la sociedad sobre su funcionamiento, estructura, involucrados y atribuciones, debido a que, es uno
de los tres poderes estatales, y envuelve a toda la comunidad chilena por igual.
El Poder Judicial, en comparación a los otros poderes del estado, es el que está más ligado
directamente a los individuos que conforman la sociedad chilena, ya que es el que tiene la facultad
de conocer sobre la causas civiles y criminales, resolverlas, aplicar las leyes correspondientes y
hacer ejecutar lo juzgado. Precisamente, son estas funciones que posee el poder judicial, las que lo
hacen involucrarse directamente con cualquier sujeto que haya cometido una falta a la ley, por esta
razón, al tener todas las personas la misma probabilidad de cometer delito, es imprescindible
informar sobre su labor y ejecución.
Si planteamos un caso en que a un individuo es detenido por haber faltado a la ley, pero desconoce
totalmente cómo funciona el sistema que lo va a juzgar, estaría totalmente ajeno a su formalización
y cómo se desarrolla las distintas etapas de éste o incluso, no sabría qué derechos y deberes tiene
como imputado. O si formulamos un caso más extremo, podrían ocurrir irregularidades en el
proceso de formalización, y el acusado desconozca que le están transgrediendo sus derechos. La
situación presentada anteriormente se podría evitar si se manejara la información correspondiente a
los procesos y sus debidas explicaciones. Le asignamos este deber al Poder Judicial (y no a otro
organismo), pues éste tiene que ser el guía absoluto de la información y generar los medios para que
ésta tenga el mayor alcance posible.
El derecho al acceso a la información pública ha sido expresado en distintos ámbitos a lo largo de la
historia, como, por ejemplo, en el contexto de la revolución francesa con la Declaración de los
Derechos del hombre y del ciudadano, el cual indica que “La Sociedad tiene derecho a pedir
cuentas de su gestión a cualquier Agente público”9 , y continuando con este mismo, en 1948 fue
agregado implícitamente al artículo 19 de la Declaración Universal de los DD HH. Actualmente en
Chile existe la Ley de Transparencia, la cual dicta: “La presente ley regula el principio de
transparencia de la función pública, el derecho de acceso a la información de los órganos de la
Administración del Estado, los procedimientos para el ejercicio del derecho y para su amparo, y
las excepciones a la publicidad de la información”10.
Las expectativas de esta creación de este nuevo artículo es que la sociedad chilena pueda obtener la
información sobre el Poder Judicial de una manera más facilitada e igualitaria, para que los
procesos en relación con este poder puedan ser comprendidos y reflexionados tanto para los han
faltado a la norma como para el resto en general.

9
Artículo 15, Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano, 1789.
10
Artículo 1, Ley 20.285, Ley de Transparencia.
Explicación de la Reforma Constitucional
Una reforma constitucional supone la modificación de la Constitución de un Estado. Tiene por
objeto una revisión parcial de una Constitución y la sustitución de una o varias de sus normas que
no modifiquen la estructura y principios fundamentales del texto constitucional.
En el capítulo 15 de la Constitución Política de la República de Chile está explicitado este proceso y
que poderes del estado están involucrados, junto a las condiciones que debe cumplir para poder ser
realizada. La realizan en conjunto el poder ejecutivo y legislativo, y para casos especiales, se
consulta a la ciudadanía por medio de sufragio.
Los proyectos de reforma a la constitución pueden ser iniciados por el poder ejecutivo o por una
propuesta emitida por cualquiera de los integrantes de la Cámara Baja o Cámara Alta. Esta
intención de modificación tiene que ser aprobada en cada cámara por las tres quintas partes de los
diputados y senadores que se encuentran ejerciendo su labor. Si la reforma involucrara a los
capítulos I, III, VIII, XI, XII O XV, necesita la aprobación (en cada cámara) de dos terceras partes
de los parlamentarios.
Una vez aprobado en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores, pasará al presidente. Si
este llegara a rechazar lo recientemente aprobado en el parlamento, y éste insistiera por las dos
terceras partes de cada cámara, el presidente tiene como deber promulgarlo, a no ser que se les
consulte a los ciudadanos mediante un plebiscito. Si el mandatario observara que el parlamento
aprobara una reforma con la cantidad anteriormente mencionada, deberá devolverse al presidente
para que éste lo promulgue.
Si el Congreso no ratifica algunas observaciones del poder ejecutivo, no existirá modificación en las
partes donde ambos discrepan, a menos que el Congreso persista por los dos tercios de sus
integrantes y será regresado al presidente para que sea promulgada, a no ser que realice un
plebiscito como consulta ciudadana.
Este plebiscito se ordenará mediante decreto supremo dentro de treinta días, si no se realizara se
promulgará la intención de reforma que haya aprobado el parlamento. El decreto de convocatoria
contendrá el proyecto aprobado por el Congreso y vetado por el presidente, o los asuntos en que
haya insistidos ambas cámaras. En este caso, cada uno de los puntos de discrepancia deberán
votarse por separado.
Una vez realizado el plebiscito, el Tribunal Calificador transmitirá el resultado al mandatario y le
especificará lo ratificado por la ciudadanía, el cual deberá ser promulgado como reforma, y por
último, formará parte de la Constitución.
¿Qué elementos están definidos en la Constitución?
Los elementos que están definidos son los siguientes:

 Capítulo II: Se específica sobre la nacionalidad y la ciudadanía, los requisitos que ésta
conlleva, como adquirirla y como perderla, junto el reconocimiento de un sistema electoral.
 Capítulo II: Determina sobre los derechos y deberes constitucionales, en relación con el
individuo y grandes instituciones. Se encuentran los derechos fundamentales de todo
individuo de una sociedad, como la vida o la libertad.
 Capítulo IV: Trata del poder ejecutivo, como se desempeña y sus atribuciones, junto con la
mención de los ministros de estado. También dentro de este mismo se nombran los estados
de excepción constitucional y las bases de la administración.
 Capítulo V: Enuncia sobre el Congreso Nacional, y sus cámaras: Diputados y Senadores, y
sus respectivas atribuciones específicas y las potestades comunes. Además de las materias
de ley y cómo se forman éstas mismas.
 Capítulo VI: Se establece el poder judicial, su estructura, funciones, atribuciones y los
profesionales que lo conforman.

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