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19. Los grupos estratificados Examinamos ahora las principates variedades de estratficacisn de grupos que encontramos en las sociedades de nivel estatal. Estas inchuyen clases, castas y las minorias religiosas, racials y éenicas. (EI supuesto particular de las jerarquias de género se abordaté en el capitulo prisimo,) Como ve- vemos, quienes viven en las sociedades de nivel estatalplensan y actian en Jforinas en gran medida determinadas por su pertenencia a grpas estaifi- cados y su posicién en la jerargata de la estraificacin. A su ver, fos valo- es y conducia de estas grupos se relacionan con la lucha por acceder los recursos estructurales e infraesiructurales de poder y rigueza. Segiin esto, chasta qué punto puede decirse que los grupos inferiores sean los artifices de su propio destino? ¢Crea la infraclase su propia miserta? gmpide la desconfianza de los campesinos —la imagen del bien limitado— su ascen- 50 en fa jerarquia social? ;Son las miembros de ta infraclase urbana vieti- ‘mas de su propia subcultura —ta denominada culrura de la pobreza? :He- ‘mos de maldecir a fas parados por el hecho de serio? Género, edad y jerarquia Conveacionalmente, se distinguen las jerarqulas basadas en el género de las clases y de otros tipos de jerarquta de las sociedades estatles, Procedere- ‘mos de la misma manera y pospondremos el anlisis de las jerargulas de sgénero al préximo capitulo (capitulo 20), Esto no signifiea que las relacio- 507 res jerrguieas ence los sxas Sean menos importantes que aquellas que 8° progucen ente Iss elites otros grupos subordinados Por el conta, > pone que su importanca se eprecia mejor en el contesto mis amplio ds Pies de pencro (ic. en una descripcion general de las relaciones socioculr TWieles entre vasunes ¥ mujeres en toda Ts diversidad de sistemas sociocul- rurale) Los grupos de edad, tanto en las sociedades preestatales como en las cstateles estén asimisio asociados con distribuciones desiguales del poder. De hecho, las diferencias jerrquicas entre adultos maduros, adolescentes ¥ anor soa sirtuzimente uaiversales, Ademés, e tato que 10s nifios reciben de los adultos implica 1 veces précticas sumamente explotadoras, fsica y ae aralmente punitvas. Podria angie que la jerarguias de edad son esta ectmente diferentes de otras formas de jerarquia porgue los malos tratos y tn explotaciba do los nigos se hace siempre «por su propio bien». Ahora bien, fea es lo que cualquier tipo de grupo dominant dice siempre a los grupos SGhordinados bajo su coatrol. El hecho de que algin grado de subordina~ {iin de los jovenes ynifios sea necesaio para Ia endoculturacion y super Gencia_de ia pablacién no significa que tales jerarquias sean fundamen- inveme distitas de oitos tipas de jerarquias. El trto brutal a les nifios puede tenes coro consecuencia dafos permanentes a su salud y su bienes Pero incluso provocar su muerte, Fl ubandono y malos tratos de Ios anc rao enfermos con también muy intensos ali donde los aneianos constitu- gon un grupo despreciado y sin poder. En muchas soiedades, los ancianos Jk Vietmas den trato punitive fsico y psicol6gico comparable al que se fie los crimineles y 2 los-enemigos del Estado, En consecuencia, las des- Cripciones de Ins esiuatrasjerirquiea nunca deben perder de vst as di- ferencias de poder y estilo de vide asociadas con los grupos de géneeo y tedades dentro de los dems grupos jerdrguicos, coma las clases. Clase y poder “Todas las sociedades estatales estén arganizadas en una jerarquia de grupos Tlemados cleses, Una clase 68 un grupo de personas que mantienen un si- ar relacin con el aparato de control de las sociedades estatales ¥ que poseeneuotas similares de poder (ode fia de poder) (fig. 19.1), Tener po ser a fos asustos umanos consiste en ser capa de conseguir que Its per” senas obedezcan nuestras Szdenes y peticiones. Ex la préctiea, el grado de poder depende de Is eapackdad para suministrar oprvar de bienes y soi, pee cocneiates, Io que a su ver depende en titima instaneia del control al setsco de enereia, recursos y tecnologia —especialmente 1a tecnologia de fa coereién aninada, TB poder de ceres humanas conereios no se puede mer simplemente aman la eantidad de energia que regulen o canalizan. Si asi fuera, la ES Los grupos estratifcadas Fara 93_ fsb pa | Exe hombre no so po tres tambien carece ela | siete de pode | gente mas poderosa del mundo serian fos tSenicos que manejan las Haves de las centrales de energia nuclear, o las pilotos de aviacion que controfan los motores de un aparato, cada uno de ellos con una potencia de 40.000 caballos. A pesar de su enorme capacidad para matar y mutilar, ls jefes militares de las fuerzas armadas no son necesariamente indivieuos podero= 0s. La euesti6n crucial es ,quign eontrla alos técnicos, pilotos y genera les y les hace conectar 0 desconectar sus winterruptores»? ‘Todas las sociedades estatales forzosamente tienen al menos dos clases ‘ordenadas jerirquicamente: gobenantes y gobernados. Ahora bien, cuando hay nis de dos clases no es necesario que su relucién mutua sea jecirquica Por ejemplo, los pescadores y sus vecinos granjervs son vistos prewechos- ‘mente como dos clases diferentes porque se relacionan con [a clase dirigente dde manera distinta: tienen pautas diferentes de propiedad, renta y tributa- cidn y explotan sectores del medio ambiente totalmente distintos. Sin em- bbargo, ninguno de los dos grupos posee una clara ventaja o desventaja de poder con respecto al otro. Anslogamente, los antropéiogos hablan a mene o de la clase baja urbana como algo opucsto a la clase baja rural, aunque Jas diferencias cuantitativas de poder entre una y otra puedan ser minimas. Deberia anotarse otro rasgo de las clases: devienen en sistemas relativa- mente cerrados 0 abiertas. En los sistemas de clases abiertos s¢ da una gran movilidad ascendente 0 descendente a Jo largo de fa jerarquia. En los sistemas de clases cerrados existe escasa movilidad vertical. Como vere- tos, en su grado extrmo, los sistemas de clases cerrados se asemejan mi cho alos grupos de minorias érmicas y racales. 509 Las dimensiones emic y etic y la conciencia de clase La clase os un aspecto de fa cultura en el que se dan las més acusadas dife~ rencias entre las perspectivas emic y etic (Berzeman, 1981. p. 18). Muchos ‘lentficos sociales acepten la diferencias de clase como algo seal o impor tante solo cuanda son pereibidas o actuadas conscientemente por las perso~ tas implicadas en ellas, Sostionen que para que un grupo sea considerado coma una clase, sus miembros deben tener una conciencia de st propia {dentidad, mostrar un sentci comin de solidaridad y realizar intentos orga~ nizados para promover y proteger sus intereses colectivos (Fallers, 19775 5: Parsons, 1970). Ademds, algunos cientificos sociales (véase Bendix y Lipset, 1966) creen que las clases existensinieamente cuando personas con formas y cantidades similares de poder social se orgesizan en asoviaciones coleetivas tales como partidos politicos o sindicatos. Sin embargo, otros Cientficos socisles cteen que los rasgos mis importantes de las jerarquias ‘eclases son las concentraciones reales de poder en determinados grupos y la careacia de poder en otto, prescindiendo de que las gentes afectadas sean ‘oo conseientes de esas diferencia y prescindiendo de la existencia de or- ‘ganizaciones eolectivas (Roberts y Brintnall, 1982, pp. 195-217). ‘Desde una perspectiva etic y conductual, una clase puede existir inchuso cumdo sus miembros nieguen que constituyan una clase ¢ inciuso cuando, ten Ingar de organizaciones colectivas, tengan organizaciones que compitan tenuie si como corporaciones rivales de negocios o sindicatos rivales (De ‘Mott, 1990). La raza de esto consiste en que las clases subordinadas que carecen de conciencia de clase no estén, ofviamente, exentas de It domina~ Cdn de las clases dirigentes. Andlogamente, las clases dirigentes que con tigven elementos compettives ¥ antugsnicos dominan, sin embargo, @ os ‘que carecen de poder socal. Los miembros de las clases dirigentes no nece- sitan formar organizaciones permanentes, hereditarias, monoliticas y conspi- adores para proteger y aereventar sus propios intereses. La lucha por el ‘er denito de la clase dirigeme no tiene por qué producir una aheracién finndemental en la balenza de poder entre las clases. Le Tueha por el control politico Hevada a cabo por distinas facciones en el seno de Ins elites dit fentes comuistas de China ba dejada més o menos intacta Ia jerarquia de Clases en ese pais. Andlogamente, la competicién entre distinias corpora ‘ones de los Estados Unidos apaya mas que subvierte la posicién de la cla- seejecutiva. Por supuesto, no se pone e7 duida la importancia de tas creenetas de un pueblo acerca de Is forme y origenes de su sistema de estratificaciém, Le onciencia de an destino comin enite los miembros ée une clase oprimida ¥ explotada puede muy bien levar al estallido de una guerra organizada en fre les clases, La conciencia es, pues, un elemento en Ta Tucha de clases, ero noes la causa de las diferencias de cise. SSERETO 13, Las grupos astatificedas La explotacién econémica El control de un gran poder por parte de una clase en su relacién con ota Permite a los miembros de la clase mis poderose explotar @ los de la més, 4bil. No hay ningiin significado generalmente aceptado del términe explo- tacién, pero podemos identifica las condiciones bisicas responsables de la explotacin econémica por referencia a la discusién anterior de la recipro- cidad y la redistribucidn (capitulo 14). Cuando es equilibrada la reciproci- dad o cuando los redistibuidores se quedan con los «pasteles rancios y fos Inucsos», no existe explotacién econémica (p. 480). En eambio, cuando la reciprocidad no es equilibrada o los redistribuidares empiezan « quedarse con la wcare y la grasa», &ta puede estara punto de desarrollars, ‘Segiin las teorias de Karl Marx, todos los trabajadores asalariados som explotados porque el valor de lo que producen es siempre mayor que el de su paga. Andlogomente, algunos antropélogos adoptan el punto de vista ée que la explotacién comienza en el momento en que existe ua flujo esiructurado de bienes y servicios entre. dos grupos (Newcomer, 1977; Ruyle, 1973, 1975). Frente a esta vision eabe aducie que las aetivi- dades de patronos y redistribuidores estraiiicados pueden produci una rmejora en el bienestar de la clase suboedinada y que sin el liderazgo de Jos empresarios o la clase dirigente, todos saldrin peor parados (Dalton, 1972, 1974). Por tanto, no puede afirmarse que toda desigualdad en el poder y en el nivel de consumo implique, necesariamente, explotacion, Si gracias ‘a las ecompensas que se otorgan a la clase dirigente 0 que ésta se apeopia, <1 bienestar econimico de tacas las clases mejorn constantememte, no pate ‘ce adecuado referirse « las personas responsables de esta mejora Como &X- plotadores. Se puede decir que existe explotacién cuando se dan estas cuatro condi- ciones: 1) la clase subordinada experimenta privaciones respecto a necesi- dades bisicas tales como comida, agua, ar, luz solar, ocio, asistencia mé- dica, alojamiento y transport; 2) le clase dirigente gaza de tna abundancia de Lujos; 3) los lujos de que disfrta la clase dirigente dependen del trabajo de Ia clase subordinada, y 4) las privaciones que experimenta la clase su- bordinada se deben a la negativa de la clase dirigente a aplicar su poder a la produecion de articulos de primera nevesidad, en vez de articulos de Iujo, y a redistrbuirlos entre la clase subordinada (Boulding, 1973). Estas condi- ciones consttuyen una definiion etic y conduetual de la explotacin, Debido a fa relacidn enire la explotacién y el suftimiento humano, el estudio de Ia explotscidn constituye una importante responsabilidad para tos cientificos sociales interesados en In superviveneia y bienestar de nuestra especie. Debemos procurar que el estudio de la explotacin se He- ‘ve a cabo en el terreno empirico y con la debida consideracién hacia sus componentes mentales y emic, ademds de los de tipo etic y conductust (Brown, 1985). 511 Las clases campesinas [Alrededor dél 40 por eiento de la poblacién mundial se gana 1a vida en la agriultura formendo parte de un tipo w otro de clase campesina. Los eam- pesinos son Jes productores de alimentos subordinados de las sociedades EMttales que emplean teenologias preindustriales para la producciéa de ali- snentos y que pagan une Tenta en forma de servicios, cosecha, dinero o ita- ‘pusstos. Fl tipo de pagos que se extra de los eampesinos define 1s rasgos Esencales de inferioridad estructural. Se extraen muchos tipos diferentes de ‘pagos de fos campesinos, pero «los campesinos de todas las épocasy luge fee son estructuraimente inferiores» (Dalton, 1972, p. 406). ‘Cada tipo importante de eampesinado es objeto de wna vasta literat- ta. Los antropélogos han estudiado mis a los campesinos que a los pue~ blos organizados en aldeas o que 4 los cazadores-recolectores (Pelto y Peito, 1973), Se pueden distinguir tres tipos principales de clases campe- 1. Campesinas feudales, Estos campesinos estin sometidos al control ae una clase dirigente hereditaria descentralizada, cuyos miembros se po poicionan asistencia militar mtu, pero no interfieren en los dominios teri- foriaes entre allos. Los campesinos feudales, o «siervos», heredan la oper~ funidad de wikizar ana parcela de tierra en concreto, por tanto se puede {ete que esti eligados» a la tierra, Por el peivilegio de cultivar sus pro- ‘Mos alimentos, los eampesinos feudales pagan una renta al eft en especie en dinero, La renta también puede adoptar Ia forma de trabajo de servicio fen les covinas, establos © campos éel seior. “Aigunos antropélogos, sigtiendo la pista de Jos hstoriadores del feuds ticmo europeo, deseriben les relaciones feudales mAs 0 menos como tn iA tercambio de bligaciones, debetes, privilegis y derechos tnatuos entre el sedory el siervo. George Dalton (1969, pp. 390-391) enumera, por ejemplo, fos servieios y recompensas otorgados por los seiores feudales europeos @ Jas campesinos: — Concesién a los campesinos del derecho a user Ia tierra pars su sub- sistencia y ¢ cabrar por las casechas. — Proieccié militar (p. ej, santa los invasores), ‘— Proteceidn policial(p. ej, eonira el robo). Servieios juridicos pars arreglar dispwtas — Banquetes pata los campesinos en Navidad y Semana Santa; tanibien regalos de cosech, _— Donaciones de alimentos a los eammpesinos los dias que éstos taba- jaban en los compos del sefior _ Provisions de emergent de alimentos durante Ios desastres. ‘eae TE 19, Las grupos estratificadas Dalton niega que los campesinos feudales sean explotados porque 10 se sabe si wel campesino pagaba al sefior mucho més de lo que recibia a cambio», Otros antropélogos sefialan que la raza de que los campesinos feudales sean winferiores estructuradosy es que la clase dirigente feudal Jes priva del acceso a la terra y a sus recursos de subsistencia, lo que es tntitesio al principio de reciprocidad y redistribucion igusitaria I inter Ajo de bienes y servicios enumerado por Dalton simplemente perpetua la inferioridad estructurada del campesino. El regalo que alteraria esta re lacién —el regalo de Ja tierra, la fiberacién de renta o impuestos— nunca se da Lahistoria sugiere que la inferioridad estructurada del campesino feudal rara vez es aceplable para los campesinos. Una y otra vez ef mundo se ha visto convuisionado por revoluciones en tas que los campesinos Juchaban, com la esperanza de recuperar e libre acceso ala tierra (E. Wolf, 1969). Muchos campesinos feudales deben su existencia a la conguiste militar, ¥ esto confiere un mayor énfasis sobre la naturaleza de explotacién de las telaciones sefior feudal-siervo. Por ejemplo, 1a Corona espatiola recompen- s6.a Cortés y Pizarro y alos otras conquistadores con sefiorios en grandes zonas de los territorios que ellos habian conquistado en México y Pera. Los ros impuestos y demandas de trabajo que se exigian a los nativos ameri- ‘eanos que habian sido eonquistados contribuyeron mis tarde a la previpit~ da disminucién en su nimero (Dobyns, 1983; C. Smith, 1970). ‘Aunque el feudslismo y e] campesinado feudal estin desapareciendo ri ppidamente del mundo, una berencia de larelacin de clases feudal constitu ye un componente importante del subdesarrllo de muchos paises del tercet mundo. Esta herencia permaneve con fuerza en varios paises de América centrat x dal sur, especialmente en Guatemala, Salvador, Ecuador y Peri. En estos paises, la propiedad de la sierra sigue concentrada en grandes fincas que son propiedad de un reducido nimero de familias politicamente poderoses. Los campesinos que viven en estas fincas o en sus alrededores dependen de los grandes propictarios para acveder a la terra, el agua, los préstamos y las ayudas de emergencia, La enorme disparidad entre los propietarios de tierra y las relaciones semnifeudales entre los propietarios y los campesinos subyace tras los movimaientos guerrilleros que se extienden por toda esta zona (S. Stern, 1938), 2. Campesinos de Estado agrodirectivo. Donde el Estado esti fuerte- mente centralizado, como en el antiguo Peri, Egipto, Mesopotamia y China, Jos campesinos pueden estar directamente sujeos a! control estatal, ademas de, on ausencia de, un control de una clase sefloral local. A éiferencia de Jas campesinos feudales, los campesinos agrodirectivos estin sujetos a fre- ‘cuentas reclutamientos para brigadas de trabajo extraidas de lus aldeas de todo el reino para constuir carreeres, diques, canales de icrigacién, pala- ios, ersplos y monamentos (Yates, 1990). A cambio, el Estado realiza un 513 esfuerzo para slimentar @ sus campesinos en caso de escaser.alimenticia provocada por sequias u olres calamidades, El penetrante control burocrit {co sobre la produccién y los estlos de vida en los antiguos estados agro rectivos ha sido comparado a menudo con el ‘rato que hasta hace poco en- contraban los campesinos bajo el gobierno comunista en China, Albania y Camboys. El Estado en estos paises era todopoderoso, y establecia euotas de produecién, controlaba los precios y-extraia impuestos en trabajo y en especie. 3, Campesinos capitalists. En Africa, Latinoamérica (fig. 19.2), India yy sudeste de Asia los tipos de campesinado feudal y agrodirectivo han sido Sustitidas por campesinos que disfrutan de crecientes oportunidades de comprar y vender sierras, trabajo y alimentos en mercados compettivos. La mayor parte del campesinado que existe en el mundo actuelmente pertene- ce @ esta categoria. Las variedades de inferioridad estructurada dentro de este grupo desafien cualquier taxonomia sencilla. Algunos campesinos c2~ pialistas estin subordinados 2 grandes propictarios; otros lo estan a los bancos que mantienen bipotecas y eertficados de pago. En las zonas mas aisladas 0 iniproductivas las propiedades pueden ser muy pequefias, dando Togar a Ja aparicién del fenémeno conocido como «capitalismo del céat ‘mon (vase fig. 19.3) (esto es, Ia freenente compra y venta de pequefias ‘cantidades de tierra y productos artesanos). ‘Los campesinos capitalistas se correspanden eon io que Dalton llama ‘ecampesines primitivos modernizados», Muestran los siguientes rasgos — srrendamienta de tieras comesciates. — Predominio de la produceitn para la venta en metic. Figure 192 Campesinos pervanos a expose det homie se patatas nents eee. 19, Los grupas estatificados Figers 193 Compe sesatranos ‘Obeserense fos minlseu- los mints en as e+ carps Ladera — Creciente sensiitidad hacia los productos nacionales y los mercados de trabajo. — Comienzos de modernizacién tecnoligica ‘Aunque muchos campesinos capitalistas poseen su propia tierra, no esca- pan sl pago de renta o su equivaleote. Muchas comunidades de campesinos {erraenientes constituyen reservas laborales para plantaciones y grenjas ‘ms grandes y fuertemente capitalizadas, Los eapitalistas del eéntimo son obligados frecuentemente a trabajar por un selario para estas grandes plan- taciones. Los campesinos del capitalismo del céntimo no pueden conseguir suficientes ingresos para satisfacer sus necesidades de subsistencia de la venta de sus productos en ol mercado local. Une pregunta recurrente en lo que atae a as dificultades de las modernas comunidades campesinas es hasta qué punto son victimas de sus propios valores (Kahn, 1985; Peletz, 1983), Por ejemplo, se ha observado « menudo {gue los campesinos son muy desconfiados de las innovaciones y se aferran A sus viejos estilos de hacer las cosas, Partiendo de st estudio del munici- pio de Tzintzuntzan en el Fsiado de Michoacén, México, George Foster (1967) ha desarrallado una teoria general dela vida campesina basada en el cconcepto de In «imagen del bien limitadon. Segin Foster, las gentes de ‘Teintzuntzan, como muchos campesinos del mundo entero, ereen que la vida es una lucha monétena, que muy poca gente puede «atiunfar> y que solo pueden mejorar su vida a costa de los dems. Si alguien intenta algo nuove y tiene éxito, el esto de Is comunidad fo toma a mal, se vuelve envi- diosa y desprecia al individuo «progresista». De abi que muchos eampesi- ros teman cambiar su estilo de vida por no despertar la eavidia y hostlidad de sus amigos y parientes, ‘Aunque no cabe duds de que una imagen de Ja limitacion de To bueno existe en muchas aldeas carpesinas de México y otros lugares, no estécla- ro el papel que desempeiia en impedir e] desarrollo econémico. Foster porta numerosos datos que hacen dudar de a importancia de la imagen del bien limitada en Tzintaantzan (fig. 19.4). Relate la historia de oSmo un proyecto de desarrollo comunitario, patrocinado por las Naciones Unidas, fbtuvo inicialmente un gran éxito, pero acabé en un desastre que poco te- ria que ver ean os valores de los lugarofos. Ademis, la mayor parte de los ingresos monetarios de fa comunidad los hen obtenido trabajando como ‘rabajadores emigrantes on Fstados Unidos. Para eruzar le frontera, Ios bra~ eros deben soborner,intrigar y pasar muches epuros. Sin embargo, el $0 194 La bwagee (ben iniado CConapesins do Taino an cen safari de ‘reac caer, 19, Los geipos estratficados por ciento conseguia pasar la frontera, «muchos de ellos diez veces 0 mis» (Poster, 1967, p. 277). ‘Como sugiere el mismo Foster, la wimagen del bien limitado» no es una itusién paralizane, sino mis bien una evaluacién realista de fos hechos de Ja vida en una sociedad en Ja que el éxito o fracaso econimico es capricho- 50 y depende de fuerzas que escapan totalmente al control o comprensiin Ae los Iugareios (vase cuadto 19.1). Con el paso del tiempo, ha quedado claro que muchos de los prayeetos| de desarrollo con la participacién de oumerosos expertos en México ham te- sido menos éxito que los esfuerzos de desarrollo realizados por Ja misma gente con el capital acumulado trabajando como emigrantes. Como ha ar- ‘shido James Acheson (1972), que estudi una comunidad cereann a Tzint- ‘zuntzan, el desarrollo no ocurrira sin-oportunidades econdmicas tealistas, Si las oportunidades se presentan, algunos individuos siempre las aprove- ‘hatin, prescindiendo de la imagen del bien limitado: «Lina eosa es afitmar ‘que los tarascos (la gente de la regién de Tzintzuntzan} son recelosos, des confiados y reacios a la cooperacion; y otra muy distinta suponer que esta falta de cooperacién excluye toda posibilidad de un cambio econdmico po sitivo» (Acheson, 1972, p, 116S; véase Acheson, 1974; Foster, 1974), | Cuadro 19.1 Un mundo con el bien limitado Pues la verdad subyacente y fundamental es que, en una economia como | ta de Tziatzuntzan, el trabajo dura y at ahorto son cualdades morales de 4 escasisimo valor funcional. Debido a las linitaciones que pesan sobre la | Bera y la tecnologfa, el trabajo duro adicional no produce un incremento signifcatvo en larenta, No tiene sentido hablar de ahorto en uns economia de subsistencia, puesto que naxmalimente no hay excedente que ahorar, Le previsién, junto con una. planificacion cuidadoss det futuro, también es ‘ura virtud de dudoso valor ef un mundo en el que hasta los proyectos | for dseRas han de fundarse en el arary ol apie | moms Cee te 8038 Clase y estilo de vida Las clases difieren unas de otras no sito en el poder que detentan per capi ra, sino también en arplias areas de peasamiento y conducta pautados I mados estilo de vida. Los campesinos, los tabajadores asalariados indus twiales urbanos, las gentes de clase media que viven en las afueras y los 317 geen 395 Casey esto de vida Elsa el Brows industiales de la clase alta tienen diferentes estilos de vida (figs. 19.5 ¥y 19.6). Los comtrastes culturales entre las especialidades en el estilo de ‘Vida ligadas a la clase son tan grandes como los contrasies existentes entre Jn vida en wn igh esquimal y Ja vida en una aldea mbuti del bosque Itui Por ejemplo, lz ex seiora de Seward Prosser Melion tenia un presupuesto omiésticn 42 730,000 délares al alo, excluidos tos 20,000 délares para ef pperzo de la familie (Koskoff, 1978, p. 467). in otras palabras, as elases tienen svs propias subcuftaras, integrades por pautas de trabajo, arquitectura, mobiliario, dicta, ropas, rutinas domés- ficas, releciones sexuales y practicas de apareatniento, ritual migico-reli- oso, arte e ideologia distintivos. En muchos casos, las clases htblun con Acentos distintos, haciendo dificil la comunicacién entre ells. Debido a fa fexposicién de partes del cuerpo al sol, el viento y ficciones que producen ‘llosidades, las personas de Ia clase obrera tienden a tener aspects dife- rentes de los de sus «superiores». Ottas distinciones son resultado de espe- cialidades dietésiens —en un tempo, rico y gordo fueron sindnimos. (En la fctualided, en les sociedades capitalistas évanzadas In obesidad es signo de tuna dicta sobrecargada de azticares ¥ grasos, unida ala falta de ejercicio, y se asocia con la pobreza en vez de con la riqueze.) Durante casi todo el eur~ So evolutvo de las sociededes estufieadss, 1o ientdad de clase ha sido ton explicta e ineguivoce como la distineién entre varén y hembra. Para ol ‘carpesino de la dinastia Han, el ploneyo inca o el siervo ruso, era inconee- bible sobrevivir hasta la madurez sin saber e6mo reconocer @ los miembros de las clases «superioresy. Le duda se disipaba eu smuchos e250 por los modelos de vestidas impuestos por e! Estador sélo Ia nobleza china podia ‘stir ropas de seds; slo los seftores feudales europeos podian porta puto [es y espadas; silo Los gobernantes incas podian llevar adomnas de aro. Los tratsgresores eran ejecutados. En presencia de sus «superiores, los plebs- yos todavia realizan rtuales definidos de subordinacién entre los que bajar la cabeza, quitarse el sombrero, aparar los ojos, arroillarse, hacer reveren= cas, arrastrarse a los pies y goardar silencio, ano set que se les ditija la pa labra, son prfcticas east universal. En mitchas partes del mundo, a identidad de clase continda siendo mar- cada ¢ inequivoca. En la mayoria de las naciones contemporineas, ls dife- elas en ls estilos de vida vinculados a clases muestran pocos visos de isminuie o deseparecer. De hecho, dada la convergencia de los antiguos paises comunistas hacia economias de mereado, pueden estar acrecentén- dose los extremos de pobreza y iguza. El contraste entre Ios estilos de vida te los ricos y poderosos y los de la gente que vive en poblados campesinos en barriadas urbanas de chabolas.(fig. 19.7) pueden ser incluso mayores {gue antes. Durante las épocas recientes de progreso industrial, las clases {gobernantes de todo el mundo han pasado de palanquines a Mercedes y reactores privados, mientras que sus subordinados earecen hasta de un asno ‘una pareja de bueyes, Las elites actuales vuetan en reactor a los mejores ‘eentros médicos del mundo para ser tratadas con la tecnologi« médica mis avanzada, mientras que ua vasto nimero de personas menos afortunadas ‘munca han oido kablar de la teoria de los gérmenes de las enfesmedades ¥ fan siguiera pueden afrontar el precio de un frasco de aspirinas. Les elites Figura 196 Cavey eto devia ‘Miami Bench, 519. Figura 187. Seborbio de Caracas [is gente que vive en clabols en Tas cindades de Lstinoamésica a menudo disruta de Tas mejaes vist ya que los bloquas de sparamentos nose consryeroa eo is colinas ‘Sebido ala Sade sgt. Esto significa que a gente que habit en ells tene que subs ‘Tig colina stviba en bidores, asisten a les mejores universidades, mientras que alrededor de mil millones de adultos de tao el munde son analfahetos (Banco Mundizl, 1991, p. 36). «La cultura de la pobrezan Al estadiar los problemas de Ia gente que vive en chabolas y barrios bajos turbanes, Oscar Lewis descubrié indicios de un conjunto caracteristico de ‘valores y prdctioas que Hlamné «cultura de 1a pobrezay, Aunque no son exc tariente comparables punto por punto, los conceptos de a cultura de Ia po- ‘breza y de Ja sdmagen Gel bien Emitagon se asemejan en muchos aspectos y representan intentos similares de explicar la perpetwacion de la pobreza ‘centrindase on Iss tradiciones y valores de los grupos indigentes, y ambas resultan erténeas por similares razones, Oscar Lewis (1966) describe a los pobres de les ciududes de Mexico, Nueva York y Lima (fig. 19.8) como se- res temerosos, recelosos y apitiens hacia los principales instituciones de la sociedad més extensa, como gentes qué odign a 1a poticfa, desconfian del REND 19, Los grapes extatitcagas Figura 198 Chablis de Lima avid etre un mont de bess gobierno y «tienden a sercinicos frente la Iglesiay. También poseen «uta fuerte orientacién hacia el presente con una disposiején relativamente pe queia para diferi a gratificaciéa y planear el Futuro». Esto implica que le gente pobre esta menos dispuesta a ahosrar dinero y mis inleresads en ‘cgastérselo en el momento» en forma de equipos estereofonices, televisio~ nes en color, opas ala lima moda y coches Tlamativos. También implica {que los pobres «despilfarran» sus ingresos emborrachandose 0 haciendo compras dilapidadores, A} igual que George Foster, Lewis reconoce qu hasta cierto punto, a cultura de Ie pobreza constituye una respuesta racio- nal a las condiciones objetivas de impotencia y pobreza: «na adapiaciéa y tina reaceidn de los pobres ante su posicién marginal en una sociedad estra~ tificada en clases» (Lewis, 1966, p. 21). Pero también afirma que, una vez que surge, la cultors de la pobreza tiende a perpetuarse: ‘Cuando tos nfs dels barrios bsjos cumple ses siete aos, normalmente yo tan ‘stilado fas attadesy vale biscos desu subeotura, A pane de este momen, ya bo estin prepaadospricoligcamente para sacar leno provecho Gls cambios en ks onciones oles oporanidades de progreso que puedan spareceren el rarscurso de 5 vide bid. Lewis propone que silo el 20 por ciento de los pobres urbanos tiene en reae Tidad Ja cultura de la pobreza, Jo que implica que el $0 por ciento restate 524 pertenece a la categoria de aquellos cuya pobreza proviene mas bien de condiciones infraestrzcturales que de las tradiciones y valores de una cultu- 11 de la pobreza. E1 concepto de cultura de la pobreza ha sido objeto de cri- tica, teniendo en cuenta que los pobres tienen muchos valores distintos de Jos subrayados en la cultura de la pobreza, que comparten en comin con otras clases (Leeds, 1970; véase Patker y Kleiner, 1970; Valeutine, 1970) ‘Aunque los pobres pueden tener algunos valores propios distintos de los riembros de otras clases, no tienen por qué ser necesariamente perjudicia- Jes, Helen Icken Safa (1967) ha demostrado, por ejemplo, que las pautas de cooperacién desarrolladas entre vecinos son frecuentes en barrios bajos ¥ de chabolas, ¥ el mismo Oscar Lewis (1961, 1966) ha demostrado, con de- claraciones grabadas, que muchos-individuos atrapadas-en la pobreza al- canzan, a pesar de todo, una gran nobleza de esprit, Los valores que se dice son distintivos de los pobres urbanos los com- parte tambign Ta clase medis. Por ejemplo, desconfiar del gobierno, los politicos y las religiones organizadss no es tun rango exclusiva de la clase indigente; como tampoco lo es la tendencia a gastar por encima de las ro- ‘cursos propios. Se dispone de pocos elementos de juicio que indiquen que Ta clase media en su conjunto se las arregle para vivir sin sairse de su pre- supuesto mejor que la gente pobre. Pero cuando los pobres administran mal sus ingresos, les consecuencias son mucho mas graves. Si el cabeza de una Familia pobre cede a la tentacidn de comprar articulos no esenciales, sus {os pueden pasar hambre o su esposa queda sin asistencia médica, Pero es- tag consecuencis son el resultado de ser pobre, no de una diferencia de- 1ostrable en la vapscided de diferirla gratificaciéa. Elestereotipo del pobre imprevisor enmascara una ereencia implicita en ‘que los segmenios empobrecidos de Ia sociedad deben trabajar duro y ser ands ahorradores y pacientes que los miembros de la clase media. Atvibuir la pobreza a valores de los que cabe responsabilizar a los mismos pobres es tuna manere de tranguilizar la conciencia (Piven y Ctoward, 1971). «Entonces, zquién tiene la culpa?» 1a tendencia a culpsr a los pores de sa situacién no es privativa de los siembros relativamente opulentes dela clase media. Los mismos pobres o ‘casi pobres son a menudo tos partiderios mis ucérrimas del punto de vista ‘dr que la persons que realmente desee trabajar siempre encontrara empleo, Esa actitud forma parte de una vision del mando més amplia que dermues- tra escasa comprensin de las condiciones politico-ecanémicas que hacen Is pobreza inevitable para algunos. Lo que hay que ver como un sistema, se ve puramente en téminos de fallos, motives y opciones individusles. De ahi que los pobres se vuelvan unos contra ots08 y se culpen mutuamente de su dificil siuacién, SOEREZT 19, Los grupos estratificados Figura 199 Pasble de Tee Tee pescadores_oreglan ss reea. El trabajo duro fs tadicionalmente pate (dela vide de exteSapero hibit En un estudio sobre una comunidad de Terranova llamade Squid Cove, ‘Cato Wadel (1973) ha mostrado cmo un problema estrueteral de desem- pleo, producido por factores que escapan al control de Is. comunidad local, puede dar lugar a una interpretacién tendente 2 enfrentar @ unos vecinos fon otros. Los hombres de Squid Cove se ganan Ia vida en la expfotacién forestal la pesca y Ja construccion (fig. 19.9). La mecanizacién de la ex plotacién forestal, el agotamiento de los bancos de pesca y la especial. Zacién de los ofieios de Ja construccién han dejado # Ja mayoria de tos hombres sin un medio estable de ganarse la vida durante todo el aio, Un cierto nimero ce hombres, en especial los que tienen families numeroses y ‘yao se encuentran en plenitud fisea, se han incorporado ala listas de de- ‘empleo, Al actuar asi, deben estar preparados para librar una lucha deses~ perada a fin de conservar su amor propio frente ala tendencia de sus veci- bos a considerarles como gandules que «no hacen nada por el dinero que reciben. Lo que es especialmente terible en la dificil sttacion de estos hombres acogidos al subsidio de desempleo en Squid Cove es que tos habi- tantes de Terranova han destacado durante mucho tiempo por su severa éti= ca de trabajo. Muchos de los beneficiaris del subsidio de desempleo traba- jaron antallo en empleos no evalificadas sumamente arduos. For ejemplo, 523 el principal informante de Wadel, George, trsbajé como lenador durante veintinueve aflos. Geosge dejé de cortar drboles porque se dislocd wn disca e su columna vertebral. La lesion fue suficiente para impedirie competir Por los puestos de trabajo no cualificados mejor retribuidos, pero no para permitirle beneficiarse de alguna prestaciin social como tabajadorinvali do. George afirma estar dispuesto a trabajar siempre que el empleo no sea emasiado duro ¥ no le exija abandonar la casa que posee en Squid Cove: «Deseo trabajar, pero no hay ningrin empleo por aqui. «Entonces, quien tiene la culpa de esto?>, se pregunta. Otros estin en desacuerdo. En Squid Cove, el subsidio de desempleo se concibe algo asi como: «nosotros», los contribuyentes, les damas a «ellos. los parades. No hay ningin sentimien- ‘to.generalmente aceptado de que el gobierno o Ia sociedad tengan Ia res- pponsabilidad de aseyurar un empleo apropiado: la responsabilidad de en- contrario recae sobre el individuo y nadie mds (véase cuadro 19.2). = ee Cuadro 19.2 gDe quién es la culpa? | erie por gut eligi estudiar ta if stuacn ce las benefcris det Estado de bienestar, Cato Wadel escribe que «porto dicho hasta ahora | I deberia quedar claro que no tengo la menor éuda sobre quién tiene la pat : | pa no a tee tnd en para. Sete estas sinters | | exon enncds slay tosh ue es el dsenpeo en tele | provoce une conducta en el parado que hace que la gente culpe del de- > | sempleo al individuo, pero no a la inversa: que una actitud especial 0 un | defect persona sean a causa del eserpco | ruowre Weel 193,921 Pobreza en Napoles ‘Thomas Belmonte vivi6 durante un afo cn un barrio bajo de Népoles, ta- Tia, ana ciudad que es conaciéa como a «Calcuia ée Europan. Belmonte describe el barrio de Fontana del Re (vase cuadro 19.3) como wn lugar ba- bitado por un subproletariado, 0 clase baja, que earecia de un empleo estar ble y que produce tan poco que io se puede decir que sean explotado si- quiera, ya que no tenia nada que se le pudiera quiter, Habia gente, como Gabriele, que recogia chatarra y is desguazaba con Ia ayuda de sus cuatro hijos, pero que también Hlevabs una pequefia tienda durante ef dia y condu ia un taxi pare prostinutas por a noche. Otros eren marineros a tiempo par- cial, camareros, empleados de bares, ucbajadores portuarins, Dasureros y Bie eral 29, Los grupos estranmncacos ———___.__ $$$ eee Cuadro 19.3. La fuente rota i= barras de hieo hasta gue quedaron satisfechos y no quedabs nada Secreta dh vont: Belmonte, 157, p44, 1moz0s de mucanzas. Algunos cuidaban perros, otros eran tiombres de mil- tiples oficios. Algunos eraa contrabandists, raficantes de droga, carteris- tus, ladrones de tirda de bolso y ladrones de todo tipo con dedieacién plena. ‘También habia modistas, vendedores de flores, mendigos y viejes mujeres que incrementaban sus escasas pensiones «vendiendo cigarillos y condo~ nes de eontrabando, y grasientos bocadillos y vino tan malo que te quema hhaciéndote un agajero en las tripas». Los nfos de Fontana del Re realize jpequefios trabajos que les reportan 33 centavos a Ja hora aproximadamente. Pepe, e) hijo de un zapatero, de 11 afios de edad, tenia un trabajo en una tienda de reparacin de televisores; su cara y su pecho estaban marcadios de cicatrives de tubos defectuosas que estallaron cuando ios estabe probando. ‘Varios nifos del barrio hacian saqueos discios abriendo con palanca fos ma- Ieteros de los coches aparcados. Orros nifiosTlevaban bandejas de café ex- preso 8 ofieinas y tiendas, ‘La gente de Fontana del Re tiene muchos de los rasgos de I cultura de la pobreza definidos por Oscar Lewis, Pero Belmonte caracteriza la mayor parte ‘de estos rasgos en la carencia de dinero y de un empleo estable(cundro 19.4). Minorfas y mayorias ‘Ademés de las clases, 1a mayor pate de is sociedades estatales se allan esttatificadas en grapos llamados raciales y étnicos (R. Cohen, 1978), Fs- tos grupos, denominados a menudo minorias © mayorfas se diferencian Ge 525 | Cuadro 19.4 Cultura 0 pobreza? eee oo aie occas ‘tros vitales sensatamente y a granel. Colocan muchos controles culturales = eer ees eee eee Scones | CLASSE Sa RSs Noe Caeceee tr pce, no estan integrados en las corientes politcas e ieologicas de la cultura de mésas. Habftan en un mundo conectado y aparte det mundo principal, ‘un mundo denso y atestado, sumergido; un mundo ordinario, vociferante, | aresv, donde el crden moral es consdeado como un fou que celta el ascendente histrico de la astuca y la fuerza. pre Benonte, 196, 7.366 t 29, Los grupos estratficados Se Tas clases en tres aspectos: 1) poseen, 0 poselan, tradiciones culterales pro- pias de otra sociedad 2) sus miembros pertenceen a menudo a diferentes tlases y 3) sus miembros son conscientes de su existencis como grupo se prado del resto de la poblacion ‘La divisin en minorias raciales Sinicas o culturales depende del eriterio bbisieo de pertenencia al grupo que se aplique, que son principalmente ta apariencia fisica, el origen comin en otro pais 0 regién, o la posesién de un estilo de vida distintvo. En la realidad, sin embargo, todos esos riteios s& ddan en un niimero desconcertante de combinaciones diferentes. Es frecuen- te que se atribuyan diferencias raciales y culturales y wna ascendencia co rmnin a grupos que carecen de ellas, 0 que los propios afectados Ins reivindi- {guen sin razén, dando asi lugar a acusadas discrepancias entre ls versiones ‘mic y ete de Ia identidad grupal (ig. 19.10), Las minorias raciales y émicas son grupos subordinados o euya posicién es vulnerable ala subordinacién. El término mayoria se rfiere a los grupos taciales 0 éinicos de rango mds alto © més segura posicién que controlan el acceso al pode, al prestgio y ala riqueza. Ambos son terminos insatsfac~ torios, porque a veces las «azayorias», como sucede con los blancos en Su dafrica, son ampliamente superadas en nimero por las «minoriasy a las gue ‘explotan y oprimen, Sea como fuere, por el momento no se dispone de un sustinto Satistactorio para estos términos (Simpson y Yinger, 1972). El punto mas importante a rtener averca de las minors y las mayorins ces que estin invariablemente ligadas a uoa forma, més 0 menos manifiesta, de lucha econémica, politica y social para proteger o-cievar su posicién en el sistema de esiratificacion (Despres, 1975; Jiobu, 1988; Olzak y Nagel, 1986; Schermerhom, 1970; Wagley y Harris, 1958), Dependiendo de su respestiva peso demogrifico, us peculiares virmdes y debilidades eultur Tes, y sus ventajas o desventajasiniviaes durante la formaacién del sistema de estratificaci6n, su estatus como grupo puede ascender 0 descender en la jevarquia. Asi, aunque muchas minorias son objeto de atroces formas de discriminaciOn, segregacién y explotacion, otras pueden realmente distrutar de posiciones bastante altas aunque to dominantes Asimilacién frente a pluratismo La desaparicién de un grupo Stnico o racial mediante sw absorcién por una rmayoria se denomina asimilaciOa. El resurgimiento en tiempos recientes ddl Enfasis en la identidad &tnica o racial ha puesto de manifiesto que la asimilacién es una consecuencia mis bien rara de Ia interaceiOn minoria- mayoria, Determinadas formas de pluralismo multinieo o multiracial porecen ser mis comunes. Ahora bien, ¢s importante diferenciar entre la perpetuacién de grupos sociales multinicos ¥ multcraciales del manteni- Iiento de sus oulturas. Las minorias pueden adoptar el lenguaje de la ma 527 Figura 19.10 Ides nica “Tove esas personas entific como juss.) El hombre nacié en Yemen (3) 18 chien Inia. (6 La joven aaeiéen Mamucsosy (a oe dos muchechos en Inae yoris, perder sus viejas eadiciones étnies, hacerse cultaralmente andlogas 4 fe mayoria 3, no obstante, permanecer inasimifadas (et cambio no tiene por qué ser de uno sola de los Iados: la mayoria puede adoptar, a su vez, tuadiciones de la minora, fales como fiestas y platos étaicos —Ia festividad ide San Patricia o fs pizzs), ni tan siguiera los metrimonios cruzados tsnen por qué conducir a la asimitacién, Esto parece ser cierto en los grupos de inmigrantes europeos en Estados Unidos, como escoceses, alernanes, ja dios, ingleses, ranceses o italianos, cuyas tasas de exogamia oscilen aite= fdedor del 30 al 40 por ciento (Alba, 1990}. Estos grupos mantienen su ey by, 40s grap jdeotidad mediante el predominio de la filiaci6n ambilineal (véese p. 433) ‘por medio de la cual los hijos de matcimonios mixtos cambian de una iden- fidad étnica a otra cuando estan listos para ello. IE} énfasis en las diferencias en el lengugje, religion y ots aspectos de Jos estios de vida pueden inerementar el sentido de solidaridad de wna mi- nora y ayudar a sus miembros a competiren sociedades despersonatizadas, competitivas y estructuradas en clases. Por ejemplo, fos comerciantes y nombres de negocios judios, chinos, japoneses, griegos, siios, hindies o rmusulmanes a menudo disfrutan de importantes ventajas comerciales en situaciones sumamente competitivas. Leo Despres (1973) sugiere, sobre la base de su estudio sobre las relaciones entre affoamericanos e hindies em Guayana, que las identidades étnicas,raciales y culturales conficren venta~ jas competitivas respecto a los recursos ainbientales, El segmento hindi de Ta sociedad de Guayana, por ejemplo, esti mas arraigado en a terra que el negro, Asi, los grupos éinicos exhiben una amplia variedad de adaptaciones f diferentes nichos en los medios naturales y eultrales (Abruzzi, 19825 Barth, 1974), El problema es qve la fuerte Solidaridad de la minoria corre paralela all petigro de la sobreexposicign y sobreeteaccién, Al inantener y aumentar su solidaridad interna las minorias corren el riesgo de sumentar el resenti- rmiento de la mayoria y, en consecuencia, de convertrse cn el chivo expiato- slo de polticas de genocidio. El destino de los judios en Alemania y Polo tia, de los hindies en Africa oriental y del sur, de los chinos en Indonesia, yy de los musulmanes y shijs en Ja India son algunos de fos ejemplos mejor ‘sonocidos de adaptaciones con éxito de la minora seguidas de matanzas de -mase ylo expulsion. “Por fo dems, no hay que perder de vista que les minotias también estin estratificadas y que, por tanto, la perpetuacién de 1a, minoria puede repor- tarle mis beneficios a las clases alta o élites dentro de ellas que al miem- bro ordinario, Una razén importante para la perpetuacién de objetos y sim- polos pluralisias consiste en que los seamentos mas ricos y poderos0s, tanto de las mayorias como de las minorias,obtienen a menudo un poder ‘econémico y politico del mantenimiento de una identidad diferente para sus subordinados. Roger Sanjek (1972, 1977) estudié la relacion entre 23 gru- pos stribales» diferentes que viven en la ciudad de Accra, Ghana, y deseu- bri6 que, en términos de Lenguaje, conducta, vestimenta, zesidencia y ras- 1208 fucales, los grupos se distinguen poco unos de otros. Sin embargo, los ppolticos dependian fuertemente de sus identidades «ttibales» al competir ‘por earges publicos. Andlogament, la tngica historia del Libano no puede Comiprenderse prescindiendo de las fortunas privadss que tanto las elites Cristiana como musulmana han logrado amasar como resnitado del dilatado cconflicto comunitario Joseph, 1978). 529 Las castas en la India Las casts indias son grupos de fliacin cerrados, endoyamos y estratifica- dos, Guardan oumerosas seraejanzas tanto con las clases endégamas como con las minorigs racials, étnieas y cultural. Resulta imposible tazar una frontera precisa entre grupos como ls negros y judios en Estados Unidos o Tn elite inca o ls castas de la India. Con todo, fa jerarguta de castas india ‘posee ciertosrasgos que le son peculiares y merecen una especial atencién, Los raxgos peculiares de Tas casias indias tienen que ver con el hecho de que la jorarquia de castes es uno parte integral del hinduismo, la religion de la mayoria de Ia poblacion de la India. Esto no significa que uno tenga que ser hinds para pertenecer a una casta. También existen castas must ‘anas y eristianas en la India,) En este pais es cuestién de convieciéa rei giosa que no todas las personas son iguales desde un punto de vista espiti tual y que los dioses han establecido tna jerarquia de grupos. Esta jerarquia consiste en los cuatro principales varnas, o grados de ser, Sentin has tradi- ciones mas antiguas (p. ¢., los himnos del Rigveda), los custro varnas ceorresponden a as partes fisicas de Manu, cuya desmembracién dio origen al taza humana, Su boca se convirliéen los Brahmanes (sacerdotes), sus brazos en los Eshatrivas (guerrero), sus musios en los vaishayas (comer- ciantes' artesenos) y sus pies en los shuaras (crindos). Segén la Escritura varia de un individuo esté determinado por una regla de filiacién canrespande al varna de sus padres biologicos y es inalterable durante su vida, ‘La base de toda Ja monalidad hind es la idea de que cada varna tiene sus propias reglas de conducts, 9 «senda del deber» (harma). Con ta rnuerie corpora, el alma affonte su destina en forma de transmigrecién a un ser inferior © superior (karma). Quienes siguen la asenda del deber» se eneossrardn en un punto mts alto del cuerpo de Msmu en su siguiente reen~ camacién, La desviacion del dharma provocari un descenso, en la préxima reencarnseiéin del alma, al raago de pari o incluso animal (Long, 1987). ‘iro de los aspectos més importantes del dkarma es Ia prictica de cier- abies con respecta al mstrimenio, la elimentactén y el contacto fisico. E] matrimonio con une persona de vera inferior se considera normalmente ‘mpuro y comiaininados; tambien To es aceptar alimentos cocinados 0 toca- dos por personas de var inferior, y el simple contacto corporal entre un Ibrahinds y un shuadea esté prohibido (Fg. 19.11). En elgunas partes de le India habia castas que no sélo eran intocables sino también invisibles, y ‘que, por eonsiguiente, sélo podian salir de noche. Lo peor de estas restric- stones quedé ileglizado después que fa Iulia obtaviera sw independencia a ‘mediados de este sig. ‘Aunque fas Hineas generates de este sistena se aceptan en toda la India hindi (Long, 1987; Maloney. 1987s y b), hay enormes diferencias regiona- les y locales en los detalles mas deticades de la idoologia y préctica de las Flgera 8.1 Intosbis ara comprender ls ests de te o- dia ay que conterplarlas desde abajo. relaciones entre cast. La principal fuente de estas compliciciones es el hecho de que no es el varna, sino millares de subdivisiones internamente estratiiendas lamadas jas (0 subeastas las que constiuyen las woidades endégamas que fincioan en la prictica, Ademis, incluso jatis del mismo nombre (pe, lavanderos, zapateros, pastres, ee.) se dividen a su vez en ~ sulbgrupos endégamos ylinajes exSgamos (Klass, 1979. Las castas vistas desde arriba y desde abajo Hay dos formas muy diferentes de contemplar el sistema de castes, La vi- sidn que prodomins entre los occidentales se ajusta, en buens medida, a 2 «que corresponde a la perspectiva emie de la caste dominant de los brahma~ nes, Con arreglo a esta visién, cada casta y subcasta posee una ocupacién hereditaria que gerantiza a sus miembros los medios bisicos de subsisten- cia y seguridad en ol empleo, Las eastasinferiores rinden servivios vtales @ las superiores. Por tanto, las castas superiores, conscientes de su dependen 531. ciade las east inferiores, no abusan de ellas, ¥ en momentos de csi, las casias superiores les prestarén ayuda de emergencia en forma de comida 0 cxédites. Ademés, como la religiin hindé brinda a todos una explicacién ‘convineente de por qué algunos individuos son inferiores y otfos superio= 1, los miembros de las casts inferiores no se ofenden por ser considera dos como una fuente de contaminacién © impareza y no tienen interés en ‘modifica el estetus de su casta en la jeranquia local o regional (Dumont, 1970). La otra vision, desde abajo, hace que el sistema de castas indi resulte Ais de distingur de as minorias racales, éinicas y eulturales con que e ‘int familisrizados Tos accidentales, Los eriticos de Ia visién desde arriba ponen de relieve que en otto tiempo Jos blancos estadoumnidenses insstian en que la Biblia justficaba Ie esclavitud, que los negros recibian un buen tratg, que estaban contentos con la vide que Ies habla tocado en suerte y queino descaban cambiar su estatus. Segin Joan Mencher, que ha vivido + tabajado entre les castas intocables de la India meridional, ia visim dies. 4e arriba es tan errénea en el caso de Ia India como en el de Estados Uni- os. Mencher informa que las eastas inferiores no estén satisfechas con posicién en la vida y no ereen que las casts superiores les trten con equi ed, En cuanto ala seguridad que supnestamente proporeiona el monopolio sobre oficios tales como herrero, lavandero, barbero, alfrero, et, estas

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