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La infancia

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Considerar al niño como sujeto en crecimiento

El texto La infancia como construcción social de Sandra Carli nos permite hacer una reflexión
acerca de la sociedad contemporánea y la nueva visión del niño como un sujeto en crecimiento
y constitución.

La infancia como etapa importante en la constitución de los sujetos nos lleva a replantear y
redefinir políticas públicas, lógicas familiares, sistemas educativos que van modificando las
condiciones en las cuales se construye la identidad de los niños. También cabe hablar no de una
infancia sino de múltiples infancias, diferentes tránsitos de las mismas y cada vez más afectadas
por la desigualdad.

Esta multiplicidad de infancias están caracterizadas por las políticas sociales de los Estados, por
la incidencia creciente de los mercados y de los medios masivos de comunicación afectando la
escolaridad pública y la vieja imagen del alumno. "Los niños ya no son como antes" es un dicho
común que denota una percepción o interpretación de los adultos que se han quedado con la
imagen o recuerdo de sus infancias que ya no son más que parte de su memoria. Deberíamos
afirmar que la infancia no ha desaparecido, sino que "nuestra" infancia ha desaparecido y a la
que recordamos con anhelo o melancolía los que ahora somos los encargados de construir la de
otros. No se carece de niños sino de un discurso adulto capaz de plantear un horizonte futuro,
partiendo de las problemáticas actuales por las que atraviesan nuestros niños, un discurso que
oferte sentidos para un tiempo de infancia que está aconteciendo en nuevas condiciones
históricas.

Los medios masivos de comunicación han modificado la forma de acceso a la información y al


conocimiento y por esto las barreras entre adultos y jóvenes se halla desdibujada. En el terreno
social hay otros factores que contribuyen a afirmar que la infancia desaparece como lo es el
trabajo infantil, el delito infantil, autonomía temprana, adulterización. La probreza, la
marginación y la explotación social reúnen a las generaciones en un horizonte de exclusión
social que no registra diferencia por edad. El efecto de la globalización del mercado y el impacto
cultural del consumo a nuevas edades también contribuye a la exclusión social. Los medios y el
mercado se organizan en torno a los niños y los ven como potenciales consumidores, lo que ha
fundado una nueva "cultura infantil".
La infancia supone la posibilidad de que el niño devenga un sujeto social que permanezca vivo,
que pueda imaginarse un futuro, que llegue a tener historia. En la actualidad, a pesar de los
avances científicos y del reconocimiento jurídico de los derechos del niño, su vida sigue estando
amenazada por las políticas de ajuste y de desreponsabilización del Estado de su rol público.
Educar en la sociedad contemporánea requiere en buena medida volver a considerar al niño
como un sujeto en crecimiento, como un sujeto que se está constituyendo, que vive, juega,
sufre y ama en condiciones más complejas, diversas y desiguales.

Ficha: DE LA FAMILIA A LA ESCUELA (Sandra Carli Comp.)

TÍTULO DEL LIBRO: “DE LA FAMILIA A LA ESCUELA: INFANCIA SOCIALIZACIÓN Y


SUBJETIVIDAD”

DATOS BIBLIOGRÁFICOS: COMPILADORA SANDRA CARLI


AUTOR O AUTORES: SANDRA CARLI/ ALICIA LEZCANO/ MARIANA KAROL/ MARTHA
AMUCHÁSTEGUI
EDICIÓN: 1ª EDICIÓN
Nº VOLÚMENES: ÚNICO
LUGAR Y FECHA DE EDICIÓN: BS. AS 1999
EDITORIAL: SANTILLANA
Nº DE PÁGINAS (TOTAL): 127
Nº DE CAPÍTULOS Y SUBTÍTULOS DE LOS MISMOS:

CAP. 1: LA INFANCIA COMO CONSTRUCCIÓN SOCIAL;


CAP.2: LAS MIRADAS SOCIOLÓGICAS SOBRE LOS PROCESOS DE SOCIALIZACIÓN;
CAP.3: LA CONSTITUCIÓN SUBJETIVA DEL NIÑO;
CAP.4: ESCOLARIDAD Y RITUALES.

FICHA: Gladis A. Franco.

CONTENIDO (temas centrales)


La infancia es una construcción social que en cada tiempo histórico adoptó características
específicas. Como producción subjetiva la infancia no se da sin el encuentro con “otros”
significativos, por ello decimos que no hay un sujeto constituido desde los orígenes sino que
tiene que constituirse sujeto, éste niño como sujeto en construcción se formando a través de la
familia en primer lugar y luego con la inserción escolar donde se da el proceso de socialización
( es el pasaje del universo privado-familiar-, a lo público-social), aquí los individuos
aprehenden, aprenden y transmiten aspectos sustantivos y simbólicos del mundo social que los
involucra en un espacio y tiempo específico en el cual irán edificando su propia historia.
Todo ello en lo que se refiere a la construcción del sujeto; las relaciones entre mundo interno e
instituciones, la textura de ciertos vínculos, los procesos de socialización, el sentido de los
rituales, remite a pensar el sentido de la experiencia escolar, así como nuestro lugar y papel de
adultos responsables de la educación.
Con estos aportes se pretende construir una trama de conocimientos significativos para poder
pensar, interrogar y observar la constitución de los niños como sujetos, y desde allí desafiar a
una nueva configuración de las prácticas escolares y de las posiciones y decisiones de los
educadores.

CONTENIDOS POR CAPÍTULOS

CAPÍTULO. 1: LA INFANCIA COMO CONSTRUCCIÓN SOCIAL. SANDRA CARLI

Los niños por-venir: Los niños siempre son testigos y contemporáneos de un presente histórico
frente al cual percepción e interpretación de los adultos se hallan más mediadas por la
inscripción del pasado en su memoria generacional.
El niño como sujeto en crecimiento: Educar en la sociedad contemporánea requiere en buena
medida volver a considerar al niño como sujeto en crecimiento, como un sujeto que se está
constituyendo, que vive, juega, sufre y ama en condiciones más complejas diversas y desiguales.
Infancia y modernidad. ¿Se perdió algo?: Según Aries en la modernidad la socialización familiar
reemplaza a la sociedad comunitaria, produciéndose una “revolución sentimental y escolar”.
La escolarización de la infancia: La obligatoriedad de asistencia a la escuela incidió en la
constitución de los niños como sujetos. Los niños se inscribieron, a través de la escuela en
orden público.
Los niños en el siglo xx entre la permisión y la represión: La pretensión de sujetar al niño a un
orden instituido ( en este caso el escolar) y de definir desde allí su identidad, no llega a ser
total, en la medida en que, como toda identidad, la del niño es siempre precaria, relacional y
abierta. En el siglo xx las miradas a la infancia han oscilado entre la libertad del niño y la
autoridad del adulto.
La tesis sobre el niño: Acompañando la controversia acerca de la condición infantil o adulta del
niño, se reeditan otras tesis relacionadas con la maldad o inocencia y con la autonomía o
heteronomía del niño.
Aquí se introduce la idea de Gramsci de que la educación de la infancia debía concebirse
como una tarea política.
La cadena de las generaciones. …Ya no es la escuela la que produce “las” definiciones acerca de
la infancia o discute críticamente las definiciones heredadas, sino que son los niños los que
desafían a redefinir las escuelas, presentando diferentes problemáticas como por ej. prob.
culturales y sociales; conflictividad escolar (violencia),et. La cuestión que se debe profundizar
radica en cómo configurar una nueva mirada pedagógica de la infancia.

CAPÍTULO 2: LAS MIRADAS SOCIOLÓGICAS SOBRE LOS PROCESOS DE SOCIALIZACIÓN. ALICIA


LEZCANO

El proceso de socialización adopta formatos sociales diferenciados que se corresponden con


situaciones, circunstancias y contextos específicos de continentes, países, comunidades,
barrios, etc.
Socialización es el proceso continuo en el que el o los individuos aprehenden, aprenden y
transmiten aspectos sustantivos, significativos y simbólicos del mundo social que los involucra
en un espacio y en un tiempo específicos, este proceso es sucesivo y continuo.
Sociedades conflictivas: la necesidad de generar las condiciones para el “orden y progreso”: En
este contexto de estabilización del capitalismo nacen y coexisten dos escuelas de pensamiento
antitéticas, el positivismo y el materialismo. La tarea a cumplir era observar y corregir…una de
las maneras de regular el conflicto de esa sociedad fragmentada en lo económico sociales
hacerla en un doble sentido: primero, reorientando los comportamientos adultos, y segundo, en
torno al eje de prevención en la transmisión y la orientación de valores de la prole, o sea la
socialización. El ámbito de ejercicio de este tipo de controles –a la vez coercitivo- es la familia.
Sociedades sin conflictos, con niños adaptados y “normales”: Para Parson (fundador de la teoría
de la socialización funcionalista): “Sin cultura y sin personalidad, no existirán los sistemas
sociales”. La socialización tiene para esta corriente tres funciones básicas: *Permite la
formación de la personalidad; *Es agente de integración entre individuo y sociedad; *Asegura la
transmisión de la cultura de generación en generación y, con ello, la continuidad social. Para el
funcionalismo, la socialización se asienta en la relación entre estímulo y respuesta, es decir el
niño es asimilado a un objeto. Este niño –objeto- tiene tres características que le permiten
responder a un estímulo y que son: su plasticidad para aprender, su sensibilidad y su
dependencia.
Reflexiones finales: Un abordaje teórico-positivismo y funcionalismo- aquí uno de los agentes o
unidades fundamentales para controlar y mantener el statu quo es la familia.
En un abordaje teórico –que deviene del materialismo histórico- reconocen que pueden existir
múltiples agentes socializadores, capaces de poner en duda lo transmitido y lo aprendido
incluso en la primera infancia.
[Pensar otro proceso de socialización implica pensar otra sociedad.]

CAPÍTULO 3: LA CONSTITUCIÓN SUBJETIVA DEL NIÑO. MARIANA KAROL

El “salvaje de Aveyron”: ¿Qué nos hace sujetos?


La escuela en la vida de los niños para el despliegue de esa función, en la medida en que oferta
símbolos socialmente consensuados que permiten relacionarlos con acciones, pensamientos o
afectos que los niños tienen, de tal modo que puedan representarlos para sí mismos y para los
demás. Un docente también debe hacer un ofrecimiento de sentidos, que está dado por la
capacidad de otogarles significación a las palabras y permitir que los niños construyan sus
propias significaciones.
Sobre el proceso de constitución
Los teóricos han utilizado diferentes conceptos para dar cuenta de que no hay un sujeto desde
los orígenes, sino que éste será producto de complejos procesos de transformaciones subjetivas
que le permitan devenir sujeto.
Por un lado, Silvia Bleichmar, quien se refiere al recién nacido como “cachorro humano” o “cría
humana”, en tanto posibilidad de lo humano y, por otro, Piera Aulagnier, que utiliza el concepto
de infans para dar cuenta de este estado de indefensión originaria y de sus posibilidades de
estructuración.
Función materna
Los orígenes de la constitución subjetiva se encuentran en el Otro, como condición y como
posibilidad
La madre no “decodifica” un mensaje, ella codifica. Esta violencia primaria, es legítima sólo en
un momento de la vida y después pasa a ser obturante en la posibilidad de un sujeto de crear
sus propias significaciones. Al exceso de violencia interpretativa se la llama “violencia
secundaria”; es aquella que no cesa de imponer su propia significación, de violentar sentidos, y
que atenta contra el funcionamiento del Yo y de sus posibilidades de autonomía.
Función paterna
Esta función es simbólica y no biológica. Es la encargada de efectivizar la separación entre la
madre y el bebé. El padre es el representante de la ley y cumplirá una función de corte en
aquella relación originaria y poblada de certezas..
El yo y la significación
Para Piera Aulagnier, el yo realiza un trabajo de interpretación de lo percibido. El niño podrá
comenzar a ser su propio intérprete, su propio enunciante, a partir de la adquisición del
lenguaje. Este pasaje de nominación del afecto es lo que Piera Aulagnier llama sentimiento. El
sentimiento es más que un acto de enunciación, es su interpretación. En el mismo acto de
enunciación de un sentimiento, se autodenomina el yo.
Proyecto identificatorio e historización
El yo sólo puede pensarse a partir de las categorías de tiempo y de historia, de un tiempo
historizado, un pasado que posibilite la proyección del sujeto en un futuro, que permita la
enunciación de un “proyecto identificatorio” para ese sujeto.
Contrato narcisista: constitución singular y constitución de ciudadanía
Hay un concepto nodal para pensar en la relación entre “cultura” y “psique”, que es el de
“contrato narcisista”, es el establecimiento de ese contrato lo que posibilita la conformación de
“ciudadanía”, en la medida en que cada individuo reproduce la razón de ser del grupo social,
interioriza sus instituciones y recrea sus enunciados. Por otro lado, hace posible la constitución
de la singularidad en tanto cada sujeto encuentra en el campo social referentes identificatorios,
objetos sustitutivos que le permitan alejarse de las figuras parentales y del mundo privado.
. Lo que se transmite es la necesidad misma de lo social, del discurso del conjunto. No
necesariamente se repite, fundamentalmente, se crea y se construye.
Escuela, pasaje y contratos
La escuela sigue siendo el lugar de oferta de objetos sustitutivos por excelencia.

CAPÍTULO 4: ESCOLARIDAD Y RITUALES. MARTHA AMUCHÁSTEGUI

Aunque la escuela permanezca como institución, nunca será la misma en la experiencia de las
distintas generaciones, ni los sentidos que en ella se transmitan podrán escapar a esta sujeción
temporal del sentido.
El ritual y la normativa social
… ese niño se incorpora a la escuela, y en ese espacio y tiempo de su vida aprenderá diversas
prácticas en las cuales se transmiten, mediante rituales, normas de comportamiento social.
Acerca de los rituales
Peter McLaren; analizó la práctica escolar desde la vinculación entre rituales, cultura y escuela,
en particular de lo que él mismo denominó las “dimensiones rituales de la escolaridad”: De
acuerdo con este autor, la cultura se manifiesta en un conjunto de símbolos transmitidos
históricamente de generación en generación a través de los cuales se comunican percepciones y
se desarrollan conocimientos.
Compartir las significaciones
El espacio y el tiempo de la escuela deberán dar respuesta, poblar de significaciones el hecho de
asistir a ella para que este período de vida ayude a los niños a incorporarse, real e
imaginariamente, como miembros de la sociedad de la que forman parte. Por ejemplo: Empezar
el día, entrar al aula y salir al recreo, las despedidas y las promociones.

A modo de síntesis

La escuela nos lleva a reflexionar continuamente sobre la importancia de esta institución y de


los rituales que forman parte de su identidad. La pérdida o debilitamiento de los rituales
tradicionales con los sentidos que tuvieron para otras generaciones otorga mayor peso
simbólico a su ausencia. Actualmente, en muchas escuelas se continúa realizando estas
ceremonias, en algunos casos incorporando cambios significativos respecto de los contenidos
del discurso histórico. También se advierte una mayor flexibilización en cuanto a las normas
protocolares con las que se organiza el acto.
La mayor flexibilidad en el uso del protocolo tradicional, o la mayor horizontalidad en el trato,
pueden interpretarse como rotura del autoritarismo, de hecho lo son, pero no logran dar
nuevos sentidos al lugar de los sujetos (adultos-niños; maestros alumnos) ni permiten
simbolizar el vínculo entre ellos.
Así, la pérdida de sentido de los rituales tradicionales representa la pérdida de normas
representativas del orden social, y por lo tanto, del lugar de los sujetos, y pone al descubierto
un vacío que es necesario afrontar y problematizar. Reconocer los cambios y los nuevos valores
culturales que aportan las generaciones jóvenes en su encuentro con los mayores, aceptar sus
búsquedas y el tratamiento de los conflictos como parte de sus derechos, es afirmar el lugar del
adulto como responsable para garantizar un respeto recíproco.

VALORACIÓN PERSONAL: GRUPO 5: “ENDRINA”(Gladis A.Franco)

[Este libro realiza buenos aportes parta tratarlo en los días previos a iniciación de clases y
desde esta perspectiva discutir la visión de la escuela que se quiere construir, o sea establecer
el proyecto identificatorio “su contrato narcisista”, teniendo en cuenta la problemática social y
cultural del contexto local; realizando esta tarea a nivel institucional y luego con cada grupo de
alumnos, planificando en forma motivadora, que lleve al niño a investigar, aplicando las TIC, sin
olvidar las problemáticas sociales y familiares para que ese contenido sea enriquecedor y
aplicable en la vida cotidiana.
Es más tener en cuenta todo lo desarrollado anteriormente para la construcción de los diseños
curriculares y los mismos sean elaborados por docentes que están frente al aula para que sea
aplicable hoy y ahora a nuestro país y sea flexible adecuándolo a cada región y no se vuelva a
cometerlos errores de aplicar leyes educativas o diseños que han fracasado en otros países.
Llamo a los docentes a animarse y revalorizar la tarea educativa con nuevos enfoques, nuevas
estrategias que sean atrayentes para los niños y adolescentes, para lograr formar personas
críticas, capaces de plantear y resolver problemáticas actuales, cotidianas, del medio
ambiente…LA ESCUELA NO ES SÓLO TRANSMITIR CONOCIMIENTO,SINO ENSEÑAR A
PENSAR.]

ENTREVISTA A LA DRA.SANDRA CARLI. LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA


INFANCIA Y LOS MEDIOS
ENTREVISTA A SANDRA CARLI EL 27/09/2011.

Realizada para el Observatorio por la Lic. Tamara Acorinti.

La Dra Sandra Carli es doctora en Educación (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de


Buenos Aires). Profesora Titular Regular de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad
de Buenos Aires e Investigadora Independiente del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas con sede en el Instituto de Investigaciones Gino Germani.

T.A. ¿Qué factores incentivaron tu interés en la


investigación sobre la construcción social de la
infancia en la Argentina?

S.C. El interés surgió a partir de algunas lecturas


iniciales que hice de trabajos sobre temas de la
infancia, que en ese momento –a fines de los ’80-
eran un poco difíciles de encontrar. Yo estaba
inserta en una cátedra de Historia de la Educación
Argentina y ahí surgió la posibilidad de perfilarlo como tema para una beca de investigación,
que salió y empezó el recorrido.

T.A. ¿Es correcto inferir, desde tu perspectiva, que los medios construyen infancias
obstruyendo el diálogo con ellas y adjudicándoles valores solo desde una visión adulta?
S.C. Me parece que, hay construcciones visuales, epistemológicas, sobre la infancia que los
medios realizan cotidianamente. Hay ciertas representaciones sobre la infancia que los medios
producen. Me parece que habría que ver en qué casos y en qué medida, los programas
contemplan la voz de los niños; los relatos que ellos pueden hacer. Se da inclusive, a veces, en el
tratamiento de ciertos temas que afectan a los niños (como la violencia escolar, el delito infantil
o abuso, o cualquier problemática grave) que ellos son obviados como interlocutores. Entonces,
ahí me parece que hay una veta interesante para explotar: ¿Cómo puedo introducir la voz del
niño en los medios? y ¿Cómo contemplar a través de los medios los derechos del niño?
Y, ¿Cómo la declaración Universal de los Derechos del Niño, que están establecidos
internacionalmente, tiene que ser contemplada desde el punto de vista de los medios?
Infancia y procesos históricos en los 80, 90 y actualidad

T.A. En tu libro, La cuestión de la Infancia, sostenías que entre los ’80 y los ’90 se produce
una mutación en la esfera sociopolítica, vinculado a un proceso de exclusión social,
acompañado de un proceso de homogeneización cultural propio de nuestras sociedades
globalizadas. En este marco, la infancia queda atravesada por la lógica del “niño
consumidor” y el “niño de la calle”. ¿Podes explicar un poco esas nociones y qué
dispositivos incidieron dentro de esa construcción social?
S.C. Me parece que ahí hay dos fenómenos:

- El primero, que a partir de los años ’80 explota como fenómeno que es la presencia de
chicos en la calle, que coincide con un proceso de empobrecimiento de la familia, de aparición
de problemáticas nuevas –quizás un poco más tarde- ligadas con la drogadicción o el consumo
de alcohol. Es decir, problemáticas que van generando procesos de expulsión de los chicos.
También el aumento del desempleo, el desarmarse del núcleo familiar y del sostén que daba el
padre o la madre, abre las puertas de la casa a la salida del pibe a la calle, a un aumento de la
desprotección de los chicos. Entonces, la explosión de ese fenómeno hace que el tema de los
niños de la calle sea un tema muy importante de las políticas sociales. Es un tema que empieza
a estar en la agenda en los años ’80 y continúa en los ’90, con distintos tipos de alternativas de
abordaje a ese problema.
En algunos casos, la propuesta es la judicialización o la inclusión a instituciones, en otros casos
es un tipo de trabajo en la calle misma; lo que entonces se llamaban los “operadores de calle”.
Ahí, me parece que empieza a estar el tema en los medios. Inclusive, si uno hace un recorrido
periodístico, el tema de los niños de la calle es un tema constante en el ciclo democrático.

- El otro fenómeno es, de que modo el crecimiento de los sistemas de medios, de la


publicidad, de los multimedios, va instalando el aumento del mercado de productos para niños
en el mundo. A nivel global, la difusión del consumo a través de los medios genera toda una
explosión de productos de distinto tipos, que apuntan directamente al consumo infantil. Ya no
es sólo el juguete, sino toda una batería de productos mucho más sofisticados, para todas las
edades y clases sociales. Donde los medios cumplen un papel muy importante.
En su libro Viviana Minzi, analiza, como en un canal para chicos, aparece publicidad de
productos, de juguetes, a intervalos constantes. Y los chicos están todo el tiempo hablando de
esos productos, que se venden desde una estrategia muy específica, muy bien diseñada, de una
manera rítmica, pensada para los chicos. Un subgénero, una subdimensión en su escala, no
porque no haya habido consumo infantil en otras épocas sino que en su escala me parece que es
un fenómeno cada vez más significativo porque modula la vida cotidiana y la relación entre
padres e hijos.
T.A-¿Cómo sería eso?

S.C.: -Claro, me parece que la incidencia en el peso del consumo de ciertos productos aparece
como demanda a los padres, más allá de las posibilidades económicas que tengan de acceder a
esos productos. Hay una demanda infantil que uno puede registrar cuando va por la calle en
cualquier circunstancia de la vida cotidiana. La idea de una demanda.

T.A-En el libro La memoria de la infancia tomas el tema del dispositivo de la memoria,


las preguntas serían: ¿Qué imágenes construimos de nuestras infancias?, y ¿qué significa
historizar la infancia a través de la memoria?

S.C.: -Ahí, la cuestión de la memoria de la infancia –que yo trabajo en uno de los capítulos- es un
tema que surgió a partir de la invitación a un evento chiquito que se hizo en el instituto, donde
yo trabajé Memoria y Experiencia Infantil. Me parecía que la memoria de la infancia era un
tópico bastante interesante para indagar. Por eso el recorrido de distintos aportes teóricos que
auxiliaron al tratamiento. La literatura –aunque también podríamos explorar otros géneros-
tiene un material inagotable para explorar cómo se recuerda ese tiempo de la infancia.
Entonces la literatura autobiográfica, más ficcionalizada o menos, me parece que es un material
muy rico; porque recupera algo que tiende al olvido, a ser olvidado; recupera una sensibilidad
infantil.

T.A ¿Cómo relacionás la recuperación de una sensibilidad infantil, con el hecho de que
esos relatos son realizados por el adulto?

S.C. En realidad siempre el acceso a la memoria infantil es a través del adulto. A menos que uno
accediera a cierto registro de la memoria, no sé, los diarios infantiles, un material escrito en su
momento que puede darte un registro de la experiencia infantil. Quiero decir, utilizar como
historiador el género diario íntimo, que es un género muy particular y de una determinada
época.

T.A -¿Y la idea de historizar la infancia?

S.C.: -La idea de historizar la infancia es entender que la misma no es una categoría con un
sentido unívoco. Digamos que hay una dimensión de espacio y tiempo que la atraviesa.
Entonces, la idea de historizar implica un poco imitar al relato, reconstruir las condiciones de la
experiencia infantil, no solo cómo fueron vividas, sino las condiciones epocales en que se
desarrollan. Como esa experiencia histórica del crecimiento de un niño y de tránsito por un
tiempo se producen, en qué condiciones materiales, simbólicas, afectivas, imaginarias.

Infancia y T.V

T.A. ¿Cuáles son desde tu mirada las representaciones sobre la infancia que se
configuran a través los programas de TV dedicados a niños, niñas y adolescentes?

S.C. No he visto mucho últimamente. Me parece que en los ’90 hubo una especie de boom, de
estetización de cierta imagen de niños y de los adolescentes en particular muy estereotipada,
ligada a cierto sector social, la clase media en ascenso con cierta capacidad de consumo. Me
parece que ahí hubo una construcción un poco complicada, sobre todo porque ese tipo de
construcciones se difundió en una época con índices sociales bastante densos referidos al
aumento de la pobreza.
Me estoy acordando del comentario que hizo la mujer de este jugador argentino que juega en
Inglaterra.[1] Tevez fue al programa de Susana Gimenez, él había salido con una actriz que
trabajaba en un programa para adolescentes, y ella dijo que no era tal tipo de adolescente, sino
tal otro. O sea que esta chica dijo (siendo de Fuerte Apache,) que no era nerd, sino otra cosa.
Me parece que ese tipo de dichos da indicios de la audiencia, esa audiencia conformada por
jóvenes o niños de distintos sectores sociales. Se debería estudiar cómo se perciben y se leen
este tipo de productos. Me parece que hay ahí investigaciones para hacer.
En el ejemplo que di se puede observar con qué se identificaba la chica, que no era de tal grupo
de adolescentes, sino de tal otro. Por eso digo, teniendo en cuenta ese comentario suelto que yo
escuché, pienso que las investigaciones sobre la recepción, son interesantes para explotar. Qué
piensan los chicos cuando ven esos programas, creo que son conversaciones necesarias a tener
con ellos.

T.A. Claro, vinculados a la instancia de la recepción concreta, la mirada de los chicos


cuando ven de esos programas.

S.C.: -Así es, hay ciertos autores que tienen una especie de confianza en el papel activo del
sujeto en el momento del consumo y de la recepción. Que se apropian de determinada manera.
Entonces, explotar eso me parece un ejercicio que siempre está pendiente, en realidad siempre
se suele analizar más la oferta, que el consumo.

T.A. ¿Cómo crees que la nueva Ley de Medios, implementada por el Gobierno Nacional,
ayuda a desandar una configuración dominante que se fue construyendo a partir de los
’90, sobre la imagen del niño consumidor?

S.C. Me parece que hay una preocupación por los contenidos, la creación de canales como Paka-
Paka y Encuentro dan cuenta de ello. Hay iniciativas de políticas bastante activas, en el sentido
de meterse en un terreno que estaba librado al juego de mercado, a las ofertas existentes en los
canales privados. Creo que ahí se establece como un parámetro de calidad que hay que ver qué
efectos genera. Esto levanta la apuesta.

T.A. ¿Y para ver los efectos que genera es necesario hacer un análisis de la recepción de
estos tipos de programas?

S.C. Si, indagar ¿Qué pasa con chicos cuando ven Paka-Paka?”. Hay ahí, investigaciones
exploratorias a hacer. Porque también se da un consumo ya domesticado ligado a ciertos
canales de dibujos animados, canales internacionales. Hay un hábitus adquirido en ese terreno
que es complicado y cada vez más fuerte.
Y lo mismo pasa con los adultos. El acostumbramiento a ver programas tipo Tinelli genera una
especie de acostumbramiento a ciertos programas más banales, en desmedro a la valorización
de otros. El tema de la calidad estética es un tema importante a tener en cuenta.

T.A. ¿Y qué opinión te merece una señal como Paka-Paka, aunque algo de esto se
desprende de lo dicho anteriormente. Me refiero a la posición política de recuperar
imágenes más heterogéneas de la infancia.

S.C. Sí, Me parece que acá lo que también se pone en juego es poner en primer plano otro tipo
de producciones internacionales (como por ejemplo las latinoamericanas) que muchas veces
quedan en cuarto plano. Pero también la revalorización de la producción local. Me parece que
en muchos programas hay un esfuerzo de experimentación bastante inicial de una producción
propia. Hay ahí, una apuesta interesante para los productores que realizan productos para
niños.
T.A. Hace un momento hablaste de contenidos de calidad. ¿Cómo definís ese concepto,
“contenidos de calidad” en la programación de televisión dedicados a las audiencias
infantiles?

S.C. De calidad estética, un producto que sea hecho por profesionales, a eso me refiero. Que
pueda contemplar las cuestiones estéticas, también las de contenido… hay cierta banalidad en
los contenidos. No hablo de que el programa sea para instruir, pero sí que la dimensión del
contenido pueda ser pensada; planteándola con el formato que sea.

T.A. ¿Cómo sería eso?

S.C. Yo no soy especialista en televisión, pero te diría que si yo pienso un producto tengo que
pensar sobre las dimensiones estéticas, tener hipótesis sobre su recepción, es decir: conocer
ese niño al cual va dirigido. Muchas veces se piensan productos desconociendo al público que
los va a consumir. Es decir, por ejemplo, tener idea que se trata de un chico de 8 años. Me
parece que en algún momento hubo un trabajo bastante interdisciplinario en los ’70, entre
psicoanalistas, gente de los medios, pedagogos. Digamos, recuperar ese tipo de experiencias de
trabajo en equipo que permitan miradas complementarias. Yo no sé si eso se produce hoy.
Desde mi perspectiva, es fundamental en el proceso de escritura considerar al público al que
van destinados los programas. En la escritura de un texto hay un momento en el que uno debe
considerar al público, al lector, tener hipótesis sobre ese lector. Me parece que con los
programas para chicos muchas veces se dan por sentado supuestos sobre la recepción de
cualquier producto, sin considerar las características propias de las diferentes infancias.
Entonces, es fundamental incorporar el conocimiento sobre el niño. Por eso me parece
importante el trabajo interdisciplinario con maestros, pedagogos, psicólogos y distintos
especialistas, que pueden dar elementos para establecer hipótesis sobre ese público.

T.A. Sí, también el tema del contenido de calidad apunta o abre una dinámica sobre cuál
es la posición del adulto con respecto a la transmisión de valores hacia la infancia; lo
que implica pensar qué rol debe cumplir la TV y de qué manera

S.C. Sí, porque siempre hay una decisión sobre los contenidos, velada o no. Siempre hay una
decisión. Entonces, me parece que reparar sobre esta decisión es una cosa importante. Si yo
quiero trabajar determinados valores como el de la solidaridad, el del juego, el de jugar con los
compañeros, se puede pensar esa dimensión a través de deferentes procesos muy creativos.

Infancia y Cine

T.A. ¿Crees que el cine es una expresión artística importante y que a los chicos los
enriquece gozar de los films en las salas hoy?

S.C. Me parece que sigue siendo una experiencia impactante. Yo creo que el cine siempre
genera cierta fascinación. No sabría decirte mucho más… no sé cuantos son los datos sobre el
consumo de cine en los chicos, qué edades, ese tipo de estadísticas habría que mirarlas.

T.A. ¿Cómo percibís las consecuencias, en los espectadores niños y jóvenes, ante la casi
única presencia de las películas norteamericanas en las salas, sobretodo en las
vacaciones de invierno y verano, impidiendo la exhibición de películas infantiles
nacionales?
S.C. Sí, que están muy poco tiempo. Y con los adultos pasa lo mismo. Esa es la dinámica
internacional económica en el cine. Escuché varias veces el planteo que hacía Liliana Mazure
sobre una legislación que establece que las películas nacionales van a estar más tiempo.
T.A. La regulación de la cuota de pantalla.

S.C. Exactamente, y que iban a incorporar otro tipo de películas internacionales, pero de menor
tirada; aplicable no solo a lo nacional, sino también a películas latinoamericanas, que son
equivalentes a las nacionales.

T.A. ¿Cómo consideras se debe apuntar a ese tipo de políticas?

S.C.-Me parece fundamental apuntar a éste tipo de políticas que vaya por lo menos pensando
en cierto público y que en algún momento se pueda ir ampliando. Se ha hecho mucho en el
campo de la literatura infantil con las ferias del libro y en el teatro infantil el cual tiene una
larga experiencia de festivales. ¿Por qué no en el cine, si el cine tiene un atractivo
particular? Por ejemplo, el hecho de instalar un par de salas en la ciudad que sean exclusivas
para chicos permite activar una dinámica que, si el lugar no estuviera, no se activaría.
Establecer el alcance que puedan tener estas políticas, es una cosa a explorar en el tiempo.

[1] [1] El programa al que se refiere es Patito Feo. La chica es Vanesa, la madre de los hijos de
Tevez (que salía con Brenda Asnicar, actriz que interpretaba a una adolescente concheta
integrante del grupo “las divinas”, rivales de “las populares”). Está a partir del minuto 1:00.
http://youtu.be/R7ofNdOjW98

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