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LA EVOLUCIÓN DEL HOMBRE

La evolución, el proceso de cambio a lo largo del tiempo, es el hilo que conecta a la


enorme diversidad del mundo vivo. Una inmensa cantidad de evidencias indica
que la Tierra ha tenido una larga historia y que todos los organismos vivos -incluido
el ser humano- surgieron en el curso de esa historia, a partir de formas anteriores
más primitivas. Esto implica que todas las especies descienden de otras especies;
en otras palabras, que todos los seres vivos comparten antecesores comunes en el
pasado distante. Así, los organismos son lo que son a raíz de su historia. Una serie
de evidencias llevaron a Darwin a concebir las ideas que constituyen los pilares de
la teoría evolutiva contemporánea.

TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN DE LAMARCK (LAMARCKISMO O


TRANSFORMISMO)

¿QUIÉN FUE LAMARCK?

Jean-Baptiste-Pierre-Antoine de Monet, Caballero de


Lamarck (1744–1829) fue un importante naturalista francés
que ha pasado a la historia de la Biología porque formuló la
primera teoría de la evolución biológica en la que se
explicaba de forma exhaustiva cómo evoluciona la vida.

Lamarck estudió numerosos ejemplares fósiles y los


comparó con especies actuales. Publicó su teoría en 1809,
el año del nacimiento de Darwin.

La teoría de Lamarck es uno de los intentos más famosos de proponer una idea de
la evolución de las especies en la que no hay una inteligencia divina que dirija el
proceso.
¿EN QUÉ CONSISTÍA EL LAMARCKISMO?
Antes de que el naturalista inglés Charles Darwin propusiera la teoría de la
evolución que cambiaría para siempre el mundo de la biología, la teoría de Lamarck
ya proponía una explicación acerca de cómo habían podido ir apareciendo las
diferentes formas de vida sin necesidad de recurrir a uno o varios dioses.
Su idea era que si bien el origen de todas las formas de vida podía ser creado
espontáneamente (presumiblemente por obra directa de Dios) pero que, después
de esto, la evolución se iba produciendo como producto de un proceso mecánico
fruto de las propiedades físicas y químicas de la materia con la que están formados
los organismos y de su entorno.
La idea básica de la teoría de Lamarck era la siguiente: el entorno cambia, las
formas de vida luchan por adaptarse continuamente a las nuevas exigencias de su
hábitat, estos esfuerzos modifican sus cuerpos físicamente, y estos cambios físicos
son heredados por la descendencia. Es decir, que la evolución que proponía la
teoría de Lamarck era un proceso que se sostiene en un concepto llamado herencia
de las características adquiridas: los padres transmiten a los hijos los rasgos que
adquieren a partir de cómo se relacionan con el entorno.

SEGÚN CHARLES DARWIN LA TEORÍA DE LA


EVOLUCIÓN

Charles Darwin fue un naturalista inglés, reconocido


por ser el científico más influyente (y el primero,
compartiendo este logro de forma independiente con
Alfred Russel Wallace) de los que plantearon la idea
de la evolución biológica a través de la selección
natural, justificándola en su obra de 1859 El origen de
las especies con numerosos ejemplos extraídos de la
observación de la naturaleza. Postuló que todas las
especies de seres vivos han evolucionado con el
tiempo a partir de un antepasado común mediante un
proceso denominado selección natural. La evolución
fue aceptada como un hecho por la comunidad
científica y por buena parte del público en vida de
Darwin, mientras que su teoría de la evolución
mediante selección natural no fue considerada como
la explicación primaria del proceso evolutivo hasta los
años 1930.1 Actualmente constituye la base de la síntesis evolutiva moderna. Con
sus modificaciones, los descubrimientos científicos de Darwin aún siguen siendo el
acta fundacional de la biología como ciencia, puesto que constituyen una
explicación lógica que unifica las observaciones sobre la diversidad de la vida.

Charles Darwin en su libro publicado el 24 de noviembre de 1859, considerado uno


de los trabajos precursores de la literatura científica y el fundamento de la teoría de
la biología evolutiva. El libro seminal de Darwin, expone sus ideas acerca de la
evolución y la selección natural. Estas ideas se basaron en gran medida en las
observaciones directas que Darwin realizó en sus viajes alrededor del mundo. De
1831 a 1836 fue parte de una expedición de investigación realizada a bordo del
barco HMS Beagle, la cual hizo paradas en Sudamérica, Australia y la punta sur de
África. En cada parada, Darwin tuvo la oportunidad de estudiar y catalogar las
plantas y los animales de la localidad.
En el transcurso de sus viajes, Darwin empezó a observar patrones interesantes en
la distribución y las características de los organismos. Podemos ver algunos de los
patrones más importantes que descubrió en la distribución de los organismos
estudiando las observaciones que realizó sobre las islas Galápagos en la costa de
Ecuador.

En el Origen, Darwin ofrece varios argumentos contra la concepción morfológica


de especie. Así, recurre al dimorfismo sexual y otros polimorfismos (la alternancia
de las generaciones, de larvas frente a los adultos y de las diferentes formas de
flores que existen en una serie de especies de plantas) para demostrar que el
concepto morfológico de especie no tiene ningún sentido como base adecuada para
la construcción de un lenguaje biológico.[6] Sin embargo, el concepto de especie
defendido por Darwin continúa siendo una cuestión controvertida. Según Mayr, sus
cuadernos de notas muestran que hacia 1837 había abandonado el concepto
tipológico de especie, desarrollando un concepto biológico basado en el aislamiento
reproductivo. Sin embargo, argumenta Mayr, quince años más tarde, a partir de sus
estudios de variedades de plantas, abandonó el concepto biológico para volver a
una definición entre tipológica y nominalista como la defendida en el Origen.

Proceso Evolutivo
AUSTRALOPITHECUS

Los primeros seres que caminaron semierguidos, dejando sus extremidades


superiores libres fueron denominados australopithecus. Los homínidos más
antiguos que se conocen alcanzan los 6 millones de años, y evolucionaron hasta
los australopithecus, seres que datan de hace 5 millones de años. Sus restos han
sido encontrados en África.

Vivieron en ambientes forestales que contaron la presencia de ríos. Su estatura


apenas alcanzó el metro, sus manos largas y finas las utilizaron para prensar o
agarrar objetos, frutos, raíces, también tuvieron la capacidad de hacer armas muy
rudimentarias, probablemente formaron pequeñas comunidades, en las que cada
uno convivió con un grupo de hembras. El cerebro del australopithecus tuvo poco
desarrollo, su cráneo pudo tener un volumen de entre 450 – 500 centímetros
cúbicos.

En 1955 en Kenia (África) los antropólogos Louis y Marie Leakey encontraron restos
de un individuo de aproximadamente 3,9 o 4,2 millones de años. En 1974 en Etiopía
encontraron un esqueleto de los que se cree fue una hembra de reducido tamaño,
1.20 metros, su edad se calcula en unos 20 años; era un homínido, porque su
posición es erguida y se le llamó Lucy.
HOMO HABILIS

Fueron los seres intermedios entre los australopithecus y los homínidos. El homo
habilis se caracterizó porque su mandíbula inferior y superior son mucho menos
desarrollados, sus manos más fuertes y robustas les permitió trabajar con ellas. Su
cuerpo es totalmente erecto. En 1891 en la isla de Java se desenterraron restos de
un ser con características humanas al que se le denominó Pithecantropus, lo que
significa hombre-simio.

Este tenía un fémur con una posición totalmente vertical, como la de los seres
humanos, de ahí que se le dio el calificativo de Homo Erectus o ser erguido. El
ejemplar más antiguo de Homo Habilis, se ha calculado en 2,5 millones de años.
Con gran parecido con los australopithecus, aunque de apariencia más moderna, la
capacidad craneal se sitúa entre los 500-800 centímetros cúbicos. A la par de su
evolución física esos seres fueron ampliando sus conocimientos, fabricaron
cuchillos y hachas de piedra, madera y hueso. En los últimos años de la existencia
del Homo Erectus, surgió el lenguaje, lo que dio paso a una mejor comunicación, a
su vez emplearon el fuego.

HOMO ERECTUS
La especie que se desarrolló posteriormente a esta se denomina Homo erectus,
hace 1.5 millones de años. La diferencia fundamental del Homo erectus y los
homínidos que lo antecedieron radica en el tamaño, sobre todo del cerebro. Su
cuerpo es la culminación de la evolución biológica de los homínidos: era más alto,
más delgado, capaz de moverse rápidamente en dos pies, tenía el pulgar más
separado de la mano y su capacidad craneana llegó a ser de 1250 cm3. También
fabricó herramientas, como el hacha de mano de piedra, y aprendió a conservar el
fuego, aunque no podía generarlo. Los científicos creen que esta especie se
propagó hacia el Norte, por Europa (hasta Francia) y Asia, durante 4 000 años. Esta
especie duró diez veces más tiempo de la que lleva sobre la tierra el ser humano
moderno. Entre los Homo erectus que se han encontrado restos están el "Hombre
de Java" (700 mil años) y el "Hombre de Pekín" (400 mil años).
HOMO SAPIENS NEANDERTHALES

Aproximadamente hace 80000 a.C. aparece otra especie, la del hombre de


Neandertal, su nombre se debe a que los primeros restos fueron encontrados en el
valle del Neandertal en Alemania. Se considera que esta espécimen era muy
inteligente y hábil. Los neandertales presentan un cráneo casi redondo, tuvo un
volumen de unos 1400 – 1600 centímetros cúbicos, huesos bastantes gruesos, su
nariz deja de ser ancha y hundida y midieron alrededor de 1.60 metros.

Supuestamente fueron los primeros seres en enterrar a sus muertos, se han


encontrado restos rodeados de armas, alimentos y algunos utensilios. También
practicaron el arte, se han encontrado pigmentos de colores, restos de polvo de ocre
rojo. Utilizaron cuevas para protegerse, lo contribuyó a fortalecer os lazos familiares.
HOMO SAPIENS SAPIENS

Después del Neanderthal vino el Homo sapiens sapiens, que es la especie a la cual
pertenecemos los seres humanos modernos. Se han encontrado restos de los
primeros miembros de esta rama en el Cercano Oriente y los Balcanes, fechados
entre el 50 mil y el 40 mil antes de Nuestra Era. Quizá avanzaron hacia el norte y
occidente a medida que retrocedía el hielo. Estos seres humanos también cruzaron
el estrecho de Bering, penetrando así en el continente americano y llegaron a
Australia hace unos 25 mil años.
Los Homo sapiens sapiens se extendieron por la Tierra más que ninguno de los
primates anteriores. Un grupo prehistórico de esta especie fueron los hombres de
Cro-Magnon (32 mil años), llamados así por la cueva cercana a la aldea de Les
Eyzies, Francia, donde fueron hallados sus restos óseos. Los cro-magnones
vivieron la última glaciación y aunque su cerebro no era mayor que el del hombre
de Neanderthal, le dieron nuevos usos pues, entre otras cosas, hicieron y mejoraron
muchos instrumentos y armas. Los cro-magnones son también los artistas más
antiguos. El hombre actual no difiere básicamente ni en capacidad cerebral, ni en
postura, ni en otros rasgos físicos, del modelo que la evolución había logrado en el
hombre de Cro-Magnon.
Para los biólogos, todos los seres humanos formamos parte de la misma especie
(Homo sapiens sapiens) aunque hay distintas razas. Las líneas generales de
distribución racial se iniciaron en la Prehistoria. Desde el punto de vista físico se
pueden reconocer por lo menos cuatro categorías raciales fundamentales: negroide,
caucasoide, mongoloide, australoide.
Lo que dio al hombre moderno su control sobre la Tierra no fue su físico, sino su
capacidad de aprovechar y transmitir a sus descendientes la información cultural
por medio de su inteligencia.
PIERRE-SIMON LAPLACE

Fue un astrónomo, físico y matemático francés.


Continuador de la mecánica newtoniana, descubrió y
desarrolló la transformada de Laplace y la ecuación de
Laplace; como estadístico sentó las bases de la teoría
analítica de la probabilidad; y como astrónomo planteó la
teoría nebular sobre la formación del sistema solar.
Compartió la doctrina filosófica del determinismo
científico.

En la Exposición del sistema del mundo, 1796 describió una teoría sobre la
formación del Sol y del sistema solar a partir de una nebulosa o remolino de polvo
y gas. Esta hipótesis nebular, la cual ya había sido perfilada anteriormente por
Inmanuel Kant, con mucho mayor detalle y múltiples refinamientos, permanece en
nuestros días como el fundamento básico de toda la teoría de la formación estelar.
Por otra parte, demostró también la estabilidad del sistema solar, sentó las bases
científicas de la teoría matemática de probabilidades (en su obra Théorie analytique
des probabilités, donde, entre otros logros, formuló el método de los mínimos
cuadrados, que es fundamental para la teoría de errores) y formuló de manera muy
firme e influyente la imagen de un mundo completamente determinista.

Atento a los descubrimientos de nebulosas realizados por William Herschel en


Inglaterra, Laplace pensó que el colapso gravitatorio de una nebulosa podría haber
dado origen a la formación del Sol y que el material orbitando en torno al Sol podría
condensarse para formar una familia de planetas. Esta teoría explicaba de manera
natural que todos los planetas orbiten en torno al Sol en el mismo sentido (de oeste
a este) y que sus órbitas estén en un mismo plano. Herschel concordó con esta idea
y la generalizó para explicar la formación y evolución de todas las estrellas y
sistemas estelares.

Es recordado como uno de los máximos científicos de todos los tiempos, a veces
referido como el Newton de Francia, con unas fenomenales facultades matemáticas
no poseídas por ninguno de sus contemporáneos.
TEORIA DE LA EVOLUCIÓN DE OPARIN

El primer conjunto de hipótesis acerca del origen de


la vida fue propuesto por el bioquímico Alexander I.
Oparin y por el inglés John B. S. Haldane.

La teoría de Oparin es una hipótesis sobre el origen


de la vida propuesta por el científico ruso Alexander
Oparin en 1924. Esta teoría postula que toda la vida se originó espontáneamente
de materiales inanimados, tales como el metano, el vapor de agua, y el hidrógeno.

Según esta teoría, también llamada hipótesis de Oparin-Haldane, los orígenes de la


vida en la Tierra fueron el resultado de un proceso lento y gradual de evolución
química que probablemente que ocurrió hace unos 3.8 billones de años.

Alexander Oparin en su laboratorio (derecha).


Esta teoría fue propuesta independientemente por Oparin y por J.B.S Haldane, un
científico inglés, en 1.928.

Éstos científicos pensaban que la Tierra primitiva tenía una atmósfera decreciente,
lo que significaba una atmósfera pobre en oxígeno en donde las moléculas tendían
a donar electrones.

Los detalles de sus modelos probablemente no sean tan correctos. Por ejemplo, los
geólogos ahora piensan que la atmósfera temprana no se estaba reduciendo;
tampoco está claro si las piscinas en los bordes de los océanos fueron el sitio de la
primera aparición de la vida como ellos pensaban.

Hoy en día, la idea básica de la mayoría de las hipótesis del origen de la vida, es
que fue una formación paso a paso, simple y espontánea que luego se convirtió más
compleja con conjuntos de moléculas biológicas autosuficientes.

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