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Asociación

Colombiana de Arqueología


NIT 900970146-2

COMUNICADO A LA OPINIÓN PÚBLICA

Sobre la inconveniencia del proyecto Galeón San José

La Asociación Colombiana de Arqueología se permite manifestar su desacuerdo con el proyecto de


intervención del Galeón San José, puesto en marcha por el Gobierno Nacional, por considerar que
es inconveniente para la preservación del patrimonio arqueológico de la Nación. Consideramos
que se trata de una iniciativa que no es científica, que propicia la disgregación del yacimiento
arqueológico, que promueve la venta de bienes del patrimonio cultural de la Nación, y que expone
al navío a ser expoliado. A continuación se sustenta esta posición con base en los antecedentes de
la problemática, y se propone el curso de acción que se debería seguir.

Antecedentes de la problemática: El Galeón San José es un importante yacimiento arqueológico


que se encuentra sumergido a 600 metros de profundidad en cercanías de la isla de Barú. El navío
fue hundido en una batalla por barcos ingleses en 1708 cuando hacía la travesía entre Portobelo y
Cartagena, portador de gran cantidad de pasajeros y de cuantiosos valores con destino a España.
Se estima que en el desastre se ahogaron unas 580 personas, y desapareció el barco y todo su
contenido en el fondo del mar.

Aunque las pretendidas riquezas que se hundieron han sido motivo de atención mediática y
especulaciones sobre su cuantía, el verdadero valor del Galeón en la actualidad es aquel que
ostenta como patrimonio cultural de Colombia y de la humanidad. Tras más de 300 años de su
hundimiento, el navío es hoy una cápsula del tiempo que quedó sellada con todo su contenido e
historia, que permanece intacta a la espera de ser investigada científicamente por la arqueología
contemporánea. Se trata de un yacimiento arqueológico de primera importancia, que contiene
claves para descifrar un legado cultural del que somos herederos, por lo que su estudio riguroso
es fundamental para entender mejor los desarrollos culturales que han forjado nuestro presente.

El Artículo 72 de la Constitución Política de Colombia establece que el patrimonio arqueológico


pertenece a la Nación, y es inalienable, inembargable e imprescriptible, es decir, que está por

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fuera del comercio.1 La Ley 1185 de 2008 (Ley General de Cultura) y sus decretos reglamentarios
desarrollan este artículo en el mismo sentido, estableciendo la prohibición de la compra o venta
de bienes arqueológicos, y precisando que no pueden ser tratados como propiedad privada; la
normativa señala también que los bienes arqueológicos no requieren de ninguna declaratoria
previa para ser considerados como tales, y establece condiciones y protocolos estrictos para
intervenir contextos arqueológicos. Esta legislación se ha desarrollado paulatinamente en un
proceso histórico en el que los bienes arqueológicos han sido diferenciados claramente de los
tesoros2 y caletas sin dueño, y retirados definitivamente de las redes de tráfico de antigüedades.
Este corpus legal colombiano está entre los más progresistas del mundo, y es reconocido como de
alto estándar internacional.

Sin embargo, hace unos años el Congreso de la República aprobó la Ley 1675 de 2013 (Ley de
Patrimonio Sumergido), la cual, de manera inconcordante con la Constitución y la legislación
precedente, introduce la posibilidad de comercializar parte de los bienes arqueológicos
recuperados en los navíos hundidos. Esta Ley introduce un controvertible concepto según el cual
aquellos bienes que estén “repetidos” y que hubiesen tenido valor de cambio (monedas de oro,
lingotes, piedras preciosas, perlas) pueden ser declarados como no patrimoniales, y proceder con
su comercialización. Tal declaratoria de no patrimonialidad sería emitida por una entidad ad hoc
denominada Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, compuesta por personal no especialista en
la materia. Así mismo, la citada Ley establece la posibilidad de que el Estado contrate el rescate de
los navíos con empresas interesadas, y que pague a éstas sus servicios con hasta la mitad de los
bienes que sean declarados como no patrimoniales.

Esta Ley de Patrimonio Sumergido contradice el mandato expreso del artículo 72 de la


Constitución Política, y ocasiona una ruptura con el ordenamiento jurídico precedente; promueve
una visión regresiva de los bienes arqueológicos como tesoros sin dueño; y contradice los
principios de la disciplina arqueológica según los cuales todo yacimiento debe entenderse como
una unidad indivisible, cuyo contenido debe tratarse unitariamente, estudiarse en su totalidad, y
conservarse íntegramente, con el fin de recuperar aquella información que permita reconstruir
los modos de vida y las trayectorias culturales del pasado. Por esta razón, la Ley de Patrimonio

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Artículo 72 de la Constitución. El patrimonio cultural de la nación está bajo la protección del Estado. El
patrimonio Arqueológico y otros bienes culturales que conforman la identidad nacional, pertenecen a la
nación y son inalienables, inembargables e imprescriptibles. La ley establecerá los mecanismos para
readquirirlos cuando se encuentren en manos de particulares y reglamentará los derechos especiales que
pudieran tener los grupos étnicos asentados en territorios de riqueza arqueológica.
2
Artículo 7, Decreto 833 de 2002. Encuentro de bienes integrantes del patrimonio arqueológico. El
encuentro de bienes integrantes del patrimonio arqueológico no tiene para ningún efecto el carácter civil de
invención, hallazgo o descubrimiento de tesoros.

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Sumergido fue objetada reiteradamente durante su debate en el Congreso por los arqueólogos
nacionales y extranjeros, y por la UNESCO, por ser sus disposiciones contrarias a la Constitución, la
Ley General de Cultura, y las buenas prácticas científicas.

En este orden de ideas, resulta lesivo para la protección del patrimonio cultural sumergido que en
un proyecto supuestamente arqueológico, como lo es el del Galeón San José, se pretenda
discriminar entre objetos patrimoniales y no patrimoniales, y que se contemple la monetarización
de bienes culturales, ya que esto expone al yacimiento a un simple expolio. La eventual búsqueda
preeminente de valores metálicos en medio de un contexto arqueológico delicado como es un
navío hundido por cientos de años, puede llevar a la destrucción del mismo y de sus valores
culturales en favor de la recuperación de un supuesto tesoro destinado a satisfacer intereses
particulares.

El proyecto de contrato que el Gobierno colombiano propone firmar con la empresa cazatesoros
MACS es un compendio de todos los motivos anteriores de objeción. La iniciativa ha recibido la
decidida oposición de los arqueólogos nacionales y extranjeros, del medio académico y de la
UNESCO, los cuales se han pronunciado reiteradamente solicitando el abandono del proceso. Los
motivos específicos de objeción son los siguientes:

--El proyecto presentado por el gobierno no es un proyecto arqueológico. Lo cual se manifiesta en


que el respectivo documento no contiene en ninguna parte términos de referencia para labores
arqueológicas, las cuales, si existiesen, deberían especificar, como mínimo, los alcances, etapas de
la excavación, metodología, cronograma, personal arqueológico idóneo con sus acreditaciones y
responsabilidades respectivas, y productos a entregar por fase, entre otros aspectos. De las 580
páginas que componen el documento, solo 23 se dedican a presentar de manera general algunos
aspectos relacionados con el Galeón, y a consideraciones generales a tener en cuenta durante la
extracción. El resto del escrito se ocupa de detallar los aspectos financieros para la repartición de
los caudales entre el Estado y los particulares, las especificaciones arquitectónicas y técnicas de
un museo y un laboratorio a construir, y múltiples aspectos jurídicos. Es evidente que para la
redacción del proyecto se llamó a participar a arquitectos, conservadores, financistas y abogados,
pero no se contó en ningún momento con la participación de arqueólogos. Tratándose de una
iniciativa que se presenta como arqueológica, esto convierte al documento, y por ende al
proyecto, en un producto insólito e inaceptable desde el punto de vista técnico y científico.

--La empresa originadora del proyecto no es una entidad científica y tampoco es una entidad que
haga estudios arqueológicos. No ha presentado a arqueólogos como parte de su personal. Su líder
es un reconocido cazatesoros que se ha dedicado al expolio de pecios en el Caribe.

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--El proyecto promueve una visión anticuada y precientífica del patrimonio sumergido como un
tesoro a ser extraído, que ignora completamente las prácticas de la arqueología contemporánea, y
se distancia de la tendencia internacional sobre la salvaguarda de los recursos culturales
subacuáticos. Al valorar el pecio por su equivalente monetario, poniendo en segundo lugar su
valor cultural, y abrir la posibilidad de repartición con los cazatesoros de bienes arqueológicos
despatrimonializados, el proyecto expone al Galeón San José a un inminente expolio.

Propuesta: Teniendo a la vista la problemática arriba expuesta, consideramos que el curso de


acción a seguir debe ser el siguiente:

--Derogación de la Ley 1675 de 2013. El tratamiento del patrimonio sumergido debe asimilarse al
tratamiento que se da al patrimonio arqueológico en tierra, en desarrollo de la Ley 1185 de 2008
(Ley General de Cultura) y sus decretos reglamentarios. Por otra parte, toda reglamentación que
se expida sobre asociaciones entre el Estado y particulares idóneos (universidades, entidades
científicas, arqueólogos) para el rescate de bienes sumergidos, debe enfocarse exclusivamente en
la conservación y protección del contexto arqueológico en su integridad, el estudio científico del
mismo, la preservación de todos sus bienes, y su divulgación para el disfrute de los colombianos y
en general de la humanidad.

--Abandono del proyecto de asociación público-privada para la extracción del Galeón San José
actualmente en curso, y de cualquier otro semejante a futuro, por ser lesivo para la preservación
del patrimonio arqueológico. Excluir en lo sucesivo toda posibilidad de intervenciones no
científicas con intereses de beneficios económicos.

--Promoción de la investigación científica del pecio y en general del patrimonio cultural sumergido,
mediante los principios, procedimientos y protocolos de la disciplina arqueológica. Propender
porque todo rescate de un bien cultural sumergido se haga preservando el yacimiento de manera
integral, de acuerdo a lo establecido en los estándares de la práctica arqueológica a nivel
internacional.

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En conclusión: El Galeón San José, al igual que cualquier otro yacimiento arqueológico, debe ser
valorado exclusivamente por su potencial para ser estudiado científicamente con el fin de
reconstruir procesos sociales, culturales e históricos. Los bienes arqueológicos contenidos en el
pecio son todos importantes, tanto individualmente como tomados en su conjunto, por lo que
ninguno de ellos debe ser separado de su contexto, ni ser susceptible de enajenación comercial. El
proyecto del Galeón San José, al procurar la mercantilización del patrimonio cultural sumergido,
propicia la disgregación y el expolio del yacimiento, y va en contravía de las prácticas científicas
contemporáneas para el manejo de este tipo de bienes culturales. Por tanto, la Asociación
Colombiana de Arqueología manifiesta su desacuerdo con el proyecto, e invita a que se desista de
su ejecución y se busquen otras alternativas de intervención que garanticen el adecuado estudio y
puesta en uso de este importante Bien de Interés Cultural para nuestra y las futuras generaciones.

FIRMAMOS A NOMBRE DEL CONSEJO DIRECTIVO DE ACOARQ:

Zdena Isabel Porras J.


Presidente

Carlos Orozco
Tesorero

Cyndi Osorio
Consejera regional

Luis Carlos Cardona


Vocal

Mónica Bran
Vocal

Juan Carlos Vargas


Comisionado asesor

Luis Guillermo López


Revisor fiscal

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