espacio “político” griego. Las investigaciones antropológicas sobre las llamadas «culturas primitivas» están de acuerdo en que en ellas no funciona todavía la distinción entre naturaleza y cultura. No hay una frontera entre lo humano y lo no-humano, entre la «cultura» del hombre y la «naturaleza» neutralizada y mecanizada (esta noción está ausente), sino más bien una continuidad entre lo uno y lo otro. Por lo que se refiere al estudio de los relatos sobre el establecimiento de cultura en la Grecia Antigua, la situación de partida es doble. Por una parte, la relación de los griegos con su entorno natural reconoce una continuidad entre «naturaleza» y «cultura» (los accidentes «físicos» son elementos de cultura, no de naturaleza). Por otra parte, el conocimiento y la cultura se conciben como separación y control de lo que de ese modo queda constituido como «naturaleza» (y también, en otro sentido, de lo «bárbaro»). La noción griega de asentamiento humano comporta la idea de conquista cultural en el sentido más básico de la palabra «cultura»: la cultura, o sea, el cultivo, se arranca al bosque sin cultivos; a la vez, los campos de cultivo se conciben como parte constitutiva del territorio cultural y político. De hecho, el verbo que traducimos por «fundar» (por ejemplo un altar o una ciudad) se refiere básicamente al acondicionamiento de un terreno para el cultivo, la rotura y el desbroce implicados en el ganar un espacio para el hombre.
El establecimiento de «cultura» comporta pues una ambigüedad
fundamental: la conquista «cultural» es separación y ruptura, incluso destrucción y violación de algo. En Grecia misma los marcadores culturales (agricultura, navegación, pólis, etc.) son interpretados de forma ambivalente: por un lado, son un logro de los hombres, eso que los separa de los animales; por otro, estos logros son vistos como transgresiones o síntomas de decadencia. De manera interesante para el intérprete moderno, los relatos griegos acerca del surgimiento de la cultura sugieren cierta pérdida como resultado de las llamadas actividades «culturales» del hombre, pues, consistiendo estas en la domesticación, intervención y dominio de la naturaleza, sugieren en cierta manera la tendencia a lo que luego, cuando lo que haya no sea ya Grecia, será el problema de la «técnica». Temario Tema 1: Consideraciones preliminares sobre la noción griega de «naturaleza» Tema 2: Naturaleza vs. pólis en la Ilíada: la écfrasis del escudo Tema 3: Marcadores culturales en la Odisea (I): Lotófagos Tema 4: Marcadores culturales en la Odisea (II): Polifemo Tema 5: Marcadores culturales en la Odisea (III): Eolo Tema 6: Marcadores culturales en la Odisea (IV): Circe Tema 7: Marcadores culturales en la Odisea (II): Calipso Tema 8: Paralelos: El Génesis y el Gilgamesh Tema 9: La «oda al hombre» en Antígona y las ambivalencias de la cultura