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ARTE GRIEGO

- Emporion. En la actual Ampurias (Gerona), ciudad fundada a principios del siglo VI


a.C., por los griegos de la ciudad de Focea, en la costa de Asia Menor, poco después de
la fundación de Massalia (la actual Marsella, principal colonia griega del Mediterráneo
occidental). El primer asentamiento de colonos venidos de Marsella tuvo lugar en un
islote frente al poblado indígena de Indike. Dicho poblado recibió el nombre de
“palaiapolis” (“ciudad antigua”), que se corresponde con la actual localidad de San
Martín de Ampurias. Hacia el año 575 a.C., el poblado se traslada a tierra firme,
constituyéndose entonces la “neapolis” (“ciudad nueva”), recibiendo ya el nombre de
Emporion. Después del asentamiento en tierra firme, el original queda reservado para
zona de culto. En la “palailapolis” emporitana se levantó el templo dedicado a Artemis
Efesia, al que quizá pertenezca un fragmento de friso arcaizante con dos esfinges,
fechable en el siglo III a.C. Se conserva, además, parte de la muralla, que se construye
hacia el siglo IV a.C. con grandes bloques de piedra casi regulares. En el lado sur de la
muralla se abría una puerta de comunicación flanqueada por torres defensivas. Toda el
área sur de Ampurias se destinaba a edificios públicos; lo más importante era la zona del
ágora o plaza pública, desplazada y ampliada en el siglo IV a.C. con los pórticos
(galerías columnadas) de la “stoa” (columnata) y los templos de Serapis y Asklepios, de
los que se conservan algunos restos. La zona de la ciudad cercana al puerto se destinaba
a viviendas y área comercial. En el año 218 a.C. el ejército romano de Escipión toma la
ciudad, marcando con ello el inicio del dominio romano, que culmina con la fundación
de la ciudad por César en el año 49 a.C. con el nombre de “Emporiae”.
- Estatua de Asklepios. Encontrada en Ampurias, de época helenística o helenístico-
romana. Es la escultura griega de mayor importancia hallada en España. Procede de la
neápolis de Emporion y se conserva en el Museo Arqueológico de Barcelona. Es de
tamaño algo mayor que el natural, y está labrada en mármol blanco del Pentélico.
Representa a la divinidad griega de la medicina, con cabeza barbada y peinado de
mechones cortos; el cuerpo, envuelto en un “himation” o manto, deja al descubierto la
parte superior del busto. Se trata de una estatua de culto que presidía un edículo o
pequeño templo de época helenístico-romana (siglo II a.C. probablemente). Razones
estilísticas, históricas y técnicas indican que probablemente sea una obra helenística del
último cuarto del siglo III a.C. u obra de un taller griego que trabajase en época romana.
- Cabeza de Afrodita. Pequeña escultura, tallada en mármol blanco. También se ha
identificado con Artemis. Fue hallada en la neápolis de Emporion y actualmente se
conserva en el Museo Arqueológico de Barcelona. Probablemente se trata de una copia
helenístico-romana o incluso romana de un original griego del siglo IV a.C.
perteneciente a las corrientes de los escultores Skopas y Praxíteles.
- Esculturas de Porcuna. Proceden de la antigua Obulco, en la provincia de Jaén. El
conjunto incluye más de cuarenta representaciones en piedra de guerreros, esfinges,
caballos, un hombre luchando con un grifo, un toro, un león atacando un cordero y otras
figuras masculinas y femeninas; son obras, al parecer, de escultores focenses asentados
en la Península en el siglo V a.C., (entre los años 450 y 400 a.C.) y sirvieron como
decoración de la tumba de un jefe local.
- Mosaico de Ifigenia. Emblema de mosaico hallado en una casa de la ciudad romana de
Emporiae. Decoraba la parte central de una de las salas destinadas a banquetes
(triclinio). Destaca respecto a los otros mosaicos de la ciudad, que presentan
simplemente motivos geometricos y vegetales, por su escena llena de sentido
iconográfico. El mosaico está realizado en “opus vermiculatum”; el pequeño tamaño de

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las teselas lleva al efecto de la sutileza pictórica extrema, conseguida también por la
inclusión de piedras semipreciosas y pasta de vidrio. Fue realizado en un taller del
Mediterráneo oriental. Se puede datar alrededor del siglo I a.C. y reproduce una pintura
griega, del siglo IV a.C., que representa la escenificación teatral del mito del sacrificio
de Ifigenia, basado en la tragedia de Eurípides “Ifigenia en Áulide”.
ARTE ROMANO
- Templo de Corduba (Córdoba). Situado en la calle Claudio Marcelo (el fundador de la
ciudad), era de proporciones grandiosas y de una extraordinaria riqueza. Fue levantado
hacia el año 80 d.C. y debió de estar dedicado al culto al emperador. Tenía una altura
total de 18 m desde los cimientos (10 m de profundidad) hasta el vértice del frontón.
Presenta un alto podio, con un perímetro de 16 m de frente por 32 m de lado, y es
pseudoperíptero, con seis columnas frontales y once en cada lado, ocho adosadas al
muro, cuya altura es de 9 m. Tanto las columnas como el revestimiento interno y
externo eran de mármol. Se conservan los cimientos del ara de sacrificios situada frente
a la fachada principal, que consistía en un edículo cuadrado abierto al cielo.
- Sepulcro de Fabara (Zaragoza). La edificación tiene forma de templo, pero alberga un
mausoleo. De grandes dimensiones, data del siglo II y para su construcción se utilizaron
sillares de piedra caliza unidos con grapas de hierro. Del frontón se conserva el tímpano
en el que se puede leer el nombre del difunto al que está dedicado el monumento
funerario, “L. Aemili Lupi”. El edificio cuenta con una interesante decoración externa,
diferente en cada una de sus fachadas: la posterior presenta hojas de acanto con rosetas
en su interior; la sur, siete águilas con guirnaldas de flores, y la norte, también posee
guirnaldas, pero sostenidas por columnas.
- Torre de los Escipiones (Tarragona). Sepulcro en forma de torre situado a las afueras
de Tarragona, en la antigua Vía Augusta, y fechado en la primera mitad del siglo I a.C.
Supera los 9 m de altura y está construido con sillares de caliza local; en su zócalo están
talladas en relieve dos figuras de Attis vestido a la oriental (con pantalones y gorro
frigio). Delante de la torre se ha encontrado una tumba de incineración.
- Teatro de Augusta Emerita (Mérida). Fundado el año 15 a.C. por Marco Agripa, cónsul
y yerno de Augusto. Es el mejor conservado de la Hispania Romana. La “frons scaenae”
o fachada de la escena, con doble piso de columnas, se debe al emperador Adriano
(siglo II d.C.); es de una gran riqueza y suntuosidad, y se conservan algunas estatuas
que la decoraban. Tanto la “orchestra” o área semicircular entre la escena y el graderío,
como las tres gradas de honor conservan su pavimento y asientos de mármol. La “imma
cavea” o graderío inferior consta de 22 gradas divididas, por medio de pasillos, en seis
partes triangulares llamadas “cunei”. La “media cavea” consta de cinco gradas, y la
“summa cavea”, de cuatro. El “proscaenium” o parte anterior de la escena presenta seis
compartimentos rectangulares, dos infrasemicirculares y dos escalerillas en los
extremos. En el “pulpitum” o escenario se encuentran los pozos para hincar el telón.
Detrás de la escena se sitúa la postescena, consistente en un peristilo por donde se
realizaban procesiones rituales. Este teatro tenía capacidad para más de 5.000
espectadores.
- Teatro de Sagunto (provincia de Valencia). Actualmente bastante restaurado, está
excavado en la colina; se fecha en época de Tiberio (primera mitad del siglo I d.C.).
- Teatro de Clunia (provincia de Burgos). Construido en el siglo I d.C., su graderío está
labrado en la roca.

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- Anfiteatro de Augusta Emerita (Mérida). Es el más antiguo (data del año 8 a.C.). Está
excavado en la ladera de un cerro, y construido con hormigón y mampostería revestida
de sillares de granito y mármol; mide en su conjunto 126 por 102 m, con 16 “cunei” o
galerías radiales que desembocan en el primer “praecinctio” o pasillo de circunvalación,
y dos anchos corredores en los extremos. A ambos lados de los corredores de salida hay
cuatro estancias abovedadas llamadas “carceres” sobre las que se apoyan las gradas y
cuya función era la de servir de cobijo a los gladiadores o de guardas las fieras. En el
extremo sur se encuentra una amplia puerta sobre la se emplaza la tribuna principal,
simétrica a una segunda tribuna situada enfrente. El graderío está separado de la arena
mediante un “podium” de 4 m de altura para evitar que las fieras saltaran. Estaba
revestido con placas de mármol. A partir del “podium” se situaba la “imma cavea”,
compuesta por diez filas de asientos de sillares de granito.
- Anfiteatro de Itálica (provincia de Sevilla). Probablemente de tiempos de Adriano.
Obra singular por el empleo de diversas técnicas (vaciado de hormigón en las bóvedas,
labra de caliza, uso del ladrillo). Es el más grande de España y el cuarto del mundo.
Situado al noroeste de la población.
- Circo de Mérida. Fechado en el siglo I d.C. Es el mejor conservado de la Península.
Tenía capacidad para 30.000 espectadores.
- Arco de Bará. Erigido en la vía Augusta de la ciudad de Tarraco (Tarragona), que
probablemente servía para señalar el límite territorial de la ciudad. Fue construido en
tiempos de Trajano (siglo II d.C.), en memoria de Lucio Licinio Sura, amigo del
emperador. De 12 m de altura, consta de un solo arco encuadrado por pilastras corintias
con baquetones en el tercio inferior. Ha sido restaurado en varias ocasiones.
- Arco de Medinaceli. Situado sobre un cerro en la localidad de Medinaceli (Soria). Es
un arco de triple arquería. A sus lados se sitúan dos tabernáculos en relieve con pilastras
corintias estriadas y frontón, que permiten fechar la obra hacia el siglo III o IV d.C. Los
sillares de arenisca estuvieron cubiertos de estuco rojizo. La función del arco sería
probablemente la de fijar el límite entre los conventos jurídicos de Clunia y
Caesaraugusta.
- Arco de Cáparra (Cáceres). Se construyó a finales de siglo I d.C., en época Flavia. Es
el único arco munumental cuadrifonte que se conserva en España.
- Puente de Alcántara. Construido sobre el río Tajo en Alcántara (Cáceres) hacia 103-
106 d.C., en época de Trajano, por el arquitecto Gayo Iulio Lacer. Forma parte de un
conjunto al que están asociados un arco honorífico y un templete. Según el epígrafe del
templo, fueron los pueblos de los alrededores los que sufragaron las obras, en honor del
emperador. Mide 194 m de largo y consta de varios arcos, midiendo uno de los centrales
28,60 m de luz, lo que le convierte en uno de los mayores arcos de puentes romanos
existentes. Además, la articulación de pilas, tímpanos y contrafuertes demuestra su
perfecta adecuación a las corrientes más avanzadas de la ingeniería romana del
momento. Ha sufrido numerosas restauraciones durante la dominación islámica y en el
siglo XVI.
- Puente de Mérida. Sobre el río Guadiana. Es el mejor conservado de España y fue
realizado en época de Augusto (25 a.C.). Está provisto de 60 ojos y presenta una
longitud de 792 m, con 6,5 m de anchura de calzada. Las pilas son chatas, los vanos,
numerosos, y los arranques de los arcos se encuentran muy próximos al nivel del agua.
- Acueducto de Segovia. Fechado por una inscripción en el año 97 d.C. (época del
emperador Nerva). Es uno de los acueductos romanos mejor conservados de todo el

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Imperio y uno de los más importantes por su tamaño; servía para transportar el agua
desde la sierra de Fuenfría, pero su monumentalidad responde también a fines
propagandísticos. Está realizado con sillares de granito asentados entre sí sin mortero o
argamasa de unión. Tiene una longitud de 728 m y una altura máxima de 28 m.
- Acueducto de los Milagros (Mérida). Gran acueducto levantado a fines del siglo I o
comienzos del II, reconstruido en el siglo III. Salvaba el desnivel del valle Albarregas,
captando sus aguas en el embalse de Proserpina, el mayor pantano romano de toda
España. Con una longitud de 827 m y una altura máxima de 25 m, el acueducto posee
un resistente núcleo de hormigón, revestido de un paramento que alterna cinco hiladas
de piedra de granito con otras cinco hileras de ladrillo, lo que le confiere un sello de
particularidad respecto al resto de los acueductos peninsulares.

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