Este es un homenaje a todos los paisas
que salieron de su tierra trabajar,
trabajar y trabajar, porque pa´ eso
somos paisas, comerciantes y berracos
Mi homenaje es para el paisa,
echado para adelante,
en cualqu ier parte del mundo,
trabaja de comerciante,
el que dejo su terruño,
su familia y su azadón,
buscando un mejor futuro,
y una mejor condición.
Colgado de una escalera,
Por carretera estrechas,
Y unos cuantos centavitos,
Que le dejo una cosecha,
Triste pero ilusionado,
De alguna oportunidad,
Se ha bajado de la chiva,
Que lo trajo a la ciudad.
Llego sin conocer nada,
Con hambre con sed y con frio,
Amanecer de arrimao,
Donde el amigo de un tío,
Se despertó muy temprano,
Se colgó el escapulario,
Y salió a toriar las calles,
Para conseguirse el diario,
Puso un catre en una esquina,
Lleno de ropa y cacharros,
Y el de pantalones rotos,
Que lo hacía ver muy charro,
La gente se le arrimaba,
Para oír lo que decía
Con un chiste, una mentira,
A todos se les vendía.
Todas veían en el paisa,
El comerciante perfecto,
Y entre más lo conocían,
Mas crecían los afectos,
Era un flaco desgarbado,
De bozo y pecho lampiño,
Con espíritu de arriero,
Pero corazón de niño.
Ya le fiaban mercancía,
Porque le iba muy bien,
Recogió el catre y sus cosas,
Y se montó un almacén,
Mando por primos y hermanos,
Les enseño a trabajar,
Y el por todo el país,
Se dedico andar y andar.
no sabía ni firmar,
Y ya tenía locales,
Y en la finca de su pueblo,
Un montonón de animales,
No le gustaba el estudio,
Porque le iba muy mal,
Pero ganaba más plata,
Que cualquier profesional.
Se fue por la novia al pueblo,
de toda gente es bella,
le pidió la mano al suegro,
para casarse con ella,
porque él estaba seguro,
que era la mejor señora,
buena madre y buena esposa,
honesta y trabajadora.
Después llegaron los hijos,
Como buen paisa unos 10,
Y a todos los mantenía,
Como si tuviera 3,
Pal pueblo solo a pasiar,
Y a visitar la mamá,
Que con arrugas y canas,
Aun consejo le da.
Hoy por hoy tienes más plata
Mas barriga y más edad,
Pero no olvida su tierra,
Su familia y su humildad,
El paisa es un hombre honesto,
Es alegre al saludar,
Y su palabra es un cheque,
Que se puede negociar.
Un hombre madrugador,
Que trabaja y que trabaja,
Cuenta chistes burleteros,
Y bueno para hablar paja,
Mujeriego emprendedor,
Romántico y parrandero,
De buenas en el amor,
Pecador y rezandero.
Usa un carriel jericuano,
Poncho y sombrero aguadeño,
Y no hay reunión que haga,
Sin aguardiente antioqueño,
Frijoles con chicharrón,
Y mazamorra pilada,
Si no almuerza con esto,
Siente que no comió nada.
No hay juego que no le guste,
Ni guasca que no se sepa,
Resigno que le hagan trampa,
Pa que le saquen la pepa,
No hay miembros de su familia,
No hay amigos ni hay paisanos,
Que él no haya llamado,
Para brindarles la mano.
El paisa se reconoce,
Por su manera de ser,
Cuando le estrechas la mano,
Y sentís un gran placer,
Se emputa si lo traicionan,
Siempre da, aunque no le den,
Y aunque está mal el negocio,
Siempre dice que está bien.
El paisa es un tipo noble,
No niega un favor jamás,
Y siempre busca la forma,
De ayudar a los demás,
Donde quiera que te encuentres,
mantén tu cabeza erguida,
Que haber nacido antioqueño,
Es lo mejor de la vida.
Pero, en resumidas cuentas,
el paisa nunca se vara,
hasta hay algunos vendiendo,
camellos en el Zahara,
este homenaje a los paisas,
ya está llegando a su fin,
no olviden, aunque estén lejos,
Medellín es Medellín.